Uso de las TIC para la integración política de las... España Catalina Uzcanga

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Uso de las TIC para la integración política de las asociaciones de personas inmigradas a
España
Catalina Uzcanga
[email protected]
Doctoranda en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Deusto
El tejido asociativo surgido de la inmigración en España ha sido descrito por numerosos
autores como un movimiento reciente y vulnerable. Según ellos, el Estado habría
promovido la organización de asociaciones alrededor de las nacionalidades de origen de
las personas inmigradas para servir de vehículo entre éstas y la administración. Este
modelo habría generado un estado de dependencia que situaría a las asociaciones en
mutua competencia y anularía su capacidad de acción reivindicativa. Desde la creación
y la generalización de internet, las Tecnologías de la Información y de la Comunicación
han sido designadas como instrumentos que permiten crear y mantener relaciones más
horizontales y menos jerárquicas. ¿Las asociaciones surgidas de la inmigración en
España están utilizando internet para participar en la vida civil y política? Este artículo
presenta los resultados obtenidos en el estudio de setenta y ocho asociaciones
bolivianas, colombianas, ecuatorianas, marroquíes y rumanas en Andalucía, Cataluña, la
Comunidad de Madrid, la Comunidad de Valencia y en el País Vasco. La capacidad
organizativa de estas asociaciones es heterogénea. Una minoría puede ser clasificada
como profesional (21%), con altos presupuestos y con personal técnico contratado, y
una gran mayoría (79%) como voluntarista. Sin embargo, una mayoría utiliza internet
casi todos los días (71%) y está presente en al menos una red social online (76%). Los
resultados de este estudio revelan que el origen de los miembros de la asociación y su
comunidad autónoma de arraigo no se relacionan con la participación política. La
profesionalización de las asociaciones y su dependencia del Estado español por el hecho
de recibir subvenciones públicas no son factores que se asocien con las reivindicaciones
políticas. No obstante, son esas mismas asociaciones las que mantienen una relación
más intensa con la administración y son invitadas a participar en los foros de
integración de los inmigrantes. Por otra parte, son las asociaciones que más colaboran o
comparten información con otras organizaciones, ya sean formadas por personas
inmigradas o nativas, en España o en el extranjero, en su país de origen o en un tercer
1
país, las que realizan más frecuentemente actividades de denuncia y reivindicaciones
tanto a través de internet como físicamente. La información aquí analizada forma parte
de una investigación más amplia y financiada por el Ministerio de Economía y
Competitividad sobre la Integración y Participación de las Asociaciones de Inmigrantes
en la Sociedad de la Información (SCO2012-31999).
Palabras clave: asociaciones de inmigrantes, TIC, participación política, redes
asociativas, redes online
Los datos utilizados en el análisis de la presente comunicación provienen de un
proyecto de investigación de carácter más amplio y multilocal sobre el asociacionismo
inmigrante en España y la sociedad de la información, financiado por el Ministerio de
Economía y Competitividad (Ref. CSO2012-31999).
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Asociacionismo de personas inmigradas en España: modelo «desde arriba» El asociacionismo de personas inmigradas en España es un fenómeno relativamente
reciente. En 1985 la ley de extranjería concede el derecho de asociación a las personas
extranjeras, por lo que desde entonces comienzan a registrarse oficialmente dichas
asociaciones. Por otro lado, es en la primera década del siglo XXI migran a España un
mayor número de personas provenientes del extranjero y el fenómeno del
asociacionismo de personas inmigradas adquiere mayor volumen.
El tejido asociativo de personas inmigradas a España ha sido descrito como voluble,
heterogéneo, débil y organizado en torno a las nacionalidades de origen. Es un tejido
volube por cuanto que se crean un alto número de asociaciones y también su tasa de
mortalidad es elevada. González Ferrer y Morales (2006: 139) descubren que alrededor
de un 14% de las asociaciones identificadas en un primer momento en la ciudad de
Madrid han desaparecido a la hora de realizar el estudio. En un estudio más reciente,
Cebolla-Boado y López-Sala (2015b) constatan en 2013 una tasa de mortalidad del 30%
respecto de la muestra de asociaciones de inmigrantes en la ciudad de Madrid empleada
en su estudio de 2010. En efecto, se detecta un alto índice de natalidad de asociaciones
porque las personas inmigrantes comienzan a asentarse en su lugar de residencia y a la
vez una elevada tasa de mortalidad por la «inestabilidad personal» relacionada con
largas jornadas laborales y las re-emigraciones o las migraciones circulares (Simó et al.,
2005: 28; Vidal et al., 2006: 17).
Las asociaciones de personas inmigradas en España se han organizado principalmente
alrededor de la nacionalidad (Simó et al., 2005: 27; González Ferrer y Morales, 2006:
139; Piqueras Infante y Gómez Gil, 2007: 316; Albert Rodrigo y Gadea Montesinos,
2009: 10; Aparicio y Tornos, 2010: 77; Masanet Ripoll y Santacreu Fernández, 2010:
62; Espadas et al., 2013: 446; Cloquell Lozano, 2014: 337). A menudo ocurre que la
organización está formada por personas originarias de una misma región o área
geográfica. Este tipo de asociaciones, donde se recrean las micro sociedades del poblado
o del barrio de origen son según Moya (2005) las más comunes entre las poblaciones
migrantes independientemente del origen y del destino.
En España, las primeras asociaciones, creadas a finales de la década de 1980 alrededor
de la nacionalidad de origen, se organizaron con el fin de ofrecer a sus compatriotas
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servicios básicos que el Estado no cubría por su estatus de extranjeros. Algunas
crecieron considerablemente y aumentaron el número de socios a la vez que extendían
su actividad territorialmente (Martín Pérez, 2004: 125). Posteriormente, el Estado
reconoció a las asociaciones autodefinidas con su nacionalidad de origen. La
administración encontraba un así interlocutor para gestionar estas poblaciones y a su vez
delegaba la prestación de servicios.
En los estudios sobre organizaciones sociales, se describen dos tipos de asociaciones:
(1) las profesionales, con buenos recursos financieros y humanos, financiadas con
fondos del Estado y de organizaciones privadas; y (2) las de miembros o voluntaristas,
con pocos recursos, dependientes de la cuota de sus miembros (Montserrat Codorniú,
2006; Kriesi, 2007). Por su parte, Fennema (2004: 432), para describir las asociaciones
de personas inmigradas o descendientes de éstas, conceptualiza la profesionalización
como un fenómeno gradual (no dual) y lo refiere por un lado, al hecho de que las
actividades sean realizadas por empleados contratados, en lugar de personas voluntarias,
cuanto más sean los empleados los que realicen las actividades, más profesional es la
asociación, y por otro lado, a un modelo de asociacionismo modelado desde las
administraciones del Estado, al que se conoce como «top down model» o «modelo
desde arriba». Según este autor, la profesionalización cuestiona la capacidad de las
asociaciones de construir sociedad civil.
Tal y como ha descrito Ruiz Olabuenaga (2006) el tejido asociativo español en general,
las asociaciones formadas por personas inmigradas se encontrarían en el dilema entre el
acceso a recursos pero con filiación a la administración pública española poniendo en
juego y limitando su independencia ideológica y de acción o la independencia respecto
de ésta pero con gran debilidad estructural. En los estudios sobre asociacionismo
inmigrante en España, Aparicio y Tornos (2010) se refieren así a una minoría bien
estructurada y a una mayoría invertebrada. Estudios anteriores (Veredas Muñoz, 2003;
Martín Pérez, 2004; Toral, 2010; Cebolla-Boado y López-Sala, 2012) han observado un
modelo asociativo «desde arriba», es decir que, ante el creciente fenómeno de la
inmigración y la organización precaria de ciertos grupos, las autoridades apoyaron
selectivamente algunos de ellos y «han perpetuado aquellas decisiones primeras
siguiendo la lógica de concesión de subvenciones que favorece la profesionalización de
las asociaciones inicialmente beneficiarias» (Veredas Muñoz, 2003: 214). Estos
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estudios se han centrado en asociaciones invitadas al foro para la integración social de
los inmigrantes1, es decir en una élite apoyada y promovida por las autoridades.
Este modelo creado y fomentado «desde arriba» en torno a la nacionalidad ha sido
criticado, además, por poner a las asociaciones en competición por unas subvenciones
impidiendo así toda acción colaborativa y favoreciendo una élite de asociaciones en
detrimento de otras (Veredas Muñoz 2003, Masanet y Santacreu, 2010: 67, Toral, 2010:
113- 115, Cebolla-Boado y López-Sala 2012, García-González et al., 2012: 262,
Bolíbar, 2013: 130; Espadas et al., 2013: 449-450). La lógica de concesión de
subvenciones se habría perpetuado dado que es requisito actualmente tener una
estructura para poder acceder a las convocatorias de subvenciones (Cebolla-Boado y
López-Sala 2012: 34, García-González et al., 2012: 262). Fruto de ese proceso de
cooptación y profesionalización, actualmente la dependencia de las asociaciones en los
fondos públicos es más notoria en las más antiguas y con una mayor estructura
organizativa (Cebolla-Boado y López-Sala, 2015a: 287).
Paralelamente a las grandes asociaciones también han ido surgiendo asociaciones de
menor tamaño, por ejemplo asociaciones locales, asociaciones de mujeres, asociaciones
deportivas. La debilidad de las asociaciones, en lo que se refiere a los limitados recursos
materiales, es otra característica común de las asociaciones de personas inmigradas
(Garreta Bochaca, 1998: 228; Simó et al., 2005: 26; Vidal et al., 2006: 17; Aparicio y
Tornos, 2010: 83; Sanmartín Ortí, 2012: 95; Maza Bustamante, 2012; Álvarez de los
Mozos, 2013: 207). De hecho, la mayor parte de las asociaciones formadas por personas
inmigradas limitan su ámbito de actuación geográficamente, ya sea al barrio, a la ciudad
o al pueblo. En el contexto andaluz, Espadas et al. (2013: 449) calculan que un número
reducido de asociaciones de personas inmigradas dispone de fondos regulares. La mayor
parte de las asociaciones tendrían por tanto dificultades para acceder a un local,
1
El foro para la integración social de los inmigrantes se creó en 1995. Actualmente depende del
Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Su fin es «promover la participación e integración de los
inmigrantes en la sociedad española.» El foro está compuesto por representantes de la administración
central, autonómica y local, además de nueve entidades nativas de apoyo social a las personas inmigradas
y ocho son las entidades de origen inmigrante designadas para formar parte de dicho foro. Para postular a
formar parte de dicho foro, entre otros requisitos, las organizaciones deben «tener implantación territorial
en el ámbito estatal o al menos que ocupen una posición preeminente en varios ámbitos territoriales», una
estructura y capacidad de gestión (BOE núm. 286, de 30 de noviembre de 2015, páginas 113130113138).
5
disponer de un teléfono, conectarse a internet, acceder al correo electrónico, disponer de
una página web y para contratar personal (Aparacio y Torno, 2010: 35). Estas escaseces
se traducen en altibajos notables en la actividad o incluso en la activación de la
asociación para actos o celebraciones en fechas señaladas a lo largo del año y su casi
desaparición el resto del tiempo (Simó et al., 2005: 28; Aparicio y Tornos, 2010: 111).
Pero no sólo se trata de falta de recursos, sino de recursos humanos en la participación
de los miembros, y de una escasa presencia en la arena pública y poca visibilidad social
(Simó et al., 2005: 26). A la vez se detecta una debilidad organizativa, no alejada de las
asociaciones formadas por nativos, con escasa división de roles, poca formalidad en lo
que al funcionamiento normativo de una asociación democrática se refiere (asambleas,
actas, órganos formales de dirección) (Simó et al., 2005: 33). Estas limitaciones, en
definitiva, son obstáculos que les separan a las asociaciones de personas inmigradas de
la consecución de sus objetivos (Garreta Bochaca, 1998: 228).
Participación política de las asociaciones de personas inmigradas En palabras de Aparicio y Torno (2010: 112), las asociaciones representan para la
persona inmigrada el cauce para hacer llegar sus demandas a las autoridades. La
participación política de las asociaciones tendría una repercusión positiva en la
integración de los individuos que componen el colectivo. La investigación de González
y Morales (2006: 142) sobre las asociaciones de inmigrantes en Madrid, propone una
metodología para medir la participación política de las asociaciones a través de dos
componentes: los derechos de acceso y la participación efectiva. Por su parte, Álvarez
de los Mozos (2013: 138) identifica las siguientes actividades como indicadores de
participación política: actividades de reivindicación y denuncia, participación en foros,
relaciones con partidos, recibir subvenciones públicas.
González y Morales (2006: 142) descubren que el 27% de las asociaciones de su
muestra de Madrid no está en ningún registro oficial y que, sin embargo, más del 40%
es miembro formal en algún foro o consejo estable y casi todas tienen al menos
contactos informales con la administración pública o participa en actividades políticas
(González y Morales 2006: 144). Según su estudio, las asociaciones que se han definido
como «organizaciones de inmigrantes» tienden a ser invitadas a los foros más que otras
asociaciones (2006: 158). Así, González y Morales (2006: 169) concluyen que no están
más integradas políticamente las asociaciones de más miembros sino las que cuentan
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con más contactos y «representan» a los colectivos más numerosos. Según el estudio de
Álvarez de los Mozos (2013:206) las asociaciones, sumergidas en su lucha por su
fortalecimiento o incluso superviviencia, no encuentran espacios de participación
política y sólo las invitadas en el foro estatal para la integración de los inmigrantes, a su
vez las más grandes y veteranas, transmiten «preocupaciones por el desempeño
político».
Las asociaciones de inmigrantes, según Cebolla-Boado y López-Sala (2015a: 287) se
habrían «transnacionalizado» en el momento en el que el codesarrollo entra en la
agenda política española. Sería entonces cuando las asociaciones privilegiadas por la
administración española se convierten en interlocutores reconocidos por las
administraciones de su país de origen (Cebolla-Boado y López-Sala, 2012: 46). De
manera que se exterioriza y perpetúa el modelo creado por la administración española si
bien actualmente las asociaciones diversifican sus fuentes de financiación (instituciones
internacionales, UE). Las asociaciones «constituyen formas de representar la voz de los
migrantes en el país de destino y en el de origen y frente a las instituciones de ambos.»
(Moncusí y Escala, 2013: 76).
En torno a las plataformas y los foros, las opiniones parecen divididas entre críticos y
defensores. Algunos autores (Veredas Muñoz, 2003; Toral, 2010; Aparicio y Tornos,
2010: 79) ponen en cuestión la legítima representatividad de las asociaciones invitadas a
participar en tanto que portavoces de un colectivo, cuando es la administración la que ha
designado a las asociaciones que pueden participar. Más recientemente, otros autores
(Herranz Aguayo, 2008: 209; Cebolla-Boado y López-Sala, 2015a: 267 y 287) observan
que las asociaciones de inmigrantes en España tienen un papel clave en la configuración
de las políticas sociales en materia de inmigración. «Este papel se ha hecho explícito en
dos direcciones: por un lado, amortiguando las deficiencias de la atención pública a un
colectivo de inmigrantes cada vez mayor y más diverso; y, por otra, movilizando a los
colectivos para hacer entrar en la agenda política el debate sobre la gestión de la
diversidad en España» (Herranz Aguayo, 2008: 2909 citando a (Moreno Fuentes, Arriba
González de Durana y Moreno Fernández, 2007).
En definitiva, el Estado habría promovido la organización de asociaciones alrededor de
las nacionalidades de origen de las personas inmigrantes para servir de vehículo entre
éstas y la administración. Este modelo habría generado un estado de dependencia que
situaría a las asociaciones en mutua competencia y anularía su capacidad de acción
7
reivindicativa. Así, según la literatura revisada parece existir un tejido asociativo de
personas inmigrantes inestable, cuyo rasgo común es la debilidad estructural y
organizativa son pocas aunque importantes excepciones compuestas por aquellas
asociaciones que crecieron al amparo de la administración pública española. Por todo
ello su participación política estaría limitada: o bien la asociación es estable y su
dependencia limita su acción reivindicativa o bien la asociación es tan débil que carece
de recursos para acciones políticas, más allá de las actividades expresivas como
deportivas o lúdicas.
El asociacionismo y las TIC Desde la creación y la generalización de internet, las Tecnologías de la Información y
de la Comunicación han sido designadas como instrumentos que permiten crear y
mantener relaciones más horizontales y menos jerárquicas.
Las actividades económicas, políticas y culturales de la vida cotidiana, se organizan en
torno a redes de relación, es decir nodos interconectados, basadas en tecnologías
electrónicas. Se trata de estructuras abiertas, dinámicas y flexibles. Castells (2000)
describe el cambio social como un proceso que lleva desde una sociedad de relaciones
jerárquicas a otra con relaciones más horizontales. En un estudio de la sociedad catalana
coordinado por Castells (2007: 25), los autores observan que internet, como medio de
comunicación, ha facilitado la creación de redes de comunicación horizontales que
suponen «la autonomía de la sociedad civil global».
Si en el resto de Europa y en Estado Unidos algunos estudios se han interesado en la
intersección entre el asociacionismo migrante y el uso de las TIC (Allievi y Nielsen,
2003; Oiarzabal, 2006; Nedelcu, 2009; Alonso y Oiarzabal, 2010; Oiarzabal, 2012), no
se conocen estudios específicos en España sobre el asociacionismo inmigrante y las
TIC. Los estudios realizados sobre las organizaciones del tercer sector y el uso de las
TIC (Albaigès, 2007; Torres-Coronas et al., 2010) nos pueden dar una idea de la
situación de las asociaciones respecto del acceso y uso de estas tecnologías, aún
teniendo en cuenta que este es un campo altamente dinámico y la realidad se transforma
cada año. Estos autores, son entusiastas por las oportunidades que las TIC pueden
ofrecer a las organizaciones a un bajo coste (Torres-Coronas et al., 2010: 21). Albaigès
(2007) destaca seis áreas en las que las TIC pueden jugar un papel importante: (1) los
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proyectos o actividades, (2) la comunicación y la captación de recursos, (3)
sensibilización e incidencia política, (4) fomento de la participación, (5) transparencia y
rendición de cuentas y (6) la gestión interna. Oiarzabal (2012; 2013) en sus estudios
sobre el uso de las TIC por parte de la diáspora vasca, observa que dichas herramientas
son actualmente imprescindibles para la organización interna de las asociaciones. Sin
dichas tecnologías, las asociaciones verían disminuidas sus capacidades de acción.
Sin embargo, Albaigès (2007) constata que el uso de las TIC, y de la web 2.0 en
particular (Torres-Coronas et al., 2010: 21), no es común entre las asociaciones del
tercer sector o bien su uso se encuentra por debajo de las potencialidades que ofrecen
estas herramientas. Entre los mayores obstáculos para introducirlas en la asociación se
encontraría la formación y el coste financiero. A menudo, las asociaciones aglutinan a
personas vulnerables y que pueden encontrarse al otro lado de la llamada «brecha
digital» Torres-Coronas et al. (2010: 21). Pero también la «cultura asociativa» forma
una barrera a la hora de integrarse en la llamada sociedad red, por una lado, la dificultad
de introducir cambios en los hábitos de personas que «siempre lo han hecho así» y, por
otro, el modelo organizativo tradicional donde una mesa directiva decide, gestiona y
controla la actividad unilateralmente (Albaigès 2007).
Pregunta de investigación ¿Las asociaciones surgidas de la inmigración en España están utilizando internet para
participar en la vida civil y política?
Metodología El objetivo de este artículo es valorar el impacto de la TIC en la participación política de
las asociaciones de personas inmigradas en España. Con asociaciones nos referimos, en
el presente texto, a organizaciones voluntarias y formalmente registradas. Personas
inmigradas son las que habiendo nacido en un país extranjero residen actualmente en
España (Delgado, 2003: 21). Se ha considerado asociación de personas inmigradas
aquella donde estas personas conforman al menos el 60% del total de miembros
(Fennema, 2004: 440; González Ferrer y Morales, 2006: 137). Por TIC (tecnologías de
la información y la comunicación), en este estudio, nos referimos principalmente a
internet, a los programas informáticos y a las diferentes aplicaciones que hacen uso de
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esa conectividad como son el correo electrónico, los blogs, las webs, las redes sociales
online utilizadas desde cualquier dispositivo electrónico (móvil, ordenador, tablet)
(Cammaerts, 2005: 90). Finalmente, los componentes utilizados para medir dicha
participación han sido los contactos con las administraciones públicas tanto españolas
como del país de origen y supranacionales, los contactos con los medios de
comunicación y las actividades de denuncias o reivindicaciones (González Ferrer y
Morales, 2006: 147; Lelieveldt y Caiani, 2007; Toral, 2010: 114; Álvarez de los Mozos,
2013: 139).
Los datos aquí presentados se recogieron a través de encuestas y de entrevistas que se
llevaron a cabo entre abril y junio de 2014 a un total de 85 asociaciones formadas en al
menos un 60% por personas inmigradas desde Bolivia, Colombia, Ecuador, Marruecos
o Rumanía. Latino América, Marruecos y de Europa del Este fueron los principales
orígenes de los grandes flujos de personas que inmigraron a España en la primera
década del presente siglo (Arango y Martin, 2005: 265- 266; López-Sala, 2013). Para
localizar al universo de estudio se partió del directorio de entidades de personas
inmigradas (2006) que fue actualizado con diferentes listados facilitados por
administraciones públicas, tanto españolas como de los países mencionados, y por
entidades pro inmigrantes. La nueva base de datos contó con 400 asociaciones entre
Andalucía, Cataluña, la Comunidad de Madrid, la Comunidad de Valencia y en el País
Vasco. El cuestionario, que requería aproximadamente 45 minutos para ser completado,
fue enviado por correo electrónico a todas las asociaciones de cuya dirección
disponíamos (232). Además del archivo adjunto, el mensaje contenía un enlace al sitio
web donde se podía contestar directamente al cuestionario (www.surveymonkey.com).
Al mismo tiempo se intentó contactar telefónicamente con todas las asociaciones de las
que teníamos un número de teléfono (331). El 15% de estas asociaciones confirmaron
su disolución, o el teléfono era inexistente o bien se trataba de un número que no tenía
vinculación alguna con la asociación.
Finalmente conseguimos 78 cuestionarios y 56 entrevistas distribuidos de la siguiente
manera:
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Tabla I. Número de asociaciones que contestaron al cuestionario y que realizaron la entrevista
(paréntesis) por origen y CCAA.
Comunidad Autónoma
Procedencia
Total
Andalucía
Cataluña
de Madrid
de Valencia
Euskadi
Boliviana
2 (1)
1 (2)
1 (1)
2 (1)
1 (1)
7 (6)
Colombiana
4 (2)
1 (1)
6 (1)
4 (2)
4 (2)
19 (8)
Ecuatoriana
4 (4)
4 (2)
4 (2)
2 (2)
4 (3)
18 (13)
Marroquí
8 (6)
6 (4)
3 (4)
1 (1)
4 (4)
22 (19)
Rumana
3 (2)
1 (1)
4 (3)
2 (2)
2 (2)
12 (10)
Total
21 (15)
13 (10)
18 (11)
11 (8)
15 (12)
78 (56)
Fuente: elaboración propia
Además del cuestionario, 56 asociaciones fueron entrevistadas siguiendo un guión semi
estructurado. Las entrevistas se llevaron a cado entre el 23 de abril y el 4 de julio y
tenían una duración aproximada de 30 minutos. En ellas se obtuvo información sobre el
impacto de las TIC en las relaciones exteriores de la asociación.
Se analizarán, en primer lugar, los datos descriptivos de las asociaciones estudiadas para
caracterizarlas y, en segundo lugar, su participación política, tanto cara a cara o por
teléfono (offline) como a través de internet (online).
Resultados de la muestra Las asociaciones del estudio se han constituido entre 1961, la más antigua, y 2014, la
más reciente. Casi la mitad de ellas, (49%) fueron constituidas entre 2001 y 2007, en la
época de mayor flujo de entrada de personas desde el extranjero. En concreto, como en
estudios precedentes, destacan los años 2004, 2005 y sobretodo 2006 (Cebolla-Boado y
López-Sala, 2012; Álvarez de los Mozos, 2013).
Del análisis de correlación de Pearson se concluye que el presupuesto de una asociación
guarda relación con su año de constitución (-0,266), con un nivel de confianza de 95%
podemos esperar que cuanto más antigua sea la asociación, mayor será su presupuesto.
Esto concuerda con el estudio de Cebolla y López (2012: 22) en el cual encuentran que
11
la antigüedad es la variable que mejor explica el presupuesto de una asociación de
inmigrantes y junto con Veredas (2003) atribuyen dicha relación al hecho de que la
administración pública española valora el criterio de antigüedad en sus concesiones de
ayudas.
En relación con el presupuesto anual, existe una profunda desigualdad económica entre
de las asociaciones cuyos presupuestos de 2013 oscilaban entre lo inexistente y los
700.000 euros de la asociación más solvente.
La mayor parte de las asociaciones (52, es decir un 64,4%) no cuenta con personas
contratadas. Sin embargo, entre las asociaciones que cuentan con personal profesional,
la mitad emplea a más de una persona. Lo cual incide en la imagen de una mayoría de
asociaciones débiles y una minoría de asociaciones con más recursos que ya sido
representada en otros estudios de asociaciones de inmigrantes (Aparicio y Tornos, 2010;
Cebolla-Boado y López-Sala, 2012; Álvarez de los Mozos, 2013). Las asociaciones
colombianas destacan con porcentajes más altos, 12 asociaciones (63%) cuentan con
personal contratado mientras que no más del 33% de las asociaciones de otras
nacionalidades cuentan con personal laboral contratado.
Tal y como lo identificaron otros autores (Veredas, 2003; Aparicio y Tornos, 2010;
Cebolla-Boado y López-Sala, 2012; Álvarez de los Mozos, 2013), en la muestra del
presente estudio, también existe una minoría con presupuestos que van de los 40.000 a
los 700.000€ (17 asociaciones, 22%). Además todas ellas tienen al menos a una persona
empleada. Este grupo puede ser categorizado como profesional. En estas asociaciones
ocurre que los representantes no se refieren a «socios» de la asociación sino a
«usuarios» o incluso a «beneficiarios».
La mayoría de las asociaciones (78%) pertenece entonces al grupo de asociaciones
voluntaristas, con presupuestos inferiores y sin empleados o no más de un contrato de
empleo. Este grupo también es diverso y por tanto, se ha diferenciado, siempre teniendo
en cuenta el presupuesto, otros dos grupos entre las asociaciones voluntaristas. Las
primeras han sido denominadas «asociaciones voluntaristas operativas» porque no
pueden ser consideradas profesionales, ya que no cuenta con empleados o bien sólo
discontinuamente y nunca más de una persona, pero gestiona un presupuesto anual que
le permite llevar a cabo proyectos y actividades siempre contando con personas
voluntarias. Se trata de 29 asociaciones, es decir un 37% de la muestra. Finalmente, las
12
«asociaciones voluntaristas latentes» son aquellas que describían Aparicio y Tornos
como viviendo en un letargo y activándose sólo para ciertas celebraciones. Su
presupuesto anual no supera los 4.000€, en muchos casos no existe un presupuesto
como tal, y en ningún caso cuentan con empleados. Hasta 32 (41%) de las asociaciones
de la presente muestra se categorizan como voluntaristas latentes. Así, se superan las
previas descripciones duales de la literatura revisada, de una gran mayoría débil, o
asociaciones voluntaristas, y una minoría fuerte, o asociaciones profesionales para hacer
visible una tercera categoría de asociaciones donde las actividades son llevadas a cabo
por personas voluntarias y que tienen cierta estructura y financiación.
En el caso de las asociaciones profesionales, las cuotas de socios sólo representan un
5% del presupuesto, lo que coincide con las definiciones de Fennema (2004), Kriesi
(2007), Montserrat Codorniu (2006) y Toral (2010) de una baja implicación de los
socios y una alta dependencia de la administración pública. El 68% de la financiación
de las asociaciones profesionales proviene de la administración pública, en concreto,
casi la mitad de esta partida es financiada por la administración central del Estado y la
otra mitad, casi a partes iguales, entre ayuntamientos, diputaciones y gobiernos
autonómicos.
Las asociaciones voluntaristas operativas también se financian en gran parte a través de
subvenciones de la administración pública, si bien en menor medida que las
asociaciones profesionales, representando de media el 48% de sus fuentes de
financiación. En este caso, ya han desaparecido las subvenciones del gobierno central
del Estado y más de la mitad de las subvenciones provienen del ayuntamiento, después
aproximadamente un cuarto vendrá de la diputación y aproximadamente otro cuarto del
gobierno autonómico. Las cuotas de socios representan una parte importante, casi un
cuarto, del presupuesto total de las asociaciones voluntaristas operativas. Las fuentes de
financiación están en general más diversificadas en las asociaciones voluntaristas que en
las asociaciones profesionales.
Las asociaciones voluntaristas latentes se diferencian también en cuanto a sus fuentes de
financiación. En primer lugar es la más diversificada, ya que las diferentes partidas se
equilibran: La fuente principal de financiación es la recaudación a través de la
organización de eventos o la venta de servicios (31,2% del presupuesto). En segundo
lugar se encuentran las cuotas de los socios, en proporción parecida a las asociaciones
voluntaristas operativas. Las subvenciones públicas representan un 18% del presupuesto
13
general y proviene exclusivamente de los ayuntamientos (dos tercios de las ayudas
públicas) y en menor medida de los gobiernos autonómicos (un tercio de las ayudas
públicas).
En definitiva, la muestra del presente estudio dibuja tres categorías de asociaciones:
profesionales, voluntaristas operativas y voluntaristas latentes, si bien, por la alta
dependencia de las primeras y la posibilidad de acceder a nuevos fuentes de
financiación de las últimas, sabemos que no se trata de categorías estancas. En el marco
del presente estudio cabe preguntarse si las asociaciones están haciendo uso de las TIC
para participar en la vida civil y política.
Uso de las TIC por parte de las asociaciones de personas inmigradas en España
En relación con la frecuencia de uso de las TIC, la mayoría de las asociaciones (70,7%)
accede a internet a diario o casi a diario. Además, dado que la pregunta realizada era
«con qué frecuencia utiliza las TIC respecto de la labor de la asociación»2, el hecho de
que el 70,7% de las asociaciones accedan a Internet a diario demuestra que más de dos
tercios de las asociaciones tienen una actividad diaria y que internet es un instrumento
totalmente integrado en su rutina. Hasta 64 asociaciones (85,3%) utilizan internet con
regularidad, es decir varios días a la semana. Por lo tanto, una mayoría de asociaciones
(85%) se conecta a internet varias veces por semana y una minoría (14%) se conecta
una vez al mes o menos.
Como puede observarse en la Tabla II, la actividad que más frecuentemente realizan las
asociaciones con ayuda de las TIC es comunicar por escrito, de media, varios días a la
semana. Estos datos concuerdan con el hecho de que todas las asociaciones tienen una
cuenta de correo electrónico, a pesar de que algunas no cuenten con cuenta propia de la
asociación y utilice una cuenta personal del representante (13 asociaciones, 17%). Las
siguientes actividades más frecuentes son encontrar y publicar información práctica para
su comunidad, alrededor de una o dos veces por semana, y también, aunque en menor
medida, elaborar documentación interna y bajar o subir archivos relacionados con la
actividad de la asociación.
2
La respuesta cerrada ofrecía el siguiente abanico: 1. Nunca o casi nunca; 2. Una o dos veces al año; 3.
Varias veces al año, 4. Una vez al mes, 5. Varias veces al mes, 6. Varios días a la semana o 7. A diario o
casi a diario
14
Tabla II. Principales usos de las TIC realizados por las asociaciones (media uso escala 1- 7)
Comunicar por escrito (enviar, recibir emails o chatear)
5,87
Encontrar información valiosa para su comunidad
5,26
Publicar información práctica para su comunidad
5,24
Gestionar la asociación (elaborar documentación, contabilidad…)
5,18
Bajar o subir archivos relacionados con la actividad de la asociación
5,07
Anunciar las actividades de la asociación
5,01
Mantener el sitio web o el perfil online de la asociación
4,77
Encontrar información sobre su cultura de origen
4,7
Encontrar información sobre la cultura local
4,66
Convocar encuentros o reuniones entre socios
4,55
Conocer nuevas personas para la red de contactos de la asociación
4,38
Conocer nuevas personas para que se asocien
3,85
Buscar financiación o captación de fondos
3,32
Fuente: Elaboración propia (N=76)
Con el fin de obtener un factor con el que medir y sintetizar, para poder comparar el uso
de las TIC, se ha calculado la media de la frecuencia de uso de todas las actividades
propuestas realizadas con las TIC indicadas en la Tabla II. La medida de adecuación
muestral KMO es de 0,872 lo que indica, según el propio Kaiser, que la matriz es
adecuada para realizar el análisis factorial (García Jiménez et al., 2000: 100). Se ha
denominado ese factor «Uso de las TIC». La distribución de la frecuencia del factor Uso
de las TIC muestra que dieciséis asociaciones (21%) utilizan las TIC de manera tenue
(1- 3,99), 32 asociaciones (42%) las utilizan moderadamente (4- 5,49) y 28 asociaciones
(37%) las utilizan intensivamente (5,5- 7).
Por consiguiente, analizados los datos en todas sus vertientes, se concluye que una
mayoría de asociaciones (79%) utiliza las TIC con regularidad y con variedad de usos,
si bien predominan la comunicación por escrito (email o chat) y el acceso o la
publicación de información; mientras que una minoría las utiliza poco, tanto en
términos de frecuencia como de diversidad de uso. Para el análisis se utilizará el
15
mencionado factor Uso de las TIC (1), con valores entre 1 y 7, que representan la media
de la frecuencia de los distintos usos propuestos.
Participación política y utilización de las TIC
Las
actividades
relacionadas
con
la
participación
política
son
realizadas
esporádicamente, de media se realizan menos de una vez al mes y ligeramente con
mayor frecuencia a través de internet que cara a cara o por teléfono (véase gráfico 1). Es
decir que en general, estas asociaciones no tienen una gran actividad política.
Gráfico 1. Medias de las frecuencias de actividades de participación política
Comparte información o colabora con la Unión Europea o con otras instituciones internacionales
1,61
Participa en Foros de migración
2,70
Comparte información o colabora con Administraciones públicas de su país de origen
2,71
1,86
2,79
2,93
Online
Organiza o participa en actividades de 2,94
Reivindicación y denuncia
3,38
Comparte información o colabora con los medios de comunicación (entrevistas, 2,99
cartas al director…)
Comparte información o colabora con Administraciones públicas estatales
Offline
3,04
3,58
3,63
4
3
2
1
0
1
2
3
4
Fuente: datos de la encuesta AsITIC 2014
Los contactos con la administración pública española son la actividad más
frecuentemente desarrollada, de media se comparte información casi una vez al mes
(véase Gráfico 1), siendo ligeramente más frecuentes las comunicaciones online que
offline. Son las asociaciones receptoras de subvenciones las que mantienen relaciones
más frecuentes con la administración española. Existe una correlación positiva entre el
porcentaje de financiación pública de una asociación y los contactos con la
administración. Claramente las asociaciones más sólidas, las asociaciones profesionales
y las voluntaristas operativas, tienen una ventaja competitiva a la hora de relacionarse
16
con la administración pública. Mientras que las asociaciones voluntaristas latentes no se
relacionan con la administración pública más que pocas veces al año, tanto online como
offline, las otras asociaciones lo hacen más de una vez al mes, tanto online como offline.
Sin embargo, el presupuesto de la asociación, a partir de unos mínimos, es decir entre
las asociaciones con cierta solvencia, no se asocia con un mayor contacto con la
administración, puesto que, de media, son las asociaciones voluntaristas operativas, las
que mantienen unas relaciones más intensas con la administración pública española,
tanto online como offline. Quizá también se debe a que, como se ha visto anteriormente,
la mitad del presupuesto de las asociaciones voluntaristas latentes proviene de las
administraciones locales mientras que la mitad del presupuesto de las asociaciones
profesionales proviene de la administración central del Estado. Las administraciones
locales suelen ser más cercanas a la ciudadanía y a la sociedad civil.
Nuevamente no existen diferencias significativas entre las nacionalidades, ni entre las
CCAA en lo que se refiere a las relaciones con la administración española. Las
diferencias de medias entre los diferentes grupos nacionales no son superiores a las
diferencias que se dan entre asociaciones de la misma nacionalidad. Lo mismo ocurre
con las diferencias entre asociaciones localizadas en diferentes CCAA. Las asociaciones
más antiguas tienden a mantener relaciones a través de internet más frecuentes con la
administración pública española, si bien la relación no es muy alta.
Putnam (2002: 71) afirma que cuantos más miembros tiene una organización, mayor es
su importancia política, pero menor su capital social de unión o, en términos de
Fukuyama, su cohesión interna. Los datos obtenidos en el presente estudio no permiten
corroborar dicha afirmación. Ni el número de socios, ni el de voluntarios se asocia con
la frecuencia de contactos entre ellos y con los indicadores de participación política.
Además, las asociaciones que mantienen unas relaciones cara a cara más fluidas entre
sus socios son también aquellas que mantienen unas relaciones cara a cara más fluidas
con la administración pública. Se puede deducir por tanto que la cohesión interna se
asocia con relaciones más fluidas con la administración pública española.
Además, son también las asociaciones que mantienen una red local más intensa, tanto
con otras asociaciones de personas inmigradas en España como con ONG locales y
europeas, instituciones locales y sindicatos, las que mantienen mayores contactos con la
administración pública española. Y así lo expresa el representante de una asociación:
17
«El nivel de relación con el gobierno que nos unamos no sólo en una ciudad o una
autonomía, sino a nivel país es importante porque la presencia y el compartir temas pues
hace participar mucho más con el que gobierna» (A37 asociación ecuatoriana
voluntarista operativa en Andalucía).
Además, son las asociaciones que más intensamente utilizan las TIC las que más se
relacionan con la administración española tanto online como offline. Las asociaciones
de personas inmigradas en España observan que, con el uso de las TIC, las relaciones
con la administración más cercana (ayuntamiento, diputación, gobierno autonómico)
son más fáciles, fluidas y ágiles y por tanto, se sienten invitados a participar, ya sea
físicamente en aquello que la administración organiza, o verbalmente, sobre el trabajo
llevado a cabo por la administración:
«Generalmente con el Facebook ha aumentado un montonazo y los políticos también
nos conocen muchísimo. Hay mucho político o técnicos de inmigración que están
metidos en nuestras redes y opinan o por lo menos se van dando cuenta: “Vi que
publicaste tal cosa del proyecto que estás haciendo”, por ejemplo. Eso es interesante,
porque yo no te lo he dicho, pero tú estás vinculado a mi red de Facebook y te ha
entrado.» (A18 asociación colombiana voluntarista operativa en Cataluña)
«Mantenemos contacto con el Ayuntamiento de Córdoba a través del correo electrónico,
con delegaciones, con la Junta de Andalucía, con fundaciones, es más fácil el contacto a
través de internet, vamos, del ordenador en general, de Whatsapp, que también lo
usamos.» (A41 asociación rumana voluntarista latente en Andalucía)
«De hecho la administración pública, por ejemplo, se comunica con correo, con email,
todas estas cosas. Tenemos información diversa de lo que hace la secretaría de
inmigración por ejemplo, el Conseil de inmigración o aquí el distrito Nou Barris, toda la
actividad que hace el distrito o el consejo de inmigración o diversas entidades. Esto nos
llega y nosotros podemos… o nos enteramos a través de la tecnología y podemos
participar. (A19 asociación ecuatoriana voluntarista latente en Cataluña)
«Compartimos abierto para todo el público y nos ven desde los ayuntamientos, porque
incluso nos comentan algo. De todo lo que hacemos nos comentan algo y eso es muy
importante. Y ellos también tienen el Facebook con nosotros y entonces siempre
tenemos una buena relación con la directora de asuntos sociales que ella publica cosas y
18
nosotras le ponemos su trabajo que está haciendo.» (A37 asociación ecuatoriana
voluntarista operativa en Andalucía)
Existe también cierto recelo de algunas asociaciones respecto de su independencia por
lo que prefieren mantener las distancias con la administración y/o con los partidos
políticos. Así lo muestran en sus discursos:
«Éramos reacios a formar con el ayuntamiento. Ahora el ayuntamiento, nos ha
propuesto, cosa que estaba en discusión si aceptábamos o no, que la asociación esté
dentro de su página web. Pero todavía no lo hemos hecho… estamos ahí en discusiones
en la directiva: si lo hacemos o no.» (A20 asociación ecuatoriana voluntarista latente en
Cataluña)
Por tanto, son las asociaciones voluntaristas operativas, y las profesionales,
principalmente las que reciben subvenciones públicas, las que mantienen relaciones más
intensas con la administración pública española. Pero también se asocia la cohesión
interna de los miembros de la asociación con una mayor relación cara a cara con la
administración pública. De las entrevistas se deduce que las asociaciones valoran el uso
de las TIC por mejorar la comunicación con la administración, tanto para estar más
informadas sobre las actividades organizadas por ésta, principalmente por los
ayuntamientos, incluso para participar en dichas actividades, como para informar sobre
las actividades organizadas por la propia asociación y tener comentarios de la
administración pública, a modo de reconocimiento.
La participación en foros de inmigración es la quinta actividad considerada para medir
la participación política, siendo la media de pocas veces al año, sin embargo la
menciono en segundo lugar porque forma parte de la relación con la administración
pública española dado que es ésta la que organiza dichos foros.
Así como la comunicación con las asociaciones voluntaristas operativas es la más
intensa, son las asociaciones profesionales las que más participan en foros de migración,
tanto online como offline. Sin que dicha participación se asocie a una nacionalidad, ni a
una CCAA ni a la antigüedad de la asociación. Son las asociaciones que cuentan con
presupuestos más altos, las que más intensamente utilizan las TIC y las que mantienes
redes asociativas más intensas, las que participan más frecuentemente en foros de
inmigración. Además, las asociaciones más dependientes de la administración pública
19
española participan en los foros de inmigración online, sin que haya relación con una
presencia física en dichos foros.
En definitiva, las administraciones públicas españolas invitan a las asociaciones
profesionales a participar físicamente en las reuniones de los denominados foros para la
integración de los inmigrantes. Estas asociaciones profesionales, pero también las
aquellas que más intensamente usan las TIC y que más se relacionan con otras
asociaciones son las que participan en este tipo de foros.
Los contactos con las administraciones públicas del país de origen son la cuarta
actividad en frecuencia relacionada con la participación política (véase Gráfico 1). La
frecuencia de dichos contactos es baja, siendo ligeramente superior online: De media,
las asociaciones contactan con administraciones de su país de origen pocas veces al año.
En este caso, las asociaciones bolivianas y rumanas tienden a mantener contactos con
las administraciones públicas de aquellos países más frecuentemente pero no son
diferencias estadísticamente significativas.
Por otra parte, las asociaciones de personas inmigradas estudiadas en Andalucía tienden
a colaborar offline, cara a cara o por teléfono, con mayor frecuencia con las
administraciones públicas de sus países de origen (bastantes veces al año), que las
asociaciones de personas inmigradas estudiadas en Euskadi (casi nunca). En Andalucía,
son las asociaciones rumanas y marroquíes las que suben la media. Las asociaciones
ubicadas en las otras tres CCAA se encuentran en puntos intermedios.
La antigüedad de las asociaciones, su presupuesto y su grado de dependencia de la
administración no se asocian con una relación más intensa con los gobiernos de origen.
En relación con los tipos de asociación, son las asociaciones voluntaristas latentes las
que mantienen relaciones más intensas (varias veces al año de media) con los gobiernos
de origen, sin embargo no son diferencias estadísticamente significativas entre los tres
grupos. Tampoco la cohesión interna de la asociación guarda relación con el número de
contactos con la administración de su país de origen, es decir que el grado de unión de
los miembros no se asocia con mayores contactos con la administración de origen.
Las asociaciones que utilizan las TIC con mayor intensidad y las que mantienen una red
asociativa más intensa tienen más contactos online con la administración del país de
origen sin que esos factores se asocien con mayores contactos offline.
20
Las relaciones con instituciones internacionales son las menos frecuentes entre las
actividades de participación política (véase Gráfico 1). La media se sitúa entre casi
nunca y una o dos veces al años por lo que pocas asociaciones mantienen este tipo de
contactos. El 75% de las asociaciones estudiadas nunca se comunica cara a cara ni por
teléfono con este tipo de instituciones y el 65% nunca se comunica online con estas
instituciones.
En este respecto tampoco se encuentran diferencias significativas entre las cinco
nacionalidades de origen estudiadas, ni entre las cinco CCAA. El año de constitución de
la asociación no se relaciona con el número de contactos con instituciones
internacionales.
A pesar de que la media de contactos con instituciones internacionales de las
asociaciones profesionales es superior a la media entre las voluntaristas, tanto online
(1,69 frente a 2,35) como offline (1,48 frente a 2,07), las diferencias ente los grupos no
son significativas, es decir que existen mayores diferencias dentro de los grupos que
entre ellos.
Las asociaciones que mantienen contactos online con instituciones supranacionales son
aquellas que utilizan más intensamente las TIC y las que mantienen una red de
contactos con otras asociaciones más intensa.
La participación en los medios de comunicación es la segunda actividad más frecuente,
entre las que consideradas como indicadoras de participación política, que realizan las
asociaciones de personas inmigradas en España (véase gráfico 1). De media, dicha
participación también se realiza varias veces al año, ligeramente con mayor frecuencia a
través de internet que cara a cara o por teléfono. La participación en los medios de
comunicación no se asocia con las características principales de la asociación como son
la nacionalidad de origen, la CCAA de arraigo, la antigüedad, el presupuesto o el grado
de dependencia de la asociación de las administraciones públicas.
Son las asociaciones más cohesionadas, las que mantienen relaciones entre socios más
frecuentes, tanto online como offline, las que más colaboran en los medios de
comunicación online, sin diferencias entre la participación offline.
Las redes asociativas formadas con otras asociaciones de inmigrantes en España no se
relacionan con la participación en medios de comunicación, pero son las asociaciones
que mantienen contactos más frecuentes con ONGs locales y con asociaciones de
21
inmigrantes en el extranjero, las que más participan en los medios de comunicación,
tanto online como offline.
Sin embargo, y como excepción a otros indicadores de participación política, un uso
más intenso de las TIC, el número de plataformas en internet y la frecuencia de
mantenimiento o actualización de dichas plataformas no correlacionan con la
participación en los medios de comunicación ni online ni offline.
Las actividades de reivindicación y denuncia son las terceras más frecuentes entre las
identificadas como indicadores de participación política (véase gráfico 1). De media, las
asociaciones llevan a cabo este tipo de actividad bastantes veces al año a través de
internet y pocas veces al año físicamente.
La nacionalidad de origen y la comunidad autónoma de asentamiento no se relacionan
con una mayor actividad de denuncia. Sí se relaciona, negativamente, con el año de
creación de la asociación. Es decir que las asociaciones más antiguas son las que más
frecuentemente denuncian y reivindican, especialmente offline, aunque también online
(véase tabla III).
La frecuencia de actividades de reivindicación y denuncia no se relacionan con la
dependencia de la administración pública española (de ningún nivel de la
administración), ni con el presupuesto de la asociación. Sin embargo, y a pesar de que la
diferencia es ligeramente significativa (p<0,1), son las asociaciones profesionales las
que llevan a cabo actividades de denuncia más intensamente, y las diferencias son
mayores online, aunque también existen ligeramente offline.
En este caso no parece afectar la cohesión interna de la asociación ya que la frecuencia
de denuncias y reivindicaciones no se asocia con la frecuencia de contactos entre socios.
La red asociativa, la intensidad y la densidad de red de las asociaciones de personas
inmigradas, se relaciona positiva y significativamente con la intensidad de las denuncias
y de las reivindicaciones tanto online como offline. Es decir que son las asociaciones
que más frecuentemente llevan a cabo denuncias las que más colaboran o comparten
información con todo tipo de asociaciones, locales extranjeras y locales nativas como
asociaciones en el extranjero y en su país de origen. Sin embargo, no se asocia la
intensidad de contactos con asociaciones de la misma nacionalidad localizadas en
España con la actividad reivindicativa.
22
Tabla III Asociaciones entre las características de la asociación y su participación política
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Administra Administra
ciones
ciones
públicas
públicas
estatalesestatalesOFFLINE
Nacionalidad¹
CCAA¹
Año de
constitución²
Presupuesto²
Dependencia²
Uso TIC²
Plataforma
online³
Cohesión interna²
Redes
asociativas²
ONLINE
La Unión
Europea u
Administra
otras
ciones
Administraci
instituciones
públicas de ones públicas
internacional
origende origenes-OFFLINE
OFFLINE
ONLINE
La Unión
Los
Los
Europea u
medios
medios
otras
de
Actividades de Actividades de
de
instituciones comunica comunica Foros de
Foros de Reivindicación Reivindicación
internacional
migración- migracióncióny denunciay denunciaciónes-ONLINE
OFFLINE
ONLINE
OFFLINE
ONLINE
OFFLINE
ONLINE
0,688
0,833
0,362
0,277
2,042
3,214**
1,989
2,002
0,798
1,434
0,583
1,196
0,474
0,777
1,002
0,789
0,662
0,531
0,915
1,206
0,234
0,834
0,953
0,390
-0,179
0,037
0,317*
0,384**
-0,213
0,031
0,370**
0,460**
-0,031
-0,093
-0,24
0,182
-0,005
-0,062
0,86
-0,335**
-0,134
0,111
0,075
0,185
-0,134
0,060
0,128
0,261*
0,01
0,250
0,064
0,187
-0,10
0,200
-0,023
0,233
-0,197
0,403**
0,095
0,352**
-0,123
0,340**
0,280*
0,405**
-0,245*
0,202
0,095
0,354**
-0,221*
0,163
0,168
0,218
0,236
0,290*
0,598
0,190
0,021
-0,085
0,002
0,006
0,342
-0,153
0,002
0,042
0,641
0,183
0,090
0,329*
0,640
0,081
0,142
0,257
0,346
-0,132
0,040
0,043
0,508**
0,527**
0,226
0,349**
0,156
0,254*
0,201
0,210
0,326**
0,342**
0,268*
0,293*
* p<0,05
** p<0,01
¹ Análisis de la varianza (ANOVA, F de Fisher-Snedecor)
² Correlación bivariada de Pearson (P)
³ Prueba de Levene
Fuente: elaboración propia
23
Participa en:
También se relaciona fuerte y positivamente el uso de las TIC con las reivindicaciones
cara a cara, físicamente, pero no con las realizadas a través de internet. Es decir, que las
asociaciones que más intensamente utilizan las TIC, con un uso frecuente y variado en
sus aplicaciones, son las más activas denunciando injusticias o reivindicando derechos,
pero no sólo desde un cómodo «click» en una pantalla conectada a internet, sino
también físicamente.
Sorprendentemente, son las asociaciones que más contactos mantienen con la
administración pública española y con otros organismos europeos o internacionales y
que más participan en foros para la integración de los inmigrantes y en los medios de
comunicación, las que llevan a cabo actividades de denuncia y reivindicación más a
menudo, tanto online como offline. Sin embargo, los contactos con la administración
pública del país de origen no guardan relación con la frecuencia de las reivindicaciones
y denuncias.
Por lo tanto, son las asociaciones más activas en la vida social, por su densa e intensa
red tanto con otras asociaciones como con la administración española y ligeramente
también por su profesionalidad, las más reivindicativas tanto online como offline. Las
asociaciones que más intensamente están utilizando las TIC son también las más
reivindicativas, incluso participando físicamente en actividades de denuncia.
Conclusión La primera de las conclusiones que se deduce del presente estudio es que la
heterogeneidad de las asociaciones formadas por personas inmigradas no se puede
explicar por la nacionalidad de origen, ni por la CCAA de asentamiento. Existe una
minoría de asociaciones con gran capacidad organizativa, que puede ser clasificada de
profesional, y existe al menos una asociación de estas características por cada
nacionalidad estudiada.
En segundo lugar, y tal y como sugiere la literatura revisada en la primera parte de este
artículo existe una categoría de asociaciones profesionales aupadas por la
administración pública y en gran medida dependientes de ésta. Existe, además, otra
categoría de asociaciones extremadamente débiles sin capacidad organizativa tal y como
lo han señalado Aparicio y Tornos (2010). Nuestro estudio permite vislumbrar una
tercera categoría intermedia con cierta capacidad operativa, perceptoras de
24
subvenciones públicas pero con fuentes de financiación algo más diversificadas. Esta
categoría ha sido denominada asociaciones voluntaristas operativas. Además, dados los
criterios utilizados para dicha clasificación, el presupuesto y el número de empleados,
una asociación voluntarista operativa podría pasar a ser profesional si consigue una gran
subvención que le permite emplear personal. Del mismo modo una asociación
profesional podría convertirse en asociación voluntarista latente si la administración que
le proporciona el 90% de su presupuesto que le ayuda a mantener su estructura un año
no le concediera la subvención.
En tercer lugar, podemos concluir que las asociaciones de inmigrantes en España se han
integrado o bien se están integrando paulatinamente en la sociedad de la información.
Un 71% de las asociaciones de nuestro estudio utiliza internet a diario, es decir que ha
introducido esta herramienta en su rutina.
Como cuarta conclusión, cabe destacara que las asociaciones de personas inmigradas
estudiadas, en término generales, no participan frecuentemente en política, siendo los
contactos con la administración pública española la actividad más común que apenas se
realiza de media una vez al mes.
En quinto lugar, los resultados de este estudio revelan que el origen de los miembros de
la asociación y su comunidad autónoma de arraigo no se relacionan con la participación
política. Es principalmente la intensidad en el uso de las TIC y el mantenimiento de
redes asociativas, tanto dentro de España como fuera y tanto con asociaciones de
personas inmigradas como de nativos los factores que más se asocian con la
participación política.
Finalmente, la profesionalización de las asociaciones y su dependencia del Estado
español por el hecho de recibir subvenciones públicas no son factores que se asocien
con las reivindicaciones políticas. Es decir que este estudio no permite corroborar los
análisis de Veredas (2003), Martín Pérez (2004) y Toral (2010) que denunciaban dicha
relación. No obstante, son esas mismas asociaciones, las profesionales, las que
mantienen una relación más intensa con la administración y son invitadas a participar en
los foros de integración las más activas en sus reivindicaciones. Por otra parte, son las
asociaciones que más colaboran o comparten información con otras organizaciones, ya
sean formadas por personas inmigradas o nativas, en España o en el extranjero, en su
25
país de origen o en un tercer país, las que realizan más frecuentemente actividades de
denuncia y reivindicaciones tanto a través de internet como físicamente.
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