El espacio relacional. Modelo de comunicación y difusión en un centro cultural

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El espacio relacional. Modelo de
comunicación y difusión en un centro
cultural1
Luz Aranda
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Artículo cedido por la autora al Portal Iberoamericano de Gestión Cultural para su publicación en el Boletín GC:
Gestión Cultural Nº 11: Participación Ciudadana, abril de 2005. ISSN: 1697-073X.
Resumen
Un breve boceto del uso de una herramienta de comunicación y difusión en centros
culturales: el espacio relacional, un punto de encuentro social y cultural que puede
ser aprovechado desde varias perspectivas para incentivar el ingreso a la
apreciación y práctica artísticas. Este documento es un intento de explicar las
funciones del espacio relacional, basándose en la experiencia de dos centros
culturales locales.
Aún el síndrome de las grandes ciudades, las urbes del caos y del desapego, no se
han apoderado de esas pequeñas y no tan pequeñas poblaciones, donde aún el
caminante puede sentarse a compartir la riqueza de su cotidianidad en coloquiales
conversaciones desarrolladas en lugares desprovistos de estrés y correrías, en
cálidos lugares donde otros, como ellos, se refugian para comunicar, con palabras o
con silencios, sus expectativas y perspectivas diarias. A esos lugares los llamaremos
los espacios relacionales.
Son esos lugares de intercambio los que llamaron mi atención hace dos años
mientras realizaba mi proyecto de master. La primera idea que tuve estaba
vinculada con los centros culturales y su organización, no tanto por un interés
administrativo u organizacional, sino más bien, por la difusión de manifestaciones
artísticas en diversos ámbitos poblacionales locales.
Desde el primer momento, no intenté ingresar en el mundo de los grandes centros
culturales de Barcelona, no sólo por los obstáculos que, según yo encontraría para
establecer lazos informativos con estos, sino también porque desde siempre
llamaron mi atención las propuestas de labor directa y concreta de muchas
organizaciones sociales y comunales que actúan en zonas urbanas específicas.
En el caso de organizaciones culturales y artísticas, este trabajo focalizado
geográficamente, permite una reproducción local de lo que puede ser la integración
de los procesos de comunicación, educación y expresión de una forma transversal y
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en colaboración, siendo el espacio relacional, el punto de encuentro, no sólo de las
personas sino también de dichos procesos.
El espacio relacional, un punto de encuentro
Fue durante la realización de mi proyecto de master, que establecí contacto con tres
tipos de centros culturales catalanes, un casal, un centro cívico y un ateneo, de
estos tres fueron los dos últimos los que me interesaron, porque presentaban un
tipo de trabajo mucho más enfocado hacia la participación directa de la población.
Escuche acerca del espacio relacional, cuando entrevisté a uno de los encargados
del centro cívico. Utilizaba el término para definir un lugar de dinamización cultural
y social, donde además de programarse y desarrollarse actividades de difusión
artística, servía como punto de encuentro para los participantes del centro, ya sean
usuarios o trabajadores.
La organización del Centro Cívico Sant Oleguer de Sabadell estaba basada en una
Comisión Técnica, conformada por el Ayuntamiento, encarnado en el propio centro
cívico, por la Mesa de Entidades2 y el Concesionario del Espacio Relacional- Bar, los
tres, encargados de proponer y programar las actividades a realizar, preparar las
agendas culturales mensuales y valorar el funcionamiento general del Centro Cívico.
El Concesionario, se convertía en la parte empresarial, y a la vez, el sector que
representa el perfil artístico – cultural del centro, por lo que su representante dentro
de la Comisión Técnica era un gestor cultural.
Bajo este modelo, las iniciativas organizativas no sólo partían del Ayuntamiento sino
también, y al mismo tiempo, de las entidades locales y del concesionario – espacio
relacional, lo que obviamente nos lleva a la repartición de responsabilidades, en
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Mesa de Entidades: Órgano de coordinación formado por las personas y entidades del sector que habitualmente
participan en el Centro Cívico con voluntad dinamizadora y de colaboración.
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búsqueda del acuerdo, de la interrelación de ideas y del pacto, que es el camino que
requiere mayor trabajo, pero que puede llegar a dar resultados más profundos,
duraderos y prósperos.
La idea de espacio relacional, me hizo pensar que este concepto tenía la capacidad
de desligarse en varios significados, prácticos y útiles, en el proceso comunicativo
que a su vez incluía otros procesos, educativos y expresivos. Esa apertura que
presentaba el concepto, lo hacía flexible para su adecuación en cualquier contexto
cultural, era permisivo y atento a cualquier nueva interrelación, y disfrutaba de la
facilidad de representar y presentar diversos aspectos de la comunicación cultural,
era una herramienta, un proceso, un medio y un canal, un emisor y receptor, y
también un soporte.
Desde una perspectiva integradora, el espacio relacional sería un medio de
comunicación en sí mismo, donde las personas se interrelacionan, aprenden,
reflexionan, recrean sus actividades, y discuten sus perspectivas. Sí, es un lugar,
una infraestructura cómoda, que permite la reunión, la visita, el intercambio, en un
ambiente socialmente agradable y culturalmente diverso. Es el espacio físico donde
se cruzarán circunstancias diferentes, personas que buscan un tiempo y espacio
coloquial fuera del ámbito familiar y laboral, personas que quieren “contar” sus
actividades, personas que no quieren hablar sino tan sólo escuchar a los otros; y es
desde este entrecruzamiento de perspectivas que emergen nuevas interacciones de
aprendizaje mutuo, que según como se guíe el espacio relacional, pueden llegar a
ser enriquecedoras y motivadoras para posteriores incursiones, ya sea activa o
pasivamente, como usuarios espectadores, en ámbitos expresivos y creativos.
Es decir, un espacio relacional es un conjunto de mediaciones que se van
encadenando, por medio del proceso de comunicación, al campo educativo y
expresivo. Pero, cómo hacemos para que esas “mediaciones” hacia el vínculo se
realicen.
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Como vimos en el ejemplo del centro cívico, el espacio relacional estaba ubicado en
el Bar, que además de su función usual, desempeñaba la labor de gestor de
actividades culturales y artísticas, con acuerdo de la administración del centro y de
las entidades más involucradas. De la fusión de esta dualidad de funciones surgía
una
tercera:
convertirse
en
un
punto
de
encuentro
sociocultural,
donde
espectadores visitantes, usuarios puntuales y permanentes del centro, así como
artistas y creativos, compartieran un tiempo de comunicación.
Contar con un espacio relacional como la cafetería, es la clave en los procesos de
difusión de actividades, y lo es mucho más, si ésta área sirve al mismo tiempo como
espacio
de
dinamización
cultural.
Una
cafetería
o
bar,
con
determinadas
condiciones, es un lugar adecuado por excelencia para ser un espacio relacional,
porque por tradición tiene una connotación ligada al ocio y al entretenimiento, que
ya es suficiente para que sea atractivo a los usuarios. Si a ello le sumamos la
representación de eventos artísticos-culturales, se convierte en un multiespacio
divulgativo. Un espacio cultural dentro de otro más amplio, el centro cultural, sea
cual fuere su denominación.
La segunda etapa en el proceso comunicativo, educativo y expresivo, sería la etapa
de profundización en el conocimiento de actividades creativas y expresivas por
medio de la práctica de algunas disciplinas artísticas. Por ello, podemos
recoger
otra función más del espacio relacional, la de punto de encuentro generador de
expectativas y primeras miradas hacia diversas disciplinas artísticas.
En esta parte completaría el leve boceto de una organización de difusión cultural
con la experiencia del Ateneu de Cerdanyola del Vallès, otro de los centros
culturales que visité durante mi proyecto. Con un diseño organizativo que guarda
las formas tradicionales en organización, pero que proyecta iniciativas de
integración organizacional y artística-cultural. El Ateneu se separa en dos ámbitos
que no están ajenos totalmente uno del otro, por un lado, las líneas de acción
diseñadas por su servicio cultural y su directiva, que denominaremos acciones
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institucionales, y por otro lado están las acciones que proponen y realizan sus
propias actividades con el apoyo institucional del centro. Dentro de las acciones
institucionalizadas hay dos campos muy definidos, los contenidos y los continentes,
el primero se encarga de definir el contenido académico de los talleres artísticos
formativos; y el segundo, tiene la responsabilidad de la infraestructura, y las
relaciones con las asociaciones.
La importancia y la seriedad del desarrollo de sus actividades formativas en arte, es
una característica a recoger de este centro cultural. La propuesta y desarrollo de
formación en arte, de forma amateur, como una introducción a diversas disciplinas
como teatro, danza, pintura, etc., se co mplementa con una de las funciones del
espacio relacional, que sería la de ser un preámbulo motivador hacia un interés en
concreto.
Concluyendo, podríamos trazar un mapa, una hoja de ruta de un proceso de
comunicación, que parta desde el espacio relacional –medio y herramienta de
comunicación, soporte y marco de expresiones de comunicación, y punto de
encuentro socio cultural—, a la profundización del conocimiento y posterior práctica
de disciplinas artísticas, en el mismo centro cultural, que sería el resultado de un
programa de divulgación y difusión enmarcado dentro del proceso de comunicación
que se da en el espacio relacional.
¿Cuál sería la diferencia de centrar la organización y difusión de eventos artísticosculturales en la administración del centro cultural o en un espacio como la cafetería
o
bar?
Por
un
administraciones
lado,
descentralizar
multifuncionales,
es
y
alivianar
decir,
en
la
carga
de
organizaciones
trabajo
en
donde
los
trabajadores cumplen diferentes y variadas funciones por falta de personal; por otro
lado, el proceso de difusión caminaría relativamente solo, al ser un lugar abierto a
estadías breves y diversas que intercambian información: Finalmente, y entre otros
beneficios más, esta clase de iniciativa puede llevar a un manejo más horizontal y
eficaz de las comunicaciones de la organización.
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