Conferencia Internacional VIF 2010-05-06 Efectos de la guerra y la ocupación en la biodiversidad Hanna Amireh, Buró Político del PPP, Palestina Señoras, Señores. Queridos amigos. Muchas gracias por darme la oportunidad de hablar frente a este respetable foro. Creemos que es muy importante discutir un asunto tan importante como los efectos de la guerra y la ocupación en la biodiversidad de Palestina. En efecto, la comunidad internacional está prestando una atención nula al estado de la naturaleza y de los recursos naturales en las áreas de tensión incluyendo el opt. Dados los desastres humanos hay cierta reticencia a enfocar las consecuencias ambientales. Los 43 años de ocupación han infligido efectos terroríficos. La guerra agresiva y brutal en Gaza muestra un ejemplo muy claro de los daños colaterales contra toda la población. Nuestra preocupación es cómo conservar los recursos naturales y la biodiversidad bajo la ocupación. Lo primero que tenemos que saber es que la vida de Palestina depende de las materias esenciales y servicios provistos por la variedad de genes, especies poblaciones y ecosistemas. Los ecosistemas naturales proveen apoyo a las activdades humanas como la agricultura, la forestación, crianza de animales, productos medicinales tradicionales y farmacéuticos, turismo y muchos otros. Estos son esenciales también por el efecto estabilizador en los ecosistemas y la protección integral de a todo nivel del medio ambiente. Por supuesto, la realidad es totalmente diferente. En cuanto a las reservas naturales en el Banco Occidental enunciadas por los israelíes, los palestinos sólo tienen acceso a un 15% de estas reservas. De la misma manera, el ejército israelí las ha utilizado como campamentos de entrenamiento y para otros propósitos militares, en total contravención con los reglamentos ambientales internacionales sus marcos y estandares. A través del muro del apartheid, zonas militares cerradas y la proclamación de “reservas naturales”, Israel le niega a Palestina el acceso a casi el 50% del Banco Occidental incluyendo la tierra más fértil y reservas acuíferas muy importantes. Más de 1,5 millón de árboles han sido arrancados desde el 2000 y la cosecha es un azar contínuo para los granjeros palestinos que contínuamente sufren ataques de los colonos así como frecuentes negativa a accecder a sus propias tierras. El agricultor se enfrenta a largos transportes y horas extenuantes en los puestos de control que muy a menudo terminan con la pudrición de los productos bajo el sol. Esta implementación sistemática de restricciones presenta una guerra sin fin contra los granjeros palestinos y la soberanía alimentaria. Bajo estas condiciones, los proyectos de negocios agrarios propuestos que demandan una gran cantidad de trabajadores y la posibilidad de transportar la cosecha estan destinados a fallar o a aumentar la dependecia palestina del sistema de permisos israelí. Desde 1967, Israel ha confiscado todas los recursos acuíferos, se niega a entregarle a la Autoridad Palestina su derecho legal a compartir las aguas del río Jordán y prohibe a los granjeros palestinos cavar en busca de nuesvas fuentes de agua en la zona. Por tanto la Autoridad Palestina no tiene otra posibilidad que comprar agua a Mekorot, la compañía de agua israelí que controla las fuentes de agua en el Valle del Jordán. Aún esta solución presenta obstáculos relacionados a los problemas de agua que sufre la región Los asentamientos israelís son los mayores depedradores del medio ambiente palestino debido a la aguas residuales y residuos sólidos que derivan hacia las tierras de cultivo palestinas. Los asentamientos israelíes producen alrededor de 40 millones de metros cúbicos de aguas servidas al año. Sólo se recicla un 10% mientras que el resto se vierte en distintas áreas palestinas del Banco Occidental. Por ejemplo, 30 mil metros cúbicos de aguas servidas se vierten a diario en el área de in-Wadi al Nar al sur de Jerusalen desde los asentamientos de Jerusalen oriental. Más aún, los asentamientos también poluyen el ambiente vertiendo o enterrando residuos sólidos en las zonas palestinas. De acuerdo a las estadísticas oficiales israelíes, mil toneladas de residuos sólidos se desechan a diario en forma ilegal en el Banco Occidental. A ésto se le suma el depósito ilegal de resiudos sólidos que los asentamientos hacen en zonas de vertidos en el país palestino. Uno de los vertederos más grandes está próximo a la locación llamada Abu Dis, al este de Jerusalen. Se estima que que tiene una extensión de 3 mil dunums y es utilizada específicamente por los asentamientos de Jerusalen oriental. Otro factor que daña el medio ambiente palestino son los desechos químicos, incluyendo toxinas como el aluminio, el zinc, el mercurio, el cadmio y otros químicos líquidos y gases venenosos producidos por las fábricas israelíes en los asentamientos. Este desecho es vertido, enterrado o quemado en las zonas palestinas causando el incremento de los porcentajes de enfermedades, especialmente el cancer en las zonas cercanas a estas fábricas. Por ejemplo, al sur de la ciudad de Tulkarem al norte del Banco Occidental, hay un porcentaje alto de enfermedades de la piel, de la sangre y de las vías respiratorias atribuídas a la cercana fábrica química israelí Geshuri. En la franja de Gaza la situación es un completo desastre. Las últimas cifras muestran que la biodiversidad está enfrentando una catástrofe real. El porcentaje de polución está en su máximo exponente especialmente en el agua. Todos pueden imaginar cuáles son las consecuencias a corto plazo ... y lo que significa a largo plazo. ... El deterioro de la calidad del agua en la franja de Gaza está creciendo más y más hasta llegar a un nivel fatal. El agua sin potabilizar hace que la población se enferme. La falta de agua significa que los precios suben. La situación común en la ciudad de Gaza es por ejemplo que más de un millón de residentes tienen que descargar las aguas servidas de sus hogares en una pileta de retención al norte de la ciudad donde la acumulación de las mismas ha llevado a que la pileta se ha desbordado en varias oportunidades inundando las cercanías habitadas y los campos de cultivo. La evacuación del desperdicio humano y de los residuos sólidos en Gaza es por tanto un gran problema. El quid de los desperdicios sólidos en terminos de recolección aumenta, la inhabilidad para transferir y el uso ilegal de lugares de relleno sanitario tanto en Gaza como en el Banco Occidental está causando serios daños en el medio ambiente. Por ejemplo, Japón, a través del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, ha donado más de un millón de dólares para la compra de 22 caminones de basura nuevos para Gaza. Esto fue en el 2008 y desde entonces Israel no permite la entrada de estos caminos a Gaza. Todas estas cifras juntas con el sitio a Gaza, encerramientos, puestos militares de control en el Banco Occidental, el muro del apartheid, los asentamientos, etc. muestran la extensión de la amenaza ambiental a la que se enfrentan las áreas palestinas, la polución de los acuíferos palestino y la desertificación de la tierra Palestina. Israel tiene que responder por ello. Por supuesto, la comunidad internacional ignora la realidad que afecta adversamente al medio ambiente palestino. Si el mundo después de Copenhagen quiere cambiar el sistema, no el clima, nosotros en Palestina queremos un fin inmediato a la más larga ocupación de la historia moderna, la ocupación israelí. Pedimos un comité internacional de investigación para aclarar la política israelí de asesinar a nuestro entorno (medio ambiente). Hacemos un llamado a la comunidad internacional a cumplir con sus compromisos y obligaciones morales para apoyar a los palestinos a establecer sus propio estado independiente y soberano con los límites al 4 de junio de 1967 y solucionando los problemas delos refugiados de acuerdo a la resolución 194. Por último, es obvio que la finalización de la ocupación es el único camino para salvar la biodiversidad en el oPT, y esto es un tema político de primer grado.