Residuos radiactivos Elementos radiactivos de distinto tipo se emplean en muy variadas actividades. Las centrales de energía nuclear son las que mayor cantidad de estos productos emplean, pero también muchas aplicaciones de la medicina, la industria, la investigación, etc. emplean isótopos radiactivos y, en algunos países, las armas nucleares son una de las principales fuentes de residuos de este tipo. Reacciones nucleares Cuando se fisiona el núcleo del átomo se generan principalmente tres productos radiactivos: partículas alfa (núcleos de helio compuestos de dos protones y dos neutrones), beta (electrones producto de la descomposición de un neutrón), y radiaciones gamma. Las radiaciones gamma y los neutrones son las partículas más peligrosas, pues son capaces de traspasar la mayoría de los materiales, ya que sus radiaciones electromagnéticas son de frecuencia superior a los rayos X. Para bloquear estas radiaciones es preciso emplear paredes de hormigón de notable grosor. Hay dos tipos principales de reacciones nucleares: fusión y fisión. Fusión nuclear Son reacciones entre partículas o núcleos muy livianos, tales como [1H (hidrógeno), 2H (deuterio),3H (tritio),...], con producción de núcleos más pesados. En esta fusión de partículas hay siempre disminución de la masa total y la reacción libera energía. Como los números másicos (suma de protones y neutrones en el núcleo) son bajos, la reacción puede ocurrir aun para energías cinéticas pequeñas. Por ello hay gran interés en realizar este tipo de reacciones en condiciones tales que sean capaces de automantenerse, es decir, en condiciones en que la misma energía liberada pueda "calentar" las partículas lo suficiente para que la reacción continúe. Los cálculos demuestran que para que esto sea posible hay que calentar inicialmente el gas reaccionante a por ejemplo 20 millones de grados. Esto es difícil de lograr pero se trabaja activamente para este fin. Fisión nuclear El descubrimiento de la fisión nuclear se debe al radioquímico Otto Hahn y colaboradores quienes en 1838-39 demostraron que los núcleos de uranio como consecuencia de su interacción con neutrones eran capaces de dividirse en dos fragmentos de masa comparables. • La gran importancia que se asigna a la reacción de fisión se debe en particular a los siguientes factores: • La gran cantidad de energía liberada en el proceso. • La producción de dos o más neutrones que acompañan a la fragmentación del núcleo. • La posibilidad que tienen estos neutrones para causar nuevas reacciones similares, permitiendo que el proceso pueda automantenerse ("reacción en cadena"). • La posibilidad de regular la reacción en cadena a voluntad. Reactores nucleares Son sistemas físicos construidos para la producción autosostenida de una reacción nuclear con liberación de energía. Las reacciones capaces de mantenerse por sí mismas son la fisión y la fusión. Los reactores de fusión no existen aun, en cambio los de fisión existen desde hace más de tres décadas y ya se han ensayado varias "generaciones"de reactores. Éstos pueden ser de investigación o de potencia. La utilización de reactores nucleares de fisión como generadores de energía se realiza según un esquema similar al de las centrales térmicas de electricidad, en que la fuente de calor, la caldera, se reemplaza por el reactor nuclear. La energía de fisión se convierte en calórica y ésta es empleada en forma directa o indirecta para producir vapor, el cual a su vez impulsa el grupo turboalternador. Origen y características de los residuos nucleares Los residuos nucleares están constituidos por los subproductos no utilizables y contaminados radiactivamente, que provienen de los siguientes orígenes: • Procesamiento del mineral (colas de la minería). • Enriquecimiento del uranio natural (99.3% de uranio-238 y 0.7% de uranio-235), para aumentar su contenido de uranio-235 (hasta el 3% para reactores de potencia; hasta el 20% para reactores de investigación y hasta el 90% o más para usos bélicos). • Fabricación de elementos combustibles. • Residuos de la operación de reactores. • Elementos combustibles agotados (sin reprocesamiento) • Reprocesamiento de elementos combustibles agotados, para extraerle material utilizable (uranio-235 residual y plutonio; usos pacífico y bélico) • "Chatarra caliente" de instalaciones nucleares que cumplieron su vida útil y cuyos elementos estructurales se han activado. • Material descartado por laboratorios, hospitales, universidades, etc. Dos características hacen especiales a los residuos radiactivos: • Su gran peligrosidad. Cantidades muy pequeñas pueden originar dosis de radiación peligrosas para la salud humana • Su duración. Algunos de estos isótopos permanecerán emitiendo radiaciones miles y decenas de miles de años. El riesgo de contaminación radiactiva no finaliza una vez que se ha fisionado todo el uranio. Los productos resultantes de la fisión siguen manteniendo su capacidad radiactiva en alguna medida, y pueden mantenerse durante varios cientos de años, e incluso puede llegar a superar los mil años. Así se entiende que aunque la cantidad de este tipo de residuos que se producen en un país sea comparativamente mucho menor que la de otros tipos, sus tecnologías y métodos de tratamiento sean mucho más complicados y difíciles. Tipos de residuos radiactivos Hay dos grandes grupos de residuos radiactivos: a) Residuos de alta actividad.Son los que emiten altas dosis de radiación. Están formados, fundamentalmente, por los restos que quedan de las varillas del uranio que se usa como combustible en las centrales nucleares y otras sustancias que están en el reactor y por residuos de la fabricación de armas atómicas. También algunas sustancias que quedan en el proceso minero de purificación del uranio son incluidas en este grupo. En las varillas de combustible gastado de los reactores se encuentran sustancias como el plutonio 239 (vida media de 24 400 años), el neptuno 237 (vida media de 2 130 000 años) y el plutonio 240 (vida media de 6 600 años). Se entiende que el almacenamiento de este tipo de residuos debe ser garantizado por decenas de miles de años hasta que la radiactividad baje lo suficiente como para que dejen de ser peligrosos. b) Residuos de media o baja actividad.- Emiten cantidades pequeñas de radiación. Están formados por herramientas, ropas, piezas de repuesto, lodos, etc. de las centrales nucleares y de la Universidad, hospitales, organismos de investigación, industrias, etc. Almacenamiento y reprocesamiento de residuos radioactivos Algunos materiales radiactivos ya procesados pueden volver a ser reprocesados, pero la mayoría tienen que ser transportados en contenedores especiales hasta un lugar de almacenaje seguro y bajo control estricto, para que no supongan un peligro de contaminación de la atmósfera. El sistema de almacenamiento consiste en introducirlos en bidones de hormigón de gran grosor, que impiden las radiación de neutrones y rayos gamma, posteriormente son enterrados o introducidos en el interior de minas; en algún caso han sido arrojados al fondo del mar. Cambiar el combustible agotado en una central nuclear implica normalmente el pararla completamente. Este suele ser uno de los momentos más delicados, pues para proceder al intercambio del combustible es necesario abrir el núcleo, con el consiguiente peligro de fuga de sustancias radiactivas. Algunos residuos pueden volver a ser utilizados como combustible una vez reprocesados, como es el caso del plutonio 239. La labor de reprocesado es llevada a cabo por los llamados reactores de enriquecimiento. Los residuos nucleares son introducidos en bidones de hormigón de gran grosor, para posteriormente ser enterrados. El almacenamiento es el último paso en el ciclo del combustible nuclear, y el que más problemas suscita. Aunque las técnicas para almacenar residuos nucleares son fáciles de llevar a cabo, presentan no obstante dificultades de orden político, como es la elección de un lugar adecuado de almacenamiento, y de mantenimiento en el tiempo. Hay que recordar que muchos residuos nucleares mantienen su actividad durante miles de años; en este sentido, ningún proyecto humano que tenga por meta más allá de dos o tres generaciones tendría visos de ser controlable, sin poner en riesgo a su vez otras generaciones futuras. No se trata pues de un problema menor, cuya solución no debería ser tomada únicamente por un gobierno en particular, al encontrarse en juego no sólo el medio ambiente y calidad de vida actual, sino también la de generaciones por venir. Desmantelamiento de las centrales nucleares El desmantelamiento de las centrales nucleares produce grandes cantidades de residuos radiactivos de los dos tipos. Las centrales envejecen en 30 o 40 años y deben ser desmontadas. Los materiales de la zona del reactor son residuos de alta actividad en gran parte y otros muchos son de media o baja actividad. Una central nuclear suele estar en funcionamiento de 25 a 40 años, momento en el que van surgiendo graves problemas de corrosión de la vasija del reactor. Cuando terminan su vida útil estas instalaciones no pueden ser desmanteladas o demolidas sin más, ya que muchas partes son altamente radiactivas. Cuando una central ha sido cerrada hay varias posibilidades. 1. Una primera es dejarla custodiada por la compañía que la ha explotado durante un largo periodo de hasta 100 años, esperando a que disminuya la radiación y sea más seguro su desmantelamiento. 2. Otra opción es cubrirla totalmente de hormigón, como se ha hecho con Chernobyl, aunque esta técnica es muy poco segura porque esta "tumba" tendría que permanecer sin fisuras durante cientos de años, cosa que es imposible de garantizar. 3. Una tercera opción es la más adecuada y ha sido ya utilizada en varias plantas pequeñas. Consiste en desmantelar la planta, llevando los materiales contaminados a almacenes de residuos radiactivos. Para hacer esta operación son fundamentales equipos de protección para los trabajadores y uso de robots especialmente diseñados. Producción de residuos radiactivos en España En España funcionan 9 reactores nucleares y casi 2000 instalaciones nucleares o radiactivas. En total se habían acumulado unas 1500 toneladas de residuos de alta actividad que se guardan en las piscinas de las centrales nucleares. Ahí permanecen refrigerados en agua que retiene su radiación. Con las centrales actuales funcionando el tiempo que tienen previsto se llegarían a producir unas 6700 toneladas de residuos de alta actividad. Entre residuos de media y baja actividad se habían acumulado hasta finales de 1996 algo más de 20 000 m3. Gestión de los residuos radiactivos Algunos residuos de baja actividad se eliminan muy diluidos echándolos a la atmósfera o las aguas en concentraciones tan pequeñas que no son dañinas y la ley permite. Los índices de radiación que dan estos vertidos son menores que los que suelen dar muchas sustancias naturales o algunos objetos de uso cotidiano como la televisión. Los residuos de media o baja actividad se introducen en contenedores especiales que se almacenan durante un tiempo en superficie hasta que se llevan a vertederos de seguridad. Hasta el año 1992 algunos países vertían estos barriles al mar, pero ese año se prohibió esta práctica. Los almacenes definitivos para estos residuos son, en general, subterráneos, asegurando que no sufrirán filtraciones de agua que pudieran arrastrar isótopos radiactivos fuera del vertedero. En España la instalación preparada para esto es la de El Cabril (Córdoba) en la que se podrán llegar a almacenar hasta 50 000 m3 de residuos de media y baja actividad. Los residuos de alta actividad son los más difíciles de tratar. El volumen de combustible gastado que queda en las centrales de energía nuclear normales se puede reducir mucho si se vuelve a utilizar en plantas especiales. Esto se hace en algunos casos, pero presenta la dificultad de que hay que transportar una sustancia muy peligrosa desde las centrales normales a las especiales. Los residuos que quedan se suelen vitrificar (fundir junto a una masa vítrea) e introducir en contenedores muy especiales capaces de resistir agentes muy corrosivos, el fuego, terremotos, grandes colisiones, etc. Estos contenedores se almacenarían en vertederos definitivos que deben estar construidos a gran profundidad, en lugares muy estables geológicamente (depósitos de arcilla , sales o macizos graníticos) y bien refrigerados porque los isótopos radiactivos emiten calor. Se están estudiando varios emplazamientos para este tipo de almacenes, pero en el mundo todavía no existe ninguno, por lo que por ahora, la mayoría de los residuos de alta actividad se almacenan en lugares provisionales o en las piscinas de la misma central.