Calderón Chelius, Leticia, Algunas coordenadas de análisis para comprender el voto en el exterior de 2006, en Peschard, Jacqueline, 2 de Julio, reflexiones y Alternativas, UNAM, 2007. P.p. 147 a 161 Fecha de envío 23 de octubre de 2006 Algunas coordenadas de análisis para comprender el voto en el exterior de 2006 Leticia Calderón Chelius1 La elección del 2 de julio de 2006 marcó el inició de un ejercicio electoral sin precedentes en la vida política mexicana. Por primera vez se realizaron elecciones fuera del país, lo que luego de un proceso de demanda ciudadana de más de dos décadas2 logró formalizarse. Debido a que se trata de una larga demanda ciudadana que finalmente se cumplió, este proceso se explica no sólo a través de los resultados electorales concretos del día de la jornada electoral como veremos en este capítulo, sino que estos resultados son parte del “escenario de expectativas” que tanto en la clase política en su conjunto, como en los medios de comunicación, los académicos y la ciudadanía en lo general, atribuyeron a este proceso 3. Son dos las líneas que conforman este escenario de expectativas que vale la pena considerar antes de analizar estrictamente los resultados electorales. Por un lado, las ideas que alimentaron durante años la pugna por permitir que los mexicanos en el exterior votaran, principalmente generadas por parte de los partidos políticos los cuales atribuían un potencial decisorio al voto en el exterior, 1 Investigadora del Instituto José María Luis Mora, México Al respecto hay un amplio debate sobre si esta demanda se inició desde la campaña presidencial de 1929 cuando un grupo de mexicanos apoyó fervientemente a José Vasconcelos desde Estados Unidos. Desde mi punto de vista, esta demanda se inscribe propiamente el en proceso de transición política mexicana cuando el voto se volvió elemento central para lograr el cambio político. Al respecto ver distintos textos de Arturo Santamaría quien ofrece análisis históricos de gran relevancia. 3 Para revisar la historia de esta demanda de manera más puntual ver en Calderón Chelius, Leticia y Nayamin Martínez, “La democracia incompleta: la lucha de los mexicanos por el voto en el exterior”, en Calderón Chelius, Leticia –coord-, Votar en la distancia, la extensión de los derechos políticos a migrantes, experiencias comparadas, México, Instituto Mora, 2004. 2 1 sobre el conjunto de la elección nacional. El PRI considerando que el voto migarte sería un voto de castigo, el PRD, suponiendo que el voto de quien emigra sería automáticamente crítico al régimen y por tanto perredista, y el PAN, que durante años mantuvo el tema dentro de un debate interno donde había una clara oposición al sufragio trasnacional de algunos sectores conservadores, pero que ante las ambivalencias de los demás partidos se presentó, sin correr riesgos políticos, como el principal impulsor del proceso de apertura hacia el voto de los ciudadanos en el exterior. Por otro lado, el potencial de votos fuera del país se calculó durante años a partir de la lógica demográfica nacional que se basa en los aproximadamente 10 millones a los mexicanos que radican en el extranjero, principalmente en Estados Unidos (98%). Ante esta cifra se realizaron proyecciones del número de quienes tendrían su credencial con fotografía (IFE) –elemento indispensable para poder votar en cualquiera de las modalidades aceptadas para votar desde el exterior-. Este número potencial oscilaba entre 1.3 y 1.5 4 millones de ciudadanos mexicanos muy menor al universo total –que incluye menores de edad- pero suficientemente importante, sobre todo en una elección cerrada como fue el caso de la elección presidencial de 2006. Ambos elementos en el ambiente político “en el aire” durante años -los cálculos partidistas de cómo votarían los migrantes y su número potencialmente significativo- determinaron la manera en que se analiza esta primer elección en el exterior. Ciertamente se trata de un registro numéricamente muy menor a las expectativas generadas ya que, por muy distintas causas atribuidas al propio proceso 5, se registraron un total de 40mil 876 mexicanos de los cuales 79.8% 4 A propósito de este debate técnico político el trabajo de Víctor Alejandro Espinoza Valle, El voto lejano, cultura política y migración México-Estados Unidos, México, El Colegio de la Frontera Norte-Porrúa, 2004. 5 La modalidad aprobada por el Senado y ratificada por el pleno de la Cámara de Diputados por mayoría el 30 de junio de 2005 fue por voto postal y no en urnas, sin posibilidad de obtención de la credencial del IFE fuera del país, dado lo tardío, de acuerdo a los tiempos electorales, de la aprobación en la Cámara de diputados de la ley para definir la modalidad para votar en el exterior resultó muy corto tiempo para el registro de electores, una campaña de registro para votar que fue “en creccendo”, pero 2 votó (poco más de 32,000). Lo cual, visto en paralelo con algunas de las experiencias electorales más cercanas, tanto en historia como por tratarse de la primera votación en el exterior, como es el caso italiano donde de un universo de 4 millones de italianos fuera de su país votaron cerca de 400 mil (elecciones de abril 2006), y el caso de Ecuador donde de 3 millones de nacionales de ese país radicados en el exterior, 143,352 se inscribieron para votar. Estas experiencias hace necesario reconocer que ciertamente el número de votantes mexicanos en el exterior quedo muy por debajo de toda proyección, pero esto es resultado de que “nuestro sistema electoral está pensado y diseñado para evitar el fraude electoral y no en facilitar la participación electoral desde el extranjero”6. Así pues, el éxito o fracaso –en términos de participación electoral- no puede, desde nuestro punto de vista, circunscribirse a los meros resultados electorales que en algunos casos adjudican “poco interés”7 a los migrantes, ya que esa posición pone nuevamente la responsabilidad de dicho resultados en los propios ciudadanos sin considerar el entramado burocrático en que se dio el registro, el cual se convirtió en un verdadero filtro que depuró a quienes serían a la postre, los primeros votantes mexicanos en el exterior. Es este universo de votantes, los que por diversas razones lograron traspasar la serie de filtros que el propio sistema electoral impuso a los votantes fuera del país8, el grupo que constituye, para la historia político electoral del país, a los que tuvo que finalizarse ante los límites legalmente establecidos del 15 de enero de 2006, prohibición total a proselitismo de los partidos en el exterior, complicaciones técnicas del proceso de registro, pago promedio equivalente a 10 dólares por envío del registro por cuenta del ciudadano votante, 6 Ver nota de Jorge Santibáñez Romellón, “El voto en el extranjero y la migración”, Seminario permanente de Estudios Electorales en México, Sesión El voto de los mexicanos en el extranjero, 25 de agosto de 2006, México, Colegio de la Frontera Norte 7 Al respecto algunos analistas como José Antonio Crespo y Jesús Silva Márquez Jr. se limitaron a ser señalamientos del proceso a partir del número de inscritos a votar en sus columnas de periódicos como El Universal y El Reforma respectivamente, febrero 2006. 8 Tales como: Conseguir las formas de registro por Internet –primer filtro de clase, de escolaridad y hasta de conocimiento básico de computación-; llenar correctamente la hoja de registro, lo cual se subraya dado que fue francamente alarmante el número de solicitudes rechazadas por errores en el llenado, lo que obligó a las autoridades del IFE a 3 primeros mexicanos que votaron en el exterior. Sobre ese universo de ciudadanos que ejercieron su voto es sobre el que se puede hacer cualquier análisis electoral9 y a partir del cual se pueden ofrecer algunas líneas de análisis. Que nos dicen algunos de los resultados del voto en el exterior Una de las grandes sorpresas de la respuesta a la convocatoria para votar en el exterior fue el amplio abanico de países de donde se inscribieron mexicanos para hacerlo. En 71 países hubo algún ciudadano mexicano que por primera vez ejerció este derecho trasnacional y para muchos de ellos, posiblemente fue la primera vez que votaban en su vida10. Como era de esperarse, la amplia mayoría de votantes provino de Estados Unidos, pero no hubo proporción entre el número que radica en ese país y el número de inscritos. Si bien 98% de los mexicanos viven en Estados Unidos fueron 87% del total de votantes los que lo hicieron desde ese país. ¿Porqué este dato sorprende?. Más que por su impacto político, porque de alguna manera el hecho de que mexicanos en tantos países se hayan hecho presentes muestra una dispersión mayor de la diáspora nacional, lo que la diversifica y al mismo tiempo la complejiza. No valen en esto los argumentos de que dado que la abrumadora mayoría viven en Estados Unidos, un par de votos desde otros países son irrelevantes, porque precisamente cada voto representa una historia migratoria, una decisión de vida. Cada comunidad de mexicanos, por pequeña que sea, es una historia por contar. Por tanto, el hecho de que la respuesta haya sido tan variada nos apremia a recrear de manera diferente el “mapa mental nacional” de desplegar un ejercito de apoyo a ciudadanos en condiciones de registrarse 8, y, hacer el pago correspondiente –lo cual no es un tema menor, aunque no parece haber sido un elemento inhibidor del interés de quienes tenían la disposición de votar. 9 Salvo el análisis del abstencionismo activo que esta en proceso de estudio en proyectos que el propio Instituto Mora esta realizando al momento de redactar este trabajo. 10 Personas con largas historias migratorias comentaron en el trabajo cualitativo en que se basa este trabajo, que nunca antes votaron en México y que no lo hicieron en el país de residencia, principalmente por ser extranjeros, sea residentes legales o sin documentos, pero, dada su condición, sin derechos políticos. 4 los mexicanos en el exterior. Obliga a las autoridades a generar mecanismos de contacto con esa diversidad de comunidades dispersas por el mundo y supone, evidentemente, un mayor despliegue de mecanismos para la protección de dichos connacionales pues su lejanía maximiza su vulnerabilidad.11 Para los estudios migratorios estos resultados constituyen un desafío apremiante en el sentido del estudio de “las minorías” dentro del gran universo de mexicanos en el exterior, lo que sin lugar a dudas aporta este ejercicio político electoral. CUADRO UNO Mapa de voto en el exterior 11 Por ejemplo un problema recurrente en las comunidades de mexicanos en distintos países de Europa es la protección de los derechos de las mexicanas, que en un número importante migran casadas con nacionales de países europeos. En un número creciente de casos, los problemas de resolución de divorcios, protección económica, tutela de los hijos, etc, son problemas que definen sus vidas y donde el peso de la protección de su país de origen es altamente valorada. 5 Como señalábamos, los mexicanos que se inscribieron para votar lo hicieron principalmente de Estados Unidos por la amplia presencia de connacionales en ese país, y los países que siguieron en orden de importancia numérica fueron España, Canadá y Francia. Llama la atención que la comunidad mexicana en Canadá, que se considera el segundo país con mayor número de mexicanos y cuya comunidad está integrada por un número importante de profesionistas y niveles socioeconómicos altos, lo que se asocia con un mayor desempeño cívico, haya presentado una participación por debajo de la comunidad mexicana en España12. Estos resultados muestran un sinnúmero de comportamientos de las distintas comunidades de mexicanos en el exterior. Probablemente en el caso de quienes radican en Canadá, la dispersión territorial de ese país genera a su vez una dispersión de la comunidad, lo que dificulta los canales de comunicación. Queda la duda y las hipótesis se abren. 12 Uno de los spots televisivos de IFE para motivar a la participación incluía personajes populares que viven fuera del país, como fue el caso del futbolista Rafael Márquez, radicado en España y quien ostentaba su registro para votar en el exterior. 6 CUADRO DOS Países de donde votaron los mexicanos A la luz de el cuadro anterior podemos señalar que países con un número mínimo de inscritos sorprenden no por el número, sino porque, salvo cuando se trate de miembros del servicio exterior, siempre resulta apasionante trazar las trayectorias migratorias de esos 22 mexicanos que se identifican gracias a que votaron desde la República Checa, o los 7 en Grecia, los 15 en Hungría, los 7 en Islandia. Hubo países donde las comunidades mostraron un dinamismo político que no se refleja en el número de votos, por ejemplo Suiza (188 votos), donde se dio un amplio proselitismo por miembros distinguidos de la comunidad azteca en ese país, los cuales hicieron un esfuerzo monumental por motivar a sus conocidos a registrarse y votar. Especial interés ofrece la correlación de variables sobre el Lugar de origen de los ciudadanos que realizaron el trámite. Contra todo el sentido común el 7 mayor número de inscritos para votar no siempre se concentró en los estados de mayor tradición migratoria, sino que incluyó entre los más participativos a entidades de reciente inserción al circuito migratorio. CUADRO TRES Lugar de origen de los votantes en el exterior Estados como Zacatecas que tiene una larga historia de organización comunitaria a través de clubes y federaciones, además de ser un estado pionero en impulsar leyes para permitir la participación política de los zacatecanos en el exterior, sin dejar de mencionar que de ese estado es originario el Sr. Bermudez, “el rey del Tomate”, candidato en pasadas elecciones 8 y finalmente diputado federal en su condición de migrante mexicano. A pesar de este historial, no se dio una participación electoral mayor a la de otros estados, lo que entre otras cosas, expresa lo anteriormente comentado de las dificultades del propio proceso, pero a su vez, obliga a considerar el nivel de convocatoria política (no sólo de interés comunitario y recreativo) de las propias federaciones, que si bien hicieron llamados públicos a favor del voto esto no se tradujo en mayor registro. También expresa la probable carencia más constante de la credencial para votar del IFE por parte de muchos zacatecanos que tienen mayor tiempo de estar ausentes del país, que de los oriundos de la zona metropolitana o del estado de Hidalgo, registrada como entidad de nueva migración internacional. A mayor tiempo de migración (y menor edad para hacerlo) menores las posibilidades de contar con la credencial del IFE, como ocurre en Zacatecas, y por el contrario, mayor uso de dicha credencial por quienes representan una migración más reciente, lo cual puede ser una de las explicaciones de que más personas de la Zona metropolitana se inscribieran para votar. Los sólo datos agrupados de mayor participación electoral a menor, son registros que abren un sinnúmero de hipótesis, pero que claramente muestran algunas de las evidencias empíricas conocidas desde la teoría de la migración. A mayor tiempo de migración, mayor lejanía de la realidad cotidiana, lo que puede reflejarse en menor seguimiento de los procesos electorales, que no en la política de manera más amplia. A su vez, estos datos son consecuentes con el hecho de que, de acuerdo a análisis empíricos sólo un 15% de los sujetos que son parte de una experiencia trasnacional como la migración, participan activamente en política –en sus diversas formas no sólo a través de lo electoral. Estos datos permiten analizar de manera más puntual el nivel asociativo de los clubes y federaciones, no siempre inmersas en actividades políticas, sino por el contrario, fuertemente concentradas en el activismo social y de ayuda de 9 beneficencia solidaria13. Para el proceso electoral del 2006 la mala noticia es que los clubes y federaciones de paisanos no funcionaron directamente para garantizar la participación electoral de sus agremiados, como durante largo tiempo se creyó entre los miembros de la clase política mexicana, pero la buena noticia es que el voto mostró que esta elección en el exterior, fue sobre todo una decisión más individual que corporativa –a la vieja usanza mexicana-, que la simple respuesta a un líder o al temor de represalias futuras. Esto no quiere decir que los clubes y federaciones no echaron sus maquinarias a andar, sobre todo ante la solicitud explicita de funcionarios del IFE para promover el registro entre los paisanos mexicanos ante el apremio del tiempo, pero su activismo se sumó al de otros tantos grupos de promotores por el voto 14 para los que el registro se volvió una cruzada por el derecho personal a votar –vencer los tramites-. A continuación podemos ver los resultados del voto en el exterior en su conjunto 13 Si bien sus dirigencias tiene un nivel de activismo político muy evidente, esto no implica que los miembros participen de esa dinámica. Por ejemplo, de los miembros del Consejo Consultivo del Instituto de Mexicanos en el Exterior, el mayor número proviene de los miembros de los clubes políticamente más activos y sus dirigencias, lo cual explica su fuerte presencia como grupos de interés, lo que no se traduce, tal como se vio, en votos individuales concretos. 14 En este proceso surgieron las “caravanas por el voto” de las cuales participaron miembros y dirigentes de los clubes a titulo personal y como miembros de los propios colectivos. Al respecto se encuentra en preparación un artículo de la misma autora. 10 CUADRO CUATRO Resultados del voto en el exterior 2006. Totales y porcentajes Resultados del voto en el exterior por partido en n mero total y porcentaje. COMPUTO TOTAL 2.72% 0.09% 0.39% 0.34% 34.00% 58.29% 4.17% PAN PRI ALIANZA POR EL BIEN DE TODOS NUEVA ALIANZA ALTERNATIVA CANDIDATOS NO REGISTRADOS VOTOS NULOS Por lo que se observa el voto en el exterior fue contundente. En este ejercicio cívico trasnacional ganó el Partido Acción Nacional con casi el 60% de los votos, contra el 34% de la Coalición por el bien de todos. ¿Porqué ocurrió así?, ¿porqué no se replicó el resultado de la cerrada elección al interior del país? Ciertamente hay un sinnúmero de explicaciones posibles –por ejemplo, escolaridad de los votantes que es un dato que no se conoce a partir de la información existente y que puede explicar las preferencias electorales-. En esta ocasión vamos a analizar el desempeño de los partidos políticos durante la elección y en consecuencia lo que cada uno obtuvo. Dado los bajos resultados de los grupos más pequeños no los incluiremos, salvó el caso del PRI, que a pesar de haber obtenido poco más de un 4% de las preferencias de quienes 11 votaron en el exterior, es un actor central en el ajedrez nacional. Lo cierto es que los peores temores del PRI en el sentido de que el voto migrante sería en su contra, se hicieron realidad, y sea para la izquierda o sea para la derecha, pero los mexicanos en el exterior le voltearon la cara a la opción que abanderó ese partido político que obtuvo un porcentaje muy por debajo del que obtuvo a nivel nacional 15 Los partidos como actores Desde que se conoció a finales de enero de 2005 el número de registros en el exterior su bajo número no despertó el interés de los candidatos. Ciertamente los electores en el exterior no tendrían un peso electoral que pudiera determinar la elección, pero los partidos no estuvieron a la altura del momento histórico y no le concedieron el peso simbólico que este voto representa. El Partido de la Revolución Democrática, eje central de la Coalición por el Bien de Todos, sostuvo por largo tiempo la idea de que la migración es una actitud de oposición en principio, lo que consideraban muchos de sus dirigentes, haría del voto migrante una opción natural. Lo cierto es que el PRD aun teniendo distintos grupos de gran presencia en ciudades como Chicago y Los Ángeles, e incluso contando con numerosas y visibles simpatías de mexicanos en Francia o España 16 , tuvo una estrategia poco clara ante el electorado en el exterior. Ciertamente uno de los cuestionamientos al propio proceso es el hecho de que 15 Vale decir que en gran parte el voto postal, aun con sus restricciones y críticas fue la opción que logró el consenso entre los senadores y diputados. En la etapa final y decisoria de su proceso quien lideréo y en gran parte definió su aprobación fue la senadora Silvia Hernández del PRI. Este gesto de apertura no tuvo eco entre los mexicanos en el exterior y pesaron más 70 años de historia en las preferencias electorales. 16 Durante el proceso político en que se debatió el desafuero del entonces jefe de gobierno del D.F, Manuel López Obrador, 2004, de manera espontánea grupos de mexicanos en Francia y en España convocaron y lograron reunir a un número importante de simpatizantes del político tabasqueño para impugnar su posible desafuero. Si bien su número no era abrumador, su presencia ante la torre Eiffel en París, en primera plana, era un regalo simbólico de la potencial fuerza de esa fracción entre un grupo muy diverso de mexicanos que los dirigentes del PRD no supieron leer con atención. 12 no podían realizarse campañas ni ningún tipo de proselitismo oficial partidista por parte de los partidos, pero las propias estructuras de cada partido han desarrollado una base de simpatizantes que les permitía trabajar a un segundo nivel, aun sin los candidatos presentes. El PRD, se dividió regionalmente, optó por distintas estrategias y no cerró filas enana convocatoria por el voto a su candidato. La parte más radical incluso en algunos casos cuestionó el modelo de voto postal que se aprobó y mantuvo ese cuestionamiento hasta pasadas las elecciones17. De algunos de estos grupos surgió la idea de que se estaba maquinando un fraude cibernético (con antelación a la proyección nacional que este argumento después tuvo). Una larga cadena de mensajes cibernéticos desmotivando a participar a través del voto postal fue una estrategia que difícilmente se opuso a abonar a favor del candidato específico de la Coalición, Andrés Manuel López Obrador. Con esta diversidad de posturas entre los miembros del partido en el exterior el PRD no desarrolló una estrategia clara para convocar hasta al último potencial votante en cualquier parte del planeta, no los reconoció, no los incluyó 18. De hecho, el tema migratorio estuvo presente en pocas ocasiones en los discursos de los candidatos y sólo de manera más aguda hasta el segundo debate televisivo, más como uno de los problemas de la nación que como una convocatoria a votar. Nunca un candidato envío un mensaje (desde México, lo que era perfectamente legal) que invitara a votar a los mexicanos en el exterior. Ciertamente el registro no despertó gran interés, pero ciertamente este electorado, en un resultado tan cerrado como el que se obtuvo en el conjunto de la elección, no resultó nada despreciable. Lo que en 17 Efectivamente se trataba de una modalidad excluyente del universo amplio de votantes, pero fue la única opción que consiguió el consenso de todos los partidos, lo que no ocurrió en varios intentos anteriores. Para algunos, como es mi caso, se trataba de dar paso al ejercicio cívico que se ira depurando, pero lo que no era aceptable era posponer otros seis años, tanto el debate como la implementación del proceso electoral trasnacional, aun reconociendo su margen limitado. 18 Esta afirmación se centra en la campaña electoral y no en la historia de la demanda por el voto desde el exterior, donde el PRD fue, sin lugar a dudas, el principal partido en apoyarla durante más de dos décadas. 13 avaló el supuesto teórico y político de la importancia que aporta cada voto a una elección. El PAN, por su parte, tampoco tuvo una estrategia avasalladora frente a este electorado, pero basó su estrategia en en dos niveles, por un lado, a través del bono que otorga ser el partido en el poder, pero además, teniendo a un presidente que aun en sus últimos días de gestión mantiene niveles de popularidad y simpatía por encima del promedio, lo que envió una imagen atractiva hacia el PAN –por la vía de Fox-. para un electorado que estuvo lejano al golpeteo de la campaña electoral. Aunado a esto no debemos despreciar el hecho de que finalmente Vicente Fox tuvo un discurso abierto hacia el tema migratorio y fue el primer presidente que hizo del tema un elemento central de la agenda presidencial. Ningún otro lo hizo antes y esto se tradujo en una imagen positiva entre quienes se animaron a votar. Por otro lado, Felipe Calderón no fue un candidato popular fuera de México, pero de alguna manera es una representación muy clara de la imagen del panismo tradicional del bajío, en ese sentido, su propia imagen no causaba incógnita para quienes, aun en la distancia, podían ubicarlo. Calderón era la personificación de una imagen comúnmente asociada al PAN tradicional, más allá de él mismo. No hay que despreciar sin embargo que en su trayectoria política Calderón conoció y manejó con cierta destreza el problema migratorio, especialmente siendo sensible al tema, dado que él mismo es originario de un estado de alta migración, Michoacán. En el momento que fue presidente nacional del PAN fue especialmente abierto a escuchar a los grupos promotores del voto en el exterior y, si bien esto no le ganó votos concretos, esos elementos formaron parte del escenario político más amplio en que se inscribió su candidatura. Para la mayoría del electorado desde el exterior, su sola imagen que representa al panismo tradicional sirvió para convocar votos, aun reconociendo que no hubo un cuidado expreso de parte de ese partido hacia los votantes en el exterior. Obtuvieron votos sin haberlos trabajado, por lo menos en el transcurso de la campaña electoral. 14 Debido a que no hubo ningún tipo de campañas y que, como decíamos, tampoco los partidos (ninguno), desarrolló estrategias innovadoras para propagar la imagen de sus candidatos, podemos decir que las preferencias partidistas en el exterior se basaron en las imágenes que los ciudadanos atribuyen a cada partido de manera histórica. Lo que les representa, lo que en su imaginario cada fracción sintetiza. Por tanto, los votantes en el exterior ejercieron un voto basado en su posición política histórica y no tanto, un voto perneado por el contexto en que se libro la campaña entre candidatos de fuerte golpeteo y descalificación del adversario. En ese sentido podemos decir que resultó una especie de prueba al sistema electoral para ver como reaccionarían los votantes sin tener a la mano propaganda y seguimiento cercano de la lucha partidista. De una manera aislada, sin mayor conocimiento, los votantes racionalizaron su voto a partir de elementos que le imputan a su partido, a su candidato, al imaginario que tiene sobre “izquierda”, “derecha” y es en ese sentido en que se ubica el resultado de aquellos que emitieron su voto desde el exterior. A manera de conclusiones Sería absurdo reducir la participación política de los mexicanos en el exterior al ejercicio electoral. Sobre todo cuando, de manera casi paralela19, se han dado algunas de las movilizaciones de mexicanos en Estados Unidos más impresionantes de las que se tengan memoria, sin embargo, lo relevante es que son niveles de activismo diferentes con un alcance desigual. Marchar no es votar por las implicaciones que tiene a la larga para el sistema y en todo caso, es una esfera de acción que tiene sus propios límites. Votar no es tampoco la panacea, pero es la forma más simple, elemental y recurrente de participación política, que no exige a una persona ser activista de tiempo completo. En el caso del voto 19 Las movilizaciones de mexicanos en Estados Unidos se concentraron entre el 10 y 11 de abril y el 1 de mayo, temporalmente en el mismo lapso del proceso electoral mexicano. 15 en el exterior el voto se transforma además en un mecanismo de refrendo de la membresía política de los sujetos con la nación de origen. Las primeras elecciones en el exterior han pasado por una serie de juicios de tono descalificador en lo general, pero el simple resultado, tal como lo hemos mostrado en estas líneas, no es suficiente para hablar de un proceso que inaugura toda una nueva etapa en la vida política nacional e incorpora a México en el grupo de naciones que extienden los derechos políticos a sus ciudadanos sin limitación de fronteras. Pese a que la primera elección no tuvo la demanda esperada, es importante centrar el ejercicio electoral en el propio universo que convocó, y sobre todo, dada la fuerte disputa electoral, en el potencial de cada voto ciudadano como definitivo para el resultado final. Ante esto, la ironía es que el mismo hecho de que el voto en el exterior no haya sido un éxito en el sentido de una respuesta más amplia -por las razones y argumentos que hemos expuesto -, ese hecho es ahora su mayor fortaleza. Dado lo cerrado de los resultados generales y el conflicto pos electoral, el hecho de la contundencia del voto a favor del PAN y la misma baja participación respecto del universo total de potenciales votantes, eso se convirtió en un escudo para no despertar suspicacias ni avaricia por parte de ningún partido. No hubo ninguna casilla en el exterior impugnada. Podemos decir por tanto que, el hecho de que la elección en el exterior no haya estado en medio de las disputa por los votos, protege a futuro todo el proceso. El proceso se echó a andar y ese es el legado de esta primera elección para la historia de este proceso. A futuro inmediato podemos añadir que como otras experiencias muestran, es evidente que el voto de los ciudadanos que radican en el exterior es ciertamente moderado -República Dominicano- e incluso bajo (el caso mexicano), sin embargo, la contundencia de su expresión en lo electoral no puede escatimarse, ya que este voto suele también dar sorpresas como ocurrió en Italia donde el voto en el exterior favoreció notablemente a la opción de izquierda, o como en la elección en Brasil donde el voto en el exterior se considera estratégico en el triunfo en la segunda vuelta electoral de cualquiera de los candidatos. Pero de 16 alguna manera, ante los resultados obtenidos, es posible que la clase política se muestre abierta a realizar reformas más amplias que permitan la inclusión formal de un mayor número de actores en futuras elecciones, incluso nuevas formas de representación política electoral, como ocurre en la mayoría de los países donde este derecho se ejerce. El fantasma del voto en el exterior, al que se le temía tanto porque representaba una incógnita perdió esa fuerza, pero ganó la fuerza de la inclusión ciudadana. Referencias bibliográficas BLAIS, André (2000), To vote or not to vote: the merits and limits of racional choice, University of Pittsburg Press, EUA. CALDERÓN Chelius, Leticia y Nayamin Martínez (2004), “La democracia incompleta: la lucha de los mexicanos por el voto en el exterior”, en Calderón Chelius, Leticia –coord-, Votar en la distancia, la extensión de los derechos políticos a migrantes, experiencias comparadas, México, Instituto Mora. CALDERÓN Chelius, Leticia (2006), “El estudio de la dimensión política dentro del proceso migratorio”, en SOCIOLÓGICA, Universidad Autónoma Metropolitana, año 21, número 60, enero-abril 2006, p.p. 41-74 ESPINOZA Valle, Víctor Alejandro, (2004), El voto lejano, cultura política y migración México-Estados Unidos, México, El Colegio de la Frontera NortePorrúa. NORRIS, Pippa (2002), Democratic Phoenix, reinveinting political activism, Syndicate of the University of Cambridge Press, Reino. PORTES, Alejandro (2005), Convergencias teóricas y evidencias empíricas en el estudio del trasnacionalismo de los Inmigrantes, México, Revista Migración y Desarrollo, p.p. 3 a 18. 17