Institución: Departamento de Física, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile Título: Modelo Granular del Movimiento Browniano Introducción: El Movimiento Browniano se refiere al movimiento aleatorio de pequeñas partículas inmersas en un fluido. Este fenómeno fue investigado en forma sistemática por Robert Brown en 1827, quien observó bajo un microscopio el movimiento de partículas de polen sobre la superficie de agua, las cuales describían movimientos aleatorios, tanto en amplitud como en dirección. Sus observaciones, y las de otros científicos, fueron objeto de intensos debates, contraponiendo inicialmente una explicación biológica a una física. Realizando experimentos con partículas de materiales inorgánicos, fue el propio Brown quien descartó que el movimiento se debía a que el polen estuviese “vivo”. Por casi más de 70 años existieron diferentes explicaciones del fenómeno, entre ellas la idea de que el movimiento se debía a choques con los átomos. Es importante notar que a comienzos del siglo XX, la idea atómica de la naturaleza era aún muy controversial. Einstein y la existencia de los átomos Fue Albert Einstein, en 1905, quien concluyó que si la Teoría Cinética de Fluidos, desarrollada por Ludwig Boltzmann a fines del siglo XIX, era correcta, entonces una partícula macroscópica (grande) inmersa en el fluido seguiría un movimiento aleatorio similar al descrito por Brown. Einstein obtuvo también una primera estimación del Número de Avogadro, el cual da un tamaño finito a los átomos, reafirmando su existencia. Fue en 1909 que Jean Perrin condujo experimentos para verificar los modelos matemáticos propuestos, y para determinar de forma más precisa el Número de Avogadro. Sus trabajos terminaron con la disputa sobre la realidad atómica de la naturaleza, valiéndole el premio Nobel en 1926. La explicación de Einstein se basa en la naturaleza atómica de los fluidos. Si los componentes básicos de un fluido, ya sean átomos o moléculas, se mueven en forma aleatoria como se supone en la teoría cinética, entonces una partícula inmersa en el fluido sufrirá colisiones con éstos, en forma aleatoria tanto de dirección como en intensidad. Es entonces el bombardeo aleatorio de los átomos sobre la partícula intrusa lo que causa el movimiento descrito inicialmente por Brown. Es interesante notar que Einstein desarrolló su trabajo sin conocer los resultados de Brown ni las formulaciones originales de la mecánica estadística, como él mismo lo explica: “Sin conocer las investigaciones de Boltzmann y de Gibbs, que habían aparecido anteriormente y que habían acabado realmente el tema, desarrollé la mecánica estadística y, basándome en ella, también la teoría cinética-molecular de la termodinámica. Mi mayor objetivo era encontrar los hechos que garantizarían tanto como sea posible la existencia de átomos de un tamaño finito. En medio de esto descubrí que, según la teoría atómica, un movimiento de partículas microscópicas suspendidas tendría que existir, sin saber que las observaciones referentes al movimiento Browniano eran ya muy conocidas.” Con respecto a la controversia sobre la existencia de los átomos, Einstein concluye: “El acuerdo de estas consideraciones con los experimentos, junto con la determinación de Planck del tamaño molecular a partir de la ley de la radiación (para las altas temperaturas), convenció a escépticos de la realidad de los átomos, que eran absolutamente numerosos en aquella época (Ostwald, Mach). La antipatía de estos eruditos hacia la teoría atómica se puede remontar indudablemente hacia su actitud filosófica positivista. Éste es un ejemplo interesante del hecho de que incluso eruditos de espíritu audaz pueden ser obstruidos en la interpretación de los hechos por prejuicios filosóficos.” En conclusión, el trabajo de Einstein es de gran importancia en física pues mostró por primera vez de manera visible y concreta que los átomos eran reales. Su trabajo forma además la base de ciertas ramas modernas y de investigación muy activa de la Física (física estadística) y la Matemática (teoría ergódica). Modelo Granular. El experimento que se presenta en esta exposición es un modelo granular del movimiento Browniano, lo que bien podría haber sido una visión o sueño de Einstein sobre el problema. Se trata de una colección de partículas pequeñas, en este caso de acero, que conforman los “átomos” del fluido. A diferencia de los fluidos comunes donde la pérdida de energía en las colisiones entre átomos es despreciable, estos fluidos granulares pierden una fracción importante de energía en sus colisiones, ya sea entre granos o con las paredes o la base del recipiente. Es por ello que debemos forzarlos continuamente, lo que se logra mediante vibraciones de la base que los contiene. La partícula intrusa, que es más grande y en este caso de plástico, es entonces bombardeada por las mas pequeñas, en forma análoga a lo propuesto por Einstein. La foto 1 muestra la posición inicial de la partícula intrusa, en el mar de partículas pequeñas, en este caso nuestros “átomos”. La figura 1 presenta una trayectoria de la partícula intrusa, sobre un tiempo de aproximadamente 120 segundos, donde la estrellas roja y morada muestran las posiciones iniciales y finales de la partícula. Esto es básicamente lo que observó Brown bajo su microscopio, ¡salvo que él no pudo ver los átomos! La figura 2 muestra las coordenadas X e Y de la partícula intrusa en función del tiempo, lo que es otra manera de ver su comportamiento aleatorio. Finalmente, la figura 3 muestra una medida de que tan “cerca” está este comportamiento de ser del tipo Browniano. En particular, se espera que el promedio temporal de la distancia recorrida por la partícula intrusa al cuadrado <L2> varíe linealmente con el tiempo, lo que se comprueba para esta trayectoria. La saturación de <L2> a tiempos largos se debe al tamaño finito de la caja. Figura 1 Figura 2 Figura 3