ÁMBITO JURÍDICO Materiales para la reforma del artículo 230 de la Constitución Política Para unos, el artículo 230 es claro y ordena, textualmente, la primacía de la ley y la auxiliaridad de las demás fuentes. Una interpretación de este tenor niega a la “jurisprudencia” un papel relevante como fuente del Derecho. El artículo 230 de la Constitución, sobre fuentes del derecho, ha sido materia de importantes discusiones doctrinales y legislativas. Trataré de resumirlas y dar mi opinión al respecto. Para unos, el artículo 230 es claro y ordena, textualmente, la primacía de la ley y la auxiliaridad de las demás fuentes. Con una interpretación de este tenor, casi que anulan la fuerza del principio de supremacía de la Constitución y le niegan a la “jurisprudencia” de los jueces un papel relevante como fuente del derecho. Todo ello por razones de certeza jurídica en la coordinación social de las conductas. Para otros, en cambio, el artículo 230 no afirma la primacía de la “ley” en sentido textual, sino que interpretan que la “ley” es una palabra que hace relación al conjunto del Derecho vigente, incluyendo allí a la Constitución como fuente prevalente. En segundo lugar, aceptan que la jurisprudencia sea fuente auxiliar, pero piensan que de allí se sigue que los jueces tienen una “obligación relativa” (pero no absoluta) de seguir los precedentes cuando: (i) estos tengan una orientación clara, (ii) versen sobre el mismo punto que ahora están fallando y (iii) no puedan ofrecer argumentos suficientes y razonables para “mejorar” la solución judicial establecida hasta ese punto. A este debate básico se le fueron añadiendo nuevos elementos en sucesivas propuestas de reforma del artículo 230. En el 2002, el entonces ministro Londoño Hoyos propuso una nueva redacción del siguiente tenor: “Artículo 230. Los jueces en sus providencias estarán sujetos a la ley escrita, a la costumbre comercial y a la jurisprudencia como normas jurídicas cuyo alcance determina la propia ley. Los principios generales de derecho, la equidad y la doctrina son criterios auxiliares de interpretación e integración normativa”. “Los cuerpos colegiados que administren justicia no podrán modificar su jurisprudencia sino con mayorías calificadas y precisa motivación. La jurisprudencia de un tribunal tendrá que ser expresamente señalada como tal en la parte resolutiva de las sentencias. Las motivaciones de las mismas no constituyen jurisprudencia”. Con esta propuesta se buscaba dar mayor control de las fuentes al legislador, por oposición al desarrollo que estaban teniendo en la propia reflexión judicial. Igualmente, se buscaba formalizar y precisar la formación de la jurisprudencia en el párrafo 2º, de forma quizás excesiva en mi opinión. En el 2008 se reabre el tema, con una propuesta del ministro Valencia Cossio que apuntaba en una dirección diferente: buscaba lograr la obligatoriedad del precedente, no entre los jueces, sino con relación a las autoridades administrativas: “Los jueces, en sus providencias, solo están sometidos al imperio de la ley”. LEGIS 1 ÁMBITO JURÍDICO “La equidad, la jurisprudencia, los principios generales del derecho y la doctrina son criterios auxiliares de la actividad judicial”. “La ley podrá determinar los casos en que la jurisprudencia sea obligatoria para los funcionarios de la Rama Ejecutiva”. En esta misma dirección, está la propuesta del Gobierno Santos de finales del 2010: “Los jueces en sus jurisprudencias solo están sometidos a la Constitución, al ordenamiento jurídico y a la jurisprudencia”. “La ley definirá los casos en que la jurisprudencia tendrá fuerza vinculante para todas las autoridades judiciales y administrativas. Los cambios jurisprudenciales solo tendrán efectos hacia el futuro”. “La equidad, los principios generales del derecho y la doctrina son criterios auxiliares de la actividad judicial”. En los proyectos del 2008 y 2010, aparece una nueva inquietud relacionada con la descongestión de las ramas Judicial y Administrativa: el primer fin, en la propuesta de Valencia Cossio, fue el de constitucionalizar el valor vinculante del precedente ante las autoridades administrativas en temas de litigio masivo y recurrente (pensiones, salud, etc.). Esta reforma se pensó como abrebocas del artículo 114 de la Ley 1395 del 2010 y luego del derecho de los ciudadanos en el nuevo Código Contencioso Administrativo (CCA) (tanto por petición administrativa como por acción judicial) de obtener la extensión automática (sin necesidad de procesos declarativos nuevos) de la jurisprudencia firme del Consejo de Estado a la administración pública. El segundo propósito radica en lograr esta misma extensión automática del precedente a nuevos casos idénticos fallados por los jueces, todo ello por razones de descongestión y en el sentido en que quedó regulado en el nuevo CCA. Este último mecanismo se parece enormemente al que en el derecho comparado se ha denominado “proceso modelo” o “proceso testigo” y que se ha implementado, por ejemplo, en España y del cual la doctrina nacional ya daba cuenta a la altura del 2006 con un propósito claro, a la postre exitoso, de llevar estas técnicas a la judicatura colombiana y, en especial, a la contencioso administrativa. En el 2010, la llamada “Comisión Bonivento” propuso el siguiente texto, que es, en mi opinión, más conveniente que los gubernamentales, que ponen excesivo énfasis en dar una base constitucional al nuevo CCA y sus técnicas de extensión del precedente administrativo vinculante, en vez de constitucionalizar las buenas prácticas de precedente judicial que se han desarrollado en estos años. El texto de la comisión es el siguiente: “Artículo 230. Los jueces en sus providencias están sometidos a la Constitución y la ley”. “La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado y de la Corte Constitucional, en lo de su competencia, deberá ser considerada y acatada por jueces y magistrados, quienes, según el caso, podrán apartarse de dicha jurisprudencia, exponiendo, de manera expresa y clara los motivos que justifiquen tal separación”. “Las demás autoridades públicas deberán aplicar la doctrina jurisprudencial respectiva, so pena de la imposición de las sanciones que establezca la ley”. “La equidad, la doctrina y los principios generales del derecho son criterios complementarios de interpretación”. Con el solo propósito de aportar al debate y en la línea de la iniciativa de la Comisión LEGIS 2 ÁMBITO JURÍDICO Bonivento, propongo la siguiente redacción: “Los jueces en sus providencias solo están sometidos al imperio de la Constitución, del ordenamiento jurídico y de la jurisprudencia. Los jueces tienen la obligación de ofrecer la mejor interpretación posible del derecho vigente y aplicarla igualitaria y coherentemente a todos y todas”. “Los jueces obedecerán las reglas jurisprudenciales previamente razonadas sobre un mismo asunto, a menos que puedan ofrecer argumentos suficientes y razonables para implementar una mejor respuesta al problema jurídico bajo análisis”. “La ley podrá establecer sistemas de extensión obligatoria de la jurisprudencia estable a los jueces, a la administración pública y a los particulares como forma de descongestionar el sistema de justicia y con el fin de lograr la aplicación estable del derecho”. En ese orden de ideas, el artículo 230 de la Constitución podría ser adecuadamente modificado en un triple sentido: (i) en primer lugar, para clarificar la amplitud necesaria de la expresión “imperio de la ley” dentro de un Estado constitucional de derecho; (ii) en segundo lugar, para recoger las prácticas judiciales que han permitido el desarrollo en Colombia de un “precedente constitucional” basado en el principio de igualdad; y (iii) en tercer lugar, y sin exclusión de lo anterior, autorizar a la ley para que implemente procedimientos y procesos concretos de extensión de jurisprudencia con el objetivo de descongestionar la justicia y la administración pública en aquellos casos en que las decisiones de los tribunales (por ahora los contencioso administrativos) sean ya estables y consolidadas. Estos mecanismos son adicionales al deber general que tienen los jueces de ser coherentes en sus fallos con la jurisprudencia ya establecida. Estos tres propósitos generarían, al mismo tiempo, una mayor concertación entre actores políticos y jurídicos de distintas procedencias e ideologías. NOTA/ Un artículo más extenso sobre este tema se puede encontrar en http://derecho.uniandes.edu.co/ Adicionalmente, invito a los amables lectores a que me dejen conocer sus propuestas alternativas sobre la conveniencia y sentido de esta reforma. LEGIS 3