Bienestar animal en ganado lechero. El

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Bienestar animal en ganado lechero. El consumidor actual
solicita reglas mínimas internacionales sobre el bienestar
animal
AUTOR: Dr. Gonzalo Carmona Solano, Gerente del Programa de Transferencia Tecnológica
Cooperativa de Productores de Leche Dos Pinos R.L, Costa Rica
La definición de bienestar animal puede interpretarse de varias maneras (1) según las
emociones que experimentan los animales, (2) la facilidad con que los animales se
adaptan al ambiente que se les proporciona y (3) las posibilidades que tienen los
animales de mostrar una conducta normal.
Estas tres definiciones son complementarias y en cierta manera han sido resumidas por
el Farm Animal Welfare Council (FAWC), órgano asesor del gobierno británico en
asuntos relacionados con el bienestar de los animales de lecherías.
El FAWC establece que el bienestar de un animal se garantiza con el cumplimiento de
los siguientes requisitos: nutrición y sanidad adecuada, ausencia de incomodidad física
y térmica, de miedo, dolor, estrés y capacidad para mostrar la mayoría de conductas
propias de la especie. Para comprender el término bienestar es preciso iniciar con la
especie que causa el problema: los humanos.
El bienestar animal no tiene nada que ver con animales, sino más bien con los humanos,
su empatía y apreciación por éstos. Los humanos son el problema y a su vez la solución.
Sin embargo, se debe evitar caer en el antropomorfismo, puesto que los animales son
animales y los humanos son humanos (Boehringer Ingelheim, 2007; Universidad de
Costa Rica, 2004).
En Costa Rica se está desarrollando investigación aplicada por parte de instituciones de
educación superior dirigida a demostrar el impacto de implementar buenas prácticas de
manejo (bienestar animal) sobre la productividad de los hatos lecheros (EARTH,
comunicación personal con el Dr. Richard Taylor, 2008). Dado que el comportamiento
social (bienestar animal) afecta el rendimiento productivo de un hato es preciso
establecer buenas prácticas de manejo.
Por ejemplo, en un hato lechero estable, donde se incorporan nuevos animales (mayores
de 5 meses), se desencadena una lucha por buscar un acomodamiento jerárquico para
ganar, entre otros, puestos prioritarios para la ingestión de forraje y toma de agua, que
se dan inclusive cuando existe espacio suficiente para todos los animales. Al reagrupar
diferentes lotes de bovinos, las disputas jerárquicas son fuertes y duran unas 3 semanas.
En caso de existir problemas de hacinamiento, falta de alimento y agua, se suscita una
competencia vital fuerte que provoca un incremento de luchas. En un grupo bovino se
identifica el animal de mayor rango, que se hace notar alzando la cabeza con un
movimiento conminatorio, por lo que el de menor rango está obligado a retroceder o a
enfrentarse para lograr un nuevo orden jerárquico.
Factores que afectan la respuesta animal Existen otros efectos que conllevan a un
inadecuado bienestar animal, como las condiciones climáticas, la distancia que el
ganado bovino lechero recorre diariamente (de 5 a 6 kilómetros diarios), así como la
aprehensión de los alimentos, la cual no es selectiva, con la lengua arrollan un manojo
de pasto y lo cortan con los incisivos de medio lado en la boca y se lo tragan casi sin
masticar. Ingieren el alimento en 4 a 5 periodos durante el día y generalmente en los
momentos más frescos, necesitan consumir el 10% de su peso en forraje verde, algunas
veces las condiciones climáticas no lo permite, provocando bajas en el rendimiento
(Cordero; Quirós y Vicente, 2005).
El avance genético ha sido de trascendental importancia para zonas templadas en donde
los animales gozan de adecuadas condiciones de alimentación y de medio ambiente, lo
que permite obtener el potencial de producción láctea; sin embargo, en nuestro país se
han tratado de adaptar animales muy especializados en producción de leche (Holstein) a
zonas tropicales, lo que ha provocado que un gran número de lecherías con animales
poco adaptados a nuestro medio tropical, caracterizado por estrés calórico, pastos de
poca calidad, lo cual se refleja en una escasa producción láctea, bajos índices de
fertilidad y de inmunidad (inmunosupresión) y como consecuencia, en una corta vida
productiva en el hato. Los sistemas intensivos de producción de leche actuales, a nivel
mundial, hacen que la vida productiva del animal se acorte (2-3 lactancias), lo que
incrementa la tasa de descarte y aceleran la salida del animal al mercado antes de que se
pague su inversión como novilla.
El miedo y el dolor son dos emociones negativas que tienen efectos obvios sobre el
bienestar. Por lo tanto, se debe disminuir el maltrato en el arreo a la sala de ordeño, las
patologías (problemas de patas, mastitis); así como algunas prácticas de manejo:
sistema de producción en confinamiento total, instalaciones de alojamiento inadecuadas,
mal estado de caminos que causan dolor, cuya solución constituye un primer requisito
para asegurar el bienestar de los animales.
Por ejemplo, el hacinamiento, aunado a varias condiciones de índole nutricional,
instalaciones, condiciones del medio ambiente, estrés y la falta de un adecuado balance
nutricional (energía/proteína en la dieta), pueden incrementar los problemas
respiratorios, enfermedades podales y metabólicas: acidosis ruminal, fiebre de leche,
dislocación de abomaso, cetosis, hígado graso, endometritis postparto, retención de
placenta, aumento de células somáticas y mastitis (calidad de leche). Si un animal no
está siendo alimentado adecuadamente o está enfermo, se afectará su crecimiento y
reproducción.
Observe las vacas cuando están descansando, ellas deben estar rumiando entre un 6070%, lo que indica un buen estado de salud del rumen y un adecuado balance
nutricional (forraje:concentrado). La vaca invierte de 4 a 9 horas para la rumia con un
promedio de 20.000 a 25.000 movimientos masticatorios para la aprehensión del pasto,
regurgitando de 300 a 400 bolos por día, y cada uno de ellos requiere de 50 a 60
movimientos mandibulares o de ruminación como promedio (Cordero; Quirós y
Vicente, 2005).
Importancia del bienestar animal
La importancia que tiene el trato en el comportamiento de los animales a la hora de la
producción láctea es algo así como "dime cómo tratas a tus vacas y te diré qué
productor eres". Cuando un productor llama a un médico veterinario porque ha
encontrado una alta proporción de vacas con problemas de patas, generalmente se debe
a aspectos de manejo.
Lo primero es que al llegar a la lechería, no sólo se deben observar las pezuñas, sino
también las instalaciones, sistema de alimentación, el trato de los empleados hacia los
animales y el comportamiento del hato con un rigor propio de un sociólogo. Segundo,
que el mismo productor se asegure que el trato que reciben sus vacas sea el óptimo, muy
pocos admiten que no le prestan atención a este aspecto, ni tampoco a otros detalles de
manejo que influyen en el comportamiento del hato. (López, 2007).
Europa fue pionera en ocuparse del bienestar de los animales
Los principales indicadores de sufrimiento o bienestar son el estado de salud,
productividad, fisiología y el comportamiento.
En la actualidad se percibe un inusitado interés por el bienestar animal, lo que
demuestra que el ser humano empieza a darse cuenta del valor intrínseco de mejorar las
condiciones de vida de las vacas (cuadro 1).
Cuadro 1: Posibles indicadores de la adaptación de un animal al ambiente
3) Porcentaje de
animales
con 4) Disminución
2) Incidencia/prevalencia de
1) Mortalidad
lesiones causadas del consumo de
enfermedades multifactoriales
por el ambiente o alimento
por otros animales
8)
Cambios
5) Disminución
7) Disminución fisiología
6) Disminución de la respuesta
de la producción
de la función asociados a la
inmune
de leche
reproductiva
respuesta
al
estrés
Fuente: Boehringer Ingelheim, 2007
Lejos de ser una moda pasajera, el cuidado en la producción de leche y el sacrificio de
los animales para consumo es un aspecto importante en los países desarrollados.
¿Humanismo o proteccionismo? Las preocupaciones vinculadas con el bienestar animal
se han consolidado defi nitivamente a escala mundial durante los últimos años, debido
fundamentalmente a una mayor exigencia de los consumidores de los países
desarrollados en torno al conocimiento del origen y de la forma de producción de leche
y carne.
Esta inquietud data de los años setenta, cuando los movimientos ecologistas se
interesaron por un mejor trato al ganado bovino, lo que llevó a que en 1976 se dictase la
Convención Europea para la Protección de los Animales Destinados a la Producción.
(López, 2007). No fue sino hasta mediados de los noventa cuando el bienestar animal
bovino se convirtió en un punto importante al defi nir hábitos de consumo.
En esos años, el mal de la vaca loca irrumpía con fuerza en Europa, provocando una
nueva conciencia de estándares mínimos de salubridad y cuidado de los animales,
fuertemente asociado con el concepto de calidad. Los medios de comunicación tuvieron
un papel trascendental en el cambio. A través de diarios, revistas y noticiarios, el
público se enteró de los detalles del funcionamiento de los hatos lecheros, donde los
rumiantes se convertían en máquinas productoras de leche. Actualmente, el consumidor
solicita reglas mínimas internacionales sobre el bienestar animal, garantizadas por
controles independientes y sistemas de trazabilidad transparentes.
La importancia del tema es tal que algunos especialistas opinan que hay señales claras
de futuras reglamentaciones que deberán cumplir los países productores de leche y
Costa Rica no es la excepción, así como también advierten sobre el peligro de la
creación de nuevas barreras para arancelarias.
Aspectos a considerar en el manejo de los animales
a) El orden de la cabeza
Se deben tomar en cuenta muchos factores, pero uno en particular es que la vaca sigue
un orden para caminar, diferente al del ordeño.
Si el vaquero o finquero conoce este aspecto y lo aplica va a brindar espacio y tiempo a
los animales para que reajusten su orden. Si no es paciente y los empuja en los corrales
o los arrea en las aceras de los repastos hacia la sala de ordeño, está cometiendo un
error, porque si la vaca está muy amontonada, ¿cómo harían para cambiar la posición?
Van a tratar, pero tienen que presionar y empujar, lo que les ocasiona problemas de
lesiones en la línea blanca de sus pezuñas con arqueamiento de la espalda, sea cuando la
vaca está detenida o bien caminando; repercutiendo, además, en la disminución de la
producción láctea y de la efi ciencia reproductiva.
"Las vacas caminan con la cabeza para abajo, porque la misma sirve de balance".
A los animales se les debe evitar situaciones de hambre, sed, incomodidad, dolor y
lesiones. Si la vaca apoya la pata delantera sobre algo que le cause dolor, ella levanta
la cabeza, y si es la trasera, más bien la agacha.
Pero si está muy amontonada y la cabeza está arriba, no podrá balancearse. Para
reconocer este tipo de detalles, hay que tener un buen ojo clínico (Revista ECAG
Informa No. 43-2008) y ser un verdadero apasionado: "Cuando una vaca camina es algo
muy lindo, porque lo hace a su propio ritmo, sienten los pasos y colocan las patas en
lugares seguros, con la cabeza gacha van mirando dónde apoyar los pies (Chesterton,
2008).
Emplazamiento del paso - pata trasera y delantera en el mismo lugar .
Si tienen espacio para caminar, no tocan ni una piedra, pero si el vaquero las empuja,
empiezan a pararse sobre ellas.
Se debe entender que a las vacas les gusta estar juntas, son animales gregarios, pero
aunque sorprenda, no se tocan entre ellas. Eso es porque tienen cuatro estómagos y, si
son empujadas de costado, deben apoyar rápido un pie para no caerse.
b) Presión lateral Presión lateral
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- Las vacas necesitan espacio
- Siguen a la que va adelante
- Retroceso es signo de presión
- Las dominantes imponen la velocidad
- No es bueno empujar las vacas atrasadas en un lote
de ganado, cuando
va a la sala de ordeño.
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- Reacción a la presión
- Vaca de baja dominancia retrocede
- Vaca de alta dominancia empuja.
c) Un agradable paseo por el campo
Otro aspecto al que se le debe prestar atención es al modo de arrear a las vacas porque,
al igual que los humanos, nadie responde con ganas de manera forzada. Las vacas
escuchan las voces, no es necesario empujarlas con el caballo, moto o cuadraciclo,
doblarles el rabo para que avancen rápidamente o bien utilizar el perro, sólo basta con
hablarles.
Si se quiere que las vacas entren a la fosa de la sala de ordeño, con una voz fuerte y
firme se detienen. Hay que dejar de lado costumbres como los gritos y los palos. Las
vacas son como los niños, si sienten confianza entran. Pero, ¿cómo darse cuenta si se
arrea bien el hato? Una vez más, la respuesta se obtiene de una cuidadosa observación
(Chesterton,
2008).
En otras palabras: Deje que el hato o lote de ganado fluya a su propia velocidad Hable,
grite o cante, pero no las asuste. La vaca pequeña cuando se siente presionada, se mueve
hacia atrás, no empuja. Sin embargo y aunque las claves son idénticas para todos los
casos, no todos los lotes de ganado son iguales. Cada hato tiene una distancia diferente.
Algunas vacas son muy amigables, los dueños nunca las lastimaron y por eso no les
tienen miedo, pero en otras lecherías, en donde quizá alguien les pegó con un palo, si
alguien se acerca, se amontonan (Chesterton, 2008).
Como en todo grupo de individuos, en las vacas también se observan jerarquías y
liderazgos. Se puede ver con claridad que las vacas dominantes de adelante son las que
deciden la velocidad del paso. Hay quienes piensan que si empujan a las de atrás, el lote
de ganado va a avanzar más rápido, algo que no es cierto. Las vacas que van adelante
calculan cuánto espacio tienen y deciden la velocidad" (Chesterton, 2008).
El Dr. Neil Chesterton consideraba inicialmente que las vacas dominantes se ubicaban
adelante del lote; sin embargo en la literatura sobre dominancia se reporta que el 50%
de las vacas dominantes van al frente, el 25% a la mitad y el otro 25% al final. No
obstante, en el reciente X Congreso Panamericano de FEPALE, realizado en Costa
Rica, abril del 2008, aseveró que sólo el 50% de las vacas de baja dominancia están
atrás. Por eso, si se empujan las de baja dominancia que van atrás, no van a ir más
rápido porque hay un grupo de alta dominancia junto a ellas, que siempre establece la
velocidad del andar.
Las de baja dominancia van atrás, y por más que se empujen no se adelantarán hasta
chocar con una dominante y generar una pelea. Hay que aclarar que las vacas
dominantes no son siempre las más grandes. Si el camino es malo debe irse a una
velocidad de un kilómetro por hora, mientras que en uno bueno se puede ir a 4,5
kilómetros por hora. Pero lo más importante es que la vaca decida la velocidad. Por eso
hay que "hablarles" y no empujarlas.
d) Dinámica del grupo
Como en cualquier grupo, una vez que el hato se ha conformado, el ingreso de nuevos
miembros provoca una respuesta en los animales. Se recuerda el caso de un productor
que nunca antes había tenido problemas de renqueras en sus vacas y repentinamente,
cinco de ellas sufrieron afecciones podales. Luego de estudiar la composición del lote
de ganado, el veterinario comprendió que el problema se suscitó por ser un hato Jersey,
al que se le habían sumado 20 Holstein, de las cuales cinco de ellas presentaban las
renqueras notificadas. (Chesterton, 2008)
El productor supuso por un momento que podría tratarse de un problema entre las dos
razas y sus tamaños, pero en realidad era que las Jersey empujaban a las Holstein (por
ser más nuevas dentro del grupo) y las mandaban para atrás, con lo que algunas de éstas,
acostumbradas a ir adelante, terminaban por sufrir lesiones en sus pezuñas. Con el
tiempo, las vacas con carácter dominante se incorporaron en el grupo y pronto no
quedaron huellas de su ingreso. También hay difi cultades cuando hay varios hatos.
En Nueva Zelandia se sincronizan los partos, por lo tanto un alto número de vacas paren
en primavera, llegando lotes hasta de 300 vacas paridas y el campo tiene dos grupos de
350. La decisión es cuándo hacer la división en dos hatos, ya que al agregar vacas
empiezan a pelearse otra vez para decidir el orden. Suele ocurrir que cuando se pasan de
un lote a otro, las vacas flacas, de baja producción o con mastitis, les lleva dos semanas
para encontrar su posición y no quieren entrar al hato. (Chesterton, 2008).
e) Durante el ordeño
Entre lo errores más frecuentes que se cometen con el manejo de las vacas, se destaca la
forma en que el ordeñador sale de la fosa. Es muy importante que se mantenga en la
fosa para que las vacas entren y si por alguna circunstancia tiene que salir, debe hacerlo
por un costado para no distraer el orden de ingreso. Son animales de costumbre, si las
vacas no ven a la persona saliendo de la fosa, después de varios días empiezan a entrar
sin miedo.
Además como están habituadas a que se les vaya a buscar, si no lo hacemos no van. Si
bien no existen fórmulas y cada hato o lote es una historia distinta, con sus propias
reglas y costumbres, se tiene la creencia entre los expertos que lo ideal es tener a dos
personas para ordeñar y un tercero encargado de buscar a los animales. No obstante, una
vez adoctrinadas no se necesita que nadie vaya por ellas. Una práctica usual es que los
productores coloquen alimento concentrado dentro del comedero de la sala de ordeño,
para motivar a los animales a entrar a la misma. Sin embargo, en las lecherías en Costa
Rica, esta costumbre se ha venido sustituyendo por la suplementación en la sala
preordeño.
Según Neil Chesterton, "las vacas deberían querer entrar y si no lo hacen es porque algo
anda mal". Nunca medique o inyecte las vacas en la fosa de la sala de ordeño, así como
también evite realizar palpaciones rectales para diagnóstico de preñez en estas
instalaciones, ya que las vacas podrían relacionar el ingreso a esta sala con el estrés que
les produce esos manejos. Es sencillo y sólo requiere observar y entrenar el ojo, lo que
genera beneficios económicos y bienestar animal.
f) Capacitación a vaqueros
Por su perfil sencillo y didáctico, no es casualidad que el Dr. Neil Chesterton de Nueva
Zelanda, preste interés en enseñar a los vaqueros cómo tratar a los animales. En este
sentido enfatizó: "Aunque el productor conozca muy bien lo que quiere, son los
vaqueros quienes proceden y concretan o no la idea.
A los vaqueros se les debe enseñar a mantener la distancia adecuada para su hato, que
puede ser uno o diez metros. Si te aproximas mucho y se observa que las cabezas están
muy arriba, significa que estás demasiado cerca. Enseñarles también que las vacas
tienen puntos de balance, de equilibrio y uno muy importante es el hombro. Si nos
colocamos frente al hombro, la vaca va hacia atrás y, si lo hacemos detrás va hacia
delante. El otro punto es la columna vertebral, si nos ubicamos a la izquierda, se
mueven hacia la derecha, y si lo hacemos a la derecha lo harán a la izquierda".
En resumen
El bienestar animal no tiene nada que ver con animales, sino más bien con la
empatía y comprensión de los humanos involucrados en la producción láctea. Es por
esto que el entrenamiento y la educación del recurso humano son esenciales en
cualquier programa de capacitación que se lleve a cabo en las lecherías de Costa
Rica. El bienestar animal del ganado lechero se puede mejorar sin mucha inversión
de capital, pues es un asunto de conocimiento y de práctica constante en las lecherías.
Si bien es cierto, las lecherías de Costa Rica están mejor que en muchos otros países,
se puede perfeccionar el manejo en términos de bienestar animal, con transferencia
de conocimiento y educación a los vaqueros, técnicos y productores. Costa Rica
debería comprometerse a implementar sistemas productivos sostenibles, bajo los
lineamientos de los nuevos tratados de libre comercio.
Bibliografía
Boehringer Ingelheim, (ALE). 2007. Concepto de bienestar animal y requisitos de
bienestar en vacas de leche. (en línea). Consultado 25 abr, 2008. Disponible en:
http://www.solomamitis. com/originales/PDF/BienestarAnimal.pdf
Chesterton, Neil. 2008. Bienestar animal en las fincas lecheras. In Congreso
Panamericano de la Leche (10, C.R., abril, 2008). Memorias. Costa Rica, El Congreso.
Cordero, L; Quirós, J; Vicente, C.M. 2005. Exploración clínica del bovino. Heredia,
C.R, Editorial Fundación Universidad Nacional.
López, M. 2007. Bienestar animal preocupación sana: Barreras posibles. Revista El
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Universidad de Costa Rica. 2004. Entendiendo el bienestar animal: foro de discusión.
Exp. Dr. Julio Chaves (UCR); Erick Quirós (Corfoga); Paul Whittington y Stephen
Wotton (Universidad de Bristol).Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, U.C.R.
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