UD 8 – INMUNOLOGÍA

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UD 8 – INMUNOLOGÍA
1.
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3.
4.
5.
6.
7.
Concepto de inmunidad
La defensa del organismo ante los cuerpos extraños
Concepto de Antígeno (Ag)
Clases de células implicadas
Órganos linfoides
Anticuerpos
Defensas inespecíficas internas
7.1 El sistema del complemento
7.2 Respuesta inflamatoria
7.3 Mediadores inmunitarios humorales: las citocinas
8. Defensas específicas: Inmunidad celular y humoral
8.1 Inmunidad humoral
8.2 Inmunidad celular
9. Anomalías del sistema inmune
9.1 Autoinmunidad
9.2 Hipersensibilidad
9.3 Inmunodeficiencias
9.4 Cáncer e inmunidad
9.5 Rechazo de los transplantes
10. La importancia de sueros y vacunas
11. Reflexión ética sobre la donación de órganos
1. Concepto de inmunidad
Inmunidad es el estado de resistencia, natural o adquirido, de un organismo vivo a los agentes extraños, ya sean
agentes infecciosos, tóxicos o degenerativos.
El Sistema Inmune es el conjunto de todos los elementos que intentan conseguir la inmunidad.
2. La defensa del organismo ante los cuerpos extraños
A lo largo de la evolución los animales han desarrollado una serie de barreras defensivas que protegen el medio
interno, estable y rico en nutrientes, de la potencial invasión por cuerpos extraños, principalmente microorganismos.
Las barreras pueden ser: a) Externas o internas, según su posición en el cuerpo, b) en función de la dependencia de la
identidad del cuerpo extraño, específicas, cuando dependen del cuerpo extraño, o inespecíficas, si su protección es
independiente del tipo de agente invasor.
Teniendo en cuenta estos criterios de especificidad y localización, las barreras defensivas se reúnen en tres grupos:
a) Barreras externas, inespecíficas también conocidas como primarias por ser las que frenan inicialmente la invasión.
Pueden ser:
- Barreras físicas, como la piel, que por su grosor y su descamación natural no es fácilmente atravesada por los
microorganismos; los cilios de las vías respiratorias; las secreciones mucosas que atrapan a las sustancias extrañas en
las aberturas naturales del aparato digestivo, respiratorio, y reproductor y el efecto de arrastre de las lagrimas, saliva y
micción.
- Barreras químicas, como el pH ácido del estómago e intestino delgado, de los fluidos del aparato urogenital y de las
secrecciones de las glándulas sebáceas y sudoríparas y la lisozima, enzima presente en las lagrimas y saliva que rompe
la pared bacteriana.
- Barreras biológicas, pues la flora bacteriana autóctona, normalmente inofensiva, compite y controla a muchas
poblaciones de gérmenes invasores patógenos, especialmente en el tubo digestivo.
b) Barreras inespecíficas internas o barreras secundarias. Es un conjunto de células sanguíneas con capacidad
fagocítica, como los macrófagos, granulocitos y células NK (asesinas naturales o "natural killer") y de biomoléculas
inactivadoras, como el sistema del complemento y ciertas citocinas, que reaccionan indiscriminadamente ante cualquier
elemento extraño en el interior del cuerpo.
c) Barrera interna específica. Las células responsables, los linfocitos, reaccionan ante ciertas sustancias extrañas,
los antígenos, fabricando moléculas especializadas que solo neutralizan al antígeno iniciador, los anticuerpos. Esta
repuesta tiene memoria, originando dos tipos de respuesta específica: la respuesta primaria, tras el primer contacto
con el antígeno y la respuesta secundaria, tras un nuevo contacto con el antígeno, es más rápida e intensa que la
primaria.
Ante los agresores colaboran los tres tipos de barreras.
Figura 1: Barreras primarias
3. Concepto de Antígeno (Ag)
Un antígeno es aquella sustancia que siendo reconocida como extraña por el sistema inmune, es capaz de inducir en
este una respuesta específica encaminada a su neutralización.
La respuesta inmune consiste en la síntesis de un tipo de moléculas, los anticuerpos, que se unen específicamente al
antígeno, desencadenando esta unión el proceso destructivo del Ag.
La mayoría de los Ag son proteínas, aunque muchos polisacáridos tienen también este comportamiento. Como son
macromoléculas, casi todas superiores a 5 D, pueden poseer más de una zona con actividad antigénica. A estas
regiones superficiales se las conoce como determinantes antigénicos o epítopos, y por ellas se unen con los
anticuerpos. Los antígenos serán monovalentes, divalentes o polivalentes según los epítopos que posean.
Según la procedencia de los antígenos pueden ser:
Nombre
Procedencia
Ejemplo
Autoantígeno
Del propio individuo, autóctono
Células cancerosas
Aloantígeno
De individuos de la misma especie
Xenoantígeno
De especies distintas al receptor
Glóbulos rojos, transplante de corazón
Virus, bacterias, ácaros
Identificación de las células propias. En las membranas de nuestras células tenemos unas proteínas conocidas como
CMH, iniciales de complejo mayor de histocompatibilidad, que marcan la pertenencia de las células a un individuo, son
sus señas de identidad. En la especie humana hay muchos grupos distintos de CMH, que condicionaran la
compatibilidad o el rechazo en los trasplantes, pues en este caso se comportan como antígenos.
Figura 2: Esquema de un antígeno
4. Clases de células implicadas
Todas las células encargadas de la defensa corporal son células sanguíneas, en especial leucocitos. Según su función
principal la realicen en la respuesta específica o inespecífica se agrupan en los siguientes apartados
a) Células que intervienen en la respuestas inespecífica.
- Células que responden mediante "armas químicas". Pertenecen a dos grupos de glóbulos blancos granulocitos.
- Basófilos, son polimorfonucleares por tener su núcleo dividido en varios lóbulos. Al igual que los mastocitos o células
cebadas de los tejidos, contienen heparina (anticoagulante) histamina (vasodilatador) y mensajeros intercelulares. Son
muy eficaces ante los parásitos, desencadenan los procesos de inflamación y su liberación inadecuada provoca las
alergias.
- Eosinófilos, polimorfonucleares que contienen en sus gránulos sustancias que actúan contra sustancias grandes no
fagocitables, como gusanos endoparásitos. También son los responsables de frenar la reacción inflamatoria,
destruyendo las sustancias que liberan los basófilos.
- Células fagocitarias, mediante seudópodos capturan las sustancias extrañas y las digieren gracias a los abundantes
lisosomas que poseen. A este grupo pertenecen:
- Granulocitos neutrófilos, son también polimorfonucleares y se les conoce como micrófagos por ser más pequeños
que los macrófagos.
- Monocitos, son los glóbulos blancos más abundantes. Su núcleo es en herradura. Circulan unos tres días en sangre,
tras lo cual pasan a los tejidos y se transforman en macrófagos, que pueden fagocitar patógenos grandes.
Los macrófagos son indispensables para iniciar la respuesta específica. Pueden actuar como células presentadoras de
antígenos (CPA), ya que tras digerir las sustancias extrañas o antígenos, los presentan desenmascarados, sobre sus
proteínas CMH, a los linfocitos, iniciando su maduración y la respuesta especifica. Estas células CPA tienen moléculas
CMH diferentes al resto de las células corporales. Los macrófagos intervienen en las dos modalidades de respuesta,
específica e inespecífica.
b) Células que intervienen en la respuestas específica.
Los linfocitos son los principales agentes de la respuesta inmune. Tienen un tamaño comprendido entre 6 y 10 , un
citoplasma sin gránulos y su núcleo es grande y esférico.
Se originan a partir de las células madre hematopoyéticas localizadas en médula ósea roja de los huesos (también en el
hígado fetal).
Todos tienen diferentes marcadores en su membrana que pueden actuar como antígenos, conocidos como clases de
diferenciación CD. La clase a que pertenecen se indica con un número tras las siglas CD. Cada uno aporta a las células
propiedades diferentes.
Los linfocitos pueden ser linfocitos T y linfocitos B según el lugar en que maduren.
- Linfocitos T. Reciben este nombre porque maduran en el timo. En su membrana poseen receptores específicos para
el antígeno (TCR, T cell receptor), por los que reconocen a los antígenos que les presentan las células presentadoras de
antígenos (CPA), unidos a proteínas del CMH. No producen anticuerpos. Hay tres clases de linfocitos T:
- Linfocitos Th o colaboradores (H de helper), también conocidos comoT4 por tener el antígeno CD4. Un grupo de
ellos activan a los linfocitos B, y otros lo hacen con los linfocitos T citotóxicos y los macrófagos.
- Linfocitos Tc o citotóxicos, destruyen células infectadas y anormales. Son CD8.
- Linfocitos Ts o supresores, frenan la respuesta inmune. Son también CD8.
- Células asesinas o NK (natural killer), son una modalidad de linfocitos T, sin proteínas CD, que destruyen células
cancerosas o infectadas por virus o bacterias, mediante mecanismos dependientes o no de los anticuerpos.
- Linfocitos B. La B que los identifica recuerda a la bolsa de Fabricio, órgano de las aves en el que se descubrieron.
Maduran en la médula ósea, tras contactar con el antígeno complementario de los anticuerpos de su membrana se
transforman en otras células mayores, las células plasmáticas, especializadas en secretar grandes cantidades de
anticuerpos que anulan al antígeno que inició la reacción. Tienen una vida corta.
Figura 3: Esquema de un macrófago y de los linfocitos
5. Órganos linfoides
Las células del sistema inmune, encabezadas por los linfocitos, se producen, maduran o diferencian en un conjunto de
órganos y tejidos que forman una red difusa.
Figura 4-a: Formación de las células inmunodependientes
Todas las células de este sistema proceden de las células madres hematopoyéticas de la médula ósea. De ella se
originan células precursoras de linfocitos, que pueden madurar en distintos órganos:
- Órganos linfoides primarios. En ellos maduran definitivamente los linfocitos. En la médula ósea maduran los linfocitos
B y en el timo los linfocitos T.
- Órganos linfoides secundarios. En su interior interactúan los linfocitos con los antígenos, diferenciándose en sus
diferentes modalidades. Son el bazo, situado en el abdomen, los ganglios linfáticos del sistema linfático, más
abundantes en las regiones cervical, clavicular, axilar e inguinal y el tejido linfoide asociado a las mucosas (MALT) del
tracto gastrointestinal, (apéndice y placas de Peyer), respiratorio (amígdalas) y genitourinario.
Figura 4-b: Órganos linfoides
6. Anticuerpos (Ac)
Los anticuerpos son glucoproteínas secretadas por las células plasmáticas, capaces de unirse al antígeno que provocó
su formación formando el complejo Ag-Ac, cuyo resultado final es la inactivación de ese antígeno, ya sean virus,
bacterias, células cancerosas...
Figura 5: Esquema de un Anticuerpo
Estructura de los Anticuerpos
- La parte proteica es una inmunoglobulina (Ig) o = globulina, formada por cuatro cadenas unidas por puentes
bisulfuro, dos pesadas (H) idénticas y dos ligeras (L) también iguales entre sí. El conjunto adopta una forma de Y. Las
cadenas L pueden ser de dos tipos K o , mientras que las cadenas H son mas variables y determinan los diferentes
tipos de Ig.
Por medio del pie de la Y llevan a cabo sus funciones biológicas como unirse a las membranas celulares o al
complemento, mientras que por sus brazos abiertos o bisagra, que es flexible, se adaptan al antígeno, uniéndose a el y
formando el complejo Ag-Ac.
Los extremos de los brazos de ambas cadenas son muy variables según los tipos de Ig, a diferencia de las partes
centrales y basales que son semejantes en casi todas ellas.
- La parte glucídica, de menor tamaño, se ancla al pié de la Ig y desempeña funciones relacionadas con su transporte y
protección.
Funciones de los Anticuerpos
El complejo Ag-Ac inactiva a los Ag, neutralizando su toxicidad, provocando su precipitación o aglutinación, activando el
complemento, atrayendo a los macrófagos y aumentando la citotoxicidad de los linfocitos Tc y células NK.
Formación de los Anticuerpos
Cada tipo de Ac no se forma como consecuencia de la llegada del Ag, sino que está formado con anterioridad. Durante
el desarrollo embrionario se generan al azar, con independencia del Ag, mas de 10 9 clones diferentes de linfocitos, cada
uno de los cuales reconoce un determinante antigénico o epítopo distinto. Estos esperan, como los trajes a medida de
una gran superficie, la llegada del Ag. Cuando el Ag entra en el organismo, selecciona el clon de linfocitos al que
reconoce por medio de los receptores TCR de su membrana. Tras ello, los clones seleccionados proliferan y producen la
respuesta inmune. A este proceso se le conoce como selección clonal.
Variedades de Ig
Clase
Unidades
Peso molecular
% del
total
Vida media
Propiedades
IgG
1
150.000
75
30d
La más importante de la R.I. secundaria
IgM
5
900.000
10
10d
La primera que aparece en la R.I.
primaria
IgA
1o2
160.000400.000
15
8d
IgD
1
180.000
<1
horas
En la menbrana linfocitos B
IgE
1
190.000
<1
?
Relacionada con las alergias
Abundante en las secrecciones externas
7. Defensas inespecíficas internas
Estas defensas no son específicas, ni tienen memoria, es decir, responden siempre de la misma manera, con la misma
intensidad y rapidez, independientemente del tipo de agente y del número de veces que haya penetrado. Intervienen
todas las células con capacidad fagocítica y sustancias inactivadoras solubles.
7.1. El sistema del complemento
El complemento es un conjunto de mas de 20 proteínas plasmáticas solubles, globulinas, siempre presentes de forma
inactiva. Se activan secuencialmente ante la presencia de complejos Ag-Ac o directamente por Ag. Esta activación en
cascada de sus componentes puede tener las siguientes consecuencias finales:
- Formación de un complejo perforante que provoca la lisis del microorganismo invasor.
- Inicio de un proceso inflamatorio, pues sus componentes provocan vasodilatación.
- Opsonización de los patógenos haciéndoles mas "atractivos" a los macrófagos.
Estas proteínas reciben el nombre de complemento porque ayudan y complementan los mecanismos de respuesta
inmune.
Figura 6: Esquema del complemento
7.2. Respuesta inflamatoria
La inflamación es una respuesta inespecífica del organismo cuya finalidad es aislar e inactivar a los agentes agresores y
restaurar las zonas dañadas.
Los síntomas de las regiones inflamadas son:
- Rubor o enrojecimiento, al presentarse más riego sanguíneo.
- Calor, con aumento de la temperatura, creando un ambiente desfavorable para los microorganismos, pues este
aumento potencia la capacidad destructiva de los leucocitos y disminuye la cantidad de hierro, necesario para los
patógenos.
- Tumor o hinchazón, por el aumento de la permeabilidad capilar.
- Dolor, por estimulación de las terminaciones nerviosas con el fin de inmovilizar esa zona.
Todos estos cambios están provocados por la liberación de mediadores (histamina, tromboxanos,...) ya sea por las
células dañadas, por los microorganismos o por componentes del plasma. Entre ellos provocan los siguientes efectos
citológicos :
- Salida de los leucocitos, por diapédesis, en los capilares sanguíneos.
- Migración y activación de los macrófagos.
- Desgranulación de los neutrófilos, que liberan productos líticos y moduladores de la inflamación.
Como vemos las principales células que actúan son los macrófagos y los neutrófilos, que fagocitan a los agentes
externos, muriendo en parte en este proceso. También pueden actuar células NK e iniciarse una respuesta inmune al
ser atraídos a la zona los linfocitos que atacaran a los antígenos introducidos. Por ello inflamación y respuestas
específicas pueden actuar conjuntamente.
El acúmulo de tejidos dañados y células muertas, tanto corporales como invasoras, es lo que conocemos como pus.
7.3. Mediadores inmunitarios humorales: Las citocinas
Las diferentes células del sistema inmune se comunican entre sí, coordinando sus respuestas por medio de unas
proteínas secretadas por los leucocitos, conocidas como citocinas. Estas regulan las respuesta inflamatoria e inmune y
amplifican sus efectos ante los antígenos. Variedades de citocinas son el interferón y las interleucinas producidas por
los linfocitos y las monocinas de los monocitos.
8. Defensas específicas: Inmunidad celular y humoral
Está formada por una serie compleja de reacciones en el que pueden actuar a modo de red todos los componentes del
sistema inmune, y que tiene como principales características:
- Especificidad. Cada Ag solo estimula a los linfocitos que tienen capacidad para reconocerlo y estos solo responden
ante ese Ag.
- Clonalidad. El linfocito estimulado origina gran cantidad de linfocitos iguales (clon) capacitados para unirse al Ag e
inactivarlo.
- Memoria. Posteriores contactos con el Ag iniciador, aunque se produzcan con una separación temporal grande,
producen respuestas mas intensas y rápidas. Se debe a la formación de linfocitos de memoria y son la base de la
respuesta secundaria.
- Tolerancia de lo propio. En la fase embrionaria son destruidos en el timo, antes de madurar, los linfocitos
autorreactivos, los que reaccionarían contra las proteínas del propio organismo y por ello el sistema inmune no
responde ante lo propio.
- Potenciación de respuesta. En sus etapas finales pueden colaborar células y mediadores no específicos que aumentan
su efectividad.
- Autorregulación. Su duración es coordinada por modalidades de linfocitos y mediadores.
La respuesta específica abarca dos modalidades, la humoral y la celular, que tienen características propias, pero que
suelen actuar conjuntamente. El que predomine una u otra modalidad depende de la naturaleza de los Ag.
8.1. Inmunidad humoral
Esta modalidad se conoce como humoral porque los linfocitos liberan los Ac que fabrican al medio extracelular líquido
(humor).
Se inicia cuando el Ag está en el exterior de las células, ya sea en sus membranas, en el plasma o en el espacio
intercelular.
Es llevada a cabo por linfocitos B que se activan y transforman en células plasmáticas secretoras de grandes cantidades
de Ac. Progresivamente los Ac formados tienen mayor afinidad por el Ag y mayor capacidad para bloquearlos o
marcarlos para su destrucción.
La activación de los linfocitos B se puede realizar por dos mecanismos:
- Directamente, cuando el Ag se une con aquellos linfocitos B inmaduros o vírgenes que contienen en su membrana los
Ac complementarios.
- Mediante la colaboración de linfocitos colaboradores T4. Estos se activan en contacto con el Ag o fragmentos del
mismo presentados por las células presentadoras de Ag o CPA y liberan linfocinas que estimulan al linfocito B a
proliferar y transformarse en células plasmáticas y en linfocitos B de memoria.
Los linfocitos B de memoria tienen una vida ilimitada y responden con gran rapidez e intensidad a un nuevo contacto
con el Ag. Estas características diferencian una respuesta primaria, más suave y con un período de adaptación que se
produce en el primer contacto con el Ag, de la respuesta secundaria.
8.2. Inmunidad celular
La realizan los linfocitos Tc o T8, es mas lenta que la humoral, y se inicia cuando el agente patógeno está en el interior
de las células. Los linfocitos citotóxicos o Tc destruyen a las células patógenas. Puede haber dos modalidades:
- Activación directa de los linfocitos Tc. Se necesita que previamente la célula infectada muestre en sus antígenos de
membrana CMH de clase I los antígenos del agente que la ha alterado, por ejemplo proteínas virales en el caso de una
infección por virus.
Los linfocitos Tc inactivos se unen por medio de sus receptores TCR al complejo CMH-Ag, y esta unión les activa,
proliferan y originan clones del mismo linfocito Tc. Todos ellos son capaces de destruir mediante procesos líticos las
células que tienen en superficie ese Ag. También liberan linfocinas que amplían la respuesta inmune.
- Con la ayuda de los linfocitos colaboradores o T4 (A estos se les conoce como Th1, pues no son los mismos que los de
la respuesta humoral, llamados Th2). En este caso las células CPA fagocitan al agente agresor y muestran en las
moléculas CMH II de su membrana los péptidos antigénicos resultantes. Estos son reconocidos por los linfocitos
colaboradores T4 que se activan, originando linfocitos T de memoria y linfocinas que estimulan la proliferación de los
linfocitos Tc y de los macrófagos.
9. Anomalias del sistema inmunitario
9.1. Autoinmunidad
Esta enfermedad consiste en que el sistema inmune reacciona contra los propios componentes corporales. Las causas
pueden ser, o que no se hallan eliminado en la fase embrionaria los linfocitos T autorreactivos, o que el organismo
fabrique autoanticuerpos. Ejemplo de enfermedades autoinmunes son:
Nombre
Se reacciona contra
Escleriosis múltiple
Vaina de mielina de los nervios
Diabetes juvenil
Células del páncreas
Artritis reumatoide
Articulaciones
Miastenia gravis
Receptores de acetil-colina de los músculos
Efectos
Pérdida de sensibilidad y
parálisis
Produce menos insulina
Inflamación e inmovilidad
Debilitamiento y parálisis
muscular
9.2. Hipersensibilidad
Es una respuesta inmune inadecuada y exagerada ante sustancias normalmente inofensivas como alimentos, polvo,
polen, medicinas o metales.
Un tipo de hipersensibilidad son las de tipo I, conocidas como alergias. En ellas el primer contacto de la sustancia que
se comporta como Ag, los alergenos (polvo, penicilina, picadura de una avispa) provocan la producción de Ig E, que se
fija a los mastocitos y células cebadas, sensibilizándolos. En el segundo contacto el alergeno se fija a la Ig E de estas
células, provocando en ellas la liberación de sustancias químicas, principalmente histamina y prostaglandinas, que
originan la inflamación de esa zona. Si la cantidad de histamina es muy elevada provoca constricción de los bronquios y
una dilatación generalizada de los capilares sanguíneos con pérdida de suero, llevando a una caída brusca de la presión
sanguínea (choque anafiláctico) que puede ser mortal.
Se pueden paliar los síntomas mediante la administración de antihistamínicos, y con medidas preventivas como la
identificación del alergeno, no exponerse a el, e intentar desensibilizarse mediante su administración repetida de
cantidades mínimas.
Otra modalidad es la hipersensibilidad mediada por células o retardada, en la que los linfocitos T dañan las regiones
expuesta al antígeno, como el caso de la alergia a los metales.
Figura 7: Alergia
9.3. Inmunodeficiencias
Las inmunodeficiencias son enfermedades que se caracterizan por la ausencia física o funcional de algún componente
del sistema inmune.
Pueden ser inespecíficas, si los afectados son los macrófagos o el complemento, o específicas, cuando las anomalías
atañen a los linfocitos.
Según el momento en que se adquieren nos encontramos con:
a) Inmunodeficiencias primarias, que están determinadas genéticamente, son congénitas, como la inmunodeficiencia
severa combinada que padecen los "niños burbuja".
b) Inmunodeficiencias secundarias, causadas por factores externos como infecciones víricas, irradiación o
contaminación química.
En todos los casos está comprometida la capacidad defensiva de estas personas, y se presentan ciertos síntomas como
infecciones frecuentes, alteración en las células sanguíneas, en los órganos linfoides y problemas cutáneos o digestivos.
El SIDA. (Síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es producido por el virus VIH (Virus de la inmunodeficiencia
humana) que se transmite por medio de sangre, líquidos seminales o por la placenta. Es un retrovirus, con una cubierta
glicoproteica que envuelve al ARN bicatenario y al enzima transcriptasa inversa que origina ADN usando como patrón al
ARN viral. El ADN formado se aloja en el cromosoma de los linfocitos Th o CD4, quedando latente durante un tiempo
variable (período de latencia) en el que la persona portadora tiene anticuerpos virales que no sirven para frenar la
infección, es seropositiva, pero no presenta problemas de salud. Tras ese período, el virus inicia la replicación, produce
nuevos virus que matan a los linfocitos Th, disminuyendo la capacidad defensiva del paciente. Estos enfermos
presentan fiebres y diarreas, problemas neurológicos, infecciones secundarias por organismo oportunistas, linfomas, y
sarcoma de Kaposi, siendo la suma de varias de estas anormalidades la que acaba con su vida.
9.4. Cáncer e inmunidad
El cáncer se define como una aberración citológica con crecimiento autónomo, progresivo e incontrolado. Su relación
con el sistema inmune radica en que muchas células cancerosas tienen antígenos extraños en sus membranas. Ante
ellos hay una constante vigilancia por las células inmunocompetentes que neutralizan a las oncocélulas que se forman.
El cáncer puede progresar cuando falla el sistema inmune, ya sea por falta de capacidad de los linfocitos y macrófagos
o porque las oncocélulas se esconden desprendiendo de sus membranas los Ag.
La inmunoterapia en el tratamiento de tumores tiene su campo de acción en la identificación del tumor, por medio de
sus Ag, y en focalizar el ataque de los linfocitos T sensibilizados "in vitro" contra el tumor, siendo ayudado por linfocinas
como el interferón en algunas leucemias.
9.5. Rechazo de trasplantes
Un trasplante es la sustitución de un órgano o parte de el, por otro sano. Los trasplantes de piel, riñón, corazón,
córnea, médula ósea... suelen tener superados los problemas quirúrgicos, siendo el principal problema el rechazo o no
aceptación por el receptor.
Este se debe a que las células del sistema inmune no reconocen como propios los antígenos CMH del órgano
trasplantado, lo atacan y destruyen. El rechazo será mínimo si el órgano procede del mismo individuo (autotrasplante)
o de un gemelo monovitelino (isotrasplante), aumentando si procede de otro ser de la misma especie (alotrasplante) y
muy fuerte si es de otra especie (xenotrasplante).
De no ser posible los dos primeros casos, la prevención del rechazo se basa en:
- Encontrar personas con alta compatibilidad en los "bancos de donantes". Los antígenos CMH de la especie humana
son muy variables y se trata de encontrar semejanza entre los del donante y el receptor.
- Suprimir temporalmente la respuesta inmune del receptor mediante inmunosupresores como la ciclosporina. Hay que
controlar el riesgo que supone la infección por organismos oportunistas que encontrarían al receptor con sus defensas
muy debilitadas.
10. La importancia de sueros y vacunas
El estado de protección ante los agentes extraños o inmunidad puede ser natural o artificial:
- La inmunidad natural es la que se consigue por procesos naturales o habituales del organismo. Puede ser pasiva,
cuando el hijo recibe por la placenta los Ac maternos; activa, cuando es el propio organismo el que desarrolla la
inmunidad, normalmente tras experimentar un contacto fortuito con el agente infeccioso (los niños que han pasado el
sarampión están inmunes a la enfermedad y superan posteriores contactos con el virus) o propia de la especie, cuando
un agente no afecta a ciertas especies, por ejemplo el virus de la peste porcina no afecta a los humanos.
- La inmunidad artificial se consigue por medio de técnicas sanitarias de vacunación y sueroterapia, intervenciones
humanas voluntarias:
• La vacunación trata de desarrollar en el hospedador una inmunidad activa, sin que padezca la enfermedad. Se
administra una preparación (vacuna) que contiene Ag. Estos antígenos pueden ser cepas seleccionadas de organismos
vivos pero poco virulentos (vacunas de la poliomielitis o sarampión), organismos muertos (vacuna de la rabia), toxinas
modificadas sin poder tóxico o toxoides (tétanos) o antígenos aislados de la superficie del patógeno (hepatitis B).
Con la vacunación se promueve la formación por el paciente de linfocitos de memoria, que ante un contacto con el
agente reaccionen rápida y eficazmente.
La vacunación es una medida preventiva o profiláctica, cuyos efectos tienen un tiempo de demora, en el que la persona
forma sus defensas. Salvan a la humanidad de padecer gran cantidad de enfermedades y por ello las administraciones
sanitarias se encargan de aplicar los planes de vacunación a la juventud, y de informar de las vacunas recomendables
en caso de desplazamiento a países con enfermedades infrecuentes respecto al nuestro, para las que no estamos
inmunizados.
• La sueroterapia es una inmunización pasiva. Consiste en la administración de sueros con anticuerpos extraídos de
humanos o animales que han estado en contacto con el agente patógeno. Es un tratamiento terapéutico o curativo, es
útil a corto plazo cuando el individuo está padeciendo la enfermedad. No proporciona inmunización pues no se fabrican
linfocitos de memoria. Ejemplos de sueros son los aplicados para paliar el botulismo, la difteria y venenos de serpientes
extraídos de caballos, o el suero contra la rabia o sarampión, de origen humano.
11. Reflexión ética sobre la donación de órganos
En muchos casos la medicina actual no ofrece a los enfermos más opción que la de un transplante, para desarrollar una
vida normal. La opinión publica está a favor de los transplantes, pues se consideran como un acto de solidaridad y
altruismo. Sin embargo hay grupos religiosos contrarios a esta práctica médica.
En el caso de los autotransplantes no se presenta ningún problema, pues es la misma persona la que proporciona el
material injertado. En el caso de órganos de cadáveres el problema ético está en la utilización de cadáveres de
indigentes, individuos sin familia o reclusos, pues estos grupos pueden dirigirse hacia el comercio de órganos
Como es muy superior la demanda a la oferta, se pueden presentar problemas en el comercio de órganos de personas
vivas, en especial para las clases menos favorecidas social y económicamente. La existencia de unos principios éticos
que protegen a estos grupos deben ir asentados en unas de normas, que la legislación controle, entre otras:
El donante debe aportar su órgano en total libertad.
Que el trasplante sea necesario, siendo aceptable la relación beneficio-daño para el donante y el receptor.
Que la operación sea técnicamente viable.
Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa.
© Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Año 2001.
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