QUINTA UNIDAD SESION II DERECHO DE AUTOR

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QUINTA UNIDAD
SESION II
DERECHO DE AUTOR
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
El derecho de autor existe desde la antigüedad, pero no como tal lo entendemos hoy
en día, es un error creer que esta nació con la imprenta; sin embargo no existía una
legislación especial para regularla, motivo por el cual los autores eran generalmente
protegidos por algún gran personaje (Mecenas), o por el Estado (Atenas).
Grecia podría ser considerada la cuna del primigenio y elemental concepto de Derecho
de Autor, a pesar de la crítica de otros autores que señalan que no contaban, con
disposiciones legales en esta materia debido a la falta de móvil económico (Stolfi).
Pero ¿cómo surgió?, ¿qué fenómeno motivo el surgimiento de estos derechos?
Creemos que la respuesta está en lo que observamos diariamente en nuestra realidad:
El plagio.
En la Roma Imperial el plagio se definió más concretamente en “acto injuriarum” o
acción deshonesta es decir que el plagio no era castigado por los tribunales sino solo
por la opinión publica.
La propia ley había sido influida por esa protección del autor. El Digesto, en su libro
XLI, título 65, principio y en el libro y en el libro XLVII, título 2º 14, parágrafo 17,
castigada el robo de un manuscrito, y aunque esto no tiene nada que ver con la
protección del derecho de autor en si, en este antecedente significa que la legislación
romana tenia consideración al manuscrito como la constancia de una propiedad
especial, la del autor, sancionando su robo también en forma distinta a la delos demás
propiedades.
En la Edad Media, los principios del Derecho de Autor siguieron teniendo poco
desarrollo. Los reimpresores eran considerados como malhechores y en los escritos
religiosos se preocupaban por evitar las alteraciones y mutilaciones.
En esta época se implantó el sistema de privilegios reales o regalías de explotación
de las obras a los impresores era el soberano el que estaba encargado de dar el
permiso o privilegio esto se otorgaba a los editores para que no abusasen de su
distribución se otorgaba para un cierto periodo y para un determinado lugar, esto
ocasionaba querellas entre soberanos. El primer privilegio se concedió a Juan de Spira
el año 1466 en Venecia.
Posteriormente, se empieza a manifestar un nuevo concepto que vincula la
personalidad con la propiedad, elemento fundamental del Derecho de Autor. Según
Locke, pensador de la época, el hombre es dueño de sí mismo, propietario de su
persona y sus acciones.
Esta doctrina de la propiedad espiritual se desarrolla plenamente a fines del Siglo
XVIII. Ésta partía de la base de que el autor, por contrato, traspasa al editor un
usufructo y no la total propiedad de la obra, lo cual deja claro el contenido
irrenunciable y no disponible del derecho a la libertad de la autor enraizada en la
propiedad espiritual. En esa época ya se empieza a distinguir entre la obra intelectual
y el soporte o medio que la contiene.
Los autores no empezaron a reclamar el derecho sobre su trabajo intelectual hasta la
llegada de la era moderna, cuando la invención de la imprenta de Gutenberg permitió
la distribución masiva y la piratería de las obras.
En 1710 se otorga la primera protección formal al derecho de autor a través del
Estatuto de la Reina Ana de Inglaterra. Sin embargo, su protección se limita a la
piratería de las obras impresas (que crea el derecho exclusivo a imprimir). En España
la primera ley data de 1762, mientras que en Francia hubo que esperar al final de la
revolución francesa para que en 1791 se suprimieran los privilegios de los impresores
y surgiera el derecho de autor en favor de los creadores.
La Revolución Francesa y la Independencia de Estados Unidos condujeron al derecho
de autor a su forma contemporánea, basada en dos principios fundamentales. Por un
lado, un derecho de propiedad económicamente comerciable, otorgado por primera
vez por la Constitución de Estados Unidos de 1787. Por otro lado, Francia y Alemania
desarrollaron la idea de expresión única del autor. Inspirado por el filósofo alemán
Kant, que decía que una obra de arte no puede separarse de su autor, el escritor
francés Beaumarchais empezó a organizar a los autores en torno a la primera
sociedad de autores del mundo. Originándose el derecho a la libre expresión en el
artículo 11 de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano:
La libre comunicación del pensamiento es uno de los más preciosos derechos del
hombre. Todos los ciudadanos pueden, en consecuencia, hablar, escribir e imprimir
libremente.
La eliminación de los privilegios de edición fue efímera. En poco tiempo, el nuevo
régimen admitió que era impráctico e injusto el obliterar el sistema totalmente. Nuevas
leyes, orientadas a proteger los derechos de los autores franceses, fueron
establecidas, debiendo coexistir las mismas con los principios de libre expresión.
Desde entonces, esa coexistencia ha exigido se mantenga un fino y sutil equilibro
legal, a menudo puesto a prueba en las cortes. En 1791, la Asamblea Nacional
francesa aprobó la primera ley de derechos de autor. Elocuentemente en la
declaración de Le Chapellier ante la asamblea francesa en 1791:
De todas las propiedades, la más sagrada, la más legítima, la más inatacable, y, si me
es permitido expresarme así, la más personal es la que concierne a la obra fruto del
pensamiento de un escritor.
Por un tiempo el Derecho de Autor estaba protegido adecuadamente en los diferentes
terrenos nacionales, es decir en cada país existía las garantías necesarias para
respetar el Derecho de Autor. Así explica Javier Herrera diciendo que a “principios del
siglo XIX muchos Estados...tenían ya sus leyes de derecho de autor...estas surtían
efecto dentro de los territorios nacionales, pero el desarrollo de las relaciones
internacionales los cambios culturales, la traducción de las obras exigían mayor
protección para las obras nacionales en los países extranjeros y para de los
extranjeros en los nacionales”1. Se debía buscar mecanismos que contribuyan a ello y
que abarquen los diversos países. Es así que en 1886 su firma el Primer Acuerdo
multilateral, es el “Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y
Artísticas”. Este Convenio fue el inicio para que en el transcurso del tiempo y con las
diferentes realidades que se presenta en el mundo la legislación se vaya adecuando
teniendo como base a este Convenio. Por esto se dan diferentes reuniones entre las
cuales se firma la Convención Universal sobre Derecho de Autor3 y también se
forma un organismo muy importante es la OMPI4 (Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual).
Hoy en día es INDECOPI, la cual se encarga de analizar los casos referidos a la
protección de los derechos de autor, que como hemos visto en líneas anteriores, no es
capricho moderno, sino producto de la necesidad social.
ESTUDIOS PRELIMINARES ACERCA DEL DERECHO DE AUTOR
Es necesario el conocimiento previo algunos conceptos que nos servirán para poder
comprender que es realmente el derecho de autor por ende pasaremos a explicar en
donde se encuentra englobado el derecho de autor (DERECHOS INTELECTUALES) y
así mismo junto con el derecho de autor hallaremos a la propiedad industrial.
Noción de Propiedad Intelectual
La propiedad intelectual se divide en dos categorías: la propiedad industrial, que
incluye las invenciones, patentes, marcas, dibujos y modelos industriales e
indicaciones geográficas de origen; y el derecho de autor, que abarca las obras
literarias y artísticas, tales como las novelas, los poemas y las obras de teatro, las
películas, las obras musicales, las obras de arte, tales como los dibujos, pinturas,
fotografías y esculturas, y los diseños arquitectónicos. Los derechos relacionados con
el derecho de autor son los derechos de los artistas intérpretes o ejecutantes sobre
sus interpretaciones o ejecuciones, los derechos de los productores de fonogramas
sobre sus grabaciones y los derechos de los organismos de radiodifusión sobre sus
programas de radio y de televisión.
Concepto de derecho de propiedad intelectual
El derecho de la propiedad intelectual protege aquello que desarrolla el hombre, con
base en su capacidad inventiva y talento artístico. Dicha cualidad, conocida como
“Creatividad”, ha venido ha reflejarse en la habilidad que posee el hombre para
observar, analizar, abstraer, comunicar y, en consecuencia, transformar o expresar el
entorno que le rodea. En tal virtud, por creatividad entendemos la capacidad de todo
individuo para transformar o expresar su entorno social o natural, utilizando su
destreza innovadora o sensibilidad artística, y producir así algo nuevo, original o que le
distingue.
El común denominador de la propiedad intelectual es precisamente la creatividad
intelectual que resulta el conocimiento científico, inventivo, técnico, literario, artístico y
mercadológico, del ser humano, comprendiendo las obras artísticas e intelectuales,
invenciones, diseños aplicados a la industria, conocimientos técnicos, secretos e
información confidencial y el goodwill que desarrollan las empresas y comercios en el
empleo de marcas y otros signos distintivos, en su estrategias comerciales
mercadológicas y publicitarias.
El derecho de la propiedad intelectual es connatural al hombre y es quizás tan antiguo
como éste. Sin embargo, su verdadero surgimiento como sistema protector del
elemento de la creatividad data de siglo XVIII y evoluciona posteriormente hacia el
siglo actual. Su impacto ha sido tal, que ha venido a modificar algunas de las mas
sólidas estructuras e instituciones del derecho universal, dando cabida a un nuevo
esquema jurídico, con fundamento y principios propios, orientado a la protección de los
bienes que no pueden verse ni tocarse. Por su trascendencia e importancia, la
propiedad intelectual es la rama del derecho con capacidad natural para albergar las
nuevas manifestaciones de la conducta humana, referidas a la comunicación e
información, es por ello el verdadero derecho del futuro.
El derecho de propiedad intelectual reconoce al derecho de autor y la propiedad
industrial, como las dos grandes vertientes en que, desde el punto de vista jurídico, se
divide el objeto de protección de dicha materia, según se enfoca hacia la producción
literaria o artística, o la innovación tecnológica o industrial.
Estudio de Propiedad Industrial
Llamado también derecho de invención, se considera que otorga una propiedad
exclusiva. Según Messineo, consiste en el poder exclusivo de poner en practica una
invención industrial, nueva e idónea para tener aplicación y para sacar de ella
provecho en el territorio del estado. Pero la perfección del mismo esta subordinada a
la obtención de una patente que depende de un acto administrativo de concesión; y
es, al mismo tiempo, el signo material del derecho de inventor tutelado, o sea
exclusivo.
El derecho de la propiedad industrial se distingue muy claramente de la propiedad
intelectual o derecho de autor porque esta última se refiere a los derechos de
propiedad sobre una obra literaria, artística, científica, interpretaciones y ejecuciones
del artista.
Hasta el momento podemos decir que el derecho de propiedad industrial es una
ciencia moderna que forma parte del derecho intelectual y trata de las manifestaciones
creativas del intelecto destinado a la industria y al comercio, bienes inmateriales como
son las invenciones, los modelos de utilidad, diseños industriales...etc.
En el Perú existe la ley de Propiedad Industrial 823, que se publicó por un decreto
legislativo el 24 de abril de 1996 que tuvo como antecedente la Ley General de
Propiedad Industrial aprobada por Decreto Ley N° 26017, que regula los distintos
elementos constitutivos de la Propiedad Industrial el año1992 y que en 1994 entro en
vigencia la decisión 344 de la Comisión del Acuerdo de Cartagena, Régimen Común
sobre Propiedad Industrial para los Países Andinos. Posteriormente el Perú se adhirió
al Convenio de Paris y el acuerdo sobre Derechos de la Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio, no olvidar que estos dos últimos tratados son los
acuerdos internacionales de mayor peso sobre la propiedad industrial.
La propiedad industrial es aquel sector de los derechos intelectuales que comprende la
protección de una serie de concepciones y combinaciones de elementos sensibles,
que han de valorarse por su utilidad en el campo de la industria y del comercio.
Todas ellas pues, revelan su sentido cultural puestas en relación con la finalidad que
les conviene de un modo propio y se manifiesta como susceptibles de protección
jurídica consideradas en la fase de simples proyectos que pueden ser realizados en el
futuro.
Objetos de estudio de la propiedad industrial
Tres son los tipos de objetos que se consideran tradicionalmente comprendidos en la
propiedad industrial:
1)
Las soluciones técnicas nuevas (invenciones y su variante menor,
los modelos de utilidad, en las legislaciones que establecen esta modalidad especial).
2)
Las creaciones formales de aplicación industrial (dibujos y modelos
industriales).
3)
Los signos distintivos de carácter mercantil (nombre comercial,
rotulo de establecimientos, enseña, marca).
DERECHO DE AUTOR
Definición
Al querer plantear una definición de Derecho de autor, podríamos considerarlo
generalmente ¾como algunos libros y como la propia legislación¾ como “aquella
disciplina jurídica que protege las obras y prestaciones en cuanto creaciones artísticas
del intelecto humano , recordando que se encuentra compartiendo con la propiedad
industrial la relación de especies género respecto a la propiedad intelectual. Como
dice Juan Espinoza estos derechos de autor forman parte de los derechos
intelectuales ¾consideramos propiedad Intelectual- y están compuestos por dos
grupos de derechos: los derechos patrimoniales, en los cuales se tutela la disposición
de la obra y los derechos personales, en los cuales se tutela una serie de situaciones
jurídicas destinadas a proteger la atribución de la paternidad intelectual del autor con
respecto a la obra, así como la integridad de la misma”.
Es cierto, estas atribuciones que se le dan al autor que consta de dos partes tanto los
derechos patrimoniales (conocidos también como económicos) logran que se le
considere un incentivo para que siga aportando más y no paralice su producción
creativa, y los derechos personales (o derechos morales) que es algo más íntimo a la
persona, que logra darle una posición de reconocimiento al autor, tomando como
premisa que una obra de arte refleja mucho la personalidad y la manera de ser de su
autor: que es una proyección un una objetivación de su personal y espiritual manera
de ser, de tal manera que el modo de ser peculiar y característico de cada autor no
pueda menos que ser reflejado en su creación.
Tenemos como ejemplo de estos derechos el ser reconocido como autor, prohibir que
se altere su propio nombre, decidir su la propia obra se publica, etc. A continuación
haremos referencia cuales son las características de los derechos morales y que a la
vez diferencia de los derechos económicos; como es que se consideran unidos a la
persona del autor, ¾este es el punto de partida para las otras características¾, son
perpetuos, inalienables, imprescriptibles e irrenunciables.
Fundamento del derecho de autor
Antes de haber nombrado todo esto, tuvimos que ver cual es el fundamento de los
derechos de autor, como por ejemplo lo hace Javier Herrera, al plantear una doble
necesidad: a) La necesidad de todos los hombres de tener acceso y disfrutar de los
frutos del saber humano; y b) La necesidad correlativa que existe de estimular la
investigación y el ingenio recompensando por ello a los investigadores, escritores,
artistas, etc.. Tanto se le vincula a la persona ¾como a lo espiritual¾ que ha sido
considerado como uno de los derechos básicos de la persona en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos adoptada en 1948 por la Asamblea General de
las N. U. en su artículo 27 de tal Declaración dice:
“Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la cultura de la
comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los
beneficios que de él resulten.
Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y
materiales que la corresponden por razón de las producciones científicas, literarias o
artísticas que sea autora”.
Se va teniendo en cuenta que va existiendo dos puntos de vista sobre lo que es
derecho de autor, en sentido objetivo, es la denominación que recibe la materia (o
también se considera como un término jurídico que describe los derechos concedidos
a los autores); y en sentido subjetivo, alude a las facultades de que goza el autor en
relación con la obra que tiene originalidad o individualidad suficiente y que se
encuentra comprendida en el ámbito de la protección dispensada.
Entonces el derecho de autor es el conjunto de prerrogativas morales y pecuniarias
que poseen los creadores de una obra por el hecho mismo de haberla creado. Tales
prerrogativas son, generalmente, reconocidas y enumeradas por las leyes y Lipszyc
complementa con que el derecho de autor es la rama del derecho que regula los
derechos subjetivos del autor sobre las creaciones que presentan individualidad
resultantes de su actividad intelectual, que habitualmente son enunciadas como obras
literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas y audiovisuales; en sentido amplio,
y nace con la obra misma, como consecuencia del acto de creación y no por el
reconocimiento de la autoridad administrativa, aunque se pueden establecer
formalidades con distintos propósitos.
El derecho de autor puede definirse como el poder jurídico que corresponde al creador
intelectual para ejercer derechos de naturaleza moral y patrimonial respecto de sus
obras, independientemente del genero a que pertenezcan.
El derecho de autor concierne a todas las obras o producciones del ingenio humano,
de carácter creativo, en los dominios literario, científico y artístico, y cualquiera que
sea el modo o la forma de expresión. Tal derecho comporta atributos de orden
intelectual, moral y patrimonial. Los atributos de orden intelectual y moral son
permanentes e inalienables; los de orden patrimonial permiten la explotación de la
obra o producción por le tiempo que señala la ley.
Los derechos del autor se originan de la propia creación de la obra, sin que sea
necesario registro, depósito o ninguna otra formalidad para su protección.
El derecho de autor es un término jurídico que describe los derechos concedidos a los
creadores por sus obras literarias y artísticas.
El tipo de obras que abarca el derecho de autor incluye: obras literarias como novelas,
poemas, obras de teatro, documentos de referencia, periódicos y programas
informáticos; bases de datos; películas, composiciones musicales y coreografías;
obras artísticas como pinturas, dibujos, fotografías y escultura; obras arquitectónicas;
publicidad , mapas y dibujos técnicos.
Rama del derecho que regula los derechos subjetivos del autor sobre las creaciones
que presentan individualidad resultante de su actividad intelectual, que habitualmente
son enunciadas como obras literarias, musicales, teatrales, artísticas, científicas y
audiovisuales.
Concepciones Jurídicas del derecho de autor
Hay dos concepciones bien definidas, una es la del copyright y la otra droit d’ autour,
una origen anglosajón y la otra francesa.
COPYRIGTH
En la legislación angloamericana, también conocida como el Common Law, el derecho
de autor se denomina copyright que literalmente se denomina derecho de copia.
Esta denominación se refiere a la facultad de explotación de la obra por medio de la
reproducción ya que originalmente viene de la antigüedad donde las impresoras y
libreros imprimían y vendían libros en exclusiva y esto se consideraba en privilegio: un
monopolio de explotación que coincida la autoridad gubernativa. En Inglaterra se dio la
1° norma legal que reconoció el copyright a favor del autor como un derecho individual
al que se le consideró como derecho de propiedad.
La base filosófica original del enfoque angloamericano que, al igual que el europeo
continental, se originó con la abolición de los privilegios de impresión que fue el deseo
de evitar la copia de libros y otros soportes materiales en los que estaban
incorporados las obras y proteger al titular de ese derecho contra toda reproducción no
autorizada por otras personas.
El derecho bajo este enfoque es un auténtico sentido de la palabra, es decir
(copyright), un derecho respecto de la copia de la producción de otras personas, en
tanto que en enfoque europeo continental, debido a sus características individualistas,
es mencionado normalmente como derecho de autor (droit d’ autour). En sus orígenes,
el enfoque angloamericano se basó en consideraciones puramente económicas. Su
objetivo era el de servir de incentivo a las inversiones para la producción de material
cultural concediendo derecho exclusivo lo que se producía.
DROIT D´AUTOUR
En el caso de la concepción jurídica latina (droit d’ autour) es esencialmente
individualista. Originada en los decretos de la Asamblea Constituyente de la
Revolución Francesa y formada en los países de Europa Continental, considera el
derecho de autor como un derecho personal e inalienable del autor. El derecho sobre
una obra se origina por el acto de la creación personal, una concepción personalista,
aludiendo al sujeto de derecho, al creador, y en su conjunto, a las facultades que se le
reconocen.
El copyright se aplica o se tiene más en consideración a lo meramente comercial, al
libre mercado, mercancías que deben tener alguna protección por eso se dice que en
comparación con el derecho de autor latino, el copyright tiene alcances más limitados
en cuanto a los derechos subjetivos que reconoce y más extensos en tanto en relación
con el objeto de la protección pues no se limita a las obras literarias, musicales y
artísticas sino que incluye las grabaciones sonoras ¾fonogramas¾, las emisiones de
radiodifusión y de cable y la presentación tipográfica de las ediciones publicadas como
en relación con las personas que admite como titulares originarios del derecho.
En consecuencia, el copyright se utiliza para proteger derechos originados en
actividades técnico- organizativos que no tienen naturaleza autoral, tales como las que
realizan los productores de grabaciones sonoras y de films, los organismos de
radiodifusión, las empresas de distribución de programas por cable y los editores de
obras impresas. Estas dos concepciones dificultaron la determinación de su
naturaleza jurídica, dando lugar a debates y a conclusiones muchas veces opuestas,
que enriquecieron y contribuyeron de forma decisiva al desarrollo de la materia.
Diferencias y semejanzas entre derecho de autor y propiedad industrial
Derecho De Autor
Propiedad Industrial
SEMEJANZAS
Se agrupan en torno a la propiedad intelectual
DIFERENCIAS
-Trata de la creación intelectual -Trata
de
los
signos
de obras literarias, artísticas y convencionales.
científicas.
-Se orienta a la aplicación
industrial.
-Se orienta hacia la satisfacción -Tiene fines utilitarios lucrativos.
intima del autor.
-Se reconoció por el convenio de
Paris, 1883.
-Busca el goce estético del -En el Perú esta normada por la
publico y el aporte a la cultura del ley de Propiedad Industrial
pueblo
(decreto legislativo 823) 1996.
-Se reconoció por primera vez
por el convenio de Berna, 1886.
-En el Perú esta normado por la
ley de derecho de autor (decreto
legislativo 822) 1996
Naturaleza Jurídica sobre el Derecho de Autor
La determinación de la naturaleza –dice Puillet- es un problema meramente teórico, de
palabras, ya que hoy nadie se animaría a discutir el derecho del autor sobre sus obras.
En la práctica si ese derecho del autor o no jurídica o técnicamente una “propiedad” es
secundaria, pues los caracteres, efectos, extensión, y duración del derecho intelectual
están perfectamente determinados por la ley, la doctrina y la jurisprudencia.
a. Teoría de derecho de propiedad
El derecho de autor se asimila a la propiedad de las cosas, como objetos corporales
susceptibles de valor, equiparándolo al derecho real de dominio. Tiene el defecto de
materializar excesivamente el derecho de autor y explica satisfactoriamente el derecho
moral del autor.
Continuando con esta tendencia y apoyándola los defensores de la doctrina francesa
del derecho de propiedad sostienen que el derecho intelectual no es una creación
arbitraria de la ley civil, que se concreta en indicar las condiciones y los límites de su
ejercicio. El registro es solo declarativo y no atributivo del derecho de propiedad, pues
este existe por el hecho mismo de la creación. En una obra de arte, la propiedad
corporal es el dominio del objeto material; en tanto que la propiedad de la forma o de
la expresión a la materia, es la propiedad incorporal, que es lo que tiene el artista
derecho de reproducir.
b. Teoría de la personalidad
Fue en Alemania donde por primera vez se sustentó como problema jurídico el de
protección de intereses morales de los autores. El civilista alemán Otto von Gierke fue
el primero en establecer que estableció una nueva categoría de derechos privados,
hasta entonces solo considerados en el derecho público. Desarrollando jurídicamente
la idea en abstracto expuesta por Kant, partiendo del concepto inicial de la creación, y
que las facultades que tal derecho confiere se reducen, en substancia, al poder
originario y principal de mantenerse la obra en secreto o de comunicarla al publico.
Para este autor la obra es una prolongación de la personalidad del creador, desde el
momento que tal personalidad no puede separarse del producto de su talento. Además
dice que las facultades exclusivas de reproducción, edición, ejecución, etc. No tienen
necesariamente un carácter patrimonial por que el autor puede valerse sin ningún fin
de interés económico.
Esta teoría es incompleta según STTAN, pues si bien el derecho intelectual tiene
vinculación estrecha con la personalidad esta teoría prescinde de la parte formal de la
obra y especialmente de los derechos materiales o pecuniarios. Piola Caselli dice que
el derecho de autor no protege la personalidad del autor, pero si la relación jurídica
entre al autor y la obra creada cubre intereses de naturaleza personal, pero calificada
y circunscrita en relación con la obra creada, en la cual el autor vive y su personalidad
es expresada, para que el publico o tal vez el Estado tome elementos de juicio y
asuma decisiones que determinen la estima social, la fama que puede obtener y que
influyen en su carrera profesional.
c. Teoría de la propiedad intelectual
Esta teoría fue inicialmente expuesta por el jurista Picard, y su primer postulado es la
insuficiencia de la clasificación tripartita clásica de los derechos (derechos reales,
personales y de obligaciones). Este elaboro una clasificación general de las relaciones
jurídicas colocando el derecho de autor en una nueva categoría de naturaleza sui
generis y autonomía: los derechos intelectuales.
En efecto la naturaleza del derecho intelectual es distinta, la producción del espíritu no
puede ser confundida con un trozo de materia y por lo tanto el ordenamiento jurídico
debe ajustarse a ello.
d. Teoría del trabajo
Es de origen italiano (época fascista) estipulado en su legislación en la que el derecho
de autor fue considerado como un derecho de trabajo.
Los vínculos que unen la obra intelectual a la personalidad del autor, resiste toda
tentativa de incluir la reglamentación de los derechos intelectuales dentro del derecho
laboral, como parecería hacerlo la ley italiana de 1941.
Tal concepto surgió para asegurar a los autores una equitativa remuneración por su
trabajo intelectual en su contacto y relación con el público y sus intermediarios,
quienes absorben y monopolizaban, como durante la época de los privilegios reales, el
producto de la utilización económica de la obra del ingenio.
Pero la virtud creativa es una cualidad secreta e intima, es un resultado que fluye
libremente del talento del creador. El trabajo entendido así, realmente consistiría en
darle una concepción abstracta, una expresión formal o corpórea. Es dice, que cuando
el escritor plasma en el papel su creación, el compositor en el pentagrama, cuando el
escultor corporiza su inspiración en el mármol o el pintor en el lienzo, esta dando a
conocer su trabajo; un trabajo entendido como acción y producto de la intensidad de
un esfuerzo físico, muy distinto al trabajo intelectual al que nos referimos.
e. Teoría de la colectividad
Esta teoría fue enunciada por Colin y Capitant, acogiendo las ideas socialista
francesa. Parten del supuesto de que las obras de arte y los inventos son patrimonio
de la humanidad, porque es esta a la cual benefician y también que las obras son de
todos porque de todos son las ideas que han contribuido a crearlas. A pesar de que
unos niegan que esto sea cierto no se admitirá que solo el autor ha sido un elegido
tocado por Dios o que su creación ha salido de la nada, esto es un absurdo, no quiero
caer tampoco en el extremo que no hay que considerarlo al autor como algo ajeno a
su obra o quitarle meritos por su creatividad pero no se le puede dar tanto prioridad –
con privilegios- que logre al final de todo el alejamiento de aportes a la sociedad
viéndose perjudicada.
J. Espinoza dice que el hombre es bidimensional, es un ser único e irrepetible, pero
vive en una sociedad y no se le puede concebir fuera de esta. Lo mismo ocurre con las
obras de su invención: pertenecen a un mentor, que ha necesitado de experiencias
anteriores y ajenas para la creación de un objeto con características propias que no
pueden ser atribuible a ningún otro sujeto, ya sea considerado individual o
colectivamente.
e. Teoría dualista
Llamada también teoría doble o también personal-patrimonial porque considera al
derecho de autor por una parte, el carácter personal y extramatrimonial y de duración,
en principio, ilimitada (derecho moral) y, por la otra, de carácter patrimonial y de
duración limitada (derecho patrimonial). El defensor de esta teoría es Eduardo Piola,
que en 1927 dijo que este derecho es doble porque protege tiene un doble función,
una proteger intereses personales de la personalidad y la otra los intereses
patrimoniales.
Pero actualmente esta es la teoría que ha sido acogida en todas las legislaciones y por
parte de muchos autores por ejemplo Busta Grande dice: en nuestro estudio. La
denominación correcta y justa definición doctrinaria de la naturaleza de estos derechos
continua siendo objeto de aparente controversia, sin embargo, si tratamos los
aspectos, moral (ligado a la personalidad) como derecho personal) by patrimonial (de
naturaleza pecuniaria), aunado ambas manifestaciones en un solo derecho de
naturaleza doble, distinguiremos facultades morales y patrimoniales que emanan de
una institución que proyecta su espectro en dos matices diferentes pero finalmente
cunfluyentes forzosos, dando como resultado un solo derecho de naturaleza propia y
de carácter dualista.
En síntesis. La teoría dualista pretende establecer que el autor se identifique con su
obra, ya que esta es producto de su trabajo intelectual y a su vez, logre su
identificación con la sociedad. No se trata de la existencia de dos derechos sino de
dos manifestaciones que emanan de un solo derecho de naturaleza propia, y las
facultades morales y patrimoniales no son sino dos aspectos distintos de un mismo
derecho. Juan Espinoza dice que el error de las demás teorías radico en observar solo
una de las dos vertientes de este derecho. El hecho de ser autor de la obra creada (y
no otros), es de carácter distinto de los beneficios económicos que esta pueda
originar.
Transmisión del Derecho de Autor
Este titulo queda un poco flojo porque en verdad no es cierto que en sentido estricto
sea –posible- que se puedan transmitir los derechos de autor, solo uno de sus
aspectos. Si recordamos el derecho de autor es una conjunto de prerrogativas en las
cuales se encuentran dos aspecto: primero, sobre los derechos morales y segundo,
los que llamamos derechos patrimoniales o económicos. Claro no descartamos que
en cierta medida pareciera que los derechos morales recaiga en la persona que en
vida del autor o en muerte de esta tenga la cesión respectiva pero esto es pura ficción
porque será lo patrimonial lo que prime y la esencia lucrativa que siempre –pero ese
ánimo de lucro podría cambiar pero no se logra porque la necesidad es el obtener
dinero de donde sea sino se consigue se roba o se muere- estará en los intereses de
ambas partes.
Esa particular composición hace que la transmisión del derecho de autor sea distinta,
según se transfiera a titulo universal, por causa de muerte, o a titulo singular, por acto
entre vivos.
El derecho de autor confiere al creador prerrogativas de orden moral y el orden
económico. Los derechos morales corresponden, en cuanto a su ejercicio, al autor
durante su vida y a los herederos y otros causahabientes del autor en cuanto a su
defensa, luego de la muerte de aquel, pero aquellos son inalienables por acto entre
vivos.
La diferencia fundamental entre ambas clases de transferencia se encuentra en que
mientras los derechos de orden moral se transmiten, en cuanto a su ejercicio y a veces
ciertas limitaciones, a los herederos u otros causahabientes del autor, tales facultades
son, en cambio, inalienables por acto entre vivos, al tiempo que los de carácter
patrimonial son transmisibles, total o parcialmente, a través de una “cesión entre
vivos”, u objeto de licencias o autorización de la obra.
La ley distingue dos tipos de transmisión: a título universal y a título singular.
El derecho patrimonial puede transmitirse por mandato o por presunción legal,
mediante cesión entre vivos o transferencia mortis causa, por cualquiera de los medios
permitidos por la ley.
Citando a la nueva Ley de Derechos de Autor, se establece que cada una de las
modalidades de utilización de las obras se considera independiente de las demás y, en
consecuencia, la cesión sobre cada forma de uso deberá constar en forma expresa y
escrita, quedando reservados al autor todos los derechos que no haya cedido en
forma explícita. En el caso de que no se hubiere establecido el ámbito territorial, se
tendrá por tal el país de su otorgamiento, y si no se especificaren de modo concreto la
modalidad de explotación, el cesionario sólo podrá explotar la obra en la modalidad
que se deduzca necesariamente del propio contrato y sea indispensable para cumplir
la finalidad de éste.
Por su parte, los derechos patrimoniales pueden ser transmitidos no sólo por causa de
muerte, sino de acto entre vivos, sea que este implique traslado de un patrimonio a
otro solamente constituya una licencia o autorización de uso de la obra.
La onerosidad determina el ámbito causal de toda cesión, toda vez que nuestra
legislación determina que la cesión otorgada a título oneroso le confiere al autor una
participación proporcional en los ingresos que obtenga el cesionario por la explotación
de la obra, en la cuantía convenida en el contrato.
En cuanto a lo citado en el párrafo anterior, nuestra legislación prescribe que no será
de aplicación la participación proporcional en los ingresos a favor de los autores que
participan en una cesión y, por tanto, la remuneración puede ser a suma alzada, en
primer lugar, cuando, atendida la modalidad de la explotación, exista dificultad grave
en la determinación de los ingresos o su composición sea imposible o de un costo
desproporcionado con la eventual retribución; en segundo lugar, cuando la utilización
de la obra tenga carácter accesorio respecto de la actividad o del objeto material a los
que se destine; en tercer lugar, cuando la obra utilizada con otras no constituya un
elemento esencial de la creación intelectual en la que se integre; en cuarto ligar,
cuando se trate de la primera o única edición de obras no divulgadas previamente,
taxativamente indicados como diccionarios, antologías y enciclopedias; prólogos,
anotaciones, introducciones y presentaciones, obras científicas, trabajos de ilustración
de una obra, traducciones o ediciones populares a precios reducidos; y, por último,
cuando las partes expresamente lo pacten. Las disposiciones aplicables en la
actualidad y mencionadas anteriormente son igualmente aplicables a las tarifas de las
entidades de gestión colectiva.
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