Juan Carandell Pericay: un catedrático tercio del siglo XX José Naranjo Ramírez

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ESTUDIOS E INVESTIGACIONES. José Naranjo Ramírez. Juan Carandell Pericay: un
catedrático de bachillerato en la ciencia del primer tercio del siglo XX
Juan Carandell Pericay: un catedrático
de bachillerato en la ciencia del primer
tercio del siglo XX
José Naranjo Ramírez1
Universidad de Córdoba
Sumario: 1. Juan Carandell (1893-1937). Apuntes biográficos. 2. La obra científica de
Juan Carandell. 3. Juan Carandell, maestro y profesor.
Resumen
El geólogo y geógrafo Juan Carandell fue figura significativa de la ciencia española de
principios del siglo XX. Formado en los círculos más selectos de la Universidad Central
de Madrid y claramente inserto ideológicamente en la Institución Libre de Enseñanza,
su obra, muy variada y diversa —más de 300 títulos—, le define como un preclaro
representante del naturalismo español. Esencialmente geólogo y geomorfólogo en sus
primeras etapas, derivará después a la práctica de la Geografía física y humana, espacio
disciplinar en que alcanzó indudable maestría.
La necesidad de alcanzar una posición profesional y económicamente digna, le llevó
a opositar como profesor de Bachillerato, obteniendo plaza de catedrático de Historia
Natural y Fisiología e Higiene en el Instituto de Cabra (Córdoba), donde permaneció
hasta su traslado a la capital provincial.
A pesar de su muerte temprana (44 años), su figura resulta de gran interés, en tanto que
en él confluyen la investigación científica de primera línea con la práctica apasionada e
innovadora de la docencia.
Palabras clave: Ciencias de la naturaleza, práctica pedagógica, Institución Libre de
Enseñanza, paisaje y territorio.
1 Avda. Juan Carlos I, 24. 14520-FERNAN NUÑEZ (Córdoba). Telf.: 957 38 05 58; e-mail: [email protected]
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catedrático de bachillerato en la ciencia del primer tercio del siglo XX
Abstract
The geologist and geographer Juan Carandell was a noteworthy figure of Spanish
science at the beginning of the 20th century. He studied in the most exclusive spheres of
the Central University of Madrid, and he was ideologically attached to the Free Teaching
Institution (Institución Libre de Enseñanza), being his work very varied —more than 300
titles—, and defining him as an eminent representative of the Spanish naturalism. He
was mainly a geologist in his first stages, moving later to the practice of physical and
human Geography, a field of knowledge which he mastered.
He was a brilliant student and researcher, and the need of reaching a decent professional
and economic status made him participate in public competitive examinations to become
a secondary school teacher, and he got his chair in Natural History, Physiology and
Hygiene at the secondary school of Cabra (Córdoba), where he stayed until he moved
to the province capital.
In spite of his early death (being 44 years old), his figure is of great interest, since he
brings together first quality scientific research with a passionate and innovative practice
of teaching.
Keywords: Natural Sciences, pedagogical practice, Institución Libre de Enseñanza,
landscape and territory.
Juan Carandell (1893-1937). Apuntes biográficos
Nace en Figueras, hijo del maestro nacional D. Gregorio
Carandell y Salinas. Huérfano de madre con apenas un año,
crece al cuidado de su tía en tanto que su padre dedicará (dice
Carandell) “su vida y sus afanes al recuerdo vivo y fidelísimo de
la compañera que tan prematuramente le había dejado: ¡a mi!”
(Carandell, 1926.a).
Estudiante brillante, compagina el último año de bachillerato
(dieciséis años) estudiando por libre en el Instituto de Gerona
las cuatro asignaturas preceptivas para graduarse después
como Maestro de Primera Enseñanza Superior. Cursa el
preparatorio en Barcelona, trasladándose a la Universidad de
Madrid en 1911-12; dos años después obtiene la licenciatura y,
dos meses más tarde, alcanza el título de Doctor en Ciencias;
Fig.1. Juan Carandell, estudiante en
un alumno excepcional que con dieciséis años es maestro, con
la Universidad Central.
veinte licenciado y con veintiuno doctor.
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Con dieciséis años
es maestro, con
veinte licenciado y
con veintiuno doctor.
Integrado en los círculos
intelectuales más
selectos consideró el
paisaje y la naturaleza
instrumentos básicos de
formación intelectual e
incluso espiritual.
Sin embargo Carandell no tenía claro el camino a seguir, acrecentando sus dudas la
modesta condición económica de “un bachiller no acomodado, ni holgado de asistencias”.
La opción hacia las Ciencias Naturales le supuso integrarse en los círculos intelectuales
más selectos: Fernández Navarro, Hugo Obermaier, Hernández Pacheco, Bernaldo
de Quirós… Con ellos comparte trabajo en las aulas y, en la línea institucionista, se
consolida el amor, la admiración y defensa del paisaje que le inculcara su padre: el
paisaje y la naturaleza como instrumentos básicos de formación intelectual e incluso
espiritual. No extraña que Carandell fuera uno de los más antiguos socios del Club
Alpinista Peñalara y socio numerario en la Real Sociedad Española de Historia Natural.
Pero la pedagogía también le interesa, y es asiduo —tres veces en semana— a las
lecciones del Sr. Cossío en su cátedra de Pedagogía Superior.
Culminado el doctorado (Las calizas cristalinas del Guadarrama, dirigido por Fernández
Navarro), su ritmo de trabajo resulta frenético: estancia en Santander (Estación Biológica
Marina); disecador segundo interino en el Museo Nacional de Ciencias Naturales;
encargado de cursos prácticos de Mineralogía Descriptiva y de Cristalografía en la
Universidad Central; primera colaboración en Sierra Nevada con H. Obermaier, etc.
Pero la situación económica familiar sigue siendo un hándicap. La urgencia en conseguir
independencia económica se contrapone a la espera paciente que la integración en
la universidad y en la alta investigación exige. En este contexto se resuelve a dar el
paso definitivo: firma las oposiciones, turno libre, para las cátedras de Historia Natural
y Fisiología e Higiene de los Institutos de Cabra, Cartagena y Las Palmas; tres plazas
y veinticinco opositores. Carandell obtiene el número dos y elige el Instituto de Cabra
(1917).
Mantenía ya entonces relación con una joven, Silveria Zurita, de una influyente familia
de la burguesía agraria cordobesa, que estudiaba en la Institución Libre de Enseñanza
(ILE). Contraen matrimonio en Bujalance en 1918, transcurriendo su vida entre Cabra,
Bujalance —residencia familiar de Silveria— y Madrid, donde residen el padre y tía
de Carandell y donde, confiando regresar algún día, mantienen latente su círculo de
relaciones intelectuales y científicas.
Carandell permaneció
en Cabra desde
1917 a 1927. Aquí
mantuvo una
importante actividad
investigadora y
creadora y desarrolló
importantes iniciativas
docentes aplicando
métodos similares
a los del InstitutoEscuela.
Los Carandell (y sus dos hijos, Juan e Irene) permanecerán en Cabra desde 1917 a
1927, hasta conseguir el traslado al Instituto de Córdoba. Durante ese tiempo hubo varios
proyectos de marcharse, pues no quiere quedarse aislado “de la circulación universal
de las ideas” ni “quedarse retrasado en demasía” en “aquella microscópica ciudad”.
Ninguno fructificó, provocando una frustración que se incrementaría con las negativas
a la concesión de algunas becas y ayudas solicitadas; así ocurrió, por ejemplo, con el
apoyo solicitado a la Junta para la Ampliación de Estudios para trasladarse a Harvard
para perfeccionar estudios de glaciarismo y asistir a los cursos que imparte W. Morris
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Davis. Y la misma suerte corrieron otras solicitudes para ampliar conocimientos en París,
Ginebra o Cambridge.
En 1922 fracasa también su intento de incorporarse, en Madrid, al Instituto-Escuela,
puesto éste que se otorga a Gómez Llueca. La noticia le es comunicada por Bernaldo
de Quirós, a quien Carandell escribió previamente interesándose por dicha plaza. Pero
estos golpes en ningún momento debilitaron su actividad investigadora y creadora,
plasmada en el Boletín de la Real Sociedad de Historia Natural, en la revista Ibérica, en
Trabajos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en la revista Peñalara, en la de la
Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en la de Escuelas Normales y
en la prensa ordinaria.
Tampoco cejan sus iniciativas docentes, tales como la instalación y seguimiento de
una estación meteorológica en el Instituto de Cabra, la aplicación en dicho centro de
métodos similares a los del Instituto-Escuela de Madrid, la creación de un Museo de
Ciencias Naturales en el propio Instituto y, por si todo ello fuera poco, inicia “por libre”
los estudios de Farmacia.
En 1924 asiste en Madrid al Congreso Geodésico y Geofísico Internacional, cuando
ya trabaja ilusionadamente en el encargo de su maestro de iniciar los preparativos
para el futuro XIV Congreso Geológico Internacional. Consigue una licencia oficial para
permanecer en Madrid, compensando sus anhelos y los de Silveria, quien nunca perdió
el contacto con sus antiguas compañeras y profesoras de la Residencia de Señoritas
(María de Maeztu, Rafaela Ortega y Gasset, Zenobia Camprubí, Victoria Kent…), con
las cuales trabajaba activamente en la fundación de un Lyceum Club Femenino o club
de mujeres de ideario institucionista. En esta coyuntura se produce la muerte de Don
Gregorio Carandell, en cuya memoria redactará el opúsculo ya citado, todo un canto
fúnebre, un verdadero panegírico que resume la vida de su padre, al que reconoce
deuda de gratitud eterna.
En cuanto al Congreso, dirigirá la excursión a Cabra, Antequera y Sierra Nevada,
colaborando también en la de la Sierra de Guadarrama, cuya guía redacta con Obermaier.
Sabemos del impacto que produjo en Cabra la visita de los “sabios”2 del mundo entero,
recordada durante lustros e inmortalizada en piedra en el propio Santuario, en cuyo Libro
de Honor firmaron todos los asistentes. Tras el traslado profesional a Córdoba el ritmo
frenético de actividades continúa:
-
En 1928 abre Farmacia propia.
-
Asiste como Delegado del Ministerio de Instrucción Pública al Congreso Internacional
de Geografía en Inglaterra.
2 Así se les denominó por el pueblo de Cabra.
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-
Asiste con evidente protagonismo a la velada propiciada por la visita a Córdoba de
Ortega y Gasset, con el que Carandell y su esposa mantenían una profunda amistad.
-
Pronuncia numerosas charlas y conferencias.
-
Organiza frecuentes excursiones escolares y asiste a otras de signo más científico.
-
Ingresa como numerario en la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles
Artes de Córdoba.
-
Y todavía le quedarán arrestos para aceptar en 1931 (enfermo ya, como después
veremos) la oferta de dar clases en la entonces Escuela Superior de Veterinaria
como profesor interino de Botánica, Zoología y Geología.
De su estancia en el Congreso Internacional de Geografía (Londres y Cambridge)
dará cuenta en la prensa local, editando también un número especial la revista Ibérica.
Junto con sus impresiones geográficas, aporta observaciones personales acerca de
la sociedad británica, dejando a la luz muchas de sus obsesiones: el horror al ruido
español, el envidiable rigor inglés con la fea costumbre de escupir en el suelo y, cosa
Tras su traslado a
Córdoba mantiene
su altísimo nivel de
actividad y logra la
declaración oficial en
1929 del Picacho de
la Sierra de Cabra
como Sitio Natural de
Interés Nacional.
curiosa, respecto a los periódicos ingleses, Carandell afirma que los españoles son, con
mucho, bastante mejores.
Éxito personal de Carandell será la declaración oficial, en 1929, del Picacho de la
Sierra de Cabra como Sitio Natural de Interés Nacional. El esfuerzo para conseguir esta
mención y la influencia favorable ejercida sobre los miembros de la Comisión Técnica
serán determinantes para que este paraje sea distinguido con dicha mención.
En 1930 salieron de su pluma una treintena de publicaciones, a la par que realizaba
continuos viajes, destacando la visita al Delfinado y la Saboya y la invitación de la
Societé Géologique de France en su Centenario. Finalmente, su resistencia física
se sintió afectada y en agosto cae enfermo; lo que en principio parecía un resfriado
mal curado (cogido en una excursión por los Alpes) acabó en inicio de tuberculosis.
El severo tratamiento prescrito conllevaba, además del disfrute de ambientes sanos y
naturales, una cura de descanso. La paralización drástica de su producción científica
sólo se ve rota con la redacción de “un recoleto y personal e imperecedero homenaje”
a don Lucas Fernández Navarro, que acababa de fallecer. El secreto casi absoluto
sobre la enfermedad, con la colaboración eficaz de sus médicos, supone que en alguna
correspondencia se hable de su mal como “neurosis de angustia” y se llegue a decir que
“hay mucho de neurastenia en su dolencia”.
En 1933 los tratamientos parecen dar resultados, apareciendo en su abundante
correspondencia la posibilidad de “haber superado la enfermedad”. Y de hecho en
1935 se siente con fuerzas para interesarse por su ingreso en la Academia de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales, lo que tuvo como inmediata respuesta su propuesta y
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admisión como correspondiente. Pero el optimismo dura poco y en 1936 se percibe un
nuevo deterioro físico.
En esta situación se produce el Alzamiento del 18 de julio. Carandell había viajado el
día anterior a Madrid con su suegro, quien pudo regresar a Córdoba el 18 por la noche;
nuestro autor lo intentó al día siguiente, pero ya le resultó imposible. Su única opción fue
trasladarse a su tierra natal, donde fue acogido por unos parientes, viviendo primero en
Bagur y después en Pals; todas las gestiones
para regresar a Córdoba resultan infructuosas,
falleciendo el 30 de septiembre de 1937. No
permaneció ocioso en este tiempo y, fruto de
sus inquietudes, fue una importante monografía
que después comentaremos.
En Córdoba, en su
ausencia y en plena
guerra civil, se le
instruye expediente
por las Comisiones
Depuradoras de
Instrucción Pública,
por sospecha de
tendencia izquierdista,
que será sobreseído
una vez fallecido.
Mientras tanto, en Córdoba —en su ausencia y
en plena guerra civil—, se instruye expediente
al funcionario Carandell y Pericay por las
Comisiones Depuradoras de Instrucción Pública,
Comisión (C). Las acusaciones son: haber
pertenecido a la ILE, sospecha de tendencias
izquierdistas, ser muy amante de su tierra
catalana y ser indiferente en materia religiosa, si
bien en los informes se reconoce que es persona
Fig. 2. Retrato de Juan Carandell regalado y
dedicado al Instituto de Cabra en 1935.
de orden y padre de familia intachable. Al final la Comisión exonera a Carandell y propone
la confirmación en el cargo que ostentaba, si bien ello ocurre casi dos años después de su
fallecimiento (véase instrucción completa en García, J. et al., 2007, 104-114).
Entre los homenajes póstumos recibidos destacan la colocación de una placa en el
Picacho de Cabra, nominación de sendas calles en Cabra y en Córdoba, homenaje en
la Facultad de Veterinaria (a la que su familia donó su biblioteca particular), artículos de
Pau Vila (1938), de Solé Sabarís (1941), de Hernández Pacheco (1942), homenaje en
1988 tributado por la Real Academia de Córdoba, etc.
La obra científica de Juan Carandell
Una panorámica general
Conocemos unos trescientos títulos de Carandell, entre los cuales se encuentran obras
de muy distinta importancia y significación. Del análisis de todos ellos pueden deducirse
unas constantes sintetizables en:
-
Identificación con los ideales de la ILE en la concepción del paisaje y virtudes
derivadas de su conocimiento, estudio y disfrute, al tiempo que veneración por sus
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más excelsos representantes. Ello, sin embargo, no le supuso nunca trato de favor
significativo; bien al contrario con frecuencia se vio privado de ayudas, becas y
cargos solicitados.
Identificado con
los ideales de la
ILE su obra tiende
hacia las disciplinas
enmarcadas en
el naturalismo.
Tiene aficiones
humanísticas y
estuvo dotado de
unas aptitudes
excepcionales para el
dibujo y la pintura.
-
Hombre con "actividad portentosa del espíritu, curiosidad infatigable", "sed casi
infinita de saber, de descubrir, de conocer" (Gil Muñiz, 1930). Su variopinta obra
tiende hacia las disciplinas enmarcadas en el naturalismo y siente pasión por la
educación, la naturaleza y la ciencia; entiende ésta en un sentido amplio y generalista,
tiene aficiones humanísticas y, como peculiaridad, estuvo dotado de unas aptitudes
excepcionales para el dibujo y la pintura.
-
Durante toda su vida intentó mantenerse conectado —a través de varias revistas—
con la ciencia internacional; consideró como el gran maestro de la Geografía a
William Morris Davis, cuya obra estudió, tradujo y contribuyó a difundir en España.
-
Solé Sabarís (1941) distinguió en su obra tres etapas (a las que hicimos algunas
precisiones posteriores), sintetizables en: a) Etapa inicial (1913-18), de formación,
con obra esencialmente geológica y geomorfológica; b) Periodo central (1918-28),
de máxima producción y rendimiento; estudia en el relieve andaluz, derivando hacia
la Geomorfología y la Geografía; añade a su obra frecuentes traducciones, al tiempo
que empieza a colaborar en prensa; c) Etapa final (1928-1937), marcada por la
enfermedad, con descenso palpable de su producción, la cual definitivamente se
dirige hacia contenidos geográficos físicos y humanos.
En cuanto a las temáticas abordadas en la obra de Carandell, hemos conformado una
clasificación en dieciséis grupos o apartados:
GRUPOS TEMÁTICOS EN LA OBRA DE CARANDELL
Nº OBRAS
I
Geología y Geografía generales
II
Geología y Geomorfología españolas (excepto Andalucía y Sistema
Central)
III
Sistema Central
IV
Cataluña
IV
Geología y Geomorfología andaluzas (excepto provincia de Córdoba)
27
VI
Geografía humana andaluza (excepto provincia de Córdoba)
10
VII
Aspectos físicos de la provincia de Córdoba
VIII
Geografía humana de la provincia de Córdoba
35
IX
Excursiones y viajes
38
X
Representaciones gráficas
9
XI
Divulgación naturalista
4
XII
Traducciones
14
XIII
Notas sobre congresos y otros aspectos científicos
27
XIV
Instituciones docentes y problemas de la Enseñanza
24
XV
Literatura y Arte
17
XVI
Asuntos varios
47
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10
9
14
5
4
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Imposibilitados de un recorrido siquiera somero sobre este catálogo, destacaremos lo
más sobresaliente de cada uno de estos grupos, remitiendo a nuestra obra de conjunto
sobre Carandell, ya citada (García et al., 2007) para un conocimiento más en detalle.
Lo más reseñable de la obra de Carandell
En el Grupo I destacamos los trabajos que dedicó a la teoría de Wegener aplicada a
la formación de los Alpes y las cordilleras meridionales españolas (Carandell, 1927.a);
igualmente debemos reseñar algunas traducciones (Tablas Mineralógicas, 1925) que, a
juicio de Fernández Navarro, es "una obra, hoy por hoy, insuperable". Pero sobre todo
nos interesa su aportación a la Geografía Universal del Instituto Gallach (1931.a), donde
se detectan las fuertes influencias de Davis, del que tradujo, con ayuda de su mujer,
Practical Exercises in Physical Geography y Elementary Physical Geography.
Respecto al Grupo II (Geología y Geomorfología españolas…), citaremos sólo dos notas
sobre la meseta terciaria en Alcalá de Henares (1914.a), dejando constancia de otros
trabajos relativos a La Mancha, al borde Ibérico entre Alhama y el Monasterio de Piedra
y, por último, algunas aportaciones sobre geomorfología costera.
En el Grupo III (Sistema Central) podemos separar dos conjuntos: los estudios sobre
la Sierra del Guadarrama y las aportaciones relativas al glaciarismo cuaternario. Entre
los primeros destacamos su tesis doctoral (1914.b), si bien gran difusión tendrá la guía
del XIV Congreso Geológico Internacional (1926.b), pues no en vano Carandell, como
tantos institucionistas, había quedado marcado por los paisajes del Guadarrama (Ortega
Cantero, 1998).
Mención aparte merece la participación en el estudio del glaciarismo español de la mano
de Obermaier; son varios trabajos —sobre los que Gómez Ortiz (1997) ha realizado una
acertada valoración— cuyo valor se acrecienta por la ingente cantidad de dibujos, obra
todos de Carandell.
Respecto al Grupo IV, la pasión de Carandell hacia Cataluña contrasta con la existencia
de una sola obra significativa: una monografía sobre El Bajo Ampurdán, redactada en
su último año de vida, publicada en 1942, reeditada en 1945, 1978 (con estudio previo
y preparación de Solé Sabarís) y en 2011 (con palabras introductorias de quien esto
escribe). En esta obra se observa ya en su total madurez la apuntada conversión a
la Geografía; pero su importancia aún resalta más si se tiene en cuenta que el ideal
geográfico de Carandell —que ha intercalado en todos sus escritos— está constituido
por las estructuras humanas, geográficas, sociales y culturales del Bajo Ampurdán, y
con las que juzga sobre todo a las andaluzas, con frecuencia tan diferentes e incluso
contrapuestas (López Ontiveros y Naranjo Ramírez, 2001).
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El Grupo V (Geología y Geomorfología andaluzas…) nos ofrece un amplísimo contenido;
meritorio es que por primera vez se aporta una visión ordenada del relieve andaluz (1930.a),
al tiempo que tenemos oportunidad de comprobar el cambio de paradigma de Carandell
hacia las teorías movilistas, abrazando "la moderna teoría de Wegener-Argand-Staub"
(1931.b). Igualmente en este mismo grupo encontramos trabajos sobre geomorfología
fluvial, surgiendo con fuerza uno de los temas obsesivos de Carandell: la erosión. Y de
especial interés resultan los trabajos sobre la cuenca del Guadiaro y el Tajo de Ronda —
lugar de frecuentes excursiones escolares— (1927.b), y el Torcal de Antequera, espacio
sobre el que elaboró un cuidado texto para el XIV Congreso Geológico Internacional.
Pero su preferencia siempre estuvo por "Sierra Nevada, que ocupa (en nosotros) —
dice— el lugar más excelso", sistema al que dedicó varios trabajos (López Ontiveros y
Naranjo Ramírez, 2000.a) de los que, uno de ellos (1920) ofrece el atractivo de ser la
interpretación cuando Carandell no había aceptado aún las teorías movilistas, posición
epistemológica que cambió a raíz del XIV Congreso Geológico Internacional, para el
cual elaboró también el texto de la excursión con este destino (1926.c).
Fig.3. Recreación del relieve de Sierra Nevada y sus glaciares en época cuaternaria.
Otros valores innegables son la apertura de temas en geomorfología fluvial, pionerismo
en la preocupación por la erosión y, muy importante, divulgó los valores y la protección
de muchos paisajes singulares: Sierra Morena, Torcal, Chorro de los Gaitanes, Sierra
de Cabra, Tajo de Ronda…
En el Grupo VI (Geografía Humana andaluza…) destacamos la que es una de las mejores
aportaciones carandellianas a la Geografía: El hábitat en la Sierra Nevada (1935.a). Fruto
de una colaboración con Max Sorre3, algunos de sus valores son: síntesis del relieve,
erosión, vegetación y cultivos; explicación de la distribución geográfica y estructura
de los pueblos y su población; estudio de los límites altitudinales del poblamiento y su
comparación con los Pirineos y los Alpes; y, por último, espléndido nos parece el análisis
de "el relieve y la habitación humana dispersa en la región subalpina: hatos y cortijillos".
3 Nuestra interpretación de esta “colaboración” en: López Ontiveros, A. y Naranjo Ramírez, J., 2000.b).
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El Grupo VIII (Geografía Humana. Provincia de Córdoba) constituye uno de los más
numerosos por sus aportaciones (López Ontiveros, 1997) si bien con valor y extensión
muy desiguales; en su seno distinguimos los siguientes subgrupos:
-
VIII.1.- Población y poblamiento, con un artículo principal y clave (1934.a).
-
VIII.2.- Cultivos y aprovechamientos del campo cordobés: dos artículos encomiables,
con similar factura en cuanto a contenido y forma, introduciendo en ellos
“cartogramas”, mapas que expresan la intensidad y distribución de determinadas
variables estudiadas (1934.b y c.). Son constantes la defensa del pluricultivo y el
regadío como remedio para todos los males económicos y sociales del campo.
-
VIII.3.- Estructura de la propiedad, con una monografía significativa (1934.d) y varias
aportaciones cortas.
-
VIII.4.- Etnografía agraria cordobesa, acerca de las casas urbanas y rurales, el
utillaje rural al uso, tipología de carretas, etc…
Completarían este amplio grupo de trabajos otros sobre el embalse del Guadalmellato,
las comunicaciones ferroviarias y el desarrollo de la comarca de Cabra. Del resto de
los apartados temáticos, por razones de espacio editorial, debemos renunciar a su
tratamiento específico, aunque quizá algunos aspectos aparezcan en el epígrafe que
trataremos a continuación.
Juan Carandell, maestro y profesor
Fue un educador
vocacional, cuyo
referente pedagógico
fue doble: la venerada
figura paterna y
la concepción
de la enseñanza
aprehendida en la
ILE.
Tras la presentación general de los aspectos significativos de la obra científica de
Carandell, no olvidamos que, además, fue un educador vocacional, cuyo referente
pedagógico fue doble: la venerada figura paterna y la concepción de la enseñanza
aprehendida en la ILE. El resultado será una auténtica pasión por la educación como
instrumento de desarrollo de los pueblos, convirtiendo la tarea docente en “apostolado
pedagógico elevado a la categoría de sacerdocio” (Solé Sabarís, 1941). Seguidor en
su juventud de las lecciones de Cossío, las ideas pedagógicas de Giner de los Ríos le
fueron impregnando y, aún cuando “nosotros no tuvimos la suerte de ser residentes”
(1935.b), la Residencia de Estudiantes y el mundo institucionista en general (incluyendo
la Escuela de Señoritas, en la que estudió su esposa) se convirtieron en la mejor
referencia y modelo para la práctica de la docencia.
Esta pasión docente se manifiesta de diversas maneras, algunas tan emotivas como
poner, tras la firma del trabajo dedicado a la muerte de su padre, antes que cualquier otro
título, el de “maestro”. Igualmente su inquietud le llevó a tomar iniciativas verdaderamente
valientes y de resultados espectaculares; de ellas la más impactante fue la creación
del Museo de Ciencias Naturales del Instituto de Cabra (1926.d), aún hoy una joya
posiblemente insólita en el universo de las enseñanzas medias.
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Fig. 4. Museo de Historia Natural del Instituto Aguilar y Eslava de Cabra.
No desaprovechó
ocasión para
trasladar al
profesorado técnicas
e instrumentos de
prácticas muy útiles
pedagógicamente
(mapas en relieve,
“estesiogramas”...)
Además Carandell no desaprovechó ocasión para trasladar al profesorado técnicas
que, simplificadas con ingenio, permitirían disponer de instrumentos de prácticas muy
útiles pedagógicamente (mapas en relieve, por ejemplo); y en este contexto, fue el
transmisor y divulgador de procedimientos de los que, en la práctica científica, él mismo
fue introductor en España: es el caso de los llamados estesiogramas o block-diagramas,
técnica gráfica para sintetizar los rasgos externos del relieve e incluso su organización
interna (1923). Facilitó esta tarea su habilidad para el dibujo, que le convirtieron en uno
de los ilustradores científicos más significados del primer tercio del s. XX; todos sus
libros y muchos de otros personajes ilustres (Obermaier, Bernaldo de Quirós...) están
llenos de ilustraciones que, con distinto grado de elaboración, siempre son transmisores
privilegiados del mensaje científico que aquel paisaje tenía implícito.
En la línea institucionista, como manifestación clara de su sed y ansia permanente
de paisaje, Carandell es asiduo practicante de la excursión, del trabajo de campo, del
contacto con la naturaleza; y ello —que en la vertiente personal supuso una de sus
pasiones— lo convertirá con frecuencia en el complemento imprescindible del trabajo
en el aula. Porque no podemos hacer mención de todas ellas, limitémonos a decir que,
de acuerdo con las referencias que en sus obras aparecen, calculamos que fueron más
de cincuenta los viajes y excursiones realizadas a lo largo de su vida, y muchas de ellas
tuvieron carácter escolar, plasmándose sus resultados después en publicaciones de
claro contenido pedagógico (1930.b).
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Fueron más de
cincuenta los viajes
y excursiones
realizadas a lo largo
de su vida, y muchas
de ellas tuvieron
carácter escolar,
plasmándose sus
resultados después
en publicaciones
de claro contenido
pedagógico
Fig. 5. Estesiograma o Block-diagrama de la región de “El Torcal” de Antequera.
Y otra faceta con dimensión docente es la traducción, llevando a un amplio espectro
de lectores temas y aportaciones que ha ido asimilando través de libros y revistas
extranjeras. Las catorce traducciones computadas son sólo una parte de las que realizó;
algunas quedaron inéditas (con evidente frustración para el autor) y en otros muchos
casos, los resultados se plasmaron integradas en sus propios estudios. El caso de
la doble defensa realizada de las teorías fijistas (primero) y de las opuestas teorías
movilistas (después) es bien sintomático de este carácter de “esponja intelectual” que
asimila y traslada a sus escritos cuanto de valía le llega de la ciencia internacional.
Fig. 6. La Fosa del Rhin: la ciencia y la habilidad para la expresión gráfica al servicio de la enseñanza.
Pero se adivinará que una actitud docente tan pro-activa, en una persona que además
frecuentaba el artículo de prensa, necesariamente tenía que hacer aparecer la inquietud
por el sistema educativo, lo que derivaría en muchos casos hacia la reivindicación y la
queja por el estado de la enseñanza en general, no olvidando por supuesto la
reivindicación profesional del docente que se siente mal pagado y no socialmente
reconocido; en este sentido su defensa de los catedráticos de instituto es contundente,
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sin dudar en equipararlos a muchos de los que enseñan en la Universidad, algunos de
los cuales —escribe— fueron antes profesores de instituto. Y ello haciéndolo compatible
con una actitud positiva y ejemplificadora cuando descubre y encuentra personas,
instituciones o actuaciones que le parecen modélicas; el Instituto de Cabra, en este
sentido, es considerado de este modo con frecuencia, hasta el punto de compararlo con
el Instituto-Escuela recién abierto en Madrid. Pero en enseñanza su orden prioridades lo
tenía claro, tal y como queda plasmado en el titulo de uno de sus trabajos (Más Escuelas
y menos Universidades. El ejemplo de Bilbao), donde llega a afirmar: “Antes que
Universidades, Institutos y antes que Institutos, Escuelas…”
Referencias bibliográficas
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y Ediciones, pp. 184-322.
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Breve currículo
José Naranjo Ramírez es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Córdoba. Tras
una breve permanencia como profesor ayudante, ejerce como profesor de Enseñanzas Medias
(Profesor agregado y catedrático) en distintos centros de bachillerato, para acabar retornando a la
misma Universidad en el área de Geografía Humana. Sus líneas de investigación prioritarias han
sido Geografía de la población (emigración exterior de España) y Geografía agraria (estructuras
y paisajes agrarios), ocupándose más recientemente en temas de Geografía urbana e Historia
de la Geografía y del pensamiento geográfico. Es en este momento (desde 2005) Tesorero de la
Asociación de Geógrafos Españoles y Vicerrector de Profesorado y Organización Académica de
la Universidad de Córdoba.
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