resumen ejecutivo del Informe en castellano

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Contribución a la identificación de posibles riesgos
ambientales y para la salud humana derivados de
las operaciones de extracción de hidrocarburos
mediante fractura hidráulica en Europa
Informe para la Comisión Europea
DG Medio Ambiente
AEA/R/ED57281
Nº 11
Fecha 28/05/2012
17
10/08/
Resumen ejecutivo
Los autores del estudio reconocen las limitaciones de la revisión de riesgos llevada a
cabo, teniendo en cuenta sobre todo la inexistencia de un seguimiento sistemático básico
en EEUU (de donde procede la mayor parte de la bibliografía), la falta de datos
exhaustivos y centralizados sobre fallos e índices de incidentes en los pozos, y la
necesidad de más investigación sobre una serie de posibles impactos, entre los que cabe
citar los impactos a largo plazo...
El estudio ha identificado una serie de cuestiones que presentan un riesgo elevado para
las personas y para el medio ambiente. La siguiente Tabla resume estas cuestiones y su
relevancia.
Cuestión
ambiental
Identificación y
acondicionamiento
del emplazamiento
Diseño,
perforación,
revestimiento
y
cementación
de los pozos
Fractura
Fase del proyecto
Terminación
de los pozos
Producción
Cierre y
abandono
de los
pozos
Calificación
del conjunto
de las fases
Emplazamiento individual
Contaminación
aguas
subterráneas
Contaminación
aguas
superficiales
Recursos
hídricos
Emisiones a la
atmósfera
Ocupación del
suelo
Riesgos para la
biodiversidad
Impactos
acústicos
Impacto visual
No aplicable
Bajo
Moderado Alto
Alto
Moderado Alto
No
clasificable
Alto
Bajo
Moderado
Moderado Alto
Alto
Bajo
No
aplicable
Alto
No aplicable
No aplicable
Moderado
No aplicable
Moderado
Bajo
Moderado
Moderado
Moderado
Moderado
No
aplicable
Bajo
Moderado
Moderado
Moderado
No aplicable
No aplicable
No aplicable
Moderado
No clasificable
Bajo
Bajo
Bajo
Moderado
Bajos
Moderados
Moderados
Bajos
Bajo
Bajo
Bajo
No
clasificables
No aplicable
Seismicidad
No aplicable
No aplicable
Bajo
Bajo
Tráfico
Bajo
Bajo
Moderado
Bajo
No
aplicable
Bajo
Bajo
No
clasificable
No
clasificable
No
aplicables
Bajo moderado
No
aplicable
No
aplicable
Moderado
Moderado
Moderados
- Altos
Bajo moderado
Bajo
Moderado
Impacto Acumulativo
Contaminación
aguas
No aplicable
Bajo
Moderado Alto
Alto
Alto
No
clasificable
Alto
subterráneas
Contaminación
aguas
superficiales
Recursos
hídricos
Emisiones a la
atmósfera
Ocupación del
suelo
Riesgos para la
biodiversidad
Impactos
acústicos
Impacto visual
Moderado
Moderado
Moderado Alto
Alto
Moderado
No aplicable
No aplicable
Alto
No aplicable
Alto
Bajo
Alto
Alto
Alto
Alto
Muy alto
No aplicable
No aplicable
No aplicable
Alto
No clasificable
Bajo
Moderado
Moderado
Alto
Bajo
Alto
Moderado
Bajo
Moderado
Moderado
Moderado
No
clasificable
No aplicable
No
aplicable
Bajo
No
aplicable
No
aplicable
Bajo
Alto
Alto
Alto
Seismicidad
No aplicable
No aplicable
Bajo
Bajo
Tráfico
Alto
Alto
Alto
Moderado
Bajo
No
clasificable
No
clasificable
No
aplicable
Bajo moderado
No aplicable
No aplicable
Alto
Alto
Alto
Moderado
Bajo
Alto
Principales factores de riesgo
A grandes rasgos, las principales causas de los riesgos e impactos asociados a la
fractura hidráulica de gran volumen (HVHF, por sus siglas en inglés) identificados
durante el estudio son las siguientes:
-La utilización de un volumen considerablemente mayor de agua y de productos
químicos comparado con la extracción convencional de gas.
-El menor rendimiento de los pozos no convencionales de gas comparados con los pozos
convencionales, que implica que los impactos de los procesos de HVHF pueden ser
mayores que los derivados de la exploración y producción convencional de gas por
unidad de gas extraído.
-El reto de cómo garantizar la integridad de los pozos y de otros equipos durante las
fases de construcción y funcionamiento y durante toda la vida de la planta (plataforma
de pozos) tras su cierre y abandono, de manera que se eviten riesgos de contaminación
de las aguas superficiales o subterráneas.
-El reto de cómo garantizar que se eviten vertidos de productos químicos y aguas
residuales con potenciales repercusiones ambientales durante la construcción y la vida
operativa de la planta (plataforma de pozos).
-El reto de garantizar una identificación y selección correcta de los emplazamientos
geológicos, basándose en una evaluación de riesgos de determinadas características
geológicas y de las posibles incertidumbres asociadas a la presencia subterránea a
largo plazo de fluidos de la fractura hidráulica.
-La posible toxicidad de los aditivos químicos y el reto de desarrollar alternativas más
ecológicas.
-La necesidad ineludible de transportar equipos, materiales y residuos desde y hasta las
instalaciones, lo que supone impactos derivados de la circulación de vehículos que
pueden ser mitigados pero no evitados totalmente.
-La posibilidad de que las operaciones extractivas se desarrollen en una zona más
amplia que la utilizada habitualmente en la extracción convencional de gas.
-La necesidad inevitable de utilizar la planta y los equipos durante la construcción del
pozo y en la fractura hidráulica, generando emisiones a la atmósfera y contaminación
acústica.
Impactos ambientales
Ocupación del suelo
La experiencia estadounidense demuestra que la gran cantidad de suelo necesario para
la extracción del gas de esquistos constituye un factor importante de riesgo de impactos.
La fase de fractura hidráulica (fase 3) requiere una superficie mayor de terrenos, que
es menor durante la fase de producción (fase 5). Las instalaciones en superficie
requieren una superficie de aproximadamente 3,6 hectáreas por plataforma durante el
proceso de fractura hidráulica de gran volumen y la fase de terminación, comparado
con las 1,9 hectáreas por plataforma necesarias en las perforaciones convencionales. La
ocupación de suelo sería mayor si la comparación se realiza en términos de energía
extraída. Aunque una cuantificación exacta no es posible, se calcula que podrían
necesitarse aproximadamente 50 pozos de gas de esquistos para obtener una
producción similar a la de un pozo de gas natural del mar del Norte. Las operaciones
de refracturación requieren asimismo terrenos adicionales (habitualmente cada pozo
puede refracturarse hasta 4 veces durante una vida útil de 40 años). Por lo tanto,
explotar totalmente un yacimiento puede requerir una colación aproximada del 1,4%
de la superficie situada por encima de la zona productiva de cada pozo. Esto se puede
comparar con el 4% del suelo europeo que es lo que actualmente ocupan las viviendas
la industria y el transporte. Esta ocupación se considera que puede tener gran
importancia para el desarrollo de la extracción de gas de esquistos en una superficie
amplia y/o en regiones europeas densamente pobladas.
La evidencia recogida sugiere que en zonas sensibles, particularmente en zonas de
elevado valor agrícola, natural o cultural, puede no ser posible restaurar completamente
los emplazamientos tras la terminación de un pozo y su abandono. Con muchas
instalaciones, podría dar lugar a una pérdida significativa o la fragmentación de los
servicios o instalaciones recreativas, campos agrícolas valiosos o hábitats naturales.
Emisiones a la atmósfera
Las emisiones generadas por gran número de pozos en una zona localizada o en una
comarca más amplia podrían tener un impacto potencialmente importante sobre la
calidad del aire. Las emisiones asociadas a una explotación a gran escala de un
yacimiento de gas de esquistos podrían tener importantes repercusiones sobre los niveles
de ozono. La exposición al ozono podría tener impactos negativos sobre el sistema
respiratorio, lo que se considera un riesgo potencialmente de gran importancia.
La fase de fractura hidráulica también plantea problemas de posibles impactos sobre la
calidad del aire. Habitualmente se incluyen en este apartado los gases generados por
las bombas de fractura y las emisiones de contaminantes peligrosos, sustancias
precursoras del ozono y olores debido a las fugas de gas durante las operaciones de
fractura (por ejemplo, de las bombas, válvulas, válvulas de escape de presión,
compresores...).
Preocupan asimismo los riesgos derivados de las emisiones de contaminantes peligrosos
procedentes de los gases y fluidos de fractura hidráulica disueltos en las aguas
residuales durante la terminación y reterminación del pozo. El transporte del gas a
través de tuberías de pequeño diámetro hasta el gaseoducto principal o la planta de
tratamiento también puede dar lugar a fugas, generando emisiones de metano
(asociado a la formación de ozono fotoquímico así como a impactos climáticos) y de
gases traza potencialmente peligrosos.
Durante la fase de producción es probable que se generen asimismo fugas de metano
y trazas de otros hidrocarburos que pueden aumentar la contaminación local y
regional, con posibles impactos negativos para la salud. Con varias instalaciones el
riesgo podría se potencialmente alto, especialmente si llevan a cabo operaciones de
refracturación.
El abandono de un pozo o de unas instalaciones también puede generar impactos sobre
la calidad del aire si no se han sellado correctamente los pozos, generando fugas de
emisiones contaminantes. Esto podría ocurrir igualmente en los pozos más antiguos,
aunque este riesgo se considera bajo en los pozos diseñados y construidos
adecuadamente. Existe poca evidencia de los riesgos planteados por el movimiento de
los contaminantes transportados por el aire y depositados en la superficie a largo
plazo, pero la experiencia para tratar este tema se puede extraer de la gestión de los
pozos convencionales.
Contaminación acústica
El ruido generado por la excavación, movimiento de tierras y vehículos de transporte
durante las labores de acondicionamiento del emplazamiento tiene potenciales impactos
tanto sobre la población vecina como sobre la vida silvestre de la zona, particularmente
en áreas sensibles. La fase de acondicionamiento del emplazamiento suele durar hasta
4 semanas, pero su naturaleza no se considera muy diferente de otras actividades
comparables de construcción a gran escala.
El nivel de ruidos varía a lo largo de las diferentes fases del ciclo de acondicionamiento
y producción. La perforación y el propio proceso de fractura hidráulica son las fuentes
más importante de ruido. La quema de gas antorcha también puede generar mucho
ruido. Para un pozo individual la duración de la fase de perforación será bastante corta
(unas 4 semanas de duración), pero constante durante las 24 horas del día. El efecto del
ruido sobre la población local y la vida silvestre será mucho mayor cuando se perforen
varios pozos en una misma plataforma multipozo, operación que habitualmente dura un
periodo de 5 meses. El ruido de la fractura hidráulica también puede molestar y
perturbar temporalmente a la población local y la vida silvestre. En la mayoría de los
casos el impacto del ruido puede mitigarse con medidas de reducción del mismo, aunque
el riesgo se considera moderado en ubicaciones donde es preciso tener en cuenta la
proximidad a zonas habitadas o a hábitats de importancia para la fauna.
Se calcula que cada plataforma (presumiendo 10 pozos por plataforma) requiere entre
800 y 2.500 días de actividad ruidosa durante la etapa previa a la producción,
incluyendo el acondicionamiento del terreno y construcción de accesos así como el
proceso de fractura hidráulica. Estos niveles de ruido deberían ser controlados
cuidadosamente pare evitar riesgos sanitarios a la población.
Contaminación de las aguas superficiales y subterráneas
El estudio ha revelado que existe un elevado riesgo de contaminación de las aguas
superficiales y subterráneas en las diversas fases de la construcción de los pozos y de
los procesos de fractura hidráulica y producción de gas, así como durante la fase de
abandono de las instalaciones. El desarrollo acumulativo de explotaciones podría
incrementar este riesgo aún más.
En los inicios de la construcción de las instalaciones los procesos erosivos y la escorrentía,
sobre todo en caso de tormenta, pueden provocar la acumulación de limos en las aguas
superficiales y el vertido de contaminantes a los cursos de agua y otras aguas
superficiales, así como a los acuíferos subterráneos. Este problema es común a todas las
actividades de minería y extracción a gran escala. Sin embargo, la extracción no
convencional de gas conlleva un mayor riesgo porque implica procesos de gran volumen
por instalación y porque los riesgos aumentan con varias instalaciones. Es más probable
que las instalaciones para extracción de gas de esquistos generen mayores problemas
de escorrentía de agua de lluvia, que afectarían a los hábitats naturales debido a la
erosión de los cursos de agua, la acumulación de sedimentos, la degradación de las
aguas, e inundaciones. Las medidas de mitigación, como instalaciones de drenaje y
control de determinados contaminantes, son bien conocidas, por lo que el peligro se
considera de poca importancia para las instalaciones individuales con riesgo bajo, y
moderado para los impactos acumulativos con riesgo moderado. Los accidentes de
carretera de los vehículos que transportan sustancias peligrosas podrían generar
asimismo impactos en las aguas superficiales.
El estudio analizó los riesgos de contaminación de las aguas derivados de la
perforación (i) y la fractura hidráulica (ii) secuencial y simultánea de pozos.
i. Un diseño o una construcción deficiente de los pozos puede provocar la
contaminación de las aguas subterráneas debido a la penetración del pozo en el
acuífero, el flujo de fluidos hacia o desde las formaciones rocosas, o la migración
de gas natural a las masas de agua. En un pozo bien construido, con una gran
distancia entre el suministro de agua potable y la zona productora de gas y
unas condiciones geológicas adecuadas, se considera que los riesgos son bajos
tanto para instalaciones individuales como múltiples. En los pozos de gas natural
se utiliza aire comprimido o lodos como fluido de perforación. Durante la fase de
perforación pueden surgir problemas de contaminación debido a la falta de
control de las aguas de lluvia, una gestión poco eficaz de las instalaciones,
medidas inadecuadas de contención superficial o subterránea, un revestimiento
del pozo deficiente, una erupción incontrolada por fallo en los sistemas de
control de la presión, o fallo de los componentes. Si los controles del proceso de
construcción son insuficientes el riesgo de liberación accidental aumenta a
medida que se multiplican los pozos de extracción. Los detritos producidos en los
pozos requieren también un manejo adecuado para evitar, por ejemplo, el
riesgo de contaminación radiactiva. La exposición a estos detritos podría suponer
un riesgo para la salud pequeño, aunque el estudio concluye que sólo se daría
en caso de grave fallo de los sistemas de control establecidos. No se encontró
evidencia de que el vertido de los lodos de perforación tuviese un efecto
importante sobre las aguas superficiales. Sin embargo, en vista de la posible
importancia de los vertidos para recursos hídricos sensibles, la importancia de los
riesgos para las aguas superficiales se ha considerado moderada.
ii. Los riesgos de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas
durante la fase de fractura hidráulica se consideran de moderados a altos. La
probabilidad de que un fluido de fractura inyectado correctamente alcance los
acuíferos subterráneos de agua potable a través de las fracturas es remota si la
separación entre dicho acuífero y la zona productora supera los 600 metros. Sin
embargo, es necesario tener en cuenta adecuadamente la posibilidad de que las
características geológicas de una zona, bien sea naturales o creadas por el ser
humano, aumenten la conectividad entre los estratos profundos y las formaciones
más superficiales y suponga un riesgo de migración o de filtración, que debe ser
debidamente considerado. Los riesgos son mayores cuando no existe una
separación tan grande entre ambos estratos. Si se utilizan aguas residuales como
componente del fluido de fractura se reducen las necesidades de agua, pero se
incrementa el riesgo de introducir en los acuíferos contaminantes químicos y
materiales radioactivos presentes en las capas profundas de forma natural, en
caso de fallo en los pozos o de que las fracturas se extiendan más allá de la
zona de producción. El posible desgaste producido por la repetición de las
operaciones de fractura en diversos componentes del pozo, como el
revestimiento y el cemento, no se conoce suficientemente, siendo necesaria una
mayor investigación.
En la fase de producción hay diversos impactos potenciales sobre las aguas
subterráneas asociados a un diseño inadecuado o a fallos en el revestimiento de los
pozos, que podrían provocar la contaminación de los acuíferos. Entre las sustancias que
pueden suscitar preocupación y que son de origen natural, se encuentran los metales
pesados, el gas natural, fuentes radiactivas naturales (NORM) y material radioactivo
natural reforzado técnicamente (TENORM) por las operaciones de perforación. Los
riesgos para las aguas subterráneas se consideran de moderados a altos para las
instalaciones individuales y altos para varias instalaciones.
Un sellado inadecuado de un pozo al término de su explotación podría contaminar las
aguas superficiales y subterráneas, aunque la información disponible sobre los riesgos
derivados del desplazamiento del fluido de fractura hidráulica a la superficie a largo
plazo es insuficiente para permitir la caracterización de estos riesgos. La presencia de
fluidos de elevada salinidad en las formaciones de gas de esquistos indica que en las
condiciones geológicas más habituales en dichas formaciones no suele existir una vía de
liberación de los fluidos hacia otras formaciones, aunque algunas investigaciones
publicadas recientemente indican que podrían existir vías de migración en ciertas zonas
geográficas, como algunas comarcas de Pennsylvania, lo que acentúa la importancia de
un elevado estandar de caracterización de estas condiciones.
Recursos hídricos
El proceso de fractura hidráulica es intensivo en consumo de agua, y por tanto los
riesgos de impactos importantes debido a la extracción hídrica podrían ser elevados en
zonas con varias instalaciones. Una parte del agua utilizada no se recupera. Si el
consumo de agua es excesivo, el resultado puede ser una merma de la disponibilidad
del suministro hídrico público, impactos negativos sobre los hábitats y ecosistemas
acuáticos debido a la degradación de las aguas, una reducción en la cantidad y la
calidad de las mismas, cambios de temperatura, y procesos erosivos. Las áreas que ya
experimentan escasez de agua pueden verse afectadas, especialmente si se tienen en
cuenta los impactos a largo plazo del cambio climático sobre la oferta y demanda de
agua. Una reducción de los niveles hídricos podría originar asimismo alteraciones
químicas de los acuíferos que generarían una proliferación de bacterias, con los
consiguientes problemas de sabor y de olor del agua potable. La geología subyacente
también puede desestabilizarse debido al afloramiento de agua de menor calidad o de
otras sustancias. Los permisos de extracción de agua para fractura hidráulica han sido
suspendidos recientemente en algunas zonas de Estados Unidos.
Impactos sobre la biodiversidad
La extracción no convencional de gas puede afectar a la biodiversidad de diversas
maneras. Puede provocar la degradación o la eliminación completa de un hábitat
natural debido a una extracción excesiva de agua, o a la fragmentación de un hábitat
como resultado de la construcción de carreteras o de cercados, o de la plataforma
propiamente dicha. Durante la construcción y funcionamiento de un pozo pueden
introducirse especies nuevas invasoras, bien sea plantas, animales o micro-organismos,
afectando tanto a los ecosistemas terrestres como acuáticos. Aunque ello podría
constituir una cuestión preocupante, se carece aún de evidencia clara que permita
evaluar su importancia.
El ruido, movimiento de vehículos y funcionamiento de las instalaciones podría afectar a
la biodiversidad durante la perforación de los pozos. Se requiere asimismo un
adecuado tratamiento y eliminación de los fluidos de perforación para evitar daños a
los hábitats naturales. Estos riesgos, sin embargo, son menores durante otras fases de la
extracción de gas de esquistos.
Durante la fractura hidráulica los impactos sobre los ecosistemas y la vida silvestre
dependerán de la ubicación de la plataforma de perforación y de su proximidad a
especies en peligro o amenazadas. Los vertidos de sedimentos a los cursos de agua, la
contaminación provocada por vertidos accidentales, y un tratamiento inadecuado de las
aguas residuales recuperadas, así como la reducción de los recursos hídricos, se
consideran amenazas potenciales reales. Sin embargo, el presente estudio evidenció que
estos impactos se daban rara vez y que los riesgos acumulativos podrían clasificarse
como moderados.
Durante la fase de producción pueden generarse impactos sobre los ecosistemas
naturales debido a la actividad humana, el transporte, la ocupación del suelo, la
degradación y fragmentación de los hábitats y la introducción de especies invasoras. La
construcción de gaseoductos podría afectar a ecosistemas sensibles, y la repetición del
proceso de fractura generaría nuevos impactos sobre la biodiversidad. La posibilidad
de que el deterioro de los terrenos utilizados suponga que no pueden volver a su uso
anterior tras el abandono de los pozos, constituye otro factor que podría afectar a los
ecosistemas locales. Los riesgos para la biodiversidad durante la fase de producción se
han considerado potencialmente altos para las instalaciones múltiples.
Tráfico
Se estima que el movimiento de camiones durante las fases de construcción y
funcionamiento de una instalación ascendería a entre 7.000 y 11.000 viajes para una
plataforma de 10 pozos. Aunque de forma temporal, este movimiento afectaría
negativamente a la red de carreteras locales y nacionales y podría tener impactos
importantes en zonas con una densidad de población elevada. La utilización de tuberías
para el transporte de agua podría reducir el número de viajes.
Se estima que el número de viajes de camión a un emplazamiento individual podría
ascender a unos 250 trayectos diarios durante las fases más intensivas de
funcionamiento -una cifra perceptible para los vecinos, aunque este nivel se mantendría
sólo unos cuantos días. Cabe señalar entre los impactos el aumento de tráfico en las
carreteras (que afectaría a la circulación y ocasionaría atascos), cuestiones de
seguridad vial, deterioro de la red de carreteras, puentes y otras infraestructuras, e
incremento del riesgo de accidentes y de vertidos de sustancias peligrosas. El riesgo se
considera moderado para instalaciones individuales, y alto para instalaciones múltiples.
Impacto visual
El riesgo de impactos visuales importantes durante la selección de la ubicación y
trabajos de acondicionamiento se considera bajo dado que los nuevos rasgos del
paisaje introducidos en la fase de construcción de la plataforma de pozos son
temporales y habituales en muchos otros proyectos de construcción. La utilización de
grandes torres de perforación podría resultar antiestética durante las cuatro semanas
del periodo de construcción del pozo, especialmente en zonas sensibles de considerable
valor agrícola o residencial. Es probable que la población local no esté familiarizada
con el tamaño y la escala de estas torres, por lo que el riesgo de impactos significativos
se considera moderado para aquellas zonas en las que se construyan plataformas
multipozo.
El riesgo de impactos visuales del proceso de fractura hidráulica propiamente dicho es
menor, consistiendo los principales cambios paisajísticos en elementos menos molestos
visualmente. En caso de instalaciones múltiples el riesgo desde el acondicionamiento del
emplazamiento hasta las fases de fractura se considera moderado. Durante la fase de
abandono puede que no sea posible eliminar todo el equipamiento de los pozos, pero
se considera que ello presenta un riesgo bajo de impacto visual, teniendo en cuenta el
reducido tamaño del equipo que permanece en el emplazamiento.
Seismicidad
Existen dos tipos de acontecimientos sísmicos inducidos asociados a la fractura hidráulica.
El propio proceso de fractura puede, en determinadas circunstancias, ocasionar
pequeños temblores de tierra, hasta de una magnitud 3 en la escala de Richter, que
pasarían desapercibidos para la población. Para gestionar el potencial de estos
acontecimientos e identificar daños al propio pozo puede utilizarse un programa de
seguimiento eficaz. Se ha considerado que el riesgo de actividad sísmica inducida es
bajo.
El segundo tipo de acontecimiento puede producirse si la inyección de aguas residuales
alcanza fallas geológicas. Ello podría provocar movimientos subterráneos de mayor
importancia, que podrían ser percibidos por las personas en el exterior, pero no
ocurriría en el propio emplazamiento de extracción de gas.
Legislación Europea
La revisión del marco jurídico ambiental de la UE tenía tres objetivos:
-Identificar posibles incertidumbres sobre hasta qué punto la legislación europea actual
cubre los riesgos derivados de la exploración y producción de gas de esquistos.
-Identificar los riesgos que la legislación europea no cubre.
-Extraer conclusiones en lo que se refiere a riesgos para el medio ambiente y la salud
humana de este tipo de actividades en la UE.
Se identificaron y analizaron un total de 19 normativas relevantes para determinadas
fases o para todo el proceso de explotación de gas de esquistos, identificándose una
serie de lagunas o posibles insuficiencias en la legislación de la UE, clasificadas de la
manera siguiente:
-Insuficiencias en la legislación de la UE que podrían implicar que no se abordan
suficientemente los riesgos para el medio ambiente y la salud humana.
-Posibles insuficiencias -incertidumbres en la aplicabilidad de la legislación de la UE: la
legislación de la UE aborda de forma insuficiente el potencial de riesgos, en casos
donde existe incertidumbre debido a la falta de información en lo que respecta a las
características de los proyectos de fractura hidráulica de gran volumen (HVHF)
-Posibles insuficiencias -incertidumbres sobre la existencia de requisitos adecuados a nivel
nacional: aspectos que dependen en gran medida de la toma de decisiones de los
Estados Miembros, sobre los cuales el presente estudio no puede llegar a conclusiones
sobre si los riesgos se abordan adecuadamente a nivel de la UE.
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