Objetivo SIDA

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OBJETIVO SIDA
María Ángeles Contreras, fma
Entre los objetivos del Milenio propuestos por la ONU, el
n° 6 se refiere a detener y
comenzar a resolver para el año 2015 la propagación del VIH/SIDA y la incidencia del
paludismo, la tubercolosis y otras enfermedades graves.
Este objetivo se tiñe de colores sombríos cuando visitamos África, el continente más
castigado por el SIDA. El pasado mes de septiembre tuve la ocasión de pasar varios días
en África del Sur convocada junto a personas provenientes de diferentes naciones del
Continente para estudiar el tema “Sistema Preventivo y situaciones de riesgo en África”.
Fue muy impactante para todos la participación en una mesa redonda durante la cual
Anne French nos compartió los programas del departamento ‘SIDA y Género’ del Instituto
Católico para la Educación (CIE).
Uno de los objetivos del departamento es el tentativo de mitigar el impacto del SIDA a
través del Programa de Prevención y de Cura destinado a los educadores para que puedan
poner en práctica óptimamente el programa para la educación de los alumnos desde la
primera a la séptima clase que comprende el desarrollo de políticas y planes de acción
sobre el HIV/AIDS; el reconocimiento y la denuncia del abuso infantil y de la violencia
contra las mujeres; el énfasis sobre los derechos humanos de las mujeres.
Se nos habló de la trágica situación del abuso sexual y de la formación de los educadores
para el establecimiento de relaciones de confianza con los alumnos víctimas de abusos y
por tanto muchos de ellos contaminados con el virus; a través del programa se les enseña
a reconocer y denunciar el abuso infantil y a saber afrontar de manera positiva las
posibles represalias por parte de los miembros de la comunidad.
El silencio acerca de la sexualidad y la falta de un conocimiento sobre el tema es una de
las causas de la difusión del SIDA, reconocía la ponente. Dicha difusión, el abuso de la
infancia y la violencia contra las mujeres son realidades estrechamente correlacionadas.
Los niños surafricanos, sobre todo las niñas, son las más grandes víctimas de la violencia
que causa la transmisión del VIH. Anne advertía que es importante evitar hacer análisis
simplistas para tratar de encontrar explicaciones sobre esta situación. El hecho es que la
violencia contra las mujeres en África del Sur, agravada por la aceptación pasiva de las
mujeres mismas, es un fenómeno alarmante. En este campo, el Departamento del
HIV/AIDS y Género ofrece sesiones de formación para ayudar a hombres y mujeres a
comprender el impacto de la violencia sobre toda la sociedad masculina y femenina y la
unión estrecha entre la difusión del VIH y la violencia contra las mujeres.
Sucesivamente la salesiana Cecilia Motanya, nativa de Lesotho que trabaja en el “Centro
Don Bosco” junto a los SDB, nos presentó el programa juvenil de prevención del
SIDA"Love Matters" que inicia con esta sorpresiva propuesta:
¡Soy sexy!
¡Soy libre!
¡Soy santo/a!
¡Soy feliz!
¡Soy sano/a!
El programa prevee un educación a la sexualidad basada en valores, para ayudar a los
jóvenes a apreciar y a comprender el don del sexualidad y su importancia en el
matrimonio. Fue ideado como una medida para combatir la difusión del SIDA a través de
la propuesta explícita de la abstinencia y la afirmación de que la castidad es un antídoto a
la mentalidad del sexo no-protegido.
Los jóvenes, subdivididos en grupos de edades, desde los 13 a los 19 años, participan en
un cursillo que dura cinco días, de lunes a viernes.
Después de un breve introducción acerca del desarrollo de los programas, Sr. Cecilia nos
proyectó un vídeo que explica el proyecto en cada detalle y donde pudimos ver
claramente el impacto de la acción educativa salesiana sobre los jóvenes.
Durante el debate una de las preguntas más insistente se refería a cómo habían podido
proponer la abstinencia sexual a los jóvenes cuando todos los medios de comunicación
anuncian los preservativos como el medio más eficaz y seguro.
El primer día tienen ideas muy diferentes sobre los preservativos, sobre el SIDA y sobre el
sexo, respondió Sor Cecilia; no les decimos a los jóvenes si tienen o no razón, sino que
procedemos lentamente en la reflexión y ellos mismos van comprendiendo el don y el
uso adecuado de la sexualidad. Los chicos y chicas reciben la formación a nivel personal,
pero no se excluye el objetivo de hacer de algunos de ellos multiplicadores del Programa.
En el día conclusivo, los chicos que lo desean hacen una promesa de abstinencia y se
ponen de acuerdo para crear grupos de apoyo para sustentarse en la promesa y ayudarse
recíprocamente. Lo que comparten en los grupos tratan de transmitirlo a los otros y de
vivirlo a nivel individual. Los jóvenes descubren que la fecundidad no es solamente
biológica, interesa a toda la persona y por lo tanto se puede llegar también a la decisión
de la abstinencia
“Durante esta experiencia he descubierto que los jóvenes no se esperan un discurso
sobre la sexualidad por parte de una religiosa y por lo tanto inicialmente quedan
sorprendidos; sin embargo, poco a poco, se convierte en un canal para crear una
amistad, un manantial de abertura para un nuevo camino”, añadió Sor Cecilia.
Recordemos que en el Continente africano existen cerca de veinticinco millones y medio
de personas infectadas por el virus y más de doce millones de huérfanos por SIDA; las
personas con las que compartimos la experiencia nos hicieron tocar con mano, a través
de ejemplos muy concretos, que nos encontramos frente a uno de los mayores desastres
de la humanidad que se desarrolla, sin embargo, en el silencio de la opinión pública
mundial.
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Cuando se llega a Johannesburg no se nota nada anormal porque los enfermos no están a
la vista, pero en Ciudad del Capo nos han dicho que casi la mitad de la población está
infectada por el virus del SIDA. En este hermoso y grande país el 40% de muertes entre la
población de los 15 a los 35 años son causados por el SIDA. En el vecino Lesotho, país de
cerca dos millones de habitantes con una fuerte mayoría católica, la tasa de infección de
la población adulta es del 28%. En Botsuana el 34% de las mujeres entre los 15 y los 25
años son seropositivas. En esta nación la esperanza de vida ha bajado de los 61 años del
1980 a los 47 de 1999, y está llegando a los 38 años este año. Siempre según las mismas
consideraciones el 81% de los jóvenes que tuvieron 15 años en el 2000 morirán antes de
llegar a los 30 años.
Esta catástrofe humana lleva consigo también graves consecuencias a nivel social y
económico. El porcentaje de los seropositivos es, en efecto, doble entre las personas con
la más alta tasa de educación escolar. Eso significa un alto porcentaje de mortalidad entre
los educadores, los cuadros directivos de las empresas, de los bancos... En Zambia en los
últimos años han muerto más de 1.300 docentes y 20 miembros del Parlamento. En
África central 107 escuelas han sido cerradas por la muerte de maestros.
Fue aleccionador para los surafricanos el valiente reconocimiento por parte del gran líder
Nelson Mandela de la causa del fallecimiento de su propio hijo Makgatho : “Os hemos
convocado aquí para anunciaros que mi hijo ha muerto de sida”, dijo en una rueda de
prensa, expresando que “hablar abiertamente sobre el sida es la única forma de que deje
de ser considerado algo extraordinario y de pensar que por esa enfermedad la gente va al
infierno y no al cielo”. Es notoria en el país su abierta campaña para hacer frente a esta
grave amenaza, con iniciativas para prevenir nuevas infecciones entre los jóvenes y la
transmisión de madre a hijo
Para todos los que habíamo ido al Seminario a estudiar la relación entre el sistema
educativo salesiano basado en la preventividad y las situaciones de riesgo y marginación
de los jóvenes, fue muy fuerte el impacto con esta realidad; comprendimos que sólo una
red muy fuerte de todas las fuerzas vivas del continente, capaces de actuar de modo
concorde, puede disminuir la progresión de la epidemia.
Son dignas de toda valoración las iniciativas de apoyo a los niños/as y jóvenes
supervivientes por parte de las salesianas reunidas en Johannesburg, pero reconocíamos
que la respuesta más atinada respecta la prevención primaria con las personas sanas,
especialmente a nivel de la educación afectivo-sexual y también la prevención secundaria
con las personas contaminadas, como hacen las salesianas de Gauteng a través de un
programa alimenticio subvencionado por una ONG extranjera que eleva el nivel de
defensas de los chicos y chicas seropositivos acogidos en el programa educatvo del
Centro Laura Vicuña.
Urge la continuidad de proyectos como el de Love Matters para la formación de las
jóvenes parejas a un ejercicio correcto de la sexualidad, a la fidelidad matrimonial. Es un
compromiso realmente urgente. Algunas educadoras madres de familia participantes en
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el Seminario apuntaban a que la prevención en África tiene que comenzar muy pronto,
desde los 5 años en adelante; por supuesto no debe reducirse solo a la educación sexual,
sino que ha de ser formación de toda la persona.
Los tabúes y algunas convicciones culturales muy arraigadas hacen difícil esta tarea
preventiva, pero convencidos de que la educación preventiva en África es parte integrante
de la nueva evangelización, nosotros podemos y tenemos que anunciar la Buena Noticia:
Dios es amor, el Dios de Jesucristo es vida. Es imprescindible la formación a la libertad en
Jesucristo. El virus del SIDA no es transmitido a través de un medio externo como el
mosquito respecto a la malaria. Es transmitido por contactos humanos físicos, profundos
e íntimos, que derivan de la libre decisión de al menos uno de los partners. La
prevención del SIDA que comienza desde la más tierna edad, es ante todo una formación
a la libertad que nos hace responsables de nuestras acciones. Sólo más tarde vendrá la
formación a comportamientos sexuales responsables.
Concluíamos nuestras reflexiones sobre la urgencia de educar al amor. Nos ayudó en este
tema la hna. Maria Rohrer, de origen suizo con varios años de trabajo misionero en el
áfrica oriental. Querer significa querer el bien del otro y saber que la acción más contraria
al amor es generar muerte. Aprender no sólo a preguntarnos: ¿Está permitido o no? sino
también ¿Dónde está el máximo amor? Tal pregunta nos ayuda a entender dónde está el
mal menor.
La respuesta al objetivo 6° es una respuesta educativa continuada, consistente y en red
no sólo hasta el 2015 sino hasta que los seres humanos aprendamos a convivir en amor y
en libertad responsable.
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