Prefacio Dra. Margaret Chan Directora General Organización Mundial de la Salud (OMS) Este año, el Informe Mundial sobre el Paludismo documenta un progreso notable en la lucha mundial contra la malaria, e incluye una actualización de la carga por malaria para el periodo 2000 a 2012. El reporte muestra que el aumento del compromiso político y la ampliación de las inversiones en malaria a nivel mundial desde el 2000 han dado lugar a grandes avances contra esta enfermedad prevenible, salvando un estimado de 3.3 millones de vidas. Cada año entendemos mejor las tendencias de la malaria a nivel mundial y la carga de la enfermedad, medidos en relación a la situación en el 2000. De acuerdo a los últimos estimados las tasas de mortalidad por malaria se redujeron aproximadamente en 42% a nivel mundial y en 49% en la región africana entre 2000 y 2012. Durante el mismo periodo, las tasas de incidencia de malaria disminuyeron en 25% alrededor del mundo, y en 31% en la región de África. Estas reducciones tan sustanciales ocurrieron como resultado de un incremento en las intervenciones para el control del vector, realización de pruebas de diagnóstico y tratamiento con terapias combinadas con artemisinina o TCA. Sin embargo, este progreso no es motivo de satisfacción. Los números absolutos de casos y muertes por malaria no están disminuyendo tan rápido como deberían. La enfermedad todavía cobró un estimado de 627 000 vidas en 2012, principalmente de niños de menos de cinco años de edad en África. Esto significa que se pierden 1300 vidas jóvenes por malaria cada día – un fuerte recordatorio que todavía queda un largo camino por recorrer para el triunfo sobre este enemigo tan antiguo. El hecho que tanta gente se esté muriendo por las picaduras de mosquitos es una de las mayores tragedias del siglo 21. Si el compromiso político se desvanece, el gran progreso que se ha logrado podría perderse, en algunos lugares en una sola temporada de transmisión. En los últimos cuantos años, hemos comenzado a ver los primeros signos de una posible desaceleración. En 2011 y 2012, la distribución de mosquiteros insecticidas de larga duración en países endémicos se desaceleró y los programas de rociado residual intradomiciliario se estabilizaron. Durante este periodo, las tasas de mortalidad por malaria continuaron disminuyendo, pero a un ritmo más lento. En 2013, las distribuciones de mosquiteros volvieron a incrementarse, y los planes en curso para el próximo año son todavía más fuertes. No obstante, todavía se necesitarán mayores esfuerzos para proteger a todos los que están en riesgo. A medida que la comunidad internacional se mueve gradualmente hacia una agenda de desarrollo post-2015, no debemos perder de vista lo que esperan de nosotros las poblaciones más vulnerables del mundo. El concepto de cobertura universal en salud representa tanto un valor social como un acercamiento a la atención en salud que genera una mejor salud para poblaciones completas, reduce las inequidades sociales, y protege a las personas de pobreza inducida por los costos de la atención en xxii | world malaria report 2013 salud. Es un concepto clave que ya está en el centro del debate de la salud mundial, y también en el debate acerca de la próxima serie de objetivos del desarrollo. El progreso contra la malaria proporciona una buena evidencia de los beneficios tangibles de que la población tenga acceso a intervenciones que salvan vidas. El mundo también necesita mantenerse enfocado en atender el déficit mundial de financiamiento para la prevención y control de la malaria. El financiamiento disponible en la actualidad está muy por debajo de lo requerido para alcanzar el acceso universal a las intervenciones en malaria. Para alcanzar nuestro objetivo, necesitamos redoblar esfuerzos en la expansión de las herramientas para el control vectorial. También necesitamos asegurar que los grupos más vulnerables – niños menores de cinco años y mujeres embarazadas – tengan acceso a las terapias preventivas intermitentes recomendadas por la OMS, cuando sea apropiado. Si bien en años recientes el avance en cuanto al aumento en la realización de pruebas de diagnóstico y el tratamiento de calidad asegurada ha sido inmenso, estamos muy lejos de alcanzar el acceso universal. Además, la resistencia del parásito a la artemisinina – el componente central del medicamento antimalárico más efectivo en el mundo – y la resistencia del mosquito a los insecticidas siguen siendo motivo de gran preocupación. Si no se tratan con la urgencia del caso, podrían poner en riesgo el progreso tan grande que se ha realizado desde el 2000. Aunque la OMS ha emitido estrategias mundiales para hacer frente a estos desafíos, el avance en cuanto a su adopción por parte de los países ha sido lento, principalmente por falta de financiamiento. En abril de 2013, en el Día Mundial de la Malaria, la OMS lanzó una Respuesta de emergencia a la resistencia a la artemisinina en la subregión del Gran Mekong para guiar a los países en la ampliación e implementación de esfuerzos para eliminar los parásitos resistentes. El déficit de financiamiento para este esfuerzo también es considerable. El fortalecimiento de las infraestructuras de salud, registro de datos vitales y los sistemas de vigilancia también es crítico para un seguir avanzando. En base a los datos reportados, 59 países están en camino de alcanzar el objetivo de reducir la incidencia de malaria, y 52 países están en camino de reducir sus tasas de incidencia de casos de malaria en un 75%, en línea con los objetivos para el 2015 de la Asamblea Médica Mundial y de la Alianza para Hacer Retroceder la Malaria. Sin embargo, estos 52 países aportaron solo un 4%, u ocho millones, del total de casos estimados de malaria alrededor del mundo. En 41 países endémicos, incluyendo países con las cargas más altas por malaria, no se puede hacer una evaluación confiable respecto a las tendencias de la enfermedad. Se necesita un esfuerzo conjunto para mejorar los sistemas de vigilancia y eliminar esta brecha en el conocimiento sobre la situación de la malaria. La OMS está muy agradecida por el compromiso de los ministerios de salud de países endémicos y sus múltiples socios para el desarrollo. Estamos confiados que si continuamos determinados y actuamos con prontitud, podremos derrotar a este antiguo enemigo de una vez por todas.