Determinismo y libertad

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DETERMINISMO Y LIBERTAD
Para no caer en confusiones antes de principiar la disertación sería interesante definir los dos conceptos en
el ámbito que nos interesa.
Podríamos decir que la libertad es una capacidad de autodeterminación de la voluntad, que nos permite
actuar como deseemos. En este sentido, podríamos denominarla como libertad individual. Pero también
existe lo que se podría denominar como `libertad nacional'. Aunque desde estas perspectivas tradicionales la
libertad puede ser civil o política, el concepto moderno incluye un conjunto general de derechos individuales,
como la igualdad de oportunidades o el derecho a la educación.
Como es lógico, el reconocimiento de una libertad ilimitada haría imposible la convivencia humana, por lo
que son necesarias e inevitables las restricciones a la libertad individual. Así podríamos definir la libertad
como el derecho de las personas a actuar sin restricciones siempre que sus actos no interfieran con los
derechos equivalentes de otras personas.
La naturaleza y extensión de las restricciones a la libertad, así como los medios para procurarlas, han
creado importantes problemas a los filósofos y juristas de todos los tiempos. Casi todas las soluciones han
pasado por el reconocimiento tradicional de la necesidad de que exista un gobierno, en cuanto grupo de
personas investidas de autoridad para imponer las restricciones que se consideren necesarias.
En cuanto al determinismo podemos tomar una definición clásica. Desde el punto de vista determinista
podríase decir que todo fenómeno está determinado por las circunstancias o condiciones en que se produce,
y, por consiguiente, ninguno de los actos de nuestra voluntad es libre, sino necesariamente condicionado.
Pero los humanistas afirman que como el hombre está por encima de todo no está determinado ya que tiene
razón y ésta le libra de los instintos que determinan a los animales.
¿Estamos determinados? ¿Somos libres? ¿Se contradicen estos dos términos?
El equilibrio perfecto entre el derecho del individuo a actuar sin interferencias ajenas y la necesidad de la
comunidad a restringir la libertad ha sido buscado en todas las épocas, sin que se haya logrado alcanzar una
solución ideal al problema. Las restricciones son en no pocas ocasiones opresivas. La historia demuestra que
las sociedades han conocido situaciones de anarquía junto a periodos de despotismo en los que la libertad
era algo inexistente o reservado a grupos privilegiados. Desde estas situaciones hasta su evolución hacia los
estados de libertad individual cristalizados en los gobiernos democráticos, conocidos en algunos círculos
como `la menos mala de las soluciones' respecto a ese deseo natural del hombre por ser libre.
Podemos decantarnos por que los hombres son libres. Desde este punto de vista el hombre que tiene el
privilegio de tener razón es libre gracias a ella, esta razón libra al hombre de los instintos y por lo tanto de la
determinación. Así, los humanos pueden crear cosas y modificar las ya creadas anteriormente para ampliar
su libertad, siempre sin robar libertad a otros seres humanos.
Es decir, con la ayuda de la razón rompemos las barreras, estructuras que limitan nuestra libertad, pero al
mismo tiempo, como consecuencia creamos otras barreras que puede que en principio no las notemos, pero
en un futuro no muy lejano conforme vayamos ampliando nuestra libertad notaremos estas estructuras
creadas anteriormente. Diríamos entonces que el hombre durante el transcurso de la historia va ampliando
continuamente su libertad, siempre con problemas, y nunca encuentra la libertad sin límites. ¿Podremos
algún día acabar con todas estas estructuras, problemas si cada vez que eliminamos una creamos otra?
Me decanto por la forma de pensar de Kant y Rousseau. Si alguna vez conseguimos eliminar todos los
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problemas que limitan la vida de los seres humanos lo habremos logrado desarrollando íntegramente nuestra
razón; la parte teórica de la razón pero sobre todo la parte práctica, la moralidad. Si conseguimos
desarrollar la totalidad de nuestras disposiciones racionales llegaremos a lo que Kant denominó como una
Sociedad Civil Perfectamente Justa. Si analizamos el modo para llegar a esta sociedad propuesto por Kant
podemos observar que vamos por buen camino pero aún que mucho por recorrer.
Pero si llegamos alguna vez a este tipo de sociedad no seremos totalmente libres ya que seguiremos estando
determinados por la libertad de los demás. Y también puede que nos encontremos con que nuestra razón no
dé para más y sea ella la que nos determine. También es verdad que cuando estamos en la fase de
socialización, cuando nuestra razón aún no está desarrollada, no podemos elegir, estamos determinados por
la estructura. Según estos razonamiento podemos pensar que estamos determinados y no hay ninguna
solución para remediarlo.
Los filósofos estructuralistas defienden que estamos determinados por una estructura que no podemos evitar
y que ésta es sólo evidente a la investigación científica. Ésta estructura es la que nos determina desde que
nacemos, ya que no podemos elegir dónde nacer ni dónde estudiar por ejemplo. Éste sistema es inevitable y,
por lo tanto, afecta a todos los seres humanos, ya sea de una u otra forma. Pero en realidad esa estructura la
hemos creado anteriormente, lo que pasa es que con el paso del tiempo se ha ido modificando la idea
principal y al final se ha llegado a que es algo inútil que nos determina. Para descubrir cuál es esa idea
inicial, esa causa oculta hemos de acudir al análisis científico tal como dictan los estructuralistas.
¿Pero si esa estructura la hemos creado nosotros, por qué no podemos romperla? Esta sería una visión atea,
desde el punto de vista de los creyentes esta estructura la crea Dios; por lo tanto no la podemos cambiar.
Desde el punto de vista ateo podemos decir que el hombre puede eliminar las estructuras que le determinan.
Eliminando algo que nos determina puede que creemos algo nuevo que nos determine más adelante, pero
eliminando las barreras que nos determinan podemos avanzar ya que creamos nuevos límites, pero más
adelante, en el camino hacia una sociedad civil perfectamente justa. Así por ejemplo el hombre inventó el
telégrafo para liberarse del determinismo que supone la lentitud del correo, pero pronto éste se vuelve
también insuficiente y determinante y aparece el teléfono; hoy en día el teléfono empieza a determinarnos ya
no sirve tan solo para comunicarnos con gente que vive lejos, siempre hemos de atender el teléfono; para
evitar el determinismo del teléfono están apareciendo multitud de sistemas (alternativos por ahora) como la
Internet. Y cuando Internet se convierta en algo inútil y determinante aparecerá algo nuevo que ampliará
nuestra libertad poniendo el límite más lejos y así sucesivamente. Podemos aplicar esto en todos los ámbitos
de la evolución del ser humano. ¿Alguna vez desaparecerán los límites de la libertad? ¿Llegará el día en que
no podamos ampliar más nuestra libertad?
La razón nos da libertad ya que podemos escoger y además romper con la estructura, pero al eliminar unos
límites que nos determinan creamos otros límites que no nos determinarán hasta pasado un tiempo.
¿Entonces podemos llegar a la sociedad civil perfectamente justa que describió Kant? Puede que algún día se
acaben estas barreras que nos determinan, puede que nunca acabemos, pero siempre tendremos una barrera
en la libertad de los demás. Pero pienso que si llegásemos a esa sociedad donde el único límite sería la
libertad de los demás no notaríamos este límite.
Algún día puede que seamos libres pero por ahora hemos de ir eliminando lo que nos enoja, lo que nos
determina, mediante la razón. Con ello podremos continuar en el camino de la evolución.
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