Diario Médico / Prevención y Atención Sanitaria de altura

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Prevención y atención sanitaria de altura
Por el aeropuerto de Barcelona pasan diariamente una media de 95.000 pasajeros, lo que representa más
de 33 millones de personas al año. Si a esto se suma el personal que trabaja en las diferentes terminales,
los servidores públicos que desempeñan sus labores en este recinto y los familiares o amigos que
acompañan a los viajeros cuando llegan o se van, la cifra puede adquirir dimensiones considerables. Este
aeropuerto acaba de instalar 46 desfibriladores semiautomáticos ubicados estratégicamente en las dos
terminales para prevenir las muertes súbitas.
Karla Islas Pieck. Barcelona - Jueves, 23 de Diciembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
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Ana Moles Cubedo, Juan Manuel González Llagostera, Eusebi Miralles Puig, Joan
Antoni Aguilera y Manuel González-Rodríguez
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Un aeropuerto es un lugar de encuentros y desencuentros. De llegadas y salidas. De vacaciones y
negocios. Para algunos también es su lugar de trabajo. Se estima que por el aeropuerto de Barcelona-El
Prat circulan cada día unos 95.000 pasajeros, sin contar a los empleados y servidores públicos que
trabajan en este recinto y las personas que acuden para despedir o recibir a algún familiar o amigo.
Según ha comentado Eusebi Miralles Puig, diplomado en Enfermería de la Terminal 2 (T2), el servicio
médico de este aeropuerto realiza unas 10 ó 12 asistencias médicas cada día, lo que al cabo del año se
traduce en unas 4.000 intervenciones. Siete de cada diez de estos casos ocurren en tierra, pero el 30 por
ciento restante corresponde a urgencias que suceden a bordo de un vuelo y que, en ocasiones, hacen
necesario un aterrizaje de emergencia.
Los casos que atiende este equipo médico son de lo más diverso y van desde mareos, desmayos,
ataques epilépticos, diarreas y brotes de gastroenteritis, barotraumas de oído, ojos o nariz, agudizaciones
de patologías respiratorias, renales y cardiacas, hasta ataques de pánico, fobias y otros trastornos
psiquiátricos. Entre las incidencias sanitarias más frecuentes destacan los traumatismos ocasionados por
caídas o golpes contra algún objeto pesado.
Los centros médicos del aeropuerto -uno en cada terminal- están equipados para el soporte avanzado de
vida de los pacientes y cuentan con un equipo de profesionales que cubre las 24 horas del día, los 365
días al año, ha detallado Joan Antoni Aguilera Vico, técnico de transporte sanitario de la T2. Aunque gran
parte de los casos son leves y se pueden resolver en el mismo lugar, los casos graves en ocasiones
requieren ser derivados a los hospitales de referencia, que son el Universitario de Bellvitge y el San Juan
de Dios. En total, se concretan unos 800 desplazamientos en ambulancia cada año.
Ana Moles Cubedo, jefa de Seguridad Aeronáutica del aeropuerto de Barcelona ha indicado que cada año
mueren en este recinto unas cinco o seis personas y la causa principal de estos fallecimientos es la
parada cardiorrespiratoria.
Ante esta situación se ha puesto en marcha un proyecto conjunto entre AENA y la división de salud de
Telefónica por medio del cual se han instalado 46 columnas de rescate cardiaco que están equipadas con
un desfribrilador semiautomático externo muy fácil de usar y cuyo principal objetivo es mejorar la eficacia
de los programas de atención inmediata en los espacios públicos con la intervención de personal no
sanitario.
Las maniobras para reanimar a una persona que presenta una fibrilación ventricular o una taquicardia
ventricular sin pulso -que son frecuentes en los pacientes que sufren un infarto agudo del miocardio- son
muy sencillas. Basta con colocar los electrodos y seguir las instrucciones de voz y visuales que emite el
aparato.
Manuel González-Rodríguez, jefe de Planificación y Operaciones de este aeropuerto, ha agregado que el
proyecto ha incluido la formación básica sobre las maniobras de reanimación cardiorrespiratoria básica a
200 trabajadores de los colectivos cuyas funciones se desarrollan a lo largo de las 24 horas del día, por
ejemplo, los agentes de terminal, la Guardia Civil, la policía autonómica (Mossos d'Esquadra), los agentes
de seguridad privada y los asistentes de personas con movilidad reducida.
Una forma sencilla e inocua de salvar una vida
Las 46 columnas de rescate cardiaco están distribuidas por todo el aeropuerto de Barcelona: hay 27 en la
T1, 16 en la T2, 2 en el centro cultural y una más en la terminal corporativa. Se tiene pensado colocar dos
más en las salas de autoridades. Esta distribución permite que haya un aparato cada 200 ó 210 metros, lo
que intenta reducir el tiempo de respuesta a lo mínimo posible. Es importante recordar que cada minuto
que pasa después de la parada cardiaca reduce un 10 por ciento la probabilidad de supervivencia del
paciente, según ha indicado Juan Manuel González Llagostera, médico de la T2 de Barcelona. A su juicio,
uno de los puntos clave para el éxito de este programa es precisamente la difusión, ya que, "por
desgracia, el funcionamiento de un desfibrilador es poco conocido". Uno de los principales mensajes que
se pretenden difundir es que se trata de un aparato inocuo, que sólo emite una descarga cuando detecta
un estado de fibrilación ventricular o taquicardia ventricular sin pulso y que es muy sencillo de utilizar. Las
instrucciones están explicadas de manera clara en la parte exterior de cada una de las columnas
cardiacas y enumeran los pasos, que son muy sencillos y que consisten básicamente en colocar los dos
parches torácicos y esperar las instrucciones que el propio aparato emite en forma de voz. "La descarga
no se activa, aunque se pulse el botón, si el paciente no lo requiere", ha reiterado González.
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