El componente lingüístico del trabajo: Dimensiones e indicadores (Comunicación XII Congreso Español de Sociología) Autores Amado Alarcón y Josep Ubalde Universitat Rovira i Virgili Faultat Economia i empresa Av. De la Universitat, 1, 43204 Reus Contacto [email protected] Resumen La parte lingüística del trabajo (Boutet 2012:208) ha sido estudiada con diferentes propósitos, ya sea entender cómo ésta contribuye a la creación de valor (ver Grin et al. 2010), ya sea comprender cómo es alienada y objeto de explotación (Urcioli y LaDousa 2013). En los diversos trabajos se adoptan una definición y operativizaciones del concepto diferencias pero parciales. No se ha desarrollado una visión de conjunto que permita responder a la pregunta de qué constituye el trabajo lingüístico. En esta comunicación presentamos una revisión sistemática de la literatura con el fin de determinar las principales dimensiones e indicadores que constituyen la parte lingüística del trabajo. A partir de la búsqueda en diversas bases de datos bibliográficos y estadísticos hemos podido rescatar las aportaciones que directa o indirectamente permiten ahondar en la comprensión del fenómeno objeto de estudio. Mostramos el resultado al que llegamos a través de una conceptualización del trabajo lingüístico y el establecimiento de un conjunto de indicadores que nos permiten medir este componente del trabajo. Consideramos que es un objetivo necesario para ahondar en cuestiones tales como las condiciones ocupacionales, la productividad y la competitividad a través del efecto ejercido por el lenguaje. Palabras clave Lenguaje, trabajo, dimensiones, indicadores, revisión sistemática 1. Introducción Una característica fundamental de la sociedad informacional (Castells, 1996) es la centralidad de la producción y gestión de información y conocimiento. La importancia que adquieren estos elementos ha ido acompañada de una preponderancia del sector servicios en detrimento del trabajo industrial (Bell 1973). Puesto que información y conocimiento están codificados lingüísticamente, el componente lingüístico del trabajo ha adquirido una importancia capital. En palabras de Robert Reich (1992): “A growing number of workers are dedicated to the manipulation of symbols to ensure better services, maintain the rhythm of innovation, and resolve complex new problems”. Boutet (2012) denomina “parte lingüística del trabajo” (p. 208) al conjunto de habilidades lingüísticas necesarias para llevar a cabo un trabajo. Señala que esta parte o componente lingüístico es variable des del punto de vista sincrónico y des del diacrónico. Des del punto de vista sincrónico la variabilidad se da tanto por el sector profesional, como el oficio, como las funciones desempeñadas, etc. Des del punto de vista diacrónico, la autora argumenta que la interacción que se establece entre actividad lingüística y actividad laboral se ha ido reconfigurando en las diferentes fases del capitalismo. Mientras que durante la industrialización el lenguaje era incompatible con el desempeño laboral, posteriormente y hasta mediados del siglo XX se da un proceso de “industrialización” del trabajo lingüístico. En la contemporaneidad se llega a una mercantilización de esta parte del trabajo que se manifiesta por una estandarización extrema del recurso natural del habla. La relevancia que adquiere el lenguaje en los procesos productivos de la sociedad informacional ha sido evidenciada des de diferentes enfoques y ámbitos de estudio. Por un lado sabemos que el número de trabajadores involucrados en la manipulación de símbolos ha ido en aumento en la nueva era global e informacional (Heller 2005; Reich 1992). Diversos trabajos etnográficos, situados al nivel de la empresa y el lugar de trabajo señalan la importancia que tiene el lenguaje y la comunicación en general en la nueva economía. Heller (2005) argumenta sobre la relevancia del “lenguaje como medio de producción y como producto” y Boutet (2001) nos habla de la emergencia del “trabajo ligado a la competencia comunicativa” como consecuencia de los cambios en los modos de producción y el avance del sector servicios e informacional. También des de la perspectiva de las relaciones laborales Alarcón, Martínez y Ubalde (en prensa), muestran como el lenguaje (entendido como mercadería) forma parte de los procesos de negociación colectiva y se incorpora como un elemento clave de categoría laboral en sectores característicos del trabajo informacional (como los call centers). Y des de la economía del lenguaje diversos trabajos han mostrado, a nivel macro, la relación existente entre la competencia lingüística y los ingresos (Chiswic and Miller 2007; Grin, Sfreddo, and Vaillancourt 2011), así como también se ha reportado la contribución de diferentes lenguas al crecimiento económico (Grin et al. 2011; Martín Municio 2003). A pesar del considerable volumen de estudios que analizan el vínculo entre lenguaje y trabajo, no existe consenso acerca de qué representa el trabajo lingüístico (es decir, sobre qué es el componente o parte lingüística de la actividad laboral). De hecho, parte de la crítica que dirige Block (en prensa) al concepto de “language commodification” se basa en la falta de especificación de qué es o qué representa el trabajo lingüístico, puesto que se trata de algo inextricablemente vinculado a otras competencias o habilidades. Además, entre los diversos estudios se utilizan diferentes conceptualizaciones y operativizaciones del término. Pero estas son parciales, ya que no contemplan otras de las dimensiones identificadas sobre el trabajo lingüístico. Por los conocimientos que tienen los autores del presente artículo, no se ha desarrollado una visión de conjunto que permita responder a la pregunta de qué constituye el trabajo lingüístico. Este artículo pretende ser una contribución a la conceptualización, operativización y medición del componente lingüístico del trabajo. En lo que sigue presentamos una revisión de la literatura y de bases de datos estadísticos con el fin de determinar las principales dimensiones e indicadores que definen la parte lingüística del trabajo. En el primer apartado se especifican los criterios de búsqueda y de selección y en el segundo exponemos los resultados citando las definiciones y dimensiones más relevantes. Se concluye con una reflexión acerca de la posible operativización del trabajo lingüístico. 2. Método de trabajo En este artículo se pretende encontrar las principales dimensiones del trabajo lingüístico identificadas en la literatura académica y establecer aquel conjunto de indicadores (desarrollados para diferentes estudios) que ayuden a capturar el componente lingüístico del trabajo. Disponer de este constructo y sus partes constitutivas nos permite llegar a una comprensión más detallada de las relaciones que se establecen entre el lenguaje y los procesos productivos en la sociedad informacional. El trabajo realizado primeramente ha consistido en una revisión de la literatura académica. En las publicaciones que analizan los vínculos lenguaje-trabajo se pueden identificar diversas dimensiones que hacen referencia a la parte o componente lingüística del trabajo. Por medio de una revisión de esta literatura se han recopilado todas aquellas definiciones que directa o indirectamente hacen referencia al concepto. La revisión se realizó partiendo de dos de las bases de datos bibliográficos más utilizadas en ciencias sociales: SCOPUS y Web of Science. Aunque la búsqueda no se limitó a estas fuentes de información, ya que siguiendo una estrategia de bola de nieve se consultaron trabajos procedentes de diversas fuentes. El criterio inicial de búsqueda en las bbdd fue el siguiente: (linguistic OR language) AND (workplace OR labor) Se obtuvieron aproximadamente 3.300 trabajos. Estos fueron filtrados por ámbito, restringiendo a aquellos enmarcados en las ciencias sociales y las humanidades. Tras excluir posters, editoriales, proceedings, etc. y todos aquellos trabajos en lengua no inglesa, el resultado fue de unos 900 artículos. Se leyeron los títulos (y en casos de ambigüedad también los abstracts) para descartar nuevamente todos aquellos estudios sin indicios de tratar el lenguaje y su relación con el trabajo. Finalmente, se leyeron los abstracts susceptibles de contener información relevante para el propósito de la investigación y, tras descartar nuevamente trabajos no relevantes, se procedió a un examen más detallado de búsqueda de definiciones, dimensiones e indicadores sobre el componente lingüístico del trabajo. Como puede verse, se trata de una estrategia de filtrado por embudo. El objetivo era reducir el gran volumen de trabajos a un número más manejable pero de contenido específicamente vinculado a la cuestión de interés. Además, como se ha mencionado, mediante una estrategia de bola de nieve, se incorporaron nuevos trabajos citados en los artículos ya revisados. El segundo objetivo del artículo es encontrar aquel conjunto de indicadores que de cuenta del componente lingüístico del trabajo. Para ello se ha realizado una búsqueda sobre distintas bases de datos estadísticos procedentes de encuestas recopiladas por institutos oficiales de estadística o centros de investigación. Estos indicadores respondían a las principales dimensiones del trabajo lingüístico identificadas en la literatura y representan el paso previo para la construcción de un sistema de indicadores. 3-Las nueve dimensiones del trabajo lingüístico En la revisión de la literatura efectuada, se han recopilado diferentes definiciones y operativizaciones. Proceden de una colección de textos multidisciplinar, pues tanto el lenguaje como su estudio en el contexto del trabajo son objeto de análisis de varias disciplinas. Entre las cuáles se pueden destacar: La lingüística aplicada, cuyo centro de atención gira en torno a las cuestiones de la competencia y habilidades lingüísticas, el aprendizaje y la enseñanza de lenguas en el contexto de las relaciones productivas. La sociolingüística, la antropología del lenguaje y los estudios etnográficos, dónde encontramos trabajos que abordan el lenguaje en el entorno social del lugar de trabajo. Destacan en este campo los estudios críticos que muestran cómo el lenguaje (como competencia y como habilidad natural) es mercantilizado y alienado. Otra disciplina o campo de conocimiento que explora los vínculos entre lenguaje y trabajo es el de la economía del lenguaje. Su interés se centra especialmente en los efectos del lenguaje sobre diversos outputs económicos, entre los cuales destaca el de los ingresos salariales. Finalmente, des de la ciencia cognitiva también encontramos aportaciones relevantes, aunque indirectamente relacionados con el objeto de estudio de esta investigación. En los artículos de este campo se pueden ver las pautas cognitivas que ponen en relación el lenguaje y su aplicación en ciertas actividades o tareas. Como se ha mencionado en la introducción, pocos estudios conceptualizan el lenguaje de una forma multidimensional. Se pueden destacar, sin embargo, los trabajos de Alarcón (2007) y Alarcón et al. (2014) que proponen la noción de intensidad lingüística para entender cómo el lenguaje interviene en el proceso productivo. En el primero de estos trabajos se define la intensidad lingüística como: “El componente comunicativo necesario para la producción y comercialización de productos que determina los costes lingüísticos de transacción internos (en la gestión de la producción) y externos (en relación con los proveedores y mercados). […] se puede definir a través de tres elementos: 1) el número de idiomas necesarios para el desempeño del trabajo (intensidad por la diversidad), 2) la necesidad de la lengua o lenguas como instrumento de trabajo en la actividad empresarial (intensidad por extensión) y 3) la excelencia en el uso entendida como la evolución de las necesidades en relación con el conocimiento de la lengua (intensidad por la calidad)” (Alarcón 2007:3). Bajo la idea de “trabajo lingüístico” que definimos como aquellas dimensiones del lenguaje que intervienen en el proceso productivo, se proponen siete principales dimensiones constituyentes: Competencia comunicativa, lenguas utilizadas, uso del lenguaje (intensidad), autonomía lingüística, mediación del lenguaje, formas de comunicación y nivel de complejidad (o abstracción del mensaje). En el trabajo que sigue a continuación desarrollamos las tres primeras, derivadas éstas de la noción de intensidad lingüística. Estas siete dimensiones son una propuesta de clasificación de aquellas partes constitutivas del trabajo lingüístico identificadas en la literatura. No obstante, somos conscientes de que no ocurren aisladamente, sino que siempre se dan en interacción. Por ejemplo, en un trabajo puede requerirse el uso de un determinado número de lenguajes (lenguas utilizadas), pero independientemente del uso se precisa de una habilidad determinada (competencia) y a la vez puede usar-se con mayor o menor intensidad. Además, tal uso del lenguaje se desarrolla con un determinado nivel de discrecionalidad (autonomía), a través de determinados canales y formas (o modos) con un contenido más o menos abstracto. 3.1- Competencia comunicativa Competencia comunicativa es un término acuñado por Hymes (1972) para referirse tanto a la noción Chomskyiana de competencia lingüística (competencia gramatical) como también a la habilidad de usar dicha competencia en una variedad de contextos comunicativos. Sobre esta base inicial de competencia comunicativa, diversos autores han elaborado modelos más detallados de lo que serían las habilidades comunicativas. Entre las contribuciones relevantes encontramos las de Canale y Swain (1980) y Canale (1983), que proponen un modelo comunicativo basado en cuatro principales aspectos: (I) La competencia gramatical, que se trata del conocimiento del código de un determinado idioma (reglas gramaticales, vocabulario, pronunciación, ortografía, etc.). (II) La competencia sociolingüística, que significa el dominio de los códigos socioculturales del uso del lenguaje (aplicación adecuada del vocabulario, registro, la cortesía y el estilo en una situación dada). (III) La competencia discursiva, que sería la capacidad de combinar las estructuras del lenguaje en diferentes tipos de textos cohesivos (por ejemplo, la expresión política, poesía). (IV) Y la competencia estratégica, que hace referencia al conocimiento de las estrategias de comunicación verbales y no verbales que mejoran la eficiencia de la comunicación. Se trata de cuatro aspectos básicos que otros autores han complementado y/o modificado, por ejemplo en el campo de la evaluación de lenguas Bachman and Palmer (1996) y la enseñanza Celce-Murcia, Dornyei, and Thurrell (1995). Des de la aproximación de los requerimientos para el desarrollo del trabajo (Job Requeriment Approach) se han destacado también las habilidades lingüísticas como un aspecto importante para el desempeño de la actividad laboral. Fleishman y colaboradores (Fleishman, Costanza, and Marshall-Mies 1999; Fleishman 1982) desarrollan un marco conceptual de las habilidades en el trabajo definiendo estas como “relatively enduring basic capacities for performing a wide range of different tasks”. Otros estudios utilizan la noción de competencia des de la percepción subjetiva del hablante, lo que se suele denominar self-reported language proficiency. Se trata de una proxy de la competencia lingüística que habitualmente se utiliza como variable exógena para analizar diferentes outcomes laborales (tales como ingresos salariales, ocupabilidad, etc.). Diferentes trabajos han aislado el efecto que tiene sobre los ingresos la competencia lingüística en la lengua de la sociedad receptora por parte de los inmigrantes (Bleakley 2013; Chiswic and Miller 2007; Dutmann and van Soest 2001). También Rumbaut (2014) pone de manifiesto que la competencia lingüística bilingüe se relaciona positivamente con el grado de integración socioeconómica de los inmigrantes de segunda generación (medida esta a través de la escolarización, el estatus laboral y los ingresos). Por qué motivos resulta la competencia una dimensión relevante para el desempeño del trabajo es una cuestión obvia. En muchas tareas o trabajos se requiere de un elevado grado de dominio de una lengua. Por ejemplo para la redacción de diferentes tipos de textos, para las explicaciones e indicaciones verbales y la comprensión de estas mismas producciones de otros. Las conversaciones e interacciones con otros son parte del potencial comunicativo necesario para el óptimo desarrollo de muchos trabajos. Así pues, la competencia lingüística representa un aspecto fundamental para el desarrollo laboral, especialmente cuando el nivel de expresión, comprensión e intercomunicación requeridas son elevados, como por ejemplo en el caso de profesiones técnicas e intelectuales. En resumen, queda claro que la competencia lingüística está estrechamente vinculada con la actividad laboral y se considera una habilidad necesaria en la producción de bienes y servicios en la sociedad informacional. Esta dimensión del lenguaje puede verse como uno de los tres elementos de intensidad lingüística identificados por Alarcón (2007) cuando nos habla de la excelencia en el uso de la lengua, es decir, de la intensidad por calidad. 3.2- Nº de lenguas El número de lenguas requerido para efectuar un trabajo es otro de los aspectos del identificado en la literatura. La globalización económica conlleva un aumento de la relevancia del multilingüismo como activo en los negocios. La internacionalización de los mercados y las campañas internacionales (Duchêne and Heller 2012), el desarrollo económico de los países emergentes (Graddol 2006), el incremento de la circulación transfronteriza de personas, entre otros aspectos vinculados a la globalización, han generado una mayor necesidad de trabajo lingüístico en lo que respecta a la diversidad, es decir, al número de lenguas requerido. El número de lenguas extranjeras proporciona una ventaja competitiva en los mercados de trabajo y esto es particularmente cierto para aquellos que trabajan en la alta dirección, las empresas multinacionales o de ventas y comercialización (Comisión Europea 2008). Se trata en este caso de la intensidad por diversidad (Alarcón 2007), es decir, del número de idiomas necesarios para el desempeño del trabajo. La relevancia que adquiere el multilingüismo en el lugar de trabajo queda bien recogida en diversos estudios. En su libro sobre la ventaja competitiva del bilingüismo en EEUU, (Gandara and Callahan 2014) ponen de manifiesto que el uso de diversas lenguas reporta mayores beneficios en el mercado laboral. También encontramos un gran número de estudios centrados en analizar el efecto positivo del bilingüismo y la educación bilingüe sobre los ingresos y la ocupación (Angrist and Lavy 1997; Rendon 2007). Otra línea de trabajo investiga la necesidad de lenguas extranjeras en las empresas y organizaciones internacionales (ver por ejemplo Connell 2002; Fixman 1990), que se centran en la relevancia de la diversidad lingüística en países de habla inglesa. Pero sin duda, el que cuenta con una mayor base empírica es el estudio ELAN, comisionado por la UE. Pone de manifiesto la relevancia del multilingüismo en el comercio internacional. Los resultados de una encuesta a cerca de 2.000 empresas europeas muestran que tales compañías están perdiendo una parte importante de negocio debido a la falta de dominio de lenguas extranjeras (Hagen 2006). Finalmente, aunque en otra línea de investigación, se pueden encontrar diversos estudios que analizan los efectos cognitivos del bilingüismo sobre el desempeño de ciertas actividades (Bialystok, 2009). Aunque indirectamente, los efectos positivos del bilingüismo se pueden relacionar con una mayor capacidad a la hora de llevar a cabo determinadas tareas. La diversidad en el número de lenguajes utilizados en el trabajo no se restringe solamente a los diferentes idiomas o lenguas habladas. Otros tipos de lenguaje deben también tomarse en consideración cuando hablamos de la “intensidad por diversidad”, como por ejemplo el uso de la lengua de signos e incluso el uso de diferentes lenguajes de programación. 3.3 - Uso del lenguaje (intensidad) Por último abordamos la cuestión de la intensidad en el uso del lenguaje, es decir, la intensidad por extensión (Alarcón 2007). Se distingue de las otras dos dimensiones porque no hace referencia a la calidad ni a la cantidad, sino a la frecuencia (tiempo requerido). Estamos hablando de cuánto se necesita el lenguaje para el desempeño de un determinado trabajo. Se puede pensar en su carácter distintivo respecto a las anteriores dimensiones. A pesar de que se necesite habilidad o no, ya sea en el uso de uno o varios lenguajes, el lenguaje puede ser una habilidad de trabajo que se requiera usar constantemente. No obstante, es difícil analizar esta intensidad o uso del lenguaje de forma independiente. No hemos encontrado trabajos que analicen directamente la intensidad en el uso del lenguaje en el mercado laboral y en relación a indicadores económicos. Pero existen algunos estudios que se centran en analizar determinados sectores de actividad que son intensivos en el uso del lenguaje. Un caso paradigmático lo constituyen los call centers, de fuerte crecimiento en las últimas décadas, dónde la lengua se ha convertido en la materia prima y la conversación en el producto (Alarcón, Martínez, and Ubalde 2016). Pese a la intensidad en el uso del lenguaje, el trabajad lingüístico en los call centers está sometido a un alto grado de objetivación, alienación y precariedad. Justo lo contrario nos dice Reich (1992) cuando nos habla de los trabajadores simbólicos, aquel colectivo inserto en sectores de actividad donde la principal actividad reside en el análisis de la información lingüísticamente codificada. Se incluyen en este grupo profesionales técnicos y cualificados así como managers y ejecutivos. Según el autor, las condiciones y estatus laboral de los trabajadores simbólicos son mejores en relación a las de otros grupos. 4- Operativización del término “trabajo lingüístico” Seguidamente se presenta una tabla resumen (tabla I) en la que se listan las tres principales dimensiones discutidas sobre el componente lingüístico del trabajo, así como también una propuesta de los diversos indicadores que dan cuenta de cada dimensión. Esta propuesta se ha hecho en base a la literatura académica consultada así como en base a las variables recogidas des de diferentes encuestas llevadas a cabo por institutos oficiales de estadística y centros de investigación. Tabla I. Dimensiones, bibliografía relacionada, indicadores y fuentes secundarias de datos. Dimensión Competencia comunicativa Bibliografía asociada Bleakley (2013); Chiswick y Miller (2007); Alarcón (2007); Rumbaut (2014) Indicadores Variables* Datos fuentes secundarias Proficiencia lingüística (general) Importance of writing long documents with correct spelling and grammar ESS Knowledge of English required ONET, ESS Habilidad requerida lengua franca (inglés) Habilidad requerida lengua oficial Habilidad requerida lengua foránea Lenguas empleadas Uso del lenguaje (intensidad) Gandara y Callahan (2014); Angrist and Lavy (1997); Rendon (2007); Fixman (1990); Hagen (2006) Reich (1992) Nº lenguas empleadas Uso de lenguaje de programación Uso de lenguaje de signos Knowledge of x language required Knoledge of foreign languages required Languages used at work Programming language use to write computer code ONET, ESS - n.d. How often telephone conversations How often word processor How often realtime discussions on the internet How often read letters memos or mails Frecuencia de trabajo How often read lingüístico newspapers, magazines or newsletters How often read articles in professional journals How often read manuals or reference materials ONET, ESS SVLM PIAAC ONET PIAAC PIAAC PIAAC,ESS PIAAC,ESS PIAAC,ESS PIAAC,ESS PIAAC,ESS How often read bills, invoices, bank statements or other financial statements PIAAC,ESS How often read diagrams, maps or schematics, referene mateials How often public PIAAC,ESS speaking PIAAC,ESS How often write letters and memos PIAAC,ESS How often write articles or newsletters PIAAC,ESS How often write reports PIAAC,ESS How often listening carefully to colleagues *En todas las variables recogidas la pregunta de cuestionario hace referencia al lugar de trabajo. 5- Conclusión En este trabajo se ha presentado una propuesta de definición y operativización del concepto de trabajo lingüístico. Pese al debate internacional sobre la cuestión lingüística en la empresa como factor de competitividad, hasta la fecha no se ha elaborado una medición compleja del término. Aunque se han hecho contribuciones para analizar el vínculo entre trabajo lingüístico y outputs económicos, aún no se han logrado esclarecer las formas por las que el lenguaje impacta en la competitividad. A este respecto, se ha enfatizado la importancia del multilingüismo en la economía global. Así como también se la intensidad del uso del lenguaje en sectores punteros ocupados por los analistas de símbolos. Y finalmente se ha destacado la importancia de las competencias lingüísticas a la hora de acceder a trabajos tanto cualificados como no cualificados. Estas contribuciones hacen referencia a las tres dimensiones que en este trabajo hemos identificado y operativizado: el número de lenguas, la intensidad o uso de lenguaje y la competencia lingüística respectivamente. Aunque se han identificado más dimensiones relevantes del trabajo lingüístico en la literatura revisada, en la presente comunicación nos hemos centrado en aquellas vinculadas a lo que se ha denominado “intensidad lingüística”. Además, en base a la búsqueda de diferentes bases de datos estadísticos hemos identificado un conjunto de indicadores que pueden dar cuenta de estas dimensiones. Se trata de una propuesta encaminada al desarrollo de un sistema de indicadores. Tal objetivo nos ayudaría a entender cómo el lenguaje conduce a la creación de valor, es decir, que dimensiones del trabajo lingüístico y de qué modo se introducen en los procesos productivos. Así pues, se trata de una propuesta de medir el lenguaje en su complejidad, de ir más allá del análisis de una sola dimensión y de la mera confirmación del reporte económico del lenguaje. 6-Bibliografía Alarcón, Amado. 2007. “Informationalism , Globalisation and Trilingualism. 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