Acta del Claustro de Facultad de Agronomía 25/06/12

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Sesión ordinaria de la Asamblea
del Claustro de
la Facultad de Agronomía
25/06/2012
N°2
Asistencia
En Montevideo, a los veinticinco días del mes de junio
2012, se reúne la
Asamblea del Claustro de la Facultad de Agronomía en sesión ordinaria, bajo la
presidencia del Sr. Decano Ing.Agr. Fernando García Préchac.
Asisten a la reunión los siguientes Sres. Claustristas:
Orden Docente
Orden Egresados
Orden Estudiantil
Gabriela Asplanato
Rusley Avondet
Lísette Bentancor
Cecilia Blixen
Paula Colnago
Amabelia del Pino
Leticia Martinez
Pablo Modernell
Alvaro Montaña
María Munka
Graciela Romero
Silvia Ross
Eduardo Errea
Daiana Martín
Antonio Saravia
Daniel Zorrilla
Santiago Acosta
Mauricio Alchurrut
Estefani Camacho
Mauro Coli
Sheila Olivera
Florencia Pietro
Actúan en Secretaría las Sras. Alicia Morán y Carolina Pastorino.
SR. DECANO. (Ing.Agr.García Préchac)-. Hay número para sesionar.
(Es la hora 19:15)
---Antes de hacer referencia al tema Plan de Estudios, al cual voy a aludir, el
Claustro debe ajustar los aspectos formales de la constitución de este Cuerpo. A
efectos informativos, damos la palabra a la Sra. Secretaria.
SRA. SECRETARIA (Alicia Morán)-. Por ser la primera sesión de la Asamblea del
Claustro con su nueva constitución, tendría que conformarse la Mesa de la Asamblea,
que deberá estar integrada por un presidente, dos vicepresidentes y sus secretarios, de
los cuales habría que nombrar suplentes. Tienen que ser de diferentes Ordenes.
SRA. COLNAGO-. Por el Orden Docente, proponemos al Ing. Agr. Omar Borsani para
la presidencia de este Cuerpo.
SRA. MARTIN-. Los egresados vamos a proponer al Ing. Agr. Antonio Saravia para la
vicepresidencia del Claustro.
SR. ALCHURRUT-. Proponemos para vicepresidente a Soledad Piazza, como secretaria
a Sara Pereira y como suplente de ésta a Florencia Pietro.
SRA.COLNAGO-.Como segundo secretario proponemos a Lisette Bentancor, y a Rusley
Avondet como suplente de secretario.
SR. SARAVIA-. Proponemos a Diana Martín como tercera secretaria y a Eduardo Errea
como suplente de la misma.
(Se vota)
Resolución:
De acuerdo al Art. 6 del Reglamento respectivo, queda conformada la Mesa del
Claustro para el período l4.06.2012 al 14.06.2014 con los siguientes claustristas:
Presidente: Ing. Agr. Omar Borsani (O. Doc.)
1° Vicepresidente: Ing. Agr. Antonio Saravia (O. Egres.)
2° Vicepresidente: Bach. Soledad Piazza (O. Estud.)
Primer Secretario: Bach. Sara Pereyra (O. Estud.)
Segundo Secretario: Ing. Agr. Lisette Bentancor (O. Doc)
Tercer Secretario: Ing. Agr. Daiana Martin Delgado (O. Egres)
Suplentes de los Secretarios: Bach. Florencia Pietro (O. Est.), Ings.Agrs. Rusley
Avondet (Doc.) y Eduardo Errea (Egres.) respectivamente.
(22 en 22)
SRA. COLNAGO-. Proponemos un cambio en el día de sesión, sugiriendo una reunión
mensual los primeros miércoles de cada mes, con un primer llamado a las 17:30 y un
segundo llamado a las 18 horas.
(Se vota)
Resolución:
2- De acuerdo a los Arts. 15, 16 y 17 del Reglamento respectivo, se resuelve que la
Asamblea del Claustro sesionará en forma ordinaria una vez al mes, el primer
miércoles de cada mes, a las 17.30 hs. (primer llamado) y a las 18.00 hs. (segundo
llamado).
(22 en 22).
SRA. SECRETARIA.- De esta manera, se estaría confirmando la primera sesión de
esta Asamblea para el miércoles 4 de julio a las 17:30 horas.
Exposición del Sr. Decano
SEÑOR DECANO-. Cuando en el año 2006 el Claustro de entonces convocó a quienes
aspiraban a ser Decanos, creo que se hizo circular un formulario para opinar sobre
una serie de temas. El Claustro tenía definido que el tema principal era la revisión del
plan de estudios. Eso hace seis años y unos meses, y el tema no ha avanzado.
Cuando entré al CDC, ese Consejo y el Rector de la Universidad dijeron que el gran
tema de la reforma era concluir un cambio de la Ley Orgánica. Esto es parecido; se ha
discutido, pero no se ha definido nada. Obviamente, que lo que hay atrás de esto son
discrepancias que no permiten llegar a acuerdos, o si se percibe alguna mayoría en
algún sentido, no ejecutarla con voto, tratando de no avasallar a los que no están de
acuerdo, pero creo que hay circunstancias que ahora sí nos obligan a tomar algunas
definiciones sobre nuestro plan de estudios.
Traje aquí una presentación, que en realidad armé para otra circunstancia, que
era una presentación en un foro que hubo hace poco en el Hotel Conrad. Lo que allí
me habían pedido era que interviniera para dar una visión de futuro, -- que en realidad
para mi está bastante bien representada en las cuestiones que hacen a la Facultad de
Agronomía en lo que hace a su plan estratégico, que está vigente--, resaltar algunas
cosas principales y ubicar a partir de ahí cómo ve uno la enseñanza agraria en el país,
y dentro de eso, desde luego, la Facultad de Agronomía y su plan de Ing. Agrónomo,
que como carrera propia de grado es la única que tiene este Servicio.
La Facultad participa con otras instituciones en el dictado de algunas
licenciaturas y una ingeniería, pero no son carreras de la Facultad de Agronomía, sino
que son compartidas. Sacando Ingeniería de los Alimentos, la mayoría no hacen al
área del quehacer principal de la Agronomía, sino que la rozan o toman partes, pero no
el corazón de la misma.
Soy optimista en que vamos a seguir en un proceso bastante prolongado de
crecimiento de las actividades agropecuarias y agroindustriales, porque si se
acomodan los problemas que va teniendo el mundo, las demandas por productos
primarios son bastante claras en muchos lugares, y nosotros ahí tenemos un rol que
cumplir. Eso va a llevar a que las cadenas que hoy están menos integradas se deban
integrar más, que haya más agregado de valor tanto en la parte de producción misma
a nivel de los establecimientos, como hacia afuera, y sobre todo estoy pensando en
temas trazabilidad, no sólo de la carne, sino de la mayoría de los productos, y no
solamente de los productos, sino de los procesos con los cuales se obtuvieron los
productos, cuestiones que pasan a ser valor agregado, pero por otro lado condiciones
demandadas para poder acceder a ciertos mercados y cada vez más barreras no
arancelarias al comercio.
Si todo crece, va a crecer la logística y también la transformación. Eso en su
mayoría no está exactamente en nuestro campo, pero arranca desde nuestro campo, y
nosotros tenemos mucho que interaccionar en diseñar eso.
Todo lo que se llama agronegocios, o sea todo lo que genera negocios alrededor
de la actividad agropecuaria va a seguir creciendo si sigue creciendo la producción
agropecuaria y agroindustrial y, por lo tanto, hay muchos perfiles de gente que está
dedicada a esto, que cada vez más se van a seguir requiriendo.
Un punto importante que esperemos que ocurra, por lo menos en mi visión, es que lo
que llamamos hoy agricultores familiares puedan ser ayudados a organizarse para
agarrar la escala para entrar dentro de las cadenas de producción y agregado de valor,
porque si no van a ser testimonios que nos pueden quedar, al estilo de agricultura
subsidiada, pero queremos que sean autosuficientes. Como ejemplo, todo el mundo
tiene claro que la principal industria privada nacional exportadora es CONAPROLE, y
esta es básicamente una organización de productores familiares de sus inicios. O sea
que es posible, y también es posible hacerlo competitivo.
Va a haber mayor diversidad de producciones, de productos, formas de obtenerlos, y
eso lleva necesariamente a requerimiento de mucho más gente capacitada trabajando,
a diferentes niveles y con diferentes especialidades temáticas, y no solamente dentro
del área de la Agronomía, pero también dentro de ella en su sentido más amplio.
Para crecer vamos a tener que disponer de nuevas tecnologías. Parte de ellas vamos a
tener que desarrollarlas o adaptarlas, y la inversión para concretarlas. Lo primero es
aumentar la productividad de todo, pero hoy en día la soja, que es el buque insignia,
es el cultivo de peor rendimiento de todos los cultivos agrícolas, y estamos 33% más o
menos por debajo de producción por unidad de superficie, comparados con Argentina,
Brasil, Paraguay y Bolivia. Ahí hay un problema serio, que en buena medida es
tecnológico
También para minimizar los impactos ambientales, porque si producimos más y
crece la actividad, los impactos tienden a ser mayores y hay que estar preparados para
conocerlos y mitigarlos, y además porque hay que certificar el valor ambiental de los
productos y los procesos, dos cuestiones que ya existen: una nacional, y otra
internacional. En Conservación de Suelos, el Gobierno está haciendo valer la Ley de
Conservación de Suelos, la ha reformado y exige cumplimiento de normas, sobre todo
el famoso plan, que tanto se habla, de uso y manejo de suelos, que requiere la
participación de agrónomos para concretarla. Pero también está la huella de carbono,
que tanto la habíamos escuchado en las palabras del ex Presidente francés Sarcovzy,
tratando de dejar para afuera, en el caso de la carne, según como se calcula, podemos
aparecer con números horrorosos o no, y ahí, además de otras cosas requiere mucha
investigación nacional y regional, porque los datos que conocemos en la región -Brasil, Argentina y Uruguay-- sobre los coeficientes que usa el IPCC nos perjudican y
no coinciden con nuestra información experimental. Ahora, para que eso valga, tiene
que estar publicado en los journals al más alto nivel y aceptado, para que después los
científicos que están en el IPCC los tomen y nos apliquen los coeficientes adecuados, y
no los que surgen de sistemas de producción e investigación, sobre todo en Europa.
Va a ver que disponer de nuevas tecnologías para el desarrollo de la logística, las
agroindustrias, y los agronegocios.
Eso va a requerir capacidad nacional de
enseñanza, innovación, investigación y extensión, y acá el rol estratégico de la
investigación nacional. En soja andamos mal, y en trigo hemos mejorado mucho.
Ahora, si uno va a la Biblioteca de la Facultad, se encuentra con que hay setenta y
ocho, versus ciento setenta tesis en soja versus trigo, como un indicador muy modesto,
Pero por ejemplo en soja la vez pasada en una presentación de la Mesa Oleaginosa,
Mónica Barbazán nuestra compañera de Fertilidad decía “la estructura de información
sobre la cual está hecha la calibración de método de análisis de suelos para soja en
Iowa --por tomar un Estado conocemos muy bien, porque la mayoría estudiamos allí,
y que produce básicamente maíz en rotación con soja-- son más de quinientos
experimentos a campo. En la zona núcleo de Argentina, ciento seis experimentos a
campo, y en el Uruguay dieciséis experimentos a campo.
Si andamos mal en soja, en buena medida es porque en el país nunca
investigamos prácticamente en soja. Y se requiere una política de estado, que uno la
veía perfilada, pero a veces aparecen algunas decisiones que nos dejan dudando. Si no
colaboramos y cooperamos interinstitucionalmente en la enseñanza desde luego, pero
también en la investigación, no vamos a ningún lado, porque la limitante mayor para
crecer a partir de lo que tenemos hoy es la cantidad de personas formadas. Cuando se
habla de nuevas instituciones y de nuevos programas, lo cual está muy bien, la
limitante es quien va a enseñar, y si es nivel universitario dónde está la gente con la
formación como para hacerlo con nivel universitario, fundado en un conocimiento que
viene de experiencia en investigación y/o una frondosa experiencia profesional atrás.
Esto limita mucho más que los ladrillos, el equipamiento y el dinero. Bueno, hoy
estamos en una coyuntura, en la que quizás con los sueldos que pagamos pueda
aparecer algún europeo desocupado, que lamentablemente van quedando, pero el
problema es cómo hacer crecer todo un sistema cuando el motor que mueve es la gente
que es capaz de enseñar a un determinado nivel, y por lo tanto hay que cooperar y las
personas poder participar y ayudar en varios niveles.
Esto todo el mundo lo vio; es la distribución en el país de las escuelas agrarias
de UTU, nuestras Estaciones y los Campos Experimentales de Veterinaria y del INIA.
Tenemos el país tapado de establecimientos. O sea que los ladrillos y los campos no
son limitantes, sobran, y están muy bien distribuidos. El tema es cómo se organiza
eso, se coordina y se regionaliza. En eso se está en la propia Universidad.
Prácticamente desde el principio de nuestra gestión y de discusiones en la
Facultad con la UTU, terminamos planteando la búsqueda del sistema integrado entre
todo lo que tenemos, fundado en tres cosas fundamentales: la primera, el
convencimiento de que la respuesta del país de Don José Batlle de principios de siglo
de potenciar el desarrollo agropecuario a partir de la creación de la Facultad de
Agronomía y Veterinaria no puede seguir siendo la respuesta de principios del siglo
21, sino que tiene que ser mucho más que eso.
Lo segundo, es que es necesario integrar lo que se hace en los distintos niveles,
cooperar y ayudarnos y, sobre todo, buscar la continuidad educativa de quienes
terminan un nivel, acreditándole algo de lo hecho para poder seguir en el nivel
superior, cosa que todavía estamos muy lejos de hacer.
Y en tercer lugar, en la formación de posgrados, para graduados en general,
tienen que participar pesadamente los institutos de investigación. En eso hemos
avanzado mucho nosotros con el INIA, y ahora con la generación del PEDEAGRIND,
programa de desarrollo científico y tecnológico agropecuario y agroindustrial, con un
alto apoyo a los posgrados, pero también con un componente muy importante de
discusión y fijación de prioridades para investigación y para la búsqueda de nuevos
perfiles. Ahí es la Universidad, el INIA y el LATU. Por el momento, quien les habla es el
delegado de la Universidad y está presidiendo ese organismo.
Esto que ustedes ven en la diapositiva es el ingreso a la Facultad, desde 1985
hasta el año pasado. Como aprecian, durante los 90 sufrimos una caída, con un pico
de mínima en el 2002 curiosamente, 150 estudiantes. Eso se llama atraso cambiario,
endeudamiento, falta de inversión, y entre la inversión está la inversión en tecnología y
en técnicos. De ahí en adelante, mal que nos pese, eso casi se llama soja. Es el gran
crecimiento de la agricultura y de las demás actividades todas relacionadas, porque
todas crecieron, pero la agricultura sobre todo en los primeros momentos y
actualmente.
En estos últimos cuatro años han ingresado a la Facultad prácticamente la
mitad de los estudiantes de grado que hoy están en ella.
. Cuando entramos a la Facultad, en la época de los estudios de la CIDE, y el
optimismo de haber descubierto que el futuro del país se fundaba en la agropecuaria,
la Agronomía era la carrera del mañana. Parece que el futuro llegó. El problema es que
yo creo que se necesita mucho más que Agronomía, y que buena parte de esos
números quizás tendrían que resolverse en su destino personal, quizás no
exclusivamente a través de la Facultad de Agronomía.
Para que ustedes vean, entre los años 2008 y 2011, el 2008 fue el año cuya
información fue la que presentamos en la autoevaluación de fundamentó nuestra
acreditación de carrera en el ARCUSUR. Teníamos un presupuesto de alrededor de 12
millones y algo de dólares, de los cuales 3.35 millones eran extrapresupuesto. El año
pasado tuvimos algo más de 20 millones, y el extra presupuesto, que es mucho igual,
fue de 2.76. O sea que prácticamente en tres años duplicamos el presupuesto de la
Facultad. ¿Cómo lo usamos?. Casi igual: 75% salarios, 17% gastos, 8% inversiones.
Todo lo nuevo que se ve en la vuelta, en las Estaciones, etc., salió del presupuesto.
¿Cómo se comparan esos dos años en cuanto al número total de docentes?.: 474-545;
el número de docentes efectivos 223-272; el número de estudiantes 1869- 2443.
Es decir que una importante cantidad de los recursos salariales se destinaron, más
allá del aumento de salarios, a aumentar el número y el grado de los docentes, lo cual
implica una inversión, porque tenemos más docentes calificados, una proporción más
alta que tienen posgrado, y por lo tanto, para poderlo mantener, hay que buscar los
mecanismos para que puedan concursar y subir grado, y aumentar sus
remuneraciones en forma acorde.
Ahora, a pesar de que no ha cambiado mucho, la relación estudiante por docente casi
la hemos podido mantener, a pesar del sunami estudiantil debajo del cual estamos
enterrados. Si dividimos los estudiantes de grado en los dos años, por los docentes
totales 394-448. Si dividimos por el número de docentes efectivos, que son los que
tienen el cargo en efectividad y que en Facultad tienen una carga promedio de 30
horas, 838-898. Es decir que hay una pequeña tendencia al desmejoramiento de estos
indicadores, pero esencialmente estamos en lo mismo. O sea que si aplicamos buena
parte de ese brutal incremento presupuestal a mejorar la cantidad de docentes en la
Facultad, y su calificación.
¿Estamos bien?. No,.no lo estamos. También dedicamos una parte importantísima a
mejorar la cantidad de aulas y laboratorios. Hoy podríamos tener sentados al unísono
en Sayago 1500 estudiantes. O sea que depende de nosotros bien administrar esos
docentes y esos recursos materiales que hemos ido teniendo, para poder atender mejor
este asunto, en lo que hace a la cantidad. El problema es que los docentes no están
homogéneamente distribuidos y tenemos grupos donde de pronto la relación
estudiante docente es 100 a 1, y otros grupos que en los últimos tiempos han tenido
en sus cursos menos estudiantes que los docentes que son, porque son electivas y son
temas que a la mayoría no le interesan, y no los toman. Pero nosotros no podemos
borrar con una goma a esos docentes, aunque sí pensar si su formación en alguna
básica agronómica --quienes trabajan en ellas tienen más fundamento en alguna
básica agronómica-- puede dar una colaboración para lo que se precisa para evacuar
más abajo la carrera. Es todo un problema de gestión a nivel de los departamentos.
Esta es, al año pasado, la realidad de cómo estaban distribuidos los estudiantes
terciarios agrarios del Uruguay: en la Facultad de Veterinaria, casi 4000, nosotros con
2500, y todas las carreras técnicas agrarias de la UTU sumadas tienen una matrícula
del orden de los 500 estudiantes.
El fenómeno de Veterinaria se debe, y ustedes lo tienen claro, a que la
dedicación de por lo menos la mitad de los profesionales, si no más, no es a
producción, sino a animales de compañía y deportivos. Pero de todas maneras es un
número muy importante. Y en Agronomía, estamos en los números ya citados.
Existen carreras no limitadas en su ingreso, y carreras limitadas en su ingreso.
Eso no depende sólo de nosotros, pero creo que en un país que se piensa
racionalmente, de la cantidad total de personas que se dedican a un área tan
importante del quehacer del país, primero deben distribuirse más homogéneamente
entre los distintos niveles. En parte, lo más corto tiene dos problemas: no tiene
prestigio --mi hijo el médico veterinario, mi hijo el agrónomo, y no mi hijo el técnico
rural de UTU-- cuando en algunas generaciones más veteranas, a la UTU se la ve
como lo que antes se llamaba un reformatorio. Esa es una parte de historia, pero hay
algunas de estas carreras nuevas que están muy demandadas, y eso pasa en otras
áreas del quehacer.
El otro problema que estamos teniendo es que hay una parte importante de
estudiantes --no conozco una cuantificación -- que no están terminando la carrera de
Agronomía y se están yendo a trabajar antes de finalizarla.
En el esquema general que nosotros armamos, para ver todo junto --que en
realidad debería llamarse SINETSA (Sistema nacional de Enseñanza Terciaria y
Superior Agraria); el PEDEAGRIND está puesto aparte, porque tiene otras
connotaciones-- del incremento presupuestal, una parte, que es pequeña, pero que no
deja de ser importante --actualizada deben ser 6 millones de pesos-- viene por una
inversión que hizo la Universidad para ayudarnos a desarrollar el SINETSA, y fue para
colaborar en parte en ofrecer nuestras especializaciones y maestrías a docentes de
UTU que quisiesen tomar esos niveles de formación. El 10% de los recursos los
ofrecemos para becar docentes de UTU --que en su inmensa mayoría en la parte
agraria son docentes agrónomos o veterinarios-- para tomar nuestros cursos
avanzados. Por lo tanto están calificados para hacer cursos de posgrado. Esa es una de
las maneras de colaborar, y es una de las funciones que tiene que tener el
PEDEAGRIND a largo plazo o sea ser el ámbito de formación técnica de alto nivel, no
solamente de los investigadores, sino también de los docentes del sistema.
Después, hemos abierto las puertas de nuestra propia casa, hasta por un
problema de supervivencia de las Estaciones Experimentales que nosotros no
estábamos usando a pleno, para darle un sentido mayor invitando a UTU a poner allí
algunas carrera, sobre todo en lugares dentro del país donde no tenía esa oferta. El
bachillerato técnico agrario de mayor número de estudiantes que hay en el país, está
acá enfrente, en la Escuela Agraria de Montevideo de la UTU, en nuestro predio.
Hay una tecnicatura, que es en Producción Animal Intensiva, que es la misma
de La Carolina, con algunos perfiles diferenciales, que se desarrolla en Bañado Medina,
y a partir de este año se desarrolla también en Paysandú, no tomando los cursos en la
Estación, pero sí yendo a hacer toda la parte práctica a la EEMAC. Y en Salto tenemos
una tecnicatura en Producción Vegetal Intensiva con Riego, y ahí también todas las
pasantías del bachillerato técnico agrario de Salto.
Tenemos tres carreras de tecnólogos compartidas, y puede haber algunas más.
Por ejemplo, hay una demanda en Treinta y Tres, de un Tecnólogo en Semillas. Está
todo el programa armado, y lo darían sobre todo colegas de INIA, de INASE, y nosotros
como Facultad de Agronomía pretendemos alojarlo dentro del conjunto de carreras de
tecnólogos compartidas con UTU.
Este es un ámbito consultivo para meterse en las cosas grandes, y no en las
chicas de funcionamiento de un Plan de Estudios. El asesoramiento mayor para los
tiempos es pensar grandes decisiones políticas.
Una primera gran definición que me gustaría que se preguntaran y me
ayudaran a responder, es si mantenemos la carrera de Ing. Agrónomo en cinco años.
¿ Porqué pregunto esto?. Por un lado, viendo lo que pasa en muchos países
desarrollados, y constreñido por los criterios de lo que es un Ing. Agrónomo para la
acreditación MERCOSUR. La acreditación MERCOSUR piensa más bien en una carrera
de cinco años, o de 4500 horas más o menos, pero todo el proceso de Bologna y de
Europa está pensando en cuatro años o menos, y desde que existe el sistema
universitario en Estados Unidos, las carreras de grado son de cuatro años. Por la
simple razón de que esta enorme cantidad de gente que tenemos en la Facultad tendría
que estar egresando más rápidamente, hay que ver si lo hacemos a través de cambiar
la carrera de Ing. Agrónomo, o generar dentro de ese trayecto algunas salidas más
cortas. Y la único que cabe es la de cuatro años, porque la de tres años son los
tecnólogos --no es la idea--. En Estados Unidos al ¨bachelor¨ en Agronomía le llaman
Agronomist; acá podría ser agrónomo, es decir, sin el calificativo de ingeniero.
Son las preguntas que les traslado al Claustro, porque definidas estas cosas,
después es ponerse a armar y discutir por cuestiones de tiempo, pero si van a haber
cambios trascendentes que puedan impactar hacia el futuro pensando en un país
veinte o cuarenta años hacia adelante. Si ustedes pudieran responder a esa segunda
pregunta, entonces discutiríamos cuáles podrían ser algunas de esas salidas, si van a
ser permanentes o si serán de oportunidad mientras hay una necesidad real de sacar
un cierto perfil de formación.
Estoy pensando no ya en la licenciatura compartida, sino en el trayecto y en la
flexibilidad que le podemos dar a la malla curricular de la agronomía si podemos llegar
a distintas estaciones antes que la clásica terminal.
Las cosas han cambiado mucho. Hay otros asuntos en esa pléyade de nuevas
formaciones, algunas de las cuales a nivel universitario, porque ¿cuál es la gracia de
una carrera de cuatro años? . Es el mínimo de recorrido universitario que habilita el
ingreso a los posgrados.
Yo comentaba, por ejemplo, que a los licenciados cuando entran a los
programas de posgrado del PEDECIBA entran con cero crédito ganado, pero si vienen
de una carrera de cinco años entran con 90 créditos ganados para el posgrado.
Pienso que estas son las primeras cuestiones. Desde luego, parto de la base de
que no hay acuerdos generales, pero de pronto discutiendo se puede llegar a algo que
sea útil, porque si no estamos entre la discusión de cuántas horas más o menos, qué
dedicación de tal curso o tal otro, o si el taller es más corto o más largo, pero eso es
dentro de un problema de funcionamiento que tenemos.
Esta cantidad brutal de estudiantes que han entrado, más otros problemas que
tienen los estudiantes que están llegando hace rato a la Universidad que son, como
ustedes saben, los brutales problemas que tienen de comprensión lectora, nos están
maximizando la problemática. De todas maneras, con ese material, de ahí para
adelante la mayoría responde.
Nada más.
SR. ZORRILLA Me voy a presentar a la Asamblea del Claustro, ya que conozco a
algunos integrantes y a otros no. Mi nombre es Daniel Zorrilla y soy Presidente de la
Asociación de Ingenieros Agrónomos del Uruguay.
Lo menciono, porque el sentido de nuestra participación --mía y de los demás
delegados-- y eso es importante aclararlo desde el principio en el Claustro-- es que la
AIA quiere participar institucionalmente en las discusiones. Nosotros pensamos, y
tenemos una visión bastante parecida a la del Decano, que estamos frente a un
momento donde la situación cambió drásticamente.
Creo que la soja es un ingrediente fundamental, pero no es el único, y esto no
podría simplificarse diciendo que cambió radicalmente por la soja. La situación en la
agropecuaria uruguaya dio un salto muy importante en la agricultura, en la ganadería,
en la lechería, en la forestación y está pasando una cosa que se ve bien reflejada en
esa gráfica que recién se mostraba. Hay mucha más gente que quiere seguir
Agronomía, y eso pasa porque los agrónomos están mucho más demandados. Uno
anda por todo el país y la profesión está viviendo un momento como nunca vivió. Es
cierto que la soja tiene un rol fundamental en el crecimiento y también en el cambio de
las relaciones de intercambio. Es algo de lo que nos quejábamos siempre antes; nos
pagaban una miseria por la leche --yo trabajo en ese rubro-- y después nos vendían los
autos por un platal, pero nunca se exportaron menos litros de leche que ahora. O sea
que las relaciones de intercambio variaron totalmente. Y este cambio brutal de
crecimiento del agro uruguayo no lo está haciendo la soja, no es un milagro, lo están
haciendo los ingenieros agrónomos, que son absolutamente protagonistas en todos los
rubros. No existe un tambo que funcione si no tiene un Ing. Agrónomo que lo asesore.
Todas las empresas agrícolas están manejadas por ingenieros agrónomos. Somos los
que estamos haciendo el cambio, y eso es importante que lo reivindiquemos, porque ya
dejamos de ser la profesión del futuro, los hijos de productores que venían a estudiar a
esta casa para ver si mejoraban su estancia. Ha sido una profesión que ha cambiado
radicalmente, y esa profesión precisa desesperadamente una Facultad que también
participe activamente en el proceso.
La Facultad de Agronomía tiene un rol absolutamente esencial en este proceso
y nos parece que todos tenemos que ser conscientes de ese rol. La profesión está
viviendo una oportunidad muy fuerte, la Casa de Estudios debería aprovechar ese
momento, tal vez con nuevas carreras, como dice el Decano, pero lo importante es una
Facultad que se adapte a este momento, que es espectacular. Eso es lo que quiere la
Asociación de Ingenieros Agrónomos, participar en estas discusiones, una discusión
que tiene que llevar a plantearnos qué ingeniero agrónomo queremos, el espíritu
crítico, el compromiso de la sólida base científico tecnológica en ciencias agrarias.
Tenemos que discutir cómo construímos el Ing. Agrónomo que el Uruguay precisa
ahora para seguir avanzando, para cuidar los recursos naturales, para cuidar a la
gente que está en el campo.
No hay ninguna otra profesión que pueda cumplir ese rol, si no es la nuestra. Y
para eso lo que tenemos que replantearnos, y eso es un poco lo que estamos
exponiendo, es discutir el plan de estudios.
¿Es esto lo que necesita la carrera; las Estaciones Experimentales pueden cumplir
otro rol diferente en este proceso; el CRS no podría tener un rol diferente en la zona
acá en el sur, lo mismo que Bañado de Medina, Salto o Paysandú?
Esa estructura es la que nosotros nos cuestionamos, y es ese el aporte que queremos
hacer desde la profesión, de la necesidad que tiene la profesión de una Facultad que
esté respondiendo a esos desafíos. Por eso de alguna manera quería plantear desde el
principio en este nuevo Claustro, que nosotros queremos participar y hemos priorizado
la Facultad dentro del esquema que encara la AIA. Por eso hemos “dado la señal”-entre comillas-- de que queremos tener una instancia muy fuerte.
Nosotros tenemos centros regionales por todo el país. Este tema lo hemos
planteado permanentemente. El sábado pasado tuvimos una reunión y este tema
estuvo dentro de los temas centrales. En el Congreso que vamos a hacer el 23 y el 24
de agosto también va a estar presente, y para nosotros nuestra Casa de Estudios es
una herramienta clave para la profesión. La profesión tiene que estar basada en dos
grandes pilares, que son la capacitación permanente y la ética. En esos dos pilares
queremos trabajar y estamos tratando de llegar a acuerdos con la Facultad, con el
Ministerio de Agricultura y Pesca y con el poder político. Ese es el desafío que
queremos encarar y es el desafío de queremos proponerle a este nuevo Claustro.
SEÑOR REHERMANN-. En la discusión del Plan de Estudios la AEA se ha planteado,
por un lado, discutir la estructura del Plan y los objetivos que se persiguen para
ejecutar ese plan, que de alguna forma se traduce en la definición del Ing. Agrónomo.
Ahí parecería que hay acuerdos, pero no los hay sobre la lectura respecto a la
situación nacional y cual es el rol que toma ese ingeniero.
Nosotros no partimos de la lectura de que estamos en un momento nacional
favorable y que tenemos que aportar hacia profundizar la realidad tal cual está, sino
que el ingeniero agrónomo tiene que aportar hacia una transformación. La frontera
agrícola se expande cada vez más, y los productores familiares cada vez son menos. La
vida del campo culturalmente está perdiendo en sus valores y creemos que responder
a las necesidades del mercado mediante generar carreras cortas no va en el sentido de
comentar el despoblamiento del campo o el acercamiento de gente que ha sido
desplazada.
Pensamos que una de las preguntas que se dejaron planteadas en Sala por el Decano,
en relación a acortar o no necesariamente la extensión de la carrera, y en cierto modo
tomando como ejemplo lo que pasa en otras regiones (Estados Unidos, Oceanía),
debemos señalar que nosotros tenemos en el Uruguay, como en otros países de
Latinoamérica, tenemos un modelo diferente de Universidad, un modelo
latinoamericano, donde se piensa en la articulación de las tres funciones y el vínculo
de la Universidad con la sociedad y la formación que le dé una pertinencia y un rol
diferente, transformador. Eso parecería que no está puesto sobre la mesa y se está
priorizando la coyuntura por la cual responder a eso siguiendo una inercia. Esas cosas
quizás la Universidad las está dejando un poco de lado, y hay que centrar allí la
discusión.
Quizás las ideas han sido un poco desordenadas, pero queríamos aprovechar la
oportunidad de plantear que tenemos discrepancias y que se debe profundizar para
llegar a acuerdos sobre lo que está faltando.
SRA. COLNAGO-. El Claustro saliente elaboró un documento de síntesis del trabajo
realizado durante el período pasado, que nos comprometemos hacérselo llegar a la
nueva mesa. El desafío principal que tiene este Claustro por delante es dar pasos en la
revisión y definición de un nuevo plan de estudios, por lo que creemos que estas
memorias pueden ser útiles como forma de continuidad del trabajo.
SR. DECANO-.Si no hay más intervenciones, queda levantada la sesión.
(Es la hora 20:30)
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