Sesión ordinaria de la Asamblea del Claustro de la Facultad de Agronomía 25/06/2012 N°2 Asistencia En Montevideo, a los veinticinco días del mes de junio 2012, se reúne la Asamblea del Claustro de la Facultad de Agronomía en sesión ordinaria, bajo la presidencia del Sr. Decano Ing.Agr. Fernando García Préchac. Asisten a la reunión los siguientes Sres. Claustristas: Orden Docente Orden Egresados Orden Estudiantil Gabriela Asplanato Rusley Avondet Lísette Bentancor Cecilia Blixen Paula Colnago Amabelia del Pino Leticia Martinez Pablo Modernell Alvaro Montaña María Munka Graciela Romero Silvia Ross Eduardo Errea Daiana Martín Antonio Saravia Daniel Zorrilla Santiago Acosta Mauricio Alchurrut Estefani Camacho Mauro Coli Sheila Olivera Florencia Pietro Actúan en Secretaría las Sras. Alicia Morán y Carolina Pastorino. SR. DECANO. (Ing.Agr.García Préchac)-. Hay número para sesionar. (Es la hora 19:15) ---Antes de hacer referencia al tema Plan de Estudios, al cual voy a aludir, el Claustro debe ajustar los aspectos formales de la constitución de este Cuerpo. A efectos informativos, damos la palabra a la Sra. Secretaria. SRA. SECRETARIA (Alicia Morán)-. Por ser la primera sesión de la Asamblea del Claustro con su nueva constitución, tendría que conformarse la Mesa de la Asamblea, que deberá estar integrada por un presidente, dos vicepresidentes y sus secretarios, de los cuales habría que nombrar suplentes. Tienen que ser de diferentes Ordenes. SRA. COLNAGO-. Por el Orden Docente, proponemos al Ing. Agr. Omar Borsani para la presidencia de este Cuerpo. SRA. MARTIN-. Los egresados vamos a proponer al Ing. Agr. Antonio Saravia para la vicepresidencia del Claustro. SR. ALCHURRUT-. Proponemos para vicepresidente a Soledad Piazza, como secretaria a Sara Pereira y como suplente de ésta a Florencia Pietro. SRA.COLNAGO-.Como segundo secretario proponemos a Lisette Bentancor, y a Rusley Avondet como suplente de secretario. SR. SARAVIA-. Proponemos a Diana Martín como tercera secretaria y a Eduardo Errea como suplente de la misma. (Se vota) Resolución: De acuerdo al Art. 6 del Reglamento respectivo, queda conformada la Mesa del Claustro para el período l4.06.2012 al 14.06.2014 con los siguientes claustristas: Presidente: Ing. Agr. Omar Borsani (O. Doc.) 1° Vicepresidente: Ing. Agr. Antonio Saravia (O. Egres.) 2° Vicepresidente: Bach. Soledad Piazza (O. Estud.) Primer Secretario: Bach. Sara Pereyra (O. Estud.) Segundo Secretario: Ing. Agr. Lisette Bentancor (O. Doc) Tercer Secretario: Ing. Agr. Daiana Martin Delgado (O. Egres) Suplentes de los Secretarios: Bach. Florencia Pietro (O. Est.), Ings.Agrs. Rusley Avondet (Doc.) y Eduardo Errea (Egres.) respectivamente. (22 en 22) SRA. COLNAGO-. Proponemos un cambio en el día de sesión, sugiriendo una reunión mensual los primeros miércoles de cada mes, con un primer llamado a las 17:30 y un segundo llamado a las 18 horas. (Se vota) Resolución: 2- De acuerdo a los Arts. 15, 16 y 17 del Reglamento respectivo, se resuelve que la Asamblea del Claustro sesionará en forma ordinaria una vez al mes, el primer miércoles de cada mes, a las 17.30 hs. (primer llamado) y a las 18.00 hs. (segundo llamado). (22 en 22). SRA. SECRETARIA.- De esta manera, se estaría confirmando la primera sesión de esta Asamblea para el miércoles 4 de julio a las 17:30 horas. Exposición del Sr. Decano SEÑOR DECANO-. Cuando en el año 2006 el Claustro de entonces convocó a quienes aspiraban a ser Decanos, creo que se hizo circular un formulario para opinar sobre una serie de temas. El Claustro tenía definido que el tema principal era la revisión del plan de estudios. Eso hace seis años y unos meses, y el tema no ha avanzado. Cuando entré al CDC, ese Consejo y el Rector de la Universidad dijeron que el gran tema de la reforma era concluir un cambio de la Ley Orgánica. Esto es parecido; se ha discutido, pero no se ha definido nada. Obviamente, que lo que hay atrás de esto son discrepancias que no permiten llegar a acuerdos, o si se percibe alguna mayoría en algún sentido, no ejecutarla con voto, tratando de no avasallar a los que no están de acuerdo, pero creo que hay circunstancias que ahora sí nos obligan a tomar algunas definiciones sobre nuestro plan de estudios. Traje aquí una presentación, que en realidad armé para otra circunstancia, que era una presentación en un foro que hubo hace poco en el Hotel Conrad. Lo que allí me habían pedido era que interviniera para dar una visión de futuro, -- que en realidad para mi está bastante bien representada en las cuestiones que hacen a la Facultad de Agronomía en lo que hace a su plan estratégico, que está vigente--, resaltar algunas cosas principales y ubicar a partir de ahí cómo ve uno la enseñanza agraria en el país, y dentro de eso, desde luego, la Facultad de Agronomía y su plan de Ing. Agrónomo, que como carrera propia de grado es la única que tiene este Servicio. La Facultad participa con otras instituciones en el dictado de algunas licenciaturas y una ingeniería, pero no son carreras de la Facultad de Agronomía, sino que son compartidas. Sacando Ingeniería de los Alimentos, la mayoría no hacen al área del quehacer principal de la Agronomía, sino que la rozan o toman partes, pero no el corazón de la misma. Soy optimista en que vamos a seguir en un proceso bastante prolongado de crecimiento de las actividades agropecuarias y agroindustriales, porque si se acomodan los problemas que va teniendo el mundo, las demandas por productos primarios son bastante claras en muchos lugares, y nosotros ahí tenemos un rol que cumplir. Eso va a llevar a que las cadenas que hoy están menos integradas se deban integrar más, que haya más agregado de valor tanto en la parte de producción misma a nivel de los establecimientos, como hacia afuera, y sobre todo estoy pensando en temas trazabilidad, no sólo de la carne, sino de la mayoría de los productos, y no solamente de los productos, sino de los procesos con los cuales se obtuvieron los productos, cuestiones que pasan a ser valor agregado, pero por otro lado condiciones demandadas para poder acceder a ciertos mercados y cada vez más barreras no arancelarias al comercio. Si todo crece, va a crecer la logística y también la transformación. Eso en su mayoría no está exactamente en nuestro campo, pero arranca desde nuestro campo, y nosotros tenemos mucho que interaccionar en diseñar eso. Todo lo que se llama agronegocios, o sea todo lo que genera negocios alrededor de la actividad agropecuaria va a seguir creciendo si sigue creciendo la producción agropecuaria y agroindustrial y, por lo tanto, hay muchos perfiles de gente que está dedicada a esto, que cada vez más se van a seguir requiriendo. Un punto importante que esperemos que ocurra, por lo menos en mi visión, es que lo que llamamos hoy agricultores familiares puedan ser ayudados a organizarse para agarrar la escala para entrar dentro de las cadenas de producción y agregado de valor, porque si no van a ser testimonios que nos pueden quedar, al estilo de agricultura subsidiada, pero queremos que sean autosuficientes. Como ejemplo, todo el mundo tiene claro que la principal industria privada nacional exportadora es CONAPROLE, y esta es básicamente una organización de productores familiares de sus inicios. O sea que es posible, y también es posible hacerlo competitivo. Va a haber mayor diversidad de producciones, de productos, formas de obtenerlos, y eso lleva necesariamente a requerimiento de mucho más gente capacitada trabajando, a diferentes niveles y con diferentes especialidades temáticas, y no solamente dentro del área de la Agronomía, pero también dentro de ella en su sentido más amplio. Para crecer vamos a tener que disponer de nuevas tecnologías. Parte de ellas vamos a tener que desarrollarlas o adaptarlas, y la inversión para concretarlas. Lo primero es aumentar la productividad de todo, pero hoy en día la soja, que es el buque insignia, es el cultivo de peor rendimiento de todos los cultivos agrícolas, y estamos 33% más o menos por debajo de producción por unidad de superficie, comparados con Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia. Ahí hay un problema serio, que en buena medida es tecnológico También para minimizar los impactos ambientales, porque si producimos más y crece la actividad, los impactos tienden a ser mayores y hay que estar preparados para conocerlos y mitigarlos, y además porque hay que certificar el valor ambiental de los productos y los procesos, dos cuestiones que ya existen: una nacional, y otra internacional. En Conservación de Suelos, el Gobierno está haciendo valer la Ley de Conservación de Suelos, la ha reformado y exige cumplimiento de normas, sobre todo el famoso plan, que tanto se habla, de uso y manejo de suelos, que requiere la participación de agrónomos para concretarla. Pero también está la huella de carbono, que tanto la habíamos escuchado en las palabras del ex Presidente francés Sarcovzy, tratando de dejar para afuera, en el caso de la carne, según como se calcula, podemos aparecer con números horrorosos o no, y ahí, además de otras cosas requiere mucha investigación nacional y regional, porque los datos que conocemos en la región -Brasil, Argentina y Uruguay-- sobre los coeficientes que usa el IPCC nos perjudican y no coinciden con nuestra información experimental. Ahora, para que eso valga, tiene que estar publicado en los journals al más alto nivel y aceptado, para que después los científicos que están en el IPCC los tomen y nos apliquen los coeficientes adecuados, y no los que surgen de sistemas de producción e investigación, sobre todo en Europa. Va a ver que disponer de nuevas tecnologías para el desarrollo de la logística, las agroindustrias, y los agronegocios. Eso va a requerir capacidad nacional de enseñanza, innovación, investigación y extensión, y acá el rol estratégico de la investigación nacional. En soja andamos mal, y en trigo hemos mejorado mucho. Ahora, si uno va a la Biblioteca de la Facultad, se encuentra con que hay setenta y ocho, versus ciento setenta tesis en soja versus trigo, como un indicador muy modesto, Pero por ejemplo en soja la vez pasada en una presentación de la Mesa Oleaginosa, Mónica Barbazán nuestra compañera de Fertilidad decía “la estructura de información sobre la cual está hecha la calibración de método de análisis de suelos para soja en Iowa --por tomar un Estado conocemos muy bien, porque la mayoría estudiamos allí, y que produce básicamente maíz en rotación con soja-- son más de quinientos experimentos a campo. En la zona núcleo de Argentina, ciento seis experimentos a campo, y en el Uruguay dieciséis experimentos a campo. Si andamos mal en soja, en buena medida es porque en el país nunca investigamos prácticamente en soja. Y se requiere una política de estado, que uno la veía perfilada, pero a veces aparecen algunas decisiones que nos dejan dudando. Si no colaboramos y cooperamos interinstitucionalmente en la enseñanza desde luego, pero también en la investigación, no vamos a ningún lado, porque la limitante mayor para crecer a partir de lo que tenemos hoy es la cantidad de personas formadas. Cuando se habla de nuevas instituciones y de nuevos programas, lo cual está muy bien, la limitante es quien va a enseñar, y si es nivel universitario dónde está la gente con la formación como para hacerlo con nivel universitario, fundado en un conocimiento que viene de experiencia en investigación y/o una frondosa experiencia profesional atrás. Esto limita mucho más que los ladrillos, el equipamiento y el dinero. Bueno, hoy estamos en una coyuntura, en la que quizás con los sueldos que pagamos pueda aparecer algún europeo desocupado, que lamentablemente van quedando, pero el problema es cómo hacer crecer todo un sistema cuando el motor que mueve es la gente que es capaz de enseñar a un determinado nivel, y por lo tanto hay que cooperar y las personas poder participar y ayudar en varios niveles. Esto todo el mundo lo vio; es la distribución en el país de las escuelas agrarias de UTU, nuestras Estaciones y los Campos Experimentales de Veterinaria y del INIA. Tenemos el país tapado de establecimientos. O sea que los ladrillos y los campos no son limitantes, sobran, y están muy bien distribuidos. El tema es cómo se organiza eso, se coordina y se regionaliza. En eso se está en la propia Universidad. Prácticamente desde el principio de nuestra gestión y de discusiones en la Facultad con la UTU, terminamos planteando la búsqueda del sistema integrado entre todo lo que tenemos, fundado en tres cosas fundamentales: la primera, el convencimiento de que la respuesta del país de Don José Batlle de principios de siglo de potenciar el desarrollo agropecuario a partir de la creación de la Facultad de Agronomía y Veterinaria no puede seguir siendo la respuesta de principios del siglo 21, sino que tiene que ser mucho más que eso. Lo segundo, es que es necesario integrar lo que se hace en los distintos niveles, cooperar y ayudarnos y, sobre todo, buscar la continuidad educativa de quienes terminan un nivel, acreditándole algo de lo hecho para poder seguir en el nivel superior, cosa que todavía estamos muy lejos de hacer. Y en tercer lugar, en la formación de posgrados, para graduados en general, tienen que participar pesadamente los institutos de investigación. En eso hemos avanzado mucho nosotros con el INIA, y ahora con la generación del PEDEAGRIND, programa de desarrollo científico y tecnológico agropecuario y agroindustrial, con un alto apoyo a los posgrados, pero también con un componente muy importante de discusión y fijación de prioridades para investigación y para la búsqueda de nuevos perfiles. Ahí es la Universidad, el INIA y el LATU. Por el momento, quien les habla es el delegado de la Universidad y está presidiendo ese organismo. Esto que ustedes ven en la diapositiva es el ingreso a la Facultad, desde 1985 hasta el año pasado. Como aprecian, durante los 90 sufrimos una caída, con un pico de mínima en el 2002 curiosamente, 150 estudiantes. Eso se llama atraso cambiario, endeudamiento, falta de inversión, y entre la inversión está la inversión en tecnología y en técnicos. De ahí en adelante, mal que nos pese, eso casi se llama soja. Es el gran crecimiento de la agricultura y de las demás actividades todas relacionadas, porque todas crecieron, pero la agricultura sobre todo en los primeros momentos y actualmente. En estos últimos cuatro años han ingresado a la Facultad prácticamente la mitad de los estudiantes de grado que hoy están en ella. . Cuando entramos a la Facultad, en la época de los estudios de la CIDE, y el optimismo de haber descubierto que el futuro del país se fundaba en la agropecuaria, la Agronomía era la carrera del mañana. Parece que el futuro llegó. El problema es que yo creo que se necesita mucho más que Agronomía, y que buena parte de esos números quizás tendrían que resolverse en su destino personal, quizás no exclusivamente a través de la Facultad de Agronomía. Para que ustedes vean, entre los años 2008 y 2011, el 2008 fue el año cuya información fue la que presentamos en la autoevaluación de fundamentó nuestra acreditación de carrera en el ARCUSUR. Teníamos un presupuesto de alrededor de 12 millones y algo de dólares, de los cuales 3.35 millones eran extrapresupuesto. El año pasado tuvimos algo más de 20 millones, y el extra presupuesto, que es mucho igual, fue de 2.76. O sea que prácticamente en tres años duplicamos el presupuesto de la Facultad. ¿Cómo lo usamos?. Casi igual: 75% salarios, 17% gastos, 8% inversiones. Todo lo nuevo que se ve en la vuelta, en las Estaciones, etc., salió del presupuesto. ¿Cómo se comparan esos dos años en cuanto al número total de docentes?.: 474-545; el número de docentes efectivos 223-272; el número de estudiantes 1869- 2443. Es decir que una importante cantidad de los recursos salariales se destinaron, más allá del aumento de salarios, a aumentar el número y el grado de los docentes, lo cual implica una inversión, porque tenemos más docentes calificados, una proporción más alta que tienen posgrado, y por lo tanto, para poderlo mantener, hay que buscar los mecanismos para que puedan concursar y subir grado, y aumentar sus remuneraciones en forma acorde. Ahora, a pesar de que no ha cambiado mucho, la relación estudiante por docente casi la hemos podido mantener, a pesar del sunami estudiantil debajo del cual estamos enterrados. Si dividimos los estudiantes de grado en los dos años, por los docentes totales 394-448. Si dividimos por el número de docentes efectivos, que son los que tienen el cargo en efectividad y que en Facultad tienen una carga promedio de 30 horas, 838-898. Es decir que hay una pequeña tendencia al desmejoramiento de estos indicadores, pero esencialmente estamos en lo mismo. O sea que si aplicamos buena parte de ese brutal incremento presupuestal a mejorar la cantidad de docentes en la Facultad, y su calificación. ¿Estamos bien?. No,.no lo estamos. También dedicamos una parte importantísima a mejorar la cantidad de aulas y laboratorios. Hoy podríamos tener sentados al unísono en Sayago 1500 estudiantes. O sea que depende de nosotros bien administrar esos docentes y esos recursos materiales que hemos ido teniendo, para poder atender mejor este asunto, en lo que hace a la cantidad. El problema es que los docentes no están homogéneamente distribuidos y tenemos grupos donde de pronto la relación estudiante docente es 100 a 1, y otros grupos que en los últimos tiempos han tenido en sus cursos menos estudiantes que los docentes que son, porque son electivas y son temas que a la mayoría no le interesan, y no los toman. Pero nosotros no podemos borrar con una goma a esos docentes, aunque sí pensar si su formación en alguna básica agronómica --quienes trabajan en ellas tienen más fundamento en alguna básica agronómica-- puede dar una colaboración para lo que se precisa para evacuar más abajo la carrera. Es todo un problema de gestión a nivel de los departamentos. Esta es, al año pasado, la realidad de cómo estaban distribuidos los estudiantes terciarios agrarios del Uruguay: en la Facultad de Veterinaria, casi 4000, nosotros con 2500, y todas las carreras técnicas agrarias de la UTU sumadas tienen una matrícula del orden de los 500 estudiantes. El fenómeno de Veterinaria se debe, y ustedes lo tienen claro, a que la dedicación de por lo menos la mitad de los profesionales, si no más, no es a producción, sino a animales de compañía y deportivos. Pero de todas maneras es un número muy importante. Y en Agronomía, estamos en los números ya citados. Existen carreras no limitadas en su ingreso, y carreras limitadas en su ingreso. Eso no depende sólo de nosotros, pero creo que en un país que se piensa racionalmente, de la cantidad total de personas que se dedican a un área tan importante del quehacer del país, primero deben distribuirse más homogéneamente entre los distintos niveles. En parte, lo más corto tiene dos problemas: no tiene prestigio --mi hijo el médico veterinario, mi hijo el agrónomo, y no mi hijo el técnico rural de UTU-- cuando en algunas generaciones más veteranas, a la UTU se la ve como lo que antes se llamaba un reformatorio. Esa es una parte de historia, pero hay algunas de estas carreras nuevas que están muy demandadas, y eso pasa en otras áreas del quehacer. El otro problema que estamos teniendo es que hay una parte importante de estudiantes --no conozco una cuantificación -- que no están terminando la carrera de Agronomía y se están yendo a trabajar antes de finalizarla. En el esquema general que nosotros armamos, para ver todo junto --que en realidad debería llamarse SINETSA (Sistema nacional de Enseñanza Terciaria y Superior Agraria); el PEDEAGRIND está puesto aparte, porque tiene otras connotaciones-- del incremento presupuestal, una parte, que es pequeña, pero que no deja de ser importante --actualizada deben ser 6 millones de pesos-- viene por una inversión que hizo la Universidad para ayudarnos a desarrollar el SINETSA, y fue para colaborar en parte en ofrecer nuestras especializaciones y maestrías a docentes de UTU que quisiesen tomar esos niveles de formación. El 10% de los recursos los ofrecemos para becar docentes de UTU --que en su inmensa mayoría en la parte agraria son docentes agrónomos o veterinarios-- para tomar nuestros cursos avanzados. Por lo tanto están calificados para hacer cursos de posgrado. Esa es una de las maneras de colaborar, y es una de las funciones que tiene que tener el PEDEAGRIND a largo plazo o sea ser el ámbito de formación técnica de alto nivel, no solamente de los investigadores, sino también de los docentes del sistema. Después, hemos abierto las puertas de nuestra propia casa, hasta por un problema de supervivencia de las Estaciones Experimentales que nosotros no estábamos usando a pleno, para darle un sentido mayor invitando a UTU a poner allí algunas carrera, sobre todo en lugares dentro del país donde no tenía esa oferta. El bachillerato técnico agrario de mayor número de estudiantes que hay en el país, está acá enfrente, en la Escuela Agraria de Montevideo de la UTU, en nuestro predio. Hay una tecnicatura, que es en Producción Animal Intensiva, que es la misma de La Carolina, con algunos perfiles diferenciales, que se desarrolla en Bañado Medina, y a partir de este año se desarrolla también en Paysandú, no tomando los cursos en la Estación, pero sí yendo a hacer toda la parte práctica a la EEMAC. Y en Salto tenemos una tecnicatura en Producción Vegetal Intensiva con Riego, y ahí también todas las pasantías del bachillerato técnico agrario de Salto. Tenemos tres carreras de tecnólogos compartidas, y puede haber algunas más. Por ejemplo, hay una demanda en Treinta y Tres, de un Tecnólogo en Semillas. Está todo el programa armado, y lo darían sobre todo colegas de INIA, de INASE, y nosotros como Facultad de Agronomía pretendemos alojarlo dentro del conjunto de carreras de tecnólogos compartidas con UTU. Este es un ámbito consultivo para meterse en las cosas grandes, y no en las chicas de funcionamiento de un Plan de Estudios. El asesoramiento mayor para los tiempos es pensar grandes decisiones políticas. Una primera gran definición que me gustaría que se preguntaran y me ayudaran a responder, es si mantenemos la carrera de Ing. Agrónomo en cinco años. ¿ Porqué pregunto esto?. Por un lado, viendo lo que pasa en muchos países desarrollados, y constreñido por los criterios de lo que es un Ing. Agrónomo para la acreditación MERCOSUR. La acreditación MERCOSUR piensa más bien en una carrera de cinco años, o de 4500 horas más o menos, pero todo el proceso de Bologna y de Europa está pensando en cuatro años o menos, y desde que existe el sistema universitario en Estados Unidos, las carreras de grado son de cuatro años. Por la simple razón de que esta enorme cantidad de gente que tenemos en la Facultad tendría que estar egresando más rápidamente, hay que ver si lo hacemos a través de cambiar la carrera de Ing. Agrónomo, o generar dentro de ese trayecto algunas salidas más cortas. Y la único que cabe es la de cuatro años, porque la de tres años son los tecnólogos --no es la idea--. En Estados Unidos al ¨bachelor¨ en Agronomía le llaman Agronomist; acá podría ser agrónomo, es decir, sin el calificativo de ingeniero. Son las preguntas que les traslado al Claustro, porque definidas estas cosas, después es ponerse a armar y discutir por cuestiones de tiempo, pero si van a haber cambios trascendentes que puedan impactar hacia el futuro pensando en un país veinte o cuarenta años hacia adelante. Si ustedes pudieran responder a esa segunda pregunta, entonces discutiríamos cuáles podrían ser algunas de esas salidas, si van a ser permanentes o si serán de oportunidad mientras hay una necesidad real de sacar un cierto perfil de formación. Estoy pensando no ya en la licenciatura compartida, sino en el trayecto y en la flexibilidad que le podemos dar a la malla curricular de la agronomía si podemos llegar a distintas estaciones antes que la clásica terminal. Las cosas han cambiado mucho. Hay otros asuntos en esa pléyade de nuevas formaciones, algunas de las cuales a nivel universitario, porque ¿cuál es la gracia de una carrera de cuatro años? . Es el mínimo de recorrido universitario que habilita el ingreso a los posgrados. Yo comentaba, por ejemplo, que a los licenciados cuando entran a los programas de posgrado del PEDECIBA entran con cero crédito ganado, pero si vienen de una carrera de cinco años entran con 90 créditos ganados para el posgrado. Pienso que estas son las primeras cuestiones. Desde luego, parto de la base de que no hay acuerdos generales, pero de pronto discutiendo se puede llegar a algo que sea útil, porque si no estamos entre la discusión de cuántas horas más o menos, qué dedicación de tal curso o tal otro, o si el taller es más corto o más largo, pero eso es dentro de un problema de funcionamiento que tenemos. Esta cantidad brutal de estudiantes que han entrado, más otros problemas que tienen los estudiantes que están llegando hace rato a la Universidad que son, como ustedes saben, los brutales problemas que tienen de comprensión lectora, nos están maximizando la problemática. De todas maneras, con ese material, de ahí para adelante la mayoría responde. Nada más. SR. ZORRILLA Me voy a presentar a la Asamblea del Claustro, ya que conozco a algunos integrantes y a otros no. Mi nombre es Daniel Zorrilla y soy Presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Uruguay. Lo menciono, porque el sentido de nuestra participación --mía y de los demás delegados-- y eso es importante aclararlo desde el principio en el Claustro-- es que la AIA quiere participar institucionalmente en las discusiones. Nosotros pensamos, y tenemos una visión bastante parecida a la del Decano, que estamos frente a un momento donde la situación cambió drásticamente. Creo que la soja es un ingrediente fundamental, pero no es el único, y esto no podría simplificarse diciendo que cambió radicalmente por la soja. La situación en la agropecuaria uruguaya dio un salto muy importante en la agricultura, en la ganadería, en la lechería, en la forestación y está pasando una cosa que se ve bien reflejada en esa gráfica que recién se mostraba. Hay mucha más gente que quiere seguir Agronomía, y eso pasa porque los agrónomos están mucho más demandados. Uno anda por todo el país y la profesión está viviendo un momento como nunca vivió. Es cierto que la soja tiene un rol fundamental en el crecimiento y también en el cambio de las relaciones de intercambio. Es algo de lo que nos quejábamos siempre antes; nos pagaban una miseria por la leche --yo trabajo en ese rubro-- y después nos vendían los autos por un platal, pero nunca se exportaron menos litros de leche que ahora. O sea que las relaciones de intercambio variaron totalmente. Y este cambio brutal de crecimiento del agro uruguayo no lo está haciendo la soja, no es un milagro, lo están haciendo los ingenieros agrónomos, que son absolutamente protagonistas en todos los rubros. No existe un tambo que funcione si no tiene un Ing. Agrónomo que lo asesore. Todas las empresas agrícolas están manejadas por ingenieros agrónomos. Somos los que estamos haciendo el cambio, y eso es importante que lo reivindiquemos, porque ya dejamos de ser la profesión del futuro, los hijos de productores que venían a estudiar a esta casa para ver si mejoraban su estancia. Ha sido una profesión que ha cambiado radicalmente, y esa profesión precisa desesperadamente una Facultad que también participe activamente en el proceso. La Facultad de Agronomía tiene un rol absolutamente esencial en este proceso y nos parece que todos tenemos que ser conscientes de ese rol. La profesión está viviendo una oportunidad muy fuerte, la Casa de Estudios debería aprovechar ese momento, tal vez con nuevas carreras, como dice el Decano, pero lo importante es una Facultad que se adapte a este momento, que es espectacular. Eso es lo que quiere la Asociación de Ingenieros Agrónomos, participar en estas discusiones, una discusión que tiene que llevar a plantearnos qué ingeniero agrónomo queremos, el espíritu crítico, el compromiso de la sólida base científico tecnológica en ciencias agrarias. Tenemos que discutir cómo construímos el Ing. Agrónomo que el Uruguay precisa ahora para seguir avanzando, para cuidar los recursos naturales, para cuidar a la gente que está en el campo. No hay ninguna otra profesión que pueda cumplir ese rol, si no es la nuestra. Y para eso lo que tenemos que replantearnos, y eso es un poco lo que estamos exponiendo, es discutir el plan de estudios. ¿Es esto lo que necesita la carrera; las Estaciones Experimentales pueden cumplir otro rol diferente en este proceso; el CRS no podría tener un rol diferente en la zona acá en el sur, lo mismo que Bañado de Medina, Salto o Paysandú? Esa estructura es la que nosotros nos cuestionamos, y es ese el aporte que queremos hacer desde la profesión, de la necesidad que tiene la profesión de una Facultad que esté respondiendo a esos desafíos. Por eso de alguna manera quería plantear desde el principio en este nuevo Claustro, que nosotros queremos participar y hemos priorizado la Facultad dentro del esquema que encara la AIA. Por eso hemos “dado la señal”-entre comillas-- de que queremos tener una instancia muy fuerte. Nosotros tenemos centros regionales por todo el país. Este tema lo hemos planteado permanentemente. El sábado pasado tuvimos una reunión y este tema estuvo dentro de los temas centrales. En el Congreso que vamos a hacer el 23 y el 24 de agosto también va a estar presente, y para nosotros nuestra Casa de Estudios es una herramienta clave para la profesión. La profesión tiene que estar basada en dos grandes pilares, que son la capacitación permanente y la ética. En esos dos pilares queremos trabajar y estamos tratando de llegar a acuerdos con la Facultad, con el Ministerio de Agricultura y Pesca y con el poder político. Ese es el desafío que queremos encarar y es el desafío de queremos proponerle a este nuevo Claustro. SEÑOR REHERMANN-. En la discusión del Plan de Estudios la AEA se ha planteado, por un lado, discutir la estructura del Plan y los objetivos que se persiguen para ejecutar ese plan, que de alguna forma se traduce en la definición del Ing. Agrónomo. Ahí parecería que hay acuerdos, pero no los hay sobre la lectura respecto a la situación nacional y cual es el rol que toma ese ingeniero. Nosotros no partimos de la lectura de que estamos en un momento nacional favorable y que tenemos que aportar hacia profundizar la realidad tal cual está, sino que el ingeniero agrónomo tiene que aportar hacia una transformación. La frontera agrícola se expande cada vez más, y los productores familiares cada vez son menos. La vida del campo culturalmente está perdiendo en sus valores y creemos que responder a las necesidades del mercado mediante generar carreras cortas no va en el sentido de comentar el despoblamiento del campo o el acercamiento de gente que ha sido desplazada. Pensamos que una de las preguntas que se dejaron planteadas en Sala por el Decano, en relación a acortar o no necesariamente la extensión de la carrera, y en cierto modo tomando como ejemplo lo que pasa en otras regiones (Estados Unidos, Oceanía), debemos señalar que nosotros tenemos en el Uruguay, como en otros países de Latinoamérica, tenemos un modelo diferente de Universidad, un modelo latinoamericano, donde se piensa en la articulación de las tres funciones y el vínculo de la Universidad con la sociedad y la formación que le dé una pertinencia y un rol diferente, transformador. Eso parecería que no está puesto sobre la mesa y se está priorizando la coyuntura por la cual responder a eso siguiendo una inercia. Esas cosas quizás la Universidad las está dejando un poco de lado, y hay que centrar allí la discusión. Quizás las ideas han sido un poco desordenadas, pero queríamos aprovechar la oportunidad de plantear que tenemos discrepancias y que se debe profundizar para llegar a acuerdos sobre lo que está faltando. SRA. COLNAGO-. El Claustro saliente elaboró un documento de síntesis del trabajo realizado durante el período pasado, que nos comprometemos hacérselo llegar a la nueva mesa. El desafío principal que tiene este Claustro por delante es dar pasos en la revisión y definición de un nuevo plan de estudios, por lo que creemos que estas memorias pueden ser útiles como forma de continuidad del trabajo. SR. DECANO-.Si no hay más intervenciones, queda levantada la sesión. (Es la hora 20:30) ********