www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/institucionales/documentos/libro2004.pdf

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LAS INDUSTRIAS CULTURALES
EN LA GLOBALIZACION
II Encuentro Internacional sobre Diversidad Cultural
II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
ÍNDICE
Prólogo:
ÍNDICE
Dr. Gustavo López, Sr. Secretario de Cultura del GCBA . . . . . . . . .7
Apertura:
Dr. Aníbal Ibarra, Sr. Jefe de Gobierno del GCBA . . . . . . . . . . . . .11
Dr. Gustavo López, Sr. Secretario de Cultura del GCBA . . . . . . . .14
1. Diversidad cultural
Moderador: Nemesio Juarez, representante del Foro
para la Defensa de las Industrias Culturales y la
Educación de Buenos Aires (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .17
Robert Pilon: Vicepresidente Ejecutivo de la Coalición
para la Diversidad Cultural (Canadá) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .19
Mané Nett: Vicepresidente de la Coalición Chilena
para la Diversidad Cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .22
Patrick Olivier: Inspector General de la Administración
de los Asuntos Culturales del Ministerio de Cultura
y Comunicación de Francia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26
Leonor Cisneros Velarde: Miembro de la Coalición
Peruana para la Diversidad Cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28
Florence Marie Pirou: Representante de la Coalición
para la Diversidad Cultural de Francia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .31
Jorge Bosso Cuello: Representante de la Coalición
por la Diversidad Cultural de España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .34
Ricardo Anhair Barbosa de Lima: Secretario Sustituto
de Identidad y Diversidad Cultural del Ministerio
de Cultura del Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .37
2. La visión desde las ciudades:
Retos, oportunidades y desafíos
Moderadora: Susana Reinoso, periodista del diario
La Nación -sección Cultura- (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .43
Vera Maria Haj Mussi: Secretaria de Cultura del
Estado de Paraná (Brasil) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45
Gonzalo Carámbula: Director General del Departamento de
Cultura de la Ciudad de Montevideo (Uruguay) . . . . . . . . . . . . . .49
Vítor Ortiz: Secretario de Cultura de la Ciudad de
Porto Alegre 2002-2004 (Brasil) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55
Secretaría
de Cultura
2
Gustavo López: Secretario de Cultura de la Ciudad
de Buenos Aires del GCBA (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .59
3. Cultura, identidad y pertenencia
Moderadora: Silvia Fajre, Subsecretaria
de Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura
del GCBA (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63
Jorge Tartarini: Especialista en Preservación de
Patrimonio Urbano Arquitectónico (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . .65
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
ÍNDICE
Gilda Waldman: Profesora Titular de Licenciatura
y Posgrado en la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM (México) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71
Aníbal Ford: Escritor. Profesor Consulto de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires (Argentina) . . . . . . .77
Silvia Bleichmar: Doctora en Psicoanálisis.
Profesora en diversas universidades nacionales
y del exterior (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .81
4. Políticas culturales locales y regionales:
Redes para las ciudades
José Alberto Pinho Neves: Coordinador de la Unidad
Temática de Cultura de la Red de Mercociudades
2002-2004 (Brasil) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89
Verónica Pallini: Coordinadora de la Secretaría
Ejecutiva de INTERLOCAL, Red Iberoamericana
de Ciudades para la Cultura (España) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .95
Miguel Ángel Mora Witt: Director de Cultura
del Municipio del Distrito Metropolitano
de Quito (Ecuador) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99
Gustavo De Vera: Director General de Acción
e Industrias Culturales de la Secretaría de Cultura
de la Provincia de Chubut Dic. 2003-Oct. 2004 (Argentina) . . . .104
Daniel González: Director de la Oficina Regional de la
OEI en Brasilia (Brasil) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .109
Moderadora: María Victoria Alcaraz, Directora General
del Centro Cultural General San Martín, Secretaría de
Cultura del GCBA (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .116
5. Observatorios de Políticas Culturales:
experiencias locales y regionales
Moderadora: Stella Maris Puente, Subsecretaria
de Gestión e Industrias Culturales de la Secretaría
de Cultura del GCBA (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .119
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
3
II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
Hernando Gómez Serrano: Director del Observatorio
de Cultura Urbana del Instituto Distrital de Cultura
y Turismo de Bogotá (Colombia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .120
ÍNDICE
Xavier Dupuis: Investigador en el Observatorio de Políticas
Culturales del Ministerio de Cultura de Francia y de la
Universidad de Grenoble (Francia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .126
Paula Poblete: Investigadora del Consejo Nacional
de Cultura y de Artes de Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .132
Octavio Getino: Coordinador del Observatorio de Industrias
Culturales de la Ciudad de Buenos Aires, dependiente de la
Secretaría de Cultura del GCBA (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . .136
6. Industria discográfica
Moderador: Gustavo Margulies, músico y productor
discográfico (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .145
Mauricio Ubal: Músico. Coordinador General del sello
discográfico Ayuí/Tacuabé (Uruguay) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .147
Ariel Minimal: Músico. Productor discográfico (Argentina) . . . .153
Litto Nebbia: Músico. Sello Discos Melopea (Argentina) . . . . . .155
Iván Cosentino: Sello IRCO (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158
Bebeto Alves: Músico. Secretario de Cultura de la Ciudad
de Uruguayana Oct.2003 - Dic. 2004 (Brasil) . . . . . . . . . . . . . . . .161
7. Industria editorial
Moderador: Carlos Borro, Director General del Libro,
Secretaría de Cultura del GCBA (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . .165
Juan Diego Mejías Mejías: Secretario de Cultura
de la Ciudad de Medellín (Colombia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .168
Anna Danieli: Directora de Ediciones Trilse.
Miembro fundador de Editores Independientes (Uruguay) . . . .171
Daniel Divinsky: Director de Ediciones de La Flor (Argentina) . . .174
Paulo Alejandro Slachevsky Chonchol: Presidente de la
Asociación de Editores de Chile. Director de la Coalición
Chilena por la Diversidad Cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .179
Secretaría
de Cultura
4
Jorge Sethson: Gerente Institucional de la Cámara Argentina
del Libro (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .185
8. Industria audiovisual
Moderador: Mario López Barreiro, Jefe de producción
cinematográfica (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .191
Julio Raffo: Docente universitario. Asesor legal
de producciones cinematográficas (Argentina) . . . . . . . . . . . . . .194
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
ÍNDICE
Pablo Rovito: Productor cinematográfico (Argentina) . . . . . . . . .197
Juan José Campanella: Director de cine (Argentina) . . . . . . . . .203
Hugo di Guglielmo: Consultor internacional
de medios audiovisuales (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .206
José Pérez Nella: Secretario Administrativo de la
Confederación Sindical de Trabajadores de Medios de
Comunicación Social COSITMECOS (Argentina) . . . . . . . . . . . .209
9. Medios nacionales y globalización
María Seoane: Periodista y editora Diario Clarín (Argentina) . . .213
Germán Rey: Maestro Consejero de la Fundación Nuevo
Periodismo (Colombia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .220
Jorge Fernández Díaz: Secretario de Redacción de la sección
política del Diario La Nación (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
Damián Loreti: Confederación Sindical de Trabajadores
de los Medios de Comunicación COSITMECOS (Argentina) . . .232
Martín Granovsky: Subdirector del diario
Página/12 (Argentina) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .236
Moderador: Pepe Eliaschev, periodista (Argentina) . . . . . . . . . .240
ANEXO: Declaración de Buenos Aires
Septiembre 2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .243
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
5
PRÓLOGO
En los últimos años, como respuesta a los efectos hegemonizadores del proceso de globalización, el mundo vio surgir importantes
espacios de reflexión y de acción para defender y fortalecer el principio de respeto a la diversidad cultural. Son ámbitos de participación donde confluyen representaciones gubernamentales, organismos internacionales, asociaciones de las sociedades civiles y coaliciones de profesionales y trabajadores que se proponen contribuir,
desde diferentes ángulos, al análisis de las temáticas culturales.
Constituyen espacios de discusión y trabajo, de estudio e investigación que nuestra gestión considera claves para construir políticas
culturales y para trabajar por una verdadera integración entre los
pueblos.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
PRÓLOGO
Buenos Aires ha demostrado tener la voluntad y la capacidad de liderazgo en la región para potenciar la discusión y el análisis de problemáticas culturales comunes, para definir estrategias, para elaborar políticas y programas que atiendan la cuestión de la diversidad
cultural y avanzar así hacia una verdadera integración regional,
construida sobre bases culturales y políticas sólidas, con canales de
participación que incorporen a las sociedades civiles a este proceso
trascendental para Latinoamérica.
Los sucesivos Encuentros Internacionales sobre Industrias Culturales, que convocan a importantes personalidades de todo el mundo,
son una clara muestra de lo que anhelamos: construir un ámbito de
reunión regional para debatir políticas y estrategias regionales. Para actualizarnos y apropiarnos del conocimiento y las herramientas
que necesitamos para desenvolvernos en este mundo globalizado.
Desde la Secretaria de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires nos
proponemos propiciar el debate e intercambio de las ideas en cada
uno de los foros internacionales. Enarbolaremos el concepto de la
diversidad cultural como el principio poderoso que protege nuestra
identidad frente a la globalización, pero también como herramienta
política contra la concentración y la uniformidad del discurso. Sostendremos la importancia de preservar nuestro patrimonio y reivindicaremos, hoy y siempre, el derecho humano primordial que tienen todos los ciudadanos de acceder a la cultura.
El objetivo de esta publicación –que incluye además las ponencias
del Encuentro realizando en el año 2003 en el CD adjunto- está en
directa relación con este derecho. Necesitamos que el pensamiento
generado en las esferas de discusión, en los foros y organismos in-
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
7
II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
PRÓLOGO
ternacionales lleguen a la ciudadanía y para ello es preciso difundir
las acciones, hacer circular las ideas, socializar el conocimiento.
Trabajemos entre todos para consolidar en hechos una concepción
de cultura que se base en su potencial para estrechar vínculos de
solidaridad y compromiso con las personas, para combatir la discriminación, para promover la integración social y la formación de ciudadanía.
Dr. Gustavo López
Secretario de Cultura
Mayo 2005
Secretaría
de Cultura
8
APERTURA
LAS INDUSTRIAS CULTURALES
EN LA GLOBALIZACION
II Encuentro Internacional sobre Diversidad Cultural
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
9
Lic. Stella Puente, Dr. Aníbal Ibarra, Dr. Gustavo López, Arq. Silvia Fajre
Secretaría
de Cultura
10
DR. ANÍBAL IBARRA
Sr. Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Es un honor recibir en esta ciudad a todos los representantes del
área de la cultura y del cuerpo diplomático de gobiernos y organismos de Latinoamérica y del mundo.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
APERTURA
Estas jornadas plantean un debate que trasciende lo estrictamente
cultural y abarca lo político en un sentido amplio: plantea una discusión el torno al rol del Estado en este mundo globalizado.
Si uno mira la historia vinculada a las políticas culturales, esta presenta diferentes tensiones, con destrucciones de patrimonios culturales, de procesos culturales, de poblaciones, de culturas en general.
En muchos casos, existieron políticas estatales que han permitido
que esto ocurriera, o incluso han fomentado estos hechos. Entonces,
cuando hablamos de identidad cultural en este mundo tan competitivo, tan interrelacionado, tan globalizado, no queremos imponer
que desde el Estado se planifique y genere una identidad cultural.
Esto no sólo sería autoritario, sino además absurdo e inviable.
Lo que estamos discutiendo es qué queremos que haga el Estado,
qué políticas debe desarrollar para poder preservar los procesos de
identidad cultural y conservar la historia cultural que tienen cada comunidad y cada persona. Porque sabemos que en este mundo de
tensiones, el mercado no se preocupa por estas cuestiones. El mercado es motor de muchos cambios, de muchas cosas positivas, pero si no existe un Estado que intervenga, que regule, que defina estrategias, el mercado no tiene límites y arrasa en pos del comercio,
de los recursos, de los negocios. Arrasa con todo lo que tiene delante, con las historias, las tradiciones, las culturas. Y no sólo estoy pensando en el patrimonio cultural entendido como los edificios y las
construcciones, sino también estoy considerando los bienes intangibles, los hábitos, las costumbres, los modos, el disfrute de distintas
expresiones culturales.
Sin embargo, por otro lado existen importantes sectores de la sociedad que defienden su historia, y se produce una tensión entre los
que quieren congelar una foto y aquellos que quieren arrasar con
todo. Para el Estado es difícil entonces contar con una estrategia
que no frene el desarrollo, pero que presente políticas de preservación de las identidades culturales, de la historia cultural y del patrimonio, muchas veces, tan amenazados.
Esto también tiene que ver con un proceso histórico que hoy se ha
expandido muy fuertemente en el mundo, como los procesos mi-
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
11
II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
APERTURA
gratorios, donde quienes emigran lo hacen con una mochila cultural atrás. Tenemos el desafío de construir sociedades plurales, que
permitan la integración, donde no se borren las historias de estos
movimientos migratorios, porque también sería borrar la identidad
cultural, generando tensiones en las comunidades.
Por ello también es necesario contar con un Estado que tenga una
estrategia, que tenga claramente definidos los valores, y que apunte a desarrollar políticas que respeten esa diversidad, que garanticen
la pluralidad, defiendan la tradición y que favorezcan la integración.
Estos temas que generan opiniones y debates tan intensos hacen
necesarias reuniones como la que nos convoca hoy. Muchos de los
que están aquí, representantes de diversos Estados en materia cultural, conocen estos desafíos y saben que en este debate en definitiva subyace una concepción de sociedad.
Por ejemplo, no se trata de limitar la cultura a una visión elitista, que
también puede estar presente en estos debates y en la sociedad:
"disfrutar de la cultura es para unos pocos". Frente a estas posiciones tenemos que tener un Estado que garantice que la cultura nunca sea un privilegio y que fomente el acceso a la diversidad cultural, al disfrute y a la convivencia con la diversidad cultural, a las capacidades creativas de la sociedad. Porque si la creación va a estar
destinada solamente a un sector, implica una visión elitista, y un Estado que ha resignado políticas, o bien estas políticas son impuestas por unos pocos, generando políticas elitistas, sectoriales y profundamente antidemocráticas.
Nosotros tenemos que discutir, resolver, asumir posiciones frente a
estos temas. Lo digo como Jefe de Gobierno de una ciudad profundamente cultural, en términos de producción, de generación de cultura, y profundamente plural en su cultura. La diversidad que existe en Buenos Aires es realmente impresionante y nos hace sentir orgullosos. Acabo de regresar de un viaje a Berlín, donde pude comprobar la presencia internacional que tiene nuestra ciudad, que
cuenta con una producción cultural realmente muy satisfactoria. Pero también hay que reconocer que algunos de los procesos que se
dan en nuestras sociedades muchas veces van en contra de los
principios, valores e ideas a los cuales me he referido. Entonces es
necesario tener reuniones como esta, porque es importante poder
debatir entre todos, dado que se trata de problemas comunes aun
en las diferencias.
Secretaría
de Cultura
12
Es muy importante que conozcamos las diferentes realidades, que
podamos coincidir en cómo posicionamos al Estado en el área de
cultura, cómo desarrollamos las políticas culturales, con qué estra-
tegia. Me parece que si este movimiento no es solamente el de una
ciudad, de un gobierno, sino de un país que se relaciona con otras
ciudades, con otros países, podemos ser optimistas respecto a garantizar la diversidad cultural, el patrimonio cultural, la historia cultural que tiene la humanidad y que se resiste a ser borrada de la faz
de la tierra.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
APERTURA
Muchas veces esto ocurre a pesar de los gobiernos, aunque en verdad también muchas veces los gobiernos no prestan la debida atención a este problema. Por otra parte, están las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) tratando de garantizar lo que el Estado no hace. Por ello es una muy buena noticia que nos reunamos los sectores
que tenemos representatividad institucional, junto con organismos
no gubernamentales, junto con expresiones de la sociedad, en un debate que hace profundamente a la democracia de nuestras sociedades, al respeto individual, a la creación cultural, al respeto colectivo
de nuestras sociedades. Y cuando digo sociedades, quiero expresar
formas de vida, costumbres, hábitos de pensamiento, que es fundamental que existan y que el Estado intervenga para garantizarlas.
Creo que muchas veces hablamos de democracia y solamente la relacionamos con el hecho de ir a votar. Me parece que una de las
pautas para valorar la democracia en una sociedad, es considerar
qué políticas culturales tiene, con qué amplitud se las define y hacia dónde las orienta. Creo que por eso este encuentro es un hecho
muy importante y espero que nos sirva a todos para ser más profundamente democráticos y poder defender más nuestras historias
culturales. Muchas gracias.
Dr. Aníbal Ibarra, Dr. Gustavo López, Arq. Silvia Fajre.
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
13
II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
DR. GUSTAVO LÓPEZ
Sr. Secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires
APERTURA
¡Bienvenidos! Me place enormemente saludar al Jefe de Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Aníbal Ibarra, a representantes del
cuerpo diplomático y a los colegas Secretarios de Cultura de diversas ciudades de Latinoamérica, con quienes ayer desarrollamos la
Unidad Temática de Cultura de Mercociudades.
También saludo y doy la bienvenida a los colegas del interior del
país y a todos aquellos que trabajan por la cultura con quienes compartiremos estos tres días para discutir sobre identidad e industrias
culturales.
Robert Pilon siempre señala que para poder intercambiar, uno de
los ejes de discusión de las jornadas, primero debemos tener qué
intercambiar, tiene que existir la producción. Efectivamente, es
importante que debatamos acerca de la producción cultural de cada
uno de nuestros países.
Los sucesivos Encuentros Internacionales sobre Industrias
Culturales, que convocan a importantes personalidades de todo el
mundo, son una clara muestra de lo anterior. Queremos que este
sea el espacio de reunión regional para debatir políticas y estrategias regionales. Para actualizarnos y apropiarnos del conocimiento y
las herramientas que necesitamos para desenvolvernos en este
mundo globalizado.
Esperamos avanzar en el análisis de la diversidad cultural junto a los
secretarios de cultura de la región, que nos acercarán la visión de
sus respectivas ciudades. En otra de las mesas podremos discutir
sobre "Cultura, identidad y pertenencia". Participarán distintas redes
de ciudades que se han conformado para trabajar en el ámbito de la
cultura. Podremos, asimismo, conocer mejor las experiencias
locales y regionales de Observatorios de Políticas e Industrias
Culturales. Nuevamente las industrias culturales están presentes
para debatir en torno a sus problemáticas y desafíos actuales: me
refiero a la industria editorial, a la discográfica, y a la audiovisual. Por
último, continuaremos el debate sobre el rol de los medios
nacionales en la globalización.
Secretaría
de Cultura
14
Y así nos encaminamos hacia octubre del 2005 cuando tendrá
lugar en la sede de la UNESCO en París el debate y aprobación de
la convención para la protección de la diversidad cultural. Será un
punto de inflexión en la discusión que existe hoy en el mundo
sobre cuál debe ser el ámbito adecuado para el tratamiento de los
servicios y bienes culturales.
Es mucho lo que hemos construido en estos pocos años.
Permítanme contarles una pequeña anécdota. Cuando en marzo de
2002 Aníbal Ibarra me convocó a trabajar para su gobierno, el país
estaba en plena crisis política, institucional y económica. La primera
actividad que nos tocó gestionar fue el Festival Internacional de
Cine Independiente. El dólar había pasado de 2 a 4 pesos y no se
podía sacar dinero de los bancos para pagar el transporte de las
películas. Así de complicada era la situación y, sin embargo, el festival tuvo un record de asistencia de público que superó la del año
anterior. Entonces empezamos a preguntarnos qué era lo que estaba pasando. ¿Cómo era posible que en un contexto de crisis tan
profunda la gente se hubiera volcado masivamente a una actividad
cultural? La explicación que encontramos se relaciona con lo que
representa la cultura para cada uno de nosotros, para cada uno de
los individuos, para la sociedad toda. En un mundo globalizado,
tenemos necesidad de encontrar espejos que nos reflejen, que
proyecten imágenes de quiénes somos, que afirmen nuestra existencia. Necesitamos esa posibilidad de vernos reflejados en las
obras de nuestros artistas, de contar nuestra propia historia.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
APERTURA
La cultura constituye el espacio donde nos encontramos y nos
reconocemos, es la que otorga un sentido a nuestros hábitos y a
nuestras producciones. Desde todos sus ámbitos la cultura es una
herramienta fundamental para la transformación personal y social,
para revertir el proceso de fragmentación y convertirlo en uno de
inclusión social. Nuestra pretensión es discutir esto y este es el
compromiso que asumimos con el presente y con el futuro
quienes trabajamos para la cultura.
El proceso de globalización se caracterizó por imponer discursos y
prácticas hegemonizadores que le otorgan la apariencia de un fenómeno natural. Sin embargo, si abordamos su análisis desde el
punto de vista político y cultural, podremos entender esta globalización como una profunda reorganización del poder económico y
político a escala mundial. Necesitamos pensar y poner en práctica
políticas alternativas frente al pensamiento unificado que postula la
globalización, que ayuden a comprender nuestras necesidades y a
identificar los intereses locales.
En la década de los noventa, las reformas llevadas a cabo por el
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
15
II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
APERTURA
modelo neoliberal no fueron otra cosa que un programa salvaje de
desmantelamiento del sector público. Detrás de supuestos objetivos de racionalización, que buscaban hacer más eficiente la
economía, se implementó un plan de que debilitó las capacidades
de la sociedad para regular los mercados.
En las esferas de lo político, lo ideológico y lo social se forjó una
enorme deuda social cuyas consecuencias han sido la constitución
de una sociedad injusta y una democracia muy débil, con crecientes
procesos de exclusión social. Y hablamos de exclusión, no sólo de
pobreza, porque este es un concepto que ofrece más posibilidades
de entender todos los factores que intervienen en esta construcción
como la desigualdad, la pobreza, la privación, la precariedad de
derechos, y la falta de acceso a bienes y servicios. La exclusión
implica la incapacidad para participar en la vida económica, política
y cultural de una sociedad. Es un proceso de desintegración social,
una ruptura progresiva de las relaciones entre el individuo y la
sociedad. Existen factores que determinan la generación de privilegios y situaciones de vulnerabilidad, que crean los universos de los
incluidos y de los excluidos. En la Argentina tuvo lugar un proceso
de construcción social de identidad del excluido, entró en crisis un
concepto de sociedad asociada a imaginarios vinculados a lo colectivo y al derecho a la igualdad. Revertir este proceso devastador
implica justamente poner en marcha mecanismos políticos,
sociales y culturales para reconstruir una identidad integradora y de
pertenencia social.
Deseo que entre todos hagamos de este encuentro un espacio de
trabajo creativo y estimulante en beneficio de la cultura de nuestros pueblos. Estos tres días nuestra casa será la de ustedes.
Muchas gracias.
Secretaría
de Cultura
16
1. Diversidad Cultural
NEMESIO JUAREZ (MODERADOR)
Director de Cine, Presidente de D.A.C., Directores Argentinos
Cinematográficos, representante del Foro para la Defensa de
las Industrias Culturales y la Educación de Buenos Aires, Argentina y miembro del Comité Internacional de Enlace de las
Coaliciones para la Diversidad Cultural
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Buenos días. Quiero agradecer y saludar la presencia de los representantes del quehacer cultural en general y los responsables de las
áreas gubernamentales en el ámbito de la cultura de diversos países que nos acompañan en estas jornadas.
Un fantasma recorre hoy el mundo de la cultura, y se cierne y amenaza fundamentalmente la existencia de las industrias culturales.
Las industrias culturales son portadoras por excelencia de quienes
somos, qué pensamos, cómo hablamos, qué música nos rodea,
qué contexto geográfico es el nuestro, qué historia es la nuestra.
Son las mejores portadoras y exponentes de valores simbólicos
que hacen a la identidad y tienen al hombre como centro y como
imagen.
En los últimos tiempos, los hombres de la cultura han comenzado
a tomar conciencia de la responsabilidad que les cabe de comenzar
a actuar en la defensa de esas industrias, que están siendo agredidas por los intentos de incorporarlas como meras mercancías en
las discusiones que se tienen en ámbitos como la Organización
Mundial de Comercio (OMC) y los tratados bilaterales o regionales.
También han asumido que no sólo están amenazados los espacios
en el cual esa cultura se expresa, sino la propia capacidad productiva y de subsistencia.
Por tanto lo primero que traerían aparejados los acuerdos comerciales sería el desmantelamiento de las distintas formas de protección que disponen los Estados para promover y defender las industrias culturales. Casi no hay lugar en el mundo que no cuente con
alguna medida de apoyo estatal para el fomento y la supervivencia
de las industrias culturales. No se trata solamente de ayudarlas, sino además de defender el desarrollo futuro y el intercambio de las
mismas. Esto ha sido planteado, por ejemplo, desde el momento de
la conformación de las "Coaliciones para la Defensa de la Diversidad Cultural", a partir de su primer Encuentro en Montreal en 2001.
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
17
II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Las Coaliciones no rechazan el intercambio de bienes y productos
culturales, sino todo lo contrario. Promueven el intercambio en condiciones de igualdad y de reciprocidad para que todos los pueblos
del mundo nos podamos enriquecer con las expresiones artísticas
y culturales que provienen de todos ellos, defendiendo un espacio
esencial que hoy se pretende hegemonizar con un discurso único
en lo estético y en lo formal. Bienvenidos entonces a quienes hoy
representan a varias de las coaliciones nacionales. Existen otros
muchos países donde las coaliciones se están conformando.
En América Latina existen otras aparte de las de Chile y Buenos Aires, y aquí hay varios representantes de ellas, que vienen impulsando la defensa de las industrias culturales a través del desarrollo de
una Convención Jurídica en el marco de la UNESCO, que promueven que los gobiernos se abstengan de formular propuestas de liberalización en el ámbito de la cultura hasta tanto haya un marco
de resguardo para ese intercambio. Muchas gracias.
Secretaría
de Cultura
18
ROBERT PILON
Economista y sociólogo. Colaborador de la Asociación de la
Industria del Disco y el Espectáculo en Québec. Vicepresidente Ejecutivo de la Coalición para la Diversidad Cultural.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Yo soy el vicepresidente de la coalición canadiense para la diversidad cultural. La coalición canadiense es una agrupación de 37 asociaciones, uniones, sindicatos, gremios que representan a todas las
categorías profesionales en el sector de la cultura.
La coalición fue creada hace 5 años, en noviembre de 1999. Hoy
existen 17 coaliciones. En América Latina ya se han creado coaliciones en Argentina, México, Chile, Perú, Uruguay, y Colombia. También hay coaliciones en Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda,
estos últimos dos países son importantes porque son anglófonos.
Otros países que cuentan con coaliciones son Francia, Alemania, y
próximamente Bélgica; mientras que en África, ya las tienen Senegal, Congo y Marruecos. Están por crearse coaliciones en Brasil, España, Hungría, Holanda y otros países.
Todas estas coaliciones están constituidas por la agrupación de
asociaciones de la cultura y personalidades de la cultura. Tienen el
mismo propósito y meta, que es lograr que en el futuro se respete
la diversidad cultural, en un mundo con un espacio más amplio para la producción cultural y al mismo tiempo abierto a todas las culturas del mundo.
Para lograrlo tenemos que enfrentar dos desafíos:
En primer lugar, la multiplicación de acuerdos internacionales de
comercio. No estamos contra el concepto de acuerdos de comercio.
En el sector cultural todos sus integrantes quieren generar más comercio, pero el problema es cómo alcanzar un equilibrio en el comercio internacional de bienes y servicios. En los últimos años, en
cada ronda de negociación de acuerdos de comercio el tema de la
cultura fue importante. El desafío actual es cómo preservar el derecho fundamental de cada país, de mantener su potestad de establecer libremente políticas culturales para apoyar el desarrollo de todos los sectores de la cultura en su país.
Esta potestad se ve amenazada por diversas reglas que se promueven en los acuerdos comerciales. No quiero ser demasiado técnico,
pero es importante conocer las reglas que se podrían aplicar a la cultura. Una es la regla del acceso libre al mercado, que se puede encontrar en la mayoría de los acuerdos. Si esta regla se aplica a la cultura,
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Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
varias políticas culturales no podrían sostenerse. Por ejemplo, la cuota de pantalla en televisión para la producción nacional. En Canadá
hay una cuota de pantalla de 60% para la producción canadiense, en
Australia del 55%, en Chile y en Francia es del 40% de producción nacional. Estas cuotas de pantalla representan en verdad una limitación
al acceso total del mercado para la producción extranjera. Otro ejemplo es la regla de Trato Nacional que establece que en un país firmante de un acuerdo internacional debe dar a las empresas de los otros
países el mismo trato que a sus propias empresas. En el ámbito cultural muchos países tienen sistemas de fondos para apoyar a la producción de cine nacional, a la edición de libros, etc. que son reservados para empresas de capital nacional, lo que es normal. Un país como Argentina no va a implementar un fondo para ayudar a Warner a
producir cine. Pero si se aplicara de manera absoluta esta regla de
trato nacional al sector de la cultura podría significar que estos fondos van a desaparecer, o que será necesario abrirlos a empresas extranjeras, lo que no tiene sentido. Ahora hay una nueva ronda de negociación de acuerdos sobre los servicios en la OMC y todos los países en teoría deberían efectuar compromisos de liberalización antes
de mayo de 2005. Es muy importante que los países se abstengan de
realizar cualquier compromiso de liberalización que afecte su capacidad de mantener o desarrollar políticas en el sector de la cultura.También está la negociación del ALCA y otras negociaciones bilaterales.
En los últimos dos años se construyeron acuerdos bilaterales entre
Estados Unidos y Chile; Estados Unidos y los 5 países de América
Central y la Republica Dominicana. Ahora hay un acuerdo con Ecuador y los países andinos. Es muy importante que en estas negociaciones los países se abstengan de hacer cualquier compromiso de liberalización en el ámbito de la cultura.
El segundo desafío es avanzar en un proyecto fantástico que desarrolla la UNESCO, que es el de elaborar y adoptar un nuevo tratado
internacional sobre la diversidad de las expresiones culturales. En
la última conferencia general de octubre de 2003, los países miembro de la UNESCO adoptaron una resolución que dio mandato al director general para iniciar el proceso.
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de Cultura
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Desde el mes de julio de 2004 tenemos un borrador, un anteproyecto del tratado que se puede encontrar en el sitio de la UNESCO.
Pensamos que es una buena base para continuar el proceso de discusión de cara a la segunda fase del proceso, más importante aún,
ahora que se inicia la negociación entre todos los países sobre el
contenido del tratado. Empezará en septiembre de 2004 en la sede
de la UNESCO en París, se celebrará una segunda reunión de negociación en el mes de enero 2005 y una tercera en mayo o junio de
2005. En la próxima Conferencia General de la UNESCO que tendrá
lugar en septiembre 2005 se podría adoptar un texto definitivo.
¿Cuál es el propósito de esta convención? El director general de la
UNESCO dijo que es una oportunidad histórica para llenar el vacío
que existe en el sistema de derecho internacional, en el que ninguna norma asegura de manera firme la potestad fundamental de los
países de mantener y crear sus políticas en apoyo de la producción
cultural de los países. Con este propósito, se está desarrollando el
debate, aunque no todos los países están de acuerdo con esta meta. De ahí que es importante que toda la gente del sector cultural y
también todos los amigos del mundo político apoyen fuertemente
este proyecto.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Es necesario tener mucho cuidado sobre el contenido de algunos
artículos de la Convención de la UNESCO que se presentan como
demasiados débiles, y es preciso mejorar el texto. Debemos ser
muy cuidadosos sobre la definición del derecho del Estado de establecer y ejercer políticas culturales. Este derecho no debe quedar limitado sólo a situaciones de crisis. También es muy importante encontrar mecanismos adecuados que establezcan igual jerarquía de
este tratado sobre la cultura con acuerdos comerciales internacionales, pero hay problemas con el texto en este tema. Es muy importante que esta convención tenga un estatuto en el derecho internacional al mismo nivel, y no inferior, que los acuerdos internacionales de comercio. Muchas gracias.
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
MANÉ NETT
Actriz. Presidente de SIDARTE, Asociación de Actores de Chile y Vicepresidente de la coalición chilena para la diversidad
cultural.
Quiero agradecer la invitación a este encuentro y felicitar al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por la capacidad y el empeño que
muestra para continuar abriendo espacios en la lucha por defender
la diversidad cultural. Estoy segura que este encuentro brindará la
oportunidad de seguir reflexionando y debatiendo en torno a nuestra identidad cultural.
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Estamos aquí porque como creadores observamos que la cultura se
está transformando en un producto que se transa en el mercado.
Por su parte el comercio se está liberalizando a nivel planetario hacia la configuración de un gran mercado mundial. Pero el mercado
sólo satisface las demandas que surgen en su interior, mientras que
el acceso a la cultura debe estar garantizado para todos los ciudadanos de cada Estado, independientemente de su necesidad o demanda. Hemos llegado a un momento histórico de choque entre
dos ideas positivas: el derecho a la cultura versus la liberalización
del comercio. Para preservar y desarrollar la diversidad cultural, entendida esta tanto como el mantenimiento de un nivel de producción cultural interno que pueda salir al mercado nacional e internacional como la diversificación de los productos culturales importados, se constituyó en Chile en octubre de 2001 la Coalición para la
Diversidad Cultural. Entre sus grandes aspiraciones está lograr un
balance en los intercambios culturales entre Chile y otros países. La
Coalición surgió de una coyuntura muy particular como era la negociación de acuerdos comerciales, con la Unión Europea y con Estados Unidos. Con satisfacción podemos decir que la labor realizada hasta ahora tuvo importantes resultados como alcanzar la reserva cultural en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que garantiza el derecho de Chile a sostener sus políticas de fomento a la cultura y a establecer mecanismos de cooperación cultural. La cultura no debe ser tratada como una mercancía más en
las negociaciones comerciales, por lo que es necesario preservar el
derecho del gobierno a mantener programas de apoyo gubernamental y otros subsidios a la industria cultural. El TLC es un convenio de envergadura mayor para Chile, que sin duda consolida su
imagen de nación abierta al mundo y comprometida con el sistema
de mercado. Desde la perspectiva norteamericana, el interés era
afianzar el rol de Chile como aliado incondicional de su política exterior, particularmente como punta de lanza para la imposición del
Área de Libre Comercio de la América (ALCA) en el continente.
Consideramos que la forma y las consecuencias que pueden derivar de las negociaciones sobre libre comercio, en el marco del
acuerdo ALCA, especialmente en lo relativo a cultura o a derechos
de propiedad intelectual no resultarían del todo beneficiosas para la
región. Presentamos entonces a los negociadores del ALCA, siete
propuestas con amplias reservas para el sector cultural y la educación, similares en las establecidas en el acuerdo Chile–Canadá. Incorporamos los cambios tecnológicos en los soportes e intentamos
que se transforme en un principio de la política exterior en materia
cultural, como base de una política de Estado. También hemos pedido apoyar la creación del instrumento de carácter vinculante para la defensa y promoción de la diversidad cultural en el seno de la
UNESCO.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
En estos tres años hemos movilizado una serie de encuentros debates, propuestas y recomendaciones, en todas y cada una de los
espacios de participación que hemos abierto. Así, hoy nos hemos
convertido en interlocutores válidos, rescatando voces de la sociedad civil que estaban adormecidas. Es importante destacar que
cuando recién comenzamos a trabajar, no había relación entre los
responsables de cultura del gobierno y quienes negociaban los tratados. Fue entonces la Coalición la que levantó el tema e hizo de
puente entre las diferentes instancias. Comenzamos también a trabajar en el derecho de propiedad intelectual, porque cualquier cambio en las leyes que regulan los derechos de propiedad intelectual
es un tema ciudadano y compromete el futuro del país.
El 10 de julio de este año realizamos una declaración pública, subrayando nuestra preocupación respecto de las propuestas de modificación a la ley de propiedad intelectual. Pedimos al Gobierno y a los
senadores y diputados que en las nuevas legislaciones en materia
de propiedad intelectual, se garantice una participación más efectiva de la sociedad civil, en especial del sector que agrupa a los creadores y demás participantes de la industria cultural local, para que
las regulaciones sean a favor de los creadores y del desarrollo humano y democrático del país y no a puertas cerradas, en beneficio
de las industrias del entertaiment y de los grandes grupos productores de nuevas tecnologías.
Solicitamos además no olvidar que estaban legislando en un país
que si bien es un importante generador de obras intelectuales en
el ámbito cultural, es fundamentalmente productor de hechos en
el campo de las nuevas tecnologías y productos audiovisuales.
Por lo que es necesario resguardar la propiedad intelectual de
unos pero a la vez facilitar el acceso a la transferencia tecnológica
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II ENCUENTRO
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SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
y fomentar el desarrollo de la creación, producción y difusión de
las obras artísticas.
En Chile hay que ratificar los compromisos internacionales sobre
derecho de autor y propiedad intelectual, especialmente a nivel tecnológico. Algunas de las normas del Capítulo 17 del TLC Chile-Estados Unidos imponen limitaciones y/o prohibiciones a la publicación
o distribución de obras protegidas por el derecho de autor a través
de medios digitales como Internet. Dichas normas, deberán en algún momento ser traspuestas a nuestra legislación local, dentro del
plazo de los cuatro años que el TLC concede.
La Coalición ha querido tomar este tema como parte de su trabajo,
buscando construir una posición común desde la diversidad de sus
miradas. Hemos conformado una mesa de trabajo sobre la propiedad intelectual de manera de recoger la voz de la sociedad civil. Las
modificaciones de la Legislación Nacional a propósito de los acuerdos de libre comercio, ponen en peligro el delicado balance entre
acceso y creación. No hay seguridad acerca del justificado reconocimiento que debe existir en la tensión entre derecho de propiedad
intelectual y acceso a los frutos de la creación.
En el transcurso del mes de junio de 2004, estuvimos presentes en
un taller de consulta a la sociedad civil en preparación de la 2ª Reunión Interamericana de Ministros y Autoridades de Cultura preparado por la OEA, en conjunto con el Ministerio de Cultura y la Coalición chilena. Tuvimos la oportunidad de invitar a coaliciones de Argentina, Brasil, Perú, Uruguay, México y Canadá. De allí surgieron
recomendaciones que establecen la necesidad de asegurar que la
Legislación de Propiedad Intelectual en cada país se oriente fundamentalmente a proteger y fomentar la creación y estimular la transferencia tecnológica en el campo de las industrias culturales. Se solicitó al mismo tiempo a los ministros y autoridades de Cultura presentar a los Jefes de Estado el Proyecto de Convención sobre Diversidad Cultural, como la gran apuesta cultural mundial de principios
de milenio. Es preciso involucrarse en el proceso de elaboración de
un texto final de la Convención que asegure el derecho soberano de
los Estados a establecer sus propias políticas culturales y que pueda ser aprobado a más tardar durante la 33º Conferencia General de
la UNESCO en 2005.
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de Cultura
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Requerimos también que ese proceso cuente con la participación
efectiva de las coaliciones, redes de la sociedad civil y representantes de pueblos originarios. Al mismo tiempo hemos propuesto a la
oficina Nacional de UNESCO en Chile, algunas mejoras del anteproyecto que comentaba Robert Pilon, para que este instrumento pueda ser efectivo y operacional y garantice el fomento a la Diversidad
Cultural y el derecho de los Estados a ser un factor fundamental en
el desarrollo cultural de los países.
Nuestra industria dispone de un mercado nacional muy pequeño
para crecer, por eso es importante defender la capacidad del Estado chileno para acordar políticas culturales que vinculen a nuestro mercado cultural con otras regiones de Latinoamérica y Europa, como los acuerdos de coproducción cinematográfica que Chile tiene actualmente con cinco países, o el acuerdo multilateral de
Cine Ibermedia.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Las bases de esta política cultural del Estado de Chile se sustentan
en el marco de nuestra nueva institucionalidad cultural, adoptada
en el país el año 2003 con la creación del Consejo Nacional de la
Cultura y de las Artes. Este tiene carácter de órgano de la Administración facultado para estudiar, adoptar, evaluar y renovar políticas
culturales. Sin lugar a dudas ha significado un paso importante en
el apoyo de nuestras demandas y observaciones. Más aún cuando
el propio presidente de la República ha planteado a través del Ministro de Cultura, José Wainstein, el apoyo al instrumento en la 32º
Conferencia General de la UNESCO: "No podemos asumir el camino de ser meros receptores pasivos de objetos y valores culturales
que se producen en otras latitudes, para que la globalización sea un
diálogo entre culturas y no hegemonía de una cultura sobre las restantes. Es preciso que ahora nos apliquemos a las tareas para favorecer y estimular nuestra propia creación e incrementar nuestro patrimonio en los acuerdos de libre comercio, el debate de los bienes
culturales pasa a tener un rol fundamental".
Hoy la Coalición ha crecido, constituyéndose en un referente cultural. Como país también hemos crecido y juntos seguiremos buscando desarrollar el tema de la defensa y promoción de la Diversidad Cultural y fortaleciendo el desarrollo de la producción cultural,
buscando mecanismos que permitan un intercambio cultural equilibrado. Muchas gracias.
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SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
PATRICK OLIVIER
Inspector General de la Administración de los Asuntos Culturales del Ministerio de Cultura y Comunicación de Francia.
Ha recibido la distinción de Caballero de las Artes y las Letras de Francia.
He visto el programa de estos días apasionantes, dado que los temas están muy bien elegidos, y les quiero decir que esta mesa redonda es la que resulta más internacional. Esto es un signo de que
la diversidad cultural está verdaderamente en el centro de los debates. Quiero decir también, que para el país al cual pertenezco, para
el Ministerio de Cultura y para el conjunto del gobierno francés es
una prioridad política el hecho de defender la diversidad cultural. Es
un hecho que conocemos muy bien desde hace varios años y deseamos llevarlo al seno de la Unión Europea (UE) y tratar el tema de una
manera más pedagógica. Lo que nos alegra es ver la movilización internacional de la comunidad de creadores, ver que hay coaliciones
que se están creando en todas partes. Son los mismos artistas los
que se ocupan de la defensa de la identidad y esto resulta sumamente movilizador. Me parece que el combate va por buen camino.
El primer objetivo de la preservación de la diversidad cultural es doble. Por un lado hay que preservar la libertad de creación y por el
otro garantizar la libertad de acceso a la creación. Son dos aspectos
que resultan complementarios. Los artistas tienen que tener libre
expresión y el público tiene que tener acceso a obras de calidad, y
no sólo a lo peor, como a veces se ve en algunas televisoras del
mundo. Este objetivo de libertad de creación y libertad de acceso no
se manifiesta en el movimiento natural del mercado, que en cultura pasa de una pequeña artesanía de la creación a industrias culturales con un peso económico cada vez más grande, que persiguen
un objetivo de rentabilidad que provoca una producción estandarizada destinada a la mayor cantidad de público posible. Frente a este criterio de mercado, son los Estados los que pueden reaccionar y
tener capacidad para equilibrar la situación con políticas de soporte y democratización de la cultura. Es en este nivel que la movilización de creadores tiene que actuar, dado que a nivel del Estado hay
una toma de conciencia en el tema acerca de que es indispensable
preservar la capacidad de intervención de los Estados.
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Durante estas tres jornadas vamos a hablar de Globalización y de
Mundialización, que es más o menos lo mismo. La Mundialización
es la llegada de un recorrido que ya lleva varios siglos y no es algo
condenable. Tiende a acercar a los hombres y a las sociedades. El
riesgo de la Globalización si no se corrige, es la estandardización de
las culturas en un nivel mediocre. Se ha llegado a constituir una cultura media y un pensamiento único. Además no se puede desconocer el problema de los idiomas. Lo que se llama Globalización es un
movimiento bastante complejo. Se asiste a un fenómeno económico de concentración de las industrias culturales con desarrollos de
empresas muy grandes, que es un fenómeno relativamente nuevo
en el mundo cultural. La concentración industrial y las empresas
dominantes acrecientan el riesgo de anular la diversidad, a partir de
la preponderancia de la informática y el desarrollo de Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC).
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Entonces no sólo existen países dominantes, sino también empresas multinacionales que son monstruos, que abarcan la prensa, la
informática, la comunicación, producen películas y discos. Por otra
parte este mecanismo de convergencia y concentración industrial
parece inevitable, y los acuerdos comerciales tienden a reforzar esta tendencia, estimulada por la liberalización de los intercambios. Si
bien las negociaciones comerciales se seguirán realizando, nuestro
problema es que se reconozca que las industrias y los servicios culturales son específicos y tienen que ser tratados de manera diferente a cualquier otro tipo de mercancía. Para ello, hay que preservar
la capacidad de intervención de los Estados en el ámbito de la cultura. Si se acepta que la cultura y el audiovisual se traten como mercaderías comunes, ya no habría más capacidad de intervención, y
los Estados no podrían fomentar la industria cultural nacional.
Por ejemplo en el cine, si no hubieran existido mecanismos de subvención y de cuota en Francia no hubiera habido más cine francés.
Las políticas de protección y estímulo del sector cultural ya han probado su importancia para defender los intereses culturales nacionales. Francia ha apoyado ampliamente en la UNESCO el proyecto de
convenio que está negociándose, y estamos muy atentos respecto
a este estatuto jurídico porque pensamos que es absolutamente necesario en el marco internacional, disponer de un instrumento jurídico que reconozca el derecho a la diversidad cultural y que funde
el derecho de los Estados a intervenir en el ámbito de la cultura y
en lo audiovisual.
Quería decir algo de una manera muy general, y señalar que el espíritu de la defensa de la diversidad cultural no es un espíritu de respuesta o repliegue sobre uno mismo. Está acompañado también
por un esfuerzo de apertura y, algo esencial para la posición francesa, de equilibrio en aquellos países cuyas industrias culturales necesitan hacer frente a países más fuertes. Para Francia el diálogo de
las culturas es un aspecto clave que nos parece que resume un estado de ánimo. Muchas gracias.
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SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
LEONOR CISNEROS VELARDE
Antropóloga peruana. Ex Directora del Instituto Nacional de
Cultura de Perú. Consultora de Organismos Internacionales
en Cultura. Miembro de la Coalición Peruana para la Diversidad Cultural
Saberes populares y diversidad cultural
en la globalización
Los saberes populares forman parte esencial de los procesos de desarrollo de las identidades locales. Expresan conocimientos, sistemas de organización, relaciones con el medio ambiente, tecnologías productivas, sistemas agrícolas, danzas, música, teatro, plásticas artesanales, prácticas culinarias, sistemas simbólicos, narraciones, poesías, acontecimientos, experiencias vividas, creencias, historias, destrezas , entre otras, las que son alimentadas y recreadas
por expresiones culturales particulares de los distintos grupos humanos. Porque lo propio y lo ajeno, lo que somos unos y lo que sabemos de los otros forman parte de la dinámica social particular,
de la afirmación de nosotros mismos, la construcción de nuestras
identidades y nuestro reconocimiento social.
Los saberes populares producen, se recrean, se reproducen en el vivir cotidiano, son la esencia de la capacidad creadora, innovadora
de la condición humana. Conviven con los procesos sociales, pueden ir más allá del tiempo y del espacio, están en las lenguas, las
cocinas, el amor, el mercado, la muerte…en todo aquello que forma parte de nuestra compleja, diversa y heterogénea humanidad.
No son piezas de museo, no son añoranzas del pasado, son la expresión de nuestro potencial creativo.
Este potencial creativo de nuestra humanidad, contenido en nuestro patrimonio vivo intangible es lo que nos permite trascender a
nosotros mismos, ingresar a las más complejas dimensiones del
espíritu, del sentimiento y del saber.
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La globalización produce una rápida interconexión de nuestras diversas manifestaciones culturales, de todo lo que decimos, hacemos, consumimos y creamos. Esta interrelación podría enriquecer
nuestra condición y permitir el reconocimiento de los unos y los
otros, el derecho que todos tenemos a nuestra particular y siempre
cambiante identidad, a tener referentes locales y sabernos parte de
ellos, a ser valorados por el libre ejercicio de nuestro desarrollo pleno, de nuestra creatividad transformadora que late con nuestra vi-
da misma y que nos diferencia de otras formas de vida.
Pero, ¿qué clase de "globalización" es esta que amenaza con la destrucción de nuestra propia condición y nos presenta el peligro, la
emergencia de estar entrando a la degradación y decadencia de
nuestra especie?
LAS INDUSTRIAS
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GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Estamos frente y dentro de la globalización de los intereses de los
poderosos, de los que han encontrado en la lógica del libre mercado el juego por ganarse los destinos de esta, nuestra humanidad.
Y es frente a ello que la gran mayoría viene perdiendo protagonismo en el ejercicio de su libertad ciudadana, de sus derechos sociales y culturales incrementándose la situación de pobreza y exclusión. Este libre mercado lo va poseyendo todo, pretendiendo controlar la dimensión que produce bienestar y desarrollo espiritual.
Hay saberes que al mercado, a los poderosos no les conviene que
existan. Hay historias que los poderosos preferirían arrancar de la
memoria de la humanidad, hay guerras, abusos, asesinatos, dictadores, invasiones, destructores de la vida y del alma que están en
nuestras memorias, que son nuestros saberes, los saberes de nuestros pueblos. Hay dolores que matan y que quisieran ir matando de
a poquito las ilusiones y esperanzas en nuestra humanidad. Detrás
de todos ellos están los intereses del mercado, los negocios de las
armas, del petróleo, del narcotráfico y del control de hombres, mujeres, niños y ancianos, de nuestras mentes, de nuestra opción a elegir, de nuestra libertad de producir y de nuestro consumo cultural.
Las trasnacionales norteamericanas tienen en sus industrias culturales, llamadas del entretenimiento para parecer inofensivas, un sutil instrumento para uniformizarnos y enfrentar nuestra diversidad,
tratando de controlarla, de generación a generación, minimizándola, a fin de hacer de los intereses del mercado los destinos de nuestra humanidad.
El valor de nuestra diversidad no depende de sus posibilidades de
éxito en el mercado. La creatividad, el desarrollo del pensamiento, del espíritu, no está en venta. Goethe ya nos contó la historia
de Fausto.
La producción de bienes culturales, sus posibilidades de desarrollo
dentro del mercado requiere de políticas de control frente a las trasnacionales a fin de darle paso a la diversidad de culturas. Sin el desarrollo de esas restricciones el mercado cultural tenderá a la tan
peligrosa y denigrante uniformización (tan referida por muchos autores como "sólo la muerte nos hace iguales"). Para apostar por la
diversidad cultural, por la vida tenemos que lograr que cada Esta-
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II ENCUENTRO
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SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
do asuma la obligación de desarrollar políticas para fomentar el desarrollo de la producción cultural estableciendo condiciones favorables dentro del mercado.
El patrimonio intangible no puede ser añoranza del pasado o cosas
obsoletas, debe de constituir parte de la vida de las comunidades,
para garantizar su continuidad debe estar vigente, ser útil, necesario para la afirmación de la identidad local, para la construcción de
una ciudadanía participativa y cumplir un papel económico para la
vida de la población, asociado al turismo cultural, a la educación, a
la gestión municipal y a la producción de industrias culturales.
Sin embargo, frente a tantas amenazas nos encontramos en una coyuntura muy importante a nivel internacional. La Convención sobre
la Diversidad Cultural de la UNESCO, cuyo Anteproyecto iniciará su
discusión entre los representantes de los gobiernos la próxima semana en París, nos presenta una gran oportunidad.
Es fundamental trabajar todos por el desarrollo de este Anteproyecto, de esta Convención, pero también es necesario revisarlo, señalar de manera clara y consistente, tanto en el capítulo de los Objetivos como en el de los Principios, que requerimos de mecanismos
para regularizar el comercio y establecer en las relaciones de mercado de los productos culturales beneficios para el desarrollo pleno
de la diversidad cultural, ya que la lógica del mercado nunca podrá
ser la que rija el proceso de creación cultural. No se puede condicionar nuestro desarrollo como humanidad a la libre competencia
del mercado. Eso significaría organizar la creación humana para favorecer intereses ajenos a ella misma.
Ni la muerte, que nos vuelve iguales, podrá acabar con la diversidad. A nuestros muertos también los evocamos, los añoramos enriqueciendo la apuesta por la vida, la reproducción de nuestra irrenunciable diversidad. Muchas gracias.
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FLORENCE-MARIE PIRIOU
Doctora en Derecho. Subdirectora de la Sociedad Francesa
de los Intereses del Escrito. Representante de la Coalición
para la Diversidad Cultural de Francia.
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1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Efectivamente represento a la coalición francesa que nació en el
año 97 y pertenezco a una organización que defiende los derechos
de autor, principalmente de los escritores y los editores.
En 1997, la sociedad de gente de letras (SGDL) y las casas de edición, el conjunto de organizaciones de sociedades de autores como
la SACD, y los sindicatos de autores estábamos muy sensibilizados
con los nuevos acuerdos bilaterales que asimilaban la propiedad intelectual y las políticas culturales a inversiones. Estamos muy vigilantes para que la propiedad intelectual y las políticas culturales, no
sean abandonadas por los movimientos de liberalización de intercambio y de comercio. Este problema estimuló la movilización de
los organismos profesionales, de artistas del mundo del espectáculo, de la edición, de la música hasta agrupar a 50 organizaciones representadas en la coalición francesa.
Nuestros esfuerzos para evolucionar hacia una diversidad cultural
mundial se deben a que no pretendemos que solamente haya una
excepción francesa. Los franceses tenemos los derechos de autor
basados en los derechos humanos, noción que evolucionó también
en Canadá. La cultura no es sólo un muro de protección, debe constituir también un intercambio entre seres humanos, con políticas
que aseguren el financiamiento, y mecanismos como el precio único del libro. Estas políticas también deben estimular el intercambio
de soportes y la divulgación de las diferentes culturas en los países.
En el mundo editorial le prestamos mucha atención a esto. La política cultural del libro en Francia se afirma con la Ley Malraux de
1975, con la creación del Centro Nacional del Libro, que permitió
ayudar a los escritores y a los editores a que obtuvieran subvenciones para la publicación de sus libros, y para dar a conocer autores
poco conocidos, así como para hacer traducir algunos autores de
poca difusión. Esto pudo realizarse con apoyo del Estado, que asegura que haya financiamiento. La Ley Malraux impone el 3% de tasa sobre las fotocopiadoras para financiar este tipo de políticas. Esta politica cultural y la protección de los derechos de autor permiten la diversidad cultural.
También apoyamos la movilización del cine y la música en favor de
una convención internacional, porque vimos que era la mejor manera de resistir los acuerdos comerciales. De forma tal que nuestros
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CULTURAL
1. DIVERSIDAD
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Estados pudieran resistir a los nexos de la cultura al comercio y legitimar y reconocer la política cultural, para que éstos se apoyen sobre instituciones y convenciones que estén aprobadas por la mayoría de los países del mundo.
La UNESCO nos parece una institución muy apropiada para defender nuestro objetivos: la cultura, los creadores y los artistas. Es por
ello que en este momento tenemos mucho entusiasmo y esperanza. El 14 de julio del 2004 se presentó el Anteproyecto para la protección de la diversidad de los contenidos culturales y de las expresiones artísticas. Esta Convención tiene como objetivo, en primer
lugar, constituir una base jurídica internacional, basada en los derechos soberanos, derechos fundamentales para determinar políticas
culturales libres en cada país.
Esta Convención no sólo reconoce el papel de los derechos de autor,
sino que también acepta la diversidad cultural a través de los Estados, que son los responsables de definir este tipo de medidas. Es
por esta razón, que esta Convención es única y digna de esperanza
en este momento, para las organizaciones profesionales francesas.
Como dijo Robert Pilon, hay que mantenerse vigilante en la Convención con respecto a los términos que se emplearán para describir las políticas culturales. También se debe estar atento para que
los Estados, que tienen la obligación de preservar la política cultural, respeten los derechos de los creadores y el derecho a la remuneración. No sería bueno que la política cultural disminuyera los derechos de autor, como lo hizo alguna legislación anterior. El objetivo de la Convención debe favorecer a la cultura y la distribución de
libros. Lo que deseamos en realidad, es que haya equilibrio, que se
respeten los derechos humanos, los derechos de autor, y la libertad
de creación. En el preámbulo habría que recordarlo, porque hay
políticas que censuran el contenido de libros, de películas y eso no
es bueno. Es preciso encontrar un equilibrio. Creo que este Anteproyecto está en un muy buen camino.
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de Cultura
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Sin embargo, esta especificidad francesa nos recuerda que en la
propiedad intelectual hablamos de derechos de autor, dando ventajas al rol de creador, sin extenderse demasiado en propiedad industrial, marcas, patentes, que en realidad no tienen mucho que ver
con la política cultural. Todo lo relativo a los dispositivos culturales
es mantener una creación y no favorecer a industrias relativas a
marcas o patentes, entonces hay que restringir un poco el campo
de acción y hay que evitar que los deportes y las actividades turísticas entren en el campo cultural. Estas son algunas enmiendas que
nos hemos propuesto y que consideramos importantes.
Otro tema al que prestamos mucha atención es al de la Convención,
que no debería estar firmada por los miembros de la UNESCO si no
es efectivamente vinculante, especialmente en relación con otros
acuerdos internacionales. Sin embargo, sobre el artículo 19, hay
que movilizarse y prestar mucha atención. ¿Qué es lo que propone?
Todavía hay dos posiciones. Una versión propone que los Estados
que firmen la Convención no verán afectados los principios que
aparezcan en otros acuerdos que firme dicho Estado. Esta es la versión B, que es la menos eficiente, porque implica que nada le impide a un Estado firmar otro tipo de acuerdos. Nosotros apoyamos la
variante A, que propone que la Convención tiene la misma jerarquía
que otros acuerdos internacionales. Entonces es muy importante
que los Estados estén conscientes de la importancia de que la Convención sea vinculante, que haya eventualmente sanciones financieras, si un Estado no respeta las obligaciones de la Convención.
Un recurso posible es el arbitraje consensuado en caso de conflicto que se puede consensuar entre los Estados. Nos parece primordial tener una Convención con fuerza totalmente vinculante.
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1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Estos son los puntos esenciales sobre los cuales el conjunto de la
coalición va a seguir su acción. Estamos muy satisfechos de ver que
en el 2005 vamos a seguir trabajando en favor de la diversidad cultural. Naciones como Estados Unidos se van a sensibilizar, y van a
comprender el sentido de lo que nosotros estamos tratando. Hay
que explicar a nuestros hermanos artistas de Estados Unidos porqué la UNESCO es el ámbito que garantiza este desarrollo y el objetivo de diversidad cultural basado en los derechos del hombre,
como la libertad de expresión y la libertad artística. Invitamos a todas las coaliciones a que trabajen sobre el texto de la Convención.
Muchas gracias.
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JORGE BOSSO CUELLO
Actor. Secretario General de la Federación de Artistas del Estado Español y de la Unidad de Actores de Madrid. Representante de la Coalición por la Diversidad Cultural de España. Jorge Bosso Cuello es argentino pero se ha radicado en
España desde hace muchísimos años.
La creación de una coalición por la diversidad cultural en España es
reciente y en parte es resultado de la relación de la cultura, del mundo de la cultura, con hechos que van mucho más allá de las políticas culturales nacionales e internacionales, como la guerra de Irak.
Respecto a los acuerdos internacionales, quiero señalar que debe
haber política nacional coherente, porque de lo contrario se afirman
muchos discursos que a la hora de la verdad se dan de narices con
otras prioridades como la economía y el comercio. También debe
haber coherencia a nivel internacional, y ahí la debe imponer la
UNESCO. Hasta ahora evidentemente a nivel internacional han tenido mayor fuerza las negociaciones comerciales. Es ahí donde nosotros creemos que tenemos que empujar a nuestros gobiernos para que sean coherentes y no digan una cosa y luego la borren con
el codo, cuando llega otra negociación más importante. Eso es prioritario en nuestro concepto. Si España pudo cambiar un gobierno
como el de Aznar, que parecía inamovible, y no precisamente por
su política cultural, sino por la política económica, es importante
pensar que los pueblos también pueden hacer pesar su incidencia,
y que los hombres de la cultura tienen un papel importante para
conducirlos, guiarlos y hacer salir a la calle a quienes realmente
pueden empujar una solución.
Secretaría
de Cultura
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Estamos hablando de políticas internacionales, de políticas nacionales, pero también de ciudades. Y por eso me refiero a Montreal,
donde en el 2001 tuvo lugar la primera reunión de coaliciones que
cambió prácticamente los anales del mundo. Casi al mismo tiempo
de ese encuentro de Montreal, pasaba los que pasó en las torres y
que nos conmovió profundamente. Que también permitió a un
cowboy de Texas tener patente de corso para invadir países y crear
situaciones de muerte y de asesinato. Fue en aquel momento cuando a la usanza de la política francesa se adhería en Montreal a un
instrumento para la diversidad cultural. Montreal tiene esa cosa tan
parecida a la Argentina o a New York, de olla común, de ingresos,
de lengua, de cultura que la hace tan especial para estas cuestiones.
España se adhiere inmediatamente con la representación de directores, de actores y de artistas, en un amplio espectro mucho más
grande que incluye intérpretes como los bailarines y los músicos.
En aquel momento estábamos en primera línea en España porque
el 11 de septiembre tuvo consecuencias directas no sólo en la política cultural, sino en las relaciones internacionales de España. Esto
hizo cambiar las prioridades. Los actores, los portavoces de la Coalición Cultural nos vimos involucrados en la lucha decidida en contra de la guerra. Ese constante hacerse oír, aún con muchas dificultades porque este tema también dividió a la gente a nivel ciudadano, nos costó también su crítica. Luego del cambio de gobierno las
organizaciones de actores y de intérpretes pudimos incidir más en
la política cultural. El nuevo gobierno español se ha vinculado a la
coalición por la diversidad cultural.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Para terminar diría que en el último texto de la coalición española,
en nuestro manifiesto de presentación señalamos nuestra preocupación en torno a la desigualdad económica, a los límites a la libertad de expresión, con la esterilización planificada de cualquier forma de pensamiento divergente. La creatividad cultural es la fuente
del progreso humano como expresó la Conferencia Intergubernamental de Ministros de Cultura de Estocolmo 1998 que reclamó por
la diversidad creadora en un espacio prioritario propio y con un tratamiento diferencial.
Respecto a la Convención de la UNESCO, el manifiesto de presentación de la Coalición española, proponemos que sepamos abstenernos de apoyar medidas a escala internacional, incluido el territorio de la Unión Europea, que puedan deteriorar o suprimir objetivos
fundamentales en ámbitos como la cultura o la educación, o socavar la capacidad de los gobiernos de apoyar la identidad cultural nacional. Apoyamos decididamente la existencia de una Convención
Internacional sobre la diversidad cultural, sustentada sobre todo en
4 ejes fundamentales:
a)
reconocer la especificidad de los bienes y servicios culturales
b) reconocer el derecho de los gobierno para adoptar o mantener
políticas que se consideren apropiadas para la preservación del patrimonio cultural y para el desarrollo de expresiones lingüísticas
c) dar cobertura a los bienes y servicios culturales entendidos como el producto de la creación artística individual o colectiva. Dichos
bienes y servicios se caracterizan generalmente por estar protegidos por los derechos de autor, y reclamamos todos los países reconozcan ese derecho en igualdad de condiciones como en Francia, y
como lo hace una de las leyes de propiedad intelectual más avanzada, que es la ley de propiedad intelectual española
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Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
d) Fortalecer la solidaridad a nivel internacional. Asimismo pretendemos crear un observatorio dentro del Ministerio de Cultura
Español y dentro de la Comisión Europea encargado de constatar
que la diversidad cultural sea respetada, tanto dentro como fuera
de la Unión Europea.
Creo que llegamos tarde. Pero en España estamos ganando tiempo y
hay gente empujando y participando en este nivel. Muchas gracias.
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de Cultura
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RICARDO ANHAIR BARBOSA DE LIMA
Artista plástico natural de Porto Alegre. Secretario Sustituto
de Identidad y Diversidad Cultural del Ministerio de Cultura
del Brasil.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
En primer lugar quiero felicitar a los compañeros de mesa y a Gustavo López, y a través de ellos felicitar a todos los invitados, a todos sin
excepción. Es muy bueno estar aquí nuevamente en Buenos Aires. Yo
soy brasileño, de Porto Alegre, y tenemos una relación muy estrecha
de más de 10 años con Buenos Aires, con intercambios muy sólidos.
Es realmente un placer estar aquí junto a todos ustedes.
En primer lugar quisiera hacer un comentario sobre la discusión en
la UNESCO en torno a la cuestión de diversidad cultural. En septiembre tendrá lugar en París la primera reunión de un proceso que
va a progresar hasta el 2005. Para el gobierno brasilero es fundamental esta discusión sobre la diversidad. El Ministerio de Cultura
ya está analizando el primer borrador y yo estoy coordinando una
Comisión del Ministerio que discute el documento junto con el Ministerio de Relaciones Exteriores. Nosotros pensamos que las posiciones del movimiento social son fundamentales en este proceso, y
pretendemos que el Foro Social Mundial de febrero de 2005 pueda
establecer una discusión con respecto a este documento.
La identidad cultural es un tema muy importante no sólo para el Ministerio de Cultura sino para el gobierno. Mi país, Brasil, es un país
con múltiples relaciones culturales diversas desde su formación.
La formación del pueblo brasileño está basada en la diversidad: los
africanos, los indígenas americanos, los europeos (en particular
portugueses, españoles, franceses, holandeses y alemanes) son
parte de nuestra formación, hasta el 1800 cuando Brasil se abre a
todo el mundo. Somos un país mestizo. Es por ello que para nosotros entender el tema de la diversidad es fundamental. Tanto que el
Ministerio constituyó una Secretaría que trata el tema de la diversidad o identidad y diversidad cultural, en la que participan tres Estados federales como Minas Gerais, Paraná y Río Grande do Sul. Estos Estados tienen procesos de colonización distintos, tienen una
producción artística diferente, y son universos totalmente distintos.
Estoy trayendo una pequeña porción de lo que nosotros estamos
pensando en este momento respecto al tema de la diversidad y de
lo que mi país pretende hacer al respecto. Dividí mi presentación en
seis breves tópicos. En primer lugar abordaré el tema de la modernidad en las identidades culturales, que presenta mayor o menor
estabilidad, capacidad de tener significado y de cohesionar a las
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
distintas colectividades. La construcción de las identidades singulares de las naciones y también los elementos que se consideran universales tienen su significado histórico y socialmente han sido
construidos a través de una fluida transformación. La idea moderna de la cultura, se ha asociado al tema de la diversidad y al iluminismo. Esta noción apareció en el siglo XIX, basada en las artes y
ciencia y en las características superiores del espíritu humano, y en
la diversidad de costumbres y creencias. La cultura en el sentido
moderno, incluso considerando las diferencias con lo que ha sucedido durante todo el siglo XX, implica un conjunto de expresiones
del espíritu humano y también las singularidades del ser humano y
sus grupos sociales, que tiene determinadas expresiones en su cultura.
El concepto de identidad cultural que incorpora el posmodernismo
postula que el sujeto típico de la modernidad o del iluminismo tiene una identidad dislocada, fragmentada, y con contradicciones. El
hombre del iluminismo es un sujeto cartesiano, un individuo soberano basado en la razón, indivisible, unificado en su interior y singular, que constituye una relación con las distintas estructuras y niveles sociales. Es el hombre económico, y el hombre del maquinismo y la burocracia moderna, el hombre que manifiesta su genio en
las obras de arte.
El siglo XX asiste al surgimiento y consolidación de las industrias
culturales, definiendo nuevas formas de producción y de comunicación para los productos culturales, y nuevas relaciones entre los Estados nacionales y sus industrias. Hasta mitad del siglo las principales industrias estaban ligadas al periodismo, la música, el cine y
el libro. A partir de los años 20-30 el concepto de cultura de masas
aparece asociado a procesos de industrialización y urbanización, en
donde la atomización social y el establecimiento de gustos específicos tienen que ver con las masas, y aparece también el fenómeno
de propaganda.
Hacia final del siglo pasado se incorporaron nuevas tecnologías de
producción, difusión y comercialización de nuevos productos culturales, tales como la televisión por cable y las transmisiones vía satélite, además de la aparición de computadoras y nuevas tecnologías de transmisión de de datos, sonidos e imágenes.
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de Cultura
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En la segunda mitad del siglo XX, el sujeto del iluminismo se descentra, según distintos autores. Hay factores de dislocamiento en la
sociedad moderna, que contrarían la idea marxista de que habría
una esencia universal del hombre, que caracterizan al hombre como singular, contrariamente a las determinaciones sociales, es decir la situación de clase ya no determinaría la identidad del sujeto
contemporáneo.
La lingüística estructural también minimiza la idea de que somos
realmente autores, ya que las lenguas son sistemas sociales y no individuales. La proposición de Foucault de poder mantener las vidas,
las actividades, el trabajo y la felicidad del individuo manifestado a
través de escuelas, hospitales, clínicas, no siguió ni al neoliberalismo capitalista ni al estalinismo, sino que entiende las formas burocráticas y los partidos políticos valorizando formas, especialmente
culturales de manifestación, tipo el teatro revolucionario.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
El dislocamiento sufrido por el sujeto del iluminismo, tomado como
representación de la identidad cultural moderna, hacen que se reconozcan otras legitimidades de identidades que las precisamente
universales. Estas identidades tienen varios orígenes como por
ejemplo:
La situación de clase en el mundo de trabajo como la identidad del
trabajo en el campo, en la ciudad, estudiantes, etc.
La situación de género y de orientación sexual como los movimientos de mujeres, los movimientos gays, de lesbianas y bisexuales.
La situación etaria de los mayores, los jóvenes y los niños.
La situación étnica como por ejemplo el caso de los afro descendientes.
Este reconocimiento es fundamental para una nueva visión sobre política cultural, debida a la importancia de las manifestaciones típicamente culturales, no tomada en su concepción antropológica, sino en
la construcción de esas identidades.
Identidad cultural nacional y modernización tardía
Uno del los aspectos más destacados en torno de la globalización
es su relación con la transformación del Estado-Nación. En el mundo moderno las culturas son las fuentes principales de la identidad
cultural, son fuerzas homogenizadoras en determinado territorio y
singulares en el contexto internacional. Por ejemplo, aun caracterizados como brasileños estamos revelando este trazo de la modernidad, casi como un dato de naturaleza histórica y socialmente
construida las diferentes ideas de nacionalidad son más que entidades políticas y son elementos fundamentales para el sistema de representación cultural. Diferentes son las instituciones culturales
que se reproducen cotidianamente y las que reproducen las repre-
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
sentaciones y los símbolos de las identidades nacionales, integrando las diferencias entre los miembros e individuos de una nación.
La globalización, como un conjunto de proyectos, procesos y tendencias que atraviesan las fronteras pone en crisis las identidades
culturales nacionales. Es necesario destacar que los movimientos
globalizadores son anteriores inclusive a la mundialización proporcionada por el capitalismo industrial. Lo que llamamos globalización es un fenómeno de compresión de nuestros mundos espaciales y temporales, una disminución de las distancias por la influencia de nuevas tecnologías de comunicación que afecta las representaciones del mundo.
Es necesario recordar que el movimiento artístico de fines del siglo
XIX e inicios del siglo XX, originó diferentes representaciones modernas y futuras, especialmente en el mundo de las artes plásticas.
Frente a la globalización las identidades nacionales representan un
aspecto singular de la cultura, al igual que internamente dentro de
cada país, representan fuerzas homogenizadores, universalizantes.
Por lo tanto una de las consecuencias de todo esto es la aparición
de lazos e identidades locales, regionales y étnicas.
Diversidad cultural y el debate al respecto
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de Cultura
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La necesidad de reconocimiento, valorización y apoyo de la diversidad cultural genera debates sobre políticas culturales con tendencias homogenizadoras. El tema de la diversidad cultural adquiere
centralidad en los debates internacionales sobre la cultura y la política cultural. Se da importancia creciente a las negociaciones y tratados internacionales, donde los bienes y servicios culturales tienen
cada vez más peso en el comercio entre las naciones. Frecuentemente se relacionan los esfuerzos para obtener una convención de
diversidad cultural en la UNESCO, frente a la existencia de tratados
internacionales que regulan el comercio de servicios culturales como una formas más de comercio, por ejemplo, en la OMC. Hay distintos campos intelectuales que tiene que ver con esto, como los debates relativos al multiculturalismo o pluralismo cultural. Obuljen
distingue dos aproximaciones generales para caracterizar la diversidad cultural. Una destaca la diversidad dentro de una sociedad en
particular, en la que los individuos serían denominadores potenciales de las múltiples identidades y características culturales heterogéneas, que en conjunto constituirían una identidad nacional. Partiendo de los derechos humanos básicos y un ambiente democrático de
construcción de democracia cultural en que se explicitarían expre-
siones específicas, ligadas a aspectos étnicos, de género, orientación sexual, etc. Otra dimensión de la diversidad cultural puede ser
percibida tomando a las sociedades o los estados-nación como unidades de afirmación identitaria, donde la diversidad cultural sería
entendida como un principio representante de las necesidades para
intercambiar bienes y servicios culturales entre otros estados y/o
culturas.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
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Septiembre 2004
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
Las dos acepciones se aceptan aquí y se discuten posteriormente
en relación con el concepto brasileño. Entre 1946 y 2000 ha habido
modificaciones conceptuales en cuanto a la diversidad cultural. En
un primer momento la cultura se centraba en la producción artística donde las naciones-estado son consideradas unidades y el pluralismo se refiere a diferencias entre las naciones y también a las diferencias intra-nacionales. Posteriormente hay una ampliación de
este concepto de cultura que incluye el debate en relación al imperialismo ideológico, dentro del contexto de la guerra fría. El concepto de cultura se ve caracterizado por la relación entre cultura y democracia. Una serie de documentos construyen los distintos significados actuales en el ámbito de la UNESCO en particular el relatorio de 1995 y también de 2001.
La definición más sintética fue la que se dio en la Conferencia Mundial en la ciudad de México, reiterada en un documento en el 2001:
la cultura debe ser considerada como conjunto de trazos distintivos,
de rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales que caracterizan a una sociedad, a un grupo social, y que además de las artes y las letras comprende el modo de vida, la manera de vivir conjuntamente, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.
Es un sistema que se puede resumir en la expresión "Identidad Cultural". La Declaración de 2001 asoció el respeto por la Diversidad
cultural junto con la paz y la seguridad internacional. Es muy significativo ello por el momento histórico en que se dio esta declaración, un momento en donde había la posibilidad de choque entre
culturas y una teoría líder propuesta por los Estados Unidos. La valorización de la identidad cultural tiene que ver con la solidaridad
entre los pueblos, la conciencia de unidad del género humano y el
desarrollo de los intercambios culturales. Los procesos de globalización o de mundialización caracterizados por la revolución de la
tecnología informática y de la comunicación, constituyen un desafío para la diversidad, creando la necesidad de alianzas y de renovación de diálogos entre culturas, civilizaciones y grupos sociales.
Sobre la relación franco-canadiense para estimular la convención
sobre Diversidad cultural se articuló una Red Internacional de políticas culturales en la que Brasil forma parte. Entre sus objetivos fi-
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
1. DIVERSIDAD
CULTURAL
gura reconocer que los bienes y servicios culturales difieren de
otros productos, así como reconocer que las medidas y políticas
que permiten garantizar el acceso a productos culturales de origen
natural, difieren de otras políticas. También pretende definir reglas
que realcen la Diversidad cultural y determinar cómo los acuerdos
comerciales se aplicarán en el campo cultural respetando la diversidad y garantizando el mantenimiento de la legitimidad y legalidad
de las políticas públicas de preservación y el desarrollo de la Diversidad cultural.
El último punto al que me quiero referir son las Industrias Culturales en Brasil y el modelo de financiación de la cultura. Como se formuló en el ámbito del programa "Brasil Plural, Identidad Plural", la
representación de distintas manifestaciones y de grupos sociales
productores ayuda a describir los riesgos del empobrecimiento de
la Diversidad cultural. Las Industrias Culturales tienen un carácter
estratégico para reconocer y valorizar la Diversidad cultural. A nivel
internacional sería importante proteger la distribución y la difusión
de los contenidos nacionales a nivel regional y también a nivel de
los productos independientes que sean relevantes. Para terminar,
quiero destacar que es un proyecto importante para la promoción
de la Diversidad en Brasil, que busca garantizar la regionalización
de la Diversidad cultural en Brasil. Muchas gracias.
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2. La visión desde las ciudades.
Retos, oportunidades y desafíos
SUSANA REINOSO (moderadora)
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GLOBALIZACION
Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Periodista del diario La Nación - sección CulturaBuenas tardes. Desde hace ocho años soy periodista del diario La
Nación en la sección cultura, con responsabilidad en los temas de
política cultural, medios y cultura en general. Nos preocupa especialmente cuál es el espacio que tienen las ciudades en la vida de
los ciudadanos, y a su vez que tienen los ciudadanos en la vida de
las ciudades. Este ha sido un tema de interés personal desde que
conocí en 1996 las políticas llevadas adelante por Barcelona.
Quiero introducir el tema antes de presentar a los expositores. Me
parece interesante destacar que la cultura sirve para generar sentido y cohesión entre los ciudadanos. Uno de los especialistas en
gestión cultural de Cataluña, Tony Puig Picart, una persona muy
creativa que trabaja con la cultura de los barrios en Barcelona, presenta una visión sumamente interesante al plantear: "¿Qué es el
mundo sino una red de ciudades?", para explicar el rol que las ciudades tienen en la vida de los ciudadanos. Tony Puig creó en los
años 70 la mítica y revulsiva revista cultural llamada "Ajo Blanco".
Para él, "hoy la gente quiere significarse, las ciudades quieren significarse y jugar en primera división y es así como se convierten en
marcas de referencia". Es interesante que quien plantea esta idea
sea alguien que vive en una ciudad que se inventó a si misma como Barcelona. Una ciudad que vista hacia atrás no se presentaba
como una gran metrópoli al estilo París, Londres o Tokio, pero que
alcanzó un lugar propio como una de las capitales culturales de Europa. Esta nueva dimensión fue posible a partir del esfuerzo coordinado de todas las fuerzas vivas de la ciudad, los dirigentes, las ONG
culturales, las asociaciones intermedias, las empresas y los ciudadanos, que alcanzaron un consenso sobre el modelo de ciudad. El
ejemplo de Barcelona debe ser rescatado, porque el sitio que la ciudad hoy ocupa en el contexto de España y Europa fue a partir de un
proceso que le llevó apenas catorce años, que en la vida de una ciudad no son nada. Con una vocación política definida, la cohesión de
las fuerzas vivas de la ciudad, y sobre todo con un proyecto común
hoy es posible desarrollar lo que se llama marca ciudad o ciudad de
referencia, y desde ahí poder empezar a hablar sobre el modelo de
país en el que se quiere vivir.
Lo que los ciudadanos esperan de su clase política es que contribu-
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Secretaría
de Cultura
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ya a forjar un estilo de vida ciudadana, una calidad de vida dentro
de la ciudad. Por eso se puede decir hay un estilo Barcelona. La pregunta que deberíamos hacernos es si hay un estilo de Buenos Aires
para vivir. A mi me parece que los ciudadanos tenemos claro como
queremos vivir, pero no estamos tan seguros sobre en qué ciudad
queremos hacerlo. Cuando tengo que volar, y el avión se acerca a
Buenos Aires, suelo preguntarme qué me une al resto de los ciudadanos de la ciudad. Esta es una pregunta por la que hay que empezar para construir la ciudad en la que queremos vivir. La ciudad define su identidad en tanto la habitamos con tal profundidad que
cuando salimos de ella nos identifican más por la ciudad que por el
país. En esa red de ciudades que es el mundo y de la que hablaba
Tony Puig Picart, es más fácil identificar a los ciudadanos que se
comprometen con la vida democrática y con los valores republicanos.
VERA MARÍA HAJ MUSSI
Secretaria de Cultura del Estado de Paraná. Licenciada en
Historia y Geografía con especialidad en Educación.
En primer lugar, quiero agradecer la invitación para poder hablar
aquí sobre diversidad cultural, que es un tema que nos apasiona
mucho en el Estado de Paraná. También quiero felicitar a nuestra
coordinadora y a todos los miembros del panel. Al conversar recientemente con personas aquí presentes me señalaron que Brasil
tiene una identidad muy fuerte. Yo diría que esa identidad muy fuerte respeta a los diversos Estados Federales. Porque cuando se habla de Brasil, no se habla del Estado de Paraná ni de sus personas,
ni tampoco de su cultura. No se piensa en el Estado de Paraná cuando se observa que hay mucha diversidad cultural en Brasil, cuando
se habla de un Estado formado por muchas etnias, diversas etnias.
Paraná tiene más de 70 etnias clasificadas, lo cual hace de este Estado un referente de la diversidad brasileña, en un país de muchas
facetas, que como ya lo han dicho aquí, es un país continental. Lo
que intentaré mostrar hoy aquí es la descripción de una de las caras de ese país, una faceta llamada Estado de Paraná. En la Secretaría de Cultura de Paraná tenemos como directriz principal la valorización del paranaense, dado que a su identidad queda un poco diluida dentro de la idea que se tiene de Brasil. Nosotros somos Brasil, pero con nuestras peculiaridades.
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2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
La globalización en Brasil asume aspectos muy interesantes, entre
ellos los procesos que tienen que ver con una homogenización de
la cultura. Esto también sucede en Brasil, donde tenemos una red
de televisión muy fuerte que transmite una cultura y unos valores
que no son lo que nosotros somos realmente. Por la enorme influencia de las comunicaciones, las pequeñas ciudades del Paraná
de hace 30 años hoy tienen valores distintos y se orientan hacia una
cultura más homogénea.
Después de la segunda guerra mundial hicimos una lectura de lo
que era Brasil. Por ejemplo, en Hoollywood estaba Carmen Miranda que se transformó en un estereotipo del ser brasileño con su forma de bailar y su ser carioca. Miranda representa una relectura del
punto de vista americano del estereotipo brasileño, una lectura venida desde afuera, pintoresca, pero que no reflejaba la realidad del
Brasil. Hoy Brasil, incluso el Estado de Paraná que es eminentemente agrícola, presenta una concentración urbana muy marcada muy
grande. Este es un gran desafío para las ciudades de hoy, con procesos de urbanización total, con miles de personas que se trasladan
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II ENCUENTRO
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SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
del campo a la ciudad. Lamentablemente en Brasil, también las inversiones culturales del Ministerio de Cultura, se han concentrado
hasta en un 90% en San Pablo y en Río de Janeiro, en detrimento
de pequeñas ciudades que quedan desprovistas de inversión en el
área cultural. Esta situación destruye aún más la identidad cultural
de las pequeñas ciudades.
¿Por qué obtienen poco apoyo? La inversión en cultura en Brasil todavía hoy no es una prioridad, a pesar de la variedad de la diversidad cultural tanto en Paraná como en el resto del país. Hago aquí un
paréntesis para contarles una anécdota. En la Secretaría de Cultura
organizamos un evento cultural bastante interesante y una empresa
telefónica intentó apoyar este evento. Muy poco tiempo antes de la
actividad ellos señalaron que en realidad preferían apoyar a un equipo de fútbol. Este es un ejemplo banal de lo que sucede con la inversión de cultura en Brasil. Es por ello que el objetivo de la Secretaría
de Cultura es buscar y conocer la diversidad cultural de nuestro estado que es parte de Brasil, y fomentar que la diversidad permanezca viva, vital. Para mantener esta diversidad es necesario conocernos en profundidad, nuestra diversidad y toda su belleza. Para llevar
a un conocimiento concreto de esta diversidad, se creó un inventario cultural. Esta idea parte del sentido de usar lo que se tiene, pero
haciéndolo de una manera distinta de lo que es tradicional. El inventario cultural está orientado por el hecho de que el estado trabaja
con catorce regiones, debido a que Paraná es bastante grande.
Cuenta con catorce oficinas regionales, en donde se incentivan las
manifestaciones culturales locales, haciéndolas surgir, dándoles su
valor, como forma de preservar la identidad del pueblo paranaense.
Secretaría
de Cultura
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Existen tres proyectos: Paraná de la gente, Paraná haciendo arte, y
Cultura en movimiento. El primero es nuestro proyecto más ambicioso, en el que se realiza un inventario cultural completo de lo que
existe en Paraná, que es un estado rico en patrimonio natural. Como ustedes saben, en nuestro Estado se encuentran las Cataratas
del Iguazú, y también un complejo Geológico que se llama Villa Bella que tiene millones de años. Es una formación geológica antiquísima de la época, que en algún momento estuvo cubierta por el
océano. Es un gran espectáculo de la naturaleza. Existen otras riquezas naturales como la foresta Atlántica, en la que una parte se
ha transformado en reserva. Se trata de una zona de biodiversidad
enorme. En este inventario incluimos el patrimonio histórico, el patrimonio cultural, las manifestaciones culturales, los medios de comunicación y otras cuestiones del área cultural como la legislación.
La diferencia con otros inventarios es que no es realizado por un
equipo contratado, sino que se trata de un inventario con una metodología diferencial. Hemos capacitado a las personas del munici-
pio para que sean ellas mismas las que hagan resurgir su patrimonio. No contratamos a un tercero, sino que vamos a las ciudades
del interior de Paraná y ayudamos a la comunidad a decidir qué es
importante conservar. Para ello entrenamos a la población, no sólo
para conservar el patrimonio, sino también para tomar conciencia
respecto a ese patrimonio que la población tiene. Creemos que haciendo esto estamos invirtiendo en dos frentes, el resurgimiento de
los valores, y la concientización y la preservación del patrimonio de
la región. Los resultados que hemos obtenido han sido muy satisfactorios, a partir de la respuesta de los municipios.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
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2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Políticamente, Paraná es un estado bastante nuevo, con una historia independiente de nada más que 150 años. Es por ello que los paranaenses tienden a creer que la historia de Paraná comienza hace
150 años. Parte del trabajo que hicimos entonces fue recordar que
las raíces de Paraná son indígenas, en un estado que inicialmente
fue dominado por los españoles en la mayor parte de su territorio,
con la excepción de una pequeña parte del litoral que era portuguesa. Además tiene una raíz indígena, es decir que coexisten las raíces española, portuguesa e indígena. Esto hace a nuestra historia
muy interesante.
Otro proyecto que tenemos en la Secretaría en busca de la valorización de la identidad es "Paraná haciendo arte", que nos permite promover a los artistas paranaenses.
El proyecto "Cultura en movimiento" nos permite trabajar sobre las
identidades históricas. Paraná se divide básicamente en tres partes:
el Paraná histórico en la región sur, un Paraná colonizado por paulistas en el norte, y el Paraná del sudoeste u oeste colonizado por
los "gauchos" del estado de Santa Catalina. Estas tres identidades
se desconocían mutuamente. Por lo tanto tratamos de llevar de una
región a la otra las manifestaciones culturales de cada una, y determinados días todo Paraná se pone en movimiento, mostrando en
una región la cultura de las otras dos regiones. Este proyecto nos
ha dado muchas satisfacciones. Por ejemplo el fandango, que es la
danza típica del litoral de la región portuguesa, era muy poco conocido hasta comienzo de nuestra gestión en las otras zonas. Hoy en
cambio el fandango viaja a distintos lugares del Estado y ya es bastante conocido en todas partes.
El Estado de Paraná tiene un interés muy marcado por su identidad,
porque hemos sufrido la influencia de los "gauchos" de Río Grande
do Sur que poseen una cultura muy fuerte. La cultura gaucha se expandió hacia otras regiones. Es por ello que nosotros hacemos un
esfuerzo grande de mantener nuestra congada, nuestro fandango
nuestra fiesta de reis, dentro de lo que son las tradiciones para-
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2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
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naenses arraigadas. Pero al mismo tiempo el Estado quiere vincularse culturalmente, y conocer y participar de la identidad cultural
de sus vecinos. Me parece que un encuentro como este es un desafío en el que cada uno debe mantener su identidad cultural pero a
la vez compartirla, y reconocer la identidad cultural de nuestros vecinos. Principalmente con nuestros vecinos de América Latina. Ustedes saben que Brasil es un país que nunca estuvo muy abierto a
América Latina, porque nuestros parámetros culturales siempre
fueron muy europeos y norteamericanos. Sinceramente creemos
que ahora es el momento que la gente comience a valorizar la identidad sudamericana que tenemos. Tengan la certeza que nosotros
seremos verdaderamente fuertes el día que nos reconozcamos como hermanos latinoamericanos. Muchas gracias.
GONZALO CARÁMBULA
Abogado. Director General del Departamento de Cultura de
la Intendencia de Montevideo.
Quiero agradecer a la ciudad de Buenos Aires, a la generosidad que
no nos cansamos de subrayar de nuestros hermanos porteños, por
el respeto y la actitud con la cual siguen nuestras reflexiones y
nuestras experiencias, concretamente la producción cultural de los
uruguayos.
LAS INDUSTRIAS
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Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Voy a dividir mi intervención en cuatro temas:
1- Las ciudades como sujetos del Derecho Internacional, como parte actora del Derecho Internacional.
2- El riesgo de la generalización de la terminología y de determinados conceptos de la reflexión sobre las políticas culturales.
3- Una pequeña noticia sobre el compromiso de Montevideo con
los temas que nos convocan en este Seminario.
4- Como me voy temprano y no soy muy responsable en Buenos Aires, no me conocen más que algunos uruguayos aquí presentes,
me voy a permitir hacer una provocación al final de mi intervención.
¿Por qué elegí estos énfasis? Porque creo que los que hemos participado de diferentes instancias de este tipo, y creo que la mayoría de nosotros de alguna manera ya lo ha hecho, nos damos
cuenta de que hay una masa crítica de reflexión que de alguna
manera nos exonera de seguir insistiendo sobre algunos conceptos y sobre algunos planteos que estuvieron muy bien dichos y
muy bien expuestos.
Entre los planteos muy bien dichos y muy bien expuestos, retomados por nuestra moderadora Susana Reinoso, está el papel de
las ciudades en este siglo XXI que nos desafía. Efectivamente las
ciudades son el escenario vital de todos estos temas de los que
tanto hemos hablado. Son el escenario de la construcción social
específica del lugar. Son el escenario de las redes comunicacionales en esta multitudinaria expresividad del siglo XXI, que algunos
llaman Sociedad de la Información, Sociedad del Conocimiento, o
Sociedad de las Sensaciones, como también se la está llamando
últimamente.
La ciudad es básicamente el escenario donde todo se mueve enmarañadamente. La descarga de los satélites ocurre esencialmente en
las ciudades. Las estrategias comerciales del ámbito cultural tienen
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
uno de sus principales objetivos en el entorno de la ciudad. Las relaciones intersubjetivas se dan con un campo más propicio en la
ciudad, la relación del uno con el otro. Paraná y Montevideo empiezan a tener una relación diferente a partir que nos conocimos e intercambiamos. Esa relación de intersubjetividad, tan clave en el
mundo cultural, sobre la cual muchas veces no tenemos el necesario caudal de reflexión.
Las ciudades también son el escenario donde es posible la paz,
donde ocurren los atroces bombardeos y donde se provocan los
atroces y criminales atentados. Es sobre Bagdad que se bombardea
la Biblioteca Nacional iraquí, donde perdemos más de quinientas
tablas de escritura sumeria. Podemos saber de las torturas, de las
víctimas, de los problemas, pero poco se nos dice del impacto cultural que representa un bombardeo que sólo parece ser casi una
transmisión satelital que todos podemos ver desde nuestros hogares. Este impacto profundo se desarrolla básicamente en la ciudad,
en donde nos juntamos los seres humanos.
También allí se da la paz, allí aparecen los mejores momentos de
crecimiento y las mejores apuestas por la paz. Es en la ciudad donde se da el afiche más explícito del hambre y de la opulencia, y es
en la ciudad donde se da el intercambio cultural con mayor enjundia, con mayor creatividad, con mayor riqueza y también donde se
da la desinformación.
La ciudad tiene ese papel. Sin embargo no tiene una proyección en
los organismos internacionales, en las convenciones jurídicas que
convocan las naciones. No tiene intervención como sujeto, como
actora del derecho internacional en la resolución de buena parte de
las reglas que condicionan el mercado y el intercambio de bienes y
servicios culturales en el mundo. No tiene intervención, en las organizaciones que condicionan la distribución de la materia y los contenidos que circulan en esa red comunicacional de la que hablábamos. Lo que quiero enfatizar, quizá volviendo al siglo XV y siglo
XVI, es el papel de las ciudades originarias, de la Ciudad-Estado. El
protagonismo que deberían tener las ciudades en un contexto internacional tan entrelazado, intermediado, apremiado por una visión
desde lo mundial, o para llamarlo de la manera quizá más amenazante y difícil, desde lo global.
Secretaría
de Cultura
50
¿Por qué coloco este tema en un ámbito de gente que le interesa la
cultura? Porque muchas veces existe la contradicción entre las posibilidades reales que desde la gestión de lo local o de un gobierno
ciudadano, que no puede estar a la altura de las demandas culturales de este nuevo mundo en el que estamos viviendo. Y porque además también es preciso que se sumen voces de las ciudades, no so-
lamente para la resolución de una convención sobre Diversidad
Cultural en el ámbito de la UNESCO, sino que se sumen voces para darles el status de actores y sujetos del Derecho Internacional.
No participamos en los acuerdos comerciales, no participamos en
las instancias de decisión de los organismos internacionales donde
están representados los Estados. Es por ello que estoy convocando
a que participemos en un movimiento que dé soberanía a las instancias de desarrollo local, como parte, como escenario, como víctima,
como actores, como protagonistas centrales del desarrollo cultural
del siglo XXI.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Las ciudades tenemos mucho para dar desde la movilización democrática, tenemos mucho para aportar desde los movimientos. Esto
que hace Buenos Aires hoy, el discurso de Aníbal Ibarra de hoy a la
mañana, es muy importante. No es el presidente de la República, no
es el Secretario General de la Naciones Unidas, no es el Director de
la UNESCO, es el Gobernador de una de las ciudades más importantes de América Latina o del mundo. Es muy importante desde
ese punto de vista. Pero tenemos que empezar a revisar otras maneras de representar la opinión de lo local en este concierto internacional y ése es uno de los puntos que quería plantear.
El segundo punto que mencionaba es el riesgo de la generalización.
En esta misma mesa, el año pasado con algunos de los compañeros de la Coalición de la Diversidad Cultural, como Robert Pilon y
Nemesio Juárez, discutimos un poco porque yo decía que era importante lo de la excepción cultural y sacar de los acuerdos comerciales el tratamiento de los bienes y servicios culturales, pero yo subrayaba, y lo quiero volver a plantear hoy, que no es lo mismo esa
definición vista desde Francia y Canadá, que desde Uruguay.
Para los que arrancamos y estamos en posiciones de desventaja, los
que ya somos víctimas de las asimetrías y las inequidades del mercado, los que ya quedamos muy por fuera de las posibilidades de
competir por la accesibilidad a las formas básicas de producción, no
nos alcanza simplemente con decir "ojo que los acuerdos comerciales nos complican". Es más, no nos alcanza con señalar que "el problema no está sólo en el comercio sino en la falta de equidad del comercio." Necesitamos poder participar con medidas pro-activas y
comenzar a resolver esas asimetrías desde la realidad. No podemos
esperar a que exista un escenario donde estos temas estén universalmente admitidos para en ese entonces ver si nosotros tenemos
nuestro pequeño lugar.
Cuando hablo del riesgo de la generalización, empiezo por estas
cuestiones muy gruesas. Pero debo citar otras como relacionar los
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Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
problemas de la cultura con la Diversidad Cultural. Es preciso que
existan contenidos diferentes en unos pueblos y en otros, aún de
esta riquísima América latina. Entonces el riesgo de la generalización, sobre el cual quería advertir de alguna manera, es que tenemos que empezar a darnos respuestas concretas sobre las peculiaridades de nuestros países.
Sigo con este mismo tema. Si nosotros hablamos de las Industrias
Culturales en general, probablemente nos demos cuenta que al interior tienen diferentes comportamientos. Pero si seguimos hablando en general no llegaremos a tiempo. Creo que ya estamos atrasados en dar respuestas concretas a nuestras necesidades. No es lo
mismo el centro de la industria fonográfica en Miami, que la industria editorial española, que ya no es española porque son capitales
multinacionales. Cuando yo me siento con un español en la mesa,
por ejemplo con la Ministra de Cultura de España para hablar del tema de la Diversidad Cultural, hablamos de lo mismo pero no hablamos de lo mismo. Porque hay muchos autores uruguayos, muchos
escritores que no son tomados por Alfaguara o las grandes editoriales españolas que ahora son capitales multinacionales. Bienvenido para el autor que tomaron y lo trajeron a Buenos Aires, lo llevaron a Portugal, lo llevaron a Madrid, fenómeno. Nos pasa con dos,
tres, cuatro escritores, pero los otros escritores uruguayos que no
entraron en ese circuito, quedaron afuera. Entonces es preciso considerar las diferencias existentes al interior de las Industrias Culturales. Por ejemplo en la industria audiovisual una cosa es lo publicitario, otra cosa es lo televisivo, y otra cosa es lo cinematográfico.
Secretaría
de Cultura
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Probablemente podamos colocarnos en algún nicho de la industria
audiovisual publicitaria y en algún nicho de la industria audiovisual
cinematográfica, pero en la televisiva tenemos grandes problemas.
Porque si consumimos el 85% de las películas de origen estadounidense, en el ámbito televisivo esta situación es todavía más grave y
somos todavía más dependientes. Estamos más tiranizados por los
sistemas de cable, que vienen en paquete, y si uno acepta lo que parece una gran oferta de sesenta canales, termina viendo una oferta
totalmente concentrada. Y es este un tema clave. Cómo no va a ser
clave para las políticas culturales la televisión si todas las encuestas
nos dicen que más del 85% de la población está más de 3 horas diarias frente a la televisión. Vuelvo a la pregunta: ¿Cuál es el papel de
las ciudades? ¿Es sólo un canal en el conjunto de los sesenta canales? ¿Es un producto único en el conjunto de 150 horas de ficción
que recibe la televisión abierta uruguaya? ¿Es un clic en MTV? No.
No estamos resolviendo los problemas de la Diversidad Cultural si
lo vemos genéricamente. Es un tema muy concreto, que tenemos
que bajarlo a tierra, y que tiene una significación muy importante.
Propongo que reflexionemos sobre este tema de la generalización.
Las fortalezas, las amenazas, las oportunidades y las debilidades
tan comunes, el análisis FODA muestra que tenemos otras realidades. Tenemos otras fortalezas, otras amenazas, otras debilidades y
otras oportunidades. Deberíamos buscar economías de escala, dado que nosotros no tenemos economía de escala en nuestros países. Quizá si aprendemos, si tomamos conciencia de esa peculiaridad, podemos desarrollar economías de escala para las Industrias
Culturales que tiendan a la complementación de esfuerzos a la red
empresarial, a la búsqueda de asociaciones comerciales, a la búsqueda de estrategias de producción e industrial que hasta el día de
hoy en la medida que lo veamos muy genéricamente no estamos
en condiciones de bajarlo a tierra en cada una de las áreas, por
ejemplo en el de las Industrias Culturales.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
En Montevideo, la Secretaría de Cultura toma el tema de la Diversidad Cultural como un norte. Gustavo López hablaba esta de mañana de la identidad. Para nosotros la identidad es naturalmente parte de la Diversidad Cultural, o en todo caso la mejor manera de concebir y defender la identidad es a partir de una profundización del
concepto de la Diversidad Cultural. Sin ser ingenuos la Diversidad
Cultural es una actitud procesal, es una actitud polémica, es una actitud de discusión. La Diversidad Cultural no implica por ejemplo no
reconocer esta diferencia de la cual les hablaba. No implica soslayar
las inequidades al interior de nuestras propias culturas, no implica
soslayar los rezagos de nuestros propios desarrollos culturales.
Francamente no estoy de acuerdo con algunas culturas que eventualmente pueden sostener por ejemplo políticas con las mujeres,
como algunas de las culturas islámicas. No estoy de acuerdo, voy a
polemizar, es una actitud procesal. La Diversidad Cultural no implica una actitud pasatista en el sentido de admitir que como existen
tales y cuales desarrollos yo no deba tener una actitud de polémica. Debo tener una actitud de polémica, de discusión, no para bombardear, no para uniformizar, no para embalsamar, no para imponer hegemónicamente patrones culturales como se impone desde
esas estrategias comerciales. Sí para construir colectivamente y
avanzar colectivamente, de lo contrario sería resignarnos a la segregación, resignarnos a la división. Y esto no es sólo un planteo. En
Montevideo intentamos encarar estos temas. La Diversidad Cultural es una lucha contra la exclusión social, y es una lucha por las
manifestaciones culturales.
Aquí está uno de los mejores compositores de los últimos 20 ó 30
años de Uruguay, que es Mauricio Ubal, que viene con otro sombrero porque mañana va a hablar como Director de un sello edito-
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Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
rial. ¿Quién conoce a Mauricio Ubal acá? Estaba con una amiga de
Buenos Aires y le conté que él había compuesto un himno de la democracia uruguaya, un himno contra la dictadura en Uruguay que
se llama "A redoblar". Ella conocía la canción "A redoblar", pero no
sabía que era Mauricio uno de sus compositores. Otro ejemplo es
la cita de Gandhi que hace Nemesio Juàrez en la revista del INCAA
a la que yo apelo mucho: "No quiero tener tapiadas las ventanas y
las puertas de mi casa, quiero que los vientos de todas las culturas
soplen lo más libremente posible sobre mi casa, pero no quiero que
ninguna ráfaga derribe mi casa". Nosotros también queremos que
nuestros vientos circulen por otras casas, que sea conocido Ubal en
la India, que sean conocidas nuestras músicas, nuestro cine, nuestras manifestaciones y esa es una apuesta realmente muy importante sobre la cual queremos trabajar.
La Diversidad Cultural es también una organización de los recursos
públicos para Montevideo. ¿Qué quiero decir con esto? Yo utilizo
una metáfora militar para este tema, sé que suena medio raro. Los
militares tienen una definición que es la de hipótesis del conflicto,
en la que en función de un enemigo teórico se organizan las fuerzas. ¿Cuál es la hipótesis de conflicto para una política cultural?
¿Qué tengo que enfrentar, qué tengo que asumir? Responder esto
supone no quedarse en el editor, no quedarse en el compositor, no
quedarse en lo que dice el público. Porque si no tiene la posibilidad
de actuar, si no sabe quién es quién, difícilmente va a tener capacidad de optar y es evidente que no tiene capacidad de optar. La hipótesis de conflicto en una política pública es la Diversidad Cultural. Es la que me permite que la mayor cantidad de escritores se encuentren con la mayor cantidad de potenciales lectores. Que la mayor cantidad de productores cinematográficos se encuentren con
todas sus audiencias potenciales, que la mayor cantidad de creadores encuentre la mayor cantidad posible de sus eventuales públicos. En ese sentido la Diversidad Cultural es también una forma de
organización de los recursos, porque muchas veces tironeados por
diferentes ámbitos desde los artistas, desde los productores, desde
los industriales, desde el mercado, o desde los públicos nos resulta muy difícil manejarnos a quienes administramos lo público.
Yo creo que es bueno que pensemos desde esta perspectiva que
nos ayudará sin duda a ver el tema de forma más colectiva, aunque
sin duda también generará dolores de cabeza, molestias, polémicas
y discusiones con cada uno de los sectores que hacen al escenario.
Muchas gracias.
Secretaría
de Cultura
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VÍTOR ORTIZ
Secretario de Cultura de la Ciudad de Porto Alegre (20022004). Coordinador del proceso de elaboración de la Agenda
XXI de Ciudades para la Cultura, aprobada durante el IV Foro de Autoridades Locales, previo a la apertura del Foro de
Barcelona, Mayo de 2004.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Quiero agradecer la invitación de Gustavo López, Secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, y a todo el equipo del Gobierno
de Buenos Aires que nos recibió muy bien y muy cálidamente. Quería saludar a Susana Salerno y a Gonzalo Carámbula, Secretario de
Cultura de Montevideo, que fue una figura importantísima en la elaboración de la Agenda XXI de las ciudades para cultura, y a la Secretaria de Cultura del Estado de Paraná, Vera Mussi.
Gonzalo Carámbula acaba de lanzar en este forum el debate sobre
el tema de la Diversidad Cultural y en gran parte reveló algunas de
las preocupaciones que afligen a los que tenemos la responsabilidad de fomentar y activar el proceso cultural a partir del ambiente
local, es decir, de los gobiernos locales de las ciudades y las regiones. Particularmente, me extraña mucho que lamentablemente no
hayamos podido conseguir todavía el diálogo pleno entre los países del Cono Sur, para que pudiéramos constituir una opinión en
bloque todavía más fuerte. Ya se está discutiendo la Convención para la Diversidad Cultural que será aprobada a fines del 2005, cuyo
debate está en plena marcha y sus resultados nos afectarán a todos.
También quiero presentar un problema que está siempre presente
en todos los encuentros entre ciudades o entre gobiernos, en todos
los debates que se dan en torno del tema de la cultura. Aquí, en el
cono sur, en el MERCOSUR, siempre surge la cuestión de la situación de los bienes culturales entre nuestros países y regiones y además no sólo de la circulación de los bienes culturales sino también
el intercambio de la producción cultural brasileño-argentina, uruguaya-argentina, paraguaya, chilena, boliviana, es decir latinoamericana, que siempre es muy precaria. Recientemente Walter Salles,
director y productor de cine brasileño, documentalista internacionalmente conocido, concluyó "Diario de motocicleta", que cuenta la
historia del viaje que hizo el Che Guevara, desde Buenos Aires hasta México atravesando toda América Latina. Durante el lanzamiento de la película, Salles expresó que antes él se sentía un director,
un cineasta brasileño que luchaba mucho por el desarrollo del cine
brasileño, defendía la cultura brasileña, luchaba por la libertad de
producción, en Brasil, pero que después de esta película, con gran
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
convicción y experiencia pasó a sentirse un cineasta latinoamericano, no ya brasileño. Y desde esa condición quería y precisaba luchar
por la integración de los países de América Latina y por su desarrollo cultural. Porque al rehacer la trayectoria del viaje del Che, y con
las investigaciones para el film, él constató que los problemas que
el Che Guevara encontró en aquella época, seguían siendo exactamente los mismos que él había visto, después de tantos años. También quiero expresar que esta unidad del MERCOSUR para enfrentar el debate sobre la diversidad, no es ni la sombra de la que haría
falta en cuanto a unidad entre los gobiernos y pueblos de América
del Sur. Pero, con certeza podría llegar a equilibrar la preocupación,
que es la de todos con respecto al proceso para la discusión en una
convención internacional de la Diversidad Cultural, a partir del liderazgo de países que efectivamente están en condiciones absolutamente diferenciales de las que nosotros tenemos.
No tengo nada en contra de Canadá o de Francia, y me parece buenísimo que haya un movimiento como el liderado por Robert Pilon,
que intenta movilizar a los países interesados en el mercado internacional en nivel cultural para que existan nuevas condiciones internacionales. Pero, por ejemplo, yo no tengo ninguna duda de que
Francia haría una enorme contribución y aporte si dejara de lado los
subsidios a la agricultura, que también es un tema fundamental para el desarrollo de nuestras regiones aquí en América Latina. Sin
duda ninguna esto colaboraría enormemente, y aportaría para que
nosotros pudiéramos obtener nuevas condiciones económicas y
por ende nuevas condiciones de desarrollo cultural.
Es muy interesante la propuesta de Gonzalo Carámbula de contar
con un Banco de Fomento Cultural en América Latina, en el Cono
Sur, en el MERCOSUR*. Es fundamental tener este banco, porque
nosotros necesitamos encarar también el tema del desarrollo cultural a partir de las posibilidades de formalización de nuestras distintas fuerzas culturales, de nuestra producción, de nuestro mercado
interno y esas condiciones son condiciones hoy absolutamente distintas en Brasil y en Uruguay. ¿Cómo podemos resolver este tema?
Garantizando las mismas posibilidades, como se hace hoy en Europa, que ha dado un ejemplo positivo. Nosotros estamos preocupados por no defender que haya un proceso pleno de desarrollo cultural en Brasil. Aquí está Ricardo Barbosa de Lima del Ministerio de
Cultura de Brasil, quien al igual que Gilberto Gil, está muy involucrado en esto. Hace falta una estrategia eficaz que realmente se
ocupe de consolidar un proceso igualitario de desarrollo que no sea
Secretaría
de Cultura
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* Esta propuesta surgió durante un espacio informal de preguntas y respuestas
que tuvo lugar entre las distintas presentaciones de los panelistas.
la repetición de viejos e injustos modelos.
Quiero decir que no hay ninguna duda de que las ciudades y los gobiernos locales tendrán un papel fundamental para que podamos
configurar un nuevo ambiente internacional en lo que se refiere a
las posibilidades de desarrollo cultural y de preservación de la diversidad cultural del planeta. Una iniciativa fundamental en este
sentido es la que se tomó a partir de una propuesta surgida en la IV
edición del Foro Social Mundial de Porto Alegre. Me refiero al Foro
de Autoridades Locales. Las dos primeras ediciones del Foro no incluían entre sus pautas, el desarrollo cultural. La tercera edición, incentivó el Foro por la iniciativa de las ciudades y gobiernos locales,
en particular de Porto Alegre, Buenos Aires y Montevideo. A partir
de nuestros intentos de debate sobre la cuestión cultural, el tercer
Foro puso como parte de su agenda el desarrollo de la cultura a nivel local, con la propuesta de analizar el rol de los gobiernos locales para garantizar la diversidad cultural y fundamentalmente de la
cultura como elemento estratégico y esencial indispensable para
que el desarrollo local sea pleno y efectivamente justo.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Nosotros tuvimos la oportunidad de hacerlo con el Foro de las Autoridades Locales en 2003, que reunió a setecientos representantes
de gobiernos locales de todo el mundo, en particular de América Latina y de Europa. En este encuentro se aprobó la propuesta de una
agenda futura, con el compromiso (Agenda XXI) de las autoridades
locales para el desarrollo cultural, que se completó en mayo de
2004, en Barcelona, durante el IV Foro de Autoridades Locales, al
mismo tiempo que se abría el Foro Universal de las Culturas. Al IV
Foro de Autoridades Locales nosotros llegamos con un documento
de Agenda XXI, que aquí no tengo tiempo de discutir pero que se
puede encontrar en internet.
El documento fue discutido, presentado y aceptado en Barcelona
por más de mil gobiernos locales. Es un documento importante,
porque hacia el final hace recomendaciones a los gobiernos de los
Estados naciones y las organizaciones internacionales. Entre las recomendaciones de Agenda XXI a la UNESCO, se pide reconocer en
los trabajos de preparación sobre la Convención de Diversidad Cultural para el 2005, a las ciudades como territorios donde se traducen los principios que hacen a la convivencia, la democracia y la
participación.
Para terminar quiero repetir lo que dijo Robert Pilon. Nosotros no
estamos contra la ampliación del mercado mundial de la industria
cultural, del comercio de los bienes culturales entre los países, los
bloques y los continentes. Tampoco estamos en contra de que haya
una Convención que establezca reglas para que estos negocios
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Secretaría
de Cultura
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puedan sucederse; ni de un modelo de globalización, que es el que
nosotros tuvimos. Sí estamos en contra del modelo de globalización de los años 90, pero no estamos en contra genéricamente de
la globalización. Pero, decía, no estamos en contra de la Convención, nosotros queremos la Convención, pero que esta Convención
pueda no sólo convertirse en un indicador de medios de regulación
del mercado internacional de la industria cultural, sino que también
cubra toda la cultura. Muchas gracias.
DR. GUSTAVO LÓPEZ
Secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires. Fue Subsecretario de Gestión e Industrias Culturales
del Gobierno de la Ciudad e Interventor del Comité Federal
de Radiodifusión (COMFER)
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Para aportar al debate que propone esta mesa sobre "La visión de
las ciudades" en referencia a la diversidad cultural, me interesa reflexionar con todos ustedes sobre las líneas de acción que, desde
las ciudades y desde los Estados, se instrumentan para fortalecer
las políticas culturales. Pero antes quiero permitirme una digresión
para volver sobre un concepto de Gonzalo Carámbula, cuando habló de las hipótesis de conflicto y de pensar al enemigo como una
estrategia para organizar recursos. Sus palabras me llevaron a preguntarme, entonces, cuál es el peor enemigo que tiene la cultura:
¿Es la diversidad, es la política cultural? Yo pienso que es la indiferencia. ¿Por qué? Cuando inauguré estas jornadas hablé de la dificultad que tuvimos en el año 2002, en plena crisis, para llevar adelante el Festival de Cine 2002. Al asumir el cargo de Secretario de
Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, un amigo me dijo "¡Con la crisis que hay a quién le importa la cultura! Mucho trabajo no vas a tener...".Mi amigo es economista, lo que explica, aunque no justifica,
esa concepción. Por otra parte, cuando un ex - Secretario de Cultura de la Nación Argentina dijo, mediante una humorada, que la cultura no era prioritaria porque la gente se moría de hambre, fue imposible para los que trabajamos en la cultura no salir a contestarle,
básicamente porque sabemos que nuestro peor enemigo es la indiferencia. Es evidente que cuando una persona se está muriendo de
hambre lo primero que se debe hacer es alimentarla. Es un derecho
tan primordial que no puede estar en discusión. Sin embargo, hay
otros derechos tan importantes como este que sí generan controversia. ¿Qué pasa con las personas que no saben leer un texto y
comprenderlo, que no tienen herramientas para leer la realidad y
entenderla? Esas personas son marginados sociales, analfabetos
funcionales, como decía Carámbula, una persona que no puede discriminar, que no consigue trabajo, que lee y escribe pero no entiende. La cultura es la que nos otorga las capacidades para entender,
para construir nuestras propias herramientas. Es por ello que considero que la primera batalla es contra la indiferencia y contra la
concepción de que la cultura es algo suntuario, extravagante y de
artistas excéntricos.
Las ciudades están haciendo mucho desde hace años para romper
esta indiferencia. Con Vítor Ortiz y con Gonzalo Carámbula compar-
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
timos la discusión en Barcelona sobre la Agenda XXI de la Cultura.
Destaco dos hechos importantísimos. Primero que esta es una iniciativa de las ciudades, aprobada por más de mil jefes de gobierno que
dieron su voto positivo a una Agenda de Cultura. Segundo, y esto se
relaciona con el Foro de Barcelona, por primera vez en mucho tiempo la agenda de discusión no fueron los ajustes estructurales, el
achicamiento del aparato productivo, el pago de la deuda externa, sino la cultura. Por primera vez en muchos años la discusión central
pasó por la agenda cultural y la importancia de la cultura en los procesos de transformación. Si no hubiese existido este trabajo de años
de las ciudades y de la sociedad civil en las ciudades, esto hubiese
sido imposible.
La creación del Banco de Desarrollo Cultural es una iniciativa muy
importante, pero además hay que empezar a discutir cómo direccionamos fondos para otros proyectos que no sean sólo aquellos
de achicamiento estructural.
Secretaría
de Cultura
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Vuelvo al tema de las ciudades porque me importa señalar los dos
campos de acción que debemos enfrentar: en primer lugar, debemos estimular políticas pro-activas en nuestras ciudades. Si consideramos que la cultura tiene la importancia que decimos, nuestro
discurso debe estar refrendado por presupuestos acordes con esa
importancia. Lo que declamamos como Secretarios de Cultura nuestros Jefes de Gobierno deben corresponderlo con la acción. Además, debemos fomentar políticas que incluyan a todos los sectores
de la sociedad en este derecho humano básico que es el acceso a la
cultura. El segundo ámbito de acción son los estados nacionales.
¿Por qué la participación de las ciudades ha crecido tanto? Obviamente porque en este proceso de globalización o mundialización se
han desdibujado los Estados Nacionales y las ciudades aparecen como un refugio, como el primer refugio de la identidad cultural. Frente a la crisis y los nuevos escenarios que esta genera, no hay espacio para una resolución tradicional de los problemas. Voy a dar un
ejemplo: cuando una empresa tiene problemas económicos, primero, entra en concurso y después, quiebra. Eso no constituye ninguna solución para los trabajadores, mucho menos en un contexto
donde existe un alto índice de desocupación. Sin embargo, en los últimos años, hemos visto surgir en nuestra ciudad otras formas de
enfrentar el conflicto por el cierre de fábricas. Los obreros comenzaron a tomar las fábricas no como forma de protesta, sino para reabrirlas. Frente a la "solución" tradicional a la crisis que era la quiebra
y el cierre, apareció algo nuevo: se tomó la fábrica para volver a producir. No por casualidad cada una de las fábricas recuperadas en la
ciudad de Buenos Aires tiene un Centro Cultural en su interior, una
expresión cultural dentro de esa fábrica recuperada.
Quiero terminar hilvanando muchas de las cosas que se dijeron
aquí. Tenemos que hacer un importante trabajo hacia adentro de la
ciudad con políticas claras, activas y de inclusión, y también hacia
nuestros gobiernos y hacia Latinoamérica. Estamos hablando de diversidad y no sabemos qué posición va a adoptar cada uno de
nuestros gobiernos nacionales cuando tenga que ir a negociar a la
Organización Mundial de Comercio o a la UNESCO. Si aquí, en Buenos Aires no se hubiese creado el Foro para la Defensa de las Industrias Culturales, el Gobierno Nacional, por las presiones internacionales que tiene, hubiese liberalizado el comercio. Estoy seguro que
esto se repite en cada uno de nuestros países. Tenemos un MERCOSUR chueco, rengo, que no nos satisface y no ha generado aún un
gran trabajo en el campo cultural. Una oportunidad importante para revertir esta parálisis es impulsar la cultura desde Mercociudades, la red de ciudades del MERCOSUR.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
2. LA VISION
DE LAS CIUDADES
Es preciso impulsar desde las ciudades propuestas políticas activas para que los vientos pasen por la casa de Carámbula y puedan llegar a nosotros y nosotros tengamos los mecanismos suficientes para que nuestras ventanas se abran y podamos intercambiar, no digo vientos, pero por lo menos aire fresco. Me parece
que mucho podemos hacer y lo mejor que deberíamos hacer es
hacerlo. Muchas gracias.
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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3. Cultura, identidad y pertenencia
ARQ. SILVIA FAJRE (moderadora)
Subsecretaria de Patrimonio Cultural, Secretaría de Cultura
del GCBA
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
3. CULTURA,
IDENTIDAD
Y PERTENENCIA
La identidad complejizada
El trabajo sobre la noción de identidad ubica en el primer plano el
concepto de Patrimonio Cultural, que nunca es estático y va evolucionando a través del tiempo. ¿Qué tienen en común un documento, un edificio, una música, una feria, todos temas y elementos habituales dentro del campo del Patrimonio? Hay un rasgo esencial y
común a todos ellos: todos son soportes identitarios que de alguna
manera nos ayudan a repensarnos a nosotros como ciudadanos
porteños frente a la otredad. Esa conciencia de comunidad sólo se
construye en el reconocimiento de la diversidad, pero no desde la
defensa estática de la participación de minorías sino bajo la convicción de cuánto aporta la cultura del otro a la identidad colectiva.
Como expresa la socióloga Gilda Waldman en su trabajo sobre Comunidades negadas, "las identidades colectivas no sólo constituyen construcciones históricamente configuradas sino que son el resultado de un entretejido de experiencias, símbolos, metáforas y
mitos capaces de crear una narrativa que proporcione una historia
y un horizonte compartidos". La cita permite entender en su dimensión más profunda la dinámica de los procesos de apropiación
identitaria: para ser legitimado socialmente, el proceso deberá nacer de un debate que no llega desde "el afuera", ni remite únicamente a la Academia, ni baja unilateralmente desde la esfera política. La conciencia identitaria, queda claro, nace, se desarrolla y se
consolida en el mismo seno de la comunidad.
En Latinoamérica, este proceso permanece abierto: tenemos como
deuda saber si esta construcción de identidad está concluida. Tal vez,
como señala el antropólogo Néstor García Canclini en “La globalización imaginada”, el proceso se dificulta porque "la globalización estrecha la capacidad de acción de los Estados Nacionales, los partidos, los sindicatos y los actores políticos clásicos; produce mayor intercambio transnacional y deja tambaleando las certezas que daba
el pertenecer a una nación". Es en ese contexto que abunda en dudas y paradojas, que pone en crisis los consensos y formas de repre-
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
3. CULTURA,
IDENTIDAD
Y PERTENENCIA
Secretaría
de Cultura
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sentación que nos precedían, que resurgen con más potencia las
preguntas abiertas antes que las respuestas. ¿Hemos logrado de alguna manera reconocernos, tener un espejo claro en el cual mirarnos?
El debate generado deberá estar regido por la responsabilidad que
da el saberse a tono con los tiempos: una nueva conciencia de ubicación geográfica y geocultural, megaciudades que desdibujan los
lazos de pertenencia, espacios de interacción en vez de áreas delimitadas y homogéneas. Sólo asumiendo una nueva complejidad
en la que la identidad es multideterminada, donde la globalización
pone en crisis antiguos paradigmas, podrá emprenderse el camino
que lleva a saber quiénes somos, qué somos capaces de hacer, hacia dónde queremos ir y cómo somos. Nuevos términos acompañarán la búsqueda de una identidad local refundada: viaje, desplazamiento, borramiento de fronteras, interconexión. Desde allí, resuena la pregunta: ¿Cómo deseamos articularnos con los otros? Porque cuando hablamos de identidad no podemos aludir a una mirada interna, casi individual y autista. El desafío es abordarla desde
una óptica en sentido contrario: entendiendo la identidad como el
reconocimiento profundo de quienes somos para poder articularnos con los otros en este mundo globalizado.
JORGE TARTARINI
Arquitecto. Especialista en Preservación de Patrimonio Urbano Arquitectónico. Autor de numerosas publicaciones sobre Historia de la Arquitectura y Preservación del Patrimonio
Cultural. Consultor en este campo de UNESCO, OEA, World
Monuments Fund, Arte Viva, Fondo Argentino de Cooperación Horizontal, ONABE, etc. Becario de la Fundación Guggenheim de Nueva York (2001). Profesor en Cursos de Postgrado sobre Gestión y Preservación del Patrimonio Cultural,
en el país y en el exterior. Cargos actuales: Secretario de la
Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, Director del Museo del Patrimonio de Aguas Argentinas, Director Académico de la Diplomatura sobre Gestión
Cultural, Patrimonio y Turismo de la Fundación Ortega y Gasset Argentina, Director del Comité Argentino de Patrimonio
Industrial e Investigador de Carrera del CONICET.
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GLOBALIZACION
Septiembre 2004
3. CULTURA,
IDENTIDAD
Y PERTENENCIA
Quisiera compartir con ustedes algunas notas que he ido acumulando en estos últimos tiempos referidas a Cultura, Identidad y Patrimonio, y que he ordenado para esta oportunidad.
La definición actual de cultura se aleja definitivamente de la que era
habitual entre nosotros no más de medio siglo atrás. Ya no se trata
de un conjunto de objetos, edificios, obras de arte, libros, que se
pueden identificar con cierta facilidad. Tampoco puede considerarse
algo que sea siempre de la misma manera. De aquí que, la cultura
en los tiempos que corren deba definirse en condiciones de multiculturalidad, pues básicamente se trata de procesos sociales que
manifiestan de qué forma un mismo objeto puede cambiar, modificar o alterar en distinta medida su uso y significación.
Hoy millones de personas se trasladan de un lado a otro, dentro y
fuera de sus continentes, viven en forma más o menos permanente
en sociedades distintas de las que nacieron, y en cualquiera de estos
lugares -a modo de ejemplo- en un aparato de TV pueden ver su programa favorito en español, inglés, francés o mandarín, por citar sólo
algunas probabilidades.
En el presente, su definición se enlaza, vincula y condiciona con la
de procesos sociales erosionados por fenómenos tales como la globalización de las tecnologías comunicacionales. Hoy la cultura es algo que se produce, circula, se consume. Entonces, afirmar -como
se ha venido haciendo tradicionalmente- que la cultura es la instan-
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II ENCUENTRO
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3. CULTURA,
IDENTIDAD
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cia simbólica en la que cada grupo organiza su identidad, en un
contexto globalizado donde las condiciones de producción, consumo y circulación de los bienes culturales han cambiado radicalmente, es decir muy poco.
De allí que, como bien señalan García Canclini y otros pensadores
de hoy, a pesar de que en muchos de los países de nuestro continente la cultura todavía se entiende como algo estrictamente vinculado a las bellas artes, la cultura es considerada como algo constitutivo de la persona, presente en su trabajo y en sus interacciones
cotidianas.
En realidad, cualquier ciudad del presente puede considerarse multicultural e, inmersa en estos procesos hiperdinámicos y entrelazados, la cultura no es algo que pueda definirse de una vez para siempre. Cómo repensar entonces la identidad en esta época globalizada, sin considerar estos flujos constantes, estas interrelaciones que
le permiten reproducirse, trasladarse y recrearse a sí misma en
otros lugares distantes y distintos al de su origen. Se trata de una
identidad multicultural que nutrida en tantos repertorios culturales
como desplazamientos e interacciones sufra a través del tiempo.
Como decíamos antes, lejos están los procesos que van construyendo las sociedades de hoy, en los que identidad y cultura son elementos dinámicos en adaptación permanente, donde lo local y lo
global se entrelazan, de los criterios y categorías conservacionistas
con que se abordaban los conceptos de identidad y cultura promediando el siglo pasado.
El último tercio del siglo XX marcó un punto de inflexión importante en la necesaria comprensión de estos procesos, y por sobre todo, de la consideración de la identidad no como algo congelado sino como un proceso de afirmación, en el que surgen incertidumbres sobre las identidades de origen, y surge la necesidad de examinar lo distinto dentro de lo presuntamente común, similar y sin
fisuras. De allí que, desde distintas disciplinas se aborda el estudio
de lo heterogéneo dentro de identidades que interactúan, confrontan y cambian. Por el contrario, estudios precedentes, se preocupaban más por examinar otras identidades en apariencia intactas sin
fisuras.
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Y esta perspectiva renovada para examinar los conceptos de identidad, capaz de integrar no solamente a lo similar sino también a lo
diferente, resulta de particular interés en un país aluvional como el
nuestro, en especial para analizar el rico mosaico de identidades
que lo conforman.
Otra de las incertidumbres o desafíos (aunque particularmente detesto el uso y abuso que se hace hoy de este último término) del
momento actual parece centrarse en la pregunta ¿Cómo globalizarnos sin enajenarnos? La clave, para García Canclini, estaría en la
globalización, es decir, pensar globalmente y actuar localmente.
Una tentadora y nada desdeñable alternativa, útil al concepto de
identidad como una raíz que se inserta en el corazón mismo de una
comunidad y que se convierte en uno de los vehículos apropiados
para que ésta llegue a consolidarse auténtica y verdaderamente, repensando lo universal en conexión con lo propio.
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CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
3. CULTURA,
IDENTIDAD
Y PERTENENCIA
Por su parte Ramón Gutiérrez, otro paladín de los estudios sobre
identidad en Latinoamericana, plantea abordar lo distinto, lo que
nos diferencia de otras naciones, como una oportunidad para poder
mirar con un sentido más plural lo diverso que existe entre nosotros. En su visión, pertenencia y pluralismo constituyen condiciones internas de la identidad, a las que es preciso añadirles dos nuevas condiciones: una de ellas es la participación, en la que el individuo se transforma en un operador activo en la construcción de su
propia identidad. Otra condición es la personalización, en la que el
individuo se asume como ser social que crece y proyecta sus intereses en comunidad. Ambas condiciones, la dimensión social personalista y la participación activa, resultarían esenciales en el proceso de afirmación cultural y social, a través del cual identidades
múltiples interactúan, sin diluir ni sepultar para siempre sus diferencias. Se trata, por sobre todo, de crear nuevas formas de encuentro y acción, en una proyección transformadora del propio individuo y articuladora con la identidad comunitaria.
Concebida de esta forma, la identidad encuentra claves precisas de
expresión y comunicación en el patrimonio tangible e intangible
que anida en la memoria acumulada por la sociedad. Cultivar la memoria, no para anclarnos en la nostalgia ni caer en posturas congelacionistas de nuestro pasado, contribuye a la necesaria tarea de no
sólo reestablecer la continuidad con esa suerte de pasado "único"
lejano y desvinculado, sino con todos nuestros pasados desconectados entre sí y con nosotros mismos.
Sin esta lectura abarcante, integradora y plural, resulta muy difícil
entender lo que hoy somos y lo que, por sobre todo, no podemos
ser. Porque, tentados casi en forma recurrente, en inventarnos un
lustroso y brillante pasado, caemos en comparaciones dislocadas y
contradictorias con nuestro ayer y nuestro presente.
Esta suerte de estigma de considerarnos jóvenes y sin historia se
alimentó casi invariablemente de subvaloraciones hacia lo propio y
de admiración hacia pasados de otras latitudes, bastante alejados
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3. CULTURA,
IDENTIDAD
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de estas tierras. Aquello era lo consagrado por la historia; lo nuestro, algo modesto y periférico que, aunque valioso, poco podía hacer frente a las grandes creaciones del arte, la arquitectura y el urbanismo occidentales.
Esta visión, cronológica y temáticamente sesgada, acorde a aquel
momento histórico, también tuvo que ver con esa percepción de
país joven, de Nación que debía exaltar, proteger, y hasta recrear,
los símbolos nacionales representados en lo hispano colonial, en el
gaucho, y en los grandes edificios cívicos y religiosos del siglo XIX.
Fueron años en los que se recuperaron dignamente monumentos
nacionales que estaban desfigurados, como la Casa de Tucumán y
el Cabildo, pero también, en los que, en un alarde revisionista, se
demolieron construcciones coloniales originales para construir
otras que simulaban serlo -como sucedió en el centro histórico de
Salta- y se levantaron réplicas de edificios históricos para albergar
museos de la tradición en los lugares más dispares, sin importar demasiado lo genuino, la autenticidad y la claridad del mensaje que
se quería trasmitir.
Pareciera que todo esto forma parte de un pasado bastante lejano.
Pero lo cierto es que, recién en los últimos veinte años, el concepto
de patrimonio cultural en nuestros organismos encargados de protegerlo, se ha ido ampliando, e incorporando expresiones de otros
períodos históricos, otras temáticas y tipologías. Este concepto antropológico integrador, fue el que poco a poco permitió considerar
bienes que reflejasen el pluralismo cultural que nos caracteriza.
Hoy poseemos monumentos que no sólo hablan del pasado colonial, sino de las sucesivas corrientes migratorias que poblaron
nuestro país, de sitios arqueológicos prehispánicos, de la producción fabril y rural, de la arquitectura vernácula, de la excelente arquitectura del historicismo, y también de obras contemporáneas de
gran calidad. Y esto es coherente con nuestro hábitat cotidiano, con
la mayor parte del paisaje cultural que nos rodea, y el que constituye el ámbito natural de lo cotidiano en nuestros pueblos y ciudades:
difícilmente llegue a superar los doscientos años de historia. Aquello que es juventud en otra latitud, en nuestro contexto constituyen
piezas claves de una memoria que es preciso preservar si pretendemos algún día alcanzar una madurez plena y verdadera.
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¿Qué sería de nuestra historia si desapareciesen, por ejemplo, los
paisajes culturales creados a partir del ferrocarril y la industria a lo largo del territorio? ¿Cómo serían nuestras ciudades si no preserváramos la excelente arquitectura residencial de los años 1880-1950 que
da carácter e identidad a muchos de los lugares y barrios que las conforman? Apenas ayer, para algunos. Toda una gesta para nosotros.
Es que, mal que nos pese, no siempre las convicciones de nuestras
sociedades fueron conscientes de la necesidad de sustentarse en
las raíces de su pasado para construir un presente armónico e integrador. Procesos de ruptura, apuestas a futuros grandilocuentes y
desprecios del pasado limitaron las lecturas continuas que toda sociedad debería brindar para la mejor comprensión de sus ciclos históricos. La fragmentación reinó durante prolongados períodos de
nuestra historia.
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3. CULTURA,
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Y PERTENENCIA
No pretendo extenderme más de lo debido en el tema. Sólo recalcar la necesidad de acceder a la globalización desde nuestra propia
circunstancia, sin desmedro de nuestros modos de vida y formas
de pensamiento. Sin reinventar lo que fuimos. Pues en ello, aunque
no lo parezca, se encuentra comprometido el bienestar de la propia
sociedad y el afianzamiento de su personalidad cultural. En este
afianzamiento de valores y de identidad el patrimonio, en su dimensión social, cultural y económica, juega un papel fundamental.
Pero, ¿por qué querer rescatar los aspectos de nuestra cultura pasada, de nuestro patrimonio, en la era de la globalización, de la
ciencia y de la técnica? En primer lugar porque la cultura de nuestro país es el punto de referencia esencial que nos posibilita avanzar creativamente; en segundo: porque la libertad de crear un hecho futuro se condiciona en la conciencia actual del pasado y el ámbito principal de nuestro patrimonio, el lugar donde se desarrolla o
se desvanece es la memoria. En la memoria de las comunidades se
encuentra la totalidad de una cultura, y por ello para poder conocerla, reconstruirla y difundirla es necesario ejercitarla.
Uno de los mayores desafíos del hombre de hoy es alcanzar un desarrollo verdaderamente humano que no comprometa los recursos
naturales, culturales y espirituales de las generaciones futuras. Un
desarrollo sustentable en el que será esencial una visión amplia de
la cultura que, lejos de yuxtaponer momentos y experiencias históricas vaya nutriéndose en el saber y el hacer de quienes habitaron
desde sus orígenes la tierra y se alimente de la memoria histórica.
Este patrimonio es el que, en suma, nos da identidad y certezas, expresa nuestras tradiciones y nos ofrece un basamento para enriquecerlas con las expresiones tangibles e intangibles de nuestro tiempo. Proteger, perfeccionar y hacer crecer esta herencia, es reforzar
la construcción de una identidad en permanente construcción,
afianzándonos en los valores de un patrimonio intangible que
constituye la trama de nuestra propia cultura manifestada en usos
y costumbres.
Es preciso erradicar esa actitud de estar viviendo en un no lugar, co-
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3. CULTURA,
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mo nos pasa a muchos argentinos. Como si nuestro país fuera un
gran hotel, un lugar donde nadie sabe donde pertenece, en el que
pensábamos estar sólo por un tiempo y en el cual nos podíamos
limpiar los zapatos con las cortinas, como explica Ernesto Sábato al
referirse a nuestro descuido por lo público, por lo permanente, por
la historia y por una temporalidad permanente de objetos que no
son considerados de uno, de su propio lugar.
El patrimonio no es solamente un bien cultural sino también un
bien de uso. Compatibilizar desarrollo y preservación del patrimonio constituye uno de los desafíos claves para el próximo milenio.
Para ello es preciso entender que el factor cultural, como decíamos
al principio, es un valor esencial para el desarrollo armónico y que
no habrá rescate posible del patrimonio sin dar al mismo tiempo
respuesta a las demandas sociales.
Esto implica superar largos períodos de postergación y decadencia,
construyendo una propuesta alternativa formulada a partir de nuestra propia circunstancia y atendiendo nuestros propios requerimientos. Desde la conciencia de un pasado y desde la convicción de construir un futuro que no lo traicione ni lo desdiga. Muchas gracias.
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GILDA WALDMAN
Licenciada en Sociología en la Universidad de Chile. Maestra y Doctora en Sociología, Profesora Titular de Licenciatura
y Posgrado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de
la UNAM. Autora de varios libros, entre los que se destacan:
"Melancolía y Utopía" y "La reflexión de la Escuela de Frankfurt en torno de la Crisis de la Cultura".
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3. CULTURA,
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"Reflexiones imaginarias de un viejo narrador
en torno a culturas, identidades, memorias
y pertenencias desde una estación de tren".
El novelista alemán G.W. Sivals en su novela "Austerlicht", de la
cual voy a citar una parte, escribió: "en la Central Station, de Amberes, en el vestíbulo de escaleras de mármol, en el techo de acero y
cristal de las plataformas se reunía pasado y futuro. En los lugares
elevados se mostraban en orden jerárquico las divinidades del siglo
XIX, la minería, la industria, el transporte, el comercio y el capital.
Entre todos esos símbolos en el lugar más alto estaba el tiempo, representado por agujas y esferas, el reloj a unos veinte metros sobre
la escalera en cruz que unía el vestíbulo con los andenes, único elemento barroco de todo el conjunto, se encontraba exactamente
donde el panteón como prolongación directa del portal, podía verse el retrato del Emperador en su calidad de Gobernador de la nueva Omnipotencia. Desde el punto central que ocupaba el mecanismo del reloj de la Estación de Amberes, se podía vigilar los movimientos de todos los viajeros y a la inversa. Todos los viajeros debían levantar la vista hacia el reloj y ajustar sus actividades por él."
En la gran sala de la estación de trenes de Amberes, con su cúpula
de 60 metros y escalera de mármol, el narrador de la novela contempla el eclecticismo de una obra arquitectónica monumental en
la que se entretejen elementos del pasado y del futuro, huellas de
los palacios del Renacimiento Italiano, apuntes moriscos del siglo
XIX. Su mirada se detiene fijamente en el reloj que corona la fachada del magnífico edificio inaugurado en 1905 por el Rey Leopoldo
para mostrar al mundo la capacidad monetaria del país derivada de
la colonización africana, sedimentado ahora como memoria de un
pasado colectivo ya sea histórico o mítico. El reloj de la estación
manchado de hollín y humo de tabaco, parece marcar una hora que
es la hora de otro tiempo, pero a pesar de su inexorable lentitud hace posible el presente obligando a todos los relojes del país a mar-
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3. CULTURA,
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car la misma hora, la de la aparición en el horizonte histórico de un
ferrocarril, símbolo de un futuro cargado de porvenir. El narrador
lanza una última mirada sobre la estación de trenes, poco sabemos
de él, salvo que no tendrá otra misión en la novela que la de escuchar el dilatado relato de Austerlicht, el personaje que da título al libro y con quien se encuentra por primera vez una tarde de mediados de 1965, en dicha estación. Sin embargo y a pesar de ello, asumamos la tarea de seguir sus pasos e imaginar sus divagaciones
desde el momento en que aparta su mirada del reloj y desde la estación de trenes, metáfora de encuentros y despedidas se dispone
a seguir los pasos de quienes salen del vestíbulo, caminan por los
andenes, suben los pasillos y se dirigen hacia la topografía de los
espacios abiertos de la ciudad.
Su mirada puede adivinar las historias que tejerán en sus recorridos
aquellos seres que no conoce. Puede visualizar que son seres predecibles, ordenados, previsores, responsables y de seria intensidad, cuyos pasos reflejarán las sólidas huellas de un proyecto de vida ajeno a contingencias y ambigüedades, idénticos a sí mismos.
Han construido su identidad en la modernidad sólida, evocación
metafórica que utiliza el sociólogo Zygmunt Bauman para aludir a
una sociedad fuerte, homogénea, densa y compacta, con fábricas
ancladas en un solo lugar, máquinas sólidas, fronteras rígidas y
tiempos congelados en un afán de larga duración.
Nuestro narrador sale con ellos al espacio urbano y los observa minuciosamente cuando cruzan el centro histórico de la ciudad, se detienen un instante en alguna obra arquitectónica o algún palacio
que conservan gloriosas tradiciones del ayer o entran quizá a cierto
museo en el que se preservan documentos y obras de arte que aprehenden simbólicamente el pasado, o quizá pasean por barrios que
se remontan muy atrás en el tiempo. El narrador adivina que todos
ellos se reconocen en la herencia arqueológica y arquitectónica de
la ciudad y comparten una conciencia histórica como expresión de
un ser nacional cuya manifestación superior existiría en los objetos
que los representan, reflejándose cada una de estas personas en
una identidad colectiva sedimentada en una materialidad que habla
por sí mismo en tanto forma de apropiación de la historia ligada a
un sentimiento de permanencia en tiempo y espacio. Imaginemos
que también nuestro narrador se interna en esta urbe cargada de
pasado.
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Posiblemente en un primer momento recorra también memoriales
monumentos históricos, palacios, diseños urbanísticos o museos,
pero muy pronto sin orden ni intención previos quizá comience a
deambular en un itinerario inconcluso y azaroso a través de un labe-
rinto de calles populares, plazas y mercados encontrando casi sin
quererlo un paisaje olvidado, una casa en la que se recrean antiguas
artes culinarias, un libro escrito por algún obrero, algún campesino,
alguna fiesta popular celebrada por los vecinos de un barrio o un
viejo dialecto en el que se conservan tradiciones y leyendas. Todas
ellas experiencias de vida y que emanan de una comunidad que expresa su particular identidad y que da testimonio de su vida diaria,
recrea su capacidad creativa y preserva los trazos de su historia.
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3. CULTURA,
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Y PERTENENCIA
Pero nuestro narrador, imaginemos, sabe que tras los monumentos, construcciones y sitios con valor histórico, estético, científico,
etnológico o antropológico se juegan versiones contradictorias de
la historia y se libran batallas por la apropiación simbólica del pasado, es decir se libran batallas por la memoria.
Comprende, imaginemos, que las marcas territoriales del patrimonio, los espacios físicos, los lugares públicos no tienen el mismo
significado para los distintos actores sociales y quedan siempre
abiertos a nuevas interpretaciones, olvidos y silencios. Intuye, nuestro narrador, que el patrimonio cultural no es referente exclusiva del
pasado, sino que está asociado también al presente y el futuro y
que apropiarse de él significa apropiarse de su variabilidad en el
tiempo y en la historia.
Sabe, imaginemos, nuestro narrador, que cada época rescata de
manera distinta su pasado y que finalmente la subjetividad que cada quien encuentra en cada una de estas huellas, le dará a éstas su
propia interpretación y sentido. Es en una estación de trenes de
Londres, por ejemplo, la Estación de Liverpool Street, donde Austerlicht, el personaje central de la novela, percibirá que no sólo los
edificios tienen relación con el pasado, sino que éstos pueden activar la memoria de quien los contemple. Será en esta misma base
de cierta estación de arquitectura victoriana, en el año de 1992, donde un recuerdo inconsciente habrá de despertarlo de su letargo permitiéndole recordar su propia historia detenida en 1939 a causa de
la guerra, a fin de iniciar la búsqueda y construcción de su propia
identidad.
Será en otra estación de trenes, ahora la Estación de trenes de Londres, donde Austerlicht relatará finalmente a nuestro narrador, los
misterios de su pasado. Imaginemos que nuestro narrador escucha
a Austerlicht rastrear los vestigios que le permitirán conocer sus raíces 30 años después del encuentro inicial en Amberes, observa a
través de los ventanales la cafetería de la estación, figuras sociales
totalmente distintas a las que había observado en aquella primera
ocasión. El calidoscopio de las identidades ya no se presentaría como un reflejo integral, homogéneo, liso y coherente de sujetos es-
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3. CULTURA,
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tables y sólidos, sino como un cúmulo de imágenes volátiles reflejadas sobre un espejo en permanente fluidez, en palabras del sociólogo Bauman, metáfora central para el período presente de la era
moderna, la fluidez. Cambiantes y volátiles, inestables y frágiles, estas nuevas figuras sociales radicarán su promesa de libertad en el
carácter de flujo de su identidad que se goza en la falta de arraigo
en la flexibilidad y en la movilidad, ligeros y provistos sólo con un
equipaje ligero y de lo que ya Atila denominaba objetos nómadas
(teléfonos celulares, computadoras portátiles, por ejemplo). Ellos
podrán cruzar fronteras y puestos de vigilancia al tiempo que dejarán atrás lazos sociales, instituciones, creencias, convicciones, red
de pertenencia y órdenes simbólicos.
Habitantes de una modernidad líquida, según la metáfora de Baumann, pueden detenerse en cualquier lugar, cambiar de vida en un
instante, desplazarse en una sucesión de lugares sin responsabilizarse por las consecuencias. Se trata para ellos de nuevas estrategias de vida, de nuevas sensibilidades, de quien puede pasear entre
la multitud pero no ser parte de ella. Compartir el espacio físico con
otros, pero sin interactuar con los otros, deslizarse suavemente por
los espacios urbanos sin apegarse tampoco a ellos. La ciudad es
ahora un lugar de flujo y tránsito, los lugares públicos son ahora espacios desterritorializados, la herencia patrimonial un conjunto de
marcas carentes de historicidad y de tradición.
Sigamos imaginando que anochece y que finalizado ya el relato que
hace Austerlicht, que durante horas ha experimentado repetidamente la historia buscando su historia personal, nuestro narrador
se interna nuevamente por la ciudad, ahora Londres, en un viaje de
remembranza y exploración que busca la marca del tiempo sobre
seres, cosas y lugares. En su lento caminar escucha sonidos de música que tienden a la reminiscencia, se detiene ante un negocio de
bordados, encajes, cerámica y tapices. Alguien le invita a profundizar en los secretos de la medicina natural, observa en el escaparate
de una librería textos de cocina tradicional de ediciones facsimilares, un cúmulo de novelas históricas o de memorias, biografías, autobiografías, diarios o testimonios, escritura del yo, que indagan
por los laberintos de la memoria reformulando vivencias y experiencias y articulando perfiles subjetivos de identidad.
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Nuestro narrador ha oído hablar quizá de diversas iniciativas para
proteger el patrimonio heredado y en su desplazamiento contempla con detenimiento la restauración histórica de antiguos centros
urbanos, la recuperación de barrios y edificios antiguos, rescate de
espacios públicos, la revitalización de construcciones de valor patrimonial, la construcción de nuevos museos, el crecimiento en el nú-
mero de archivos, la proliferación de placas recordatorias, etc.
Imaginemos que sin tener muy claro hacia donde dirigirse enfila
sus pasos hacia la estación de trenes, no puede dejar de preguntarse lo siguiente: ¿por qué la memoria se ha convertido en la obsesión central de la cultura y la política de nuestras sociedades, por
qué el giro al pasado reemplaza a la mirada al futuro que caracterizó a la modernidad? ¿Qué está en juego en nuestra cultura finisecular para generar tal obsesión? Al apurar el paso se responde a sí
mismo que los flujos territoriales traducidos en una consecuente
desterritorialización modifican sustancialmente las identidades colectivas y que las políticas de reforzamiento de identidad privilegian
y revalúan una memoria convertida ahora en fuente de pertenencia.
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3. CULTURA,
IDENTIDAD
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Asimismo pensemos, quizá, que él imagina que si el presente está
marcado por una dislocación de la temporalidad que vuelve irreconocible la relación entre éste con el pasado y el futuro, la invocación
a la memoria actúa como anclaje en relación a la angustia generada no sólo por la fractura del tiempo, sino también por la fractura
del espacio. Sin embargo, conjeturemos que nuestro narrador continúa argumentando que tales estrategias de invocación de la memoria traducidas por ejemplo en la recuperación patrimonial por el
privilegio de la memorialización, son transitorias e incompletas,
pues responden a políticas de la memoria que suponen recuerdos y
olvidos, huellas y fracturas, gestos y silencios.
Ciertamente la memoria fortalece el sentido de pertenencia colectiva en tiempos de movilidad global y desterretorialización pero ella
estará siempre mediada por los múltiples ensayos de interpretación
del pasado que voces y rostros específicos y perturbadores podrán
construir.
Nuestro narrador, imaginemos, ha llegado ya a la estación de trenes. No puede dejar de pensar que si el tren le había permitido al
hombre perder las ataduras geográficas al acortar las distancias y
posibilitarle largos viajes, la revolución científica ha modificado su
vida al transformar sus códigos de espacialidad y temporalidad. Si
el tren había actuado en cada país como factor de constitución del
estado-nación, integrando el territorio nacional ahora al alcance de
los medios de comunicación y las redes cibernéticas, construyen
nuevos territorios y ya no son necesariamente los del país, la región
o la ciudad.
Si el tren había sido el icono que simbolizaba el futuro, la informática produce un mundo sin cronología de caótica diversidad. Si el
viaje en tren permitía atravesar amaneceres, anocheceres, desplazándose por mundos diferentes y permitiendo verter los cambios
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3. CULTURA,
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en la geografía física y humana, la red cibernética procura vencer al
tiempo en su afán de instantaneidad. Si el viaje en tren posibilitaba
entablar relaciones de sociabilidad, convivencia y tolerancia con
quienes viajaban en el mismo vagón, la cibercultura ha creado una
realidad fragmentada, virtual y simultánea. Sin embargo nuestro
narrador contempla con asombro que el movimiento de los horarios aparece incesante en los tableros electrónicos, que los itinerarios del ayer se entretejen con los de hoy, que los trenes viajan repletos, que el ferrocarril ha renovado su vitalidad a pesar de la relativa decadencia que cayó después de la segunda guerra mundial
cuando parecía haber perdido la batalla frente al automóvil o al
avión y que el tren puede convivir con otros medios de transporte
como expresión de la diversidad social y cultural de una sociedad.
Mientras nuestro narrador, imaginemos, se pierde en las lejanías
del inmenso y moderno andén, reflexiona que el ferrocarril no es
sólo vestigio del pasado al que sólo se puede preservar con mirada
nostálgica, sino que representa una herencia patrimonial contemporánea, actual y cotidiana.
El tren, el gran símbolo de la modernidad sólida no sólo no quiere
desaparecer sino que constituye también la gran metáfora del desplazamiento permanente con sus llegadas y sus salidas que es hoy
nuestra realidad, el inconcluso viaje en el que todos, según el sociólogo Zygmunt Bauman, estamos inmersos. Y mientras se dispone a
subir a su tren, sigamos imaginando, nuestro narrador piensa que
la estación es el espacio clave del viaje. Allí se espera, allí se desenvuelve el acto mágico de preparar la partida para introducirse en un
mundo nuevo dejando el rastro de lo ya vivido en la idea de volver
a reconocerlo, finalmente la estación del tren es el tiempo en el que
se encuentran el antes y el después.
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ANÍBAL FORD
Escritor, profesor consulto de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Sus últimos
libros son La marca de la bestia, Oxidación (ficción), y Treinta
años después. En curso: Procesados por otros. Contextos y
tendencias del análisis sociocultural.
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3. CULTURA,
IDENTIDAD
Y PERTENENCIA
La diversidad cultural: Un concepto múltiple
y desprotegido
En un mundo donde la brecha entre riqueza y pobreza se duplicó en
los últimos 20 años, la diversidad cultural es también diversidad
económica, diversidad social, sanitaria, educativa, comunicacional.
En otras palabras, es difícil separar el concepto diversidad cultural
de las estructuras de poder. Hace poco al describir las complejidades del concepto diversidad cultural, que es un concepto muy discutido, Roxana Reguillo en el foro de Barcelona, afirmó que si el
concepto de diversidad no logra incorporar la dimensión del poder
y transitar en su formulación hacia la visualización del conflicto que
genera la interacción de culturas diversas no tendrá mayor impacto ni posibilidad analítica. Se auto-condena a convertirse en un dispositivo solamente útil para vender músicas del mundo, objetos autóctonos o repertorios culinarios. Lo diverso es hermoso, será el lema de un mundo que elude la gestión de la diferencia como uno de
los desafíos centrales de cara al siglo XXI.
Quiero ubicar mi razonamiento en la relación del concepto de Diversidad Cultural con los temas propuestos para esta mesa, pero en
primer lugar quiero hacer algunas breves aclaraciones.
Se entiende que el concepto de cultura con el cual estamos trabajando aquí es un concepto tanto antropológico como semiológico, es
decir como sistemas de construcción de sentido. También que cuando hablamos de identidad, o mejor dicho de identidades, no nos estamos refiriendo a esa hipótesis casi metafísica de identidad nacional. Sabemos que nuestros países son transitados por diversas identidades y que a su vez esas identidades son parte de historias compartidas, de trayectos, de formas de trabajo, de deudas, de dramas,
etc. Cuando uno habla de identidad nacional generalmente está hablando de una zona que se impuso sobre las otras, como en cierto
momento lo señaló Renato Ortiz en Brasil. Por último, que cuando
hablamos de pertenencia sabemos que no estamos pensando solamente en la pertenencia local o geográfica sino también aunque de
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3. CULTURA,
IDENTIDAD
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manera muy discutible, a pertenencias virtuales. Es decir no territorializadas. Esto implica una discusión muy fuerte que también hay
que tener en cuenta, aunque no creo que se haya perdido la relación
con el territorio es una discusión que hay que considerar, especialmente en algunas hipótesis sobre comunidades virtuales.
Hechas las aclaraciones previas, quiero señalar que cualquier implementación positiva de políticas culturales, como las que aquí estamos tratando, debe admitir que está en movimiento una agenda
crítica y negativa. El tema es amplio y complejo por eso me limitaré sólo a ingresar en algunos puntos críticos.
No todas las culturas tienen la misma circulación que la cultura única. Ni Encarta, ni Internet representan positivamente y de manera
igualitaria a todas las culturas del mundo. El slogan "lo que no está
en Internet, no existe", no reconoce que hay muchas cosas que existen y no están en Internet y mucho menos en Encarta. Estoy hablando de algo que se ha generalizado de manera muy fuerte. Por otro
lado el término Sociedad de la Información, es un término muy discutible y no falta quien denomine a nuestra cultura la Sociedad de la
Desinformación, como ha pasado últimamente con Naomí Klein. Digamos que a las histerias de la híper-información, se corresponden
grandes bolsones de hipo-información y de privación cultural.
La Sociedad de la Información es un proyecto, no una denominación de nuestra sociedad, que es más la Sociedad de las brechas
que la Sociedad de la Información. Cuando hablo de privación cultural o hipo-información me refiero a todos sus diversos tipos, porque se da de una forma en nuestros países y de otra en Estados
Unidos. Un ejemplo de en este momento, es el conocimiento de la
ciudadanía norteamericana con respecto a la guerra de Irak, o mejor dicho, su desconocimiento.
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Esto tiene mucho que ver con las Industrias Culturales, que yo preferiría denominar “Industrias de lo Simbólico” a partir de los fenómenos de convergencia y de fusiones de empresas, que han llevado a estas industrias a ocupar lugares centrales en el producto bruto de los países centrales (esto es un dato fundamental). La convergencia es el proceso que agrupa a las Industrias Culturales con la
informática y las telecomunicaciones. No es un hecho secundario,
sino un fenómeno que esté en el centro o a la cabeza del producto
bruto de los países centrales. Las fusiones tienen mucho que ver
con la enorme concentración de la propiedad, que hace que el 80%
de la comunicación y la cultura en el mundo se agrupe en diez o doce empresas. Pero también tiene que ver con varios fenómenos,
que aunque todos no deriven de la convergencia y la concentración, sí derivan del sistema neo-liberal que transforma patrimonios
tangibles e intangibles, culturas e identidades en mercancías, en
commodities. Transforman problemas críticos de la sociocultura
contemporánea en mercancía, hasta los derechos humanos. Quiero dar algunos ejemplos: el avance muy fuerte del desarrollo del
marketing étnico o la manipulación de rasgos identitarios en función de venta, que se puede observar tanto en el caso de Estados
Unidos y sus 32 millones de hispano-parlantes, como en el descubrimiento de bolsones étnicos que pueden consumir. Existe un manejo de identidades de esos bolsones que actúa como extorsionador de su cultura.
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3. CULTURA,
IDENTIDAD
Y PERTENENCIA
Otro segundo aspecto es lo que he llamado el Síndrome Benetton,
que no se refiere exclusivamente a Benetton, sino a muchas otras
empresas, que utilizan problemas críticos de la agenda global como
dispositivos de imposición de marca. Hay varios ejemplos en la Argentina, como el caso de Diesel que hizo una propaganda con los
chicos con jean tirados en el río o en el mar con una piedra atada a
los pies, justamente en la mismo momento que Scilingo había confesado su participación en esos operativos. Una estrategia similar
tuvo lugar en otros lugares del mundo. Por ejemplo, en Italia se hizo un desfile de modas con el look de Auswitch. El hecho de que los
problemas críticos de la agenda global sean utilizados como commodity, como mercancía es algo que marca también la cultura contemporánea y es un obstáculo fuerte para los avances en políticas
públicas activas en defensa del patrimonio cultural.
Otro ejemplo más, entre los muchos que hay, son las distorsiones
producidas por la industria del turismo o por el documentalismo televiso de los países centrales sobre los países que están del otro lado de la riqueza, en visiones exóticas que revive muchas veces el
darwinismo social de fines del siglo XIX. Con Silvia Fajre hemos
conversado sobre las visitas a Ushuaia y la historia de la criminología en Argentina, donde se ve claramente como hay distorsiones de
la historia en función del turismo. Además cierto tipo de canales
que cuentan con un alcance mundial muy grande como Travel
Channel o Discovery Channel, tienen una concepción que parece de
fines del XIX, respecto a los países dependientes o de la periferia o
del tercer mundo. Esto no es ninguna exageración, y se puede apreciar hasta en el discurso de los funcionarios del Fondo Monetario
Internacional. En este marco y también en el de las fuertes brechas
info-comunicacionales que caracterizan la cultura contemporánea,
pienso que los problemas que estamos tratando implican luchar o
tener políticas adecuadas contra la hegemonía económica que campea con mucha ventaja en el plano de la circulación de culturas,
identidades y pertenencias.
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Cuando hablo de brechas info-comunicacionales me estoy refiriendo a que hay países que tienen casi mil televisores por mil habitantes y otros países que tienen cincuenta cada mil habitantes. Que
hay países que tienen ochocientos teléfonos cada mil habitantes y
hay países como la India que tienen once teléfonos cada mil habitantes. Que Internet llega a un 7 u 8% de la población mundial, lo
que no deja de ser un fenómeno importante porque ya son unos
cuantos cientos de millones.
Cuando uno piensa en ciertos fenómenos, como el que ha ocurrido
recientemente de cruzar o hacer sinergia entre las torturas en Irak y
la industria de la pornografía, piensa que ese 7% está procesando algo que hay que observar, porque sabemos por la historia que a veces cosas que parecen chicas se transforman en grandes después.
Entonces, implica obviamente luchar o tener políticas adecuadas
que a veces no es tan caro ni tan complejo y en nuestro país es particularmente importante, porque ha sufrido una distorsión, un vacío
de memoria que no han sufrido otros países y que no ha sido restaurado de ninguna manera. No hay políticas para recuperar lo que
se perdió de información sobre el país. Hay una evidente pérdida de
información sobre el país, una evidente pérdida en la vida cotidiana
en la discusión, en el análisis, en el conocimiento de los recursos, en
el conocimiento de las diversas culturas, de las formas institucionales. Pero también esto que estamos trabajando implica desarrollar
dispositivos culturales que más que comprender las casi diez mil
culturas que hay en el mundo, permitan posicionarse ante las culturas otras. Esa cultura con la cual me enfrento aunque no la conozca,
y tengo que observar de manera geertziana, puede tener diferentes
formas de recategorización, de concepción de la temporalidad, de
percepción o usos de los sentidos de construir sus objetos sociales
o de vida cotidiana. Una cosa es conocer todas las culturas y otra es
tener inserto en el desconocimiento de uno este dispositivo de conocer que se puede plantear cuando uno se pone con otra cultura
que siempre tiene zonas en común. No hay culturas que se recorten
totalmente, ya que hay flujos de información que son comunes, pero es importante esto también porque significa no licuar las diferencias como se ha intentado muchas veces, como pasó en la comunidad europea, y también en aquellos que son ingenieros de la "mercosuridad". Se puede hacer un avance general respetando las diversas culturas. Si pensamos en el MERCOSUR, hay que considerar
que son muchas culturas dentro de cada país, y no licuar las diferencias sino combatir los diversos etnocentrismos que nos habitan.
Creo que es lo fundamental, combatir el etnocentrismo está en el
centro de muchas culturas es uno de los objetivos básicos de este siglo para evitar la autodestrucción de la humanidad. Muchas gracias.
SILVIA BLEICHMAR
Doctora en Psicoanálisis. Profesora en diversas universidades nacionales y del exterior. Ha colaborado con publicaciones nacionales y extranjeras con artículos científicos y ensayos de actualidad. Sus principales libros son "En los orígenes del sujeto psíquico", "La Fundación de lo Inconsciente",
"Clínica y Psicoanalítica y Neogenésis" y "Dolor País".
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3. CULTURA,
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Y PERTENENCIA
Quisiera comenzar por ubicar la cuestión, ya que la preocupación
por la identidad corresponde básicamente al siglo XX, no siendo un
tema abordado previamente ya que se encuentra vinculado, centralmente, a la cuestión relativa a las luchas anticoloniales. Es a partir
de ello que toda la conceptualización antropológica y sociológica
del siglo XX se relaciona con esta cuestión, que se reactiva hoy en
función de una globalización que aparentemente tiende a la dilución
de las diferencias culturales pero que, en realidad, se propone de
manera evidente como una nueva forma de reparto del poder en el
mundo con subordinaciones de los estados más débiles. La cuestión se replantea entonces hoy de manera más mistificada, y al mismo tiempo más sutil y eficaz en razón de las formas engañosas que
asume. Es en virtud de esto que el problema de la identidad y el problema de la subjetividad van juntos. No hay mayor desconstrucción
de la subjetividad que la erradicación de la identidad, tanto más difícil de resistir cuanto menos violenta se manifiesta en apariencia.
Es justamente el encubrimiento de su brutalidad lo que deja inerme
para resistir a sus procesos de devastación, y en razón de ello es que
la reflexión sobre la cuestión es definitoria para abrir alternativas y
pensar modos de respuesta.
Me parece muy interesante lo que planteo Aníbal Ford, cuando señaló que en lugar de hablar de industrias culturales habría que hablar de lo simbólico, en la medida que las llamadas industrias culturales son en realidad modos masivos de producción de subjetividad. Es en este tema que quisiera detenerme. La identidad en el ser
humano se constituye de igual manera que en los pueblos, de forma similar, en la medida que la identidad es algo del orden de la
subjetividad, sea singular o compartida. En un primer momento se
establece al modo de una negación determinada, a partir de que toda diferenciación parte de negar que se sea lo enfrentado, vale decir que en razón de afirmar lo que no soy, sé qué soy. Así han surgido los Estados Nacionales, del mismo modo que se produce en los
comienzos de la construcción de identidad en la infancia: cuando el
niño se puede oponer al deseo de la madre y empezar a manifestar
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3. CULTURA,
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un deseo propio, constituyéndose al modo de una negación - Hay
personas a las que este proceso les dura toda la vida, y parecería
que sólo pueden saber lo que quieren a partir de oponerse a lo que
quiere el otro, pero convengamos que no se trata sólo de un modo
incómodo de asumir una posición deseante sino también de vivir
con otros seres humanos. En un segundo tiempo, la afirmación, el
pasaje al "sí", permite afirmar lo que se quiere, y en razón de ello lo
que se es. La afirmación implica una discriminación, no es necesaria la oposición, ya se puede aceptar y afirmar al mismo tiempo la
propia existencia. Hay en la afirmación un tiempo de pasaje en la
búsqueda de la identidad, que culmina en un tercer tiempo, en el
cual se produce una afirmación del ser mismo, con procesos muy
complejos en los cuales se van definiendo convicciones acerca de la
propia existencia. Recién en este momento se puede confluir con el
otro sabiendo que se es diferente, no sólo coexistir sino también reconocer la existencia independiente, no sólo tolerar – lo cual implica siempre una suerte de apropiación del espacio en la cual me resigno a que haya otros que no son como yo – sino aceptar que la diversidad es parte del mundo, en el cual puedo insertarme sin estar
en riesgo de ser arrasado, anulado en mi independencia, sostenido
en su interior sin renuncias definitorias. Es muy fácil seguir acá -con
todos los matices que indudablemente debemos establecer, sin perder la dimensión de los procesos que los articulan en sus particularidades- la evolución de la identidad histórica, las convicciones de
los pueblos acerca de sobre su propia existencia.
Podríamos pensar que nuestro país, la Argentina, durante los años
de su organización nacional desarrolló una identidad al negativo,
como todos los pueblos jóvenes, definida lamentablemente no por
nuestra diferenciación y enfrentamiento con los grandes centros de
poder, sino por "no ser como los vecinos", lo cual implica niveles de
alienación muy elevados en los fondos de nuestra constitución
identitaria: éramos los "no bolivianos, los no brasileños, los no peruanos, los no paraguayos, los no latinoamericanos" en última instancia. Nos considerábamos europeos desarraigados geográficamente, y se nos vino nuestro destino geográfico encima, al formar
parte de un continente totalmente devastado.
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De manera que esta cuestión de la cultura como formadora de identidad tiene que ver también con la subjetividad como un producto
de cultura, y en esto la subjetividad no es simplemente algo del orden de la intimidad. Es la forma con la que una sociedad define
quiénes son los sujetos que puedan integrarse a ella, cuáles son aptos para desarrollarse en su interior sin sucumbir: hay una producción de subjetividad en Esparta y hay una producción de subjetividad de la Argentina del cincuenta. Hoy existe indudablemente un
conflicto grave en la medida en que han desaparecido los modelos
estatales de producción de subjetividad a partir de la devastación
de la educación y de la privatización de las industrias simbólicas. En
nuestro país hubo dos grandes proyectos de producción de subjetividad, que están ligados a los dos grandes proyectos de educativos y a los dos grandes proyectos de constitución del Estado-Nación. Son los proyectos de Sarmiento y de Perón, dado que ambos
intentan la producción de un sujeto que se integre con ciertos valores, con cierta manera de pensar, que tienden a una suerte de construcción de una subjetividad estatal compartida. Por eso la polémica de 1958, la lucha con la cual un sector importante de la sociedad
argentina se opuso a los subsidios estatales respecto a la enseñanza privada, no puede ser considerada, como lo han hecho muchos
sectores de la izquierda, de manera reduccionista, como una falsa
cortina, encubridora de la entrega de las fuentes nacionales del petróleo. Esta es una lectura que no tiene en cuenta que la desconstrucción del Estado Nación estuvo en la base de toda entrega de las
riquezas de ese Estado. Por ello podríamos ubicar ese momento de
nuestra historia desde otra perspectiva: la polémica del 58 es una
polémica sobre la producción de subjetividad en la Argentina, es
una polémica sobre si el estado va a tener el monopolio de la producción de simbolizaciones compartidas, de identidades compartidas o si no las va a tener. Recrea las viejas polémicas desatadas entre la Iglesia y el Estado, que tuvieron lugar en el siglo XIX, respecto al monopolio educativo bajo el falso enfrentamiento familia-estado, que encubrían en realidad el intento de conservar la producción de subjetividad como un reducto de poder privado. Por ello lo
que se viene definiendo en ese proceso iniciado en 1958, es el proyecto de una deconstrucción de la identidad nacional en el ámbito
de un proceso de desubjetivación que permita la expropiación de la
riqueza nacional.
Esto es lo que ha caracterizado nuestra historia en estos últimos
años. Y es indudable que asistimos a un proceso de recuperación de
preocupaciones sobre nuestra identidad, después de los años de
sometimiento a premisas de deconstrucción que hoy son revisados. Por ejemplo, esto se manifiesta muy claramente en que por
primera vez en la Argentina los símbolos patrios ya no son patrimonio de la derecha más reaccionaria. Por primera vez los sectores populares, nosotros mismos, sentimos deseos de apropiarnos de los
símbolos patrios. Es por eso que hay una enorme circulación en el
arte, inclusive la forma con la que Charly García hizo el himno da
cuenta de un nuevo modo de apropiación de los símbolos patrios,
en una nueva etapa de nuestro país. Del mismo modo aparecen expresiones nuevas en la pintura y la literatura, que van al rescate de
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la historia y de la identidad. Hay una fuerte propuesta hoy de lectura de los textos históricos, intento de apropiación de una historia
que quedó acartonada como una historia producida y no como una
historia en circulación. Hace algún tiempo una maestra me preguntó, en Córdoba, como podíamos hacer para que los niños entendieran que San Martín y Moreno no son figuras de bronce, rigidizadas,
coaguladas en el tiempo. Se me ocurrió entonces que a los niños
hay que explicarles que la nuestra es una historia inconclusa, que
las tareas de Mayo son todavía un proyecto inacabado, y que ellos
son los futuros San Martín y Moreno de la Patria, y que nosotros hemos heredado una historia que ha quedado cancelada en muchos
puntos, y que la apropiación que ellos realicen de esta historia es la
que les hará comprender lo que los héroes de la Independencia soñaban, y estar más cerca de ellos.
La década del noventa fue un momento culminante de alineación y
de deconstrucción de la identidad, que contribuyó a la pérdida de la
identidad, tras la ilusión de ser primer mundo. Una vez leí que la desilusión es el sobreprecio acumulado del autoengaño. Es una frase
extraordinaria, porque uno no se desilusiona de nada que no se haya mentido a si mismo, o con lo cual no se haya engañado. No es
verdad que el otro nos desilusiona, nos desilusiona lo que creímos
del otro. Y si bien el que engaña tiene una responsabilidad que el
engañado no tiene, es hora ya de que dejemos de ver la realidad como nos gustaría, para empezar a verla como es, sin encubrir con
nuestros deseos las imágenes canallescas de quienes nos llevan al
engaño. Sabemos que en la Argentina la desilusión de los 90’ fue
acompañada de cierta melancolización usufructuada por los verdaderos responsables del desastre que padecimos que se escudaron
bajo la frase de "todos somos culpables". No es cierto, no somos todos culpables, si bien debemos asumirnos como responsables de
no habernos opuesto de modo firme al robo y la corrupción, y a la
devastación de un proyecto de saqueo del país. Pero al mismo tiempo debemos ver que el proceso de pauperización conllevó niveles
importantes de desubjetivación y de des-identificación. La expulsión del trabajo es también una expulsión de la identidad laboral, y
esto ha ocurrido con una enorme cantidad de argentinos que aunque sobrevivan biológicamente, han dejado de ser simbólicamente. El ser humano tiene dos grandes necesidades: mantener su auto-conservación biológica, las representaciones que tiene de su
propia existencia, y la auto-preservación simbólica. En general cotidianamente no nos damos cuenta porque podemos seguir siendo
quienes éramos por parecer vivos. Pero este no es el caso de las situaciones extremas de la historia. Por ejemplo en la época de la represión del terrorismo de Estado, había que renunciar a la vida pa-
ra seguir siendo o renunciar a lo que se era. En la literatura de la segunda guerra mundial aparecen estas opciones que plantean que la
existencia como forma de vida lógica tiene carriles que no son sólo
que se recubren, sino que en muchos casos se enfrentan.
Y bien, en nuestro país, a partir de la crisis y de la pauperización, hubo muchos intentos de transformar una enorme cantidad de argentinos en sujetos biológicos definidos por la auto-conservación del
organismo. En el debate sobre la educación, esto se expresó en la
polémica en torno a si las escuelas tenían que dar de comer o tenían que enseñar. La primera opción suponía en última instancia
mantener el cuerpo biológico a costa de rifar totalmente el futuro,
de condenar al país a no poder nunca más tener mentes científicas.
Porque las mentes que sí se producían, estaban recluidas en lugares que eran atípicos respecto al país: eran escuelas donde no se
construía identidad, sino lugares de paso. La única salida posible
entonces era precisamente la salida del país, con lo cual quedó extinguida la posibilidad de producción de las simbolizaciones dentro
de la identidad y la posibilidad de preservación de las identidades.
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Quisiera volver luego sobre los procesos cotidianos de resistencia
a la des-identificación, que fueron muy fuertes, pero fueron también
lamentables las críticas que se hicieron a la gente que pedía algo
más que comida era expresión de la concepción bio-política imperante en muchos sectores de la clase media: "que los pobres se contenten con estar vivos, que a comer tienen derecho, pero lo que piden es ya lujo", como si el dentífrico y el champú no fueran parte de
la conservación de la identidad, la resistencia a la des-subjetivación
que reduce a un ser humano a su cuerpo biológico! Sabemos de
múltiples historias que, como en la picaresca española por la que
tengo una gran simpatía, se hace empleo del talento nacional para
la supervivencia simbólica y biológica. Retomé en una viñeta la
anécdota de una vecina que recorre el barrio contando que tiene un
hijo epiléptico y un marido desempleado. Todas mentiras, pero también verdades, porque en última instancia hay verdad en su desprotección y en sus carencias. Una vez que le dan la moneda ella va y
se compra dos medialunas y se las come. Quienes la critican no entienden que estamos ante un acto de resistencia cultural. La gente
se enoja porque piensa que debería comer pan, pero para esta señora, comer medialunas no responde sólo a un capricho, sino a algo que la reconecta consigo misma, implica un intento de seguir
siendo quien fue.
Volvamos entonces a la cuestión de la identidad, concebida bajo el
ángulo de la pertenencia. Por un lado la identidad es la conciencia
de la propia existencia, y la propia existencia se constituye sobre
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enunciados que dan cuenta de cómo un sujeto o un pueblo se siente posicionado ante sí mismo. Tema muy importante, ya que en el
debate acerca de la constitución de la subjetividad aparece la pregunta que realiza Silvia Fajre acerca de cuáles son los soportes
identitarios con los que se construye en un país la identidad. Del
mismo modo que hay que preguntarse cuáles son los soportes
identitarios acumulativos que hacen que un ser humano pueda sentirse parte de ese país. Cuando se hablaba en esta mesa de la forma con la cual el patrimonio público es desconocido por los habitantes de este país no hay que perder de vista que quien desconoce ese patrimonio no se siente dueño de ese espacio, ni se siente
dueño de su historia. A mi me impactó mucho cuando los marginales ocuparon la Plaza de Mayo y la destruyeron. Pensé que lo terrible del caso no es que destruyeron la Plaza de Mayo, sino que esa
gente fue a repudiar algo, o a pedir algo, a una Plaza que siente que
no es propia y por eso la destruye. La depredación es parte de una
expulsión no sólo de la pertenencia geográfica, sino de la pertenencia representacional a un lugar.
Aníbal Ford habló de los modos globalizados de la pertenencia y
Gilda Waldman traía lo de la modernidad líquida de Bauman. Podemos recordar algunas frases de la publicidad que lo expresan de
manera grosera: "pertenecer tiene sus privilegios", por ejemplo, o
la inscripción a la salida de Ezeiza de una tarjeta de crédito que decía en enormes legras: "Esta es la única Visa que Ud. necesita para
estar en la Argentina". Estas publicidades son realmente pavorosas,
dando cuenta de que están dirigidas a personas que consideran
que no están ante un país, con una cultura, seres humanos que lo
habitan, geografía propia e idiosincrasia, sino en un lugar que se
puede adquirir con la tarjeta que permite una pertenencia.
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Para retomar cuestiones relativas a la identidad y la diversidad,
quiero volver sobre la polémica entre diferencia y diversidad. Es importante tener en cuenta que la diversidad es presentada a veces
como una actitud políticamente correcta, a partir de la cual somos
todos iguales. Esto es mentira, y encubre el necesario reconocimiento de la diferencia social y económica, lo cual implica alienación y engaño respecto a lo evidente. Recuerdo la frase de una adolescente que me impactó brutalmente diciendo algo realmente escandaloso: "yo cuando un pobre me pide dinero, aunque no le dé
lo miro a los ojos, porque no hay que desconocerlo". No podía creer
lo que estaba oyendo, porque era de un nivel tan perverso de desconocimiento de la realidad del otro, que indicaba una homologación de la diversidad y al mismo tiempo, su profundo desconocimiento. Se trata de esa mentira que implica lo "políticamente correcto", nuevo modo de aparición de la "tolerancia" que desconoce
al otro en sus necesidades y lo soporta desde la indiferencia. Es
desde aquí donde pienso que debemos abordar uno de los temas
centrales que nos convocan: la relación entre alteridad y responsabilidad. La alteridad no es solamente el reconocimiento del derecho
ontológico a la existencia del otro sino también el derecho a proveer los medios para que pueda realizarla. El reconocimiento a la alteridad no implica que yo reconozco que hay otro que puede existir, sino que yo reconozco que tengo que proveerle los medios para ayudarlo a que exista.
Hubo en nuestro país, en los últimos años, una enorme resistencia
que se expresó de modos diversos, incluso bajo las formas de resubjetivación que implicaron los nuevos movimientos sociales y la
producción de nuevas identidades a partir de eso: un "piquetero" ya
no es un desocupado – identidad al negativo, definida por la exclusión y la pérdida – sino un trabajador en lucha. Un "cartonero" ya no
es alguien que hurga en la basura buscando con qué sobrevivir, sino un nuevo oficio, cooperativamente instituido y que comprende
unidades familiares integradoras. Hemos tenido formas de recomposición muy notables en la sociedad Argentina, entre ellos los modos con los cuales se planteó el debate sobre educación, los módulos de resistencia cultural más diversos y las nuevas formas de organización de los marginales que constituyen modos de reidentificación. Las formas de la constitución del piquete implican modos
de reidentificación, porque el movimiento piquetero rescata gente
que ha quedado absolutamente suelta, sin ninguna posibilidad de
tener anclaje en algún sector. Se trata del modo político de recuperación de los intentos de resubjetivación espontánea y de sus nuevas formas de construcción. Lo mismo pasa con las cooperativas
cartoneras. Se pueden discutir las formas que toman estos movimientos, pero indudablemente no podrían tener formas maravillosas en el marco de un Estado que ha sido corrupto desde la raíz
misma. No se le puede pedir a la gente que sea sana y honesta como si fueran socialistas franceses del año 18, cuando nosotros venimos de aceptar el "menemato", de tener una dictadura, de un proceso de destrucción de la moral. En este sentido, creo que uno de
los riesgos más serios que corre la sociedad Argentina es que si
bien se han dado pasos importantes en el reconocimiento de identidades compartidas, en formas nuevas de autopensarnos, al mismo tiempo se están redefiniendo los universos internos del universal de lo humano o de lo no humano. Hay una parte muy importante del país, no numéricamente pero si con poder y con presión que
está pidiendo que se redefina el universo del semejante y que de
una vez por todas se avance con el país que quedó parado, "acabando con los escollos y escombros que quedaron de la época de la
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convertibilidad". Escollos que aparecen metaforizados en el corte
de las rutas y de las calles, en un país que se pretende avance velozmente sobre los cuerpos de los desechos humanos de la última
década.
No voy a terminar de exponer sin afirmar, como conclusión, que
considero que nuestro problema central en el marco de la globalización es redefinir el problema de la diversidad pero con el reconocimiento de la diferencia. Este reconocimiento de la diferencia tiene
que ser para plantarnos como países pobres frente a los países ricos, para reconocer que hay clivajes nuevos en el mundo, como señaló Gilda Waldman retomando a Bauman, como los de quienes se
mueven por los aeropuertos provistos de elementos que les permiten estar en contacto con otros seres humanos, y cuya identidad está dada por una pertenencia simbólica a un cierto grupo económico. Pero que hay una enorme cantidad de argentinos, de brasileños,
de gente de este mundo que está en proceso de deconstrucción de
subjetividad.
La imagen de la pérdida de la identidad en el exterior vuelve constantemente con un rebote y consolida nuestra identidad interior, pero falta que ahora se plasme en un proyecto que pueda acoger este deseo. Nuestro gran problema es hoy, como argentinos, la distancia entre nuestro deseo de permanecer acá y la realidad de un
país que no terminamos de poseer. Por la cuestión de la identidad
se redefine en términos de construir un país que nos acoja y que no
nos expulse periódicamente. Muchas gracias.
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4. Políticas culturales locales y
regionales: Redes de ciudades para la
cultura
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4. POLITICAS
CULTURALES: REDES
DE CIUDADES
PARA LA CULTURA
JOSE ALBERTO PINHO NEVES
Artista plástico. Profesor de la Universidad de Juiz de Fora.
Superintendente de la Fundación FUNALFA (2002-2004) y
Coordinador de la Unidad Temática Cultura de la Red de
Mercociudades en los años 2002-2004.
La ciudad es el espacio en donde los seres se encuentran. Es un espejo verdadero y fiel a la historia, o maestro de vida, que permite
revelar las mutaciones del tiempo y de la cultura donde el hombre
se refleja y contempla la grandeza de su contribución, como expresa Pérsico Delgado, intendente de Juiz de Fora, en la editorial del último Jornal Cultural de Mercociudades.
La cultura en el mundo contemporáneo va más allá de la función de
la investigación poética, el oráculo del hacer, del actor celoso de las
cuestiones de preservación de patrimonio material e inmaterial, del
laboratorio de ideas para diseminar experiencias y conocimientos y
se dedica a ser agente de cambios sociales para trabajar en la valorización e inclusión social del hombre. La cultura es pensada como
un instrumento que siembra esperanzas e igualdad, dentro del concepto de ciudadanía. Está distante de ser solamente la expresión de
un pueblo, se presenta como al servicio del pueblo que lucha para
comandar el futuro, pero no por poder, sino por justicia; no por política, sino por moral; no por dominación, sino por nación para su
grandeza. Las ideas que van más allá de los límites geográficos,
quieren establecer la disposición de la producción y en general referenciar lo general en lo particular en la menor estructura: la organización social. Como ha sido expresado por el poeta Joao Cabral
de Melo, no se puede llegar a lo nacional sin ser regional. Está en
manos de las ciudades el hacer, por que es espacio de investigación, de imaginación de creatividad, del conocimiento y ligazón del
tiempo traducido en memoria. La sociedad civil en la inserción del
proceso de integración aparece como un gallo que teje, como en el
poema de Joao Cabral de Melo, que se llama "Tejiendo el mañana".
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4. POLITICAS
CULTURALES: REDES
DE CIUDADES
PARA LA CULTURA
El poema tiene una construcción que busca respetar el canto del gallo, desde la mañana en que comienza a cantar y otro interrumpe el
canto y otro lo retoma. Así se genera una cadena, un tejido. Las dos
frases iniciales del poema muestran la cadena asociativa productiva de ideas al señalar que "un gallo no teje una mañana, siempre
hacen falta otros gallos, uno que reciba ese grito y lo lance a otro,
y después otro gallo, que reciba ese grito, ese canto, y lo mande, lo
relance y otros muchos gallos más que se alternen de manera que
en la mañana se genere un telar tenue que se va tejiendo entre todos los gallos".
La sociedad hace escuchar su canto, lo hace explotar armonizando
los cantos de todos, tejiendo un nuevo tiempo traducido en la formulación transparente de políticas públicas en defensa de la cultura. Donde todos los actores se comprometen democráticamente en
el clamor de este canto que indica el compromiso del respeto a los
desiguales y de resistencia a los procesos masificadores y estandarizantes de la globalización que nos impone modelos y límites, nos
impulsa a la pérdida de identidad. El canto en sí no basta. Hacen
falta reglas, cartas, tratados, arreglos que fortalezcan y organicen la
libre circulación y protejan a los creadores. El mayor desafío de los
poderes locales está en cómo hacer de la cultura un instrumento de
combate al desempleo, de erradicación del trabajo infantil, de inserción de la tercera edad. Luego deberá esto traducirse en programas
de planificación definidos para la acción conjunta de la sociedad.
Porque no basta reclamar la mayor participación en los presupuestos. Reivindicar implica definir la contribución del que reclama. Es
necesario manejar la realidad y establecer mecanismos protectores
y estimulantes de las cuestiones culturales. Es preciso promover
cuestiones de raíz, que traducen la memoria de las naciones latinoamericanas, como asegurar una diversidad cultural accesible a
todos de acuerdo con el artículo 6º del capítulo Diversidad Cultural
y Derechos del Hombre de la Declaración Universal de la UNESCO
sobre Diversidad Cultural. Esto conduce a la libre circulación de
ideas a través de escritos y de imágenes, la libertad de expresión, el
pluralismo de los medios de comunicación, de la multilingüística a
la igualdad de accesos a expresiones artísticas, al conocimiento
científico y tecnológico y a la posibilidad para todas las culturas de
tener presencia a los medios de comunicación y difusión.
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En lo que ataña a la diversidad de la oferta creativa se aconseja la
protección de los derechos de autor, los bienes y los servicios culturales que son portadores de identidad, de valores y significados y
por eso no deben ser considerados como mercancías o bienes de
consumo. Los bienes y servicios culturales son mercancías de un tipo bien distinto, que requieren de condiciones propicias para su
producción y difusión.
A nivel local e internacional debe respetarse la acción de cada país
para definir su política propia cultural y ponerla en práctica por medios que oportunamente juzgue necesario. Es importante establecer lazos de solidaridad entre el sector público, el privado y la sociedad civil. Las fuerzas del mercado aisladas no pueden garantizar la
preservación y promoción de la diversidad cultural. Las distancias
entre las culturas, que antes portaban aspectos mágicos de descubrimiento, han perdido su encanto a partir de la fría perspectiva de
la vanguardia de los procesos de comunicación. Las redes culturales son recursos de última generación, laboratorios, talleres del
imaginario, que colaboran para romper nuestro aislamiento cultural, haciendo posible la construcción de la solidaridad, la reciprocidad, y la cooperación entre los que son diferentes. Es preciso estrechar los lazos fraternos donde la imaginación es soberana. Las redes son nuevas formas de mediación cultural a través de las fronteras, que facilitan el intercambio artístico y educacional, el reconocimiento del artista, que dan visibilidad al producto artístico, estimulando el verdadero conocimiento, de si y del otro. También descubren nuevos horizontes, que se renuevan en la iniciación de redes electrónicas de comunicación, que refuerzan una permanente
conexión en la dirección del destino común de cada actor. De acuerdo a Octavio Togón, ex-presidente de la Red de Promotores Culturales de América Latina y Caribe, las redes de ideas son un camino en
el cual hemos encontrado formas para un aprendizaje fundamental,
como trabajar juntos reconociendo nuestras diferencias culturales.
En este sentido, nos hemos enriquecido con experiencias tan desiguales y contrastantes.
Es preciso transformar esta hermosa frase de la cultura en nuestro
centro: "TÚ ERES MI OTRO YO". Respetar lo diferente para ponerlo
en circulación en la práctica del trabajo de la Unidad Temática Cultura de la Red Mercociudades, como se ha intentado durante tres
años consecutivos desde la intendencia de Juiz de Fora, para que
frente a las distintas propuestas se pueda armar una praxis movilizadora. Quisiera comentar que la red Mercociudades está constituida por ciudades de MERCOSUR reunidas con el objeto de promover el fortalecimiento de las administraciones en el plano político,
económico, social, cultural, y para enfrentar la globalización. La
Unidad Temática Cultura nos impone una pauta de acciones anuales, en las cuales ejercitamos la formulación transparente de políticas públicas en defensa de la Cultura, dando oportunidad democrática de acceso a todos los actores. Entre otras cosas creamos el premio Mercociudades de Cultura, que apunta a promover el intercambio de experiencias exitosas entre las ciudades. Es un premio de
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u$s 2.000 al cual podrían tener acceso TODAS las Mercociudades,
no solo las que están en la Unidad Temática de Cultura. El primer tema de premio fue "Cultura y Ciudadanía", asumiendo cuestiones
como la inclusión social. El segundo año el tema fue "Cultura y Juventud", y el premio lo ganó la Ciudad de Santo Andrés cerca de
San Pablo, con una propuesta de Reciclaje y de reaprovechamiento
de la basura. El segundo premio fue para la Ciudad de Paraná, Argentina, con una propuesta de inclusión de jóvenes de la periferia
en la literatura. Además de los premios, publicamos las mejores
propuestas en la Web para que cualquiera que esté interesado pueda tener acceso a ese material, que constituye una referencia para
implantar proyectos de este tipo. En cuestión de publicaciones, hemos podido realizar algunas cosas, como por ejemplo el proyecto
compañía de poetas, que retoma la valorización de la poesía y rinde homenaje a los arquitectos de las palabras en creaciones desnudas, como dice Octavio Paz. Porque la primera virtud de la poesía,
tanto para el poeta como para el lector, es la revelación del ser, y la
conciencia de las palabras lleva a la conciencia de sí, a conocerse y
a reconocerse. Este es un pequeño libro de 390 páginas, en el cual
se reúnen aproximadamente 24 poetas. En el prólogo hacemos un
homenaje a un gran poeta del sur de Brasil, Mario Quintana, y después cada ciudad nos envió textos de un poeta, que están incluidos
en este libro. Hemos procurado poner los textos en sus lenguas originales, para que no se perdieran las metáforas y la sonoridad de
un texto poético. Estamos tratando de establecer una asociación
con la Secretaría Ejecutiva del MERCOSUR, en Montevideo, para
publicar un nuevo volumen que se refiere a la producción poética
del universo femenino. Ya tenemos 26 poetisas, con material muy
sólido. Esto es muy importante porque muestra que hay circulación
entre las redes. Tenemos un convenio que firmamos con la red
MERCOSUR cultural en Paraná, y también firmamos otro con la Secretaría Ejecutiva del MERCOSUR, que es un proyecto que tiene
que ver con artistas plásticos.
Es importante que todo esto circule y que firmemos estos convenios, pero sobre todo que existan en la práctica, para que se dé de
hecho la circulación del material. El próximo libro, que se llama Relicario Latino, con 26 poetas del Cono Sur se va a lanzar en diciembre de 2004 en la Cumbre de las Mercociudades, en Buenos Aires.
También hemos producido un CD que se llama Latinas y Voces de
la Tierra, y otro que incluye treinta músicas distintas de quince ciudades. Intentamos hacerlo en un género musical como el canto coral que permite un intercambio interesante. Se trata de un CD de altísima calidad ya está grabado, y ahora tenemos que resolver el
problema de circulación. Se ha distribuido el CD a cada Secretaría
para que a su vez esta lo distribuya a la prensa de cada ciudad. Se
ha producido a partir de una liberación de derechos de autor, con lo
cual puede circular libremente en el mercado internacional.
Otro proyecto que organizamos fue realizar exposiciones como Interciudad, que reunió a cincuenta creadores y artistas de quince países latinoamericanos. Es una exposición pequeña de arte contemporáneo que circuló por distintas ciudades, sobre arte contemporáneo. También dentro de la misma Red Mercociudades hicimos asociaciones con otras unidades temáticas sobre el tema de desarrollo
urbano, con un concurso fotográfico que ustedes pueden ver aquí
en el Centro Cultural San Martín. Estamos trabajando en una exposición que se llama "Nada es lo que parece ser" donde la figura central es el tema de billetes y hechos históricos de los países, que va
a incluir imágenes contemporáneas de artistas del Cono Sur.
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Como estamos preocupados por las cuestiones patrimoniales, tanto tangibles como intangibles, hemos realizado dos publicaciones,
una sobre manifestaciones religiosas, que es una cuestión intangible, un patrimonio inmaterial, y otra sobre la legislación municipal
en materia de patrimonio histórico y su preservación. También hemos planificado un curso con el tema dirigido a los niños, porque
buscamos sensibilizar a los niños respecto a la importancia de las
relaciones entre los pueblos. Hicimos un concurso que se llama
"Tierras Latinas" que movilizó aproximadamente a mil cien estudiantes entre 7 y 15 años, en el que con postales en blanco se procuró mostrar la esencia del espacio urbano. Este concurso se promocionó en cada ciudad, en cada país y nos llegaron mil cien imágenes que luego fueron seleccionadas.
También tenemos acciones en cuanto a las imágenes en movimiento, tanto para el teatro como para el cine. Respecto al cine se piensa reunir cortometrajes de las distintas ciudades que se van a reproducir en paquete y enviarlos para sensibilización simultanea a diversas ciudades. Es decir, que el mismo material está siendo distribuido para ser exhibido conjuntamente. Otro proyecto es el de cineasta visitante, que implica que un actor o un cineasta visite una
ciudad, con materiales que tengan que ver con su ciudad de origen,
para realizar una muestra temática que genere un intercambio de la
visión del espacio cultural del cineasta de otra ciudad. Estas acciones tienen un grave problema, que es el aduanero, que dificulta la
circulación de los bienes culturales. Es urgente regular este tema en
el MERCOSUR, para que circulen los bienes y productos, principalmente aquellos que no tienen que ver con competencias en el mercado. Es urgente el fortalecimiento de todas las redes y que se establezca un diálogo que se apoye en la libre circulación. Necesita-
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mos sensibilizar a los dirigentes para que comprendan que el éxito
económico del MERCOSUR se traducirá en conquistas para la cultura latinoamericana. Las ciudades hermanadas, las Mercociudades
grandes y pequeñas, apuntan a una cultura con una política eficiente que minimicen las desigualdades sociales, procurando apuntar a
problemas comunes y crear alternativas para enfrentar nuevos desafíos, en esta dirección.
La UT Cultura de la Red Mercociudades estableció su compromiso
de dialogo e intercambio con otras unidades temáticas, con organizaciones nacionales e internacionales para buscar propagar la Cultura Latinoamericana. Quiero concluir con una cita de uno de los
mayores tejedores de la lengua portuguesa, Pedro Nava, que dice:
"el presente es un fabricante permanente de pasado, de modo que
siempre tenemos con qué contar." Así sea, que el tiempo, este gran
hablador, incluso cuando no se le pide que hable, sea el juez futuro
de nuestra contribución para el desarrollo de la Cultura. Muchas
gracias.
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VERÓNICA PALLINI
Antropóloga. Master en políticas culturales de la Universidad de Barcelona. Ha sido investigadora del CONICET e investigadora y docente de la Universidad de Buenos Aires.
Coordina la Secretaría Ejecutiva de INTERLOCAL, red Iberoamericana de Ciudades para la Cultura. Y es docente de la
Universidad de Barcelona.
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La red INTERLOCAL se fundó en marzo de 2003 en la ciudad de
Montevideo y cuenta con el apoyo de dos instituciones que la hacen posible: la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la
Diputación de Barcelona. ¿Por qué surge la Red? A partir de dos necesidades esenciales que surgen del mundo local. En primer lugar,
la necesidad de intercambio de información en toda la región iberoamericana; en segundo término, la necesidad de intercambio de
bienes culturales y simbólicos. En tal sentido, la pregunta es: ¿qué
nos está pasando, por qué no circula la energía, no circula el conocimiento en América Latina?
La necesidad de intercambio de información parte del supuesto de
que hay un desconocimiento absoluto en aspectos básicos como la
gestión pública en las ciudades. Los Secretarios de Cultura, los representantes políticos de cada ciudad en el área, no se conocen entre sí. Cuando se creó la red en Montevideo estaban presentes cuatro Secretarios de Cultura de Colombia que nunca se habían visto
la cara. Es un dato representativo de lo que está pasando, cada uno
está en compartimentos estancos.
Por otra parte, tampoco se conoce lo que pasa en los campos artísticos y culturales, en cada rama de actividad. No se sabe lo que está pasando en dinámica cultural de cada una de las ciudades. Lo
mismo pasa en el ámbito académico. Cuando viajaba a Bogotá, tenía que llevar el libro traducido de Renato Ortiz, porque mis colegas
no tenían la traducción, ese libro llegaba en español a Europa pero
no a América Latina.
Finalmente también hay un desconocimiento en la ciudadanía en el
plano simbólico, es decir, no conocemos al "otro". Trabajé en una investigación con Armando Silva sobre imaginarios urbanos de América Latina y había un apartado en el formulario-encuesta que realizamos que era "cómo nos ven y cómo somos vistos" entre distintas
ciudades latinoamericanas. Los resultados fueron increíbles porque
encontramos que la gente construye su imagen de los "otros" latinoamericanos desde íconos que ofrecen las agencias de turismo y
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los medios de comunicación. No existe otro tipo de información.
La segunda premisa, la necesidad de intercambio de bienes culturales y simbólicos parte de la hipótesis de que si logramos instalar
la producción cultural local en circuitos interlocales posibilitaremos
ampliar la oferta de bienes y servicios en el territorio. ¿Qué significa esto? Lograr una mayor circulación por abaratamiento de costos.
Si yo traigo a un artista de Europa y lo comparto con Porto Alegre
va a salir mucho más económico que si lo traigo solamente a la Ciudad de Buenos Aires. Esto genera un circuito externo y a su vez interno de la región, que estimula la dinamización de los productores
estéticos. La circulación es también circulación económica.
Además, es fundamental que circulen los propios artistas locales.
Un caso significativo ha sido el evento Buenos Aires-Porto Alegre.
Es un evento musical donde artistas argentinos viajan a Porto Alegre y a la inversa artistas de Porto Alegre van a Buenos Aires. Cuando empezó este evento se hacía en la ciudad de Buenos Aires en
una sala alternativa, Babilonia. A partir del 3º año, el evento pasó a
la sala AB del Centro Cultural General San Martín donde se quintiplicó el número de asistentes. ¿Qué quiere decir esto? Que se creó
un nuevo público para los artistas de Porto Alegre, generando un
nuevo circuito productivo. En el caso inverso, con variantes, el proceso fue similar. En tal sentido, la red Interlocal nace también de esta preocupación.
En España, en Europa en general, se está trabajando con un concepto de red muy avanzado. Yo no creo en esto de traer conceptos
o metodologías y extrapolarlas tan fácilmente, pero sí en la posibilidad de apropiarnos de lo que está bien y bajarlo a nuestra realidad. El concepto de red generalmente es utilizado como una herramienta central en la gestión cultural. Cataluña es ejemplo de lo que
es la Red de Bibliotecas, la Red de Museos, la Red de Teatros. A mí
me interesa especialmente un organismo de la Diputación de Barcelona que es la ODA (oficina de difusión artística), ya que se ocupa de programar y circular propuestas de danza y teatro para toda
la región.
El concepto de red viene de las nuevas tecnologías de la información. Es allí donde es importante resaltar la idea de "nodos", ya que
desde la acción cultural esos nodos representan el apoderamiento
de lo local. Parafraseando a Manuel Castells, a mí me parece que la
estrategia es pensar y actuar local y globalmente. Trabajar en lo local mirando hacia lo global. Este es el marco.
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La red se creó en marzo de 2003 en Montevideo, con la asistencia
de 32 ciudades de la región, y con muy poco apoyo económico. Pe-
se a los aportes de la OEI y de la Diputación de Barcelona no alcanzaba para todos los pasajes, los participantes hicieron un esfuerzo
muy grande para crear la Red, a partir de un ansia impresionante de
conocerse, de discutir, de reflexionar y de crecer juntos. Fue absolutamente dinámico el encuentro, cuatro días de trabajo intenso,
con una metodología exitosa: a la mañana tuvo lugar una reunión
cerrada de Secretarios de Cultura que discutieron los temas estratégicos para la región, y a la tarde ponencias abiertas con participación del público.
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En las consideraciones generales que se plasmaron en el Acta Fundacional, hay cuatro que se las quiero leer porque son importantes.
1ª - Se destacó la necesidad de alcanzar posiciones de mayor relevancia para las políticas culturales locales en los próximos años, entendidas como condición indispensable para el desarrollo sostenible de las ciudades iberoamericanas. El concepto de cultura quedó
vinculado al de desarrollo local.
2ª - Se indicó la importancia de avanzar hacia poderes locales más
sólidos y participativos como condición indispensable para la gobernabilidad y consolidación de los sistemas democráticos en los
países iberoamericanos.
3ª - Se observó que es necesario promover formas de cooperación
complementarias a las ya existentes basadas en la multilateralidad,
el diálogo interlocal y el abordaje de la cultura en un contexto de
políticas para el desarrollo.
4ª - Se propuso que una correcta comprensión del binomio entre la
cultura y el poder local debe hacer necesariamente extensivo su alcance a los restantes agentes y operadores, que desde los sectores
privados y asociativos hacen posible que la cultura sea un fenómeno determinante.
Si bien esta Red reúne en una primera instancia a Secretarios de
Cultura, se pretende abrir la red a la sociedad civil. Es por ello que
la Red apoyó y tuvo una primera acción política muy fuerte para toda la región: la Agenda 21 de la Cultura cuando nadie la conocía. Así
empezamos a trabajar con esto, que era una forma de integrar otras
miradas, no sólo a la gestión cultural pública.
Los Secretarios de Cultura, en representación de la Red Interlocal,
participaron en varias reuniones.
En el mes de mayo del 2004, donde hicimos una reunión plenaria
de INTERLOCAL, donde asistieron 50 Secretarios de Cultura. El tema central fue apoyar la Agenda 21 de Cultura que aprobaron en
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esa semana alcaldes del todo el mundo en el marco del 4º Foro de
Autoridades locales, donde INTERLOCAL tuvo una presencia primordial. Con esta iniciativa se inauguró el Forum Universal de las
Culturas.
Otra forma también de pensar las estrategias de este tipo de redes.
En este sentido uno de los ejes relevantes es que a una red la hacen personas, y en todo este camino se dio la posibilidad de contar
con Secretarios de Cultura con una visión muy amplia y que la hizo posible. Gracias.
MIGUEL ÁNGEL MORA WITT
Licenciado por la Escuela de Antropología Aplicada en la especialidad de Gestión Cultural de la Universidad Politécnica
Salesiana de Quito. Ha desempeñado varios cargos en diversas dependencias culturales y desde el año 2002 trabaja para el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Actualmente es Director de Cultura.
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Es un gran gusto para mí compartir con quienes están aquí reunidos, el tratamiento de esta temática siempre apasionante de las políticas culturales y de la diversidad. Los temas que hoy nos convocan, nos van a seguir convocando por largos períodos. Quiero plantearles algunas posiciones que como Gobierno local tenemos en el
Distrito Metropolitano de Quito, que no se circunscribe a la zona urbana sino que incluso va hacia valles y a otras zonas de influencia.
Para situarme en el punto: las actuales ubicaciones históricas de la
humanidad nos obligan a replanteamientos en concepciones y
prácticas de ciencias, que nos permitan insertar conceptos como
los de diversidad, pluralidad y diferencia. Es preferible, entonces,
alejarse de visiones que solamente buscaron, en el caso antropológico, lo exótico, el primitivismo, para más bien rehacer o buscar
una mirada que ingrese por la relación mismidad, otredad, la consideración de la alteridad y las ciencias de la contemporaneidad.
Hablamos de identidades insurgentes porque dentro de estos procesos de globalización, mundialización, se generan espacios uniformes no territoriales ni espaciales, pero al mismo tiempo segregan,
marginan y dan lugar al nacimiento de nuevas evocaciones ocultas,
partículas innecesarias que trastocan el sentido de invariabilidad de
la identidad. Octavio Paz nos decía que "cada sociedad a través de
sus mitos e instituciones se dice a sí misma y cada vez que se dice
se contradice y desdice a otras sociedades." Por ello cada sociedad
es un decir plural y la interculturalidad pasa precisamente por el
principio de la heterogeneidad. En términos de diversidad importa el
hecho de que las culturas convivan y estén en contacto bajo un mismo territorio y no en un estudio aislado o desde los confinamientos.
En sociedades políticas amplias, el escenario multicultural presenta
riesgos y tensiones que suelen ocasionar que algunas culturas se
cierren a las otras y encierren sus saberes y formas de vida. De esa
manera a veces se cancela la libertad para sus propios individuos y
ocurre que culturas más rígidas y fuertes se imponen a otras consideradas débiles, y terminan absorbiéndolas. Se producen también
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erosiones y desintegraciones totales de las llamadas culturas nacionales. Una de las formas de lograr un diálogo intercultural es lo que
se plantea desde los gobiernos locales, en el caso de mi país, particularmente desde el Municipio de Quito, con la educación a través
del arte, a través de la cultura.
La educación es el instrumento principal para poner en el tapete de
la discusión y en las prácticas las funciones multiculturales del arte
a partir de identificaciones con ciertos parámetros definitorios como
etnias, géneros, orientación sexual, edad, ingresos, empleo, ubicación geográfica. El reto está en que los niños y jóvenes encuentren
un lugar en este mundo plural evitando estereotipos, disgregaciones, adoctrinamientos y previas adjudicaciones de censura.
Hablo de diálogo intercultural, pues la idea propiciada desde la política o intención de política del Estado del Gobierno ecuatoriano
trató de que se manifestara como tal entre los diversos componentes y colectivos de un país diverso como el mío. Desgraciada y desafortunadamente este, como muchos otros proyectos, se ha ido
desmoronando por obra y gracia de la política y el paso de los gobiernos nacionales de turno.
Sin embargo, los gobiernos locales han logrado un protagonismo
muy importante en el Ecuador, gracias a lo cual existe una coherencia conceptual que ha propiciado la creación de una pequeña asociación de ciudades, encaminada a constituirse en una red, posteriormente. Sus autoridades con diferentes posiciones en el orden
político, comparten actividades que se han vuelto parte de una dinámica anual, como un homenaje al Libertador Simón Bolívar, "La
Fiesta de Bolívar", en la que intervienen las representaciones culturales y sociales de todas las ciudades que forman parte de los países del área andina.
La interculturalidad como proyecto es una tarea ineludible del Estado y sus instituciones y debe ser recalcada en los planes de estudio
de todo el sistema educativo. Otras perspectivas necesarias nos
alertan desde las llamaradas de los viejos shamanes a las parábolas del miserable mercachifle, es decir todos aquellos que han sido
escondidos por las interpretaciones de elites extranjerizantes o cultivadas, que sólo ven en lo popular una masa amorfa de mugre y
analfabetismo. Preferimos, si se trata de apostar a los intelectuales,
a Pedro Enrique Sureña, quien decía: "No debe haber alta cultura,
porque será falsa y efímera, donde no haya cultura popular."
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El diálogo intercultural, entonces, es prioritario para quienes consideramos que ése es el verdadero camino. Una breve información
para quienes conocen poco de Ecuador. Es un país que en su Cons-
titución se declara como multicultural o pluricultural. Y de hecho
hay una altísima población indígena, tanto en su serranía como en
su región oriental, con la diferencia de que en ésta los indígenas
(sionas, secoyas, huaoranis, shuaras y záparas) viven lejos de las civilizaciones occidentales. Grupos como los záparas, están en riesgo
de desaparición, ya que quedan solamente 40 de ellos y no poseen
lenguaje escrito, razones que han determinados que la UNESCO los
declare como Patrimonio Cultural en riesgo. Más de medio millón
de personas habitan los 131.000 km cuadrados que tiene Ecuador
amazónico. Un canto shamánico dice "Yo soy todopoderoso porque
estoy cubierto de saetas. Traigo las flechas mágicas, ruidosas y frenéticas y cuando abro las alas vuelo por el cielo como un buitre y
cuando entro en trance soy como el temblor que sacude la tierra".
Es su lucha y por ello vale la pena leer estos versos que expresa precisamente la defensa de sus símbolos.
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En noviembre de 1988, dos años después de la Constitución de la
CONAIE, Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador,
esta organización y el gobierno ecuatoriano firmaron un acuerdo
que instituyó la educación bilingüe. En 1990, la CONAIE realizó un
gran levantamiento que propugnaba la Declaratoria de Ecuador como país plurinacional. Su brazo político es el partido político que
aparece justamente en 1996 denominado Pachacutik.
Existe también dentro de los grupos marginados, una importante
población negra en la zona norte y litoral de Esmeraldas, y en la zona de la sierra norte, en Chota. Son negros de diferentes raíces y
costumbres, que hoy han logrado un notable protagonismo en la
cultura mestiza a través de su participación y reconocimiento en los
deportes, la música y en otros aspectos de la vida, como las técnicas de manejo forestal y la filosofía medioambiental. Cuentan con
una riquísima tradición oral en medicina y curandería, con una estructura familiar y relaciones de parentesco muy particulares.
Hace pocos días entrevistaba a algunos de los dirigentes del movimiento negro de Ecuador y me decía que en la práctica sigue habiendo una segregación y un marcado racismo. Contaban simplemente como anécdota que "los blancos nos consideran que somos
vagos y que no trabajamos absolutamente nada. Sin embargo,
cuando ellos han trabajado mucho, dicen: hemos trabajado como
negros".
El Municipio Metropolitano de Quito establece como objetivo estratégico que su población ejerza plenamente la ciudadanía cultural.
Este concepto implica básicamente el sentido de pertenencia regional o local, y por ende a su historia y destino colectivos. En la práctica corresponde el respeto a la diversidad y aplicación de democra-
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cia participativa que permita a sus habitantes el aprovechamiento
de bienes culturales.
Los conflictos en lo social, económico y político vividos por Ecuador y otros países en los últimos años determinaron un incremento del desempleo a partir de sucesivas crisis bancarias que pasaron
por feriados, cierres de entidades y finalmente el abandono de
nuestra moneda oficial, el sucre y su reemplazo por el dólar, unido
a la fuerte emigración hacia España, Italia, Estados Unidos y Chile
en los últimos años.
El Municipio de Quito debió afrontar la ausencia de liderazgo del
gobierno nacional, y asumió las competencias abandonadas por él.
La línea municipal tradicional como simple proveedor y administrador de servicios públicos e infraestructura, se convirtió en una nueva propuesta de gobierno local: promotor, facilitador, regulador, organizador del desarrollo social, económico, territorial, cultural, institucional y político. Se han implementado varias políticas culturales que se definen por temáticas y que creo son comunes para muchos de nuestros países: identidad, alteridad, interculturalidad, dimensión cultural y desarrollo, visión del patrimonio, autogestión,
sentido de pertenencia, ciudadanía cultural, democracia cultural y
fuentes de financiamiento.
En lo que respecta a las Redes Culturales, durante el Consejo Presidencial Andino del 12 de julio de 2004, se suscribió en San Francisco de Quito una Declaración que posibilitaba la consolidación de una
Red Andina de Ciudades con la participación de Cochabamba, La
Paz, Potosí, Sucre, Oruro y Santa Cruz de la Sierra en Bolivia; Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena de Indias, Manizales y Medellín en
Colombia; Cuenca, Guayaquil, Loja, Manta, Quito, Tena y Cuenca en
Ecuador; Arequipa, Chiclayo, Cuzco, Iquitos, Lima y Piura en Perú;
Caracas, Caroní, Maracaibo, Mérida y San Cristóbal en Venezuela.
Los ejes temáticos establecidos para el funcionamiento de la Red
Andina son: Promoción de Relaciones Comerciales y Concertación
de Negocios desde Bogotá; Conectividad entre Ciudades y Regiones desde Lima; Experiencias e Iniciativas de Gestión Municipal
desde La Paz; Cooperación Cultural desde Quito; e Intercambio Académico Internacional desde Caracas.
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Quiero terminar agradeciendo a los organizadores por permitirme
esta participación y concluirla con un pequeño cuento, al que yo he
llamado el cuento de los Ornicar, que se fundamenta en el principio
de las diferencias. Los autores Gérald Stehr y Willi Glasauer abordan desde el género del cuento, el encasillamiento de los grupos
sociales. "Pero, ¿Dónde está Ornicar?" deja planteadas ciertas vías
de solución a la encrucijada, así la diversidad se convierte en una
invalorable fuente de riqueza y apertura, la posibilidad infinita de
convivencia.
El cuento se sitúa en el primer día de clases en una escuela de animales, que son ubicados en grupos de formación de acuerdo con
sus características. La maestra se encuentra con gravísimos problemas cuando aparece el ornicar, nombre escogido para el ornitorrinco. Este animal tiene pelaje, toma leche, pero también tiene pico de
ave y pone huevos. Dependiendo del enfoque de la clasificación el
ornitorrinco puede estar en todos los grupos, o, en ninguno. La conclusión nos muestra la necesidad de aprender de los distintos y
compartir con el otro sin perder nuestro propio lugar. Es el camino
a mirar en su recorrido. Muchísimas gracias.
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GUSTAVO DE VERA
Escritor y periodista. Director General de Acción e Industrias
Culturales de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Chubut (Dic. 2003-Oct. 2004). Autor de tres ensayos sobre historia
regional en la zona cordillerana del Chubut. Fue cofundador y
presidió la Comisión Municipal para la Promoción de la Cultura de la Ciudad de Esquel. Integra la Asociación de Culturas del
Sur del mundo.
Quiero agradecer que nos hayan incluido en esta mesa y aclarar
que no tengo nada preparado porque recién anoche surgió esta posibilidad, que considero un privilegio ya que me permite dar una
mirada desde el interior. Y en mi caso el interior es bastante lejano,
desde lo real y lo simbólico, como es la Patagonia.
Respecto de todas las temáticas que aquí se han abordado quisiera
hacer una descripción de la situación que hoy tiene la provincia de
Chubut, que seguramente es muy similar a la que afrontan otras
provincias de la Patagonia. Cuando nosotros asumimos la gestión
en diciembre del año pasado teníamos una hipótesis de trabajo y
nos encontramos con una situación que complicó las cosas más de
lo previsto. Esto es algo que suele suceder. Pero lo que más nos llamó la atención a la hora de proponernos directrices de nuestro trabajo, de buscar el costado social de la cultura, es que habían existido varios períodos de una cultura destinada al espectáculo o al elitismo. Nos encontramos con que una práctica que el neoliberalismo puso de manifiesto en los 90 como el asistencialismo, también
había calado muy fuerte en el aspecto cultural.
De modo que a la hora de pretender empezar a trabajar desde la administración provincial de manera descentralizada con los municipios, nos encontrábamos con que la actitud natural que éstos tenían
era la de venir y pedir fondos para a su vez responder a otra demanda de algún sector concreto y así se terminaba toda la gestión cultural. Ni hablar de tener el diseño de una política en ese sentido.
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Revertir esto es lo que en los últimos meses de gestión hemos tratado de llevar adelante desde la Secretaría junto a los municipios.
Para todos nosotros lo más importante ha sido el cambio de mentalidad, a partir de encontrarnos con nuestras propias realidades,
que desde el 2001 en este país es un proceso que todos estamos padeciendo y en el fondo disfrutando, como es poder encontrarse con
sus propias necesidades y posibilidades de responder.
Geográficamente la provincia de Chubut presenta la figura del tra-
pecio invertido, con la parte más estrecha hacia abajo. Tiene en la
frontera Oeste una región cordillerana, donde la ciudad más importante es Esquel con 30.000 habitantes, y una serie de pequeños
pueblos que tienen entre 200 y 6.000 habitantes. En el extremo Este de la provincia está el Océano Atlántico y las principales ciudades
como Comodoro Rivadavia, vinculada a la industria petrolera, Trelew que tuvo hasta hace un par de décadas atrás un excelente polo
industrial textil que está en franco retroceso en este momento,
Puerto Madryn, vinculada al turismo con las ballenas y a la industria pesquera, y Rawson, la capital que tiene 30.000 habitantes. Es
una ciudad absolutamente administrativa con un sector dedicado a
la industria pesquera. En el medio existe una gran meseta con muchos pobladores dispersos, rurales, que básicamente están allí porque no han tenido otras opciones. Hacia estos sectores también está dirigida nuestra acción política porque básicamente nos interesa
afianzar al hombre en su lugar de pertenencia, como un concepto y
un valor cultural. Esta situación geográfica está atravesada por tres
rutas fundamentales, que forman una hache, una por cada extremo,
de Norte a Sur y otra central, de Este a Oeste, que es por donde fluye toda la comunicación en la provincia y nos permite por lo menos
imaginar algo que aquí fue puesto de manifiesto, como es el tema
de los corredores culturales. Es importante delimitar también cuáles son las áreas en las que no llega absolutamente nada: no ha llegado en el accionar del Estado, no ha llegado la interacción siquiera de las propias comunidades entre sí. Estas áreas son las que quedan excluidas de los corredores por donde naturalmente circulan el
turismo, la información, la comunicación, el transporte y por lo tanto también la demanda y la posibilidad de mercado. Estas amplias
áreas quedan excluidas del propio concepto de la provincia. La provincia, además, ha estado desintegrada porque desde su creación
como territorio nacional en, 1884 al igual que todos los territorios
nacionales de la Patagonia, fue concebida de un modo geopolíticamente bastante cuestionable.
Los hacedores culturales de la cordillera, yo soy de la ciudad de Esquel, tenemos muchos más vínculos con gente del Bolsón, Bariloche, de San Martín de los Andes e incluso con Neuquén, que con
nuestros propios co-provincianos de la costa. Hacer un encuentro
de escritores o plásticos dentro de la provincia, implica muchas veces trasladar personas 600 km para buscar un lugar dentro de la
provincia, cuando a 300 km. tenemos una ciudad cosmopolita como Bariloche, que es un centro natural de reuniones. Esta disgregación hace que también por ejemplo, Comodoro sea y tenga para sí
misma un concepto de provincia totalmente distinto del que pueda
tener Puerto Madryn. Para estas grandes ciudades, el interior tam-
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poco existe o es parte del imaginario relativo dentro de las comunidades, como de algún modo lo es la Patagonia para el resto de
nuestro país.
Trabajar sobre esta situación geográfica y social, y desarrollar una
política que implicara revertir esta situación a partir de la integración, a partir de la revalorización del hombre en su entorno más inmediato y en su comunidad de pertenencia, supone desarrollar las
redes internas que tiene la provincia. Para esto nosotros encontramos dos grandes necesidades, una de ellas es la comunicación que
no está dada en toda su magnitud. Padecemos el centralismo comunicacional y nos enteramos del asalto al barrio de Once en la
Cordillera, porque las radios FM bajan señales de Buenos Aires.
Nos enteramos en la Cordillera del asalto a un kiosco de Rawson,
pero nadie en la costa y en otras ciudades se entera lo que sucede
en la región cordillerana o en los sectores más apartados de la provincia. A partir de esa comunicación unívoca, de un solo sentido,
plantearse la posibilidad de integrar plantea todo un desafío.
El otro problema es la descentralización y los problemas en torno al
rol del funcionario público, para los que no es fácil asumir la idea
de delegar, incluso para la creación de lineamientos culturales de
una comunidad o de una ciudad. Paradójicamente, como se ha señalado aquí, los mismos estados que están dispuestos a ceder en la
fijación de sus políticas culturales ante estos acuerdos de libre comercio, no están dispuestos a ceder en la mayoría de los casos hacia sus propias ciudades o los ámbitos internos.
Secretaría
de Cultura
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Estas dos problemáticas, la comunicación y la descentralización
son las que estamos tratando de enfrentar. ¿De qué modo? Partiendo de la base de que las redes son en la Patagonia una forma de
subsistencia. Existen de hecho, hay una pulsión natural a integrarse en redes, a comunicarse por las vías posibles, ya sea entre algunas comunidades entre sí, cuando lo consiguen, cuando tienen objetivos comunes o bien en algunos sectores, como en el caso de la
cultura que intentan estar por encima de esta realidad y vincularse
generando nuevas propuestas de políticas culturales. Pongo dos
ejemplos concretos: la Asociación de Cultura del Sur del Mundo,
que fue creada hace seis años, involucra a hacedores culturales de
todas las disciplinas de la Patagonia argentina y chilena. Ha tenido
la intención de integrarse a lo que es la actividad cultural del MERCOSUR, pero es un sueño y una utopía todavía para nosotros irrealizable. Por cuanto, por ejemplo, organizar un espectáculo en la Triple Frontera (de Argentina, Paraguay y Brasil) permite tener una
masa crítica de público que es importante por la cercanía de ciudades importantes, también y por la integración que se puede dar.
Chubut tiene 450.000 habitantes. Pensar en la región Patagónica
chilena, que también cuenta con pueblos de muy pequeña envergadura y lograr un espectáculo de magnitud es prácticamente imposible. Además de la distancia, juntar público de 200 ó 300km a la redonda, que a veces no tienen ni cómo llegar, que no tienen líneas
de comunicación terrestre, es un hecho utópico.
La fortaleza que se busca es generar conocimientos y empezar a
compartir y generar lugares, puntos de encuentro donde esta dinámica se pueda ir dando a conocer, para que paulatinamente lo que
se produce en la Patagonia argentina y chilena sea conocido. Esta
asociación se reúne un año en Argentina y un año en Chile, en distintas ciudades.
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Las otras formas de integración que se están dando también en redes son las cooperativas de escritores, de plásticos, que van buscando formas de alternar con lo que es la bajada del asistencialismo cultural. Nosotros estamos proponiendo empezar a cambiar esta mentalidad por la vía de los hechos con acuerdos con la provincia de Santa Cruz, con la provincia de Tierra del Fuego y también
con las regiones undécima y duodécima de Chile para establecer
encuentros de realizadores de audiovisuales. Porque, si tenemos un
excelente director de Audiovisuales en Comodoro Rivadavia, no podemos hablar de cine en la Patagonia todavía, o podemos tener un
excelente camarógrafo en Puerto Madryn y un mejor vestuarista en
Puerto Montt. Para hacer una producción tenemos que pensar que
no vamos a contar con todos ellos en una misma ciudad, sino que
debemos aprender a concebir la construcción de la producción cultural a partir de recursos humanos dispersos, como es la realidad
de la Patagonia.
También en otros ámbitos de la sociedad se da este tema de las redes, como por ejemplo el caso del "movimiento por el No a la mina
en Esquel". Hubo un emprendimiento minero de extracción de oro
mediante la utilización de cianuro a 6 km de Esquel y la comunidad
de esta ciudad se opuso. Es una ciudad que vive de la producción
agropecuaria y del turismo fundamentalmente, y a partir de una
gran movilización se plebiscitó la construcción de la mina. El 81%
de la población se manifestó en contra de este emprendimiento minero, pero para que esto fuera posible fue necesario armar una red
de información y de contactos. Que llegaran pobladores de Catamarca, de Ecuador y de Perú que tenían experiencia sobre lo que
era la comunidad minera y se logró una amplia concientización de
la ciudad.
De este modo, para los funcionarios, la posibilidad de generar una
red de intercambio e integración que le permita al hombre reencon-
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trar su lugar en el mundo, en el lugar donde está, resulta una cuestión absolutamente vital y que se ha dado, en el caso de la Patagonia
y puntualmente en el caso de Chubut, de manera casi espontánea.
Quizá no nos corresponde más que acompañar y fomentar estos
procesos. Porque desde las condiciones sociales y geográficas que
tiene la Patagonia, quien maneja la herramienta de la gestión es
quien tiene la posibilidad de contar con los elementos de comunicación, con los teléfonos, con la llegada a los otros centros de decisión
a nivel nacional. El Estado es entonces en este caso el que puede interactuar o interrelacionar a los distintos puntos de la provincia entre
sí. Cuando nosotros tenemos, por ejemplo, que convocar al Salón de
Artes Plásticas de la provincia, cada artista plástico tiene que pagar
entre 100 y 120 pesos para enviar un cuadro desde Lago Puelo o Esquel, o Río Pico hasta Rawson, capital de la Provincia. Si nosotros no
generamos una forma de que ese transporte se canalice de algún
modo, quizá pagando el transporte, quizá haciendo que los propios
vehículos del estado que van y vienen de un lado a otro de la provincia, puedan concentrar las cargas y traerlas a la ciudad capital, no
nos podemos quejar si después pasa como pasa hoy en Buenos Aires, y esto lo ha dicho el Director Nacional de Salas de Arte, Patricio
Lóizaga, que en una convocatoria nacional de artes plásticas, el 65%
de los envíos corresponden a Capital y gran Buenos Aires, el 30% a
las grandes ciudades del centro del país (Córdoba, Rosario y Santa
Fe), y sólo el 5% corresponde a las provincias del interior.
Esa misma situación la seguiremos replicando en la provincia, si
desde el Estado no fomentamos acciones concretas para la construcción de estas redes. De lo contrario, sino actuamos, lo que estamos haciendo es matando la producción cultural, matando la posibilidad de llevar adelante el intercambio cultural dentro de la provincia y su proyección hacia fuera.
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Para terminar, quiero agradecer mucho a los organizadores la posibilidad de estar acá, que nos ha abierto mucho la cabeza, nos ha
permitido acceder a formas de pensamiento que nos interesan mucho que acompañen el accionar político. Gonzalo Carámbula citó a
Gandhi cuando dijo "que abría las ventanas de su casa para que todos los vientos de la cultura le llegaran", a lo que Gonzalo agregó
que "sería bueno que los vientos de nuestras casas empiecen a circular por otras casas también." Yo simplemente quiero contarles
una anécdota. Ustedes saben que la Patagonia tiene mucho viento,
tanto que hubo un legislador chubutense que propuso cobrar impuesto al uso del viento. Simplemente los quiero invitar a que nos
acompañen en este proceso para que podamos tener mucho más
vientos, y para compartir estos vientos culturales de la Patagonia
antes que al diablo se le ocurra ponerle precio. Muchísimas gracias.
DANIEL GONZALEZ
Director de la Oficina Regional de la OEI en Brasilia. Antropólogo. Profesor de la Universidad Nacional de Jujuy.
En primer lugar quiero saludar a todos los presentes y agradecer la
invitación a este encuentro al Secretario de Cultura, Gustavo López,
y reconocer el trabajo de toda el área de Cultura, de su Subsecretaria Stella Puente, de la dueña de casa y Coordinadora de esta mesa
María Victoria Alcaraz, y de Susana Salerno y su equipo, que tan eficientemente han preparado esta reunión. También quería felicitarlos
por la idea de preparar estos encuentros, porque en un mundo y en
una región donde hay tantos primeros congresos, primeros encuentros, primeros seminarios, es saludable que no sólo hayan tenido la idea de comenzar el año pasado, sino la de continuar este
año, lo cual nos da una certeza de una continuidad en el tiempo. El
año pasado estuvimos por acá hablando sobre una iniciativa que en
aquel momento parecía casi esotérica, como era la Agenda XXI de
la Cultura. Hoy todavía es un poco utópica, pero ya la aprobaron representantes de más de mil ciudades en el Forum de Barcelona.
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4. POLITICAS
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Quisiera hacer algunas reflexiones desde la experiencia iberoamericana en torno a algunas redes que vinculan las instituciones básicamente municipales o provinciales en distintos lugares. Y también desde el punto de vista personal, desde una posición de privilegio, he estado mucho tiempo trabajando en la organización de encuentros de Ministros de Cultura de Iberoamérica, lo que permite
tener un diálogo y una relación directa con todos los Ministerios de
Cultura de Iberoamérica, con provincias, Estados, regiones y con
ciudades a través de distintas redes, de las cuales INTERLOCAL es
una de ellas. Y también del accionar desde la Cooperación Internacional.
Quisiera, en esta breve presentación, hacer foco en tres cuestiones.
En primera instancia quisiera revisar algunos conceptos; en segundo lugar, voy a realizar un reconocimiento de la sociedad en los espacios y en los territorios; para finalmente pensar un poco qué es
esto de tejer redes en circunstancias reales.
El primer concepto que yo quisiera re-visitar, está conformado por
un par de conceptos: lo Local-Global. Muchas veces se lo piensa como un conjunto en el que se pueden tener opciones: esta opción
es local, esta opción es global; este pensamiento es local, este pensamiento es global. Sin embargo, es una dupla que hace referencia
a la multi-dimensionalidad de las acciones sociales y de las acciones humanas. La felicidad y la vida son, aparentemente, fenómenos
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locales. Son preocupaciones generales, pero que están insertos en
cuestiones globales y también es una preocupación global. Por lo
tanto estas cuestiones, las vitales no existen sin el territorio, las sociedades locales no existen sin el territorio, pero en un territorio
pueden existir distintas sociedades locales o distintos fragmentos
de sociedades locales que interactúan. Por lo tanto las políticas públicas culturales tienen que basarse necesariamente en el territorio,
en un conjunto de relaciones sociales precisas, definidas, históricas.
Una segunda cuestión que quiero re-visitar, es el soporte material y
tecnológico de la cultura. Cuando hablamos de cultura hablamos de
sentidos, hablamos de significados que requieren soporte. No hablamos sólo de patrimonio inmaterial. Es realmente difícil pensar
alguna parte del patrimonio inmaterial que no tenga algún tipo de
soporte aunque más no sea biológico, sino quedamos simplemente en algún tipo de relato que se pierde. Entonces, el soporte material y tecnológico de la cultura, implica que las cosas también portan significado, las cosas también expresan, dan la posibilidad de
expresar un sentido. Las industrias culturales aparecen como expresiones particulares de estos soportes, de los procesos que implican estos soportes. Señalo esto porque hay algunas cuestiones
muy importantes para la Diversidad Cultural que tienen otro tipo de
soporte y que son tan importantes o quizá más importantes que las
industrias culturales. Estoy pensando en las culturas populares. Hace poco estuve en México, y pude ver un libro editado recientemente en dicho país titulado "No hay país sin maíz". La posibilidad de
que el cultivo transgénico se expanda por México implica la cuasi
certeza de la desaparición de las variedades tradicionales del maíz
mexicano. Entonces, más allá de la importancia y del tema que nos
convoca hoy, de las industrias culturales yo creo que podemos pensar a México sin cine, podemos pensar a México sin televisión, pero no podemos pensar a México sin maíz. Al final de cuentas es una
producción científica- tecnológica, una creación científica- tecnológica milenaria del pueblo mexicano y la misma situación se repite
con los pueblos andinos. No podemos pensar a Ecuador sin maíz,
no podemos pensar a Perú, no podemos pensar Bolivia y tampoco
no podemos pensar al noroeste de la Argentina. Ahora que la inviabilidad económica ha llegado a todas las provincias, ya hace un par
de años, vemos cómo estamos. Hay puntos que son muy sensibles
en esta base material y tecnológica de la cultura.
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El último tema sobre el que quería hacer una referencia, es el de Diversidad Cultural al cual hemos apelado bastante. Desde mi punto
de vista, el concepto remite por una parte obviamente a la multiculturalidad, a las múltiples facetas que tiene el género humano históricamente y en el presente en las expresiones culturales. Pero esto,
según en qué contexto se indique, puede ser simplemente una
exaltación del exotismo que es tan útil para la producción de algún
tipo de documentales, lamentablemente bastante frecuentes en la
televisión y también en la buena conciencia: estamos tranquilos
porque defendemos la multiculturalidad. Eso implica siempre una
lejanía y un escaso compromiso.
Creo que es importante pensar la multiculturalidad desde este punto de vista, pero no nos alcanza porque la Diversidad Cultural tiene
también una división política. Como dijo Gandhi "No quiero que mi
casa quede rodeada de murallas ni que mis ventanas estén cegadas, quiero que las culturas de todas las tierras soplen a través de
mi casa tan libremente como sea posible, pero me niego a ser llevado por el viento de ninguna de ellas". Está lleno de figuras y de
metáforas pero recordamos que Gandhi no era simplemente un escritor, un ensayista que hacía uso religioso de la metáfora, sino que
fue un dirigente político y cultural. Él decía esto en medio de un gravísimo problema político, cultural, histórico, en una situación colonial y con la posibilidad de un genocidio en ciernes. O sea que era
algo más que una frase bien intencionada, era una propuesta política. La inter-culturalidad la tenemos que transformar en una propuesta, en un pluralismo cultural que tiene que ser respetuoso de
las minorías y de las mayorías pero que también debe ser inteligente en la conformación de bloques. Porque las relaciones coloniales
que se expresan hoy en la deuda externa, todavía se negocian desde los Estados Nación. Entonces tenemos que ver cómo el pluralismo cultural puede combatir esta situación.
Personalmente creo que a la diversidad podemos entenderla como
una configuración multidimensional de identidades, no exenta de
conflictos. No podemos pensar que hay culturas buenas o malas
desde una postura relativista, porque podemos hacer desaparecer
o dejar de costado algún tipo de cultura. Tenemos que buscar la manera de resolver, por lo menos de tratar los conflictos, en el marco
de la Diversidad Cultural. Cómo reconocemos a los otros, cómo reconocemos la legitimidad del otro y cómo resolvemos los conflictos que esto nos trae. Porque la idea de que el respeto de la Diversidad Cultural nos va a evitar los conflictos, es una idea que basta
tomar el diario para ver que es exactamente errada. No puede haber una imposición monocultural etnocéntrica, no sólo como opresión o como una búsqueda de la desaparición de otras culturas, sino tampoco en el sentido de que hay culturas que son superiores a
otras y por lo tanto en caso de conflicto, una tiene que prevalecer
necesariamente. Tenemos que encontrar comunes denominadores,
con valores que en algún momento puedan ser consagrados como
universales, pero que no pueden ser definidos monoculturalmente.
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4. POLITICAS
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¿Cuáles son los valores universales? Esto requiere una discusión a
nivel global, pero con graves e importantes consecuencias en el
plano local. Las ciudades existen en espacios y territorios y se mueven en espacios y territorios y las sociedades también.
Cuando hablamos de ciudad, hablamos de ciudades, e inmediatamente también hablamos de regiones. Existe una cantidad de definiciones posibles sobre regiones, más allá de lo teórico, definiciones prácticas como provincias, como la referencia que veíamos de
una zona sur andina natural que se contrapone con otra institucional. Entonces creo que bien vale la pena volver a poner el foco en
las sociedades locales insertas en sociedades mayores.
Las sociedades locales aparecen cada vez más como nuevos espacios y nuevas posibilidades para la autonomía, aunque sufren las
contradicciones de las crisis de los estados nacionales. Es preciso,
sumar voces como expresó Gonzalo Carámbula para que el reconocimiento de estas realidades en los espacios internacionales sea cada vez mayor, y alcanzar una participación justa.
Creo que en los últimos tiempos hemos tenido experiencias interesantes, por ejemplo en el encuentro anterior y en éste. Pero lo que
no podemos olvidar son las asimetrías. Existen ciudades grandes y
ciudades pequeñas. Existen ciudades ricas y ciudades pobres. Existen ciudades entrelazadas y ciudades aisladas. Por definición todas
las ciudades son desiguales, no hay dos iguales. Por lo tanto hay
una legitimidad de diferentes intereses y una necesidad de proyectos políticos que los asuman, que los defiendan en todos sus planos. Junto con esta defensa de intereses legítimos, junto con la necesaria solidaridad por los que menos pueden, por los que menos
tienen, por los que están más lejos, es preciso tomar posiciones a
partir de los propios intereses y en relación a los problemas actuales. Por ejemplo con el tema tantas veces mencionado de la convención por la Diversidad Cultural, entre la postura libre-cambista a ultranza, la postura de la excepción, e incluso una tercera postura que
va creciendo que es la del tratamiento diferenciado. Esta última nos
obliga a buscar respuestas, que no vamos a encontrar en el ámbito
local solamente, pero sí en diálogos desde el ámbito local.
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Están los problemas de la exclusión social que tienen una dimensión cultural, y en algunos casos tienen un origen cultural, como
por ejemplo el racismo. Este es un prejuicio de expresión cultural.
Se puede trabajar estos temas desde las políticas culturales, pero
no vamos a solucionar los problemas de exclusión social desde la
cultura. Últimamente me preocupa que haya una gran ilusión de
que con algunos proyectos culturales vamos a resolver los problemas de exclusión y resolver los problemas de integración social.
Podremos colaborar, y hay una responsabilidad muy grande desde
el sector público en esto, pero no podemos pensar que la exclusión
social se va a resolver por esta vía. Posiblemente los Ministros de
Economía de nuestros países tengan mucho más que ver con esto
que los Ministros de Cultura o sus equivalentes.
También hay una cuestión sobre la cual, desde las ciudades y desde las redes-ciudades, desde estos espacios o sociedades locales se
debe tomar posición que es el proyecto de Nación y de región, en
nuestro caso el proyecto de integración MERCOSUR. El proyecto de
nación está menos de moda pero sigue teniendo vigencia, y sin duda que el proyecto de integración regional aparece como uno de los
grandes temas que tenemos que resolver en el presente.
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4. POLITICAS
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La inseguridad y sus consecuencias político-culturales aparecen
también como uno de los temas que desde las sociedades locales
debemos tratar. Creo yo que en las redes de ciudades, vemos grandes avances. Como he expresado "tejiendo redes en circunstancias
reales al sol, con tempestades, con sueños y con sueño", a pesar de
que a veces vamos más despacio de lo que nos gustaría. Porque vamos avanzando como la Unidad Temática de Mercociudades, como
INTERLOCAL que es una red que va creciendo y que despierta muchas inquietudes, como el caso de Agenda XXI de la Cultura.
¿Qué aprendimos de este transitar en este plano en este último
año? Primero la importancia de los objetivos claros, de reconocer
problemas locales comunes y poder trabajar sobre ellos. Segundo
la posibilidad de organizar los recursos disponibles. Esto implica
cambios en la cultura organizacional de cada una de las entidades,
sean ciudades, sean provincias, de tal manera de poder poner en
disposición recursos. Porque los recursos siempre son escasos, pero algunos hay. A veces incluso se trata de coordinar recursos que
después se van a utilizar. Y por último, propuestas en el tiempo, quizá metas es una palabra un poco excesiva, que nos lleven a poder
resolver problemas. De modo que podamos constituir redes que
sean operativas, porque ya no podemos seguir constituyendo redes declarativas. Es preciso construir redes operativas que sean
más eficaces y que tengan efecto sobre las mismas estructuras que
las crean, así como también crear nuevas realidades de cooperación. No solamente los estados municipales o provinciales tienen
que recibir de las redes, sino que tienen que recibir y también dar a
otros, y también crear una nueva realidad que supere esta instancia.
Creo que tienen que ser redes articuladas, porque los problemas de
la cultura superan a los miembros de las redes. Hoy tenemos grandes problemas para los cuales necesitamos articular distintos nive-
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les. Hay problemas de la cultura que son municipales, pero los
grandes problemas son de los Estados provinciales y de los Estados
nacionales, de las regiones. Los problemas de los que hemos hablado y de los que trataré de hacer una breve enumeración, son problemas que superan a cualquier nivel en el cual nos ubiquemos.
Hay distintas responsabilidades, y es por ello que es preciso articularnos y pensar de forma amplia los problemas que enfrentamos.
Además de operativas y articuladas, las redes deben ser innovadoras, con el objetivo de dar respuesta a problemas candentes de
nuestras sociedades. Por ejemplo estoy pensando en la cultura política que requiere de definiciones: nos quejamos de los políticos
pero algo pasa en la cultura política de nuestros países.
Pensando en las cuestiones de los jóvenes, y los problemas que hay
en este sector, aparece la migración, aparece una extraordinaria
creatividad de los jóvenes, aparece la necesidad de conformar nuevos públicos, aparecen los jóvenes excluidos, que por lo tanto son
doblemente excluidos pero también aparecen los jóvenes que están en nuestras casas y que no entendemos que son los otros. Tenemos la propia diversidad cultural que surge espontáneamente
dentro de nuestra misma familia. Necesitamos un mayor conocimiento de las realidades culturales. Hay proyectos para empezar a
trabajar con estos indicadores.
El tratamiento de los fenómenos metropolitanos y su complejidad.
Las regiones metropolitanas tienen una particularidad institucional
que es que están fragmentadas. Son distintas instituciones las que
tratan los mismos fenómenos y por lo general como tienen colores
políticos distintos no es fácil. Entonces, esta cuestión es grave porque en las metrópolis no sólo se concentra una gran cantidad de
personas sino que se generan imágenes para el resto del país. Por
lo tanto, la responsabilidad de los administradores y de los políticos
de las regiones metropolitanas es mucho más importante y requiere de políticas comunes porque sus problemas no respetan límites.
Se puede recoger la basura dentro un límite, pero el tratamiento de
la basura es un problema global, metropolitano. Lo mismo ocurre
con el caso de la violencia y de los jóvenes que se mueven por la
región metropolitana y más allá de ella por supuesto, sin mayor
problema.
Secretaría
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Por último, creo que hay un tema que aparece como muy candente, pero no resuelto a pesar de experiencias interesantes como es la
relación entre educación y cultura. La creación de programas y proyectos comunes, la estrategia de corredores que está apenas explorada, aparecen como herramientas interesantes. Pero también es
preciso crear insumos y llevar presiones a otras instancias, como
por ejemplo al MERCOSUR, las cumbres iberoamericanas o la
UNESCO, para citar solamente tres casos de responsabilidad que
pueden contribuir a solucionar problemas y a construir proyectos
concretos.
Otro tema son las fronteras como lugar de encuentro, como se expresa en el Proyecto de Integración Regional del MERCOSUR, que
quizá nos pueda dar la posibilidad de una experiencia piloto que
después otras regiones puedan tomar. Estamos en un espacio global de extrema incertidumbre, y en mi opinión personal existe excesiva confianza en la Convención por la Diversidad Cultural, esto
no quiere decir que no haya que encarar el tema de la mejor manera posible. Pero si de un año a esta parte la Carta de UN, la Declaración de los Derechos humanos, la Convención de Ginebra para situaciones en conflicto, o la Convención de La Haya en 1954 para la
protección de los bienes culturales en caso de conflicto armado, no
estuvieron demasiado vigentes, tengo mis dudas que la Convención sobre Diversidad Cultural que va a preparar UNESCO, tenga
efectos prácticos cuando quienes no la van a suscribir, si no están
de acuerdo, tampoco la van a aplicar.
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4. POLITICAS
CULTURALES: REDES
DE CIUDADES
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Creo en cambio en la posibilidad del trabajo a nivel regional y que
el MERCOSUR nos abre una inmensa posibilidad de avanzar desde
nuestra cultura. Tenemos que valorizar este espacio regional que es
nuestro, que está creciendo. Incluso nos cuesta hacer la lista de países que lo conforman porque está creciendo en forma vertiginosa.
Tenemos que avanzar en la identidad MERCOSUR, en la identidad
del sur y ver si podemos responder a aquel desafío que lanzaba
Carlos Fuentes, que es que los latinoamericanos podamos crear
instituciones a partir de nuestra cultura, que esa es una manera de
vincularnos. Muchas gracias.
Gobierno de la
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MARIA VICTORIA ALCARAZ (moderadora)
Directora General del Centro Cultural General San Martín,
Secretaría de Cultura del GCBA
Después de escuchar a todos los expositores y desde mi privilegiado lugar de moderadora de esta mesa quiero hacerles partícipes de
una serie de reflexiones, que deben comenzar con un agradecimiento muy especial a todos aquellos que participaron de esta mesa, profesionales de la cultura que conozco hace muchísimos años
y de quienes puedo dar fe de la capacidad de trabajo, de su entrega y por la alta responsabilidad que tienen absoluta y definitivamente asumida ante la cultura.
Por otro lado, es de destacar que la Secretaría de Cultura realice por
segundo año consecutivo este Encuentro sobre Diversidad Cultural,
que es un indicativo de que va camino a convertirse en un clásico
más de la actividad cultural de la Ciudad de Buenos Aires, en un
nuevo ámbito de reflexión, de debate, de intercambio de ideas, un
lugar en el que no vamos a encontrar todas las respuestas, pero que
sí será un espacio ideal para hacernos algunas preguntas entre todos, y aunar esfuerzos para tratar de responderlas y, fundamentalmente, construir juntos.
Secretaría
de Cultura
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En cuanto al tema que nos convocara: esta mesa reflejó en parte el
espíritu que quiso imprimirle la Secretaría de Cultura de la Ciudad
al organizar el encuentro internacional, en el que escuchamos hablar de redes: una red regional, como es Mercociudades, que integra a los representantes de los países que forman el Mercosur; otra
red Iberoamericana, INTERLOCAL; otra tercera red de políticas culturales en el área metropolitana; y por último, una organización internacional como la OEI. También se habló de la problemática de las
provincias argentinas y sus redes internas. Todos los expositores relataron sus experiencias en relación al tema. Redes que, como hemos visto, lo son de todo tipo: redes de ciudades, redes culturales
específicamente, redes de distribución, redes de funcionamiento,
redes de circulación de bienes culturales y me parece, me queda la
impresión de que hemos, si no agotado el tema, cumplido acabadamente con el objetivo propuesto. Porque además nos quedan
otros puntos que destacar: la licenciada Gilda Waldman señala que
en el siglo XX lo que se preguntaba era: ¿qué sos?, ¿médico, maestro, varón, madre...?. En cambio, en el siglo XXI la pregunta que caracteriza la época es ¿quién sos?, ¿sos católico, musulmán, africano, latinoamericano, blanco, negro...?. La respuesta a esta última
pregunta puede poner en riesgo la propia vida de las personas. Y
este es uno de los urgentes temas sobre los cuales tenemos que reflexionar, ya que el siglo XXI es también el siglo de las ciudades,
que es el espacio donde el hombre, el ser humano, puede reflejarse mejor, porque el de las ciudades es un espacio de encuentro por
donde circula la cultura, el pluralismo cultural, la diversidad cultural. Y en las ciudades, las redes culturales son nada más ni nada menos que un medio para construirnos y reconstruirnos cada uno de
los días conformando, de esta manera, una sociedad democrática,
plural, participativa e intercultural.
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4. POLITICAS
CULTURALES: REDES
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5. Observatorios de Políticas
e Industrias Culturales: experiencias
locales y regionales
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5. OBSERVATORIOS
STELLA PUENTE (moderadora)
Subsecretaria de Gestión e Industrias Culturales, Secretaría
de Cultura del GCBA
En el mundo y en la Argentina el concepto de Industrias Culturales
es novedoso, porque históricamente cultura y economía han sido
campos que han estado reñidos, aunque es una brecha que se va a
superar paulatinamente. Pero por ahora, existen serias dificultades
para contar con datos sistematizados, por ejemplo del impacto de
la economía de la cultura, de su impacto en el PBI, en las balanzas
comerciales. Tampoco tenemos información acerca de las discusiones que se dan en las rondas de negocios internacionales, donde se
definen gran parte del futuro de nuestras industrias culturales.
Es por ello que resulta significativa la aparición de los Observatorios Culturales o Departamentos de Estudio de algunos Ministerios.
Estos centros van a permitir obtener datos sistemáticos e información que darán cuenta de las industrias culturales como sector productivo. Esto no sólo tiene una importancia técnica, sino también
política. Estos datos pondrán en relieve todo el sector productivo
que hay detrás de la cultura y como está compuesto; cuáles son las
pujas en ese entramado que, como en cualquier otro sector productivo, hay transnacionalizaciones, actores pequeños, medianos,
grandes que necesitan de un Estado que articule y equilibre. En este panel vamos a recorrer la relación existente entre los conceptos
de economía y cultura y repasar experiencias internacionales respecto a la sistematización de datos que den cuenta del peso económico y social de la cultura.
Gobierno de la
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5. OBSERVATORIOS
HERNANDO GÓMEZ SERRANO
Director del Observatorio de Cultura Urbana del Instituto
Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá. Psicólogo y docente. Especialista de gestión ambiental de desarrollo en política social. Colaborador de "Le monde Diplomatique".
Muy buenas tardes. Creo que nos toca superar cuatro, llamémoslo
así, "impaces". Afortunadamente todos ellos son temporales. El primero de ellos, ya superado, es la negación de la tecnología y los inconvenientes que esta genera en las presentaciones en congresos.
Voy a hacer la presentación sin recurrir a ella. Un segundo "impace",
tiene que ver con la condición de tener que exponer al regresar del
almuerzo. En tercer lugar superar la generosidad y la cordialidad
con la cual nos han invitado a este encuentro y el cuarto, la calidad
de quienes me acompañan en la mesa. En este sentido entonces espero hacer una presentación que me permita salir de la difícil condición de pasar del anonimato al desprestigio.
Secretaría
de Cultura
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El año pasado en un encuentro en la ciudad de México nos reunimos diferentes representantes de movimientos políticos de izquierda del mundo. Quiero aclarar que formo parte del gobierno de la
Ciudad de Bogotá, que cuenta con el primer gobierno Socialista que
llega por elección popular a la capital de Colombia. Este que está
comenzando a dar sus primeros ensayos en torno a una nueva idea
política. En aquel encuentro en México DF, donde estaban reunidos
casi todos los partidos de los trabajadores del mundo, descubrí con
gran agrado que todavía existían posadistas argentinos. Cuando
comenzamos a hacer un análisis general sobre la política y la cultura, que era el tema central, nos llevamos algunas sorpresas iniciales. Especialmente porque las presentaciones eran sumamente
complicadas en las que parecíamos las viudas del muro de Berlín,
llorando por lo que estábamos viviendo. En un momento le tocó el
uso de la palabra al Diputado Germán Yucra, del Movimiento MAS
de Bolivia que acababa de llegar a México y era la primera vez en
su vida que montaba en avión. Estaba bastante acelerado porque la
Inteligencia Norteamericana, que a veces no es tan inteligente, lo
confundió en el aeropuerto con Evo Morales y lo tuvieron preso durante 6 horas. Con ese contexto Yucra tomó el uso de la palabra e
indicó que iba a recordar palabras de Evo Morales. Comenzó señalando que venían de una revolución muy joven, una revolución que
no tiene muchos años, es una evolución que combina fundamentalmente cuatro elementos centrales. El primero de ellos es el Marxismo-Leninismo. El segundo elemento, que es muy importante para
nosotros, es la Teología de la Liberación. El tercer elemento es el
hombre nuevo, el hombre nuevo guevarista, y el cuarto elemento
es la cosmogonía andina. En el salón se produjo un silencio total,
apenas se toleraba aquella presentación. Entonces Germán Yucra
miró al auditorio y dijo: "yo veo que hay mucha perplejidad, pues
yo les voy a explicar." Aquí comenzó un relato cultural: "Nosotros
somos hijos de la tierra, somos hijos del agua, nosotros somos tierra y somos agua y por eso a nosotros no nos antecede ningún discurso, nosotros somos el discurso mismo, nuestra cosmogonía es
la base fundamental de nuestro ser, nuestro actuar y nuestro pensar por eso para nosotros el parámetro fundamental es la cosmogonía andina, pero hace muchos años, vinieron otros y nos pusieron una cruz encima y nos obligaron a hablar otro idioma y a creer
en otros dioses. Afortunadamente llegaron los hermanitos menores
de la Teología de la Liberación y nos ayudaron a cargar la cruz, por
eso queremos a los hermanos de la Teoría de la Liberación, y como
no vamos a querer al Che Guevara, que se vino a morir acá a nuestra tierra; y culminó diciendo, y bueno si ustedes dicen que hay que
meterle Marxismo-Leninismo, le metemos Marxismo-Leninismo."
LAS INDUSTRIAS
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Septiembre 2004
5. OBSERVATORIOS
A partir de aquella presentación para mí quedó suficientemente claro que no sólo desde el discurso teórico, sino también desde la
práctica de los pueblos en resistencia, América Latina tiene suficientemente claro que un proceso político es y se debe a las entrañas
mismas de la cultura, que no es posible hablar de la política al margen de la cultura. Durante muchos años, quizás, los movimientos de
izquierda miramos la cultura como "la Cenicienta", como la convidada boba del paseo, la que invitábamos a cantar mientras llegaba
el que lograba conectar los equipos.
Hoy en día el gobierno de la Ciudad de Bogotá -cuyo alcalde Lucho
Garzón, el primer alcalde obrero y sindicalista que gobierna la ciudad más grande de Colombia, les manda un abrazo fraterno-, pretende poner un énfasis fundamental en la cultura como el eje de
una construcción política nueva. Esto se expresa en la ampliación
de presupuestos, porque este gobierno ha tratado de dar mayor
apoyo económico financiero al desarrollo de la cultura. Pero fundamentalmente se expresa en entender el proceso de la cultura como
el eje central del quehacer político de la ciudad de Bogotá. No con
el criterio de que la cultura puede superar los problemas de orden
social y económico y las inequidades sociales, pero sí con la idea
que la cultura tiene los elementos fundamentales para encontrar
una nueva forma de superarlos. Cuando nosotros analizamos, por
ejemplo, una condición particular como la que tenemos en la ciudad de Bogotá, donde el 62% de la población vive en condiciones
de absoluta pobreza, con una altísima desnutrición, especialmente
infantil, nos vemos necesariamente abocados a tratar de responder
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Ciudad de
Buenos Aires
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CULTURAL
5. OBSERVATORIOS
al tema de deficiencia nutricional, también desde la cultura, desde
los elementos propios de las pautas de comportamiento, desde los
elementos propios de la cultura de la alimentación. Es preciso volver al lugar donde se cuecen los garbanzos, como decía el poeta,
donde se construye la vida y la solidaridad también, porque los latinoamericanos sabemos que nuestros movimientos políticos se
han hecho al calor de la cocina.
¿Cómo hacemos de la cultura un escenario que permita encontramos en la lucha geopolítica por el respeto y la protección de nuestros recursos biogenéticos? ¿Cómo encontramos una mirada estratégica para nuestras ciudades que nos invite a sumar la economía
y la sociología y que además no genere tantas sospechas en el opositor? La cultura todavía no genera muchas sospechas, por lo menos en Colombia. Eso nos permitió comenzar a trabajar en esa nueva mirada desde la política. Y entonces acuñamos la idea que hace
al tema central de hoy, el observatorio. Teníamos un Observatorio
de Cultura que se había creado nueve años atrás en la ciudad de Bogotá, que había nacido a partir de la necesidad de hacer el seguimiento de la dolorosa condición de violencia que vive nuestro pueblo. Por ello se asumió la tarea de hacer un seguimiento al tema de
la violencia que fuera mas allá de los registros dolorosos de los centenares de miles y millones de colombianas y colombianos que enlutan las páginas de nuestra prensa, para más bien tratar de desentrañar los elementos culturales, e intentar superar la imagen maniquea de que somos todos violentos por naturaleza. Era importante
que todos comprendiéramos cuáles son las condiciones estructurales y económicas que generaban las condiciones de violencia que
estamos viviendo cotidianamente en nuestro país.
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de Cultura
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El observatorio comenzó con esta lógica. Posteriormente se dio un
avance muy interesante cuando se pasó del tema de la violencia a
una lectura positiva de la violencia y a la construcción de una cultura ciudadana. El observatorio se dedicó entonces, a la cultura ciudadana. Durante mucho tiempo entonces, logramos que bogotanos y
bogotanas, comenzaran a comprender que la ciudad también era
parte consustancial de ellos mismos y a través del trabajo de la cultura ciudadana pudimos fortalecer nuevas formas de convivencia,
nuevas formas de negociación y de diálogo político. En donde el disentir del uno con el otro, no llevaba de inmediato al aniquilamiento del opositor, sino que pudiera conducir a la búsqueda colectiva
de respuestas. El siguiente gobierno tuvo un énfasis mucho más
economicista, mucho más pragmático, y si se quiere, mucho más
neoliberal, que buscaba crear las condiciones para la producción y
la productividad de la ciudad y el intercambio de bienes y servicios
económicos. En ese gobierno el observatorio se dedicó a desarrollar
las miradas y las lecturas investigativas sobre los quehaceres del
gobierno y cómo lo percibía la ciudadanía y terminó siendo una oficina de publicidad del gobierno. Una excelente oficina, que colocó
en el contexto nacional aquella frase famosa de Bogotá: "dormir a
2600 metros más cerca de las estrellas".
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Septiembre 2004
5. OBSERVATORIOS
Este gobierno fue sucedido por el segundo mandato de Altanas Mokas, que da un paso más, y avanza en relación con la lectura de la
cultura ciudadana, particularmente dentro del cumplimiento de las
normas y reglas. Luego nos toca a nosotros la tarea de conducir el
observatorio. Lo primero que hicimos fue ampliar el espectro. No
consideramos que un observatorio deba ser exclusiva y fundamentalmente un lugar para la investigación y el seguimiento de políticas públicas. Tiene que hacerlo con suficiencia, pero no puede quedarse solamente en ello. Creemos que en cultura es cada vez más
necesario, que no se haga la investigación desde un ente externo,
sino que los mismos creadores culturales, los que están en el acto
de creación cultural, tengan involucrado en su práctica cotidiana, el
hacer investigativo de su propia práctica. Es muy difícil de hacer el
seguimiento de un proceso cultural, porque no existen indicadores
de seguimiento y evaluación cualitativa sobre la cultura. Miramos
nuestros planes de gobierno y de lo que hablan es del número de
asistentes a espectáculos, pero eso no quiere decir si hubo o no mejor cultura. Y no tenemos ni idea de lo que sucedió realmente en
aquellas personas que participaron, en aquellos espectáculos. Por
eso, muchas ciudades para cumplir su meta de gobierno crean
grandes espectáculos y resulta que la cultura como proceso, la cultura invisibilizada, la de aquellos que están ocultos muchas veces
por la presión misma de los sistemas institucionales, no aparece.
El primer elemento que desarrollamos fue un observatorio de coyuntura política. En este momento nuestro observatorio general se
llama "Observatorio de identidad, cultura y territorio", y dentro de él
hay cinco sub-observatorios. El primero de ellos es el de coyuntura, que hace el seguimiento sistemático y juicioso a las acciones de
gobierno, y paralelamente está en continuo diálogo con la comunidad, intentando ver cómo se reciben esas acciones, cómo se critican y cómo se transforman. Nuestra función, como gobierno socialista, es llevar a la práctica en su mayor extensión la democracia. Y
la democracia se mide por el número de disidencias efectivas. Tenemos que escuchar las disidencias y los puntos de vista contrarios.
Para ello estamos trabajando desde el observatorio, porque no se
trata de amplificar la voz positiva del gobierno, sino cómo podemos
recuperar la voz crítica, la voz crítica de la ciudadanía a través del
observatorio. Contamos con un equipo de observadores que está
continuamente haciendo mediciones por toda la ciudad sobre to-
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CULTURAL
5. OBSERVATORIOS
dos los temas de la ciudad, pero mirados desde en punto de vista
de lo simbólico cultural.
El segundo observatorio tiene una naturaleza próxima al quehacer
tradicional de la cultura. Se vincula con el patrimonio, el arte y la
cultura, y analiza en qué condición está el patrimonio de la ciudad,
tanto el patrimonio físico, arquitectónico, histórico, o el patrimonio
intangible, como quieran llamarlo ustedes. Además también indaga
cuál es el estado del arte y la cultura, en los procesos de circulación,
de creación, en los procesos formativos.
El tercer observatorio busca articular de manera dinámica la oferta
cultural, especialmente la oferta institucional. Bogotá tiene una
oferta institucional relativamente importante, que no solamente se
da desde la Alcaldía, sino también desde instancias nacionales, internacionales. El observatorio es "ciudad visible", que busca crear
foros de integración de las diferentes manifestaciones culturales, de
las dinámicas culturales. Tenemos cotidianamente en la ciudad de
Bogotá, caminatas en toda la ciudad. Se forman grupos que salen a
caminar, a observar, a recoger y revisar la ciudad. A través de este
observatorio "ciudad visible" estamos implementando proyectos
como el aula móvil, buses que salen de las escuelas a recorrer toda
la ciudad, con unas características especiales para que se identifique que ahí van los buses de la cultura. Estamos definiendo las rutas por la ciudad. El observatorio tiene la tarea de formular estos
proyectos, de acompañarlos y de hacerlos una realidad. Para ello
debe buscar además algunas financiaciones nacionales e internacionales para poder llevar a cabo estas iniciativas.
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de Cultura
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El cuarto observatorio tiene que ver con la participación social. La
cultura está invisibilizada, pero también se da en aquellos lugares
ocultos por la institucionalidad. Estamos trabajando en acercarnos
a ellos. Pero no solamente a las expresiones artísticas y culturales,
sino por ejemplo, a acercarnos a temas como el medio ambiente.
Tenemos un gravísimo problema en el Río Bogotá y el Río Tunuelo
en Bogotá. Mientras que el Departamento de Medio Ambiente tiene
que trabajar en la solución técnica, nosotros lo hacemos en el proceso simbólico cultural. Tratamos de incentivar y articular las luchas
que se dan en las comunidades para proteger su medio ambiente.
¿Cómo acogemos las resistencias que se realizan al programa de
gobierno? Es un observatorio bastante polémico, porque por lo general lo que logra es la organización social para hacer una critica
pública de lo que el gobierno está haciendo. Pero creemos que así
debe ser. Cualquiera de ustedes se llevaría la grata sorpresa de encontrar que el observatorio de políticas públicas no le tiene miedo
a invitar a los ciudadanos a que hagan tomas pacíficas. A invitar a
los ciudadanos a que llamen a audiencias públicas a los funcionarios, a que nos hagan un control de cuentas políticas. La semana antepasada ya se dio un primer hecho, cuando el Alcalde discutía con
centenares de personas en el centro de la ciudad de Bogotá y comprobó que la comunidad estaba muy informada. Él les preguntó:
"¿y quien los informó a ustedes?", y obtuvo por respuesta: "El Observatorio de Cultura de su propio gobierno nos está entregando la
información". La participación hay que cualificarla en ese sentido.
Observatorio y participación social.
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5. OBSERVATORIOS
El último observatorio es el de políticas públicas, en el que estamos
tratando de integrar todos los elementos de orden político administrativo, de orden normativo institucional, de orden fiscal y financiero, de orden simbólico y cultural, de orden territorial y medioambiental, para poder dar una política coherente que vaya más allá de
los cuatro años de gobierno, y nos permita instaurar una forma continua de pensar la cultura y de acercarnos a la solución de muchos
de los problemas que tenemos en el orden cultural. Son cinco observatorios que forman parte de ese gran observatorio, que hemos
llamado el observatorio de identidad, cultura y territorio.
Yo simplemente terminaría esta conversación de la misma forma
que la he comenzado. "Tienen 5 minutos para desalojar el recinto,
tienen 5 minutos para desalojar el recinto", dijo el coronel. Ninguno
de los allí presentes se atrevió a pronunciar ni una sola palabra.
Ninguno quiso romper ese silencio casi funeral que había en aquel
lugar. Pasados los cinco minutos y con la misma voz de mando, dice el coronel "un minuto más, un minuto más y abriremos fuego".
En aquel instante, sacando fuerzas de su tímida existencia, y en Colombia esto sí que es importante, en aquel instante se puso de pie
en la parte de atrás de aquel lugar, el alucinado José Arcadio, de la
igualmente alucinada literatura de Gabriel García Márquez y, porque la literatura nos permite utilizar palabras que están proscriptas
por la buena educación, dijo así: "cabrones, cabrones, les regalamos el minuto que falta". Pero como decía Laura Esquivel: “Podrán
cortar todas las flores, pero nunca jamás detendrán la primavera".
Ese es el tamaño de nuestra soledad, el tamaño de nuestra responsabilidad. Muchas gracias.
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CULTURAL
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XAVIER DUPUIS
Economista francés. Investigador del Centro Nacional de la
Investigación Científica y profesor universitario. Dirige la Diplomatura de Estudios Superiores especializados en gestión
e Instituciones Culturales. Tiene distintos libros publicados.
Participa como investigador en el Observatorio de Políticas
Culturales del Ministerio de Cultura de Francia y de la Univ.
de Grenoble.
Muchas gracias por la invitación a estar aquí entre ustedes para
compartir estas reflexiones sobre la Diversidad Cultural. Quiero hacer una presentación relativa a la evaluación de las políticas culturales en Francia. Podemos decir que es un tema con creciente interés
tanto por parte del Estado central, como de las colectividades territoriales locales. Voy a explicar lo que entendemos por colectividades locales o territoriales: existen tres niveles, las ciudades y los municipios, constituyen el primero; luego están los departamentos y finalmente, las regiones. Estas son formaciones muy recientes, que
datan de hace menos de veinte años ya que fueron creadas a los inicios de los años ´90 con las leyes de descentralización.
Tendría que precisar cuál es la situación francesa respecto a la descentralización. Francia da muchas veces la imagen de un país muy
centralizado. En parte esto es cierto, aunque actualmente es mucho
menos cierto. Francia es un viejo país, que siempre tuvo un poder
central fuerte que ejerció su poderío y se ocupó de su imagen a partir de la capital, París. En materia cultural tenemos la ilustración de
esta fuerza centralizadora, en la que la intervención del Estado en la
cultura en Francia constituye una duradera tradición histórica de casi cinco siglos, que ha formado y creado las grandes instituciones
nacionales. Esto permitió que París se haya dotado de teatros e instituciones como la Ópera de París, el Museo del Louvre, la Comedie
Française, las grandes instituciones parisinas. Todo esto se logró a
lo largo del tiempo, aunque hay que señalar que la revolución esquematizó un poco este modelo. La política cultural se apoya en un
esquema piramidal, con instituciones que buscan el prestigio y la
excelencia en París, pero que dependen del Estado y actúan sobre
todo el territorio. Entonces el esquema es absolutamente piramidal.
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de Cultura
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Esto es cierto hasta hoy. La creación del Ministerio de Cultura en
1959, que fue confiado inicialmente a André Malraux, implicó que
esta institución asumiera una herencia de cinco siglos y la enriqueciera. Quienes conocen París saben que la capital tiene nuevas
grandes instituciones construidas durante los años ´90, bajo la pre-
sidencia de François Miterrand. Durante la misma se trabajó mucho
sobre el campo cultural, y se crearon nuevas instituciones: la nueva Ópera, una nueva gran Biblioteca Nacional, la ampliación del
Museo del Louvre, etc.
Existe una gran tradición histórica y una perfecta continuidad. Pero
el Estado no es el único actor público de la vida cultural. Todas las
grandes instituciones nacionales en París cuestan muy caro. Entonces queda una parte relativamente pequeña del presupuesto nacional para el resto del territorio. Es por ello que son las colectividades
territoriales y principalmente las municipalidades los mayores actores de la vida cultural de Francia fuera de la capital. Es preciso señalar que las ciudades han tomado participación en la vida cultural
desde el siglo XIX, con museos, teatros y monumentos históricos.
Las municipalidades tienen el 60% de los monumentos protegidos
en Francia. ¿Cuál es el resultado de esto? En la actualidad hay 12 mil
millones de euros destinados a la cultura en Francia, que se reparten de una manera más o menos igual, 50% y 50%, entre el Estado
central y las colectividades territoriales. Cabe aclarar que cuando digo Estado central no se trata solamente del Ministerio de Cultura,
ya que hay otros Ministerios que también realizan gastos en el ámbito cultural, especialmente el Ministerio de Relaciones Exteriores,
que tiene la responsabilidad de la política cultural en el extranjero.
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5. OBSERVATORIOS
El Ministerio de Cultura sólo representa la mitad del esfuerzo del Estado, y alcanza una participación de menos del 25% de los fondos
públicos. Los otros Ministerios se reparten una suma similar, y el
restante 50%, más o menos 6 mil millones de euros, las zonas territoriales que asumen la mayor parte de estos gastos. Por ejemplo,
las ciudades de 10 mil habitantes dedican 150 euros por habitante
para la cultura, por año. Es decir más o menos el 10% del presupuesto, tomando en cuenta que cuando una ciudad tiene un teatro
lírico, el presupuesto cultural representa el 20% o puede ser el 30%
del total del presupuesto de la materia.
Francia es un país menos centralizado de lo que parece. El peso de
las colectividades territoriales durante los últimos veinte años ha
aumentado su participación en el conjunto de las actividades sociales, incluida la cultura. Estamos trabajando sobre la descentralización y cada vez va a ser un país más descentralizado. Estamos
rompiendo con nuestro pasado en cuanto a organización política y
administrativa.
Hay mucho dinero para la cultura en Francia. Efectivamente las colectividades territoriales y las ciudades en primer lugar, han invertido mucho durante los últimos 20 años, aunque se invirtió un poco
desordenadamente. Las autoridades entendieron que la cultura era
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CULTURAL
5. OBSERVATORIOS
un ámbito mediante el cual se podían obtener réditos económicos
en términos de imagen. Porque la cultura puede resultar valorizadora, pero también era importante en términos sociales, ya que se
piensa que la cultura ayuda a reducir las desigualdades sociales. Es
por ello que las colectividades invirtieron mucho dinero en equipos,
en mediatecas, en nuevas salas de espectáculos etc., pero sin saber
muy bien cuáles eran los objetivos que perseguían.
Había que invertir en la cultura, había que hacer cultura, pero faltaba planificación. Cuando se hace el balance de los últimos 20 años,
se puede constatar que se trabajó mucho en la cultura, se crearon
muchos nuevos equipos pero que los problemas que la cultura ha
tratado de resolver siempre están ahí y que el público tampoco se
movilizó de manera espectacular. Esto quiere decir que se multiplicó la oferta sin lograr que la demanda subiera, y no se logró desarrollar un gran movimiento en favor de las instituciones culturales.
Los imperativos económicos implican que se evalúe la gestión en
términos de estimación de eficacia de las políticas de los proyectos.
Es un pedido confuso pero es cada vez más creciente. Esto es cierto para las autoridades territoriales y para el estado central, en la
medida en que ha habido una reforma en las finanzas públicas, que
hizo que se relacionen cada vez más los medios y los objetivos y
consecuentemente la administración central deberá evaluar más
fuertemente lo que hace en la actualidad.
Estamos entonces en un contexto de abundancia pero también de
interrogación. ¿Qué hacemos respecto a la evaluación en Francia?
¿Cuáles son las herramientas de las cuales disponemos? El Ministerio de Cultura permitió la emergencia de la cuestión de la evaluación desde sus inicios, cuando se creó el servicio de estudio e investigación que se transformó en un departamento de estudios y prospectiva. Tiene una gran independencia, deseo realmente destacar
esto. Desde inicios de los años 70 este servicio ponía las piedras
fundamentales de la evaluación respecto del ámbito cultural con la
publicación de las primeras cuentas culturales. Desde entonces se
han multiplicado los trabajos y hoy disponemos de grandes series
estadísticas sobre la oferta cultural.
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de Cultura
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Desde fines de los años 70 e inicios de los 80, el servicio invirtió muchísimo en el ámbito de las industrias culturales. Tenemos numerosos datos sobre el público, sobre la demanda cultural, sobre las
prácticas culturales de la población, tanto a través de las diferentes
formas que toman estas prácticas como de los factores que las determinan. Finalmente, el departamento tiene una prioridad que es
el estudio de las profesiones culturales y estadísticas relacionadas
con el empleo. Por otro lado, también existe el Instituto Nacional de
Estadísticas que es el organismo encargado de realizar diferentes
grandes encuestas nacionales que toman en cuenta el ámbito cultural aun con complicaciones debido a nomenclaturas que no definen muy bien todas las cuestiones. Por ejemplo, en las encuestas
sobre gasto en los hogares o sobre tiempo libre se han obtenido informaciones muy valiosas sobre oferta y demanda culturales.
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5. OBSERVATORIOS
A partir de la abundancia de dinero de la cual hemos gozado hasta
mediados de los años 90, los diferentes órganos del ámbito cultural (sindicatos, etc.) han tomado conciencia de la importancia social
del sector, y estos organismos desarrollaron bases de datos y encuestas que también constituyen una fuente de información bastante rica. Más recientemente, una cierta cantidad de instituciones culturales, las que mejor presupuesto tienen, las más importantes, se
dedicaron a reflexionar sobre los públicos y crearon servicios específicos. Por ejemplo el Museo del Louvre creó un observatorio de
sus públicos y de la gente que va regularmente con medidas cuantitativas y cualitativas de las visitas.
Dicho esto y como señalé al comienzo, las colectividades territoriales están fuera de las grandes instituciones nacionales parisinas solventadas por el Estado, pero son los primeros actores de la vida cultural francesa. Existe un servicio de estudios ministeriales que tiene
muchísima libertad, pero que no es forzosamente el mejor interlocutor para las colectividades territoriales que muchas veces no tienen el mismo color político que el poder central. Del movimiento de
descentralización, ha aparecido una estructura independiente a fines de los años 90: el Observatorio de las Políticas Culturales. No
está ubicado en París, lo cual era imprescindible, sino en Grenoble.
Es una asociación sin fines de lucro, que recibe financiamiento público por parte del estado, de la región y de la ciudad de Grenoble,
y genera recursos propios. Su actividad consiste en analizar y estudiar las diferentes políticas llevadas a cabo por las colectividades territoriales en materia de descentralización. También es prestatario
de servicios en materia de capacitación y administración cultural y
organiza seminarios y coloquios para satisfacer las demandas de
las colectividades territoriales.
Hay algo paradójico en Francia y es que aunque la cultura se beneficia con una gran difusión mediática y que en los años 80 y 90 hasta hubo un efecto de moda, sin embargo no se han desarrollado
una gran cantidad de aspectos de la ingeniería cultural. Esta paradoja tiene que ver con el hecho que las oficinas de estudio en materia cultural se crearon mayoritariamente en los años 80, pero las
autoridades locales aún habiendo tomado conciencia de la importancia de los estudios, el éxito del observatorio de Grenoble lo de-
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5. OBSERVATORIOS
muestra, no siempre son concientes de que es necesario un precio
equitativo. Entonces es difícil para una institución no subvencionada conseguir una renta adecuada de parte de las autoridades territoriales. Así que muchas oficinas y estudios de consultores de los
años 80 han desaparecido y la ingeniería en la cultura está actualmente dirigida por consultores o estudios que se ocupan de cultura, turismo, desarrollo local. En el ámbito universitario la gestión de
la cultura apareció en los años 80 en Francia y se desarrollaron varias formaciones en torno a las actividades de la cultura como sucede acá en Buenos Aires, con el Observatorio de la Universidad de
Buenos Aires que se ocupa de los postgrados en materia de gestión
cultural. Después de los años 80, la economía de la cultura se hizo
un lugar, todavía marginal. Por eso en los ámbitos académicos sigue siendo un área muy pequeña y no muy desarrollada.
Se puede decir que tenemos una tradición histórica, tenemos elementos, con lo cual deberíamos tener una gran práctica en cuanto
a evaluación en Francia. Sin embargo esta práctica es en realidad
solo parcial porque cuando hablamos de evaluación lo que se hace
es una parte de lo que debería ser una verdadera evaluación. Es decir casi siempre se trata de una evaluación que se hace de la situación final, un balance en el cual uno se conforma con ver qué medios se utilizaron, cuáles fueron los resultados. Pero nos faltan referencias con respecto al pasado. Habría que subrayar que una verdadera evaluación es un proceso que tiene tres fases. Una primera
fase tiene que ver con la situación anterior y evaluar la situación original; la segunda fase de evaluación se hace en paralelo, si ustedes
quieren, y tiene que ver con los instrumentos de funcionamiento,
regulación y ampliación de la política y acompaña el desarrollo del
proyecto o de la política. Tiene que permitir corregir las disfunciones que se pudieran llegar a producir en la aplicación. La tercera fase, que es la que se suele hacer olvidando a las dos primeras, es la
evaluación ex-post que trata de establecer el balance y la eficiencia
de la cultura o política cultural. Esto tiene un costo mayor, que requiere cambios en las mentalidades lo cual es difícil, a veces incluso más difícil que conseguir el dinero. En Francia vamos cada vez
más, hacia una práctica cada vez mayor en cuanto a la evaluación a
nivel local y nacional.
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de Cultura
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Concluiré recordando que cuando se habla de cultura, se remite
con frecuencia a industrias culturales, mientras que la cultura es
mucho más que eso. Nos faltan indicadores, ya que los que usamos
son sobretodo instrumentos cuantitativos que tienen para describir
a las industrias culturales. La cultura en el sentido mucho más amplio, antropológico, no puede ser medida solamente con indicadores cuantitativos sino que precisa de instancias cualitativas. En esta
dimensión cultural hay mucho por hacer y es uno de los desafíos a
los que tenemos que hacer frente en todos los países, inclusive en
Francia, en donde no tenemos ningún progreso particular con respecto a los demás. Muchas gracias por su atención.
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PAULA POBLETE
Ingeniero Comercial con Mención en Economía. Investigadora del Consejo Nacional de Cultura y de Artes de Chile.
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Quiero agradecer la invitación y decir que es un honor para mí estar en esta mesa. Quisiera comenzar mi exposición explicando por
qué es necesario que exista una cuenta satélite, y después contarles la experiencia que tenemos, aunque ésta presente diversas falencias. Quisiera también empezar con un par de definiciones para
que sea menos árido el tema de las cuentas nacionales, ya que no
todos ustedes están completamente familiarizados. Finalmente me
voy a referir al primer trabajo que se hizo en Chile respecto de una
cuantificación del aporte de la cultura al Producto Interno Bruto y
que se publicó el año pasado.
Comienzo con las definiciones. La actividad económica de un país
se resume en las cuentas nacionales. Las cuentas nacionales son el
conjunto de registros de las transacciones económicas, y por lo tanto se refieren a stocks y a flujos. La importancia de estos registros
es que tienen una coherencia interna, y además están estandarizados internacionalmente, por lo que permiten una serie de comparaciones. Obviamente, para comparar las cifras de Francia, con las de
Argentina, por ejemplo, es preciso corregir o ajustar por la paridad
del poder de compra, pero salvando esto, se puede estar seguro
que las transacciones allá y acá se miden igual y por lo tanto son
comparables.
Con esta información tenemos gran cantidad de antecedentes para
finalmente tomar decisiones correctas, informadas y desarrollar políticas. La ventaja entonces de las cuentas nacionales, es que presentan información consistente, coherente, ponderada por su importancia relativa y compatibilizada respecto a las diversas fuentes
alternativas de datos existentes. Las estadísticas son provistas en
general por los Institutos Nacionales de Estadísticas, el INDEC de
Argentina y el INE en Chile, por las oficinas de impuestos internos
y los servicios de aduana. Todas estas instituciones ocupan clasificadores medianamente estandarizados, que confluyen y se ordenan. Las transacciones se registran considerando el agente, es decir, quién hace la transacción: el gobierno, los hogares, las empresas o las instituciones sin fines de lucro; qué cosa es lo que se hace: si se acumula, se gasta, se tranza; en qué: en bienes, servicios,
instrumentos de renta; y para qué, es decir en el marco de qué:
ciencia, educación deportes, salud, minería.
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de Cultura
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Con este marco general, entremos en lo que es el trabajo de las
cuentas satélites, en las mediciones económicas de la actividad
cultural. Todas las actividades económicas están codificadas, es decir, la venta de maíz, de tabaco, la fabricación de bicicletas, etc., todo tiene un código y que más o menos es el mismo en todos los
países, porque las Naciones Unidas proponen un clasificador a nivel mundial. Cada país, por supuesto hace sus ajustes, en función
de sus propias características.
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5. OBSERVATORIOS
El clasificador más típico para las actividades es el Clasificador Internacional Industrial Uniforme (CIIU Revisión 3) y para los productos el más común es el Clasificador Central de Productos (CCP). A
cada producto le corresponde un código, luego los códigos se agrupan y se arman los sectores económicos. Finalmente se arman las
ramas de actividad económica detalladas más adelante.
En el caso de Chile hay dos versiones de estas agrupaciones: una
de 73 x 73 (73 actividades por 73 productos) y otra más pequeña de
12 actividades por 12 productos. En las cuentas nacionales se trabaja por la vía de la matriz insumo-producto. Quiero, al menos esbozar el tema. La matriz insumo producto es una representación simplificada de la economía que muestra la estructura de la generación
y del uso de la oferta de bienes y servicios. Esto siempre se aplica
a un período y es como un estado de situación de todo lo que se
produce y todo lo que se consume.
En esta matriz de doble entrada, todo calza. Lo que es producido
por una rama de actividad, es usado por algún otro sector. Si miramos la matriz a través de las filas podemos ver toda la producción
nacional e importada, por ejemplo de agricultura, pesca y minería.
Cada sector utiliza insumos, que por supuesto provienen de algún
otro sector, y en la matriz se va registrando cuánto de la pesca o de
la agricultura es insumo para otros sectores o material para su propia producción y luego, cuánto de la pesca o agricultura se consume finalmente, tanto al interior del país, como afuera, es decir,
cuánto se exporta. Y por supuesto que el total de la oferta tiene que
calzar con el total del uso.
La cultura no aparece entre las actividades típicas de los países como un sector económico. En el caso de Chile las actividades culturales están consideradas dentro de "servicios personales". Por lo
que junto con las actividades culturales se cuantifican las actividades inmobiliarias, el alquiler de maquinaria y equipo, informática,
etc. Cuando nosotros vemos las cifras de servicios personales tenemos que tratar de extraer cuánto le corresponde a la cultura. No es
posible. Las actividades culturales dentro de las cuentas nacionales
no se encuentran particularizadas como sector, están dispersas y
muchas veces agregadas a otras de distinta naturaleza.
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Por tal motivo es difícil realizar una medición exhaustiva con la actual clasificación internacional. El objetivo de los organismos culturales, al menos con los que nosotros hemos estado trabajando en
Chile, en Argentina, en Colombia (que finalmente lidera este proceso) es despejar las transacciones económicas vinculadas exclusivamente a la cultura.
Los avances que hemos tenido en Chile se enmarcan dentro del
Proyecto Economía y Cultura del Convenio Andrés Bello, que se tradujo entre 1999 y 2003 en dos investigaciones apoyadas por nosotros y por consultores externos, que resultaron en dos mediciones.
La primera nos dio la participación relativa de las actividades económicas características de la cultura en la economía chilena. En
1990 la cultura aportaba un 0,9 % a todo el Producto Interno Bruto
chileno. En 1998 avanzó a 1,3%. Las actividades que se utilizaron para esta medición fueron "cine, televisión, radio y espectáculos",
"otros servicios de esparcimiento" e "imprentas y editoriales". La segunda medición fue un poco más desagregada, ya que arrojó por
separado la participación de "imprentas y editoriales", por un lado,
y la de las "actividades de esparcimiento, culturales y deportivas",
por otro.
Esta gran matriz de insumo-producto, se hace una vez cada diez
años, e implica un tremendo esfuerzo (en Chile la última tomó 3
años). Las siguientes se van actualizando con predicciones y estimaciones. La primera medición tenía como año base 1986 y la segunda el año base 1996. En relación a esta última, se puede decir
que el alza en la participación de la cultura en la economía está dada básicamente por las actividades de esparcimiento, culturales y
deportivas. Las imprentas mantienen una actividad constante en
estos 5 años. ¿Qué es lo que está incluido en las actividades de esparcimiento, culturales y deportivas? Tampoco lo tenemos claro, ya
que si bien hay definiciones de cada una de estas glosas, no hay conocimiento detallado de la participación.
Como un gran avance se nos indicó que para el año 2000, de toda
la producción de dichas actividades, el 45% está representado por la
radio y la televisión; el 14% por el cine, teatro y otros espectáculos.
Sumando eso podemos darnos cuenta que un 59% está medianamente constituido por actividades típicamente consideradas culturales y el resto estaría conformada por juegos de azar, deportes y
otros no clasificados. Seguimos en una bolsa de gatos, como se dice vulgarmente.
Secretaría
de Cultura
134
Para el caso chileno, en 1996 la cultura tuvo una importancia económica superior a la de la pesca. Sin embargo, la pesca está constituida como sector económico, tiene representación a nivel nacional,
se la escucha en la prensa, concentra bastante atención ¡y resulta
que pesa menos que la cultura, incluso con esta medición que podríamos decir que está bastante subestimada.
Haciendo una comparación de los últimos 10 años, de la trayectoria
de estas cifras, podemos ver varias cosas. Por ejemplo que la participación de las actividades culturales en la economía se duplicó en
10 años, y que el crecimiento del producto es menor al crecimiento
que tienen las actividades culturales. Eso en economía está diciendo que las actividades culturales tienen una elasticidad ingreso superior a 1. Es decir, crece el producto (o decrece), y la actividad cultural crece más que proporcionalmente (o en su defecto decrece
más que proporcionalmente). Eso quiere decir que los bienes culturales son bienes de lujo o tienen un comportamiento similar a estos.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
5. OBSERVATORIOS
¿Cuáles son las limitantes de estos resultados? Por un lado, el nivel
de agregación de la información, que impide llegar al detalle y deja
fuera muchos sectores. Sólo estamos considerando cine, televisión,
imprenta, editoriales y sabemos que falta mucho más. Por otra parte se hizo una contabilización a nivel de actividades y nos estamos
olvidando de los productos. ¿Cuándo esto es relevante? Las empresas se clasifican en un código según la principal actividad que realizan. ¿Cómo se hace la recopilación de información de las actividades que realizan y que no son su principal giro? Por ejemplo, un cine universitario, ofrece el resultado de su facturación y ésta se agrega a la contabilidad de la universidad completa, quedando registrada "su producción" en la glosa de Enseñanza Superior. O por ejemplo en Chile, la "producción cultural" de la sala de arte de la Telefónica, queda contabilizada en Telecomunicaciones. Es preciso hacer
una contabilización por la vía de los productos y ver toda la producción que está siendo ofertada también por productores que se llaman no típicos o secundarios. Esta medición adolece de que sólo
fueron consideradas las actividades de los productores típicos.
¿Qué se espera ahora? Profundizar esta medición por la vía de desarrollar una cuenta satélite. La idea ahora es poder hacer una medición dentro del sistema cuentas nacionales, sin alterarlo. Aprovecharnos de la matriz insumo-producto, y medir detalladamente la
producción cultural y la demanda cultural pero con las herramientas que nos da la economía para que todo calce, y no tener que hacer esta sumatoria bajo la raya para no alterar la contabilidad.
Eso nos va a servir para un sinnúmero de objetivos, más allá de saber la participación de la cultura en el PIB, que es lo políticamente
más relevante. Vamos a poder contar con análisis de trayectoria,
porque la gracia de esto es que tenga una continuidad en el tiempo, que nos permita poder tomar mejores decisiones y poder hacer
evaluaciones de las políticas actuales. Muchas gracias.
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
5. OBSERVATORIOS
OCTAVIO GETINO
Precursor en investigación de industrias culturales. Desarrolló en 1992 el primer estudio que se hizo en el país sobre la
incidencia de estas industrias en la economía nacional y regional. Realizador de cine y TV. Consultor de distintos organismos internacionales. Coautor de "La hora de los hornos"
con Fernando Solanas. Ex Director del Ente Nacional de Calificaciones Cinematográficas y del Instituto Nacional de Cine. Actualmente coordina el Observatorio de Industrias Culturales de la Ciudad de Buenos Aires, dependiente de la Secretaría de Cultura del GCBA.
Me alegra estar en esta mesa, por la diversidad, por los componentes que participan dentro de la misma, y no sólo por lo que se está
diciendo sino por cómo se está diciendo. Porque nos permite ilustrar sobre experiencias locales, nacionales, o citadinas como en el
caso de Bogotá, que pueden ser una referencia para quienes estamos tratando de avanzar en estos temas.
El tema de los observatorios de la cultura nos lleva a hablar de la
cultura, nos lleva a hablar de la economía, y de todos los asuntos
colaterales que tienen que ver con la cultura. Sin embargo, yo creo
que el tema que nos convoca en esta mesa es fundamentalmente el
de observatorios y me voy a referir a eso en términos concretos.
Pienso por un lado que la necesidad de observar la evolución de la
cultura en un país como la Argentina viene de cuatro o cinco décadas atrás cuando aparece la sociología en nuestro país. Las carreras
de ciencias sociales empezaron a formar los primeros estudiantes y
profesionales dedicados a analizar qué es lo que se consume y por
qué se consume. Es una preocupación de los dueños de la economía, de las empresas, pero como estos sociólogos están influenciados por una actitud crítica hacia la cultura de elite y de las industrias
culturales en particular, incorporan algunos elementos que tienen
que ver con el pensamiento marxista (escuela de Frankfurt) y además de esto, es decir, qué se consume y por qué se consume, agregan quiénes son los que están produciendo este tipo de oferta, cuáles son los intereses que de alguna manera los animan, y cómo manipulan los contenidos de lo que se está ofertando.
Secretaría
de Cultura
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Esto viene de los años 60 y 70, y en nuestro país hay antecedentes
muy ilustres de investigadores que han trabajando en este terreno.
Son los grandes antecesores, igual que los hubo en Venezuela, en
Colombia, en Uruguay, en Brasil, en Chile, en toda América Latina.
Entonces no partimos de la nada cuando hablamos de observatorio, si no partimos de algunos antecedentes que hay que recuperar.
Por otra parte, acercándonos a lo que ya fue la preocupación internacional por la creación de observatorios, de centros de información de carácter regional e internacional, diríamos que todo este tipo de inquietudes no tiene más de 10 o 12 años de vida. En el año
1996, la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la UNESCO en
un estudio que hizo a nivel global extraía como conclusiones que
los indicadores cuantitativos y cualitativos para medir la evolución
de la producción y del consumo cultural estaban en pañales. Ellos
decían que estaban en la infancia. Recién fue en el 2001 que en Europa se empieza a crear un observatorio europeo de esas características, para monitorear la cooperación cultural, aunque no hablaban de políticas culturales porque este es un término que puede
prestarse a equívoco en los diferentes países. Al año siguiente se
creó el observatorio cultural de los países africanos, que paradójicamente además del apoyo limitado que recibe de la Unión Africana y de la UNESCO, cuenta con un fuerte respaldo económico de la
fundación Ford. Las grandes fundaciones internacionales americanas han mostrado interés para que se hagan estudios para saber de
qué manera moverse, qué es lo que consume la gente, por qué lo
consume. Es lo mismo que ocurre en el campo político: qué es lo
que vota la gente, por qué lo vota etc. Propaganda y publicidad, en
ese sentido funcionan bastante de la mano.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
5. OBSERVATORIOS
En nuestros países, una de las primeras tentativas que hubo a nivel
regional fue en un foro de ministros de cultura en 1992 donde se
acordó establecer un sistema de información cultural para América
Latina y el Caribe que fue bautizado como SICLAC. Pero como ocurre con tantos acuerdos que se llevan a cabo en este tipo de foros o
encuentros de altas autoridades, particularmente en el campo de la
cultura, no se desarrolló como uno desearía. Recientemente, en una
reunión de ministros de cultura de los países interamericanos, incluyendo a Canadá y EEUU, acordaron en principio poner en marcha un proyecto de un hindú que reside en Londres, para hacer un
estudio de factibilidad para implementar un observatorio interamericano de carácter cultural. Es un paso en adelante. Digo esto en
cuanto a antecedentes regionales o internacionales.
Nuestro país no estuvo atrasado en este sentido, y esto al margen
de los gobiernos que hubiese. En el año 1992 el INAP puso en marcha el primer estudio que se hizo sobre la incidencia de las industrias culturales en la economía, el empleo y las políticas públicas, a
fin de tener datos objetivos con lo cuales se pueda incidir sobre los
poderes legislativo y ejecutivo para mejorar las políticas y la legis-
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
5. OBSERVATORIOS
lación. Pero como ocurre en otros países, el cambio de funcionarios
y de gobierno hizo trastabillar el proyecto y se interrumpió. Con
otro gobierno en el 2000, cuando Stella Puente estaba la en Secretaría de Cultura de la Nación, se elevó a los ministros de cultura una
propuesta para realizar un estudio de la incidencia que tiene la cultura sobre la economía y los procesos de desarrollo e integración
de los países del MERCOSUR. Este estudio contó con un pequeño
apoyo de la OEA, mientras que los estados participantes no pusieron un solo peso. En dos meses se hizo un estudio preliminar que
fue publicado por lo que era la Secretaría de Cultura en el año 2001.
Poco después, entre 2002 y 2003, Gustavo López, Secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, estimula y promueve, junto con
las entidades representantes de algunas industrias culturales de
Buenos Aires un Foro para la Defensa de las Industrias Culturales.
Hay que decir que cuando uno habla de un observatorio, como el
que la cuidad está tratando de poner en marcha, no es que partimos
de la nada, no es una invención nuestra de este momento. Siempre
conviene retrotraer la memoria, y valorizar los esfuerzos individuales e institucionales que se llevaron a cabo, tanto en el país como
en otras partes del mundo.
¿Por qué elegimos un observatorio sobre industrias culturales y no
sobre la cultura y las políticas culturales? Simplemente por una opción. Se podían elegir muchas cosas para medir la dimensión de la
cultura, porque la dimensión de la cultura no está dada sólo por el
peso de las industrias culturales, sino por las actividades, los servicios, todo aquello que conforma el quehacer cultural. Y no me refiero a la cultura entendida en su sentido antropológico u holístico sino a aquellas manifestaciones específicamente dedicadas a producir, difundir, bienes o valores simbólicos. Elegimos industrias culturales porque partíamos de una base. Recuerdo que mi abuelo siempre decía "primero es lo primero, nunca lo segundo" y agregaba,
"pero no te equivoques en lo que eliges como lo primero". Gestionar políticamente, como gestionar la vida de uno, como gestionar
una empresa o estar en medio de la guerra, obliga siempre a optar
por una cuestión en lugar de otras, esto significa decidir una medida y negar otra en función de lo que uno cree más oportuno para
avanzar. Aunque si se equivoca perdió...
Secretaría
de Cultura
138
Pero entendemos que si la cultura es el alma de un pueblo, igual
que el alma de un individuo, la industria cultural es el motor que dinamiza una y otra alma. Con el libro, el cine, la música grabada y
con muchos otros medios y bienes y servicios culturales la industria puede dinamizar, en un sentido o en otro, según los intereses
que la guíen, el conjunto de la espiritualidad que está presente en
el ser humano, en un grupo social en una comunidad, en una nación. Las industrias culturales desde la revolución industrial permitieron reproducir social y masivamente la producción cultural de
pensadores, creadores y artistas. Porque hasta entonces, e incluso
durante mucho tiempo después, la cultura se reducía a la edificación de grandes monumentos donde se archivaban o mostraban las
obras de los grandes artistas, o se concentraba en convocar a parte
de la población a disfrutar de algunas obras escénicas y operísticas,
era una cultura de servicios para espacios sociales muy selectivos.
Cuando los valores simbólicos se incorporaron al mercado, se convirtieron en valores de cambio. Lo que hasta entonces sólo eran
contenidos intangibles, al estar vehiculizados por soportes, fueran
ellos libros, discos, películas u otros soportes tangibles, incorporaron esa doble función de lo tangible con lo intangible, de lo material con lo inmaterial, lo económico con lo ideológico, esa dualidad
valorativa que está presente en cualquier producto destinado a satisfacer o promover demandas de valores simbólicos.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
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Septiembre 2004
5. OBSERVATORIOS
Las industrias culturales se convirtieron en una extensión de la capacidad y la voluntad de los hombres, como producto del desarrollo científico, industrial y tecnológico. El desarrollo de la industria
automotriz permitió al ser humano desplazarse a una velocidad que
nunca había experimentado. El desarrollo de la industria aeronáutica le permitió finalmente volar: un sueño que viene desde los orígenes del hombre y que fue posible gracias a la utilización de recursos propios de la industria y de la tecnología. En la cultura ocurre lo
mismo. La existencia de una industria del libro permitió a un escritor acceder a millones de lectores, ubicados a cientos o a miles de
kilómetros de distancia, como ocurrió aquí a principios del siglo XX,
cuando el Diario La Nación no sólo editaba un diario, sino también
una colección de libros, una biblioteca con cientos de títulos que
acompañaban semanalmente a los diarios. De esta manera la obra
artesanal de un escritor -porque el escritor es básicamente un artesano-, al incorporarse con sus contenidos en una industria pudo llegar a sectores sociales que hasta entonces estaban excluidos de la
misma. Algo similar ocurrió con la música, con las artes visuales y
escénicas, con el cine, la radio y la televisión. Estas industrias constituyen así un espacio de convergencia de la producción cultural,
con la economía, el empleo y los mercados. Es una confluencia de
diversos y múltiples elementos, dentro de la cual los avances tecnológicos también pueden ser aprovechados por otros campos, por
otras industrias conexas que sirven de apoyo y sostén de la producción de bienes culturales.
También esta situación se extiende sobre los contenidos, donde estas industrias facilitan el aprovechamiento de obras y valores sim-
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II ENCUENTRO
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SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
5. OBSERVATORIOS
bólicos procedentes de otros campos de la cultura y las artes cuando obras literarias o musicales son incorporadas a la industria audiovisual, o productos de ésta se incorporan a la producción editorial o a la de distintos medios de comunicación. Así se aparece un
campo de relaciones sinérgicas e interactivas cada más más amplio
y complejo. Basta salir a la calle y ver ese quiosco de diarios y revistas, pero también libros, discos y videos, todo lo que tiene que ver
con la producción cultural industrial, cosa que 15 o 20 años atrás no
existía, porque el quiosco se limitaba a ofertar diarios y revistas.
Decíamos antes que si la cultura es el alma de un pueblo, las industrias son el motor que la dinamiza. ¿Pero hacia dónde la dinamiza?
Ello depende de cómo esté constituida la conducción de una sociedad y el sistema político y social que rige en cada comunidad. Evidentemente las industrias culturales en el caso argentino y latinoamericano son las que han hecho más por la integración nacional,
por el desarrollo educativo, por el conocimiento, por el intercambio
cultural con otros pueblos de América latina. Mucho más que la política, que la economía, que incluso aquellas actividades de difusión
artística y cultural que a veces llevan a cabo las oficinas de relaciones exteriores. Sin la proyección de la industria del libro en los años
’40-’50, la fotonovela, la historieta, las revistas infantiles, etc. la Argentina sería bastante desconocida en el resto del mundo. A esto
hay que agregarle todo lo que representa la música, el tango, el cine. Entonces esto es lo que en una primera etapa, que sin duda no
será la definitiva, se va a priorizar en su estudio, dejando para otro
momento el tratamiento de otros campos, que también son de mucha importancia. Y al elegir esta opción, establecemos como espacio de observación y análisis, el conformado por las industrias principales del libro y las publicaciones periódicas, como diarios y revistas; el disco o los fonogramas; la radio y la televisión vinculados
a todo lo que es complejo audiovisual, del que participan también
el cine y la televisión. Son campos de estudio que también queremos llevar adelante junto con el de la publicidad que es una actividad de servicios, eminentemente cultural, con intereses y metas
económicas, que atraviesa a muchas de estas industrias, y que tiene una incidencia política y económica importante sobre los contenidos de los medios de comunicación tradicional.
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Además de esto, nos interesa ir avanzando luego en el observatorio para ir midiendo lo que llamamos industrias auxiliares que son
aquellas que se ocupan de la producción de máquinas, equipos e
insumos para la producción y la circulación de los bienes culturales.
Me refiero, por ejemplo, si hablamos de la industria del libro a la industria del papel, sin el cual no hay industria editorial. Y si hablamos
de la industria de la televisión tenemos que ver qué está pasando
con la electrónica, la producción de televisores, cámaras, equipos
de sonido, luminotecnia, antenas de televisión, videocasetes. Son
elementos específicamente concebidos para servir a las necesidades de las industrias culturales y sin ellos no habría producción, ni
circulación, ni consumo o percepción de contenidos. También es importante pensar sobre Internet y la informática, por un lado y las telecomunicaciones por el otro. La confluencia de las nuevas tecnologías de la comunicación no es sólo un tema de especulación teórica o académica. Basta observar el organigrama de un grupo empresarial como Clarín, y confirmar que, lo que hasta hace muy pocos
años, era apenas una empresa productora de prensa escrita, puede
producir hoy en día libros, programas de radio, de televisión abierta y de cable, con intereses vinculados también a la informática y a
las telecomunicaciones. El desafío mayor de este trabajo de observación y análisis no es tanto ponernos a denunciar o a criticar, que
es una posibilidad también legítima, sino que se orienta a elaborar
ideas y propuestas que contribuyan a mejorar las políticas del sector y a promover el desarrollo del conjunto de estas industrias, aunque en función de los intereses de la comunidad y no sólo de uno
u otro sector. En este sentido, importan los datos económicos, como los de la producción, la facturación y el empleo, pero no menos
importancia tienen aquellos otros relacionados con el desarrollo de
los procesos identitarios culturales nacionales, modificados y transformados cada vez más en el actual contexto de la globalización.
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CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
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5. OBSERVATORIOS
Otro aspecto que me parece importante en este sentido es trabajar
sobre la información, en una primera etapa, privilegiando lo cuantitativo, lo cuantitativo que no está desprovisto de lo cualitativo, pero lo primero es lo primero, reunir información cuantitativa, que en
nuestro país no existe y la poca que hay es poco confiable. ¿Por qué
decimos esto? Sencillamente, por que si, tal como lo entendemos,
la información es poder, transparentar y democratizar la información es transparentar y democratizar el poder. Si no logramos esto,
todo lo otro que podamos referir, analizar o ideologizar, puede tener un valor tan legítimo como positivo, pero, a la vez, de alcances
limitados o muy relativos.
Quienes más están operando sobre los poderes ejecutivo y legislativo en el país a nivel internacional son los lobbies de las grandes
compañías y grupos transnacionales que tienen sus propias consultoras (que le suministran la información que necesitan para sus intereses y desarrollo) y por otro lado el ideologismo, el pensamiento bien intencionado que sin base fundamental de estudio, de conocimiento, marca una serie de propuestas que por lo general no tienen mucha cabida en nuestro parlamento porque el lobbismo pesa
mas que la ideología. En consecuencia de lo que se trata es de crear
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II ENCUENTRO
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CULTURAL
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sistemas de información inicialmente sostenidos en datos cuantitativos a partir de los cuales puedan graficarse, en términos históricos, los procesos evolutivos de lo que está ocurriendo en este sector con el fin de facilitar una reflexión crítica sobre lo que deberíamos hacer o no hacer hacia el futuro. Y en base a esto, empezar a
diseñar propuestas y alternativas de desarrollo que nos ayuden a
mejorar la dinámica de la cultura en el campo de las industrias culturales y de la cultura en general.
Esto lo hacemos también porque el sector más representativo de
las industrias culturales de nuestro país son las PyMEs, no las grandes empresas. Es cierto que las grandes empresas son las que más
llegan y más nos impactan a través de la ideología y de los contenidos, basta ver la televisión, escuchar la radio o leer los diarios. Sin
embargo, entre el 70 y el 80% de la facturación y del empleo de
nuestro país está representado por las pequeñas y medianas empresas, un sector que, por sus propias características de disgregación y escasez de recursos, no parece estar en condiciones de construir sistemas de información adecuados, tanto sobre lo que sucede fuera de ellos, como en lo que acontece dentro de sí mismos. Es
ahí donde el Estado tiene que colaborar participativamente, aportando en lo que esté a su alcance, para que este sector tan representativo de la cultura y de la diversidad cultural, pueda contar con
aquella información que le permita competir en un espacio cada
vez más dificultoso, dominado, desde los años ´90 por los consabidos procesos de concentración y transnacionalización de la economía. Esto no representa de ningún modo la instalación de antagonismo hacia los grandes grupos, porque los grandes grupos cuentan ya con sistemas de información hechos a la medida de sus necesidades. Se trata de ayudar a los que carecen de ellos. Una forma
de contribuir también a la equidad y a la competencia justa y democrática en este campo.
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de Cultura
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Por último el observatorio apunta a ser un lugar de encuentro, una
mesa de diálogo y de concertación, sostenida en cuatro pilares principales. Porque esto no lo hace el Estado o el gobierno por más
buenas intenciones que tengan si no cuentan con la participación
activa y co-protagónica de los agentes del sector, ya que son estos,
precisamente, los destinatarios mayores de la labor que se lleve a
cabo en materia de obtención y puesta en servicio de información
confiable. Por un lado, el sector productivo, donde se incluyen las
cámaras y representaciones empresariales además de los sindicatos de técnicos y profesionales. Por otro lado, el sector académico,
porque es un espacio privilegiado para la investigación, el análisis
crítico y la evaluación cualitativa, ya no sólo cuantitativa, y la formación de técnicos, creadores y empresarios, una labor que resulta indispensable en la vida de estas industrias.
Otra pata de esta mesa de co-participantes es la de los autores y
productores de contenidos, representados por sus entidades organizativas o por sus sociedades de gestión, aquellas que reúnen y
defienden los derechos de los escritores, autores, los intérpretes,
los directores de cine, los dramaturgos, etc. Es decir, los productores de contenidos, sin los cuales, la mayoría de las industrias culturales no podrían estar trabajando. Y la cuarta pata o columna, está
de algún modo representada por los organismos del Estado, como
son el COMFER, el INCAA, el Instituto de Teatro, las Secretarías de
Cultura y de Medios, así como las Fundaciones que sin fines de lucro están participando de este tipo de iniciativas.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
5. OBSERVATORIOS
Entiendo, finalmente, que sobre estos cuatro pilares hay que generar un espacio de participación, realmente representativo y democrático. Eso es lo que se intenta hacer desde la Secretaría de Cultura cuando ha puesto en marcha el proyecto de un Observatorio de
Industrias Culturales de la Ciudad, proyecto que cuenta con apenas
dos o tres meses de vida, desde que comenzó a funcionar en términos más o menos concretos. Apuntamos fundamentalmente al diseño y producción de una serie de instrumentos de información y
análisis que ya se han puesto en marcha. Uno de ellos es "OIC", un
boletín electrónico que sale y se renueva mensualmente, del cual ya
han aparecido dos números con información reseñada sobre los temas de la cultura de la ciudad y de la Nación, América Latina y el
mundo, privilegiando sobre todo lo concerniente a la ciudad. Otro
es una página web que ya está funcionando y a la cual se puede acceder desde cualquier lugar del mundo y que contiene información
de diverso carácter y estudios que se están llevando a cabo en el
propio observatorio, o junto con algún otro organismo de la ciudad
como el CEDEM (Centro de Estudio Metropolitano para el Desarrollo Económico) que ya ha producido importantes trabajos en el relevamiento de las industrias culturales de la ciudad.
También está en marcha la salida de una revista que parecerá en
dos semanas más, y que ha sido bautizada como "Observatorio". El
primer número abordará principalmente el tema de las relaciones
de la cultura y la economía, y el segundo, posiblemente, el debate
actual sobre diversidad cultural. A esto se sumarán algunos documentos de trabajo como el que acaba de aparecer, consistente en
una reseña de lo experimentado en el sector de las industrias culturales en los años 90 y en la situación más reciente, aquella originada en el proceso post-devaluatorio.
El proyecto se completará también con investigaciones propiciadas
especialmente por el mismo Observatorio, con la finalidad de que
sus resultados puedan tener aplicaciones productivas y sirvan al
desarrollo de las industrias y al mejoramiento de los contenidos
que ellas ofertan y difunden entre todos nosotros. Gracias.
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Ciudad de
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6. Industria discográfica
GUSTAVO MARGULIES (moderador)
(Buenos Aires, 1960). Músico y productor, colaboró en los
años 80 en el sello independiente Circe y la editorial Último
Reino. Integró asimismo el dúo de guitarras "Islas" junto a
Paul Stringa, el Quinteto Cedrón y el Trío Argentino de Guitarras, así como dúos con los músicos Carlos Costa y Jorge
Cumbo. En los 90 fue productor y gerente del sello EPSA
Music, creando la colección "Guitarras del Mundo" entre
otros emprendimientos dentro de la empresa. Actualmente
forma parte del Trío Gótico y del Quinteto Ventarrón, y colabora en el programa "Discográficas de Buenos Aires", de la
Dirección de Música de la Ciudad.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
6. INDUSTRIA
DISCOGRAFICA
Cuando me invitaron a participar como moderador en esta mesa sobre industria discográfica y diversidad cultural, lo primero que me
vino a la mente fue la paradoja entre diversidad cultural e industria
discográfica "comercial". Por un lado el soporte sonoro debería ser
el vehículo natural de difusión de la diversidad cultural, pero desde
el punto de vista discográfico tradicional, terminan siendo prácticamente antónimos: los objetivos ideales del negocio del disco son
sintéticamente: bajos costos de producción y los mayores beneficios
en el menor período posible, así como la decisión de editar aquello
que el mercado ya "pide", o sea de artistas que ya hayan realizado
un camino y un nombre propios, para lograr una mejor aceptación
en la distribución, y la más alta rotación y venta del producto.
Hago esta enumeración, porque en la industria discográfica no se
habla de diversidad cultural, aunque en algunos casos termina
siendo una consecuencia. Por ello, el papel del Estado, de los sellos
independientes y de otras instituciones es fundamental. Hay dos acciones que puede tener el Estado, que no son excluyentes. Una es
una acción directa, que sería convertirse en un editor asociado, y
una segunda opción que es de apoyo a editores independientes.
Hoy en Buenos Aires, la Secretaría de Cultura está tratando de llevar adelante esta segunda opción, ya sea a través del Fondo Metropolitano de las Artes, el Fondo Cultura BA, con subsidios a la industria discográfica donde han presentado proyectos alrededor de una
treintena de sellos; colaborando en la participación de los independientes a ferias internacionales del tema, este año con su presencia
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
6. INDUSTRIA
DISCOGRAFICA
Secretaría
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en el Womex a realizarse en Alemania, y a través del Programa "Discos Vivos", facilitando salas e incluso promoción, desde medios de
difusión metropolitanos, para presentaciones de discos de sellos independientes.
Antes de dar la palabra a los panelistas deseo leer estos fragmentos de la declaración sobre diversidad cultural que se realizó en
Seúl, Corea, en junio de este año (2004): "…los ciudadanos de todos los países deben tener un amplio acceso a los contenidos culturales y a las expresiones artísticas de su propio país como también los artistas y creadores deben tener la posibilidad de difundir
las creaciones de sus conciudadanos. También niveles significativos
de producción cultural nacional en todos los países, constituyen
una condición preliminar esencial para un intercambio de bienes y
servicios culturales a escala internacional" ... "la fuerza del mercado
no garantiza por sí misma niveles significativos de creación y producción de cada país y por esta razón los Estados deben poder implementar sin restricciones, políticas que aseguren la producción y
circulación efectiva de su cultura dentro y fuera de sus fronteras, y
deben poder apoyar instituciones públicas de carácter cultural".
MAURICIO UBAL
Destacado compositor e intérprete de la música popular uruguaya, con nueve discos publicados hasta el presente (tres
como integrante del grupo Rumbo y el resto como solista).
Su tema "A redoblar" (en co-autoría con Ruben Olivera) se
convirtió en símbolo de la resistencia cultural contra la dictadura uruguaya y permanece hasta hoy como símbolo de
su generación. En 1993 otra de sus obras, "Una canción a
Montevideo", fue declarado himno de la ciudad.
Desde 1982 se desempeña como Coordinador General del
sello discográfico Ayuí/Tacuabé.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
6. INDUSTRIA
DISCOGRAFICA
Reflexiones sobre el posible rol de los catálogos
fonográficos independientes en el marco mundial
de la globalización
Cuando en 1971 un grupo de músicos uruguayos se planteó crear
un sello discográfico, independiente, alternativo y sin fines de lucro,
uno de sus objetivos principales era trabajar para promover y defender el concepto de una identidad cultural y latinoamericana en el
campo específico de los hechos musicales.
El Uruguay, por sus características socioeconómicas y políticas, ya
poseía a principios de los setenta, una rica experiencia en la conformación de instituciones y empresas culturales locales, tanto fonográficas como en el ámbito de los libros, el periodismo, la radiotelefonía o el teatro. El país más pequeño de América del Sur, con menos de tres millones de habitantes y un muy buen nivel de educación, no era (ni continúa siéndolo) un lugar estratégicamente atractivo para la instalación de las grandes compañías internacionales
del disco; eso permitió que desde principios de la década del cuarenta comenzaran a gestarse sellos y fábricas de capital privado y
criollo, que con los años se fueron haciendo fuertes en el medio local, compitiendo entre sí en la conformación de los primeros catálogos de grabaciones uruguayas y por las licencias de las grandes
multinacionales fonográficas, ausentes físicamente en el país.
Prácticamente todas las generaciones de creadores e intérpretes
uruguayos de la música popular o culta hasta hoy, enorme en proporción a la población del país, fueron editadas por empresas locales independientes.
Cuando en 1971, los músicos Daniel Viglietti, los Olimareños y Co-
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Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
6. INDUSTRIA
DISCOGRAFICA
riún Aharonián, junto a un pequeño grupo de personas cercanas a
la cultura, dan el puntapié inicial a Ediciones Ayuí/Tacuabé, el mundo era por cierto bastante diferente al actual. Y palabras como globalización, mercadeo o diversidad no encerraban la carga de significados reales y simbólicos que representan hoy para nosotros; a
su vez, era corriente la utilización de conceptos que actualmente
parecen caídos en desuso, como militancia cultural, tercer mundo
o imperialismo.
Sin embargo, estaba y continúa estando latente la pelea por defender esa compleja, dinámica, vaga y necesaria sensación vital que
solemos nombrar como "identidad cultural".
No es objeto de esta charla teorizar sobre este último punto ni abrir
debates, pero el tema indudablemente marca el territorio para el
planteo de la diversidad en la actualidad. Continúa siendo sencillamente fantástico y curioso observar cómo pueden resultar tan ajenos y prescindentes para un señor de Pekín o un lapón finlandés o
un indio miskito, asuntos tan principales para los rioplatenses como
un mate bien cebado o la voz de Carlos Gardel.
Los marcos coyunturales de los sesenta y setenta han cambiado.
La guerra fría que posibilitó dictaduras en nuestros países, ha dado
paso a la lógica perversa del mundo unipolar, donde los mercaderes del dinero no tienen fronteras y manejan el planeta como un tablero de ajedrez sin reglas. Un movimiento nervioso de sus acciones hace desaparecer un país o derrumba un continente.
Pese a tantos cambios, la ley del dinero continúa increíblemente coherente, atravesando los siglos y utilizando la política y el poder para preservar el lado más oscuro y suicida de la humanidad. Al fin y
al cabo, no hay grandes diferencias entre los barcos ingleses que
abrieron el río Paraná a cañonazos en 1830, con las presiones de la
embajada norteamericana en Montevideo a fines del 2003 para que
el senado y el gobierno uruguayos aprobaran nuevas leyes de propiedad intelectual acordes a los intereses de las corporaciones actuales. Una verdadera sutileza, si se la compara con los métodos
más tradicionales empleados en Irak.
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Mientras tanto, la tecnología (incentivada por la guerra) crea maravillas que empequeñecen la visión que tenemos del mundo, siempre y cuando pertenezcamos a la parte de la humanidad que puede
darse cuenta y disfrutarlo; la otra mitad simplemente se muere de
hambre. O de sed. Nunca tan pocos hombres han podido manipular tanta información como los propietarios de los grandes multimedios de la comunicación. Vivimos un momento fantástico y terrible de la historia, donde se invierten cifras demenciales de dinero
para inventar armas, a la par que quemamos literalmente el único
planeta que tenemos para vivir.
La globalización logra que una locutora alemana en su idioma nos
avise desde el otro lado del océano que mañana lloverá acá en el
barrio. Las poderosas cadenas de televisión utilizan la misma globalización para recordarnos diariamente las imágenes de las torres
cayendo el 11 de septiembre, sin mostrar ni una sola foto de Kabul
después de los bombardeos.
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Hoy, más que nunca, “la biblia junto al calefón”, al decir de Discepolín.
La novedad ahora es que, a la sombra de los satélites invisibles, los
dueños del dinero pretenden colgar en la vidriera de los cambalaches lo mejor de nuestros bienes culturales, los conocimientos tradicionales de nuestros pueblos, sus patrimonios artísticos, sus idiomas y sus dioses, la reserva ética de los hombres. Todo corre el riesgo de ser patentado, codificado como mercancía y vendido.
Es tal el grado de indefensión al que están expuestas las culturas de
nuestras sociedades en desarrollo, que la alarma está sonando en
todos los rincones del planeta, atravesando geografías, fronteras e
ideologías. Debemos proteger las libertades culturales de los individuos, la diversidad cultural de cada pueblo, como protegemos ya
los bosques, el agua de los ríos o el oxígeno. Y no podemos plantear esa batalla cotidiana, encerrándonos en slogans o en el culto a
las tradiciones o al pasado, porque será una batalla perdida. Tenemos que utilizar los beneficios increíbles que permite la globalización para asentar positivamente nuestra singularidad, nuestras diferencias, llevar el sabor del mate por las redes de Internet.
Y la pelea que mencionamos no es solamente contra las corporaciones del dinero, contra los nietos de aquellos que Rosas quiso frenar poniendo cadenas en el río Paraná. Tenemos que cuidarnos
también de nuestra propia capacidad para despreciar los talentos
propios, nuestras singularidades, nuestros tesoros, a fin de no terminar nuevamente cambiando oro por espejitos de colores.
Y, en medio de tanto lío, ¿existe un papel que cumplir para los sellos fonográficos de catálogo independientes? Desde nuestra experiencia, entendemos que sí, y que no es poco.
Posible rol de los sellos discográficos "de catálogo"
En este panorama unipolar que mencionábamos, donde el mercado
es dios, los centros del poder y del dinero utilizan la globalización
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–conscientemente o no-, para achatar, vaciar de contenidos, estandarizar, reprogramar, samplear, patentar y volver a vendernos a veces nuestra propia diversidad, con una producción y un envoltorio
del primer mundo. El mercado ha sido siempre capaz de fagocitarse las rebeldías y transformarlas en productos aptos para el consumo masivo.
Ahora bien, los que trabajamos con artistas y expresiones culturales diferentes, aquí en este tercer o cuarto mundo, debemos también convencernos que nuestra materia prima es parte, muchas veces, de un patrimonio cultural único, como una plaza pública o un
edificio histórico. La sociedad no percibe esta certeza y muchas veces nosotros mismos tampoco. Cuesta comprender que un catálogo de música hace a nuestro paisaje cultural como el Obelisco a
Buenos Aires o el Palacio Salvo a Montevideo.
Se tiende a asimilar la tarea de los sellos fonográficos a un ámbito
meramente comercial. En Uruguay, por ejemplo, la venta de fonogramas está gravada con el máximo impositivo, que llega hasta el
25 % del valor al público; paralelamente, la de libros y revistas de
cualquier tipo directamente no lleva impuestos.
Por encima de las razones que dieron origen a los catálogos fonográficos privados, muchos de ellos atesoran patrimonios exquisitos
de nuestras sociedades. Pretender que este asunto es meramente
un negocio y llevarlo al terreno exclusivamente comercial, es bastardizar una tarea que tiene mucho de inspiración artística, de energía espiritual, de años de fatigosos trabajos no remunerados para
que mucho de ese patrimonio musical llegue a las nuevas generaciones y no se pierda en la vorágine de las novedades compulsivas
que exige el mercado.
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Señores, esto no es romanticismo. Un catálogo que desaparece o
se congela es como un barrio entero que desaparece de nuestra ciudad. Sólo que a diferencia de los edificios, que la gente percibe que
se queman o se derrumban, parte del patrimonio sonoro de una sociedad puede desaparecer, o ser trasladado a otro país o "congelado" o descatalogado sin que la gente lo note. Pasó en mi país, Uruguay. En 1997, el más antiguo y extenso catálogo fonográfico original, elaborado a través de décadas, de la noche a la mañana pasó a
manos de una multinacional, que lo enterró (más por desidia y descuido que por voluntad), lo congeló, prolija y legalmente, con el
consecuente daño irreparable para la sociedad. Mientras los edificios pueden restaurarse y seguir funcionales a través de las décadas, los catálogos musicales son de una dinámica tal que, el discontinuarlos o desaparecerlos durante unos pocos años, puede equivaler a destruirlos, ya que les "pasa el momento", pierden la capaci-
dad de generar flujos y movimientos en el seno de la sociedad en
que nacieron. Y todo esto sin considerar el daño directo que provoca a artistas, autores y productores de esas obras.
Papel del Estado
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Parece bastante claro que el Estado no puede encargarse de editar
discos, más allá de producciones de corte documental. Puede apoyar, sugerir, promover, complementar, auspiciar, colaborar, promover el flujo de estas actividades. Pero no tiene la capacidad ni la independencia para moverse con soltura en una cancha tan rápida. El
desarrollo de un catálogo necesita velocidad para las decisiones,
pero también paciencia y continuidad en el tiempo, y los tiempos
políticos son demasiado breves e imprevisibles, por lo menos en
los países de nuestra región.
Pero sí debe ser obligación del Estado velar por estos patrimonios
sonoros que hacen a la felicidad pública, así como se vigilan los paseos públicos o las pinacotecas.
Debemos trabajar junto al Estado en la creación de legislaciones
adecuadas que, preservando los derechos privados, permitan que
un Estado sensible sea capaz de actuar para salvaguardar patrimonios artísticos singulares que hacen a la identidad de un pueblo. Volviendo al principio, las grabaciones con la voz de Gardel o las milongas de Zitarrosa no pueden quedar en manos de un mercado
manipulado por corporaciones.
En la vereda de enfrente, es claro también que las multinacionales
del disco no están creadas para promover y defender nuestra diversidad cultural. Más bien aprovecharán aquellos productos que puedan ser rentables para intentar masificarlos. La sinergia con las
multinacionales es bastante compleja, pero es claro que no es productivo desgastarse en discusiones sobre asuntos en los que hablamos distintos idiomas. Más bien habrá que caminar junto con ellas
en aquellas preocupaciones comunes (como la piratería, la comercialización de archivos, el cobro de derechos), participar hasta donde sea posible de los beneficios que la industria obtiene a través de
los organismos que agrupan a las compañías del disco (como las
Cámaras del Disco) e influir en la creación de marcos legales adecuados que contemplen nuestros objetivos, porque de otro modo
igual se impulsarán sin nuestra opinión.
En nuestra modesta opinión, nadie sustituye la labor de nuestros
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empeños, a veces quijotescos, por mantener vivos nuestros legados. Los que están llamados a construir y mantener y difundir buena parte de los patrimonios sonoros de nuestros países, son los catálogos privados, los pequeños sellos independientes, que sin duda son los que más arriesgan dentro de la industria. La enorme mayoría de los artistas ha grabado sus primeros discos en compañías
independientes. Somos la pista de pruebas, los laboratorios de las
grandes multinacionales.
Tendremos que ser lo suficientemente dinámicos y ágiles de cuerpo para adecuarnos a los cimbronazos que nos impone el mercado,
a las crisis de toda índole, al relacionamiento con cadenas de distribución que mañana pueden arrastrarnos en sus caídas.
Pero existen enormes posibilidades si aprovechamos la globalización para afirmarnos y potenciarnos sobre la base de nuestras singularidades, de nuestra diversidad. Y no solamente para capturar
los "nichos de mercado" posibles, sino para ayudar a asentar y construir la identidad de nuestros pueblos. Ése es, en definitiva, nuestro
"negocio" y nuestro karma, si estamos dispuestos a asumirlo.
Finalmente, y no por obvio, es útil y necesario insistir en desarrollar
redes de trabajo, distribución y representación entre sellos independientes regionales. Es imperativo para las compañías y para los artistas ampliar sus rangos de acción y divulgación. No es sencillo, pero tarde o temprano será imprescindible para sobrevivir en el marco
globalizador existente.
Para los fines de este encuentro, confirmar la defensa de la diversidad, de la libertad cultural, de aquellas expresiones más auténticas
y menos comprometidas a los sondeos y fluctuaciones de marketing, constituye una tarea prioritaria.
Y, para los sellos fonográficos independientes, como Ayuí/Tacuabé,
significa una forma de concebir la tarea de la producción fonográfica. Una manera posible, activa, real, no utópica, de afirmarnos en
nuestra identidad. Un desafío cotidiano. Una tarea casi ecológica.
Muchas gracias.
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ARIEL MINIMAL
Músico y productor discográfico.
Mi caso es el de un productor de un pequeño sello que se llama
Azione Artigianale que nace como respuesta a la negativa de la mayoría de los sellos a editar nuestros trabajos como músicos. Es diametralmente diferente en algún punto al de colegas que están aquí,
que trabajan hace mucho tiempo y tienen más de 400 discos editados. Toco en un grupo que se llama Pez, que hace diez años que
existe y hace seis años comenzamos a editar nuestros propios discos. Esto es como una cuestión quijotesca de llevar adelante, ni siquiera tuvimos esa situación cultural de representar un tiempo y un
lugar, sino que fue tratar de sacar nuestra propia música. Hemos tenido buenas críticas en la prensa, que nos han ayudado a que la
gente se interese por lo que hacemos.
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Siempre nos hemos apoyado en nuestros propios recursos, empezando con tiradas muy pequeñas que se van reponiendo a medida
que se venden, a medida que vamos creciendo se amplían las redes de distribución. Después de un tiempo, y gracias a los comentarios que se hacen sobre nuestros trabajos, otros artistas se acercan para ver si por medio nuestro, pueden grabar. Artistas que están en nuestra situación, que se animan para ir a otro y decirle: “Mirá, yo tengo esto, es bueno, podemos hacer algo”. Artistas que confían en sí mismos y que tienen un reconocimiento de gente que los
sigue. Somos músicos día a día, gente que elige esta tarea para llevarla a cabo a lo largo de toda una vida, cuando tiene 20 años y
cuando tiene 70, cuando tiene pelo y cuando ya no se lo tiene. Entonces estar atado a una estrategia de marketing o a los moldes que
la industria discográfica tradicional ofrece resulta extraño o simplemente no entramos en esos moldes. Esto va convirtiendo nuestro
sello en algo que no teníamos pensado en primera instancia pero
que vemos que funciona. A medida que pasa el tiempo no hay una
explosión de ventas, que es algo que lleva mucho tiempo, pero vemos que vamos creciendo, que sacamos un disco nuevo, que reeditamos el anterior, que podemos editar a otro artista. Nos parece
maravilloso el hecho de poder sacar las ideas y ayudar a sacar las
de los demás. Fue por lo que empezó el sello, para saciar esa compulsión de sacar material del grupo hacia fuera.
En cuanto a la identidad cultural que llevamos en nuestra música,
puedo decir que sentimos que es muy de Buenos Aires por más que
por momentos se roce con el tango o con el folklore. Considero como mi cultura al rock hecho en la Argentina durante muchos años,
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que es la música que escuché mientras crecía. No considero foráneo
el rock and roll. Hacemos una música que responde en primera instancia a egoístas necesidades de expresión, y como en su momento no fue fácil encontrar un sello que pudiera editarnos, eso determinó que nosotros fuéramos nuestro propio sello discográfico. Muchas gracias.
LITTO NEBBIA
Músico, Compositor & Productor. Sello DISCOS MELOPEA.
Grabé mi primer disco cuando tenía 15 años y ya tuve una discusión con la grabadora en ese momento. Las discusiones que tenía
por esa época son cómicas ahora, pero en aquel momento eran cosas de vida o muerte.
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Por ejemplo, cuando grabé a los 15 años yo tenía el pelo muy largo, y no se usaba en el ambiente. Entonces me pedían en la grabadora, que no fuera a las tardes por allí, porque la gente que estaba
trabajando se asustaba.
Después fuimos a otro sello más grande con el que también tuve
líos pero ya vendiendo discos.
Cuando me pasé a un sello más grande, multinacional, con el grupo que estaba, empezamos a vender muchos discos, pero claro,
cuando terminé con el grupo y quise sacar un disco solo, la primera objeción de un director artístico fue que no podía sacar el disco
con mi nombre y apellido, porque no era comercial.
Me pedía un nombre más "pegador". Le pregunté si quería que me
pusiera Batman o Pif Paf. Cosas relacionadas con la artística de los
años 50.
Pero estábamos en otra época y a uno no se le ocurría otra cosa que
escribir las canciones y llamarse por su nombre y apellido. Por eso
tuve lío para sacar el primer disco por todo ese tipo de cosas que
me hicieron en ese momento.
Muy duro discutir sobre lo que quería hacer, que no era nada más
ni menos, que grabar lo que se me antojaba, lo que escribía y componía.
Grabé muchísimos discos, pero todos ellos los grabé discutiendo o
convenciendo a alguien. Nunca grabé un disco porque alguien golpeó mi puerta y me dijo "estamos esperando que saques un disco
nuevo".
Con la voracidad que tenía de componer grababa un disco y a los
cinco meses tenía que estar grabando otro. Entonces me fui dando
cuenta que la única posibilidad que tenía era transformarme en una
especie de tipo independiente, más que nada porque el ARTE necesita independencia y libertad.
No puede ser que uno termine de componer y tenga que ir a con-
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versar con un tipo que generalmente no sabe de tu música, y encima comienza una charla donde de alguna manera se empieza a tasar lo que hacés….si el tema es largo, si es corto, si la tapa es en color o en blanco y negro, y todo eso.
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O se pone un especialista (un buen productor) para tener una chance de charla contigo, o estás hablando con la persona equivocada.
Me fui cansando, aunque lógicamente seguí grabando con este tipo de compañías, por cierto vendiendo muchísimos discos, que al
día de hoy con las reediciones son aproximadamente 3 millones de
discos.
Así es que se fue alimentando esta idea, que es un poco el sueño
que todo músico tiene: tener un estudio, grabar y hacer lo que uno
quiere sin tener que preguntar nada a nadie.
Por pura vocación a la música (soy coleccionista de discos y tengo
cerca de 20 mil álbumes en mi casa), yo quería dedicarle un tiempo
a producir músicos de distintos géneros, gente que me parecía injusto que faltaran en las disquerías.
Me preguntaba, ¿cómo no hay un disco de tal tipo y como no hay
de otro?
Empecé a armar un sello en la casa de mi madre, donde construí un
estudio muy sencillo y empecé a producir las primeras cosas. Me
puse a producir toda música del Río de la Plata, tango de rescate de
antes que yo naciera, pasando por el piazzolero y más avanzado,
también un poco de folclore.
Comencé a producir música de películas, música de fusión, Jazz Argentino y lo único que no produje fue Rock. Porque el Rock necesita otra dinámica comercial, que mi sello no puede tener y que además no me interesaba hacer.
Yo produzco otro tipo de cosas. A veces algunas tienen el don de
gustar y eso permite ganar un dinero que puede volcarse a otras
producciones en las que jamás recuperaremos el dinero. Produje
discos de tipos que es increíble que no grababan.
Cuando produje los últimos tres discos del Polaco Goyeneche, hacía 5 años que no tenía dónde sacar sus discos. Produje los únicos
discos del Cuchi Leguizamón, Virgilio Espósito y también seis discos del extraordinario violinista Antonio Agri.
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Produje los primeros discos de Adriana Varela, que en muy poco
tiempo se hicieron populares. También produciendo o tocando con
ellos, pude hacerme amigos -a pesar de la diferencia generacionalde excepcional gente, como Enrique Cadícamo o Héctor Stamponi.
Fui conformando un catálogo en nuestro sello Melopea, que cuenta con un poco más de 400 títulos, donde hay una gran diversidad
de géneros.
Lo que impera según mi absoluta subjetividad, visión y oído, es el
buen gusto.
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Es la única cosa que me ha preocupado en un país como el nuestro
donde hay tanta división para ver si es mejor Boca o River o Perón
que los radicales.
Yo quise hacer algo que sonara bien.
Muchas veces uno trata de producir cosas sin ser un experto en eso
de los mercados.
Sin embargo, se puede predecir cuando algo va a vender y de hecho también cuánto va uno a perder. Como digo a veces en broma,
nuestro sello Melopea parece un asilo, porque produje gente que
no hubiera grabado ni en su próxima reencarnación.
Pero de eso se trata el arte, de hacer la improvisación, de arriesgarse.
El mundo tiene que tener todo lo que tiene; yo no estoy subestimando otro sistema. Esto que nosotros hacemos es así y yo estoy contento porque todo lo que hice hasta ahora con las producciones fue
con un dinero personal. Algunos pueden creer que soy millonario,
al ver nuestro catálogo, pero no. He puesto plata de mi música en
esto y me fue bien espiritualmente, aunque tuve momentos durísimos, inclusive casi a punto de quebrar. Las deudas no han sido porque lo que produzco no se vende, sino por causa de los que nos han
estafado, como a tanta gente. Hemos tenido estafas de la cadena
Musimundo y de la cadena Tower. Atorrantes que andan por acá todos caminando por la calle. Ese es el tipo de problemas que hemos
tenido. Mucho más que porque no se vendan las producciones.
Ser independiente es fundamental porque el tipo que toca, que
compone, no le tiene que preguntar a nadie lo que hace. Tiene que
tener el empuje de hacerlo y tiene que salir adelante sin ayuda de
ningún lado porque sino sería como si alguien te viniera a regalar
una beca. A lo mejor nadie necesita que vos hagas lo que hacés, pero cuando lo hacés y emociona, entonces hay que tener polenta para salir adelante. No todo es oro lo que reluce, hay un montón de cosas de empresas millonarias que lo que hacen es una bazofia total.
No hay que pretender competir con ellos, hay que hacer una cosa
justa en el camino y pensar que cuando pasa el tiempo eso se va reconociendo. Háganlo que está bárbaro.
Tengan un sello independiente y van a ver que no sufren y todo el
camino será de gran satisfacción y creatividad. Muchas gracias.
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IVÁN R. COSENTINO
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Es difícil hablar si se tiene la misma historia, si se piensa de manera similar y sobre todo si se ha vivido siempre en el mismo país.
Quiero dejar bien en claro que suscribo todo lo que se dijo anteriormente, llevo muchos años en la industria del disco y en realidad no
pensaba hablar de la historia, pero pienso que es útil sobre todo para la gente que intenta hacer cosas.
Sello IRCO
Crecí muchas veces y me caí otras tantas. Pasamos por el rodrigazo, por los años muy duros de represión con conflictos por haber
publicado un disco que molestaba y que se llamaba "Canciones para hacer pensar a los chicos".
El hacer discos genera una pasión profunda que linda con la adicción, y no es por casualidad que todos los que hablamos en esta
mesa seamos músicos, desde Ayui hasta Bebeto, cada uno en un
área distinta, un "leit motiv" que nos hace luchar, y comprender que
el disco es la necesidad más importante que tiene el músico. Así como el libro es el medio más completo para llegar al lector, es decir
a la gente en general, el disco es el medio más idóneo para perdurar en las mentes y corazones de los oyentes, es decir de la gente.
Es el único portador del tiempo, una adquisición tecnológica que ha
podido detener el instante sonoro y facilitar su repetición ampliando su goce y disfrute. El único camino por el cual la gente nos reconoce, nos admira o permanece indiferente. También educa, y por
eso luchamos, para decirle a la gente, a los políticos de turno que el
disco no es solo entretenimiento sino que también está para enseñar, enriquecer los espíritus, hacer del hombre una mejor persona.
¿Cómo es posible que aquí en la Argentina sea considerado un objeto de lujo?, algo al que se le puede aplicar todos los impuestos habidos, considerándolo un producto cultural secundario, frívolo y
descartable. Esta postura, generalizada, ignora la importancia que
guarda en la sociedad la creación musical y la necesidad de promoverla y ponerla al alcance de todo el pueblo. Quizás los economistas y políticos de turno debieran repensar la postura mercantilista
que del disco tienen y elaborar planes que contribuyan a difundirlo
a un costo accesible.
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Como decía Litto Nebbia, me parece que la realidad cotidiana nos
tiene que enseñar que la producción a veces lucha contra la comercialización. Yo creo que es decisiva la contienda para llevar el producto de nuestro esfuerzo e imaginación a un mercado globalizado,
en el que sobrevivir ya es una tarea muy difícil. En la Argentina, a
raíz de la hecatombe financiero–economica que tuvimos que transitar recientemente, el mayorista más importante de venta de discos
(Musimundo) prácticamente quebró, y pusieron en práctica un sistema de ventas que es una falacia, la mentira de la consignación,
una acción que está destruyendo a toda la pequeña industria. Con
la consignación se salvan ellos, salvo que las empresas chicas se
unan y actúen. Esto es un desafío para ver cómo podemos vender
de otra manera, cómo llegar al público con otra estrategia, porque
si no llegamos al público no tiene razón de ser la producción discográfica. También tenemos dificultades con la promoción y difusión,
estamos tan globalizados que ahora nos cobran por todo. No es un
futuro maravilloso pero se puede pelear y creo que contamos con
algo que las grandes compañías no tienen, que es la imaginación y
el corazón. Yo les cuento que lo que hago es bastante audaz, porque
me interesa básicamente la música clásica. Dentro de nuestro mercado, este género es el submundo y no hay tradición editorial. Debo decir que las primeras grabaciones profesionales las realicé ya
hace cerca de medio siglo, y también trabajé en Europa, especialmente en Alemania. En la música clásica lo más trágico que perdimos son los oyentes. Nos quedan sólo los mayores, porque los jóvenes no saben ni les interesa qué es lo que se hace en este rubro.
Creo que el más importante de los desafíos es cómo nos acercamos
a esa muchachada. No lo veo tan simple y no tenemos tantos éxitos. La AFIP está encima nuestro, porque como dijo Litto Nebbia,
cree que somos millonarios, y en lugar de llenarnos de oro nos hemos llenado de deudas.
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Este es un relato muy breve de una experiencia de vida difícil pero
hermosa, que no hubiera sido posible tal como se dio si no hubiese tenido a una compañera que ha contribuido a concretarlo.
Quiero señalar por último, que cuando aquí no había un sólo disco
de música indígena o étnica, publicamos música toba, mataco, chorote, araucana, tehuelche, ona. Hicimos una colección de folclore
documental que todo el mundo recuerda. También rescatamos por
primera vez en nuestro país la música en la colonia (que se llamó
después el barroco latinoamericano), la obra completa para teclado
de Domenico Zípoli, y muchas de las partituras que se habían encontrado en viejas iglesias nosotros las hicimos realidad sonora.
Editamos la obra completa para piano de Alberto Ginastera, de Carlos Guastavino, de Julián Aguirre, la de Carlos López Buchardo y
Juan José Castro, ahora estamos rescatando todas las obras del siglo XIX, entre otras los candombes que vibraban en tiempo de Rosas y las canciones que se cantaban en la época de Mariquita Sánchez de Thompson. Concretamos un "Panorama de la Música Ar-
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gentina" que ya cuenta con veinte compactos con todos los compositores que van desde 1890 hasta nuestros días, con obras sinfónicas, solistas, de cámara, vocales, etc.
Ya casi al término del carretel nos interesa dejar esto, documentar
nuestro pasado y presente musical, una realidad insoslayable que
enriquecerá –sin duda alguna- la cultura de nuestro pueblo. Muchas gracias.
BEBETO ALVES
Secretario de Cultura de la Ciudad de Uruguayana, Brasil
(Oct. 2003 - Dic. 2004). Artista, músico y compositor.
Considero que lo primordial es la reflexión de la gente llamando a
impulsar las políticas de la cultura. Sólo puedo decir que esta mesa
demostró el significado de sí misma, en la emoción de ser artistas,
artistas de nuestro propio evento. Con las condiciones que existen
para crear, para seguir existiendo confortablemente en el período
que nos tocó para habitar este lugar llamado planeta tierra. Quiero
aclarar que estoy aquí sustituyendo a un artista brasileño llamado
Lobao, pero no estoy hablando por Lobao, sino por mi mismo, y
que no vine a Buenos Aires a hablar, sino que vine a escuchar. Porque a los músicos les encanta escuchar, es esencial para nosotros.
Es por eso que podemos aprender tantas lenguas, porque tenemos
la capacidad para escuchar y el arte más grande es saber escuchar.
De todas formas quisiera establecer una diferencia en mi participación porque además de artista, músico, compositor y últimamente
también intento ser productor discográfico, también participo de la
vida pública ya que estoy actuando como Secretario de Cultura de
mi pequeño pueblo Uruguayana, en la frontera con este país maravilloso que yo tomo como referencia para mi concepción de arte y
cultura. Voy a contarles un episodio que ocurrió en mi ciudad hace
algunos años. Cuando tenía 14 años en la ciudad de Uruguayana
pude ver y oír a Los Gatos en el pequeño auditorio del Radio Charrua. Y hoy estoy honrado de estar aquí ante Litto Nebbia.
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También otras ciudades me inspiraron a participar de la cultura de
mi ciudad. Quería decirles que los músicos de Río Grande do Sul
fueron protagonistas de las políticas públicas para la cultura en los
últimos treinta años, tanto en los gobiernos estaduales como municipales que nos convocan. Somos voluntarios y participamos activamente de esto que se ha establecido como política de vanguardia en
Brasil. Va a ser difícil hablar de todo lo que estoy pensando, porque
tengo mucha información, por la emoción de estar en esta mesa con
personas tan importantes, y por las innumerables formas de entender este proceso. Va a ser muy difícil separar al administrador, gestor cultural, del artista, del ciudadano, pero voy a hacer el esfuerzo.
A fines de los 70 en medio de la violenta presión que sufrimos en
América Latina, la de las dictaduras o también de las izquierdas militantes, se generó una generación que creció en medio de todo esto, de una derecha que a través del poder de policía golpeaba en la
calle y una izquierda que nos sacaba posiciones y nos confundía de
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alguna manera. Esa generación estaba en un proceso de elaboración de políticas humanas que reflejaban políticas de inclusión que
abrazaran y tendieran a las minorías raciales, sexuales, religiosas,
que con el tiempo se constituyeron en políticas absorbidas por los
partidos y que hoy son parte del imaginario brasileño. Con esto se
elaboró la política pública y es ahí donde nosotros actuamos mucho. Porque nosotros estábamos reflexionando sobre el quehacer
cultural como forma institucional de hacer cultura. De ahí que hoy
en Brasil existan tantos músicos que trabajen en el área de cultura
como funcionarios públicos, comenzando por el Ministro de Cultura que es Gilberto Gil.
Yo quería decir que el país, que es muy grande, tiene realidades diversas y que sufre el mismo tipo de presiones que otros países. Voy
a intentar mostrarles un panorama de la industria del disco hoy día
en Brasil, y sobre las tendencias que apuntan a alguna salida. Algunas existen aquí en la Argentina desde hace mucho tiempo como la
aparición de sellos pequeños, que hoy ha constituido una tendencia en este mercado en Brasil. Tuvimos una crisis enorme en el mercado discográfico de las grandes compañías debido al aumento de
la piratería. De todos modos estos sellos no pierden nada porque
ellos lo que prevén al final es la extensión del soporte del disco al
CD a expensas del mercado editorial. Las grabadoras están desarrollándose y en todo lo que está relacionado con el mercado editorial,
en nuevas tecnologías, nuevos vehículos por ejemplo Internet.
Ellos saben que el futuro está en eso.
Por otra parte existe la tendencia a establecer un mercado monopólico porque las grabadoras se están devorando unas a otras, y finalmente vamos a llegar a tener un solo dueño de los medios de comunicación y de las grandes industrias del entretenimiento, que es
la gran industria del futuro. Tengo la certeza que va a ser así. De esta manera creo que la alternativa que tenemos es constituirnos como románticos empresarios, como artistas capaces de administrar
nuestro propio negocio, y es una tendencia que también comprende a una gran parte del mercado hoy en Brasil. La industria del mercado independiente ya da cuenta del 50 % del mercado. Hay una
asociación de sellos independientes que intenta organizar este mercado alrededor de un avance de alcance para mostrar los productos
brasileños. No sé qué es lo que va a suceder, pero espero que consigamos sobrevivir con estos productos fetiches. El disco es un fetiche, un objeto raro, es como poseer un objeto con un contenido
diferenciado de lo que se comienza a ver.
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de Cultura
162
Respecto a la crisis de mercado, tengo información que traigo de
Brasil. Lobao que tendría que estar hablando, fue la persona que
realizó una lucha enorme para que los discos estuviesen numerados, y por ello las grandes grabadoras hoy en Brasil tienen que numerar los discos que lanzan a la venta. Entonces un artista dice que
va a vender 5 mil discos y entonces eso está escrito en la parte de
atrás del disco. No sé si esto es eficaz o no, pero para un independiente esto es una pesadilla porque le generó mucha más burocracia, más necesidad de certificaciones, de licencias, de permisos. Hacer un disco en Brasil hoy es pura burocracia. Otra gran lucha que
se está dando hoy es la criminalización del cava, que es lo que pagan las grabadoras para grabar a un cierto artista o para pasar cierta música en la radio. La idea es que se establezca con claridad que
se está grabando material pago, es decir, que alguien está pagando
una cierta cantidad de dinero para que ese artista promocione en
equis lugar. En este sentido, en Brasil hay una perspectiva favorable, con la evolución de un proceso de cambios, con políticas orientadas hacia áreas específicas para poder comprender mejor nuestra
sociedad. Esto se traduce en una revolución de seres humanos que
buscan el bienestar y el confort de estar en el mismo planeta y aceptarnos todos como somos. Muchas gracias.
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Septiembre 2004
6. INDUSTRIA
DISCOGRAFICA
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Buenos Aires
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7. Industria editorial
CARLOS BORRO (moderador)
Director General del Libro, Secretaría de Cultura del GCBA
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Septiembre 2004
7. INDUSTRIA
EDITORIAL
Seré breve. Primero mostraré una encuesta que hicimos entre la Dirección General del Libro y la Fundación Diagonal Sur. Ahí aparecen
datos importantes sobre los mapas de lectura, cantidad de lectores,
de consumidores y uso de la imagen.
Cuando consideramos qué es lo que hace el porteño en su tiempo
libre observamos cómo la T.V ocupa el primer lugar dentro de las
preferencias de los porteños con un 59% relegando a la lectura de
libros al sexto lugar con un 34,30%. Si bien la lectura de diarios se
posiciona mejor en el orden de preferencias (37,80%) es preocupante que nuestra ciudad continúe con una tendencia vigente en las últimas décadas y que se disemina a nivel mundial.
En el caso de la lectura de libros, pudimos identificar tres tipos: los
lectores frecuentes (aquellos que decíamos representaban un
34,30%), lectores esporádicos con un 13% (o sea los encuestados
que contestaron leer libros "al menos de vez en cuando") y los no
lectores con un alarmante 53%.
Sin desmedro de lo dicho, indagamos a los lectores de libros respecto de cuál era el género por el que optaban. Al respecto, vemos
que los Cuentos y Relatos Cortos, los libros de Historia, los destinados a profesionales y las novelas históricas son los que ocupan los
primeros lugares.
Ahora bien ¿cómo llegan los lectores a los libros? Según nuestros
datos un 71% dijo que los compran en librerías, un 59% dijo que los
conseguían gracias a préstamos de amigos y familiares y un 32%
como consecuencia de regalos (recordemos que uno puede acceder por más de una vía a los libros y por lo tanto algunos encuestados mencionaron más de una opción). El uso de las bibliotecas, ya
sean públicas o privadas cae muy por debajo de estos porcentajes.
Existe un pletórico mosaico de datos que pueden ilustrar aún más
en detalle los aspectos fundamentales del consumo cultural. Sin
embargo, y para no hacer de esta exposición algo tedioso, podemos
resumir el problema del consumo cultural en la tensión entre un
consumo de características massmediáticas y otro más ligado al
consumo cultural "clásico".
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Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
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CULTURAL
7. INDUSTRIA
EDITORIAL
Como diría W. Benjamín, el siglo XX es el siglo del cine. Nosotros
podemos decir que el siglo XXI es el mundo de la imagen y tenemos que compaginar entre el mundo de la imagen y el mundo de
la lectura: una tarea ardua y difícil que tiene que estar a cargo de los
gobiernos, a través de políticas públicas, y que tiene que estar a cargo de la organización civil para lograr esta simbiosis de imagen y
lectura.
Continuaré con un tema que para mí quedó claro en este encuentro. Hay derechos otorgados y hay que ver cómo se adquieren. Un
derecho otorgado es el derecho a la lectura, al saber, a la educación.
El conflicto está en cómo esos derechos se garantizan en esta segunda modernidad. Yo creo que es un problema que tienen que
abordar tanto los gobiernos como la sociedad civil, los editores y
los lectores, las ONG. Entre todos es importante asegurar un concepto de libertad en la lectura. De esta forma, construir un catálogo
es reafirmar y ejercer lo contenido en la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 que otorga a todo individuo el derecho a la libertad de opinión y de información. Cuando perdemos
editoriales nacionales, no estamos perdiendo sólo un valor de imprenta, o sea, un valor de reproducción industrial, también estamos
perdiendo la posibilidad de construir un catálogo, que es algo tan
profundo como construir un ideario. Allí es donde a veces se quiere conciliar entre la libertad de expresión, de autores, de los ciudadanos de elegir su lectura, y la concentración del mundo editorial
que, como diría Heidegger en La metafísica de la ciencia, ya son sujetos anónimos, ya no sabemos a veces quien elige nuestros catálogos. Yo creo que ahí no hay conciliación, sino un grave conflicto
entre la libertad del intelectual, la libertad del editor, y el capital concentrado que más de una vez cercena derechos. Eso es lo que a mi
más me preocupa como funcionario público.
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de Cultura
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Sí estoy seguro que cuando escucho que hay muchos pensamientos también sé que el pensamiento no es acción, el discurso sí lo es.
Entonces, aquí hay que construir en cada estado nacional, en cada
sociedad, en cada ciudad, leyes de protección al autor, leyes de protección a las editoriales nacionales. Porque son los únicos que van
a garantizar el fluido de culturas nacionales sumándose paulatinamente en ámbitos mayores como el MERCOSUR. Podemos discutir
mucho en la OMC si el libro es o no un objeto comercial. Podemos
decir que no, como diría la UNESCO. Primero, hay que construir leyes en el mundo urbano. La Constitución de la Ciudad de Buenos
Aires, en su capítulo VI, autoriza a los ciudadanos de esta ciudad a
participar activamente en la discusión de políticas públicas en torno a la cultura.
La construcción de una ley no es sólo un consenso, es un conflicto
(en tanto se deriva de éste o lo provoca). Vamos a tener que construir leyes que protejan al intelectual nacional, que protejan la construcción de un catálogo nacional y a las editoriales. Yo no sé como
hacerlo, mejor dicho: lo sé pero no es desde mi rol discutir cómo
creería que se tiene que hacer. Sólo quiero dejar planteado ese conflicto, lo que no parece ser una cuestión menor. Podemos discutir la
libre circulación de ideas, pero primero tenemos que construir el
derecho ciudadano de elegir esas ideas, de convertirlas en un material cultural como el libro.
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7. INDUSTRIA
EDITORIAL
Luego, y lejos de considerarlo una nimiedad, debemos discutir esta preocupación tan grande que es la caída de lectura, que está relacionada (entre otros) con los niveles de pobreza. El Estado, en esta materia, es el factor a tener en cuenta, desde el modelo educativo hasta el reparto equitativo del ingreso.
Para finalizar, unas palabras de Pierre Bourdieu al respecto, que al
hablar de capital cultural y de hábitos dice "...el hábito en los sectores populares empobrecidos, está ligado a las necesidades primarias, no está ligado a la lectura. Convertir la lectura en necesidad es
una trama que va a tener que tener la sociedad civil con sus editores, con la escuela primaria, tenemos que volver a crear lectores y
los lectores se crean en las tramas de la escuela primaria para luego tener ciudadanos que elijan y que lean."
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
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EDITORIAL
JUAN DIEGO MEJÍAS MEJÍAS
Secretario de Cultura de la Ciudad de Medellín. Matemático
y escritor. Premio nacional de la Novela en Colombia en
1996. Sus libros publicados son "Rumor de muerte", "Cuentos ediciones copies", "Sobreviviente".
Buenos días, quiero hacer una advertencia antes de comenzar. No
quiero hablar como funcionario de Medellín porque realmente me
interesa más participar en esta mesa como autor. Por unos minutos
hablaré de la situación del libro en Colombia y quiero disculparme
por hacerlo desde mi ventana. Un viejo truco que consiste en hablar
de lo que conozco y de ahí salir en expedición a explorar otros campos del conocimiento. Vamos al año 1982, a la mañana en que nos
enteramos que Gabriel García Márquez había ganado el premio Nobel. Cuando supe de la noticia fui a visitar a Juan Luis Mejía, a quien
todavía no le pasaba por la cabeza que sería el Ministro de Cultura
de Colombia. Estaba en su oficina de la biblioteca pública piloto,
donde otros escritores soñaban, pegados de la radio, oyendo los
ecos de la celebración. La emoción nos llevó a hablar de un libro de
cuentos que desde hacia varios meses estaba en los talleres de la
editorial "Léalo", esperando que el fondo editorial del seguro social
girara el dinero necesario para que por fin saliera a la luz. Era mi primer libro de cuentos.
Ese día el locutor hablaba de todos los libros de Gabo, de su familia, de sus primeros años en el territorio de Macondo, etc. Juan Luis
después de un rato de silencio me preguntó: "¿Cuánto te falta para
el libro?". Cuarenta, le respondí. Entonces como si fuera mi papá me
dijo "vámonos para el banco". Así salió mi primer libro con el título
"Rumor de muerte" que leyeron algunos amigos, mi mamá, y Manuel Mejía Vallejo. Manuel fue el provocador de mi obsesión por escribir pues una vez en su taller de escritura, después de leer uno de
esos cuentos me dijo: "Maestrico, maestrico, vos sos un escritor". Yo
me fui emocionado, y esa noche comenté en la comida lo que había
dicho Mejia Vallejo sobre mí. Mi papá sonrió con un gesto extraño
que estoy seguro que era de alegría. Poco después lo entendí, cuando lo trajeron en un ataúd sellado desde Venezuela donde había
muerto convencido de ser el padre de un verdadero escritor.
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de Cultura
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Lo que vino después fue la lucha por mantener una producción literaria que fuera lo suficientemente atractiva para que una editorial
comercial se interesara en ella. Y lo bastante sólida como para que
no me pidieran que la adaptara a las tendencias del mercado editorial. Tal vez, si en lugar de esta corta exposición pudiera proyectar
en este mismo auditorio una película que contara una historia de un
escritor joven que sueña con ver sus libros circulando con éxito en
las librerías, el guión debería incluir una escena en que alguien le
cuenta como era la industria editorial en Colombia a finales del siglo XIX y principios de XX. Retrocedamos a esa Colombia apacible
que vive sus últimas guerras caudillistas que involucraron la sangre
de la población analfabeta. Allá aparecen tres empresas de carácter
familiar que dieron origen a la industria editorial, se trata de Carbajal en Cali, Voluntad en Bogotá y una última en Medellín. También se
registran otros esfuerzos editoriales caracterizados por la presencia
de personalidades del mundo de las letras que ejercen el cargo de
director como fue el caso de Germán Arsiniegas y el poeta Jorge G.
Durán que publicaron en su momento a escritores de mucho prestigio. Sin embargo, no es posible imaginar que un escritor nuevo y
desconocido pudiera ser publicado por una editorial de estas. En
cierta forma, el esfuerzo sólo alcanzaba para los más grandes. El camino para los inéditos era pagar la publicación de su propio bolsillo y esperar que la prensa de Bogotá sacara algún comentario, estrategia que todavía sigue vigente y para muchos aun es la única esperanza de ver editada su obra. La industria editorial en Colombia
evolucionó y amplió su panorama con la aparición de nuevas editoriales en la década de los ´60. Esto coincidió con el crecimiento de
la población universitaria y la efervescencia del nuevo pensamiento de las ciencias sociales.
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7. INDUSTRIA
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La película que quisiera traerles debería mostrar las calles de Bogotá, en los alrededores de la Universidad Nacional para darnos cuenta de los grafittis que expresaban las rebeldías de ese tiempo. De
allí salieron los focos guerrilleros y sus nuevos caudillos entre los
que brilló Camilo Torres, el cura que se sumó al Ejército de Liberación Nacional y muy rápido encontró la muerte. Los ´70 vieron nacer editoriales como la "Oveja negra" y "Tercer mundo" que llegarían a ser la esperanza para los nuevos escritores y para miles de
lectores que disfrutarían de la política de publicaciones de calidad y
a bajos precios. En los ´80 llegaron editoriales españolas en busca
de mayores márgenes de utilidad en vista de que su moneda había
dejado de ser competitiva. Y en los ´90 se establecieron otras editoriales extranjeras, esta vez norteamericanas, que se especializaron
en libros técnicos y científicos. De esta forma, Colombia llegó a ocupar el cuarto lugar en la producción editorial después de Brasil, México y Argentina.
Como ven, ese escritor nuevo que celebraba el Nobel de Gabo y la
aparición de su primer libro hace 22 años, tuvo un panorama más
favorable que el de su animador, el recordado Manuel Mejía Vallejo. Hoy podríamos decir que Colombia es un país con condiciones
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EDITORIAL
propicias para el libro. En 1958 se promulgó la llamada Ley del Libro, y en 1993 la novena ley que entre sus objetivos propone: "Lograr la plena democratización del libro y su uso más amplio como
medio principal e insustituible para la difusión de la cultura, la
transmisión del conocimiento, el fomento de la investigación social
y científica, la conservación del patrimonio de la nación y el mejoramiento de la calidad de vida de todos los colombianos".
Podría decirse que Colombia, por lo menos en la teoría, entendió la
importancia del libro. Pero además del desarrollo de la industria editorial, Colombia puede demostrar una producción editorial muy importante. Después de escritores como García Márquez, Mejía Vallejo, Germán Espinoza han surgido obras como la de Fernando Vallejo, Laura Restrepo, Tomás González, Santiago Gamboa y otros que
seguramente se ganarán un lugar en la literatura de América Latina.
Estos escritores fueron editados por editoriales establecidas en Colombia y no tuvieron que tocar puertas en otros países para regresar precedidos de un conocimiento en el exterior. Tal vez esto hay
que abonárselo en gran parte a la industria editorial colombiana. El
otro lado de la moneda es la actual disminución en las ventas y la
pobre relación del número de libros leídos por habitante. Quizás el
guión aquí, anunciaría música dramática y un rudo viraje en la temperatura del color de la imagen para hablar de la dura crisis de finales de los años ´90 que hizo temer lo peor en la vida de los colombianos. El recrudecimiento del conflicto parecía justificar todas las
medidas oficiales de aumento en la tributación y la deserción de los
empresarios que buscaron mejores oportunidades en otras partes
del mundo. El resultado fue una pérdida considerable en la capacidad adquisitiva de los ciudadanos y una disminución en la venta de
libros. Sería conveniente volver a alegrar la película con un recorrido por los planes de lectura que se adelantan en el país y que seguramente mostrarán un repunte en la industria. Muchas gracias.
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ANNA DANIELI
Directora de Ediciones Trilce, Montevideo. Miembro fundador de Editores Independientes (México, Chile, País VascoEspaña, Uruguay). Delegada de la Cámara Uruguaya del Libro ante la Coalición para la Diversidad Cultural de Uruguay.
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7. INDUSTRIA
EDITORIAL
La alianza "Editores Independientes" como una estrategia por la diversidad cultural
La producción cultural e intelectual vive hoy momentos difíciles. La
globalización y los procesos de concentración de las empresas han
alcanzado también al mundo del libro. Estos últimos años hemos
tenido noticia de la compra de sellos independientes por gigantes
conglomerados de las comunicaciones que rigen sus operaciones
estrictamente por índices de rentabilidad ignorando los fundamentos culturales en que se ha nutrido la edición tradicional. Estos nuevos criterios dentro de la edición han dado lugar a una "tiranía del
mercado", que prescinde de todo lo que no produzca importantes
beneficios rápidamente, lo que lleva a empobrecer los catálogos
editoriales construidos con gran esfuerzo a lo largo de años. Esos
criterios, que priorizan la rentabilidad en lugar de los valores culturales, atentan contra la diversidad al impedir que mucha creación y
elaboración intelectual llegue a ser editada.
Esta política ha colaborado fuertemente en la destrucción de las industrias nacionales del libro, a través de la compra de sellos editoriales y del remplazo de la producción propia por la importación o
reproducción, o bien el debilitamiento de las editoriales independientes al ser despojados -a través de abultados y a veces injustificados adelantos- de los autores de mayor venta. Se agrega a esto
que en numerosos países hispanoamericanos, la indiferencia, la falta de información y la falta de conciencia de los gobiernos, creadores y gestores involucrados en la cadena del libro han dejado galopar el liberalismo a ultranza, sin resguardar y fortalecer el quehacer
cultural propio.
Estas mutaciones en el mundo editorial generaron un proceso de intercambio de ideas y propuestas en el año 1994 entre las editoriales
Era de México y Txalaparta del País Vasco-España, que se plasmó en
1998 junto a Lom de Chile y Trilce de Uruguay en la decisión de comenzar una labor conjunta. Comprendimos entonces que la unión
de varias editoriales de diferentes áreas del castellano nos permitiría crecer a partir del respeto a la diferencia y no de la competencia.
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CULTURAL
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EDITORIAL
Así desde entonces estamos recorriendo este camino sin apresuramientos, con pasos firmes, con flexibilidad y respeto mutuo.
Desde 1998 llevamos coeditados 60 títulos distintos en 120 ediciones entrecruzadas. Esto es de gran relevancia, no por el impacto
económico, sino porque logramos que nuestros autores sean editados fuera de fronteras. Podemos decir que lo hacemos aun mejor
que las trasnacionales ya que estas, una vez instaladas en nuestros
países, editan autores nacionales pero sólo mandan ejemplares a
aquellas filiales que se los piden -como cualquier importador- sin
promocionarlos debidamente. (Se entiende que no me refiero a autores de grandes ventas sino a esos grandes autores de ventas lentas.) Además enriquecemos nuestro catálogo mutuamente con autores de calidad.
Además de lo anterior esta alianza significa la suma de esfuerzos en
diversas áreas:
* la compra de derechos de autor en común mejorando la oferta y
el área geográfica;
* el uso en común de traducciones y diseños;
* la participación en stands comunes en ferias y salones;
* pasantías de personal entre nuestras editoriales;
* el compartir redes de distribución;
* la representación mutua y la promoción de los libros de las editoriales del grupo;
* el intercambio de información y experiencias que permiten mejorar la labor de cada una de nuestras editoriales;
* la acción en defensa de la edición independiente y de la librería
tradicional, por la promoción de la lectura y por el precio fijo al libro. Y particularmente por la diversidad cultural.
Editores Independientes privilegia el carácter cultural y de vehículo
de conocimiento del libro por encima de su carácter de mercancía;
publica libros que expresan la diversidad de identidades y de culturas, que aportan a la reflexión necesaria para construir sociedades
más justas y participativas.
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de Cultura
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El mayor logro para nosotros es la elaboración entre todos de una
manera de encarar la edición y un discurso común en los actuales
debates sobre la bibliodiversidad y la diversidad cultural: el papel de
la edición independiente en la globalización, los acuerdos del libre
comercio sobre los bienes culturales, la cuestión vital de los dere-
chos de autor y la propiedad intelectual, las relaciones solidarias con
editores y creadores.
Pensar desde esa amplitud y en esa ética es volver a los cimientos
del quehacer creativo y cultural, al sentido básico del trabajo con el
libro, de la labor editorial; es volver a darle sentido liberador a la palabra escrita, sustento de la invención y la herencia de la humanidad, es revalorar lo que nos anima a seguir luchando en pos de un
mundo mejor, donde la vida del ser humano y la palabra, que está
ligada a su origen, recuperen sentido y valor.
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7. INDUSTRIA
EDITORIAL
No pensamos que nuestra experiencia sea necesariamente una estrategia a multiplicar. En nuestro caso resulta bien y nos ha potenciado. También hay otras propuestas -como la llevada adelante por
editores del área inglesa, liderados por Zed Books de Londres y
otros de habla francesa en el marco de la Alliance des éditeurs indépendants- que, bajo relaciones de solidaridad mutua realizan ediciones en varios países.
Es sí nuestro convencimiento de que debemos hacer conocer los
peligros en que se encuentra la edición independiente en tanto riesgo para la diversidad cultural y contribuir a revertir esa situación.
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CULTURAL
DANIEL DIVINSKY
7. INDUSTRIA
EDITORIAL
Sólo una sobredosis de generosidad podría calificar de ponencia al
desordenado collage de ideas ajenas y propias que pienso exponer
ahora. Un editor -se sabe-, es un exhibicionista que lee algo que le
gusta mucho y quiere que otros también lo lean y por eso lo publica. Por lo menos un editor en la manera en que se ha entendido
hasta ahora por los editores independientes. Hace tres años exactamente, tal vez a esta misma hora, pasaban dos hechos importantes
de desigual repercusión. Ante un público que incluía a algunos de
los aquí presentes, que podrían ser mis testigos, estaba hablando
sobre este tema en el Encuentro Internacional de la Coalición por la
Diversidad Cultural organizado por la División Canadiense de la
Coalición en Montréal. A esa misma hora volaban las torres gemelas en Nueva York.
Abogado. Director de Ediciones de La Flor.
Los hechos tuvieron desigual repercusión, pero el concepto de Diversidad Cultural que en aquel momento, -cuando me invitaron yo
era vicepresidente de la Cámara Argentina del Libro-, tuve que explicar de qué se trataba, se maneja ahora con mucha mayor información de la que había hace tres años. Y esto no sólo por la eficaz
acción de las muchas coaliciones por la diversidad cultural formadas desde entonces.
En el caso de la Argentina, en diciembre del 2001 estallaba una de
otras dos torres falsamente gemelas: el peso y el dólar. Ese estallido provoca que los grandes medios gráficos argentinos, los diarios
Clarín y La Nación, que tenían enormes deudas en dólares y corrían
el riesgo de que se apropiaran de ellos poderosos grupos internacionales que querían cobrar sus deudas, comenzaran a batir el parche sobre el tema de la identidad cultural y de la Diversidad Cultural. Entonces instalaron en la sociedad, por causas dudosamente legítimas o en legítima defensa, un tema que legítimamente debía estar instalado desde antes. O sea que algo que hace tres años debía
explicar a mis colegas, ya ahora se convirtió en un valor entendido,
si bien de diversa aplicación. Y ahora sí, vamos a las citas.
En el caso de las industrias editoriales no se trata de empresas sin
fines de lucro, o de beneficencia, y que por eso deban ser defendidas por el Estado a través de políticas específicas.
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Como dijo alguna vez Jorge Herralde, el dueño de la Editorial Anagrama, "el editor descubre en el lector necesidades que éste no sabía que tenía". Este concepto supone una especie de antimarketing,
porque quiere decir que se produce un libro sin que previamente
haya una demanda que lo requiera y que vaya a absorberlo. Entonces todo depende del olfato del editor, no de una investigación de
mercado, como es el criterio que se aplica en las grandes editoriales. Y así como el libro de un editor, como bien dijo Herralde, es su
catálogo, las citas son parte de la tarea editorial.
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7. INDUSTRIA
EDITORIAL
Juan José Millás, un escritor español brillante, escribió en el diario
"El País" de Madrid del 6 de junio del 2000, un texto que voy a citar
brevemente: "... es preciso estar muy embotado por la cantidad y el
corto plazo para no advertir que hay libros necesarios de los que sin
embargo sólo se venden 700 u 800 ejemplares, -mi socia acotó al
leerlo ‘y 100 o 150 también’ -(N. de D.D.), aunque no son negocio
para nadie, el mundo sería peor sin ellos. Hay editores raros que sabedores del daño que la desaparición de estos libros produciría en
el pensamiento universal, corren el riesgo y el placer de publicarlos.
Hay distribuidores heroicos que los llevan a las tiendas en cuyas estanterías ocuparán un lugar clandestino y eso sería con suerte, no
es raro que sean devueltos a las editoriales sin haberlos sacados de
sus cajas. Hay libreros conscientes de que esos títulos que apenas
reportan beneficio económico, son los neurotransmisores del sistema, los encargados de llevar los mensajes esenciales a los libros de
gran tirada que constituyen el núcleo del negocio. Hay lectores intrépidos que no dudan en enfrentarse a estos volúmenes en cuyo
interior de nada sirven los recursos estéticos y morales convencionales y cuyo contenido propagan luego en cátedras, tertulias, artículos o reuniones familiares. Hay escritores que viven modestamente de abrir estas puertas ideológicas o formales que con el
tiempo aun sin saberlo, atravesamos todos."
Este texto lo leí en apoyo a algo que Anna Danieli dijo al pasar, que
tal vez convenga desarrollar: el precio fijo del libro o precio uniforme, que aquí se estableció en la Ley de Defensa de la Actividad Librera. Implica algo que en términos del neoliberalismo parece una
contradicción insalvable. ¿Cómo no van a tener los libros el máximo descuento que se le pueda hacer al cliente? ¿No es lógico que
sean lo más baratos posible y que la mayor cantidad de gente los
pueda comprar al menor precio?
No, no es lógico porque si fuera así, las grandes superficies, las cadenas de librerías o los supermercados que compran libros en
grandes cantidades aprovecharían sus mayores descuentos para
vender más baratos los libros que todo el mundo quiere, y entonces el librero mediano o pequeño se dedicaría a vender solamente
los libros que tienen una demanda mucho menor. Si los best sellers
se venden con enormes descuentos en las cadenas o en los super-
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mercados, ¿qué le queda al librero? Vender los libros que se venden
poco, y con eso no subsiste ningún negocio. Eso es lo que Danieli
citó como precio fijo del libro, que generalmente consiste en defender estos ámbitos de los que difunden los libros que no todo el
mundo requiere pero que son, no obstante eso, imprescindibles.
Sobre esto habló Alain Salm, un periodista francés, a propósito de
la excepción cultural planteada en Francia. La excepción cultural
permite a ciertos libros más frágiles encontrar su lugar en la librería y un público. Así en Francia, numerosos pequeños editores ocupan buenos lugares en la lista de las ventas y cita varios casos, entre los cuales aparece una de las penúltimas editoriales independientes francesas Editions du Seuil, cuyo control acaba de ser asumido hace poco por otro grupo editorial mayor. Álvaro Garzón, que
fue uno de los directores de la Sección del Libro de las Industrias
Culturales de la UNESCO y uno de los fundadores del Centro Regional para la Difusión del libro en América Latina y el Caribe dijo: "porque podría pensarse que lo que uno pretende es que el Estado salga a editar o que se ponga en apoyo irrestricto de la actividad editorial y no es exactamente eso lo que se pretende. Aunque los libros
sean el producto de una iniciativa privada industrial y comercial, el
segundo aspecto, el de los contenidos hace que los gobiernos a la
luz de sus estrategias educativas y culturales, piensen que lo relativo a la producción y distribución del libro, les incumbe de manera
directa."
La enorme importancia del libro como herramienta insustituible de
alfabetización, como instrumento de la educación en general, justifica este interés. Algunas veces, animado sin duda, de las mejores
intenciones, el Estado se vuelve editor, produce y distribuye libros
didácticos o afines gratuitamente o a bajo precio. El sector privado
del libro preferiría que en vez de convertirse en editor, el Estado tomara una serie de medidas tendientes a facilitar el desarrollo de la
actividad editorial privada. Los profesionales del libro encuentran
una especial dificultad para navegar entre leyes y disposiciones administrativas concebidas para regular la producción y el comercio
de otras mercancías diferentes del libro, reglamentos que aplicados
a su caso, producen con frecuencia distorsiones debido a la especificidad del producto libro.
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¿Qué es lo que puede hacer el Estado nacional, los Estados provinciales o los municipios en relación con esto? Facilitar la adquisición
de libros para las bibliotecas. Existe en Argentina una institución
realmente pionera, la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas
Populares, que tiene bajo su manto una cantidad de bibliotecas que
no son para nada estatales, son efectivamente bibliotecas de clu-
bes, de instituciones, para las cuales esta Comisión, compra libros
en cantidades nada despreciables. Normalmente la compra es de
unos mil novecientos ejemplares por título. Al igual que los criterios
de selección de la Dirección que ocupa el Sr. Borro, de las bibliotecas de la Ciudad de Buenos Aires, están inspirados en la compra,
precisamente, de esos libros de menor difusión (por lo menos teórica), para promover su lectura. Su pedido como préstamo a las bibliotecas es una de las acciones eficaces que puede acudir al salvataje de la industria editorial nacional.
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7. INDUSTRIA
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Y termino con un textito muy breve que respondía a una pregunta
muy tonta de una manera igualmente obvia. Me consultaron de un
diario, que finalmente terminó publicando muy mutilada la columna que escribí para responder, ¿para qué hace falta una industria
editorial argentina?
Y lo que escribí, y finalmente no apareció, decía algo así como:
"Chamico, que era el seudónimo criollo con que firmaba sus humoradas el poeta argentino Conrado Nalé Roxlo, contó el caso de un
examen en el que el alumno interrogado acerca de las tres causas
de la Revolución Francesa contestó: de las tres causas de la Revolución Francesa enumeraré noventa y nueve. Provocando el colapso
y posterior fallecimiento del profesor que lo examinaba." Tengamos
en cuenta que es un cuento. Sin incurrir en tal desmesura, hay muchas razones que justifican la existencia de una industria editorial
nacional autónoma. Así como el autoabastecimiento de combustibles permite tomar decisiones independientes en muchos campos,
la producción local de títulos permite atender a las necesidades y
deseos específicos de variopintos sectores de la población, difíciles
de estimar cuando la decisión editorial se toma en el extranjero.
Si bien hay infinidad de autores cuya producción interesa más allá
de la geografía del país en el que escriben o donde se los edita, hay
muchos otros de interés local que apuntan a problemáticas específicas de un ámbito nacional determinado que no podrían aspirar a ser
editados fuera de éste. Hay libros cuyos contenidos ideológicos no
serían aceptables en centros de decisión editorial extranjeros. Experimentos de vanguardia, que nunca serían publicados por esos centros, que legítimamente prestarían atención sólo a su rentabilidad.
Sólo editoriales argentinas pueden tener la velocidad de decisión
necesaria para la publicación de libros que se ocupan de temas urgentes o que investigan situaciones que se diluirían con la demora.
En los casos de traducciones literarias, la decisión sobre qué castellano utilizar, es uno de los aspectos de la soberanía en materia lingüística. En materia educativa es más que obvio que los libros de
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EDITORIAL
texto no son de vigencia universal y deben adaptarse a las condiciones y necesidades del país en que se utilizan. La decisión editorial
sobre su contenido no puede ser teledirigida y si bien es cierto que
los autores nóveles sólo en muy contados casos llegan a ver publicadas sus obras primeras, aun por sellos editoriales nacionales, también es cierto que no serían publicados nunca si no existieran estos.
Los funcionarios o gerentes de las casas locales de las editoriales
transnacionales, como mencionaba recién Anna Danieli, pueden hacer apuestas económicas muy fuertes para conquistar autores consagrados en otras editoriales, pero no pueden correr riesgos con los
menos conocidos. Por si todo esto fuera poco, las editoriales argentinas son una fuente de trabajo, si bien a veces irregular y discontinua, para muchas personas de excelente formación cultural.
Es decir, que la Revolución Francesa tuvo causas políticas, económicas y culturales. Muchas gracias.
Secretaría
de Cultura
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PAULO ALEJANDRO SLACHEVSKY CHONCHOL
Fundador de LOM Ediciones, que tiene un catálogo de 700 títulos. Forma parte del equipo directivo de la revista cultural
Rocinante. Presidente la Asociación de Editores de Chile y
Director de la Coalición Chilena para la diversidad Cultural.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
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Septiembre 2004
7. INDUSTRIA
EDITORIAL
Apenas unas semanas atrás, el 4 de septiembre, los periódicos chilenos daban cuenta del horror de lo ocurrido en el norte, donde entre llamas y balas, niños casi desnudos trataban de escapar a la
muerte. Las mismas páginas mostraban el incendio de la biblioteca
de Weimer, a fines del siglo XVIII. Miles de libros y manuscritos ardieron bajo las llamas. Reveladora coincidencia de un día oscuro en
que vida y palabras se apagaban. Hoy nos reunimos a hablar de la
industria cultural, industria editorial y Diversidad Cultural en la globalización. Es 11 de septiembre, una fecha también marcada por
signos indelebles. El destino de muchos chilenos se entrecruzaba
con el de las páginas que ardían en los autos de fe en las calles de
Santiago. Las relaciones que aquí hago no son un capricho o un artificio para empezar bien mi intervención. Hace sentido al vínculo
de la muerte con la hoguera de letras, porque aún vemos en la palabra escrita el depósito de nuestra memoria, una extensión o culminación de nuestra humanidad, el libro como el objeto sagrado
por excelencia. No podemos hacerlo ajeno a esos niños que caen,
vidas sagradas por excelencia.
Como estandarte de la Ilustración, vehículo de la educación y ciudadanía, hoy la concepción del libro como base del progreso parece
irse perdiendo ante la tecno-utopía que pone la computadora y la
tecnología en primer plano. Pero si no somos capaces de profundizar y fortalecer la sociedad del conocimiento, la capacidad de lectura de la ciudadanía, la globalización y la sociedad de la información,
pueden pasar sobre nosotros imposibilitándonos participar de un
proceso de verdadero intercambio, limitándonos a ser receptores, a
aceptar la imposición de una cultura sobre las otras.
No olvidemos que la globalización que vivimos tiene un fuerte sello cultural. Pero un sello donde la cultura pierde la capacidad transformadora y liberadora, donde ésta se encarga principalmente de
ser un motor del comercio y la concentración. La sociedad del espectáculo no es un mero slogan y el dominio de la industria de entretenimiento a la cabeza del sector exportador de Estados Unidos,
nos alerta de que los intereses involucrados en la materia son enormes, alimentando la insaciable búsqueda de dominio de mercados.
Al igual que en otros sectores de la economía, a nivel cultural se va
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II ENCUENTRO
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CULTURAL
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desdibujando una división internacional. ¿Por qué desaprovechar
las ventajas comparativas? Nos dicen. Los países del sur van quedando cada vez más relegados al rol de receptores y consumidores.
Ocurre lo mismo en el cine, en la música, en el libro. ¿Es aceptable
que veamos desaparecer expresiones culturales de países enteros
porque no serían competitivas? Como da cuenta Armando Patrucci
en "Historia de la lectura del mundo occidental", pese a que Estados
Unidos es el país que produce más libros y papel impreso y que tiene una industria editorial muy sólida y organizada, el dominio de la
lógica comercial en las industrias culturales ha generado un crecimiento en alfabetismo de las áreas urbanas y el progresivo descenso en los niveles de preparación académica de los estudiantes de
educación media y universitario del sistema público.
Por un lado hay una literaria del poder y los negocios, tienen una
tradición de lectura fuerte, una enseñanza de elite y por otro una literaria de la energía popular ligada a una enseñanza de masas, tecnicista, de bajo nivel. Esto sin duda marca la democracia que se
construye, nos debemos preguntar entonces ¿qué democracia queremos? Una democracia participativa de ciudadanos o una democracia de consumidores donde una elite piensa, mientras una masa
sigue los dictados del marketing. Libro y lectura en tal sentido están ligados al poder. Ese poder debe ser democrático y para que
ello sea real debe estar vinculado a políticas de estado en educación
y en cultura, y no sólo en los niveles de riqueza económica de los
individuos. Igual relación es posible hacer a escala mundial, países
sin producción cultural fuerte estarán relegados a ser meros exportadores de materia prima, estarán relegados a ser países dependientes, limitados a la hora de pensar un mundo más democrático,
participativo y multipolar. En tal sentido, pensar en el rol de la industria editorial hoy nos involucra en desafíos mayores que no pueden ser resueltos solos en la práctica de la edición.
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de Cultura
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El desafío de mantener viva la diversidad cultural es un tema propio del sector editorial. Estas industrias están reglamentadas por las
regulaciones en materia de propiedad intelectual, las que tienen
que hacerse cargo de una de las principales problemáticas que vive la ceración y la producción cultural hoy, impidiendo que sean un
instrumento más para acentuar la concentración. Como editores de
chile, Asociación Gremial de Editores independientes universitarios
y autónomos nos hemos involucrado con fuerza en estos temas
porque creemos que es la única manera de mantener vivo un contexto en la cual la edición pueda desarrollarse. Ello lo hemos hecho
en el seno de la Coalición Chilena para la Diversidad Cultural. El caminar como sociedad civil ha demostrado que la defensa de la cultura local abre a los creadores y productores culturales amplios de-
safíos que tocan las fibras mismas de nuestras sociedades. La brecha digital, el desarrollo desigual en el ámbito tecnológico ha potentado la concentración de carácter trasnacional en la propiedad de
las industrias culturales, que como señala el jurista canadiense Iván
Bernier, ha provocado una fuerte estandarización de los contenidos
culturales marcados por imperativos comerciales. Esto impone un
determinado tipo de producción por sobre otros atentando gravemente contra la variedad de las expresiones culturales y por ende a
la diversidad cultural como tal. Impone también una perspectiva al
tratamiento de la legislación de propiedad intelectual. No deja de
ser revelador que cuando se inician las negociaciones del TLC entre
los Estados Unidos y Chile, el país del norte sólo presenta el borrador de un capítulo del tratado que correspondía a la única área en
el que Chile no tenía propuesta: propiedad intelectual. Fue en este
punto donde más presión hubo de los Estados Unidos para lograr
su objetivo, lo que sin duda revela un hecho que en si mismo debería llamar la atención. Sorprende que en el marco uniforme para la
integración económica con los Estados Unidos que se propicia en
el TLC, en propiedad intelectual, tal como señala Alberto Cerda, del
Centro de Estudios de Derecho Informático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, .. "sólo serán lo que respecta a los
derechos del titular del derecho de autor y no lo que se relaciona
con los del creador y menos con los derechos de la sociedad para
uso que satisfagan fines sociales. Los derechos de autor en si o los
derechos de los consumidores usuarios no constituyen mas que
una frase en el preámbulo.".
Hoy el tema está en el Congreso de Chile. Es sin duda necesario ratificar los compromisos internacionales sobre derechos de autor y
propiedad intelectual, mejorar las legislaciones que no consideraban los cambios particularmente a nivel tecnológico que se han dado este último año. Pero en este ejercicio es básico establecer ciertos equilibrios entre los derechos económicos del titular y los derechos humanos y sociales del conjunto de la sociedad. No puede ser
precario el equilibrio entre el derecho del titular, los derechos de los
creadores y el derecho a la educación y a la cultura. El mismo Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas en su Documento
"Los derechos humanos y las cuestiones relativas a la propiedad intelectual", llama la atención sobre este aspecto y la Resolución de la
Subcomisión de los Derechos Humanos del Alto Comisionado de
las Naciones Unidas insiste sobre las contradicciones aparentes entre los regímenes de propiedad intelectual consagradas en algunos
acuerdos y el derecho internacional relativo a los derechos humanos.
Por otra parte, los gobiernos deben recordar la primacía de las obli-
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gaciones en relación a los derechos humanos sobre las políticas y
acuerdos económicos, pidiendo expresamente que los Estados
Miembro de Naciones Unidas protejan la función social de la propiedad intelectual. Esta es una recomendación sin duda importante
para nuestros países. Más aún, cuando bajo la legislación de la propiedad intelectual se incluye la industria del software, sector que da
lugar a lo que bien podríamos llamar los nuevos alfabetos de la modernidad. Y, al inscribir estos alfabetos, cada nueva lengua que los
utilice debe pedir permiso y pagar por existir. ¿Si bajo una legislación demasiado rígida se inventara la escritura por sistema braile,
cada alumno, o cada no vidente, debería estar pagando por tener
derechos a escribir y leer? Hay límites y a veces parece que los hemos olvidado. Es importante, en tal sentido, que no sea la industria
del software el sector que defina las políticas de derecho de autor,
sino que se busque cómo dar cuenta específica a esta problemática, recogiendo diversas perspectivas e intereses. Por lo demás, el
no establecer esos límites no sólo afecta al consumidor sino también al creador, como ironizó el juez estadounidense Richard Postner: "Si el derecho de autor fuera perpetuo, James Joyce o su editor se hubieran visto en un litigio con los herederos de Ulises por
haberse basado en la Odisea y Leonard Leinstein con los herederos
de Ovidio por su amor sin barreras. Si las patentes fueran perpetuas
los herederos de Leonardo Da Vinci seguramente se estarían litigando por los derechos sobre la tecnología básica de la aviación".
La creación y más aún, la investigación se nutren de creaciones previas y para poder crear se requiere cierta libertad de tomar, o apropiarse. La legislación de los derechos de autor deben velar los derechos del creador no sólo como pasado, algo estático, ya creado,
sino también sobre sus posibilidades de ser gestor de nuevas creaciones. ¿Por qué pedir autorización para crear una Mona Lisa con
bigotes? ¿Por qué tener que pagar sumas enormes a Microsoft por
una licencia de desarrollo para crear un nuevo programa que sea
operativo con Windows? Está claro que leyes muy rígidas y represivas en la materia facilitan el monopolio de los derechos intelectuales en los grandes grupos, incrementando la concentración económica y limitando de hecho la tan necesaria transferencia tecnológica a los países en desarrollo, relegándolos a un rol pasivo de consumidores de esa producción.
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La legislación en el ámbito de los derechos de propiedad intelectual
incrementará o reducirá la desigualdad entre los países. Es por ello
que en las negociaciones de libre comercio, como en las modificaciones legislativas, se requiere abrir el debate. Es fundamental fomentar este tema donde está la base de las riquezas de las naciones en la era de la globalización desde una perspectiva cultural y
social, desde el sur, y no sólo bajo el dominio del prisma comercial.
Si como países queremos ser parte activa de la sociedad de la información, no basta tener conexiones a Internet, no basta con consumir tecnología, debemos potenciar nuestra capacidad de desarrollo, la industria del derecho de autor local, y para ello es básico
velar por legislaciones que a la vez frenen la piratería, potencien la
transferencia tecnológica y fomenten la producción, elemento fundamental para desarrollar las industrias culturales del presente y
del futuro. Así la legislación en propiedad intelectual viene a ser uno
de los pilares de la arquitectura jurídica porque permite mayor o
menor desarrollo de la diversidad cultural.
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En Editores de Chile estamos convencidos que cabe enfrentar las
redes organizadas de piratería, que no es posible permitir su actividad y desarrollo. Hemos buscado este último tiempo destacar la importancia del tema en todas sus dimensiones, evitando que lo limitemos a su aspecto delictivo. Editores, escritores y creadores estamos ante una encrucijada. En defensa de nuestra creación se levantan proyectos que se limitan al aspecto punitivo. No podemos callar y mantenernos indiferentes. Tenemos el deber ético de marcar
el terreno no aceptando que en nombre nuestro, se defienda esta
avasalladora expansión del derecho de propiedad en el ámbito cultural, que a fin de cuentas sólo favorece la industria del entretenimiento y del software, sectores con enorme poder de presión y
lobby y con voracidad de dominio y ganancia. No es casualidad que
tanto en Estados Unidos como en Europa, Microsoft haya tenido
que enfrentar enormes juicios por prácticas monopólicas y competencia desleal, basada en el uso abusivo de su propiedad intelectual. Estamos ante un tema complejo, limitar excesivamente el acceso entorpece el desarrollo científico y creativo, y al otro extremo,
no tener un marco regulatorio limita los justos derechos de los creadores. Ese es el equilibrio armónico que cabe buscar, el que recoja
las diversas perspectivas y situaciones y ello no puede ser resuelto
sin un análisis profundo.
A fin de cuentas, hoy en las negociaciones internacionales de libre
comercio bilaterales o multilaterales, se están estableciendo las reglas que van a delimitar las posibilidades de acción de futuras políticas del libro y el desarrollo tecnológico en las industrias culturales
de nuestros países. Es por ello urgente prestar la mayor atención y
generar movimiento para que nuestros países no queden atados de
manos, a ser meros policías a la hora de actuar en cultura. Debemos asegurar excepciones o ampliar reservas en los tratados, como la concreción de una convención sobre la diversidad de contenidos culturales y las expresiones artísticas en la UNESCO, que sea
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capaz de proteger y fomentar la participación de los Estados en el
desarrollo cultural de sus países. También debemos lograr que se
persevere el espíritu que generó las regulaciones de los derechos
de propiedad intelectual a nivel mundial y nacional que no es otro
que el principio consagrado en la Declaración de los Derechos Humanos, de reconocimiento a los creadores y del acceso universal a
las obras artísticas evitando que se limite al aspecto punitivo y comercial. Si no prestamos atención a estos desafíos, las vallas para
tener industria editorial en países del sur serán cada días más altas.
A la par de estos desafíos, es hora de buscar cómo reconstruir lazos reales y fluidos de intercambio editorial entre nuestros países,
en particular en el marco del MERCOSUR y países asociados. Hay
modelos como la red de editores independientes que señaló Anna
Danielli que pueden ser ejemplos. Creo es nuestra tarea, de los editores, ver cómo podemos generar para el mundo del libro, mecanismos como el programa para el cine IBERMEDIA. Son prácticas
concretas que han permitido generar un efecto multiplicador de los
recursos, y fortalecer la producción cultural. Para terminar, quisiera
agradecer a la Secretaría de Cultura del GCBA por la invitación para este II Encuentro y quisiera dejar una antigua cita que recoge Andrés Claro en el libro "La Inquisición en la Cávala" que editamos en
Lom unos años atrás, que da sentido a lo anterior y significa las
imágenes que iniciaron esta intervención. Para marcar el desafío de
la palabra escrita, Claro dice: "Si todos los mares fueran tinta, todos
los juncos plumas y todos los cielos pergaminos, ya no habría que
cantarle la gloria al poder". Gracias.
JORGE SETHSON
Gerente Institucional de la Cámara Argentina del Libro. Periodista. Trabajó en La Nación, Corresponsal de Reuters en
Venezuela, Editor de la Sección Internacional del Diario "El
Nacional" de Caracas. Ex-Director de Radio Municipal.
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Deseo reconocer el esfuerzo de la Secretaría de Cultura para la organización de estas jornadas. Porque en un país donde hemos tenido gobiernos que nos han enseñado cómo se debía ser -qué era lo
bueno, qué era lo malo-, que un gobierno de una ciudad organice
un seminario para que hablemos de la diversidad, es importante.
Pero, además, también es interesante consignar la coherencia con
que actúa el Gobierno de la Ciudad, porque a la vez de que organiza este Seminario, ha creado hace poco el Fondo de Cultura de Buenos Aires, que propicia manifestaciones que en el campo del libro
-por ejemplo- ofrecen una amplia oportunidad para los editores y
para los escritores, es decir, ofrece oportunidades para expresar la
diversidad.
Y para hablar del respeto a la diversidad, creo que tenemos que
empezar por casa. Por lo menos, señalar que esta es una lucha vieja y permanente en nuestro país, a más de cien años de establecerse la educación pública y laica. Cien años en que ese logro sigue
siendo amenazado. Algunas corrientes decían "hay que imponer
una religión en las escuelas del Estado", y todos los días, aún hoy,
vemos las dificultades que puede tener una persona por su género,
su preferencia sexual, sus creencias, etcétera. Por eso esta es una
lucha cotidiana, ciudadana y también una lucha mundial, donde a
escala planetaria hay que luchar para ver qué controles se pueden
poner, para tratar que los que ya tienen demasiado poder no puedan más todavía.
Se habla de la Convención sobre la Diversidad Cultural que saldrá
a fines del año próximo. En los debates que se dan en el seno de las
Naciones Unidas, hay dos líneas esenciales: la primera plantea que
los bienes culturales son algo distinto a otros bienes que están en
el mercado, y que los Estados tienen derecho a protegerlos o a promoverlos. Hay otra corriente que dice que no, que esto está sujeto
a lo que decida el mercado, para bien y para mal.
Por supuesto, creo que hay una corriente muy grande a favor del
control, la protección de determinados bienes culturales.
El atentado a la diversidad cultural, uno de los más grandes que se
han conocido en la historia, es la conquista de América. Todavía hay
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CULTURAL
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coletazos de esa imposición que hemos tenido. Pero todo esto que
estamos viviendo, viene casi desde siempre. Una de las manifestaciones más recientes y más importante, como antecedente, se dio
a fines de los años sesenta, cuando las Naciones Unidas encargaron al premio Nóbel irlandés Sean MacBride que estudiara los flujos de comunicación. Y como resultado de ese análisis la Comisión
MacBride, produjo un documento que se llama "Un solo mundo,
voces múltiples". Allí se señala –años setenta, recuérdese- que es
evidente que hay un flujo de información que viene de una parte del
mundo al resto del mundo y que del resto del mundo no va nada
hacia el otro lado. Es evidente, ahora, que hemos sufrido una culturización unilateral que ha impedido desarrollar muchos debates
dentro de nuestras sociedades. Y lo hemos pagado, evidentemente,
con las dificultades que tenemos ahora.
Como consecuencia del trabajo de la Comisión MacBride, se generó un movimiento que se llamó "El Nuevo Orden Informativo internacional". Este nuevo orden propulsaba que los Estados se involucraran en que circulara más información entre nosotros y no sólo
desde un lado. Cuando yo digo que la información era unilateral, no
sólo afectaba a lo que se daba en llamar el Tercer Mundo. En aquella época, y muchos años después, la agencia Reuters, que era una
agencia británica, del primer mundo, por más que disfrutaba de libertad, por más que no había formalmente trabas, no podía vender
su servicio dentro de Estados Unidos. No había trabas concretas,
pero pasaban los años y nunca llegaban a vender el servicio en los
Estados Unidos. Imagínense lo que podría ser para un continente
como América Latina. El nuevo orden informativo internacional comenzó a debatirse hasta que se lo canceló con las leyes del mercado, cuando los Estados Unidos decidieron que la UNESCO estaba
teniendo actitudes hostiles y dejó de pagar la cuota. Como la cuota
norteamericana era significativa para la UNESCO, terminó perdiendo su cargo el Secretario General y lo reemplazó Federico Mayor Zaragoza, un español que liquidó todos estos vaivenes sobre la libertad de información y de circulación.
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de Cultura
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En la Argentina hemos tenido, desde que llegó la democracia, debates y reuniones y reflexiones sobre la necesidad de una nueva ley
de radiodifusión, pero no hemos podido sancionarla. Tenemos, pese a todas las prohibiciones que hay, muchas radios en manos de
capitales extranjeros (no digo que los capitales argentinos puedan
hacer las cosas mejor). De paso, llama la atención que las emisoras
que están controladas, pese a que la ley no lo permite, por capitales
extranjeros sean las que más trabajan el chauvinismo, las que más
atacan a los latinoamericanos, las que más escozor crean en una sociedad que pretende vivir en paz y en armonía.
Yo diría que en estos momentos todo contribuye a atacar a la diversidad cultural, hay toda una gran tendencia para que el mundo sea
de una manera. El presidente de los Estados Unidos, claro vocero
de esa homogeneización, ha determinado públicamente que hay
países malos y países buenos, y que a los malos se los castiga.
Cuando nos quejamos de la deuda externa, hablamos de la plata
que tenemos que pagar, por supuesto, pero además debemos hacerlo con cultura, es entregando forma de vida una de las maneras
de pagar. Porque cuando nosotros recibimos un crédito del Banco
Mundial, y los créditos se aplican a la educación, es para que seamos como los propietarios del Banco Mundial piensan que tenemos que ser. Y esto es tan viejo que en los años ´50 Héctor Tizón decía, "hablan de la educación argentina, los estadistas argentinos
nos trajeron la escuela pública en lugar de crearla". Y acá nos están
trayendo una educación en lugar de dejarnos que la creemos. Nos
la están trayendo y la estamos aceptando, estamos de acuerdo,
hasta estamos contentos en muchos casos.
No voy a hablar específicamente sobre la Convención de Diversidad
Cultural que se está debatiendo, pero quiero decir que la secuencia
de avanzar en la creación de una corriente del pensamiento único
arrancó mucho antes. En el año 1987 en una revista que producía
material para reflexión que dirigía Daniel Divinsky (Plural) publicamos un trabajo analizando un documento de la CEPAL. Este organismo que depende de Naciones Unidas, advertía a los funcionarios latinoamericanos que se estaba gestando la tendencia a considerar a
los servicios como parte de los bienes que están en el mercado y
que tenían que tener libre transabilidad y libertad de comercio. En
ese momento, cuando se hablaba de servicios, se hablaba de seguros, se hablaba de bancos, se hablaba de cosas que a nadie le preocupaba. La CEPAL advertía que la tónica que se le estaba dando a la
caracterización de los servicios estaba implicando a los mensajes de
radio y televisión, por ejemplo. En 1987 empezaban las transmisiones de cable; recién las FM dejaban de emitir sólo música. Diecisiete años después, tenemos la inundación de un mensaje único por
una razón muy sencilla. Porque la industria del cine o la televisión
no tienen controles que indiquen cuantas películas tienen que darse en lenguaje rioplatense, que es lo que proponemos nosotros.
¿Cuál es el problema? Que si no nos preocupa si se usa el lenguaje
neutro para las películas que se dan en televisión o para las series
que se dan en televisión, desde Miami te venden 300 películas en
castellano neutro por diez mil dólares. Pero cuando llega una película italiana, como llegaba antes a la Argentina o una francesa, o una
película húngara, el distribuidor, en virtud de las leyes del mercado
dice "por qué voy yo a pagar una traducción, un subtitulado o lo que
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sea si las compro ya traduicidas desde Miami".
El mercado evidentemente no es equitativo, no nos permite a nosotros tener acceso a otras culturas. Porque cuando hablamos de la
diversidad cultural, nadie está haciendo chauvinismo, estamos tratando de conocer a los otros.
El terreno particular de la industria del libro es uno de los espacios
que ha tenido mayor amplitud para recibir mensajes de otras culturas. Los editores argentinos proponen que haya libre circulación del
libro extranjero, que no haya para nada trabas. Consideran que si
no traen traducciones, no tienen un buen catálogo. Es decir, son los
más abiertos para que haya una industria que les compita. Por supuesto, tienen una misión, que es la que acaba de señalar Daniel Divinsky: además de traer la cultura de otros pueblos, trabajan para
promover al escritor argentino, al pensador argentino, al que hace
ficción en la Argentina. Mario Diament, en un artículo aparecido
precisamente hoy en La Nación, observa que están bajando los niveles de lectura en los Estados Unidos y cita a un poeta que dice
que un pueblo que no lee ficción, que no lee libros, está mal informado, no puede ser independiente. Diament agrega que un pueblo
que no lee puede manejarse en la realidad pero no entenderla, y yo
creo que esto es lo que puede estar pasando.
Tengo presente otra reflexión, que me pareció realmente apropiada porque demuestra con claridad lo que puede importar el conocerse y manifestarse dentro de una cultura, y es de Octavio Paz: dice que toda la historia de México puede verse como una búsqueda de nosotros mismos, deformados o enmascarados por instituciones extrañas.
En estos momentos estamos en condiciones de ver con moderado
optimismo el futuro. Les decía que es interesante lo que se está haciendo desde la ciudad de Buenos Aires. Desde el Ministerio de Economía se ha visto a la industria editorial como una de las nuevas industrias que tiene posibilidades de crecimiento y hasta de exportación, y que tiene importancia para la sociedad.
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de Cultura
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Y finalmente, hay un sector muy representativo, de la industria editorial y del gobierno nacional que cree posible la creación de un Instituto Nacional del Libro, que podría poner a la industria editorial argentina en cercana igualdad de condiciones con otras industrias.
Porque la industria editorial en el mundo no se mueve solamente
por las leyes del mercado. Se mueve con las leyes del mercado en
las partes que conviene moverse con las leyes del mercado, pero
llegan sus libros a nuestros países con apoyo de sus propios Estados. Sería un gran paso si prosperara una herramienta que diera lu-
gar a los autores, a los nuevos autores, que permitiera la creación como dice Carlos Borro- de un catálogo argentino, y que le diera posibilidades de defender, no sólo al sector editorial sino también la
permanencia de las librerías. Estas son un gran reservorio de libros
que pueden no ser best-sellers, pero son decisivos para ir conformando un pensamiento. Estaríamos en una condición un poco más
promisoria. Quería dejar un mensaje de cierto optimismo frente a lo
que en general es una amenaza muy seria: la de que haya una sola
forma de pensar el mundo y que, además, no tengamos cómo defendernos y se crea –peor aún- que no es necesario defenderse de
eso. Gracias.
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7. INDUSTRIA
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8. Industria audiovisual
MARIO LÓPEZ BARREIRO (moderador)
Jefe de producción cinematográfica. Secretario General Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina (20002004). Miembro del Consejo Asesor I.N.C.A.A. (2000-2004).
Miembro del Secretariado Nacional Confederación Sindical
de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social - COSITMECOS (1999-2004). Jefe de Asesores Secretaría de Descentralización y Participación Ciudadana - G.C.B.A.
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CULTURALES EN LA
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8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
En el marco de este segundo encuentro "Las Industrias Culturales
en la Globalización" estamos acá para debatir acerca del significado
de la globalización y la defensa de la diversidad cultural en la Industria Audiovisual.
Este debate en torno a la preocupación que genera la globalización
en tanto se manifiesta como invasión cultural e imposición de un
discurso único y hegemónico para nada es nuevo en el espacio cinematográfico y audiovisual nacional.
En este sentido el sector que nos ocupa viene dando señales de
alerta acerca de los peligros que entrañaba para la continuidad de
nuestra actividad que en la ronda de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se introdujera a los bienes y servicios ligados a la producción audiovisual y demandamos que
nuestros representantes abogaran por la excepción de los mismos.
Para darle organicidad a estas peticiones muchos de los aquí presentes tuvimos la iniciativa de crear el Foro para la Defensa de las
Industrias Culturales de la Ciudad de Buenos Aires nucleando a los
sindicatos de los trabajadores de cine, de radio, de televisión, músicos, locutores, actores, a los directores cinematográficos, a entidades representativas de la producción audiovisual, a cámaras empresarias y a diferentes sectores ligados a la creación cultural con el
objetivo de asumir colectivamente el riesgo al cual nos enfrentamos y el peligro de una virtual desaparición si los criterios economicistas se imponían sobre los culturales. La producción de documentos, la difusión pública de una problemática, que entendemos
excede lo meramente laboral, debates, posicionamientos públicos
colectivos e individuales y la presentación ante nuestra cancillería
para que los negociadores del país se abstuvieran de poner los temas ligados a las producciones culturales en la mesa de discusión
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INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
de los organismos de negocios internacionales han sido las prácticas que venimos dando en salvaguarda de nuestras industrias de
producción de contenidos culturales.
El año pasado participamos del primer encuentro hoy fortalecido
por una mayor participación nacional e internacional. Guardamos
expectativas favorables ante la respuesta a la convocatoria en el
marco de importantes cambios a nivel nacional a partir de una política de gobierno que está transitando un camino de fortalecimiento de nuestra identidad, de la justicia, de recuperación de la dignidad y de firmeza en las negociaciones en los foros internacionales
generando en la ciudadanía amplios consensos. También en la ciudad de Buenos Aires la continuidad de la política que venía desarrollándose para democratizar el acceso a la creación cultural, la generación de espacios de debate y una firme decisión de fortalecer la
presencia estatal en la promoción de las industrias de base cultural
alientan esas expectativas mencionadas.
Estamos creando espacios de lucha, dando un debate muy profundo por evitar que desplacen de las pantallas a nuestras producciones. Tenemos pendiente un debate en torno a una absolutamente
necesaria nueva ley de radiodifusión, para lo cual más de cien organizaciones hemos presentado a la Presidencia de la Nación un
documento importantísimo con 21 puntos básicos para la sanción
de una ley que contemple la producción cinematográfica en los espacios televisivos y que democratice el acceso a la información y a
los medios de comunicación.
También adherimos y nos sumamos con un representante en las
discusiones que se están dando en el marco de la UNESCO para
aplicar la convención que reconozca la diversidad cultural como un
derecho.
Desde el Estado se viene trabajando en el fortalecimiento de las leyes proteccionistas de la actividad ante la intransigencia de los sectores enemigos de la verdadera diversidad. En este aspecto es relevante mencionar la reciente imposición de la cuota de pantalla por
parte del INCAA, que exige la obligatoriedad de exhibición de al menos una película argentina cada tres meses en cada sala cinematográfica y se establecieron normas para la continuidad. No han faltado de inmediato las críticas, algunas de tono falsamente progresistas, y la oposición tenaz a esta medida. Afortunadamente existe una
firmeza del Estado y nuestra decisión para acompañar las medidas
implementadas, y para eso también estamos hoy acá reunidos.
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de Cultura
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Es vital sostener una fuerte política pública, dictando las medidas
que sean necesarias, de defensa irrestricta de las leyes que prote-
gen y fomentan la producción cultural. Así como el dictado de nuevas normas legales que contemplen a la creación y exhibición de
contenidos culturales audiovisuales como objetivos estratégicos en
la consolidación y formación de nuestra nacionalidad.
Somos conscientes de la gravedad de la situación cultural que atravesamos. Queremos y necesitamos desplazar el discurso único. Para que ese ideario único empiece a ser más variado y podamos imponer y discutir un ideario nacional, tenemos que tener la posibilidad de que esté presente en nuestras pantallas a través de las imágenes que construyen nuestros creadores y técnicos.
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8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
Gracias a todos por su presencia, que tengamos un debate enriquecedor y el compromiso colectivo por defender la existencia de
contenidos audiovisuales nacionales que son el espejo de nuestra
identidad.
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Buenos Aires
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II ENCUENTRO
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CULTURAL
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AUDIOVISUAL
JULIO RAFFO
Docente universitario. Asesor legal de producciones cinematográficas. Autor de dos libros relativos al régimen legal de
la obra audiovisual y sobre la ley de cine. Consultor de productores, actores y directores cinematográficos.
Quiero hacer algunas reflexiones generales vinculadas al tema de
la diversidad cultural y al tema de las políticas frente al sector audiovisual.
Como decía este gran presidente argentino que fue don Hipólito Irigoyen es preciso ir de las "patéticas miserabilidades" a las "realidades conducentes". Acabo de firmar con mucha satisfacción la declaración que exhorta a la formalización de un instrumento que proteja la diversidad cultural. Ese instrumento se está tramitando en la
UNESCO y lo hizo un grupo de trabajo que elaboró en septiembre
del 2002 un borrador, que fue corregido en el agosto del 2003 y presentado en la asamblea de la UNESCO.
Curiosamente entre el primer y el segundo borrador aparecieron algunas diferencias significativas que nos han desconcertado. Yo traté de rastrear la autoría de esas diferencias, pero no la pude encontrar. Es bueno que se haga un instrumento que defienda la diversidad cultural, pero tenemos que cuidar que no sea cualquier instrumento, que cierre el tema y no resuelva el problema, con lo cual estaríamos peor que antes. Los brasileños, que son tan ingeniosos en
sus dichos, dicen" ganó pero no llevó ", y en esto nos puede pasar
algo similar.
Entre el primer texto y el segundo borrador del proyecto que se presentó en la UNESCO, hay algunas diferencias que alteran su concepción y su alcance. El primer borrador elaborado expresaba en su
artículo 3:
"...convencidos de que es necesario que se respete y sea reconocida la libertad de los Estados y gobiernos para mantener y desarrollar políticas que promuevan y preserven la diversidad cultural...".
En el segundo borrador se sustituye este texto por este otro:
"...convencidos de reconocer y respetar el derecho de los Estados
para apoyar y dirigir películas que preserven y promuevan la diversidad cultural..."
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de Cultura
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Desapareció así el tema relativo a las políticas de subsidios, o sea
los apoyos concretos que tienen las industrias culturales y que les
permiten existir en países como el nuestro.
En la página 6 del primer borrador decía:
"....se entiende por diversidad cultural una pluralidad de culturas
que coexisten en el mundo. Implica por un lado la preservación y
promoción de las culturas existentes, y por el otro el respeto hacia
otras culturas...".
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CULTURALES EN LA
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Septiembre 2004
8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
En el segundo borrador ese texto se sustituye por este otro:
"....la diversidad cultural se refiere a la pluralidad e interacción de
las empresas culturales que coexisten en el mundo...."
Es obvio que una cosa es la "pluralidad de culturas" y otra cosa
muy diferente son la pluralidad de "expresiones culturales".
Si se trata de proteger la pluralidad de culturas la tarea tiene una dimensión y una magnitud muy diferente a la mera protección de expresiones aisladas dentro de una cultura amenazada en su conjunto.
En el primer borrador, con una mención afortunadamente tomada
de la declaración de Buenos Aires, y que me alegró mucho verla incorporada al proyecto, se expresa:
"...el alcance la presente Convención tiene aplicación sobre las políticas culturales que los estados miembros mantengan o adopten".
En el segundo borrador, contradiciéndose en forma notoria ese razonable y necesario criterio, se incorpora un artículo que dice:
"...Nada en esta Convención deberá derogar las responsabilidades
mutuas existentes de las partes bajo ningún tratado internacional."
Con ello se quiere decir que todo lo que se diga acerca de la diversidad cultural no puede afectar las normas, consideradas "sagradas" por el capitalismo salvaje, establecidas por el tratado de la Organización Mundial de Comercio. Y este es un punto del mayor interés e importancia porque es la OMC, y sus disposiciones en contra de la posibilidad de que se brinde protección, y subsidios, a ciertas actividades culturales, la que amenaza gravemente a las actuales políticas de protección que no sólo son necesarias, sino que deben ser ampliadas para preservar la existencia de culturas amenazadas por una lógica de producción y comercialización de productos del "entretenimiento" que ahoga a la producción y circulación
de los bienes culturales.
En diciembre del año pasado, en Guadalajara, en el marco de la Feria Internacional del Libro, se realizó un coloquio sobre la diversidad cultural y allí se aprobó mi propuesta de agregar un artículo al
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Buenos Aires
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II ENCUENTRO
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CULTURAL
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AUDIOVISUAL
proyecto de Convenio que dijese que, en caso de coalición entre
medidas públicas fundadas en esta comisión y disposiciones generales contenidas en otros instrumentos, prevalecerá la interpretación que defienda la existencia y difusión de la mayor cantidad de
manifestaciones y obras culturales.
El Ministro de Cultura de Cuba, que estuvo en esa reunión consideró que este punto era central al problema y adhirió con todo énfasis a esta concepción. Pero las decisiones se toman en los órganos
concretos que tienen que actuar representando al país frente a la
UNESCO.
Existe la preocupación por saber cómo la Argentina y cada uno de
nuestros países va a defender este punto o qué política va a llevar
adelante. Debo decir que la República Argentina, conducida con
mucho acierto en la generalidad de los temas, tiene en este punto
una preocupación legítima. Tuve ocasión de hablar con alguno de
los formuladores de las políticas públicas de la Cancillería que expresaban que la Argentina iba a defender toda convención sobre diversidad cultural, pero tenía una profunda dificultad que obstaculizaba adherir al principio de excepción cultural. Se referían a los sectores, que podríamos identificar tentativamente en la de la cancillería francesa, que tiene la intención de integrar los intereses agropecuarios franceses dentro de las previsiones del Convenio a partir de
la idea que considera al "paisaje de la campiña" como expresión
cultural. Entonces esa "campiña" sería un lugar, o un fenómeno cultural a ser preservado y amparado por la excepción que defendemos, lo que legitimaría el mantenimiento de subsidios a la agricultura francesa que perjudica a la agricultura Argentina y de otros países productores de bienes agropecuarios.
Debemos comprender que nuestro país no puede firmar nada que
permita ampararse en el principio de la excepción cultural para legitimar los subsidios que afectan grave e injustificadamente a nuestra
economía. Esto debemos entenderlo y buscar la forma de superarlo
porque una ambigüedad en este punto, es una ambigüedad maligna. Muchas gracias.
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de Cultura
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PABLO ROVITO
Egresado de la Escuela Nacional de Cine del Instituto Nacional de Cinematografía. Productor cinematográfico.
Quiero hablar de lo que sucedió en la Argentina en función de la regulación del mercado cinematográfico, de la cuota de pantalla y de
las medidas de continuidad. Me parece que hay algo que sobrevuela el tema, que siempre discutimos pero que nunca queda en los papeles y que apareció en la reunión de Francia en febrero del 2003
en la reunión de coaliciones de la diversidad. Es el concepto de excepción cultural sostenido muy fuertemente en el año 95, cuya discusión se perdió en lo que fueron los acuerdos de la ronda del
GATT de Montevideo. Se mantuvo la especificidad cultural durante
ese período, pero a partir de entonces está perdida la batalla de la
excepción como concepto. En gran parte tiene que ver con esto que
planteó Julio Raffo de la utilización de la excepción a ultranza del
concepto, de una manera que nada fuera posible de ser globalizado. Entonces apareció el concepto de la diversidad, que se hizo muy
fuerte en los últimos años, nos moviliza a muchos de nosotros, pero que es un concepto incompleto si no se consideran por lo menos
dos variables más en la diversidad. Estas dos variables tienen que
ver con que la diversidad debe ser posible no en base del status
quo en que nos encontramos hoy, sino en base a que exista una diversidad real. El primer concepto es la solidaridad y el segundo es
la reciprocidad. Se entiende a la solidaridad como la posibilidad de
que trabajemos para que los que no están en condiciones de expresarse puedan hacerlo y el concepto de reciprocidad debe ser entendido como para que todos nos expresemos en una ida y vuelta que
sea hacia todos lados. Digo esto porque la mayoría de los conceptos teóricos que nosotros esbozamos difícilmente llegan a la práctica en medidas concretas que se traduzcan en la defensa de sus propios conceptos.
En el caso del cine, los mecanismos que existen para proteger,
mantener e impulsar las cinematografías regionales están atados a
la defensa de las cinematografías nacionales, por una situación
preexistente que es la absoluta preponderancia de una cinematografía dominante en Occidente. Pero por algún lado hay que empezar, y trabajamos muy fuerte este año para encontrar formas de que
la expresión cultural exista, que no es poco. Las medidas que se tomaron este año, en términos de efectividades conducentes como
dice Raffo, tuvieron que ver con prevenir un poco en un mercado
que es bastante perverso. El mercado está integrado por productores y consumidores, con un producto que llega a un lugar donde es
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consumido. Ese producto cultural que queremos que llegue al mercado atraviesa un circuito de distribución, comercialización y exhibición para llegar al consumidor. El problema de los productos culturales claramente no es la producción, ni son los consumidores, sino tener una buena distribución, comercialización y exhibición.
Los productos audiovisuales están en una crisis muy fuerte. El año
pasado se acabaron todos los discursos gracias a la película de Juan
José Campanella, porque cuando una película que es celebrada en
cuatro festivales internacionales no le interesa al público o no encuentra una distribución en el mercado, se entiende que la gente no
tiene necesidad de verla. Pero cuando una película tiene tanto grado
de conectividad con el público, que es festejada por la gente muchas
veces, no puede ser vista porque la atrofia el sistema de distribución
y comercialización. Esto hace mucho más evidente cual es el problema real. No se puede decir que la gente no quería ver Luna de Avellaneda, nadie podía decir que la película no tenía un alto grado de
conectividad con el público, nadie podía decir que el director no estaba haciendo un esfuerzo importantísimo para demostrar que esa
película existía en las reglas que el mismo mercado plantea. Pero
aun entrando con esas reglas, el propio mercado se encarga de expulsarla y de sacarla del tránsito natural. Acá se demostró que la libre elección del espectador para acceder a los productos culturales
estaba mediatizada por otras circunstancias.
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de Cultura
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Quiero señalar que entonces en la Argentina se estableció la cuota
de pantalla y aquí surgieron dos contra-discursos, que aparentan
ser bienintencionados y que para mí tienen una lógica perversa. El
primero fueron las declaraciones de Vargas Llosa como jurado del
Festival de San Sebastián, donde desarrollaba este criterio de que
nadie puede obligar al público a ver lo que no quiere ver, que no
hay motivo para sostener lo que la gente no quiere ver, que la cultura es de interacción múltiple y se desarrolla abrevando en otras
culturas y que el nacionalismo es lo más perverso que le puede pasar a la cultura. A mi me interesa trabajar sobre estos discursos que
son elaborados por gente que tiene solidez al expresar las cosas. A
veces es más atractivo pelearse con quien tiene algo que decir que
con personas sin ningún sustento. Me parece que el discurso de
Vargas Llosa tiene dos problemas graves. Parte de cosas que nosotros mismos generamos a veces cuando enarbolamos nuestros
propios discursos, cuando utiliza el hecho de que en el área audiovisual el discurso dominante es el del cine norteamericano. La lucha
por la diversidad nos ha llevado a expresarnos en contra de ese discurso y si estamos hablando de la diversidad ese discurso es parte
de la diversidad. Ese pequeño matiz que a veces olvidamos al hablar, le da espacio al discurso a Vargas Llosa para señalar que si la
gente quiere ver eso no hay que quitárselo, y que no necesitamos
políticas públicas del Estado para sostenerlo porque se sostiene solo con las reglas del mercado. Pero si hoy el cine norteamericano
estuviera, por problemas de distribución, exhibición o comercialización, en vías de desaparecer, yo defendería su derecho a existir.
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La segunda parte del discurso se relaciona con lo que la gente quiere ver o no ver. Una asociación rápida indica que la gente no va al
cine porque no tiene ganas de ver determinado producto. Esta posición olvida cómo es que la gente desarrolla interés por un producto. Uno está en su casa y no se la pasa investigando a ver qué película quiere ver, sino que lo hace a partir de los estímulos y la información que le llega. Ese sistema de llegada al público es perverso
y no permite que las películas de difundan de una manera adecuada. De hecho, en una película como la de Campanella, ese sistema
está bien utilizado por quienes la producen, conocen esas reglas y
porque tienen un producto que puede ser medido dentro de esas
reglas. Las películas en sí tienen una identidad que se vende.
El otro discurso que me preocupa y que apareció desde la cuota de
pantalla y las medidas de continuidad, es el de ciertos especialistas
en cine que empiezan a plantear una dicotomía entre verse atrapados entre El Hombre Araña y Patoruzito. Desde su perspectiva, lo terrible del destino cultural de la Argentina es que no va a poder ver
cine iraní, y se va a ver obligada a elegir entre El Hombre Araña o
Patoruzito. Yo también quiero ver cine iraní, no voy a entrar en una
discusión imbécil respecto a si en Irán no defienden mi cine, porque
yo voy a defender en la Argentina el cine iraní. Me parece que nosotros hemos hecho un esfuerzo muy grande este año para lograr
una forma de que el cine nacional tenga la posibilidad de estar en
las pantallas desplazando otros productos. Por ahora hemos desplazado al cine iraní, y esto es muy importante señalarlo porque se
utilizan los argumentos de manera muy perversa, porque se escucha a varios imbéciles diciendo que la cartelera se ha visto mermada para las producciones internacionales porque ahora hay cuota
de pantalla y medidas de continuidad. La cuota de pantalla y la medida de continuidad se aplicó en la Argentina justo previo a las vacaciones de invierno, en el que las salas están taponadas por las películas de público infantil, por lo que en ese período siempre desaparecen todas las expresiones que no sean para este público. Celebro que este año los niños hayan sido atrapados por Patoruzito, y
que un producto cultural distinto como Luna de Avellaneda haya
podido atravesar las vacaciones de invierno sin ser liquidado gracias a la cuota de pantalla y la medida de continuidad.
La segunda parte del problema tiene lugar cuando terminó el perío-
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do de vacaciones y se estrenan películas como Tocando el Cielo.
¿Cuál es el problema con esa película? Hablemos seriamente. Para
el mercado se trata de un problema comercial y sea el señor que hace Osama no está desesperado porque lo vean en la Argentina por
un problema de diversidad cultural. Ese señor vende los derechos
por un royalty en moneda dura, en euros, que es irrecuperable para el mercado nacional en las condiciones de hoy. Si hace cuatro
años se estrenaba cine iraní en cantidad es porque había un espacio cultural como el festival de Buenos Aires, que permitía que ese
cine se mostrara y la relación peso dólar permitía que esa película
pagara el costo del estreno en la Argentina. Cuando desaparece esa
relación monetaria, aunque vos mantengas el espacio cultural y
quieras seguir fomentando ese tipo de cine, no están dadas las condiciones para que ese cine se vea. De hecho ya no hablamos de condiciones de regulación del mercado como la película de Campanella, a la que no le permiten llegar donde tiene que llegar. Es difícil
hacer predicciones en cine, pero una vez que una película estrena,
se puede hacer una predicción sobre cómo va a funcionar. Si la película de Juan José no hubiera tenido las cuotas de pantalla y la medida de continuidad difícilmente hubiera superado los 700 mil espectadores, pero hoy pasó el millón. Con 700 mil y también con un
millón de espectadores, la película cerraba su ecuación económica.
No se trata sólo de un problema comercial en el mercado porque el
cine es una actividad en la que se pierde nueve de cada diez veces.
No está mal que las leyes sirvan para que las películas tengan acceso al mercado.
En general las elucubraciones periodísticas no indican como varió
el mercado en la Argentina entre el 2001 y el 2004. Varió en la cantidad de estrenos, se estrenaron 260 películas en 2001 y 210 en el
2003 con 50 estrenos menos, pero se estrenaron 45 películas argentinas en el 2001 y 45 en el 2003. No perdió un solo estreno antes de
la cuota de pantalla y de la medida de continuidad. Los estrenos
que se perdieron fueron de las cinematografías no norteamericanas
o de la cinematografía norteamericana independiente. Las películas
que se cayeron se cambiaron por más copias de las películas que
se estrenaron. Se hicieron 1500 copias en el 2001 y 4500 en el 2003,
o sea que se hicieron más copias de las películas que se estrenaban, que son las que se conocen como Blockbuster, los grandes
productos del enterteinment norteamericano. De manera tal que se
estrenan con más copias en las salas y se produce una situación
adicional que es desleal para la competencia.
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de Cultura
200
Ha cambiado mucho la forma de ver cine. Antes uno elegía una película, miraba el diario y se trasladaba a un cine para ver esa película. Ahora se citan en los lugares de películas y recién allí eligen qué
ver. Ese "nos encontramos en", tiene que ver con una cantidad de
ofertas que ha variado. El multicine dentro de los shoppings, que
conlleva una oferta gastronómica, de seguridad, de comodidad que
es ajena a la película en si. Casi el 80% del público en la Argentina
se reparte en 12 multicines, y cuando llegamos y nos metemos en
esos corralitos para sacar la entrada nos van diciendo las películas
que hay. Y por ejemplo si "Luna de Avellaneda" empezó a las 8 menos10 y vuelve a empezar a las 10.30 de la noche, mientras que la
película norteamericana se estrenó con 6 copias en el mismo complejo. Eso marca una diferencia importante en la elección del producto. La verdad es que cuando se habla de quién desplaza a quién,
a mi me interesaba señalar que en el tema del cine en particular nosotros, empezamos por donde había que empezar, creo, que es por
la posibilidad de defender para que el cine argentino exista y se
mantenga. Evidentemente las medidas de continuidad y las cuotas
de pantalla sirven claramente para defender a la película que estableció una relación con el público.
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8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
La medida de continuidad implica que la película que cumpla con
una cantidad de espectadores en un período de tiempo determinado, pueda seguir manteniéndose en cartel. Esto significa que un público eligió verla, con lo cual, de lo que estamos hablando es de medidas que siguen las reglas del mercado, pero las hacen accesibles
al producto local. No estamos hablando de cómo hacemos para garantizar que en el mercado se vean productos que no pueden seguir
su lógica, como los productos más sesgados, los que están menos
dirigidos al público masivo. En este sentido todas las legislaciones
que yo conozco en el mundo occidental de regulación y fomento
del cine, se olvidan de esta parte, no trabajan sobre la posibilidad
de circuitos de exhibición diferenciales. No quiere decir que no los
haya. Hay circuitos diferenciales en España, circuitos diferenciales
en Francia, los hay hasta en Estados Unidos. Son circuitos para un
tipo de película que no puede seguir la lógica del mercado, que tienen una lógica distinta. Pero los ejemplos, remiten a países que tienen un poder adquisitivo muy alto, con lo cual el público que accede al cine es más diverso que en la Argentina y está menos concentrado en un solo lugar físico y/o cultural. Por todo esto existe un público accesorio para un cine diverso.
Tampoco es lo mismo ser independiente en los Estados Unidos,
donde una película chiquita sale con 50 copias y alcanza 300.000 espectadores, que salir con 50 copias y 300.000 espectadores en la Argentina que es un batacazo. Esta realidad hace que los circuitos diferenciales en la Argentina sean difíciles de establecer. Para tratar
de enmarcar esto en el tema de la diversidad, que es una preocupación que a mí me lleva mucho tiempo, creo que hemos dado un pa-
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so importante en hacer lo que en otros lugares se hacía. Festejo que
el Instituto de Cine haya recuperado la voluntad de regular el mercado en la Argentina. Creo que ahora hay que trabajar para ajustar
esa reglamentación que se hizo muy rápidamente, aprovechando
un momento político, pero que es mejorable. Además hay que empezar a trabajar en otra dirección, que es cómo hacemos en todos
estos países donde tenemos coaliciones para la diversidad cultural
para empezar a desarrollar medidas que nos permitan ver el cine
que no puede llegar bajo las reglas del mercado, para que la interacción de las diversidades culturales que estamos proclamando se
pueda hacer real. Gracias.
JUAN JOSÉ CAMPANELLA
Director de cine. Filmó "El Chico que Gritó Puta", "Ni El Tiro
del Final", "El mismo amor la misma lluvia", "El Hijo de La
Novia" y "Luna de Avellaneda".
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AUDIOVISUAL
Falta aclarar qué es la media de continuidad. Es un determinado
porcentaje de espectadores que debe alcanzar una película de jueves a domingo, de acuerdo a la capacidad de la sala, que también
depende del lanzamiento de la película. Una película con más de 20
copias, que es lo más grande, tiene que llenar el 25 % de la sala y
de ahí hacia abajo. Esto es muy por arriba de lo que el cine necesita para pagar los costos, o sea que también hay ganancia para el cine. El porcentaje va bajando en películas más chicas y con pocas
copias, hasta el 8% en temporada baja, que es una cosa muy accesible. Ésa es la medida de de continuidad.
Ha sido muy completa la exposición de Pablo Rovito. Yo quería
agregar algunas cosas concretas que han pasado con la película en
estas semanas que fueron desde su estreno. Cuando se estrena una
película trato de ir al cine y gozar de la reacción del público, pero esto no fue posible en esta película porque nos hemos pasado todo el
tiempo en reuniones, discusiones, peleas, y notas en radio. La película empezó a andar muy bien, aunque lamentablemente por más
multimedia, publicidad, y actores populares que haya, nada garantiza nada. Hay una fuerte tendencia del público argentino en no ver
cine argentino. Concretamente "Luna de Avellaneda" arrancó con
menos espectadores que "El Hijo de la novia", pero en la segunda
semana empezó a llenar los cines, y entonces nos dijeron que nos
iban a sacar de una cantidad de salas de cine porque había que hacer lugar para el "El día después de mañana". Por suerte el INCAA
reaccionó muy bien y rápido, y no se repitió lo que habían sufrido
otros compañeros durante el año con "La niña Santa" o "El Abrazo
partido", con películas que podrían haber hecho un 40% más de recaudación que en esos casos es la diferencia entre recuperar o no
la inversión. Otro ejemplo nos ocurrió con Harry Potter, cuando nos
informaron que le iban a agregar un intervalo, y por lo tanto podían
dar una función menos de nuestra película, "Luna de Avellaneda",
para meter esa función de Harry Potter que les sobraba. También
nos enteramos que los vendedores de pochoclo que están en los cines son consignatarios, un grupo que antes no existía.
Esto se da en Estados Unidos también. Está comprobado que la ganancia del cine está en el pochoclo y la gaseosa. Finalmente surgió
el tema que esto era un ataque al cine alternativo europeo, al arte
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asiático. Pensar que por culpa de "Luna de Avellaneda" no se podía
ver cine iraní era un delirio. Finalmente hemos logrado esta ley,
donde hay algún tipo de protección en estos países. Creo que además se está avanzando en el ámbito del MERCOSUR. Lo que es importante destacar es que nosotros que nos tendríamos que dedicar
a hacer cine y a discutir sobre guiones y sobre películas, tenemos
que estar permanentemente en el teléfono o en mesas simplemente para lograr que la película esté en el cine. Yo trabajé en los Estados Unidos y jamás me ha sucedido una cosa así. Es una lástima y
también es una prueba de lo necesario que es esto. Porque uno trata de hacer todo lo posible para hacer una historia que además de
satisfacer las necesidades personales como realizador, satisfaga al
público, pero de repente se ve que como tiene que vender más pochoclo la película sale de los cines. Gracias a esto, la ley es indiscutida, y terminado el tema. Me gustaría volver a este tema específico, que es el trabajo de los que hacemos cine, y me parece que es
muy útil todo lo que preserve la diversidad cultural, todo lo que preserve y haga que distintas voces, aún las mas alternativas, aún las
que sigan las leyes de la narración de manera menos intuitiva, tengan su lugar y lleguen a la mayor cantidad de público posible. Pero
tampoco me gustaría, ya que el cine americano trata de adueñarse
de muchas cosas, que se adueñen de otras. No me gustaría que se
adueñen de la estructura de tres actos que ya viene de los griegos,
que es una estructura que usó Shakespeare, Ibsen, que usó O’neill,
y que ahora justamente por los mismos que dicen que no le damos
lugar al cine iraní, se nos dice que es una estética yankee, como si
fuese una estructura inventada por ellos. Es una estructura a la cual
se ha llegado después de siglos de evolución, porque Aristóteles no
hizo más que describirla, después de años de evolución del teatro.
Existe este pequeño sector de la crítica, que si bien no tiene gran
impacto con el público, sí lo tiene entre nuestros realizadores, especialmente los jóvenes, que tienen un enorme talento para contar
historias, un enorme manejo de los medios audiovisuales, pero que
creen que la calidad de una historia es mejor cuanto menos repercusión tenga en una audiencia no cinéfila. Que una historia es más
importante si representa el mundo interno de un director y nada de
lo que lo rodea. Me parece que ahora, con todas estas normas que
son fundamentales para lograr nuestros espacios, nuestra función
es llenar el cine y para ello se necesita estar más atento al corazón
de la audiencia. Esto no quiere decir hacer historias norteamericanas para ayudar al cine argentino. Cuando teníamos una cinematografía fuerte y popular, era muchísimo más difícil atacar nuestro cine. Entonces mucho de lo que hemos perdido, lo hemos perdido
por nuestra culpa, porque hemos perdido como cinematografía. En
algún momento de nuestra historia lo bueno empezó a pasar por lo
antipopular y lo popular era malo. ¿Que pasó? Que mucha gente de
gran capacidad hace un cine elitista que es rechazado por el público. Se llega a una situación en la que cualquiera sea la película argentina que se dé, la gente no quiere ir, la rechaza a priori. Porque
piensa que es una cosa supuestamente "popular", mal hecha o una
cosa bien hecha pero que realmente no interesa. Tenemos un gran
número de directores muy talentosos que ganan muchos premios
en Festivales y que están en la vanguardia en la búsqueda de nuevas maneras de contar. Sería bueno también que tuviéramos un
gran número de directores que cuente nuestra experiencia, que la
cuente con emoción, con drama, donde nos podamos ver reflejados. A mí me parece que estas leyes son muy importantes, de hecho las hemos luchado juntos. Ahora llega el momento en que algo
tenemos que ofrecer. Gracias.
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HUGO DI GUGLIELMO
Consultor Internacional de Medios Audiovisuales. Ex Director de Programación de Canal 13. Autor del libro "VIVIR DEL
AIRE. La Programación Televisiva vista por Dentro".
Para hacer las cosas un poco diferentes en esta charla, me gustaría empezar por el final. Es decir, por la conclusión. En mi parecer,
en el mundo de la televisión, la globalización no mata la diversidad cultural, más bien le da una nueva oportunidad.
En principio, digamos que la televisión siempre ha sido el más internacional de los medios masivos, más que la gráfica y más que la
radio que nacen para satisfacer a públicos locales. Siempre se han
vendido y comprado programas de televisión entre distintos países
y EEUU ha sido líder en eso, pero no excluyente.
En el mundo de la globalización las cosas son algo distintas. En
principio a los responsables de generar contenidos, nos da miedo.
Desde un punto de vista cultural engendra el miedo de que todos
veamos y consumamos lo mismo, todos iguales, atontados y sin
discernimiento. Supongo que a muchos les gustaría que fuera así.
Pero la verdad es que al público no le gusta eso, y rechaza esa uniformidad. Los grandes centros productores están acatando la orden
o, al menos, adaptándose.
Veamos algunos ejemplos. Hasta hace menos de 10 años, las series
americanas invadían el mundo y se programaban en el horario central de casi todos los países. Hoy no se las encuentra. La gente, en
todo el planeta, prefiere los programas locales. Una comedia familiar con temática local, una novela local, un reality, un talk show local siempre tiene ventaja contra un producto extranjero. De esta forma, las grandes compañías productoras internacionales, al no poder vender enlatados sus productos originales, tienden a asociarse
con productores locales para no perder mercado.
Sin embargo, hay que hacer una diferenciación general cuando hablamos de contenidos de programación televisiva. Por un lado,
pongamos está la ficción (novelas, series, películas para TV) y por el
otro los programas de entretenimiento (concursos, realities, programas de charla).
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206
La ficción es el tipo de programa que más identificación produce
con el público en cualquier lugar. Porque a todos nos gusta mirarnos en el espejo y la televisión es básicamente eso. La mayor arma
de triunfo de un canal suele ser la ficción. Por eso es también la más
difícil de exportar, de globalizar. Tomemos, para simplificar, el principal producto de exportación de la TV Latina: la novela. Se producen entre 100 y 150 por año. Son pocas las que gustan en muchísimos países y se transforman en éxito internacional. Pero cada vez
encuentra nuevos mercados, por ejemplo Europa del Este. En la ficción, el riesgo es cuán internacionales podemos ser, sin transformarnos en extranjeros en nuestro propio país. Cuanto más peso tienen en la trama los costumbrismos, el lenguaje muy local, si la ocupación de los protagonistas no existe en otros países o si sus hábitos sólo se dan en su tierra, nos alejamos del éxito internacional,
aunque quizás refuerce el local.
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¿Cuál es el secreto entonces? Tener una idea poderosa. Y la novela
tiene reglas para esto: una gran historia de amor entre una pareja
que tenga química entre sí. Buenos y malos claramente definidos.
Pocas historias laterales y que confluyan hacia los protagonistas. Finales de bloque y de capítulo atrapantes. Y, por favor, un final feliz.
Si estos puntos son fuertes, poderosos y el casting es bueno, lo demás; ciertos modismos, formas de vestirse, y hasta ciertas costumbres locales serán bienvenidas como una curiosidad, como algo diferente y como una frutilla de la torta. Pero la torta es la historia de
amor central. Es un tema de forma y fondo. Pinta tu aldea y pintarás el mundo, excepto que en tu aldea hablen un idioma que no entiendo o de un tema que no me importe.
En cuanto a los programas de entretenimiento está ocurriendo
otras cosa en el mundo global. Es el imperio de los formatos. Esto
supone inventar un juego, un mecanismo, una puesta en escena y
un conjunto de reglas que sean universales y repetibles en cualquier lado: Gran Hermano, Expedición Robinson, Operación Triunfo, Quién Quiere ser Millonario. Tienen éxito en muchos países. ¿Por
qué? Porque los protagonistas son siempre locales. Sólo debo acomodar algunas partes del contenido. Si es de preguntas y respuestas debo incluir temas que estén en la memoria del participante local, si es de cantantes, unos cantarán tango, otros bailarán salsa,
cantarán pop en su idioma o lo que corresponda.
El mercado de los formatos se expande a velocidad vertiginosa y ya
no es sólo EEUU el creador. Muchos provienen de Europa, de los
países más disímiles como Holanda, Noruega, Bélgica, y también
de Latinoamérica. En varios casos, está llegando también a la ficción, donde se venden los libros y el standard de producción, para
hacer versiones locales.
Este es el panorama en ficción, en entretenimiento, en contenidos
en general. Falta sólo analizar un tema propio de la globalización y
que involucra sí a todo el mundo. Y es el aspecto tecnológico. En
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SOBRE DIVERSIDAD
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eso sí somos cada vez más iguales. La tecnología por un lado nos
unifica y nos obliga a ver un mundo nuevo. Hay más canales que
necesitan más variedad de producción. La gente accede a más posibilidades. La tecnología también ofrece mejor calidad de producción. Cuando el público se acostumbra a una buena imagen, un
buen sonido, una buena edición y efectos especiales, es imposible
volver atrás. Esto implica costos importantes y por eso, las industrias televisivas se encuentran con que la mayoría de las veces, sus
costos de producción no se cubren con los ingresos locales. Las
producciones más costosas deben planearse para que puedan ser
vistas en otros países también.
Y ahí se cierra el círculo. Producir más y mejor localmente. Y hacer que un porcentaje de esa producción sea exportable. Ese es el
desafío.
Resumiendo esta charla, espero que breve, quiero destacar que:
- La globalización tecnológica creó nuevos mecanismos de distribución de contenidos. Con mayor variedad y más opciones para el televidente y para los productores.
- La globalización exige altos estándares de producción. Esto eleva
los costos y hace necesario exportar.
- Los públicos priorizan el contenido local sobre el extranjero.
- En ficción, si el fondo (las ideas) son más fuertes que el costumbrismo, tienen opción de exportarse.
- En entretenimiento, si el formato es bueno y el protagonista local,
también es exportable.
- En televisión las ideas pueden ser globales, pero es mejor que los
protagonistas sean locales.
Finalmente el televisor, nos guste o no, es un componente de la vida familiar. Y uno no deja entrar extraños en su casa. El tema es
cuánto talento, cuánta inteligencia y cuánta dedicación tenemos los
que hacemos televisión, para mostrarle al mundo cómo somos,
qué sentimos y hacerlo de una manera que a los demás les resulte
familiar. Por eso vuelvo a mi opinión del principio. Si no nos asustamos y aceptamos el desafío, la globalización no mata a la diversidad cultural, más bien le da una nueva oportunidad.
Secretaría
de Cultura
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JOSÉ E. PÉREZ NELLA
Presidente de la Sociedad Argentina de Locutores, Secretario Administrativo de la Confederación Sindical de Trabajadores de Medios de Comunicación Social (COSITMECOS) y
Presidente de la Federación Panamericana de Sindicatos de
Artes, Medios de Comunicación y Espectáculo (PANARTES).
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
Muchos se preguntarán qué hace un locutor hablando de industrias
audiovisuales. Llevo 14 años trabajando en la Confederación Sindical de Trabajadores de Medios de Comunicación Social y participo
del Foro de la Defensa de las Industrias Culturales de Buenos Aires.
Allí encontré a Pablo Rovito y a Nemesio Juárez que los otros días
presidió la mesa de las coaliciones, quienes se han transformado en
mis maestros, en esto de discutir la diversidad cultural y el futuro
de las Industrias Culturales ante esta globalización. Pero como Presidente de una Federación Panamericana de Sindicatos de Medios
de Comunicación Social, Artes y Espectáculos (PANARTES), impulsé hace dos años la inclusión en el temario de todos los congresos
y seminarios que realizamos en distintos países de América, el tema de la defensa de las Industrias Culturales, exhortando a todos
nuestros compañeros trabajadores a formar coaliciones, a formar
alianzas. Tal como comenzó haciendo Francia, luego siguió Canadá,
luego Chile y afortunadamente ahora Argentina. Y recuerdo que hace un año eran cinco o seis coaliciones en el mundo, hoy son casi
dieciocho y dentro de poquito serán veinte. Quiere decir que se está trabajando mucho para ver si podemos cambiar este mundo que
va en una sola dirección.
Desde hace tiempo, muchos países han adoptado medidas destinadas a salvaguardar a la industria audiovisual con el fin de evitar su
desaparición y su desnacionalización. En la ronda Uruguay del
GATT en 1994, la antecesora de la Organización Mundial de Comercio, se dejó afuera de los acuerdos de libre comercio a la radiodifusión y a las Industrias Culturales, fundamentalmente por la presión
que ejerció la directiva europea de televisión. El Parlamento Europeo tiene una directiva en estos temas que tienen mucha importancia, como ser las cuotas de pantalla, los mínimos de producción nacional, la cuota para las producciones de otros países de la comunidad y además le pone techo a los procesos de monopolización.
Lógicamente cuando concluyó la ronda Uruguay del GATT, quedaban 10 años por delante, y luego venía el compromiso de discutir el
tema nuevamente y ya han transcurrido 10 años.
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
Ante la concentración en pocas manos, el sector sindical considera
que los grandes grupos monopólicos han logrado el control del
proceso político y que son sus peticiones, las que actualmente tienen peso en las decisiones gubernamentales. Es por eso que en la
actualidad, los gobiernos independientemente de su color político,
tienen cada vez menos poderes para tomar decisiones en materia
de política económica y social. Si a esto le sumamos los esquemas
de la desregulación que hoy imponen a los gobiernos el FMI y el
Banco Mundial en las discusiones, ya sea del ALCA o de la OMC, sobre todo en el rubro de servicios, ello nos lleva a afirmar que la subsistencia de las Industrias Culturales en casi todo el mundo (con excepción de Estados Unidos), se encuentra en grave peligro.
Estados Unidos, que tiene una poderosa industria audiovisual que
constituye su segunda fuente de ingreso de divisas, viene ejerciendo una presión constante en las negociaciones de la OMC con el fin
de lograr que los países miembros liberalicen totalmente sus intercambios en el sector cultural. En esas negociaciones se procuran
eliminar diversos tipos de intervención estatal, que es de utilización
corriente en las industrias culturales de muchos países, como son
las subvenciones, ayudas, cupos, y restricciones a las inversiones
extranjeras. Como ahora EEUU parece estar dispuesto a ir eliminando los subsidios a la actividad agrícola, esto nos debe atemorizar
por cuanto va a constituir, en los próximos meses de negociación,
un enorme factor de presión para que muchos países decidan liberalizar los servicios. Desgraciadamente, una vez que un Estado en
el ámbito de la OMC, asume el compromiso de liberalizar algún sector de su economía, no se puede volver atrás.
Le ocurrió a Nueva Zelanda, tras haberse comprometido en las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT, a suprimir restricciones
en el sector audiovisual. Cuando quiso dar marcha atrás anunciando su intención de introducir de nuevo, cupos en materia de radio
y televisión, vino el tío Sam y le dijo que eso no se podía hacer. Así
que en esto hay que tener mucho cuidado.
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de Cultura
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Nuestra posición es que la producción cultural debe continuar exceptuada de las discusiones multilaterales de libre comercio. Entendemos que la creación artística por su variedad y complejidad no
puede estar regida por la lógica del mercado ya que generaría procesos de concentración y uniformidad que limitarían a la diversidad
cultural. Como trabajadores de esos medios también nos preocupa
la concentración de empresas a nivel mundial. Los grupos multinacionales de comunicación son pocos, pero grandes y han adquirido
en los últimos 10 años un verdadero poder. Hoy en día no más de 5
empresas dominan el comercio internacional del espectáculo audio-
visual, de allí que no sólo los sindicatos del sector deben alzar su voz
para preservar los espacios culturales de cada país, o región, sino
también es necesario que el simple ciudadano se sume a este reclamo. Frente a esa ofensiva trasnacionalizadora, es importante que todos debamos sumarnos a una encendida defensa de las industrias
culturales, que es lo que estamos haciendo ahora. Es preciso encontrar fórmulas de equilibrio para que nuestras industrias culturales
subsistan y se desarrollen en ámbitos propicios y no con la permanente amenaza de ser arrolladas por países exportadores de bienes
culturales. Los que trabajamos en el sector audiovisual no pretendemos cerrar fronteras ni buscamos impedir el acceso de otros países,
pero propiciamos, en defensa de la diversidad cultural, el resguardo de espacios para la creación y exhibición de productos locales y
regionales y evitar de esa manera que el camino sea en una sola dirección como lo pretenden imponer los grandes grupos multinacionales hacia el resto del mundo. En pocas palabras, aspiramos a la libertad de poder producir y exhibir lo propio y al mismo tiempo tener acceso a la más variada producción extranjera.
En virtud de las desigualdades económicas existentes y la concentración multinacional de medios, no será posible gozar de esa libertad si todo queda librado al exclusivo arbitrio de las reglas del
mercado. Es necesario que los países y gobiernos actúen decididamente en defensa de la creación y la producción cultural nacional
asumiendo el rol de garante de la diversidad cultural. Para que ello
ocurra, es condición indispensable que los estados mantengan en
las negociaciones de tratados comerciales multilaterales, sea en el
ALCA o en la OMC, su derecho soberano de establecer sus propias
políticas de protección o de fomento para su producción cultural.
También resulta imperioso que los tratados de libre comercio contemplen el respeto pleno a estas políticas, por cuanto los bienes
culturales no pueden ser equiparados a cualquier otro producto o
servicio y menos aún ser englobado, como pretende Estados Unidos, bajo el rótulo de "industrias del entretenimiento o esparcimiento". Los bienes culturales de producción nacional hoy en día
deben competir en condiciones desfavorables respecto de los
grandes grupos multinacionales que lideran los cada vez más agudos procesos de concentración monopólica. Advertimos que el discurso norteamericano de la libre circulación y la libre competencia
para la "industria del entretenimiento o esparcimiento", sólo sirve
para implantar una mayor hegemonía y agudizar aún más los problemas existentes en las industrias culturales. La cultura requiere
de nuestros gobiernos políticas claras y definidas. Si bien el comercio juega un rol fundamental en ella, las líneas de acción deben
estar regidas por el interés ciudadano y de soberanía. Deben estar
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
8. INDUSTRIA
AUDIOVISUAL
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basadas en el respecto a los derechos humanos, garantizando la libertad de expresión y el derecho a la información. Sin una posición
firme que resguarde la soberanía en materia cultural, no podremos
soñar con un cine, una televisión, una radio, un libro, una industria
de la música, propias. De allí que resulte necesario que los gobiernos asuman la decisión de no adoptar compromiso alguno en las
negociaciones de la OMC en el sector de servicios y bienes culturales, y apoyen el proyecto de convención cultural en la UNESCO,
por cuanto constituye un nuevo tratado internacional, que con algunas mejoras en ciertos artículos, servirá para proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales. También el Foro para la Defensa de las Industrias Culturales de Buenos Aires tiene
previsto entrevistar al Sr. Presidente de la Nación Dr. Néstor Kirchner con el objeto de solicitarle que el gobierno argentino no asuma
compromiso alguno en la OMC sobre el rubro de bienes y servicios
culturales y apoye el anteproyecto de Convención a tratarse en
UNESCO. Pero debemos trabajar todos para el establecimiento de
normas que sirvan a la sociedad en su conjunto. Globalización no
debe significar uniformidad, no debe significar la McDonalización
de nuestra cultura, como le escuché decir una vez a Pino Solanas.
Luchemos por un mundo donde se valore la diversidad cultural y
lingüística. Muchas gracias.
9. Medios nacionales
y globalización
MARÍA SEOANE
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
9. MEDIOS
NACIONALES
Y GLOBALIZACION
Periodista y editora del Diario Clarín.
Los medios de comunicación integran con plenitud las llamadas industrias culturales (IC). Es decir, integran, según el consenso internacional, el sector más dinámico del desarrollo social y económico de
comienzos del siglo XXI, el que atrae más inversiones, genera más
empleos e incide definitivamente en la construcción de la identidad
de países, regiones y, a escala global, integra el mundo en el mismo
devenir histórico. Según cálculos del World Information Technology
and Service Alliance, si para el año 2000 las IC facturaban mundialmente unos 2,1 billones de dólares, para 2004 se considera que el
monto será cercano a los 3 billones de dólares. En la Argentina de
antes de la crisis de 2001, las IC aportaban unos diez mil millones de
dólares anuales. Por lo tanto, los medios de comunicación son una
parte aórtica de las IC que, según la definición del antropólogo argentino Néstor García Canclini, son un "conjunto de actividades de
producción, comercialización y comunicación en gran escala de
mensajes y bienes culturales que favorecen la difusión masiva, nacional e internacional, de la información y el entretenimiento, y el acceso creciente de las mayorías. En los últimos años, el énfasis en
una u otra de estas actividades y funciones ha llevado a nombrarlas
como "industrias comunicacionales", "industrias creativas" (creative
industries) o "industrias del contenido" (content industries), con lo
cual se alude a que son medios portadores de significados que dan
sentido a las conductas, cohesionan o dividen a las sociedades".
Por lo tanto, es imposible pensar en la globalización sin la esencia
de ella: la manera en que las sociedades se constituyen o cohesionan y se interrelacionan unas con otras. Y los medios de comunicación son las llaves de acceso a ese mundo plural, interconectado,
hacia dentro y fuera de las fronteras nacionales. Lo que ocurre a los
medios de comunicación nacionales de un país determinado en la
era de la globalización tiene una alta implicancia social, política y
económica para ese país y sus ciudadanos. Por lo tanto: a pesar de
que la propiedad de los medios sea privada, siempre es una cuestión pública su existencia e inserción en una nación determinada.
Debatir cómo se plantan esos medios nacionales en este mundo es
debatir ideología pura, tal como definió García Canclini y también
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
9. MEDIOS
NACIONALES
Y GLOBALIZACION
plantea el sociólogo y ensayista catalán Manuel Castells, que es la
definición de significados y su transmisión a escala masiva en cualquier sociedad. Como toda ideología, está sujeta a tensiones, a discursos que pueden ser tentados a convertirse en vademécum de
pensamiento único que concentre el discurso desde el poder o,
contrariamente, que promocione una producción plural de cultura,
es decir una mayor democratización de la cultura y la información.
En este debate están en juego las nociones de lo regional y lo nacional, que deben ser preservadas frente al avance de lo global porque si bien los efectos benéficos de la globalización son la globalización de saberes, la globalización de culturas y la globalización de
diversidades, también es cierto que para que esto ocurra debe haber diversidad y no uniformidad: debe haber diversidad de estados
y de pensamiento. Jamás se podría hablar de la globalización de diversidades si, previamente, ello no conllevara la individualización
de cada ciudadano, de cada sociedad. Es plural, entonces, lo que es
diferente entre sí y desde esa diferencia se relaciona.
La globalización de las industrias culturales, y más precisamente de
los medios de comunicación, tiene aspectos contradictorios: por un
lado el aspecto económico decisivo como generador de desarrollo.
Pero, por otro lado, en caso de los medios nacionales argentinos, el
hecho de estar en una región del mundo y en un país donde la presión de los grandes multimedia mundiales, vía los acreedores, tiene un apetito comercial desmesurado y pone en peligro la existencia independiente de esos medios nacionales. Esto configura un escenario complejo. Al mismo tiempo de que tiene efectos benéficos:
interconexión, la democratización de la cultura y la información a
escala mundial, también tiene efectos no tan benéficos como esos
apetitos multinacionales de apropiación mercantil ilimitada, del patrimonio cultural de cada pueblo o los derechos comerciales de las
empresas más débiles, en general desplegadas en este sector del
mundo. Esto es, la globalización debe tener una regulación desde
los Estados nacionales, en función de las propias identidades nacionales, para lograr una integración ventajosa con el mundo.
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de Cultura
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No confiamos pues, como no confían los intelectuales y especialistas que abordaron este tema, tales como Néstor García Canclini, Jesús Martín Barbero, Bernardo Klisberg y Octavio Getino, para citar
solo algunos, en que la cohesión cultural de la Argentina quede en
manos de la voracidad mercantil de los multigrupos más potentes
del planeta, de propiedad extranjera. Mientras existan los Estados
nacionales, cosa que la globalización no borró, tal el caso de Estados Unidos, el megaestado nacional más grande de la historia, no
será posible ceder este territorio tan esencial a las industrias culturales, sean públicas o privadas nacionales, más que en proporcio-
nes que no afecten la identidad y cohesión de cada una de las sociedades que participan en la globalización.
Esto lo entendió Clarín antes de la globalización, al participar activamente en adherir a la cultura industrialista de la Argentina. Y lo
entiende ahora más que nunca integrado a la globalización. Su producción actual lo destaca como una de las empresas culturales y
editoriales más importantes de la Argentina. Para hablar sólo de la
industria editorial, sin avanzar en el aporte de los medios audiovisuales como Canal 13 y Radio Mitre, la televisión por cable o la telefonía celular y el desarrollo de proyectos tecnológicos de comunicación, Clarín fue pionero en la edición de coleccionables semanales de alto valor educativo, es decir de democratización del conocimiento y de cohesión social vía la educación masiva. Desde la década del '80 Clarín lanzó al mercado productos de gran aceptación
que responden a los programas escolares. De esta manera se han
editado diccionarios, manuales y enciclopedias de los más diversos
ejes temáticos, como por ejemplo "El Gran Libro del Siglo", la "Enciclopedia Visual del Siglo XX ", la "Historia Visual de la Argentina",
la "Enciclopedia Visual de la Argentina", la "Enciclopedia del Cuerpo
Humano" y la "Enciclopedia del Reino Animal". En estos 14 años se
han distribuido 15 millones de colecciones en total. Nada de la cultura es ajeno, que es como decir nada de lo humano es ajeno, en su
producción: en los últimos años se han editado bajo este formato
manuales de informática e Internet, colecciones de cocina, libros
especializados de artes plásticas y arquitectura, cursos de tejido y
costura, guías de turismo, manuales de agronomía y grandes obras
de la literatura argentina y universal. Los ejemplos más recientes
son Biblioteca Clarín de la Historieta (50.000 ejemplares promedio
por cada libro), CDs Grandes Compositores de la música clásica
(16.500), Diccionario Castellano (venta total: 170.000 ejemplares),
Diccionario Inglés (venta total: 109.000 ejemplares), Martín Fierro
(25.000 ejemplares), Don Segundo Sombra (19.000 ejemplares),
Real Academia Española (20.000 ejemplares por tomo).
La revista "Ñ" merece un tratamiento aparte. No sólo su nombre
responde a una genial defensa de la especificidad de la lengua española contra el avance simiesco de la globalización del lenguaje
vía Internet y, sobre todo, del inglés, sino que establece contenidos
amplios y menos crípticos para miles de lectores que se supone interesados más allá de capillas intelectuales. Esto se refleja en su intención de ser una revista que trascienda los límites de las ciudades
y penetre en la Argentina más allá de la General Paz. De sus 88 mil
ejemplares promedio semanales, "Ñ" realiza más de la mitad de su
venta en el interior de la Argentina. Pero el fenómeno editorial que
la acompaña es grande: cada libro de la colección de Cortázar, por
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ejemplo, tiró unos 30 mil ejemplares promedio. Esas mismas ediciones se intentan difundir en el MERCOSUR. La educación, como
columna vertebral de la formación inicial cultural en nuestro país,
también tiene un lugar central en la producción del grupo Clarín, a
través de las revistas "Enseñar" (Jardín, EGB1, EGB2, EGB3, unas
126.233 vendidas en su lanzamiento). La revista "Genios" tiene
90.000 promedio por semana y para los comienzos del ciclo escolar llega a 350.000 ejemplares. GENIOS edita también diversos productos editoriales para la educación como: Colección "Grandes Clásicos", 40 libros de adaptaciones de los grandes clásicos de la literatura universal, la "Guía Temática Escolar", y el "Diccionario Escolar Ilustrado" de 40 tomos. Desde otro ángulo, la Fundación Noble
ha desarrollado desde sus inicios en 1966 una serie de programas
con eje en la educación y en particular profundizando el rol de los
medios en el proceso de la enseñanza y aprendizaje y su valor como herramienta didáctica. Con el objetivo central de democratizar a
todo nivel la enseñanza y la cultura, acompañando desde la esfera
privada una tarea central e indelegable de los estados nacionales.
Ahora bien, la entrada a la globalización impuso a Clarín, como a
otros medios de comunicación nacionales, la necesidad de producir una innovación tecnológica importantísima para competir con
los medios extranjeros que desembarcaban en la Argentina a comienzos de la década del 90. Eso prefiguró un endeudamiento en
dólares de todas las IC nacionales. Los problemas fueron varios. El
más importante fue que esa entrada a la globalización se realizó sin
un acompañamiento jurídico sólido desde el Estado que protegiera
a las industrias culturales de la extranjerización forzosa en caso de
crisis.
Por lo tanto, durante los años noventa las industrias culturales quedaron desprotegidas como lo estuvo en general toda la industria
nacional. La extranjerización de las industrias nacionales, 314 sobre
500, de esa década no alcanzó a los medios de comunicación nacionales pero sí los alcanzó el endeudamiento. Aunque los medios
sean privados pero argentinos, no es posible igualar la producción
de bulones a la producción de sentido o contenidos porque los alcances del daño en su extranjerización son brutalmente diferentes:
los bulones producen máquinas; los medios producen conciencia,
ciudadanía, identidad, siempre que cumplan con sus objetivos sin
desvíos. Pero esa es otra discusión. La que nos ocupa, entonces, es
cómo se protegía la Argentina de esa extranjerización de sus IC.
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de Cultura
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Desde esta perspectiva, el debate acerca de la propiedad de los medios de comunicación públicos o privados es fundamental. Porque
si los medios se encontraran prioritariamente en manos de capita-
les extranjeros, esa tarea fundamental de los medios de promover
el debate público podría verse entorpecida, disminuida o directamente avasallada, en función de los intereses de corporaciones que
ni siquiera tienen sede en la Argentina (y que posiblemente poco
conozcan acerca de nuestra cultura, ni les interese hacerlo).
De ahí que, en el presente contexto de auge de las empresas transnacionales, haya sido de vital importancia un compromiso del Estado para con sus industrias culturales. Es que la crisis institucional
que estalló en diciembre de 2001 puso de manifiesto que la aplicación a ultranza del neoliberalismo, la globalización fundamentalista
que plantea el repliegue total del Estado de la actividad económica,
no estaba resultando ni para la economía ni para la sociedad argentina. De pronto, el sentido de lo nacional, la identidad nacional, comenzó a resignificarse: nociones como identidad, patrimonio cultural y cultura nacional, que durante los 90 habían estado en crisis,
volvieron a llenarse de sentido, y se presentaron como el lugar de
anclaje de los argentinos frente a la inestabilidad política, social y
económica que atravesaba el país. En ese camino, los medios de
comunicación jugaron un rol esencial, ya que alentaron el debate
sobre la importancia de las industrias culturales. De manera que la
preservación de las industrias culturales terminó volviéndose un tema prioritario en la agenda política. Se convirtió, en fin, en una obligación ineludible del Estado.
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El endeudamiento de los medios de comunicación nacionales, promovidos por una globalización irresponsable, no era sólo una cuestión privada. El mecanismo de salvataje de los medios de su endeudamiento debía tener dos pinzas: una, la privada, que resolviera una
forma de reestructurar su deuda con los acreedores, otra, esencial,
que la legislación nacional protegiera a sus empresas de quedar a expensas de la voracidad extranjera en el camino de esa reestructuración. Así, el famoso mecanismo del crawn dawn que habilitaba a los
acreedores a quedarse con el paquete accionario de las empresas nacionales debía tener una limitación expresa del Estado.
En el camino que desembocó en la construcción de un andamiaje
legal sobre la materia, se conformaron entidades como el Foro para la Defensa de las Industrias Culturales de Buenos Aires y otros
espacios de debate integrados por trabajadores de la cultura, intelectuales y empresarios. La premisa, en todos los casos, era proteger el patrimonio nacional en contra de los efectos negativos de la
globalización, que se manifestaron en la Argentina de los ’90, y en
los países latinoamericanos en general, en la adopción de una legislación permisiva a la apertura irracional, a la entrada desmedida del
capital extranjero y especulativo. Entonces, tras la salida de la con-
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vertibilidad, hubo señales que apuntaron en esa dirección.
La más significativa fue la promoción de la Ley 25.750 de Protección
de Bienes Culturales, aprobada en junio de 2003, que protege a los
medios de comunicación nacionales frente al avance del capital extranjero (limita su participación al 30 por ciento del capital accionario). Así, quedaron protegidos, en plena crisis económica, diarios, revistas, periódicos y editoriales; servicios de radiodifusión y complementarios; productoras de contenidos audiovisuales y digitales; proveedoras de acceso a Internet; y firmas de difusión en vía pública.
Los acreedores y los neoliberales a ultranza pusieron el grito en el
cielo por la sanción de esa ley que los medios de comunicación nacionales, entre ellos de manera destacada Clarín, propiciaron. No se
trataba, visto a la distancia, de un problema de caja o de que el Estado asumiera otra vez deudas privadas. (Clarín reestructuró su
deuda, tal como puede verse en sus publicaciones en la Bolsa de
Comercio y leerse en el perfil financiero de Clarín en la página
www.grupoclarin.com) Se trataba de contar con una herramienta
que no permitiera definitivamente un mal mayor, un mal público.
Que no enajenara las llaves maestras de las IC argentinas, como
son los medios de comunicación. Pero los acreedores extranjeros
exigían una apertura ominosa que en sus países centrales no existe. Un repaso de la legislación comparada de otros países indica lo
siguiente: los Estados Unidos subsidian en forma directa e indirecta a las empresas residentes en su territorio (entre las que, por supuesto, se incluyen sus industrias culturales). La participación extranjera en los medios de radiodifusión y telefonía no puede superar el 25%. En el ámbito satelital ese porcentaje baja al 20%.
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Los países europeos tienen políticas de protección de sus industrias
culturales. Y, en este último caso, no sólo de las industrias en sí sino también, y fuertemente, de los contenidos: en los países de la
Unión Europea la programación televisiva debe tener un 51 por
ciento de contenido europeo. Lo mismo ocurre en otros países como Eslovenia, que impuso en el 2001 un límite del 33 por ciento a
la propiedad extranjera de los medios de comunicación; Polonia,
que en 1991, mucho antes de ingresar en la Unión Europea, limitó
la participación extranjera en radiodifusión al 33 por ciento; en Noruega, la legislación sobre los medios de comunicación se diseñó
para impedir la concentración de la propiedad en pocas personas:
no se permite a ninguna empresa que posea más de un tercio del
total del mercado periodístico y de radiodifusión. España, por ejemplo, sólo permite el 25% de participación extranjera en el paquete
accionario de la propiedad de los medios.
En tanto, en América Latina se está avanzando en una integración
regional de industrias culturales, a través del llamado MERCOSUR
cultural. Pero además, cada país tiene su legislación. México es quizás el país más liberal en el tema de la propiedad de los medios, por
su obligación brutal frente al NAFTA, un anticipo de lo que podría
ser un ALCA desbocado en el Cono Sur. Permite una integración del
49% de su paquete accionario. Pero prohíbe la enajenación de un
medio sin autorización del Estado. En México es ley que haya un
uso oficial de 30 minutos diarios de radio y TV. Brasil y Argentina tomaron un camino similar aunque con diferencias. En Brasil, sólo se
permite el 30 % de integración extranjera en los medios de comunicación nacional. Las restricciones son tan duras, que las compañías o sociedades no pueden ser titulares de los medios sino personas físicas y de nacionalidad brasileña. Lo mismo ocurre en Venezuela, respecto de la legislación, por supuesto.
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Entonces la ley 25.750 de la Argentina se inscribe en el marco de acción de las naciones más desarrolladas en el campo de las industrias culturales. Todos los medios de comunicación, la dirigencia política y la sociedad deben festejar su existencia. Ahora queda para
nosotros, salvadas nuestra IC de la globalización fundamentalista,
discutir autocríticamente cómo se participó de esa idea fundamentalista que estuvo a punto de dejarnos son país. Es tiempo también
de debatir la relación de los medios de comunicación y los Estados
nacionales en el desarrollo de las Industrias Culturales. Y de propiciar a fondo el debate de la identidad, la diversidad, y el crecimiento como condición indispensable para el desarrollo y un mayor bienestar y plenitud de nuestra gente.
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9. MEDIOS
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GERMÁN REY
Maestro consejero de la Fundación de Nuevo Periodismo.
Fue ombudsman del periódico "El Tiempo" (Colombia). Es
asesor del proyecto de Economía y Cultura del Convenio Andrés Bello.
Quisiera proponer dos miradas iniciales para acercarme a la relación entre medios de comunicación, globalización, Estados Nacionales y diversidad cultural.
La primera fue la cobertura que hicieron los canales privados de TV
colombianos de los juegos Olímpicos de Atenas y la segunda, algunos trazos de la cartografía del Premio de Nuevo Periodismo (CEMEX-FNPI) que acabamos de entregar en la ciudad de Monterrey
(México) y que obtuvo en la categoría de "texto", Josefina Licitra,
una periodista argentina con un trabajo publicado en la revista Rolling Stone.
Es interesante observar el tratamiento que medios privados hacen
de un acontecimiento de interés público y también acudir a la referencia de lo que están escribiendo los jóvenes periodistas en nuestro continente.
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Unos años antes de los juegos olímpicos de Atenas, los canales privados colombianos llevaron a cabo la negociación de la exclusividad de la transmisión de la señal de los juegos olímpicos. Esto es,
por supuesto, una situación normal dentro de la competencia en el
mercado internacional. Las anormalidades, sin embargo, se presentarían después. Los dos canales surgieron de un proceso reciente
de privatización del paisaje audiovisual colombiano, después de haber tenido durante años un sistema extraño, insular, que no era ni
estrictamente público ni completamente privado. Esos dos canales
ganaron las franquicias para operar privadamente con la particularidad de que pertenecen a dos grandes grupos económicos que
además tienen intereses en la producción de cerveza y bebidas gaseosas, los textiles y la telefonía celular. Empezamos los colombianos a observar entonces los juegos olímpicos de Atenas, que además habían sido promocionados a través de una agresiva y pertinaz campaña publicitaria. Mejor dicho, empezamos a no observar
los juegos olímpicos. Los canales privados comenzaron a hacer
transmisiones muy recortadas de las diversas actividades de los
juegos en sus noticieros y pasaban algunos suplementos más amplios a altas horas de la noche. Inmediatamente surgieron las protestas de los ciudadanos hasta tal punto que los dos canales privados tuvieron que ceder los derechos de transmisión que habían
comprado al canal público, para que éste pudiera transmitir realmente los juegos.
A partir de ese momento la divulgación de los juegos se normalizó. Se vieron las diferentes competencias con análisis reposados
y sin mayores ediciones. Pero especialmente se pudo asistir a la
fiesta de la diversidad (de naciones, de deportes).
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En las pasadas olimpíadas, el canal público fue el que compró los
derechos y las transmitió; el incremento de la audiencia del canal
estatal fue del 300%. Pero lo más interesante fue la respuesta que
dio una ejecutiva de uno de los canales privados frente a la avalancha de protestas: "No podemos transmitir de otro modo los juegos,
porque tenemos audiencias multitarget". El multitarget hacía perder la diversidad, recortaba de manera caprichosa lo que era de interés común y sometía tanto el acontecimiento público como las
demandas de las audiencias a una representación restringida y caprichosa. La diversidad de los públicos se trasformaba así en un
simple problema de segmentos de mercado.
La población-objetivo (el target) se entendía comercialmente pero
se negaba socialmente.
El hecho de la ampliación de la oferta en los medios, y específicamente en la televisión, no debe confundirse con la ampliación de la
diversidad y el pluralismo que es algo totalmente diferente. En un
estudio titulado "Cultural Diversity in the movie industry. A crossnational study" (2004), François Moureau y Stéphanie Peltier sostienen que para analizar cuantitativamente la diversidad en el cine habría que estudiar la variedad de películas que se produce, la diversidad de los géneros cinematográficos y la disparidad asociada con
el origen geográfico de los films. En el caso mencionado de los canales de TV, la ciudadanía era convertida en target, lo que permitía
desplegar temporalmente los hechos deportivos pero a la vez irrespetándolos en términos de diversidad. Esta es la primera mirada
sugerida.
Cuando he participado como miembro del Consejo Rector del Premio de Nuevo Periodismo en las diferentes jornadas de evaluación,
mi mayor placer ha sido leer los trabajos y observar a través de
ellos, el panorama diverso y complejo de las narrativas periodísticas latinoamericanas. En tres años ya han pasado por la revisión de
los jurados, cerca de 2000 trabajos (de texto, fotografía, radio y televisión) y en este año concursaron 600 periodistas de 22 países de
la región. Se observa en todos estos ejercicios de la escritura y la visualidad un mapa que facilita rastrear todo aquello de lo que están
hablando estos narradores de América Latina. Y entre los 5 trabajos
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mencionados este año, el premio ganado por la obra "Pollita en fuga", trata sobre una adolescente involucrada en secuestros y fugada tempranamente de la cárcel. Estaban además un trabajo de La
Prensa de Nicaragua sobre una infinidad de campesinos que han
visto fracturada su vida cotidiana por los efectos desastrosos de un
pesticida – el Nemagón- rociado indiscriminadamente sobre los cultivos por las grandes compañías bananeras asentadas en Centroamérica; y después un gran informe del Correo Brasiliense de Brasilia sobre la situación de los orfanatos en Brasil y dentro de ellos, de
las vidas tristes y anónimas de niños y niñas de ese país. Otro texto premiado fue un estremecedor relato de lo que sucede con los
mexicanos que atraviesan la frontera, abandonados por los coyotes
a una muerte lenta y cruel. Y en Colombia el premio lo mereció una
bella historia de amor de un viejo cantor vallenato que compuso "La
gota fría", una canción que se ha vuelto aún más popular en la voz
de Carlos Vives.
Lo que me llamó la atención de este panorama es que es un paisaje
trágico; se trata, en efecto de tragedias donde no hay perspectivas
para grandes soluciones ni cambios, ni para las transformaciones en
profundidad, como buscaban las generaciones anteriores, sino para
pequeñas salidas al túnel de sus terribles sufrimientos. "La pollita en
fuga" por ejemplo, quiere tener un hijo y su máxima felicidad sería
llegar a ser una instructora de natación. Los campesinos de Nicaragua esperan que un juez dictamine que las grandes bananeras fueron culpables de sus padecimientos sin nombre y los indemnice sin
que sus abogados los roben una vez más. Los huérfanos del Brasil
no esperan nada. Hay un niño al que le preguntan cuál es su nombre y él responde: "yo soy nadie". Ellos esperan quizás que alguien
les exprese afecto, en un sistema institucionalizado y frío.
Es como si los periodistas latinoamericanos hubiesen abierto la caja de Pandora dejando escapar todos los desastres, pero al final, como en el original de la mitología, quedan en el fondo unas pequeñas
esperanzas. Ya no se vive, por lo menos en estos retratos de nuestro
continente, de grandes utopías, sino de escasas esperanzas.
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Mientras que en el primer caso los gerentes de los canales estaban
muy afanados con el multitarget, en el segundo, los periodistas están más preocupados con nuestras peripecias, llámense tristezas,
desigualdades o pobreza. Mientras en el primero se acortaba el
tiempo de transmisión, y los ciudadanos eran alejados del disfrute
de sus derechos, en el segundo se exponen narraciones en que los
ciudadanos pueden verse de alguna manera representados y en las
que los personajes y sus tramas se convierten en parte importante
de una conversación pública inaplazable.
Es cierto que los medios son claves en los procesos de globalización, ya que ésta no es solamente flujo financiero o expansión de
los mercados económicos, sino también intercambio de significados, circulación de modos de vida.
Creo que hay tres temas que son fundamentales en esta discusión
entre globalización, diversidad y medios.
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9. MEDIOS
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El primer tema es cuánta diversidad cabe en los medios, sobre todo si relacionamos su actividad comercial, que es absolutamente
legítima, con sus obligaciones públicas. Así, el primer problema es
si los medios de comunicación en sociedades globales logran ser
culturalmente diversos.
El segundo problema es cuánto pesan las lógicas comerciales en la
independencia informativa, qué significa la configuración de grupos multimediales, la influencia de las inversiones en TV sobre las
inversiones en otros medios (que ha ocasionado problemas en Argentina o en Brasil), de qué manera se ha manejado el endeudamiento que han tenido las corporaciones mediáticas en América
Laina y que han puesto a algunos medios al borde de la quiebra. Y
cuál es la responsabilidad que tienen estos grupos al haber adquirido esas deudas.
Cuando en Colombia se hacía la ley de TV, propuse que los niveles
de participación del capital extranjero fueran un poco más altos que
los que estaban permitidos, entre otros motivos, porque así algunos grupos intermedios, no tan poderosos económicamente, podrían tratar de tener canales privados de televisión, para competir
con aquellos que ya tenían asegurado su paso por pertenecer a
grandes grupos económicos.
Al final los porcentajes no se aumentaron y la televisión privada quedó en manos de quienes tenían mayor capacidad financiera, aunque
también hay que decirlo, una buena experiencia en el medio.
Sin embargo cuando se compara el viejo sistema mixto colombiano, artesanal y regulado, con el nuevo, no se aprecia un aumento
de la diversidad. Todo lo contrario. La programación se ha ido orientando hacia los tipos de programas que generan mayor rentabilidad
y "rating" y en los que se pueden llevar a cabo importantes economías de escala: los informativos, las telenovelas y más recientemente, los "realities". Los programas musicales, la comedia, el seriado unitario y los programas de opinión, han cedido el paso a las
ofertas previsibles. Entretanto, la innovación del melodrama nacional, que accedió a la escena internacional con una relativa fuerza se
ha ido adelgazando, convirtiéndose en "neutro" para circular en el
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mercado hispano de los Estados Unidos.
El tercer tema es cuál es la influencia que tiene la globalización en
la competencia de los medios de comunicación en los mercados.
Por ejemplo, en la disminución del espacio en los periódicos. En un
informe sobre el estado de los periódicos en EE.UU (2004) se afirma que los medios de ese país se han dedicado más a la diseminación de la información que a su recuperación en el campo y que se
ha producido un sensible declive de los géneros. Es curioso cómo
mientras en la ficción se resta lo local para entrar en lo global, en
los formatos se adoptan modelos globales en que los protagonistas
son locales.
Creo que los medios afrontan una serie de problemas en términos
de la diversidad. Muchos de ellos adolecen de poca diversidad de
voces, de un horizonte restringido de posibilidades de interpretación. En varios estudios he podido constatar el bajo espectro de
fuentes a las que se acude para explorar los temas de la agenda informativa y por otra parte, la alta "oficialización" de las fuentes en el
manejo de la información.
La poca diversidad de interpretación tiene que ver con que los medios se centran en determinados saberes y cierran la posibilidad de
que otros ingresen al análisis de los fenómenos; es decir, hay demasiada reiteración de la interpretación política sobre la política, de la
económica sobre la economía. Necesitaríamos de más interpretación cultural sobre los procesos económicos que viven nuestras sociedades o de más comprensiones estéticas de la política o del mundo del trabajo. Lo que significa que hay que romper con la monotonía interpretativa, con el sesgo de la reiteración monofónica.
Existe también poca diversidad en la argumentación. A veces basta pasar con el control de un canal a otro y observar la enorme semejanza de la información en que la continuidad de los informativos es asombrosamente previsible. No sólo porque las noticias son
similares (y obviamente debe haber un grado de semejanza) sino
porque sus aproximaciones son sospechosamente iguales.
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Otro signo de la poca diversidad en los medios es la baja diversidad de las narrativas. En los estudios que he realizado he encontrado un gran énfasis en el registro noticioso y una gran ausencia de
la crónica, los perfiles, las entrevistas o el informe especial. La crónica, por ejemplo, ha emigrado de los periódicos a las revistas, de
las cuales ya tenemos ejemplos de calidad como Etiqueta negra en
Perú, Plátano verde en Venezuela, The Clinic en Chile, Rolling Stone
en Argentina o Gatopardo en Colombia.
Hay también poca diversidad de sistemas de conversación y este
déficit tiene que ver con el despliegue temático que estamos haciendo en los medios de comunicación, la clase de temas que componen la agenda de los medios en nuestros países y la poca diversidad en los tipos de memoria que los medios hacen posible.
¿Cuáles son las principales fracturas de la diversidad en los medios
de comunicación?:
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1) El problema de la concentración de la propiedad y de las hegemonías de grandes corporaciones mediáticas. Y el peso de esa conformación de la propiedad en la independencia informativa y en el
desarrollo de la diversidad, más allá de las determinaciones comerciales y de mercado.
2) La estandarización que está llevando a que los productores mediáticos lleven a cabo una especie de maquila cultural.
3) La invisibilidad de temas y actores.
4) La rapidez con que surgen las estereotipias y las discriminaciones.
5) El aplanamiento de la diversidad a través de la frivolización y la
banalización.
6) El estrechamiento de las narrativas.
7) La selección de las comprensiones y de los puntos de vista en
competencia.
8) La proliferación de aquello que Zygmunt Bauman llama "la comunicación barata".
Para finalizar, hay dos campos en que se juega el tema de la diversidad en los medios. Uno, tiene que ver con las implicaciones de los
tratados de libre comercio sobre las comunicaciones y en general,
las industrias culturales. Y otro, el cambio en el paisaje de los medios cuando se asientan en él de manera hegemónica, grandes grupos mediáticos transnacionales con una pérdida de las opciones regionales y locales. Desde hace años, por lo menos desde la conformación de la Organización Mundial de Comercio, muchos temas
cruciales de la cultura se deciden no en escenarios culturales, sino
en espacios económicos transnacionales. Entre otros motivos, porque para Estados Unidos, las industrias culturales, que ellos prefieren llamar del "entretenimiento" (mostrando ya de esa manera un
sesgo), conforman uno de sus renglones económicos no sólo más
rentable sino más activo y de crecimiento sostenido. También desde hace años, en las negociaciones internacionales, ya no se habla
de excepción cultural, como sucedió en el caso de los acuerdos de
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Estados Unidos con la Unión Europea y de ese mismo país con Canadá (las únicas excepciones culturales que se mantienen hasta
ahora), sino de "reservas culturales", como las que se han firmado
recientemente con Chile y Australia. Son muchos los temas que han
tomado un cariz comercial, perdiendo mucho de su densidad cultural, de su diversidad, como por ejemplo, la cuota de pantalla de cine, la cuota de pantalla de la producción nacional de televisión, el
dominio del autor sobre sus derechos ahora transferidos a las empresas comerciales, el significado de los derechos colectivos, las
responsabilidades de los prestadores de Internet.
Por eso tiene una gran importancia la discusión en la UNESCO de
una Convención universal sobre diversidad cultural que vuelva a
ubicar los temas de la cultura en un escenario propio y no en aquellos en que los bienes y servicios culturales son convertidos en simples mercancías.
La presencia de las grandes multinacionales de medios en el desarrollo de la diversidad es también un tema de debate.
Hace dos semanas fui invitado a una Junta Directiva de la Fundación de Nuevo Periodismo en la Ciudad de México que preside Gabriel G. Márquez, para presentar un estudio sobre cómo trece periódicos colombianos representan la guerra, el conflicto interno del
país. Al finalizar y cuando observó el panorama de los medios, García Márquez dijo una frase que resume en buena medida esa pérdida de capacidad para ver y explorar la realidad de una manera más
compleja, mas rica y diversa: "Lo que pasa –dijo- es que el mundo
se le escapó al periodismo, ahora tenemos que reinventarnos el
mundo". Una invención que necesariamente debe pasar por el reconocimiento de la diversidad.
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JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ
Ex-director del semanario Noticias. Secretario de Redacción
de la Sección política del Diario La Nación.
Todos los días, llueve o truene, a las 18.45 se apagan las luces de la
sala de blanco, el editor fotográfico de La Nación enciende el proyector y veinte periodistas enmudecen para ver las cincuenta imágenes de la jornada. Esos veinte hombres y mujeres, entrenados en
cientos de batallas y con las cicatrices que la profesión imprime invariablemente en el alma de cada uno, examinan entonces esas fotos sangrientas o curiosas o simplemente estúpidas que vienen de
países lejanos y de rincones ocultos de la Argentina. La vuelta al
mundo en cincuenta cuadros. No pasa un día en el que la muestra
no se salpique de sangre, cadáveres, humo y metralla. Los veteranos gruñen, o hacen alguna broma de cirujano, pero están obligados a dominar sus sentimientos y a olvidar de inmediato lo que han
visto, puesto que la gran mayoría de esa cruda exposición resulta
impublicable.
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El viernes 3, sin embargo, me sentí personalmente abrumado por
las imágenes de los niños asesinados en Rusia luego de una toma
de rehenes. Niños mutilados, niños quemados, niños en bolsas negras, niños abrazados a sus padres. Padres muertos y amortajados.
Padres desesperados y ateridos de miedo.
Pensé inevitablemente en mi hijo, y sentí un dolor de estómago.
Luego sentí también que uno de mis compañeros lloraba en silencio, y que una editora lagrimeaba y se tapaba disimuladamente la
cara, avergonzada por su debilidad.
Cuando esa noche llegué a mi casa, después del cierre, encontré a
mi mujer devastada. Las imágenes de la televisión la perseguían
por el zapping. El acontecimiento que la mantenía triste e insomne
había ocurrido a treinta mil kilómetros de nuestra casa del barrio de
Belgrano. No se trataba de una toma de rehenes con muertos y heridos en Córdoba y Callao. Se trataba del Cáucaso. Pero la tecnología había logrado que la tragedia de esa remota región entrara en
nuestra casa y se nos quedase pegada en la retina.
Eso, principalmente, es la globalización. Un fenómeno que excede
el mercado y que deviene en revolución tecnológica, y luego en conciencia planetaria y al final en cultura global. El concepto de las distancias ha sido pulverizado. El viejo apotegma periodístico según el
cual importan menos los extraordinarios sucesos del mundo que las
vicisitudes de mi vecino, sufrió el impacto del cable y de la Web.
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Cambió así la perspectiva humana. La globalización, un fenómeno
económico y político, pero esencialmente comunicacional, creó una
vidriera, una realidad virtual tan fuerte y poderosa como la mismísima realidad, donde ocurren los acontecimientos colectivos. Donde
hay un nuevo ojo colectivo viéndolo todo, todo el tiempo.
Esa correntada trae, por igual, barro y diamantes. Por un lado, la
nueva tecnología, que es manuable y relativamente económica, democratiza la información, permite un acceso ilimitado, minuto a minuto, a la red troncal y constante de las noticias. Propicia que cualquiera, desde una radio FM montada en su garaje, o desde un sitio.com manejado desde la cocina de su casa, participe en la discusión global y se dé codazos con los grandes medios, creando un
nuevo pluralismo en voces infinitas y mutantes.
Por el otro, se inventan espejismos, se forma una virtualidad engañosa donde todo lo que se dice, muestra y escucha es la "realidad",
de lo que deviene entonces el grave problema de que hay que decir y mostrarse para "existir". Todo, a su vez, es provisorio y por lo
tanto precario. Todo es blanco y negro, y a la vez es gris. Todo es andrógino, cambiante y ambiguo. Y cunde la polución informativa,
una intoxicación que hasta ahora el hombre desconocía.
La polución informativa reafirma una antigua verdad filosófica: el
todo es la nada. Hay cada vez más noticias y menos comprensión.
Cada vez más ruido, y cada vez más vacío. Cada vez más movilidad
y cada vez más quietismo.
Se ha horizontalizado de tal manera la información, que cualquiera
está hoy bien informado con sólo escuchar la radio mientras va en
su auto, o espiando las cadenas televisivas de noticias mientras trabaja, o viendo los múltiples noticieros a la hora de la cena. Si hace
esas tres cosas juntas, si además pispea a cada rato los sitios de los
diarios, no es un hombre informado. Es un hombre hiperinformado. Estamos viviendo la era de la hiperinformación.
Esta avanzada de los medios electrónicos ha obligado a la prensa
escrita a repensar muchos de sus conceptos. Ya no existe lo lejano,
puesto que en la aldea global lo remoto está cerca. No vale meramente contar lo que sucedió, porque el lector ya lo ha escuchado en
la radio, lo ha visto en la televisión o incluso lo ha leído en Internet,
y a veces en tiempo real. Los diarios ya no venden meramente información. Venden identidad.
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Confundido por el caos informativo y sin tiempo para entender tantas y tan diversas complejidades de este mundo globalizado, el público busca referentes (periodistas o medios) en quienes delegar el
trabajo. Busca comunicadores que lo representen ideológicamente
(utilizando la palabra "ideología" en el más amplio sentido de la palabra) y en quienes pueda confiar. Esos comunicadores deben hacer dos cosas fundamentales: seleccionarles qué es lo verdaderamente importante y qué tienen que pensar sobre los temas centrales de la actualidad.
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Este último punto no implica, por supuesto, una actitud pasiva por
parte del receptor. Pero desnuda sí una tendencia creciente: el público no sólo compra información, compra también pensamiento.
No tiene tiempo de pensar en profundidad si está bien o está mal
abolir las listas sábanas. Adopta entonces la opinión de sus delegados, los periodistas o medios que eligió previamente, quienes tienen el tiempo y el conocimiento para deglutir los datos, formarse
una opinión y trasmitirla con eficacia.
La información pura y dura se transformó en commodity. La información analizada se convirtió en el gran valor agregado. Esto produjo que se atenuara el carácter meramente testimonial de los periodistas y que se fortaleciera el compromiso y la toma de posición
frente a la realidad. Vemos en estos días un debate incipiente donde se enfrentan dos visiones: el periodismo clásico norteamericano,
aséptico y apegado a la objetividad de los hechos, frente a un periodismo que toma partido. Esa discusión no puede darse sin el reconocimiento de que frente a la mundialización taquicárdica de las noticias, se impone la identidad del emisor, se revaloriza su mirada y
se vuelve imprescindible su modo de clasificar y seleccionar qué es
lo importante y qué es lo banal, qué está bien y qué está mal. Seleccionar es un verbo ideológico. Que una noticia merezca una tapa o se confine a las páginas interiores, es una cuestión ideológica.
Resulta paradójico, en un mundo posmoderno donde la palabra
"ideología" parecía muerta y enterrada, que la mirada ideológica vaya salvando el pellejo del periodismo.
Algo parecido se podría colegir acerca de la oposición entre globalización e identidad nacional. Las nacionalidades territoriales ya no
están tan claras como antes y, a pesar de esa diversidad, asoma
una cierta cultura unificadora que como la sangre corre por las arterias mediáticas del mundo. En cualquier gran capital los adolescentes son iguales, visten del mismo modo, escuchan los mismos
discos, se mueven con idénticas marcas y apetencias. Se trata de
toda una nueva generación que se copia a sí misma.
Es que hay una especie de McDonalización de la vida. Y eso lleva a
una sustitución de la memoria: nuestros adolescentes van teniendo
una memoria impuesta, una memoria hollywoodense, elaborada
por Disney y por Dreamsworks. Ocurre en toda Europa y ocurre
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también en las capitales de América Latina.
Esa y otras uniformidades que imponen la globalización, ha producido una reacción de las identidades nacionales y de la defensa de
la tradición cultural particular. En la mesa de la globalización, las diferencias y el color local son en general bienvenidos, salvo cuando
alcanzan tanto éxito que se transforman en amenazas de mercado.
Para los medios, quizás valga lo que pensaba Borges para denostar los nacionalismos. Es inútil escribir y mirar en argentino. Es mejor aspirar a lo universal, puesto que al ser argentinos terminaremos igualmente escribiendo y mirando como tales.
Ese concepto sintetiza la médula editorial de "La Nación", un diario
en el que trabajo desde hace un año y en el que todavía soy una especie de turista asombrado. Quienes fundaron "La Nación" se pensaban a sí mismos como "testigos de la Historia". Su premisa era
"hacer un diario del mundo". Fue, en ese sentido, un diario pionero
de la globalización. Actuó durante 135 años como si la mundialización fuera un hecho. Todavía es el único matutino de importancia
que comienza su edición por las páginas de la sección Exterior.
El primer corresponsal en Nueva York que tuvo el diario fue José
Martí. Y en 1893, Rubén Darío fue su gran "corresponsal viajero". Escribían desde distintas partes del mundo, y en forma exclusiva para La Nación, Unamuno, Baroja, Valle Inclán, Blasco Ibáñez, Ortega
y Gaset, Edmundo de Amicis y Anatole France. En 1920 tenía corresponsales en Nueva York, París, Madrid, Berlín, Varsovia y Moscú.
No en vano, en 1950, un ranking de la Universidad de Columbia lo
ubicaba entre los veinte periódicos más importantes e influyentes
del planeta. Cuando la palabra globalización no era ni siquiera sospechada, la redacción parecía globalizada. La lista de sus colaboradores, a lo largo de un siglo, es increíble: Wells, Kipling, Máximo
Gorki, Tolstoi, Mark Twain, Thomas Mann, Chesterton, Ernest Hemingway y Aldous Huxley.
Una tarde, cuando se debatía una tapa, sentí un escalofrío al escuchar a un veterano editor mientras decía "nosotros competimos con
los grandes diarios del mundo". Se equivocaba, naturalmente, porque un gran diario sólo compite contra sí mismo. Pero la frase del
veterano ilustra una forma de ver el periodismo y el mundo.
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Creo, de todos modos, que los periodistas deberemos ser flexibles
frente a los cambios impresionantes que la sociedad informativa
nos impone. El terrorismo, aunque proviene del principio de los
tiempos, ha utilizado a la globalización de las noticias como herramienta re-fundacional y se ha transformado en uno de los hechos
salientes de este nuevo mundo. Un terrorista sabe que ensordecerá
al mundo, se volverá célebre y ganará la tapa de todos los diarios
con un golpe barato y bien planeado que llevará a cabo en Madrid.
Veinte piqueteros saben que aparecerán en todos los canales de televisión de la Argentina si toman por asalto un casino y dejan que
les tomen fotografías junto a las mesas de juego. Un político tiene
la seguridad de ganar fama si dice en el momento adecuado una frase efectista, violenta e ingeniosa. En la era del marketing, se consigue mucho con casi nada.
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¿Estamos preparados los periodistas para lidiar con estos seres mediáticos que viven y mueren para y por los medios? ¿Sabremos sustraernos del marketing? ¿Podremos discriminar la realidad virtual
de la realidad real, la verdad mediática de la verdad verdadera, la
paja del trigo? Aprendimos en el pasado muchas cosas. Veremos si
podemos volver a aprender. Muchas gracias.
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DAMIÁN LORETI
Abogado. Confederación Sindical de los Trabajadores de los
Medios de Comunicación.
Creo que gran parte de este debate nos remite a la pertinencia del
Informe MacBride, que espero tengan conocido. A la vuelta del
tiempo, 25 años después estamos discutiendo lo mismo y no es
cuestión de ponerse excesivamente nostálgico, pero es menester
hacer algo de historia reciente. Aún cuando me convocaron a esta
mesa los sindicatos que conforman la Confederación Sindical de
los Trabajadores de los Medios de Comunicación, alguna mención
a la universidad forzosamente tengo que hacer porque precisamente en esos dos lugares, en la universidad y en los sindicatos fue
donde la problemática de la defensa de la diversidad y la protección
de los productos y servicios audiovisuales tuvo más espacio y ahinco. Sobre fines de los 80 y principios de los ’90, los trabajadores de
los medios de comunicación dijeron “no se pueden cerrar los medios estatales, por más que los quieran privatizar”; en el año 91 los
trabajadores del sindicato de publicidad y de cine, se plantaron en
que no se podía derogar el artículo 23 de la Ley de Radiodifusión
que decía que la publicidad, toda, tenía que ser de producción nacional. Fue en esa misma década que la universidad y los trabajadores de los medios de comunicación se opusieron a que se reformara la Ley de Radiodifusión, por medio de la Ley de Reforma del
Estado, no sólo por el famoso tema del artículo 45, por el tema antimonopólico, sino porque el artículo 46 decía que los medios de radiodifusión tenían que solamente dedicarse a hacer comunicación
social o radiodifusión y no emprender otro tipo de negocios. Por
esas mismas épocas el Sindicato Argentino de Músicos planteaba
que los temas músicales no eran commodities, así como se reclamaba el número nacional, no por razones de fuentes de empleo sino de promoción de la diversidad cultural. Recuerdo (a este efecto)
que durante el "uno a uno" era más barato traer figuras internacionales. Lo mismo respecto de otros productos audiovisuales y de
los trabajos periodísticos. El reconocimiento del derecho de propiedad intelectual, de los derechos conexos de los músicos y artistas y
los periodistas guarda estrecha relación con que no son bulones ni
granos cuantificables, sino trabajos irrepetibles amparados por la
propiedad intelectual.
¿Qué implica esto? No son solamente fuentes de empleo. Porque
donde uno habla y reproduce en 500 lugares hay 499 que no opinan, sin perjuicio de que – además - a ese 1 no le pagan por esos
499. Es exactamente lo que pasa con los actores cuando se repite
una y otra vez lo que hacen, lo mismo que con los músicos. Cuando se utiliza la producción intelectual de un periodista que escribe
en un diario y aparece en la web y eso se reproduce. Es lo que decía el informe MacBride respecto a la necesidad de las agencias nacionales de noticias para equilibrar el desequilibrio Norte - Sur. No
sólo es un problema de la economía política de la comunicación. Es
fundamentalmente de pluralismo. Era el problema de la globalización planteada en los ‘80, no en el 2004.
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En el año 1994 se hizo el mismo planteo por parte de los trabajadores con los tratados de protección recíproca de inversiones y años
antes los trabajadores y la academia reclamaron por la salida del aire de LS1.
Esto nos lleva a la necesidad de reivindicar el concepto de las políticas nacionales de comunicación, otra mala palabra, hasta no hace
demasiado tiempo. El ministro de Cultura y Comunicaciones de
Francia decía, por la misma época en que en la Argentina se discutió la Ley de Defensa de las Industrias Culturales, que ellos defendían a los franceses por lo que hacen y no sólo porque son franceses.
En la ley de defensa de las industrias culturales no hay una sola palabra que diga contenidos. En mi condición de abogado del Sindicato de Trabajadores de Medios lo planteamos. Las urgencias eran
muchas, lo entendíamos y por supuesto prefirieron que no se hagan remesas al exterior por inversiones de capitales, pero hay una
deuda pendiente. Cuando esto se recomponga hay que premiar a
los que tengan contenidos nacionales, desgrabaciones y castigar
por la vía de no permitir la deducción del impuesto a las ganancias
en la publicidad de medios extranjeros, cosa que sigue ocurriendo,
como hacen los canadienses. Van a encontrar en más de una señal
extranjera, publicidad nacional, o publicidad sino hecha en Argentina, sí de productos argentinos. Eso no se debería deducir de ganancias del mismo modo si se invirtiera en un medio que está en la Argentina. Insisto: el mejor ejemplo es el artículo 19 de la Ley de Impuesto a las Ganancias que rige en Canadá.
En el año 1994 la Confederación Sindical de Trabajadores de Medios
felicitó por primera vez en la historia al COMFER. En esos momentos apareció la regulación del Sistema Satelital de Televisión Doméstico, que exigía una estación terrenal argentina, utilización de
transportador argentino, porcentaje de señales argentinas. Eso duró 20 días. No salió en ningún lado. Entre los trabajadores de los
medios de comunicación algo se intentó hacer y lo que vino fue
peor, un tratado de reciprocidad con los Estados Unidos en el cual
ellos reservan como área estratégica -para no reconocer la inver-
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sión de residentes argentinos en USA como si fueran nacionales de
Estados Unidos-, telecomunicaciones, propiedad satelital, y radiodifusión. Nosotros defendimos como zonas estratégicas propiedad
en zonas de frontera y minería. Eso es tener claro hacia donde va la
convergencia, si se me permite la ironía. Por supuesto que protestamos, pero se oyó poco, después vino una reforma de la Ley de
Radiodifusión, por decreto de necesidad y urgencia, cuando antes
había 4 licencias como máximo, aparecieron 24 licencias como máximo y de posible titularidad extranjera. Lo cual generó cadenas sin
ningún tipo de control y nuevamente eso atenta contra la diversidad. Acá hay muchos compañeros que vienen del interior y les pregunto: ¿Cuántas señales de TV abierta hay en su ciudad? y ¿qué cantidad de programación local y propia tiene ese canal? Eso atenta
contra la diversidad. También ocurrió en los ‘90 que algunos canales se endeudaron poniendo acciones en la bolsa, y no necesariamente en la Argentina.
Había una vieja tensión desde los ‘90 sobre si en materia de DDHH
los Estados tenían obligaciones de abstención, sobre todo en materia de libertad de expresión, o si los Estados tenían obligaciones de
prestación.
A partir del año 1948, donde se considera como un derecho humano el derecho a la información, los Estados tienen obligaciones
efectivas de prestación, por tratados internacionales específicos
que lo obligan a tomar medidas que promuevan al pluralismo, a la
diversidad y al derecho a la información de todas las personas. Por
ejemplo, la Convención Universal de Derechos del Niño que obliga
a los Estados a alentar a que los medios se dediquen a producir informaciones y contenidos artísticos y culturales que atiendan a minorías o a sectores indígenas; vale decir, el mito de que los Estados
no tienen que hacer nada en defensa de su producción cultural intelectual e informativa poco a poco va cayendo.
La falta de diversidad también provoca, en los medios, invisibilidad.
Así como algunos sectores son estigmatizados, otros son invisibilizados. Hace poco hubo una charla sobre discapacidad y medios de
comunicación y se mencionaba en cuáles lugares los discapacitados aparecen en los medios de comunicación. A veces y con suerte, se los respeta como receptores y aparecen intérpretes para hipoacúsicos en los noticieros, pero el fenómeno del close captions,
por razones económicas, prácticamente ha desaparecido, como
también desaparecen señales propias en los cables en el interior.
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de Cultura
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Como dijo el canadiense, Bruce Girard, si los medios son espejo y
ventana, espejo para vernos reflejados y ventanas para ver el mundo y que el mundo nos vea, nosotros tenemos una falencia. Por otra
parte pensemos como ciertos sectores como los empobrecidos por
las crisis, como los discapacitados o los indígenas no aparecen en
los medios de comunicación cuando son una parte importante de
nuestra sociedad. Esto es lo que genera además el modo como se
regula en la Argentina la radiodifusión y a nivel continental.
Recién mencionaba María Seoane que la UE tiene 50% de contenido europeo, la mitad de eso –a su vez- corresponde a cada uno de
esos países, pero los países están obligados a generar mecanismos
de pluralidad lingüística y étnica dentro de sus países, de hecho hay
una normativa que atiende a la pluralidad lingüística en Internet, es
decir que el rol de los Estados es muy activo en esto.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
9. MEDIOS
NACIONALES
Y GLOBALIZACION
Lo dicho, nuevamente va de la mano con la directiva de propiedad
intelectual, para defender la no reexplotación de los trabajos de los
periodistas u otros trabajadores de los medios de comunicación social, porque lo que se genera por razones elementales de concentración económica es acallamiento de otras voces. Sobre esto hay
convenios colectivos leyes y tratados internacionales. También una
muy buena reciente ley en Uruguay sobre propiedad intelectual de
los periodistas.
Marcaré también algunos riesgos acerca de lo que puede pasar con
la OMC en términos concretos si se barren las cláusulas de protección cultural y de servicios educativos: 1) reevaluación de casi todas
las leyes del mundo en materia de medios y promoción cultural,
porque aquellas que establezcan situaciones de incompatibilidad
con el libre tránsito de bienes y servicios culturales y educativos o
restricciones en materia de propiedad extranjera en las industrias
culturales, implicaría la caída de los medios públicos de radiodifusión. España está en serio riesgo de estos problemas por el déficit
que tiene en esta materia violando la equivalencia en la competencia dentro de la propia UE. 2) Se barrerían subsidios escolares, subsidios a las industrias editoriales. 3) Implicaría la caída del régimen
de adquisiciones con preferencia para la industria argentina para
contratar con el Estado, 4) lo propio con la posición privilegiada de
las universidades como consultoras del Estado, porque habría un
régimen de preferencia en contra de consultoras extranjeras, en ese
caso y 5) por supuesto, desapareciera los mínimos de producción
nacional, las cuotas de pantalla y los subsidios a la industria audiovisual, puesto que todo ello estaría en crisis.
¿Desde dónde se puede pelear contra esto? La carrera de Ciencias
de la Comunicación y la Confederación Sindical de Trabajadores de
Medios de Comunicación le pidieron al Congreso, a través de la Comisión de Cultura, que le pidieran a Cancillería, incluir el mantenimiento de la excepción cultural en la ronda de negociaciones de la
OMC en Qatar. Al paso del tiempo, esto se logró escuchar. Otro terreno es la UNESCO con sus nuevos instrumentos para la protección de la diversidad y otro terreno es el camino que lleva a la Cumbre de la Sociedad de la Información a realizarse en Túnez. Muchas
gracias.
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
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NACIONALES
Y GLOBALIZACION
MARTÍN GRANOVSKY
Subdirector del Diario Página/12, Co-conductor del programa de televisión "Plaza pública". Premio Rey de España de
Periodismo en 1986 y 1988.
Es muy aburrido tomar un solo vino
Como este es un encuentro sobre industrias culturales y no un coloquio de sommeliers, déjenme comenzar como un periodista: por el
final. Primera constatación: la globalización es un dato de la realidad.
Una tendencia irreversible con la que gobiernos y sociedades deben
manejarse. Segunda constatación: el control de la dinámica de la
globalización no está en manos de los países de menor poder relativo. Tercera constatación: las constataciones nunca dejan abierto un
solo camino. Hay muchos, y dependen tanto del poder real en cada
momento como de la voluntad política de los ciudadanos.
No tener en cuenta los dos primeros elementos supondría lidiar con
un mundo que no existe. Descuidar el tercero equivaldría a la aceptación cínica de la realidad. Y si el escepticismo y el distanciamiento
forman juntos un gran instrumento intelectual, el cinismo moral es
sólo una forma de egoísmo disimulado en un falso refinamiento.
Después de este primer sobrevuelo, intentaré bajar a tierra. Les
aclaro que no soy teórico de la comunicación ni propietario de medios sino periodista con casi 25 años de ejercicio profesional, subdirector de un diario, Página/12, y co-conductor de un programa en
la televisión por cable. O sea que escucharán a continuación solamente algunas conclusiones y muchas preguntas derivadas del trabajo cotidiano.
¿Es bueno que haya límites a la propiedad extranjera de medios de
comunicación? Sí. En principio y en términos muy prácticos, es
bueno que un país trate con dueños y no sólo con gerentes. La respuesta formaría parte de la tercera de las constataciones, la que tiene que ver con el ejercicio de la voluntad política propia en un mundo globalizado.
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de Cultura
236
¿Las limitaciones deben ser absolutas? No parece lo mejor. Y además, chocaría con la segunda de las constataciones: los débiles no
tienen libertad irrestricta. Cuando se pronuncia la palabra "extranjero", ¿se habla también del Mercosur o, si ustedes quieren, de Sudamérica? Quizás no deba ser así. Tal vez haya que imaginar una legislación común que permita la articulación de medios a nivel regional,
con normas especiales que signifiquen una cesión de soberanía.
¿El carácter extranjero o nacional garantiza por sí mismo el necesario pluralismo en la disponibilidad de medios con la cual la sociedad
ejerce su derecho a informarse? No, de ninguna manera. Si se absolutiza la propiedad nacional frente a la extranjera, la defensa del interés nacional funcionará sólo como una coartada y no como un
principio. La experiencia parece indicar que una de las garantías reales del pluralismo en la oferta mediática son los límites a la concentración económica. Los multimedios son una realidad en la Argentina. Si tuviera que imaginar la realidad desde cero, diría que la legislación debería prohibirlos. Pero como uno no inventa la realidad, y
los multimedios ya existen, no estaría mal debatir cómo evitar que
se profundice la tendencia a la concentración y qué puede hacerse
desde el Estado con las concesiones.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
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9. MEDIOS
NACIONALES
Y GLOBALIZACION
¿Qué significa, en términos concretos, propiedad nacional o extranjera? El lunes 30 de agosto del 2004 el periodista Julio Nudler publicó en Página/12 una nota sobre el empresario Eduardo Eurnekian,
que participa intermitentemente en la propiedad de medios de comunicación. Informaba Nudler que Eurnekian vendió compañías y
giró 715 millones de dólares a dos paraísos fiscales, mediante la
creación de fideicomisos. La Dirección General Impositiva los consideró fraudulentos, pero hasta ahora la Justicia no coincidió con
ese criterio. Vuelvo a la pregunta: ¿qué significa nacional o extranjero cuando un país no pone restricciones a la globalización financiera y a la velocidad y fluidez de circulación de divisas? ¿Qué sentido hay que darle a la palabra nacional cuando el dinero se incrementa mediante la evasión, o la elusión a niveles escandalosos, o
la triangulación gracias a la tibieza del Caribe? Creo que no tiene
ningún sentido discutir el tema de la propiedad si no se debate el
papel de los fideicomisos y las empresas off shore.
Y el caso de Eurnekian no es el único. Por ejemplo, ¿Raúl Moneta es
un empresario nacional de medios porque adora las jineteadas y regala láminas de Molina Campos en sus publicaciones? El CEI, ¿era
un grupo nacional? ¿Es nacional el grupo Vila-Manzano, cuando este último volvió convertido en un empresario de medios luego de
una estadía en el Caribe? Aclaro que las referencias a Eurnekian,
Moneta, Vila y Manzano no significan la santificación de ninguno de
sus competidores en el mercado de medios.
Dejo estos temas planteados para una discusión que, sospecho, no
puede agotarse en cinco minutos. Pero no quiero terminar sin referirme a los contenidos periodísticos y a los periodistas. En mayo del
2001 tres periodistas argentinos tuvimos la suerte de poder conversar durante dos horas con el sociólogo Pierre Bourdieu en su ofici-
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Buenos Aires
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II ENCUENTRO
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na de París. Recuerdo que vestía su uniforme de profesor de la Sorbona, saco de tweed, pantalón de corderoy, camisa de jean, y recuerdo que en la entrevista se lo veía obsesionado por ser lo más
concreto posible. Cuando le preguntamos por la diversidad cultural
nos preguntó, a su vez: "A los franceses nos encanta el vino. ¿A ustedes les gustaría que en el mundo existiera un solo tipo de vino?".
La vocación por la diversidad no es solo un tema de propiedad de
medios. Es una decisión, una idea, un instinto, un reflejo, una meta, una costumbre diaria. Se tiene o no se tiene. No es obligatoria.
Y es difícil de asumir no sólo para los propietarios de medios sino
para los periodistas y para cualquier ciudadano.
¿Qué es la diversidad en el ejercicio diario del periodismo? Es investigar a fondo. Es preguntar. Es repreguntar. Es ser curioso con Osetia y Chechenia. Es relacionar a Osetia y Chechenia con Buenos Aires. Es hacerlo desde Buenos Aires. Es hacerlo desde Buenos Aires
sabiendo que la Argentina no es el ombligo del mundo. Es darse
cuenta de que la palabra Macondo aplicada a la información solo
sirve para encubrir un facilismo, apelar al estereotipo en lugar de
analizar una situación concreta. Santiago del Estero, en el interior
de la Argentina, está sacándose de encima un régimen que parece
inspirado en el Trujillo de "La fiesta del chivo", de Mario Vargas Llosa. Pero el arcaísmo del dominio político de Carlos Juárez, el caudillo local, solo fue posible, otra vez, en medio de un modernísimo régimen de negocios a costa de un Estado que previamente fue atontado ex profeso.
La diversidad, en periodismo, es contar las historias de la gente. Es
entender, a la vez, que la realidad es un fenómeno complejo. Ser periodista no es transformarse en un simplote, en un actor que finge
indignaciones, sino en una persona capaz de traducir esa complejidad sin dibujar una caricatura.
La Argentina debate la cuestión de la seguridad urbana. La globalización a secas consiste en importar el discurso y la práctica que se
ilusionan con resolver la delincuencia aumentando penas y construyendo más y más cárceles. La aproximación crítica al mundo global significa entender las diferencias de una y otra situación, aprender de experiencias basadas en la cohesión social al estilo nórdico
o en la ocupación del espacio público como lo intenta Medellín en
los últimos tiempos.
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de Cultura
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Ustedes dirán: ¿no es frívolo hablar de los periodistas cuando ellos
no controlan los medios en los que trabajan? Yo contesto con otras
constataciones parecidas a las del principio.
Primera, es obvio que los propietarios mandan en última instancia.
Segunda, es obvio que los periodistas a veces toman esa última instancia como primera y no ejercen su poder, su oficio y su voluntad.
Y a veces sí lo ejercen. Conozco casos en el mundo en que incluso
colectivos profesionales enteros de periodistas y ejecutivos de empresa se diferenciaron públicamente de decisiones empresarias tomadas por el propietario de la empresa donde trabajaban. Y tercera, los periodistas no son un colectivo homogéneo, así como los
propietarios de medios no lo son. Tienen, o deberían tener, un piso
de profesionalidad que les garantice, si no la imparcialidad, que no
veo como un valor deseable, la preocupación por la verdad, la honestidad intelectual y el espíritu crítico, que sí deberían formar parte del patrimonio de cualquier periodista, pero a la vez son ciudadanos con ideas, intereses, historias personales y objetivos individuales y colectivos.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
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NACIONALES
Y GLOBALIZACION
No pretendo que todos seamos iguales. Jamás lo seremos. Por eso
mi insistencia en la búsqueda constante del pluralismo y en que tomemos la defensa de los espacios propios, y la nación es uno de
ellos, sin convertirlos en un aguantadero o un mero lugar de paso entre el principado de Liechtenstein y las Islas Caimán. Muchas gracias.
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Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
PEPE ELIASCHEV
9. MEDIOS
NACIONALES
Y GLOBALIZACION
Al atardecer del 11 de septiembre de 2004, casi diez mil palabras se
desgranaron en dos horas de un debate en los salones del Centro
Cultural San Martín de la ciudad de Buenos Aires para intentar si no
definir, al menos circunscribir los alcances y el sentido de la diversidad cultural en el contexto de la mentada globalización comunicacional. Periodistas profesionales, directivos de medios y docentes
especializados habrían de girar, así, en torno de un concepto peculiarmente vaporoso y, sin embargo, de potentes consecuencias.
Periodista
Algunas definiciones son funcionales a la hora de las conclusiones.
Para Jorge Fernández Díaz, de La Nación de Buenos Aires, por
ejemplo, se trata de un "fenómeno que excede el mercado y que deviene en revolución tecnológica, y luego en conciencia planetaria y
al final en cultura global. El concepto de las distancias ha sido pulverizado. El viejo apotegma periodístico según el cual importan menos los extraordinarios sucesos del mundo que las vicisitudes de mi
vecino, sufrió el impacto del cable y de la Web".
El Dr. Damián Loretti, director de la carrera de Comunicación de la
Universidad de Buenos Aires, apuntó a la brutal homogeneización
que aplasta las singularidades y achata la riqueza de los contenidos,
cuando asegura que "la falta de diversidad (…) provoca en los medios (…) invisibilidad, algunos sectores son estigmatizados, otros
son invisibilizados".
El colombiano Germán Rey, ombudsman de El Tiempo de Bogotá
(toda una rareza para los argentinos: ningún diario porteño tiene
defensor de los lectores) subrayó que "es cierto que los medios son
claves en los procesos de globalización, han sido uno de los elementos fundamentales porque en la globalización no es sólo el flujo financiero sino también un cierto flujo de significados. Unas consideraciones que son de carácter más cultural y que han llevado a
hablar más bien de mundialización de la cultura".
Secretaría
de Cultura
240
Lo cierto es que una realidad poderosa ha emergido. Al menos en
la Argentina, la comunicación es campo de desarrollo de una batalla campal, donde intereses comerciales, pulsiones corporativas
y la consecuente decadencia del nivel de excelencia de contenidos
y lenguajes, han convertido más que nunca a los mass media en
devaluados instrumentos y objetivo predilecto de descomunales
confrontaciones, en las que los presupuestos ideológicos, aun
siendo de notable importancia, pierden relevancia de cara a los in-
tereses empresarios en disputa.
Ya no sólo importa el carácter nacional o foráneo de tales medios
(lo que es un asunto serio), sino incluso su predisposición verdadera a ser o a dejar de ser auténticos vehículos de información y cultura. En la Argentina, a menudo, con la idea de que existen bienes
culturales intangibles, se formula una mera excusa corporativa para tratar de arrancar ventajas fiscales al Estado, mientras que a veces desde el satanizado exterior llegan mensajes y sustancias de
importante consecuencia en la satisfacción de las necesidades informativas de la sociedad.
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
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9. MEDIOS
NACIONALES
Y GLOBALIZACION
Me tocó administrar un debate rico y pleno de matices para aportar
a una reflexión plural que requiere cada vez más inteligencia y superior precisión, no simples consignas de barricada.
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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ANEXO: Declaración de Buenos Aires
(Septiembre 2004)*
Nosotros, representantes de la sociedad civil, de las Coaliciones y
los Foros para la Defensa de las Industrias Culturales y la Diversidad Cultural, de las Asociaciones de Profesionales y Trabajadores de
la Cultura, y responsables gubernamentales de la Cultura, en tanto
creadores, actores, autores, compositores, realizadores y directores, músicos, intelectuales, técnicos y artistas plásticos, así como
productores independientes de películas, televisión y música, editores, organismos de radiodifusión, editores y distribuidores de la industria del libro y discográfica, participantes del "II Encuentro Internacional sobre Diversidad Cultural" denominado LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA GLOBALIZACION, conscientes de nuestro rol y
de nuestras responsabilidades como co-protagonistas del quehacer
cultural y portadores de nuestras identidades, elaboradas en el seno y como expresión de nuestras sociedades, decimos que:
LAS INDUSTRIAS
CULTURALES EN LA
GLOBALIZACION
Septiembre 2004
ANEXO:
DECLARACION DE
BUENOS AIRES
La cultura no es una mercancía, y solamente políticas públicas de fomento, la capacidad del Estado como un actor insustituible en el desarrollo cultural de la nación, junto a creadores, productores culturales y a la sociedad civil, pueden permitir que una verdadera diversidad de los contenidos culturales y expresiones artísticas lleguen a
realizarse y darlas a conocer al mayor número de ciudadanos.
Los profesionales de la cultura, conscientes del papel que nos corresponde como representantes de la sociedad civil, estamos directamente interesados en participar y fomentar el debate sobre el significado de la diversidad cultural.
Reivindicamos nuestra capacidad de crear obras y ponerlas a disposición a nivel nacional. Al mismo tiempo, deseamos tener la posibilidad de hacer circular nuestras obras a nivel internacional y
ofrecer la oportunidad, al mayor número de nuestros ciudadanos,
de enriquecerse con las expresiones culturales y artísticas provenientes de todos los pueblos del mundo.
La mundialización y los progresos tecnológicos pueden facilitar la
circulación de bienes y servicios culturales y promover los contactos y los intercambios entre las culturas. Pero su capacidad de
orientarse en esta dirección se pone en entredicho cada vez más debido a las presiones económicas que acentúan la dominación de los
mercados por las grandes multinacionales de la diversión y la es* Esta declaración fue firmada por más de 100 personalidades de la cultura de la región, todos participantes de este II Encuentro Internacional sobre Diversidad Cultural.
Gobierno de la
Ciudad de
Buenos Aires
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II ENCUENTRO
INTERNACIONAL
SOBRE DIVERSIDAD
CULTURAL
tandarización de la producción. Las negociaciones comerciales, cuya tendencia consiste en considerar la cultura como cualquier otro
bien o servicio, añaden otra dimensión a esta presión económica
sobre la cultura.
ANEXO:
DECLARACION DE
BUENOS AIRES
La decisión de la UNESCO, el pasado mes de octubre, de emprender la elaboración de una convención sobre la diversidad de los
contenidos culturales y expresiones artísticas constituyó una considerable victoria en la campaña por establecer con claridad la especificidad de los productos culturales. Junto a los rápidos progresos
que desembocaron en la publicación en julio de 2004 de un anteproyecto de convención, representan una señal alentadora.
Pero la presión creciente de las negociaciones comerciales internacionales sobre la cultura, principalmente y la reciente conclusión de
numerosos acuerdos bilaterales de libre intercambio crean una verdadera urgencia en el proceso en curso, y ponen de relieve la importancia que reviste para los Estados el no asumir ningún compromiso de liberalización que pueda afectar a la cultura en el transcurso del período crítico durante el cual se redactará, adoptará y se ratificará la convención.
Por todas estas razones, es indispensable que los 190 Estados
miembros de la UNESCO adopten en la próxima Conferencia General (otoño 2005) una Convención fuerte, reafirmando el derecho del
que disponen los Estados de mantener sus políticas culturales existentes y seguir desarrollando medidas de estímulo y de regulación
del intercambio cultural en un marco de reciprocidad y de respeto
a la diversidad.
Esta convención deberá poder contrapesar los acuerdos de comercio internacionales y deberá contener una disposición clara, relativa a sus relaciones igualitarias con los otros instrumentos internacionales existentes.
Es por ello que exhortamos a los gobiernos de nuestros países a:
• Sostener firmemente, a través de sus representantes, la elaboración en la UNESCO de una convención internacional sobre la diversidad cultural que sentará una base jurídica internacional para que
los Estados y Gobiernos dispongan de un derecho fundamental para determinar libremente sus políticas culturales propias.
• Abstenerse de efectuar todo compromiso de liberalización relativo al intercambio de los bienes y servicios en todos los sectores culturales, en las negociaciones comerciales bilaterales, regionales y
multilaterales.
Secretaría
de Cultura
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En Buenos Aires, a los 10 días del mes de Septiembre de 2004.
El II Encuentro Internacional sobre Diversidad Cultural recibió el apoyo de
las siguientes instituciones:
EMBAJADA DE COLOMBIA
Sello de la editorial
Ley nº 866
Primera edición: junio 2005
Cantidad de ejemplares: 1.000
Hecha depósito que establece la ley 11.723.
Datos de la imprenta
ISBN ……..
Impreso en Argentina
Se permite la reproducción total o parcial
de los contenidos de esta publicación,
mencionando la fuente y el autor.
Ejemplar de distribución gratuita.
Esta publicación fue elaborada por la Unidad de
Relaciones Institucionales y Cooperación Internacional
de la Secretaría de Cultura del GCBA.
Coordinación General: Susana Salerno
Coordinación Ejecutiva:
María Florencia Rahi y Verónica Heler
Edición y corrección de estilo: Guillermo Mastrini
Diseño gráfico y diagramación:
Subsecretaría de Comunicación Social
Desgrabación: Silvia Sasarini, Soledad Domínguez
Galarza, Jorge Puente, María Florencia Rahi,
Romina Brea y Lucas Sena
La Unidad de Relaciones Institucionales y Cooperación
Internacional de la Secretaría de Cultura del Gobierno
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires quiere agradecer por su apoyo a todos los panelistas, al área de Producción del Festival de Cine Independiente de Buenos
Aires y a los demás colaboradores de esta publicación.
Para comentarios o sugerencias:
[email protected]
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