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La Ética del género humano:
Un saber necesario para una Educación Peruana de Calidad
Roberto Saldaña Milla
Arquitecto. Magíster en Educación.
Profesor de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes
y de la Facultad de Educación y Humanidades de la
Universidad Privada Antenor Orrego
“es necesario estimular la capacidad de las personas –en el plano espiritual e intelectual- para
que puedan gobernarse a sí mismos, y por sí mismos. Sin un sistema de valores rectos en la
gente, una democracia es una reunión de locos”
Corazón Aquino (1993)
Introducción
En octubre de 1999, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura publicó “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”,
cuyo autor es el pensador Edgar Morin, quien expone su punto de vista en relación a los
problemas centrales o fundamentales que permanecen por completo ignorados u olvidados
y que son necesarios para enseñar en el presente siglo.
Tomando como referencia este texto, así como el de otros autores, el presente
ensayo trata de dar respuesta a la pregunta: ¿Qué saberes son necesarios para una educación
peruana de calidad?
La pregunta es muy sugestiva y abarca muchos aspectos que son complejos de
abordar, sin embargo nos parece que el saber referido a al ética del género humano es hoy
en día una necesidad prioritaria para una educación peruana de calidad. Veamos porqué.
1. La Ética del Género Humano
Morin (1999), desarrolla el tema de la ética como el sétimo saber necesario para la
educación del futuro. De este tema se pueden destacar tres conceptos importantes:
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1) La educación debe conducir a una “antropo-ética” considerado el carácter
ternario de la condición humana cual es el de ser a la vez individuo, sociedad y especie.
En este sentido, la ética individuo/especie necesita un control mutuo de la sociedad por
el individuo y del individuo por la sociedad, es decir la democracia; la ética individuoespecie convoca la ciudadanía terrestre en el siglo XXI.
2) La ética no se podría enseñar con lecciones de moral. Ella debe formarse en las
mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte
de una sociedad, parte de una especie. Llevamos en cada uno de nosotros esta triple
realidad. De igual manera, todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el
desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias
y la conciencia de pertenecer a la especie humana.
3) De allí, se esbozan las dos grandes finalidades ético-políticas del nuevo milenio:
establecer una relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos por medio
de la democracia y concebir la Humanidad como comunidad planetaria. La educación
debe no sólo contribuir a una toma de conciencia de nuestra Tierra-Patria, sino
también permitir que esta conciencia se traduzca en la voluntad de realizar la
ciudadanía terrenal.
Como el mismo autor señala, es necesario que la ética deba formarse en las mentes de
los seres humanos a partir de la conciencia, el conocimiento de que el ser humano es al
mismo tiempo individuo y también parte de una sociedad. Por ello nos parece conveniente
desarrollar el concepto de ética desde una perspectiva trascendente, es decir, aquella que
puede integrar las complejas relaciones y conceptos que subyacen en todo ser humano
como individuo y dentro de una sociedad.
2. La Ética desde la perspectiva trascendente
Estartús (1997) expresa que la civilización contemporánea está en una grave crisis
ética, el relativismo moral impregna los espíritus de nuestro tiempo, los medios de
comunicación, los espectáculos, el comportamiento de las personas. Es más una actitud que
una doctrina coherente. Por esta razón propone que los países en desarrollo, incluido el
Perú, necesitan sobre todo un capital de convicciones acertadas que permitan cimentar las
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virtudes personales y colectivas para su despegue hacia el desarrollo. Para ello propone la
actualización de la filosofía realista llamada Aristotélica - Tomista, que potencie el sentido
común y nos permita superar esta gigantesca crisis de ideas y de conductas.
En esta línea de pensamiento se define la ética como la parte de la filosofía que trata
de la moral de los actos humanos, que permite calificarlos como buenos o malos, y también
se define como el conjunto de normas morales que regulan cualquier relación o conducta
humana. Respecto a la moral, se define como la ciencia que estudia el comportamiento
humano en cuanto bueno o malo en forma absoluta, es decir, en cuanto mejora o empeora al
propio hombre en vistas a su fin último.
Como puede apreciarse en los conceptos anteriores, existen tres elementos
fundamentales a tomar en cuenta para una educación de calidad:
1. La importancia del comportamiento humano, de las acciones del hombre como
elemento central de la ética y sus repercusiones en la esfera social.
2. La cualificación de ese comportamiento en relación a la bondad o maldad del
mismo.
3. La mejora del individuo (o no) en relación a su perfeccionamiento.
Este último punto atañe fundamentalmente a la educación como tema central del desarrollo.
Por esta razón es pertinente considerar la valoración y finalidad de la educación.
3. Determinación de los valores – fines de la educación
Pascual (2005) expresa que el señalar los valores que deben ser fines de la
educación ha sido durante muchos años una tarea controvertida. Aunque afirma que ve
realmente difícil encontrar un sistema universal que pueda ser aceptado planetariamente,
aunque también menciona que son muchos los pedagogos que al hacer una reflexión sobre
el tema piensan que hay muchos valores comunes en medio del pluralismo, y que se ha
exagerado la estimación del grado de discrepancia. Los relativistas destacan las diferencias
pero en realidad hay gran concordancia en admitir valores como la verdad, la libertad, el
amor, la solidaridad, la responsabilidad, el diálogo, el respeto, la lealtad, el sentido crítico,
la creatividad, el sentido moral e incluso, para muchos, la religiosidad.
Existe una inquietud entre los educadores por visualizar la realidad conveniente y justa
que se percibe en la conciencia, en la esperanza de los hombres, en sus necesidades y
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problemas. La educación peruana pide hoy, más que nunca, un sistema educativo que
enseñe la forma de vivir, que muestre cómo el hombre se convierte en humano y como
puede seguir mejorando durante toda su vida. A lo largo de la historia del pensamiento se
han ido cristalizando valores que no se pueden dejar al margen de los procesos de
formación en todos los niveles educativos.
La determinación de los valores-fines de la educación tiene que hacerse en el marco de
la cultura y de las necesidades concretas de la sociedad peruana, a las cuales la educación
debe dar respuestas.
Por ello nos parece conveniente precisar, desde la óptica de la ética trascendente,
algunos conceptos sobre educación y su finalidad.
4. Qué es y para qué es la educación.
Aspíllaga (1997) afirma que existen muchas definiciones autorizadas sobre educación y
numerosos libros publicados sobre el tema, pero destaca la coincidencia en la idea de que se
trata de un ir a más, de una mejora, de un enriquecimiento de la persona. Esta es una verdad
que se halla en el meollo de toda la dinámica educativa ya que la educación se ordena a la
más radical perfección de la persona humana. Tan es así que depende de la educación la
realización plena del ser personal del hombre.
Esta autora, citando a Millán Puelles (1963) habla de la educación como "un quehacer
continuo y permanente". La entiende como "la realización de la plenitud del hombre en
cuanto que hombre, que es el estado de virtud'". Y advierte que no se puede dar por acabada
en una determinada edad.
De particular interés también resulta el hecho de que la tarea educativa tiene un sentido
personal. Es necesaria esta consideración personal de la educación para entender que cada
hombre, cada ciudadano peruano, con sus singulares cualidades y posibilidades, constituye
el sujeto de la educación.
De esta manera se hará posible el paso sucesivo de esa situación imperfecta a una realidad
de más alta calidad. El fundamento de toda la dinámica educativa precisamente está
constituido por la distensión humana entre esa imperfección actual y la posibilidad de una
perfección.
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5. La función ética directiva en la educación peruana.
Visto lo anterior, cobra especial relevancia la consideración de la función ética
directiva en la educación peruana desde sus más altos niveles, tanto en el sector público
como en el privado. Al respecto Ferreiro (1996) manifiesta que la ética no puede ser
invocada o esgrimida de cualquier manera, pues sólo donde hay un margen de libertad lo
hay de responsabilidad moral, que es proporcional a la dimensión de ese margen: una gran
responsabilidad implica una gran libertad, y ello a cualquier nivel en el que tenga lugar la
decisión humana en el sector educativo.
Se trata, como vemos, de una tarea que exige preparación técnica, virtudes morales
y honestidad intelectual. En ello reside el arte y la ciencia de dirigir. Esto es ser un buen
directivo: ser capaz de definir mediante una adecuada estrategia, aquellos objetivos que en
cada momento aprovechan mejor las circunstancias del entorno y las capacidades de los
individuos, de manera que se obtenga un beneficio desarrollando a las personas, primero a
las de dentro de la organización, en este caso del sector educación, y luego, y como
consecuencia, a la ciudadanía peruana a la cual sirve.
Una institución, un sistema, así comandados cumplen con su finalidad, con su
misión, y se constituyen en una instancia ética.
A la luz de estos considerandos es posible afirmar con Cheong (2000) que El Perú necesita
otro sistema educativo que tenga en cuenta: La exigencia de la calidad educativa, el mundo
mediado y la utilización de una metodología democrática; un sistema en el cual la
educación siga teniendo “una función social (movilidad social), función política
(ciudadanía, democracia), función cultural (identidad, interculturalidad) y una función en sí
misma (aprender a aprender), donde haya más ética y menos comercio de la enseñanza.
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Conclusiones
Luego de que haber desarrollado el tema de la ética como uno de los saberes
fundamentales, estamos en condiciones de afirmar lo siguiente:
-
El saber referido a al ética del género humano es hoy en día una aproximación
válida y puede ser tomada como una necesidad prioritaria para una educación
peruana de calidad.
-
Una educación peruana de calidad necesita sobre todo un capital de convicciones y
acciones acertadas que permitan cimentar las virtudes personales y colectivas para
su despegue hacia el desarrollo sostenido y sostenible. Para ello se puede rescatar la
filosofía Aristotélica - Tomista, que potencie el sentido común y nos permita
superar esta grave crisis de ideas y de conductas.
-
El ser humano se perfecciona mediante sus actos. Aquí se encuentra la relación
entre la ética y la educación: los actos humanos deben ser buenos, y esto se
consigue con la educación de las virtudes: esa debe ser la tarea fundamental de la
educación peruana para una cultura de calidad.
-
Es necesario comprender, desde el punto de vista ético y educativo que cada
hombre, cada ciudadano peruano, con sus singulares cualidades y posibilidades,
constituye el sujeto de la educación, privilegiando a los marginados de la sociedad,
a aquellos que no les alcanza ni el pan del conocimiento ni el pan de cada día.
-
La educación peruana pide hoy, más que nunca, un sistema educativo correcto, unos
directivos que encarnen y muestren la forma de vivir, que muestren cómo el ser
humano puede ser considerado como un modelo ejemplar de conducta y como
puede seguir mejorando durante toda su vida.
-
Finalmente, afirmamos que se debe tener en cuenta la enorme fuerza constructiva y
dinámica de los sentimientos, de las acciones buenas y correctas. Al respecto
Larrañaga (1988) citando a San Francisco de Asís, decía: “La benevolencia es una
corriente misteriosa, algo así como un sacramento invisible que purifica los
manantiales y siembra de ondas armónicas los espacios fraternos…Si yo doy a luz
un buen sentimiento, toda la humanidad se eleva cuatro palmos sobre el suelo”.
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Bibliografía
Aspíllaga, C. (1997). La Educación en la Sociedad Contemporánea. Piura: Ediciones
Universidad de Piura
Delors, J. et. al. (1996). Informe de la UNESCO de la comisión internacional sobre la
educación para el siglo XXI, presidida por Jaques Delors. La Educación encierra un
tesoro. Madrid: Santillana S.A.
Desantes, J. (1995). Realidad y Docencia. Piura: Ediciones Universidad de Piura.
Estartús, R. (1997). Ética para Profesionales. Piura: Ediciones Universidad de Piura.
Ferreiro, P. (1996). Ética y Empresa. Piura: Ediciones Universidad de Piura.
Larrañaga, I. (1988). El Hermano de Asis. Vida profunda de San Francisco. Lima:
Ediciones Paulinas.
Morín, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Francia:
UNESCO.
Pascual, A. (2005) Clarificación de valores y desarrollo humano. Lima. Empresa
Editora El Comercio S.A.
Polo, L. (1993). Quien es el hombre. Un espíritu en el tiempo. Piura: Universidad de
Piura.
Yslado, R. (2003).Sistema universitario internacional y nacional: megatendencias,
contextos y escenarios. Lima: Ed. San Marcos.
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DATOS DEL AUTOR
Roberto Helí Saldaña Milla, nació en Trujillo, Perú. (1,963)
Ha estudiado en la Escuela Pública “Antonio Raimondi”(1,973) , Colegio Nacional
“San Juan”(1,974), Colegio Militar “Gran Mariscal Ramón Castilla”(1,978) y Gran
Unidad Escolar “José Faustino Sánchez Carrión” (1,979), todos en Trujillo, Perú.
Perteneció al Grupo Scout Trujillo 15, llegando a ser Guía Mayor. (1,976)
Ha seguido estudios de música en el Conservatorio Regional de Música “Carlos
Valderrama” de Trujillo, en la especialidad de Piano. (1,976)
Ha sido miembro del grupo de Danzas Folklóricas “Minchanzamán” de la Universidad
Nacional de Trujillo. (1,989)
Es Arquitecto graduado en la Universidad Ricardo Palma de Lima, Perú. (1,995)
Es licenciado en Educación, en la especialidad de Física y Matemáticas por la
Universidad de Piura, UDEP. (1999)
Tiene el Grado de Magíster en Educación por la Universidad de Piura, UDEP. (2001)
Actualmente es Profesor de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes, y de la
Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad Privada Antenor Orrego de
Trujillo, Perú.
Es Director de la Sección de Postgrado de Arquitectura de la Universidad Privada
Antenor Orrego de Trujillo, Perú.
Estudia el Doctorado en Educación en la Universidad Privada Antenor Orrego de
Trujillo, Perú.
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