Basura de 39 cantones se pudre al aire libre

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Basura de 39 cantones se pudre al aire
libre
• 9.000 toneladas diarias no reciben buen tratamiento
Álvaro Murillo M.
[email protected]
Redactor de La Nación
En despeñaderos, ríos o botaderos a cielo abierto, las ratas,
moscas y zopilotes celebran la caída diaria de unas 9.000
toneladas de desperdicios que el país aún no ha aprendido a
manejar.
Bolsillo es clave
Ministro: “resolveremos problema conforme se aumenten
tarifas”
El símbolo. El basurero que
la Municipalidad de Golfito
tiene en su distrito de Río
Claro es uno de los
botaderos a cielo abierto que
abundan en zonas costeras y
rurales. Esos son cómodos
hogares para zopilotes como
este, así como de moscas,
ratas, cucarachas y otros
animales transmisores de
enfermedades.
Eddy Rojas / LA NACIÓN
Esa basura llenaría unos 1.000 camiones recolectores. Pero el
país no ha podido actuar ante este desastre ambiental, declarado “emergencia nacional”
en 1991.
El tema ya no es motivo de debate público pues cesaron las protestas de vecinos
opuestos a tener cerca un relleno sanitario, aunque la situación se agrava.
De las 81 municipalidades, 39 (48 por ciento) dejan que sus desperdicios se pudran al
aire libre en sitios sin controles contra pestilencia, generación de enfermedades y
líquidos contaminantes.
En el Valle Central, a 13 cantones los agobia la saturación y el próximo cierre técnico
del relleno de Río Azul y a 14 no les queda más de 3 años de uso del relleno Los
Mangos, en Alajuela.
Y ninguno de estos 27 ayuntamientos del Valle Central sabe con exactitud dónde va a
tirar la basura luego.
Al caos se suman 200 botaderos clandestinos en el centro del país.
Esto porque las municipalidades no recogen la basura ni siquiera en la mitad del
territorio nacional, aunque los costarricenses producimos el doble de los desechos que
generábamos en 1981: 11.764 toneladas diarias ahora.
En el recuento que el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) actualizó en
diciembre, 20 ayuntamientos aparecen como “en busca de soluciones” para la basura y
25 admitieron tener un vertedero a cielo abierto.
Otras 17 municipalidades reportaron rellenos “semicontrolados”, que son terrenos
donde a veces un tractor o una cuadrilla de obreros con pala amontona la basura y le tira
tierra encima.
En suma, son casi 1,5 millones los habitantes de cantones donde no se tratan los
desechos.
Así lo comprobó La Nación en un recorrido por la costa pacífica, la zona que peor
calificación recibe de las autoridades sanitarias.
A la zona urbana le favorecen logros aislados, todos a cargo de empresas privadas como
WPP Continental y EBI de Costa Rica.
Esta última compañía opera el Parque de Tecnología Ambiental, en La Carpio, donde el
municipio capitalino deposita diariamente hasta 600 toneladas de desechos, a un costo
de ¢3.400 por cada una.
Ahí funcionan capas sintéticas, plantas de tratamiento y otras técnicas que no atraen
moscas ni zopilotes, ni permiten malos olores.
Pero esa es una excepción. La ministra de Salud, María del Rocío Sáenz, admite que el
país carece de planes completos sobre manejo de los desechos.
En eso, Costa Rica imita a Yamileth Cubero, vecina de Palmar Norte de Osa, quien a
falta del servicio de recolección tiene que enterrar su basura a diario.
Vecinos de las enfermedades
Diez minutos en el “relleno sanitario” de Puntarenas bastan para que a cualquier recién
llegado se le revuelva el estómago.
Pero el riesgo sanitario lo experimentan las personas que duermen, viven y comen en
sus casas cercanas a vertederos, tanto municipales como clandestinos.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la acumulación de desechos
propicia la multiplicación de animales transmisores de enfermedades como tifoidea,
salmonelosis, peste, diarrea, rabia y dengue.
Estudios realizados en Europa comprobaron que quienes viven a menos de tres
kilómetros de un botadero incrementan en un 33 por ciento la posibilidad de tener hijos
con males congénitos.
Lejos está Costa Rica de naciones como Cuba y Chile, a las que la OPS les reconoce
una cobertura total en la recolección, mientras aquí es menos del 50 por ciento.
El Gobierno califica el desastre como “urgente y serio” y le agrega la frase
“inimaginablemente grave” cuando alude a los desechos de todos los hospitales.
En este momento no hay una solución para ese tipo de desperdicios y nadie se atreve a
decir en dónde los botan. Ello, pese a que se estima que solo los hospitales y clínicas del
área metropolitana generan 20 toneladas diarias. En esas bolsas rojas van pañales
sucios, agujas, algodones y gasas, entre otros materiales inseguros.
Otro riesgo de la acumulación de basura son los lixiviados, líquidos o jugos que
chorrean los desechos y se filtran en el suelo, con una seria amenaza de contaminar las
aguas subterráneas.
Solo los rellenos de La Carpio, Río Azul y Los Mangos tratan en alguna medida esos
líquidos.
Rellenos como el de Liberia, en Guanacaste, tienen la infraestructura necesaria para
aplicar técnicas de limpieza, pero los tubos son inútiles porque el abandono del sitio
hizo que se convirtiera en un simple botadero, reconoció el alcalde local, Ricardo
Samper.
Tarifas y obstáculos
“Por ley, son las municipalidades las responsables”, dijo el ministro del Ambiente,
Carlos Rodríguez. Pero Ólger Murillo, presidente de la Unión Nacional de Gobiernos
Locales replicó: “El Gobierno Central quiere que con el pago de ¢200 por mes
recojamos la basura a cada casa y se la llevemos limpiecita a un sitio con la mejor
tecnología”.
Frente al problema de tarifas que no alcanzan para mantener los camiones recolectores,
las empresas privadas son la única solución exitosa hasta el momento.
Pero el subgerente de WPP, Johnny Lao, admitió que el volumen mínimo para que su
compañía decida operar un relleno es de 300 toneladas diarias porque montos más bajos
no son rentables.
Ese mínimo obliga a las municipalidades a unirse e instalar rellenos regionales, pero a
ningún cantón le agrada recibir la basura de sus vecinos.
Además, abundan las quejas de los dirigentes comunales, como Fabio Molina, alcalde
de Alajuela, quien dijo que tienen pérdidas anuales por ¢300 millones en la recolección
y disposición de desechos. Ahí cada usuario del servicio debe pagar ¢800 mensuales.
Con lamentos parecidos responden ayuntamientos josefinos como Tibás y Montes de
Oca, que en las últimas semanas vieron sus aceras llenarse de desechos pues los
camiones no funcionan y no hay plata para arreglarlos.
Pestilencia en la costa
• Pacífico: una zona preocupante
Álvaro Murillo M.
[email protected]
Redactor de La Nación
Puntarenas. A las 12:24 p. m. llegó otro camión de
Harta. Felicidad Arroyo es
Esparza y tiró en el basurero de Zagala ocho toneladas
una víctima del botadero
más de basura.
porteño.
Más de 40 zopilotes alzaron vuelo Eddy Rojas / LA NACIÓN
al paso del camión y un niño de
Quejas
ocho años se acercó con pasos medidos caminando por detrás
Porteños se
de la loma de basura.
quejan por
suciedad en su
Carlos David esperaba que en medio de los desechos de
cantón
marisquerías y del hospital Monseñor Sanabria vinieran
muchas latas y pedazos de aluminio, botellas plásticas y, por
qué no, una cadena de oro como la que halló la semana anterior.
“Esto es lo que podemos sacar. ¿Ve?, este pedazo de la olla sirve para…” decía el
niño, inmóvil ante el torbellino de moscas que volaban alrededor suyo, en el centro de
este imperio de pestilencia y humaredas.
Ya a él el basurero no le huele a nada, pero Felicidad Arroyo sí sufre las moscas,
olores y zopilotes que a veces descansan en las canoas del techo de su casa.
La casa de Arroyo está a 200 metros del botadero, en el sector de Río Seco de Zagala,
en Miramar. Ahí todos los días llegan las 1.200 toneladas que recoge la municipalidad
local junto con Abangares, Esparza y Puntarenas.
“Nadie hace nada por frenar eso. Ahí lo que hay es solo un guarda y un tractorista,
pero todas las noches viene otra gente y tira esa inmundicia a este lado y le prenden
fuego. La municipalidad y todo el mundo creen que uno es de palo… nadie hace
nada”.
“¡Y viera en invierno, esto es de vomitarse!”, dijo Felicidad Arroyo, frunciendo la
frente mientras espantaba las moscas.
Ella vive con su esposo y un familiar enfermo de un mal respiratorio, en el sector
conocido como Río Seco, en Zagala de Miramar.
En Río Claro de Golfito, Ramón López también se quejó por las moscas venidas del
botadero municipal, a 600 metros de su casa.
Los mismos lamentos se oyen en Nicoya, en Parrita, Corredores y casi todos los
cantones de Puntarenas, donde solo Garabito pagó a la empresa WPP la operación de
un relleno sanitario.
En Parrita, el alcalde Fernando Godínez se lamenta. “Es demasiado difícil para
nosotros. Vea, en el 2002 gastamos ¢26 millones anuales en el camión recolector,
combustible y pago de la cuadrilla, y solo recogimos ¢4 millones. Es decir, tenemos un
déficit de ¢22 millones anuales, ¡y seguimos cobrando ¢533 por trimestre a cada
usuario!”.
Similar es la queja de Ricardo Samper, en Liberia, y de Róger Corrales, vicealcalde de
Golfito, quien respondió: “se está en eso”, ante la pregunta acerca de nuevos proyectos
sanitarios.
Funcionó propuesta de relleno en La Carpio
• Vecinos satisfechos con limpieza y aporte comunal de empresa EBI
Las protestas vecinales de fin de semana son ya historia en la comunidad de La Carpio,
en el distrito josefino de La Uruca.
Ahora hay empatía entre La Carpio y el llamado Parque Tecnológico Ambiental, el
sitio donde diariamente se depositan 600 toneladas de basura, entre lo que recogen la
Municipalidad de San José y unos 300 clientes privados. La conformidad de La Carpio
obedece a que la realidad del relleno sanitario contradijo a quienes temían la
proliferación de zopilotes y de moscas.
Ahora no huele mal ni hay camiones que salgan chorreando fétidos líquidos por la
calle.
Tampoco hay gente revolcando basura en busca de algo de valor, ni peligro de que se
propaguen animales malsanos. Todo esto porque en el relleno se ejecutan una serie de
técnicas que evitan contaminación e incomodidades.
Por ejemplo, en el terreno se tendió una capa impermeable contra la filtración de
líquidos contaminantes, los cuales se captan y se les da tratamiento.
Toda la basura queda completamente cubierta, incluso por césped. Y cada camión que
sale del relleno sale lavado. El gerente de EBI, Juan Carlos Obando, dijo que la
empresa debió comprender la necesidad de los 27.000 vecinos de La Carpio.
Marco Iglesias, de la asociación de desarrollo local, citó también obras logradas con el
aporte de la empresa, como una nueva escuela, un EBAIS, teléfonos públicos y arreglo
de la vía principal.
Datos y contexto
• Para entender mejor...
80%
Proporción de basura que es biodegradable, reciclable o reutilizable.
1,2 kilos
Promedio diario de desechos por persona en cantón josefino.
11.764
Estimado de toneladas diarias que producimos en Costa Rica
30 años
Tiempo que tiene Río Azul de captar basura metropolitana.
200 toneladas
Volumen diario que no se recoge en el área metropolitana.
¢533
Tarifa trimestral que se cobra por servicio de recolección de basura en Parrita,
Puntarenas.
http://www.nacion.com/ln_ee/2003/marzo/16/pais1.html#arriba
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