Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía ______________________________________________________________________ Aún no es temporada de tomates Usted podrá recordar que para disfrutar un tomate se debía esperar a octubre o noviembre de cada año. Para recibir un juguete, la emoción de la espera nos llevaba a la navidad o al cumpleaños. La llegada del cartero no era sólo sinónimo de cuentas o propaganda, era la emoción de una carta, de buenas o malas noticias, de prepararnos para responder. Todo implicaba espera. El encabezado de este artículo puede sonar un tanto melancólico o cargado de añoranzas de otro tiempo, sin embargo, tiene como objetivo central llevar a la reflexión respecto a cómo ayudar a trabajar el control de impulsos y la tolerancia a la frustración en los niños y jóvenes y a lo difícil que puede resultar en un tiempo en que la inmediatez es parte de lo cotidiano. Se acumulan ya tres conceptos importantes: Impulso, frustración, inmediatez. Acordemos que un impulso es la tendencia a hacer algo, sin pensar, y proviene de nuestras emociones y necesidades más básicas. El impulso requiere de inmediatez en la respuesta y desde muy temprana edad, alrededor de los dos años, se hace necesario estimular y desarrollar, los mecanismos que a partir de la voluntad le digan ALTO, esto no puede ser satisfecho de inmediato. Un adecuado control de impulsos, puede significar una eficiente protección ante situaciones como el Trastorno de Déficit Atencional e Hiperactividad, y constituye un elemento central de prevención para problemas conductuales e inclusive frente a futuras adicciones. La fuerza de voluntad y el manejo de la frustración, como tantas otras habilidades socioemocionales, debiesen ser desarrollados desde temprano, aunque resulte complejo y requiera dedicación, especialmente en tiempos en que el consumo, la tecnología y las comunicaciones son efectivos apoyos auxiliares para padres y madres que, con escaso tiempo, deben lidiar con la __________________________________________________________________________________________ ____ Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía ______________________________________________________________________ crianza de los hijos. Sin embargo, se debe poner atención a que con el afán de satisfacer el rol de padres eficientes y afectivos hoy, se pueda estar proyectando sin saberlo, futuras dificultades de relación, solución inadecuada de problemas e intolerancia permanente ante la frustración. Entendamos la frustración como la vivencia emocional ante una situación en la que un deseo, un proyecto o una necesidad no se satisface o no se cumple, generando a consecuencia de esto, el sentimiento de rabia, tristeza e inclusive el miedo. La frustración, como vivencia, es desagradable, pero es normal.(1) Cuando decimos que una persona tiene tolerancia a la frustración, decimos que esa persona tiene la capacidad que le permite continuar actuando, frente a, o a pesar de la frustración. Por el contrario, la baja tolerancia a la frustración, implica que para una persona es bastante una situación mínima o pequeña para que se asuste, se enfade o se ponga triste de tal forma que le es difícil continuar. Para enseñar a sus hijos e hijas a ser más tolerantes ante la frustración, se sugiere considerar las siguientes ideas: Ayudarle a identificar en su lenguaje enunciados como: "esto es terrible", "no me lo merezco", "¿por qué los demás si y yo no?’’, “esto es lo peor que le puede ocurrir a alguien”, etc. Enseñarle que se puede aprender a cambiar estas creencias equivocadas, que sólo aumentan el dolor o molestia que se está viviendo. Por ejemplo, revertir los pensamientos negativos, con un lenguaje positivo como: “esto no es tan terrible”, “le puede pasar a cualquiera”, “no siempre vas a ser el mejor,” “las cosas no siempre resultan como uno quiere”, “siempre hay otra oportunidad”. Ínstelo a revisar cuál fue el error, para poder perseverar y mejorar una próxima vez. La idea es que los niños y jóvenes entiendan que pueden __________________________________________________________________________________________ ____ Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía ______________________________________________________________________ tener el control de sus conductas, que lo que les pasa depende también de ellos mismos y no siempre las respuestas están afuera. Guíelos para que aprendan a confiar en sí mismos, las capacidades, habilidades y esfuerzo propios, teniendo en cuenta de que si no es ahora que se logra lo que uno quiere, será después. Enseñarles a indagar con las personas más cercanas si su reacción emocional, ante lo que está sucediendo, es exagerada. Si es así, estimúlelo a que trate de ver las cosas desde otra perspectiva. Preguntarse por ejemplo ¿cómo las vería y que haría alguna de las personas a las que admiras? ¿ Cómo lo hace tu profesora?, ¿ Cómo la haría tu mamá?. Trabaje usted para adecuar las expectativas en relación a sus hijos, de modo que éstas sean equilibradas, sin caer en los extremos. En la medida que este aspecto esté resuelto en los adultos, podemos modelar y esperar un adecuado manejo en los niños y jóvenes. Ayúdelos a centrarse en buscar una solución adecuada frente a determinado problema o frustración, y no en el malestar que se siente. Si bien es válido sentirse frustrado, enojado, apenado, etc. cuando algo no resulta, esto debería tener un tiempo acotado y la mejor manera de canalizarlo es hablando con alguien de lo que a uno le pasa, lo que permite ordenarse en los pasos a seguir. Comprendiendo que, como padres se quiere lo mejor para los hijos y evitar todo tipo de sufrimiento, no es conveniente darles todo ni inmediatamente. Se debe enseñarles lo positivo de esperar y tener paciencia. Para ello, es necesario que aprendan de la existencia de límites y del significado de la palabra NO. La solución llega pero no necesariamente de inmediato. La respuesta inmediata y la satisfacción de todas las solicitudes de los hijos e hijas , podrían sorprenderlo a futuro con el establecimiento de relaciones basadas en la instrumentalización; niños y jóvenes que no se conforman con nada y que cada vez piden y exigen más; desvalorización de lo que se tiene en términos personales, afectivos y materiales, entre otros. __________________________________________________________________________________________ ____ Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía ______________________________________________________________________ Entonces, y entendiendo la metáfora con la que se inició este artículo, recuerde que está aportando a la futura felicidad de sus hijos, si ellos logran entender hoy, que aun no es temporada de tomates. Ivette Barría Psicóloga Carolina Opazo Orientadora Paulina Orive Psicopedagoga Temuco, Junio 2012 (1). Referencias: Jesús Cuadra - www.atainfo.org __________________________________________________________________________________________ ____ Departamento de Psicología, Orientación y Psicopedagogía