El amor en la adolescencia (Día contra la Violencia de Género)

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EL AMOR EN LA
ADOLESCENCIA Y
SU RELACION
CON LA
VIOLENCIA DE
GÉNERO:
Hay que dar ejemplo porque detrás de nosotros hay alguien mas.
En la adolescencia se producen unos importantes cambios en nuestro cuerpo, nos maduran los órganos sexuales y estos
se desarrollan. A partir de estos cambios, los adolescentes empezamos a darle más importancia a nuestra apariencia,
sobre todo a nuestro físico, queremos ir a la moda, lucir todo tipo de ropa, queremos que nuestro grupo de amigos nos
acepten y es aquí cuando mayoritariamente, tenemos un estilo impropio, es decir copiando un estilo diferente al
nuestro, y que es aceptado por todos.
Cuando aparecen nuestros primeros amores los adolescentes queremos estar todo el tiempo junto a esa media naranja,
se puede decir que hay un gran apego con esta.
Cuando experimentamos la atracción física, cuando decimos que estamos “enamorados”, en realidad estamos
encandilados por la imagen del otro, y normalmente lo hipervaloramos.
El resto del tiempo que no estamos con nuestra pareja intentamos tener a nuestro lado una imagen o fotografía, una
carta, algo que nos recuerde a esta. Algo frecuente es hablar de ella todo el tiempo, escribir su nombre en todos lados, y
llegamos a pensar que será nuestro amor para toda la vida.
Por un lado las chicas estamos inseguras de poder ser lo suficientemente bonitas, y lindas para ser amadas por nuestro
chico, la conclusión de creer que no somos lo que la otra persona quiere, nos hace mostrarnos distintos a lo que
realmente somos, y pasar a ser lo que la otra persona desea. Por el contrario los varones se preguntan si podrán
satisfacer a una mujer, se preocupan por ser ideales y perfectos sin basarse en su verdadera personalidad.
Nuestros primeros amores en la adolescencia suelen ser amores inmaduros, son amores que buscan el beneficio, y la
satisfacción propia, amores que se muestran más apegados a la apariencia. Física y su atractivo, en vez de cómo es y
cómo se comporta la otra persona.
Estos amores se viven desde la ilusión, una ilusión pasajera, la cual se suele basar en emociones dinámicas, que con el
transcurso del tiempo se modifican. Mayoritariamente los adolescentes no diferenciamos entre el amor y la ilusión.
A veces por esto se nos presentan situaciones como ser un tipo de persona que realmente no eres sino como le gustaría
a tu pareja, nos comportamos de diferente manera para gustarle a esa persona además de cambiar nuestra forma de ser
por completo intentando su chica ideal. Esto nos causa un engaño hacia nosotros mismo y nuestra persona.
Estos amores nos hacen vivir momentos que nunca olvidamos, nos hacen experimentar situaciones diferentes a las
cotidianas y estar siempre cerca de la persona del sexo opuesto.
En una relación de enamoramiento de adolescentes existe “el todo por amor”, a veces un miembro de la pareja se
impone ante la otra para que este haga lo que el quiere, y este por no romper la relación acepta y llega a cambiar su
personalidad, se crea un estereotipo de persona que realmente no es, pero lo necesitan ser para mantener la relación.
Por otro lado “el amor garrapata” o “el amor babosa”, suelen existir en la adolescencia, el querer estar siempre
enterado sobre donde va o que hace nuestra pareja, que relaciones tiene con otras personas fuera de su vinculo
amoroso… son rasgos frecuentes de esta etapa como también el querer estar todo el tiempo al lado de tu pareja, querer
besarla continuamente…
Todos estos tipos de amores son frecuentes, pero no deberían de aparecer, ya que estos hacen cambiar a la personas,
les hacen estar vigiladas por otra y le quitan su libertad de relación por celos.la persona celosa no respeta su espacio
personal, y por todo esto se escusa con el estar enamorado de la persona a la que invade.
Los mitos del amor romántico se pueden relacionar con escusas para contralar a la otra persona, para quitar libertad a la
pareja, para no tener nada más importante que estar con su pareja siempre, dejar que nos vigile, y obedecerle
en todo, privarnos de la sociedad y las relaciones dentro de ella con otras personas, algunos de estos mitos pueden ser:
Si hay una fiesta y sale tu pareja pero te dice que te quedes en casa, si realmente la amas te quedas.
Si estas verdaderamente enamorada solo puedes hablar con tu pareja y no sentir atracción por ninguna otra.
Cuando una pareja está enamorada, seguro que el sexo será maravilloso.
Además actualmente tenemos unos
estereotipos de género, que nosotros
mismos nos creamos cuando hacemos lo
que otros quieren, cuando no somos
capaces de diferenciar una cosa real de una
cosa imaginativa. Nos mostramos de una forma que no queremos solamente por mantener una relación y eso nos hace
cambiar de personalidad y nos crea un estereotipo de persona.
Una persona no debe de aguantar ningún tipo de maltrato, discriminación o simplemente un control por parte de otra
persona, aunque esta sea su pareja.
El dejar pasar una situación de maltrato una, dos, o tres veces hace que la otra persona se “apodere” de ti, te quita la
libertad, tanto de opinión como de decisión, no respeta tu intimidad ni tu forma de ser, te prohíbe tomar decisiones por
ti misma, te insulta… y todo esto lo escusa con estar enamorado/a de ti.
Pero bajo ninguna escusa debemos quitarle la importancia a esta escena de maltrato, ni dejarlo pasar, la persona
maltratada debe denunciar, antes de que el maltrato llegue a un final trágico.
La violencia de género puede basarse tanto en el maltrato físico como en el maltrato psicológico. Este maltrato puede
producirse en la juventud, como por ejemplo en la adolescencia, en esta época por medio de celos de la persona que
“amas” te ves obligado/a a no relacionarte con personas de tu sexo opuesto que no sean tu pareja, para no romper
vuestra relación. Tu pareja puede indagar en tu móvil, ver las fotos, las
imágenes, los mensajes… y no respetarte. Por amor estos simples
síntomas se dejan pasar, es el caso del maltrato psicológico. En la
juventud no es frecuente el maltrato físico aunque en algunos casos sí.
En conclusión en una relación hay que quererse y respetarse a uno mismo
y a la pareja, esto se consigue si seguimos unas claves:
Respetar tu forma de ser y no cambiarla: saber lo que somos y lo que
queremos ser, estar orgullosos de nuestra persona y no avergonzarnos de
ella, pero también hacer lo mismo con nuestra pareja.
Estar seguro de uno mismo: sabiendo poner límites en una relación, no
dejar que nos invadan pero tampoco invadir nosotros.
Saber dejar la libertad personal de cada uno, y respetar los límites dentro de esta.
No intentar ser dueño/a de la otra persona.
Porque para respetarse hay que respetar y eso significa saber tener respeto hacia nuestra media naranja y además estar
seguros de que esta también nos respete a nosotros, en resumen ser una pareja sana, en la que reine el cariño, la
sinceridad, la fidelidad y la empatía.
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