FUMIGACIONES ILEGALES CON AGROTOXICOS Y CODIGO PENAL Cuando hablamos de fumigaciones con agrotóxicos nos estamos refiriendo a la aplicación de agroquímicos (plaguicidas, insecticidas, etc.) en plantaciones de cultivos, ya sea de soja, trigo, maiz, frutas, verduras, etc., para combatir las enfermedades, malezas e insectos que los afectan. En la República Argentina la elaboración, distribución, transporte, almacenamiento, comercialización y aplicación de productos agroquímicos para la actividad agropecuaria, está reglamentada a través de distintas leyes, numerosos decretos y resoluciones emanadas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación (SAGPYA) y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). El SENASA, es la autoridad competente en la aplicación y ejecución de toda la normativa relativa a agroquímicos. Es un organismo y descentralizado autárquico (en jurisdicción de la SAGPYA de la Nación) que está constituído por un Presidente, un Vicepresidente ejecutivo y un Consejo de Administración. Este Consejo posee representantes de distintos sectores interezados, como la Sociedad Rural Argentina, las confederaciones rurales argentinas, la Federación Agraria Argentina, la Confederación Internooperativa Agropecuaria, la industria de la carne, la industria pesquera, las demás industrias alimentarias, y dos representantes por las provincias. Entre los tantos decretos se encuentra el 6704/63 que crea el Registro de Lucha contra las Plagas el que establece la obligación de inscribirse en dicho registro a toda persona fisica o jurídica que se dedique a realizar fumigaciones aéreas o con máquinas terrestres para combatir plagas en producciones agropecuarias. El decreto-reglamentario 5769/59 crea el Registro Nacional de Terapéutica Vegetal (dependiente del Senasa) que establece que todo producto fitosanitario que se comercialice en nuestro país debe estar registrado allí. Luego de cumplimentar una serie de requisitos el Senasa –a través de una resolución- se expide sobre la autorización del producto fitosanitario, determina para que cultivos queda registrado, establece los tiempos de carencia que debe observarse (es decir el tiempo que se debe dejar transcurrir entre la aplicación del producto y la cosecha), y fija el límite de tolerancia máximo permitido del residuo del agroquímico (LMR). La Resolución 350/99 (y sus modificatorias y complementarias) aprueba el Manual de Procedimientos, Criterios y Alcances para el Registro de Productos Fitosanitarios en la República Argentina, con el objeto de aprobar la venta y utilización de los mismos previa evaluación de datos científicos suficientes que demuestren que el producto es eficaz para el fin que se destina y no representa riesgos indebidos a la salud y el medio ambiente. La Resolución 71/99 dictada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación aprobó la “Guía de Buenas Practicas Agricolas para hortalizas frescas”. La Resolución 510/2002 dictada por el Senasa aprobó la “Guía de Buenas Practicas Agricolas para frutas frescas”. La Buenas Practicas Agricolas (BPA) son el conjunto de medidas higienicosanitarias mínimas que se deben adoptar para minimizar los riesgos de contaminación químico y microbiológica en las frutas y hortalizas desde la producción primaria (cultivo y cosecha), traslado, y almacenamiento. Ahora bien, en nuestro país no existe una ley nacional de agroquímicos que contenga un régimen penal que contemple figuras delictivas vinculadas con el uso ilicito de agroquímicos. Por su parte los Estados Provinciales mantienen el ejercicio del poder de policia, es decir el control del comercio, uso y aplicación de los productos agroquímicos dentro de sus respectivos territorios. La mayoría de las provincias tiene su ley de agroquímicos. En la Provincia de Córdoba está vigente la Ley de Agroquímicos Nº 9164 y su decreto reglamentario 132/2005. En consecuencia la fumigación con agroquímicos es una actividad legal si se la realiza de conformidad con las normas dictadas por la autoridad competente, y observando las disposiciones de las respectivas leyes provinciales de agroquímicos. De lo contrario será ilegal. No obstante no existir en nuestro país una ley nacional de agroquímicos que contenga un régimen penal específico que prevea sanciones específicas para quienes fumiguen con agrotóxicos en forma ilegal en un campo destinado a la producción agropecuaria, dicha conducta puede llegar a encuadrarse, según las circunstancias del caso, en el delito de Contaminación previsto en el art. 55 de la Ley Nacional de Residuos Peligrosos Nº 24.051 el cual reprime con pena de reclusión o prisión de 3 a 10 años al que utilizando los residuos a que se refiere la presente ley, envenare, adulterare o contaminare de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmófera o el ambiente en general. En el Anexo I apartado Y4 de la Ley de Residuos Peligrosos están contemplados los residuos de agroquímicos, al incluir “los desechos resultantes de la utilización de productos fitosanitarios”. También se los menciona indirectamente a los agroquímicos en el Anexo II: (Nº de Código H.6.1) “Tóxicos (venenos) agudos”; (Nº de Código H.11) “Sustancias tóxicas (con efectos retardados o crónicos); y (Nº de Código H.12) “Ecotóxicos”. Al ser dicha figura penal un delito de peligro, requiere que el autor mediante la utilización de los residuos mencionados en la referida ley, envenene, adultere o contamine el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general, de un modo peligroso para la salud de las personas. No es necesario que alguien resulte enfermo, basta con que exista la posibilidad de que ello ocurra. Se agrava con pena de reclusión o prisión de 10 a 25 años si fuere seguido de la muerte de alguna persona. También una fumigación ilegal con agroquímicos puede tipificarse en el delito de Contaminación culposa contemplado en el art. 56 de la Ley de Residuos Peligrosos, el cual reprime con prisión de 1 mes a 1 año cuando el envenenamiento, la adulteración o la contaminación es cometida por imprudencia, negligencia, impericia o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas. La primera dificultad con la cual nos encontramos para investigar este delito cuando es cometido mediante una fumigación ilegal con agroquímicos, es la incertidumbre que existe respecto a quien tiene competencia para ello. Por un lado el art. 58 de la Ley de Residuos Peligrosos Nº 24.051 le atribuye competencia para investigar este delito a la justicia federal. Por otra parte del art. 55 de la Ley de Gestión Integral de Residuos Industriales y Actividades de Servicios Nº 25.612 del año 2002 se desprende que la competencia material le corresponde a la justicia ordinaria del lugar donde se cometió el delito. El problema se suscita a raíz de que con la sanción de la Ley 25.612 se derogó la ley de Residuos Peligrosos, pero antes de su promulgación fue observada por el Poder Ejecutivo Nacional quien dejó sin efecto la derogación de la Ley de Residuos Peligrosos, pero también dejó vigente el art. 55 que le atribuye competencia para investigar los ilicitos que surgen de dicha ley a la justicia ordinaria. El otro inconveniente que se presenta en torno a la tipificación de este delito –tanto en su forma dolosa como culposa- es la duda que se suscita respecto al alcance que se le debe atribuir al término “residuo”. Hay quienes consideran que se debe tomar en cuenta la definición literal de dicho vocablo, es decir “lo restante, lo que queda después de ser sometido a un proceso de consumo el insumo respectivo”. Conforme a esta postura la realización de una fumigación ilegal con agroquímicos en una producción agropecuaria no puede quedar atrapada en los delitos de Contaminación dolosa o culposa contemplados en los arts. 55 y 56 de la Ley de Residuos Peligrosos, por cuanto entienden que la utilización de un agroquímico –de ese modo- no es un “residuo” de los definidos en el art. 2º de dicha ley. Sin embargo hay quienes sostienen que en virtud de que en el anexo II de la Ley 24.051 se hace referencia no sólo al término “residuo”, sino también a la palabra “sustancia” como constitutiva de tal (“sustancias” o “desechos”.......) una sustancia tóxica componente de un agroquímico peligroso utilizado en una fumigación ilegal (aérea o terrestre) constituye un “residuo peligroso”, y por lo tanto dicha actividad puede encuadrarse en el delito de Contaminación previsto en la mencionada ley. Considero que esta última tésis es la correcta, teniendo en cuenta que el espíritu de la ley 24.051 es preservar a nuestra sociedad de los graves males que se ciernen por la actividad inescrupulosa de quienes arrojan productos tóxicos al medio ambiente que resultan peligrosos para la salud de las personas. En la Provincia de Córdoba, el primer antecedente de una fumigación ilegal con agroquímicos es el caso de Barrio Ituzaingó Anexo de nuestra ciudad, en el cual la FUNAN en el año 2002 denunció entre otros factores de contaminación, la fumigación aérea con plaguicidas prohibidos. En dicha causa la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba (en coincidencia con lo resuelto por el Juez Federal Nº 3 Dr. Bustos Fierro) declaró la incompetencia de la justicia federal para intervenir en la investigación y remitió la causa a la justicia ordinaria fundándose en el art. 55 de la Ley Nº 25.612, recayendo en la Fiscalía de Instrucción del Distrito 4º Turno 1º (por entonces a cargo del Fiscal de Instrucción Roberto Matheu) causa en la que a la fecha aún no hay personas imputadas. El otro antecedente es la denuncia efectuada en el mes de febrero del año 2008, por la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Córdoba, donde se denunció otro caso de fumigación aérea con agroquímicos realizada el día primero de ese mes en barrio Ituzaingó Anexo, recayendo por sorteo la investigación en la Fiscalía de Instrucción del Distrito III Turno 6º de esta ciudad, a mi cargo. En dicha causa, sostuve que la competencia le correspondía a la justicia provincial basándome en el art. 55 de la Ley de Gestión Integral de Residuos Industriales y actividades de Servicios 25.612, y en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sentada en el caso “Pandolfo, Gustavo” del año 2005 (arrojo de desechos industriales de la empresa Belmondo S.A. a los conductos cloacales del Partido de San Martin Buenos Aires, dichos desechos podían desembocar en la Capital Federal), en donde la Corte Suprema sostuvo que “si los residuos peligrosos podrían afectar a las personas o al medio ambiente más alla de los límites de la provincia donde son generados, corresponde intervenir a la justicia federal”. En barrio Ituzaingo Anexo la contaminación del ambiente mediante la fumigación con agroquímicos no trascendió los límites de la Provincia de Córdoba, sólo afectó a dicho barrio y sus alrededores. El Juzgado de Control Nº 7 de esta ciudad a cargo del Dr. Esteban Diaz rechazó el planteo de incompetencia presentado por uno de los defensores de los imputados, confirmando así la competencia material de la justicia ordinaria para llevar adelante la correspondiente investigación. Dicha resolución se encuentra actualmente firme. En dicha causa fueron imputados del delito de Contaminación dolosa contemplado en el art. 55 de la Ley de Residuos Peligrosos dos productores agropecuarios de dos campos vecinos a barrio Ituzaingó, en calidad de instigadores, y el aeroaplicador que realizó las fumigaciones en forma ilegal, en calidad de autor. Tras una compleja investigación con fecha 2-03-2009 se formuló acusación en contra de los tres imputados mediante la correspondiente requisitoria de citación a juicio, pronunciamiento que a la fecha no se encuentra firme debido a que los defensores de estos últimos se han opuesto al mismo. La conducta que se les atribuyó a los imputados fue el haber contaminado el ambiente en barrio Ituzaingó Anexo mediante la aplicación aérea con los agroquímicos endosulfán y glifosato pertenecientes a las clases toxicológicas Ib y IV, respectivamente, en campos cercanos a ese barrio, violando la franja de resguardo establecida por el art. 58 de la Ley de Agroquímicos de la Pcia. de Córdoba 9164. El art. 58 de la Ley de Agroquímicos 9164 de la Pcia. de Córdoba prohíbe la aplicación aérea dentro de un radio de 1.500 metros del límite de las plantas urbanas, de productos químicos de uso agropecuario de las clases toxicológicas Ia, Ib, y II. También prohíbe la aplicación aérea dentro de un radio de 500 metros del límite de las plantas urbanas, de productos químicos de uso agropecuario de las clases toxicológicas III y IV. A su vez, el art. 59 de la Ley de Agroquímicos 9164 prohíbe la aplicación terrestre dentro de un radio de 500 metros de las plantas urbanas, de productos químicos de uso agropecuario de las clases toxicológicas Ia, Ib, y II. Sólo permite dentro de este radio los productos químicos de las clases toxicológicas III y IV. Por otra parte el art. 24 del decreto-reglamentario 132 de la Ley de Agroquímicos 9164 estable que se debe notificar a la comuna con 48 horas de anticipación la fumigación a realizarse, el producto y la dosis a utilizar; asimismo señala que debe tenerse en cuenta la deriva del viento al momento de llevarse a cabo la fumigación a fin de que la misma no se dirija hacia un centro poblado. La clase toxicólogica de un agroquímico la determina el SENASA, quien es la autoridad de aplicación. Para el SENASA, siguiendo los parámetros de la Organización Mundial toxicológicas: Ia para la Extremadamente Salud (OMS), peligrosos, existen Ib Muy cinco clases peligrosos, II moderadamente peligrosos, III ligeramente peligrosos y IV Normalmente no pruducen peligro. El endosulfán, está dentro de la clase toxicológica Ib “Muy Peligroso”. Es un pesticida organoclorado que tiene capacidad para producir intoxicaciones agudas o crónicas en seres humanos por exposición dérmica, respiratoria, digestiva o conjuntiva. Puede generar riesgo de contraer cáncer de mama, cáncer de hígado, leucemia, enfermedades neurodegenerativas tales como paralisis cerebral, epilepsia, retardo mental, alzheimer, malformaciones en recien nacidos, etc. El endosulfán es utilizado para combatir insectos, principalmente en las plantaciones de soja y tabaco. El glifosato, es un herbicida utilizado fundamentalmente para la soja transgénica. Conforme al Senasa este agroquímico está dentro de la clase toxicológica IV considerada como “normalmente no ofrece peligro”. Sin embargo, según un estudio reciente del microbiólogo del Conicet Andrés Carrasco el glifosato en intoxicaciones crónicas puede generar riesgo de producir malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas en los seres humanos. En forma coincidente con Carrasco el científico Eric Seralini, especialista en biología molecular de la Universidad de Caen de Francia, uno de los referentes más importantes europeos en el estudio de los agrotóxicos sostiene que “el glifosato estimula la muerte de las células de embriones humanos”. Asimismo la Dra. en Quimica Argelia Lenardon del INTEC (Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria) afirma que el glifosato en la forma comercial conocida como “Roun dup” contiene una sustancia denominada polioxietilenoamina que se agrega en dicho producto como estirante para penetrar en la cutícula de la planta, el cual es tres veces más tóxico que el glifosato puro, y puede provocar trastornos en el sistema nervioso central, problemas respiratorios y la destrucción de globulos rojos en los seres humanos. Conforme a lo expuesto, no cabe duda que si como consecuencia de una fumigación ilegal con agrotóxicos se contamina el agua, el suelo, la atmófera o el ambiente en general, se lo está haciendo de un modo peligroso para la salud de las personas. También es posible encuadrar –según las circunstancias del caso- una fumigación ilegal con agroquímicos en el delito de Envenenamiento o adulteración de aguas potables, o sustancias alimenticias o medicinales contemplado en el art. 200 del Código Penal que reprime con reclusión o prisión de 3 a 10 años al que envenenare o adulterare, de un modo peligroso para la salud, aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales, destinadas al consumo de las personas. Este delito se agrava con reclusión o prisión de 10 a 25 años si resultare la muerte de alguna persona. A su vez, también se puede llegar aplicar la forma culposa de dicho ilícito, es decir el Envenenamiento o Adulteración culposo de aguas potables, sustancias alimenticias o medicinales, previsto en el art. 203 del Código Penal, que reprime con multa de hasta 30.000 pesos cuando el envenamiento o la adulteración fuere cometida por imprudencia, negligencia, impericia o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas. Este delito se agrava con prisión de seis meses a cinco años si resultare enfermedad o la muerte de alguna persona. Otro de los ilícitos contra la salud pública en los que puede llegar a tipificarse una fumigación ilegal con agroquímicos, es en el delito de Distribución de mercaderia peligrosa para la salud contemplado en el art. 201 del Código Penal que reprime con reclusión o prisión de 3 a 10 años al que vendiere, entregare o distribuyere medicamentos o mercaderías peligrosas para la salud, disimulando su carácter nocivo. Este delito contempla también una forma culposa de comisión: Distribución culposa de mercaderia peligrosa para salud previsto en el art. 203 del Código Penal que reprime con multa de hasta 30.000 pesos cuando la distribución de la mercadería peligrosa para salud de las personas fuere cometida por imprudencia, negligencia, impericia, o inobservancia de los reglamentos u ordenanzas. A su vez se agrava con prisión de 6 meses a 5 años si resultare enfermedad o la muerte de alguna persona. En la ciudad de Córdoba actualmente se tramita por ante la Fiscalía de Instrucción del Distrito III Turno 6º de esta ciudad, a mi cargo, una causa – iniciada de oficio a raíz de una publicación efectuada en el diario “La Voz del Interior” por el Foro Ambiental Córdoba la cual daba cuenta de la ausencia de controles de restos de pesticidas en las frutas y verduras que se comercializan en el Mercado de Abasto de nuestra ciudad; en dicha causa se encuentran imputados tres productores hortícolas, las dos máximas autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) del Centro Regional Cordoba, el Director de Ferias y Mercados de la Municipalidad de Córdoba, y el propio Intendente Municipal de esta ciudad. A los productores hortícolas se les imputó el delito de Envenenamiento de sustancias alimenticias previsto en el art. 200 del Código Penal, al haber hecho fumigar con clorpirifós en plantaciones de acelga, espinaca y lechuga, a sabiendas de que tal agroquímico no estaba autorizado para aplicarse a dichas especies vegetales por ser peligroso para la salud de las personas, conforme lo establecido en las resoluciones Nº 256/2003 del SENASA y Nº 507/2008 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación, habiendo con dicha conducta envenenado, en forma consciente y de un modo peligroso para la salud, aquellos productos agrícolas destinados a ser consumidos por la población luego de su distribución y comercializaciòn en el Mercado de Abasto Municipal de esta ciudad. A los funcionarios del SENASA, se les atribuye el delito de Omisión de los deberes de funcionario público (art. 249 Código Penal) y Distribución culposa de mercaderia peligrosa para la salud (art. 203 Código Penal), atento a que habrían omitido implementar en el Mercado de Abasto de nuestra ciudad el “Plan de Monitoreo y Vigilancia del Sistema de Control de Productos Frutihortícolas Frescos” (Sicofhor) establecido mediante Resolución Nº 42/2008 del SENASA; habiendo posibilitando con dicha conducta negligente que los mencionados vegetales contaminados con aquél agroquímico –peligroso para la salud- fueran distribuidos y comercializados para ser consumidos por los habitantes de nuestra ciudad. Al Director de Ferias y Mercados de la Municipalidad de Córdoba se le imputó los delitos de Omisión de los deberes de funcionario y público (art. 249 Código Penal) y Distribución culposa de mercadería peligrosa para la salud (art. 203 Código Penal), al haber omitido implementar en el Mercado de Abasto de la ciudad de Córdoba un plan de monitoreo para detectar la presencia de residuos de plaguicidas (prohibidos, no autorizados o que excedan el límite de tolerancia máximo permitido) en las frutas y verduras que allí se distribuyen conforme lo exigido por la Resolución Nº 148/2007 dictada por el Senasa; y posibilitado con dicha omisión que se distribuyera acelga, espinaca y lechuga contaminada con el agrotóxico clorpirifós para ser consumida por las personas. Al Intendente Municipal de la ciudad de Córdoba se le imputó los delitos de Abuso de Autoridad (art. 248 3er. supuesto Código Penal) y Distribución culposa de mercadería peligrosa para la salud (art. 203 Código Penal), al haber omitido disponer la implementación de un plan de monitoreo en el Mercado de Abasto de esta ciudad para detectar la presencia de residuos de plaguicidas (prohibidos, no autorizados, o que excedan el límite de tolerancia máximo permitido) en las frutas y verduras que allí se distribuyen luego de haber tomado conocimiento de la falta de cumplimiento por parte del Director de Ferias y Mercados Municipal de la Resolución Nº 148/2007 dictada por el Senasa, y de ese modo inobservar la Ordenanza Municipal Nº 8849/1992 y la Carta Orgánica Municipal de la ciudad de Córdoba (arts. 28 inc. 3º y 33). También se le endilgó responsabilidad por haber posibilitado, con la inejecución de las referidas normativas, que se distribuyera en el Mercado de Abasto Municipal acelga, espinaca y lechuga contaminada con el agrotóxico clorpirifós.Tras una compleja investigación, en dicha causa se formuló acusación en contra de todos los mencionados imputados mediante el dictado la correspondiente requisitoria de citación a juicio, pronunciamiento éste que aún no se encuentra firme toda vez que los imputados se han opuesto al mismo.- El agr oquímico clorpirifós es un insecticida organofosforado que puede afectar el sistema nervioso en los seres humanos. La EPA (Agencia Ambiental de los Estados Unidos de Norteamérica) y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) dependiente de la OMS lo consideran como posible carcinógeno. Para el SENASA se encuentra en la clase toxicológica II “moderadamente peligroso”. Las resolución Nº 256/2003 dictada por el SENASA, establece cuales son los agroquímicos que se encuentran totalmente prohibidos para su uso, cuales son los que están autorizados según el producto o subproducto agropecuario de que se trate, y fija los límites máximos de tolerancia permitida de residuos plaguicidas para tales productos o subproductos agropecuarios. La resolución Nº 507/2008 dictada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación modificó la resolución Nº 256/2003 del SENASA. Prohibió nuevos agroquímicos (actualmente existen 26 agroquímicos prohibidos, entre ellos Aldrin, Arsénico, D.D.T., Paration, etc.), modificó el listado de los agroquímicos autorizados y también los límites máximos de tolerancia permitida de residuos plaguicidas de algunos productos y subproductos agropecuarios. Actualmente existen 276 principios activos autorizados para uso agropecuario. La resolución 42/2008 dictada por el SENASA pone en funcionamiento el “Plan de monitoreo y vigilancia” del SICOFHOR (que es el sistema de control de restos de plaguicidas en frutas y hortalizas), y estable la obligación de los responsables del Senasa de realizar los controles en los mercados mayoristas de frutihortícolas. La resolución 148/2007 dictada por el SENASA establece la obligación de que los responsables de los mercados mayoristas frutihortícolas que se encuentren administrados por autoridades provinciales o municipales, implementen un Plan anual de monitoreo para detectar la presencia de residuos plaguicidas y contaminantes microbiológicos a través de un laboratorio que integre la red de laboratorios del Senasa, o por un laboratorio reconocido por éste. En síntesis, la fumigación ilegal con agroquímicos es un tema complejo no sólo por la vasta normativa existente en la materia y la falta de una ley de agroquímicos a nivel nacional, sino también por los grandes intereses económicos que se encuentran en juego. Finalmente y a modo de reflexión considero que: 1)Debe sancionarse en lo inmediato una ley nacional de agroquímicos que contenga un régimen penal que prevea figuras penales específicas vinculadas con la utilización de agroquímicos para uso agropecuario, fundamentalmente que contemple el delito de fumigación ilegal para los supuestos en que se fumige –en forma aérea o terrestre- sin respetar una franja de resguardo mínima establecida en relación con los centros poblados, cuando se lleve a cabo con agroquímicos prohibidos, restrigidos para su uso o no autorizados para determinado cultivo o producto frutihortícola; debiendo también dicha ley determinar claramente si es la justicia federal o la provincial la que tendrá competencia para investigar tales delitos. 2) Debe exhortarse a los productores agropecuarios a la no utilización de aquellos agroquímicos que estén prohibidos, concientizarlos que deben usar en forma “racional” únicamente aquellos que estén autorizados por la normativa vigente, y respetar los períodos de carencia de los respectivos agroquímicos a fin de evitar que los residuos de los mismos puedan exceder el límite de tolerancia máximo permitido. 3) Por último debe exigirse a las autoridades responsables de controlar la existencia de restos de agroquímicos en las frutas y hortalizas que se comercializan en los mercados mayoristas de nuestro pais, que cumplan con sus funciones de fiscalización, a fin de de asegurar la inocuidad de los alimentos que consumimos y de ese modo preservar nuestra salud.- CARLOS A. MATHEU Fiscal de Instrucción Distrito III Turno 6º Poder Judicial Provincia de Córdoba