Alfred Wegener y la deriva continenetal

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Alfred Wegener
(Berlín, 1880 - Groenlandia, 1930) Geofísico y meteorólogo alemán. Aunque doctorado en astronomía, se interesó muy pronto por la
geofísica y por las entonces incipientes ciencias de la meteorología y la climatología. Pionero en el uso de globos aerostáticos para el
estudio de las corrientes de aire, a lo largo de su vida realizó hasta tres expediciones de observación meteorológica a Groenlandia, en la
última de las cuales encontró la muerte.
Su nombre quedará asociado para siempre a la teoría de la deriva continental, que le ocasionó no pocos disgustos en vida. En 1911 se
interesó por el descubrimiento de restos fósiles de vegetales de idénticas características morfológicas hallados en lugares opuestos del
Atlántico. La paleontología ortodoxa explicaba tales fenómenos recurriendo a hipotéticos puentes de tierra firme que en su día unieron las
diferentes masas continentales.
Las similitudes entre los perfiles opuestos de los continentes de América del Sur y África le sugirieron la posibilidad de que la igualdad de la
evidencia fósil se debiera a que ambos hubieran estado unidos en algún momento del pasado geológico terrestre. En 1915 expuso los
principios de su teoría en la obra El origen de los continentes y los océanos, que amplió y reeditó en 1920, 1922 y 1929.
Según Wegener, hace unos 300 millones de años los actuales continentes habrían estado unidos en una sola gran masa de tierra firme que
denominó Pangea, la cual, tras resquebrajarse por razones desconocidas, habría originado otros nuevos contingentes terrestres sujetos a
un movimiento de deformación y deriva que todavía perdura.
La teoría fue recibida de manera uniformemente hostil, y en ocasiones, incluso violenta, en buena parte por la inexistencia de una
explicación convincente sobre el mecanismo de la deriva continental en sí. A partir de 1950, no obstante, las ideas de Wegener ganaron
rápida aceptación gracias al desarrollo de las modernas técnicas de exploración geológica, en particular del fondo oceánico. Reformulada a
partir de recientes descubrimientos, la teoría de la deriva continental se encuentra hoy totalmente consolidada.
La teoría original de Alfred Wegener
La distribución geográfica de los fósiles fue uno de los argumentos que usó Alfred Wegener para demostrar la veracidad de su teoría.
La teoría de la deriva continental fue propuesta originalmente por Alfred Wegener en 1912, quien la formula basándose, entre otras cosas, en la
manera en que parecen encajar las formas de los continentes a cada lado del Océano Atlántico, como África y Sudamérica (de lo que ya se habían
percatado anteriormente Benjamin Franklin y otros). También tuvo en cuenta el parecido de la fauna fósil de los continentes septentrionales y
ciertas formaciones geológicas. Más en general, Wegener conjeturó que el conjunto de los continentes actuales estuvieron unidos en el pasado
remoto de la Tierra, formando un supercontinente, denominado Pangea, que significa "toda la tierra". Este planteamiento fue inicialmente
descartado por la mayoría de sus colegas, ya que su teoría carecía de un mecanismo para explicar la deriva de los continentes. En su tesis
original, propuso que los continentes se desplazaban sobre otra capa más densa de la Tierra que conformaba los fondos oceánicos y se
prolongaba bajo ellos de la misma forma en que uno desplaza una alfombra sobre el piso de una habitación. Sin embargo, la enorme fuerza de
fricción implicada, motivó el rechazo de la explicación de Wegener, y la puesta en suspenso, como hipótesis interesante pero no probada, de la
idea del desplazamiento continental. En síntesis, la deriva continental es el desplazamiento lento y continuo de las masas continentales.
La teoría en la actualidad
Mapa que muestra la ubicación y movimiento de las placas tectónicas en la corteza terrestre.
La teoría de la deriva continental, junto con la de la expansión del fondo oceánico, quedaron incluidas en la teoría de la tectónica de placas, nacida
en los años 1960 a partir de investigaciones de Robert Dietz, Bruce Heezen, Harry Hess, Maurice Edwing, Tuzo Wilson y otros. Según esta teoría,
el fenómeno del desplazamiento sucede desde hace miles de millones de años gracias a la convección global en el manto (exceptuando la parte
superior rígida que forma parte de la litosfera), de la que depende que la litosfera sea reconfigurada y desplazada permanentemente.
Se trata en este caso de una explicación consistente, en términos físicos, que aunque difiere radicalmente acerca del mecanismo del
desplazamiento continental, es igualmente una teoría movilista, que permitió superar las viejas interpretaciones fijistas de
la orogénesis (geosinclinal y contraccionismo) y de la formación de los continentes y océanos. Por esto, Wegener es considerado, con toda
justicia, su precursor y por el mismo motivo ambas teorías son erróneamente consideradas una sola con mucha frecuencia.
Pruebas de la deriva continental
El meteorólogo alemán Alfred Wegener reunió en su tesis original pruebas convincentes de que los continentes se hallaban en continuo
movimiento. Las más importantes eran las siguientes.
Pruebas de la geografía
Wegener sospechó que los continentes podrían haber estado unidos en tiempos pasados al observar una gran coincidencia entre la forma de las
costas de los continentes, especialmente entre Sudamérica y África. Si en el pasado estos continentes hubieran estado unidos formando solo uno
(Pangea), es lógico que los fragmentos encajen. La coincidencia es aún mayor si se tienen en cuenta no las costas actuales, sino los límites de las
plataformas continentales.
Pruebas de la geología
Se basaban en los descubrimientos a partir de esta ciencia. Cuando Wegener reunió todos los continentes en Pangea, descubrió que existían
cordilleras con la misma edad y misma clase de rocas en distintos continentes que según él, habían estado unidos. Estos accidentes se
prolongaban a una edad que se pudo saber calculando la antigüedad de los orógenos.
Pruebas de la paleontología
Wegener también descubrió otro indicio sorprendente. En distintos continentes alejados mediante océanos, encontró fósiles de las mismas
especies, es decir, habitaron ambos lugares durante el periodo de su existencia. Y lo que es más, entre estos organismos se encontraban algunos
terrestres, como reptiles o plantas, incapaces de haber atravesado océanos por lo que dedujo que durante el periodo de vida de estas
especies Pangea había existido.
Pruebas de la paleoclimatología
Esta ciencia pretende descubrir cómo era el clima pasado de las diversas regiones del planeta a través del estudio de rocas como el carbón o la
existencia de morrenas como las dejadas por los glaciares.
Wegener encontró aquí otra prueba que respaldaba su hipótesis. En su mapa de Pangea, las regiones ecuatoriales contenían en los años 60
morrenas de carbón, consecuencia inevitable de una antigua selva. Gracias a esto, se comprobó el movimiento de estos continentes desde
que Pangea fue destruído. Actualmente, estos continentes se hallan cerca de los polos.
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