Fallo DEVOTO resumen - UAIDerechoAdministrativo

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DERECHO ADMINISTRATIVO I
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
Fallo: Tomás Devoto S/A y Compañía c/ Gobierno Nacional s/ Daños y
perjuicios
1º INSTANCIA:
HECHOS:
La sociedad Tomás Devoto S/A era arrendataria de un campo situado en la provincia de Entre
Ríos, departamento de Gualeguaychú, sobre la extensión de 7.400 hectáreas El inicio del
contrato era de 16 de junio de 1924 por un periodo de 3 años, renovables.
El 26 de julio de 1924, unos peones que estaban arreglando la línea de telégrafo de la Nación
que pasaban sobres estos campos, al intentar trasladar de un lugar al otro un brasero
encendido, necesarios para sus trabajos, se desprendió del mismo unas chispas que caída en
los pastos originó el incendio.
Primero la sociedad a través de su administrador hace una denuncia ante la comisaría de
Ibicuy y después inicia demanda contra el Estado por daños y perjuicios, que sufrió.
Reclama daños emergentes y lucro cesante; El perjuicio afecto en su totalidad la superficie de
4500 hectáreas,
Dice que los campos afectados por el incendio eran los mejores de establecimientos y que
quedaran en condiciones muy precarias, necesitando para volver a las mismas condiciones
anteriores al siniestro más de 4 meses;
Según una planilla exhibida al alcalde de de Ibicuy, al 13 de diciembre de 1924, la cuantidad
de animales que tenia de: 2789 vacunos, 55 yeguarizos y 1067 laneros.
Funda su derecho en los artículos 1067, 1068, 1109, 1113 y 1122 de código civil.
Se da traslado a la demanda y contesta el procurados Fiscal de la Nación:
Va decir que el hecho que da origen al juicio resulta de las actuaciones del sumario criminal
instruido con motivo de incendio, pero que no hay acreditación que las actuaciones de los
expedientes criminal y administrativo.
Que el incendio fue un hecho meramente casual y fortuito según se refiere el art. 514 del
código civil.
Que no existe de los empleados, que si estaban sobre la dependencia del gobierno, dolo, ni
culpa, ni negligencia, y que por lo tanto no existía responsabilidad por parte del Estado.
El juez de 1ª Instancia resuelve:
Se da por acreditado contrato de arrendamento.
De la declaración de los testigos, que son los propios empleados que formaban parte de una
cuadrilla que se ocupaba de arreglar la línea de telégrafo de la Nación, surge que realmente el
día 26 de julio del año de 1924, estos obreros, mientras trataban de trasladar de un lugar a otro
un brasero encendido, se desprendió una chispa que caída en los pastos motivó al incendio;
Esta misma conclusión ha sido reconocida por el Poder Ejecutivo Nacional en el expediente
administrativo del Ministerio del Interior, en el cual el señor Procurador del Tesoro dictaminó
así: “En este caso el Gobierno de la Nación es responsable civilmente porque está reconocido
que un peón del Telégrafo Nacional fue el que casualmente produjo ese incendio”
Dice que es evidente que e Gobierno de la Nación es responsable hacia la actora de las
consecuencias del mencionado incendio.
O sea, establece la responsabilidad del Estado, pero del estudio de los daños y perjuicio
reclamado resuelve:

Rechazar la suma reclamada por el pago del arrendamiento;
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DERECHO ADMINISTRATIVO I
El perito nombrado por ambas partes, informo que el fuego quemó aproximadamente los
pastizales de de 4500 hectárea, establece que el campo necesita 9 meses para recuperar su
capacidad y condiciones para el engorde del ganado vacuno.
Pero para ser el procedente en cobro por el daño efectivo, debía acreditar el pago del alquiler,
lo cual no ocurrió.
Tampoco probó que el contrato de arrendamiento estuviera vigente durante este lapso de
tiempo. Podría haber rescindido el contrato de conformidad de las partes por la destrucción de
la cosa realizado por un tercero.
 Rechazar la suma reclamada por el alambrado;
Por no ser la propietaria de los alambrados.
Tampoco ha probado que haya reconstruido el alambrado, siendo la actora una sociedad,
fácilmente podría haber probado el desembolso.
Tampoco probó que surge del contrato su obligación de reconstruir el alambrado ante un daño
causado por un tercero.
Y aun que correspondiera la indemnización la suma es muy elevada, ya que habría que tener
en cuenta el estado, la calidad, el precio, la cantidad, de los postes y alambrados.
 Declara improcedente el cobro del lucro cesante.
La actora exige en concepto de que se dedicaba al pastaje y engorde de ganados destinados a
la venta, y hace los cálculos sobre la base de capacidad máxima del campo, uno por hectárea,
en total de 9000 vacunos por 9 meses, por 2 engordes factibles.
Según el art. 1069 el lucro cesante debe contemplarse respecto a la ganancia de que se haya
sido privada de percibir, con el motivo del campo quemado y en relación a la cantidad de
animales que realmente tenía la actora al momento del siniestro. La actora debía haber
probado realmente la cantidad de esos animales, como así también la clase de los mismos, su
destino estado, fecha de adquisición y precio pagado por ellos.
No ha justificado ningunos de estos hechos, no obstante siendo una sociedad mercantil y a giro
de sus negocios, la prueba es de creer que estaba fácilmente al su alcance.
Respecto de la existencia de los 2789 animales vacunos, la única prueba presentada en la
demanda se refiere a una planilla presentada por el administrador de la sociedad ante el alcalde
de Ibicuy, en la fecha de 13 de diciembre de 1924, a cuatro meses después de lo ocurrido.

Rechaza la demanda en todas sus partes sin costas.
SENTENCIA DE LA CÁMARA FEDERAL
Declara la responsabilidad de la Nación porque resulta de autos que el incendio se produjo
debido a la negligencia del personal que realizaba trabajos en la línea telegráfica que cruza el
campo arrendado por los actores.
En cuanto a la indemnización reclamada, la prueba de la demandante no acredita lo que se
expresa en la demanda, pero de los elementos traídos puede concluirse que efectivamente se
han producido daños y perjuicios que deben ser reparados.
La falta de demostración precisa sobre la importancia de los daños y perjuicios sufridos, hace
aplicable lo dispuesto en el art. 220 del Código de Procedimientos de la Capital.
Por estos fundamentos, se revoca la sentencia y se declara que la Nación está obligada a pagar
en concepto de indemnización de daños y perjuicios a Tomás Devoto y Cía. Ltda. S. A. la
suma en que ésta los estime bajo juramento, dentro de la cantidad de diez mil pesos moneda
nacional (art. 220, Código de Procedimientos). – Marcelino Escalada. – Rodolfo S. Ferrer. –
En discordia de fundamentos: B. A. Nazar Anchorena.
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DERECHO ADMINISTRATIVO I
DISCORDIA DE FUNDAMENTOS:
La sociedad actora reclama de la Nación $ 238.261.88 m/n. por los daños y perjuicios que
dice haber sufrido en su carácter de locataria del campo San Isidro, de doña Vicenta Turduy de
Urquiza, sito en Ceibos de la Provincia de Entre Ríos, a consecuencia de un incendio
ocasionado.
Aún cuando la actora funda su derecho en la circunstancia de haberse quemado los pastos,
postes, varillas y alambrados del campo arrendado no obstante lo cual debió pagar el
arrendamiento, y entregar los alambrados al vencimiento del contrato en las condiciones en
que lo recibió, salvo los deterioros naturales, es de advertir que el daño causado en ellos por el
incendio, cuya responsabilidad se imputa a la demandada, constituye con relación al locatario,
un caso fortuito a cargo del locador. Es éste, pues, el que habría podido demandar el importe
del daño a quien se lo causó. Y lo mismo habría podido reclamar el locatario al locador (arts.
1517, 1518, 1519, 1521, 1522 y 1526 del Código Civil) pero no al tercero como lo es, en el
caso, la parte demandada.
El locatario, además, y siempre con relación al daño emergente, ha debido poner en
conocimiento del locador, en el más breve término posible, la novedad dañosa a su derechoel incendio- en los términos del art. 1530 bajo pena de daños y perjuicios y de ser privado de
toda garantía por parte del locador.
En lo que respecta al lucro cesante, es indudable que la actora tiene acción para reclamarlo.
Mas como la prueba traída a los autos es deficiente, como lo observa la mayoría del Tribunal,
debe aplicarse al caso la disposición del art. 220 del Código de Procedimientos.
En mérito de lo expuesto, voto por la revocatoria de la sentencia en la forma resuelta por la
mayoría. – B. A. Nazar Anchorena.
FALLO DE LA CORTE SUPREMA
La Corte resuelva que el recurso ordinario es procedente aún cuando el Fisco o la Nación no
sea la parte actora.
La cuestión de hecho, a saber si el incendio producido lo fue por culpa o imprudencia de los
empleados nacionales, ha quedado resuelta afirmativamente, pues así lo revela la prueba de
autos, estableciendo que el siniestro se originó en el campamento de aquellos a causa de
chispas desprendidas de un brasero deficiente que se usaba en un terreno cubierto de pasto
seco y sin las precauciones suficientes.
En nada influye para definir la responsabilidad del Estado por el desempeño negligente de sus
empleados que aquéllos en el caso de autos, no hayan procedido intencionalmente, o que la
causa generadora del incendio sea casual, desde que la casualidad sólo puede equipararse al
caso fortuito, en cuanto en ambas circunstancias ocurren sucesos que no han podido preverse
ni evitarse. (Art. 514 del Código Civil).
Demostrada la existencia de perjuicios reales de daño emergente, y posible lucro cesante, por
la prueba pericial, de testigos e instrumental que ha invocado la Cámara “a quo”, pero no
habiendo sido aquellos demostrados en su extensión precisa, es procedente la vía del
juramento estimatorio para su fijación (Art. 220 Código de Procedimientos supletorio).
ROBERTO REPETTO.- R. GUIDO LAVALLE
ANTONIO SAGARNA.- LUIS LINARES.
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