En educación, hay que premiar el esfuerzo

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En educación, hay que premiar el
esfuerzo
Alieto Aldo Guadagni
PARA LA NACION
LUNES 28 DE DICIEMBRE DE 2015
http://www.lanacion.com.ar/1857578-en-educacion-hay-que-premiar-el-esfuerzo
El último fin de semana de octubre fue muy diferente en Brasil y en la
Argentina. Entre nosotros, los jóvenes disfrutaron del fin de semana al
ritmo habitual. En Brasil no fue así, ya que el Ministerio de Educación
tomó el examen ENEM, que es requisito para ingresar a la universidad,
uno de los exámenes generales más grande del mundo, ya que los
inscriptos fueron siete millones. Se evaluó matemática, ciencias de la
naturaleza, lenguaje, ciencias humanas y un idioma (inglés o español).
El resultado del ENEM permite otorgar becas a los estudiantes de
origen humilde que hayan tenido un buen desempeño; además es
tenido en cuenta por las universidades para aceptar el ingreso a las
diversas carreras. Esto que ocurre en Brasil también sucede en Europa y
Asia (en Francia viene desde la época de Napoleón). En América latina
son también muchas las naciones -Cuba, Ecuador, Chile, Colombia y
Brasil- que implementan estos exámenes generales al finalizar el
secundario.
En nuestro país se rechazan estos exámenes con el meritorio
argumento de la igualdad de oportunidades y el loable propósito de
facilitar así la carrera universitaria a la mayor cantidad de jóvenes,
particularmente de los más humildes. Como se ve, es un argumento de
mucho peso, pero lamentablemente no refleja la realidad. Comparemos
Brasil, con ingreso universitario supeditado a la aprobación del ENEM, y
nuestra realidad, donde ni las universidades estatales ni las privadas
limitan el ingreso en función de exámenes generales al final del ciclo
secundario. Debido al requisito de aprobación del ENEM, Brasil tiene,
en proporción a la población, menos estudiantes universitarios que
nosotros; sin embargo, la graduación universitaria en Brasil (también en
proporción a la población) supera en un 80% la nuestra. En 2013, Brasil
graduó casi un millón de universitarios y nosotros apenas 118.000.
Influye en este comportamiento tan disímil el hecho de que los
estudiantes en Brasil ingresan a la universidad habiendo realizado un
gran esfuerzo previo, con intensa dedicación al estudio al finalizar el
ciclo secundario. Por eso el ENEM influye posteriormente de una
manera positiva en el desarrollo de la carrera universitaria, oportunidad
que nosotros les negamos a nuestros jóvenes. La diferencia en los
resultados es notable, ya que en Brasil se gradúan 50 de cada 100
ingresantes a la universidad, mientras que de nuestras universidades
privadas desertan 60 y de las estatales 70 de cada 100 ingresantes. Por
esta razón, Brasil está graduando no sólo muchos más profesionales
que nosotros, sino que año a año viene ampliando esta diferencia. En la
década 2003-2013, la graduación universitaria aumento más en Brasil
(86%) que en la Argentina (50%).
La graduación en el nivel terciario es escasa en nuestro país, estamos
muy por debajo de las naciones industrializadas. Por ejemplo, según la
Unesco, la graduación terciaria en Corea es cuatro veces mayor que la
nuestra. Pero también es mayor en países de la región, como Puerto
Rico, Panamá, Cuba, Chile, Venezuela y México. La aplicación de
exámenes como el ENEM de por sí no resuelve mágicamente todos los
problemas y carencias del ciclo secundario-universitario, que son
muchos, pero nuestra negativa a implementarlos agrava la situación,
como lo evidencia la elevada deserción estudiantil en nuestras
universidades estatales y privadas.
En este siglo XXI, con una acelerada globalización impulsada por
crecientes avances tecnológicos, una nación no puede consolidar su
crecimiento económico sin una significativa graduación universitaria de
su población. Para avanzar también por el sendero de la igualdad de
oportunidades, es hora de implementar masivos programas de becas
universitarias para alumnos humildes. Uruguay nos da un excelente
ejemplo con su Fondo de Solidaridad, financiado por los graduados de
la universidad gratuita.
Será muy difícil para nosotros avanzar en este siglo de la ciencia y la
tecnología, sin una mayor graduación de calidad en la universidad. La
opinión de nuestros rectores, decanos y profesores del primer año
universitario es coincidente: "El nivel de preparación de los ingresantes
es pobre". La paradoja es que cuando es más difícil ingresar, resulta
más fácil egresar graduado con buenos conocimientos.
Miembro de la Academia Nacional de Educación y director del Centro
Educación Argentina (Universidad de Belgrano)
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