El portafolio como estrategia de evaluación en la enseñanza de lenguas extranjeras: fundamentos teóricos y orientaciones procedimentales Ana Lucía Delmastro http://www.serbi.luz.edu.ve/scielo.php?pid=S131666892005006000004&script=sci_arttext El portafolio consiste en una compilación de trabajos del estudiante que refleja su esfuerzo, proceso y logros en las diferentes áreas de desarrollo de la lengua extranjera (LE) y aporta evidencia de autorreflexión sobre las actividades y sobre los propios aprendizajes. La presente investigación forma parte de un proyecto de mayor alcance dirigido a orientar el uso del portafolio en cursos comunicativos de lengua extranjera y explorar la factibilidad de implementación como estrategia de evaluación en nuestro entorno educativo inmediato. Este estudio corresponde a la fase de investigación descriptiva documental y tiene como objetivos: (1) Identificar los fundamentos teóricos que sustentan el uso del Portafolio en el desarrollo y evaluación de destrezas en lengua extranjera; (2) Analizar las ventajas y los inconvenientes potenciales reportados por la literatura en situaciones de enseñanza de LE; (3) Identificar lineamientos procedimentales que orientan la aplicación en cursos de lengua extranjera cuatro destrezas. La investigación muestra que el uso del portafolio se fundamenta sobre principios del constructivismo pedagógico y enfoques contemporáneos para la enseñanza de la lengua extranjera centrados en el estudiante y sus procesos de aprendizaje, orientados al desarrollo de aprendizajes significativos, estrategias metacognitivas, andamiaje y ‘empowerment’. Su escasa aplicación por parte de docentes de lenguas extranjeras en Venezuela sugiere la necesidad de difundir y promover el uso de dicha estrategia como herramienta constructivista que promueve la reflexión metacognitiva, la autoevaluación, la responsabilidad y la toma de control sobre los propios aprendizajes. El Portafolio se enmarca en los paradigmas educativos vinculados con enfoques holístico-constructivistas y tendencias eclécticas vigentes en la actualidad en la Lingüística Aplicada. Como procedimiento de trabajo en aula y de evaluación integral en el desarrollo de destrezas en L2, el portafolio es una estrategia que genera aprendizajes significativos a partir de las necesidades del educando, desde el punto de vista lingüístico, afectivo, cognoscitivo y metacognitivo. El surgimiento del portafolio en la evaluación de la lecto-escritura. El portafolio consiste en “una colección de trabajos del estudiante que representa una selección de su producción (...) Un portafolio puede ser una carpeta contentiva de las mejores piezas producidas por el estudiante y la evaluación de las fortalezas y debilidades de los productos” (Sweet, 1993a:1). Consiste en una selección de trabajos realizados por los alumnos durante el curso que son utilizados para evaluar el desempeño estudiantil en términos de logros en relación con el trabajo inicial. Esta colección de trabajos de cada estudiante muestra tanto sus esfuerzos como los logros y progresos en una o más áreas del aprendizaje e incluye no sólo muestras de los productos, sino los criterios de selección, así como evidencia de autoreflexión por parte de los estudiantes. Ventajas del portafolio Las ventajas del portafolio en la enseñanza de L2 son las mismas que para otras áreas del saber o disciplinas y éste tiene múltiples aplicaciones, no sólo en cursos orientados al desarrollo de la lectura y/o la escritura, como en el caso de Idiomas con Fines Específicos, sino en cursos comunicativos dirigidos al desarrollo de las cuatro destrezas. Entre éstas podemos señalar las siguientes: -Desarrolla la independencia en los estudiantes y orienta el desarrollo de estrategias metacognitivas. -Favorece la retroalimentación con respecto al progreso y aprendizaje individual. -Incorpora a los estudiantes en la selección de materiales: los estudiantes pueden utilizar el portafolio para crear un archivo de materiales auténticos sobre tópicos de interés para el curso a la vez que participan activamente en la construcción de aprendizajes significativos. Los portafolios de tipo documental desarrollan destrezas de documentación, investigación y búsqueda de conocimientos. -Propicia la interacción comunicativa y el intercambio de información entre los pares y con el profesor. -Genera procesos de andamiaje o ‘scaffolding’ que sirven de soporte a la construcción de nuevos conceptos y conocimientos. El andamiaje se produce de manera totalmente natural como resultado de la repetida interacción del estudiante con los materiales de trabajo, la corrección de los borradores y versiones preliminares de trabajos y ejercicios, la interacción con los pares y la actuación del profesor como mediador. -Promueve la integración de destrezas: el proceso en sí de construcción del portafolio involucra el uso de la lengua en sus diferentes manifestaciones, el contacto con materiales auténticos y la integración de destrezas orales y escritas, productivas y receptivas. Ello como resultado de las actividades generadas tanto durante la búsqueda y evaluación de materiales como durante la consulta y la aclaratoria de duras a través de la interacción con los pares o con el profesor. -Crea hábitos de trabajo, organización y sistematización del material, autoevaluación y valoración de los aprendizajes. -Promueve el desarrollo de estrategias de discusión, negociación, interacción, expresión de opiniones, establecimiento de objetivos comunes, organización, solución de problemas y toma de decisiones. -Permite que los estudiantes menos aventajados se beneficien de la exposición al input y producción lingüística que se genera a través de las opiniones, el modelaje y colaboración de sus pares, la interacción, el andamiaje proporcionado por otros estudiantes y el profesor, las oportunidades de editar y corregir versiones preliminares de los trabajos y la realización de trabajo remedial. -Permite a los estudiantes más aventajados la inclusión de actividades adicionales y trabajo extra, y discrimina entre estudiantes responsables e involucrados con el proceso desde el inicio del curso y estudiantes poco comprometidos con su proceso de aprendizaje que postergan el trabajo hasta el final. -Es una estrategia de evaluación integral y cualitativa, que puede también convertirse a escala cuantitativa y permite evaluar el desempeño del estudiante en diferentes ámbitos del aprendizaje de L2. -Constituye, además una gran ayuda para el profesor de lengua extranjera en la selección de tópicos, textos, materiales de lectura, actividades de trabajo y discusión que sean de interés y relevancia para los estudiantes, cumpliendo así uno de los requisitos básicos para optimizar la entrada lingüística durante la exposición a la lengua meta (Delmastro, 2004-b). En los países anglohablantes y en la Europa continental el uso del portafolio está bastante difundido en la enseñanza de L2, en especial para el desarrollo de destrezas de lectura y escritura (Stack y Stack, 1995; Calfee y Perfumo, 1996). Evidencia de ello es la gran cantidad de entradas que se consiguen en internet en los diferentes sitios y páginas dedicadas a profesionales y docentes de lenguas, relacionados con el uso del portafolio en el desarrollo de destrezas en L2 y como estrategia alternativa de evaluación. Las ventajas y propósitos del portafolio abarcan tanto aspectos de desarrollo profesional del docente como de mejoramiento curricular. Stack y Stack (1995) establecen los siguientes propósitos para el uso del portafolio: -Desarrollo profesional (para los docentes). -Desarrollo curricular (evaluación de efectividad y cambios necesarios). -Promover el aprendizaje de los estudiantes (los estudiantes desarrollan aprendizajes significativos y se hacen más independientes). -Como instrumento de evaluación (para asignar calificaciones y proporcionar retroalimentación con respecto al aprendizaje y el progreso del estudiante) (Stack y Stack, 1995). Para efectos de evaluación, el portafolio involucra mucho más que una mera recolección de los trabajos realizados pues implica una selección razonada, lo que permite desarrollar criterios de evaluación en el estudiante. Igualmente, precisa de una aclaratoria o justificación acerca de los motivos por los cuales se seleccionan los trabajos, su significado y pertinencia, así como una reflexión acerca de los aprendizajes logrados, los aspectos a mejorar y la efectividad de las estrategias utilizadas. De igual manera, en la enseñanza de lenguas extranjeras no sólo puede utilizarse como estrategia de evaluación, sino que puede fungir como portafolio de documentación (información y trabajos sobre un tópico determinado), como portafolio de exhibición (los mejores trabajos), o como portafolio de proceso (todo el material utilizado y trabajos realizados en relación con determinada tarea asignada). Las aplicaciones dependen del tipo, funciones y propósito del curso, la orientación que se le quiera imprimir a la evaluación y la negociación que se logre con los estudiantes. Obviamente, existen factores dignos de ser considerados que se relacionan con aspectos prácticos, tales como: la cantidad de estudiantes y el número de cursos asignados, la duración del curso, la disposición del profesor, la familiaridad con la estrategia, y el tiempo de que dispone el docente para la realización de asesorías individuales y/o grupales, entre otros (Delmastro, 2004-b). Akirov (1997:39) sugiere que el portafolio también puede ser de tipo documental, lo que le permite al estudiante recopilar “una variada información escrita, formal e informal, durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. También puede incluir otros materiales como cintas de video, grabaciones, fotografías, revistas, recortes, y cualquier otro elemento lo suficientemente importante y relevante para el estudiante...”. El portafolio de tipo documental es una excelente alternativa para la obtención de material auténtico, particularmente en la Enseñanza del Inglés con Fines Específicos, Académicos o Instrumentales (ESP). En los cursos de lenguas extranjeras el portafolio permite involucrar activamente el estudiante en la búsqueda y selección de tópicos y materiales auténticos, de interés y relevancia para sí mismo y para el grupo, desarrolla la responsabilidad, la investigación, la organización, la autoevaluación, así como la toma de conciencia acerca de las estrategias y estilos individuales de aprendizaje. Adicionalmente, los estudiantes perciben el portafolio como un reflejo del aprendizaje individual que proporciona un sentido de realización y satisfacción personal, genera conciencia acerca del propio progreso, permite sistematizar aprendizajes puntuales y funge como actividad de repaso y revisión (Delmastro, 1993). En consecuencia, el portafolio, tanto de tipo documental como evaluativo, es una herramienta que debe ser más difundida entre los docentes de lenguas extranjeras en nuestro país para que sea incorporada como alternativa de evaluación integradora y de trabajo individual y grupal en la enseñanza de L2. 4. Diseño y contenidos del portafolio El desarrollo del portafolio individual del estudiante requiere la participación y asesoramiento del docente, quién orienta al estudiante en la recopilación de los trabajos relevantes para el desarrollo de las destrezas involucradas. Es usual el trabajo con portafolios en cursos de lectoescritura, pero también pueden ser utilizados para evidenciar el desarrollo de destrezas de comprensión y expresión oral, en cuyo caso los contenidos serán más heterogéneos. Es importante señalar que estudiante no sólo incluye en el portafolio los mejores trabajos, sino aquellos que han sido más relevantes o significativos para el aprendizaje, tanto en términos de sus contenidos teórico-conceptuales, el interés de los temas tratados, las estrategias de aprendizaje desarrolladas, como las realizaciones lingüísticas trabajadas. Algunos autores (Quintana, 1998) sugieren incluso la incorporación del peor trabajo realizado por el estudiante durante el semestre, acompañado de una nota escrita en la que el estudiante explica por qué se considera el peor trabajo y qué aprendió en ese proceso. Puesto que lo importante es la evidencia de los esfuerzos realizados y los logros obtenidos, se incluyen las diferentes versiones corregidas de una misma actividad, fechadas y organizadas cronológicamente, de manera que puedan compararse y evaluarse los cambios realizados y los logros alcanzados. Entre los posibles contenidos del portafolio para un curso comunicativo de lenguas extranjeras orientado al desarrollo de las cuatro destrezas se sugiere considerar los ítemes incluidos a continuación: 1. Carta de presentación: contiene información acerca del autor y lo que el portafolio muestra acerca del progreso individual, incluyendo una reflexión acerca de su elaboración. Se redacta al final de curso, pero se coloca al principio del portafolio. 2. Tabla de contenidos: con la identificación de los ítemes y páginas numeradas. 3. Entradas del portafolio: éstas consisten en los productos generados durante el curso e incluyen tanto ítemes obligatorios como ítemes opcionales. (a) Ítemes obligatorios: consisten en muestras de trabajos relacionados con los objetivos, temas y contenidos centrales del programa de la unidad curricular. Pueden incluir: -Informes de unidad. -Glosario o cuaderno de vocabulario desarrollado durante el curso. -Diarios o cuadernos. -Trabajos escritos: dictados, redacciones, composiciones, monografías, ensayos (borradores, versiones corregidas y reescritura). -Ejercicios. -Reporte de actividades de comprensión oral. Quizzes, exámenes, evaluaciones escritas (corregidas y reescritas). -Material de apoyo utilizado para presentaciones orales (esquemas, borradores y versión final), incluyendo artículos/ fuentes de información y material de apoyo visual (posters, folletos, organizadores gráficos, transparencias). -Informe escrito de libro(s) escogido para lectura y discusión durante el curso. -Informe de proyectos de trabajo (individuales o grupales). -Canción(es) aprendidas durante el curso (comentadas). -Poema(s) leído(s) durante el curso (comentados). -Organizadores gráficos (mapas conceptuales, diagramas de Venn, mapas de vocabulario, redes semánticas, mapas mentales...). -Listas de cotejo para evaluación de actividades (de ser proporcionadas por el docente). -Tareas metacognitivas (evidencia de reflexiones). -Comentarios sobre el curso, opiniones sobre actividades. -Asignaciones grupales. -Presentaciones en Powerpoint. -Grabaciones, fotografìas, disquettes. (b) Ítemes Opcionales: Se refieren a cualquier tipo de producto o trabajo adicional que haya sido realizado por el estudiante durante el curso, tales como: -Ejercicios y actividades opcionales. -Presentaciones orales opcionales. -Actividades adicionales de lectura o escritura (composiciones, e-mails, cartas, poemas, entre otras). -Canciones, grabaciones, videos, entrevistas. -Comentarios sobre artículos leídos, reportes de libros o películas. -Organizadores gráficos, productos preparados para carteleras. -Ideas para proyectos. -Productos de participación en actividades extracurriculares. -Trabajo remedial, etc. 4. Fechas en todas las entradas o ítemes (permiten visualizar el progreso durante del curso). 5. Reflexiones para cada uno de los ítemes del portafolio y para el portafolio en su totalidad. a) Después de cada ítem: una breve exposición de los motivos de la selección del ítem en particular (relacionados con la actuación y la percepción del propio progreso). b) En la carta de presentación: una reflexión acerca de la totalidad del portafolio (indicando cuáles son los ítemes preferidos y la razón). c) Al final del portafolio o después de las actividades correspondientes: cuestionarios de intereses, listas de cotejo o inventario de actitudes y estrategias (cuando son aportados por el profesor), comentarios y sugerencias de compañeros (Delmastro, 2004-b). Las entradas (ítemes) del portafolio pueden variar dependiendo del tipo y finalidad del curso, los objetivos y contenidos del mismo, y las destrezas a desarrollar en L2. Es aconsejable orientar las reflexiones de los estudiantes pues existe evidencia de que en nuestro contexto la metacognición no se produce de manera espontánea y debe ser inducida o guiada de alguna manera por el docente (Delmastro, 2003; 2004-a). Para ello el profesor puede proporcionar cuestionarios de intereses, listas de cotejo o inventarios de actitudes y estrategias como los sugeridos por Farr, Tone y Jalbert (1998). En caso de no utilizar formatos prediseñados, se orienta a los estudiantes a considerar en sus reflexiones preguntas como las siguientes: ¿Por qué seleccioné este ítem/actividad/tarea? ¿Qué aprendí con esta actividad? ¿Qué hice bien? ¿Cuáles fueron mis aciertos? ¿Qué hice mal? ¿Cuáles fueron mis errores? ¿Qué quiero mejorar en este ítem/actividad/tarea? ¿Cómo me siento acerca del desempeño en esta actividad? ¿Qué estrategias utilicé? ¿Fueron efectivas? ¿Cuáles son mis áreas problema/deficiencias? ¿Qué puedo hacer para mejorar? En cuanto al modo de presentación del producto definitivo, éste puede variar pues no existe una única manera de elaborar un portafolio. Generalmente se usan carpetas con divisiones para organizar las diferentes secciones del portafolio; en algunos casos y para efectos de presentación, los estudiantes deciden anillar su selección definitiva, lo que además facilita su manejo y transporte. Es oportuno señalar a los estudiantes que el formato de presentación debe ser ordenado, claro, atractivo y de fácil manejo para el profesor. 5. Orientaciones metodológicas y procedimentales El trabajo con el portafolio debe ser planificado sistemáticamente. Es conveniente considerar tres fases o etapas en su implementación: una fase previa de información y preparación para la experiencia, la fase de desarrollo y seguimiento, y una última fase de presentación final, cierre y evaluación de la experiencia (Figura 1). 1.Fase de preparación. En vista de que, por lo general, no existe entre los estudiantes y docentes de nuestro entorno inmediato una cultura del portafolio, es conveniente realizar actividades de divulgación y concientización previa a través de carteleras informativas, que pueden ser elaboradas por docentes o por estudiantes de semestres y cursos avanzados. Igualmente se puede incorporar a inicios del curso una guía informativa acerca del portafolio, contentiva de la explicación y características del mismo, lineamientos generales para su elaboración y posibles contenidos a ser negociados con los estudiantes. La discusión grupal, los lineamientos de elaboración y evaluación y la negociación de contenidos son factores importantes para el éxito de la experiencia. 2. Fase de desarrollo y seguimiento. Corresponde al proceso de desarrollo del portafolio en si a lo largo de todo el curso. Durante esta fase el profesor orienta a los estudiantes, se llevan a cabo sesiones de entrevista individual para evaluar los avances y se registran los mismos en formatos diseñados para tal fin. Durante el desarrollo de esta fase, y particularmente si es la primera vez que el docente aplica esta estrategia, se sugiere llevar un Diario del Profesor, en formato libre, para el registro de actividades y reflexiones del docente y la transcripción de opiniones, estados de ánimo y dificultades presentadas en el trabajo con el portafolio. Estas estrategias aportan datos derivados de la metacognición (reflexiones y autoanálisis), tanto de los estudiantes como de la actuación del profesor, cuya ponderación es útil para el análisis retrospectivo de la experiencia de aplicación, la evaluación y la retroalimentación del proceso. 3. Presentación final, cierre y evaluación. Involucra la entrega del producto y la presentación del portafolio individual ante el grupo por parte de cada estudiante (opcional). También se puede solicitar a los estudiantes una reflexión final expresada en una sola frase que puede ser registrada o transcrita por el profesor. Finalmente, se evalúan tanto los productos (portafolios) como la experiencia de aplicación. El análisis de los productos finales (portafolios individuales) unido al análisis retrospectivo del proceso al ponderar las reflexiones incluidas en el diario del profesor, las transcripciones de opiniones y reflexiones de los estudiantes y los datos obtenidos durante la presentación final, constituyen referentes importantes para la validación de la experiencia por parte del docente interesado en mejorar sus praxis evaluativa. Las bondades del portafolio, sin embargo, no deben cegarnos a sus desventajas potenciales. No es posible obviar dos aspectos importantes con respecto al uso de esta estrategia. En primer lugar, que la falta de familiaridad con el uso del portafolio como estrategia de trabajo, por parte de docentes y estudiantes, puede generar cierto grado de aprehensión inicial e inducir errores procedimentales que afectan el valor del mismo como instrumento de evaluación. En segundo lugar, la incorporación de este tipo de actividad involucra una carga adicional y un gran esfuerzo de trabajo por parte del docente, quien requiere horas de extra de trabajo para las entrevistas de supervisión y asesoría individual, anotaciones y reflexiones en el diario del profesor y formatos respectivos, corrección de diferentes versiones del mismo trabajo y transcripción de las reflexiones de los estudiantes, entre otras actividades. 6. Evaluación del portafolio En concordancia con el enfoque de procesos, se evalúa el desarrollo del portafolio desde que el estudiante comienza su elaboración hasta su versión definitiva al final del curso. Para ello se realizan sesiones de seguimiento y evaluación parcial que pueden ser realizadas mensualmente con el objeto de orientar el diseño, verificar como procede el estudiante en la elaboración de su portafolio y si está llevando a cabo la tarea de manera sistemática y continua. Recordemos que los estudiantes, antes este tipo de proceso, tienden a postponer la elaboración del portafolio al sentirse presionados por exámenes y circunstancias de evaluación tradicional en otras unidades curriculares, que le exigen mayor inmediatez y lo apartan de la tarea. Por esta razón es importante realizar frecuentes sesiones y entrevistas individuales de seguimiento. Igualmente importante es aclarar desde un principio que el portafolio en un instrumento de evaluación, por consiguiente, la ausencia a las entrevistas de seguimiento pautadas y la falla en la presentación del portafolio afectarán la calificación definitiva. Para la evaluación del portafolio es recomendable utilizar formatos diseñados previamente por el docente, que pueden ser elaborados según los lineamientos de O’Malley y Valdez (1996), Quintana (1998), Farr, Tone y Jalbert (1998), o Delmastro (2003, 2004-b). También se pueden adoptar los formatos que han sido elaborados por estos autores o modificarlos según los requerimientos del caso. Los formatos de evaluación funcionan como listas de cotejo para verificar si el portafolio cumple con los requisitos mínimos exigidos para el curso, permiten incluir comentarios, resultados de otras evaluaciones, problemas detectados, así como reseñar los ítemes faltantes o incompletos. A continuación se señalan algunos aspectos que pueden ser tomados en cuenta para la evaluación definitiva del portafolio: Asistencia a las entrevistas de seguimiento. Entrega de todos los trabajos o ítemes obligatorios. Entrega de ítemes opcionales. Ítemes faltantes. Carta de presentación. Evidencia de reflexión para cada uno de los ítemes. Tipo y profundidad de la reflexión (esporádica, superficial o irrelevante vs. constante y seria). Organización y presentación (dominio del aspecto formal del portafolio: índice, paginación, identificación y fechas en los ítemes...). o Dominio de características formales de la escritura (cohesión, coherencia, estructura interna, normas gramaticales y ortográficas....). o Evidencia de cambio de estrategias como resultado de la reflexión. o Evidencias de progreso en las destrezas en L2 (según los objetivos del curso). o Autoevaluaciones, formatos e inventarios de intereses y estrategias. o Comentarios... (Delmastro, 2004-b). El profesor puede asignar un valor numérico a cada uno de los aspectos de la evaluación, según los contenidos y propósito del curso y la negociación de contenidos del portafolio realizada con los estudiantes durante la inicial o de preparación. En todo caso, lo verdaderamente importante es que “...tanto los trabajos solicitados por el profesor como la selección realizada por el estudiante demuestren el progreso del alumno a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje” (Quintana, 1998:168). Igualmente importante es acotar que, a menos que se incluyan en el portafolio grabaciones de la producción oral espontánea e inducida, el portafolio, por sus características intrínsecas, no resulta adecuado para evaluar algunos aspectos puntuales del desarrollo de L2 tales como fluidez, pronunciación, entonación, uso de funciones, nociones o realizaciones lingüísticas y gramaticales específicas, entre otros. Esto puede lograrse con otro tipo de estrategias evaluativas que a su vez pueden pasar a formar parte de los contenidos del portafolio. Es por ello que en cursos de L2 orientados al desarrollo de las cuatro destrezas se sugiere combinar el uso del portafolio con otras estrategias de evaluación (Delmastro, 2004-b). No obstante lo antedicho, las ventajas superan los inconvenientes pues el portafolio, como instrumento de evaluación integral, permite lograr el balance entre el proceso de aprendizaje y los productos generados e incrementar de manera gradual y paulatina el ‘empowerment’ o control sobre los propios aprendizajes. En todo caso, es importante recordar que la evaluación es un procedimiento sistemático y continuo en el cual se deben considerar múltiples estrategias para dar cuenta de la complejidad del proceso involucrado. El portafolio es tan sólo una de ellas.