LECTURA: LA DIMENSIÓN TEÓRICO-CONCEPTUAL DE UNA INVESTIGACIÓN Y SU IMPORTANCIA. Por José Antonio Younis Hernández. ULPGC Teoría es una palabra que las personas encuentran casi a diario en sus conversaciones cotidianas, en las aulas universitarias o en las emisiones de noticias, sobre todo cada vez que hay una desgracia. Por ejemplo, esta teoría de Jaime Peñafiel: "Ana Mato es una víctima de su ex Jesús Sepúlveda. La hizo desgraciada como mujer y ahora como ministra... sus compañeros de partido y de Gobierno la ven como una desdichada que no se merece el calvario por el que está pasando. ¿Lo es también la infanta Cristina de Ignacio Urdangarin?. No puedo por menos de comparar a estas dos mujeres que copan las primeras páginas de todos los medios informativos por culpa de los dineros”. Como a todos nos gustan las series de crímenes y el proceso de descubrir al culpable, es fácil recordar que los policías emiten varias teorías y buscan datos para corroborarlas, pero también operan a partir de los datos, que, una vez juntados, les lleva a formular alguna teoría de cómo fue el crimen. Los psicólogos y los padres hacen lo mismo: crean teorías sobre el desarrollo de la personalidad y teorías sobre la educación de sus hijos. En resumidas cuentas, las teorías abundan; algunas son simples, otras complejas; algunas son formales, otras informales; algunas son científicas, otras poco científicas. Sin embargo pocas personas dedican parte de su tiempo a reflexionar sobre las teorías que mantienen. ¿Qué son las teorías? ¿De dónde provienen? ¿Cómo se construyen? ¿Qué hacen las personas con ellas una vez que las tienen? Muchas personas se sienten intimidadas ante la palabra teoría. Los estudiantes de hoy están interesados en un tipo de conocimiento relevante y práctico y a veces parecen asumir que la teoría no es ni relevante ni práctica. Dance y Larson discrepan con este punto de vista y afirman que "teorizar es una modalidad bastante básica de la actividad humana". La teoría es muy práctica, como llegó a decir Kurt Lewin. Teorizar sirve para explicar o predecir los acontecimientos de las vidas de las personas. A un nivel rudimentario, las personas teorizan cuando reflexionan sobre sus experiencias pasadas y toman decisiones basadas en dichas experiencias. La teoría, así pues, desempeña dos funciones básicas: explicar y predecir. Las teorías aportan conceptos explicativos para darle sentido a la realidad. Tales conceptos aportan modos de contemplar el mundo que resultan esenciales a la hora de definir un problema de investigación y sus implicaciones. Sin una teoría no hay nada que investigar, pues no sabríamos por dónde empezar, como si alguien no tuviera lenguaje y por eso no puede describir las cosas que le rodean o expresar sus intenciones, emociones o ideas. De modo que son las teorías las que impulsan la investigación y la dirigen. Como las teorías son algo vivo y dinámico, se ven también ampliadas o modificadas por una buena investigación. Sin embargo, en este caso, las teorías no son nunca refutadas o rechazadas, sino que éstas más bien se limitan a ser más o menos útiles para determinadas explicaciones, lugares y momentos. En nuestro ejemplo de investigación de las actitudes de los jóvenes hacia los Centros de Información Juvenil, hemos decidido observar determinados acontecimientos; registrado algunos datos y otros no; hacernos un determinado tipo de preguntas centrales; elegir unas técnicas de recogida de datos o de análisis y otras no; interpretar los datos de una manera y no de otra. En general, debemos decir que nuestras teorías están detrás de todo esto: los conceptos teóricos que previamente poseemos influyen en la selección de acontecimientos, el registro de los datos, las hipótesis, la interpretación de los datos y las preguntas centrales que nos formulemos. En pocas palabras: las teorías explican relaciones entre conceptos o, lo que es lo mismo, entre variables. Organizan los conceptos con el fin de describir los acontecimientos y las afirmaciones relativas a los acontecimientos. Como dicen Novak y Gowin (1988: 78): Los estudiantes rara vez recurren de forma deliberada a los conceptos, principios o teorías relevantes, para comprender por qué se han decidido a observar determinados acontecimientos y objetos, por qué se registran algunos datos y otros no, por qué se construye cierto tipo de tablas o de gráficos. Las afirmaciones sobre acontecimientos sólo nos dicen cómo se presentan y se comportan los acontecimientos, mientras que las teorías y los enfoques nos explican por qué lo hacen así. Como ejemplo de esta afirmación, vale la pena recordar la discusión acerca de si hay relación entre clase social y acceso a la información del Centro de Información Juvenil. Para algunos no hay relación: ir o no ir al Centro es cuestión de voluntad o decisión personal (muy psicologista la respuesta) Para otros, las clases medias y medias-altas usan más estos recursos por su posición privilegiada en la estructura de la sociedad (muy sociologista el segundo) Para los terceros, la cosa depende de la falta de información in situ, de llevar la información mediante distintos procedimientos para compensar las desigualdades de partida en cuanto al acceso de información se refiere (muy psicosocial éste). Los resultados de nuestro ejemplo nos dicen que las clases sociales más altas acuden menos a los Centros de Información que los jóvenes de clase media. Entonces habrá que interpretar por qué usan más los Centros de Información los jóvenes de clase media y por qué son menos visitados por las clases sociales altas. Las estadísticas nos dirán, por ejemplo, que el porcentaje de personas pertenecientes a clases medias que usan estos recursos es mayor que los de clase baja o alta. Ocurre que la estadística sólo nos ha dicho cómo se comportan las clases sociales respecto al uso y acceso a los servicios de información, pero hace falta la teoría para interpretar o explicar por qué esto es así: ¿por qué unas clases sociales usan más los Centros de Información que otras?. En resumen: las teorías son linternas que iluminan aspectos parciales de la realidad, y, los focos de luz, son los conceptos y principios articulados organizativamente que los seres humanos construimos para explicar, comprender, describir o interpretar lo que acontece en el mundo que nos rodea, después representarlo en forma de conocimiento y que sea evaluado por la comunidad científica. Esta evaluación de las teorías hace que no sean eternas y cambien en el tiempo, hasta que sean útiles y sean parcialmente sustituidas (luego ninguna teoría posee la verdad absoluta). Las teorías son como mapas que nos guían por un territorio, y, como tales, cada una contiene distintas representaciones del mismo territorio, haciéndonos ver cosas que un “mapa-teoría” tiene y otra no. ¿Eres consciente de tus teorías? Ejercítate en la difícil tarea de hacer consciente tus teorías educativas implícitas acerca de qué es una buena educación y cómo se podría llevar a cabo.