INFORME DE LA FUNDACIÓN PARA LA DEFENSA DEL AMBIENTE (FUNAM) SOBRE LA LEY 5.285 DE LA PROVINCIA DEL CHACO, CÓMO CONTRIBUYE AL MAYOR DESMONTE DE LOS REMANTES DE BOSQUE SECO, Y POR LO TANTO AL GENOCIDIO SILENCIOSOS DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS CHAQUEÑAS. Por Prof. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo Presidente de FUNAM (Fundación para la defensa del ambiente) y Profesor Titular de Biología Evolutiva Humana en la Universidad Nacional de Córdoba. Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de San Luis. Director del Curso de Postgrado sobre Evaluación de Impacto Ambiental de esa Universidad. Profesor Titular de la Maestría en Gestión Ambiental Metropolitana de la Universidad de Buenos Aires y de la Maestría en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Ex Rector de la Universidad Libre del Ambiente, ex Director de la Maestría en Gestión Ambiental y Ecología de la Universidad Nacional del Nordeste (Resistencia, Chaco) y ex Director de la Maestría y Especialización en Gestión Ambiental de la Universidad Nacional de San Luis (Villa Mercedes, San Luis). Premio a la Investigación Científica de la Universidad de Buenos Aires. Premio Global 500 de Naciones Unidas. Premio Lista de Honor de la Academia de Desarrollo Educativo de los Estados Unidos. Premio “Argentina tiene ejemplos”. Representante Titular de FUNAM, como organización con status consultivo, ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC). CÓRDOBA, ARGENTINA. Julio de 2004 1. INTRODUCCION. El gobierno de la provincia del Chaco produjo una inconsulta modificación de la Ley de 2.386 mientras continuaba la descontrolada venta y cesión de tierras fiscales con bosque nativo. Estos actos muestran cuatro omisiones por parte del Poder Ejecutivo y parte de la Cámara de Representantes. La norma fue modificada: a) Sin consultar a las comunidades indígenas cuando la legislación vigente en Argentina así lo exige (Convención 169 de la Organización Internacional del Trabajo, artículo 37 de la Constitución del Chaco, Artículo 75 Inciso 17 de la Constitución de Argentina, ver abajo). b) Sin consultar a los pobladores rurales no indígenas. c) Desconociendo la estrecha relación que existe entre el territorio de vida de cada comunidad indígena y el bosque, y d) Ignorando deliberadamente: d.1) Criterios elementales sobre funcionamiento del Chaco boscoso. d.2) Principios básicos de ecología, y d.3) Reglas básicas de gestión ambiental. Al mismo tiempo, y posiblemente con la intención de morigerar la reacción pública contraria desatada por esa modificación, cuatro días después de la presentación del Recurso de Amparo, el 21 de abril de 2004, el Gobierno del Chaco creó por Decreto 672 la "Reserva de Recursos Impenetrable Chaqueño" de un millón de hectáreas (250.000 Ha en el Departamento Brown y 750.000 ha en el Departamento Güemes). Es necesario aclarar, al respecto, que esta nueva decisión, positiva en tanto se proteja efectivamente el ambiente chaqueño, carece de efecto sobre la ley 5.285, que sigue siendo una puerta abierta al desmonte y la expansión descontrolada de cultivos industriales como la soja o el maíz RR. La vigencia de la ley 5.285, una norma que a nuestro juicio es ilegal y técnicamente incorrecta, abre la posibilidad de mayores desmontes en un momento particularmente favorable a la expansión de un nuevo cultivo transgénico, el maíz RR (Round Up Ready, NK603). Tanto la aprobación de este híbrido en Argentina como su reciente incorporación al listado de importaciones autorizadas para consumo animal e industrial en Europa (Comisión Europea, ultima semana de julio de 2004) son una nueva amenaza para los bosques chaqueños. Este nuevo híbrido se suma a la soja RR que fuera aprobada en 1996 en Argentina, y que está por detrás de buena parte de los desmontes ocurridos recientemente en la provincia del Chaco (junto al algodón, ver "Conclusiones"). 2. ANÁLISIS. 2.1. LAS COMUNIDADES INDÍGENAS NO FUERON CONSULTADAS. El Artículo 15 Inciso 1 de la Convención 169 de la OIT ratifica "Los derechos de los pueblos interesados a los recursos naturales existentes en sus tierras deberán protegerse especialmente. Estos derechos comprenden el derecho de esos pueblos a participar en la utilización, administración y conservación de dichos recursos". Según su Inciso 2 "En caso de que pertenezca al Estado la propiedad de los minerales o de los recursos del subsuelo, o tenga derechos sobre otros recursos existentes en las tierras, los gobiernos deberán establecer o mantener procedimientos con miras a consultar a los pueblos interesados, a fin de determinar si los intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué medida, antes de emprender o autorizar cualquier programa de prospección o explotación de los recursos existentes en sus tierras. Los pueblos interesados deberán participar siempre que sea posible en los beneficios que reporten tales actividades, y percibir una indemnización equitativa por cualquier daño que puedan sufrir como resultado de esas actividades". Recordemos además que el Artículo 75 Inciso 17 de la Constitución Nacional de 1994 establece una serie de preceptos fundamentales: "Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones". El gobierno decidió unilateralmente el destino de recursos naturales y sistemas ecológicos cuya destrucción afecta directamente a las comunidades indígenas, incumpliendo así las normativas constitucionales (Artículo 75 Inciso 17 de la Constitución de Argentina, Artículo 37 de la Constitución del Chaco) y una convención internacional (Convenio 169 de la OIT, varios artículos). Las comunidades no podían estar marginadas de este proceso. El gobierno de la provincia se arrogó a sí mismo el poder de decidir por otros que la ley obligaba a consultar. De haber habilitado la participación indígena las propias comunidades le podrían haber explicado al gobierno y a los legisladores cómo funciona el Chaco seco, y cuáles son sus debilidades y fortalezas ecológicas. Lamentablemente esto no se hizo. Gobierno y parte de la Legislatura hicieron un proyecto de norma unilateral que desconociendo leyes, derechos indígenas y reglas ecológicas fundamentales (ver abajo). Los pobladores rurales del bosque seco tampoco fueron consultados. El gobierno del Chaco si mantuvo contactos, en cambio, con sectores de interés que no viven en el bosque, y que se benefician con la expansión de la frontera agrícola (cultivo de soja y algodón).. 2.2. NO SE RESPETÓ EL TERRITORIO (ZONA DE VIDA) QUE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS NECESITAN PARA OBTENER SUS PLANTAS MEDICINALES, ALIMENTOS Y MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN. Los indígenas que son cazadores, pescadores, recolectores y agricultores de subsistencia, como los Chaqueños, viven sobre un territorio donde obtienen las plantas medicinales, alimentos y materiales de construcción que necesitan. Lograron sobrevivir durante miles de años gracias al profundo conocimiento que tienen de ese territorio, y a un modo de vida que lo utiliza sin exterminarlo. Una componente clave de su éxito de supervivencia fue la inexistencia de la noción de propiedad tal cual la entienden los blancos. Cada comunidad está ligada a un territorio que utiliza, y que solo es "su" territorio mientras lo ocupan. Al trasladarse establecen un nuevo territorio, y el abandonado diluye los escasos impactos que pudo haber dejado esa comunidad. Al no haber propiedad privada de la tierra, ni herencia de esa propiedad, el ambiente se utiliza forma móvil y sobre todo temporaria. Los ecosistemas naturales como el Chaqueño siempre cambiaron (no hay ecosistema que no cambie), y los indígenas que viven en esos ambientes naturales siempre trataron de adaptarse a sus cambios y limitaciones. Los blancos, en cambio, buscaron adaptar el ambiente al cambio humano, minimizando, trágicamente, las futuras consecuencias de esta estrategia. El territorio total y temporal de una comunidad indígena chaqueña está conformado por varios territorios "menores" interrelacionados entre sí. 2.2.1. TERRITORIO FAMILIAR. En una comunidad existen varios territorios familiares claramente separados entre sí, cada uno de ellos con una o más familias. El territorio familiar asume la forma de una explanada, subcircular o de contorno irregular, donde el suelo desnudo contrasta con la coloración de la vegetación Chaqueña. Esta deliberada falta de vegetación aumenta la seguridad pues cualquier animal que ingrese desde el bosque, incluidas serpientes venenosas, puede ser fácilmente observado. Aquí se ubican las viviendas y los patios de uso común, los animales domésticos, .los pequeños cultivos (cuando los tienen), ciertos usos especiales, como depósito de residuos y área de descarga de excretas. Aunque es un "territorio" familiar, queda abierto en forma permanente a todas las otras familias de la aldea. El territorio familiar tiene una cierta identidad (resultado de la disposición de las viviendas, de los elementos acompañantes, de la vegetación próxima), y una cierta aislación de los restantes territorios familiares. Se conecta a los otros mediante pequeños caminos o huellas. 2.2.2. TERRITORIOS DE USO COMÚN. Comprende: a) Los senderos, pequeños caminos y huellas que unen entre sí a los territorios familiares. No incluye los senderos que conforman la "red" del territorio de búsqueda activa, ni los caminos que llevan a otras comunidades y lugares (ver abajo). Es frecuente que durante el día los pequeños caminos entre territorios familiares sean intensamente utilizados. b) Las áreas para higiene personal y lavado de ropa. c) Las áreas de provisión de agua de bebida para consumo familiar, y d) El cementerio. 2.2.3. TERRITORIO COMUNITARIO. Comprende el área definida por todos los territorios anteriores (territorios familiares y territorios de uso común), que conforman el territorio comunitario propiamente dicho. Excluye sin embargo el territorio activo y pasivo (ver abajo). El territorio queda definido por sus símbolos materiales (viviendas, patios, cultivos, etc.) y la ocupación familiar. Cuando parte de la comunidad migra, y quedan viviendas sin ocupar, el territorio permanece pero la ocupación efectiva de los ámbitos sin familias suele debilitarse. 2.2.4. TERRITORIO DE BÚSQUEDA ACTIVA. Es un territorio "en red". Comprende los senderos, huellas y picadas construidos en el bosque seco, que les permite desplazarse con cierta rapidez y seguridad (recuérdese que la palabra Chaco deriva del quechua "chacu", zona de caza). También incluye los microterritorios de provisión (permanentes, semipermanentes o casuales) que ellos han venido identificando en el borde de estos senderos, o que están ubicados en el "territorio pasivo" (ver adelante), al que acceden por "senderos secundarios" generalmente poco marcados. Los microterritorios de provisión comprenden, por ejemplo: a) Árboles medicinales de utilización permanente, cuyos fragmentos (trozos de corteza, raspado de corteza, hojas verdes, etc.) son extraídos sin necesidad de destruir el árbol. b) Sitios con trampas. c) Sitios con alta densidad de plantas muy buscadas. d) Sitios con abundante pesca, etc De este modo cada sendero principal, fácilmente identificable, suele tener "senderos" secundarios, menos conspicuos, que se internan en el territorio pasivo y llegan a los microterritorios de provisión (ver adelante). La identificación de la comunidad con este territorio "en red" es muy fuerte. Cada miembro de la comunidad que los recorre y protege tiene su propio repertorio de puntos y elementos ("señales") que le permiten identificar sitios clave, guiarse, e incluso detectar los cambios que pudiera haber sufrido el lugar. Los indígenas del Chaco leen primariamente el bosque a través de esta red, que por ser un muestreo de la realidad Chaqueña, delata los profundos cambios inducidos por las empresas madereras y agrícolas. La territorialidad "protectora" solo se ejerce en la práctica cuando los indígenas utilizan los senderos (principales y secundarios), y los microterritorios de provisión. Aunque esta red es cambiante, ya que surge de las complejas relaciones con el "territorio pasivo" (ver adelante), suele reflejar generaciones de recorridos, experiencias individuales y memorias colectivas. Cada sendero actual fue alguna vez un recorrido de exploración que el uso consolidó. Aunque lo calificamos de activo, la mayor parte del tiempo esta red de senderos no tiene presencia indígena. Pero está disponible, y su uso, continuo o discontinuo, la consolida. Las caminatas de inspección, búsqueda, hallazgo y transporte establecen un puente entre la comunidad y sus necesidades, y el territorio activo. Puede tratarse de un caminante solitario, o de un grupo de caminantes indígenas. Cuando se trata de un grupo, este actúa como una "comunidad de búsqueda" para orientar la exploración y la búsqueda. Es frecuente que los miembros del grupo intercambien percepciones y experiencias, y que su resultado sea un mejor ajuste a la realidad. La comunidad de búsqueda es al mismo tiempo una comunidad de conocimientos. Al recorrer un antiguo sendero en búsqueda de plantas medicinales, y preguntar sobre la aplicación de tal o cual especie, los caminantes intercambiaban su saber. En una comunidad sin tradición escrita, donde los conocimientos son transmitidos oralmente y con trabajos prácticos (ver, oler, tocar, etc.), la "comunidad de conocimientos" reduce los errores e imprecisiones. La ventaja evolutiva que tuvieron y siguen teniendo los indígenas Chaqueños respecto de otros grupos fue su estrategia de vida basada en el sistema reticular de provisión. La superficie del territorio pasivo (ver abajo) garantiza que todos los impactos producidos por la propia comunidad pedan ser digeridos rápidamente, y que la diversidad de provisión de recursos (asociada a la alta biodiversidad del bosque Chaqueño) garantice, en cada temporada del año, una cierta oferta en alimentos y materiales de uso diario. Una estrategia de este tipo es particularmente apta para sortear los distintos tipos de contingencia que suele sufrir cualquier ambiente, como períodos excesivamente secos, inundaciones e incendios. 2.2.5. TERRITORIO PASIVO. Mientras el anterior territorio es una "red de senderos" primarios y secundarios, y pequeñas superficies de provisión, este territorio es de gran superficie, volumen y altura. Comprende el propio bosque y su organización interna, tenga o no senderos, huellas y picadas. Es el territorio de la comunidad, porque real y potencialmente sus miembros pueden alcanzarlo. Hasta es posible que parte de este territorio no sea utilizado durante años e incluso décadas, sin perder por ello su carácter de territorio pasivo. La vida y supervivencia de los indígenas Chaqueños se resuelve en una permanente interacción entre el territorio activo, que es una red de caminos y de microterritorios de aprovisionamiento, y el territorio pasivo. El mayor o menor disturbio que tenga el ecosistema de bosque seco se traduce en una menor o mayor disponibilidad, respectivamente, de recursos. El modelo de vida de los indígenas Chaqueños (típicamente cazadores y recolectores), que se basa en una estrategia de cadena alimentaria corta y agricultura de subsistencia, operó durante siglos sobre un continuo y muy extenso territorio pasivo. Esta continuidad y extensión reducía los impactos que producían las aldeas. Cada comunidad, al migrar, pasaba a influir sobre un "nuevo" territorio pasivo. Este último podía incluir o no parte del anterior territorio pasivo (dependiendo de la distancia entre el nuevo y el viejo asentamiento). La violenta y generalizada degradación que se ha venido registrando en el bosque Chaqueño introdujo una organización del espacio totalmente nueva, donde la posibilidad de migración está reducida o imposibilitada. Esto implica que el territorio pasivo es ahora mucho menos extenso, y que los territorios activos no tienen posibilidades de recrearse. A medida que las comunidades indígenas recuperen parte de sus antiguos territorios pasivos, en muchos casos acotados y sin bosque más allá de los límites, los territorios activos se volverán fijos o semifijos. Esto los enfrenta a importantes desafíos de manejo y autoadministración. 2.2.6.TERRITORIO TOTAL. Consideramos territorio total de una comunidad la suma de todos los territorios analizados con anterioridad (territorios familiares, territorios de uso común, territorio activo, territorio pasivo). En este territorio total la comunidad obtiene todos los recursos que necesita. Cuando la comunidad migra, el territorio total puede ser enteramente nuevo, o parcialmente superpuesto al antiguo territorio total. Dada la estrategia de vida adoptada por los indígenas Chaqueños, de caza, pesca, recolección y agricultura de subsistencia, los requerimientos de territorio total, por comunidad, es bastante importante. 2.3. CONTRADICCIÓN ENTRE LA NOCIÓN DE TERRITORIO DE LOS INDÍGENAS CHAQUEÑOS Y DE LOS BLANCOS. Para los distintos grupos de indígenas Chaqueños su territorio total es de apropiación temporaria. No lo consideran propiedad absoluta de la comunidad ni de sus miembros. Es un territorio que una vez abandonado queda disponible para futuros reasentamientos, o como simple territorio pasivo (ver arriba). Esta apropiación temporaria es complementada con un modelo de ocupación blando o biodegradable. En lugar de construir asentamientos rígidos e inamovibles como los edificados por los blancos, que son muy resistentes a la degradación biológica, hídrica, eólica y climática, optaron por sistemas fáciles de degradar, y de ser rehechos con materiales locales. Para los blancos que en sucesivas oleadas llegaron a la provincia del Chaco la tierra tiene uno o más propietarios y esa tierra es transferible a sus descendientes. Los límites suelen marcarse con barreras físicas muy conspicuas, como alambrados, muros, portones y carteles. Además de la férrea noción de propiedad privada, esta ocupación del territorio se complementa con sistemas constructivos rígidos y persistentes (edificios, playones de cemento, etc.). Donde no hay edificación ni solados es frecuente que los ambientes nativos sean destruidos para ampliar la superficie cubierta, o para que sean reemplazados por cultivos y demás modalidades productivas de baja biodiversidad. En el bosque Chaqueño los territorios de los distintos grupos indígenas estaban fuertemente adaptados al funcionamiento y limitaciones de un ecosistema continuo y biodiverso. Las sucesivas generaciones vivieron en el ambiente Chaqueño sin dejar grandes huellas, excepto su contribución a los ciclos pulsátiles de bosque y pastizal (por efecto del fuego provocado). La población blanca, en cambio, introdujo modalidades totalmente distintas. Primero se delimitaron y asignaron lotes a propietarios públicos o privados, en su mayoría blancos, sin respetar los flexibles territorios indígenas que seguramente existían antes de la apropiación. Posteriormente muchos propietarios dotaron a sus propiedades de construcciones resistentes y ecosistemas de cadena alimentaria corta (cultivos, campos ganaderos, etc.). Se volvieron habitantes sedentarios, colocaron muros y alambrados, e impermeabilizaron el suelo con cemento y asfalto. Mientras los indígenas Chaqueños son ocupantes transitorios, los blancos despliegan una ocupación rígida, inamovible y casi definitiva. Aunque en la provincia del Chaco varias comunidades comenzaron hace años a hibridizarse culturalmente, persisten, sobre todo en el Chaco seco, numerosas comunidades que mantienen buena parte de sus costumbres ancestrales y su modo de vida. Lamentablemente, la estrategia de cadena alimentaria corta que imponen los blancos implica la destrucción de la cobertura vegetal nativa, muy biodiversa, y su reemplazo por ambientes ecológicamente simples y extremadamente frágiles (cultivos de soja y algodón, por ejemplo). Cualquier norma que facilite estos procesos de simplificación ecológica para extender las fronteras agropecuarias de cadena corta rompe los territorios indígenas, y afecta gravemente sus posibilidades de supervivencia. Sus requerimientos en plantas medicinales, alimentos y materiales de construcción dependen de la permanencia de territorios activos y pasivos. El desmonte salvaje mata esta posibilidad, y habilita un proceso que nosotros llamamos de genocidio silencioso. Antes de que puedan registrarse fenómenos de expulsión la destrucción del ambiente nativo los priva de sus plantas medicinales. Debe recordarse que los Quom por ejemplo utilizan hasta 44 especies de plantas anticonceptivas, y una extenso listado de otras plantas que ayudan a conservar la salud. Sin territorio y sin bosque Chaqueño sus ancestrales procedimientos de cura y supervivencia colapsan. Tiene que quedar en claro que la simplificación ecológica impuesta por los blancos sobre un ambiente particularmente duro como el Chaqueño, cuyos índices humogénicos son muy bajos, y sus índices humolíticos muy grande, equivale a fabricar desiertos en el corto, mediano y largo plazo. Las comunidades indígenas están adaptadas al Chaco leñoso y herbáceo, pero no a los desiertos de polvo. El bosque Chaqueño que hoy se destruye con tanta ligereza al amparo de normas como la aquí analizada (la Ley 5.285) ha sido durante miles de años la principal fábrica de suelo Chaqueño, pero también el principal protector de los recursos hídricos y del clima local. Sin vegetación nativa los cultivos solo utilizan un recurso rico pero que no se renueva, y el suelo queda expuesto a la insolación y a la violencia mecánica de las lluvias, cada vez más impredecibles por efecto del cambio Climático Global. La fuerte adaptación de los ambientes nativos Chaqueños a las altas temperaturas de la "isla de calor" de Prohaska, definida por la isoterma de los 47 °C, hizo y hace que este ecosistema sea único. Cuanto más se expanda el desmonte y la simplificación ecológica no solo se derrumbarán las culturas indígenas y su salud, sino también la posibilidad de supervivencia a largo plazo de todos sus actuales habitantes. La imposición de la estrategia alimentaria de cadena corta por parte del gobierno y empresas privadas, y la expulsión de grupos indígenas que siempre vivieron de las cadenas alimentarias largas, muy sustentables, es una tragedia humana y ambiental. Solo un profundo desconocimiento de la realidad (e intereses económicos muy fuertes) pueden explicar que las topadoras destruyan el único ambiente capaz de mantenerse a sí mismo, y de mantener a quienes viven de sus recursos. Debe quedar en claro que los cultivos de soja y algodón no se autoperpetúan, y que por el contrario empobrecen los suelos, contaminan el ambiente con plaguicidas muy peligrosos, y reducen a niveles inaceptables la biodiversidad Chaqueña. Lo grave es que además de impulsar estrategias de vida incompatibles con el ambiente Chaqueño, la Ley 5.285 se redactó y aprobó violando legislación vigente. Pese a que gobierno y legisladores están obligados a consultar a las comunidades indígenas antes de aprobar normas y tomar decisiones que los afecten, esto no ocurrió. Por Artículo 75 Inciso 17 de la Constitución Nacional, por Artículo 37 de la Constitución del Chaco, y por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (Convenio que se halla por encima de las leyes del país), tanto el Poder Ejecutivo como la Cámara de Diputados estaban obligados a consultar a las comunidades indígenas antes de avanzar en el proyecto de modificación de la Ley 2.386. Dicha obligatoriedad regía asimismo para todas las operaciones de venta o cesión de tierras fiscales a terceros no indígenas, y que son utilizadas por comunidades indígenas o pertenecían a sus territorios ancestrales. Lamentablemente esta venta y cesión continuó. Peor aún, la Ley 5.285 facilita ese mecanismo de despojo. El Artículo 13 Inciso 1 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo indica claramente que "al aplicar las disposiciones de esta parte del Convenio [tierrras], los gobiernos deberán respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación". Su Inciso 2 agrega luego que "La utilización del término "tierras" en los artículos 15 y 16 deberá incluir el concepto de territorios, lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan de alguna otra manera" (OIT, 1989). El Artículo 14 Inciso 1 expresa que "Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia. A este respecto, deberá prestarse particular atención a la situación de los pueblos nómadas y de los agricultores itinerantes". Su Inciso 2, en tanto, establece que "Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión" debiendo instituir (Inciso 3) "procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos interesados" (OIT, 1989). Parte del Artículo 75 Inciso 17 de la Constitución Nacional de 1994 reconoce "la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos" y garantiza "la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan" además de regular "la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano". El repaso de la modificación impuesta a la Ley de Bosques 2.386 muestra claramente que el Gobierno y parte de la Legislatura no solo desconocían los territorios que utilizan las comunidades indígenas, sino que les impusieron, además, procedimientos que facilitan la destrucción de esos territorios. 2.4. NO SE RESPETARON LAS FUERTES LIMITACIONES AMBIENTALES QUE TIENE EL ECOSISTEMA CHAQUEÑO. Gobierno y parte de los legisladores que participaron en la modificación de la ley de Bosques 2.386 ignoraron por completo la naturaleza del ecosistema Chaqueño y sus limitaciones. Para empezar, la destrucción del bosque y de los ambientes nativos registrados en las últimas décadas ha sido demencial. Dirigentes públicos y privados siguen creyendo, equivocadamente, que todos los ambientes nativos pueden ser transformados en cultivos y campos ganaderos, y que basta, como recuerdo, conservar una cierta superficie de Parques y reservas. Urge en este punto que la Justicia le requiera formalmente al estado provincial que declare la superficie de ecosistema Chaqueño desmontada desde la provincialización de lo que fuera territorio nacional (con nombre de los beneficiarios y destino que tuvieron los bosques nativos). Sin perjuicio del tiempo que pudiera demandar este trámite es importante recordar, a los ciudadanos que desde el 26 de noviembre de 2003 rige la Ley Nacional 25.831 donde se establece que el acceso a la "información pública ambiental" será "libre y gratuito para toda persona física o jurídica" (Artículo 3°, Ley 25.831 de Libre Acceso a la Información Pública Ambiental). Es importante recordar que el ecosistema Chaqueño (Provincia Biogeográfica Chaqueña) ya no es un ecosistema continuo, sino un “archipiélago” donde las antiguas propiedades ecológicas del sistema están actualmente distorsionadas. La adaptación de muchas de sus especies y ambientes al fuego, por ejemplo, dejó de tener vigencia en aquellos sitios donde ya no existe continuidad ni superficies significativas de bosque, o donde la quema es prácticamente anual. El gobierno del Chaco parece ignorar por otra parte que la provincia se encuentra en situación de emergencia ambiental y social, y que este proceso es agravado por la pertenencia del Chaco a la "isla de calor de Prohaska" (como ya se indicó anteriormente, la zona más calientes de Sudamérica), y el Cambio Climático Global (CCG). Seguir alentando la expansión de cultivos de alto impacto sobre suelos y ambientes de extrema fragilidad es muy conveniente para los compradores privados que acceden a la tierra pagando precios bajos o incluso viles, pero no para las comunidades indígenas que vivían del bosque ni para el resto de la población y el patrimonio provincial. Uno de los ejemplos más patéticos se encuentra en la vecina provincia de Formosa, donde la empresa LIAG S.A., de origen australiano, compró tierras fiscales en Laguna Yema al irrisorio precio de 8,26 pesos la hectárea. Eso sí, muy cerca de costosas obras de aprovechamiento hídrico financiadas por el gobierno formoseño (no por la empresa LIAG S.A.). El mejor seguro para la regeneración y conservación de los suelos Chaqueños es conservar sus diferentes ambientes nativos. Resulta interesante analizar, con fines comparativos, la situación de los Molisoles. Los Molisoles de ambientes semiáridos, incluso aquellos sometidos a baja presión de uso que se manejan con criterio conservacionista, pierden rápidamente nutrientes y estructura. Esto ha sido muy bien documentado en Molisoles de ambientes subhúmedos de Oncativo (provincia de Córdoba). Los suelos con cultivo, comparados con el suelo de bosque nativo original, ya perdieron en promedio el 59,25 % de materia orgánica; el 65,00 % de Fósforo (Kg/Ha), el 43,00 % de Potasio (Kg/Ha) y el 40,00 % de Nitrógeno total (Jarsum, 1997, Comunicación personal). 2.5. ¿EN DEFENSA DE LOS BOSQUES Y LAS COMUNIDADES INDÍGENAS, O DE LA SOJA?. Después de la aprobación de la ley 5.285, que a nuestro juicio es ilegal y anticonstitucional, se pretendió reglamentarla. Como parte de un desprolijo intento de blanqueo la Subsecretaría de Recursos Naturales y Ambiente, a cargo de Bruno Schwesig, organizó tardías y parciales rondas de consulta. En uno de los encuentros sostenidos por dicho Subsecretario con organizaciones colegas para analizar las críticas a la ley 5.285, el gobierno incluyó como tema central "la necesidad de ampliar la frontera sojera" para adaptarse "al corrimiento de las isohietas". ¿Cómo puede avanzarse en la protección de los desprotegidos y cada vez menos extensos bosques chaqueños, cuando el gobierno y los funcionarios representan mayoritariamente a los productores y agricultores?. Esa frase de un funcionario público explica quizás porqué no se consultó a las comunidades indígenas, principales afectadas por una mala ley y una oscura política de venta y cesión de tierras fiscales. Si el gobierno del Chaco hubiera deseado proteger con firmeza los bosques chaqueños, la biodiversidad nativa y el derecho de las comunidades indígenas a vivir en sus antiguos territorios no hacía falta ninguna nueva ley ni reglamento, solo decisión política, férreos controles y sensibilidad social. La cruda verdad del bosque Chaqueño es que con la excusa del progreso se siguen abatiendo ancestrales fábricas de suelo y agua para colocar en su reemplazo cultivos de soja y algodón. La soja es el nuevo y más protegido "bosque" de la provincia. Lamentablemente la multiplicación de los desmontes y la ampliación de la frontera de la soja son acompañados por el uso indiscriminado de plaguicidas. Esto también forma parte del tema a debatir, porque detrás de la flexibilización de los desmontes, de la venta y cesión de tierras, y de la ampliación de los cultivos de soja sobreviene la contaminación de aire, suelo, agua, personas y otros seres vivos con glifosato y endosulfán, y sus respectivos derivados químicos, AMPA y sulfato de endosulfán. Todas estas sustancias, junto a coadyuvantes como el nonil fenol etoxilado, son activos disruptores endocrinos. De este modo las comunidades indígenas y criollas, ya despojadas de sus tierras y bosques, pasan a ser víctimas de las violenta e irracional fumigación química. En cada campaña sojera los agricultores de Argentina aplican más de 130 millones de litros del herbicida glifosato. y otros tantos millones de litros de insecticidas. 3. CONCLUSIONES. En base a todos los criterios enunciados anteriormente y la detallada revisión de la Ley 5.285 resumimos a continuación nuestra opinión técnica y sugerencias. 4.1. La Ley 5.285 es ilegal y nula de nulidad absoluta por los motivos expuestos en este trabajo. Pero además de ilegal, la Ley posee numerosos errores técnicos, desconoce criterios elementales de ecología, y se inscribe en la generación de normas de fomento productivo, no de conservación. . 4.2. Según la autoridad provincial "los propietarios y/o adjudicatarios de tierras con bosques no podrán realizar aprovechamiento ni desmonte sin la debida autorización, la cual será otorgada -previa presentación y aprobación de un Plan de Trabajoexclusivamente por la autoridad administrativa provincial". Agregan luego que dicho Plan de Trabajo "deberá ser elaborado por profesionales forestales o agrónomos matriculados", quienes son responsables solidarios de la ejecución de los trabajos que aprueba la provincia. En realidad, el nuevo contenido del Artículo 19 sorprendería a cualquier experto en gestión ambiental. Lo que correspondería hacer en cada caso es una formal Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), no un mero e incompleto Plan de Manejo. 4.3. Una ley de bosques no puede basarse únicamente en la noción de “masa boscosa productiva”. El bosque chaqueño es la fábrica que durante milenios ha construido la actual variedad de suelos. El bosque es irreemplazable en los procesos de generación de suelos y de conservación del agua (agua edáfica, agua de biomasa, agua atmosférica). Si se quiere seguir teniendo suelos, es indispensable mantener importantes superficies de bosque intacto, bien distribuidas, con cierta continuidad, y baja presión de uso. Recordemos nuevamente que los ambientes chaqueños secos tienen un bajo índice humogénico y un alto índice humolítico. El mejor seguro de vida para los ambientes Chaqueños es la persistencia de bosques. Si se opta por ir transformando la mayor parte de la provincia en cultivos, los responsables seguramente se enriquecerán. Pero la provincia del Chaco, sus habitantes y nuestro país perderán uno de los ecosistemas boscosos mejor adaptados al calor, la sequía, la generación y conservación de suelo, y la conservación de agua. 4.4. Es incomprensible que en el Artículo 19 se hayan detallado hasta el absurdo instrucciones para las llamadas "superficies a desmontar" y "superficies objeto de aprovechamiento forestal" sin haber considerado principios básicos de conservación y de gestión. Nociones fundamentales como biodiversidad general, capacidad de carga (K, K/2), fragmentación y continuidad ni siquiera figuran. ¿Porqué no se aplicó la Convención sobre Biodiversidad, cuya naturaleza la ubica por encima de nuestras leyes?. Aparentemente lo que suceda con ambientes y especies vivas únicas no integra las preocupaciones de los Artículos 19 y 19 bis. Peor aún, la pobreza técnica del Artículo 19 es agravada con el Artículo 19 bis. ¿Cómo puede un estado en pleno siglo XXI ignorar la importancia del "principio de biogeografía de islas" que desarrollaron Mac Arthur y Wilson,?. Este principio indica que cuanto más pequeños sean los ambientes naturales menor biodiversidad podrán conservar (cf. Wilson, E.O. 1992. The Diversity of Life. Ed. W.W. Norton & Co, New York , 424 p.). ¿Cómo se pudo elaborar una ley sin considerar la biodiversidad, su distribución, y la continuidad del ambiente de bosque?. ¿Sabe el gobierno del Chaco lo que sucederá a medida que la fragmentación del ambiente nativo balanceado sea cada vez mayor, y vayan quedando cada vez menos "islas" de bosque chaqueño?. ¿Conocen el gobierno del Chaco y sus legisladores lo que sucede cuando en una provincia donde sobrevive parte del ecosistema boscoso seco más espectacular y rico de la América Latina los desmontes son más importantes que la protección y el desarrollo sustentable?. ¿Se percibe lo que sucede cuando los cultivos reemplazan a los bosques, y la superficie sembrada con soja y algodón crece sin cesar? (en particular porque a diferencia de los ecosistemas naturales los ecosistemas agrícolas, con relaciones P/R>1, tienen baja biodiversidad, no se reproducen por sí mismos y son totalmente inestables). ¿Se evaluaron los efectos de cultivos de alto impacto como la soja y el algodón en una provincia en emergencia ambiental?. ¿Qué sucederá cuando por efecto de la nueva ley, la irracional venta y cesión de tierras, y la ya tradicional falta de control del Estado solo quede un puñado de áreas con ambiente nativo?. La respuesta a estas preguntas es simple: el bosque será reemplazado por una falsa y degradada pampa, donde los suelos, estrechos y frágiles, quedarán expuestos al Sol, el viento, los plaguicidas y la erosión. Lo más grave e inaceptable, sin embargo, es que esta fragmentación, indirectamente favorecida por una ley, destruirá los ecosistemas naturales donde las poblaciones indígenas obtienen sus plantas medicinales, materiales de construcción y alimentos naturales. Gracias al trabajo de una de nuestras alumnas en la Maestría en Salud Materno Infantil de la Universidad Nacional de Córdoba se logró determinar que las comunidades Quom del Chaco llegan a utilizar 44 especies de plantas anticonceptivas. ¿Tuvo en cuenta el gobierno los Legisladores al aprobar la nueva Ley lo que queda después de los desmontes con rolo, cadena o fuego?. ¿Quién responde por el territorio que los indígenas perdieron, por las plantas medicinales que ya no tendrán, por el despojo y la barbarie disfrazada de [falsa] legalidad?. Tanto la Ley 5.285 como la indiscriminada venta y cesión de tierras fiscales fomentan un doble genocidio. Genocidio actual porque la Ley 5.285 significará más enfermedad y más muerte indígena y paisana. Genocidio futuro porque la fragmentación y degradación de los ambientes hará que más personas enfermen y mueran. 4.5. La nueva ley avanzó en la consideración de criterios productivos olvidando el nuevo escenario de cambio climático que enfrenta la provincia y el país. Debemos recordar que rige la Convención sobre Cambio Climático, y que en Argentina ya son evidentes los efectos del sobrecalentamiento. Cualquier normativa que favorezca el desmonte y la pérdida de biodiversidad hace retroceder la capacidad regional para resistir cambios climáticos. Resulta por lo menos incomprensible que los escandalosos desmontes registrados en la provincia del Chaco destruyan uno de los ecosistemas mejor adaptados al calor y la sequía. Cuesta creer que en lugar de ampliar las áreas naturales protegidas y fomentar los usos agrosilvopastoriles de bajo impacto, el gobierno del Chaco favorezca un amplio reemplazo del bosque con cultivos de soja y algodón, que son particularmente sensibles al cambio climático. 4.6. Debe quedar en claro que ni siguiera la Ley 2.386 era una "buena" ley, pero su reemplazo es proporcionalmente peor, porque en pleno siglo XXI ignora criterios de gestión y de derechos humanos que nosotros calificamos de básicos. 4.7. Una reflexión especial sobre el tema de la reforestación que aborda el Artículo 19. En ningún caso la reforestación sustituye, siquiera en forma mínima, la biodiversidad y la naturaleza del bosque Chaqueño original. Además de los problemas logísticos y de falta de control desde el Estado, que tornan irrisorias las disposiciones sobre reforestación de la Ley 5.285, el gobierno parece ignorar que solo el bosque chaqueño puede generar más bosque chaqueño. 4.8. En una nota elaborada por un funcionario del gobierno Chaqueño se lee: "con respecto a la relación con las comunidades indígenas el Ministerio de la Producción tiene una permanente interacción con ellas". ¿Qué se entiende por "interacción"?. La realidad previa a la aprobación de la Ley 5.285 muestra claramente que los pueblos originarios nunca fueron consultados ni durante la elaboración de la nueva ley, ni con anterioridad a la toma de decisiones sobre venta y cesión de tierras fiscales. 4.9. La nueva Ley 5.285 se produjo no solo sin consultar a las comunidades indígenas del Chaco, sino ignorando, además, el conocimiento y sabiduría indígenas. Los Wichí, los Quom, los Mocovíes y tantos otros pueblos originarios son los mejores conocedores del bosque seco, y pueden ser sus mejores guardianes. 4.10. A nuestro juicio, el desatino técnico implícito en la aprobación de la ley n° 5.285 solo puede ser subsanado derogándola, y convocando a un grupo de trabajo para que redacte la nueva ley de bosques. Este grupo de trabajo debería integrar, entre otros, a las comunidades indígenas, sus organizaciones acompañantes y ONGs. Después de derogada la Ley 5.285 quedaría vigente la Ley 2.386, lo que evitaría vacíos legales. Esto dará tiempo suficiente para la elaboración del nuevo proyecto, y su posterior envío a la Cámara de Diputados. 4.11. No deja de llamar la atención que cuatro días después de ser presentado el Amparo Colectivo contra la ley 5.285 el Gobierno del Chaco dispusiera, por decreto 672 del 21 de abril de 2004 la creación de la "Reserva de Recursos Impenetrable Chaqueño". Tiene que quedar en claro que dicha creación no diluye ni anula los dañinos efectos ambientales y sociales de la ley 5.285, una norma que facilita los desmontes para la expansión de cultivos industriales. 4.12. Finalmente, la vigencia de la ley 5.285, que a nuestro juicio es una norma ilegal y técnicamente incorrecta, abre la posibilidad de mayores desmontes en un momento particularmente favorable para la expansión del maíz RR, un nuevo cultivo transgénico (Round Up Ready, NK603). Tanto la aprobación de este híbrido en Argentina como su reciente incorporación al listado de importaciones autorizadas para consumo animal e industrial en Europa (Comisión Europea, ultima semana de julio de 2004) son una nueva amenaza para los bosques chaqueños. Este maíz de reciente aprobación, cuya patente pertenece a la empresa multinacional Monsanto, está siendo presentado como la mejor alternativa para ambientes semiáridos como el Chaco. Según Juan Mascias, gerente de negocios de maíz de Monsanto en Argentina, "el mayor beneficio del maíz RR será para la expansión del área agrícola en las zonas marginales. Su posicionamiento va a estar dado en (...) aquellas regiones donde todavía el desmonte es una opción para la agricultura" (La Voz del Campo, Córdoba, 23 de julio de 2004, p. 2). Este nuevo híbrido se suma a la soja RR que fuera aprobada en 1996 en Argentina, y que está por detrás de buena parte de los desmontes ocurridos recientemente en la provincia del Chaco (junto al algodón). Es útil recordar que la soja transgénica provoca un desbalance de carbono y otros nutrientes en los suelos, impacto que sumado a las temperaturas más altas (por Cambio Climático Global) acelera los procesos de desertificación. Decimos por lo tanto que la ley provincial 5.285 es una inaceptable puerta a los desmontes y al ingreso de cultivos industriales que benefician por lo general a unos pocos empresarios (generalmente no chaqueños), y destruyen en forma irreversible un bosque único y extremadamente valioso sin el cual las comunidades indígenas (y los propios blancos) no podrán vivir en el corto, mediano y largo plazo. Dr. Raúl A. Montenegro, Biólogo. Presidente de FUNAM www.funam.org.ar DNI 7.630.299.