De endeudados por el consumo a consumidos por la deuda Jose Manuel Rodríguez Victoriano y Marina Requena Mora. Universidad de Valencia. La presente comunicación analiza la transición del consumo como deuda de los sujetos a la deuda como consumo de los sujetos y sus efectos en las formas de regulación de los vínculos sociales y políticos. Se despliega en tres actos. En el primero se detalla sucintamente como todo lo sólido se convierte en mercancía en la transición del capitalismo de producción al capitalismo de consumo. La perspectiva teórica de Jesús Ibáñez, los análisis de Foucault, Deleuze y Guattrari, en los inicios de la actual globalización neoliberal; así como, el análisis del capitalismo histórico de Wallerstein nos servirán de punto de partida. En el segundo acto describiremos como la deuda deviene el único elemento que se mantiene sólido en la modernidad líquida. Como la fábrica sujetos y naciones endeudadas que produce (Lazzarato) acaba consumiendo a los propios sujetos y naciones. Los análisis de Graber, Harvey y Stavrakakis, entre otros, nos ilustrarán en este segundo apartado. Por último, en el tercer acto, describiremos como los endeudados del mundo unidos, resisten, local o globalmente. Las perspectivas de Sousa Santos y Douzinas, asi como, la reflexión de los nuevos espacios políticos articulados en torno a la noción de ‘bien comun’ cerrarán la presente comunicación. Palabras clave: Capitalismo de consumo, deuda, resistencias, bien común. Primer acto. La fase ontológica de la deuda: al principio era la culpa. “En parte, cuando definimos una obra como <<literaria>>, nos referimos a que lo que se dice debe interpretarse en función de cómo se dice” T. Eaglenton Para el filósofo Giorgio Agamben el hombre es un ser en deuda. Eso significa deber: estar en deuda. La economía neoliberal está basada en la idea de la fe y del deber, del crédito y del débito. Cuando se produce la secularización en la modernidad, se olvida que las categorías venían dadas y se ha continuado utilizando los conceptos teológicos sin saberlo. La ideas de progreso ocupa un lugar central, aunque la sociedad ya no crea en el progreso, la economía sigue funcionando bajo el principio del crecimiento continuo de la producción. En esta dirección, Mauricio Lazzarato sostiene que la relación entre acreedor y deudor refuerza los mecanismos de dominación y explotación de manera transversal porque no distingue entre trabajadores y desempleados, consumidores y productores, activos e inactivos…Todos son deudores culpables y acreedores frente al Capital que aparece como el acreedor universal. Por su parte, el filósofo coreano Byung Chul-Hung (2010) va más allá y sostiene que tras la fase foucaultiana de la sociedad disciplinar y la posterior deleuziana de la sociedad de control hemos entrado en la sociedad del rendimiento. En ella, como señala Chul-hung con el fin de aumentar la productividad se sustituye el paradigma disciplinario por el de rendimiento, por el esquema positivo del poder ya que la positividad del poder es mucho más eficiente que la negatividad del deber: “El sujeto de rendimiento –escribe Chul-hung- es más rápido y más productivo que el de obediencia·. Sin embargo, el poder no anula el deber. El sujeto de rendimiento sigue disciplinado. Ya ha pasado por la fase disciplinaria. El poder eleva el nivel de productividad obtenida por la técnica disciplinaria, esto es, por el imperativo del deber. En relación con el incremento de productividad no se da ninguna ruptura entre el deber y el poder, sino una continuidad”. La sociedad del rendimiento deviene la sociedad de la autoexplotación efectiva: “El sujeto de rendimiento está libre de un dominio externo que lo obligue a trabajar o incluso lo explote. Es dueño y soberano de sí mismo. De esta manera, no está sometido a nadie, mejor dicho, solo a sí mismo. En este sentido, se diferencia del sujeto de obediencia. La supresión de un dominio externo no conduce hacia la libertad; más bien hace que libertad y coacción coincidan. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento. El exceso de trabajo y rendimiento se agudiza y se convierte en auto explotación. Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad. El explotador es al mismo tiempo el explotado. Víctima y verdugo ya no pueden diferenciarse. Esta autorreferencialidad genera una libertad paradójica, que, a causa de las estructuras de obligación inmanentes a ella se convierten en violencia . Las enfermedades psíquicas de la sociedad e rendimiento constituyen precisamentelas manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica”. La dimensión epistemológica: la explotación como fenómenos social total en el capitalismo de consumo En el ‘Más allá de la sociología’ Jesús Ibáñez (1979) distingue tres etapas en el proceso de expansión capitalista, es decir de dominación del mundo por el capital e indica la operación fundamental que se realiza en ella: a) La primera etapa, el proto-capitalismo colonialista, el capital captura materia-energía: tierras y hombres. La tarea fundamental del sistema es incorporar energía exterior. Las distintas potencias se enfrentan por la incorporación de espacios exteriores no ocupados, por la incorporación de nuevas tierras y nuevos hombres. La operación fundamental es la deducción. La mecánica es el modelo de todas las ciencias, todo se explica por relaciones de fuerza, por la composición aditiva de fuerzas externas. b) La segunda etapa, el capitalismo de producción y acumulación corresponde a la revolución industrial ( el crecimiento del sistema capitalista se produce por 'digestión' de las cosas y las personas incorporadas, por producción de energía interior a cargo de sus partes -eficiencia productiva de los recursos naturales y de la fuerza de trabajo-). La tarea fundamental es explotar las energías internas más que incorporar las energías externas. El capital transforma la materiaenergía incorporada y la informa para que pueda acumularse en el capital, haciéndola liquidable o solvente. La operación fundamental es la producción. La termodinámica es el modelo general de todas las ciencias. La termodinámica es la mecánica de un sistema cerrado en el que la suma total de energías es la misma en el momento inicial que en el momento terminal -Principio de conservación-; y en el que la temporalidad se resuelve en la mayor probabilidad de un estado del sistema, al que llamamos posterior, en un devenir hacia la descomposición o la muerte Principio, de entropía-. El sistema inicia su decadencia alimentándose de sus partes internas. c) Por último, en la tercera etapa se sitúa el capitalismo de consumo se caracteriza por la retención y circulación de la materia-energía transformada e informada. Este tercer momento se corresponde con la segunda revolución industrial. El sistema capitalista ya no trata tanto de producir energía, de transformar su energía interna, como de regular la circulación de su energía en su interior. La tarea fundamental es la traducción, el control consciente del funcionamiento del sistema capitalista, un control que se realiza mediante la medida y la cantidad, la clasificación del depósito y organización de la memoria. La teoría de la información y la teoría de sistemas son el modelo general de las ciencias. En la evolución del proceso capitalista implica el intercambio que funda lo social deviene explotación, la explotación se convierte en el fenómeno social total. Veamos detenidamente su análisis. Señala Ibáñez que el primer comentario sonado sobre el intercambio como fenómeno social total fue el de Marcel Mauss -comentario de la disertación del sabio maorí Tamati Ranapiri, de la tribu Nagati-Raukawa, recogida por el antropólogo Elsdon Best en 1909- en su 'ensayo sobre el don", Mauss ve en el don el 'fenómeno social total', ya que él se integran los componentes económico, político y religioso, lo espiritual y lo material, las personas y las cosas. .Posteriormente, Lévi-Strauss hace la crítica de Mauss, no es el ‘don’ sino el intercambio es el 'fenómeno social total' pero Lévi-Strauss encara el intercambio desde una perspectiva formal estática y sincrónica. Por último, Marshall Shalins encontrará el contenido perdido del intercambio y, mediante una relectura del texto de Ranapiri, su dinamismo y diacronía. En el texto de Ranapiri hay un detalle extraño y perturbador: ¿porqué tiene que intervenir un tercero?. El tercer personaje es un intermediario que obtiene un beneficio o un plusvalor negociando con un producto que no produjo y por el que no pago nada. Lo que Ranapiri quiere decirnos con su cuento del Hau es que todo beneficio, todo plusvalor, ha de retornar a su fuente, por lo menos en la medida necesaria para que continúe siendo fuente. A partir de este punto de partida, Ibáñez distingue tres tipos de explotación. A. Explotación del medio o contexto o ecosistema por el organismo o texto o sistema: Explotación de la naturaleza por el hombre. Transforma los medios en un sentido que les impide seguir funcionando como medios: destruye las reservas de energía, destruye la naturaleza. Este tipo de explotación produce un exceso de ligadura de la energía por la energía (en el sentido que no puede transformarse: cuando no existe diferencia de potencial) que conduce a una entropización del medio y a una reducción de la variedad; y/o un exceso de ligadura de la información por la energía ( la in formación no puede moverse cuando no hay energía suficiente) que conduce a un agotamiento de reservas energéticas. Nuestro medio se designa en general como Naturaleza, entendiendo por tal lo que precede y excede a la propia actividad: lo natural o dado, frente a lo cultural o producido . Naturaleza son los niveles anteriores e inferiores en que los seres nacen y de los que los seres se alimentan. Es la cadena trófica. El orden social extrae del orden natural reservas y recursos. Las reservas son depósitos de entropía negativa y el siervo que las guarda es un demonio de Maxwell. Las reservas, como islas de entropía negativa, son estados improbables y por tanto inestables se mantienen gracias a la disipación de energía, la disipación de energía del sol mantiene el orden en el sistema social, la disipación de la energía de los trabajadores mantiene el orden en el sistema social. Una reserva cuando es enlazada a un bucle recursivo, regenerativo y generativo, constituye un recurso. Los ecosistemas vivos no sólo se reproducen, sino que también producen. Del flujo de energía que penetra en la cadena trófica, una parte se disipa y otra parte es almacenada en la biomasa. Los ecosistemas vivos son productores desde el punto de vista de la energía, pues hay acreción de la biomasa, y desde el punto de vista de la información pues hay aprendizaje y evolución. Las sociedades prehistóricas o frías están integradas en la naturaleza, la puntuación cultural no contradice a la puntuación natural. El orden cultural se responsabiliza de mantener abiertos los procesos recursivos de regeneración y generación de reservas. Las sociedades históricas o calientes se oponen a la naturaleza y destruyen o despliegan esos ciclos recursivos de regeneración y generación de reservas. La puntuación cultural es contradictoria de la puntuación natural. Se mantienen de la explotación de la naturaleza. La sociedad capitalista lleva esta explotación al paroxismo: la destrucción de la naturaleza implica la destrucción de la especie humana. El ecologismo se enfrenta con esta situación problemática de dos modos con proyectos tópicos que intentan volver a estados que han existido (ecología naturista, 'salvemos las ballenas'; ecología de consumo 'light', consumo de productos marcados con la etiqueta verde, eco keynesianismo, parcheo tecnocrático medioambiental o concepción del desarrollo sostenible como un nuevo mega programa susceptible de ser movido por los mismos criterios que impulsarán la era de desarrollo capitalista a secas. En definitiva, como proponía el informe del Club de Roma de 1991, La primera revolución mundial, una especie de nuevo gobierno mundial del medio ambiente controlado por expertos y ejecutado por técnicos de gestión ambiental, en este modelo inevitablemente los costes ecológicos y los residuos se exportan a las zonas más deprimidas; y con proyectos utópicos intentando inventar estados que nunca han existido, con un diagnostico de los problemas actuales no tanto como el resultado de insuficiencias o imperfecciones de un progreso auténtico cuanto como una manifestación básicamente errada del mismo: ecología política o eco-socialismo que no buscan regresar a la naturaleza sino regresar 'en' la naturaleza, prolongando su evolución. B. Explotación transitiva de unas por otras partes del organismo o texto o sistema. Explotación del hombre por el hombre. Transforma los fines en medios. Este tipo produce un exceso de ligadura de la energía por la información (en el sentido que no puede moverse lo permitido es menos de lo posible) que conduce a una perdida de autonomía y, por tanto, de creatividad de los sujetos. Se produce este tipo de explotación cuando una parte del sistema. por ejemplo: los proletarios, las mujeres, los niños, los que viven en zonas rurales o en países llamados del tercer mundo, son tratados por otra parte, por ejemplo: los propietarios, los hombres, los adultos, como medio, contexto o ecosistema, en definitiva como naturaleza, medio para sus fines. La explotación del hombre por el hombre es una extensión de la explotación de la naturaleza por el hombre. Podemos considerar dos modos de explotación del hombre por el hombre: a) cuantitativa o energética. su modelo es la dominación sobre la naturaleza física, sobre las turbulencias y las combustiones. La explotación cuantitativa es la explotación del cuerpo de los trabajadores como motor vectorial -esta atrapado en bucles iterativos-, y transformacional, se consume produciendo. La fuente del plusvalor de la fuerza de trabajo es la combustión del cuerpo del trabajador: su energía en parte se disipa y en parte se acumula como capital. Para explicar la explotación del hombre por el hombre hay que pasar de una concepción ricardiana del valor, en el que las relaciones son simétricas y las operaciones reversibles, a una concepción marxiana del valor donde las relaciones son antisimétricas y las operaciones irreversibles. Marx descubre entre las mercancías que se intercambian, una mercancía, la fuerza de trabajo que ocupa una posición distinta en el proceso circular de la circulación y en el proceso lineal de la producción / consumo. La fuerza de trabajo produce más valor del que necesita para su (re) producción, produce un plusvalor. Ese plusvalor, cuya fuente es el consumo del cuerpo del trabajador en la lenta combustión del trabajo, va a parar como beneficio a manos del capitalista: una parte se disipa como gasto suntuario, y otra parte, la parte invertida, se acumula como capital. La reversibilidad y equivalencia en la circulación se sostienen en la irreversibilidad y desequivalencia del proceso de producción; lo que Marx llamó molino triturador que produce la explotación y reproduce las condiciones de la explotación del trabajador: "No es la casualidad -escribe Marx en el Capital- la que pone frente a frente, en el mercado de la mercancía, como comprador y vendedor al capitalista y al obrero. Es el molino triturador del mismo proceso capitalista de producción que lanza constantemente a los unos al mercado de mercancías, como vendedores de su fuerza de trabajo, convirtiendo su propio producto en medios de compra para los otros. En realidad, el obrero pertenece al capital antes de venderse al capitalista". La explotación cuantitativa es una explotación relativa. Es explotación porque el beneficio 'Hau' no retorna a su fuente en su integridad. Pero es relativa porque retorna parcialmente, de hecho los trabajadores -fundamentalmente los occidentales- se aprovechan en parte del crecimiento y del desarrollo de la productividad. Es una cuestión de más o menos, según la correlación de fuerzas, es incluso pensable, en condiciones locales y transitorias, una cierta equivalencia zanahoria socialdemócrata-, sin embargo esa mejora en las condiciones locales siempre tiene un coste en las otras partes del sistema: intensificación de la explotación de otros trabajadores y/o intensificación de la explotación de los recursos naturales b) cualitativa o informacional. Su modelo es la dominación sobre la naturaleza biológica. La dominación de los flujos de información ha hecho posible el motor informacional. El cultivo de los vegetales es el modelo general de la cultura: la cultura funciona como una red de dispositivos correctores de nuestros gestos y enunciados para que sean correctos y ajustados a la regla y al derecho. La doma y la domesticación de los animales son los modelos de la educación cultural de los seres humanos. La doma enseña a moverse en un espacio liso, sin caminos ni paredes, sin dictados ni interdicciones, para poder proyectarse en todas las direcciones o hacer proyectos. Es el modelo de educación de las clases dominantes. La domesticación enseña a moverse en un espacio estriado hecho de dictados e interdicciones, obliga a moverse en los sentidos preestablecidos, es el modelo de educación de los miembros de las clases dominadas. El niño desde que intenta hablar por primera vez, su palabra es moldeada y modulada, mediante enunciados y gestos prescriptivos, palabras de aprobación o reprobación. Así aprende la buena lengua o lengua oficial: los destinados a mandar aprenderán, mediante un proceso de doma, a dictarla, los destinados a ser mandados aprenderán mediante un proceso de domesticación, a seguir los dictados a obedecer esos enunciados. El niño no es enseñado a hablar sino a ser hablado, aunque de la experiencia puede aprender. El poder se reserva el azar; por eso se mueve en un espacio liso, y atribuye la norma por eso obliga a los súbditos a moverse en un espacio estriado. La explotación cuantitativa es una explotación del producto, la explotación cualitativa es una extorsión de la productividad. El sujeto, que es un bucle que se reproduce y produce, que se regenera y genera, pierde su poder productivo al transformarse en pieza de mecanismo. El término 'rol' expresa a la perfección esa situación, mediante la asignación de roles las personas son transformadas en recursos e identificadas -rotuladas- como sujetos parciales sin otros haberes que los hábitos que los enlazan. Los conceptos de Von Foster de maquina trivial y maquina no trivial nos resultan, a este respecto muy instructivos. Entendiendo por maquina a una entidad abstracta (más que aun montaje de engranajes, botones y palancas), con propiedades funcionales bien definidas, la máquina trivial se caracterizaría por su carácter determinista, por una relación invariable entre su estimulo (causa, entrada) y su salida (respuesta, efecto); por el contrario la máquina no-trivial se caracterizaría porque la relación entre sus entradas y salidas no son invariables, son prácticamente impredictibles: una salida observada una vez para una entrada dada no será probablemente la misma para la misma entrada ulteriormente. La trivialización de la naturaleza es en muchos dominios útil y constructiva -si yo cultivo hoy voy a tener pan mañana-; sin embargo la trivialización aplicada a los seres humanos es inútil y destructiva significan su explotación cuantitativa c. Explotación reflexiva del organismo o texto o sistema por si mismo. Autoexplotación. Trata a un fin de modo que le impide seguir siendo fin. Este tipo de explotación produce un exceso de ligadura de la información por la información (en el sentido que no puede transformarse cuando el sistema se cierra a la información -restricciones, por ejemplo a la libertad de expresión-) que conduce a un cierre del sistema sobre sus limites. Se produce este tipo de explotación cuando el sistema tiende a cerrarse a la búsqueda de nuevos fines y a la transformación de sus estructuras. La teoría psicoanalítica a nivel individual-micro y la teoría marxista a nivel social-macro dan cuenta de este tipo de explotación. El sistema social es un sistema abierto a la búsqueda de nuevos fines y a la transformación de sus estructuras, los individuos humanos son los operadores de esa abertura. La abertura del sistema se refleja en los individuos como poder de hacer preguntas que nadie puede responder: el cerramiento del sistema se refleja en los individuos como sometimiento a respuestas que obturan el poder de preguntar. Un sistema forma sistema, cuando esta limitado por una frontera, desde el psicoanálisis: frontera cerrada o figura madre, o frontera abierta o función padre. Cuando la madre no arroja de sí al hijo (psicosis) o cuando el padre es irresponsable (neurosis), el sujeto se transforma de sujeto potencial en sujeto actual, deja de producir y meramente se reproduce. El padre es responsable del hijo, responsable de responderle que no hay respuesta: el padre irresponsable se erige en respuesta o dicta la respuesta, obturando las preguntas del hijo. Hay autoexplotación del sujeto siempre que se identifica con un ideal positivo. La autoexplotación del sistema tiene que ver con la segunda contradicción del capitalismo: 'La contradicción expresada en términos muy generales consiste en que, de una parte, el régimen capitalista de producción tiende al desarrollo absoluto de las fuerzas productivas , prescindiendo del valor y la plusvalía implícita en él, y también de las condiciones sociales dentro de las que se desenvuelve la producción capitalista, mientras que, por otra parte, tiene como objetivo la conservación del valor capital existente y su valoración hasta el máximo'. Estos dos fines, el desarrollo de las fuerzas productivas y la valorización del capital son incompatibles: a medida que se desarrollan las fuerzas productivas, aumenta en la composición del capital la parte constante y disminuye la cuota de ganancia. Cuando el capital termine la explotación de la naturaleza, agotando reservas y recursos, y la explotación de los hombres transformándolos en reservas y recursos ya sólo le queda explotarse a sí mismo. Situación paradójica: si se para se destruye y si no se para se destruye. La producción ya no es un medio para satisfacer necesidades humanas sino un fin en sí misma: por un lado producir por producir, por otro lado, lo que el sistema produce, en esta fase del capitalismo de consumo, son necesidades, produce sólo las condiciones de su reproducción. En el horizonte, más o menos inmediato, la extinción del sistema o la emergencia de un metasistema. Revolución del sistema, emergencia de un metasistema, o muerte del sistema.