Bal Tashjit y la comida Por Rabbi Yonatan Neril1 Traducción por Dafna Neiman. La traducción de este artículo ha sido subvencionada por un ROI Innovation Fund. El mandamiento de Bal Tashjit - no destruir o desperdiciar - ha sido considerado fundamental para una ética del medio ambiente judío. De hecho, el Rabino Norman Lamm entiende que es "la norma bíblica que más directamente se dirige a la situación ecológica." 1 ¿Cuál es la base para el mandamiento de no desperdiciar? Vamos a explorar cómo la tradición judía prohíbe ampliamente los actos inútiles; cómo el desperdiciar contribuye a la degradación del planeta, y cómo no desperdiciar puede ayudarnos a mejorar nuestras vidas, tanto física como espiritualmente. "Cuando pongas sitio a una ciudad por mucho tiempo para conquistarla, no destruyas sus árboles con hachas, porque puedes comer sus frutos. ¿Acaso es el árbol del campo un hombre para que lo hostilices? Solo podrás talar los árboles que sabes que no sirven para alimento, y con ellos construirás baluartes contra la ciudad que te hace la guerra hasta que la conquistes.” (Deuteronomio 20:19-20). La Tora nos enseña que no debemos cortar un árbol frutal en tiempos de guerra. Pero los rabinos en el Talmud Babilónico (200 E.C-~500 E.C) entienden el versículo 19 recién mencionado como un principio general más allá de la guerra o de árboles frutales. Si los judíos no deben cortar árboles frutales en el caso extreme de una guerra de conquista, cuando destrucción es la norma, cuánto más aplica entonces a la vida moderna. La prohibición general en contra de la destrucción innecesaria, derivada de los versículos sobre árboles frutales, abarca no destruir directa o indirectamente nada que pudiese ser usado por las personas. Esto se aplica al desperdicio de energía, ropa, agua, dinero, y otros. Según el Talmud, esta prohibición incluye la quema innecesaria de aceite o combustible. (Talmud Babilónico, Tratado de Shabat p. 67b) Muchos Rishonim (comentaristas entre 1000 y1500 E.C.) concluyen que desperdiciar cualquier recurso del que el ser humano pueda sacar provecho, es una prohibición de la Tora. El sabio talmúdico Rabi Ishmael hace otra inferencia lógica: si la Tora nos advierte no destruir árboles frutales, entonces tenemos que estar mucho más preocupados por no destruir la fruta misma 5 . Actualmente, en Israel, el Rabino Moshe Yitzhak Forehand plantea que todas las autoridades rabínicas concuerdan, basados en esta enseñanza, que está prohibido por la Tora destruir fruta comestible. 7 Esto aplica a cualquier tipo de comida, y no solo a frutos de los árboles.2 El Rabino Moshe Aaron Poleyeff (1888-1967, Europa y EE.UU) escribió que comer de más podría considerarse una doble trasgresión de Bal Tashjit – la primera por desperdicia comida, y la segunda, por dañar le propio cuerpo. 8 El Rabino Shaya Karlinsky, (contemporáneo, Israel), considera que sacar más comida de la que uno puede comer en un buffet sería Bal Tashjit.i El Rabino Sampson Rafael Hirsch (1808-1888, Alemania) explica que 'no destruir' es “la advertencia más comprehensiva para el ser humano a no hacer mal uso de la posición que D-s les ha dado como amos del mundo, a través de destrucción innecesaria caprichosa o meramente irreflexiva de cualquier cosa en la tierra.”9 1 1 El autor quisiera agradecer a Evonne Marzouk por sus útiles comentarios. 2 Ibid, Bircat Hashem, p. 213 y nota al pie presentada ah[i. Una vez m'as, cita las opiniones de R' Shmuel Heller en Kuntras Cavod Melachim, de Shut Mahari Esad, y la de Chazit Ra'anan. Ho en día, usamos y desperdiciamos grandes cantidades de recursos. De hecho, ciertas prácticas en la sociedad occidental, están en conflicto directo con el principio de “Bal Tashjit.” Examinemos un ejemplo moderno del Bal Tashjit mencionado arriba— el desecho de comida. Según el Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA), los americanos botan más del 25% de la comida que preparan, generando un total de 96 billiones de libras de desechos de comida.11 Menos de un 3% de estos desechos fueron recuperados y reciclados. 12 Mientras que parte estos desechos de comida eran no comestibles, otra parte era comida en buen estado desechada por comensales saciados o sobras comestibles botadas del refrigerador. La eliminacion de comida cuesta dinero: alrededor de un billon de dollares es gastado anualmente en EE.UU.13 En los vertederos de basura, estos desechos de comida en descomposición, producen metano, un gas potente que contribuye al cambio climático. El impacto medioambiental de estos desechos no solo ocurre en los vertederos donde son depositados, sino también en los recursos usados para producirlos. Combustibles Fósiles, agua y tierra son necesarios para producer comida. Un estudio examinó la energía incorporada en los alimentos desechados - desde la agricultura, el transporte, procesamiento, venta de alimentos, almacenamiento y preparación. Concluyó de que esta energía "representa aproximadamente el 2% del consumo anual de energía en los Estados Unidos." 15 Al desechar comida, desperdiciamos una gran cantidad de recursos, reducimos la disponibilidad de alimentos para los pobres del mundo, y gastamos dinero que podría utilizarse para propósitos importantes. Al prestar atención al llamado de la Torá a no desechar, podemos, por tanto, generar beneficios ecológicos, sociales y financieros. E Rabino Hirsch identifica las cualidades claves que llevan a un comportamiento derrodar – enojo, orgullo y por sobre todo, ego. Los versículos que introducen esta mitzva describen una guerra contra enemigos externos, pero los rabinos aclaran que la verdadera batalla a la que debemos hacer frente ocurre dentro de nosotros mismos, contra una tendencia sin fundamentos a desperdiciar. Para hilar fino y vivir sin desperdiciar, uno debe cultivar las cualidades opuestas a las mencionadas: paz interna, humildad y desinterés propio. Al no desechar, podemos volvernos seres humanos más saludables y equilibrados, y asi, podemos crear un mundo más saludable y equilibrado. Que los cambios que hacemos en nuestra propia vida se extiendan a nuestras familias, nuestra comunidad y nuestro planeta. 1 “Ecology in Jewish Law and Theology” en Faith and Doubt, porRabbi Norman Lamm, 2006, KTAV Publishing House: Jersey City, NJ. Rabbi Lamm es ex-rector de Yeshiva University. 5 Sifrei (Midrash halajico), final de Parshat Shoftim 7 Bircat Hashem, Jerusalen, 2000, p. 211 El cita las opiniones de of R' Shmuel Heller en Kuntras Cavod Melachim, p. 5a, Rabbi Moshe Aaron Poleyeff enOrach Mesharim seccion 29 subseccion 4, y la de Shut Mahari Esad (Yoreh De'ah seccion 164). 8 Oraj Mesharim 29:6. Oraj Mesharim fueron reimpresas póstumamente en 1970. El Rabino Poleyeff fue un Rosh Yeshiva en el Seminario Teológico Rabbi Isaac Elchanan en Yeshiva University. Comentario a Deuteronomio 20:19 11 “Estimating and Addressing America’s Food Losses,” Kantor et. Al, Enero. 1997. Los autores son 9 economistas de agricultura con el Servicio de Investigación Económica USDA. “Basic Information about Food Waste,” US EPA, online en http://www.epa.gov/osw/conserve/materials/organics/food/fd-basic.htm 13 “Waste Not, Want Not,” Una publicación conjunta de. La Agencia de Protección Ambiental los EE.UU y la USDA, online en http://www.epa.gov/osw/conserve/materials/organics/pubs/wast_not.pdf 14 Esta estimacion, por John Robbins en su libro Food Revolution (2001), est'a basada en Dr. David Pimentel, et. Al en Ecological Integrity: Integrating Environment, Conservation and Health (Island Press, Washington DC, 2001). Pimentel es profesor de ecología y agronomía en la Universidad de Cornell. La estimación se basa en 100 unidades de heno y cuatro unidades de cereales dadas como alimento al ganado para producir una unidad de carne de vacuno. Los libros de Robbins también contienen estadísticas sobre la cantidad de combustibles fósiles, agua y tierra requeridas para producir una serie de alimentos diferentes. 12 15 “Wasted Food, Wasted Energy: The Embedded Energy in Food Waste in the United States,” Amanda D. Cuellar, Center for International Energy and Environmental Policy, The University of Texas en Austin, and Michael E. Webber, Mechanical Engineering, Center for International Energy and Environmental Policy, The University of Texas at Austin. Environ. Sci. Technol., 2010, 44 (16), pp 6464–6469 Written response to questions on Bal Tashchit submitted by the author, spring 2005 i