22/09/2003 El juez podrá obligar a un simple sospechoso a las pruebas de ADN. El Ministerio de Justicia introduce una enmienda en el Senado para que las muestras genéticas puedan ser utilizadas en un juicio El Ministerio de Justicia ha impulsado la introducción de dos enmiendas en el proyecto de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal con el fin de regular la obtención de muestras de ADN por parte de la policía y facultar a los jueces para que puedan obligar a los sospechosos de delitos graves a someterse a un examen de su código genético. Se trata también de regular quiénes estarán autorizados a analizar muestras de ADN, cómo deben conservarse y qué medidas han de articularse para asegurar la confidencialidad de la información. Esta reforma permitiría que el ADN de Tony Alexander King sirviera de prueba en el juicio por los asesinatos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, aunque las muestras hubieran sido extraídas sin su consentimiento o antes de que fuera detenido, siempre y cuando hubiera una autorización judicial. Las enmiendas, presentadas el pasado viernes, están firmadas por el Grupo Popular del Senado, donde actualmente se tramita un proyecto de ley orgánica para modificar la ley procesal penal en materia de prisión preventiva. En esa misma norma se introducirán ahora tres nuevas disposiciones para regular una materia -la obtención de muestras genéticas y su uso en los procesos penales- que carece de cobertura legal en estos momentos. El vacío existente sobre esta cuestión, contradictorio con los avances científicos que se han producido, llega al punto de que, en la actualidad, los jueces no pueden ordenar la práctica obligatoria de un examen de ADN a un acusado si éste se niega a ello, aunque esa prueba se revele absolutamente imprescindible para avanzar en la investigación de un delito grave. La falta de regulación se extiende a otros aspectos no menos relevantes: cómo obtener la muestra con respeto a los derechos del acusado, cómo custodiarla, qué protocolo científico hay que aplicar para que luego pueda ser utilizada como prueba válida en el proceso judicial. No existe, por lo demás, ningún mecanismo legal de coordinación entre las distintas bases de datos genéticos (las de la Policía Nacional, Guardia Civil, Instituto Nacional de Información facilitada por HELGUERO ASOCIADOS C/ Magallanes, 24 – 1º C 28015 Madrid Tfno. 902.440.003 www.protegemostusdatos.com 1 Toxicología, departamentos e institutos de medicina legal) ni está articulada la cesión o puesta en común de la información. Las enmiendas presentadas en el Senado por iniciativa del Ministerio que dirige José María Michavila se refieren no sólo a la investigación de sospechosos de delitos sino también a la búsqueda de desaparecidos y a la identificación de cadáveres. La primera enmienda propone añadir un nuevo párrafo al artículo 326 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal del siguiente tenor: «Cuando se pusiera de manifiesto la existencia de huellas o vestigios cuyo análisis biológico pudiera contribuir al esclarecimiento del hecho investigado, el juez de instrucción adoptará u ordenará a la Policía Judicial, médico forense u otros expertos cualificados que adopten las medidas necesarias para que la recogida, custodia y examen de aquellas muestras se verifique en condiciones que garanticen su autenticidad». La facultad del juez para ordenar la práctica obligatoria de la prueba de ADN se somete a una serie de exigencias, entre ellas que se acuerde mediante una resolución motivada y sólo en los casos en que la medida se ajuste a los principios de razonabilidad y proporcionalidad que recoge la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, esto es, que se trate de un delito de gravedad y cuando ese tipo de análisis se considere indispensable. La enmienda (que se refiere a un simple «sospechoso», y no a una persona ya imputada o acusada de un delito) señala que «siempre que concurran acreditadas razones que lo justifiquen, el juez de instrucción podrá acordar, en resolución motivada, la obtención de muestras biológicas del sospechoso que resulten indispensables para la determinación de su perfil de ADN». «A tal fin», añade, «[el juez de instrucción] podrá decidir la práctica de aquellos actos de inspección, reconocimiento o intervención corporal que resulten adecuados a los principios de proporcionalidad y razonabilidad». Finalmente, la creación de la Comisión Nacional de ADN se introduce mediante una nueva disposición adicional que dice: «El Gobierno, oído el Consejo General del Poder Judicial y la Agencia de Protección de Datos, regulará mediante real decreto la estructura, composición, organización y funcionamiento de la Comisión Nacional sobre el Uso Forense del ADN, a la que corresponderá la acreditación de los laboratorios facultados para contrastar perfiles genéticos en la investigación y persecución de delitos y la identificación de cadáveres, el establecimiento de criterios de coordinación entre ellos, la elaboración de los protocolos técnicos oficiales sobre la obtención, conservación y análisis de las muestras, la determinación de las condiciones de seguridad en su custodia y la fijación de todas aquellas medidas que garanticen la estricta confidencialidad y reserva de las muestras, los análisis y los datos que se obtengan de los mismos, de conformidad con lo establecido en las leyes». Información facilitada por HELGUERO ASOCIADOS C/ Magallanes, 24 – 1º C 28015 Madrid Tfno. 902.440.003 www.protegemostusdatos.com 2