Definición: Un insecticida es un compuesto químico utilizado para matar insectos, mediante la inhibición de enzimas vitales. El origen etimológico de la palabra insecticida deriva del latín y significa literalmente matar insectos. Es un tipo de biocida. Los ácaros no son insectos y pueden ser inmunes a algunos insecticidas (se eliminan con productos específico, los acaricidas). Los insecticidas son los agrotóxicos, plaguicidas encargados de terminar no sólo con microorganismos, bacterias y hongos, sino también de exterminar todo tipo de plagas. Características de un insecticida ideal: 1. Gran especificidad. El producto solo afecta al organismo daña dejando indemnes al resto de seres vivos y al medio ambiente. 2. Baja toxicidad en humanos. El producto reviste un riesgo bajo tanto para sufrir intoxicaciones agudas como a exposiciones a bajas dosis. 3. Baja dosis letal. El insecticida es efectivo con poca cantidad. 4. Bajo coste. El producto tiene que ser barato de bajo costo. 5. De Característica latente El insecticida permanece en el lugar durante un período de tiempo matando a todo lo que se cruza. Obviamente estas características raramente están presentes en un mismo producto. Utilización: Los insecticidas se utilizan en los siguientes ámbitos: agricultura ganadería construcción veterinaria medicina control de plagas Forma de actuación Los insecticidas pueden hacer acción sobre uno o diferentes de los estados de desarrollo del artrópodo y se pueden consideran ovicidas, larvicidas y adulticidas respectivamente si eliminan los huevos, la larva o el adulto. Los insecticidas pueden entrar en contacto con el insecto a través de la alimentación cuando tocan al insecto o vuelan en aire contaminado, lo más habitual, de forma combinada. La forma más moderna y efectiva de actuación, en caso de plantas, es la introducción del insecticida en el interior de la planta y a través de los vasos conductores repartirse por toda la planta y la convierten en venenosa para la plaga. Así tenemos: Insecticidas de ingestión Insecticidas de contacto Insecticidas combinados de ingestión y contacto Insecticida sistémico La acción del insecticida sobre el organismo puede ser la muerte a corto o medio plazo. A veces, provoca que dejen de comer o impiden la metamorfosis del insecto que a más largo plazo implica la muerte. Efectos secundarios en el ser humano: Como todos sabemos, los plaguicidas están diseñados para destruir determinados seres vivos que a la vez pueden ser organismos, siendo muchas veces no selectivos al cumplir su función, pudiendo ocasionar efectos no deseados en otros seres vivos, incluyendo al ser humano. Pueden contaminar tanto el aire, el agua, los alimentos, el suelo, como exterminar al resto de los seres vivos, sean animales o plantas, además del dañar gravemente a los seres humanos. Algunos son persistentes y yacen largos lapsos de tiempo en el ambiente antes de desintegrarse, acumulándose en los tejidos de los organismos vivos, cuando estos respiran, beben líquidos o ingieren alimentos. Algunos no se descomponen por los mecanismos naturales de desintoxicación. No siempre permanecen donde fueron aplicados. Algunos pueden viajar rápidamente largas distancias arrastrados por el viento y el agua, incluso a zonas remotas del planeta. La forma usual de entrada al organismo de un plaguicida es por contacto directo con la piel, pero también pueden entrar por los ojos, la boca (especialmente en los niños) y por los pulmones. La exposición a agrotóxicos puede causar irritación, dermatitis, cambios de coloración de piel, quemaduras, náuseas, vómitos, diarrea, irritación, polipnea, edema pulmonar arritmias, falla cardiaca, edema pulmonar, mareos, alteraciones de estado de conciencia. Los síntomas de intoxicación por plaguicidas pueden ser confundidos con resfriados, gripes o alergias. Pueden aparecer horas, días o, muy rara vez, semanas después de la exposición. Se ha demostrado que el contacto extendido del ser humano con insecticidas puede producir indigestión, dolores de cabeza, vómitos, manchas en la piel y dolor en los ojos. También puede ocasionar reacciones alérgicas. Clasificación Los plaguicidas pueden clasificarse atendiendo a diversos aspectos: Según el destino de su aplicación pueden considerarse: Plaguicidas de uso fitosanitario, productos fitosanitarios: destinados a su utilización en el ámbito de la sanidad vegetal o el control de vegetales. Plaguicidas de uso ganadero: destinados a su utilización en el entorno de los animales o en actividades relacionadas con su explotación. Plaguicidas de uso en la industria alimentaria: destinados a tratamientos de productos o dispositivos relacionados con la industria alimentaria. Plaguicidas de uso ambiental: destinados al saneamiento de locales o establecimientos públicos o privados. Plaguicidas de uso en higiene personal: preparados útiles para la aplicación directa sobre el ser humano. Plaguicidas de uso doméstico: preparados destinados para aplicación por personas no especialmente calificadas en viviendas o locales habitados, es el más peligroso, ya que alrededor de 10 millones de personas mueren a causa de vectores. Según su acción específica pueden considerarse: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Insecticida Acaricida Fungicidas Desinfectante y Bactericida Herbicida Fitorregulador y productos afines Rodenticida y varios Específicos post-cosecha y simientes Protectores de maderas, fibras y derivados Plaguicidas específicos varios Según el estado de presentación o sistema utilizado en la aplicación: Gases o gases licuados. Fumigantes y aerosoles. Polvos con diámetro de partícula inferior a 50 µm. Sólidos, excepto los cebos y los preparados en forma de tabletas. Líquidos. Cebos y tabletas. Según su constitución química, los plaguicidas pueden clasificarse en varios grupos, los más importantes son: Arsenicales. Carbamatos. Derivados de cumarina. Derivados de urea. Dinitrocompuestos. Organoclorados. Organofosforados. Organometálicos. Piretroides. Tiocarbamatos. Triazinas. Algunos de estos grupos engloban varias estructuras diferenciadas, por lo que, en caso de interés, es posible efectuar una subdivisión de los mismos. Según su grado de peligrosidad para las personas, los plaguicidas se clasifican de la siguiente forma: 1. De baja peligrosidad: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea no entrañan riesgos apreciables. 2. Tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos de gravedad limitada. 3. Nocivos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte. 4. Muy tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos extremadamente graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte. La clasificación toxicológica de los plaguicidas en las categorías de baja peligrosidad, nocivos, tóxicos o muy tóxicos se realiza atendiendo básicamente a su toxicidad aguda, expresada en DL50 (dosis letal al 50%) por vía oral o dérmica para la rata, o en CL 50 (concentración letal al 50%) por vía respiratoria para la rata, de acuerdo con una serie de criterios que se especifican en las normas y leyes competentes, atendiendo principalmente a las vías de acción más importantes de cada compuesto. Insecticida biológico También denominados bioinsecticidas, son productos de origen natural o incluso organismos vivos que sirven también para el control de insectos. Se diferencian de los insecticidas sintéticos en su origen natural, son menos agresivos contra el medio ambiente, no suelen ser tóxicos para organismos superiores y plantas. Los plaguicidas y el medio ambiente Los plaguicidas son compuestos que se utilizan para prevenir, mitigar, repeler o controlar alguna plaga de origen animal o vegetal. Se aplican durante la producción, el almacenamiento, el transporte, la distribución y la elaboración de productos agrícolas y sus derivados. La principal fuente de contaminación del ambiente por el uso de plaguicidas es el residuo que resulta de su aplicación. Aunque su aplicacion se restinja a zonas determinadas, su dispersion es universal. Se han encontrado restos de plagicidas incluso en locaciones tan remotas como la Antártida. El factor más importante que influye sobre la persistencia de un compuesto es la naturaleza química del mismo. Estas propiedades son: solubilidad en agua, volatilidad, estabilidad química y biológica. Los insecticidas organoclorados, debido a su estructura química, resisten la degradación química y bacteriana. Cuando son liberados permanecen inalterados por largo tiempo en el ambiente. Como son sustancias poco solubles en agua se evaporan pasando al aire o uniéndose a las partículas del suelo, como vapor o polvo. Pueden ser transportados grandes distancias y nuevamente ser depositados a través de lluvias sobre la tierra o aguas superficiales. Desde las aguas superficiales, estas sustancias tienden a ser absorbidas por pequeños organismos llamados plancton entrando de esta manera en los niveles más bajos de la cadena alimentaria. Como los animales superiores y los peces comen a estos pequeños animales los contaminantes pasan a lo más alto de la cadena trófica. El último eslabón de la misma puede ser el hombre cuando se alimenta de peces contaminados. Como estas sustancias se acumulan en las grasas de un organismo su concentración va aumentando en cada etapa de la cadena. El aumento de la concentración del contaminante en los tejidos animales en cada etapa de la cadena se lo conoce como biomagnificación. Efectos ambientales El uso de pesticidas crea una serie de problemas para el medio ambiente. Más del 98% de los insecticidas fumigados y del 95% de los herbicidas llegan a un destino diferente del buscado, incluyendo especies vegetales y animales, aire, agua, sedimentos de ríos y mares y alimentos. La deriva de pesticidas ocurre cuando las partículas de pesticidas suspendidas en el aire son llevadas por el viento a otras áreas, pudiendo llegar a contaminarlas. Los pesticidas son una de las causas principales de la contaminación del agua y ciertos pesticidas son contaminantes orgánicos persistentes que contribuyen a la contaminación atmosférica. En adición, el uso de pesticida reduce la biodiversidad, reduce la fijación de nitrógeno, contribuye al declive de polinizadores (reducción de los polinizadores en muchos ecosistemas, desde finales del siglo 20), destruye hábitats (especialmente para aves), y amenaza a especies en peligro de extinción. También ocurre que algunas pestes se adaptan a los pesticidas y no mueren. Lo que es llamado resistencia a pesticidas, para eliminar la descendencia de esta peste, será necesario un nuevo pesticida o un aumento de la dosis de pesticida. Esto causara un empeoramiento del problema de contaminación del ambiente.