El ciclo del carbono: Midiendo el flujo del CO2 del suelo

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EL CICLO DEL CARBONO:
Midiendo el flujo del CO2 del suelo
Medir la respiración del suelo familiariza a los estudiantes con un importante
componente del ciclo del carbono y hace más tangibles los invisibles
mecanismos de la biología del suelo y el cambio climático.
Por Robert Lessard, L. Dennis Gignac
y Philippe Rochette
Traducción de Manuel Antonio Fernández
Domínguez
Áreas temáticas: biología, química, ciencia,
matemáticas
Conceptos clave: ciclo del carbono, efecto
invernadero, respiración del suelo, materia
orgánica del suelo, valoración ácido-base.
Destrezas: uso del método científico,
observación, realización de medidas
científicas, análisis y síntesis de datos,
destrezas de presentación.
Lugar: exteriores y a cubierto
Temporalización: 1 día para la
preparación y el montaje, de 4 a 24 horas
para la incubación y la recogida de
muestras, 1-2 horas de trabajo de
laboratorio para la valoración y los cálculos.
Materiales: cámaras de aire, pequeños
envases de yogurt, frascos con tapón,
equipo de valoración y substancias
químicas (ver la sección de “Materiales”
más adelante)
E
nseñar los conceptos relacionados con
los problemas ambientales no siempre es
fácil, ya que muchos de sus componentes
básicos pueden ser abstractos, complejos o
invisibles. Tal es el caso del cambio climático y
el calentamiento global. Los gases de efecto
invernadero son virtualmente indetectables sin
el uso de un sofisticado equipo de análisis de
gases, lo que resulta prohibitivo para la mayoría
de las escuelas primarias y secundarias. Por
tanto, es difícil para los estudiantes evidenciar
las grandes cantidades de gases emitidas a la
atmósfera. Se les explica que las
concentraciones de gases de efecto invernadero
están aumentando y que estos cambios tienen
una importancia global, ya que tendrán como
resultado el cambio climático. Sin embargo,
para muchos estudiantes, la atmósfera terrestre
queda reducida a una misteriosa caja negra. Una
forma de desmitificar este concepto es hacer
que los estudiantes midan el flujo, o tasa de
emisión, de dióxido de carbono (CO2) del suelo
a la atmósfera.
La actividad que describimos aquí se diseña
para estudiantes de escuela secundaria y
pretende familiarizarlos con un aspecto del ciclo
global del carbono: la producción de CO2 por la
respiración del suelo. También se puede usar
para demostrar como el suelo puede llegar a ser
un sumidero de carbono, reduciendo así su
concentración en la atmósfera y aliviando la
tendencia hacia el calentamiento global.
Además, supone un método práctico y barato de
medir los flujos de CO2 en los suelos.
Introducción al tema
La respiración del suelo se define como la
producción de CO2 debido a dos procesos: la
ruptura, u oxidación, de la materia orgánica rica
en carbono por medio de los microorganismos
del suelo, y la respiración de las células de las
raíces de las plantas. La tasa de producción de
CO2 es científicamente importante porque nos
contribuyendo anualmente con 100 billones de
da una indicación de la tasa de descomposición
toneladas métricas al ciclo global del carbono.
de la materia orgánica y por tanto de la cantidad
El aumento en los niveles de CO2 atmosférico
que se pierde de carbono del suelo. Las medidas
desde el inicio de la Revolución Industrial es
de la respiración del suelo ayudan a determinar
debido a la combustión de los combustibles
la contribución del suelo al balance del CO2 en
fósiles y a los cambios en los usos del territorio.
Las prácticas agrícolas, usualmente
la atmósfera.
desestimadas como fuente de gases de efecto
El carbono, un elemento esencial para el
invernadero, son responsables aproximadamente
crecimiento de las plantas, se obtiene de la
del diez por cien de los gases de efecto
atmósfera por medio de la fotosíntesis. Sin
invernadero emitidos por la actividad humana
embargo, cuando las plantas mueren, sus tejidos
en la mayor parte de los países desarrollados. La
ricos en carbono vuelven al suelo y son
cantidad de carbono que es retenido en el suelo
descompuestos por los organismos vivos. La
o perdido a la atmósfera depende mayormente
materia orgánica del suelo es por tanto la suma
del método de cultivo usado.
de los residuos orgánicos (animales y plantas)
Cuando se ara la tierra, los residuos orgánicos
en diferentes grados de descomposición. La
frescos son intensamente mezclados en la capa
materia orgánica mejora la calidad del suelo,
superior del suelo. Bajo estas condiciones, la
ayuda a prevenir la escorrentía, incrementa su
actividad microbiana se acrecienta, lo que trae
humedad y contribuye a moderar las
como consecuencia que la mayor parte del
fluctuaciones diarias de temperatura en las
carbono orgánico del suelo se convierte en CO2
capas superiores del suelo. La materia orgánica
del suelo también funciona como un enorme
atmosférico. También hay una pérdida neta de
almacén de carbono: se estima que los
carbono cuando los campos se dejan a barbecho.
organismos vivos suponen aproximadamente un
Esto es debido en parte al aumento de la
cuarto de todo el carbono de los ecosistemas
temperatura y la humedad del suelo, que
terrestres, mientras que los otros tres cuartos
aceleran la descomposición, y también al hecho
están almacenados en la materia orgánica
de que no se añade carbono al suelo el año en el
contenida en los suelos.
que no hay cultivo.
El carbono del suelo no se acumula para
Las prácticas correctas de manejo de la tierra
siempre. Se libera del suelo cuando la materia
ayudan a conservar la materia orgánica del
orgánica es descompuesta por varios tipos de
suelo, revertiendo así la tendencia de los suelos
organismos aerobios que usan el carbono para
a liberar su carbono a la atmósfera. Una de estas
su propio crecimiento. Este proceso libera
prácticas es la agricultura sin labranza, que
nutrientes que pueden ser captados por las
consiste en sembrar un cultivo sobre los
plantas, pero también produce CO2. La tasa de
residuos de la cosecha del año anterior.
Diferentes estudios
actividad microbiana
muestran que el
y, por consiguiente,
establecimiento de
de respiración del
una cubierta vegetal
suelo, es afectada por
permanente también
la temperatura y la
contribuye a
humedad del suelo,
mantener el carbono
así como por la
en el suelo. Por
cantidad y calidad de
consiguiente,
su materia orgánica.
además de reducir
Como todos los
nuestro consumo de
organismos aeróbicos
combustibles fósiles,
desprenden CO2 como
la práctica de un
resultado de la
buen manejo de la
ruptura de las
tierra es otro
moléculas orgánicas,
método de
y como puede haber
reducción de la
millones de estos
concentración de
organismos en un
gases de efecto
volumen tan pequeño
invernadero en la
como una cucharada
Una gran parte del carbono atmosférico obtenido por
atmósfera, por
de suelo, la
las plantas a través de la fotosíntesis es almacenado
medio del
respiración del suelo
finalmente en el suelo como materia orgánica. Luego
vuelve de nuevo a la atmósfera por medio de la
almacenamiento de
es una importante
respiración celular y la descomposición de la materia
dióxido de carbono
fuente de CO2
orgánica del suelo.
en el suelo como
atmosférico,
materia orgánica.
Como la respiración del suelo juega un
importante papel en el ciclo del carbono, su
medición es un valioso y eficaz método
educativo sobre los mecanismos que producen
el calentamiento global. Sin embargo, es
fundamental encontrar un método efectivo y
barato para medir el CO2 que se produce en la
respiración del suelo. El método propuesto aquí
se basa en la capacidad de algunos compuestos
alcalinos, como el hidróxido sódico (NaOH), en
reaccionar con el CO2 del aire.
Diseño experimental
En este experimento se colocan recipientes de
plástico boca abajo sobre varios lugares de
muestreo para actuar como cámaras de aire para
recoger el CO2 del suelo. Se coloca un
recipiente más pequeño de NaOH dentro de
cada cámara de aire para atrapar el CO2. Este
sistema usa las propiedades de ácido débil del
CO2 en una reacción de neutralización ácidobase que produce carbonato:
CO2 + 2Na+ + 2OH- Æ CO32- + 2Na+ + H2O
Mientras haya un exceso de iones OH- (como
resultado de la disociación del NaOH), el
equilibrio se desplazará hacia la derecha,
produciéndose carbonato. Después de un
período de incubación, se recoge el NaOH y el
carbonato se precipita usando cloruro de bario
(BaCl2). La cantidad de CO2 absorbida por la
solución alcalina se puede medir con una simple
valoración.1
Materiales
. cámaras de aire, una por muestra:
funcionarán bien unos cubos de plástico de 5
litros, con aproximadamente 18 cm de diámetro
y 18,5 cm de altura.
. recipientes para el NaOH, uno por muestra:
pequeños recipientes plásticos de yogurt,
aproximadamente de 9 cm de diámetro y una
altura de 4 cm aproximadamente. Se puede usar
cualquier pequeño recipiente de plástico; sin
embargo, para maximizar la absorción del CO2,
la boca del recipiente del NaOH debe ser mayor
que el 26% de la abertura de la cámara de aire.
. un frasco con tapón para cada muestra.
. uno o dos tableros planos de 30 por 30 cm, o
más grandes.
. cinta aislante
. matraces Erlenmeyer de 250 ml
. probetas de 10 y 25 ml
. pipetas de 5 ml
. vasos de precipitados de 400 ml
. buretas de 50 ml montadas en soportes con
retorta
. 1 litro de NaOH 0.25 M
. 500 ml de BaCl2 3 N (1.5 M)
. 2 litros de HCl 0.1 M
. indicador de fenolftaleína.
Precauciones de seguridad
Las disoluciones usadas en esta actividad son
muy corrosivas. Los lugares para la recogida de
las muestras deben estar vallados y tener señales
de advertencia. Siempre que se manipulen las
substancias químicas deben llevarse los guantes,
protección ocular y batas. Al final del
experimento, hay que asegurarse de que todas
las disoluciones sean adecuadamente
depositadas en los contenedores de residuos
químicos.
Preparando las disoluciones
NaOH: Para preparar la disolución 0.25 M de
NaOH, añádanse 10 gramos de lentejas de
NaOH a 500 ml de agua destilada. Remover y
luego completar el volumen hasta 1 litro
añadiendo más agua destilada. Tapónese
firmemente para proteger a la disolución de la
exposición al aire.
HCl: Para preparar la disolución 0.1 M de HCl,
añádanse 16 ml de ácido concentrado a 1 litro
de agua destilada, agítese la disolución y luego
vuélvase a añadir 1 litro de agua destilada para
completar un volumen total de 2 litros. Es una
buena idea estandarizar el ácido diluido usando
una disolución de NaOH 0.5 M estándar. Las
concentraciones de HCl y NaOH pueden
ajustarse anticipadamente en función de las
emisiones de CO2 del suelo. Se usarán
concentraciones más bajas de las disoluciones
del ácido y la base, si se esperan emisiones
bajas de CO2. Para asegurar los mejores
resultados, la concentración de HCl debe
mantenerse entre la mitad y un cuarto de la
concentración del NaOH.
BaCl2: Se usa en este experimento para
precipitar el carbonato, en forma de BaCO3
insoluble. Para preparar la disolución 1.5 M,
añádanse 156.2 gramos de BaCl2 a 400 ml de
agua destilada y agítese. Luego complétese
hasta un volumen de 500 ml. Si el producto que
usamos es BaCl2H2O, se necesitan 183.2
gramos para producir la disolución 1.5 M.
Indicador de fenolftaleína: La disolución de
fenolftaleína sirve como un indicador
colorimétrico de pH. Prepárese una disolución
al 1%, añadiendo 1 gramo de fenolftaleína a 100
ml de alcohol etílico al 95%. Se necesitarán sólo
dos gotas de esta disolución para cada
valoración.
Selección de los lugares de
muestreo
Como en los lugares donde se tomarán
las muestras habrá recipientes abiertos
de NaOH, estes deberán situarse en un
área con acceso restringido.
Selecciónense espacios de
aproximadamente 50 por 50 cm en un
área con poca o ninguna vegetación.
Cualquier suelo puede ser usado para
este experimento, siempre que su
superficie sea suficientemente llana.
Para obtener los mejores resultados,
pruébese con diferentes lugares que
presenten diferentes tipos de suelo.
Una importante variable que distingue
unos tipos de suelo de otros es su
contenido en materia orgánica.
Generalmente, si la temperatura del
suelo es suficientemente alta (más de
10ºC) y hay suficiente humedad, los
suelos que contienen más materia
orgánica tendrán la mayor tasa de
respiración. Después de seleccionar los
lugares más adecuados para el muestreo,
quítese toda la vegetación al menos con
24 horas de antelación para eliminar el
CO2 que puede producirse como
resultado de la alteración del suelo.
Opción: Si la búsqueda del lugar
adecuado de muestreo nos resulta un
reto difícil, podemos arreglarnos con
Figura 1: Un recipiente de
plástico cortado a una altura de
aproximadamente 4 cm sirve
como captador de NaOH. Se
suspende encima del suelo
sobre un trípode hecho con tres
palillos pegados al recipiente.
Figura 2: Se transporta el
NaOH al lugar de estudio en un
frasco de cristal y luego se
vierte dentro del captador.
Figura 3: La cámara de aire es un cubo plástico de 5 litros que se
coloca sobre el captador y se introduce dentro del suelo a una
profundidad de 2 cm. Derecha: El suelo que rodea esta cámara se
presiona a lo largo de los bordes del cubo para que quede bien
sellado.
un experimento en el patio escolar o el
laboratorio. Pueden usarse canteros con
suelo preparado con diferentes
concentraciones de materia orgánica
para simular suelos con diferentes
niveles de contenido en carbono.
Montando las cámaras de
recogida
Póngase a trabajar a los estudiantes en
grupos de dos, cada pareja será la
responsable de la medida de la
respiración del suelo en uno de los
lugares de muestreo. Asígnese a uno o
dos pares de estudiantes el control de
los lugares. Los controles son
necesarios con el fin de obtener una
medida del CO2 ambiental en la
atmósfera. Este valor se restará de la
cantidad de CO2 medido en las muestras
del suelo, con el fin de determinar
cuanto del CO2 atrapado se debe a la
respiración del suelo. Móntese cada
lugar de muestreo de la forma
siguiente:
1. Medir y anotar el diámetro de la
Figura 4: Instalación del control. a) El captador de NaOH se coloca
directamente sobre un tablero plano. b) Se vierten en él 25 ml de
NaOH c) La cámara de aire se coloca sobre el captador. d) Se sella
esta cámara al tablero usando cinta aislante negra.
Figura 5: Al final del
experimento, se separa la
cámara de aire suavemente
y se vierte el NaOH en un
frasco de cristal para
transportarlo al laboratorio.
abertura de
la cámara de
aire para
calcular la
superficie
que cubrirá
cuando se
coloque cara
abajo sobre
el captador
de NaOH.
2. Poner el
captador de
NaOH
aproximadam
ente 4 cm
encima del suelo, pegando tres pequeños
palillos, a modo de trípode, a los lados del
recipiente (ver Figura 1).
3. Colocar 25 ml de la disolución de NaOH en
el fondo de su recipiente (ver Figura 2). El suelo
no debe ser alterado en esta fase. Además, los
estudiantes no deben respirar directamente
sobre la superficie del líquido pues se
contaminaría con CO2. Debido a la naturaleza
corrosiva del NaOH, los 25 ml de disolución
para cada recipiente captador deben ser
transportados hasta los lugares de estudio en un
frasco taponado.
4. Rápidamente situar la cámara de aire sobre el
captador e introducir sus bordes
aproximadamente 2 cm en el suelo (ver Figura
3). Algo del suelo circundante puede ser
comprimido suavemente a lo largo del borde del
recipiente para asegurar un completo sellado e
impedir el escape de CO2 a la atmósfera.
5. Dejar la cámara sin tocar durante 24 horas,
dependiendo del contenido orgánico del suelo.
Los suelos que contienen una elevada
proporción de materia orgánica usualmente
necesitan menos tiempo que los que no. El
tiempo debe ser registrado cuidadosamente para
calcular los flujos.
Controles: Instalar cámaras de control de la
misma manera que las otras, salvo las siguientes
excepciones. Tender un tablero plano sobre la
superficie del suelo, para que actúe como una
barrera entre el suelo y el recipiente de NaOH.
Colocar el captador de NaOH directamente
sobre el tablero (no lo eleveis sobre un trípode).
Montar la cámara de aire sobre el captador,
sellando sus bordes al tablero por medio de
cinta aislante (ver Figura 4). Debeis establecer
controles durante el período de tiempo que
duren los ensayos.
Cálculos de las muestras
En este ejemplo, el NaOH que incubamos durante ocho horas fue recogido de un captador situado encima del
lugar de muestreo y del control. El volumen medio de HCl (0.1N) necesario para valorar el NaOH del control fue
de 36 ml; el necesario para la muestra de suelo, 30 ml.
Concentraciones de CO2 en las muestras
Se usa un factor de conversión de 22 para calcular la cantidad, en miligramos, de CO2 absorbido por el captador
de NaOH. El volumen de NaOH en el captador fue de 25 ml y el volumen usado para cada valoración de 5 ml.
Estos valores se introducen en la ecuación QCO2 = (T-C)(N)(E)(Vtr/Vti), de la forma siguiente:
T = 36 ml
C = 30 ml
N = 0.1 N
E = 22
Vtr = 25 ml
Vti = 5 ml
Por lo que, QCO2 = (36-30)(0.1)(22)(25/5) = 66 mg de CO2
El flujo de CO2 del suelo
Continuando con el ejemplo anterior, el diámetro de la apertura de la cámara de aire era de 18.2 cm, o 0.182 m,
por lo que la superficie de suelo expuesta es de A = (π)(0.182/2)2 = 0.02602 m2. Como el tiempo de incubación
fue de 8 horas, el flujo de CO2 es
(FCO2) = 66/(0.02602)(8) = 317.06 mg CO2 m-2h-1
Cantidad y flujo de carbono
Para encontrar la cantidad de carbono absorbido por el captador, QC, usar la fórmula con el factor de conversión
E = 6. Este se obtiene multiplicando 22 por la cantidad de carbono que hay en un mol de CO2 (22 por 12g C/44 g
CO2). Esto da un QC = 18 mg de carbono. Por lo que el flujo de carbono (FC) sería de 18/(0.02602)(8), o sea 86.5
mg de carbono m-2h-1.
6. Después del período de incubación, recoger
las muestras de NaOH en frascos
adecuadamente etiquetados. Para hacer esto,
simplemente verter el líquido de los captadores
de NaOH dentro de frascos, asegurándose de
que no se pierde nada y sin respirar
directamente sobre él (ver Figura 5). Luego,
llévense las muestras al laboratorio para la
valoración.
Valoración
Valorar cada muestra de NaOH tres veces, de la
forma siguiente.
1. Colocar un vaso de precipitados de 400 ml
debajo de una bureta graduada de 50 ml. Abrir
la llave de paso y lavar la bureta durante unos
breves momentos con agua destilada. Añadir 50
ml de HCl 0.1 M a la bureta dejando que llegue
hasta el extremo. Cerrar la llave de paso y
añadir HCl 0.1 M a la bureta hasta que la parte
baja del menisco esté a 0 ml.
2. Pasar 5 ml de la disolución de NaOH de la
muestra a un Erlenmeyer de 250 ml y añadir 10
ml de H2O destilada.
T = volumen medio de HCl usado para valorar
el CO2 en el control
C = volumen medio de HCl necesario para
valorar el CO2 en cada una de las muestras
N = normalidad del HCl usado = 0.1
E = factor de conversión: usar 22 para obtener
los mg de CO2, o 6 para obtener los mg de C
absorbidos por el captador
Vtr = volumen de NaOH en el captador = 25 ml
Vti = volumen de NaOH usado en la valoración
= 5 ml.
Cuantificación de la respiración del
suelo
Este cálculo tiene en cuenta la superficie de
suelo expuesta y el tiempo de incubación. La
respiración del suelo se calcula como la tasa de
producción de CO2 por superficie durante un
período de tiempo dado y por tanto se define
como flujo de CO2 (mg/m2/hr). El flujo (FCO2)
se calcula de la forma siguiente:
FCO2 = QCO2/(A)(t), donde A es el área
expuesta de suelo en metros cuadrados y t el
tiempo de incubación en horas.
4. Añadir dos gotas de fenolftaleína al matraz.
La disolución se pondrá de coloración rosa.
Ampliaciones
1. La mayor parte del CO2 emitido por la
superficie del suelo se produce por los
microorganismos, y cuanto más caliente está el
suelo, más intensa es la actividad microbiana.
La temperatura del suelo es por tanto uno de los
factores ambientales más importantes en el
control de la tasa de producción de CO2 por los
suelos. Usando sondas de temperatura, los
estudiantes pueden medir este factor durante
varios días y de esta manera pueden dibujar una
gráfica de la respiración del suelo en función de
su temperatura.
5. Colocar el matraz debajo de la bureta,
añadiendo lentamente gotas de HCl a la muestra.
Después de cada adición, parar y mezclar la
disolución agitando suavemente o revolviendo
con una varilla de cristal. Cuando el color de la
muestra cambie de rosa a transparente (punto de
equivalencia), párese la valoración y regístrese
el volumen de HCl usado.
2. La segunda variable que afecta a la
respiración del suelo es la humedad que
contiene. Esta es fácilmente medible pesando
muestras de suelo, secándolas en un horno a
60ºC durante 24 horas y pesándolas nuevamente.
El porcentaje de humedad (MC) se calcula así:
MC = ((peso fresco-peso seco)/peso seco) por
100.
6. Repetir la valoración dos veces más para cada
muestra, para encontrar el volumen medio que
se requiere de HCl.
3. El contenido en materia orgánica es una
importante variable que afecta a la respiración
del suelo. El porcentaje de materia orgánica
puede ser estimado por combustión, de la forma
siguiente. Extrae un puñado de suelo de los 10 o
15 cm superiores de la zona en estudio. Calienta
una parte de la muestra a baja intensidad en un
crisol hasta evaporar el agua que contiene, y
luego pesa el suelo para obtener el peso seco. A
continuación, calienta la muestra de suelo a
elevada intensidad durante unos pocos minutos
3. Precipitar el carbonato contenido en la
disolución de NaOH añadiendo 10 ml de BaCl2
3 N. La cantidad de cristales blancos formados
es proporcional a la concentración de carbonato
presente en la disolución alcalina. La reacción
es:
CO32- + 2Na+ + Ba2+ + 2Cl- Æ BaCO3 + 2NaCl
Cuantificación de las concentraciones
de CO2 en las muestras
La cantidad de CO2 absorbido por el NaOH
(QCO2) para cada muestra, se calcula de la
forma siguiente:
QCO2 = (T-C)(N)(E)(Vtr/Vti), donde:
hasta que el color no cambie más. Enfríese el
suelo y pésese de nuevo para obtener el peso
quemado. El porcentaje de materia orgánica
(OC) del suelo se calcula así:
OC = ((peso seco - peso quemado)/peso seco)
por 100.
4. Otros factores que cambian los flujos de CO2
de los suelos son la cantidad y la calidad de los
residuos orgánicos en descomposición. Hay
varias formas por las que las correcciones de
materia orgánica del suelo pueden influenciar
los flujos de CO2. Por ejemplo, añadir al suelo
materiales fácilmente degradables, como
estiércol fresco, harina o incluso azúcar, puede
generar flujos más altos a los de los suelos
tratados con substratos que se descomponen a
una tasa inferior (astillas de madera, paja).
Diseñar experimentos en los que se cambie el
tipo y/o la cantidad de materia orgánica añadida
al suelo, ayudará a los estudiantes a comprender
como las correcciones con materia orgánica
afectan a la respiración del suelo.
Evaluación
Al final del ejercicio, los estudiantes deberán ser
capaces de medir el CO2 y comprender que es
producido por los suelos y se acumula en la
atmósfera. También deben comprender que
varios factores, como la temperatura y la
humedad de los suelos, afectan a la tasa de
producción de CO2. Si se realizan las
actividades de ampliación 3 y 4 (ver más arriba),
también captarán la relación entre la cantidad y
el tipo de materia orgánica añadida al suelo y
las cantidades de CO2 liberadas a la atmósfera.
Una posible pregunta para que los estudiantes
puedan reflexionar sobre todo esto, sería:
¿Cómo la restitución de más materia orgánica a
los suelos (residuos de cosechas, estiércol, etc.)
aumentaría la sustentabilidad agrícola
(elementos para la respuesta: reducción de la
erosión, mejor retención de agua y nutrientes,
fertilidad intrínseca más alta, mejor aireación,
menos compactación) y actuaría sobre el
balance total de los gases de efecto
invernadero?
Robert Lessard es Director de la Escuela
franco-canadiense de Saskatoon, Saskatchewan.
L. Dennis Gignac es Profesor Asociado de
Ecología Vegetal en la Facultad Saint-Jean de
la Universidad de Alberta, Edmonton. Philippe
Rochette es agrometeorólogo en Agricultura y
Agro-Alimentación Canadá, Québec City,
Québec.
Traducción de Manuel Antonio Fernández
Domínguez, Profesor de Biología del Instituto
Arcebispo Xelmírez I, de Santiago de
Compostela, (Galicia, España) y Coordinador
del Taller de Educación Ambiental del Instituto
de Ciencias de la Educación de la Universidad
de Santiago de Compostela.
Nota
1. Rochette P. y Hutchinson, G.L. “Measurement of
soil respiration in situ: chamber techniques,” en
Hatfield, J. y Baker, J.M. eds., Micrometeorology in
Agricultural Systems, Monografía ASA , nº 47,pp.
247-286. American Society of Agronomy, 2005.
Madison, WI.
Bibliografía
Anderson, J.P.E. “Soil respiration”, en A.L. Page et
al., eds. Methods of soil analysis, Parte 2. ASA y
SSSA, Agronomy Monograph 9, 1982, pp. 831-871.
Environment Canada. CO2/Climate report- Summer
2003. ( Julio 23, 2008)
<http://www.msc.smc.ec.gc.ca/education/scienceofcli
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03/2_e.html>
Griffiths, M., Cobb, P. y Marr-Laing, T. Carbon
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Silver Bullet to Combat Climate Change- A Canadian
Primer. Pembina Institute, 2005
( Julio 23, 2008),
<http://www.pembina.org/pub/584>
Natural Resources Canada. Carbon cycle. Natural
Resources Canada, 2005 ( Julio 23, 2008)
<http://ecosys.cfl.scf.rncan.gc.ca/dynamiquedinamic/carbone-carbon-eng.asp>
Rochette, P. y HutchinsoN, G.L. 2005. Measurement
of soil respiration in situ: Chamber techniques, pp.
247-286. En Hatfield, J. y Baker, J.M., eds.
Micrometeorology in agricultural systems.
Monografía ASA, nº 47. American Society of
Agronomy. Madison, WI.
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