Los desafíos de la educación agraria superior 20-12-2007

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http://www.espectador.com/agro/111670/los-desafios-de-la-educacion-agraria-superior
Los desafíos de la educación agraria
superior
Publicado el jueves 20 de diciembre del 2007 a las 09:10 hs
La última Tertulia Agroopecuaria del año se trasladó a la Facultad de Agronomía, en el
marco de los festejos por su centenario. En un contexto de fuerte crecimiento y cambio
en el agro, el debate se centró en qué tipo de profesionales deben formar los centros de
estudios. La mesa estuvo integrada por Rodolfo Irigoyen, Guillermo Vila, Fernando
García y Wilson Netto. La coordinación fue de Rosanna Dellazoppa.
(Emitido a las 9.09)
EMILIANO COTELO:
El sector agroindustrial viene cambiando a pasos agigantados. Han crecido todos los
rubros, ha aumentado el valor de la tierra, así que la productividad por hectárea está
obligada a mejorar, hasta por una razón de lógica económica.
El Uruguay de Hernandarias va quedando definitivamente atrás. Y eso obliga a encarar
nuevas formas de producción, responsables y sustentables desde el punto de vista
técnico y económico.
En ese contexto, en todos los sectores del agro uruguayo hay escasez de recursos
humanos capacitados. Pero la globalización no espera.
Entonces, ¿cómo articular esfuerzos públicos y privados para responder ágilmente a esa
necesidad de diversificar la educación agraria superior? ¿Qué perfil de profesionales
debe formar el país frente a estos escenarios tan desafiantes? ¿Qué papel les cabe a las
universidades? ¿Qué lugar le corresponde a la UTU?
Para una primera discusión sobre estos temas hemos venido hoy a la Facultad de
Agronomía.
***
EC - En esta última tertulia agropecuaria del año 2007 nos acompañan la coordinadora
de este ciclo, la ingeniera agrónoma Rosanna Dellazoppa, dos miembros permanentes
de estas mesas, Rodolfo Irigoyen y Guillermo Vila, y además dos invitados.
ROSANNA DELLAZOPPA:
El ingeniero Fernando García Préchac es ingeniero agrónomo de la Universidad de la
República (Udelar), máster y doctor en Manejo de Suelos de la Iowa State University,
docente de la Facultad de Agronomía desde abril de 1972, fue asesor y consultor de
INIA entre 1991 y 2000, premio Fondo Nacional de Investigadores en 1999 y 2005, y
desde el año 2006 es decano de la Facultad de Agronomía.
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FERNANDO GARCÍA:
Muy bienvenidos a la casa.
EC - Gracias por recibirnos.
RD - El segundo invitado es el señor Wilson
Netto Marturet, profesor de física egresado de
IPA, fue director del Departamento de Física
del Instituto Tecnológico Superior de UTU
entre 1990 y 2005, y es director general de
UTU desde marzo de 2005.
EC - Sería bueno empezar hablando de lo que hay. Tengo entendido que en materia de
centros de capacitación a Uruguay no le falta infraestructura, basta con pensar que la
Facultad de Agronomía, la Facultad de Veterinaria y la UTU tienen una larga lista de
locales distribuidos en todo el territorio nacional. ¿Podemos resumir esa estructura, qué
es lo que hoy tenemos en materia de formación para el agro?
FERNANDO GARCÍA:
La UTU Agraria tiene una o más escuelas agrarias por departamento, por lo tanto
cuando uno piensa en democratizar y hacer equitativo el camino de acceso a la
enseñanza superior, es inevitable partir de esa red.
EC - La UTU Agraria tiene por lo menos una escuela en cada departamento.
WILSON NETTO:
Tiene 26 escuelas agrarias y se dictan cursos agrarios en 32 localidades. Hay otros
sectores que son adscriptos a escuelas técnicas y tiene con un total de 2.500 estudiantes
en sus 43 modalidades de cursos.
EC - ¿Qué más?
FG - La Facultad de Agronomía tiene desde 1911 su red de campos experimentales y de
práctica, que después llamamos estaciones experimentales. El más cercano está en
Progreso, el Centro Regional Sur, con unas 300 hectáreas, y después hay alrededor de
1.000 hectáreas en la Estación Experimental Mario Cassinoni, en Paysandú, la Estación
Experimental de Salto, a 20 kilómetros de Salto, y en la Estación Experimental
recientemente renombrada Profesor Bernardo Rosengurtt, a 25 kilómetros de Melo. A
eso le podemos agregar, porque forman parte de la red, los campos experimentales
veterinarios en Libertad y Migues y las estaciones experimentales del INIA a las que se
refirieron en una tertulia anterior. Todo eso forma una red que puede ser regionalizada
en un ambiente litoral norte, donde hay dos estaciones de la facultad y una del INIA, un
noreste donde hay dos del INIA y una de la facultad, y uno sur, donde está todo el resto,
que es la mayor parte. En el litoral habría cinco escuelas agrarias, en el noreste
alrededor de siete y el resto de las 26 está en el sur.
EC - ¿Podría decirse que tenemos demasiado?
FG - En campos, nada más, tenemos en el orden de 20.000 hectáreas. Con lo que vale la
tierra hoy, ahí hay un patrimonio histórico acumulado por la sociedad uruguaya muy
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importante. Pero póngale encima laboratorios, gente. Hay que hacer es racionalizar eso
y ponerlo en valor, con los recursos humanos y materiales necesarios, y con una
estructura lógica que concatene los distintos niveles de formación.
EC - ¿Qué dice sobre esto el director general de UTU?
WN - Yo no diría que es demasiado, diría que no está aprovechado en su verdadera
magnitud de acuerdo con los modelos que deben establecerse entre el sistema educativo
y el sistema productivo. UTU dispone de aproximadamente 6.500 hectáreas en todo el
país y unos 250 docentes en esta área, con 100 que son profesionales universitarios
egresados de esta casa de estudios.
Hoy, con una institución que pretende trabajar en forma armónica con el sector
productivo, la idea es potenciar esos recursos humanos y hacer un mejor uso de la
infraestructura y de esa superficie. En el área ganadera UTU tiene unas 5.000 cabezas
vacunas y unos 3.000 ovinos, pero lo importante es poner esto en fase con laboratorios
con infraestructura de investigación, de innovación y de desarrollo, no darle un simple
uso de carácter productivo. Muchos espacios de UTU están funcionando en comodato
con distintas instituciones por no tener propuestas la institución. Eso es algo que
tenemos que modificar.
EC - ¿Ya se ha pensado en trabajar en esa racionalización entre la Facultad de
Agronomía, la Facultad de Veterinaria y UTU?
WN - Sí, y también se ha comenzado a trabajar internamente en UTU. Los
departamentos industriales y agrarios eran sectores balcanizados, y hoy estamos
trabajando fuertemente en el área industrial y poniéndolos en un estrecho vínculo.
EC - Los miembros permanentes de estas tertulias, Guillermo y Rodolfo, ¿qué
impresión tienen ustedes? ¿Qué rubros del agro aparecen más necesitados de personal
capacitado?
GUILLERMO VILA:
Primero un pequeño comentario sobre lo que
dijeron Fernando y Wilson. Cuando uno los
escucha, dice: “Estamos bárbaro, ¿qué está
faltando?”. Y yo estoy con una tristeza enorme
porque egresé en el 84 y volví hoy después de
23 años a la facultad y la única pregunta que me
quedó es quién la bombardeó. Porque da
lástima ver cómo está todo. Si todos esos
recursos que tenemos están así, tenemos un
gran problema.
EC - Es interesante la observación de Guillermo. En estas recorridas por el interior
hemos visitado algunas escuelas agrarias, y si bien es muy elogiable el esfuerzo que se
desarrolla en ellas, choca encontrarse con las limitaciones con las que deben trabajar.
Limitaciones de infraestructura, por ejemplo, calefacción, recursos humanos.
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GV - Estamos en una situación del agro muy particular, hay un montón de sectores que
están caminando muy bien. Cuando nos recibimos éramos todólogos, es el mote que nos
ponen varios, de todo sabíamos poco y de muy poco sabíamos mucho. Creo que hoy eso
cambió, tenemos que ir a una especialización, hay sectores como la agricultura, como la
ganadería, como la forestación, como la lechería, como el riego, que por sí solos están
generando nichos de especialización y demandas laborales brutales. Tenemos que
apuntar a la especialización.
RODOLFO IRIGOYEN:
Como Guillermo, un comentario sobre lo
anterior. Escuchando al decano y al director se
me pintaba esta situación: en los estudios de
pobreza, países que tienen similares niveles de
pobreza tienen situaciones muy diferentes,
porque algunos tienen accesos a bienes y
servicios de tipo inercial, tienen vivienda
porque era del padre y se la dejó, tienen
educación porque la recibieron en otro
momento pero no la podrían recibir, etcétera, y
otros carecen de esas cosas pero tienen niveles de ingresos crecientes y dinámicos. Son
niveles estáticamente comparables, pero si se los analiza con una perspectiva dinámica
son completamente diferentes, a algunos los espera la pobreza y a otros el desarrollo.
Toda la inversión en infraestructura que tiene Uruguay es una riqueza inercial,
recorriendo el interior da la sensación de que lo que hay por delante es la pobreza,
porque falta adaptar todas esas cosas a situaciones actuales muy diferentes de las de
hace 30, 40 o 50 años.
EC - ¿Qué dicen ustedes de estos comentarios que han generado con la descripción que
hicieron?
FG - La historia del país no pasó en vano, sobre todo los últimos años en que hubo
penurias muy importantes para hacer inversiones edilicias.
EC - Me llamó la atención que ustedes prácticamente no hablaran del estado de esa
infraestructura, la enumeraron.
FG - Cuando dije ponerla en valor incluía eso.
EC - ¿Qué dice el director general de UTU?
FG - Sin duda aún tenemos más cosas en el debe que en el haber. Se están
reformulando, reestructurando escuelas agrarias en Paysandú, en Guichón, en Guabiyú,
si van hoy no van a tener la misma mirada que habrían tenido en 2005 o a principios de
2006. Y así podemos seguir con distintas localidades donde se está agregando
infraestructura. Nos acompaña el director de agro, con quien festejamos a comienzos de
2006 cuando empezamos a poner tractores después de más de 20 años sin tractores en
algunos centros educativos. Venimos de un deterioro muy profundo, hay que asumirlo.
Y en función de eso se está trabajando para intentar revertirlo.
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Además, insisto, no es liviana la idea de tener una institución educativa como la
Universidad del Trabajo de cara al sector productivo. Tú me preguntaste si era
Universidad del Trabajo o Consejo de Educación Técnico-Profesional, el Consejo de
Educación Técnico Profesional y lo que pasó en el país con él alejaron a esta institución
de los sectores productivos.
EC - El nombre oficial sigue siendo Consejo de Educación Técnico-Profesional. Pero
usted prefiere UTU.
WN - Prefiero UTU en el sentido de que creo en la universalidad y en el trabajo, y creo
en el país. Entonces creo que Universidad del Trabajo del Uruguay es el nombre
adecuado para la institución.
EC - Volvamos a la pregunta a propósito de los sectores que demandan formación, que
encuentran carencias en esta materia. Tengo un mensaje de un oyente que dice: “Yo
soy agrónomo y creo que las dificultades más grandes se presentan en el orden de la
toma de decisiones empresariales. Falta management, falta marketing”.
WN - Yo quedé con la mitad de la respuesta, hablé de la infraestructura y me faltó la
segunda parte, que es justamente esa. Los de mi generación teníamos una base muy
vinculada con las materias básicas, teníamos en tres años 20 materias básicas, eso hacía
que los geólogos fueran agrónomos, los botánicos fueran agrónomos, los genetistas
fueran agrónomos, los estadísticos eran agrónomos, cosa que nos critican bastante. Ese
conocimiento universalista aristotélico, poco menos, de pretender crear pequeños
sabios, que era un intento bastante frustrante, está totalmente superado, debemos
enfocar las cosas desde el otro extremo. Es muy atinado el comentario del oyente en el
sentido de que tenemos que enfocar, para no desbalancear tanto la cosa, el otro extremo
de las cadenas agroindustriales, los negocios, los agronegocios. Es en ese plano que
tenemos las grandes carencias y allí tenemos que apuntar las baterías.
EC - ¿Dónde se están formando hoy estos profesionales que el agro necesita, porque el
tiempo pasa y no se puede esperar que alguien resuelva instalar este tipo de cursos?
¿Qué experiencia tienen ustedes?
GV - Se están formando en el trabajo, en el campo de batalla. La Universidad nos largó
con conceptos básicos, nos enseñó a pensar y después la mayoría se termina de formar
en el campo laboral. Algunos tienen más suerte, las empresas invierten en ellos, les dan
más tiempo y tienen tiempo de aprender, y otros se forman a golpes, pasando de una
empresa a otra. Está claro que son muy pocos los profesionales que salen de la facultad
en condiciones de encarar con total profesionalidad un trabajo y ser exitosos.
RI - Hay que tener claro que eso implica cargar a las empresas parte de la capacitación,
los primeros seis meses tienen que mandarlos becados a aprender a en otro lado porque
no saben. Tienen los mecanismos básicos en términos de lógica, de razonamiento, pero
no los conocimientos prácticos concretos de lo que van a hacer.
EC - Hemos escuchado a dos ingenieros agrónomos, a Guillermo Vila y a Rodolfo
Irigoyen, que han mencionado ejemplos de necesidades de posgrados para el personal
que ya tiene un grado universitario, que es el caso de ustedes. Pero supongo que hay
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otro tipo de necesidades orientadas a tecnicaturas para personal intermedio. ¿Cómo sería
ese otro frente?
GV - Sin duda, lo vemos todos los días. Hoy cambió, hoy hay empresas de servicios que
cierran por falta de personal idóneo.
EC - Un ejemplo, para que el oyente entienda. ¿Qué empresas de servicios?
GV - Por ejemplo de servicios agrícolas muy importantes.
EC - Pero que hacen ¿qué?, ¿qué quiere decir servicios agrícolas?
GV - Cosecha, siembra, todo lo necesario. En este nuevo crecimiento hay empresas muy
importantes que toman los campos, hacen inversión y contratan todos los servicios.
Entonces ha habido una profesionalización de los servicios y se han generado empresas
muy importantes que son demandantes que pagan remuneraciones muy altas al personal
calificado.
EC - ¿Por ejemplo? ¿Qué tipo de personal calificado?
GV - Una persona que pueda operar una cosechadora que vale 200.000 dólares, que
maneje comunicación, que maneje tecnología satelital, que sea responsable. Hoy no la
consiguen.
EC - ¿Dónde tiene que formarse esa persona?
GV - Si seguimos con la división Facultad de Agronomía-UTU, debería ser en la UTU,
pero si hacemos un análisis en conjunto debería ser en los dos lugares en capacitaciones
intermedias.
EC - Hubo alusiones a las dos instituciones aquí representadas, la facultad y la UTU.
FG - Tal vez tendríamos que dar una pintura del proyecto en el cual estamos
embarcados. Desde luego, no va a salir de un día para el otro sino en pasos sucesivos, es
un proceso. Para empezar por un elemento muy sencillo y propio de la casa, para el
desarrollo agropecuario e industrial de este país a mediano y largo plazo no alcanza ni
de lejos con la Facultad de Agronomía como institución ni con los agrónomos como
profesión. Se precisa mucho más que eso. Nuestra institución estuvo durante toda su
historia muy centrada –y lo va a seguir estando, porque es su razón de ser– en los
sistemas de producción, pero hoy la formación tiene que abarcar a la cadena, tiene que
abarcar todo lo que hay que hacer dentro del sistema de producción para que los
productos tengan la calidad demostrable, verificable y trazable que se requiere y los
procesos demuestren ser ambientalmente amigables, conservadores de los recursos y
respetuosos de las relaciones laborales, de los derechos de los trabajadores, y no solo de
acuerdo con nuestras normas sino con lo que nos impone el mercado internacional en el
que estamos insertos.
EC - Eso implica que participen ¿quiénes más?
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FG - Eso implica que dos autonomías separadas históricamente, la Udelar y la UTU,
converjan hacia una nueva institución o una nueva institucionalidad. A eso se refiere la
resolución del Consejo Directivo Central de la Universidad del 30 de marzo que
convocó a formar nuevas instituciones entre las cuales la Universidad es un actor pero
no el único. Implica mirar todos los escalones, desde el bachillerato técnico, que en el
caso nuestro es el agrario, que está en manos de la UTU y que es el que más alcance
nacional debería tener en todos los departamentos y tiene muy poco. Para darles una
idea, este año empezamos acá en Sayago y se recicló una parte de instalaciones
abandonadas en salones de clase para un Bachillerato Técnico Agrario porque en la
zona metropolitana, en el Montevideo del norte, en la zona de Colón y Sayago, no
existen oportunidades en quinto y sexto que habiliten a ingresar a Agronomía o a
Veterinaria, lo cual permite el Bachillerato Técnico Agrario.
EC - Si entiendo bien, van a funcionar cursos de la UTU en dependencias de la Facultad
den Agronomía.
FG - Ya están funcionando. Es un curso de UTU, nosotros les prestamos facilidades.
EC - Se sale con título de técnico agropecuario.
FG - Hay varios.
WN - El bachiller es un auxiliar técnico, luego existen las tecnicaturas, salen como
técnicos superiores en áreas más específicas.
EC - ¿Cuánto tiempo requieren?
WN - Dos años, posterior al bachillerato. Es
interesante el planteo respecto de profesionales
que pueden opinar sobre todo, saben de todo
pero no se especializan. El problema es que el
sistema educativo, incluso el universitario, se ha
conformado de esa manera, no es de hoy. Hay
que barrer transversalmente las cadenas
productivas, se hacen necesarios nuevos perfiles
profesionales. En esa construcción estamos.
Estos profesionales terciarios que están en dos
modalidades, tecnicatura o gestión de UTU, están trabajando en consejos consultivos
con la Udelar y en entidades como el INIA como gente que sabe de la temática y puede
asesorar y ayudar a la institución en ese sentido, con esta modalidad de dos o tres años
que es cogestionada entre la ANEP y la Udelar. Ahí también hay dos miradas, una
formación de perfiles profesionales transversales, por ejemplo mecánico, tecnólogo
mecánico, tecnólogo informático, o específica como la Tecnicatura Agroindustrial que
estamos desarrollando en Bella Unión, tecnológicos en química con cierta
transversalidad y en la parte cárnica y en la parte forestal. Trabajamos articuladamente
en dos modelos con dos estrategias distintas, una tratando de pararnos en las localidades
del interior para que los jóvenes permanezcan más tiempo de su vida en esas localidades
y con oportunidad de estudio, y además formar perfiles profesionales hacia el mundo
agrario desde las ciudades. Este bachillerato es histórico, Montevideo era el único
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departamento que no tenía un bachillerato agrario de UTU, y comenzó este año, ya
terminó el primer año, en instalaciones de la Facultad de Agronomía.
EC - El decano estaba explicando todo el entramado.
FG - Arrancamos con los bachilleratos, después vienen los niveles propios de UTU, que
son las tecnicaturas. Hay varias en el país, algunas muy reconocidas, como la Escuela
de Lechería de Nueva Helvecia, La Carolina, con su Tecnicatura Ganadera, que el año
próximo inaugura una nueva versión en nuestra estación de Cerro Largo. Y hay otras
opciones, se va a desarrollar una durante el año que viene en Salto, también en nuestra
estación experimental, donde ya funciona desde hace varios años toda la parte de
pasantías del Bachillerato Técnico Agrario de UTU en Salto. De modo que ya hay un
camino hecho y que explica que este año hayamos tenido un ingreso que nunca
habíamos tenido en Salto en primero y segundo, porque empezaron a salir los primeros
egresados del Bachillerato Técnico Agrario.
Hacia delante vienen las licenciaturas, que son de grado universitario, y tenemos algún
planteo en el que interviene UTU, arrancando con la Tecnicatura en Enología en El
Colorado, para continuar junto con la Facultad de Química hacia una licenciatura en el
área de la vitivinicultura.
Después tenemos las ingenierías, no sólo agronómica. Desde hace casi quince años las
facultades de Agronomía, de Veterinaria, de Química y de Ingeniería ofrecen una
carrera nueva que se llama Ingeniería de los Alimentos, que ya está llegando a los 100
egresados, todos ellos trabajando en el país. Eso indica cuál puede ser uno de los
rumbos claros de la reforma universitaria, juntar las capacidades y borrar los
alambrados de púa entre las chacras de las facultades.
Y hacia delante vienen los posgrados. Desde que los creamos en la Facultad de
Agronomía, los posgrados académicos que empezaron en 2004 ya tienen egresados –en
realidad egresadas, porque son todas mujeres, son tres–. INIA está involucrado y este
año se involucró con más fuerza, pero además esos posgrados van a pasar a formar parte
de un proyecto más grande impulsado por la Agencia Nacional de Innovación, que
convocó a la Universidad y a estas instituciones, que se llama algo así como Proyecto
de Desarrollo de las Ciencias Agropecuarias y Agroindustriales. Estamos pensando en
todos los niveles.
RI - Yo estoy en todo de acuerdo con lo que estás diciendo y lo que está diciendo Netto,
pero permanentemente están utilizando el tiempo futuro, y hoy hacen falta tractoristas,
gente que maneje maquinaria forestal, que maneje un tambo. Tenemos que tener muy
clara la variable tiempo. Yo trabajé en la Universidad y sé que la variable tiempo se
maneja muy diferente en los ámbitos académicos que en la actividad concreta
productiva. Hacer un esfuerzo en el sentido de compaginarlo mejor sería importante.
EC - ¿Qué dice Netto?
WN - Se ha trabajado mucho en ese sentido. Por ejemplo, mañana vamos a firmar con la
Asociación de Cultivadores de Arroz y con los molineros la creación de un Consejo
Consultivo que es el fin de un trabajo conjunto que hemos hecho y el comienzo de un
nuevo desafío. Hay decenas y decenas de ejemplos. Se ha trabajado en el tema de la
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maquinaria agrícola, de los tractoristas, que siempre parece insuficiente por el déficit,
por la deuda que se fue acumulando durante años. Se está trabajando en cosas concretas
con empresas, la UTU ha logrado romper esa inercia, ponerse de cara a las necesidades
de la gente y tiene mucho por delante para
mejorar.
RD - Estamos en el marco de los festejos de los
100 años de la Facultad de Agronomía, y como
el espíritu de la tertulia siempre busca el aporte
por lo constructivo y lo positivo, quería
aprovechar para rescatar a las personas que
dirigen hoy estas instituciones que están
coordinando y aportando al debate, más allá de
que es difícil, complicado y los tiempos nos
corren.
***
EC - El decano de la Facultad de Agronomía y el director general de UTU explicaban
cómo se está trabajando en la conformación de un nuevo sistema de educación superior
agraria, que implica coordinar esfuerzos entre la Udelar, la UTU y otras instituciones.
Rosanna, tú tenías una pregunta sobre eso.
RD - A partir de las tertulias anteriores, cabe la pregunta de si por el lado de la
coordinación de esfuerzos no valdría la pena de que el país hiciera un esfuerzo de
regionalización. En el norte hay más desarrollo de la madera, la zona centro está más
vinculada con la producción de carne, entonces, sobre todo pensando en mandos medios
y capacidades, ¿no valdría la pena hacer algún esfuerzo con una mirada más regional?
FG - En el nivel de articulación con la UTU desde el anterior gobierno de las dos
instituciones, que es el de tecnólogo, que son carreras de tres años, la discusión se hizo
con interesados en los temas que se fueron lanzando. Y los primeros que involucran a la
facultad –la UTU está involucrada en otros que ya mencionó Netto, que ya están
funcionando desde hace tiempo– son uno con un perfil agroenergético, demandado por
ALUR y Ancap, uno con un perfil de tecnología de la madera en el noreste que se
ubicaría en Rivera para trabajar en Rivera y Tacuarembó, donde hay varias empresas del
otro modelo forestal, no el de la pulpa de celulosa sino el de madera para aserrío. La
Facultad de Ingeniería participa en su diseño y en su funcionamiento, aparte de la
Facultad de Agronomía, y participa nuestra estación experimental de Cerro Largo,
donde hay capacidades en la parte forestal. Y el tercer tema, en la misma región, es la
cadena cárnica. Ahí el interesado central de la parte productiva es Mafrig, el Frigorífico
Tacuarembó, que está participando en el diseño del tecnológico en carne y además está
interesado en una tecnicatura de dos años en Bañado de Medina.
Un detalle no menor: la idea de este diseño es que el egresado de cualquiera de esos
niveles no sea un egresado terminal sino que veamos la manera –en eso estamos
trabajando académicamente– de que de los programas que se hagan en un nivel inferior
otorguen créditos para quien quiera y pueda seguir a un nivel superior, que se pueda
empezar desde un nivel de dos años y terminar en los posgrados.
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EC - ¿Quedó contestada tu pregunta, Rosanna?
RD - Sí, no sé si Netto quiere agregar algo.
WN - Si estamos en un proyecto de desarrollo económico, los equipos profesionales que
lo tienen que llevar adelante o poner en práctica tienen que tener perfiles diversos,
perfiles operativos, perfiles de grado y de posgrado. También eso es importante en esta
estructura, no solo no existe límite, techo para los estudiantes, respetando a la persona y
recuperando la educación como derecho de la persona, sino también porque lo que se
pretende construir es distinto. Del investigador aislado o el profesional de grado
haciéndose cargo de todo, estamos pasando a equipos con distintos perfiles, pero cada
uno de esos perfiles menores tiene la oportunidad de continuar formándose y
acercándose a los perfiles superiores. Esa es la idea con la que se pretende trabajar, y en
todos los casos está vinculados el empresariado y los trabajadores. La gestión educativa
está en las instituciones Udelar y ANEP, pero el asesoramiento y el trabajo permanente
están dados por empresarios y trabajadores.
EC - Guillermo y Rodolfo, ¿cómo ven estos planes?
GV - Yo bárbaro, estoy contento porque veo que hay proyectos, hay un diagnóstico.
Pero estoy preocupado, porque los uruguayos somos excelentes diagnosticadores y con
un buen proyecto tengo miedo de que cuando llegue el momento de bajarlo a tierra los
recursos no estén. Porque indudablemente se precisa la idea, se precisa el diagnóstico,
se precisa la voluntad, pero se precisa la plata. La Facultad de Agronomía no es
autónoma, la UTU tampoco, dependemos de la Universidad, y seguimos para arriba, del
ministerio, y puede suceder que al momento de querer bajar a tierra todas estas cosas
nos encontremos con que los recursos no están o no se priorizan, como pasa con tantos
proyectos.
Tú mencionabas los convenios con las empresas privadas; bárbaro, son fabulosos, pero
apuntan a una demanda de profesionales para esas empresas, que apuestan invirtiendo
en la educación. Y olvidamos que en esa educación no estamos solos, estoy hablando
por la enseñanza pública, pero estamos en un mundo dinámico en el que están entrando
las universidades privadas, que tienen la particularidad de tener una mayor capacidad de
respuesta que la enseñanza pública porque el punto de decisión está mucho más cerca de
la universidad, no hay que hacer tanto trámite.
EC - ¿Cuál es el problema que ves allí?
GV - Veo que las empresas privadas no tienen los tiempos que tenemos nosotros,
entonces le van a hacer la propuesta al Estado y si el Estado no la toma y la ejecuta
inmediatamente, se la van a ofrecer a una universidad privada, que no la van a dejar
pasar, la van a aprovechar y van a formar los técnicos que se precisen.
EC - ¿No está pasando algo de eso ya hoy?
GV - Claro que está pasando.
EC - No hemos hablado de las universidades
privadas acá, pero van a estar presentes en una
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segunda mesa sobre este asunto. Escuchando al decano y al director general de UTU me
quedaba la pregunta de si no había coordinación con el sector educativo privado en este
nuevo sistema de educación superior agrario.
FG - Todavía no. Nos preocupa como una cuestión elemental y primaria coordinar lo
público, que está totalmente descoordinado. Si no empezamos por casa, difícilmente
después podamos acomodar otros niveles.
RI - Con respecto a esto, estamos en un mundo globalizado, las tecnologías vienen
dentro de una semilla, en un CD con un programa de computación, en una señal
satelital, en la computadora que gobierna una cosechadora. Eso implica un dinamismo y
una velocidad de respuesta que no tenemos, lo que acaba de decir Fernando da la pauta
de que está consolidada esa tendencia a no tener velocidad de respuesta. Las
universidades privadas están cumpliendo un papel fundamental porque tienen la
flexibilidad, la elasticidad, la velocidad para dar respuesta a la necesidad de sacar en dos
años un técnico que sepa hacer cosas que la producción está demandando rápidamente.
A la Udelar, a la UTU y a todo el sistema público les lleva dos años ponerse de acuerdo
en que hay que empezar a reunirse. Si no respondemos más rápido, si seguimos
dependiendo de que las resoluciones se tomen después de ocho horas de discusión, que
es a su vez después de ocho horas de trabajo –porque las grandes decisiones en la
Universidad se toman a las dos o tres de la mañana, en vez de tomarse de mañana,
después de los primeros mates, cuando uno está más lúcido–, si vamos a seguir con esa
mecánica, vamos a llegar siempre después de que pasó el tren. Hay que cambiar esa
mentalidad.
EC - ¿Quién toma ese guante?
WN - Lo tomo porque la competencia que tiene UTU a nivel privado es
significativamente menor que la que puede tener la Udelar. Cuando tú hacías referencia,
Guillermo, a lo dinámico de este tipo de emprendimientos y de las respuestas, es muy
cierto, eso también es un desafío que tiene el sistema educativo hoy. Pero por ejemplo,
si en Bella Unión vamos a formar un tecnológico agroindustrial, primero, ¿tenemos
gente preparada en el nivel anterior para acceder a ese estudio terciario? Ese diagnóstico
es importante a nivel nacional, no es solo un tema presupuestal, que sí lo es, pero hay
que ver la existencia de recursos humanos con la calificación base para ese impulso.
Tenés que salir a conseguirlo en otros lugares del país, porque vas a ver cuál es la
formación agraria en Artigas y tal vez no tenés los bachilleres para poder hacer ese
emprendimiento. Solucionás eso y tenés que tener una estructura de internado, de
desplazamiento, y viene el tema de los docentes, ¿de dónde surgen los docentes? Esta es
otra de las grandes cosas que planteaba Fernando, esta coordinación pone en juego el
capital humano calificado para llevar adelante estos emprendimientos. Hoy en Uruguay,
si bien es cierto y asumimos que tenemos problemas desde el punto de vista
presupuestal para todas las respuestas que se deben dar, el problema mayor es la
ausencia de personal calificado a la hora de ejercer la docencia y la formación.
GV - ¿No pasa por un recurso económico?
WN - Tú decís a nivel salarial. Sin duda. Lo mismo pasa con el tractorista al que te
referías, que no es el mismo de ayer, un capital de 300.000 dólares requiere estar en
manos de una persona con un salario adecuado para ese cuidado.
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GV - Hoy lo están logrando.
RI - Es que si no lo pagás no lo tenés, no pienses que tenés tractoristas que manejan
tractores de hoy con salarios de tractoristas de hace diez años, no existe.
WN - Esas cosas son las que hay que articular en el medio rural. A nivel medio tenemos
lo que sería un operario práctico, un idóneo, dos años después del ciclo básico, hay 600
personas estudiando en el país. Pero luego el ingreso medio oscila entre 4.000 y 6.000
pesos, no difiere mucho del salario del que no tiene formación. Esas cosas tienen que
estar sobre la mesa.
GV - El tractorista gana más del doble que el profesor.
WN - Yo te estoy hablando de ese nivel, dos años posterior al ciclo básico, los salarios
no difieren mucho de los de una persona sin formación.
RI - Pero el mercado funciona, si se necesita la empresa lo paga, o sea que si paga lo
mismo es porque las aptitudes que ha desarrollado son más o menos las mismas que las
del operario normal. Hay un reconocimiento, lo que pasa es que la capacitación tiene
que responder a la demanda. Si precisás un ordeñador y se presenta uno que sabe de
Molière la cosa no funciona, pero en la realidad hay las retribuciones requeridas porque
si no, no se consigue. Para manejar tractores viene gente de Argentina y de Brasil.
EC - El problema tiene otras complejidades, por lo visto, si nos atenemos a este correo
electrónico de Gabriela.
RD - Es un caso muy típico y muy común últimamente. Dice: “Soy ingeniera
agrónoma, trabajo en una empresa acopiadora de cereales oleaginosos y prestamos
servicios de maquinaria. Lo que nos está sucediendo es que no conseguimos gente
capacitada para trabajar y, lo que es más grave aún, no hay gente que quiera trabajar en
el campo. Puedo asegurar que la remuneración es muy buena y las condiciones de
trabajo son buenas, ya que los equipos con los que contamos son de última
generación”.
RI - ¿Dónde se enseña hoy a manejar un silo? Capaz que hay y yo no lo sé, pero
tenemos un gran cuello de botella logístico para la exportación de granos ante la
explosión de la producción agrícola. No existe una carrera para eso, los que tienen que
manejar un silo tienen que mandar a algún muchacho más despierto a capacitarse en
Argentina, en Brasil o en otro lado y traerlo, porque acá no hay.
RD - O aprenden en la cancha.
EC - Otro oyente dice: “La Universidad de la
República hace enseñanza, extensión e
investigación. ¿Las privadas hacen esto?
¿Cuáles son los fines? Solo el lucro. La
Universidad de la República es el bienestar
social no solo el lucro empresarial”.
http://www.espectador.com/agro/111670/los-desafios-de-la-educacion-agraria-superior
GV - No comparto. Cuando una persona va a la universidad privada lo hace sobre la
base de una relación costo/beneficio. La persona evalúa lo que le cuesta y lo que logra.
Si permite el lucro, me parece estupendo. No lo veo mal en la medida que atrás del
lucro no haya cosas mal hechas. Si forma profesionales competitivos y hay gente que
está dispuesta a pagar, no veo mal que gane plata.
EC - El decano hace rato que está pidiendo la palabra.
FG - Hay varias cuestiones, pero para empezar por lo de la velocidad, que es cierto, a
una velocidad que yo no esperaba la Udelar aprobó todo este sistema nacional, y a una
velocidad un poco menor después lo aprobó la ANEP. Se aprobó y tiene algún
presupuesto asignado, que no es el que quisiéramos pero para empezar a moverse,
porque si no se mueven las cosas nadie cree. Y en ese sentido, en el sentido de tomar
velocidad y hacer cosas concretas, este decano asumió el compromiso, sin resolución de
su Consejo, de empezar el bachillerato en Sayago con la UTU porque era
supernecesario dar una señal de que empezamos a movernos juntos. El año que viene va
a haber dos tecnicaturas de UTU, que son formaciones para el trabajo, en nuestras
estaciones experimentales que estamos usando un poco menos.
Dicho esto, hay un problema general del país que en el fondo tiene que ver con esto que
nos está pasando. Según las estadísticas oficiales, el año pasado el 54% del ingreso a
secundaria a quinto año en todo el país se dirigió a la orientación humanística, solo el
20% al científico y la diferencia al biológico. Eso nos marca un país que en su cultura
tiene una inercia a que lo productivo y lo tecnológico no tienen futuro, que no se ha
dado cuenta de la velocidad a la que se están dando los cambios.
EC - Quizás a eso apuntaba la oyente que decía que por un lado no consigue gente
capacitada, pero que lo más grave es que no hay gente que quiera trabajar en el campo,
pese a que la remuneración es muy buena, las condiciones de trabajo son buenos, los
equipos son de última generación, etcétera.
FG - Eso se debe a que no hay una masa crítica de esos profesionales, si no,
seguramente alguno se acercaría a dar respuesta a lo que la oyente plantea.
EC - Me recuerda lo que pasa con la industria del software y de las tecnologías de la
información, que es un sector donde hay desempleo cero y cuesta encontrar gente
capacitada porque todavía no hay suficiente tendencia en los jóvenes uruguayos a
volcarse hacia esas carreras, pese a que están las oportunidades de trabajo
absolutamente seguras. Ahora ocurre algo similar en el agro, en el momento de la
agropecuaria uruguaya.
FG - A eso me quería referir, no quiero generar un debate sobre educación privada o
pública, pero la educación pública hace una prospectiva e intenta dar sostenibilidad a los
proyectos educativos. Puede solucionar un problema puntual, pero también tiene la
responsabilidad de generar sostenibilidad a cualquier proyecto. Por ejemplo, el
agroindustrial se implementó, más allá del sucroalcoholero, porque con una generación
de egresados se saturaban las necesidades a nivel nacional. Hay un estudio detrás de las
instituciones educativas públicas para valorar la prospectiva y la sostenibilidad de los
cursos, si no, se monta una infraestructura de la magnitud que se ve en cada uno de esos
http://www.espectador.com/agro/111670/los-desafios-de-la-educacion-agraria-superior
casos para una generación, porque una generación agota las necesidades nacionales. No
sé si eso está a nivel privado.
***
EC - Vamos a ver si hay algunas conclusiones,
algunos comentarios finales de quienes han
integrado la mesa para discutir este asunto de la
formación de los profesionales para el agro
uruguayo en el comienzo del siglo XXI.
***
RI - El mensaje que leíste puso el punto en algo
central. Le preguntaría al oyente, si se tuviera
que operar, ¿qué preferiría, que lo operara un
cirujano que hace la operación guiado por el vil lucro o que la operación fuera el
resultado de una asamblea solidaria entre los médicos, los enfermeros, los limpiadores y
los de cafetería? Que me responda eso y entonces nos podemos poner a hablar en el
mismo idioma.
EC - Eso viene a cuento del mensaje sobre las diferencias entre universidades privadas y
públicas, y la Udelar en particular.
GV - Se tocaron varios temas, la formación de profesionales para el campo, la
localización de la gente en el campo, creo que si como país queremos que el Estado siga
teniendo el papel que nunca debió dejar de tener, es un proyecto mucho más profundo
que el simple análisis de la Universidad. Tenemos que darnos cuenta, el gobierno tiene
que darse cuenta de que el país depende del agro, la Universidad es muy importante
pero todo lo que es infraestructura es importante. La gente hoy no quiere ir a trabajar al
campo, pero en su momento tampoco quería venir a vivir a los cinturones de pobreza de
Montevideo y lo hizo por necesidad. No quiero comparar, pero tenemos que lograr que
la gente vaya por convencimiento antes que por necesidad.
EC - Ahora los responsables de la educación.
WN - Tenemos que ver en conjunto qué perfiles profesionales son los más pertinentes y
generar las propuestas educativas que los acompañen. Además pensando que a nivel
terciario se necesitan, por todos los motivos que se han expresado y muchos más,
carreras cortas y que para ese objetivo de igualdad tienen que ser gratuitas. Eso lo tiene
que generar el Estado, articulando lo mejor de sí, la Udelar con la ANEP. Ese es el
camino por el que tenemos que transitar asumiendo todas las dificultades y rompiendo
las barreras entre facultad y facultad, porque estos perfiles requieren distintas visiones,
no solo de una facultad, de un servicio, hay que vincular visiones de distintos servicios,
y articular con la educación técnica y tecnológica de la UTU.
FG - Lo que decía Wilson es superar lo que un colega en el Consejo Directivo Central
llamó el choque de civilizaciones en la interna y en la externa, que es romper la chacra,
pensar que tenemos que pensar en un proyecto nacional y llevarlo adelante, que tendrá
su ritmo y su velocidad, pero el asunto es mantener el rumbo y cambiarlo radicalmente.
http://www.espectador.com/agro/111670/los-desafios-de-la-educacion-agraria-superior
Tú decías hoy al principio algo que me reconforta porque está en la base de la razón de
ser de esta casa de estudios. Decías nos llevamos la formación básica, esos cimientos
sobre los cuales después se construye cualquier edificio; esa es la misión mínima
imprescindible que debe cumplir sobre todo una institución universitaria. Y me siento
bastante halagado, por pertenecer a ella, de que ustedes lo sientan así.
***
RD - Para seguir discutiendo sobre este tema, a comienzos del año próximo tendremos
una segunda tertulia agropecuaria para la cual convocaremos al decano de la Facultad
de Veterinaria y rectores de universidades del sector privado
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