CONTRIBUCIÓN DE LA TEORÍA SOCIOLÓGICA AL NUEVO

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CONTRIBUCIÓN DE LA TEORÍA SOCIOLÓGICA AL NUEVO
RETO DE LAS CIENCIAS: IMPACTO SOCIAL
Autoría: Ramon Flecha, Mar Joanpere,
[email protected]), Teresa Sordé
Marta
Soler
(autora
de
contacto
Resumen: En diciembre de 2015 Nature publicó un artículo titulado “Social impact:
Europe must found social sciences”. Lo que comenzó siendo para las ciencias sociales
la entrada en un túnel que parecía no tener salida, se ha comenzado a transformar en una
oportunidad de recuperar el sentido de su origen y alcanzar más relevancia que nunca en
el conjunto de las ciencias y la sociedad. Algunas teorías sociológicas están
contribuyendo a esta transformación e incluso coliderándola. El objetivo de esta
comunicación es analizar y someter a debate el papel que la teoría sociológica puede
jugar en el próximo futuro en este proceso y como de su participación saldrá reforzada
su calidad y su identidad.
Teorías como la de Habermas han demostrado que el nacimiento y la evolución de las
ciencias sociales están vinculados a las revoluciones democráticas. Cuando la
ciudadanía decidió autogobernarse surgió la necesidad de crear las ciencias sociales
para autoconocerse mejor y entender los procesos complejos que caracterizaban la
nueva sociedad emergente. Este proyecto, que ha sido analizado entre otros por Elster,
implicaba que la teoría social estuviera al servicio de la sociedad. La burocratización del
estado moderno, que estudió Weber, ha afectado también a las ciencias sociales
sufriendo parcialmente una pérdida de sentido. La ciudadanía ha reaccionado
cuestionando su valor y llegando a ser suprimidas del primer borrador del H2020.
Sin embargo, en el contexto de esa crisis, ha habido teorías sociológicas que han cocreado una salida que está llevando a que por primera vez el conjunto de las ciencias
identifiquen y confíen el valor de nuestra disciplina. Puesto que el impacto social
supone analizar los beneficios para la sociedad de cada conocimiento científico, la
sociología es la disciplina mejor situada para ser la especialista en impacto social.
Pero, para cumplir ese papel, tiene también que auto transformarse. Avanza con rapidez
sin precedentes el objetivo de poner todo conocimiento científico en abierto y
gratuitamente a disposición de toda la ciudadanía tan solo a diez días de haberse creado.
El mencionado artículo de Nature se publicó ocho días después de haberse escrito; en
las ciencias sociales se tarda entre uno y tres años. Las autoras y autores de algunas
ciencias están continuamente al corriente de lo que hacen sus colegas, construyen
colectivamente el conocimiento, las ciencias sociales estamos todavía lejos de esas
formas colectivas de trabajo. Pero cada vez hay más colegas que trabajan en esa
dirección.
Palabras clave: impacto social, agentes sociales, ciencias sociales
1
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos años y más concretamente desde el inicio de la crisis financiera
global la utilidad social de la investigación en ciencias sociales y humanidades (SSH) ha
sido fuertemente cuestionada dentro del Programa Marco de Investigación de la
Comisión Europea (CE). Hubo un amplio debate respecto de si las SSH debían
continuar siendo financiadas como un programa de investigación independiente dentro
del programa Horizon 2020 o si debían convertirse en una dimensión transversal dentro
de otros programas.1 En la preparación del Programa de Investigación Horizon 2020 la
Comisión Europea había decidido dejar de financiar las SSH como un programa en
solitario, lo cual hubiera significado la desaparición de nuestra disciplina dentro del
mayor programa de investigación mundial. Finalmente, gracias a la movilización
internacional de diferentes científicos junto al apoyo del Parlamento Europeo se impidió
que esto sucediera.
Este hecho pone de relieve una realidad que es ya conocida en el contexto nacional y
Europeo: el hecho de que la financiación de la investigación en SSH en Europa está
bajo amenaza. Al contrario de lo que muchos piensan, esta amenaza no viene por parte
de representantes políticos y burócratas, sino también por parte de sectores de la
ciudadanía que han dejado de confiar en que las investigaciones en SSH puedan
realmente contribuir a la mejora de la realidad social. Es por eso que es necesario
demostrar su utilidad social para responder a los retos sociales y así el beneficio que
ésta inversión pública supone para la ciudadanía. Como científicos sociales somos
responsables de realizar investigación que contribuya a la creación de nuevas teorías
sociales las cuales al mismo tiempo respondan a los retos sociales. Nuestra
responsabilidad científica es hacer frente a los problemas sociales pertinentes y, más
específicamente, a los que más sufren, como las personas que han perdido sus puestos
de trabajo, las víctimas de violencia de género, los niños que fracasan en las escuelas y
otros grupos en situación de vulnerabilidad social. Estos grupos especialmente son los
que necesitan investigación que tenga un impacto social real en sus vidas.
Es por ello que necesitamos saber distinguir aquellas SSH teóricamente bien
fundamentadas de aquellas que no lo son. Concretamente, ¿cuál es el papel que puede
desempeñar la teoría sociológica en el debate sobre la legitimidad de las Ciencias
Sociales y su capacidad para responder a los problemas sociales relevantes?
Como ya lo evidencian alguna de investigaciones pioneras en ciencias sociales, el giro
dialógico de las ciencias sociales ha contribuido a mejorar el rigor de la teoría
sociológica (Flecha, Gómez & Puigvert, 2003; Flecha, Soler & Sordé, 2015). A través
de la inclusión de los diversos públicos en la investigación sociológica respondemos al
1
Para
más
información
29_SSH_Article_What_Future.pdf
ver:
http://www.net4society.eu/_media/2013-10-
2
incremento de los procesos dialógicos que experimenta la sociedad contemporánea. En
este sentido, el creciente rol que juega el diálogo en el campo científico y la necesidad
de tener en cuenta la teorías duales en ciencias sociales como un enfoque teórico que
nos permita explicar (y recuperar) la relación entre los sistemas y los sujetos. Es por ello
que la incorporación de los retos sociales establecidos a partir de las demandas
ciudadanas en la agenda de investigación y la prioridad de dar respuesta a los problemas
sociales existentes y emergentes hacen que los sociólogos y sociólogas tengamos en la
actualidad la oportunidad de desempeñar una función clave y recuperar el prestigio de
nuestra disciplina e incluso contribuir a la mejora de otros ámbitos de conocimiento.
En este marco teórico es el que se encuadra el proyecto financiado por el Programa
Marco de Investigación Europea, FP6 INCLUD-ED (2006-2011) y actualmente, el FP7
IMPACT-EV (2014-2017). Ambos proyectos están mostrando cómo es posible
reconquistar la legitimidad de nuestra disciplina, y al mismo tiempo responder de forma
efectiva a los mayores retos que asumimos en la actualidad. Incorporando las
contribuciones de autores como Habermas (1984) sobre la “comprensión de las ciencias
sociales” o el análisis de Erik. O. Wright (2010) sobre las “utopías reales”, estas
investigaciones promueven un enfoque metodológico que pone en diálogo el sistema
experto con el conocimiento de los agentes sociales desde el diálogo intersubjetivo entre
ambos (Gómez, Racionero & Sordé, 2010). En este sentido, la metodología
comunicativa no sólo investiga a los sujetos concibiéndolos como objetos de estudios
sino que los incorpora a lo largo del proceso de investigación, desde el diseño de la
investigación, hasta el final de las mismas. Aún más allá y acabadas las investigaciones,
a través de esta metodología es posible potenciar el impacto social de las mismas,
haciendo que los agentes sociales se beneficien de la utilidad de sus resultados.
Siguiendo la orientación dialógica los investigadores tienen la oportunidad de
identificar errores en teorías sociales previas, contribuyendo al mismo tiempo a la
creación de nuevos conceptos teóricos que superen los ya existentes (Flecha & Soler,
2010). Resultado de ello es la generación de nuevos conocimientos necesarios para la
comprensión sociológica –en el sentido Weberiano– de las desigualdades sociales y
cómo contribuir a reducirlas.
Herramientas como el Repositorio de Impacto Social SIOR2, recogen no sólo el impacto
social de aquellas investigaciones en diferentes campos científicos que han conseguido
previamente al impacto social, sino que también ponen al alcance de los diferentes
públicos éste conocimiento, contribuyendo así a la creación de nuevas realidades
sociales y fomentando al mismo tiempo el diálogo entre científicos de diversas
disciplinas (Flecha, Soler & Sordé, 2015). SIOR es al mismo tiempo un ejemplo de
cómo la investigación en SSH con impacto social (por ejemplo, INCLUD-ED) puede
dar lugar a nuevas ‘creaciones sociales’, lo cual supone sin duda un salto cualitativo
para las SSH: la capacidad de describir y analizar desde la teoría sociológica y las
2
Para más información ver: http://www.ub.edu/sior/sior.php
3
ciencias sociales realidades sociales que, derivadas de resultados de investigaciones
científicas, ya están contribuyendo a la transformación social.
Crisis y pérdida de sentido: reacciones desde la sociología y la teoría sociológica
Diversos autores en ciencias sociales han analizado el papel que juegan las crisis en la
sociedad, y a su vez cómo los períodos de crisis afectan el rol que desempeñan las
ciencias sociales en la sociedad. Según Habermas (1984), Marx fue el primero en
desarrollar un concepto sociológico de crisis. Habermas (1975) vio el debilitamiento de
la legitimidad del sistema capitalista resultado de la desatención de los gobiernos a
intervenir con el fin de asegurar la prosperidad económica. En general, la validez de una
estructura de gobierno o un sistema es cuestionada cuando no demuestra cumplir en la
práctica el fin para el que fue creado. Si observamos la realidad actual, podemos
entrever cómo esto es lo que ha ocurrido con el sistema capitalista y con la mayoría de
los gobiernos de los países capitalistas. La pregunta que debemos hacernos desde la
sociología es qué sucede con nuestra disciplina cuando los sistemas de regulación –y
por ende de gobierno– pierden la legitimidad que tenían asignada.
Podemos contextualizar parte de la pérdida de sentido de la ciencia en el desarrollo de
los parámetros de la burocratización que hace Max Weber (1992). Según Weber, la
burocratización de las ciencias sociales conlleva una impersonalización de las relaciones
de trabajo y la perpetuación de una serie de rutinas estandarizadas. Este autor afirma
que la burocratización implica, en primer lugar una división sistemática del trabajo, lo
que conduce no sólo a la jerarquización, sino también a un estancamiento especializado
en un único campo determinado de trabajo. Estas características también describen las
crisis que las SSH experimentan en el siglo XXI, en un contexto en que la investigación
a menudo ha dado la espalda a la realidad social y en el cual se manifiesta la necesidad
de buscar alternativas orientadas a transformar ésta realidad. Weber sostiene que la
burocracia en las ciencias sociales significaba un medio para alcanzar una meta,
mientras que este proceso se ha invertido en la actualidad y el medio se ha convertido en
un mero objetivo.
También Beck (1992) hace referencia a la pérdida de seguridad de la ciencia y
consecuentemente, a la pérdida de repercusión y reconocimiento: “Los científicos
realmente están separados de la utilización de su trabajo; han perdido las posibilidades
de influencia de las que disponían en su ámbito. [...] A pesar de que la gente está
empezando a hablar un lenguaje común en muchas áreas, las distancias entre la teoría y
la práctica no disminuyen sino que aumentan” (1992, p.171). De acuerdo con Habermas
(1984), estos procesos de burocratización estudiados por Weber y posteriormente
revisados por Parsons y Luhmann (Eisler, Elster y Inglehart, 2003) se convirtieron en
una progresiva colonización del mundo de la vida.
Como se observa, la sociología como ciencia de la sociedad no permanece ajena a los
cambios que acontecen dentro de los sistemas sociales, sino que al contrario, también
4
los experimenta y como es de esperar, reacciona delante de ellos. A lo largo de la
historia, la sociología y la teoría sociológica han sido profundamente influenciada por
las crisis socioeconómicas. Los episodios de crisis pueden implicar resistencias al
cambio, períodos de estancamiento o bien transiciones hacia enfoques más innovadores
que desafían los problemas sociales existentes. En su análisis del impacto del contexto
socioeconómico en la academia de las SSH en Estados Unidos, R. E. Lee (2003)
observó cómo en el contexto de 1968, las crisis podían ser explicadas por tres ejes: una
reducción de los recursos que coincide con el aumento de la demanda (nivel
económico); un aumento de las expectativas basadas en la retórica del éxito que choca
con una realidad en donde hay limitadas posibilidades de éxito (nivel político); y, el
dualismo entre pretensiones de objetividad y una neutralidad de los valores en las
instituciones universitarias, desafiado por el escepticismo y la complejidad (nivel
intelectual). Si nos atenemos a observar la realidad actual se puede observar la presencia
de algunos de estos ejes tanto en la crisis reciente global como en la crisis que ha puesto
de manifiesto el cuestionamiento de la utilidad social de la investigación en ciencias
sociales.
Siguiendo la línea de Lee, otro sociólogo que ha estudiado específicamente la crisis en
relación a la academia ha sido Piotr Sztompka (1991). Sztompka identifica tres dilemas
que pueden desembocar en ciertas crisis en las ciencias sociales y en la que los
científicos sociales han de adoptar una postura: el dilema del conocimiento-acción; el
enfoque en el individuo o el dilema colectivo; y el papel de los valores en las ciencias
sociales (el dilema neutralismo-axioliogismo). En opinión de Sztompka, cuando estos
dilemas no se resuelven los sociólogos y sociólogas se encuentran sin un paradigma de
referencia y universalmente aceptado, lo cual les lleva a la sensación de crisis. Similar a
las contribuciones de Merton (1957) sobre la anomia y la ausencia de normas,
Sztompka teorizó cuatro posibles patrones de respuestas delante de esta sensación de
crisis, los cuales él llamó: el patrón ritualístico (“ritualistic pattern”), en el cual los y las
sociólogas acatan las rutinas o procedimientos científicos establecidos sin tener en
cuenta la validez o utilidad de los resultados finales. El segundo, el “patrón de retirada”
o “patrón refugio” (retreatist pattern), se caracteriza por la actitud de esperar y ver
(Sztompka, 2000), en él, el eclecticismo teórico y metodológico se considera una virtud.
El tercer patrón, el patrón rebelde (“rebellious pattern”) sugiere nuevos objetivos y
procesos aunque en él aparecen nuevas preguntas acerca de si el conocimiento
sociológico se acerca o se aleja del conocimiento científico. Por último, el patrón que
Sztompka considera más adecuado para responder a la crisis de la sociología, el patrón
innovador (“innovative pattern”). De acuerdo a este patrón, los objetivos tradicionales
de la ciencia son aceptados pero los enfoques que se utilizan para dichos objetivos son
rechazados. Así, es solo a través de la innovación que se puede aprovechar el potencial
creativo de la crisis. Con todo, este autor propone una ‘crítica dialéctica de las
asunciones’, como el método más eficaz para superar los dilemas tradicionales.
Pero los y las sociólogas no solamente han hecho análisis de cómo ocurren las crisis en
la sociedad y en las ciencias sociales, sino que muchos de ellos han buscado
5
planteamientos teóricos y metodológicos que permitan responder de forma efectiva a
éstas críticas, desde las propias formas de investigación sociológica, una investigación
orientada al cambio social y con ello, al impacto social. En este sentido, el sociólogo y
profesor de la Universidad de California-Berkeley inicialmente conocido por sus
trabajos etnográficos Michael Burawoy (2005) es uno de los principales defensores de
la corriente sociológica conocida como “sociología pública”. El trabajo de Burawoy
fomenta un cambio en la forma de hacer sociología, centrándose en aquellos temas que
abordan y responden a las preocupaciones e intereses de los diversos públicos. Por
“públicos”, este autor se refiere a los movimientos sociales, las instituciones
gubernamentales y no gubernamentales, así como también otros actores sociales, es
decir, todos aquellos agentes que bajo el enfoque de la sociología pública se involucran
en una relación dialógica con los y las sociólogas. De esta manera, el tipo de sociología
que Burawoy propone es aquella que promueve el establecimiento de relaciones
dialógicas entre los sociólogos –como expertos– y los públicos diversos, consensuando
los temas de debate y generando discusión, configurando entre ambos la agenda
científica del momento. La sociología pública es entonces una sociología basada en el
conocimiento reflexivo y que está orientada a un público extra-académico. Tal y como
sostiene el autor, en iniciar esta discusión es probable que surjan puntos de divergencia
entre los agentes –expertos y públicos- pero lo que es importante es querer establecer
esta conversación, para así dar lugar a la acción comunicativa (Habermas, 1984 en
Burawoy, 2005): “(...) el punto de vista de la sociología es la sociedad civil y la defensa
de lo social. En los tiempos de la tiranía del mercado y del despotismo del Estado, la
sociología —y en particular su faceta pública— defienden el interés de la humanidad”
(Ibíd.: 220). En definitiva, la sociología pública supone una de las múltiples salidas a la
crisis de la sociología y puede contribuir a recuperar el sentido tanto de las ciencias
sociales como de nuestra propia disciplina (Flecha & Soler, 2014).
Diversos sociólogos y sociólogas están trabajando desde enfoques transformadores
siguiendo la orientación de la sociología pública en el momento de llevar a cabo sus
investigaciones. Estos planteamientos pretenden no solamente entender el mundo, sino
también contribuir con soluciones desde la práctica a los problemas que enfrenta la
sociedad. En esta línea, Marshall Ganz (2009, 2010) con su enfoque de las narrativas
públicas en el liderazgo, y los procesos de organización en los movimientos sociales,
subraya la capacidad que los agentes sociales pueden tener cuando se organizan para
conquistar el cambio social. Ganz muestra al mismo tiempo que tradicionalmente se ha
dejado de lado en el estudio de los movimientos sociales, el análisis de la importancia
del liderazgo, y de la agencia humana, centrando el análisis en los procesos y los
recursos de los mismos. Con todo, a través del análisis del rol del liderazgo en los
movimientos sociales, y de las habilidades de motivación, relacionales, estratégicas y de
acción de sus miembros, Ganz (2009) explica cómo los movimientos sociales pueden
alcanzar sus propósitos. De nuevo, este enfoque recupera los espacios de agencia
humana y supone una alternativa a la crisis en la sociología, permitiendo observar las
contribuciones de los movimientos sociales y de los propios agentes al cambio social.
6
Los trabajos de E. O. Wright (2010) sobre sus proyectos de “utopías reales” también
reflejan una alternativa desde las ciencias sociales a la crisis de ésta. Este proyecto de
Wright parte de la necesidad de combinar los debates normativos respecto los principios
básicos y la razón de ser de las diferentes perspectivas emancipadoras con el análisis de
los problemas pragmáticos que sufren las instituciones. Partiendo de este enfoque y
situándose en la perspectiva marxista-crítica, en su investigación “Deepening
democracy”, Wright y Fung (2001) superan la suposición de que la erosión de la
vitalidad democrática es un resultado inevitable de la complejidad y del tamaño de las
instituciones, o un problema intrínseco de la democracia representativa, y analizan
experiencias reales donde se hayan dado cambios en el diseño institucional, y cómo
éstos han hecho posible la transformación social y la mejor. A través de proveer
ejemplos de experiencias prácticas de los que ellos nombran “empowered deliberative
democracy” (EDD, democràcia deliberativa enfortida), estos autores sostienen que
éstas son experiencias con un gran potencial para ser radicalmente democráticas ya que
su correcto funcionamiento depende de la participación y de las capacidades de la gente
común; son experiencias “deliberativas” porque fomentan que las decisiones tomadas
sean basadas en razones y argumentos; y son ejemplos de democracia “empowered”
(fortalecida”, en tanto que conectan la acción a la discusión. Estos casos de EDD, son
ejemplos de cómo desde la investigación en ciencias sociales se puede contribuir a
identificar experiencias transformadoras con una orientación práctica, en las que se
genera y promueve la participación desde la base, y en donde el conocimiento científico
toma gran relevancia. Con todo, como sostiene Wright (2010), estos ejemplos de
transformación que existen en la práctica, son utopías reales en tanto en cuanto son
experiencias pragmáticas guiadas por ideales de emancipación humana.
En consecuencia, con la participación de los públicos en la investigación, desde la
sociología se hace frente también a la crisis y al cuestionamiento que sufren las ciencias
sociales, creando nuevo conocimiento y de mayor utilidad para los retos planteados en
la actualidad.
La teoría social como herramienta para crear nuevas realidades sociales
Para la superación del cuestionamiento de las Ciencias Sociales y la mejora de su
reconocimiento necesitan un salto cualitativo para recuperar las motivaciones
principales con las que se originaron y poder dar respuestas útiles a las principales
demandas sociales. Es por eso que la Dirección General de Investigación de la
Comisión Europea (EC), a través del proyecto IMPACT-EV. Evaluating the impact and
outcomes of European SSH Research, pretende definir las directrices para identificar y
medir el impacto científico, político y especialmente social de la investigación
financiada por la EC en el campo de las Ciencias Sociales y Humanidades, a fin de
desarrollar un sistema permanente para seleccionar, seguir y evaluar los resultados. Una
de las primeras aportaciones del Proyecto IMPACT-EV ha sido precisamente la
definición y aclaración en relación a los tres tipos de impacto que pueden devenir de la
investigación: Impacto Científico se define como la producción y publicación científica
7
(artículos, capítulos de libro, etc.) de los resultados de la investigación, teniendo en
cuenta el factor de impacto de los mismos (y sus derivados i.e. AL-METRICS, H
índice), la presentación de estos en congresos o de otros foros académicos y las
oportunidades que los resultados de la investigación ofrecen para la realización de
investigaciones posteriores. Existe una distinción entre el impacto académico que se
entiende como la contribución intelectual que un investigador hace en la academia y el
impacto socioeconómico, que es el que va más allá de la academia (Penfield y col.,
2014).
Impacto Político se produce cuando los resultados de la investigación tienen una
repercusión en la esfera política gracias a la transferencia de los mismos. Este impacto
implica que las y los responsables políticos, así como otros agentes sociales
(movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, instituciones y
asociaciones, etc.) elaboran nuevas políticas o reformas y / o acciones basadas en los
resultados obtenidos a través de la investigación científica, las cuales contribuyen a la
transformación de cada realidad social sobre la que se interviene.
Y finalmente el Impacto Social conceptualización del cual sigue siendo un reto de plena
actualidad en todo el mundo. La literatura destaca una variedad de procesos que podrían
definirse como mejoras o impacto social. Por ejemplo, en el Marco de la Australia’s
Research Quality Framework (RQF), las definiciones de impacto de la investigación
generadas a partir de la comunidad científica fueron 'incremento del capital social, la
economía y el patrimonio natural y cultural de la nación "(Donovan, 2008). Otros
enfoques para la conceptualización de impacto social son similares a los enfoques sobre
la conceptualización de impacto económico. Por ejemplo, la iniciativa de Estados
Unidos STARMETRICS por Weinberg et al. (2014) identificaron el volumen de
creación de puestos de trabajos a partir de la investigación. Flecha (2014) hace la
distinción entre impacto científico, difusión, impacto político y el impacto social y
sostiene que el impacto social puede entenderse como la culminación de estas tres
etapas de la investigación. Por lo tanto, el impacto social de la investigación se produce
cuando los resultados publicados y difundidos, que han sido transferidos a una política o
una iniciativa social, producen mejoras en relación con los objetivos declarados de la
sociedad.
El impacto social en ciencias sociales significa un paso más en la creación de sentido de
la propia disciplina, contribuyendo en dar el salto cualitativo más importante de lo que
se ha hecho hasta ahora, no sólo por contribuir claramente en la mejora de la sociedad,
sino también para superar el creciente cuestionamiento que se hace sobre su validez,
incluso sobre la necesidad de su existencia. En determinadas ciencias es evidente que el
valor de un artículo no está en su proyecto, sino más bien en el descubrimiento que en el
se expone. Es por eso que las Ciencias Sociales requieren del concepto de Creación
Social (Aiello y Joanpere, 2014) para exponer claramente cuáles han sido sus
contribuciones para mejorar la sociedad. Por ejemplo, un mismo autor que ha sido capaz
de hacer un artículo sobre el modelo cooperativo Mondragón y otro sobre las Tertulias
8
Literarias Dialógicas. Hoy en día, ambos tienen el mismo mérito si las dos
publicaciones son del mismo cuartil de JCR y tienen el mismo impacto. Sin embargo, la
contribución no es la misma si el primer artículo explica una realidad social en la que el
autor no ha contribuido a crear o desarrollar y contrariamente, en el segundo caso
explica una realidad social que él ha creado. Incluso las formas actuales de evaluación
en los dos casos son diversas. El concepto de Creación Social se trata de un paso
adelante en las diferentes formas de investigar así como el grado de relación que se
establece entre los científicos y la realidad social. El objetivo de esta nueva concepción
de la Creación Social es llegar a las nuevas realidades sociales para mejorar las
sociedades de una forma inexistente hasta ese momento.
La capacidad de generar nuevas realidades sociales desde la teoría social conlleva la
idea de que el conocimiento científico esté al alcance de todos como derecho, como
forma democrática y dialógica de funcionar y como una manera de contribuir a la
mejora de la vida de las personas y de la sociedad en general. Esta nueva forma de
funcionar es ya una realidad, que está cambiando no sólo la forma de presentar la
investigación sino que está suponiendo un cambio cultural y social que está
cuestionando las formas tradicionales de comunicar y avanzar en investigación.
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