EL OLOR DE MI MASCOTA ES NORMAL?. En muchas ocasiones nuestra mascota tiene un olor peculiar y aunque lo bañemos no se le quita el olor, esto es debido en la mayoría de las ocasiones por unas glándulas que están en la base del ano, también son conocidas como sacos anales, estas son dos pequeñas glándulas que están situadas a ambos lados del ano, miden alrededor de un centímetro de diámetro, situados abajo de la abertura anal, estas glándulas producen una sustancia que se secreta a través de conductos dentro del recto cuando la presión es aplicada en las glándulas, comúnmente por el paso de heces. Esta sustancia suele ser una sustancia líquida, de color marrónamarillento tiene un fuerte olor que es muy desagradable a los seres humanos pero muy útil a los animales para marcar su territorio. En los animales sanos, las bolsas anales son vaciadas regularmente por el paso de las heces. De éste modo, añade una clara señal olfativa para los otros animales a las heces. Además, en una situación de extremo miedo un perro o gato puede vaciar estas glándulas. De esta manera, su entorno es disuadido por el típico mal olor del contenido de las glándulas anales. ¿Qué puede salir mal con las glándulas anales? En nuestras mascotas, las glándulas anales pueden causar a menudo problemas de salud. Síntomas Los perros a menudo tienen problemas con sus glándulas anales, en los gatos también vemos este tipo de problemas, pero son mucho menos frecuentes. Los problemas suelen comenzar con que las bolsas se llenan en exceso. La causa de esto es a menudo confusa, pero puede deberse a una diarrea o a un (temporal) cierre de las aberturas de salida por un trozo de contenido más grueso de lo normal. Una posición (debido a, por ejemplo, exceso de peso) o diámetro anormal de las aberturas de salida podría desempeñar un papel, pero probablemente la irritación de la zona perianal debida a una infección, y la siguiente inflamación de la mucosa anal de las bolsas, es la causa más frecuente. A menudo los problemas son persistentes y reaparecen una y otra vez. Las secreciones anales de la glándula no se lanzan a veces naturalmente y se acumulan provocando que se espese la secreción y por lo tanto la obstrucción del conducto y a veces incluso a la infección y abscesos. Usted pudo haber visto su mascota con su cola para arriba, arrastrando el trasero a través del piso. Esto es un intento de aliviar la presión y el malestar de glándulas anales afectadas y se llama “hacerse cochesito” puede causar daño al ano e indica que su mascota está teniendo apuro con sus glándulas anales y necesita un cierto tipo de intervención; en ocasiones se confunde con la parasitosis, por ello es importante consultar a un veterinario para diferenciarlo. Cuando las bacterias encuentran una manera de entrar en las glándulas, la infección puede ocurrir y llevar a un absceso. Su mascota puede lloriquear o gritar al intentar defecar, esto debe alertarle a la posibilidad de infección. Esto se manifiesta como una hinchazón dolorosa y fluctuante, pero a menudo el absceso ya está roto y se ve una especie de pequeño cráter. Además, en la zona anal pueden aparecer fístulas anales. Estos se originan por lo general en la glándula anal, pero no siempre. Por último, también es posible que exista un tumor en el área alrededor del ano (el tumor benigno de las glándulas perianales que va creciendo bajo la influencia de la testosterona ó el Circum-carcinoma de la glándula anal, un tumor maligno con consecuencias potencialmente graves). Prevención y tratamiento Las glándulas anales deben ser palpadas y exprimidas regularmente cuando sea necesario para vaciar la acumulación de secreciones de la glándula. Esto se puede hacer por su veterinario, o también por usted solo debe de conseguir la destreza de esto no es difícil especialmente una vez que le han demostrado la técnica. Para exprimir las glándulas anales de su animal doméstico utilice sus dedos o un pulgar y un índice para aplicar suavemente presión de cualquier lado de la abertura anal en el exterior de las glándulas. Presione hacia adentro y hacia arriba y usted debe ver el líquido. Después de vaciar las glándulas infectadas es posible enjuagarlos con un producto desinfectante. Si hay una infección aguda, se puede introducir una pomada con un antiinflamatorio y un antibiótico en las bolsas anales. Puede incluso requerir un tratamiento con un antibiótico oral, siempre consulte a su veterinario antes de medicar a su mascota. Si existe un absceso éste debe ser abierto, y enjuagado. Si los problemas son recurrentes será necesaria una intervención quirúrgica mediante la cual las glándulas son eliminadas por completo. Esta intervención es un buen método para liberar a su animal de los desagradables problemas recurrentes. Nunca optamos de entrada por una intervención porque ésta no es completamente sin riesgo. Además del siempre presente riesgo de la anestesia, hay un muy pequeño riesgo de incontinencia de las heces, ya que se opera cerca del esfínter del ano. Una dieta alta en fibra también ayudará a prevenir el impacto pues los movimientos de intestino sanos exprimirán las glándulas naturalmente. 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