ASPECTOS FUNDAMENTALES SOBRE MASTITIS Y SU CONTROL La mastitis, la enfermedad más común y costosa que padece el ganado lechero en el mundo entero es el resultado final de la interacción de varios factores, tales como el hombre, la vaca, el medio ambiente, los microorganismos y el manejo. Para comprenderla mejor, vamos a empezar por una breve descripción anatómica de la ubre de la vaca lechera.ANATOMÍA DE LA UBRE La ubre de la vaca consta de cuatro glándulas mamarias o cuartos, cada uno drenado por su propio pezón. El pezón de cada cuarto permitirá la salida de leche solamente secretada en dicho cuarto. Ver figura 1. El canal del pezón (1) ubicado en su extremo, es el único esfínter (cierre muscular) de cada glándula; previene el escape de leche y sirve como barrera para la entrada de bacterias y material extraño a la glándula. De aquí surge la importancia de ésta estructura anatómica y la necesidad de conservar su funcionalidad e integridad. La cisterna del pezón (2) puede contener hasta 40 gramos de leche, dependiendo del tamaño del pezón (3), y se prolonga hacia el interior de la glándula mamaria, formando la cisterna de la glándula (4). La cisterna de la glándula actúa como vaso colector de los 15 a 20 canales principales (5) que transportan la leche desde el tejido secretor. Los conductos principales se ramifican sucesivamente hasta dar origen a conductos más pequeños (6) que terminan en el tejido secretor, constituido por los alvéolos(7); éstos se encuentran agrupados en lobulillos(8) y éstos a su vez en lóbulos (9). Cada lobulillo posee de 150 a 220 alvéolos y aparece rodeado por una cápsula de tejido conectivo. Un alvéolo está constituido básicamente por una capa de células secretoras(10) que rodean una cavidad central. Esta capa de células secretoras se encuentra también en los pequeños conductos intralobulares. Entre la membrana basal y el epitelio, se encuentran las células mioepiteliales(11), éstas rodean al alvéolo y tienen la capacidad de contraerse posibilitando la eyección de la leche, cuando son estimuladas por la hormona oxitocina. Rodeando los alvéolos se halla un liquido que proviene de pequeños capilares arteriales y venosos que proporciona a la célula secretora los precursores para la síntesis de los componentes de la leche. ¿QUE ES LA MASTITIS ? Es una reacción inflamatoria del tejido de la glándula mamaria, en respuesta a una lesión traumática (por ej. un golpe) o la presencia de microorganismos infecciosos que han ingresado a la ubre. El propósito de la inflamación es doble: *eliminar o neutralizar microorganismos invasores, por acción de los glóbulos blancos y otros elementos germicidas de la sangre; y *contribuir a reparar los tejidos lesionados, para que la glándula adquiera su normal funcionamiento. ¿ Como ingresa la infección a la ubre - que efectos produce ? Para que se produzca un caso de mastitis infecciosa, los microorganismos infecciosos que se encuentran generalmente en la piel de la ubre y cualquier superficie sucia (bosta, barro, etc.) tienen que lograr el acceso a la glándula, venciendo su entrada que es el esfínter externo del pezón. Según bibliografía confiable, el 99% de los casos de mastitis son causados por la rutina de ordeño (salvo en el caso de las mastitis por Mycoplasma). Como estos gérmenes no tienen mayor movilidad propia, durante el período de lactancia la forma de llegar al interior de la glándula es sobre todo por la propulsión de aire/leche durante el ordeñe; en cambio al comenzar el período de vaca seca, es cuando pueden subir por colonización lenta del pezón o por capilaridad, circunstancia que explica la mayor peligrosidad de esta etapa (esta forma de entrada se evita durante la lactancia pues los sucesivos ordeñes van “lavando” la cisterna del pezón). El orificio del pezón tiene un anillo de músculo liso que se cierra totalmente entre los 30´ y las dos horas de finalizado el ordeño, impidiendo a partir de allí la entrada de los gérmenes; por otra parte, a partir de las 2-3 semanas del secado en ese canal se forma un tapón de queratina que lo sella totalmente. Aunque hayan logrado entrar los gérmenes, para poder hacer algún daño deben llegar al tejido secretorio; para ello deben vencer otras defensas como es la queratina que recubre el interior del pezón, que tiene propiedades bactericidas; el mismo tejido epitelial del interior del pezón que tiene sustancias de defensa (glóbulos blancos) y también en la leche que está en la cisterna hay un cierto número de glóbulos blancos que atacan los gérmenes ingresados. Todas las acciones que pueden dañar la integridad del pezón (que detallaremos luego) facilitan la invasión de los gérmenes a la ubre.Cuando se produce la llegada de los gérmenes al interior de la ubre y los glob.blancos que están en la leche no los alcanzan a destruir, atacan con sus toxinas (sustancias tóxicas) a las células secretoras (comienzan con las que recubren los conductos principales y luego siguen con las de los secundarios y áreas alveolares). Se produce gran afluencia de glob.blancos de la sangre al área afectada y al dañarse el tejido glandular, hay un incremento de permeabilidad entre los compartimentos de la sangre y leche originando cambios en la composición química de la leche, éstos son observados a simple vista en la mastitis clínica a través de grumos en la leche.Ver Figura 2.En la mastitis subclínica, que sólo se detecta por métodos de laboratorio, el signo principal y determinante es el aumento de los conteos de células somáticas, las cuales además varían en su composición; veamos esto último en el CUADRO 1CUADRO 1 Leche normal Leche mastítica Células Somáticas Cél. Epiteliales Glóbulos Blancos 70% 30% 30% 70% Orientativamente podríamos decir que en las vacas totalmente sanas el nivel de RCS más común es de 50.000; en aquellas que han tenido alguna vez mastitis y están curadas el nivel normal es de 200.000. Si la infección continúa, en las áreas dañadas se van bloqueando los conductos y el tejido secretor va dejando de producir y va muriendo, siendo reemplazado por tejido conectivo (cicatriz). La duración de la inflamación puede variar desde un proceso agudo hasta uno crónico; la mastitis aguda se caracteriza por una aparición repentina de los signos, ubres calientes, duras, dolor, etc., mientras que la mastitis crónica tiene larga duración, produciendo ubres con cuartos de menor tamaño, donde el tejido secretor muerto forma nódulos duros que se pueden palpar. Las mastitis de naturaleza bacteriana (que son las más frecuentes) presentan el mayor impacto económico, ya sea por pérdidas directas o indirectas: Directas Indirectas - Disminución de la producción - Complicación en la rutina de actual en vacas ordeño - Disminución de la producción actual - Descarte de leche y futura en vaquillonas - Contaminación del medio - Gastos de tratamientos y Honorarios profesionales - Descuentos de la industria por pérdidas de calidad ¿Qué microorganismos actúan? Los que más frecuentemente causan mastitis se pueden dividir en: * Contagiosos * Del medio ambiente * Oportunistas Contagiosos: las fuentes de estos microorganismos son las ubres infectadas de las vacas, pasando de vaca en vaca durante el ordeño. Dentro de este grupo los más importantes son el Staphylococcus aureus y el Streptococcus agalactiae, responsables según algunos autores del 90% de las mastitis en el país; otros que se también suele aparecer son el Mycoplasma bovis y el Corynebacterium bovis. Staph. Aureus: estos microorganismos no se encuentran normalmente en la piel sana de las ubres pero si en lastimaduras que pudiera haber en la misma y llegan a formar colonias crecientes en los canales de los pezones cuando hay una lesión o herida en el orificio del mismo. Se transmiten a los cuartos sanos, por medio de las pezoneras, toallas o esponjas de lavado, por las manos del ordeñador y por medio de los impactos de aerosoles de leche creados por el deslizamientos de las pezoneras. Este germen es agresivo, persistente y de difícil tratamiento en la lactancia (tal vez solo el 20% de las vacas enfermas se curan en este período). Esto ocurre por su capacidad de “ocultarse” en los tejidos de la glándula y por la resistencia que ha logrado sobre algunos antimicrobianos. De todas maneras, el tratamiento precoz de los casos detectados está indicado y es recomendable en vaquillonas y vacas sin historia previa de mastitis clínica o conteos elevados de células somáticas. Los rodeos con prevalencia de este germen no dan en general altos RCS. Strep. Agalactiae: el único reservorio de este microorganismo es la leche procedente de ubres infectadas, pero puede encontrarse en superficies que han estado en reciente contacto con la leche contaminada. Un ordeño incompleto puede aumentar la severidad de una mastitis causada por este microorganismo. Este agente responde bien al tratamiento, en caso de ser este necesario. La prevalencia en un rodeo de este germen da en general altos RCS e inclusive altos conteos bacterianos en el tanque de la leche. Mycoplasma bovis: se sospecha de este microorganismo cuando los cultivos microbiológicos de leche procedente de varios cuartos con síntomas clínicos dan resultado negativo; cuando no hay respuesta a los antimicrobianos; cuando se encuentra más de un cuarto afectado a la vez, se reduce marcadamente la producción individual o se observan secreciones serosas por los pezones. La leche luego puede ser normal y la vaca continuar eliminando micoplasmas y siendo fuente de infección. No hay tratamientos efectivos contra esta patología, y si no pueden ser eliminadas las vacas afectadas, deben separarse y ordeñarse al finalizar el mismo. Corynebacterium bovis: han sido reportados casos de mastitis en rodeos donde no se practica sellado post ordeñe. En general solo causa un ligero aumento de los recuentos de células somáticas, pero puede diseminarse si no se practica el secado terapéutico. Medio ambiente: las fuentes más importantes de los microorganismos del medio son los alrededores donde vive la vaca, teniendo acceso al interior de la ubre en el intervalo entre ordeños. Streptococcus ambientales: se encuentran en el medio ambiente y en el tracto intestinal de la vaca. Las infecciones son comunes en el período seco, siendo el período de mayor susceptibilidad dos semanas después del secado y dos semanas antes del parto. En vacas adultas, la incidencia aumenta en forma progresiva. También son elevados los casos al principio de la lactancia. Coliformes: dentro de este grupo las más comunes son: Escherichia coli , que habita el tracto intestinal de la vaca y Klebsiella pneumoniae que vive en el suelo. El número de coliformes generalmente es menor en los meses de invierno y mayor en el verano. El período de susceptibilidad es similar al estreptococo ambiental. Las infecciones por coliformes pueden suceder por descuidos en el tratamiento de secado, por mantener las vacas en un ambiente contaminado durante el período seco, partos en áreas contaminadas y por no ordeñar lo suficientemente rápido después del parto. Oportunistas: se encuentran en la superficie de la ubre y pezones. Staphylococcus (excepto el aureus): las infecciones no son severas, aumentando muy poco el conteo de células. La incidencia es mayor en el período seco. CONTROL DE LA MASTITIS Se puede realizar un seguimiento de los rodeos a través del análisis de muestras de leche haciendo RCS seriadas, tanto en tanque como individuales, para saber cuando y como actuar. No olvidar que existen situaciones donde los conteos se elevan independientemente de la presencia de nuevos casos (por ejemplo producciones de leche muy bajas, por debajo de los 5 lts. diarios). Recordemos que parte de las infecciones se curan solas (25-30%); en lo que hace a la terapia tengamos en cuenta que la curación es fácil si se toma muy a tiempo porque los antibacterianos pueden llegar bien al foco; y por el mismo motivo es difícil si ya los lugares están bloqueados o con gérmenes encapsulados (sobre todo el Sptaph.aureus); en general se puede decir que por tratamiento en lactancia se curan un 10-30 % de las causadas por Staph.aureus y un 70-80% del Strep. agalactiae. Como en las mastitis agudas se bloquean los conductos, es importante el uso de antiinflamatorios y de antibióticos por vía parenteral (inyectables) para lograr una mejor llegada al foco de infección. A los efectos de interpretar los síntomas, tengamos en cuenta que una curación, aún con detección temprana y uso adecuado de fármacos no se logra en menos de 4 días. Una alternativa posible en un cuarto recurrente es tratarlo una última vez con antibiótico para vaca en ordeñe y dejarlo de ordeñar, ordeñando solo los otros; el cuarto se sigue cargando unos días pero termina por secarse, siendo común que la vaca llegue al mismo nivel de producción que tendría si no se hubiera enfermado. Descarga a mano cada 2-3 horas y masajear la ubre es óptima terapia; se puede recurrir a la ayuda de oxitocina inyectable para este efecto (recordemos que son las toxinas producidas las que hacen mas daño; si las removemos no pueden hacerlo). Tratamiento de secado a todas las vacas o tratamiento selectivo dependiendo de la historia de cada vaca. Es recomendación de los investigadores neocelandeses tratar al secado toda vaca que haya tenido conteos superiores a 150000 céls./ml, y toda vaquillona que hubiera superado en algún conteo 120000 céls./ml. Los mismos preconizan tratar todas las vacas del rodeo si los conteos del tanque superan las 400.000 céls./ml. El secado debe ser abrupto, con restricción alimenticia y acceso libre al agua. La infusión intramamaria debe realizarse luego del último ordeño, con un pomo por cuarto (todos) y no debe repetirse. Es fundamental la perfecta higiene y estricta mecánica de trabajo al realizar la infusión, de no ser así los resultados pueden ser nefastos para el futuro productivo de la vaca. Se recomienda especialmente utilizar pomos de cánula corta, o en su defecto no introducir más de 3 mm en el canal del pezón aquellos de diseño mayor. Recordemos que la leche con antibiótico no debe ir a la fábrica y que la leche con abundancia de gérmenes de mastitis, si se usa en guachera puede generar mastitis latente que se manifestará en el primer parto. El tratamiento al secado es una herramienta altamente satisfactoria, ya que se logran porcentajes de curación de casos muy superiores a los logrados con tratamientos en la lactancia, y además se previene la aparición de nuevos casos en dos de los tres momentos de mayor susceptibilidad de la vaca, como son los 15 primeros días luego del secado y los días previos y posteriores al parto. La bibliografía confiable cita que con terapia al secado se curan un 30-70% de las mastitis por Staph.aureus y un 70-90% de las por Strep.agalactiae. Por último, una tecnología nueva que está resultando exitosa para aquellos tambos que tengan alguna incidencia de mastitis enseguida del parto en vaquillonas es la propuesta de tratar las mismas a los 45-60 días preparto con pomos de tratamiento de vaca seca. ¿ COMO PREVENIR LA MASTITIS ? Recordemos que los períodos de mayor peligro son los 10-14 días antes del parto y los primeros 15-20 días de lactancia; así como las primeras dos semanas luego del secado. Como se dijo en un principio, la mastitis depende de la interacción de varios factores, por ello es importante hablar de cada uno de ellos, comenzando por el recurso humano dedicado a la tarea del ordeñe; tenemos que ser conscientes de que su misión es obtener un producto de excelente calidad destinado al consumo humano; para ello es necesaria una capacitación constante, de forma que puedan tomar sus propias decisiones en los problemas que pueden plantearse. Con el mismo fin se debe estimular el sentido de sentirse parte de la empresa y lograr identificación y consenso con los objetivos de ésta (en otras palabras, ponerse la “camiseta”). Para ello es necesario que el empresario genere un clima donde la jerarquización laboral vaya de la mano de reconocimientos adecuados (remuneración justa, condiciones dignas de vida, compartir responsabilidades, etc). Con respecto a los animales, éstos deben tratarse en forma correcta, minimizando situaciones de estrés que predispongan a contraer infecciones; ayuda también recurrir a una genética adecuada en lo que a constitución de ubres se refiere, así como en mansedumbre y rapidez de ordeño. En lo que hace a selección, es fundamental ir descartando las vacas con mastitis crónicas y/o que presenten reiterativamente altos recuentos, para ello hace falta un control al menos de 4 veces en lo largo de la lactancia de RCS vaca por vaca. También de ser posible es prudente ir eliminando las vacas con ubre descolgada o con cuartos perdidos, que cuanto menos complican el ordeño, también las vaqs. con pezones muy chicos que son casi garantía de futuros problemas por deslizamientos o trepado de la pezonera. Una medida útil de prevención, dado que el peligro de infección aumenta en las dos semanas post. secado es llevar estas vacas al tambo una vez por semana durante este período y revisar las ubres (sin ordeñar los pezones para no remover el tapón de queratina), para verpalpar si no se está desarrollando mastitis algún cuarto; en caso positivo convendrá hacer tratamiento de antibiótico de secado en los cuatro cuartos. Antes del parto, en la etapa de vaca seca es útil pelar o flamear las ubres para contar con una superficie mas fácil de mantenerse higiénica. Considerando el tiempo que tarda en cerrarse el esfínter del pezón, conviene evitar que se echen en superficies sucias en las primeras 2 horas de terminado el ordeño. Con respecto a las instalaciones, son importantes las calles con mínimo barro para evitar que se ensucien las ubres; los pisos de hormigón suficientemente ásperos para evitar resbalones que llevan a golpes en la ubre y sobre todo la ausencia de pequeñas pérdidas de electricidad que son detectadas por las vacas con el consiguiente malestar. Al principio de la lactancia, en que las ubres se encuentran más delicadas, puede ser conveniente bajar algo el nivel de vacío, por ej. en una maq. linea media 44 kpa. Otro motivo común de mastitis es una incorrecta mala alineación del punto de ordeñe con el eje de la vaca, que hace que el tubo largo de leche tire de la garra haciendo que algunas pezoneras ordeñen más rápido que otras, lo que lleva a cuartos que se descargan antes y sufren sobreordeño luego. Evitar las malas prácticas de manejo (por ejemplo retiro de pezoneras sin cortar vacío, “el apoyo”, etc) y el uso de selladores mal formulados; es decir, cualquier acción que agreda los tejidos del esfínter, lesionándolos y haciéndoles perder estructura y funcionalidad. De esta manera se predisponen a la invasión de gérmenes. Otro aspecto importante es la elección de una adecuada rutina de ordeñe que se adapte a cada sistema. Lo importante de ésta será que siempre se ordeñe un pezón suficientemente limpio y seco. De nada sirve lavar si luego no son secados los pezones, esta mala práctica aumenta el % de deslizamientos y el escurrido del agua, la que se junta entre la copa y el pezón y va a aumentar la carga bacteriana de la leche (llamada “agua mágica porque desaparece al final del ordeño). La adopción de la rutina completa (EEUU o Europa) o de la simplificada (N.Z. y Australia), dependerá de varios factores como: estado de accesos y callejones del tambo, conformación promedio de las ubres, uso o no de parcelas o plazoletas de confinamiento, comportamiento del clima, nivel de capacitación de los responsables, etc. En caso de sospechar que existe un cuarto con mastitis clínica (por grumos en el filtro de leche por ejemplo) una forma de detectar el cuarto sin demorar la rutina simplificada es sacar los primeros chorros de un cuarto por ordeño; de esta manera a lo sumo en dos días (cuatro ordeños) uno ha detectado el cuarto problema. Cualquiera sea la alternativa elegida, la vaca debe salir de la sala de ordeño con sus cuatro pezones completamente bañados por un sellador adecuado en su composición. Esto hará a la prevención de nuevos casos de mastitis y al mantenimiento de pezones sanos e íntegros. El sellado postordeñe es de por sí el factor que mas ayuda a prevenir las nuevas infecciones; la literatura indica que esta práctica las reduce en un 50%. En aquellos animales (sobre todo vaquillonas) demasiado bien alimentados en el pre-parto, puede suceder que empiecen a gotear leche antes del mismo, facilitando la entrada de los gérmenes por el canal abierto; en estos casos, la bibliografía aconseja empezar a ordeñarlas desde este momento, teniendo en cuenta que al parir el calostro no será del nivel inmunológico que necesita el ternero, el cual deberá recibir calostro de buena calidad de otro origen. La supervisión periódica del funcionamiento de la máquina de ordeño no debe faltar, ya que ésta también puede participar de la aparición de nuevos casos y en la duración de estos si opera inadecuadamente. Por ejemplo, es sabido que los incorrectos niveles de vacío, tanto en más como en menos, son perjudiciales. Un exceso puede provocar desde sobreordeño hasta lesiones en la punta del pezón y/o anillos congestivos en la base de estos dificultando el ordeño. Por otra parte, los bajos niveles de vacío por mala regulación, subdimensionamiento de la reserva o mal funcionamiento de los reguladores (escasa sensibilidad), dan como resultado subordeños (caldo de cultivo para infecciones y aumento de la presión interna de la glándula con involución parcial de esta y pérdidas de producción), deslizamientos y caídas de las unidades con peligro de retroimpactos (“jets”) y aparición de nuevos casos o afección de cuartos sanos en vacas enfermas. Otro elemento a considerar es el buen estado de las pezoneras, ya que las que sobrepasan su vida útil o se dañan, alteran el buen ordeño con deslizamientos, disminución de la velocidad de ordeño, agresión a los pezones, etc. Además al irse agrietando se vuelven fuentes de contaminación por ser colonizadas sus grietas con bacterias difíciles de remover con el lavado.