Una odisea hacia las islas encantadas

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Una odisea hacia las islas encantadas
Por: Selene Caballero
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El transporte marítimo es el principal medio utilizado para el comercio de los productos de
consumo y demás necesidades de las Islas Galápagos. El aumento de su población y turistas
han impulsado un desarrollo económico importante que se ha visto reflejado en una mayor
demanda de diferentes tipos de mercancías, tanto para sus habitantes como para el
perfeccionamiento de infraestructura de manera general.
No obstante de sus ventajas en cuanto a costos, este tipo de transporte es el que más riesgos de
contaminación representa puesto que Galápagos es una zona de especial cuidado. La carencia
de facilidades tanto en el continente como en las islas para la manipulación de la carga y la
atención a los buques constituyen un inminente peligro que ha obligado a las autoridades a
adoptar cada vez más medidas con el fin de cuidar el medio ambiente.
Existen tres factores que están directamente relacionados: a) la carga y/o producto, b) las
embarcaciones y c) los puertos o mejor dicho, los muelles por donde se mueve la carga.
En relación a la carga y al buque, el 30 de septiembre de 2010, el Consejo Nacional de la Marina
Mercante y Puertos – CNMMP – publicó en el SRO # 352 los requisitos que deben cumplir las
embarcaciones que prestan este servicio. El texto incluye el tratamiento de mercancías
peligrosas, la carga en general, itinerarios de los buques, el cuidado de biodiversidad, permisos,
entre otros.
Las empresas que actualmente ofrecen este servicio de cabotaje y llegan a las principales islas
del archipiélago son:
Transnave con la M/N Galápagos, Taurus y Puná;
Galapagueña Corp. - M/N Paola
Cenainsa - M/N Marina 91
Arvitres - M/N Angeline
Galacargo - M/N San Cristóbal
“Para el transporte de la carga hacia Galápagos el Municipio de Guayaquil puso a disposición el
muelle de Caraguay y es el que se ha estado utilizando”, acotó Omar Aguilera de Galacargo. Sin
embargo, el Cap. Marco Saavedra, gerente general de Transnave, sostiene que “existen muchas
deficiencias en el servicio portuario. Caraguay es incómodo porque no tiene las condiciones
necesarias para hacer las maniobras de carga y descarga”. Esta realidad ha conllevado a que
varias de las empresas que cubren esta ruta busquen otras alternativas con el fin de alcanzar
mayor eficiencia en la prestación de sus servicios, utilizando el muelle de Timsa (nombre con el
que todavía consta en la SPTMF), el cual, cuenta con condiciones más adecuadas tanto para las
mercancías como para las embarcaciones.
“Hace algún tiempo estamos en el proceso de mejoramiento del envío de carga, a pesar de que
por una u otras circunstancias no todo lo dispuesto se cumple. Los embarcadores también deben
acoger ciertos requisitos para alcanzar las metas planteadas pero mientras no haya muelles
adecuados tanto aquí como en Galápagos las cosas no van a cambiar mucho”, asegura
Aguilera, quien añade que uno de los principales problemas de esta actividad es justamente la
falta de infraestructura portuaria, lo cual los obliga a mantener un buque en muelle por más de
una semana.
Proceso de carga y descarga
Un buque permanece en muelle por un lapso de 10 días, durante los cuales los clientes acuden
a embarcar sus productos que necesariamente tienen que ser ubicados de forma directa en las
bodegas de la nave; debido a que, ni en Caraguay ni en Timsa se cuenta con centros de acopio
o almacenamiento de carga. Luego emprenden un viaje de 3 días hacia las islas. Santa. Cruz,
San Cristóbal e Isabella son los destinos que cumplen las embarcaciones por ser los sitios de
mayor población. En cada una de estas islas permanecen de 2 a 3 días fondeados cumpliendo el
proceso de desembarque que se lo realiza a través de barcazas. He ahí otro inconveniente. En
Galápagos los buques no pueden acceder directamente a muelle; por lo que, se ven en la
obligación de utilizar el servicio que ofrecen los “barcaceros” para el traslado de la carga,
aumentando los riesgos en su manipulación y los tiempos de permanencia en la isla. “Estamos
sometidos a la disponibilidad local, a los que prestan el servicio con las barcazas porque son
ellos los que establecen la prioridad del cliente final. Por otro lado, en Pto Ayora – Santa Cruz,
por ejemplo, aunque tenemos 2 barcazas propias que facilita las operaciones, pero tenemos que
esperar en muelle porque este es más pequeño. En la isla Isabela no se puede fondear muy
cerca por las limitaciones naturales, hay que esperar pleamar lo que toma más tiempo para
desembarcar”, acotó el Cap. Saavedra.
De manera general, las maniobras son complicadas dependiendo la época del año y mucho más
cuando se refiere a carga proyecto, “cuando ud trabaja con carga pesada los riesgos se
multiplican, y ahí es donde entra en juego la experiencia”, concluyó Omar Aguilera.
Facilidades portuarias
“En Caraguay no se puede operar carga muy pesada por eso se opta por Timsa. Las
embarcaciones que manejan carga pequeña o sin mucho peso pueden operar sin problemas en
este muelle, y cuando no se podía utilizar Timsa se recurría a barcazas para que la carga
pesada sea embarcada directamente en el buque. Al llegar a Galápagos, en el caso de
maquinaria, por ejemplo, esta es desarmada para poder facilitar su manipulación.
Hay que tomar en cuenta que las barcazas tiene una capacidad aproximada de 20 tons; por lo
que el peso tiene que ajustarse a esta condición. Además, el equipo con el que cuente cada
buque, también será de vital importancia al momento de enviar cierto tipo de mercancías.
Tal como se lo había señalado anteriormente, Guayaquil y Galápagos todavía mantienen un
sistema obsoleto e improvisado para cumplir este servicio a las islas. La necesidad ha llevado
tanto a los habitantes como a los operadores a valerse de las herramientas que tienen al alcance
para seguir laborando. Pero, ¿qué tan rentable resulta ofrecer este servicio?
Costos
Debbie Aguilera, Galacargo, sostiene que buena parte de sus costos de operación se ha
incrementado significativamente por el valor del muelle (refiriéndose a Timsa), “en menos de 1
año, pasamos de 13 ctvs a 24 ctvs y después a 30 ctvs por metro de eslora por hora, que
representa alrededor de 6000 dólares por viaje; las demás embarcaciones que siguen operando
en Caraguay llegan a pagar por viaje de 120 a 200 dólares”.
En relación al ajuste realizado a las tarifas en el mes de febrero, sostiene que
“desafortunadamente no se ha escuchado ninguna de las recomendaciones técnicas q hemos
efectuado. Solo se ha considerado un 19,33% lo cual presenta algunas deficiencias y no
corresponde a la realidad del mercado”.
Todo esto sin contar con que hoy en día, la oferta del servicio excede en un 40%
aproximadamente a la demanda, lo cual implica, que los buques no viajen al máximo de su
capacidad total. Inicialmente 2 embarcaciones prestaban este servicio, luego se fueron
incorporando más hasta llegar a esta realidad.
Nuevas disposiciones
La Subsecretaría de Puertos y Transporte Marítimo y Fluvial, empeñada en promover mejoras en
la prestación de este servicio, ha impulsado los ajustes en las tarifas de los fletes vigentes,
cambio en las operaciones relacionado a la metodología de carga y de los permisos que se van
a requerir por parte de esa institución.
Desde el uno de abril las empresas necesitarán el permiso de operación insular que lo emite el
Consejo de Gobierno de Galápagos y las autorizaciones del SESA - SICGAL - y el Parque
Nacional Galápagos, esto en cuanto a la idoneidad de la carga para evitar contaminación.
Otro requisito que se establecerá es que las embarcaciones tienen q estar certificadas por la
sociedad clasificadora IACS (International Association of Classification Societies). “Es un punto
que ha supuesto desafío para los Armadores pero estamos seguros contribuirá a la mejora del
servicio y también que el impacto de los buques dentro de la región insular sea el mínimo
posible, minimiza los riesgos de toda naturaleza aunque también implique la salida de algunas
naves que no cumplan con estas condiciones” dijo el representante de Galacargo; mientras que
para Transnave “se debe considerar en primera instancia modernizar la flota que opera
actualmente para que cumplan con los estándares internacionales”.
La realidad actual del tráfico marítimo Guayaquil – Galápagos nos permite concluir que es
necesario buscar herramientas que faciliten la prestación del servicio, disminuyan el tiempo de
estadía en muelle de los buques, mejorar la infraestructura de los terminales y sistemas de
acopio para que los barcos puedan cumplir sus rutas en menos tiempo; lo cual, generaría
mejoras en los costos y por ende beneficios para los usuarios.
Estamos concientes que siendo una empresa estatal
estamos contribuyendo a la comunidad con este servicio.
Cap. Marco Saavedra - Transnave:
Omar Aguilera – Galacargo: Nuestro conocimiento del negocio y la experiencia adquirida son
nuestra mejor carta de presentación.
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