Derecho Prehispánico

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DERECHO PREHISPANICO
.
Derecho Civil Azteca
El sistema jurídico azteca comprendía la institución de la esclavitud.
Aunque todo género de servidumbre, de menoscabo de la libertad y dignidad
humanas resulta insoportable, se afirma que la esclavitud entre los aztecas era
mas humana y llevadera que la que conocieron los romanos, con la salvedad
de los prisioneros de guerra, los que conocieron los romanos, los que eran
irremisiblemente sacrificados, a menos que poseyeran alguna habilidad
especial para el servicio domestico o industrial.
Mientras los romanos consideraban a los esclavos como cosas o
mercancías sin derecho a nada, insignificantes para la ley y cuyos hijos nacían
esclavos, el esclavo azteca tenia personalidad jurídica, podía contraer
matrimonio legal, poseer bienes y hasta tener sus propios esclavos y sus hijos
nacían libres.
Entre los aztecas las esclavitud era un accidente que podía sobrevenir,
no algo que naciera con las persona. “En realidad no era si no un genero
especial de servidumbre que no invalidaba la personalidad jurídica del
individuo”. 1
Se llegaba a la condición de esclavo, por contrato, al ser vendido el
individuo por si mismo o por su padre, por caer prisionero de guerra, o por
haber cometido un delito que tuviera señalada dicha pena (por ejemplo, la
morosidad en el pago de deudas era castigada con la esclavitud temporal, en
tanto no quedase saldado el adeudo).
El esclavo podía redimirse de la servidumbre pagando su precio o
casándose con su ama, cuando ello era posible; a veces obtenía la libertad por
gracia de su dueño, concedida antes de morir éste.
1 Lucio Mendieta y Núñez, El derecho precolonial, 2ª ed., UNAM, México, 1961, página 89.
La Familia Azteca.
La familia Azteca era de carácter patriarcal, estaba sujeta a la autoridad
absoluta del padre, quien tenía derecho de vida y muerte sobre sus hijos y
resolvía todo lo concerniente al núcleo familiar.
La institución del matrimonio disfrutaba del reconocimiento y de la
protección del poder público. Los jóvenes se consideraban aptos para el
casamiento cuando alcanzaban la edad de 20 años; y las mujeres alrededor de
los dieciséis. El matrimonio se concertaba por los padres y por la anuencia de
los contrayentes, haciéndose la petición de mano de la doncella mediante la
intervención de dos ancianas escogidas por el padre del varón entre las
casamenteras de la tribu, las que entregaban regalos a los progenitores de la
muchacha, quienes rechazaban invariablemente la primera petición.
Se corrían por segunda vez los trámites de la petición y se formalizaba el
compromiso una vez que se había llegado a un acuerdo sobre la dote
correspondiente.
Celebrado el matrimonio con los actos rituales de rigor, se anudaban las
vestiduras de los desposados, quienes debían ayunar y hacer penitencia
durante cuatro días para poder consumar finalmente su matrimonio.
La respetabilidad del matrimonio no era impedimento para la existencia
de la poligamia, la cual era tolerada.
Según expresa Vaillant, “como sucede con frecuencia en las naciones
guerreras que sufren merma en sus componentes masculinos, prevalecía la
poligamia; sin embargo la primera mujer tenia prioridad sobre las otras y solo
sus hijos tenían derecho a heredar. Se permitían las concubinas y existía,
también, la prostitución”.2
2 Gregorio C. Vaillant, La civilización azteca, Fondo de Cultura Económica, 2ª edición,
México, 1955, página 99.
El Divorcio.
Aunque la Ley no establecía propiamente lo que conocemos como
divorcio, el matrimonio podía disolverse por tratarse de un matrimonio temporal
o sujeto a condición (el nacimiento de un hijo, por ejemplo) o por que existiese
alguna causa válida, en cuyo caso había de tener la autorización judicial. “Eran
motivos de divorcios lo que implicaban determinadas faltas en la mujer o la
imposibilidad de cumplir con los fines mas importantes del matrimonio, como la
esterilidad de la misma. Realizada la separación, los hijos quedaban con el
padre, y las hijas, con la madre. El cónyuge culpable era castigado con la
pérdida de la mitad de sus bienes, y ambos divorciados podían contraer nuevo
matrimonio, salvo entre ellos mismos,”3
Por su parte, la mujer podía obtener la separación de su marido cuando
este no pudiera mantenerla o cuando la hiciera objeto de malos tratos, golpes,
etc.
Los Bienes.
Existía la propiedad privada de toda clase de bienes muebles, y de los
inmuebles, tratándose de los nobles, de los guerreros y de los sacerdotes,
únicas clases privilegiadas que disfrutaban de la propiedad privada de las
tierras cultivables. El pueblo común solo era propietario de bienes muebles
(vestiduras, semillas, cachorros hogareños, etc.) pudiendo disfrutar de las
tierras únicamente en propiedad comunal a través del “calpullalli” y del
“altepetlalli”.
Las Sucesiones.
En la sociedad azteca se permitía disponer, vida, de los bienes y
derechos para después de la muerte (testamento). En el caso de no haber
dicha disposición testamentaria, los bienes pasaban al hijo mayor de la esposa
principal o, sucesivamente, a los nietos o hermanos.
3 Trinidad García, Apuntes de introducción al estudio del derecho, Editorial Porrúa,
S.A., 4ª edición, México, 1949, pagina 54.
Los Contratos.
Eran ya conocidos los contratos más usuales de la vida moderna, tales
como la compraventa, la permuta (trueque), el mutuo (préstamo), el del trabajo,
etc. Los contratos eran verbales, aunque a veces intervenían en su celebración
algunos testigos.
“La publicación que se daba a los contratos por medio de testigos, les
otorgaba preferencia sobre los celebrados privadamente. Además, el primer
compromiso tenía mayor fuerza que los posteriores. El primero en tiempo era el
primero en derecho”.4
El Derecho Penal.
Se ha calificado de bárbaro al derecho penal azteca por la crueldad de
castigos que imponía. Las penas a los delincuentes iban desde los palos, los
azotes, la prisión, las mutilaciones, la esclavitud, hasta la muerte, la cual se
realizaba por medio de la horca, el descuartizamiento, lapidación, etc.
La mayoría de los delitos graves eran castigados con la pena de muerte
(el aborto, el adulterio, el asalto, la calumnia, el estupro, la hechicería, el
homicidio, el incesto, la traición, etc.). Incluso el ocultamiento de una traición
era castigado con la esclavitud.
Se castigaba con severidad la embriaguez, sobre todo en los jóvenes, y
el “travestismo” (usar prendas de vestir del sexo contrario).
La Gravedad de la penas daba gran eficacia al derecho penal azteca, lo
que se traducía en una vida social tranquila y ordenada que causo el asombro
de los conquistadores españoles.
4
Kohler, citado por Lucio Mendieta y Núñez en su Derecho precolonial, página 127.
El Derecho Mercantil.
Dado el relativo adelanto que había alcanzado el comercio entre los
aztecas y con los pueblos aliados, conquistados o tributarios, los comerciantes
eran una clase social de considerable importancia y estaban regidos por
disposiciones legales especiales.
Se sabe que había un tribunal especial para los asuntos mercantiles,
establecidos en el centro comercial de mayor renombre en la época: Tlatelolco.
“Además de este tribunal, había un juez ambulante llamado pochtécatl,
que recorría los mercados conociendo en todos los conflictos que surgían entre
los compradores y los vendedores, y fallando de acuerdo con las costumbres
establecidas”.5
Tenemos noticias de quienes robaban en el mercado, eran muertos a
pedradas a manos de los comerciantes.
Aunque la moneda propiamente dicha no fue conocida por los aztecas,
se utilizaban como tal los granos del cacao y el oro en polvo principalmente,
aunque también desempeñaban dicha función ciertas hachas de cobre y
algunas matas bordadas, etc.
El derecho penal maya
El derecho penal era muy severo. Si algún
marido era ofendido, podía optar entre el
perdón o la pena capital del ofensor (la mujer infiel sólo era repudiada).
También para la violación y el estupro existía la pena capital, que consistía en
la lapidación del acusado. En caso de homicidio intencional se aplicaba la pena
5 Lucio Mendieta y Núñez, obra citada, página 133.
de talión, salvo si el culpable era menor, en cuyo caso la pena era la de
esclavitud. De igual modo se sancionaba el robo, grabándose en la cara de los
ladrones de clase superior los símbolos de su delito. El hecho de que las casas
carecieran de puertas, sugiere un alto grado de honradez popular. Un mérito
del primitivo derecho maya era la diferenciación entre dolo (pena de muerte) e
imprudencia (indemnización) en materia de incendio y homicidio.
En algunos casos, la pena capital fue ejecutada mediante ahogamiento
en el cenote sagrado. Contrariamente al sistema azteca, no existía la
apelación. El juez local, el bataboo, decidía en forma definitiva, y los tupiles,
policías-verdugos, ejecutaban la sentencia inmediatamente, a no ser que el
castigo fuera la lapidación por la comunidad entera. Había una responsabilidad
de toda la familia del ofensor por los daños y prejuicios.
El derecho maya de familia.
En cuanto al sistema de familia, hubo ritos de pubertad, después de los
cuales los adolescentes tenían que vivir hasta su matrimonio o hasta los 18
años en casas comunales, ocupadas por grupos de hombres jóvenes.
El
matrimonio era monogámico. Existió una fuerte tradición en cuanto al
matrimonio: dos personas del mismo apellido no podían casarse. El novio
entregaba a la familia de la novia ciertos regalos, a los que se le llamó el
“precio de la novia”, que era opuesto a la dote y que todavía e lugares remotos
de la región maya se manifiesta en la costumbre de que el novio trabaje algún
tiempo para su futuro suegro. Para ayudar a concretar los matrimonios y
arreglos patrimoniales respectivos, existieron
intermediarios especiales,
llamados atazahob.
La herencia se repartía entre la descendencia masculina, fungiendo la
madre o el padre paterno como tutor, en caso de la minoría de un heredero. En
la entrega de las cuotas hereditarias intervenían las autoridades locales.
Cada familia recibía, con intervención de los sacerdotes, una parcela de
20 por 20 pies para su uso personal, la demás tierra se cultivó bajo un sistema
colectivo.
El papel de la mujer en la familia y en la vida comunal no era
prominente. No había matriarcado, algunas mujeres tenían la función de
profetisas y había órdenes de vírgenes con funciones sacrales, pero en general
se le excluía de forma importante.
INTRODUCCION
Sabido es que el territorio que actualmente constituye nuestra patria
estuvo habitado por varios pueblos de diversas culturas y diferentes
costumbres: los mayas, los toltecas, los aztecas, los purépechas, etc., quienes
indudablemente crearon sus propios sistemas de Derecho; pero nos referimos
únicamente al Derecho azteca y también al maya, por ser el pueblo que
alcanzo la hegemonía en la mayor parte del territorio y por ser este el que
tenemos noticias históricas mas completas.
Las consecuencias de dicha fusión son por todos conocidas, no
obstante, existe un vacío de conocimiento de aspectos fundamentales de las
culturas mesoamericanas. En este sentido, nos parece que es importante
redescubrir todos esos aspectos que nos ayudarán a entender, entre otras
cosas, algunos de los usos y costumbres que rigen a los pueblos indígenas que
no han sido contaminados por la sociedad actual.
A lo largo de este trabajo nos enfocaremos al aspecto jurídico
fundamentalmente.
CONCLUSIONES
El derecho prehispánico significó un gran avance en cuanto a aspecto
penal se refiere. Los pueblos mesoamericanos estaban bien organizados tanto
política como socialmente. Además contaban con leyes y normas que debían
seguir de forma comunitaria e individualizada, por el bien común.
El derecho que se rigió en las diferentes culturas mesoamericanas, tales
como la olmeca, la chichimeca, la maya y azteca, fueron en algunos aspectos
similares, aunque ya profundizando el tema se hacen notorias diferencias entre
ellas.
El avance en el aspecto jurídico que tuvieron fue de vital importancia, ya
que queda demostrado que desde tiempos remotos el hombre ha buscado la
forma de organizarse para poder vivir en armonía, así que, las normas y reglas
que fueron impuestas fueron muy importantes para que el objetivo se pudiera
cumplir satisfactoriamente.
INDICE
Introducción………………………………………………………………….1
Derecho Civil Azteca………………………………………………………..2
La Familia Azteca……………………………………………………….......3
El Divorcio…………………………………………………………………....4
Los Bienes…………………………………………………………………...4
Las Sucesiones……………………………………………………………...4
Los Contratos……………………………………………………………..…5
El Derecho Penal…………………………………………………………....5
El Derecho Mercantil. ………………………………………………………6
El derecho penal maya……………………………………………………..7
El derecho maya de familia………………………………………………..7-8
Conclusiones………………………………………………………………...9
Bibliografía…………………………………………………………………..10
BIBLIOGRAFIA
Lucio Mendieta y Núñez, El derecho precolonial, 2ª ed., UNAM,
México, 1961, página 89.
Gregorio C. Vaillant, La civilización azteca, Fondo de Cultura
Económica, 2ª edición, México, 1955, página 99.
Trinidad García, Apuntes de introducción al estudio del derecho,
Editorial Porrúa, S.A., 4ª edición, México, 1949, pagina 54.
Kohler, citado por Lucio Mendieta y Núñez en su Derecho
precolonial, página 127.
Lucio Mendieta y Núñez, obra citada, página 133.
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