Discurso del presidente de FEMEVAL- Vicente Lafuente ACTO DE ENTREGA XII EDICIÓN DE LOS PREMIOS FEMEVAL 12 de noviembre de 2013 Hble. Conseller de Economía, autoridades empresariales, políticas y sindicales, Universidades, miembros del Comité Ejecutivo de FEMEVAL, empresarios y empresarias, estimados amigos y amigas: Todas las historias de ficción o de la vida misma tienen una estructura similar y sencilla. Esto es, un planteamiento, un nudo y un desenlace. Una fórmula que siempre se repite y siempre funciona. El planteamiento es lo que pasa al principio. Lo que introduce a los personajes. Lo que te va preparando para lo que ocurrirá después. Sin el planteamiento, la obra no se entiende. Así surgen las empresas. De una idea, de una necesidad o de una ilusión por emprender algo. El nudo es la acción. El cuerpo de la historia. Dónde pasan las cosas. La acción de las empresas es su día a día, con sus más y con sus menos. Es la parte más importante, pero que no tiene mucho sentido sin el resto, porque si el planteamiento no es el adecuado, los productos o servicios no funcionan. Y el desenlace es el final, donde se resuelve todo y termina la historia. En nuestro caso, es el éxito o el fracaso de una empresa. 1 Tenemos hoy, ante nosotros, seis ejemplos de buenas historias con un acertado planteamiento, un gran nudo y un excelente desenlace. Como presidente de FEMEVAL, y en representación del sector al que pertenecéis, os traslado nuestra más sincera admiración por vuestra capacidad y tenacidad. Vuestra actitud y coraje nos anima como federación a seguir avanzando desde la postura del diálogo y la colaboración. El contexto en el que habéis desarrollado vuestra actividad ha sido en los últimos años absolutamente hostil. Si analizamos los titulares que los medios han plasmado de los mensajes que desde Femeval hemos transmitido desde el inicio de la crisis (la falta de acceso a la financiación a empresas y particulares, la imposibilidad de sostener el peso de unas administraciones sobredimensionadas, la falta de una política energética sostenible económicamente, un debate político que aumenta las tensiones en vez de ofrecer soluciones, la morosidad de las administraciones, unas relaciones laborales más flexibles, un apoyo claro al sector industrial) y son sólo unos ejemplos, nos daremos cuenta que, sabiendo cuáles eran los problemas, en muy pocos casos hemos avanzado en la línea de lo que se necesitaba, e incluso en algunos se ha empeorado la situación como por ejemplo la escasa financiación o las continuas luchas entre los partidos políticos que agravan la situación de la sociedad 2 Todos somos conscientes de que, afortunadamente, empiezan a aparecer algunos datos macroeconómicos, que nos permiten hacer pensar que estamos en un punto de inflexión. Y que podemos aspirar a ser moderadamente optimistas. Dos claros ejemplos son los de dos de nuestros sectores de referencia, el de fabricación de componentes de automoción y el de maquinaria y bienes de equipo, amparados fundamentalmente, de forma directa o indirecta, en la venta exterior. Pero también sabemos que este repunte no ha podido llegar aún a la microeconomía, a miles y miles de empresas y familias, que dependen del mercado doméstico, y que necesitan imperiosamente soluciones. Y las necesitan ya. Dos de las peores secuelas que nos está dejando esta crisis, son, por un lado, la precariedad extrema a la que están llegando muchas pequeñas y medianas empresas, y en segundo lugar, la pérdida de la clase media empresarial. ESTAMOS DEJANDO QUE SE PIERDA LA CLASE MEDIA EMPRESARIAL, un lujo que no nos podemos permitir. 3 Esta crisis, lejos de ser otro ciclo de declive económico, está marcando un antes y un después en nuestro tejido empresarial que está viendo cómo se acentúan las desigualdades. Las grandes empresas cada vez son más grandes, lo que es una sensacional noticia, pero las pequeñas son cada vez más pequeñas. Y esto es un hándicap para implementar políticas de innovación, cooperación e internacionalización. Todos los que habéis paseado por el centro de Valencia habéis podido comprobar la imagen desoladora que ofrecen los locales cargados de carteles de se alquila o se vende. Un panorama que se repite en los polígonos industriales. ¿Y qué debemos hacer en esta situación? Actuar. Porque ya no es tiempo de las palabras, ni de titulares más o menos impactantes. Hay que tomar decisiones importantes, y hay que tomarlas ya. Pedimos, y queremos aportar sentido común, agilidad y transparencia en la toma de decisiones. Las palabras tienen que convertirse en medidas eficaces y actitudes proactivas que resuelvan los temas pendientes, para salir del estado letárgico en el que estamos inmersos. No tenemos tiempo para burocracias limitadoras del crecimiento y de la actividad empresarial, ni para políticas largoplacistas. Son 4 muchas las empresas y ciudadanos que no pueden aguantar más, y que esperan, junto a la necesaria austeridad en la gestión pública, que se promuevan políticas de estímulo de la actividad económica y todo lo que la misma conlleva. Todos los que estamos aquí somos conscientes que sólo con medidas de austeridad nuestro barco no sale a flote. No puedo resistirme a compartir esta reflexión con vosotros. Sabéis que en los últimos tiempos está en boca de todos la figura del emprendedor. La nueva ley lo define como aquella persona, física o jurídica, que desarrolle una actividad empresarial o profesional en los términos que la misma recoge. Que es necesario crear nuevas empresas, es algo que la sociedad necesita. Que el espíritu emprendedor hay que apoyarlo y fomentarlo, ¿quién puede no estar de acuerdo? Pero no olvidemos, que el verdadero emprendedor, no es tan sólo el que crea una nueva empresa. Existen miles de empresarios, con empresas constituidas desde hace muchos años, que día a día tienen que innovar, redefinir sus empresas, mantenerlas con su esfuerzo, y la mayoría de las veces a duras penas. 5 Y que también aspiran a que el legislador les apoye en su desarrollo, crecimiento e internacionalización como a los nuevos emprendedores, y a los que, además de apoyo, bien les vendría también un poco de reconocimiento. Un factor distorsionador de los costes de producción, y por tanto, de la competitividad empresarial, es la recientemente aprobada reforma energética, con la que todos los ciudadanos y empresas vemos aumentar nuestros costes de una manera desmesurada, mucho nos tememos que para compensar un déficit de tarifa, que casi nadie comprende y, desde luego, nadie comparte. Es una legislación absolutamente rechazable por muchos motivos. Tira por tierra la eficiencia energética por la que tanto hemos trabajado, cuando penaliza, no sólo el consumo, sino también la contratación, con el único fin recaudatorio de compensación a las grandes empresas distribuidoras. Desincentiva la posibilidad de cualquier ciudadano de contratar una instalación en régimen de autoconsumo, que elevaría las tasas de eficiencia energética, y supondría un balón de oxígeno importante para el sector de instalaciones eléctricas, eficiencia energética y bienes de equipo relacionados, que suponen más de 3.000 empresas y 15.000 trabajadores sólo en nuestra Comunidad. 6 Y sobre todo, como decía, es un coste añadido brutal a los gastos de nuestras empresas. Hemos defendido, y con razón, desde las organizaciones empresariales, la importancia de la moderación de los costes laborales, y hemos dejado que nos impongan unas tarifas energéticas que, en el caso de las industrias, suponen un ataque directo a las cuentas de explotación. Otro factor importantísimo para el correcto desarrollo de nuestras empresas es la formación. La formación en todos sus ámbitos. Como veremos después en nuestro Plan Industrial, el factor humano es esencial para poder aportar conocimiento a nuestras empresas. En primer lugar, la formación continua, aquella que impartimos a nuestros empresarios y trabajadores, que se ha convertido en un valor estratégico que no podemos perder ni minusvalorar. Necesitamos que el ministerio sea consciente de la importancia de este modelo formativo, y no retrase las negociaciones del V Acuerdo Nacional de Formación, tan necesario, y acepte que el 0'7 % que pagamos entre las empresas y los trabajadores, es un fondo claramente finalista, como lo avalan numerosas sentencias constitucionales. La otra formación en la que es imprescindible incidir es la Formación Reglada. Aquella que reciben todos los alumnos desde sus primeros años, hasta que acaban cualquier ciclo formativo. Estamos creando en la juventud, una incertidumbre continúa, con los constantes cambios 7 que suponen las diferentes reformas educativas que llevan a cabo todos los Gobiernos. Necesitamos un modelo educativo de largo recorrido consensuado por todos los partidos, dejando atrás ideologías, y que de estabilidad a sistemas eficaces de educación, preparando personas, que además de conocimientos, puedan aportar capacidad de trabajar en equipo, espíritu emprendedor, visión global, idiomas, o capaces de aprovechar las nuevas tecnologías. Quisiera centrarme ahora en tres temas relacionados con nuestra Administración Autonómica: la deuda con las empresas y organizaciones empresariales, la reorientación y reestructuración de los institutos tecnológicos y nuestro Plan Industrial del Metal, recién aprobado por nuestros órganos de gobierno. Respecto a la deuda, quiero empezar reconociendo el esfuerzo de la Generalitat por intentar ponerse al día de los pagos atrasados. Es verdad que, junto con los planes de pago a proveedores, la situación de la deuda de años anteriores ha mejorado. Pero también es verdad, que las organizaciones empresariales hemos hecho un enorme sacrificio por ajustar nuestras plantillas y reorientar nuestro modelo de negocio hacia presupuestos de equilibrio económico. Todo ello tomando en consideración únicamente los ingresos propios de la actividad desvinculados de subvenciones de carácter no finalista. Y ese esfuerzo merece ser recompensado, no con subvenciones futuras, 8 pero sí con el pago de las pasadas, que han supuesto, en nuestro caso, un gran desembolso económico, con las lógicas tensiones de tesorería y gastos financieros que acaban repercutiendo, y esto es lo más preocupante, en la prestación de servicios a nuestros asociados. El segundo tema es la preocupación por el futuro de los Institutos Tecnológicos y, en particular, de Aimme. Anteriormente me refería a la necesidad de promover políticas de estímulo de la actividad económica, y todo lo que la misma conlleva. También a la Investigación, el Desarrollo y la Innovación. Conseller, le pedimos a la Generalitat que hoy representas en nuestra casa, que crea en la potencialidad de los Institutos Tecnológicos, como palancas de crecimiento de las empresas. No se comprende un sector como el metalmecánico sin un instituto de referencia como es AIMME. Somos conscientes de que los tiempos han cambiado, y que los Institutos tienen que evolucionar. Como sector ya estamos trabajando con otros centros para definir un modelo económico que sea viable para los tiempos que se avecinan. En esta tarea requerimos del apoyo de la Administración, porque la inversión en innovación es innegociable. Es tiempo de afianzar lo logrado, y no de destruir la 9 herencia que nos han dejado las generaciones anteriores, y que tanto les costó levantar. Antes de hablar del Plan Industrial, permitidme que de unas cifras de lo que representa el sector metalmecánico. La industria, las instalaciones, el comercio y la venta y reparación de vehículos suponen el 10,77% de la población ocupada valenciana. La industria metalmecánica representa el 27,3% del total de industrias. Las exportaciones el 34,1% y el empleo, la producción y las exportaciones industriales del metal han crecido comparativamente con el total industrial valenciano en el período 1999‐2012. En relación al Plan Industrial propio, que hemos desarrollado, y para hacer realidad el mismo, hemos tenido en cuenta el contexto europeo, estatal y autonómico, estableciendo una coherencia con los principios y objetivos que marca la Estrategia Europea 2020, el Plan Integral de Política Industrial 2020 del Ministerio de Industria y la Estrategia de Política Industrial de la Comunidad Valenciana EPI Visión 2020. Con él, pretendemos asegurar el futuro de cerca de 27.500 empresas y 152.000 trabajadores de la Comunitat Valenciana. Un Plan que hemos trabajado y consensuado con nuestro sector, y que es fiel reflejo del nuevo escenario en el que deberán desenvolverse nuestras empresas. 10 El plan, estructurado en cinco capítulos, contiene una descripción del sector cuantitativa y cualitativa, un diagnóstico, un análisis DAFO y unas líneas estratégicas, con sus correspondientes objetivos. Los cinco ejes que Femeval considera estratégicos son: Potenciar el crecimiento empresarial. Valorar a las personas como factor clave de éxito. Diversificar los mercados geográficos y tecnológicos. Desarrollar y adoptar tecnologías que aumenten la competitividad de las empresas. Y finalmente fortalecer las acciones que Femeval debe emprender para mejorar las condiciones del entorno para, con ello, facilitar la actividad empresarial. Con estos mimbres estamos en disposición de cooperar con otras organizaciones e instituciones empresariales de nuestro ámbito y entorno que quieran, al igual que nosotros, vertebrar un nuevo mapa organizacional. Un mapa más fuerte, más unido, más eficiente y más representativo de las empresas de nuestra Comunidad, liderando servicios de alto valor añadido y cuya capacidad de interlocución sea incuestionable. Conseller, tenemos un Plan. Conoces cuál es el peso específico del 11 metal en nuestra economía y nuestro papel como generadores de empleo de calidad. Sabes que somos un motor primario de desarrollo de otros sectores. Y que tenemos una cantera de innovación, crecimiento y yacimiento de empleo para los jóvenes. Por lo tanto nos sentimos con la suficiente fortaleza y autoridad moral para demandar que nuestras reivindicaciones no caigan en saco roto. Esperamos que entre todos seamos capaces de no desaprovechar más oportunidades. Ojalá que esta sea la última ocasión en la que tengamos que poner sobre la mesa nuestras solicitudes. Sinceramente, necesitamos dar un giro a nuestros mensajes, y salir del bucle en el que estamos instalados. Confío en que el discurso de 2014 sea diferente. El tiempo nos dirá si las palabras han dado lugar a nuevas oportunidades. Muchas gracias, y cedo la palabra al conseller para que clausure el acto. 12