Los cítricos como antioxidantes naturales 08/03/2012 Introducción A

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Los cítricos como antioxidantes naturales
08/03/2012
Introducción
A lo largo del artículo, se trata de evidenciar la importancia de los antioxidantes, en concreto los
que provienen de los cítricos, para equilibrar el efecto que los radicales libres pueden producir
en nuestro organismo. Si bien es cierto, han de estar equilibrados, para poder disfrutar de los
efectos beneficiosos que aportan los antioxidantes.
La paradoja del oxígeno
Como organismos aerobios que somos, el oxígeno es la base de la vida y juega un papel
principal en las reacciones químicas de nuestro organismo, aunque es precisamente este papel,
el que hace que también pueda ser la causa de daños en el mismo. Esta aparente contradicción
surge debido a que el oxígeno en el organismo interviene en una serie de complejas reacciones
llamadas de óxido-reducción, en las que se producen especies reactivas derivadas del oxígeno o
ERO (Especies Reactivas del Oxígeno) también llamados radicales libres. Estos radicales libres
son átomos o grupos de átomos con un electrón libre, por lo que son muy inestables y
necesitan captar un electrón para ser estables electroquímicamente. Una vez que el radical ha
conseguido sustraer el electrón que necesita, la molécula estable que se lo cede se convierte a
su vez en un radical libre, iniciándose así una reacción en cadena.
Estas reacciones tienen una función y pueden tener un papel beneficioso en el organismo,
como ocurre en nuestro sistema inmune, aunque también pueden causar destrucción y
envejecimiento celular, lo que se conoce como estrés oxidativo. (Avello M., Suwaslky M., 2006)
La mitocondria es el principal productor de radicales libres, ya que la respiración celular se
verifica específicamente a este nivel. El 90% del total del oxígeno inhalado se consume en la
mitocondria y alrededor del 2 % del oxígeno reducido se transforma en el radical superóxido,
principal causante del estrés oxidativo, que ha sido relacionado con varias enfermedades como
la aterosclerosis, el derrame cerebral, la artritis, las enfermedades inflamatorias crónicas, el
cáncer, la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer y otras enfermedades degenerativas (Lini et
al, 2011).
Los
antioxidantes
Existen una serie de compuestos que nos otorgan una protección ante todas estas reacciones
que se dan constantemente en las células de nuestro cuerpo, son los llamados antioxidantes.
Son sustancias que retardan o inhiben la oxidación de sustratos susceptibles de sufrir la acción
de estos radicales libres, ya que donan sus hidrógenos a éstos, protegiendo así a las células del
daño producido por los radicales. Si la generación de estos radicales libres es alta y supera la
eficacia
de
la
defensa
antioxidante
del
organismo,
surge
el
estrés
oxidativo.
Existe un mecanismo de defensa antioxidante endógeno del organismo, que incluye las enzimas
catalíticas: superóxido dismutasa, catalasa y glutatión peroxidasa, que eliminan radicales libres
u otras especies reactivas. Pero debido a las exigencias que tiene el cuerpo humano, el sistema
de defensa resulta insuficiente, por lo que es necesario el consumo de compuestos
antioxidantes por medio de la alimentación, los cuales reciben el nombre de agentes
antioxidantes exógenos, que desde el punto de vista práctico son los más importantes de todos.
Los cítricos y su poder antioxidante
Los cítricos (naranjas, mandarinas, limones y pomelos), el melón, las cerezas y algunos
vegetales (tomate, pimientos, coliflor, coles y brócoli) son alimentos que contienen ácido
ascórbico o vitamina C. Debido a su hidrosolubilidad, esta vitamina antioxidante se encuentra
intra y extra-celularmente en la mayor parte de los sistemas biológicos. Su papel antioxidante
es doble: elimina directamente los radicales hidroxilo y superóxido, así como los hidroperóxidos
lipídicos y protege las lipoproteínas LDL de la oxidación, reduciendo así el riesgo de sufrir
aterosclerosis y enfermedades cardiovasculares. Además, ayuda a regenerar la vitamina E.
Por tanto, el ácido ascórbico es un antioxidante primario o preventivo, pues reacciona
directamente con las especies reactivas y las desactiva.
Además, los cítricos contienen una serie de metabolitos con actividad biológica llamados
fitoquímicos, concretamente las flavanonas, los monoterpenos y los carotenoides, que se
detallan a continuación:
Las flavanonas, son un tipo de flavonoide que contribuye a reducir la formación de agentes
oxidantes en el organismo, disminuye los niveles de colesterol sanguíneo, modula el sistema
inmune y tiene propiedades antiinflamatorias. Los tipos de flavanonas que contienen los cítricos
son: Naringina, en la toronja; Hesperidinaen, en la naranja; Rutina, en el limón y Diosmina, en
la mandarina.
Los monoterpenos son mejor conocidos como componentes de las esencias volátiles de las
flores y como parte de los aceites esenciales de hierbas, especias y frutas, en donde forman
parte de hasta el 5 % en peso de la planta seca. En el caso de los cítricos, destaca el limoneno,
que es una sustancia natural que se extrae del aceite de las cáscaras de los cítricos y que da el
olor característico a las naranjas y los limones. Pertenece al grupo de los limonoides, que
constituyen uno de los más amplios grupos que contienen sustancias funcionales y
fitonutrientes.
Los carotenoides son pigmentos orgánicos que los seres humanos no pueden sintetizar y
debemos obtener a través de la alimentación. Son compuestos de gran importancia por la
función biológica que desempeñan, como la pro-vitamina A, un tipo de vitamina liposoluble que
contribuye a la buena salud dental y de los tejidos blandos y óseos. Además, tienen actividad
antioxidante, de control de crecimiento y diferenciación celular (inhibición de la mutagénesis),
de estimulación de la comunicación intercelular, promueven el crecimiento y la activación de los
linfocitos T y B e incrementan la actividad de las células “natural killer” fundamentales en el
sistema inmune.
Los cítricos, también son una fuente importante de carotenoides, como el betacaroteno y la
betacriptoxantina, aunque se presentan en distintos niveles dependiendo del tipo de cítrico, la
pulpa de las naranjas presentaría un contenido reducido en carotenoides, caso contrario al de
las mandarinas. Aunque el cítrico que más destaca en contenido de carotenoides, y
concretamente de licopeno, sería el pomelo rojo. (Tur. A, 2004)
El poder antioxidante de la Dieta Mediterránea es muy elevado, debido a la diversidad de
alimentos que la componen, ya que estos alimentos, incluidos los cítricos, son fuente principal
de nutrientes antioxidantes (vitaminas y minerales) pero también de compuestos no nutritivos
como los fitoquímicos. No obstante, no hay que olvidar el concepto de equilibrio y tenemos que
tener presente que los antioxidantes al igual que las vitaminas han de tomarse siempre en su
justa medida (Palma y del Río, 2006)
Conclusión
Cada vez está más clara la influencia de los antioxidantes naturales en nuestro organismo. Las
reacciones químicas de los radicales libre se dan constantemente en las células de nuestro
cuerpo y son necesarias para la salud, pero este proceso ha de ser controlado con una
adecuada protección antioxidante. Entre los antioxidantes que se ingieren por la dieta destacan
las vitaminas y los compuestos fenólicos, principalmente de frutas como los cítricos, que por
diversos mecanismos neutralizan los radicales libres.
Bibliografía
- Palma JM, Corpas FJ, del Río LA. Antioxidantes y su influencia en la dieta. Universidad de
Granada (2008)
- Avello M., Suwaslky M. Radicales Libres, Antioxidantes Naturales y Mecanismos de Protección.
Atenea 494, II Semana. 2006; pp: 161-172.
- Lini Huo, Rumei Lu, Peiyuan Li, Yanfang Liao, Rui Chen, Chaocheng Deng, Chengsheng Lu,
Xiangyong Weia and Yaohua Lia. Antioxidant activity, total phenolic, and total flavonoid of
extracts from the stems of jasminum nervosum lour. Grasas y aceites, 62 (2), 2011; pp: 149154.
- Tur JA. Los antioxidantes en la Dieta Mediterránea. Revista Española de Nutrición
Comunitaria. 2004; 10(4) pp: 198-207
Últimos avances sobre los frutos secos
26/01/2011
Introducción
Desde la antigüedad, los frutos secos han sido un alimento básico en la gastronomía de
diversas culturas de todo el mundo. Los romanos los consideraban “alimentos de los dioses” y
asociaban su consumo con la salud y la buena memoria. Dos mil años después, numerosos
estudios científicos han confirmado la veracidad de lo que ya intuían los romanos: los frutos
secos contienen una concentración equilibrada de elementos saludables que cuidan y protegen
nuestro organismo. La forma de consumo habitual es como aperitivo, pero además existe, en
España en general y en Andalucía en particular, muchos platos de los que forman parte
importante, proporcionando un valor nutricional añadido, además de unas características
organolépticas especiales (Díaz et al., 2007).
Los frutos secos más conocidos son las almendras, las avellanas, las nueces, los pistachos, los
piñones y los anacardos. Además, se incluye en este grupo a los cacahuetes, que aún
tratándose de una semilla de leguminosa, su valor nutritivo es muy parecido al de los frutos
secos.
Características nutricionales de los frutos secos
Los frutos secos son, en su mayoría, alimentos grasos, ya que entre un 51 y un 73% de su
peso está compuesto por grasa. Debido a esto y a su escaso contenido hídrico (menos del
50%), su aporte energético es elevado: aportan entre 5,6 y 6,4 calorías por gramo de alimento.
A pesar del elevado contenido en grasa, el perfil nutricional de los frutos secos es excepcional,
pues la mayor parte de los compuestos lipídicos de estos alimentos son ácidos grasos
insaturados; abundan el ácido oléico y linoleico que representan más del 75% del aporte graso,
aunque cada variedad tiene sus propias características. Podríamos clasificar los frutos secos en
dos grupos: aquellos principalmente ricos en ácidos grasos monoinsaturados, sobre todo oleico,
como las avellanas, almendras, nueces de macadamia y pistachos, y los ricos en ácidos grasos
poliinsaturados, como las nueces (Fundación Nucis). Además de este característico perfil
lipídico, los frutos secos presentan también otros componentes nutritivos muy saludables:
- Su concentración en proteínas es elevada si se compara con el resto de alimentos de origen
vegetal: aportan entre 13 y 26 g de proteínas por cada 100 g de alimento. - El contenido en
hidratos de carbono de los frutos secos es relativamente bajo; oscila entre 3,7 y 20 g de
hidratos de carbono por 100 g de alimento.
- Además, destaca su elevado contenido en diferentes micronutrientes. Son fuente importante
de calcio, cobre, manganeso, fósforo, selenio y zinc y de vitaminas como la tiamina, la vitamina
E, la niacina y la riboflavina.
- Por último, hay que destacar que los frutos secos contienen gran cantidad de compuestos
fitoquímicos, entre los que destacan varias moléculas con actividad antioxidante, además de la
vitamina E, como los beta-catotenos o el licopeno.
(Salas-Salvadó, 2005).
Almendras Avellanas Cacahuetes Nueces Pistachos
Energía
576
646
583
674
599
Proteínas
19
13
27
14,5
18
4,8
9,6
8,5
11,1
13,4
Azúcares
2,8
6
4,3
8,5
8,8
Grasas totales
53,5
62
49
63,8
53
AG saturados
4,2
4,6
9,2
5,2
6,7
36,6
48,7
23,4
11,6
35,7
10
5,8
14
44,2
8
8,1
5,9
8,5
Hidratos de
Carbono
AG
monoinsaturados
AG
poliinsaturados
Fibra
15
7,5
Vitamina E
26,2
15,2
8,1
2,9
4,3
Calcio
248
114
61
98
110
Hierro
4,3
4,7
2
2,9
4,2
Fósforo
474
290
432
346
485
Sodio
1
0
6
2
10
Fuente: Fundación Nucis
Avances recientes sobre los frutos secos y la salud
En los últimos 15 años, se han llevado a cabo numerosos estudios sobre el efecto potencial de
los frutos secos en la salud. A continuación se presentan algunos de ellos.
Efectos sobre la ganancia de peso
Dado que los frutos secos son alimentos con gran contenido graso, siempre han sido asociados
a un aumento del peso corporal. No obstante, las investigaciones realizadas recientemente, no
sólo no corroboran estos datos, sino que parecen demostrar lo contrario.
Según pone de manifiesto un estudio prospectivo llevado a cabo con una cohorte de mujeres
de mediana edad durante ocho años, el consumo frecuente de frutos secos no está relacionado
con la ganancia de peso; sino que la introducción de frutos secos en una dieta hipocalórica
puede ser beneficiosa para el control de peso, contribuyendo a la saciedad y mejorando el
hábito de consumo a largo plazo. Se cree que esta relación puede ser debida al alto contenido
en fibra y proteínas de los frutos secos (Bes-Rastrollo et al., 2009).
Efecto sobre las enfermedades cardiovasculares
El primer estudio publicado en relación con las enfermedades cardiovasculares fue el ‘Adventist
Health Study’, realizado en una población de más de 30.000 californianos, muchos de los cuales
eran vegetarianos. Los investigadores observaron que la frecuencia en el consumo de frutos
secos estaba inversamente relacionada con el riesgo de sufrir un infarto de miocardio agudo y
con el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular.
En el Iowa Women’s Health Study, estudio en el que se reclutaron alrededor de 40.000 mujeres
a mediados de los años 80 para evaluar los efectos de la dieta en el desarrollo de
enfermedades crónicas, también se asoció el consumo frecuente de frutos secos (2 o más
raciones de frutos secos a la semana frente a menos de 1 al mes) y la muerte por
enfermedades cardiovasculares (Nash and Nash, 2008).
Asimismo, el Harvard Nurse’s Health Study (1998) examinó durante 14 años de seguimiento la
relación entre el consumo de frutos secos y el riesgo de enfermedad coronaria en más de
85.000 enfermeras de entre 34 y 59 años de edad. Se observó que las mujeres que tomaban 5
o más raciones de frutos secos a la semana (siendo 1 ración igual a 28 gramos) mostraban un
menor riesgo de sufrir enfermedad coronaria que las mujeres que nunca consumían frutos
secos.
Recientemente, el Physician’s Health Study, ha mostrado resultados similares a los anteriores.
En este caso, los individuos que tomaban frutos secos 2 o más veces por semana, presentaban
un menor riesgo de muerte súbita cardiaca y de mortalidad cardiovascular total (Fundación
Internacional de los Frutos Secos, 2011).
Efectos sobre el síndrome metabólico
El síndrome metabólico es un conjunto de alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad
abdominal y que condicionan un mayor riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades
cardiovasculares. Entre estas alteraciones destacan un aumento de la glucosa en sangre, un
aumento de la grasa circulante, una disminución del colesterol HDL (llamado el colesterol
bueno) y un aumento de la presión arterial.
Un patrón dietético poco saludable y falta de ejercicio físico implican un mayor riesgo de
presentar síndrome metabólico en personas que estén genéticamente predispuestas a
desarrollarlo.
En el contexto del estudio PREDIMED (‘Efectos de la dieta mediterránea en la prevención
primaria de la enfermedad cardiovascular’), se decidió estudiar, por primera vez, los efectos de
una dieta mediterránea complementada con frutos secos o aceite de oliva sobre el síndrome
metabólico. Se observó que aquellos individuos que al inicio del estudio presentaban síndrome
metabólico, entre los que se adscribieron al grupo de frutos secos, los casos disminuyeron un
13,7% (Fundación Internacional de los Frutos Secos, 2011).
Conclusión
Alimentos típicamente conocidos como fuente de proteínas y grasas, los frutos secos también
contienen ciertas vitaminas y minerales en cantidades apreciables. Además, los que contienen
piel pueden ser una buena fuente de fibra. Por esta razón, se consideran importantes
componentes de una dieta saludable, cuyos efectos beneficiosos sobre la salud se han
demostrado en numerosas estudios epidemiológicos.
Bibliografía
-
Bes-Rastrollo, M., Wedick, N.M., Martinez-Gonzalez, M.A., Y Li, T., Sampson, L., Hu, F.B.
(2009). Prospective study of nut consumption, long-term weight change, and obesity risk in
women. AM J Clin Nutr 2009;89:193-9.
-
Díaz, I., Gascón, E., Lázaro, S., Maximiano, C. (2007). Guía de la alimentación mediterránea
Consejería de Agricultura y Pesca.
-
Frutos secos y salud. Fundación Nucis.
- Fundación Internacional de los Frutos Secos: http://www.nutfruit.org/es/ (2011).
-
Nash, S. D. and Nash, D. T. (2008). Nuts as part of a healthy cardiovascular diet. Current
Artherosclerosis Reports 2008, 10:529-535.
-
Salas-Salvadó, J. (2005). www.informacionconsumidor.org
Las nueces podrían ayudar a prevenir el cáncer y las enfermedades
neurodegenerativas
17/10/2005
Origen y producción nacional de nueces
La nuez, el fruto del nogal común y resulta a nivel mundial, el tercer fruto seco en importancia.
Se producen aproximadamente 1,2 millones de toneladas cáscara, que se reducen a la mitad
cuando se aprovechan sus contenidos en grano. La quinta parte de esta producción mundial se
localiza en Estados Unidos. En la UE la producción es del orden 55.000 toneladas grano, con
16.000 toneladas en Francia, 11.000 en Grecia y 8.000 en Alemania; España sólo produce unas
5.000 toneladas grano, la mayor parte de las cuales se obtiene a partir de árboles diseminados.
Importamos nueces, unas 32.000 toneladas (50% de la Unión Europea).
Nutrientes
Las nueces son uno de los alimentos más ricos en nutrientes y proporcionan muchos de los
elementos esenciales que el cuerpo no puede producir. Muy pocos alimentos contienen estos
componentes llamados “esenciales”, sin embargo, las nueces son únicas por su composición en
ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6 que contribuyen a la reducción del
colesterol.
Las nueces son el alimento de origen vegetal que contiene mayor cantidad de antioxidantes,
sólo superada por el escaramujo. Incluso, poseen mucha más cantidad de estos componentes
que frutas como las naranjas, o verduras como tomates y zanahorias. Los antioxidantes juegan
un papel muy importante en la prevención de numerosas enfermedades, como las
cardiovasculares, el cáncer o la diabetes, y además podrían ayudar a prevenir el
envejecimiento. Las nueces también contienen proteína, vitaminas y minerales.
Beneficios para la salud
Las nueces son un alimento muy nutritivo y además son una fuente de salud.
 El sustituir por nueces las grasas monoinsaturadas en una dieta mediterránea mejora,
e incluso restablece, la función endotelial (la propiedad que tienen las arterias
de dilatarse con el fin de adaptarse a un aumento de la demanda de sangre).
 Las nueces también reducen las concentraciones de moléculas de adhesión que
son dañinas para las arterias y se asocian con el desarrollo de
arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias producido por el envejecimiento y
acelerado por factores como el aumento de colesterol).
 El efecto de la dieta mediterránea en la reducción del riesgo cardiovascular aumenta si
diariamente se incorpora un puñado de nueces en sustitución de determinados
alimentos.
 Investigaciones demuestran que las nueces mejoran las dos dietas consideradas
las más saludables del mundo –mediterránea y asiática-, disminuyendo el
colesterol dañino.
 Las personas que siguen una dieta mediterránea que incluye grasas consideradas
saludables, entre ellas las de frutos secos como las nueces, consiguen perder peso
y mantenerlo durante mayor tiempo que aquellas personas que siguen una
dieta muy baja en cualquier tipo de grasa.
 Las nueces son únicas porque tienen el balance perfecto de ácidos grasos
poliinsaturados omega-3 y omega-6, en una proporción de 4:1, que es la
recomendada por los expertos.
 Estos frutos secos son la fuente más grande de antioxidantes junto al escaramujo.
Existen indicadores muy prometedores que señalan a los antioxidantes como potente
recurso para la prevención del cáncer y otras enfermedades.
 Las nueces contienen altos niveles de gamma-tocoferol, la forma más común de
Vitamina E encontrada en frutos secos y semillas; así como cantidades notables de
proteína, fibra dietética, folato, selenio, magnesio, potasio y fósforo.
 Un puñado de nueces satisfacen de sobra la recomendación diaria de ácido alfa linolénico (ácido graso omega-3) de 1.6 gramos para hombres y 1.1 para mujeres.
Según los especialistas, el consumo de ácido alfa-linolénico es altamente importante
y debe obtenerse de los alimentos ya que el mismo no es sintetizado por el cuerpo.
Último estudio científico
Un estudio, realizado por el doctor Russel J. Reiter, especialista en Neuroendocrinología y
profesor de esta disciplina en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de San
Antonio en Tejas, demuestra que las nueces son una fuente natural de melatonina y que
previenen y reducen los efectos del cáncer y enfermedades relacionadas con el envejecimiento
celular, como el Parkinson o el Alzheimer.
La glándula pineal, un pequeño órgano situado en el centro del cerebro, segrega rítmicamente,
en especial por la noche, la melatonina, un químico natural relacionado con la regulación del
sueño. Se habla de sus beneficios en la mejora del sueño, de sus efectos antioxidantes, de su
capacidad para la elevación del tono vital y de su acción moduladora del sistema inmunológico.
Muchos norteamericanos la adquieren libremente como suplemento dietético, y son muchos los
europeos que regresan con varios frascos de sus viajes. Sus principales consumidores han sido
por ahora los viajeros de largas distancias, que la utilizaban para recuperarse de las diferencias
horarias.
Un estudio realizado ahora por la Universidad de San Antonio, en Tejas (EE.UU.), coordinado
por el Dr. Russel J.Reiter, especialista en Neuroendocrinología y profesor de este centro
académico, acaba de demostrar ahora que las nueces son una gran fuente de melatonina, y
esto puede tener efectos beneficiosos para la salud. El estudio ha sido publicado en el número
de septiembre de la revista “Nutrition: The Internacional Journal of Applied and Basic
Nutricional Sciences”.
La presencia de la melatonina, combinada con las otras “bondades” de este fruto seco –su alto
nivel de nutrientes, su poder antioxidante y la presencia de ácidos grasos Omega-3- podría
tener, según el estudio del Dr. Reiter, una influencia importante para reducir la incidencia del
cáncer y retrasar o reducir la gravedad de las enfermedades neurodegenerativas asociadas al
envejecimiento, incluidas el Parkinson y el Alzheimer.
Tanto es así que el Dr. Reiter ha señalado que “el valor de las nueces para la salud estriba en el
conjunto de su composición. La melatonina y el Omega-3 contenidos en este fruto seco actúan
conjuntamente para prevenir el cáncer, porque evitan el crecimiento de las células cancerosas.
En cambio, si se toma melatonina en comprimidos sólo estamos tomando melatonina”.
Aunque no es la primera vez que se descubre melatonina en alimentos –el maíz, los tomates y
las patatas, son otros productos naturales que contienen melatonina-, sí es novedoso la
cantidad de este tipo de hormona que presentan las nueces, muy superior a la encontrada en el
resto de alimentos. Según el estudio del Dr. Reiter, es de fácil asimilación para el organismo. El
neuroendocrino norteamericano destaca en su trabajo que “el consumo de nueces, triplica los
niveles de melatonina en sangre”.
Nueces para una vejez más saludable
Cuando nos hacemos mayores, los niveles de melatonina se reducen, mientras que aumenta el
daño producido por los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. Es importante
garantizar una ingesta de alimentos que contengan melatonina, para menguar los efectos
producidos por los radicales libres.
Una gran novedad del estudio del doctor Reiter es la que indica que las nueces son una gran
ayuda para luchar contra las enfermedades neurodegenerativas. Parkinson, Alzheimer, o incluso
cataratas, enfermedades asociadas al envejecimiento, ven reducido su efecto degenerativo
gracias al consumo de nueces.
Para realizar este estudio, una de las pruebas consistió en añadir melatonina a la dieta de
ratones recién nacidos, propensos a padecer cataratas. El resultado fue que la enfermedad no
llegó a desarrollarse.
Fuentes:
1. California Walnut Comisión (2005): “Un estudio revela que las nueces podrían ayudar
a prevenir el cáncer y enfermedades neurodegenerativas”. Estudio facilitado por
Infopress. California. USA.
2. Empresa Nacional MERCASA – Distribución y Consumo ( 2003/2004 2003/2004 )“Alimentación en España: Frutos Secos”. 6ª edición. Madrid. España.
3. Ruseel J. Reiter; L. C. Manchester; and Dun-xian Tan, M.D. (Septiembre, 2005):
“Melatonin in walnuts: Influence on levels of metionin and total antioxidant capacity
of blood”. (“Melatonina en las nueces: influencia en los niveles de melatonina y en la
capacidad total antioxidante de la sangre”). Revista “Nutrition: The Internacional
Journal of Applied and Basic Nutricional Sciences”. Texas. USA
4. http://www.nuecesdecalifornia.com/: “Salud y nutrición. Las nueces: una
composición única de nutrientes”.
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