LIQUIDOS Y SOLIDOS Propiedades de los líquidos Tensión superficial Los líquidos presentan una propiedad denominada tensión superficial que se manifiesta en la interfase líquido-aire cuando el líquido está en un recipiente abierto. En rigor, es un caso particular de la tensión que se origina en la superficie de separación entre dos fases distintas cualesquiera. Esta propiedad se origina en el hecho de que en el interior de un líquido, cada molécula está rodeada por otras que ejercen sobre ella una atracción prácticamente igual en todas las direcciones. Sobre una molécula de la superficie, en cambio, se ejerce una atracción neta hacia el interior del líquido: Como consecuencia de esta atracción, la superficie del líquido tiende siempre a contraerse hasta presentar un área mínima (la esfera es la forma que tiene el área superficial más pequeña para un volumen dado), comportándose como si estuviera sometida a un estado de tensión, como lo hace una lámina de goma estirada. No obstante, la naturaleza química de esa lámina superficial es exactamente igual a la del seno del líquido. La tensión superficial se manifiesta en el hecho de que cuerpos de mayor densidad que el agua (mosquitos, agujas, polvo, etc.) floten sobre la superficie de un charco, en el ascenso de algunos líquidos y el descenso de otros en el interior de tubos capilares sumergidos parcialmente en ellos, en la formación de gotas de un líquido que se derrama o en el extremo de una bureta, en la formación de meniscos convexos o cóncavos en la superficie libre de líquidos contenidos en pipetas, vasos, etc. La formación de burbujas por agitación de una solución acuosa de jabón o detergente se debe al efecto depresor de la tensión superficial solución-aire (efecto detersivo) del jabón o detergente. Una medida de las fuerzas hacia adentro que deben vencerse para expandir el área superficial de un líquido está dada por la tensión superficial. La tensión superficial es la energía requerida para aumentar el área superficial de un líquido en una unidad de área. Por ejemplo, la tensión superficial del agua a 20°C es de 7,29.10-2 J/m2, lo que significa que es necesario suministrar 7,29.10-2 J de energía para aumentar en 1 m 2 el área superficial de una cantidad dada de agua. El agua tiene una tensión superficial elevada a causa de sus puentes de hidrógeno. La tensión superficial del mercurio es aún mayor (0,46 J/m2) a causa de los enlaces metálicos, más fuertes aún, entre los átomos de mercurio. Las fuerzas intermoleculares que unen moléculas similares unas a otras, como los puentes de hidrógeno del agua, se llaman fuerzas de cohesión. Las fuerzas intermoleculares que unen una sustancia a una superficie se llaman fuerzas de adhesión. El agua colocada en un tubo de vidrio se adhiere al vidrio porque las fuerzas de adhesión entre el agua y el vidrio son más intensas que las fuerzas de cohesión entre las moléculas del agua. Por ello, la superficie curva o menisco, de la parte superior del agua tiene forma de U, como se observa en la parte izquierda de la siguiente figura: En el mercurio, en cambio, el menisco tiene una curva hacia abajo en los puntos en que el metal hace contacto con el vidrio (parte derecha de la figura). En este caso las fuerzas de cohesión entre los átomos de mercurio son mucho más intensas que las fuerzas de adhesión entre los átomos de mercurio y el vidrio. Si colocamos un tubo de vidrio de diámetro pequeño (un capilar) en agua, el líquido sube por el tubo. La elevación de líquidos por tubos muy angostos se denomina acción capilar. Las fuerzas de adhesión entre el líquido y las paredes del tubo tienden a aumentar el área superficial del líquido. La tensión superficial del líquido tiende a reducir el área, y tira del líquido subiéndolo por el tubo. El líquido sube hasta que las fuerzas de adhesión y cohesión se equilibran con la fuerza de la gravedad sobre el líquido. La acción capilar ayuda a que el agua y los nutrientes disueltos suban por el tallo de las plantas. Viscosidad La viscosidad es una propiedad que mide la resistencia a fluir y se manifiesta en toda la masa de la sustancia. Es la propiedad inversa a la fluidez. Los valores de la viscosidad dependen de la naturaleza del líquido y de la temperatura. Con respecto a la primera condición, se reconoce que algunos son poco viscosos como los hidrocarburos livianos líquidos y otros muy viscosos como el glicerol y los aceites minerales pesados. De los primeros se dice que son móviles porque fluyen en forma tumultuosa provocando salpicaduras; en cambio los más viscosos fluyen formando una vena líquida limitada por una superficie continua. Con respecto a la influencia de la temperatura, la viscosidad de los líquidos disminuye exponencialmente con el aumento de la temperatura, lo que se reconoce en la observación habitual de la disminución de viscosidad de un aceite al calentarlo. Se atribuye la viscosidad de un líquido al frotamiento entre las moléculas o las capas vecinas de moléculas cuando se desplazan relativamente. La unidad utilizada para la viscosidad () es el Poise = g/cm.s; el nombre de la unidad deriva del apellido Poiseuille, investigador francés quien hacia 1840 trabajaba en el tema de la circulación de la sangre sobre cuyo mecanismo influye la viscosidad del fluido sanguíneo. El Poise es una unidad demasiado grande de modo que usualmente las viscosidades de los líquidos comunes se expresan en centipoise = 0,01 Poise. Viscosidades de líquidos expresadas en centipoise Líquido 0°C 20°C Agua Metanol Etanol Eter dietílico Glicerol Benceno Nitrobenceno Tetracloruro de carbono Mercurio 1,792 0,813 1,773 0,286 4600 0,912 1,329 1,684 1,005 0,591 1,200 0,234 850 0,652 2,014 0,969 1,547 Estado sólido Al estado sólido se lo califica de perfectamente ordenado. Las partículas de un cristal ocupan posiciones determinadas alrededor de las cuales sólo tienen movimientos de vibración de muy corto alcance. Las distancias entre las partículas son fijas y dependen de la naturaleza química del sólido. El entorno de una partícula de determinada clase es el mismo en cualquier lugar del cristal. El orden cristalino no se circunscribe a una porción del mismo, sino que sus partículas se encuentran distribuidas geométricamente de un modo periódico. En realidad estamos describiendo un cristal perfecto, sistema ideal que no existe en la naturaleza. Lo mismo que los gases ideales, los sólidos ideales perfectos son modelos que se conciben a fin de deducir las leyes que rigen su comportamiento y las ecuaciones que describen su estado. Estas leyes y ecuaciones deben ser luego corregidas para que interpreten las propiedades de los sólidos reales. Los cristales reales exhiben algunos “defectos” que son apartamientos de la estructura ideal. Otras propiedades características de los sólidos son la anisotropía (que consiste en que el valor de algunas propiedades depende de la dirección del cristal que se considere), bajo coeficiente de dilatación (el volumen del sólido varía muy poco con la temperatura), una temperatura de fusión definida, elevada cohesión y casi nula (pero finita y medible) compresibilidad (soporta esfuerzos y sufre apenas un leve cambio temporal de forma). En estado sólido, una cierta porción de sustancia a temperatura dada tiene contenido de energía mínimo con respecto a los otros estados. Sólidos amorfos y cristalinos Se diferencian dos tipos de sólidos: cristalinos y amorfos. Los sólidos cristalinos, que adoptan formas geométricas regulares limitadas por caras planas, tiene átomos, iones o moléculas en posiciones fijas en el espacio, alrededor de las cuales, los únicos movimientos son vibracionales. Los sólidos amorfos carecen de esta regularidad en gran extensión, por estar constituidos por macromoléculas que encuentran dificultad para acomodarse en posiciones fijas. Ejemplos de los primeros son: cloruro de sodio, diamante, hielo; de los segundos caucho, vidrio y cualquier plástico. Estos dos tipos de sólidos poseen algunas propiedades en común y difieren en otras. Entre las primeras se puede mencionar la forma y el volumen propio (las fuerzas de cohesión en el sólido son suficientes como para contrarrestar las fuerzas externas), la densidad que generalmente es mayor que la del líquido correspondiente y la difusión que es extremadamente lenta. Al calentar un vidrio se observa que se ablanda gradualmente hasta que comienza a fluir, mientras que el hielo al ser calentado, mantiene sus propiedades mecánicas hasta que a la temperatura de 0°C y a una atmósfera de presión, comienza a fundir bruscamente mientras la temperatura se mantiene constante durante el cambio de estado. Esta es una de las diferencias entre los sólidos cristalinos y los amorfos, el punto de fusión definido para los primeros y no observable para los segundos. Los sólidos cristalinos, como el cloruro de sodio, son anisotrópicos, esto es que sus propiedades físicas, tales como la resistencia mecánica, índice de refracción, conductividad eléctrica, varían según la dirección en la que se midan. Los sólidos amorfos, al igual que los líquidos y gases, son isotrópicos, es decir sus propiedades son iguales en todas las direcciones. Esto se debe a la falta de regularidad en el ordenamiento de las partículas en los sólidos amorfos, lo cual determina que todas las direcciones sean equivalentes. Es habitual reservar la denominación de sólidos o cristales a los que hemos mencionado como sólidos cristalinos y llamar líquidos de elevada viscosidad a los vidrios, resinas y plásticos que, aunque rígidos y de elevada cohesión, no tienen sus partículas regularmente ordenadas como los cristales, no tienen temperatura de fusión definida y son isótropos. Cristales La distribución de las partículas en un cristal obedece a un patrón llamado el retículo cristalino. Se entiende por tal a un conjunto de direcciones o líneas imaginarias en cuyas intersecciones se encuentran las partículas. Los cristales agrupados en el sistema cúbico adoptan alguno de los siguientes retículos cristalinos: 1) Retículo cúbico simple: las partículas están ubicadas en los vértices de un cubo, como se observa en la parte a) de la siguiente figura. a) b) c) Cada vértice es compartido por 8 cubos en la red “infinita” del cristal, luego en cada cubo del retículo simple hay 8 x 1/8 = 1 partícula neta, esto puede verse en la parte a) de la siguiente figura donde se muestra la porción de cada átomo que pertenece a la celda unitaria. a) b) c) 2) Retículo cúbico centrado en el cuerpo: hay partículas en cada uno de los 8 vértices y otra en el centro del cubo (parte b) de las figuras). En este retículo la partícula central pertenece con exclusividad al cubo, que resulta tener 8 x 1/8 + 1 = 2 partículas netas. 3) Retículo cúbico centrado en las caras: hay partículas en cada vértice y en el centro de cada cara (parte c) de las figuras). En este caso, como cada partícula de centro de cara es compartida por 2 cubos contiguos, en cada cubo hay 8 x 1/8 + 6 x ½ = 4 partículas netas. Número de coordinación: se define como número de coordinación de un cristal al número de partículas que están a la menor e igual distancia de cada una de ellas. La observación de los diagramas de retículos cúbicos permite reconocer que en el retículo cúbico simple el número de coordinación es 6, en el cúbico centrado en el cuerpo es 8 y en el cúbico centrado en las caras es 12. El retículo cúbico simple es el que adoptan los iones Cl- y los iones Na+, independientemente, en la red cristalina del cloruro de sodio, o sea, conjuntos de iones todos iguales entre sí. El retículo centrado en el cuerpo caracteriza al CsCl, o sea, una sal binaria. Como la relación entre los números de aniones y cationes es 1:1 cada ion Cs+ puede visualizarse como ubicado en el centro de un cubo en cuyos ocho vértices hay sendos Cl-, o en un vértice de un cubo que tiene un Cl - como ion central. El retículo cúbico centrado en las caras es habitual en cristales binarios y en cristales formados por una única clase de iones, este tipo de retículo forma una de las estructuras conocidas como empaquetamiento compacto típico de los metales. Clasificación de los sólidos cristalinos Las propiedades de los sólidos varían ampliamente. Así por ejemplo, el cobre es un buen conductor de la corriente eléctrica, es dúctil y maleable; el cloruro de sodio no conduce la corriente eléctrica al estado sólido, es frágil y duro; el diamante (carbono) es muy duro, corta el vidrio y no conduce la corriente eléctrica; el naftaleno sublima fácilmente a la temperatura ambiente, lo cual se percibe por el olfato, es blando y no conduce la corriente eléctrica. Estas y otras propiedades se explican en función de los tipos de partículas constitutivas y de la naturaleza de los enlaces que mantienen unidas entre sí a esas unidades estructurales de los sólidos. De acuerdo con esto, se puede clasificar a los cristales en: metálicos, iónicos, de redes covalentes o atómicos y moleculares. a) Cristales metálicos Se recuerda que las propiedades macroscópicas que caracterizan a la mayoría de los metales son: elevadas conductividades eléctrica y térmica, ductilidad, maleabilidad y brillo metálico. En estos sólidos, los electrones de enlace se encuentran totalmente deslocalizados ocupando orbítales moleculares que se extienden sobre la totalidad del cristal metálico, en el cual los cationes se ubican en posiciones fijas. La movilidad electrónica resultante explica la alta conductividad eléctrica y térmica de los metales. Se pueden suministrar electrones por medio de un generador de corriente eléctrica a un extremo de un alambre metálico y recuperar una cantidad igual en forma prácticamente instantánea por el otro extremo sin que se produzca ningún cambio observable en las propiedades físicas o químicas del metal. Cuando se calienta el metal los electrones libres pueden adquirir energía cinética térmica y al moverse rápidamente a través del cristal transportar el calor. También la maleabilidad y ductilidad se explican por la existencia de electrones deslocalizados que permiten que las capas de cationes se deslicen unas con respecto a otras y sea posible así laminar o estirar en forma de alambre al metal. Cuando un haz de luz choca con una superficie metálica, origina un movimiento oscilatorio de los electrones superficiales que los convierte en nuevos sistemas emisores de radiaciones electromagnéticas (luz). El efecto neto es que el rayo de luz incidente se refleja dando como resultado el brillo metálico. Sin embargo, no todos los metales poseen las mismas propiedades, así por ejemplo, el tungsteno posee brillo metálico pero es quebradizo; el plomo es maleable pero no es buen conductor de la electricidad y el cobre es 65 veces mejor conductor de la electricidad que el bismuto. Otras propiedades como el punto de fusión, el punto de ebullición y la dureza, varían dentro de un amplio intervalo de valores: el mercurio es líquido a temperatura ambiente, mientras que el tungsteno tiene el punto de fusión más alto entre todos los elementos de la tabla periódica, los metales alcalinos son tan blandos que algunos pueden ser cortados con un cuchillo, mientras que el osmio es tan duro que puede marcar el vidrio. Estas diferencias dependen de la fuerza del enlace metálico, debida a la atracción electrostática entre los cationes y los electrones deslocalizados. Esta fuerza es tanto mayor cuanto mayor es la carga de dichos cationes y el número de electrones del enlace metálico. El cobre es un ejemplo típico de cristal metálico. b) Cristales iónicos Estos son, en general, duros, quebradizos, buenos aislantes y tienen puntos de fusión y ebullición altos. En la red cristalina iónica, se alternan aniones y cationes, entre los cuales actúan fuerzas electrostáticas de magnitud considerable y no dirigidas, es decir que cada ion del cristal está ligado por fuerzas coulómbicas a todos los otros iones, de tal manera que no hay grupos discretos de partículas. Las fuerzas coulómbicas entre iones de distinto signo son atractivas (negativas) y entre iones de igual signo son repulsivas (positivas)y el valor de la energía de formación del cristal depende de la importancia relativa de cada tipo de fuerza coulómbica. Naturalmente, la estabilidad de los cristales iónicos existentes indica que prevalecen las fuerzas de atracción sobre las de repulsión. Estas fuerzas interiónicas explican la dureza y los altos puntos de fusión y ebullición; esto, sumado a la resistencia a la movilidad de los iones de la red, impide la conductividad eléctrica y los convierte en buenos aislantes. En cambio, cuando están fundidos son buenos conductores eléctricos porque los movimientos iónicos se hacen más amplios. Son poco solubles en la mayoría de los solventes, sólo lo hacen en los más polares, como por ejemplo el agua. En estos casos las fuerzas atractivas ion-solvente deben superar las fuerzas interiónicas (catión-anión). Esto equivale a decir que la energía de hidratación de los iones supera a la energía reticular del cristal. El cloruro de sodio es uno de los ejemplos de sólido iónico. Son también típicamente iónicos los óxidos, sulfuros, nitruros y haluros de los metales alcalinos y alcalinotérreos. En los cristales iónicos binarios el empaquetamiento no alcanza la compactación en los cristales metálicos porque los radios aniónico y catiónico son, naturalmente, distintos. Algunos retículos característicos son el del CsCl (cúbico centrado en el cuerpo), que aparece en la parte a) de la siguiente figura: En la estructura de la cicblenda, ZnS (parte b) de la figura anterior), los iones S2- adoptan una celda cúbica centrada en las caras, con los iones Zn2+, más pequeños, dispuestos de modo que cada uno está rodeado por cuatro iones S2- que forman un tetraedro. El CuCl también adopta esta estructura. La estructura del NaCl (que consiste en un retículo cúbico simple de Na+ interpenetrado con otro igual de Cl-), característico también de los óxidos y sulfuros de los metales alcalinotérreos. En la parte a) de la siguiente figura hay iones Cl- en las esquinas de la cela unitaria, en b) hay iones Na+ en las esquinas de la celda unitaria: Otro retículo es el del CaF2 (retículo de la fluorita, que se observa en la parte c) de la figura de la página anterior) que también adoptan otros compuestos binarios tipo B2+A2-. Se denominan retículos de la antifluorita a los de compuestos binarios de fórmula general B 2+A2- como los óxidos y sulfuros de los metales alcalinos. Un retículo más complicado es el de algunos aluminatos u óxidos dobles naturales llamados espinelas que incluyen el ion Al 3+ e iones Me2+. La espinela prototipo es la de magnesio: Al2O3.MgO o (AlO2)2Mg. c) Cristales de redes covalentes o atómicos Se caracterizan por una elevada dureza, altos puntos de fusión y ebullición, baja conductividad eléctrica y por ser prácticamente insolubles en la mayoría de los solventes. Las unidades estructurales son átomos unidos en una red tridimensional por enlaces covalentes direccionales. Este enlace covalente, de pares de electrones localizados, extendido a todo el cristal es lo suficientemente fuerte para justificar las propiedades citadas. Ejemplos típicos de estos sólidos son el diamante, el silicio, un alótropo del estaño y el carborundo, SiC. En el diamante cada átomo de carbono está unido a otros cuatro átomos de carbono como se muestra en la parte a) de la siguiente figura: Esta matriz tridimensional interconectada de fuertes enlaces sencillos carbono-carbono contribuye a la inusitada dureza del diamante. Los diamantes de grado industrial se emplean en las cuchillas de las sierras para los trabajos de corte más exigentes. En congruencia con su estructura y enlaces, el diamante también tiene un elevado punto de fusión, 3550°C. En el grafito los átomos de carbono están dispuestos en capas de anillos hexagonales interconectados como se muestra en la parte b) de la figura anterior. Cada átomo de carbono está unido a otros tres de la capa. La distancia entre carbonos adyacentes en el plano, 1,42 Å, es muy cercana a la distancia C-C en el benceno, 1,395 Å. De hecho, los enlaces se parecen a los del benceno, con enlaces deslocalizados que se extienden sobre las capas. Los electrones se mueven libremente por los orbitales deslocalizados, y esto hace que el grafito sea un buen conductor de la electricidad a lo largo de las capas (el electrodo central de la batería está hecho de grafito). Las capas, separadas 3,41 Å, se mantienen unidas por débiles fuerzas de dispersión. Las capas se deslizan fácilmente unas sobre otras cuando se frotan, lo que da a la sustancia una sensación grasosa. El grafito se utiliza como lubricante y para fabricar la punta de los lápices. d) Cristales moleculares Estos sólidos tienen puntos de fusión y ebullición bajos o moderados, son blandos, conductores pobres de la corriente eléctrica tanto en estado sólido como cuando están fundidos y son generalmente, insolubles en agua. Las fuerzas de unión intermoleculares son interacciones dipolo inducidodipolo inducido de London en los sólidos no polares y dipolo-dipolo o puente de hidrógeno para los polares. Dado que dichas fuerzas son débiles se justifican las propiedades macroscópicas. La mayor parte de las sustancias que a temperatura ambiente son gases, cuando cristalizan forman sólidos moleculares, por ejemplo el oxígeno. En cambio aquellas sustancias cuyas moléculas son fácilmente polarizables, a la misma temperatura, son sólidos. Un ejemplo es el naftaleno. En la siguiente tabla se resumen las propiedades de los distintos tipos de cristales: Cristal Iónico Tipo de enlace Iónico Molecular Dipolos polar permanentes De red Covalente covalente Metálico Metálico Molécula polar Dureza Punto de fusión Duros y Bastante quebradizos altos Blandos Bajos Duros Altos Variable Medios altos Muy bajos no Por fuerzas de Muy blandos London Conductividad Ejemplos eléctrica Baja NaCl, K2CO3, Na2SO4 Baja H2O, CO2, CH4 Baja Diamante Cuarzo (SiO2) y Buena o Fe, Al, Hg, Na excelente Muy baja Cl2, He, Ar