A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 11 de diciembre de
2013,
habiéndose
dispuesto
en
el
establecido,
Acuerdo
2078,
de
conformidad
que
deberá
con
lo
observarse
el
siguiente orden de votación: doctores Negri, Genoud, Soria,
de Lázzari, Hitters, se reúnen los señores jueces de la
Suprema
Corte
de
Justicia
pronunciar
sentencia
"Vatrella,
Antonio
Argentina
S.A.I.C.'.
en
definitiva
José
acuerdo
en
la
contra
Accidente
ordinario
causa
L.
para
107.804,
'Bridgestone/Firestone
de
trabajo
-
Acción
especial".
A N T E C E D E N T E S
El
Tribunal
de
Trabajo
nº
4
del
Departamento
Judicial Lomas de Zamora hizo lugar a la acción deducida,
imponiendo
las
costas
del
modo
que
especificó
(v.
fs.
240/246).
La
parte
demandada
interpuso
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley (v. fs. 255/259),
concedido por el citado tribunal a fs. 322/323.
Dictada
la
providencia
de
autos
a
fs.
331
y
hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la
Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
inaplicabilidad de ley?
el
recurso
extraordinario
de
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
I. El tribunal de grado hizo lugar a la demanda
que
José
Antonio
"Bridgestone/Firestone
cual
le
había
Vatrella
Argentina
reclamado
el
promovió
S.A.I.C.",
pago
de
una
contra
mediante
la
indemnización
integral -con sustento en las normas del derecho común- por
la incapacidad derivada de las enfermedades que contrajo a
consecuencia de las tareas desempeñadas para su empleadora
durante el transcurso del vínculo laboral.
Para
así
resolver,
tuvo
por
acreditado
en
el
veredicto que el actor padece una afección generalizada de
la
columna
vertebral,
disminución
de
la
audición
y
pterigion en ambos ojos, que le ocasionan una incapacidad
equivalente al 23,5% del índice de la total obrera (v. fs.
240 vta.).
Mediante
constitutivos
confesional
de
del
la
la
interpretación
litis,
actor
y
la
la
de
los
valoración
testimonial
de
escritos
la
recibida
prueba
en
la
audiencia de vista de la causa, juzgó comprobado que la
movilización y traslación de elementos pesados provocaron
esfuerzos capaces de causar los daños registrados en la
salud
del
ambiental
accionante,
y
la
como
existencia
así
de
también
polvillo
el
ruido
ambiente
fabril
al
que
estuvo expuesto durante más de veinte años (v. fs. 240
vta.).
Indicó,
asimismo,
que
se
hallaba
probada
la
titularidad del dominio de las cosas riesgosas en cabeza de
"Bridgestone/Firestone Argentina S.A.I.C.", sin que, para
más, se hubiera producido prueba que permitiera ponderar la
eventual responsabilidad del accionante o la incidencia de
otros
factores
causales,
ni
se
aportaron
exámenes
de
ingreso, periódicos o contemporáneos al egreso (v. fs. 240
vta. in fine/241).
En la sentencia determinó la existencia de los
presupuestos de la responsabilidad civil objetiva de la
empleadora (conf. art. 1113 del Cód. Civ.), toda vez que
-señaló- el daño ocasionado al trabajador derivó del riesgo
de las cosas de su propiedad, sin que mediara culpa de la
víctima (v. fs. 242).
Por
último,
y
teniendo
en
consideración
la
naturaleza de la acción, estimó prudente fijar las sumas de
$
70.376,37
y
de
$
14.075,27
en
concepto
de
daños
patrimonial y moral (v. fs. 242 vta. in fine).
Asimismo, y toda vez que el "evento dañoso" se
encuentra entre las contingencias cubiertas por el régimen
previsto en la ley 24.557 (conf. art. 6), determinó el
monto por el cual debía responder la aseguradora de riesgos
del trabajo -en el caso, "Consolidar A.R.T. S.A."- citada
al proceso como tercero (v. fs. 243 vta.).
Con
todo,
"Bridgestone/Firestone
dispuso
Argentina
condenar
S.A.I.C."
a
a
abonar
a
Vatrella el importe de $ 44.277,50, resultante de deducir
del total de $ 84.451,65, determinado en concepto de daños
material y moral, la suma de $ 40.174,15 en concepto de
prestación
por
incapacidad
permanente
a
cargo
de
la
mencionada aseguradora de riesgos del trabajo (v. fs. 245 y
vta.).
II.
legitimada
Contra
pasiva
dicho
pronunciamiento
mediante
recurso
se
alza
la
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley, en el que denuncia la violación de
los arts. 44 inc. "e" y 47 de la ley 11.653; 421 del Código
Procesal
Civil
y
Comercial;
1113
del
Código
Civil
y
doctrina legal que identifica.
Inicialmente
sostiene
que
la
decisión
plasmada
por el a quo en el pronunciamiento es absurda porque ha
omitido individualizar cuáles fueron las cosas cuyo riesgo
o vicio generaron la incapacidad del actor, deficiencia que
conduce, además, a la imposibilidad de tener por acreditada
la existencia de nexo causal entre éstas y las enfermedades
que padece.
Argumenta que si bien se ha tenido por comprobada
la realización de esfuerzos físicos por parte del accionante
en
la
realización
de
sus
tareas,
como
así
también
la
presencia de ruido y polvillo industrial en el ambiente de
trabajo, los jueces de grado no identificaron los elementos
probatorios sobre cuya base arribaron a esa conclusión.
Alega
que
los
magistrados
incurrieron
en
el
absurdo de considerar como prueba a favor de los hechos
invocados
esgrimiera
por
en
el
actor
los
oportunidad
propios
de
ser
dichos
interrogado
que
por
éste
el
tribunal, señalando, en ese sentido, que en ningún caso
puede adoptarse el criterio de que las manifestaciones de
parte puedan favorecer a quienes las expresan, pues, por el
contrario,
sólo
valen
en
cuanto
los
perjudiquen
como
confesión.
Aduce
que,
en
el
fallo,
tampoco
se
individualizaron los elementos de juicio considerados para
determinar la cuantía del resarcimiento a fin de garantizar
un eventual control de legalidad, certeza y razonabilidad
de lo resuelto.
Finalmente, sostiene que la decisión de mérito es
violatoria de la doctrina que este Tribunal ha establecido
a partir del precedente L. 80.735, "Abaca", sent. del 7III-2005, toda vez que se condenó a "Bridgestone/Firestone
Argentina S.A.I.C." a la reparación integral del daño sin
efectuar el cotejo o comparación que allí se ordena, ni se
ha declarado eventualmente la inconstitucionalidad del art.
39 de la ley 24.557.
III. El recurso no prospera.
1. Para brindar respuesta al agravio que inicia
la réplica, habré de manifestar que, de conformidad con
consolidada
material
-como
doctrina
de
probatorio
la
este
Tribunal,
aportado
determinación
por
de
las
la
el
análisis
partes
al
concurrencia
del
proceso
de
los
presupuestos que tornan viable la procedencia de la acción
de daños y perjuicios deducida en los términos del art.
1113 del Código Civil- constituyen facultades privativas de
los jueces de mérito, y las conclusiones que con arreglo a
ellas
éstos
formulen
no
son
extraordinaria,
salvo
eficazmente
existencia
la
que
revisables
se
de
en
invoque
absurdo
y
la
se
(conf.
instancia
demuestre
causas
L.
99.420, "A. G., E. R.", sent. del 29-IX-2010; L. 90.803,
"Solís", sent. del 7-X-2009; L. 95.476, "Mendoza", sent.
del 26-XI-2008; L. 88.332, "Brusa", sent. del 25-IV-2007;
L.
90.567,
"B.,
T.",
sent.
del
9-VIII-2006;
L.
80.086,
"Esains", sent. del 1-IV-2004; L. 76.972, "Meyer", sent.
del 21-V-2003; entre muchas).
Como
así
también
lo
es
determinar
si
existe
relación causal o concausal entre las tareas realizadas por
el
trabajador
y
la
consecuente
incapacidad
que
pueden
originar (conf. causas L. 95.261, "Villalba", sent. del 25III-2009;
L.
91.388,
"Ortiz",
sent.
del
16-IV-2008;
L.
89.956, "Weber", sent. del 12-XII-2007; L. 85.832, "T.,
E.", sent. del 5-IV-2006).
En
el
caso,
el
recurso
insuficiente
para
endilga
pronunciamiento,
al
consideración
conclusión
que
que
demostrar
el
se
la
bajo
extrema
máxime
examen
resulta
anomalía
si
se
tribunal
sentenciante
impugna
sobre
la
que
tiene
arribó
base
a
de
le
en
la
la
interpretación de los escritos constitutivos del proceso y
la valoración integral de la prueba incorporada a la causa,
esto es, de la pericia médica, de la confesional del actor
y de los dichos brindados por los testigos en la audiencia
de vista de la causa.
Como
lo
anticipé,
el
juzgador
definió
en
el
veredicto que, conforme los términos de la demanda y del
responde
y,
más
circunstanciadamente,
con
las
creíbles
manifestaciones del actor y la testimonial recibida, debía
tenerse
por
movilización
acreditado
y
el
traslación
evento
de
dañoso
elementos
mediado
por
pesados
que
provocaron esfuerzos capaces de causar los daños que se
registran, ruido fabril y existencia de polvillo ambiente,
considerando la exposición del trabajador durante más de
veinte años, como así también la titularidad del dominio de
las cosas riesgosas en cabeza de "Bridgestone/Firestone de
Argentina S.A.I.C.", sin que se haya producido prueba que
permita
ponderar
la
eventual
responsabilidad
de
quien
acciona o la incidencia de otros factores causales, ni se
hayan
aportado
exámenes
de
ingreso,
periódicos
o
contemporáneos al egreso (v. fs. 240 vta./241).
En
la
sentencia,
el
órgano
jurisdiccional
de
grado se detuvo a señalar que las cosas agresoras, con sus
características de volumen, peso y número, mediadas por la
portación
y
el
desplazamiento,
la
existencia
de
ruido
industrial y polvillo ambiente y la naturaleza y extensión
de las secuelas y su incidencia en la capacidad laboral del
demandante fueron plenamente acreditadas (v. fs. 242).
La cosa riesgosa propiedad de la demandada fue
minuciosamente
precisada
por
el
actor
en
su
escrito
de
inicio -a cuya descripción acudió el a quo para definir
este
aspecto
de
la
contienda-,
quien,
entre
otras
consideraciones, allí manifestó que: "... debía reparar los
desperfectos mecánicos en toda la maquinaria que utilizaba
la empleadora y en especial, las máquinas de armado de
cubiertas
reductores
chicas
de
y
grandes";
velocidad,
"...
bombas,
trasladar
aparejos
motores,
eléctricos,
piñones, cadenas, etc., desde el lugar donde se encuentran
instalados hasta el taller de reparación, elementos los
indicados que oscilan entre 5 y 300 kilogramos de peso,
razón por la cual el accionante los transportaba mediante
la utilización de carros de cuatro ruedas, empujados por el
propio operario"; "... utilizar escalera para acceder a los
sitios
donde
debía
efectuar
reparaciones
de
altura,
trasladándola de un lugar a otro de la planta en forma
manual e individual"; "... realizar los cambios de medidas
de moldes que se utilizaban en la máquina de armado de
cubiertas y cambio de tambores. En la parte de cubiertas de
tractor
o
transporte,
el
trabajo
es
pesado
porque
los
tambores son de grandes dimensiones y para sacarlos hay que
tironearlos
vinculación,
del
eje...";
la
demandada
"En
los
proveyó
últimos
al
años
de
la
establecimiento
de
máquinas denominadas KB o MODULOS. Estas máquinas tienen
unos elementos que se denominan frisos, que son para armar
cubiertas de 13, 14, 15 y 16 pulgadas, que son muy pesados.
Estos objetos debía el actor manipularlos, levantarlos de
una carreta, sacarlos y colocarlos en el eje" (v. dem., fs.
28 vta./29 vta.).
Lo
expuesto
permite
nítidamente
corroborar
el
desacierto que evidencian las alegaciones que nutren el
aspecto de la queja que aquí se analiza, pues, afincadas
sustancialmente en la denuncia de configuración del vicio
de
absurdo
por
conducto
de
la
invocada
falta
de
individualización de las cosas propiedad de la demandada,
cuyo
riesgo
o
vicio
hubiese
generado
la
minusvalía
que
padece el accionante -como así también de los elementos de
prueba que tuvo en cuenta el órgano jurisdiccional de grado
para determinar la existencia de esfuerzos físicos, ruido y
polvillo ambiental- sólo revelan un notorio apartamiento de
los
argumentos
esgrimidos
por
el
sentenciante
que
constituyeron el núcleo central de su decisión.
En
suma,
la
réplica
se
limita
a
expresar
el
criterio discrepante del recurrente con la valoración que
de las pruebas realizó el tribunal a quo, pretendiendo
-esencialmente- hacer prevalecer su opinión sobre la del
juzgador en lo que atañe a sus facultades –privativas,
por cierto- de selección, jerarquización e interpretación
de
los
elementos
inapropiado
causas
L.
para
96.707,
probatorios,
evidenciar
"De
el
método
este
absurdo
Cenarriaga",
totalmente
alegado
sent.
del
(conf.
26-VIII-
2009; L. 89.586, "Gatica", sent. del 11-VI-2008; entre
otras).
2. No corre mejor suerte la crítica destinada a
censurar el importe que el tribunal de trabajo fijó en
concepto de reparación integral.
Tiene
dicho
esta
Corte
que
en
la
tarea
de
determinación del quantum indemnizatorio, los magistrados
de la instancia de origen gozan de amplias atribuciones y
lo que al respecto resuelvan no es susceptible de revisión
en esta sede extraordinaria, salvo cuando no sean ejercidas
con la necesaria prudencia y el grado razonable de acierto
que
debe
imperar
en
todo
pronunciamiento
judicial,
es
decir, en el supuesto de absurdo (conf. causas L. 82.917,
"Cepeda", sent. del 1-IV-2004; L. 76.974, "Vallejos", sent.
del 17-XII-2003; L. 60.153, "Consigli", sent. del 15-IV1997; entre otras).
El
planteo
del
recurrente
se
inscribe
en
un
contexto definido por la ausencia de cabal demostración
del
mencionado
exhibe
la
vicio,
toda
intención
de
vez
que
la
disputarle
réplica
al
sólo
tribunal
sentenciante el ejercicio de una facultad inherente de
la judicatura.
Cabe advertir que para calcular la indemnización
debida
al
trabajador
en
concepto
de
daños
materiales
y
morales, el tribunal expuso los datos que a tales fines
consideraba
aptitudes
pertinentes:
laborales
la
perdidas
edad
y
del
la
trabajador,
incidencia
de
las
las
patologías en su salud y en la vida de relación, el salario
que percibía, su grado de incapacidad, valorando también
los
años
faltantes
para
alcanzar
la
edad
exigida
para
obtener el beneficio de jubilación ordinaria máxima y una
tasa anual de interés puro del orden del 6% (v. sent., fs.
242 vta. in fine/243).
A tenor de dichos elementos de juicio, detalló la
formulación
o
emplear
el
en
componentes.
método
caso
Arribó
de
e
cálculo
que
juzgó
individualizó
cada
así
al
resultado
correspondía
uno
de
numérico
sus
que
constituyó el monto indemnizatorio en cuestión.
Lo anterior indica que, más allá de que pueda o
no compartirse el método del que se valió el a quo para
computar
el
cuestionado
quantum,
lejos
se
encuentra
de
poder ser considerado irrazonable o ilógico, toda vez que
fue
elaborado
a
partir
de
los
hechos
principales
acreditados en la causa y conforme parámetros aceptados
genéricamente
por
tribunales
laborales
de
distintas
jurisdicciones.
3. La argumentación que porta la queja a fs. 258
último párrafo, en cuanto allí se manifiesta que "... no es
admisible
que
se
imponga
a
mi
parte
una
condena
a
indemnizar sobre enfermedades que no causan responsabilidad
según el decreto 658/96, ni según el art. 6 de la ley
24.557, debiendo además demostrarse la insuficiencia de la
reparación dentro del sistema de dicha ley", no resulta
apta como eficaz propuesta de impugnación, pues la crítica
así
plasmada
no
excede
el
registro
de
una
afirmación
meramente dogmática, en tanto se ha omitido el desarrollado
de argumentos que respalden el agravio.
4. Por otra parte, y sin perjuicio del evidente
descuido
en
que
incurrió
el
tribunal
de
trabajo
al
condenar a la parte demandada a la reparación integral del
daño
en
los
tratamiento
al
términos
planteo
del
de
derecho
común
sin
inconstitucionalidad
brindar
que
del
art. 39 de la ley 24.557 formulara el actor en su escrito
de
inicio,
advierto
que
tal
defección
no
autoriza
a
descalificar
al
pronunciamiento
de
grado
como
acto
jurisdiccional válido.
Ya
he
expresado
que
la
falta
de
equivalencia
matemática con el sistema implementado por la ley 24.557 no
es,
por
limitación
sí
sola,
que
demostrativa
establece
el
de
art.
39
discriminación.
La
de
se
esa
ley
no
circunscribe a una ecuación de tal naturaleza, sino lisa y
llanamente a la cancelación del derecho de los damnificados
a la reparación del daño, así como a su integralidad, aun
en los supuestos de responsabilidad extracontractual por
comportamientos
indisimulable
ilícitos
la
constitucionales
del
conculcación
(ver
mi
voto
empleador,
de
en
resultando
expresas
la
causa
garantías
L.
87.204,
"Romero", sent. del 18-IV-2001).
a.
En
efecto,
en
numerosos
antecedentes
he
considerado que la limitación al acceso a la vía civil,
tanto para el trabajador como para sus derechohabientes en
aquellos casos que no están previstos como excepción, esto
es, los supuestos de responsabilidad objetiva y subjetiva
no proveniente de dolo, deriva en un distingo inaceptable
entre
aquéllos
y
cualquier
otro
habitante
de
la
Nación
respecto de los terceros que lo dañan y perjudican.
La atribución de responsabilidad civil genérica
que puede ser invocada por cualquier persona que sufra un
perjuicio patrimonial, no puede ni debe serle negada al
trabajador ni a sus derechohabientes, pues ello establece
una inaceptable distinción frente a los iguales en igualdad
de
circunstancias
(art.
16,
Const.
nac.),
infringiendo,
además, el derecho de propiedad y de libre acceso a la
justicia (arts. 17, 18 y 19 de la Const. nac. y 15 de la
Const. prov.), así como los distintos tratados con nivel
constitucional incorporados conforme el art. 75 inc. 22 de
la Constitución nacional.
La circunstancia de mediar un vínculo contractual
entre el responsable y la víctima del daño no constituye un
elemento que habilite la consagración de una desigualdad de
tal naturaleza y reparación frente a otra víctima o un
tercero productor del daño. Una diferencia de trato no debe
ser arbitraria y cabe calificar de dicho modo la que sólo
reconoce como origen la previsibilidad de los costos del
sistema y desatiende los fundamentos de la real y efectiva
responsabilidad en la producción y consecuente reparación
del
daño
con
respecto
al
principio
constitucional
del
alterum non laedere (art. 19, Const. nac.).
La
garantía
de
igualdad
ante
la
ley,
que
consagran los arts. 11 de la Constitución de la Provincia
de Buenos Aires y 16 de la Constitución nacional, no supone
una igualdad aritmética o absoluta, sino la igualdad de
tratamiento frente a iguales situaciones o circunstancias.
Y una particular distinción respecto de los trabajadores en
especial, debiera ser, en todo caso, en favor de aquéllos
en armonía con el principio protectorio en el derecho del
trabajo
(art.
14
bis,
Const.
nac.).
En
modo
alguno,
entonces, puede aceptarse en nuestro régimen constitucional
y legal -como se cristaliza en la norma en análisis- que se
disminuyan en su perjuicio derechos con relación a los que
gozan en igualdad de condiciones el resto de los habitantes
del país (conf. causas I. 1541, "Bernal de Palacio", sent.
del 29-XII-1998; I. 1517, "Lactona S.A.", sent. del 27-VI1995; I. 1248, "Sancho", sent. del 15-V-1990).
Al
eximir
a
los
empleadores
de
toda
responsabilidad civil frente a sus trabajadores y a los
derechohabientes
(con
la
sola
excepción
del
supuesto
previsto en el art. 1072 del Cód. Civ.) se consagra una
acepción de personas, sólo por su modo de participación en
el proceso productivo, con franca transgresión del principio
de igualdad ante la ley (art. 16, Const. nac.). Desde una
perspectiva
de
alteridad,
esta
acepción
importa,
simétricamente, una intolerable discriminación negativa al
impedirle al trabajador acceder, por su sola condición de
tal, a una vía de reparación abierta para "... todos los que
habitan el territorio de la República, sean ciudadanos o
extranjeros, domiciliados o transeúntes" (art. 1 del Cód.
Civ.).
La igualdad exige el mismo tratamiento a quienes
se encuentran en idénticas circunstancias, de manera que no
se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a
unos
de
lo
que se
les
concede
a
otros
en
igualdad
de
condiciones.
La señalada discriminación en que incurre el art.
39 de la Ley de Riesgos del Trabajo en desmedro de los
derechos del trabajador respecto de los demás habitantes
del país, se consuma incluso respecto a los empleadores no
asegurados que sólo responderán ante el dependiente dañado
por eventuales incumplimientos en materia de seguridad e
higiene, y aun cuando deriven de culpa o negligencia, por
las prestaciones contenidas en la ley (art. 28 ap. 1, ley
24.557).
Todo
lo
expuesto
desvirtúa
las
alegaciones
en
orden a la justificación de tal distinción, con sustento en
la eventual garantía de las prestaciones contenidas en la
ley, así como a la inmediatez de su percepción.
Los
argumentos
que
puedan
desarrollarse
en
abstracto para pretender sustentar la señalada distinción
-dirigidos todos a la previsibilidad económica que tuvo
como finalidad el sistema cerrado y excluyente creado por
la
ley-
no
determinación
constituyen
frente
a
fundamento
otras
normas
adecuado
de
de
superior
tal
nivel
jerárquico, como son las de las constituciones nacional y
provincial antes citadas.
Resulta inaceptable privar de reparación a los
trabajadores
que
hubieren
sufrido
un
daño
derivado
del
riesgo o vicio de las cosas o de culpa o negligencia de
quien,
encuadrando
genérica
que
en
impone
las
el
disposiciones
resarcimiento
de
de
la
normativa
los
daños
y
perjuicios ocasionados por responsabilidad extracontractual,
queda eximido de la misma por el hecho de ser el empleador
de la víctima.
Tampoco es argumento válido en tal sentido la
atribución
legislativa
en
orden
a
la
fijación
de
la
política más conveniente a los intereses de la comunidad
global. En todo caso, la política implementada no puede ser
irrazonable ni alterar o suprimir los principios, derechos
y garantías reconocidos por la Constitución nacional (art.
28, Const. nac.). Y si bien la implementación de políticas
orientadas a lograr determinados resultados económicos o
sociales
constituye
una
atribución
legislativa,
es
en
cambio facultad del Poder Judicial el control de su validez
constitucional que no incluye el examen de su necesidad,
conveniencia o eficacia, o el acierto del legislador en el
ámbito de sus atribuciones, sino que se enmarca, como en el
caso,
en
el
estricto
examen
del
contenido
de
las
a
la
previsiones establecidas en la norma.
Debe
señalarse,
asimismo,
respecto
razonabilidad examinada, que en el sistema de la ley el
incumplimiento del empleador con el plan de mejoramiento
instrumentado
para
la
prevención
de
los
riesgos
del
trabajo, trae como consecuencia una sanción pecuniaria en
favor del fondo de garantía previsto por la ley (art. 5 ap.
1,
ley
24.557),
responsabilidad
pero
adicional
no
en
genera
beneficio
ningún
del
tipo
de
trabajador,
eventual víctima del daño producido como consecuencia de
dicho incumplimiento.
El derecho excluye radicalmente la posibilidad de
sacrificar a un hombre o a un conjunto de hombres para la
consecución de fines de otros hombres o grupos.
No es posible un bien común que no se encuentre
apoyado en el respeto al hombre -a todos los hombres-.
El distingo establecido en la norma en análisis
tiene en vista en lugar del bien común, el privilegio de un
grupo, lo que permite que la arbitrariedad se exprese como
criterio de gobierno.
b. Concluyo entonces que la limitación impuesta
por el art. 39 de la ley 24.557 vulnera expresas normas
constitucionales como la de igualdad ante la ley, propiedad
y libre acceso a la justicia, consagradas específicamente a
través de los arts. 14 bis, 16, 17, 18, 19, 28 y pactos
incorporados por los arts. 75 inc. 22 de la Constitución
nacional y 15 de la Constitución provincial.
Mediando estas circunstancias, y en orden a los
principios
que
desde
su
identificación
autónoma
han
definido
al
derecho
laboral
(Palacios,
Alfredo
L.,
"El
Nuevo Derecho", capítulos I y II, Claridad, Buenos Aires,
1960),
corresponde
declarar
la
inconstitucionalidad
del
art. 39 de la ley 24.557 y decidir que resulta inaplicable
en la especie.
5. Por lo demás, no deviene idónea la afirmación
del compareciente en el sentido de que se verifican en la
especie los presupuestos para que esta Corte disponga la
anulación
oficiosa
del
fallo
atacado
(v.
rec.,
fs.
257
vta.), desde que, como reiteradamente se ha sostenido, la
anulación de oficio constituye una facultad exclusiva y
excluyente de la Suprema Corte establecida en resguardo de
las formas sustanciales del juicio, cuando las falencias de
que adolece el pronunciamiento lo descalifican como acto
jurisdiccional válido, imposibilitando el ejercicio de la
facultad
revisora,
sin
que
asista
a
las
partes
la
atribución de efectuar un planteo de esa naturaleza en el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad
de
ley
(conf.
causas L. 91.352, "Diarte", sent. del 28-V-2010; L. 83.450,
"Sittner", sent. del 22-XII-2008; L. 87.372, "Antonini",
sent. del 7-III-2007; entre muchas otras).
IV.
Por
lo
expuesto,
corresponde
rechazar
el
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido,
con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Genoud dijo:
I. Adhiero a la solución que propone el colega
doctor Negri, a excepción de lo manifestado en el punto III
ap.
4
de
su
voto.
Entiendo
que,
en
virtud
de
los
lineamientos que definen la doctrina legal en vigencia,
corresponde a esta Suprema Corte suplir la deficiencia en
que incurriera el tribunal de grado y efectuar el control
de constitucionalidad requerido en relación al art. 39 de
la ley 24.557.
1. En la sentencia, el a quo resolvió condenar a
la demandada -en los términos del derecho común- a reparar
integralmente el daño ocasionado en la salud del actor sin
resolver el planteo de inconstitucionalidad de la referida
norma formulado por este último en el escrito de demanda
(v. fs. 12 vta./24).
En tales condiciones, cabe señalar que debió el
tribunal del trabajo -como resulta menester, de conformidad
con la doctrina legal que esta Suprema Corte estableciera
en
la
causa
L.
81.826,
"Yaman",
sent.
del
11-V-2005-
efectuar el cotejo o comparación entre las prestaciones
previstas en la ley 24.557 y la suma que presupuestó como
adecuada para reparar integralmente (al amparo del sistema
de responsabilidad del Cód. Civ.) los daños que -según se
acreditó en conclusión inconmovible- padeció José Antonio
Vetrella
como
consecuencia
de
las
dolencias
causalmente
derivadas del trabajo.
No
obstante
circunstancias
que
la
incorrección
tuvo
en
señalada,
cuenta
dicho
las
órgano
jurisdiccional para delimitar la extensión cualitativa y
cuantitativa del resarcimiento que correspondía otorgar al
actor,
son
suficientes
para
declarar
aquí
la
invalidez
constitucional del art. 39 de la ley 24.557 y, al cabo,
confirmar
el
fallo
de
"Bridgestone/Firestone
grado
Argentina
en
cuanto
S.A.I.C."
condenó
a
pagar
a
una
indemnización integral por aplicación de las normas del
derecho
común
y
a
"Consolidar
A.R.T.
S.A."
a
responder
hasta el límite de las prestaciones previstas en la ley
24.557.
2.a. En efecto, el juzgador tuvo por demostrada
la
existencia
de
relación
causal
entre
las
tareas
desempeñadas por el accionante y las dolencias que padece,
las que -señaló- le provocan una incapacidad del 23,5% de
la total obrera (v. fs. 240).
Entendió
que
la
responsabilidad
de
la
parte
demandada era de carácter objetivo -conf. art. 1113 del
Código Civil- en tanto y en cuanto derivaba del riesgo de
las
cosas
de
su
propiedad,
de
las
cuales
se
valió
el
trabajador para realizar sus tareas (v. fs. 242).
Por último, calculó en la suma de $ 84.451,64 la
indemnización que -de conformidad al sistema resarcitorio
del Código Civil- correspondía obtener el actor en concepto
de
reparación
por
los
daños
materiales
($
70.376,37)
y
morales ($ 14.075,27) y ordenó descontar de dicho monto el
importe que estableció a cargo de "Consolidar A.R.T. S.A."
en
concepto
parcial
-$
de
prestación
40.174,15-,
por
incapacidad
valiéndose
para
permanente
ello
de
las
prescripciones previstas en los arts. 6, 14 inc. 2 ap. "a",
15 y concs. de la ley 24.557 (v. fs. 242 vta./245 vta.).
b. Lo expuesto demuestra que existe en autos una
infraestructura fáctica que permite verificar, sin mayores
dificultades,
el
agravio
de
base
constitucional
que
la
aplicación de la ley 24.557 ocasiona al trabajador dañado,
aquí accionante.
En efecto, desde el punto de vista cuantitativo,
una mera comparación aritmética torna evidente que, en la
especie,
queda
demostrada
la
notoria
insuficiencia
reparatoria de la ley especial para resarcir adecuadamente
las
consecuencias
dañosas
causalmente
imputables
a
la
accionada.
Lo dicho bastaría, sin más, para demostrar el
grave perjuicio que la norma impugnada provoca al señor
Vatrella.
Pero,
además,
desde
el
punto
de
vista
cualitativo, hay una subespecie del daño resarcible (el de
contenido moral) que, según quedó demostrado en el fallo de
grado en conclusión firme, el accionante ha sufrido como
consecuencia de las dolencias que porta, cuya reparación es
completamente ignorada en la ley 24.557, cuerpo legal que
-como con claridad lo ha puesto de manifiesto la Corte
nacional y también lo ha receptado este Tribunal- no admite
reparación por ningún otro daño que no sea la pérdida de
capacidad de ganancias del trabajador, la cual, a su vez,
resulta conmensurable de manera restringida (conf. C.S.J.N,
en "Aquino c/ Cargo", sent. del 21-IX-2004, consid. 6º del
voto de los jueces Petracchi y Zaffaroni; consid. 9º del
voto de los jueces Belluscio y Maqueda; consid. 4° del voto
del Juez Boggiano; consid. 11º del voto de la Jueza Highton
de Nolasco; esta Corte en la causa L. 81.826, "Yaman",
cit., entre otras).
Luego, al verificarse -como ocurrió en el caso,
tras el análisis de las pruebas conducentes- que una de las
facetas
del
daño
resarcible
ha
quedado
sin
reparar,
la
inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557 ha de
imponerse
para
garantizar
la
supremacía
constitucional
(conf. causas L. 84.882, "Barbusano", sent. del 9-V-2007;
L. 81.826, "Yaman", cit.).
3.
Con
arreglo
a
los
lineamientos
antes
señalados, no tengo dudas que la aplicación de la cláusula
de
eximición
de
la
responsabilidad
civil
del
empleador
consagrada en el art. 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo
se torna, en la especie, inconstitucional, pues obstruye
todo
acceso
trabajador
a
una
ante
reparación
la
de
insuficiencia
carácter
que
en
integral
al
materia
de
prestaciones establece el régimen de la ley 24.557 en el
caso del actor. Incumpliéndose entonces con la finalidad
reparadora afirmada en los postulados del art. 1 ap. 2 "b"
de
dicho
cuerpo
legal,
con
transgresión
del
principio
protectorio contenido en el art. 14 bis de la Constitución
nacional y el derecho de propiedad consagrado en el art. 17
de
la
arts.
citada
25.1
de
Carta
la
Magna,
y
Declaración
quebrantándose
Universal
de
también
los
los
Derechos
Humanos y 21.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.
Por tales razones debe caer el valladar impuesto
por la norma en cuanto prescribe que las prestaciones de la
ley eximen al empleador de responsabilidad civil, pues,
conforme ha sido declarado por este Tribunal, el reemplazo
del sistema de responsabilidad contenido en el Código Civil
por un régimen especial sólo puede ser constitucionalmente
válido en tanto el mismo contenga, como mínimo, análogos
alcances al sistema reparatorio del derecho común (conf.
causa L. 81.826, "Yaman", cit.).
II.
negativa.
Con
los
alcances
indicados,
voto
por
la
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Soria dijo:
1. El recurso no prospera.
a. De un lado, adhiero a lo expresado por el
doctor Negri en el punto III aps. 1 y 2 de su voto.
b. Del otro, por los motivos expuestos por el
doctor Genoud en el punto I aps. 1, 2.a y 2.b, primero a
tercer párrafo -que estimo suficientes a los fines de dar
respuesta
a
conclusión
los
de
mi
inconstitucionalidad
agravios
planteados-,
distinguido
en
el
caso
colega
del
en
art.
comparto
la
torno
a
la
la
ley
39
de
24.557.
2. Con el alcance expuesto, voto por la negativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de
Lázzari dijo:
Remitiendo
pronunciar
mi
voto
a
en
los
la
fundamentos
causa
L.
que
86.771,
diera
"Otranto
al
de
Montenegro", sent. del 24-VIII-2005, he de acompañar el
pronunciamiento del doctor Genoud, en cuanto a los alcances
y sentido de la declaración de inconstitucionalidad del
art.
39
de
la
ley
24.557.
En
cuanto
a
los
restantes
agravios, los fundamentos que nutren el sufragio del doctor
Negri resultan suficientes para rechazarlos.
Con tales alcances, voto por la negativa.
El
señor
Juez
doctor
Hitters,
por
los
mismos
fundamentos del señor Juez doctor Genoud, votó también por
la negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
rechaza el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
traído; con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
HECTOR NEGRI
DANIEL FERNANDO SORIA
LUIS ESTEBAN GENOUD
JUAN CARLOS HITTERS
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
gw
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