2012. Extranjeros y cárcel 3

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”Extranjeros, Cárcel y
Derechos Humanos”
María José Augurel Lambán
Extranjeros,cárcel y derechos humanos. Una doble marginalidad.
María José Angurel Lambán
4,5 y 6 de
mayo de 2012
“La vida es difícil, pero las dificultades se pueden superar si reconocemos sus causas y
salvamos los obstáculos que nos impiden vencerlas” Buda
“Si tuvierais fe como un granito de mostaza” Jesús
Hablaremos en esta sesión de los Derechos Humanos de las personas extranjeras que están en
prisión. Mi intención no es que nos quedemos únicamente en si éstos se quiebran o no, sino dar
un paso más, analizar por qué pasan determinadas cosas y aportar claves para actuar. Analizar
con la cabeza fría, conseguir -generalmente aportando testimonios- que la realidad nos duela y,
motivar a la acción bien estructurada, propositiva y pacífica sobre todo.
La realidad de las personas extranjeras en los diferentes centros penitenciarios es plural.
Conozco sólo la realidad de Madrid, y por referencia conozco otras. Con lo que me han contado,
he visto y leído desarrollaré esta presentación.
Partiré de unas premisas, veremos la realidad de extranjería y prisión mientras se está
condenado y al finalizar, realizaré algunas valoraciones, compartiendo algunas intuiciones que
tengo, y algunas propuestas para todos que espero os sirvan para los talleres posteriores.
PARTIMOS DE LAS SIGUIENTES PREMISAS
1º Es importante ver cómo el tratamiento de las personas extranjeras dentro de las
prisiones viene condicionado por cómo se hace efectiva o no la expulsión. De este modo,
tenemos prisiones en las que todos las personas extranjeras acaban siendo expulsadas,
tenemos prisiones en las que esta filosofía se da por sentada (es decir se cree que van a ser
expulsadas) pero no siempre se lleva a cabo la expulsión, pero mientras hemos actuado con esa
persona como si lo fuera a ser, aparcando el régimen penitenciario y primando la realidad de
extranjero; y tenemos prisiones en las que sí se tiene presente que quizás esa persona no sea
expulsada y por tanto esta circunstancia no “altera” el tratamiento penitenciario de esta persona.
Es bueno decir que el personal de los Centros Penitenciarios no actúa arbitrariamente, tienen su
base jurídica pero las interpretaciones que se hacen de las normas (las instrucciones,
generalmente) permiten una situación u otra y evidentemente, la práctica que se está llevando a
cabo, “el derecho consuetudinario”, va a facilitar y consolidar una situación u otra. De tal modo
que todas las personas extranjeras penadas no corren la misma suerte, dependerá de la
provincia en la que se encuentre su centro penitenciario.
2º La realidad de extranjería es plural y sobrepasa la dinámica penitenciaria.
Desde el mismo ingreso de una persona extranjera en un Centro Penitenciario ya se está
reclamando la participación de diversos agentes de los centros: educadores, directores,
coordinadores de trabajo social, personal de la oficina de gestión penitenciaria con una actividad
importante, veámosla:
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Todo ingreso de una persona extranjera conlleva1:
Información al ingreso: el extranjero será informado del derecho a comunicar a sus
Representantes Diplomáticos su ingreso en prisión, facilitándosele dentro de las 48 horas
siguientes documento escrito donde se contiene el ejercicio del citado derecho, para efectuar por
el Director, a la mayor brevedad, tal comunicación. Asimismo, se facilitará por parte del
Educador, en el plazo máximo de 5 días desde su ingreso, hoja informativa en donde se le
informe de las diferentes posibilidades de solicitud de aplicación de tratados internacionales o
medidas que afecten a su situación procesal y penitenciaria, así como dirección y teléfono de su
representación diplomática.
Documentación: Todo recluso extranjero, sea detenido, preso o penado, debe poseer
documentación, otorgada por su país de origen o residencia, que le identifique. Si no es así, la
Oficina de Gestión Penitenciaria solicitará a la Autoridad Judicial de quien dependa la
documentación acreditativa de su identidad. Si realizadas las gestiones se tiene constancia de
que el interno carece de documentación, se comunicará al Coordinador de Trabajo Social, quien
iniciará los trámites a través del correspondiente Consulado. La Oficina de Gestión Penitenciaria
solicitará a la comisaría Provincial de Policía el NIE, que una vez recibido, se incluirá en el
expediente y en el Sistema de Información Penitenciaria.
Comunicación gubernativa: Dentro de los 5 días siguientes a su ingreso, el Director del Centro
Penitenciario dará traslado a la Comisaría Provincial de Policía de los datos personales del
extranjero que ingresó, a efectos de posible incoación de expediente de expulsión por parte de
dicha autoridad, una vez analizadas las circunstancias que concurran en cada caso. Se
efectuará una anotación en el expediente personal si se le ha incoado, en su caso, expediente
de expulsión y del estado de tramitación en que se halle. También se anotará este dato en el
Sistema de Información Penitenciaria.
Como se indica en el estudio recogido en el Libro Andar 1 km en línea recta 2, los expedientes de
expulsión apenas se notifican y suelen llevarse a cabo sin la presencia de abogado. Tampoco se
proporciona la información que hemos indicado. Además, frente a la mitad de los ciudadanos de
la UE-15 que dicen contar con el apoyo de su consulado o embajada, las personas magrebíes,
europeos del Este, subsaharianos y latinoamericanos se sientes abandonados por sus
autoridades. Añadamos que sobre la concesión del N.I.E en algunas provincias, la negativa por
parte de la comisaría Provincial de Policía es absoluta.
Por otra parte, la diversidad en cuanto a la situación de la documentación es amplísima:
Tenemos: personas con documentación en regla, personas que les va a vencer la validez de la
documentación estando en prisión, personas que les ha caducado su derecho a renovar la
documentación, personas comunitarias unas con N.I.E y otras sin N.I.E, personas familiares de
Procedimientos Penitenciarios. Francisco Javier Armenta González-Palenzuela. Ed. Comares e Instrucción 18/2005
“Normas generales sobre internos extranjeros”.
2Andar 1 km en línea recta. La cárcel del siglo XXI. Manuel Gallego, Pedro J.Cabrero, Julián C.Ríos, José Luís
Segovia. Pág 80.
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comunitarios de un país de la Unión, familiares comunitarios con o sin la autorización en vigor,
personas sin documentación, personas a las que les concedieron el asilo, personas a las que
les han denegado la renovación, personas con silencio administrativo positivo, personas que
han hecho los trámites de solicitud de renovación y no saben cómo está su documentación, o les
falta el último trámite de poner la huella, personas que han juramentado la bandera y tienen la
nacionalidad española pero no tienen el D.N.I …
3º Existe un porcentaje alto de población extranjera en las prisiones.
Según el informe recogido en el libro ya mencionado de Andar 1 km en línea recta, la radiografía
del preso es: español, varón (90,4%), joven (36,81 años de edad media), sin trabajo fijo o con
trabajo de muy escasa cualificación (56,2%), hijo a su vez del trabajador poco cualificado, con
bajo nivel educativo y procedente de familia numerosa. Casi una tercer parte tiene o ha tenido
familias en prisión. Pues bien, un 35% son extranjeros y mitad por mitad en situación regular o
irregular. Habrá que destacar que el perfil de persona extranjera ha cambiado y que hay un
porcentaje mayor de personas extranjeras que podrían estar trabajando en tercer grado y en
libertad condicional.
En definitiva, mucha población extranjera, una realidad muy específica que sobrepasa la
dinámica penitenciaria convencional, lo que conlleva diversidad de tratamiento según el
Centro Penitenciario en el que nos encontremos.
Con estas premisas abordamos los DERECHOS HUMANOS de las personas extranjeras presas.
DERECHOS HUMANOS
Art.8 de la Declaración de los Derechos Humanos
“Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales
competentes, que le amparen contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la constitución o por la Ley”
Y un derecho fundamental lo tenemos recogido en el:
Art.25.2 de la CE´78 Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán
orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos
forzados. El condenado a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los
derechos fundamentales de este Capítulo, a excepción de los que se vean expresamente
limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la Ley penitenciaria. En
todo caso, tendrá derecho a un trabajo remunerado y a los beneficios correspondientes de
la Seguridad Social, así como al acceso a la cultura y al desarrollo integral de su
personalidad.
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De este modo, nos aproximamos a los Derechos Humanos partiendo del Derecho Fundamental
recogido en nuestra carta magna y, distinguimos dos momentos:
Durante la prisión. Para ello partiremos de medios de los que se dotan las prisiones para
conseguir la educación y la inserción. Me referiré a aquellos que considero necesarios, dentro de
lo que tenemos, para avanzar en la preparación hacia la vida en libertad:
-
Las actividades dentro de prisión.
Los permisos y salidas.
El trabajo.
Al finalizar la prisión. Para ello, analizaremos si es factible la resocialización desde el instrumento
o medio que la condiciona, la documentación.
Comencemos con el primer apartado
DURANTE LA PRISIÓN: MEDIOS
1º ACTIVIDADES DENTRO DE PRISIÓN
Artículo 26 de la declaración Universal de los Derechos Humanos.
“Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita (…)
obligatoria (…). La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso
a los estudios superiores será igual para todos, (…)
La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los
grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones
Unidas para el mantenimiento de la paz.
Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de
darse a sus hijos.
El derecho a la educación está ampliamente desarrollado en el ámbito penitenciario, desde el
principio de igualdad con las personas españolas reconocido a través de la Ley General
Penitenciaria, hasta la concreción de actividades recogidas en el Reglamento Penitenciario.
Además, la Instrucción 18/2005 reconoce la necesidad de intensificar la intervención educativa
con los internos extranjeros en una doble dirección:
a) Con programas educativos generales: alfabetización, educación primaria, formación
profesional y enseñanzas superiores.
b) Con programas específicos: de idiomas, educación primaria, formación multicultural y
programas de educación en valores y habilidades cognitivas.
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Todos estos programas han de seguir las directrices contenidas en el Plan Marco de
Intervención Educativa con Internos Extranjeros de la Dirección General de Instituciones
Penitenciarias entre cuyos principios recoge: la igualdad de oportunidades, el conocimiento de
la cultura de acogida como instrumento para facilitar la comunicación y la integración, el
respeto a la diversidad cultural.
La declaración de los Derechos Humanos va más allá cuando menciona el pleno
desarrollo de la personalidad humana, el respeto de los derechos y libertades, trabajar no sólo
la tolerancia sino también la amistad entre los diferentes grupos étnicos y religiosos y promover
una cultura de paz. A estos objetivos se invita a trabajar dentro de las prisiones.
Una de las características de las personas que han pasado por las prisiones es que poseen
muchísima formación. Cuestión aparte es que si se contasen con itinerarios individualizados de
inserción sociolaboral se podría ir consiguiendo no sólo una armonización de esa formación de
cara a su inserción en el mundo laboral sino también una adquisición de habilidades y actitudes
para los nuevos retos que deberán afrontar en el momento social que les toque.
Destacamos en la población extranjera:
-
-
-
Que algunas personas alcanzan el tercer grado sin hablar castellano y sin embargo es
fundamental para la inserción sociolaboral.
Que la gente accede a un tercer grado con estudios sin terminar, que están todavía
realizando. Un título cualquiera: Graduado escolar, formación profesional –instrucción
técnica- o de una carrera es necesario. Con el respeto a la elección en los estudios que
cada persona escoja, lo que aquí quiero destacar es la importancia de tener un título
académico cuando vamos a salir en libertad y, en el supuesto de que se sea expulsado
para que le facilite la inserción social y laboral en su país de origen. No tener títulos o no
tenerlos homologados y ser extranjero es equivalente hoy en día a ser una persona sin
estudios aunque se tengan, si no se pueden cotejar es como si no existieran. Será por
tanto también importante que la gente mientras está en prisión, intente aprovechar los
permisos para homologar sus títulos3.
Que la gente sufre un desarraigo de su país y que tampoco llegan a arraigarse en
España mientras están en segundo grado. La educación debiera ser integral abordando
distintas dimensiones de la personal: cultural, política, religiosa, social y debería incluir
formación-información no sólo del país en el que se encuentran sino también de su lugar
de origen ya no sólo por una necesidad de desarrollo personal estructurado sino también
porque pueden ser expulsados debiendo volver o porque por ejemplo van a tener que
tomar decisiones familiares lo que impide que se desvinculen del todo.
Que el paso por la prisión provoca que pierdan conocimientos que tenían al entrar. Se
debe potenciar lo que se tiene, por ejemplo, finalizar estudios que quedaron inacabados
o practicar idiomas. Hay mucha gente extranjera con formación en inglés que han
perdido valor añadido laboralmente al no haber simplemente realizado clases de
conversación en este idioma cuando han estado en prisión. Además la potenciación de
idiomas es una iniciativa que se puede llevar a cabo entre las mismas personas internas.
Pueden ser tanto universitarios como no universitarios y, se pueden hacer por representante legal
http://www.educacion.gob.es/educacion/sistema-educativo/convalidaciones.html
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Que los padres delegan la educación de los hijos en abuelos, familiares o amigos. Una
cuestión importante son las escuelas de padres y madres. Estar en prisión no quiere
decir aislarse de la vida familiar. Es necesario que un padre o madre no sólo tenga
pautas educativas para cuando comparte momentos con la familia sino que también
conozca: cómo funciona el sistema educativo, cómo son las enfermedades de los niños,
qué tipo de alimentación es adecuada, qué da seguridad a los niños…para que esos
padres puedan seguir opinando y no pierdan autoridad.
Se realizan muchas actividades y programas dentro de prisiones, podrían hacerse más. Si bien
sería deseable que se pudiera acompañar más individualmente para detectar carencias
formativas y de otro tipo, que generalmente puede ser difícil que afloren por no hablar en el
mismo idioma. También es importante acompañar el proceso interno de cada una de las
personas extranjeras entre las que hay un porcentaje alto de personas creyentes. Buscar
espacios de diálogo, de análisis de la realidad, de revisión de vida puesto que el hecho de ser
extranjeros dentro de las prisiones constituye una carrera de fondo en la que no sólo hay que
alcanzar el tercer grado sino que constantemente hay que sortear dificultades por el hecho de la
extranjería. Considero que en este punto quienes más pueden aportar a las prisiones por
medios, por creatividad y por flexibilidad son las ONG´s y, debieran potenciarse programas
integrales que abordasen distintas dimensiones: cultural, familiar, religiosa, social y laboral.
2º PERMISOS Y SALIDAS
Veamos ahora a través de los permisos y las salidas el derecho de igualdad.
Art.7 de la declaración Universal de los Derechos Humanos
“Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la
ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta
Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
La Instrucción I-1/12 de Instituciones Penitenciaras que deroga la Instrucción 03/2008 sobre
permisos y salidas reconoce el valor de los permisos para la preparación de la vida en libertad de
las personas internas ya que permiten: fortalecer los vínculos familiares, reducir las tensiones de
la vida continuada en prisión y son un estímulo de buena conducta4.
4
“Los permisos de salida a los internos (…) poseen una gran trascendencia, dentro de las medidas resocializadoras
previstas en nuestro sistema de ejecución de penas privativas de libertad, constituyendo un elemento clave de la
actividad rehabilitadora de la Administración Penitenciaria e instrumento tratamental que confirma, refuerza e
incentiva la evolución del interno en su proceso de reinserción”.
El Tribunal Constitucional ha manifestado reiteradamente –en STC 112/1996, entre otras- la consideración
de los permisos de salida a los internos, no como un derecho subjetivo ni como un derecho fundamental, estando
conectados directamente con una de las finalidades esenciales de la pena privativa de libertad, la reeducación y
reinserción social, cooperando potencialmente a la preparación de la vida en libertad del interno, pudiendo fortalecer
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Sin embargo, motiva que como principio general está justificada la denegación de los permisos
de salida a los internos indocumentados y lo defiende basándose en que hay nuevos modelos de
delincuencia y por tanto hay que valorar si esa persona tiene o no una orden de expulsión.
Posteriormente concreta esos supuestos5:
Es decir:
-
-
Si tienen una pena inferior a cinco años se valorarán los permisos a toda las personas
extranjeras indocumentadas y que además tengan orden de expulsión administrativa o
judicial.
Si tienen una pena superior a cinco años por delito grave se valorará a todas las
personas extranjeras tengan o no documentación.
Detengámonos un momento en esta motivación:
-
-
Primero expresa: Como principio general viene “justificado” denegárselo a todas las
personas indocumentadas. La pregunta es ¿por qué? ¿Es que con una persona
indocumentada no puede hacer nada a efectos de “reeducación o reinserción”? ¿No
pueden fortalecer sus lazos familiares? No tenemos más que pensar en el potencial de
las nuevas tecnologías, en las redes sociales y en los recursos gratuitos que existen
para el acceso a Internet. ¿No pueden consolidar y formalizar contactos sociales?
Contamos también entre otros, con los Centros de Participación e Integración para
personas extranjeras, capellanías, ONG´s especializadas que ofrecen espacios de
encuentro multicultural y formativo, asociaciones de vecinos.
Segundo puntualiza: Que en base a unos nuevos “modelos de delincuencia”, hay que
valorar a quienes tienen orden de expulsión fundamentalmente. Es tanto como decir que
quien tiene una orden de expulsión administrativa tiene más motivos para delinquir. No
hay más que echar una mirada a los CIE´s para ver que no es así o ver la cantidad de
gente que en la actualidad está pagando multas por sanción administrativa y no han
delinquido. ¿Será que se delinque por otro motivos y no por tener una orden de
expulsión? Avanzamos un punto más, en el libro “Andar 1 km en línea recta.
vínculos familiares, reduciendo las tensiones de la vida continuada en prisión y siendo un estímulo a la buena
conducta”. Instrucción I-1/12 de Instituciones Penitenciara.
5
Instrucción I-1/12 de Instituciones Penitenciara. En el apartado 3 rubricado Instrumentos para la toma de
decisiones dice en su apartado tercero:
“ Como principio general, viene justificada la denegación de los permisos de salida a los internos indocumentados,
bien por haberse éstos negado a documentarse bien por haber resultado imposible obtener su documentación”
“Ante nuevos fenómenos de delincuencia, resulta aconsejable introducir dos nuevas circunstancias peculiares a
tener en cuenta a la hora de valorar la concesión de los permisos de salida: (una de ellas) la existencia de
resoluciones administrativas o judiciales de expulsión.
“En los casos de penados extranjeros (no comunitarios) que no fueran residentes legales en el momento del estudio
del permiso y además tengan decretada resolución administrativa o judicial de expulsión, así como en el de aquellos
que hubieren cometido delitos graves (castigados con penas de prisión superior a cinco años), se valorarán tales
circunstancias específicas para el estudio de posibles permisos. Su concesión, en todo caso, deberá venir
especialmente justificada y motivada, en atención a la existencia de otras circunstancias cualificadas concurrentes
que, a juicio del Equipo Técnico, aminoren sensiblemente el riesgo de mal uso o quebrantamiento”.
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La cárcel del siglo XXI que vive el preso” se dice que “algo más de la mitad de los presos
extranjeros se encontraban legalmente en España (tenían “papeles”) –es decir, no tenían
orden de expulsión- antes de ingresar en prisión. Y de los que se encontraban “sin papeles”
un porcentaje alto expresan que si hubieran tenido documentación habrían podido evitar la
conducta delictiva.” Es decir, se delinque por otras circunstancias y en el supuesto de que
queramos adscribirlo al hecho de no tener documentación habrá que valorar que esa
persona que ahora quiere disfrutar de un permiso, tiene unos mínimos indispensables
cubiertos –alojamiento, comida, dinero de bolsillo, aval de una institución, bono transporte…lo que en este supuesto, ya no justifica complicarle la existencia más de lo que ya la tiene y
por el contrario puede ser muy motivador salir para mezclarse en un mundo ajeno al diario e
irse construyendo como persona.
Hay que decir que al concretar los supuestos, establece una distinción clara a la hora de
conceder un permiso entre los que tienen orden de expulsión de quienes no la tienen pero es
que incluso, cuando la pena es superior a cinco años se puede denegar el permiso por el hecho
de ser extranjero. Ante el mismo supuesto que un español es una agravante su condición de
extranjero.
Extranjeros en régimen general sin documentación con orden de expulsión
administrativa cuando entraron en prisión y con pena inferior a 5 años.
Extranjeros en régimen general sin documentación cuando entraron en prisión,
con una expulsión judicial y, pena inferior a 5 años.
Extranjeros de régimen general con documentación cuando entraron en prisión,
pero que al caducárseles estando en prisión, en el momento del permiso no tienen
documentación, tienen además una expulsión judicial y su pena es inferior a 5 años.
Extranjeros en régimen general con o sin documentación que estén condenados
con penas de prisión superior a 5 años por delitos graves. En este supuesto, ya no
entramos en la orden de expulsión, se puede denegar por ser extranjero.
Por otra parte, al concretar tanto al mismo tiempo ha recogido unas excepciones:
Extranjeros en régimen general sin documentación, con pena inferior a cinco
años y que no tengan órdenes de expulsión.
Extranjeros en régimen general con documentación que estén condenados con
penas de prisión inferiores a 5 años.
Extranjeros con documentación cuando entraron en prisión, que poseen la
solicitud de renovación de su autorización en el momento de solicitud del permiso y no
ha recaído resolución, por lo tanto tienen documentación en vigor.
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Lógicamente este es un argumento más para justificar por qué la gente debe solicitar la
renovación de su documentación, aunque se la vayan a denegar. La pregunta es ¿se
facilita en las prisiones que las personas puedan renovar su documentación?6
Cuando se facilita, ¿es sencillo? Pues evidentemente no, porque nos encontramos con:
disparidad de centros de extranjería, incertidumbre ante la documentación que se debe
presentar, necesidad de dispositivo policial para realizar trámites, dificultad para acceder
a información sobre cómo están los trámites, obligatoriedad de presentación personal,
en su caso.
Finalmente y enlazando con el origen de la pregunta, si se argumenta denegar los permisos por
estar indocumentado, habría que ofrecer alternativas para trabajar la reinserción y reeducación
de estas personas que no van a poder salir. Los muros de una prisión no es el ámbito más
adecuado para resocialización, y el objetivo de la política penitenciaria no debiera ser encerrar.
No se nos escapa que aunque esta Instrucción no cambia la práctica habitual en la que el hecho
de tener una expulsión no es condicionante exclusivo para denegar el permiso7, según han
reconocido técnicos de los centros penitenciarios, sigue habiendo supuestos en los que se
deniega por este motivo.
¿Permanentemente indocumentados? Sobre la documentación en las salidas del
Centro Penitenciario, destacamos de esta Instrucción que estamos siguiendo el apartado 5.4
“Desarrollo de los permisos y adopción de medidas”
“Para la debida identificación de los internos durante el disfrute de los permisos, se les entregará,
a la salida del centro, su Documento Nacional de Identidad. A tal efecto, se adoptarán las
medidas necesarias para que todos los internos nacionales que no dispongan de dicho
documento lo obtengan de forma previa al disfrute del permiso o dispongan, al menos, del
resguardo acreditativo de su solicitud. A los internos extranjeros no pertenecientes al espacio
Schengen no se les entregará el pasaporte, sino cualquier otro documento que acredite su
identidad (NIE o carta nacional de identidad).
Ya hemos mencionado la dificultad que tiene Instituciones Penitenciarias para conseguir que a
las personas se les dote de un N.I.E, incluso ya no sólo para las salidas sino porque ha habido
que gestionar algún trámite –sanitario, certificados negativos de hacienda para tramitar ayudassiendo las solicitudes sistemáticamente denegadas.
Son las trabajadoras sociales las que se encargan de tramitar dichas documentaciones y facilitar las renovaciones,
para evitar la caducidad de las autorizaciones, en estrecha colaboración con la oficina de Régimen que posee los
documentos en su expediente personal.
Según ATIP, los Técnicos de IIPP coinciden en la necesidad de facilitar las renovaciones de los permisos puesto
que el interno no puede acudir personalmente. Indican que sería deseable una estrecha colaboración con las
Comisarías y Brigadas de Extranjería a efectos de que los profesionales de los Centros Penitenciarios tengan
conocimiento del funcionamiento de las gestiones documentales y las expulsiones. También sería deseable esta
colaboración con el Ministerio de Empleo en cuanto a las autorizaciones para trabajar. IV Jornadas de ATIP Almagro
2006. Tratamiento penitenciario: seguimos avanzando. Pág 37
7 IV Jornadas de ATIP Almagro 2006. Tratamiento Penitenciario: seguimos avanzando. Pag.40
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Y además, esto ha llevado a que ha habido gente que ha salido de la prisión, únicamente con el
número de identificación de prisiones, les ha parado la policía y como no les ha servido ese
número como acreditación de documentación, les han llevado a un Centro de Internamiento de
Extranjeros –con toda la complicación que ello ha supuesto, no presentarse a dormir, no ir a
trabajar si estaba en tercer grado y se dirigía a su puesto de trabajo…Sobre los CIE quería además mencionar el uso de los mismos cuando una persona solicita
realizar la libertad condicional en su país. El día de salida han sido recogidos en el Centro
Penitenciario y trasladados al CIE, allí les han quitado los cordones del calzado, los cinturones y
los han encerrado –sin poder salir si quiera al servicio- y, sin darles ningún tipo de explicación de
qué está pasando, por qué están ahí y cuánto tiempo van a pasar. De algún modo, su paso por
el CIE antes de partir constituye un recordatorio o una vuelta más de tuerca antes de la salida
sobre lo que puede pasar si vuelven a España. Gente que se ha marchado ha comentado que
nunca se les trató en las prisiones tan mal como se les trató en el CIE. Al respecto, destacamos
el art.9 de la declaración Universal de los Derechos Humanos.
Art.9 de la declaración Universal de los Derechos Humanos
“Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado”
Hay otro supuesto destacable, es el caso de una persona penada extranjera a la que en
libertad condicional se le autoriza a viajar unos días a su país.
Este supuesto, lo destaco por excepcional, porque no suele ser habitual que los/as jueces dejen
viajar a una persona que está cumpliendo condena. Sin embargo, tiene todo su sentido si
destacamos que ha estado mucho tiempo privada de libertad y que su mayor condena
generalmente ha sido la distancia física con su familia, el no haber tenido un contacto personal
con ellos, y el haberse perdido tantos años de su vida. Reconocer el derecho a la persona
extranjera a disfrutar desde la cercanía de su familia refleja una sensibilidad y humanidad
impresionante. Además constituye un derecho humano innegable que requiere de la protección
de la sociedad y del Estado. (Art 16.3 DHU)
Es importante que esta salida la ejecuten con las máximas garantías para viajar. Generalmente a
la persona se le entrega una fotocopia del Auto autorizando la salida que ha sido enviado por fax
al Centro Penitenciario y esa persona viaja con esa fotocopia. Pues bien, hay que aconsejar que
viajen con originales autenticados y les pongan los correspondientes sellos de los diferentes
Ministerios o en su caso, la Apostilla de la Haya.
Mi experiencia en todos los supuestos en que hemos tramitado un documento similar a una
autorización de regreso, o como he dicho la autenticación de ese Auto, es que todas las
personas que han viajado han regresado para continuar cumpliendo su condena. Será que las
personas extranjeras penadas conocen también cuáles son sus deberes.
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3º TRABAJO
Arts.22, 23,24 y 25 de la declaración de los Derechos Humanos
“Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de
la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos
económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de
su personalidad.
Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones
equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria,
que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y
que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección
social.
Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus
intereses.
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los
seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros caos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su
voluntad”.
Podemos decir, aunque no sea excluyente, que a través del trabajo nos hacemos más miembros
de una sociedad. En el caso de personas extranjeras, distinguimos entre las que nunca van a
trabajar en el exterior mientras están en prisión y las que sí que van a trabajar en el exterior,
siendo conocida por la contraparte contractual su condición de penado.
Con respecto a las primeras y en base al derecho al trabajo, lo harán dentro de prisión y se
regirán por el RD 781/2001 de 6 de julio que regula el trabajo en prisión y en el supuesto de que
no tengan documentación deberán cumplirse algunos requisitos de comunicación de esta
circunstancia a la administración de extranjería.
Con respecto al trabajo fuera de prisión nos regimos por el Acuerdo del Consejo de Ministros de
1 de julio de 20058.
Las autorizaciones a penados extranjeros para trabajar en el exterior de los Establecimientos penitenciarios se
venían concediendo al amparo del art.66.5 del anterior reglamento de extranjería (Real Decreto 864/2001 de 20 de
julio por el que se aprueba el Reglamento de Ejecución de la LO 4/2000 de 11 de enero, sobre derechos y libertades
de los extranjeros en España y su integración social. Reformada por la LO 8/2000 de 22 de diciembre):
8
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Dicha Instrucción básicamente sería de aplicación para personas penadas extranjeras
clasificadas en tercer grado penitenciario o en libertad condicional y que hubieran tenido
documentación en el momento de producirse la condena: autorización de residencia, estancia
por estudios, autorización de residencia por circunstancias excepcionales o autorización de
residencia permanente –hoy de larga duración- . En cuanto a los destinatarios, el citado acuerdo
olvidó incluir a las personas clasificadas en el ap.2º del art.100 del Reglamento Penitenciario 9 (en
adelante R.P).
“Cuando circunstancias especiales lo aconsejen, la Dirección General de Ordenación de las Migraciones podrá
conceder validez de permiso de trabajo a aquellos documentos oficiales o privados que reúnan las condiciones que
se determinen”. Pues bien, dentro de tales documentos se incluyeron las resoluciones de clasificación en tercer
grado y de concesión de libertad condicional.
Al entrar en vigor el nuevo Reglamento de Extranjería en febrero de 2005 (Reglamento Real Decreto
2393/2004, de 30 de diciembre), se paralizaron dichas autorizaciones de trabajo. Si bien el Reglamento Real
Decreto 2393/2004, de 30 de diciembre que desarrolla la Ley Orgánica 4/2000 (Ley de Extranjería) en su
Disposición Adicional Primera establecía con carácter general que cuando las circunstancias de naturaleza
económica, social o laboral lo aconsejaran y en supuestos no regulados de especial relevancia, el Consejo de
Ministros podría dictar instrucciones que determinaran la concesión de autorizaciones de trabajo, a propuesta del
titular de la Secretaría de Estado de Seguridad.
Como consecuencia de tal previsión normativa el Consejo de Ministros de 1 de julio de 2005 aprobó un
Acuerdo por el que se determinó el procedimiento para autorizar el desarrollo de actividades laborales por parte de
internos extranjeros en los talleres productivos de los centros penitenciarios y el ejercicio de actividades laborales a
penados extranjeros en régimen abierto o en libertad condicional.
9 No obstante, con el fin de hacer el sistema más flexible, el Equipo Técnico podrá proponer a la Junta de
Tratamiento que, respecto de cada penado, se adopte un modelo de ejecución en el que puedan combinarse
aspectos característicos de cada uno de los mencionados grados, siempre y cuando dicha medida se fundamenta
en un programa específico de tratamiento que de otra forma no puede ser ejecutado. Esta medida excepcional
necesitará de la ulterior aprobación del Juez de Vigilancia correspondiente, sin perjuicio de su inmediata
ejecutividad. Ap.2º del art.100 del Real Decreto 190/1996, de 9 de febrero –R.PEn los orígenes (año 2005 y siguientes) no se concedían las autorizaciones a las personas clasificadas en
el ap.2º del art.100 del R.P por entender que no quedaba recogido este supuesto dentro de la Instrucción del
Consejo de Ministros antes mencionada. Dándose la paradoja de tener internos extranjeros que aunque podían salir
a trabajar por este artículo, no iban a poder hacerlo porque no se les iba a tramitar la autorización que se lo
permitiese.
El 27 de diciembre de 2006 la antigua Dirección General de Instituciones Penitenciarias hizo llegar a la
Dirección General de Inmigración su criterio favorable a la autorización de trabajo para los internos extranjeros
clasificados en segundo grado en la modalidad prevista en el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario 9.
El 26 de marzo de 2007 la Dirección General de Inmigraciones estimó que “sí era posible conceder validez de
autorización de trabajo al Auto del Juez de Vigilancia Penitenciaria por el que se clasificaba al extranjero en el
art.100.2 del R.P, que permite aplicar aspectos característicos propios del tercer grado”, comunicándolo a la
Dirección General de Instituciones Penitenciarias y al Director del Centro Penitenciario de Madrid III en virtud de una
solicitud que había planteado un interno clasificado en el art.100.2 del R.P de este Centro Penitenciario. Esta
solicitud fue resuelta favorablemente.
El 29 de febrero de 2008, debido a la propuesta que le remitió el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria nº1
de Madrid, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias volvió hacer llegar su criterio favorable a la Dirección
General de Inmigraciones.
Sin embargo, con motivo de la última reforma de la Ley de Extranjería, Ley Orgánica 2/2009, de 11 de
diciembre, se volvió a denegar las autorizaciones administrativas para las personas que se encontraban en esta
situación con el siguiente argumento: “a la vista de lo anterior y del examen de la documentación presentada, ha
podido apreciarse la improcedencia de acceder a lo solicitado, al no concurrir ninguno de los supuestos establecidos
en el Acuerdo del Consejo de Ministros de fecha 1 de julio de 2005”. No obstante y a partir de junio de 2010 se
volvieron a conceder. A fecha actual 2012, se han vuelto a poner inconvenientes exigiendo que en el Auto del Juez
se autorice esta circunstancia.
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Podemos decir que sobre el derecho al trabajo dentro de las prisiones existe una normativa, y es
un recurso utilizado por las personas extranjeras; lo cierto es que para el volumen de personas
que hay en las prisiones, el mecanismo es a todas luces escaso.
Sobre el derecho al trabajo fuera de las prisiones para las personas extranjeras destacamos dos
cuestiones:
A) Hay una falta de información general
B) Habría que hablar más que del derecho al trabajo, el derecho a un acceso digno al
trabajo. Lo menciono porque creo que ha quedado mermado el derecho a un trabajo
digno con la reciente reforma laboral, que lógicamente repercute tanto a los españoles
como a los extranjeros. Pero me voy a detener un momento antes, en el acceso al
trabajo, que sí que tiene peculiaridades si hablamos de personas penadas extranjeras.
La información sobre el derecho al trabajo en el exterior de las personas extranjeras
A) Información a la persona privada de libertad
En ocasiones nos encontramos con personas privadas de libertad próximas a un tercer grado
que desconocen que pueden trabajar, puesto que ante la pregunta de si pueden trabajar,
contestan que no porque les caducó la documentación estando en prisión o bien porque nunca la
han tenido y se encuentran en lugares donde se tramita la autorización para este supuesto.
Todavía resulta más interesante cuando esa persona estando en prisión participó en un
programa de orientación laboral... ¿de qué sirve que sepa realizar un curriculum vitae si no sabe
que puede trabajar?
Además, para saber cómo orientar y qué estrategia seguir en la búsqueda activa de empleo, lo
primero que hay que conocer es cómo está su documentación para valorar si va a poder o no
trabajar, si lo va a poder hacer de manera inmediata o se va a alargar en el tiempo, si va a poder
utilizar su propia documentación o va a necesitar una autorización administrativa para penados.
Al respecto hay que decir que se dan circunstancias muy diversas y que requiere de personal
que domine las diferentes situaciones de extranjería para saber si esa persona puede o no
trabajar, ya que hay personas: con documentación, con solicitud de renovación, con silencio
administrativo positivo10, con documentación caducada por renuncia tácita11, sin documentación,
En el supuesto de renovaciones el silencio administrativo es positivo, puesto que se entiende estimada la solicitud
si transcurre el plazo para resolverla, que será el máximo de tres meses contados a partir del día siguiente al de la
fecha en que haya tenido entrada en el registro del órgano competente para tramitar la solicitud de renovación (DA
1ª 2 LOEx y artículo 54.10 Dex). Art.54.10 Dex determina que la autoridad competente para conceder las
autorizaciones iniciales, es decir, los Delegados y Subdelegados del Gobierno, vendrá obligada, previa solicitud del
trabajador extranjero, a expedir el certificado que acredite la renovación por silencio administrativo y, “en el plazo de
un mes desde la notificación del mismo (el certificado), su titular deberá solicitar la renovación de la tarjeta de
identidad de extranjero”.
Al respecto quiero reseñar la absoluta irregularidad que supone que la administración, transcurrido un
plazo de silencio administrativo positivo, conteste con posterioridad denegando la solicitud10. En este supuesto de
estimación por silencio administrativo, la resolución expresa posterior a la producción del acto sólo podrá dictarse de
ser confirmatoria del mismo. Es reiterada la Jurisprudencia del Tribunal Supremo (STS de 27 de abril) que reconoce
que “si la Administración considera que el acto administrativo adquirido por silencio administrativo, es nulo por
aplicación del propio artículo 62.1.f) de la Ley 30/1992 no podrá dictar resolución expresa tardía denegatoria del
derecho, posibilidad vedada por el art.43.4 a) sino que habrá de acudir al procedimiento de revisión de oficio
contemplado en el artículo 102.1 de la Ley 30/1992, ya que no sólo “sería contraria a la naturaleza del silencio
10
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sin solicitar la renovación y habiendo solicitado la tarjeta de familiar comunitario 12, con solicitud
de familiar comunitario, siendo un ciudadano de la Unión y que haya solicitado un certificado de
registro comunitario y se lo hayan denegado13. Supuestos de asilo, refugio, apátridas, personas
en el supuesto del art.31.1 de la LOEx según el cual podrán renovarse, a petición del interesado,
las autorizaciones de duración inferior a 5 años valorando la existencia de indultos, las
situaciones de remisión condicional de la pena o la suspensión de la pena privativa de libertad
atendiendo a las circunstancias que motivaron su concesión14.
B) Información sobre la realidad penitenciaria
En segundo lugar, las propias Delegaciones y Subdelegaciones de Gobierno. La Administración
de Extranjería necesita conocer el ámbito penitenciario, no puede aplicar la legislación e incluso
la práctica diaria de asuntos de extranjería sin más a los extranjeros en prisión. Tramitar una
autorización para penados del mismo modo que una autorización para un extranjero, requerir
determinada documentación alargándose la solicitud en el tiempo, puede distorsionar
gravemente el Programa Individual de Tratamiento, cambiar con frecuencia los lugares en los
que se realizan los trámites, informar de cambios vía telemática o sin protocolos escritos... Si a
eso le sumamos el que no exista un cauce rápido de información a los Centros Penitenciarios, la
administración penitenciaria se ve desincentivada a potenciar trámites en el área de extranjería.
Por otra parte, la legislación de extranjería no debe ser una vía para agravar la situación de una
persona privada de libertad, por ejemplo, indicando en la autorización la condición de penado,
exigiendo que acuda el empleador o aplicando tasas completamente abusivas.
positivo plasmada en la misma Ley, sino también a los principios de seguridad jurídica y de confianza legítima que la
propia Ley también recoge”.
11
Se considerará que ha habido renuncia tácita cuando el interesado, tras haber sido requerido para que
comparezca en la oficina de extranjeros o en la comisaría de policía que hubiese seguido el expediente con el fin de
tramitar o hacerse entrega de la tarjeta de identidad de extranjero, no se persone en ella en el plazo de tres meses
desde el requerimiento correspondiente, salvo que el interesado acredite que la incomparecencia fue debida a una
causa justificada.
12
En ocasiones se les ha recomendado equívocamente a los internos e internas extranjeras que ya que se habían
casado con una persona española que no renovasen su documentación y directamente solicitasen la tarjeta de
familiar comunitario. Lo apropiado es realizar los dos trámites al mismo tiempo.
Real Decreto 240/2007, de 16 de febrero, sobre entrada, libre circulación y residencia en España de ciudadanos de
los Estados Miembros de la Unión Europea y de otros Estados parte en el acuerdo sobre el Espacio Económico
Europeo, en su redacción dada por el Real Decreto 1161/2009, de 10 de julio.
13
Era significativa la resolución que recibían porque al mismo tiempo que le indican los motivos por los que se le
denegaban, en la parte superior izquierda de la mentada resolución figuraba el número de NIE con el que le habían
registrado. Es decir, le registraban, le adjudicaban un número de NIE y les indicaban que no se les puodía registrar,
aunque en puridad lo que les estaban indicando es que no se les podía proporcionar un certificado. Nos
encontramos ante un supuesto en que una administración se niega a entregar un certificado. Tendría sentido la
mención que realizan en la resolución del artículo 15.1.b) del Real Decreto 240/2007, de 16 de febrero si les
denegaran el registro pero no es así porque los registran. Por eso, a la hora de recurrir habrá que basar también
argumentos en la Ley de Procedimiento Administrativo en cuanto a los derechos de los administrados en sus
relaciones con la Administración Pública, artículo 35 de la LRJPAC13. En este caso, podrían trabajar con ese número
de NIE, aunque son conocidas las reticencias a la contratación si no se aporta el certificado 13.
14
El artículo indica que también se valorarán los antecedentes penales, entendemos que este supuesto es para
cuando se solicita la renovación estando en tercer grado o en libertad condicional y la resolución se produce al llegar
al licenciamiento definitivo o bien que se solicite la renovación una vez se termine la condena.
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C) Información del tercer sector
En tercer lugar, el tercer sector que trabaja voluntariamente dentro y fuera de prisiones puede y
debe ser un buen cauce informativo y facilitador de trámites que los internos e internas,
fundamentalmente quienes no tienen familia en España, no pueden realizar y que tampoco es
factible que se haga desde los departamentos de Trabajo Social por falta de medios telemáticos.
D) Información a la sociedad civil
Además, el que esta especificidad no se recoja debidamente en las legislaciones más al uso,
dentro de la legislación de extranjería o en guías laborales, supone que instancias civiles
especializadas en temas laborales, como gestorías o letrados encargados en muchas ocasiones
de la gestión de la documentación de las empresas, la desconozcan. Sin embargo es
fundamental, porque los empresarios indican que quieren consultar con su abogado o gestor
antes de determinar si tramitar una autorización administrativa o no. A otro nivel, sería
interesante que las entidades especializadas en asesoramiento jurídico a extranjeros conocieran
la autorización administrativa para penados, puesto que a las mismas pueden llegar personas
extranjeras privadas de libertad.
Derecho al acceso digno al trabajo
Como ya he dicho, la especificidad de las personas extranjeras penadas me hace centrarme en
el derecho al acceso digno al trabajo.
1º Disminuyen los recursos de búsqueda activa de empleo.- En general la población de prisiones
necesitaría de recursos de empleo específicos para acompañar el proceso de inserción
sociolaboral porque éstos tienen unas connotaciones distintas a las de una persona que no está
penada. Hay que aprender herramientas para ver cómo encajar la estancia en prisión (cómo
reflejarlo en un currículum, cómo afrontar este tema en una entrevista), coger habilidades para
expresar con soltura su experiencia profesional sin que el paso por la prisión constituya una
dificultad insalvable, hay que conocer recursos y cómo dirigirse a ellos sin relatar siempre que se
está en prisión o que se ha sido preso y muchísimos puntos más, pero esto todavía se hace más
necesario con las personas penadas extranjeras sin documentación ya que a éstos se les
reducen los recursos de búsqueda activa de empleo.
No sólo no conocen cómo moverse en el nuevo ámbito geográfico, no sólo no conocen
qué variables se tienen en cuenta en la selección de personal y cómo se presenta en este país,
no sólo no conocen los recursos de empleo del lugar en el que se encuentran sino que además
éstos disminuyen al no tener documentación. Ya que si poseen “papeles en regla” podrán
acceder a todos los recursos de empleo tanto de personas españolas como específicos para
personas extranjeras, es decir: podrán inscribirse en los servicios públicos de empleo en virtud
de la Orden TAS/3698/2006, de 22 de noviembre por la que se regula la inscripción de
trabajadores extranjeros no comunitarios en los Servicios Públicos de Empleo y en las Agencias
de Colocación y acceder a los recursos que ofrecen, podrán apuntarse a bolsas de empleo
gestionadas por entidades sociales cuyo requisito es estar inscrito en las oficinas de empleo,
podrán trabajar vía ETT´s etc. Ahora bien, si no tienen documentación no pueden: ni inscribirse
en las oficinas de empleo, ni acceder a bolsas de empleo específicas, ni apuntarse en ETT´s
puesto que no les van a tramitar la autorización administrativa.
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Su vía de acceso al mercado laboral serán entonces los contactos personales –que por
las circunstancias en ocasiones se limitan al ámbito penitenciario-, entrar en contacto con alguna
entidad del Tercer Sector que ayude a ello, que intermedie por ellos con empresas, y la
autocandidatura presencial, para lo que será importante que reciban orientación, entre otras
cosas para realizar una labor de búsqueda de las personas encargadas en las empresas de los
procesos de selección, lo cual tiene una dificultad añadida para quien sólo conoce de un país
que no es el suyo la prisión.
2º Deben explicar que están en prisión para que les tramiten la autorización administrativa para
trabajar.- Un siguiente paso en la búsqueda de empleo es cuando comienzan a realizar
entrevistas. No sólo se encuentran con las mismas dificultades que una persona española, esto
es preguntas como: ¿cuál ha sido tu experiencia laboral en el último año?, ¿te puedes incorporar
mañana?, ¿me puedes aportar las nóminas del último trabajo que tuviste? sino con preguntas
como ¿tienes documentación?
A la hora de explicar la dinámica de la autorización administrativa se dan varias
situaciones: personas muy resueltas para este momento, personas resueltas que han llegado en
muchas ocasiones a este momento pero al relatar la situación les han cerrado todas las puertas,
personas que no comprenden bien el funcionamiento de la autorización y se lían a la hora de
explicarla.
¿Por qué es complicado informar sobre la autorización?
- Porque hay que explicar su fundamentación jurídica para que no parezca una “inventiva”
- Porque ante la incomprensión las empresas dicen que se lo preguntarán a su gestor o
abogado que tampoco conoce la autorización.
- Porque hay que solicitar a un empresario que se acaba de conocer y para el que todavía
no se ha trabajado, un montón de documentación e información sobre la actividad de su
empresa, pedirle que pierda parte de su tiempo para ir a Delegación de Gobierno y
explicarle también que debe pagar una tasa cada seis meses.
- Porque no es fácil explicarle a la empresa qué documentación debe aportar, se espera que
ésta al leerlo sepa a qué se refiere lo que se está pidiendo.
- Además ante la inmediatez que requieren las empresas hay que dejar claro que no es un
permiso de trabajo sino una autorización para trabajar en exclusividad que se tramita con
mayor rapidez, pero no tan rápidamente como para incorporarse en uno o dos días.
- Porque en toda esta dificultad tienen que vender unos “beneficios” de interés para la
empresa que con el paso del tiempo han ido disminuyendo a través de la contratación
como colectivo en riesgo de exclusión social.
Podríamos seguir relatando dificultades al respecto pero quiero hacer caer en la cuenta dos
cuestiones importantes:
-
El autocontrol de los sentimientos: el proceso por el que pasa una persona que lleva
muchísimo tiempo buscando trabajo, se emociona enormemente cuando le indican que ha
superado una prueba porque les ha gustado para trabajar, que se arma de valor para
contar su situación penitenciaria y solicitar que le tramiten la autorización administrativa, y
que al final es rechazada por este motivo, conlleva un derrumbe psicológico fuerte. O bien
cuando la empresa decide apostar en su contratación, pero no puede empezar con la
inmediatez que quisiera porque todavía hay que tramitar la autorización, rondándole en la
cabeza constantemente a la persona penada ante cualquier demora –ausencia de algún
documento, retraso en Delegación- el hecho de que la empresa se pueda echar para atrás,
los nervios que se generan. El desgaste vital es muy grande.
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A ello hay que unirle, cuando ya se tiene la autorización y de un día para otro la empresa
decide la incorporación, todas las dificultades que se acrecientan con el centro
penitenciario –que haya tiempo para comunicarlo al centro, que se localice a la persona
responsable a tiempo, que el director autorice la salida, que el coordinador laboral
considere adecuada la documentación aportada por la empresa –el contrato sellado por el
Servicio Público de Empleo Estatal tarda 10 días y el alta se la dan el mismo día que
empieza a trabajar...-
La vergüenza y el “nuevo juicio social”: Hay personas que cuando han tenido que contar su
situación de estar en prisión no sólo se han encontrado con el rechazo sino con gente que
quiere saber cuál ha sido su delito y no se conforma con saberlo sino que se permite a
alguien que acaba de conocer aportarle su propia amonestación, con su juicio,
interpretación y valoración. Provocando un sentimiento de humillación de alguien que ya
está terminando la condena y que no puede expresarse con libertad porque no sabe si aun
con todo se está jugando o no la posibilidad de una contratación. Es decir, si merece la
pena aguantar la humillación a cambio de una contratación. Es una especie de
“servidumbre encubierta” (art.4 DHU) o trato degradante.
Art.5 de la declaración de los Derechos Humanos
“Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”
Verdaderamente, salvo las personas que tienen que pasar por este trance casi nadie valora
realmente el esfuerzo, el sacrificio y trabajo que supone conseguir que las personas extranjeras
con autorización puedan salir a trabajar.
Una vez obtienen la autorización para trabajar:
- Existe la posibilidad de que se inscriban en las oficinas de empleo pero en el protocolo
interno de estas oficinas los inscriben como “colectivo 10”, es decir, no acceden a
prestaciones, ni se les envía información de cursos etc. No obstante, el inscribirse permite
que quienes contraten a personas penadas puedan bonificarse en la cuota a la Seguridad
Social.
- Abonan unas tasas abusivas. Con independencia de que la contratación sea indefinida o
no, la autorización administrativa deberá ser renovada cada seis meses con el
correspondiente abono de tasas. No obstante dichas tasas15 no son exigidas en todas las
Delegaciones y Subdelegaciones sino sólo en algunas.
Con carácter general la regulación de las tasas exigibles se recoge en el Capítulo IV del Título II de la LOEx –
arts.44 y ss- y se complementa con Ley 8/1989, de 13 de abril, de Tasas y Precios Públicos, Ley 58/2003, de 17 de
diciembre, General Tributaria, si bien durante los primeros años de aplicación de la LOEx la falta de un desarrollo
reglamentario respecto de las tasas establecidas en ella hizo que se plantearan algunas dudas interpretativas y
problemas de legalidad especialmente en materia de exenciones, cuantías y plazos de ingreso 15. En este período,
hubo fases en que se cobraban tasas a las personas penadas extranjeras y momentos -en concreto los previos a
diciembre de 2007- en que estas autorizaciones estaban exentas del abono de cualquier tributo.
A partir del 15 de diciembre de 2007 y con motivo de la ORDEN MINISTERIAL PRE/3654/2007 por la que
se establece el importe de las tasas por concesión de autorizaciones administrativas, expedición de documentos en
materia de inmigración y extranjería, o tramitación de visados en frontera, se fundamenta el cobro de una tasa a
quienes contratasen a personas penadas extranjeras.
15
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No acceden a prestación por desempleo16 si no tienen documentación.
La tasa indicada quedaba recogida en el ap.3.6.A.3 del Anexo de dicha Orden rubricado con “otras
circunstancias para trabajar (concedidas a titulares de autorización de residencia por circunstancias excepcionales,
u otorgadas en base a la DA 1ª.4 del Reglamento de la LO 4/2000). Si bien la peculiaridad de estas autorizaciones
es que se expiden cada seis meses y el importe que se indica para una residencia por circunstancias excepcionales
se mantiene para ser abonado semestralmente en 182,74 euros, y la tasa se devengaba con la autorización por lo
que si se denegaba no había que pagar tasa alguna.
En enero de 2008 con motivo de la Ley 51/2007 de 26 de diciembre sobre Presupuestos Generales del
Estado de 2008 y según prescripción del art.74.1 se recoge que las tasas se van a elevar a partir del 1 de enero de
2008 con una cuantía fija en un 1,02, es decir a partir de esta fecha la tasa pasó a ser de 186,39 euros.
Con la Orden PRE/3/2010, de 11 de enero, la cuantía se incrementa a 190,12 euros y se produce un
cambio ya que el pago del tributo pasa a solicitarse únicamente con la tramitación de la documentación y no con la
concesión de la autorización –para algunos supuestos como por ejemplo tasas relacionadas con la entrada en
España- si bien, es a raíz de la Ley Orgánica 2/2009, de 11 de diciembre, cuando esta situación se extiende al resto
de las tasas para extranjeros, por lo que la tasa se devengará cuando se solicite la autorización para trabajar o su
posterior renovación, sin tener que esperar a la resolución favorable.
Como la cuantía de la tasa debe estar condicionada por la duración de la autorización, su extensión y ámbito, el
carácter y las modalidades de la relación por cuenta ajena y aunque cuando la duración de la autorización sea
inferior a 6 meses no se paga tasa alguna (el propio art.44.2.c) LOex aclara que no se produce el hecho imponible
cuando la autorización sea para un período inferior a seis meses), la realidad es la siguiente:
-
-
-
En casos como finalización de condena antes de los 6 meses requeridos, contratos de duración inferior a 6
meses (contratos a prueba), sustituciones en períodos vacacionales que no alcanzan los seis meses, se
expide la correspondiente tasa y se exige su abono.
Un empresario que contrata a una persona extranjera abona 190,12 por una autorización inicial para trabajar
y un empresario que contrata a una persona extranjera penada abona 190,12 x 2 (380,24 euros) ya que es
un pago semestral.
Un empresario que renueva la contratación de una persona extranjera abona 190,12 por una renovación que
dura dos años y un empresario que renueva la contratación a una persona extranjera penada abona por dos
años, es decir cuatro renovaciones 190,12 x 4 (760,48 euros)
Es evidente que no se ajusta al principio de equivalencia del art.7 de la Ley 8/1989, de 13 de abril, de Tasas y
Precios Públicos, el cual dispone que las tasas tenderán a cubrir el coste del servicio o de la actividad que
constituya su hecho imponible ya que al ponerlo en relación con el art.19.2 éste puntualiza que el importe de las
tasas por la prestación de un servicio o por la realización de una actividad no podrá exceder, en su conjunto, del
coste real o previsible del servicio o actividad de que se trate o, en su defecto, del valor de la prestación recibida. Es
decir, promueve una ponderación global del coste real frente a una ponderación particular por cada gestión
administrativa que se realiza.
Se produce también una quiebra del principio de capacidad económica del art.8 de la Ley 8/1989, de 13 de abril, de
Tasas y Precios Públicos que dispone que en la fijación de las tasas se tendrá en cuenta, cuando lo permitan las
características del tributo, la capacidad económica de las personas que deben satisfacerlas. Si bien en este caso se
está dando una discriminación entre extranjeros no penados y extranjeros penados presuponiendo una capacidad
económica mayor a los empresarios que quieran contratar a estos últimos. Es significativo este matiz porque el
sentido de gravar al empresario es porque se entiende que es el principal beneficiario de la actividad administrativa
que implica todo el procedimiento de concesión del permiso de trabajo.
16
Los motivos por los que no ha lugar a la prestación son de carácter administrativo y de concepción del sentido de
una prestación por desempleo.
En cuanto al requisito de carácter administrativo se requiere para poder inscribirse el original del permiso
de trabajo o de residencia en vigor, si no se es trabajador comunitario. Como ya hemos mencionado, la autorización
administrativa una vez se ha llegado al licenciamiento definitivo ya no tiene validez y se requiere un documento que
acredite una residencia legal en España.
En cuanto a la finalidad de la prestación por desempleo, la situación que protege la prestación por
desempleo es la de aquéllas personas que pudiendo –acreditar disponibilidad y posibilidad de trabajar- y queriendo
trabajar, pierdan su empleo de forma temporal o definitiva, y con la prestación se les ayuda económicamente
mientras encuentran otro empleo. En el supuesto de una persona extranjera sin documentación que finaliza la
condena, deja de trabajar porque ya no tiene autorización ni posibilidad de tenerla, por lo que no va a poder volver a
trabajar legalmente hasta que no cancele sus antecedentes penales y pueda volver a regularizarse.
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4,5 y 6 de
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Con el licenciamiento definitivo termina la posibilidad de tramitar una autorización
administrativa para penados. No cabe una renovación de la misma cuando se ha
terminado la condena. Por este motivo deberá procederse a finalizar la relación
contractual puesto que ya no existe documento que permita seguir trabajando.
NO van a poder acceder a esta prestación porque si la finalización contractual se
produce al finalizar la condena es porque dicha persona ya no tiene documentación.
Además, el ap.5 del art.36 de la LO 2/2009 indica que “el trabajador que carezca de
autorización de residencia y trabajo no podrá obtener prestaciones por desempleo”.
Pese a estos argumentos, hay quienes entienden que al haber cotizado durante todo ese
tiempo tienen derecho a una prestación por desempleo. La similitud la basan también en
aquella persona extranjera irregular que ha estado trabajando pero que nunca ha sido
dada de alta por el empleador. Por extensión en la aplicación del art.9.2 del E.T se
supone que el trabajador extranjero tiene todos los derechos inherentes al contrato de
trabajo, pudiéndose accionar también en caso de despido. Por lo que si a quien no ha
tenido contrato pero sí relación contractual se le hace extensible esta posibilidad en
mayor lugar a quien ha tenido relación contractual y contrato.
No tienen derecho al subsidio por excarcelación si no se tiene documentación.
AL FINALIZAR LA PRISIÓN
Art.13 de la Declaración de los Derechos Humanos
“1.- Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el
territorio de un Estado.
2.- Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a
su país”.
Partimos, según se recoge en el libro Andar 1 Km en línea recta, de que la mayor parte de las
personas extranjeras actualmente en prisión desearía quedarse en España. Este deseo es
especialmente fuerte en magrebíes y subsaharianos y desciende entre los Europeos UE-15,
europeos del Este y los latinoamericanos. Los motivos para permanecer son el trabajo, la familia
–algunos llevan muchos años viviendo en España-, por cuestiones de seguridad y por la
sanidad.
Sin embargo, la legislación de extranjería dificulta enormemente las posibilidades de
permanencia en España una vez cumplida la pena. Se expulsa a los extranjeros sin residencia
legal que hayan sido condenados, dentro o fuera de España, por un delito doloso, sancionado
con pena privativa de libertad superior un año, salvo que los antecedentes penales hubieran sido
cancelados.
Comisión Episcopal de Pastoral Social. Departamento de Pastoral Penitenciaria. Salamanca
Extranjeros,cárcel y derechos humanos. Una doble marginalidad.
María José Angurel Lambán
4,5 y 6 de
mayo de 2012
La única vía de regularización estando en España sería la solicitud de un arraigo, pero éste se
denegará por antecedentes penales17. En el supuesto de estar casado con español o
nacionalizado como español podrá intentarse la regularización por régimen comunitario; en la
práctica nos hemos encontrado con diversas circunstancias: personas que se la concedieron con
la solicitud, personas que no se la concedieron y la consiguieron yendo a tribunales, personas
que la consiguieron en el Contencioso pero la perdieron en la Apelación planteada por el
Abogado del Estado, personas a las que en la Apelación de la medida cautelar les concedieron
una tarjeta provisional... Con carácter general se suele denegar y obligan con ello a ir al Juzgado
de lo Contencioso demorando muchísimo este trámite por el retraso actual que existe en justicia
(podemos estar hablando de tres o cuatro años una vez finalizada la condena, en ese tiempo se
está en un limbo jurídico porque por una parte se es comunitario pero como no se tiene la
documentación que lo avala no se puede trabajar, si se sale no se puede volver a entrar porque
no tienen documentación –provocando que se alargue por mayor tiempo la separación con la
familia de origen-, o gente de la Unión Europea a la que se le ha denegado el registro como
comunitario y que carece de un documento que lo acredite, si bien en este caso, en puridad se
podría trabajar con documentación de su país pero se le complica la existencia
administrativamente hablando) .
Art.15.3 de la Declaración de los Derechos Humanos
“ La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la
protección de la sociedad y del Estado”
Desde la Pastoral Penitenciaria se ha defendido, con respecto a los penados extranjeros sin
documentación que están a punto de liquidar condena, que si concurren razones como una
buena evolución penitenciaria, razones de arraigo en España y buen pronóstico, sería
procedente, siguiendo recomendaciones formuladas en organismos internacionales, legislar la
posibilidad de abrir un período de “residencia a prueba”, con el consiguiente permiso de trabajo.
Y aunque se ha reconocido por estos organismos en la práctica todavía hay mucho trabajo.
HAGAMOS UNA PARADA: ¿PODEMOS HABLAR DE UNA TRIPLE MARGINALIDAD?
Persona extranjera sin documentación discapacitada y en prisión
Dejo a la reflexión de en qué medida la falta de comunicación por no dominar un idioma nos
impide detectar situaciones en las que bien podría estar dándose una discapacidad intelectual o
quede más subsumido un problema de salud mental. Me voy a referir a discapacidades físicas,
en concreto, personas extranjeras en silla de ruedas o personas que además de recibir diálisis
tienen alguna enfermedad que les agrava esta circunstancia.
Para el reconocimiento a la cancelación de los antecedentes penales se requerirá tener satisfechas las
responsabilidades civiles y haber transcurrido, sin delinquir de nuevo el culpable, los siguientes plazos: 6 meses
para las penas leves; 2 años para las penas que no excedan de 12 meses y las impuestas por delitos imprudentes;
tres años para las restantes penas menos graves; y cinco para las penas graves.
17
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Estas personas progresan a tercer grado y deben ponerse a trabajar en el exterior. Cualquiera
que esté buscando hoy en día trabajo habrá constatado la cantidad de ofertas que existen para
personas con discapacidad; pues bien, estas personas no tenían documentación cuando
entraron en prisión pero podrían haber trabajado con una autorización administrativa para
penados. Si bien para acceder al empleo debían acreditar su discapacidad y para tramitar su
discapacidad hacía falta su número de N.I.E. Se consigue hablar con el centro de base y que
éstos les tramiten el certificado de discapacidad rápidamente si estas personas conseguían
ponerse a trabajar. No se consiguió que nadie les tramitara una autorización si previamente no
tenían el certificado de discapacidad porque si les tramitaban la autorización sin tener el
certificado se perdía la bonificación por incapacidad. Estas personas se desplazaron
personalmente para entrevistarse con los Centros Especiales de Empleo o empresas de
Inserción. Por desgracia, la limitación de plazas y la pérdida de incentivos económicos estuvo
por encima de las personas.
Mujer extranjera con hijos a cargo y en prisión
Mujer con hijos en su país de origen.- Hay un documental que se titula “Septiembre18” que está
rodado con personas presas y uno de los supuestos es el caso de una madre que tiene un delito
contra la salud pública de más de cinco años. Ella comenta que su mayor condena es estar
separada de su hija, habría que ahondar en las circunstancias y no sé si se pueden generalizar,
pero a las madres a las que he escuchado este comentario o bien habían sufrido violencia de
género o venían de una situación económica muy precaria. Digo que habría que ahondar porque
esta mujer comenta que no le hacía falta una condena tan larga para ser consciente de lo que
había hecho… dejo esta reflexión en el aire porque hoy en día que utilizamos tanto el recurso de
la prisión no sé hasta qué punto algunos delitos no tienen una consideración penal excesiva en
comparación a otros.
Mujer con hijos en España.- Estas mujeres tienen muchas dificultades para encontrar un empleo.
Por la necesidad de cuidado de los niños, buscan trabajos con unas características: o de
jornada parcial de mañana que es cuando los niños están en el colegio, o por horas. Para
compaginar horarios de entrada y de salida del cole o para poder ir a trabajar, se tienen que
apoyar entre otras compañeras de los pisos de acogida que se hacen cargo de los niños en su
ausencia, pero no es el único condicionante, también deben relatar su condición de presas para
que les tramiten la autorización. Obviamente, demasiados requisitos para conseguir un puesto
de trabajo.
Persona extranjera que al finalizar su condena no puede volver a su país
Son personas que pertenecen a países en los que si se conoce la existencia del delito cometido
van a ser nuevamente juzgadas e incluso pueden ser encarceladas. En algunos países se
agrava esta circunstancia por ser mujer. Esas personas no pueden volver a su país, pero
tampoco pueden pedir asilo en España por la existencia de antecedentes penales, aunque
hubieran terminado de cumplir su pena.
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Septiembres. Dirección y guión Carles Bosch.2007
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Artículo 14 de la Declaración de los Derechos Humanos
“En caso de persecución toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en
cualquier país”.
ALGUNAS REFLEXIONES A MODO DE LLUVIA DE IDEAS
Hasta aquí he cubierto la primera parte de la exposición, ya he ido aportando algunas reflexiones
y valoraciones a lo largo de la misma, si bien voy a recoger algunas por su importancia y a añadir
otras para ir ayudando a concluir.
1º No es una realidad la de extranjeros-prisión de la que se pueda hablar abiertamente porque
hay muchas opiniones encontradas y además extremas. El término o a favor o en contra se da
en esta situación. Forma parte de los “fenómenos de alarma social”; si en ocasiones resulta difícil
un discurso social en el que se apoye el trabajo de las personas extranjeras, cuánto más difícil el
que se apoye el trabajo de una persona extranjera presa. O ¿cómo explicar a la sociedad que las
personas presas extranjeras trabajen cuando hay tantísima gente en paro? ¿Tenemos una
sociedad preparada para aceptar este tipo de realidades? Mejor no mencionarlo muy alto no
vaya a ser que los pequeños logros conseguidos se pierdan, pero ¿qué consecuencias trae?
Pues que como no es una situación normalizada el camino para la inserción social de estas
personas se hace más tedioso, difícil y más cuesta arriba.
2º Además, se da un encuentro con la realidad penitenciaria nada pacífico. O se ejecutan todas
las expulsiones y entonces hay que reconocer que mecánicamente afrontamos la realidad
penitenciaria desde ese prisma (régimen abierto restringido, no se sale a trabajar, no se
conceden permisos…), o tenemos que reconocer que a las personas extranjeras que han
delinquido no las estamos expulsando (se les conceden permisos, salen a trabajar…) y por lo
que acabamos de mencionar tampoco parece que se pueda decir muy alto. Por ello, tiramos por
el camino del centro utilizando un doble discurso en el que se les dice que pueden trabajar pero
que no olviden que van a ser expulsados19. Abusamos de la expulsión no sólo como realidad,
cuando se ejecuta, sino como una amenaza constante en forma de losa con la que deben
aprender a vivir.
“Los miembros de los Equipos Técnicos informarán y asesorarán sobre la expulsión y otras vías de repatriación
anteriores al cumplimiento definitivo de la condena, al menos en el momento de la clasificación inicial de cada uno
de los penados y cuando éstos lo soliciten. En orden a que el penado disponga de elementos suficientes para
valorar su propia situación, se explicarán también los requisitos para obtener autorización de trabjo en régimen
abierto y en libertad condicional y que el hecho de tener condena por delito doloso castigado con pena que exceda
de un año de prisión es causa de expulsión administrativa en el momento de la excarcelación por razón de libertad
conforme al artículo 57.2 de la citada Ley Orgánica 4/2000” Instrucción 21/2011 “normas generales sobre internos
extranjeros”
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3º Existe una dificultad de armonización entre las Administraciones de Extranjería y la
Administración Penitenciaria porque esa armonización podría llegar a quebrar derechos
fundamentales si no se entiende adecuadamente la finalidad de la pena, la reeducación y
reinserción de la persona en la sociedad, da igual que ésta se lleve a cabo en España que en su
país de origen. La Administración Penitenciaria se encuentra en un dilema entre cumplir la
legislación penitenciaria y acatar las normas de extranjería que no son flexibles a este ámbito, a
veces podemos pensar que porque no se desea, por ejemplo cuando no se conceden los N.I.E,
pero en otras muchas me atrevería a decir que por desconocimiento del funcionamiento de la
Administración Penitenciaria, por ejemplo cuando se solicitan determinadas documentaciones
que no son factibles de conseguir en la maquinaria penitenciara o cuando se alargan los plazos
de resolución perjudicando enormemente el proyecto individualizado del interno.
4º Habrá que reconocer que prestar un servicio eficiente a las personas presas extranjeras
sobrepasa la realidad penitenciaria. Por el volumen de personas extranjeras, por la disparidad de
nacionalidades, por la disparidad de situaciones jurídicas y por la disparidad de casos concretos
puntuales que también se dan y requieren no sólo tiempo sino también personal especializado.
5º En estos años las personas extranjeras que han delinquido teniendo documentación son casi
las mismas que las que no tenían documentación. No podemos por tanto asociar el delito a la
condición de extranjero irregular. Por otra parte, una vez finalizada la condena van a pasar a ser
extranjeros irregulares sin documentación y con antecedentes penales aunque lleven en España
años. Van por tanto a quedarse en España pero en una “situación incómoda”.
6º Aunque no se tenga documentación es posible dar un sentido al paso por la prisión y resulta
más saludable enfocar el itinerario individualizado de estas personas teniendo como meta una
inserción en nuestra sociedad o en su país de origen que una expulsión. Desde este
planteamiento cobra sentido que: las personas aprendan castellano, fortalezcan los idiomas
adquiridos, saquen estudios o certificados de profesionalidad, estén informados en diversos
frentes tanto de la sociedad de origen como de la sociedad de acogida, asistan a escuelas de
padres y madres, e incluso se les concedan permisos para viajar y ver a su familia cuando están
en condicional. Insisto en que tener una meta quiere decir tener una finalidad, no se trata de
pasar el tiempo en la prisión haciendo actividades. Tampoco se puede obviar la necesidad de
contar con traductores-intérpretes cualificados que eviten la indefensión durante la tramitación de
la causa y las incidencias de su ejecución penitenciaria.
7º Si las estadísticas demuestran que se fugan menos los extranjeros que los nacionales, si la
experiencia de los profesionales de prisiones demuestra que tratar del mismo modo a una
persona extranjera con orden de expulsión de alguien que no la tiene no ha conllevado
experiencias negativas siempre y cuando se den unos mínimos –avales, acompañamientos
externos…- ¿qué necesidad existe de reflejar en normas esta realidad como un nuevo fenómeno
de delincuencia? O mejor aún ¿por qué hacer problema y complicarnos en detallar esta
circunstancia, que siempre nos va a dejar algún fleco, de una realidad que la práctica demuestra
que no es problemática?
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8º Creo que se da un fenómeno de “ingenuidad” saludable. La Administración Penitenciaria
siguiendo las normas solicita a Policía que a la gente se le dote de un N.I.E porque son
necesarios realizar ciertos trámites en el área social, pone voluntad para la renovación de la
documentación de las personas, mueve toda la maquinaria policial y penitenciaria y sólo
encuentra trabas: casi todos los trámites son por internet, hay una diversidad de
administraciones de extranjería que dificulta saber dónde hay que dirigir a esa persona, se piden
originales de documentación que no se pueden entregar, por ejemplo el pasaporte… Pese a ello,
es preferible esta actitud a que las personas no “muevan” su documentación, la dejen olvidada
en el tiempo que están en prisión porque se encuentren con la postura de no complicarse y
reciban un “te lo van a denegar, no tienes derecho a nada, no hacemos nada”.
9º Habrá que desterrar posturas como las de que cuando a un interno se le arresta porque la
documentación que lleva –carné de preso- “no es suficiente identificación” o se les ingresa en un
CIE, el interés porque salgan de ahí sea exclusivamente de la entidad que les ha avalado en ese
permiso o de las familias si las tienen.
10º Con respecto a la regulación del trabajo de extranjeros debemos decir que todavía no existe
un desarrollo normativo que permita homogeneizar un procedimiento común recogiendo los
aspectos favorables de las diferentes prácticas que se están llevando a cabo: autorización
genérica no adscrita a una oferta desvinculándola de una empresa concreta y no circunscrita a
una actividad determinada en una provincia específica, exención de tasas, reducción de
documentación a la hora de realizar la solicitud, presentación por el propio centro penitenciario o
entidad colaboradora sin necesidad de que se presente el empleador, falta de necesidad de
haber tenido documentación con anterioridad o, en su defecto, reconocimiento del trabajo
realizado en prisión como arraigo social20.
11º Sería deseable una sensibilización social sobre el derecho al trabajo de las personas
extranjeras para que los instrumentos que autorizan a trabajar fueran conocidos, se normalizara
su utilización y fuera más sencillo conseguir apoyos del tejido empresarial. Pero además, y
fundamentalmente para que las personas extranjeras presas accedieran al trabajo dignamente
sin soportar nuevos juicios, humillaciones o vergüenza.
12º Por mucha jurisprudencia favorable que exista, a favor por ejemplo de regularizar a
familiares de comunitarios que ya han terminado la condena –aunque tengan antecedentes
penales-, el criterio policial es totalmente contrario. Habrá que denunciar que la justicia es lenta,
no sólo por el uso que hace el ciudadano sino por la inflexibilidad de la Administración que sin
motivación alguna y a golpe de formulario sistemáticamente deniega solicitudes de
autorizaciones obligando a ir al Contencioso y alargando el sufrimiento vital y económico de las
personas que ni pueden trabajar, ni pueden salir del país, ni pueden visitar a su familia de origen
y no terminan de pagar defensores y costas judiciales .
13º Habrá que denunciar las hipocresías sociales de quienes gestionan trabajo en discapacidad
pero son incapaces de realizar excepciones ante situaciones puntuales de personas concretas
con nombres y apellidos.
Informe básico sobre las respuestas a la encuesta dirigida a los Centros Penitenciarios sobre las autorizaciones administrativas
para el trabajo de personas penadas extranjeras. Subdirección General de Medio Abierto –Mayo 201020
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14º Es obligación de toda la sociedad que la prisión no cumpla únicamente la función de mera
retención y custodia. Habrá que posicionarse socialmente cuando ante la avalancha de recortes
se priva por ejemplo, del derecho a la salud a las personas (art.25 DHU “toda persona tiene
derecho a la asistencia sanitaria”).
Habrá que tener en cuenta que estas personas tienen cubierta la asistencia sanitaria mientras
están con la condena frente a las personas irregulares que nunca han delinquido lo que puede
generar “cierto malestar social” pero…¿no vamos a decir nada? ¿qué sucederá cuando salgan
de la prisión y no se puedan regularizar por tener antecedentes penales?
15º Habrá que seguir apostando por políticas de igualdad de género que reconozcan las
dificultades añadidas a las presas por ser mujeres y dotar de medios para que éstas puedan
conciliar su vida familiar y laboral. Pero sobre todo habrá que defender la igualdad en dignidad y
derechos (art.2 DHU).
La realidad de extranjería requiere de personas sensibles a recoger todas las situaciones,
a comprenderlas y a estar dispuestas a utilizar la creatividad para tratar de salvar escollos
una y otra vez, con el objeto de otorgar una vida en dignidad para quien todavía está en
prisión y una vida digna para quien ya terminó y cumplió su condena porque un Estado de
Derecho no debe permitir la condena moral perpetua.
¿Y AHORA QUÉ?
Hasta aquí hemos dado una visión general sobre las personas extranjeras presas. Los derechos
humanos constituyen unos mínimos inalienables inherentes a la condición humana y un derecho
mínimo fundamental es el derecho a la “reeducación y reinserción social” aunque bien
pudiéramos decir a la educación, al trabajo, a la cultura y en definitiva a la inserción social.
Hemos hablado del:
- derecho a la educación cuyo objeto es el pleno desarrollo de la personalidad y el derecho de
los padres a escoger un tipo de educación para sus hijos.
- derecho a la igualdad con independencia de si se es o no extranjero o se tiene o no una orden
de expulsión.
- derecho a no ser detenido arbitrariamente.
- derecho al trabajo, mejor aún, derecho a un acceso digno al trabajo, a un nivel de vida
adecuado, a unas prestaciones sociales por trabajar.
- derecho a circular libremente.
- derecho a no recibir un trato cruel, inhumano o degradante.
- derecho de asilo.
- derecho a la protección de la familia por parte del Estado.
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¿Cómo podríamos contribuir a que la realidad de ser extranjero preso en prisión no
conllevase una marginación?
Apunto algunas ideas siguiendo los tres talleres que tras esta charla se van a impartir:
ÁREA RELIGIOSA
-
-
-
-
Hacen falta personas que aporten discursos pacificadores dando a conocer esta realidad.
Habrá que enfrentar el miedo a la “supuesta alarma social”. Se pueden aportar reflexiones
desde la contemplación de los hechos.
Fomentar espacios heterogéneos multiculturales dentro de las prisiones de análisis de la
realidad, de revisión de vida fomentando el protagonismo de los internos para que ellos
sean voz de su propia realidad.
Argumentar la conveniencia del acompañamiento individualizado que permita la escucha
activa y la detección de necesidades vitales.
Sensibilizar socialmente y dentro de las prisiones sobre la necesidad de tratar a las
personas como tales –con independencia de su condición de extranjeros- y no como
“objetos de expulsión”.
Realizar lecturas creyentes sobre las diversas situaciones que se viven y denunciar desde
el evangelio los agravios y violaciones de DHU que se producen.
ÁREA SOCIAL
En principio sería necesario aumentar la plantilla del personal técnico, debidamente
cualificado en extranjería. Como hemos hablado de una realidad que sobrepasa, habrá
que dar cabida a la colaboración de ONG´s y de voluntarios que sepan de extranjería y
que conociendo la realidad penitenciaria aporten su saber y experiencia al personal
técnico y colaboren en las gestiones de documentación. Es necesario mantener
puntualmente informados a los Centros Penitenciarios de las actualizaciones en
extranjería: lugares en los que se realizan trámites, protocolos que se siguen para su
solicitud, etc.
- Es necesario una oferta de programas y actividades integrales: formativas, culturales u
ocupacionales, que tengan en cuenta la multiculturalidad, donde se trabaje el
reconocimiento a la cultura de origen y el respeto a la de acogida, se potencien la
diversidad de idiomas y el conocimiento del castellano. Con espacios para la relación y
comunicación creativa y pacífica entre las personas.
- Es necesario programas de asistencia post-penitenciaria que acompañen la inserción
sociolaboral de estas personas, y fomentar que dentro de prisión se trabaje con itinerarios
de inserción socio-laboral.
- Acompañar para que se aprovechen los permisos al máximo: contactar con las familias en
origen, homologar títulos, acercar entidades sociales en las que realizar actividades...,.
- Apoyar circunstancias excepcionales, por ejemplo de salud. Ayudar a realizar trámites y
gestiones en el exterior.
- Reflexionar sobre cómo las nuevas “políticas de ajustes” van a perjudicar a las personas
extranjeras que están en prisión: tarjeta sanitaria, costas procesales…y cómo podemos
trasladar demandas sorteando la “alarma social”.
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Escuchar y acompañar para perder el miedo a llamar a las cosas por su nombre. Relatar
las acciones positivas en relación a las personas presas extranjeras.
ÁREA JURÍDICA
- Enseñar y motivar a utilizar los medios para “pedir” que tienen las prisiones:
- Las instancias para solicitar cosas.
- Los juristas para que nos ayuden a reclamar abogado.
- Informar de las asistencias a las personas presas por parte de los Colegios de
Abogados.
- Solicitar a los voluntarios que les enseñen o ayuden a acceder a los recursos
donde se facilitan las gestiones por ejemplo de extranjería.
- No sólo vamos a necesitar traductores-intérpretes cualificados que eviten la indefensión
durante la tramitación de la causa y las incidencias de su ejecución penitenciaria, sino
también convendría contar con abogados expertos en penitenciario y en extranjería al
mismo tiempo.
- Apoyar acciones que lleven a una formación al respecto del personal de prisiones, una
adaptación de los materiales formativos a las realidades de cada momento, una buena
comunicación entre juristas, departamentos de trabajo social y coordinadores laborales, y
la elaboración de materiales informativos sobre la autorización para trabajar que puedan
repartirse entre los/as internos/as.
- Ser cauces de información. Debiera existir una coordinación entre la administración de
extranjería y penitenciaria más allá de pensar en clave de expulsión o de marcar trámites
más tediosos para las personas presas extranjeras que quieren trabajar o regularizarse.
- Reivindicar la necesidad de documentar a las personas. Habrá que pararse a pensar de
qué documentación vamos a dotar a las personas extranjeras que les sirva de
identificación. Solicitar la asignación de un NIE para los extranjeros en prisión y que se
conceda. Debiera valorarse, por ejemplo: que al darles de alta en un destino remunerado
o taller productivo se hiciera con NIE porque van a percibir un salario, o que a las
personas extranjeras con discapacidad tengan un NIE con el que se les tramite el
certificado de discapacidad que les permitirá con posterioridad acceder al mercado laboral.
- Exigir que se flexibilicen en extranjería los trámites para las personas penadas. Si no van a
poder tener el pasaporte, que se admita la fotocopia del pasaporte autenticada o incluso
que se faciliten los trámites, por ejemplo con el desplazamiento de la policía a los centros
para que se pongan las huellas.
- Actualizar y homogeneizar un procedimiento común en la regulación del trabajo de
personas extranjeras que incluya a todas las realidades de extranjería y sea más favorable
y menos gravoso en su conjunto. En este punto también puede trabajar el tejido social por
medio de los Consejos Sociales Penitenciarios tanto a nivel local como estatal.
- Recurrir y pedir que se regularice a los familiares de comunitarios que han cumplido
condena, que se conceda el número de N.I.E a las personas presas comunitarias y que se
permita la “residencia a prueba”.
- Utilizar la dimensión internacional de la Pastoral Penitenciaria para ser voz de violaciones y
carencias en el ámbito de los Derechos Humanos.
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Extranjeros,cárcel y derechos humanos. Una doble marginalidad.
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4,5 y 6 de
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Pues bien, hemos visto una realidad a pinceladas pero más o menos amplia, hemos valorado la
misma y hemos aportado algunas líneas de actuación. ¿Qué sería lo deseable? Que ser
extranjero no fuera una dificultad añadida al hecho de ser preso y que el paso por la prisión
abriera puertas a la inserción de estas personas bien fuera aquí, bien fuera allá en su país de
origen. Apostar por ello requiere trabajar mucho a contracorriente, pero como dice la canción:
Si tuvieras fe como un granito de mostaza…-eso dice el SeñorTú le dirías a las montañas ¡muévanse! ¡muévanse! ¡muévanse!
Y las montañas se moverán.
BIBLIOGRAFÍA
Procedimientos Penitenciarios. Francisco Javier Armenta González-Palenzuela. Ed. Comares
Andar 1 km en línea recta. La cárcel del siglo XXI. Manuel Gallego, Pedro J.Cabrero, Julián
C.Ríos, José Luís Segovia.
IV Jornadas de ATIP Almagro 2006. Tratamiento penitenciario: seguimos avanzando.
Los extranjeros en los Centros Penitenciarios. Cuadernos de derecho penitenciario. Nº16 Ilustre
Colegio de Abogados de Madrid.
Informe básico sobre las respuestas a la encuesta dirigida a los Centros Penitenciarios sobre las
autorizaciones administrativas para el trabajo de personas penadas extranjeras. Subdirección
General de Medio Abierto –Mayo 2010Instrucción I-1/12 “Permisos y salidas”
Instrucción 18/2005 “Normas generales sobre internos extranjeros”.
Instrucción 21/2011 “Normas generales sobre internos extranjeros”.
Película Septiembres. Dirección y guión Carles Bosch.2007
Legislación de extranjería.
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Comisión Episcopal de Pastoral Social. Departamento de Pastoral Penitenciaria. Salamanca
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