El RATING El rating, o calificación crediticia, es “un indicador de solvencia de una entidad, generalmente un emisor de valores, elaborado por una agencia especializada, normalmente a petición del emisor, con el fin de informar al inversor potencial acerca de su calidad crediticia1” (Verona, 2002). Se trata de una medida cualitativa del riesgo crediticio, que soporta un inversor al comprar un activo de renta fija de un determinado emisor. Los rating califican la solvencia de un amplio abanico de entidades y emisiones, incluyendo a países soberanos, financiación estructurada, empresas, créditos bancarios, riesgo de contrapartes e incluso la solidez financiera de garantizadores financieros o la capacidad de pago ante siniestros, por parte de compañías de seguros. El rating es una pieza clave a la hora de trabajar con un amplio surtido de activos, como pagarés de empresa, bonos y obligaciones, fondos de inversión del mercado monetario y de renta fija, acciones preferentes, emisiones de titulización de activos o programas financieros de derivados. Las agencias de rating Entre las principales, y más conocidas, agencias de rating que operan en nuestro país destacan Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch, cada una de las cuales, elabora sus propias calificaciones según una metodología particular, pero relativamente homogénea entre sí. Cuando estas agencias califican a una empresa, la están puntuando, y la sitúan dentro de una escala, a través de una medida estandarizada y homogénea. Emiten así una opinión sobre la capacidad, que la entidad analizada tiene, para hacer frente a sus obligaciones financieras. El éxito de una agencia de rating está fuertemente vinculado a la credibilidad y el reconocimiento de sus calificaciones ante emisores e inversores. Toda 1 Verona Martel, M. C. (2002). El Rating como evaluación de la calidad creditica de las empresas. Las Palmas de Gran Canaria. Universidad de Las Palmas. agencia de rating ha de contar con una reputación de analista profesional e independiente, acompañado de un alto nivel de comportamiento ético, en forma, por ejemplo, de confidencialidad hacia los datos que las empresas le faciliten, además de una imparcialidad y objetividad reconocidas. El mayor activo de una empresa de calificación crediticia es su reputación. Las agencias de rating cuentan con dos fuentes fundamentales de ingresos, los importes pagados por los emisores que solicitan una calificación y la venta de las publicaciones que editan. Es importante repetir que la actividad de una agencia de rating se basa en su reputación, que han de mantener. Así la concesión de un elevado rating a emisores que no lo deban poseer, iría en perjuicio de la continuidad de su actividad como agencia de rating. Standard & Poor´s no elabora ratings que no hayan sido solicitados, lo mismo suele hacer FITCH, por su parte Moody´s si hace algunas calificaciones sin consentimiento del emisor. La utilidad del rating La calificación crediticia pretende ayudar al inversor en la toma de sus decisiones de inversión, como un factor más a considerar. No se trata de una recomendación de compra o de venta de títulos de deuda de una compañía, tampoco es una auditoría, ni una revisión de cuentas para ver si se ha cometido fraude y ni siquiera es una garantía que no se producirá un impago. Un rating representa la opinión sobre la capacidad y la disposición que un emisor ostenta para cumplir sus obligaciones de pago, derivadas de un instrumento de deuda. Gracias a la existencia de la calificación crediticia un inversor puede, además, ampliar su horizonte de inversión a emisores o mercados no cubiertos por su propio análisis. El rating reduce las asimetrías informativas, en un mercado con información asimétrica, como es el mercado crediticio. Aporta al inversor una calificación construida, a partir de la información que la agencia de rating baraja, referida a la situación financiera actual y pasada de la entidad emisora, así como a sus perspectivas futuras. La resolución de la problemática de la información asimétrica, permite que las emisiones de bonos, por ejemplo, de un determinado emisor, tengan que pagar una menor prima de riesgo, que las emisiones de bonos de una empresa sin rating. El rating es especialmente útil para aquellos solicitantes de financiación que acuden por primera vez a un mercado. Si bien, es cierto y lógico, que una baja calificación crediticia siempre será perjudicial. La obtención de una buena calificación crediticia facilitará, a los emisores, el acceso a las fuentes financieras, proporcionando una mayor flexibilidad financiera y un abaratamiento de la deuda, además proporciona una mejor imagen en el mercado en forma de publicidad gratuita y prestigio, lo cual sirve para incrementar sus posibilidades de negocio. La importancia que la calificación obtenida tiene para la financiación de la empresa, queda patente por la gran cantidad de ocasiones que, una determinada calificación crediticia, ha afectado a la cotización de las acciones de las compañías respectivas. El rating permite mejorar la eficiencia de los mercados financieros, pues racionaliza el coste de la deuda en función del riesgo de la emisión y permite comparar riesgos de forma homogénea. Contribuye, así mismo, a mejorar la transparencia del mercado y a establecer un método de seguimiento y control de la gestión empresarial. La importancia, trascendencia y significado que la calificación crediticia alcanza, se refleja, por ejemplo, en que autoridades de diferentes mercados financieros, como el estadounidense, tienen en el rating una herramienta utilizada para la regulación y el diseño de sus normativas, por ejemplo, se establece que determinadas instituciones financieras puedan adquirir exclusivamente activos con una calificación crediticia concreta. Elementos analizados Al establecer una calificación crediticia, la agencia evalúa a la empresa emisora, desde distintas perspectivas y marcos analíticos, con el estudio de la trayectoria operativa empresarial y sus estados financieros. Tres son los ejes fundamentales a la hora de motivar una determinada calificación, y se describen a continuación. - Análisis de las variables del entorno operativo que puedan afectar a la fortaleza financiera de la empresa y a su calidad de crédito. - Evaluación de la calidad de gestión y de la dirección empresarial. Estrategia directiva corporativa, y coherencia de medidas y medios. - Análisis de las condiciones financieras históricas y las previsiones futuras, haciendo referencia al apalancamiento, la solvencia, la liquidez, equilibrio financiero, etcétera. Un elemento clave para el rating es la flexibilidad financiera, dependiente en gran medida de la capacidad de la empresa para generar flujo de caja (cash flow) de sus operaciones. Cuando se hace un análisis del contexto empresarial, deben valorarse cuestiones como el riesgo país, el entorno económico y la posición competitiva de la compañía en su mercado de actuación. Otra clave es la determinación del riesgo sectorial, desde el análisis de un amplio espectro de variables, que hagan referencia a aspectos dispares, como las tendencias de la oferta y la demanda del sector, la competencia internacional, los riesgos regulatorios, la vulnerabilidad tecnológica y, entre otros, la sensibilidad del sector a los ciclos económicos. El análisis de la empresa en sí, por su parte, pondrá énfasis en el análisis de la capacidad financiera, haciendo referencia a la fortaleza y solvencia empresarial, analiza, también, la estructura de capital y su relación con el endeudamiento existente y previsible. Medirá también, la suficiencia de los ingresos para hacer frente a las cargas financieras presentes y futuras. Se analizará el grado de necesidad de financiación ajena, atendiendo a la idoneidad de la actual estructura financiera de la empresa y a la capacidad de reacción que se ella se deriva. Finalmente se analizará la rentabilidad del negocio y las operaciones de la firma. Estos datos también se ponen en relación con la magnitud y las características de las emisiones. Los ratings están basados en un análisis cualitativo y cuantitativo, cuyo objeto es evaluar el riesgo financiero y el riesgo de negocio de los emisores de renta fija. Los análisis tienen en cuenta, tanto la trayectoria como las previsiones de todos los elementos a considerar, así mismo, compara la empresa con otras del mismo sector. Además se realiza un análisis de sensibilidad de la empresa a través de situaciones hipotéticas para determinar su capacidad de reacción ante cambios en su entorno operativo. Se citan a continuación, los principales factores de análisis para el rating de la agencia FITCH. - Estrategia corporativa. - Estrategia adquisitiva. - Estructura organizativa. - Operaciones de la compañía. - Previsiones del sector industrial. - Estrategias financieras. - Rentabilidad - Capacidad de generación de cash flow - Estructura del capital. - Flexibilidad financiera. - Gestión del riesgo. El proceso de rating El proceso de la evaluación crediticia de una empresa, comienza con la solicitud por parte de la misma, o del intermediario de una operación concreta objeto de calificación, ante una agencia especializada. Una vez solicitado asesoramiento financiero, en torno a una emisión real o hipotética, se acudirá a una agencia de calificación crediticia para solicitar una opinión inicial sobre la posible calificación de la emisión, a través de una primera reunión informal, donde se establezcan los contactos previos. Si el emisor decide continuar con su solicitud de calificación, se establecerá un programa de reuniones con la agencia de rating, para hacer frente al proceso, donde además se establecerán los requerimientos de la información precisa. La agencia de rating le asignará un equipo de analistas, especializados en la industria a la que pertenezca la firma a analizar, que procederán a analizar la información pertinente de los elementos anteriormente mencionados. Tras realizarse en análisis preliminar, el equipo de analistas iniciará el recorrido de reuniones entre los distintos equipos de trabajo de la empresa emisora, incluyendo los principales cargos directivos de ámbitos ejecutivos, financieros y operativos. Las reuniones suelen hacerse en la sede del propio emisor, y en ellas se trata una amplia diversidad de temas, tanto cuantitativos como cualitativos. Con este procedimiento, se tratará de revisar detalladamente las operaciones y las estrategias de la compañía, a la vez que se analizan los enfoques de previsiones futuras con las que trabajan los órganos de la firma emisora, además de su filosofía. El diálogo entre empresa y agencia calificadora se hace dentro de un esquema de estricta confidencialidad. A partir de la información obtenida, el equipo de analistas formulará, para su valoración, una recomendación de calificación ante el comité de rating, quien determinará el rating oficial a otorgar. La decisión, junto con los principales aspectos que la motivaron, es comunicada a la compañía emisora, para que, si lo estima oportuno, pueda presentar una apelación. En tal caso, la empresa aportará la información adicional a considerar, para que el Comité pueda analizarla, con el fin de modificar, o no, su calificación, mediante la emisión de un rating definitivo que se hará público, salvo que la empresa analizada tenga facultades para restringir su emisión. El rating oficial final, se emite a través de una nota de prensa detallada para los medios de comunicación e inversores, además de ponerse a disposición de la comunidad de inversores a través de las publicaciones que cada agencia realiza. El proceso de la obtención de un rating no finaliza con la publicación de una calificación definitiva, sino que las agencias realizan un seguimiento del emisor, mediante análisis periódicos regulares. El objetivo de tal seguimiento es que los ratings públicos reflejen, de forma precisa, la calidad crediticia de los emisores, en cada momento. Generalmente, las agencias celebran, al menos, una reunión anual con los emisores, para mantenerse informadas sobre los cambios en las estrategias de las compañías, y discutir las expectativas que la dirección tiene, acerca de las tendencias de la compañía y del sector, tanto a corto como a medio plazo. Puntuaciones Las agencias de rating emiten sus calificaciones agrupadas en categorías, establecidas en función del riesgo de crédito y la probabilidad de impago. Las calificaciones se expresan en forma de letras, acompañadas de números y signos que las matizan. Cada agencia tiene su propia escala para las publicaciones, aumentando el riesgo crediticio a medida que se desciende por ellas. Existen escalas tanto genéricas, para el corto y el largo plazo, como particulares dependiendo del objeto del análisis. La escala genérica de rating se divide en dos tramos, la categoría de “inversión”, que agrupa a los emisores con una adecuada capacidad de pago, y la categoría “especulación”, que incluye a aquellos emisores cuya capacidad de pago es incierta. Las concreciones a las calificaciones de cada una de las agencias pueden encontrarse en las diferentes publicaciones de cada entidad. Existe, además otras calificaciones complementarias, por ejemplo S&P trabaja con calificaciones de riesgo crediticio de emisión de largo plazo, calificaciones de emisiones de corto plazo, calificaciones crediticias de emisor de largo plazo, calificaciones de corto plazo de emisores, perspectivas y tendencia de calificaciones, calificaciones de créditos bancarios, calificaciones de recuperación, clasificaciones de administradores de activos financieros (financiamiento aseguradoras, estructurado), calificaciones calificaciones de respaldo de solidez financiero, financiera de evaluaciones de supervivencia bancaria, entre otras. FITCH y Moody´s también tienen sus propias calificaciones complementarias y de apoyo. Tómese la siguiente tabla a título de mero resumen aproximativo. Clasificaciones a Largo Plazo Equivalencias aproximadas: Fitch Descripción (Fitch) Moody´s S&P AAA Calidad crediticia máxima. Capacidad enormemente Aaa AAA fuerte para hacer frente a los pagos de las obligaciones financieras. Es muy poco probable que esta capacidad se viese afectada negativamente por acontecimientos previsibles. AA Calidad crediticia muy elevada. Expectativa de riesgo Aa AA de crédito muy reducida. La capacidad muy fuerte para hacer frente a las obligaciones financieras. Esta capacidad no es muy vulnerable a acontecimientos previsibles. A Calidad crediticia elevada. Expectativa de riesgo de A A crédito reducida. La capacidad fuerte para hacer frente a las obligaciones financieras. No obstante esta capacidad puede ser más vulnerable a cambios en circunstancias o en condiciones económicas en comparación con las calificaciones más elevadas. BBB Calidad crediticia buena. Baja expectativa de riesgo Baa BBB de crédito. La capacidad para la devolución del principal e intereses de manera puntual es adecuada, aunque cambios adversos en circunstancias y en condiciones económicas podrían afectar esta capacidad. Es la calificación más baja dentro de la categoría de inversión. BB Especulativo. Existe la posibilidad de que surja riesgo Ba BB de crédito, principalmente como consecuencia de un cambio adverso en la situación económica. No obstante, las alternativas financieras o de negocio podrían permitir que se cumpliesen con las obligaciones financieras. Los valores calificados en esta categoría no se consideran categoría de inversión. B Altamente especulativo. B B Significativo riesgo de crédito, aunque mantiene un limitado margen de seguridad. Se están cumpliendo con las obligaciones financieras aunque esta capacidad de pago esta condicionada a un entorno económico y de negocio favorable y estable. Para emisiones en concreto, puede indicar obligaciones bajo estrés e incluso impago de sus obligaciones financieras con expectativas extremadamente altas de recuperación. CCC Para emisores y obligaciones al corriente, el impago Caa CCC es una posibilidad real. La capacidad de cumplir con las obligaciones financieras depende exclusivamente de condiciones de negocio y económicas favorables y sostenidas. Para emisiones en concreto, podría indicar obligaciones con expectativas de recuperación entre medias y superiores. CC Cuando se asignan a emisores y obligaciones al Ca CC corriente, indica que el impago parece probable. Para emisiones obligaciones en concreto, impagadas con podría indicar expectativas de recuperación media o por debajo de la media. C Cuando se asignan a emisores y obligaciones al C C corriente, indica un impago inminente. Para emisiones obligaciones en concreto, impagadas con podría indicar expectativas de recuperación por debajo de la media o deficientes. RD Indica una entidad que no ha realizado los pagos a término (dentro del período de gracia aplicable) respecto de algunas, pero no todas, de sus obligaciones financieras aunque continúa pagando otros instrumentos. D Situación de impago. D Las calificaciones pueden acompañarse de modificadores numéricos: 1, 2, 3 (Moody´s) o sufijos que indican matices positivos o negativos “+” “–“ (Fitch y S&P), así se indica un estatus relativo dentro de una categoría de calificación. Calificaciones a Corto Plazo Fitch Moody´s S&P Descripción F1 Prime-1 (P-1) A-1 Los emisores tienen una capacidad superior de devolver puntualmente sus compromisos de deuda emitida a un plazo inferior a un año F2 Prime-2 (P-2) A-2 Los emisores tienen una fuerte capacidad para atender puntualmente a sus compromisos con la de deuda emitida a un plazo inferior a un año. F3 Prime-3 (P-3) A-3 Capacidad de pago puntual adecuada y aceptable. B C Not Prime (NP) B (B-1, B- Capacidad 2, B-3) puntual. C El impago especulativa es muy de pago posible. La capacidad para hacer frente a las obligaciones exclusivamente financieras de un depende entorno financiero y económico favorable y estable D D Indica impago actual o inminente Las calificaciones A-1 y F-1, pueden incluir un signo +, para indicar que la capacidad del emisor para cumplir con compromisos financieros sobre dichas obligaciones es Extremadamente fuerte. Bibliografía: - Cervera Ruiz, P (2007). Rating de agencias de calificación: La medida de la calidad del riesgo. Estrategia Financiera. Nº 238, 2007 , pp. 10-19. - Verona Martel, M. C. (2002). El Rating como evaluación de la calidad creditica de las empresas. Las Palmas de Gran Canaria. Universidad de Las Palmas. - Verona Martel, M.C. (2000) Aspectos generales del rating. Actualidad Financiera. Año nº 5, Nº 3, 2000. pp. 65-87 - Verona Martel, M.C. (1999). Las agencias de rating y el split rating. Actualidad Financiera. Año nº 4, Nº 6, 1999, pp. 29-40 www.fitchratings.es www.moodys.es www.standardandpoors.com