Los cítricos como antioxidantes naturales 08/03/2012 Introducción A lo largo del artículo, se trata de evidenciar la importancia de los antioxidantes, en concreto los que provienen de los cítricos, para equilibrar el efecto que los radicales libres pueden producir en nuestro organismo. Si bien es cierto, han de estar equilibrados, para poder disfrutar de los efectos beneficiosos que aportan los antioxidantes. La paradoja del oxígeno Como organismos aerobios que somos, el oxígeno es la base de la vida y juega un papel principal en las reacciones químicas de nuestro organismo, aunque es precisamente este papel, el que hace que también pueda ser la causa de daños en el mismo. Esta aparente contradicción surge debido a que el oxígeno en el organismo interviene en una serie de complejas reacciones llamadas de óxido-reducción, en las que se producen especies reactivas derivadas del oxígeno o ERO (Especies Reactivas del Oxígeno) también llamados radicales libres. Estos radicales libres son átomos o grupos de átomos con un electrón libre, por lo que son muy inestables y necesitan captar un electrón para ser estables electroquímicamente. Una vez que el radical ha conseguido sustraer el electrón que necesita, la molécula estable que se lo cede se convierte a su vez en un radical libre, iniciándose así una reacción en cadena. Estas reacciones tienen una función y pueden tener un papel beneficioso en el organismo, como ocurre en nuestro sistema inmune, aunque también pueden causar destrucción y envejecimiento celular, lo que se conoce como estrés oxidativo. (Avello M., Suwaslky M., 2006) La mitocondria es el principal productor de radicales libres, ya que la respiración celular se verifica específicamente a este nivel. El 90% del total del oxígeno inhalado se consume en la mitocondria y alrededor del 2 % del oxígeno reducido se transforma en el radical superóxido, principal causante del estrés oxidativo, que ha sido relacionado con varias enfermedades como la aterosclerosis, el derrame cerebral, la artritis, las enfermedades inflamatorias crónicas, el cáncer, la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otras enfermedades degenerativas (Lini et al, 2011). Los antioxidantes Existen una serie de compuestos que nos otorgan una protección ante todas estas reacciones que se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo, son los llamados antioxidantes. Son sustancias que retardan o inhiben la oxidación de sustratos susceptibles de sufrir la acción de estos radicales libres, ya que donan sus hidrógenos a éstos, protegiendo así a las células del daño producido por los radicales. Si la generación de estos radicales libres es alta y supera la eficacia de la defensa antioxidante del organismo, surge el estrés oxidativo. Existe un mecanismo de defensa antioxidante endógeno del organismo, que incluye las enzimas catalíticas: superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa, que eliminan radicales libres u otras especies reactivas. Pero debido a las exigencias que tiene el cuerpo humano, el sistema de defensa resulta insuficiente, por lo que es necesario el consumo de compuestos antioxidantes por medio de la alimentación, los cuales reciben el nombre de agentes antioxidantes exógenos, que desde el punto de vista práctico son los más importantes de todos. Los cítricos y su poder antioxidante Los cítricos (naranjas, mandarinas, limones y pomelos), el melón, las cerezas y algunos vegetales (tomate, pimientos, coliflor, coles y brócoli) son alimentos que contienen ácido ascórbico o vitamina C. Debido a su hidrosolubilidad, esta vitamina antioxidante se encuentra intra y extra-celularmente en la mayor parte de los sistemas biológicos. Su papel antioxidante es doble: elimina directamente los radicales hidroxilo y superóxido, así como los hidroperóxidos lipídicos y protege las lipoproteínas LDL de la oxidación, reduciendo así el riesgo de sufrir aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares. Además, ayuda a regenerar la vitamina E. Por tanto, el ácido ascórbico es un antioxidante primario o preventivo, pues reacciona directamente con las especies reactivas y las desactiva. Además, los cítricos contienen una serie de metabolitos con actividad biológica llamados fitoquímicos, concretamente las flavanonas, los monoterpenos y los carotenoides, que se detallan a continuación: Las flavanonas, son un tipo de flavonoide que contribuye a reducir la formación de agentes oxidantes en el organismo, disminuye los niveles de colesterol sanguíneo, modula el sistema inmune y tiene propiedades antiinflamatorias. Los tipos de flavanonas que contienen los cítricos son: Naringina, en la toronja; Hesperidinaen, en la naranja; Rutina, en el limón y Diosmina, en la mandarina. Los monoterpenos son mejor conocidos como componentes de las esencias volátiles de las flores y como parte de los aceites esenciales de hierbas, especias y frutas, en donde forman parte de hasta el 5 % en peso de la planta seca. En el caso de los cítricos, destaca el limoneno, que es una sustancia natural que se extrae del aceite de las cáscaras de los cítricos y que da el olor característico a las naranjas y los limones. Pertenece al grupo de los limonoides, que constituyen uno de los más amplios grupos que contienen sustancias funcionales y fitonutrientes. Los carotenoides son pigmentos orgánicos que los seres humanos no pueden sintetizar y debemos obtener a través de la alimentación. Son compuestos de gran importancia por la función biológica que desempeñan, como la pro-vitamina A, un tipo de vitamina liposoluble que contribuye a la buena salud dental y de los tejidos blandos y óseos. Además, tienen actividad antioxidante, de control de crecimiento y diferenciación celular (inhibición de la mutagénesis), de estimulación de la comunicación intercelular, promueven el crecimiento y la activación de los linfocitos T y B e incrementan la actividad de las células “natural killer” fundamentales en el sistema inmune. Los cítricos, también son una fuente importante de carotenoides, como el betacaroteno y la betacriptoxantina, aunque se presentan en distintos niveles dependiendo del tipo de cítrico, la pulpa de las naranjas presentaría un contenido reducido en carotenoides, caso contrario al de las mandarinas. Aunque el cítrico que más destaca en contenido de carotenoides, y concretamente de licopeno, sería el pomelo rojo. (Tur. A, 2004) El poder antioxidante de la Dieta Mediterránea es muy elevado, debido a la diversidad de alimentos que la componen, ya que estos alimentos, incluidos los cítricos, son fuente principal de nutrientes antioxidantes (vitaminas y minerales) pero también de compuestos no nutritivos como los fitoquímicos. No obstante, no hay que olvidar el concepto de equilibrio y tenemos que tener presente que los antioxidantes al igual que las vitaminas han de tomarse siempre en su justa medida (Palma y del Río, 2006) Conclusión Cada vez está más clara la influencia de los antioxidantes naturales en nuestro organismo. Las reacciones químicas de los radicales libre se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo y son necesarias para la salud, pero este proceso ha de ser controlado con una adecuada protección antioxidante. Entre los antioxidantes que se ingieren por la dieta destacan las vitaminas y los compuestos fenólicos, principalmente de frutas como los cítricos, que por diversos mecanismos neutralizan los radicales libres. Bibliografía - Palma JM, Corpas FJ, del Río LA. Antioxidantes y su influencia en la dieta. Universidad de Granada (2008) - Avello M., Suwaslky M. Radicales Libres, Antioxidantes Naturales y Mecanismos de Protección. Atenea 494, II Semana. 2006; pp: 161-172. - Lini Huo, Rumei Lu, Peiyuan Li, Yanfang Liao, Rui Chen, Chaocheng Deng, Chengsheng Lu, Xiangyong Weia and Yaohua Lia. Antioxidant activity, total phenolic, and total flavonoid of extracts from the stems of jasminum nervosum lour. Grasas y aceites, 62 (2), 2011; pp: 149154. - Tur JA. Los antioxidantes en la Dieta Mediterránea. Revista Española de Nutrición Comunitaria. 2004; 10(4) pp: 198-207 Últimos avances sobre los frutos secos 26/01/2011 Introducción Desde la antigüedad, los frutos secos han sido un alimento básico en la gastronomía de diversas culturas de todo el mundo. Los romanos los consideraban “alimentos de los dioses” y asociaban su consumo con la salud y la buena memoria. Dos mil años después, numerosos estudios científicos han confirmado la veracidad de lo que ya intuían los romanos: los frutos secos contienen una concentración equilibrada de elementos saludables que cuidan y protegen nuestro organismo. La forma de consumo habitual es como aperitivo, pero además existe, en España en general y en Andalucía en particular, muchos platos de los que forman parte importante, proporcionando un valor nutricional añadido, además de unas características organolépticas especiales (Díaz et al., 2007). Los frutos secos más conocidos son las almendras, las avellanas, las nueces, los pistachos, los piñones y los anacardos. Además, se incluye en este grupo a los cacahuetes, que aún tratándose de una semilla de leguminosa, su valor nutritivo es muy parecido al de los frutos secos. Características nutricionales de los frutos secos Los frutos secos son, en su mayoría, alimentos grasos, ya que entre un 51 y un 73% de su peso está compuesto por grasa. Debido a esto y a su escaso contenido hídrico (menos del 50%), su aporte energético es elevado: aportan entre 5,6 y 6,4 calorías por gramo de alimento. A pesar del elevado contenido en grasa, el perfil nutricional de los frutos secos es excepcional, pues la mayor parte de los compuestos lipídicos de estos alimentos son ácidos grasos insaturados; abundan el ácido oléico y linoleico que representan más del 75% del aporte graso, aunque cada variedad tiene sus propias características. Podríamos clasificar los frutos secos en dos grupos: aquellos principalmente ricos en ácidos grasos monoinsaturados, sobre todo oleico, como las avellanas, almendras, nueces de macadamia y pistachos, y los ricos en ácidos grasos poliinsaturados, como las nueces (Fundación Nucis). Además de este característico perfil lipídico, los frutos secos presentan también otros componentes nutritivos muy saludables: - Su concentración en proteínas es elevada si se compara con el resto de alimentos de origen vegetal: aportan entre 13 y 26 g de proteínas por cada 100 g de alimento. - El contenido en hidratos de carbono de los frutos secos es relativamente bajo; oscila entre 3,7 y 20 g de hidratos de carbono por 100 g de alimento. - Además, destaca su elevado contenido en diferentes micronutrientes. Son fuente importante de calcio, cobre, manganeso, fósforo, selenio y zinc y de vitaminas como la tiamina, la vitamina E, la niacina y la riboflavina. - Por último, hay que destacar que los frutos secos contienen gran cantidad de compuestos fitoquímicos, entre los que destacan varias moléculas con actividad antioxidante, además de la vitamina E, como los beta-catotenos o el licopeno. (Salas-Salvadó, 2005). Almendras Avellanas Cacahuetes Nueces Pistachos Energía 576 646 583 674 599 Proteínas 19 13 27 14,5 18 4,8 9,6 8,5 11,1 13,4 Azúcares 2,8 6 4,3 8,5 8,8 Grasas totales 53,5 62 49 63,8 53 AG saturados 4,2 4,6 9,2 5,2 6,7 36,6 48,7 23,4 11,6 35,7 10 5,8 14 44,2 8 8,1 5,9 8,5 Hidratos de Carbono AG monoinsaturados AG poliinsaturados Fibra 15 7,5 Vitamina E 26,2 15,2 8,1 2,9 4,3 Calcio 248 114 61 98 110 Hierro 4,3 4,7 2 2,9 4,2 Fósforo 474 290 432 346 485 Sodio 1 0 6 2 10 Fuente: Fundación Nucis Avances recientes sobre los frutos secos y la salud En los últimos 15 años, se han llevado a cabo numerosos estudios sobre el efecto potencial de los frutos secos en la salud. A continuación se presentan algunos de ellos. Efectos sobre la ganancia de peso Dado que los frutos secos son alimentos con gran contenido graso, siempre han sido asociados a un aumento del peso corporal. No obstante, las investigaciones realizadas recientemente, no sólo no corroboran estos datos, sino que parecen demostrar lo contrario. Según pone de manifiesto un estudio prospectivo llevado a cabo con una cohorte de mujeres de mediana edad durante ocho años, el consumo frecuente de frutos secos no está relacionado con la ganancia de peso; sino que la introducción de frutos secos en una dieta hipocalórica puede ser beneficiosa para el control de peso, contribuyendo a la saciedad y mejorando el hábito de consumo a largo plazo. Se cree que esta relación puede ser debida al alto contenido en fibra y proteínas de los frutos secos (Bes-Rastrollo et al., 2009). Efecto sobre las enfermedades cardiovasculares El primer estudio publicado en relación con las enfermedades cardiovasculares fue el ‘Adventist Health Study’, realizado en una población de más de 30.000 californianos, muchos de los cuales eran vegetarianos. Los investigadores observaron que la frecuencia en el consumo de frutos secos estaba inversamente relacionada con el riesgo de sufrir un infarto de miocardio agudo y con el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular. En el Iowa Women’s Health Study, estudio en el que se reclutaron alrededor de 40.000 mujeres a mediados de los años 80 para evaluar los efectos de la dieta en el desarrollo de enfermedades crónicas, también se asoció el consumo frecuente de frutos secos (2 o más raciones de frutos secos a la semana frente a menos de 1 al mes) y la muerte por enfermedades cardiovasculares (Nash and Nash, 2008). Asimismo, el Harvard Nurse’s Health Study (1998) examinó durante 14 años de seguimiento la relación entre el consumo de frutos secos y el riesgo de enfermedad coronaria en más de 85.000 enfermeras de entre 34 y 59 años de edad. Se observó que las mujeres que tomaban 5 o más raciones de frutos secos a la semana (siendo 1 ración igual a 28 gramos) mostraban un menor riesgo de sufrir enfermedad coronaria que las mujeres que nunca consumían frutos secos. Recientemente, el Physician’s Health Study, ha mostrado resultados similares a los anteriores. En este caso, los individuos que tomaban frutos secos 2 o más veces por semana, presentaban un menor riesgo de muerte súbita cardiaca y de mortalidad cardiovascular total (Fundación Internacional de los Frutos Secos, 2011). Efectos sobre el síndrome metabólico El síndrome metabólico es un conjunto de alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad abdominal y que condicionan un mayor riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares. Entre estas alteraciones destacan un aumento de la glucosa en sangre, un aumento de la grasa circulante, una disminución del colesterol HDL (llamado el colesterol bueno) y un aumento de la presión arterial. Un patrón dietético poco saludable y falta de ejercicio físico implican un mayor riesgo de presentar síndrome metabólico en personas que estén genéticamente predispuestas a desarrollarlo. En el contexto del estudio PREDIMED (‘Efectos de la dieta mediterránea en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular’), se decidió estudiar, por primera vez, los efectos de una dieta mediterránea complementada con frutos secos o aceite de oliva sobre el síndrome metabólico. Se observó que aquellos individuos que al inicio del estudio presentaban síndrome metabólico, entre los que se adscribieron al grupo de frutos secos, los casos disminuyeron un 13,7% (Fundación Internacional de los Frutos Secos, 2011). Conclusión Alimentos típicamente conocidos como fuente de proteínas y grasas, los frutos secos también contienen ciertas vitaminas y minerales en cantidades apreciables. Además, los que contienen piel pueden ser una buena fuente de fibra. Por esta razón, se consideran importantes componentes de una dieta saludable, cuyos efectos beneficiosos sobre la salud se han demostrado en numerosas estudios epidemiológicos. Bibliografía - Bes-Rastrollo, M., Wedick, N.M., Martinez-Gonzalez, M.A., Y Li, T., Sampson, L., Hu, F.B. (2009). Prospective study of nut consumption, long-term weight change, and obesity risk in women. AM J Clin Nutr 2009;89:193-9. - Díaz, I., Gascón, E., Lázaro, S., Maximiano, C. (2007). Guía de la alimentación mediterránea Consejería de Agricultura y Pesca. - Frutos secos y salud. Fundación Nucis. - Fundación Internacional de los Frutos Secos: http://www.nutfruit.org/es/ (2011). - Nash, S. D. and Nash, D. T. (2008). Nuts as part of a healthy cardiovascular diet. Current Artherosclerosis Reports 2008, 10:529-535. - Salas-Salvadó, J. (2005). www.informacionconsumidor.org Las nueces podrían ayudar a prevenir el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas 17/10/2005 Origen y producción nacional de nueces La nuez, el fruto del nogal común y resulta a nivel mundial, el tercer fruto seco en importancia. Se producen aproximadamente 1,2 millones de toneladas cáscara, que se reducen a la mitad cuando se aprovechan sus contenidos en grano. La quinta parte de esta producción mundial se localiza en Estados Unidos. En la UE la producción es del orden 55.000 toneladas grano, con 16.000 toneladas en Francia, 11.000 en Grecia y 8.000 en Alemania; España sólo produce unas 5.000 toneladas grano, la mayor parte de las cuales se obtiene a partir de árboles diseminados. Importamos nueces, unas 32.000 toneladas (50% de la Unión Europea). Nutrientes Las nueces son uno de los alimentos más ricos en nutrientes y proporcionan muchos de los elementos esenciales que el cuerpo no puede producir. Muy pocos alimentos contienen estos componentes llamados “esenciales”, sin embargo, las nueces son únicas por su composición en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6 que contribuyen a la reducción del colesterol. Las nueces son el alimento de origen vegetal que contiene mayor cantidad de antioxidantes, sólo superada por el escaramujo. Incluso, poseen mucha más cantidad de estos componentes que frutas como las naranjas, o verduras como tomates y zanahorias. Los antioxidantes juegan un papel muy importante en la prevención de numerosas enfermedades, como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes, y además podrían ayudar a prevenir el envejecimiento. Las nueces también contienen proteína, vitaminas y minerales. Beneficios para la salud Las nueces son un alimento muy nutritivo y además son una fuente de salud. El sustituir por nueces las grasas monoinsaturadas en una dieta mediterránea mejora, e incluso restablece, la función endotelial (la propiedad que tienen las arterias de dilatarse con el fin de adaptarse a un aumento de la demanda de sangre). Las nueces también reducen las concentraciones de moléculas de adhesión que son dañinas para las arterias y se asocian con el desarrollo de arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias producido por el envejecimiento y acelerado por factores como el aumento de colesterol). El efecto de la dieta mediterránea en la reducción del riesgo cardiovascular aumenta si diariamente se incorpora un puñado de nueces en sustitución de determinados alimentos. Investigaciones demuestran que las nueces mejoran las dos dietas consideradas las más saludables del mundo –mediterránea y asiática-, disminuyendo el colesterol dañino. Las personas que siguen una dieta mediterránea que incluye grasas consideradas saludables, entre ellas las de frutos secos como las nueces, consiguen perder peso y mantenerlo durante mayor tiempo que aquellas personas que siguen una dieta muy baja en cualquier tipo de grasa. Las nueces son únicas porque tienen el balance perfecto de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6, en una proporción de 4:1, que es la recomendada por los expertos. Estos frutos secos son la fuente más grande de antioxidantes junto al escaramujo. Existen indicadores muy prometedores que señalan a los antioxidantes como potente recurso para la prevención del cáncer y otras enfermedades. Las nueces contienen altos niveles de gamma-tocoferol, la forma más común de Vitamina E encontrada en frutos secos y semillas; así como cantidades notables de proteína, fibra dietética, folato, selenio, magnesio, potasio y fósforo. Un puñado de nueces satisfacen de sobra la recomendación diaria de ácido alfa linolénico (ácido graso omega-3) de 1.6 gramos para hombres y 1.1 para mujeres. Según los especialistas, el consumo de ácido alfa-linolénico es altamente importante y debe obtenerse de los alimentos ya que el mismo no es sintetizado por el cuerpo. Último estudio científico Un estudio, realizado por el doctor Russel J. Reiter, especialista en Neuroendocrinología y profesor de esta disciplina en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de San Antonio en Tejas, demuestra que las nueces son una fuente natural de melatonina y que previenen y reducen los efectos del cáncer y enfermedades relacionadas con el envejecimiento celular, como el Parkinson o el Alzheimer. La glándula pineal, un pequeño órgano situado en el centro del cerebro, segrega rítmicamente, en especial por la noche, la melatonina, un químico natural relacionado con la regulación del sueño. Se habla de sus beneficios en la mejora del sueño, de sus efectos antioxidantes, de su capacidad para la elevación del tono vital y de su acción moduladora del sistema inmunológico. Muchos norteamericanos la adquieren libremente como suplemento dietético, y son muchos los europeos que regresan con varios frascos de sus viajes. Sus principales consumidores han sido por ahora los viajeros de largas distancias, que la utilizaban para recuperarse de las diferencias horarias. Un estudio realizado ahora por la Universidad de San Antonio, en Tejas (EE.UU.), coordinado por el Dr. Russel J.Reiter, especialista en Neuroendocrinología y profesor de este centro académico, acaba de demostrar ahora que las nueces son una gran fuente de melatonina, y esto puede tener efectos beneficiosos para la salud. El estudio ha sido publicado en el número de septiembre de la revista “Nutrition: The Internacional Journal of Applied and Basic Nutricional Sciences”. La presencia de la melatonina, combinada con las otras “bondades” de este fruto seco –su alto nivel de nutrientes, su poder antioxidante y la presencia de ácidos grasos Omega-3- podría tener, según el estudio del Dr. Reiter, una influencia importante para reducir la incidencia del cáncer y retrasar o reducir la gravedad de las enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento, incluidas el Parkinson y el Alzheimer. Tanto es así que el Dr. Reiter ha señalado que “el valor de las nueces para la salud estriba en el conjunto de su composición. La melatonina y el Omega-3 contenidos en este fruto seco actúan conjuntamente para prevenir el cáncer, porque evitan el crecimiento de las células cancerosas. En cambio, si se toma melatonina en comprimidos sólo estamos tomando melatonina”. Aunque no es la primera vez que se descubre melatonina en alimentos –el maíz, los tomates y las patatas, son otros productos naturales que contienen melatonina-, sí es novedoso la cantidad de este tipo de hormona que presentan las nueces, muy superior a la encontrada en el resto de alimentos. Según el estudio del Dr. Reiter, es de fácil asimilación para el organismo. El neuroendocrino norteamericano destaca en su trabajo que “el consumo de nueces, triplica los niveles de melatonina en sangre”. Nueces para una vejez más saludable Cuando nos hacemos mayores, los niveles de melatonina se reducen, mientras que aumenta el daño producido por los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. Es importante garantizar una ingesta de alimentos que contengan melatonina, para menguar los efectos producidos por los radicales libres. Una gran novedad del estudio del doctor Reiter es la que indica que las nueces son una gran ayuda para luchar contra las enfermedades neurodegenerativas. Parkinson, Alzheimer, o incluso cataratas, enfermedades asociadas al envejecimiento, ven reducido su efecto degenerativo gracias al consumo de nueces. Para realizar este estudio, una de las pruebas consistió en añadir melatonina a la dieta de ratones recién nacidos, propensos a padecer cataratas. El resultado fue que la enfermedad no llegó a desarrollarse. Fuentes: 1. California Walnut Comisión (2005): “Un estudio revela que las nueces podrían ayudar a prevenir el cáncer y enfermedades neurodegenerativas”. Estudio facilitado por Infopress. California. USA. 2. Empresa Nacional MERCASA – Distribución y Consumo ( 2003/2004 2003/2004 )“Alimentación en España: Frutos Secos”. 6ª edición. Madrid. España. 3. Ruseel J. Reiter; L. C. Manchester; and Dun-xian Tan, M.D. (Septiembre, 2005): “Melatonin in walnuts: Influence on levels of metionin and total antioxidant capacity of blood”. (“Melatonina en las nueces: influencia en los niveles de melatonina y en la capacidad total antioxidante de la sangre”). Revista “Nutrition: The Internacional Journal of Applied and Basic Nutricional Sciences”. Texas. USA 4. http://www.nuecesdecalifornia.com/: “Salud y nutrición. Las nueces: una composición única de nutrientes”.