¿Qué dice la Ley Nº 294/93 de “Evaluación de Impacto Ambiental”? No desde hace muchos años los estados naciones han empezado a considerar importante el medio ambiente: las lagunas, ríos y cerros, bosques y plantas en general, animales, todo lo que este en estado natural. Hoy en día se sabe que son muy pocos los lugares del mundo donde no ha estado el hombre y que no los ha habitado, y que pueden ser considerados realmente naturales y “sin tocar”. Lo que ocurre es que se considera natural aquellas áreas y lugares que el propio estado nación, “los blancos” no han usado o cuyo uso no ha estado a su alcance, aunque haya sido utilizado por otras naciones como los pueblos indígenas. También el propio estado se ha venido dado cuenta que el tipo de uso que hacen generalmente los “blancos” ocasiona cambios irreversibles, es decir, que no se pueden volver atrás. Donde se tiró todo el monte para hacer pasturas artificales y este uso continua, no vuelven a crecer los mismos árboles y con su misma variedad y los bichos silvestres se van a otro lado; donde se construyó una ruta, el agua de los bañados ya no corre igual. Entonces, de a poco, se han hecho leyes para proteger el medio ambiente y que su uso no afecte tanto. Esta ley busca fijar reglas para que antes de que se haga alguna obra u actividad que afecta al medio ambiente, del tipo que sea, obligatoriamente se realice un estudio técnico. Este estudio analizaría las consecuencias –los impactos- de estas obras y actividades, cómo pueden afectar a los animales, peces, plantas y la posibilidad de reproducirse de los mismos, y cómo dichas obras y actividades afectarían a las personas, su salud, y su economía, teniendo en cuenta además que esas obras podrían afectar recursos de subsistencia o el patrimonio cultural. La ley entonces busca proteger varias cosas como la biodiversidad –la cantidad de una especie de animal o planta-; el patrimonio cultural que puede ser un sitio histórico, una construcción o un monumento importante para la gente de ahora y para las nuevas generaciones que vienen –sus hijos y los hijos de sus hijos- para que puedan recordar algo que sucedió y que tiene valor para todos; o mismo la seguridad y la salud de la gente. Por ejemplo una represa puede inundar lugares donde viven personas; una explotación de industrias puede contaminar aguas que toma la gente. Un ejemplo es el Proyecto Hidrovía que iba ser la profundización del canal del Río Paraguay y la apertura de nuevos canales donde el río tenía muchas curvas, proyecto que se decidió dejar de lado, entre otras cosas, porque iba a afectar mucho al medio ambiente (las aguas iban a correr más rápido, la gente iba a tener menos posibilidades de pescar, los esteros ya no iban a recibir más aguas, etc.). Entonces hacer una evaluación de impacto ambiental es algo obligatorio y consiste en un estudio técnico donde se muestra que puede pasar al medio ambiente y recursos naturales, a las personas que viven en un lugar, que puede pasar o esta pasando con la puesta en marcha de una obra. En este estudio se deben incluir muchas cosas: decir la obra que se va a hacer, en dónde y hasta dónde (la ubicación y extensión en el terreno), quiénes son los propietarios de las tierras (el estado o particulares), que tamaño tienen las obras, su duración, cuánta gente va a trabajar, que va a ganar el estado, las personas, las autoridades locales como la gobernación y el municipio con esa obra, cuántos son los animales y plantas del lugar; cuales son sus ventajas y desventajas, que va a cambiar; cuál es el plan de gestión ambiental, es decir como manejar la obra y sus consecuencias. Por ejemplo, en los proyectos construcción de rutas del Chaco –llamados Corredores de Integración- se dijo que las rutas a ser construidas iban a afectar a las comunidades indígenas porque iba a subir el precio de las tierras y podría aumentar el número de colonos no indígenas en el Chaco. En consecuencia, le proyecto incluyó entre sus medidas de mitigación (de reducción de impactos negativos) el aseguramiento de tierras para las comunidades directa e indirectamente afectadas por las obras. También se debe decir en el estudio de impacto ambiental cuáles son otras maneras de llevar a cabo el proyecto, cómo por ejemplo se hizo también en el caso de los Corredores de Integración, cuando se cambió el trazado de la ruta Carmelo Peralta-Mcal. Estigarribia, para desviar a las tierras de la comunidad Ayoreo de Campo Loro. Incluso un estudio de impacto ambiental debe decir qué pasa si no se hace el proyecto. Muchas obras no son absolutamente necesarias si se ven todas sus consecuencias, sobretodo si sólo beneficían a los que las quieren llevar a cabo, y por el contrario perjudican al medio ambiente y a los pobladores locales. Finalmente la ley debe incluir un relatorio final que donde se resume la información que se presentó, que debe ser lo más sencillo posible. Al ser un estudio técnico mucha gente podría no entender el lenguaje y los estudios que se hacen, para eso es importante que el relatorio permita a la mayor cantidad de gente entender los resultados del estudio, sobretodo porque no sólo la Dirección de Ordenamiento Ambiental debe estudiar y decidir si aprobar o no cada estudio, sino que personas afectadas e interesados podrían presentar recomendaciones, denuncias y objeciones al estudio de impacto en particular. Los estudios de impacto, para que sean válidos, deben ser hechos por personas y organismos autorizados e inscriptos en la Dirección de Ordenamiento Ambiental, dependiente de la Secretaría del Ambiente que depende a su vez del Ministerio de Agricultura y Ganadería. El proyecto de obra o actividad se presenta con la declaración de impacto ambiental (DIA) a dicha dirección. Las obras y actividades que requiere EIA son muchas: las colonizaciones y urbanizaciones (por ejemplo si se quiere hacer un barrio nuevo en Fuerte Olimpo y se hace un loteamiento con calles y servicios por parte del Municipio); las explotaciones agropecuarias como estancias y campos de cultivos; los parques industriales (como eran las tanineras antes); los pozos para extracción de petróleo o aguas subterráneas y canteras para sacar cal, y cualquier otra actividad minera que sea rentable; las excavaciones para buscar huesos de animales antiguos o de humanos; los proyectos de gaseoducto y acueductos (tubos y plantas para conducir agua, gas o petroleo); las carbonerías; las represas de bañados y lagunas, los basureros municipales; las cañerías de agua; la quema de bosques; plantación de pasturas y desmontes en general; la construcción de puertos (como el que se hizo en Puerto Leda por la Secta Moon); la construcción de talleres y hornos industriales; pistas de aterrisajes y torres de control; antenas; la pesca en gran escala, la cacería y venta de pieles y la venta o explotación de bosques y plantas, incluyendo la introducción de otras especies (como plantación de eucaliptos o introducción o cría de animales que no son de una región como búfalos o aveztruces africanos); la construcción de puentes y caminos y cualquier otra cosa que modifique el ambiente de manera importante. La SEAM tiene que poner a dispocisión del público, de las autoridades municipales y departamentales la EIA (para eso los responsables deben presentar varias copias) para que todo el mundo pueda conocer de que se trata, ya que se considera que la protección del medio ambiente en general es de interés de todo el mundo, y por supuesto de las autoridades y pobladores de la región o lugar donde se van a hacer las obras, ya que puede afectar su vida y sus recursos naturales. Para eso debe haber un reglamento que permita que la gente pueda presentar observaciones, recomendaciones y quejas sobre el estudio. Generalmente estos estudios están en la SEAM y también en la sede de las gobernaciones. Muchas veces sin embargo no se ha cumplido y sólo se puede encontrar los planes en la SEAM. Para cada tipo de obra se debe hacer una reglamentación para establecer que requisitos debe contener el estudios y las medidas propuestas para reducir los daños al medio ambiente. Por ejemplo, si es un desmonte, la reglamentación va a referirse a cuantas hectáreas se puede proponer para deforestar, si se debe dejar zonas boscosas como rompevientos entre las áreas deforestadas y otro tipo instrucciones técnicas. Cuando la SEAM estudia toda una evaluación de impacto ambiental saca una declaración de impacto ambiental donde dice si se aprueba o rechaza dicha evaluación, o si se recomienda cambios en el estudios o se ordena que se agregue información, y si no se sale esta declaración en 90 días la ley dice que el EIA presentado ya es aprobado automáticamente. Si no hay suficientes datos técnicos sobre el impacto que puede tener una obra porque no se conoce a nivel nacional de qué se trata la misma, se puede recurrir a tratados internacionales. Con la Declaración de Impacto Ambiental los solicitantes pueden continuar la obra o actividad pero deben cumplir con el Plan de Gestión Ambiental (que es hacer las obras que permitan evitar o disminuir los daños ambientales, como por ejemplo hacer un tratamiento de basuras constante cuando es una fábrica, enterrando o disponiendo de ellas para que no afecte a las personas y medio ambiente). Si la obra o actividad daña al medio ambiente por algo que no se esperaba –por ejemplo, una represa de un estero que seca una laguna naturalse puede pedir un nuevo estudio de impacto y ordenarse los cambios necesarios para evitar las consecuencias. La DIA es una obligación para hacer otros trámites como conseguir créditos, obtener el permiso de otros organismos. Por ejemplo, un acopiador de pieles de yacare tiene que tener una evaluación de impacto ambiental para obtener la guía para comercialización de cueros de la Dirección de Parques Nacionales. Así también los que quieren obtener un apoyo del gobierno para la actividad que quieren hacer –un parque turístico para ver animales silvestres, por ejemplo- o que quieren pagar menos impuestos. Siempre la SEAM puede controlar como se lleva a cabo el Plan de Gestión Ambiental, si se da datos falsos en el estudio de impacto ambiental o en la obra que se quiere hacer (se dice que se hará un desmonte de 1000 hectáreas por año y se hacen 2000 mil) se puede cancelar la declaración de impacto ambiental y suspender la obra de inmediato.