Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios RESUMEN DE LA GUÍA ¿Cuáles son los objetivos de esta guía? Poner al alcance de los gerentes y técnicos de los centros sanitarios los elementos que les permita abordar una gestión correcta (minimización+disposición) de los residuos químicos y diseñar un plan de gestión propio y adecuado a su actividad. ¿Cuál es la importancia del marco de referencia? El diseño de un plan de gestión de residuos químicos no es un elemento aislado ni independiente. La existencia de un marco de referencia legal comunitario, estatal, autonómico y municipal afecta a las diferentes medidas que integran el plan mencionado. ¿Qué es la gestión de residuos químicos? Es la identificación y aplicación de las medidas más adecuadas desde el punto de vista de salud laboral, técnico, económico y ambiental, para minimizar, almacenar, transportar y entregar a un gestor autorizado, de entre otros residuos, los restos de sustancias y preparados químicos, los baños reveladores y fijadores agotados, los medicamentos caducados, los residuos especiales no incluídos en el Grupo III y los lodos de las depuradoras de los centros sanitarios. La minimización incluye: La prevención y la reducción, que tienen como objetivos evitar la generación del residuo o bien reducir su peligrosidad y cantidad La valorización, que se basa en el aprovechamiento total o parcial del residuo para reciclaje, recuperación o valorización energética. La disposición incluye: El vertido por el desagüe, teniendo en cuenta que en ningún caso deben superarse los límites de emisión establecidos por la legislación vigente. La entrega a un gestor de residuos o a una instalación de tratamiento autorizados. ¿Cómo diseñar un plan de gestión de residuos químicos? Debe diseñarse atendiendo a las características específicas del centro sanitario y teniendo en cuenta los elementos siguientes: Implicación de la gerencia del centro sanitario. Selección por parte de la gerencia de un responsable del plan y establecimiento de sus objetivos. Realización de una auditoría de residuos orientada a la minimización con el propósito de identificar la situación actual Priorización de flujos de residuos y selección de alternativas de minimización y disposición. Selección de los gestores autorizados. Preparación de un protocolo interno y formación del personal. Seguimiento y control Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 1. INTRODUCCIÓN En los centros sanitarios se utilizan numerosos productos químicos, algunos de los cuales, cuando se transforman en residuos, pueden ser peligrosos para la salud y el medio ambiente. Sus características toxicológicas y fisicoquímicas requieren una gestión correcta. La implantación de una gestión de residuos químicos en los centros sanitarios está avalada por las siguientes razones: La gestión de residuos químicos tiene implicaciones sobre la salud laboral, dentro del centro sanitario, y la salud pública y el medio ambiente, en su exterior. Aún persisten en los centros sanitarios prácticas internas de gestión de residuos químicos inadecuadas y cierta confusión respeto a determinadas situaciones de riesgo, hecho que incrementa la posibilidad de que se produzcan accidentes. La necesidad de evitar que los residuos químicos de un centro sanitario se mezclen con los grupos I, II y III, o se viertan a los desagües, con el consiguiente impacto que estas prácticas tienen sobre las instalaciones de depuración de agua y el medio ambiente en general. La tendencia de las nuevas legislaciones a fijar objetivos de minimización y límites de vertido más estrictas para determinados compuestos. La imagen de respeto del medio ambiente que los centros sanitarios tienen que dar ante la sociedad, como pilares fundamentales de la salud pública. Los costes de no gestionar (reparación del medio ambiente degradado). La gestión de residuos químicos generados en un centro sanitario incluirá cada vez soluciones más específicas, ante técnicas que cambian rápidamente, así como los residuos que generan. Esto obligará a hacer un seguimiento continuado e indefinido que dé respuesta a los problemas que se vayan presentando, que vele por la formación continuada del personal sanitario y de limpieza, y que controle el cumplimiento estricto de las normativas vigentes. Esta guía pretende poner al alcance de los gerentes y técnicos de los centros sanitarios los criterios científicos, técnicos, organizativos y operativos necesarios para: Cumplir la normativa Mejorar la seguridad del personal en los lugares donde se generan y se almacenan los residuos químicos. Reducir su impacto ambiental mediante su minimización o disposición. Facilitar y reducir los costes de su tratamiento posterior. En esta guía se detallan las etapas básicas que ha de tener un plan de gestión de residuos químicos para un centro sanitario, se citan los residuos más conflictivos que se generan en los diferentes servicios y se incluyen algunas alternativas para su minimización o disposición correcta. Se pone especial énfasis en la importancia que tiene para el éxito del plan el soporte incondicional de la gerencia del centro sanitario y la designación de un responsable que lo dirija. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 2. ÁMBITO Aunque la guía está orientada básicamente a la gestión de residuos químicos generados en los centros sanitarios, entendiendo como tales los hospitales, se puede aplicar también en laboratorios y unidades de investigación. En cualquiera de estos establecimientos, un producto químico ha de considerarse "residuo" a partir del momento en que se tira, porque su utilidad o su naturaleza1 han cambiado, o porque ha caducado o ha quedado obsoleto. La guía está dirigida a la gestión de los siguientes residuos: Restos de sustancias y preparados químicos compuestos halogenados y sus mezclas compuestos no halogenados y sus mezclas soluciones acuosas ácidos y bases compuestos o soluciones biodegradables otros Baños reveladores y fijadores agotados, y placas radiográficas Medicamentos caducados sin especificación o fecha de caducidad que requieren cadena de frío, la estabilidad de los cuales se sospecha que ha sido alterada Resto de residuos especiales no incluídos en el Grupo III: fluorescentes, lámparas de mercurio, marcapasos, pilas, baterías, aceites lubricantes, aceites contaminados con PCB, etc. Lodos de las depuradoras de los centros sanitarios Resto de residuos radioactivos de período de semidesintegración corto, una vez desactivados, que no gestiona ENRESA. No incluye los residuos sanitarios de riesgo o específicos, ni los citotóxicos, ni los radioactivos que gestiona ENRESA. 1 Por ejemplo, en los laboratorios, muchos productos químicos se transforman en residuos como consecuencia de su mezcla con otros productos químicos o con fluidos corporales como sangre u orina, o partes anatómicas. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 3. MARCO LEGAL DE REFERENCIA El marco legal de referencia comunitario, estatal, autonómico y municipal, dentro del cual se estructura la guía, es el siguiente: Normativa comunitaria Directiva del Consejo, de 15 de julio de 1.975, relativa a los residuos (75/442/CEE). Directiva del Consejo, de 18 de marzo de 1.991 (91/156/CEE), por la cual se modifica la anterior. Directiva del Consejo, de 12 de diciembre de 1.991, relativa a los residuos peligrosos (91/689/CEE). Decisión de la Comisión, de 20 de diciembre de 1.993, por la cual se establece una lista de residuos, de conformidad con la letra a) del artículo 1 de la Directiva 75/442/CEE del Consejo, relativa a los residuos. Normativa estatal Ley 10/1.998, de 21 de abril, de residuos. Real decreto 952/1.997, de 20 de junio, por el cual se modifica el Reglamento para la ejecución de la Ley 20/1.986, de 14 de mayo, básica de residuos tóxicos y peligrosos, aprobado mediante el Real decreto 833/1988, de 20 de julio. Real decreto 363/95, de 10 de marzo, por el cual se aprueba el Reglamento sobre notificación de sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peligrosas. Real decreto 2071/95, de 22 de diciembre, por el cual se establecen los criterios de calidad en radiodiagnóstico. Real decreto 1078/1.993, de 2 de julio, por el cual se aprueba el Reglamento sobre clasificación, envasado y etiquetado de preparados peligrosos. Real decreto 849/1.986, de 11 de abril, por el cual se aprueba el Reglamento de dominio público hidráulico que desarrolla los títulos Preliminar, I, IV, V, VI y VII de la Ley 29/1985, de 2 de agosto, de aguas Real decreto 668/1.980 modificado por el 3485/1983, de 14 de diciembre por el cual se aprueba el Reglamento sobre almacenamiento de productos químicos (RAQ). Normativa autonómica Ley 6/93, de 15 de junio, reguladora de residuos. Decreto 27/1.999, de 9 de febrero, de la gestión de residuos sanitarios. Normativa municipal Reglamento Regulador de los Vertidos Residuales en el Área Metropolitana de Barcelona. Reglamento Regulador de Aguas Residuales del Consorcio para la Defensa de la Cuenca del Río Besòs. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 4. OBJETO La optimización de la gestión de residuos químicos es una asignatura pendiente en numerosos centros sanitarios en Cataluña. A pesar de ello, existe un amplio consenso a propósito de la necesidad de tomar medidas que ayuden a mejorar esta gestión desde diferentes ámbitos: La Administración autonómica, como ordenadora y tuteladora global de la gestión de residuos de los centros sanitarios y de los residuos municipales especiales, y como responsable última del tratamiento de las aguas de dominio público (superficiales, subterráneas y marinas), y de los vertidos que inciden sobre estas aguas. La Administración de ámbito local (municipal, supramunicipal o comarcal), como responsable del vertido a los sistemas de alcantarillado y saneamiento. Los centros sanitarios, como generadores de residuos. La guía se dirige a los gerentes, técnicos y responsables de prevención de riesgos laborales y de residuos de los centros sanitarios que han de orientar su acción hacia la consecución de los objetivos básicos en materia de gestión de residuos, como son: En el interior del centro sanitario, proteger la salud de los pacientes, trabajadores, visitantes y público en general. En el exterior del centro sanitario, proteger la salud de las personas que manipulan los residuos y reducir al máximo los riesgos de contaminación del medio ambiente, a causa de los residuos químicos. Para conseguir estos objetivos, se deben tener en cuenta dos premisas básicas: Que la gestión interna de los residuos químicos sea realista, segura, y sencilla para que no complique innecesariamente los trabajos propios de la actividad sanitaria. Que se evite que las actuaciones comporten inversiones o costes de operación inadecuados o injustificados para el centro sanitario o para la sanidad catalana, en su conjunto. 0Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 5. TERMINOLOGÍA UTILIZADA Como quiera que en el ámbito de la gestión de residuos se utilizan términos que podrían ser objeto de diversas interpretaciones y con el propósito de facilitar la comprensión de la guía, se ha preparado el siguiente glosario. Aguas residuales: son las que ya han sido utilizadas, procedentes de viviendas, instalaciones comerciales, industriales, sanitarias, comunitarias o públicas, y que se vierten, a veces junto con las de otra procedencia, a los sistemas comunitarios de saneamiento o a los cauces públicos. Desechería: instalación de recepción y almacenamiento selectivo de residuos municipales que no son objeto de recogida domiciliaria. Disposición de residuos: vertido controlado o incineración de los residuos, con recuperación de energía o sin ella. Envase: recipiente en el cual se acumulan los residuos, en contacto directo con él. Ficha de aceptación: documento normalizado que acredita el acuerdo entre el productor o poseedor de un tipo determinado de residuo y el tratador que lo ha de gestionar. Gestor autorizado: persona física o jurídica autorizada para realizar las actividades siguientes: recogida, transporte, almacenamiento, valorización, disposición o comercialización de residuos. Hoja de seguimiento: documento normalizado que acredita la entrega de un residuo del productor o poseedor al transportista que lo llevará hasta un gestor, y que contiene información relativa al tipo y cantidad del residuo, forma de retirarlo (bidón, contenedor, etc.), precauciones que se deben adoptar para el transporte y en caso de accidente, origen y destino, etc. Límite de emisión: nivel que, de acuerdo con la legislación, no se ha de superar. Residuo: sustancia u objeto de los cuales el generador o poseedor se ha desprendido o tiene la intención u obligación de desprenderse. Residuo especial: el que, por sus características físicas, químicas o biológicas, tóxicas o peligrosas, o por causa de su grado de concentración, requiere un tratamiento específico y un control periódico con el fin de evitar sus efectos potencialmente nocivos para la salud o para el medio, presente las características de peligrosidad descritas en la Directiva 91/689/CEE o en el Real decreto 952/97. Residuo químico: cualquier producto químico que se rechaza porque su utilidad o su naturaleza han cambiado, o porque ha caducado o ha quedado obsoleto. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 6. SITUACIÓN ACTUAL DE LA GESTIÓN DE RESIDUOS QUÍMICOS Muchos centros, servicios y establecimientos sanitarios no conocen bien qué residuos químicos generan ni son suficientemente conscientes de los riesgos más importantes asociados a ellos, tanto para el personal que trabaja con ellos como para el medio ambiente. Normalmente, los residuos químicos se vierten por el desagüe, sin ningún tratamiento previo, y contaminan las aguas residuales del centro sanitario, o bien se eliminan con los grupos I, II y III, generando problemas de contaminación en vertederos, autoclaves e incineradoras de residuos municipales. 6.1. Riesgos para el personal sanitario implicado en su gestión La manipulación, el transporte y el almacenamiento de los residuos químicos tiene riesgos para el personal que trabaja con ellos, asociados al hecho que pueden ser: Cancerígenos Irritantes Comburentes Mutagénicos Corrosivos Nocivos Explosivos Sensibilizantes Extremadamente Tóxicos y muy inflamables tóxicos Fácilmente Tóxicos para la inflamables reproducción Inflamables 6.2. Ventajas de una gestión correcta Las ventajas de una gestión de residuos químicos correcta son decisivas porque: Facilita la prevención de los riesgos que están asociados, dentro del centro sanitario (incendios, explosiones, intoxicaciones, etc.) y permite evitar accidentes causados por: -El uso de envases inadecuados para su recogida y almacenamiento. -La mezcla de los que son incompatibles. -Los derramamientos y las fugas durante su manipulación, transporte y almacenamiento. -La contaminación ambiental de la zona de trabajo. Ayuda a reducir: -La carga contaminante de las aguas residuales del centro sanitario. -Las emisiones contaminantes que se producen en los autoclaves donde se esterilizan los residuos del Grupo III y que pueden afectar principalmente a los operarios que trabajan con ellos. -La contaminación con productos químicos de los lixiviados de los vertederos en donde se depositan los residuos de los grupos I y II o bien de la atmósfera en el caso de ir a una incineradora de residuos municipales. -La contaminación del propio ambiente de trabajo. Contribuye a que el centro sanitario cumpla con los límites de vertido en el alcantarillado. Disminuye la carga contaminante de los lodos de depuradoras de los centros sanitarios o municipales. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 7. EL FUTURO DE LA GESTIÓN DE RESIDUOS QUÍMICOS: MINIMIZACIÓN+DISPOSICIÓN En el futuro, la gestión de residuos químicos en los centros sanitarios deberá tener en cuenta los riesgos que les están asociados, dentro del centro sanitario, y el riesgo medioambiental que representa su gestión inadecuada con los grupos I, II y III o aguas residuales. El futuro de la gestión de residuos químicos pasa por una adecuada complementación entre las alternativas de minimización y disposición. 7.1. Minimización No hay dudas de que la minimización constituye la opción ambientalmente prioritaria para resolver el problema de los residuos. Los siguientes hechos hacen que esta realidad sea cada día más evidente: La legislación en este campo es cada vez más exigente y sus objetivos sólo se pueden alcanzar mediante la minimización. Por ejemplo, el Real decreto 952/1997, de 20 de junio, establece la necesidad de que los establecimientos generadores de residuos especiales hagan estudios para minimizarlos. El control del cumplimiento de la legislación es cada vez más estricto y las sanciones son frecuentes. Los costes crecientes de los tratamientos clásicos (vertederos, incineradoras) La mayor conciencia medioambiental de la sociedad y el papel que han de jugar los centros sanitarios como ejemplos de excelencia sanitaria y ambiental. La minimización de residuos comprende los conceptos siguientes: Reducción en origen, mediante la disminución del volumen o la peligrosidad de los residuos químicos generados y del consumo de productos que contienen compuestos peligrosos, que incluye: -la sustitución de reactivos por otros menos contaminantes. -la sustitución de equipos convencionales por otros que utilizan reactivos menos contaminantes o que generen menos residuos. -la aplicación de nuevas técnicas que utilicen reactivos menos contaminantes. Valorización -Reciclaje de residuos, después de someterlos a un tratamiento (por ejemplo, destilación de xilol y etanol). Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios 8. ELABORACIÓN DE UN PLAN DE GESTIÓN La planificación e implantación de un plan de gestión de residuos químicos en un centro sanitario depende de sus características y del tipo de residuos que genera. En este apartado se proponen las etapas básicas que han de contemplar este plan. 8.1 Implicación de la gerencia del centro sanitario 8.2 Selección del responsable del plan y establecimiento de sus objetivos 8.3 Realización de una auditoría interna de residuos y emisiones orientada a la minimización 8.4 Priorización de flujos de residuos y selección de alternativas para su minimización o disposición 8.5 Selección de los gestores autorizados 8.6 Preparación de un protocolo y formación del personal 8.7 Seguimiento y control 8.8 Consultas 8.1. Implicación de la gerencia del centro sanitario Para que un plan de gestión de residuos químicos en un centro sanitario tenga éxito y funcione correctamente es indispensable que la gerencia dé su soporte, consiga la colaboración del personal y le haga saber su compromiso con el plan. Es muy importante que haga conocer claramente cuáles son los beneficios que se pueden obtener con su realización, desde los puntos de vista de salud laboral, legal y medioambiental. También es vital que el personal directamente afectado se sienta involucrado y comprometido, y que pueda percibir los beneficios directos que puede esperar, básicamente, la mejora de las condiciones de trabajo. 8.2. Selección del responsable del plan y establecimiento de sus objetivos Una vez que la gerencia ha decidido realizar un plan, se debe escoger un responsable, que será el encargado de llevar a cabo las diferentes etapas que lo constituyen. El responsable del plan ha de estar motivado para su función y tener conocimientos para poder llevarla a cabo. Es fundamental que consiga que el personal afectado se sienta coautor y responsable, y le dé soporte y colaboración. ANEXO 1. MINIMIZACIÓN DE LOS RESIDUOS QUÍMICOS En este apartado se citan las actuaciones que se pueden aplicar en un centro sanitario con el propósito de minimizar la generación de residuos químicos. La minimización incluye la prevención y la reducción mediante la adopción de buenas prácticas y la modificación de las operaciones, así como el reciclaje y la reutilización de algunos productos. 1. Buenas prácticas 2. Modificación de operaciones 3. Reciclaje 1. Buenas prácticas Las buenas prácticas son actuaciones destinadas a reducir los residuos y las emisiones que se generan más por motivos organizativos y humanos que técnicos. Se caracterizan por su sencillez, facilidad de aplicación y porque, en general, no originan oposición en el personal del centro sanitario. Sus resultados se pueden apreciar a corto plazo y el coste de su aplicación es bajo. A continuación, se citan buenas prácticas para conseguir la: Reducción del consumo de desinfectantes de la limpieza Para reducir el consumo de desinfectantes se aconseja: Evitar La desinfección rutinaria de techos, paredes y suelos de zonas no clínicas. El uso de productos desinfectantes para las manos en zonas no clínicas. Realizar la desinfección rutinaria sólo de las superficies de los quirófanos, servicios de infecciosos, zonas de aislamiento y lugares donde se apliquen técnicas invasivas. Reducción del consumo de desinfectantes para el instrumental. Para reducir el consumo de desinfectantes para el instrumental, se aconseja adoptar las buenas prácticas siguientes: Evitar la desinfección previa al lavado, ya que es innecesaria, aumenta los costes y la contaminación de las aguas residuales. Lavar muy bien el material lo antes posible, después de su utilización, ya que los restos de materia orgánica inactivan muchos de los productos usados para la desinfección. Por esta razón se aconseja: disponer de cepillos adecuados a la forma del instrumental que se tiene que lavar utilizar agua caliente y detergente. Asegurar que la desinfección es completa, controlando: el tiempo de contacto del material con la solución desinfectante la antigüedad y la concentración de las soluciones desinfectantes. Alargar la vida útil de las soluciones desinfectantes, protegiéndolas del calor y de la luz, poniéndolas en envases opacos que se puedan tapar y que dispongan de una etiqueta donde aparezca la fecha de preparación y de caducidad. Reducción del consumo de revelador y fijador en radiología El consumo de revelador y de fijador para el revelado de placas radiográficas en equipos convencionales se puede reducir si se adoptan las medidas siguientes: Utilizar la cantidad justa de agua y reactivos que el fabricante del equipo recomienda para cada operación. Aclarar los envases vacíos de revelador y fijador con un poco de agua, e incorporarla a los preparados. De esta manera, además de reducir el consumo de revelador y fijador, los envases vacíos quedan limpios y se pueden reutilizar para almacenar residuos. Mantener los envases de reactivos tapados. Utilizar un revelador y fijador en polvo. Esta práctica permite ahorrar hasta un 20% de material. Además, reduce drásticamente la cantidad de envases de plástico que se generan. Reducción del consumo de placas radiográficas Para reducir este flujo de residuos, el centro sanitario tendría que adoptar las buenas prácticas siguientes: Hacer controles periódicos de los equipos de radiología de acuerdo con el Real decreto 2071/1995, de 22 de diciembre , en el cual se establecen los criterios de calidad en radiodiagnóstico. Determinar las razones por las cuales algunas radiografías son incorrectas y registrar las circunstancias en las que se producen (servicio, tipo de radiografía, de aparato, de error cometido, operarios responsables, etc.), para poder, de esta manera, sugerir soluciones. Controlar la formación de los técnicos que manejan los equipos. La falta de experiencia puede ser la razón por la cual se hacen radiografías incorrectas. Lavar los equipos sistemáticamente para asegurar la calidad de las radiografías. Reducción de la cantidad de medicamentos que se transforman en residuos Para conseguirlo es aconsejable rechazar las muestras gratuitas que ofrecen los laboratorios. Reducción de la exposición a los gases anestésicos en los quirófanos Para reducir la exposición del personal a los gases anestésicos, se pueden adoptar algunas de las buenas prácticas que se mencionan a continuación: Antes de administrar N2O o los agentes clorados debe comprobarse que la mascarilla se ha colocado y ajustado correctamente, se ha intubado la tráquea y se ha conectado el tubo endotraqueal al circuito de vacío. Antes de extraer los tubos o de sacar la mascarilla, se debe administrar oxígeno puro durante todo el tiempo que sea posible para eliminar así los restos de gases de anestesia. Al finalizar cada intervención, se debe comprobar que se ha cerrado el vaporizador de gases. Reducción de las emisiones de gases refrigerantes Las emisiones de gases refrigerantes se pueden reducir para disminuir sus consecuencias, mediante programas de mantenimiento preventivo de los equipos que utilicen estos gases (neveras, equipos de aire acondicionado, etc.), adoptando las medidas siguientes: Verificar el buen funcionamiento del compresor; si entra aire en el circuito su rendimiento baja enormemente. Comprobar que la empresa que realiza el mantenimiento dispone de un equipo extractor preparado para limpiar el gas y reinyectarlo, y no libera el gas refrigerante a la atmósfera. Reducir la longitud de las conducciones de líquidos refrigerantes. Controlar las fugas de gas en las tuberías. Cuidar y lavar periódicamente las rejillas de ventilación de la sala de compresores. Adecuar la parte de alta presión de las instalaciones viejas. Instalar los compresores de manera que tengan una ventilación correcta. Mejora de la gestión de inventarios en los laboratorios La generación de residuos en los laboratorios del centro sanitario se puede reducir mediante la adopción de medidas como las que se describen a continuación: Aceptar los reactivos sólo después de una inspección. Los procedimientos habituales han de incluir: comprobar que los reactivos que se compren se ajustan a las necesidades del laboratorio, con el propósito de reducir la existencia de reactivos fuera de especificación. estudiar la posibilidad de comprar reactivos alternativos menos peligrosos. Establecer una política de compras adecuada, orientada a favorecer la adquisición de la cantidad de reactivos estrictamente necesaria. Comprar los reactivos en envases de tamaño adecuado a la cantidad que se necesita en cada oportunidad. Si no se puede y es un reactivo utilizado ocasionalmente y de uso compartido por diferentes laboratorios, éstos deberán ponerse de acuerdo o dosificarlo. Escoger los reactivos y los procedimientos que permitan obtener resultados similares utilizando la cantidad más pequeña de cada reactivo y que generen menos residuos. Pactar con los proveedores la devolución de los envases de reactivos vacíos Exigir a los proveedores la ficha de datos de seguridad (FDS) de cada producto de acuerdo con los reales decretos 363/95, de 10 de marzo, y 1078/93, de 2 de julio. Realizar controles periódicos de inventarios, con el propósito de mantenerlos actualizados. Crear un almacén de seguridad centralizado para los reactivos, con el propósito de evitar que se compren los mismos productos en diferentes áreas del centro sanitario. Rechazar las muestras gratuitas que los representantes de los proveedores proporcionan a los laboratorios. Reducción de residuos en el almacén de seguridad La adopción de buenas prácticas en el almacén de seguridad para los residuos químicos del centro sanitario ayuda a reducir residuos y emisiones: Almacenar los envases y contenedores de manera que la detección visual de corrosión, fisuras o fugas resulte fácil. Controlar periódicamente las válvulas, grifos y tapaderas de los envases y contenedores, para asegurar un cierre adecuado. Disponer de un registro completo de los vertidos y de los costes de su limpieza. Evitar el llenado en exceso de los envases y contenedores. Utilizar embudos o bombas manuales para transferir líquidos de un contenedor a otro. Escoger contenedores compatibles con el residuo que se pretende almacenar. Por ejemplo, no se tienen que colocar ácidos en recipientes metálicos. Mantener los contenedores herméticamente cerrados (a no ser que las indicaciones del producto que contienen lo desaconsejen) cuando no se están utilizando, y utilizar preferentemente los que tienen tapaderas con rosca, para evitar vertidos en caso de una caída. Sustituir los envases de plástico cada cinco años y transvasar los productos que contienen a envases nuevos, ya que algunos materiales envejecen. Colocar siempre los contenedores en estanterías observables, a una altura que no supere la de los ojos. Etiquetar todos los contenedores de manera que se pueda conocer perfectamente su contenido. Se aconseja que en la etiqueta se anote la denominación exacta del producto que contiene, pero también su nombre coloquial, para facilitar su identificación (por ejemplo: cloroformo y triclorometano). Separar los contenedores para facilitar su inspección. Mantener las distancias apropiadas entre productos químicos incompatibles o cuya mezcla sea peligrosa. Conservar el almacén limpio, sin obstáculos y convenientemente iluminado. Asegurar que todos los contenedores sigan un programa de mantenimiento que los conserve en buenas condiciones. Establecer procedimientos escritos para todas las operaciones de carga, descarga, manipulación y transporte de los residuos. El personal que manipula residuos químicos debe saber claramente cuál es su peligrosidad, para adoptar las medidas de precaución y protección pertinentes (delantal, guantes, gafas, máscaras antigas, etc.). 2. Modificación de operaciones A diferencia de las buenas prácticas, la modificación de operaciones comporta cambios más profundos: Sustitución de productos o reactivos peligrosos por otros que lo son menos Reducción del consumo de reactivos mediante la instalación de equipos automáticos para sustituir técnicas manuales. Aplicación de técnicas que utilizan materias primas menos peligrosas o que utilicen menos reactivos. Sustitución de los reactivos y de los equipos convencionales de radiología El revelador y el fijador convencionales se pueden sustituir por nuevos productos menos contaminantes sin boratos, hidroquinona, dióxido de azufre y menos ácidos. En el futuro, el uso combinado de equipos de radiología digital y revelado en seco harán desaparecer el revelador y el fijador convencionales. Sustitución de los instrumentos que tienen mercurio Se puede conseguir la reducción de los residuos de mercurio mediante la sustitución de los equipos que contienen este metal: Sustitución de los termómetros de mercurio por otros: digitales electrónicos químico/minerales, que funcionan con una mezcla eutéctica de indio. Sustitución de los tensiómetros de mercurio por otros de digitales. Sustitución de las sondas esofágicas que tienen mercurio como lastre, por otros que tienen tungsteno. Sustitución de reactivos y productos peligrosos por otros menos peligrosos A continuación se citan algunos compuestos peligrosos que pueden sustituirse por otros que no lo son tanto: Acetonitrilo (C2H3N) en la cromatografía de líquidos (HPLC), por metanol que es un alcohol que se degrada fácilmente. Benzeno por 2,2-azinobis (3-etileno benzotiazolina ácido sulfónico) (ABTS) para detectar sangre en la materia fecal. Clorhexidina por etanol o por povidona yodada. Compuestos cianurados para la determinación de hemoglobina por el lauril sulfato sódico (SLS-Hb). Diaminobenzidina en polvo por diaminobenzidina en gotas en la sección de inmunohistoquímica del laboratorio de anatomía patológica. Esta medida hace más fácil su dosificación y evita la dispersión del compuesto en forma de polvo, mejorando las condiciones de trabajo y ahorrando materia prima. Éter de petróleo, que se usa en citología, se puede substituir por etanol de 96º. Peróxido de benzoilo por peróxido de hidrógeno al 30%. R12 y R22 por gases que tengan efectos menos nocivos sobre la capa de ozono. Tolueno por xilol, que aunque es tóxico, lo es menos que el tolueno. Reducción del consumo de colorantes y decolorantes El consumo de soluciones colorantes y decolorantes se puede reducir de la forma siguiente: Filtrando las mezclas de metanol y ácido acético que se utilizan como decolorantes con un filtro de carbón activado y reutilizarlas. Filtrando y reutilizando las soluciones colorantes (hematoxilina, Ea 50, orange). Sustituyendo el método manual de tinción de Gram, por un equipo automático. Reducción de la contaminación de los líquidos residuales de los analizadores Los analizadores generan líquidos residuales de dos tipos: Líquidos residuales concentrados compuestos hasta un 90% por agua, suero humano, sangre, orina y soluciones tamponadas; también pueden contener compuestos cianurados, amoniacales, orgánicos halogenados, alcoholes, cetonas, metales pesados (mercurio, cobre y zinc). Líquidos residuales de lavado formados básicamente por agua y pequeñas cantidades de compuestos químicos. Para reducir estos residuos es posible substituir los métodos convencionales por otros menos contaminantes: Componente Reactivo convencional Bilirrubina Sal de diazobenzeno y nitrito de sodio Colesterina Diclorofenol/ fenol Tóxico Enzimático Creatinina Ácido pícrico Tóxico Enzimático Cianuro de potasio Tóxico Lauril sulfato sódico (SLS-HB) Hemoglobina Problema Tóxico Cancerígeno Nuevo método Enzimático Observación Bilirrubina-oxidasa (biliverdina) Esterol-esterasa Colesterol-oxidasa Catalasa Polarografía Creatininasa Creatina-cinasa Reducción de la emisiones de óxido de etileno Las emisiones de óxido de etileno se pueden reducir: Utilizando equipos de esterilización que trabajan con presiones negativas Sustituyendo parcialmente2 los equipos de esterilización que trabajan con óxido de etileno, por equipos que funcionan con gas plasma. 3. Reciclaje Algunos compuestos que se utilizan en el centro sanitario, como el xilol y el etanol, se pueden reciclar en las mismas operaciones si previamente se someten a un tratamiento de regeneración que consiste en una destilación, que puede realizarse en el mismo centro sanitario o fuera de él. La destilación en el mismo centro sanitario reduce los costes de adquisición de xilol; no obstante, se desaconseja por las siguientes razones: Requiere inversiones en equipos. Implica costes de mantenimiento y mano de obra. Tiene riesgos asociados (peligro de incendio). Genera residuos que se han de tratar (lodos de destilación). 2Los equipos de esterilización que trabajan con óxido de etileno se continuarán utilizando para esterilizar aquellos productos que no se pueden tratar con plasma. Guia de gestión de residuos químicos en centros s ANEXO 2. DISPOSICIÓN DE LOS RESIDUOS QUÍMICOS Aquellos que no se pueden minimizar se han de disponer mediante: Vertido controlado por el desagüe. Envasado, etiquetado y almacenamiento temporal, antes de entrega un gestor autorizado o a instalaciones de tratamiento de residuos. 1. Vertido controlado por el de Hay residuos químicos que no son peligrosos ni bioacumulables, y biodegradan rápidamente, por lo que se pueden verter por el desag forma controlada, en pequeñas cantidades, teniendo en cuenta q ningún momento se han de superar los límites establecidos p vertido en el sistema de saneamiento, al cual el centro sanitari conectado. Normalmente, se verterán en el desagüe las soluciones acuosa metanol, etanol y las soluciones diluidas de los compuestos siguie Orgánicos: acetatos (Ca, Na, NH4+, K), almidón, aminoácido sus sales, ácido cítrico y sus sales de Na, K, Mg, Ca y NH4, á láctico y sus sales de Na, K, Mg, Ca y NH4+, azúcares, ácido acético y peracético, glutaraldehído, formaldehído... Inorgánicos: hidrogenocarbonatos (Na, K), bromuros (Na, K carbonatos (Na, K, Mg, Ca, Sr, Ba, NH4+), fluoruros (Ca), yod (Na, K), óxidos (B, Mg, Ca, Al, Si, Fe), silicatos (Na, K, Mg, C sulfatos (Na, K, Mg, Ca, Sr, Ba, y NH4+), acetatos (Ca, Na, NH y clorito de sodio. En el anexo 6, se citan las autorizaciones administrativas que debe tener un cen sanitario para verter aguas residuales. 2. Entrega a un gestor autorizado o a instalaciones de tratam Los residuos que no se pueden minimizar ni tirar por el desagüe se que segregar en origen, envasar y almacenar temporalmente, has se entregen a un gestor de residuos o a una instalació tratamiento autorizados. Se debe tener en cuenta que mientras el centro sanitario es el pos de los residuos químicos, la responsabilidad penal y civil recae mismo centro, pero cuando cede los residuos a terceras pe (gestores autorizados o instalaciones de tratamiento) pueden dars situaciones en relación a la responsabilidad civil del centro sanitario Si los residuos químicos se entregan a terceros que no están dados de alta como gestores en el Departamento de Medio Ambiente, el centro sanitario responde solidariamente de cualquier perjuicio, como también de las sanciones pecuniari se puedan imponer. Si los residuos químicos se entregan a terceros que disponen autorización correspondiente, esta cesión no dispensa al cen sanitario de la responsabilidad civil subsidiaria derivada de cualquier perjuicio causado por el residuo, si el beneficiario d cesión no la puede atender. Estas consideraciones son aplicables a cualquier residuo químico que genere el centro sanitario; no obstante, se deberá ser más estricto cuando se trate de residuos muy peligrosos y con mayores posibilidades de causar perjuicios graves. A efectos de los residuos químicos, se consideran cedidos al gestor cuando éste ha firmado la hoja de seguimiento. Una de las copias tiene que quedarse en el centro sanitario y se tiene que conservar como mínimo durante cinco años. El transportista autorizado tiene que informar al centro, servicio o establecimiento sanitario sobre la instalación autorizada de tratamiento o disposición donde llevará los residuos químicos. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios ANEXO 3. SEGREGACIÓN EN ORIGEN Y ENVASADO DE LOS RESIDUOS QUÍMICOS Aquellos que no se pueden minimizar se deben segregar en origen, verterlos por el desagüe, cuando esto sea posible, o darlos a un gestor autorizado o a una instalación de tratamiento. 1. Criterios para su segregación en origen. 2. Grupos en que se segregarán 3. Envases para su recogida 4. Etiquetado de los envases que los contienen 5. Criterios para escoger la capacidad de los envases 6. Control del número de envases 1. Criterios para su segregación en origen Los residuos químicos que se generan en el centro sanitario han de ser segregados en origen, de acuerdo con los criterios siguientes: Se deben segregar los residuos líquidos de los sólidos. Se deben segregar los residuos especiales de los inocuos. Se deben segregar los residuos cancerígenos de los que no lo son. Se deben segregar los residuos especiales entre sí, de acuerdo con el tipo de contaminante. También es aconsejable que la segregación en origen se haga teniendo en cuenta que se debe: Reducir a un mínimo el trabajo del personal de los laboratorios y otros servicios, y las posibilidades de que se cometan errores a la hora de hacer la segregación. Facilitar al gestor autorizado el tratamiento posterior del residuo. La segregación en origen tiene, entre sus principales objetivos, evitar: La mezcla de residuos incompatibles, es decir, los que reaccionen violentamente o exotérmicamente, o los que generen subproductos inflamables o tóxicos. Las mezclas que puedan reducir el potencial de reciclaje y reutilización de algunos residuos. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios ANEXO 4. RESIDUOS QUÍMICOS MÁS CONFLICTIVOS Dentro de los numerosos residuos químicos que genera un centro sanitario, hay un grupo que, por la cantidad y frecuencia de generación o su peligrosidad, es más conflictivo y debe recibir una atención especial. Residuos más conflictivos Acetona Acetona + metanol Acetona + ciclohexanona Baño fijador Baño revelador Ciclohexanona Dicloroetano Fluorescentes Formol Hexano Mercurio Lámparas de mercurio >Medicamentos caducados Medicamentos en unidosis sin especificación o fecha de caducidad Medicamentos de nevera, la estabilidad de los cuales se sospecha que ha sido afectada Pilas y baterías Placas radiográficas Tetróxido de osmio Tinción de Papanicolau Tolueno Xilol Xilol + parafina 1. Servicios donde se generan los residuos que han de recibir una atención especial 2. Alternativas de minimización y disposición Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios ANEXO 5. REDUCCIÓN DE LA CONTAMINACIÓN DE LAS AGUAS RESIDUALES En los centros sanitarios se generan aguas residuales alcalinas (pH entre 8 y 9) contaminadas con detergentes, blanqueadores y diferentes productos de limpieza y desinfección, especialmente lejía, responsables de la formación de compuestos halogenados, absorbibles 3. Estos últimos son tóxicos, se degradan con dificultad, y llegan al ser humano a través de la grasa de los animales (peces, bóvidos, etc.), donde se acumulan. 1. 2. 3. 4. Reducción de la formación de compuestos halogenados absorbibles Ídem de la contaminación causada por el lavado de tejidos Ídem de la contaminación causada por el lavado del material de laboratorio Ídem de la contaminación causada por la limpieza y desinfección de los equipos de hemodiálisis 5. Ídem de la contaminación causada por el uso de instrumental y reactivos con mercurio 6. Ídem de la contaminación causada por las soluciones cianuradas de los analizadores de hematología. 1. Reducción de la formación de compuestos halogenados absorbibles Para reducir la formación de compuestos halogenados absorbibles, se recomienda adoptar las buenas prácticas siguientes: Evitar el vertido de fenoles. Desinfectar con hipoclorito sólo cuando sea necesario y cuando no haya riesgo de reacciones secundarias. 3 Compuestos halogenados no volátiles y volátiles. 2. Ídem de la contaminación causada por el lavado de tejidos Para el lavado de tejidos se utilizan detergentes y aditivos (blanqueadores, blanqueadores ópticos , neutralizantes, suavizantes). Es posible disminuir la carga contaminante de las aguas residuales debida al uso de estos productos si se adoptan las buenas prácticas siguientes: Reducir la dureza del agua que se utiliza en la lavandería instalando una unidad de descalcificación. El uso de agua blanda permite disminuir entre un 10 y un 30% el consumo de detergente. Contar con dosificadores eficaces que permitan trabajar con dosis pequeñas. Una formación adecuada del personal de limpieza permitirá abandonar la costumbre de dosificar "a ojo", lo que origina un incremento de hasta un 40% del consumo de detergente. Frecuentemente la dosis recomendada por los proveedores es excesiva. Se aconseja calcular la dosis adecuada Salud ambiental ANEXO 6: AUTORIZACIONES ADMINISTRATIVAS PARA EL VERTIDO DE AGUAS RESIDUALES Todo vertido de aguas residuales ha de disponer de la autorización administrativa correspondiente, en la cual figuran, entre otras, los límites de vertido a cumplir. En el caso de que los vertidos de aguas residuales de un centro sanitario vayan a parar, directa o indirectamente, a dominio público (ríos, riachuelos o mar), el centro sanitario tendrá que pedir la autorización administrativa correspondiente a: La Junta de Sanejament, en el caso de las cuencas internas de Cataluña. La Confederación Hidrográfica del Ebro, para las cuencas de este río. Cuando los vertidos de aguas residuales de un centro sanitario vayan a parar directa o indirectamente al alcantarillado, son las administraciones locales (municipales, supramunicipales o comarcales) las que han de dar la autorización correspondiente. En Cataluña, los limites de vertido están establecidos por estas normas: Reglamento Regulador de los Vertidos Residuales en el área Metropolitana de Barcelona. Reglamento Regulador de Aguas Residuales del Consorcio para la Defensa de la Cuenca del Río Besós. Reglamento del Dominio Público Hidráulico. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios ANEXO 7. TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO DE LOS RESIDUOS QUÍMICOS 1. 2. 3. 4. Logística para el transporte y el almacenamiento Características del almacén de seguridad centralizado Armarios de seguridad Compatibilidad de los residuos que se almacenan 1. Logística para el transporte y el almacenamiento Siguiendo los mismos criterios que para el almacenamiento de los productos químicos, los centros sanitarios han de diseñar una logística para el transporte interno y almacenamiento de los residuos químicos, que permita mantenerlos bajo control y en condiciones de seguridad, desde el momento en que se generan hasta que se entregen a un gestor autorizado. Hay la posibilidad de construir un almacén de seguridad centralizado en el que se acumulen los residuos químicos peligrosos de todo el centro sanitario, o crear zonas de almacenamiento intermedio o transitorio, instalando armarios de seguridad, también denominados armarios protegidos, donde se guardarán transitoriamente los residuos, en espera de que se transporten al almacén de seguridad centralizado o de que el gestor los recoja y se los lleve. Las zonas de almacenamiento transitorio estarán sujetos a las mismas normas de seguridad que los almacenes centralizados, especialmente en lo que respecta a la protección contra incendios. El Real decreto 833/88, modificado por el 952/97, de 20 de junio, indica que el tiempo de almacenamiento de los residuos especiales no podrá exceder de seis meses, excepto en caso de autorización especial del órgano competente de la comunidad autónoma en donde se lleve a cabo este almacenamiento. Se debe recoger y almacenar los residuos de tal forma tal que se proteja el personal del centro sanitario, los operarios de la empresa de gestión de residuos, el medio ambiente en general y se evite la contaminación de los residuos. Con frecuencia, se pasa por alto la importancia de que el almacenamiento y la transferencia de los residuos destinados al reciclaje se haga con el mismo cuidado que el del material virgen. Se debe tener en cuenta que el potencial de reciclaje que tiene un residuo puede disminuir, o hasta anularse, si se contamina. Es necesario considerar que, durante las operaciones de transporte interno, manipulación y almacenamiento de los residuos químicos dentro del centro sanitario, pueden producirse fugas y vertidos, a causa de la negligencia o desconocimiento de los operarios o de la falta de equipos adecuados, y presentar riesgos para la salud. Guia de gestión de residuos químicos en centros sanitarios BIBLIOGRAFÍA Abwasser aus Krankenhäusern: Shadstoffe; Vorkommen und Möglichkeiten zur Verminderung, K. Kümmerer, Umweltschutz in Krankenhäusern, Symposium, Juni 1994. An Ounce of Prevention, Waste Reduction Strategies for Health Care Facilities, American Society of Healthcare Environmental Services of the American Hospital Association. CRC Handbook of Laboratory Safety, 3rd Edition, A. Keith Furr, Ph. D. 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