Derecho Procesal Orgánico

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PRIMERA UNIDAD: DERECHO PROCESAL ORGANICO
I. INTRODUCCION
1.- Fundamento del Derecho Procesal:
El Derecho Procesal existe porque los individuos constantemente tienen
conflictos jurídicos. Dentro de una sociedad reglamentada con normas jurídicas es
común y frecuente que las partes tiendan a desconocer o a emplear en forma
imperfecta las normas que regulan la convivencia humana. Esta es una situación que
ha existido desde siempre.
Frente al desconocimiento de una norma jurídica o, más bien, frente a un
conflicto jurídico, caben dos alternativas:
-
Que los propios interesados resuelven ese conflicto directamente.
Que las partes recurren a un tercero ajeno al conflicto para que le dé solución.
El Derecho Procesal surge cuando estos interesados en conflicto no son
capaces de darle solución armónica al litigio, en cuyo caso debe recurrirse a un tercero
imparcial, el cual es, precisamente, un órgano del Estado, esto debido a que la
administración de justicia es una tarea del Estado y no de los particulares, es una de
las funciones públicas del Estado a través de los órganos competentes (los tribunales
de justicia).
Para estos efectos, el Estado se organiza a través de sus órganos públicos
(organización de tribunales en el país), organizados jerárquicamente, en forma
piramidal, en cuya cúspide se encuentra la Corte Suprema, y la base la integran los
diversos juzgados de letras.
Es importante señalar que de toda esta organización de tribunales sólo uno es
el competente para conocer y resolver el litigio.
Esta función que ejercen los tribunales de justicia es soberana (al igual que las
demás funciones del Estado); por ello es que se ejercen dentro de los límites
territoriales del país, sin la intervención de los otros poderes del Estado. Esto quiere
decir que nadie puede revisar los fundamentos de los fallos judiciales por ser éste un
poder autónomo.
2.- Formas de solucionar los litigios:
Los conflictos jurídicos doctrinariamente pueden solucionarse de distintas
formas; de todas ellas podemos mencionar al menos tres: la autotutela o autodefensa,
la autocomposición y la heterocomposición (esta última se vale del Proceso como
medio de solución).
A) La Autotutela o Autodefensa:
La autotutela consiste en la reacción directa y personal de aquel sujeto que se
encuentra en conflicto jurídico, y que se hace justicia por sí mismo, lo que implica una
reacción violenta; es decir, aquí hay fuerza de por medio (es un medio de solución
violento o forzado del conflicto jurídico). Esta fuerza puede ser de cualquier tipo,
puede ser física o moral; pero, sea como sea la fuerza se trata de una pugna contra los
más elementales principios del derecho.
Los particulares no pueden autotutelar sus derechos, siempre habrá que
recurrir a otro mecanismo de solución. Sin embargo, en el evento que se recurriese a
este mecanismo, ello no constituye una solución definitiva del conflicto, sólo será una
solución fáctica del momento (solución de hecho).
La autotutela no excluye a la forma jurídica de solución por tratarse de una
solución fáctica del momento.
B) La Autocomposición:
Aquí el conflicto jurídico se soluciona por ambas partes. Los propios
interesados son los que concurren a la solución.
Se define la autocomposición como la sumisión o renuncia total o parcial del
derecho de la parte que ha sido perjudicada por el quebrantamiento de la norma
jurídica a favor de la otra, y en virtud de esto se da solución al conflicto.
La autocomposición implica una actitud de reconocimiento de una de las
partes o la anuencia de una de las partes a favor de la otra, o también puede consistir
en concesiones recíprocas entre las partes.
En nuestro ordenamiento jurídico se contempla esta forma de solución (no es
excluyente de la vida judicial). Existen varios ejemplos: contrato de transacción, la
conciliación, el avenimiento, el desistimiento, la renuncia de algún derecho, etc.
La autocomposición puede ser unilateral o bilateral, dependiendo a si las
concesiones provienen de una de las partes o de ambas. Si las concesiones provienen
de una de las partes es unilateral (Ejemplo: desistimiento, el allanamiento a la
demanda, etc.). Lo normal es que sea bilateral, es decir que haya concesiones
recíprocas de ambas partes, aquí hay un acuerdo de por medio (Ejemplo: conciliación,
avenimiento, etc.).
En la autocomposición podría intervenir un tercero para colaborar a lograr la
solución. Aquí lo importante es que el tercero no impone la solución a las partes. El
conflicto se va a solucionar por voluntad de los propios litigantes (acto voluntario).
Ejemplo: conciliación (artículo 263, Código de Procedimiento Civil).
C) La Heterocomposición:
Aquí interviene un tercero que es el que impone la solución a las partes. El
conflicto se soluciona con la intervención del tercero. Esta forma de solución se
caracteriza porque hay un tercero imparcial que se encuentra en una posición
jerárquicamente superior a las partes, de manera tal que puede imponer su decisión.
Esta es la situación cuando intervienen los Tribunales de Justicia en la
solución del conflicto. El juez es un tercero imparcial que está por sobre las partes en
conflicto por ser un órgano público. La resolución que adopte este tercero tiene que
ser acatada.
Que se pueda imponer una decisión judicial significa que la solución debe ser
acatada y de no ser así se puede hacer uso de la fuerza (porque los tribunales no sólo
dan decisiones teóricas).
Aquí el tercero puede ser cualquier tribunal, puede tratarse de un juez
ordinario, de un juez especial o bien de un juez arbitral.
El juez no puede utilizar cualquier medio para solucionar el conflicto, sino que
más bien se vale de uno. El medio a través del cual se vale este tercero para dar
solución al litigio es el PROCESO. El Proceso es el medio para satisfacer las
pretensiones procesales de las partes, porque tanto el demandante como el demandado
hacen valer sus pretensiones de uno respecto del otro.
El Proceso es el medio más perfecto que existe para solucionar conflictos
jurídicos, porque en primer lugar, a través de este medio, las partes pueden hacer valer
sus derechos con absoluta libertad. Además, el Proceso es la forma que da mejores
posibilidades a los litigantes para hacer valer sus derechos (el juez da la posibilidad a
las dos partes de hacer valer sus derechos). Esa es una característica que se cumple en
todas las etapas del juicio.
El Proceso es un medio que no sólo le interesa a los litigantes, sino que
también al Estado. El Proceso le sirve al Estado para mantener la tranquilidad y la paz
social, para mantener el orden jurídico. Ejemplo: en aquellos casos que afectan a la
familia, al matrimonio, etc.
El Proceso, también, se tiene que tramitar o se tiene que sustanciar de una
forma específica para llegar a la solución del conflicto. El Proceso debe estar regulado
por el ordenamiento jurídico, y de aquí surge el concepto del “Procedimiento”. El
procedimiento es el conjunto de reglas legales que regulan el proceso. En este sentido
no se aplicará el procedimiento que el juez imponga, sino que será el que corresponda
y que está determinado por la naturaleza de la acción (no es lo mismo un litigio civil
que un litigio penal).
Desde un punto de vista material, el Proceso es lo que se conoce con el
nombre de “expedientes”, los que se encuentran conformados por todos los escritos,
documentos y actuaciones de toda especie.
3.- Concepto de Derecho Procesal:
El Derecho Procesal no está definido en la ley. Definiciones del concepto hay
muchas dependiendo del sentido que se tome.
Por el contenido o por la materia que se estudia, el Derecho Procesal puede ser
definido de la siguiente manera: “Es aquella rama del derecho que estudia la
organización de los tribunales de justicia, señalando sus atribuciones y competencias,
y que establece las normas de procedimiento a que deben someterse las partes
litigantes como todos los tribunales con motivo de un Proceso”.
De esta definición se puede concluir que el Derecho Procesal se puede dividir
en dos partes: Derecho Procesal Orgánico y Derecho Procesal Funcional.
-
El Derecho Procesal Orgánico es aquella rama del Derecho Procesal que
comprende el estudio de la organización de los tribunales de justicia y de sus
atribuciones y competencias. Se preocupa del estudio de los órganos
jurisdiccionales (los tribunales de justicia, que son los órganos que ejercen la
jurisdicción).
-
El Derecho Procesal Funcional, por su parte, es aquella rama del Derecho
Procesal que estudia las normas de procedimiento a que deben someterse tanto
los tribunales como las personas que concurren ante ellos planteando
pretensiones procesales. Se preocupa del estudio de los distintos
procedimientos que se deben aplicar para la solución de los conflictos. El
Derecho Procesal Funcional admite varias subclasificaciones, porque el
procedimiento no es uno sólo. Ejemplo: Derecho Procesal Civil, Derecho
Procesal Penal, etc.
En cuanto a las normas aplicables, el Derecho Procesal Orgánico está regulado
o consagrado fundamentalmente en el Código Orgánico de Tribunales; y el Derecho
Procesal Funcional se encuentra regulado fundamentalmente en los códigos de
procedimientos (Código de Procedimiento Civil, para contiendas civiles; Código de
Procedimiento Penal y Código Procesal Penal, para contiendas penales). Además hay
otras leyes que contemplan procedimientos, por ejemplo, en el Código del Trabajo, en
el Código de Minería, en el Código de Justicia Militar, etc.
4.- Características más importantes del Derecho Procesal:
Las características más sobresalientes del Derecho Procesal son las siguientes:
a) Es una rama autónoma del derecho: Esta es la característica más importante
del Derecho Procesal. Este Derecho tiene sus propias instituciones, su propia
doctrina y sus propias fuentes. Es una rama del derecho que se desarrolló a
partir del siglo XIX.
b) Forma parte del Derecho Público: Principalmente porque está regulando una
actividad del Estado, que es la administración de justicia (resolución de los
conflictos jurídicos). También forma parte del Derecho Público porque regula
la relación entre el Estado y los particulares, en donde el Estado se encuentra
en una relación de supremacía porque los tribunales están dotados de una
potestad pública.
c) Las normas del Derecho Procesal son de orden público: Relacionado con la
característica anterior. Las normas del Derecho Procesal, como regla general,
son normas de orden público, lo que significa que las partes y los propios
tribunales deben respetarlas y aplicarlas tal cual como están establecidas. Las
partes no tienen la posibilidad de dejar sin efecto o derogar las normas
procesales en virtud de acuerdos.
El principio de “autonomía de la voluntad” es inaplicable en el
Derecho Procesal (en materia de derecho privado prima ese principio).
Ejemplo: las partes no pueden acordar la disolución de los tribunales, no
pueden acordar la disolución de las normas de procedimientos, etc. Hay que
aplicar las normas procesales, ya que éstas son irrenunciables, salvo algunas
excepciones.
d) Las normas procesales regulan la forma en que se realiza la actividad
jurisdiccional: Se dice que el Derecho Procesal es formal, otros dicen que es
instrumental, otros señalan que las normas procesales son normas-medio, esto
en el sentido que las normas procesales regulan la forma en que se realiza la
actividad jurisdiccional. Se dice que es instrumental porque las normas
procesales sirven de instrumento para la aplicación o realización de la ley o del
derecho material, la norma procesal sirve para hacer cumplir la ley de fondo
que ha sido infringida (garantía para el ordenamiento jurídico en general). Si
se infringen las leyes de fondo, se utilizan las normas procesales.
5.- Fuentes del Derecho Procesal:
1) Fuentes Directas: Son todos aquellos antecedentes de los cuales emana el
Derecho Procesal y cuya aplicación es obligatoria, de manera que frente a un caso
concreto los tribunales están obligados a aplicar estas fuentes. Sirven directamente
para la solución del litigio, su aplicación es inexcusable. El juez que ignora estas
fuentes comete falta.
Todas estas fuentes constituyen una obligación de los tribunales para
aplicarlas, no pueden desconocerlas para aplicar derecho.
Las fuentes directas o principales son:
a) La Constitución Política: La fuente más importante es la Constitución. La
Constitución tiene importantes normas procesales y dentro de estas normas
está un capítulo sobre el Poder Judicial.
b) Las Leyes Procesales: Leyes en el amplio sentido de la palabra (decretos,
leyes, códigos de procedimiento, etc.).
c) Los Tratados Internacionales: Los tratados internacionales vigentes en Chile
que hayan sido ratificados. Ejemplo: el Código de Derecho Internacional
Privado (Código de Bustamante), que contiene importantes normas sobre
extradición, etc.
d) Los Autos Acordados: Está constituido por normas dictadas por los propios
tribunales de justicia (del propio Poder Judicial), y más específicamente de los
tribunales superiores, y que se dictan para una correcta aplicación de las leyes.
2) Las Fuentes Indirectas: Son antecedentes de los cuales emana el Derecho
Procesal, pero que se diferencia de los anteriores en que constituyen un antecedente
cuya resolución no es obligatoria (antecedentes que no son obligatorias para el juez).
Aquí estamos hablando de ciertos antecedentes que pueden servir para los
efectos de una correcta aplicación de las leyes o las determinadas normas procesales.
Los tribunales no están en la obligación de aplicar estas fuentes. Prestan mucha
utilidad cuando hay vacíos, por ejemplo, cuando la ley es oscura.
Las fuentes indirectas son:
a) El Derecho Extranjero.
b) Las Fuentes Históricas.
c) La Jurisprudencia: Consiste en los fallos que dictan los tribunales, es la
opinión de los tribunales sobre una determinada materia de derecho.
d) La Doctrina: Opinión de los tratadistas, doctores del Derecho Procesal.
e) La Costumbre: Constituye una fuente, aunque en el Derecho Procesal tiene
muy poca aplicación.
1) FUENTES DIRECTAS:
A) Las Normas Constitucionales:
La Constitución establece las normas rectoras (fundamentales en el
ordenamiento jurídico). La Constitución da los lineamientos generales sobre las que
va a descansar el ordenamiento jurídico.
Dentro de la Constitución se encuentran reguladas todas aquellas materias que
tienen que ver con el Poder Judicial (Capítulo VI, artículos 70 y siguientes). En
segundo lugar, dentro de la Constitución, hay otro tipo de normas que se refieren al
Proceso. Por último, hay otro conjunto de normas que dicen relación con el proceso
penal.
En el artículo 73 de la Constitución se reconoce la función jurisdiccional que
cumplen los tribunales de justicia.
Art. 73, inciso 1º, CPE: “La facultad de conocer de las causas civiles y
criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece
exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley. Ni el Presidente de la
República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones
judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenidos
de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos”.
El artículo 73 de la Constitución debe ser relacionado con el artículo 1º del
Código Orgánico de Tribunales, que señala más o menos lo mismo.
Art. 1º, Código Orgánico de Tribunales: “La facultad de conocer las causas
civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado pertenece
exclusivamente a los tribunales que establece la ley”.
De aquí se desprenden que ninguna otra autoridad del Estado se puede atribuir
funciones jurisdiccionales a menos que la propia ley se las conceda. Todo órgano que
ejerce jurisdicción, por el sólo hecho de ejecutarla, actúan como un tribunal de
justicia. Además se establece la jerarquía que le cabe a la Corte Suprema.
La Constitución, también, señala en el artículo 74 que:
Art. 74, inciso 1º, CPE: “Una ley orgánica constitucional determinará la
organización y atribuciones de los tribunales que fueren necesarios para la
pronta y cumplida administración de justicia en todo el territorio de la
República. La misma ley señalará las calidades que respectivamente deben
tener los jueces y el número de años que deban haber ejercido la profesión
de abogado o de personas que fueren nombradas ministros de Corte o
jueces letrados”.
Esta ley orgánica constitucional la cumple actualmente el Código Orgánico de
Tribunales.
Se establece también la forma de proceder en general al nombramiento de los
magistrados (artículo 75, CPE). De esta norma constitucional se desprende algo muy
importante y que es que en Chile existe un sistema mixto de nombramiento de
magistrados. Este sistema consiste en que el Poder Judicial propone a los candidatos,
formando las respectivas ternas o quinas (esto dependiendo del cargo a llenar), y los
nombramientos los efectúa el Ejecutivo (concretamente el Presidente de la
República). En el caso de los ministros de la Corte Suprema, el nombramiento
también le corresponde al Presidente pero con acuerdo del Senado (aquí intervienen
tres poderes del Estado).
También se establece la responsabilidad de los jueces en el ejercicio de sus
funciones propias. Este es un principio fundamental en la administración de justicia
(artículo 76, CPE).
Art. 76, CPE: “Los jueces son personalmente responsables por los delitos de
cohecho, falta de observancia en materia sustancial de las leyes que reglan
el procedimiento, denegación y torcida administración de la justicia y, en
general, de toda prevaricación en que incurran en el desempeño de sus
funciones”.
“Tratándose de los miembros de la Corte Suprema, la ley determinará
los casos y el modo de hacer efectiva esta responsabilidad”.
Se establecen también otras causales de cesación o de expiración de las
funciones judiciales. Ejemplo: la edad (artículo 77, CPE).
Por otra parte, la Constitución asegura la igualdad ante la justicia para todas
las personas sin ninguna distinción. Este principio se desprende de la norma del
artículo 19, nº 3, relativa a la igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
Art. 19, nº 3, inciso 1º, CPE: “Toda persona tiene derecho a defensa jurídica
en la forma que la ley señale y ninguna autoridad o individuo podrá impedir,
restringir o perturbar la debida intervención del letrado (abogado) si hubiere
sido requerida...”.
Esta es igualdad ante la ley porque el legislador y el constituyente se han
preocupado de que las partes enfrenten un juicio en igualdad de condiciones, esto
independiente que la persona cuente o no con los medios económicos para costear una
defensa judicial (lo que importa es que ambas partes estén asesoradas). En caso que la
persona no pueda costearse la defensa existe varios mecanismos para que cuente con
ella, por ejemplo: el abogado de turno, la corporación de asistencia judicial, etc.
El otro principio fundamental es que toda sentencia de un órgano que ejerce
jurisdicción debe fundarse es un proceso legalmente tramitado. Aquí se consagra el
principio del “debido proceso”.
Art. 19, nº 3, inciso 4º, CPE: “Toda sentencia de un órgano que ejerza
jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado.
Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un
procedimiento y una investigación racionales y justos”.
El Proceso es la forma mediante el cual se va a ejercer la jurisdicción de
acuerdo con las reglas que la ley establece. La ley procura que ambas partes cuenten
con las mismas posibilidades de ejercer sus derechos dentro de ese proceso.
El debido proceso es aquel que permite a ambos litigantes por igual hacer
valer sus derechos y, particularmente, el derecho de defensa.
En el artículo 19, nº 3, también hay importantes normas en materias
procesales-penales. Se establecen los mecanismos para castigar los delitos, etc.
B) Las Leyes Procesales:
Las leyes procesales son la fuente directa y la más importante porque es el
legislador el que regula, a través de estas normas, las distintas situaciones y materias
propias del Derecho Procesal, partiendo de los lineamientos básicos que la
Constitución asegura.
¿Cómo saber la naturaleza de una ley? y ¿cómo saber si es que hay una ley
procesal?. La única manera de diferenciar las leyes es precisamente por el contenido
de las normas, porque, desde el punto de vista formal, las leyes son más o menos
iguales. En síntesis, hay que determinarlo no por la fundamentación de la ley, sino por
el contenido.
De esta manera, si la ley está referida a los tribunales de justicia o a los
procedimientos evidentemente será una ley procesal, así por ejemplo, puede tratarse
de una ley orgánica que tiene que ver con los tribunales o bien de una ley de
procedimientos.
El juez que se vea enfrentado a la ley procesal deberá aplicarla
al caso que le competa resolver.
La aplicación de la ley procesal tiene importancia cuando el proceso está en
trámite. Un proceso está en trámite cuando no ha sido fallado por sentencia definitiva,
firme o ejecutoriada (las diligencias son válidas cuando se ha respetado la ley
vigente).
En el caso de la aplicación de las leyes rigen los mismos principios del
Derecho Civil, concretamente en lo que dice relación con la interpretación de la ley en
el caso concreto. En esta tarea se aplican las normas de interpretación del Código
Civil (artículos 19 al 24), porque los códigos procesales no contienen normas de
interpretación de la ley.
Si el juez, ante un caso determinado, advierte que hay vacíos en la ley (porque
las leyes no son estáticas, se van modificando a las necesidades del momento) aquí se
realiza una aplicación que consiste en la integración de la norma y en que el juez debe
recurrir a otros métodos para resolver el conflicto jurídico y si no hay una ley que lo
resuelva debe aplicar los principios de equidad pertinentes. Esto incluso lo establece
al artículo 170, nº 5 del Código de Procedimiento Civil, cuando dice que las
sentencias de los tribunales deben conservar los fundamentos de derecho o bien los
principios de equidad. El juez que ha sido legalmente requerido, siendo competente,
no se puede excusar de conocerlo y resolverlo, exista o no ley que resuelva el
conflicto.
* Vigencia de la ley procesal:
Para los efectos de aplicar la ley procesal hay que analizar la vigencia de la ley
en el tiempo, en el espacio y en cuanto a las personas.
-o- Vigencia de la ley en cuanto al tiempo:
La regla general es que las leyes procesales rigen “in-actum” (de inmediato),
es decir, tan pronto como la ley entre en vigencia (cuando se publique en el Diario
Oficial), antes que la ley disponga otra cosa y hasta el día que es derogada (cuado
queda sin efectos sus disposiciones por dictarse una ley nueva que la remplace o que
disponga que queda sin efectos las disposiciones de la ley antigua).
Sin perjuicio de lo anteriormente señalado, hay ciertas situaciones que una ley
puede ser aplicada a situaciones anteriores a su entrada en vigencia, en cuyo caso se
dice que la ley tiene efecto retroactivo. Al revés puede ocurrir el fenómeno que una
ley que ha quedado sin efecto pueda aplicarse a causas que van más allá de su
vigencia, aquí se habla de “ultra actividad de la ley”.
Todo esto hay que analizarlo con respecto a los procesos, y esto se puede
referir tanto a cambios que se introduzcan en la competencia de los tribunales o bien a
cambios en el procedimiento.
a. Cambios en el procedimiento: Las leyes que introducen cambios en los
procedimientos. Ejemplo: la nueva reforma procesal penal, si el juicio no se ha
iniciado se rige la nueva ley procesal.
Si los procesos están en trámite, todos las actuaciones que se hayan
verificado en el proceso de acuerdo con la ley antigua son plenamente válidas;
las nuevas actuaciones se deberán adecuar a la ley nueva, porque la ley
procesal rige in-actum.
Aquí se presentan algunos problemas de irretroactividad, es decir hay
algunos casos excepcionales en que no obstante haberse dictado una nueva ley
va a seguir aplicándose la ley antigua. Esto ocurre en los siguientes casos:
o Si se trata de plazos o de actuaciones que ya se hayan iniciado. Por
ejemplo, en un proceso civil en trámite se dicta una nueva ley procesal que
modifica el procedimiento y ella se traduce en que se van a reducir todos
los plazos a la mitad; si estaba esperando el plazo para apelar la sentencia
definitiva, de cinco días se reduce a tres, en este caso el plazo se seguirá
rigiendo por la ley antigua. En otras palabras, si el plazo está corriendo se
regirá por la ley vigente al momento del inicio del cómputo de dicho plazo.
Al contrario, si el plazo no está corriendo se regirá por la ley nueva.
o El segundo caso dice relación con la prueba de los actos y contratos. Si la
nueva ley procesal al cambiar el procedimiento, por ejemplo, modifica los
medios probatorios (suprime la prueba testimonial) el acto o contrato se
puede probar por los mismos medios de prueba vigentes al momento de la
celebración de ese acto o contrato (a través de los medios de prueba que
establecía la ley antigua). La razón es de Derecho Civil, debido a que, de
acuerdo al Código Civil, en todo acto o contrato legalmente celebrado se
entienden incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su celebración.
Si la nueva ley introduce modificaciones no en los medios
probatorios, sino en la forma de rendir la prueba (por ejemplo, las
formalidades distintivas) se aplica la ley nueva. Esto está consagrado en la
ley sobre efecto retroactivo de las leyes, ubicada en el apéndice del Código
Civil (artículos 23 y 24, Ley de efecto retroactivo de las leyes).
b. Cambios en la competencia: Las leyes que introducen cambios en la
competencia. En cuanto a la competencia de los tribunales, si hay
modificaciones en ella, significa que la misma ley le puede entregar más
atribuciones al tribunal o restringirle atribuciones y competencias (ejemplo:
los juzgados de letras a los que se les quita la competencia penal y ésta pasa a
los tribunales orales en lo penal).
La ley también podría eventualmente suprimir tribunales en esta
materia. Ejemplo: los juzgados de letras del crimen con la nueva reforma
procesal-penal.
Pero ¿qué pasa con el proceso en trámite?. En esta materia hay
discusiones doctrinarias. Si el juicio estaba en trámite al momento que se
dictara la nueva ley, ¿debe continuar siendo conocido por el tribunal antiguo o
se debe pasar al tribunal nuevo?.
Estos problemas, en los casos que se introduzcan modificaciones a la
competencia de los tribunales, se solucionarán de acuerdo a normas que
establezca la misma ley. Siempre se disponen disposiciones transitorias
(normas concretas que prevén estos posibles problemas). En la mayoría de los
casos se ha establecido que los mismos tribunales siguen conociendo los casos.
En otros casos se ha establecido que los procesos dentro de un cierto plazo van
a pasar al nuevo tribunal competente (ejemplo: ley que modificó el control de
armas, se pasó de los tribunales militares a la justicia ordinaria).
-o- Vigencia de la ley en cuanto al espacio:
Esto se refiere al territorio en el cual debe aplicarse la ley procesal. Como la
función que imparten los tribunales es una función estatal (administración de justicia)
la ley procesal se tiene que aplicar dentro de las fronteras del Estado, vale decir,
dentro de los límites geográficos del país.
Aquí impera el principio de “territorialidad de la ley”. Todos los conflictos
jurídicos que ocurren en el territorio de Chile se van a regir, en materia procesal, por
la ley chilena. Así se desprende del artículo 14 del Código Civil y también del artículo
5º del Código Orgánico de Tribunales, que señalan que los tribunales chilenos deben
conocer todos los asuntos judiciales que se produzcan dentro del territorio de la
República.
Lo anteriormente señalado no quiere decir que en determinadas situaciones no
se puedan aplicar normas procesales internacionales. Por ejemplo, en Chile se puede
hacer cumplir las sentencias del derecho extranjero cumpliendo con los requisitos que
la ley chilena exige en esta materia (ejemplo: en materia de exhortos, etc.).
La ley chilena es posible que sea extraterritorial respecto de ciertos delitos
específicos cometidos en el extranjero y que pueden ser juzgados por los tribunales
chilenos (artículo 6º, Código Orgánico de Tribunales).
De los artículos 242 al 251 reglamentan la materia de resoluciones
pronunciadas por tribunales extranjeros.
-o- Vigencia de la ley en cuanto a las personas:
La regla es que la ley procesal chilena se aplica por igual a todas las personas,
por el principio de igualdad ante la ley consagrado en la Constitución; de acuerdo a
esto no se distinguen entre chilenos o extranjeros. La ley procesal no considera para
los efectos de su aplicación las condiciones de la persona (la raza, el sexo, etc.), así lo
señala el artículo 5º, inciso 1º, del Código Orgánico de Tribunales.
En materia de competencia, existe un factor determinado para establecer el
tribunal competente, que es el “Fuero”, el cual no significa un privilegio para aquella
persona que goza de él, porque no significa que esté en una situación de superioridad
ante otra que no lo tenga. El fuero, lo único que implica es que el asunto judicial lo va
a conocer u tribunal de mayor jerarquía, y eso es un beneficio para el que no tiene
Fuero. En síntesis, el Fuero no es excepción al principio de igualdad ante la ley.
Cuando se aplica una ley procesal que rige in-actum está aplicación tiene
importancia en los procesos que están actualmente en tramitación, entendiéndose por
tales todos aquellos procesos en los cuales no se ha dictado sentencia definitiva que se
encuentre firme o ejecutoriada (sentencia inamovible, no caben más recursos en su
contra).
Esta ley procesal tiene importancia frente a estos procesos y no respecto de
aquellos procesos que ya están afinados o terminados.
Esto reviste importancia porque la sentencia judicial firme o ejecutoriada que
establece derechos se incorporan éstos al patrimonio de la persona y, por ello, no se
puede afectar estos derechos, por que están amparados por la Constitución.
Los procesos nuevos caen de lleno dentro de la aplicación de la nueva ley
procesal.
C) Los Autos Acordados:
Los autos acordados son normas procesales que emanan de los tribunales
superiores de justicia, de carácter general y que son dictados en uso de las facultades
económicas de los tribunales (artículo 3º, Código Orgánico de Tribunales) para una
mejor administración de justicia, y sirven para llenar ciertos vacíos que pueden tener
las leyes o que sirven para la aplicación de una determinada ley en la práctica, y son
de carácter obligatorio.
Art. 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Los tribunales tienen, además, las
facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno de
ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código”.
Esta importante fuente del Derecho Procesal puede ser dictada por la Corte
Suprema o por alguna de las Cortes de Apelaciones. Esto tiene importancia para
determinar el aspecto de la obligatoriedad del auto acordado.
Si el auto acordado lo dicta la Corte Suprema éste es obligatorio en todo el
territorio de la República, vale decir, todos los tribunales del país quedarán sometidos
a ese auto acordado. Ejemplo: el auto acordado de la Corte Suprema sobre la forma de
sentencias, el auto acordado de la Corte Suprema sobre substanciación del recurso de
inaplicabilidad de las leyes, el auto acordado de la Corte Suprema sobre vista de la
causa (ver apéndice del Código de Procedimiento Civil), etc.
Si el auto acordado lo dicta una Corte de Apelaciones, es obligatorio dentro de
la jurisdicción de la respectiva Corte y debe ser aplicado en dicha jurisdicción. Este
auto acordado tiene una aplicación más restringida.
Los autos acordados se publican en el Diario Oficial. El Código Orgánico de
Tribunales establece claramente el auto acordado que dicta la Corte Suprema (artículo
96, inciso final, Código Orgánico de Tribunales).
Art. 96º, inciso final, Código Orgánico de Tribunales: “Todos los autos
acordados de carácter y aplicación general que dicte la Corte Suprema
deberán ser publicados en el Diario Oficial”.
Lo mismo cabe decir (respecto de la publicación de los autos acordados en el
Diario Oficial) sobre los autos acordados que dicta la Corte de Apelaciones, para que
no se alegue desconocimiento.
D) Tratados Internacionales:
Los tratados internacionales son normas jurídicas que obligan a dos o más
Estados en relación con materias determinadas.
Dentro de las normas de un tratado internacional es posible que existan
normas procesales o que se regulen materias procesales. Si es así, constituye una
fuente del Derecho Procesal, porque esas normas habría que aplicarlas en la medida
que el tratado internacional haya sido ratificado por Chile y que se encuentre vigente,
de esa manera tiene una naturaleza de ley.
Ejemplo: el Código de Derecho Internacional Privado o “Código de
Bustamante”, que se aplica en Chile, es una importante fuente del derecho
internacional, y en ese Código se regulan materias procesales internacionales (la
extradición, los exhortos internacionales, etc.).
2) FUENTES INDIRECTAS:
A) Las Fuentes Históricas:
Esta fuente hace posible comprender el porque de las instituciones vigentes, el
grado de evolución que ha experimentado esta disciplina contribuyendo de esta forma
a la correcta interpretación e inteligencia del derecho nacional vigente. Ejemplo:
nuestro Código Orgánico de Tribunales tiene por antecedente la ley de organización y
atribuciones de los tribunales de 1865.
B) El Derecho Extranjero:
El Derecho Chileno no es un derecho aislado en el contexto mundial. Todo
está inserto dentro de un contexto histórico, dentro del cual Chile tiene antecedentes
en otros derechos de otros países. Por ejemplo: el Código Napoleónico de Francia, del
Derecho Español, el Derecho Alemán, etc. Por otro lado, las instituciones del derecho
procesal chileno no se han generado íntegramente en nuestro país, sino que la mayor
parte de ellas emanan de las españolas. Se puede decir que nuestros códigos de
procedimiento y nuestras leyes orgánicas de tribunales arrancan de ese país.
C) La Jurisprudencia:
La jurisprudencia consiste en los fallos uniformes que pronuncian los
tribunales de justicia sobre una determinada materia de derecho (fallos en un mismo
sentido, uniformes). Dicho de otro modo, la jurisprudencia es un conjunto de
precedentes reiterados en que los tribunales superiores de justicia hacen aplicación en
casos concretos sometidos a su juzgamiento de los preceptos decisorios y ordenatorios
de los litigios
Aquí hay que destacar cuando la jurisprudencia emana de los tribunales
superiores en el sistema chileno, porque los fallos de los tribunales inferiores están
siempre sometidos a la posibilidad de revisión por el principio de la “doble instancia”
que consiste en que lo que un juez inferior resuelve puede ser modificado o alterado
por un tribunal superior. Particularmente interesa la jurisprudencia de la Corte
Suprema como máximo tribunal de la República.
La Corte Suprema, entre sus funciones como máximo tribunal está la de ir
uniformando la jurisprudencia de los tribunales en Chile. Esto se logra a través del
“recurso de casación en el fondo” (este recurso se aplica cuando una sentencia ha sido
dictada con infracción de ley, y esa infracción es decisiva en la parte resolutiva del
fallo). La Corte Suprema puede invalidar la sentencia de los tribunales inferiores en
virtud de este recurso y con ello, además, va a fijar el verdadero sentido y alcance de
las normas.
Un solo fallo no es jurisprudencial, ya que debe existir una pluralidad de fallos
sobre la misma materia.
La jurisprudencia constituye un antecedente porque lo que se resuelve en un
caso no tiene que ser necesariamente idéntico que otro.
D) La Doctrina:
La doctrina es la fuente que consiste en la opinión de los tratadistas, en este
caso del derecho procesal. Tampoco es obligatoria. Esta fuente tendrá más o menos
importancia en la medida que sea el prestigio del autor. Por ejemplo, en problemas
procesales es frecuente que se cite al tratadista uruguayo Eduardo Couture. Sin
embargo en Chile la doctrina no es abundante.
La doctrina si tiene importancia, además de lo dicho anteriormente, en el caso
que las leyes tengan algunas deficiencias, ya que éstas no son perfectas y van
quedando obsoletas.
Tiene por misión la de interpretar al legislativo para que se reflexione sobre la
ley.
E) La Costumbre:
En el Derecho Procesal la costumbre prácticamente no tiene aplicación, y se
sigue la máxima del Derecho Civil (artículo 2º, Código Civil). La costumbre tiene
importancia en el derecho comercial.
Art. 2º, Código Civil: “La costumbre no constituye derecho sino en los casos
en que la ley se remite a ella”.
La costumbre solamente se aplica en algunos casos respecto de algunas
practicas que ha adoptado los tribunales. Ejemplo: la ley no señala en ninguna parte
cómo se dicta un oficio, sino que ha sido una costumbre que se ha ido perpetuando.
Sin embargo no está referido a aspectos sustanciales.
II. LA JURISDICCION
1.- Introducción:
La Jurisdicción es una de las instituciones o conceptos básicos en el Derecho
Procesal (junto con la acción y el proceso).
En Chile, en materia civil, para que los tribunales puedan conocer de un
conflicto jurídico tienen que ser requeridos o, lo que es lo mismo, deben actuar a
petición de parte. Los tribunales no pueden actuar de oficio, esto significa que para
que un juez pueda ejercer función jurisdiccional necesita que una de las partes del
litigio deduzca una acción, concretamente lo que se exige es que una de las partes
demande a otro.
Cuando el tribunal es requerido formalmente y en algún asunto de su
competencia, a través de una demanda, el juez debe ejercer su jurisdicción, no se
puede excusar, debe conocer el asunto. El medio que tiene el juez o instrumento de
cual se vale es el Proceso.
La regla general es que la jurisdicción es una actividad propia de los tribunales
de justicia y es distinta de cualquier otra función pública y que consiste en general en
resolver conflictos jurídicos con efecto de cosa juzgada. Lo importante a destacar es
que el tribunal es un tercero imparcial y que está por sobre las partes porque está en
una posición jurídica distinta al ser un órgano público y eso es lo que permite que su
sentencia sea acatada.
2.- Acepciones de la palabra Jurisdicción:
Dentro del Derecho Procesal una misma palabra -dentro de las cuales
encontramos a la jurisdicción- se aplica con distintos significados, siendo algunos no
realmente correctos.
Dentro de las acepciones de la palabra jurisdicción encontramos:
a) La palabra jurisdicción se suele utilizar para referirse al territorio, al “ámbito
territorial” en el cual un tribunal ejerce sus atribuciones. Ejemplo: un juez de
Concepción ejerce jurisdicción en las comunas de Concepción, Penco,
Chiguayante y San Pedro de la Paz. Esta es una acepción equivocada.
b) Se suele confundir la jurisdicción con la “competencia”. La jurisdicción no es
lo mismo que la competencia, son aspectos relacionados pero completamente
diferentes. La competencia es la cuota de jurisdicción que tiene cada juez en
particular y que le permite conocer de determinados asuntos (no de todos). Se
puede decir entonces que existe una relación de género a especie, donde la
jurisdicción es el género y la competencia es el espacio dentro del género
(artículo 108, Código Orgánico de Tribunales).
c) Se utiliza frecuentemente para referirse a las “prerrogativas o facultades” que
tienen los tribunales para resolver ciertos conflictos jurídicos. Esta acepción
sin ser mala es insuficiente porque jurisdicción no es una mera facultad, es
mucho más que eso, es un verdadero deber porque es inexcusable.
d) Por último, la verdadera acepción o sentido de la palabra es el siguiente: la
jurisdicción es “una función”, porque constituye una de las tareas más
importantes que cumple el Estado mediante la cual se reestablece el imperio
del Derecho cuando se ha desconocido la norma. Esto significa que toda
función jurisdiccional le corresponde al Poder Judicial, o al menos lo normal
es que así sea, puesto que existen otros órganos públicos -que no se encuentran
dentro del Poder Judicial- que también pueden ejercer funciones
jurisdiccionales, en los casos que la ley lo señala. Ejemplo: el Congreso
Nacional (juicios políticos respecto de ciertas autoridades), la Contraloría
General de la República, el Tribunal Calificador de Elecciones, etc. Desde este
punto de vista estos órganos actúan como tribunales.
Por otro lado, no toda función propia del Poder Judicial es siempre
jurisdiccional, aunque normalmente lo es. Así lo señalan los artículos 2º y 3º
del Código Orgánico de Tribunales.
3.- Concepto de Jurisdicción:
-
Concepto de Eduardo Couture: “Es la función pública realizada por los
órganos competentes del Estado, con las formas requeridas por la ley, en
virtud de la cual por acto de juicio se determina el derecho de las partes con el
objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia jurídica mediante
decisiones con autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de
ejecución”.
-
Concepto de Juan Colombo: Este autor define la jurisdicción como: “El poder
que tiene los tribunales de justicia para resolver por medio del Proceso, con
efecto de cosa juzgada, los conflictos de relevancia jurídica en cuya solución
les corresponde intervenir”.
La jurisdicción no debe definirse como la facultad de administrar justicia, ya
que es muy vago. El concepto de la jurisdicción dice relación con el contenido de la
función, que es la resolución de los conflictos jurídicos.
Colombo sostiene que la administración de justicia, y más concretamente la
palabra justicia implica un juicio de valor o más bien filosófico, por lo mismo es
variable (por el transcurso del tiempo).
* Análisis del concepto de Couture:
a) Sostiene que la jurisdicción es una función pública, es decir, está tomando la
correcta acepción del término. Considera a la jurisdicción como una tarea que
le compete al Estado (no es una función privada que le corresponda a los
particulares).
b) Añade que la función jurisdiccional es realizada por los órganos competentes
del Estado; por regla general son los tribunales de justicia, ya que como
mencionamos anteriormente otros órganos también pueden ejercer funciones
jurisdiccionales.
c) Agrega el autor que la jurisdicción debe hacerse por las formas requeridas por
la ley; esto quiere decir que esta actividad de los tribunales no se puede llevar
a efecto de cualquier forma sino que debe hacerse cumpliendo las
formalidades legales. La ley reglamenta el ejercicio de la jurisdicción, no el
juez, y para esto existen los procedimientos. El medio para el ejercicio de la
jurisdicción es el Proceso, el que tiene que demostrar como la ley lo indica.
d) La finalidad, según esta definición, que se persigue con el ejercicio de la
jurisdicción es objetivo, es puntual, es uno sólo: es resolver conflictos
jurídicos o controversias de relevancia jurídica.
Este conflicto se resuelve mediante ciertas decisiones que adoptan los
tribunales de justicia. El conflicto se debe resolver a través de los
procedimientos legales que debe aplicar el juez y a través de una decisión
especial que es la sentencia definitiva, que es el acto típico a través del cual el
juez resuelve. El proceso, sin embrago, puede terminar y el conflicto puede
resolverse dentro del proceso sin el procedimiento del juez, lo que no significa
que en ese caso la actividad jurisdiccional no se ha desarrollado cabalmente.
Ejemplo: al llegar a un acuerdo entre los litigantes (conciliación, avenimiento,
etc.).
Si la jurisdicción se ejerce, el juez tiene que pronunciarse. Para que
haya jurisdicción completa el juez debe conocer el asunto y resolverlo.
e) Esta decisión de los tribunales debe ser con autoridad de cosa juzgada. Eso es
lo más importante de la jurisdicción. La cosa juzgada es un efecto que produce
la sentencia definitiva en algún momento. Sin cosa juzgada no existe actividad
jurisdiccional a cabalidad.
El efecto de la cosa juzgada permite obtener el cumplimiento efectivo
de la sentencia y, además, que no se vuelva a discutir el mismo asunto, ni por
las mismas partes, ni por el mismo fundamento.
f) Se decide mediante un fallo eventualmente factible de ejecución. Esto
significa que en el caso que el vencido (aquel que resultó condenado a una
determinada prestación) no cumple voluntariamente, la parte vencedora está
facultada a solicitarle al juez la ejecución o cumplimiento forzado de esa
sentencia. Este cumplimiento debe ser solicitado, por ello es eventual. Si por el
contrario, el vencido cumple voluntariamente con la prestación, no es
necesario ejecutar el fallo.
4.- La Jurisdicción en nuestro derecho positivo:
Ni la ley ni la Constitución contienen un concepto de la jurisdicción, sino que
tanto la Constitución como el Código Orgánico de Tribunales se refieren más bien al
contenido de la Jurisdicción para señalar en qué consiste la actividad de los tribunales.
Tampoco se puede decir que el derecho positivo contemple disposiciones orgánicas
respecto de la jurisdicción, es decir no está reglamentada sino que se deduce de las
disposiciones constitucionales y legales.
Art. 73, inciso 1º, CPE: “La facultad de conocer de las causas civiles y
criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece
exclusivamente a los tribunales establecidos por la ley. Ni el Presidente de la
República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones
judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenidos
de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos”.
Art. 1º, Código Orgánico de Tribunales: “La facultad de conocer las causas
civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado pertenece
exclusivamente a los tribunales que establece la ley”.
Tanto la Constitución como el Código Orgánico de Tribunales se refieren a la
jurisdicción como una facultad, lo cual no es erróneo pero tampoco es exacto, ya que
hay que entenderla como el “poder-deber” de los tribunales, ya que es inexcusable y
no una mera prerrogativa (artículo 3º, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).
ASPECTOS DEL ARTICULO 1º DEL CODIGO ORGANICO DE TRIBUNALES
a) Primer Aspecto: La función de los tribunales puede consistir en lo siguiente
(contenido de la jurisdicción):
•
Conocer las causas civiles y criminales: tanto la norma constitucional
como la norma legal han sido cuidadosos al poner los verbos en ese orden,
porque consistiendo la jurisdicción en la resolución de los conflictos
jurídicos, los tribunales no pueden resolver un conflicto sin que
previamente conozcan de ese litigio.
La facultad de conocer las causas civiles y criminales consiste en
que el tribunal queda informado de ese asunto a través de las partes (a
través de los propios litigantes) y no de los tribunales, porque impera el
principio de pasividad de los tribunales.
Conocer significa que el juez queda informado del asunto; para
estos efectos, las partes tienen que suministrarle ese conocimiento a través
de los escritos correspondientes (de demanda y de contestación de la
demanda).
Sin embargo, no basta que las partes informen al juez sus
pretensiones, además es necesario que prueben o demuestren la verdad de
los hechos que sostienen (lo que prueban son los hechos y no el derecho).
Producida la prueba el juez está en condiciones de fallar en la
mayoría de los casos.
•
Juzgarlas (las causas civiles y criminales): consiste en la facultad de
resolver cuál de las partes tiene la razón (finalidad de la sentencia, declarar
el derecho). Esto quiere decir, en síntesis, que uno de los dos tiene que
tener la razón.
En otras palabras, o se va a acoger la demanda (dar la razón al
demandante en todo o en parte), o se rechaza la demanda (significa que se
le da la razón al demandado).
Este juzgamiento tiene la particularidad que el juez lo lleva
materialmente a través de la sentencia definitiva (con toda la información
que el juez ha tenido).
•
Hacer ejecutar lo juzgado: la jurisdicción también puede consistir en hacer
ejecutar lo juzgado. Esta es una etapa que podría faltar, pero no obstante
este momento no exista, es importante destacar que la jurisdicción se
ejercita, porque esta etapa dependerá de la actitud que tenga el vencido.
b) Segundo Aspecto: Lo referente a la “causa”:
Los tribunales lo que conocen y resuelven son causas o juicios, las que
podemos definirla diciendo que consisten en la controversia jurídica y actual
entre partes sometidas a un tribunal de justicia. Para que haya juicio se supone
que tiene que haber una controversia jurídica entre partes.
La causa se define como la controversia jurídica actual entre partes
sometida al conocimiento de un tribunal de justicia.
Los elementos para que exista una causa son los siguientes:
•
Debe haber una controversia jurídica: significa que tiene que haber una
disputa entre dos o más personas y que tenga relevancia jurídica.
•
Tiene que ser actual: el conflicto tiene que referirse concretamente sobre
determinados derechos. Hay un derecho comprometido y no una mera
expectativa.
•
Se tiene que producir un conflicto entre “partes”: entre los sujetos que
sostengan pretensiones contradictorias o que tengan intereses
contrapuestos y estas partes llevan el nombre de “demandante” (titular de
la pretensión) y “demandado” (destinatario de la pretensión). Las partes
pueden ser personas naturales o jurídicas, puede haber más de una persona
en una parte, esto independientemente que si las partes comparecen en un
juicio.
•
El tribunal de justicia no puede faltar jamás: porque tiene que existir un
órgano público imparcial para resolver el conflicto. El tribunal puede ser
de cualquier naturaleza o clase, dependerá de la naturaleza del asunto que
se está discutiendo, eso determinara el tribunal a intervenir.
En síntesis, el juicio o la causa no es otra cosa que este conflicto
jurídico y actual que se somete al conocimiento de los tribunales de justicia,
vale decir, cuando el conflicto pasa a la instancia judicial, cuando sale del
ámbito de los particulares.
c) Tercer Aspecto: Se deduce que la jurisdicción le pertenece exclusivamente a
los tribunales que establece la ley.
En Chile todo órgano que ejerce jurisdicción pasará a ser un tribunal de
justicia en lo que esa función se refiere.
Las potestades de un tribunal que ejerce jurisdicción son las siguientes:
•
El derecho que tiene todo juez a conocer el litigio (la “gnotio”). Esto va a
depender de la acción que se deduzca. Nunca el juez puede actuar de oficio
(o de propia iniciativa). Esto es válido para el inicio del juicio como para
cuando éste progresa o avanza.
•
Facultad que tiene el juez para que las partes comparezcan al juicio
dentro de un cierto plazo (la “votio”). Esto está referido fundamentalmente
al demandado con el objeto de que se defienda y haga valer sus derechos.
Para eso la ley establece un plazo (el juez lo emplaza al juicio para que
haga valer sus derechos).
Esto tiene una consecuencia negativa si no se hace presente en el
juicio, porque no se podría defender en ese plazo.
•
Potestad del uso de la fuerza que tienen los tribunales en la forma en que
la ley lo describe (la “coertio”), o sea, durante la tramitación del juicio.
Esto para los efectos que el proceso pueda avanzar y facilitar la tramitación
de ese juicio. Sirve para resolver cualquier obstáculo que impida al juez o a
las partes actuar adecuadamente. Esto está referido tanto a las personas
como a los bienes. Ejemplo: el juez puede disponer medidas de apremio
personales, puede imponer multas, arrestos, embargo a los bienes para
facilitar el desarrollo del proceso, etc.
•
Facultad del juez para resolver el conflicto o facultad de juzgarla (la
“iuditium”). El juez no puede dejar de resolver el conflicto respecto del
cual lo ha conocido, exista o no exista ley (si existe ley deberá aplicarla y
si no existe precepto legal deberá aplicar otros principios).
Sin embargo, esta potestad siempre está limitada por la propia
actividad de los litigantes (los límites de las propias partes en juicio), de lo
contrario habrá vicio procesal.
•
Facultad de ejecución (la “executio”). Esta facultad está muy relacionada
con el uso de la fuerza ante el juicio mismo. Esto está en relación con la
atribución de los tribunales de ejecutar su sentencia y, para ello, está
auxiliado por la fuerza pública, a petición de parte. Esta es otra
manifestación del imperio de los tribunales.
Todas estas potestades o elementos que comprenden la jurisdicción
normalmente se dan todas, sin embargo algunas de ellas podrían faltar, sin
perjuicio de ello igual se da ejercicio a la función jurisdiccional. Ejemplo: el
caso de la fuerza puede no ser necesaria.
5.- Características de la Jurisdicción:
Respecto a las características de la jurisdicción, en la doctrina no hay
coincidencia única en materia (ya que depende de los autores).
No obstante lo anterior, se pueden señalar las siguientes características que son
las más importantes:
-
El origen de la jurisdicción en Chile emana de la propia Constitución.
Se trata de una función pública.
Conceptualmente es unitaria.
Las autoridades encargadas de ejercer la jurisdicción son los tribunales de
justicia.
La jurisdicción es privativa de los tribunales de justicia.
Se ejercita a través del Proceso y mediante actos procesales.
Es indelegable.
Es improrrogable.
Su finalidad última es la cosa juzgada.
La parte de jurisdicción que le corresponde a cada juez o tribunal
constituye su competencia.
Es territorial.
Está amparada por el imperio.
1) El origen de la jurisdicción en Chile emana de la propia Constitución (tiene
rango constitucional): El origen emana del artículo 73 de la Constitución. Esta
característica revela la importancia que tiene dentro del ordenamiento jurídico
chileno la función de los tribunales de justicia, porque el constituyente
establece la idea fundamental y la ley se encarga de desarrollar la regla que
emana de la norma constitucional.
2) Se trata de una función pública: Esta característica quiere decir que la
jurisdicción es una de las labores esenciales que desarrolla el Estado, por que
la finalidad es reestablecer el orden jurídico quebrantado y eso ocurre cuando
las otras funciones públicas son insuficientes por sí solas.
3) Conceptualmente es unitaria (unidad de conceptos): La jurisdicción se dice
que es unitaria en doctrina, porque el concepto de la jurisdicción es invariable;
es decir, siempre los tribunales de justicia cuando ejercen jurisdicción van a
cumplir una labor idéntica o semejante que consistirá en resolver los conflictos
de intereses de relevancia jurídica.
Esto significa también que la jurisdicción no acepta clasificaciones o
divisiones, y cuando se habla de clasificaciones en materia judicial (en materia
del ejercicio de la jurisdicción), lo que se está clasificando es la competencia.
Desde el momento que hay tribunales que pueden conocer determinados
asuntos o materias distintas, se habla entonces de una clasificación de
competencia, la que puede ser, por ejemplo, civil o penal, contenciosa o no
contenciosa.
4) Las autoridades encargadas de ejercer la jurisdicción son los tribunales de
justicia: En el sistema chileno la regla general es que la jurisdicción la ejercen
determinados órganos públicos, que son los tribunales. Esas son las
autoridades que señala la Constitución y las leyes; por lo mismo, no
corresponde señalar que el ejercicio de la jurisdicción le compete
exclusivamente al Poder Judicial. La regla general es que así sea, sin embargo
hay casos que la propia Constitución o las leyes determinan atribuciones
jurisdiccionales para otros órganos públicos.
En síntesis, todo órgano que ejerce jurisdicción está calificado como
tribunal de justicia, es lo característico (es la función la que caracteriza al
órgano y no al revés).
5) La jurisdicción es privativa de los tribunales de justicia: Esta característica
está muy relacionada con la anterior. Los órganos precisos para dirimir los
conflictos son los tribunales. Esta función no puede ser encomendada a
órganos diferentes. Es una función propia de los tribunales con exclusión de
otros órganos públicos o privados.
6) Se ejercita a través del Proceso y mediante actos procesales: El instrumento
del que se vale el Estado para el ejercicio de la jurisdicción es precisamente el
Proceso, y éste no es otra cosa que un conjunto de actos procesales que
emanan ya sea del tribunal, o de las partes, o de un terceros eventualmente.
Esta es la función que se ha establecido para poder desarrollar esta importante
función. El medio idóneo es el Proceso y éste se va desarrollando a través de
los actos procesales.
7) Es indelegable: Esto significa que esta función que le compete a los tribunales
no puede ser entregado a otras autoridades o a otro órgano distinto de los
tribunales. En consecuencia, un tribunal de justicia no puede encomendarle
esta función a otros órganos públicos.
Esta característica no debe ser confundida con la delegación de
competencia, porque si un tribunal delegara la jurisdicción no sería tribunal de
justicia.
En ciertos casos la ley permite que un tribunal encomiende
determinadas atribuciones o la práctica de determinadas diligencias a otro
tribunal, pero jamás podrá delegar el fallo del asunto. Una atribución o la
competencia se puede dejar cuando los antecedentes de que se trata se tenga
que practicar en un territorio jurisdiccional distinto al donde se encuentra el
juez que conoce el proceso. Ejemplo: si el proceso se está tramitando en
Concepción ante un juez dependiente de la Corte de Apelaciones de
Concepción, dentro de este proceso es necesario prestar declaración a un
testigo que vive en Iquique; para ello, el juez de Concepción puede entregar
atribuciones al juez de Iquique sobre una materia de terminada (prestar
declaración al testigo). Esto se hace a través de los denominados “exhortos”.
8) Es improrrogable: Lo que significa que las partes no pueden encomendar su
ejercicio a otras autoridades distintas de los tribunales. En este caso, la
prórroga es siempre entendida del punto de vista de los litigantes, la
delegación es vista desde el punto de vista de los tribunales (esta es la
diferencia con la característica anterior). Las partes no pueden efectuar
convenios o acuerdos en esta materia. El principio de la autonomía de la
voluntad es inaplicable en esta materia.
Esto no impide que las partes, cumpliendo ciertas condiciones puedan
celebrar acuerdos para los efectos de prorrogar la competencia, cumpliendo
ciertos requisitos que la ley procesal establece a este respecto.
En asuntos civiles judiciales contenciosos, la ley permite a los
litigantes acordar que un asunto judicial pueda ser conocido por un tribunal
relativamente incompetente. El asunto civil contencioso puede ser conocido
por un juez territorialmente diferente al que es naturalmente competente. Esto
obedece a muchas causas, entre ellas la falta de conveniencia de los litigantes.
9) Su finalidad última es la cosa juzgada: Esta característica es talvez la más
importante de todas. Lo que se persigue con el ejercicio de la jurisdicción es
que los tribunales resuelvan el conflicto jurídico estableciendo en la sentencia
una verdad inamovible, es decir que transcurrida toda la tramitación del
proceso llegue un instante en que esa verdad judicial quede completamente
afirme, inamovible; ahí se habrá producido la cosa juzgada.
La jurisdicción no consiste simplemente en resolver un conflicto sino
que además se debe cumplir el efecto de la cosa juzgada a través de la
sentencia.
El efecto de la cosa juzgada es la que permite hacer cumplir la decisión
de los tribunales (es la última palabra). A través del efecto de la acción o de la
excepción de la cosa juzgada, efecto que impide que se pueda volver a discutir
entre los litigantes, sobre el mismo asunto y sobre los mismos fundamentos.
10) La parte de jurisdicción que le corresponde a cada juez o tribunal constituye
su competencia: Todos los tribunales sin excepción ejercen jurisdicción, lo que
les permite resolver ciertos asuntos litigiosos. Lo que ocurre es que la
jurisdicción en Chile, como en el resto de los demás países, está reglamentada
en cuanto a su ejercicio, y esto significa que el legislador ha establecido lo que
se llama “reglas de competencia”, entregándole a determinados tribunales
ciertos asuntos y a otros tribunales asuntos distintos, de modo tal que no todos
puedan conocer de los mismos asuntos (lo que sin dudas es bueno para la
administración de justicia).
La competencia es la facultad que tiene cada juez individualmente, en
particular, para conocer de aquellos asuntos que la ley ha colocado dentro de la
esfera de sus atribuciones.
La competencia constituye una limitación al ejercicio de la
jurisdicción.
11) Es territorial: Ello significa que se ejerce necesariamente sobre un territorio
determinado. Este espacio territorial es variable, depende en cada caso del
tribunal que corresponda. Ejemplo: los jueces de letras tienen como espacio
territorial la comuna o una agrupación de comunas; la Corte Suprema ejerce
jurisdicción sobre todo el territorio de la República. Eso lo fija la ley. La ley
asigna el territorio jurisdiccional de cada tribunal. El juez o tribunal puede
actuar válidamente dentro de ese respectivo territorio.
Esta característica de la territorialidad de la jurisdicción es lógica,
porque la jurisdicción emana de la soberanía y la soberanía de ejerce
territorialmente dentro de los límites de la República.
Esta característica tiene algunas excepciones y entre esas excepciones
se puede citar las situaciones previstas en el artículo 6º del Código Orgánico
de Tribunales.
12) Está amparada por el imperio: El ejercicio de la función jurisdiccional está
regulado por el imperio que gozan los tribunales de justicia, amparada por la
posibilidad de usar la fuerza pública para hacer respetar las decisiones
judiciales y para dar eficacia al proceso (para que no haya trabas en el
desarrollo del proceso). Le permite remover todo tipo de obstáculo que impida
el ejercicio normal de la Jurisdicción. Esto se nota con luces propias a través
del fallo.
6.- Los momentos de la Jurisdicción:
Son las etapas que representan el desenvolvimiento del ejercicio de la función
jurisdiccional dentro del proceso. La doctrina dentro de esta materia distingue algunas
fases o etapas de la jurisdicción (que se ubican en el artículo 1º del Código Orgánico
de Tribunales).
a) Primera Etapa: Fase del conocimiento del asunto: En esta fase se abre la
instancia judicial y aquí lo importante es la información que los propios
litigantes le puedan entregar al tribunal, porque los tribunales de justicia
conocen lo que se llama la verdad procesal, precisamente a través del proceso
y por la información que le dan los litigantes. Esto aunque el juez tome
conocimiento por otras vías del asunto y eso complementado con los
antecedentes probatorios suministrados por los propios litigantes.
Los tribunales tienen que aplicar el procedimiento legal. Esto significa
que la acción deducida, según su naturaleza, se someterá al procedimiento que
la ley indique, de lo contrario la acción sería anulable.
b) Segunda Etapa: Momento de la decisión del asunto (juzgamiento): Esta es la
etapa característica del ejercicio de la jurisdicción. Presupone necesariamente
de la primera etapa (presupone de un conocimiento cabal previo del asunto) y
esta fase carecería de eficacia si no existe el tercer momento o tercera etapa,
que es la fase de ejecución (decidir acerca del conflicto jurídico a través de la
sentencia definitiva).
c) Tercera Etapa: Fase de ejecución del asunto: Lo importante el legislador o
constituyente la contempla como tal, vale decir, hacer ejecutar lo juzgado. Sin
en ese momento faltan las otras fases sería ilusoria, no se exigiría el
cumplimiento (no habría jurisdicción).
Esta tercera etapa depende de la parte perdedora, si se niega a pagar la
prestación.
Esta ejecución, a petición de parte, los tribunales la ordenan a la fuerza
pública, que en Chile no depende de los tribunales ni del Poder Judicial. Hay
que recurrir a la fuerza pública y para eso hay que requerir a la autoridad
administrativa, la que no puede dudar de la legalidad de la orden, como
tampoco puede calificar los fundamentos de la resolución (artículo 11, Código
Orgánico de Tribunales).
Art. 11, Código Orgánico de Tribunales: “Para hacer ejecutar sus
sentencias y para practicar o hacer practicar las actuaciones que
decreten, podrán los tribunales requerir de las demás autoridades el
auxilio de la fuerza pública que de ellas dependiere, o los otros
medios de acción conducentes de que dispusieren”.
“La autoridad legalmente requerida debe prestar el auxilio, sin
que le corresponda calificar el fundamento con que se le pide ni la
justicia o legalidad de la sentencia o decreto que se trata de ejecutar”.
7.- Límites de la Jurisdicción:
El ejercicio de la función jurisdiccional tiene algunas limitaciones, porque la
ella debe realizarse siempre dentro de un tiempo determinado y dentro de un
determinado ámbito territorial. Es decir, hay límite en el tiempo y límite en el espacio
en el ejercicio de la jurisdicción.
a) Límites temporales: En Chile la generalidad de los tribunales es que son
perpetuos, lo que significa que ejercen la jurisdicción indefinidamente, salvo
en el caso de los tribunales arbitrales.
Los jueces arbitrales tienen un lapso determinado para ejercer sus
funciones jurisdiccionales, y en este sentido la ley establece la limitación al
ejercicio de los tribunales arbitrales (artículo 235, inciso 3º, Código Orgánico
de Tribunales).
Art. 235, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Si faltare la
designación del tiempo, se entenderá que el árbitro debe evacuar su
encargo en el término de dos años contados desde su aceptación”.
En este artículo se establece que pueden ejercer la función
jurisdiccional los jueces árbitros en dos años desde que conoce hasta que falla.
En algunos otros tribunales especiales los miembros duran un tiempo
determinado. Ejemplo: el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de
Elecciones, pero eso significa que los magistrados se van renovando y no que
el órgano terminará sus funciones.
b) Límites en cuanto al espacio: Está referido al instante en que los tribunales
ejercen la jurisdicción. Se suele hablar aquí de límites internos y límites
externos.
o Límites Externos: Está dado por el punto hasta donde se extiende la
jurisdicción de los tribunales y este se puede mirar desde el punto de vista
de los tribunales chilenos como de los tribunales extranjeros. Hay que ver
hasta donde llegan las atribuciones de los tribunales chilenos y hasta donde
llegan las atribuciones de los tribunales extranjeros.
En Chile la jurisdicción constituye una manifestación de la
soberanía, la que es esencialmente territorial y se delimita por las fronteras.
Siendo la jurisdicción una emanación de la soberanía ésta no puede ir más
allá de los límites del país. Esta situación es similar a la de los tribunales
extranjeros que ejercen jurisdicción dentro de los límites territoriales donde
se ejerce sus respectivas soberanías.
Hay otra limitación externa y está dada por las atribuciones que
ejercen los otros poderes públicos chilenos (más concretamente por el
ejecutivo y el legislativo). Cada poder del Estado ejerce sus propias
atribuciones y, en este sentido, el ejercicio de la jurisdicción tiene una
limitación:, que es precisamente hasta donde llegan las atribuciones de los
otros poderes del Estado.
Al Poder Judicial le está prohibido ejercer funciones que son
propias de los otros poderes del Estado, o que la Constitución y las leyes le
ha atribuido a los otros poderes.
Art. 4º, Código Orgánico de Tribunales: “Es prohibido al Poder
Judicial mezclarse en las atribuciones de otros poderes públicos y
en general ejercer otras funciones que las determinadas en los
artículos precedentes”.
Por otro lado, los otros poderes estatales, a su vez, no se pueden
inmiscuir en las funciones que son propias del Poder Judicial.
Art. 12, Código Orgánico de Tribunales: "El Poder Judicial es
independiente de toda otra autoridad en el ejercicio de sus
funciones".
Esto demuestra la separación de poderes del Estado, que en estos
días está cada vez más atenuada que en tiempos anteriores.
o Límites Internos: Estos límites, a diferencia de los anteriores, deben ser
analizados desde el punto de vista de los tribunales exclusivamente (los
otros se analizan desde fuera de los tribunales).
El ámbito en el cual los tribunales ejercen jurisdicción internamente
está dado por las “reglas de competencia”, eso es lo que fija las
atribuciones de cada tribunal en particular porque es imposible que, dentro
del sistema chileno, un solo tribunal ejerza toda la jurisdicción; o por el
contrario, que todos los tribunales del sistema la ejerzan unitariamente en
relación a un mismo asunto.
El ejercicio de la jurisdicción debe ser delimitado al interior de los
tribunales, por eso existen las reglas de competencia (artículos 108 y
siguientes del Código Orgánico de Tribunales).
Cuando ocurre un conflicto jurídico en definitiva habrá un solo
tribunal que va a conocer de ese asunto. La competencia es el límite
interno, desde el punto de vista de los tribunales, al ejercicio de la
jurisdicción.
8.- Equivalentes Jurisdiccionales:
Como el nombre lo indica, es algo que equivale a la jurisdicción, pero no es lo
mismo aunque produce los mismos efectos.
En el fondo, son otros medios que sirven para dar solución al conflicto
jurídico, y en los cuales no hay un pronunciamiento del tribunal a través de la
sentencia definitiva, pero que producirán el mismo efecto que la jurisdicción (efecto
de la cosa juzgada).
* Definición de equivalentes jurisdiccionales según Juan Colombo: “Se trata de actos
procesales destinados a resolver ciertos conflictos de intereses de relevancia jurídica
con efecto de cosa juzgada”.
El concepto de equivalentes jurisdiccionales proviene de un autor italiano
(Carnelutti) y posteriormente fue ampliamente recogido por la doctrina. Estos
equivalentes sustituyen legítimamente al proceso como forma de solución del
conflicto, y esa es su importancia.
En algunos casos estos equivalentes jurisdiccionales pueden operar dentro de
un proceso, en otros casos no se requiere de eso. Ejemplo: la conciliación, la
transacción y todos los medios de autocomposición en general son equivalentes
jurisdiccionales.
Los presupuestos para que pueda operar un equivalente jurisdiccional son:
-
Debe existir necesariamente un conflicto jurídico: Sin conflicto jurídico es
imposible hablar de equivalente jurisdiccional. Este conflicto jurídico no
puede ser cualquiera, sino que tiene que versar o referirse a derechos
disponibles para las partes. Eso significa que esos derechos no pueden tener el
carácter de irrenunciables; por ejemplo, en materia de derechos de familia está
involucrado el orden público. Estos derechos no pueden ser objetos de acuerdo
entre los litigantes (son indisponibles para las partes). Ejemplo: no pueden las
partes discutir la validez de un matrimonio.
-
Es necesario que exista una manifestación o declaración de voluntad expresa
de los sujetos en conflicto, en el sentido de ponerle fin al litigio. En algunos
casos excepcionales para que operen los equivalentes jurisdiccionales es
necesaria la manifestación de voluntad de uno solo de los sujetos, al menos en
el inicio. Ejemplo: el disentimiento de la acción.
-
Es necesario que el ordenamiento jurídico autorice expresamente que la
solución del conflicto jurídico se pueda hacer a través de alguno de los
equivalentes jurisdiccionales. Esto es lógico, porque la vía normal de solución
es el Proceso, de manera que cualquiera otra forma de solución distinta debe
estar autorizada por la ley.
Entre las características principales de los equivalentes jurisdiccionales se
puede señalar que producen, finalmente, el efecto de cosa juzgada, lo que puede dar
lugar tanto a la acción como a la excepción de cosa juzgada. La acción permite exigir
el cumplimiento de lo acordado y la excepción es la que impide volver a discutir el
asunto.
Entre los equivalentes jurisdiccionales más importantes podemos destacar tres:
la transacción, la conciliación y el avenimiento.
a) Transacción: En términos generales se puede decir que la transacción es un
contrato de carácter procesal que tiene como finalidad fundamental resolver un
conflicto y que produce los mismos efectos que la sentencia (artículo 2446,
inciso 1º, Código Civil).
Art. 2446, inciso 1º Código Civil: "La transacción es un contrato en
que las partes terminan extrajudicialmente un litigio pendiente, o
precaven un litigio eventual".
Aquí hay dos cosas muy importantes respecto de las cuales puede tener
lugar la transacción:
o La transacción puede servir para prevenir la jurisdicción (precaver),
anticiparse a la jurisdicción.
o También sirve para ponerle término a un proceso en trámite (juicio
pendiente).
Colombo dice que la transacción es un contrato en que las partes
terminan extrajudicialmente un conflicto sometido al proceso o lo resuelven
antes de que se haya iniciado el proceso con el objeto de evitarlo o prevenirlo.
Para estos efectos las partes deben hacerse concesiones recíprocas, es
decir, ambos deben renunciar en parte a sus derechos o pretensiones o a sus
aspiraciones procesales.
La transacción tiene que versar sobre derechos disponibles y en ella no
tienen ninguna intervención el juez, porque es extrajudicial.
Esta transacción se perfecciona con el solo consentimiento de las partes
y lo más importante es que produce cosa juzgada en última instancia.
b) Conciliación: Según Colombo, la conciliación también es un acto jurídico
procesal en virtud del cual, a iniciativa del juez que conoce de un proceso,
logran las partes dentro de su desarrollo ponerle fin con mutuo acuerdo.
Hay una diferencia sustancial entre la conciliación y la transacción, ya
que en la conciliación siempre se va a requerir un juicio en trámite, o sea es
siempre judicial, y no extrajudicial como lo es la transacción.
La otra diferencia importante entre ambos equivalentes es que en la
conciliación le cabe la intervención al juez que conoce del proceso, y en la
transacción no interviene el juez.
Las características principales de la conciliación son las siguientes:
o Se requiere de la existencia de un proceso.
o Para que pueda lograrse la conciliación se requiere necesariamente
del acuerdo de las partes, no obstante la intervención del juez.
o Le cabe la intervención al juez que conoce del proceso en el
procedimiento para obtener la conciliación. Es el juez el que tiene
que hacer el llamado a la audiencia a las partes (hoy día es un
trámite obligatorio en los juicios civiles) y posteriormente al juez le
cabe participación dentro de la audiencia, le corresponde al juez las
bases de arreglo.
o La conciliación tiene ciertas limitaciones porque no puede ir más
allá de la competencia específica de los tribunales. En la
conciliación no se pueden celebrar acuerdos que excedan las
discutidas en el juicio (asunto concreto discutido).
o Por último, produce también el efecto de cosa juzgada, se
desprende del artículo 267 del Código de Procedimiento Civil.
La conciliación hoy día siempre tiene que tratarse en los juicios civiles.
Los jueces siempre tienen que intentar la conciliación entre los litigantes,
porque la ley establece este trámite con carácter de obligatorio (artículo 262,
Código de Procedimiento Civil).
Art. 262, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: "En todo juicio
civil en que legalmente sea admisible la transacción, con excepción
de los juicios o procedimientos especiales de que tratan los Títulos I,
II, III, V y XVI del Libro III, una vez agotados los trámites de discusión
y siempre que no se trate de los casos mencionados en el artículo
313, el juez llamará a las partes a conciliación y les propondrá
personalmente bases de arreglo”.
Es una diligencia esencial en todo juicio, no puede ser omitida del
procedimiento en los casos que corresponda. Si el juez dicta sentencia en
juicio sin hacer el llamado obligatorio a conciliación, se habrá omitido un
trámite o diligencia esencial, y esa sentencia puede ser anulada.
c) Avenimiento: Es el acuerdo que logran directamente las partes de un proceso
en virtud del cual se pone término al conflicto jurídico sometido a juicio
expresándose ese acuerdo ante el juez que conoce la causa.
El avenimiento, a diferencia de la transacción y la conciliación, no
tiene una regulación normativa, no está tratado en forma sistemática en la ley.
Hay referencia sobre el avenimiento en el artículo 434, nº 3 del Código de
Procedimiento Civil.
Art. 434, nº 3, Código de Procedimiento Civil: “El juicio ejecutivo
tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar su
cumplimiento se hace valer alguno de: el acta de avenimiento pasada
ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos
testigos de actuación”.
Constituye un título ejecutivo, es decir es un antecedente o un
instrumento que sirve para iniciar una ejecución respecto de las obligaciones
que contiene y con eso se está reconociendo que produce cosa juzgada.
Las características del avenimiento son las siguientes:
o Requiere el acuerdo de las dos partes para poner término al litigio
que está sometido a proceso.
o En dicho acuerdo no participa el juez, no le cabe intervención
alguna al juez.
o Se tiene que referir necesariamente a derechos disponibles.
o Produce cosa juzgada.
o Para que produzca efectos el avenimiento debe hacerse valer dentro
del proceso y requiere de un pronunciamiento del tribunal
aceptándolo.
9.- Clasificaciones de Jurisdicción:
Para algunos autores la jurisdicción es susceptible de clasificación, aunque
esto es discutible porque la jurisdicción es una sola. Más bien se puede hablar de las
distintas atribuciones que cumplen los tribunales de justicia.
Prieto-Castro afirma que la jurisdicción como función es única y que por ello
más que de clases de jurisdicción es propio hablar de manifestaciones de la
jurisdicción.
De esta manera se puede hablar de: jurisdicción contenciosa; jurisdicción no
contenciosa; jurisdicción conservadora, disciplinaria y económica; y jurisdicción
ético-profesional.
A) Jurisdicción Contenciosa:
Esta jurisdicción contenciosa equivale al concepto de jurisdicción que no es
otra que aquella potestad de los tribunales para resolver conflictos jurídicos entre
partes con efecto de cosa juzgada (artículo 73 de la Constitución y artículo 1º del
Código Orgánico de Tribunales), referida a las causas civiles y criminales.
La materia más importante de la jurisdicción contenciosa es la existencia del
conflicto jurídico (oposición de intereses entre las partes). Aquí no hay armonía de
pretensiones, los intereses son opuestos.
Esta es la actividad fundamental de los tribunales. A esta actividad los
tribunales deben su razón de ser. La jurisdicción es la actividad que caracteriza a un
órgano como tribunal.
B) Jurisdicción No Contenciosa o Voluntaria:
Esta actividad no está definida como tal en el Código Orgánico de Tribunales.
Podemos decir que en el Código de Procedimiento Civil existe un libro completo
(Libro Cuarto) en el cual se trata los actos judiciales no contenciosos; ahí, dentro de
las normas generales, se hace mención a la actividad de los tribunales en este asunto.
Art. 817, Código de Procedimiento Civil: “Son actos judiciales no
contenciosos aquellos que según la ley requieren la intervención del juez y en
que no se promueve contienda alguna entre partes”.
El Código Orgánico de Tribunales, por su parte, en su artículo 2º también se
refiere a esta importante función de los tribunales.
Art. 2º, Código Orgánico de Tribunales: “También corresponde a los
tribunales intervenir en todos aquellos actos no contenciosos en que una ley
expresa requiera su intervención”.
Aquí en la doctrina existe una discusión acerca de la naturaleza jurídica de esta
función que cumplen los tribunales. Algunos autores señalan que es una actividad
judicial, otros consideran que se trata de una actividad administrativa de los tribunales
-nuestro código no la califica, pero la trata aparte (tiene un trato distinto)- porque no
se resuelven conflictos jurídicos entre partes, en estos actos judiciales no contenciosos
no se promueven contiendas. En consecuencia, la finalidad de la intervención de los
tribunales es otra, muy distinta. Tampoco se debe decir que hay una sola finalidad
porque intervienen los tribunales, ya que depende de cada acto en particular o cada
caso concreto. Ejemplo: en algunos casos los tribunales intervienen para proteger los
derechos de los incapaces (nombramiento de tutores y curadores), en otros casos
intervienen con el objeto de servir de solemnidad respecto de ciertos actos jurídicos en
particular, en otros casos los jueces actúan para controlar que se hayan cumplido los
requisitos que la ley exige para precaver fraudes, también para que se constituya un
estado jurídico nuevo.
En el artículo 817 del Código de Procedimiento Civil se desprenden los
requisitos para que estemos en presencia de un acto jurídico no contencioso. Estos son
requisitos para que los tribunales ejerzan estas funciones, son dos requisitos
copulativos:
-
Que no se promueva contienda alguna entre partes.
Que los tribunales deban intervenir en ese acto judicial no contencioso, porque
la ley es la que exige la intervención. El acto judicial no contencioso debe
estar regulado en la ley.
Aquí nadie tiene algo en contra de alguien, no se formulan peticiones en
contra de alguien, de lo contrario habría contienda. Por lo mismo, en esta clase de
actos, se habla de interesados o solicitantes o también “pensionarios”, y no de partes.
Tampoco hay juicio, sino que aquí se habla de “gestiones judiciales”.
Puede suceder que un acto judicial no contencioso se transforme en
contencioso. Aquí ocurre otro problema, será contencioso si se formula oposición del
acto (judicialmente dentro de la gestión), y se somete a los trámites contenciosos.
* Diferencias entre la jurisdicción contenciosa y la voluntaria:
Existen algunas diferencias importantes entre la jurisdicción contenciosa y la
no contenciosa. Podemos mencionar las siguientes:
a) La primera diferencia dice relación con la existencia del conflicto.

En la jurisdicción contenciosa existe el conflicto, ese es el presupuesto
de estos actos.

En la jurisdicción no contenciosa no habrá jamás conflicto, no se
promueve contienda alguna.
b) La segunda diferencia dice relación con el conocimiento y fallo.

Tratándose de la jurisdicción contenciosa los tribunales de justicia
están obligados a conocer y fallar el asunto una vez que han sido
formalmente requeridos y no se pueden excusar de ejercer su función
ni aun a falta de ley (artículo 10, inciso 2º, Código Orgánico de
Tribunales).

En los actos judiciales no contenciosos la situación no es la misma, ya
que los jueces van a intervenir solamente en la medida que la propia
ley permita tal intervención, el sólo requerimiento no es suficiente.
c) La tercera diferencia dice relación con la apreciación de la prueba, que es una
atribución de los tribunales. En todo acto judicial no basta con hacer
alegaciones sino que hay que acreditar los hechos porque el juez es un tercero
imparcial que no conoce la verdad.

En materia de pruebas, tratándose de la jurisdicción contenciosa, los
tribunales están sometidos a rigurosas reglas de apreciación de la
prueba, de valoración probatoria. Ejemplo: la ley señala la
reglamentación de los testigos. En consecuencia, el juez debe
someterse a la ley en esta materia. Aquí impera lo que se denomina el
sistema de prueba legal o tasada.

En los actos judiciales no contenciosos los jueces gozan de mucha
mayor libertad en esta materia, porque los tribunales aprecian
prudencialmente el mérito de las pruebas, vale decir, según lo que ellos
estiman. Es un régimen absolutamente diferente, cada juez no está
atado a ninguna norma legal. Los interesados se pueden valer de
cualquier prueba, rendirla en el asunto sin mayores formalidades (lo
que también constituye otra diferencia con la jurisdicción contenciosa).
d) La cuarta diferencia dice relación a determinar el tribunal competente,
diferencia en lo que al fuero se refiere.

En los asuntos contenciosos el fuero es un elemento de la competencia
que se considera para establecer el tribunal que debe conocer de ese
asunto, y eso significa que varía la jerarquía del tribunal. Ese asunto va
a ser conocido por un tribunal de mayor jerarquía del que habría
correspondido, incluso podría variar la clase de tribunal. Ejemplo: no
por uno ordinario, sino por uno especial.

En los actos judiciales no contenciosos, en cambio, el fuero de los
interesados no se considera, no tiene ninguna relevancia en la
competencia. El asunto siempre va a ser conocido por el tribunal
naturalmente competente. Al respecto, el artículo 133, inciso 2º en su
parte final señala que no se considerará el fuero de que gocen los
interesados en los asuntos no contenciosos. El artículo 827 del Código
de Procedimiento Civil con cuerda con el anterior: “En los asuntos no
contenciosos no se tomará en consideración el fuero personal de los
interesados para establecer la competencia del tribunal”. En síntesis, no
hay variación de la jerarquía en el tribunal en la jurisdicción no
contenciosa.
e) La quinta diferencia dice relación con la forma de la sentencia que se dicta en
uno y otro caso. Lo formal dice relación con la exteriorización de un acto; se
refiere a los requisitos externos de la sentencia para calificarla de tal. Estos
requisitos son distintos en uno y otro caso.

En materia de jurisdicción contenciosa el legislador es particularmente
exigente con las sentencias definitivas. Para este efecto se debe
cumplir, además de los establecidos en el artículo 170 del Código de
Procedimiento Civil, con otra serie de requisitos contenidos en el auto
acordado de la Corte Suprema sobre la forma de las sentencias
(apéndice del Código de Procedimiento Civil). Esto demuestra la
importancia que tiene la decisión del asunto y si los requisitos no se
cumplen la sentencia es nula.

En los asuntos judiciales no contenciosos el legislador es muchos
menos exigente, ya que establece menores requisitos para la sentencia
(artículo 826, Código de Procedimiento Civil).
Art. 826, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Las
sentencias definitivas en los negocios no contenciosos
expresarán el nombre, profesión u oficio y domicilio de los
solicitantes, las peticiones deducidas y la resolución del
tribunal. Cuando éste deba proceder con conocimiento de
causa, se establecerán además las razones que motiven la
resolución”.
f) Finalmente, la sexta diferencia dice relación con la cosa juzgada.

En los asuntos de jurisdicción contenciosa, las sentencias que se dicten
en esos juicios, una vez que se encuentran firmes o ejecutoriadas
producen el efecto de cosa juzgada siempre (tanto la acción como la

excepción de cosa juzgada).
En la jurisdicción voluntaria no siempre se produce el efecto de cosa
juzgada. Si la sentencia ha sido negativa no produce nunca el efecto de
cosa juzgada, o si siendo afirmativa no se ha cumplido tampoco se
produce el efecto de cosa juzgada. Ejemplo: en una posesión efectiva
de la herencia no se acompaña todos los antecedentes necesarios, por
lo que el juez no le da lugar a la petición, eso no significa
posteriormente no se pueda volver a pedir lo mismo, y que el juez
podría volver a dar lugar a lo que negó (artículo 821, Código de
Procedimiento Civil).
Art. 821, Código de Procedimiento Civil: “Pueden los
tribunales, variando las circunstancias, y a solicitud del
interesado, revocar o modificar las resoluciones negativas que
hayan dictado, sin sujeción a los términos y formas
establecidos para los asuntos contenciosos”.
“Podrán también en igual caso revocar o modificar las
resoluciones afirmativas, con tal que esté aún pendiente su
ejecución”.
C) Jurisdicción Disciplinaria, Conservadora y Económica:
La jurisdicción disciplinaria, conservadora y económica se encuentra
establecida en el artículo 3º del Código Orgánico de Tribunales. El legislador
expresamente se refirió a estas facultades como especiales.
Art. 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Los tribunales tienen, además, las
facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno de
ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código”.
a) Facultades Conservadoras: Estas facultades emanan de una denominación
histórica establecida en la Constitución de 1833, en donde se creo la llamada
“Comisión Conservadora” cuya función esencial es que en receso del
Parlamento, era velar por la observancia de las Garantías Constitucionales.
Este principio consagrado en la Constitución de 1833 y también en la
Ley Orgánica de 1875, se traspasó al Código Orgánico de Tribunales en el
artículo 3º.
Las facultades conservadoras son atribuciones que tienen todos los
tribunales y que tienen por finalidad mantener y resguardar el respeto de las
garantías constitucionales o proteger las garantías que la Constitución asegura
a todos los individuos. En virtud de esto, los órganos estatales no deben
rebasar los límites de la actividad que la constitución y las leyes le han
asignado.
Son facultades de carácter general, porque tienen por objeto velar por
todas las garantías constitucionales.
En cuanto a las manifestaciones de esta facultad que ejercen los
tribunales, encontramos:
o Recurso de Protección: también llamada “acción constitucional de
protección” que tiene por finalidad proteger en general las garantías
constitucionales que se indica en la Carta Fundamental en el artículo 20.
La finalidad es reestablecer el imperio del derecho, lo que le corresponde a
la Corte de Apelaciones respectiva, aceptando medidas concretas para
resguardar esas garantías.
o Recurso de Amparo: o “Habeas Corpus”, reglamentado en el Código de
Procedimiento Penal en los artículos 306 y siguientes, cuya finalidad
específica es proteger el derecho a la libertad personal o seguridad
individual (art. 19, nº 7, CPE) en cualquiera de las formas que la
Constitución indica.
En términos generales procede cuando un individuo es arrestado,
detenido o preso, o bien cuando sufre arraigo, en cuyos casos la Corte de
Apelaciones respectiva adopta las medidas del caso si es que se detecta
alguna irregularidad.
o Recurso de Inaplicabilidad por Inconstitucionalidad: corresponde a la
potestad de la Corte Suprema para declarar, de oficio o a petición de parte,
la inaplicabilidad de un determinado precepto legal contrario a la
Constitución. Este recurso se encuentra consagrado en el artículo 80 de la
Constitución.
o Privilegio de Pobreza: referido a un beneficio de carácter constitucional
que la ley proporciona a personas de escasos recursos para que puedan
comparecer a los tribunales en igualdad de condiciones frente a las partes
que gozan de medios para procurarse su defensa. A través de éste se trata
de asegurar la garantía indicada en el artículo 19 nº 2; esto es, la igualdad
ante la ley.
La ley arbitra los mecanismos para que esto se realice, en algunos
casos opera de oficia y en otros hay que pedirlo, pero siempre debe haber
igualdad.
Para hacer efectiva esta igualdad, el legislador establece, por
ejemplo, la actuación gratuita de los abogados de turno y de la Corporación
de Asistencia Judicial, etc.
o Las Visitas: que los jueces deben practicar a los establecimientos penales o
penitenciarios, en forma semanal, y tienen por finalidad velar por los
derechos de los presos. Todos los jueces que ejercen jurisdicción del
crimen tienen la obligación de realizar visitas (artículo 567, Código
Orgánico de Tribunales antiguo).
Art. 567, Código Orgánico de Tribunales: “El último día hábil de
cada semana, todo juez de letras que ejerza jurisdicción en
materia criminal visitará, acompañado de su secretario, la cárcel o
establecimientos en que se encuentren los detenidos o presos a
quienes procesa, a fin de indagar si sufren vejaciones indebidas, si
se les coarta la libertad de defensa o si se prolonga ilegalmente la
tramitación de su proceso”.
Este artículo se modificó con motivo de la reforma procesal penal,
labor que ahora cumple el juez de garantía, designado por el comité de
jueces del tribunal de la respectiva jurisdicción (artículo 567 del Código
Orgánico de Tribunales actualizado).
b) Facultades Disciplinarias: Las facultades disciplinarias de los tribunales de
justicia dicen relación con la disciplina judicial. Estas tienen por finalidad
reprimir aquellos hechos que son constitutivos de faltas disciplinarias en que
pueden incurrir los magistrados, los funcionarios, los abogados, los
procuradores y los particulares que intervengan en la administración de
justicia.
Estas facultades disciplinarias se hacen efectivas ya sea de oficio o bien
a petición de parte.
El objeto de que existan las facultades disciplinarias es el de mantener
el prestigio de la justicia (disciplina del Poder Judicial), el normal
desenvolvimiento de los órganos jurisdiccionales y mantener la compostura de
los debates (particularmente en los escritos). En este sentido los tribunales
pueden llamar al orden.
Existen dos vías para asegurar esta disciplina judicial:
o En efecto se vigila y sanciona en lo que dice relación con la conducta
ministerial de los magistrados y funcionarios.
o También se vigila y sanciona en lo que dice relación con la conducta
de las partes y de los profesionales (abogados y procuradores) que ante
esos tribunales comparecen.
La ley establece sanciones tanto para los primeros como para los
segundos.
En el primer caso, hay dos medidas para hacer efectiva la disciplina del
juez o funcionario judicial: “el recurso de queja” y la llamada “queja
disciplinaria”. Esta tiene lugar cuando el juez o funcionario judicial incide en
faltas o abusos graves en el ejercicio de sus funciones ministeriales y estas
faltas las puede cometer en las resoluciones judiciales o bien fuera de ellas.
Si la falta se produce en la resolución judicial se aplica el Recurso de
Queja. Por otro lado, si las faltas son cometidas fuera de la resolución judicial,
tiene lugar la Queja Disciplinaria (ejemplo: el abogado que llega tarde o si el
juez trata mal al abogado).
Es importante señalar que estas facultades disciplinarias se refieren
exclusivamente a aquellos hechos que no son constitutivos de delitos, porque
si así fuese se habla de una responsabilidad penal.
c) Facultades Económicas: Son atribuciones de carácter general que tienen los
tribunales para dictar o disponer ciertas medidas para una buena
administración de justicia. Son ciertas atribuciones indispensables para una
adecuada administración de justicia.
Estas facultades económicas son múltiples. Por ejemplo, la facultad
que tienen los tribunales superiores (Corte Suprema y Cortes de Apelaciones)
para dictar los Autos Acordados, que son actos que emanan de los tribunales
superiores precisamente para una buena administración de justicia.
Podemos además mencionar dentro de estas facultades aquellas que se
refieren a la Concesión de Licencias, de permisos de los jueces. Todas aquellas
instrucciones que suelen emanar desde la Corte Suprema o de una Corte de
Apelaciones a sus inferiores jerárquicos.
Además están todas las facultades administrativas que cumplen los
tribunales en relación con el personal de las cortes.
También se encuentra dentro de estas facultades económicas lo relativo
a las normas que regulan la intervención del poder judicial en el nombramiento
de sus jueces (la confección de ternas o quinas para el nombramiento de los
magistrados).
D) Jurisdicción ético-profesional:
Antiguamente esta atribución la ejercían los Colegios de Abogados, pero
desde que se transformaron en asociaciones gremiales y desde que la colegiatura no es
obligatoria para los abogados, dejaron de tener estas atribuciones (Decreto Ley Nº
3.621, del 7 de febrero de 1981). Antes todas las infracciones a la ética de los
funcionarios judiciales las sancionaban los colegios.
Hoy día es una materia integrada a los tribunales ordinarios, concretamente si
se estima que hubiera una actitud de infracción a la ética, eso daría lugar a un acto
judicial contencioso y cuyo conocimiento se va a someter a los trámites del
procedimiento sumario, a falta de otras normas.
10.- Órganos que ejercen la Jurisdicción:
La jurisdicción la ejercen todos los tribunales de justicia que comprenden la
organización judicial del Estado.
El artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales es la norma clave en esta
materia, porque señala a que tribunal le corresponde ejercer estas facultades
jurisdiccionales. El Código distingue tres clases de tribunales (no hay más que estos):
o Tribunales Ordinarios
o Tribunales Especiales
o Tribunales Arbitrales.
Esta es una división que se hace de acuerdo a las materias o asuntos que
conoce cada tribunal, esto porque los tribunales de justicia no ejercen
simultáneamente toda la jurisdicción.
A) Tribunales Ordinarios:
Estos tribunales son todos aquellos que constituyen dentro del sistema chileno
la regla general; es decir, cuando se habla de tribunales se va a tratar en el fondo de
los tribunales ordinarios. Dicho de otro modo, estos tribunales ordinarios son
entonces, por antonomasia, los órganos jurisdiccionales en nuestro ordenamiento
jurídico (constituyen la generalidad en nuestro país).
De acuerdo al artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales, existen dos
elementos fundamentales a considerar en los tribunales ordinarios:
-
Estos tribunales están establecidos y regulados en el Código Orgánico de
Tribunales y las normas básicas de la Constitución.
Esto quiere decir que el estatuto jurídico de estos tribunales es el
Código Orgánico de Tribunales. Ahí se encuentran todas las normas referidas
a los órganos, atribuciones y competencias de estos tribunales.
-
A estos tribunales les corresponde el conocimiento de todos los asuntos
judiciales que se promuevan dentro del territorio de la República. Esto
significa que estos tribunales tienen la plenitud de la competencia en Chile; es
decir, un tribunal ordinario tiene por ese sólo hecho la aptitud de poder
conocer cualquier asunto judicial de cualquier materia y además cualquiera sea
la calidad de las personas que intervengan. La regla general es que los
tribunales ordinarios es el que ejerce la competencia, por lo menos estos
tribunales existen en todas las comunas del país, situación que se puede decir
lo mismo en los tribunales especiales.
La enumeración de los tribunales ordinarios, según el artículo 5º, inciso 2º del
Código Orgánico de Tribunales, es la siguiente: Integran el Poder Judicial como
tribunales ordinarios de justicia:






La Corte Suprema.
Las Cortes de Apelaciones.
Un ministro de la Corte de Apelaciones.
Un ministro de la Corte Suprema.
El presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago.
El presidente de la Corte Suprema.
(Estos cuatro últimos el Código Orgánico de Tribunales los
denomina “presidentes y ministros de Corte”).



Los tribunales de juicio oral en lo penal.
Los juzgados de letras.
Los juzgados de garantía.
Todos estos tribunales tienen la calidad de ser ordinarios, algunos son
permanentes y otros son accidentales, esto último significa que se constituyen como
tales cuando ocurre un hecho propio de su competencia y que justifica su intervención
como tribunal (no están establecidos permanentemente).
Los ministros y presidentes de corte forman parte de la Corte a la cual
pertenecen, pero independientemente de esas funciones pueden ejercer otras: como
ministros son tribunales unipersonales.
Cada uno de estos tribunales ordinarios ejercen jurisdicción aplicándoseles las
normas de competencia.
B) Tribunales Especiales:
También se contemplan en el artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales.
Estos tribunales existen porque el legislador ha estimado necesario quitarle
competencia a los tribunales ordinarios, considerando la naturaleza o especialidad del
asunto judicial. Dentro de estos tribunales, hay algunos que forman parte del Poder
Judicial y otros no.
Forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales:
•
•
•
Los Juzgados de Letras de Menores (conocen exclusivamente casos
relativos a los menores de edad).
Los Juzgados de Letras del Trabajo (asuntos especializados en materia de
relaciones del trabajo).
Los Tribunales Militares en tiempo de paz.
Todos estos tribunales tienen algunas características (elementos para calificar
a un tribunal como especial):
-
Lo que es clave para catalogar a un tribunal como especial es que están
regulados por leyes especiales (una ley orgánica especial que los establezca y
señale sus estatutos). Ejemplo: los juzgados de letras de menores se rigen por
la Ley de Menores 16.618, los juzgados de letras del trabajo se rigen por las
normas del Código del Trabajo y los tribunales militares en tiempo de paz se
rigen por el Código de Justicia Militar, y leyes complementarias.
Estos tribunales especiales se les aplicarán las normas del Código
Orgánico de Tribunales en todos aquellos casos no regulados en las leyes
especiales o en los cuerpos legales que los regulan.
-
Se requiere de la existencia de un litigio cuya resolución debe encontrarse en
leyes relativas a materias especiales.
Otro grupo de Tribunales Especiales que no forman parte del Poder Judicial
son, por ejemplo, los Juzgados de Policía Local (tienen su propio estatuto, se les
aplica la ley de municipalidades), los Tribunales Militares en tiempo de guerra, etc.
En algunos comunas no hay tribunales especiales. En esos casos la
jurisdicción la ejercen los tribunales ordinarios, concretamente los jueces letrados de
la comuna pertinente.
C) Tribunales Arbitrales:
Los tribunales arbitrales son aquellos que están constituidos por jueces que se
denominan “árbitros”. Estos árbitros no son jueces estatales, no son funcionarios
públicos, en consecuencia no forman parte del Poder Judicial. Estos tribunales son
nombrados por las propias partes (lo que no deja de ser curioso) o por la autoridad
judicial en subsidio.
Los Tribunales Arbitrales están regulados por el Código Orgánico de
Tribunales en los artículos 222 y siguientes.
Art. 222, Código Orgánico de Tribunales: “Se llaman árbitros los jueces
nombrados por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la
resolución de un asunto litigioso”.
Estos tribunales tienen competencia que la legislador también, en algunos
casos, se la ha quitado a los tribunales ordinarios por tratarse muchas veces de asuntos
técnicos o absolutamente privada entre los litigantes. Ejemplo: partición de bienes, la
liquidación de la sociedad conyugal, las diferencias que ocurrieren entre los socios de
una sociedad anónima, o de una sociedad colectiva o en comandita comercial, etc.
En estos asuntos la regla es que las partes pueden someter voluntariamente el
asunto de arbitraje. Aquí lo que prima es la voluntad de las partes. Si no se somete a
arbitraje lo conoce la justicia ordinaria.
En otras ocasiones el legislador establece por excepción ciertas materias que
deben necesariamente ser resueltas por un árbitro, éstas se llaman “materias de
arbitraje forzoso u obligatorio”. Ejemplo: liquidación de la sociedad conyugal.
En otros casos, también excepcionales, la ley prohíbe someter ciertos asuntos
específicos al conocimiento de árbitros, en cuyo caso se llamarán “materias de
arbitraje prohibido”. Ejemplo: los actos judiciales no contenciosos, los actos
criminales.
Los jueces árbitros no son nombrados por Decreto Supremo como el resto de
los jueces, tampoco perciben remuneración del Estado. A estos árbitros lo nombran
las partes y si las partes no se ponen de acuerdo, los nombrará el juez de letra..
Además, tienen el carácter de temporales, duran normalmente dos años en el
ejercicio de sus funciones.
Ejercen jurisdicción, su sentencia produce cosa juzgada, pero carecen de
imperio.
*** Otras clasificaciones de jurisdicción:
Además de la clasificación de los tribunales señalada anteriormente, se pueden
mencionar otras:
a) Considerando el número de jueces que forman parte del tribunal, los tribunales
se pueden clasificar en tribunales unipersonales y tribunales colegiados:
•
Tribunales Unipersonales: Son aquellos que están formados por un solo
magistrado. Ejemplo: el caso más típico son los juzgados de letras. El
funcionario que ejerce en un juzgado unipersonal se denomina juez.
•
Tribunales Colegiados: Son aquellos que están formados por varios
magistrados. Ejemplo: los casos más típicos son las Cortes (Corte
Suprema, Cortes de Apelaciones). El funcionario que ejerce en un tribunal
colegiado se denomina ministro.
Esta clasificación incide directamente en el funcionamiento y en la
forma de conocer los asuntos, ya que es distinto el conocimiento que toma un
solo juez al de varios jueces, es distinta la forma de tomar acuerdos.
b) Considerando si el fallo que dicta el tribunal debe o no ser conforme a
derecho, aplicando la ley, se distingue entre tribunales de derecho y tribunales
de equidad.
•
Tribunal de Derecho: Es aquel que falla conforme a derecho, ateniéndose a
lo que la ley dice. El juez de derecho falla ajustándose a normas
preestablecidas.
•
Tribunal de Equidad: Es aquel que no falla conforme a derecho. El juez de
equidad crea el derecho ajustándose a criterios de equidad al tiempo de
resolver un caso.
Un tribunal siendo de derecho -que es la regla general- podría fallar de
acuerdo a la equidad si no hay ley que resuelva el conflicto. En cambio hay
otros tribunales que son tribunales de equidad. Ejemplo: árbitros arbitradores
que no es abogado no puede fallar conforme a derecho. Para ser juez de
equidad no es necesario ser abogado.
c) Considerando las etapas o las fases del procedimiento en que el tribunal
interviene, se dividen en tribunales de instrucción y tribunales sentenciadores.
•
Tribunal de Instrucción: Es aquel que tiene atribuciones jurisdiccionales
para los efectos de instruir un proceso; es decir, es aquel que conoce de una
causa pero que no la falla por carecer de competencia.
•
Tribunal Sentenciador: Es aquel que tiene atribuciones jurisdiccionales
para poder juzgar algún asunto de su competencia.
En Chile la regla general es que los tribunales sean tanto de instrucción
como sentenciador. En cuanto a esto, no hay mayores problemas en materia
civil, aunque sí en materia penal. Aquí, dentro de la concepción del Código
Orgánico de Tribunales, no se contempla la dualidad de funciones. Esa es la
principal crítica al antiguo sistema penal.
En la justicia militar, sin embargo, si se da esta división, en donde la
instrucción le corresponde a un funcionario llamado Fiscal y el juzgamiento se
le entrega al llamado Juez Militar.
d) Considerando la jerarquía del tribunal, tenemos tribunales superiores y
tribunales inferiores.
Esta clasificación tiene mucha importancia para los efectos de los
recursos procesales. Tienen el carácter de tribunales superiores la Corte
Suprema y las Cortes de Apelaciones. Los demás, vale decir, jueces de letras
son jueces inferiores.
Las partes tienen medios de impugnación de las resoluciones judiciales
(para reclamar de las resoluciones judiciales), para ver y analizarla a través de
los recursos procesales, y particularmente por el recurso de protección, que da
una segunda instancia a cargo de los tribunales superiores de aquel que dictó la
sentencia.
Dentro de los tribunales superiores, el máximo es la Corte Suprema,
que ejerce la superintendencia sobre todos los otros tribunales del país.
Dentro de la organización judicial chilena, que es piramidal, existe una
relación de subordinación entre los distintos tribunales. Ejemplo: todo juez de
letras tiene como superior a la Corte de Apelaciones, las que a su vez tienen
como superior jerárquico a la Corte Suprema.
Esta clasificación también cobra especial importancia en relación a las
sanciones disciplinarias. En virtud de esto, los tribunales superiores tienen
atribuciones disciplinarias por sobre los inferiores.
e) Considerando el tiempo en que los tribunales ejercen sus funciones, tenemos
jueces perpetuos y jueces temporales.
•
Tribunales Perpetuos: Son aquellos tribunales que están establecidos
indefinidamente y se puede decir que no tienen plazo. Este tipo de
tribunales constituye la regla general en Chile.
•
Tribunales Temporales: Son aquellos que se designan por un plazo o
período determinado. En Chile tenemos a los tribunales arbitrales como
ejemplo, la duración de estos tribunales es de dos años contados desde que
aceptan (no de su nombramiento).
f) Considerando el momento en que el tribunal debe ejercer su función como tal,
los tribunales se clasifican en tribunales permanentes y tribunales de
excepción o accidentales.
•
Tribunales Permanentes: Son aquellos que están establecidos antes de que
ocurra el hecho materia de su competencia (regla general en Chile) y que
además subsiste como tribunal después de que ha conocido y fallado un
asunto, independientemente del hecho objeto de su competencia.
•
Tribunales de Excepción o Accidentales: Son aquellos que se constituyen
en forma especial, sobre un asunto determinado, después que el hecho ha
ocurrido en la realidad; y una vez que el tribunal cumple el cometido cesa
como tribunal accidental. El juez pasará a formar parte de la respectiva
corte (caso de los tribunales unipersonales, establecidos en los artículos 50
y siguientes del Código Orgánico de Tribunales).
III. LA COMPETENCIA
1.- Relación entre la Competencia y la Jurisdicción:
La competencia se encuentra íntimamente relacionada con la jurisdicción.
Todos los tribunales sin excepción ejercen la función jurisdiccional, porque todos
están habilitados para poder resolver conflictos jurídicos. La competencia viene a ser
la jurisdicción específica que le corresponde a cada tribunal porque la ley limita el
ejercicio de la jurisdicción (la jurisdicción es el genero y la competencia la especie).
Los tribunales no conocen de todos los asuntos que se promuevan en un
tiempo determinado. Esto significa que el legislador, concede atribuciones a cada
tribunal en particular para el ejercicio de la jurisdicción.
La competencia es la atribución específica que tiene un juez o un tribunal para
conocer determinados asuntos judiciales.
Como en Chile existe un sistema organizado de tribunales, el ejercicio de la
jurisdicción se divide entre todos estos tribunales, de manera que no todos conozcan
de los mismos asuntos.
La competencia se encuentra regulada en el Código Orgánico de Tribunales en
los artículos 108 y siguientes.
2.- Concepto de Competencia:
La competencia, a diferencia de la jurisdicción, sí está definida en la ley,
concretamente en el artículo 108 del Código Orgánico de Tribunales.
El artículo 108 señala que “la competencia es la facultad que tiene cada juez
(individualmente considerado) o tribunal para conocer de los negocios que la ley ha
colocado dentro de la esfera de sus atribuciones”.
Este concepto sin estar malo ha merecido críticas por parte de la doctrina,
principalmente por dos razones:
a) Utiliza la palabra “facultad”: Esa palabra no da una idea exacta de lo que es,
ya que significaría una prerrogativa, una especie de atribución, lo que puede
producir el equívoco de estimar que la competencia se puede o ejercer
quedando a la discreción del titular.
Tanto el ejercicio de la jurisdicción como el de la competencia es UNA
OBLIGACION de los tribunales, es un deber, es inexcusable, no queda
entregado al arbitrio de los tribunales de conocer o no del asunto.
Hay que entenderlo como la “aptitud” más que una prerrogativa.
b) Dice que solamente la ley puede otorgarle la competencia a un tribunal: Esto
no es así en la práctica. La ley es la principal fuente, sin embargo no es la
única, por ello es incompleta la definición; ya que un tribunal puede tener
competencia, además, porque las partes le han otorgado la atribución
correspondiente, o bien un tribunal puede tener competencia porque otro juez
le entrega la atribución.
En síntesis, la competencia puede emanar de tres fuentes:
o La ley (como lo dice el Código Orgánico de Tribunales), que es la
fuente principal.
o La voluntad de las partes, a través de la prórroga de competencia.
o De otro tribunal que entregue la atribución, a través de la
delegación de competencia.
Las partes le pueden entregar competencia a un juez que naturalmente
no la tiene a través de la institución llamada “prórroga de competencia”.
La competencia que puede otorgar otro juez se denomina “delegación
de competencia” (o “competencia delegada”). Esto va a ocurrir cuando un juez
que está conociendo de una causa dispone atribuciones (diligencias) dentro del
proceso que se deben cumplir en otro territorio jurisdiccional. Ejemplo: los
exhortos, en donde el juez que conoce de una causa le encomienda
competencia específica a otro juez de otro territorio jurisdiccional para
interrogar testigos. De este modo, este concepto legal (artículo 108 del Código
Orgánico de Tribunales) se puede completar de la siguiente manera: “La
competencia es el poder-deber que tiene cada tribunal para conocer de los
negocios o asuntos que la ley, las partes u otro tribunal han colocado dentro de
la esfera de sus atribuciones”.
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