El componente lingüístico del trabajo: ... (Comunicación XII Congreso Español de Sociología)

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El
componente
lingüístico
del
trabajo:
Dimensiones
e
indicadores
(Comunicación XII Congreso Español de Sociología)
Autores
Amado Alarcón y Josep Ubalde
Universitat Rovira i Virgili
Faultat Economia i empresa
Av. De la Universitat, 1, 43204 Reus
Contacto
[email protected]
Resumen
La parte lingüística del trabajo (Boutet 2012:208) ha sido estudiada con diferentes
propósitos, ya sea entender cómo ésta contribuye a la creación de valor (ver Grin et al.
2010), ya sea comprender cómo es alienada y objeto de explotación (Urcioli y LaDousa
2013). En los diversos trabajos se adoptan una definición y operativizaciones del
concepto diferencias pero parciales. No se ha desarrollado una visión de conjunto que
permita responder a la pregunta de qué constituye el trabajo lingüístico. En esta
comunicación presentamos una revisión sistemática de la literatura con el fin de
determinar las principales dimensiones e indicadores que constituyen la parte lingüística
del trabajo. A partir de la búsqueda en diversas bases de datos bibliográficos y
estadísticos hemos podido rescatar las aportaciones que directa o indirectamente
permiten ahondar en la comprensión del fenómeno objeto de estudio. Mostramos el
resultado al que llegamos a través de una conceptualización del trabajo lingüístico y el
establecimiento de un conjunto de indicadores que nos permiten medir este componente
del trabajo. Consideramos que es un objetivo necesario para ahondar en cuestiones tales
como las condiciones ocupacionales, la productividad y la competitividad a través del
efecto ejercido por el lenguaje.
Palabras clave
Lenguaje, trabajo, dimensiones, indicadores, revisión sistemática
1. Introducción
Una característica fundamental de la sociedad informacional (Castells, 1996) es la
centralidad de la producción y gestión de información y conocimiento. La importancia
que adquieren estos elementos ha ido acompañada de una preponderancia del sector
servicios en detrimento del trabajo industrial (Bell 1973). Puesto que información y
conocimiento están codificados lingüísticamente, el componente lingüístico del trabajo
ha adquirido una importancia capital. En palabras de Robert Reich (1992): “A growing
number of workers are dedicated to the manipulation of symbols to ensure better
services, maintain the rhythm of innovation, and resolve complex new problems”.
Boutet (2012) denomina “parte lingüística del trabajo” (p. 208) al conjunto de
habilidades lingüísticas necesarias para llevar a cabo un trabajo. Señala que esta parte o
componente lingüístico es variable des del punto de vista sincrónico y des del
diacrónico. Des del punto de vista sincrónico la variabilidad se da tanto por el sector
profesional, como el oficio, como las funciones desempeñadas, etc. Des del punto de
vista diacrónico, la autora argumenta que la interacción que se establece entre actividad
lingüística y actividad laboral se ha ido reconfigurando en las diferentes fases del
capitalismo. Mientras que durante la industrialización el lenguaje era incompatible con
el desempeño laboral, posteriormente y hasta mediados del siglo XX se da un proceso
de “industrialización” del trabajo lingüístico. En la contemporaneidad se llega a una
mercantilización de esta parte del trabajo que se manifiesta por una estandarización
extrema del recurso natural del habla.
La relevancia que adquiere el lenguaje en los procesos productivos de la sociedad
informacional ha sido evidenciada des de diferentes enfoques y ámbitos de estudio. Por
un lado sabemos que el número de trabajadores involucrados en la manipulación de
símbolos ha ido en aumento en la nueva era global e informacional (Heller 2005; Reich
1992). Diversos trabajos etnográficos, situados al nivel de la empresa y el lugar de
trabajo señalan la importancia que tiene el lenguaje y la comunicación en general en la
nueva economía. Heller (2005) argumenta sobre la relevancia del “lenguaje como
medio de producción y como producto” y Boutet (2001) nos habla de la emergencia del
“trabajo ligado a la competencia comunicativa” como consecuencia de los cambios en
los modos de producción y el avance del sector servicios e informacional. También des
de la perspectiva de las relaciones laborales Alarcón, Martínez y Ubalde (en prensa),
muestran como el lenguaje (entendido como mercadería) forma parte de los procesos
de negociación colectiva y se incorpora como un elemento clave de categoría laboral en
sectores característicos del trabajo informacional (como los call centers). Y des de la
economía del lenguaje diversos trabajos han mostrado, a nivel macro, la relación
existente entre la competencia lingüística y los ingresos (Chiswic and Miller 2007; Grin,
Sfreddo, and Vaillancourt 2011), así como también se ha reportado la contribución de
diferentes lenguas al crecimiento económico (Grin et al. 2011; Martín Municio 2003).
A pesar del considerable volumen de estudios que analizan el vínculo entre lenguaje y
trabajo, no existe consenso acerca de qué representa el trabajo lingüístico (es decir,
sobre qué es el componente o parte lingüística de la actividad laboral). De hecho, parte
de la crítica que dirige Block (en prensa) al concepto de “language commodification”
se basa en la falta de especificación de qué es o qué representa el trabajo lingüístico,
puesto que se trata de algo inextricablemente vinculado a otras competencias o
habilidades.
Además, entre los diversos estudios se utilizan diferentes
conceptualizaciones y operativizaciones del término. Pero estas son parciales, ya que
no contemplan otras de las dimensiones identificadas sobre el trabajo lingüístico. Por
los conocimientos que tienen los autores del presente artículo, no se ha desarrollado una
visión de conjunto que permita responder a la pregunta de qué constituye el trabajo
lingüístico. Este artículo pretende ser una contribución a la conceptualización,
operativización y medición del componente lingüístico del trabajo.
En lo que sigue presentamos una revisión de la literatura y de bases de datos estadísticos
con el fin de determinar las principales dimensiones e indicadores que definen la parte
lingüística del trabajo. En el primer apartado se especifican los criterios de búsqueda y
de selección y en el segundo exponemos los resultados citando las definiciones y
dimensiones más relevantes. Se concluye con una reflexión acerca de la posible
operativización del trabajo lingüístico.
2. Método de trabajo
En este artículo se pretende encontrar las principales dimensiones del trabajo lingüístico
identificadas en la literatura académica y establecer aquel conjunto de indicadores
(desarrollados para diferentes estudios) que ayuden a capturar el componente lingüístico
del trabajo. Disponer de este constructo y sus partes constitutivas nos permite llegar a
una comprensión más detallada de las relaciones que se establecen entre el lenguaje y
los procesos productivos en la sociedad informacional.
El trabajo realizado primeramente ha consistido en una revisión de la literatura
académica. En las publicaciones que analizan los vínculos lenguaje-trabajo se pueden
identificar diversas dimensiones que hacen referencia a la parte o componente
lingüística del trabajo. Por medio de una revisión de esta literatura se han recopilado
todas aquellas definiciones que directa o indirectamente hacen referencia al concepto.
La revisión se realizó partiendo de dos de las bases de datos bibliográficos más
utilizadas en ciencias sociales: SCOPUS y Web of Science. Aunque la búsqueda no se
limitó a estas fuentes de información, ya que siguiendo una estrategia de bola de nieve
se consultaron trabajos procedentes de diversas fuentes. El criterio inicial de búsqueda
en las bbdd fue el siguiente:
(linguistic OR language) AND (workplace OR labor)
Se obtuvieron aproximadamente 3.300 trabajos. Estos fueron filtrados por ámbito,
restringiendo a aquellos enmarcados en las ciencias sociales y las humanidades. Tras
excluir posters, editoriales, proceedings, etc. y todos aquellos trabajos en lengua no
inglesa, el resultado fue de unos 900 artículos. Se leyeron los títulos (y en casos de
ambigüedad también los abstracts) para descartar nuevamente todos aquellos estudios
sin indicios de tratar el lenguaje y su relación con el trabajo. Finalmente, se leyeron los
abstracts susceptibles de contener información relevante para el propósito de la
investigación y, tras descartar nuevamente trabajos no relevantes, se procedió a un
examen más detallado de búsqueda de definiciones, dimensiones e indicadores sobre el
componente lingüístico del trabajo.
Como puede verse, se trata de una estrategia de filtrado por embudo. El objetivo era
reducir el gran volumen de trabajos a un número más manejable pero de contenido
específicamente vinculado a la cuestión de interés. Además, como se ha mencionado,
mediante una estrategia de bola de nieve, se incorporaron nuevos trabajos citados en los
artículos ya revisados.
El segundo objetivo del artículo es encontrar aquel conjunto de indicadores que de
cuenta del componente lingüístico del trabajo. Para ello se ha realizado una búsqueda
sobre distintas bases de datos estadísticos procedentes de encuestas recopiladas por
institutos oficiales de estadística o centros de investigación. Estos indicadores
respondían a las principales dimensiones del trabajo lingüístico identificadas en la
literatura y representan el paso previo para la construcción de un sistema de indicadores.
3-Las nueve dimensiones del trabajo lingüístico
En la revisión de la literatura efectuada, se han recopilado diferentes definiciones y
operativizaciones. Proceden de una colección de textos multidisciplinar, pues tanto el
lenguaje como su estudio en el contexto del trabajo son objeto de análisis de varias
disciplinas. Entre las cuáles se pueden destacar: La lingüística aplicada, cuyo centro de
atención gira en torno a las cuestiones de la competencia y habilidades lingüísticas, el
aprendizaje y la enseñanza de lenguas en el contexto de las relaciones productivas. La
sociolingüística, la antropología del lenguaje y los estudios etnográficos, dónde
encontramos trabajos que abordan el lenguaje en el entorno social del lugar de trabajo.
Destacan en este campo los estudios críticos que muestran cómo el lenguaje (como
competencia y como habilidad natural) es mercantilizado y alienado. Otra disciplina o
campo de conocimiento que explora los vínculos entre lenguaje y trabajo es el de la
economía del lenguaje. Su interés se centra especialmente en los efectos del lenguaje
sobre diversos outputs económicos, entre los cuales destaca el de los ingresos salariales.
Finalmente, des de la ciencia cognitiva también encontramos aportaciones relevantes,
aunque indirectamente relacionados con el objeto de estudio de esta investigación. En
los artículos de este campo se pueden ver las pautas cognitivas que ponen en relación
el lenguaje y su aplicación en ciertas actividades o tareas.
Como se ha mencionado en la introducción, pocos estudios conceptualizan el lenguaje
de una forma multidimensional. Se pueden destacar, sin embargo, los trabajos de
Alarcón (2007) y Alarcón et al. (2014) que proponen la noción de intensidad lingüística
para entender cómo el lenguaje interviene en el proceso productivo. En el primero de
estos trabajos se define la intensidad lingüística como: “El componente comunicativo
necesario para la producción y comercialización de productos que determina los costes
lingüísticos de transacción internos (en la gestión de la producción) y externos (en
relación con los proveedores y mercados). […] se puede definir a través de tres
elementos: 1) el número de idiomas necesarios para el desempeño del trabajo
(intensidad por la diversidad), 2) la necesidad de la lengua o lenguas como instrumento
de trabajo en la actividad empresarial (intensidad por extensión) y 3) la excelencia en
el uso entendida como la evolución de las necesidades en relación con el conocimiento
de la lengua (intensidad por la calidad)” (Alarcón 2007:3).
Bajo la idea de “trabajo lingüístico” que definimos como aquellas dimensiones del
lenguaje que intervienen en el proceso productivo, se proponen siete principales
dimensiones constituyentes: Competencia comunicativa, lenguas utilizadas, uso del
lenguaje (intensidad), autonomía lingüística, mediación del lenguaje, formas de
comunicación y nivel de complejidad (o abstracción del mensaje). En el trabajo que
sigue a continuación desarrollamos las tres primeras, derivadas éstas de la noción de
intensidad lingüística.
Estas siete dimensiones son una propuesta de clasificación de aquellas partes
constitutivas del trabajo lingüístico identificadas en la literatura. No obstante, somos
conscientes de que no ocurren aisladamente, sino que siempre se dan en interacción.
Por ejemplo, en un trabajo puede requerirse el uso de un determinado número de
lenguajes (lenguas utilizadas), pero independientemente del uso se precisa de una
habilidad determinada (competencia) y a la vez puede usar-se con mayor o menor
intensidad. Además, tal uso del lenguaje se desarrolla con un determinado nivel de
discrecionalidad (autonomía), a través de determinados canales y formas (o modos) con
un contenido más o menos abstracto.
3.1- Competencia comunicativa
Competencia comunicativa es un término acuñado por Hymes (1972) para referirse
tanto a la noción Chomskyiana de competencia lingüística (competencia gramatical)
como también a la habilidad de usar dicha competencia en una variedad de contextos
comunicativos. Sobre esta base inicial de competencia comunicativa, diversos autores
han elaborado modelos más detallados de lo que serían las habilidades comunicativas.
Entre las contribuciones relevantes encontramos las de Canale y Swain (1980) y Canale
(1983), que proponen un modelo comunicativo basado en cuatro principales aspectos:
(I) La competencia gramatical, que se trata del conocimiento del código de un
determinado idioma (reglas gramaticales, vocabulario, pronunciación, ortografía, etc.).
(II) La competencia sociolingüística, que significa el dominio de los códigos
socioculturales del uso del lenguaje (aplicación adecuada del vocabulario, registro, la
cortesía y el estilo en una situación dada). (III) La competencia discursiva, que sería la
capacidad de combinar las estructuras del lenguaje en diferentes tipos de textos
cohesivos (por ejemplo, la expresión política, poesía). (IV) Y la competencia
estratégica, que hace referencia al conocimiento de las estrategias de comunicación
verbales y no verbales que mejoran la eficiencia de la comunicación.
Se trata de cuatro aspectos básicos que otros autores han complementado y/o
modificado, por ejemplo en el campo de la evaluación de lenguas Bachman and Palmer
(1996) y la enseñanza Celce-Murcia, Dornyei, and Thurrell (1995).
Des de la aproximación de los requerimientos para el desarrollo del trabajo (Job
Requeriment Approach) se han destacado también las habilidades lingüísticas como un
aspecto importante para el desempeño de la actividad laboral. Fleishman y
colaboradores (Fleishman, Costanza, and Marshall-Mies 1999; Fleishman 1982)
desarrollan un marco conceptual de las habilidades en el trabajo definiendo estas como
“relatively enduring basic capacities for performing a wide range of different tasks”.
Otros estudios utilizan la noción de competencia des de la percepción subjetiva del
hablante, lo que se suele denominar self-reported language proficiency. Se trata de una
proxy de la competencia lingüística que habitualmente se utiliza como variable exógena
para analizar diferentes outcomes laborales (tales como ingresos salariales,
ocupabilidad, etc.). Diferentes trabajos han aislado el efecto que tiene sobre los ingresos
la competencia lingüística en la lengua de la sociedad receptora por parte de los
inmigrantes (Bleakley 2013; Chiswic and Miller 2007; Dutmann and van Soest 2001).
También Rumbaut (2014) pone de manifiesto que la competencia lingüística bilingüe
se relaciona positivamente con el grado de integración socioeconómica de los
inmigrantes de segunda generación (medida esta a través de la escolarización, el estatus
laboral y los ingresos).
Por qué motivos resulta la competencia una dimensión relevante para el desempeño del
trabajo es una cuestión obvia. En muchas tareas o trabajos se requiere de un elevado
grado de dominio de una lengua. Por ejemplo para la redacción de diferentes tipos de
textos, para las explicaciones e indicaciones verbales y la comprensión de estas mismas
producciones de otros. Las conversaciones e interacciones con otros son parte del
potencial comunicativo necesario para el óptimo desarrollo de muchos trabajos. Así
pues, la competencia lingüística representa un aspecto fundamental para el desarrollo
laboral, especialmente cuando el nivel de expresión, comprensión e intercomunicación
requeridas son elevados, como por ejemplo en el caso de profesiones técnicas e
intelectuales.
En resumen, queda claro que la competencia lingüística está estrechamente vinculada
con la actividad laboral y se considera una habilidad necesaria en la producción de
bienes y servicios en la sociedad informacional. Esta dimensión del lenguaje puede
verse como uno de los tres elementos de intensidad lingüística identificados por Alarcón
(2007) cuando nos habla de la excelencia en el uso de la lengua, es decir, de la intensidad
por calidad.
3.2- Nº de lenguas
El número de lenguas requerido para efectuar un trabajo es otro de los aspectos del
identificado en la literatura. La globalización económica conlleva un aumento de la
relevancia del multilingüismo como activo en los negocios. La internacionalización de
los mercados y las campañas internacionales (Duchêne and Heller 2012), el desarrollo
económico de los países emergentes (Graddol 2006), el incremento de la circulación
transfronteriza de personas, entre otros aspectos vinculados a la globalización, han
generado una mayor necesidad de trabajo lingüístico en lo que respecta a la diversidad,
es decir, al número de lenguas requerido. El número de lenguas extranjeras proporciona
una ventaja competitiva en los mercados de trabajo y esto es particularmente cierto para
aquellos que trabajan en la alta dirección, las empresas multinacionales o de ventas y
comercialización (Comisión Europea 2008). Se trata en este caso de la intensidad por
diversidad (Alarcón 2007), es decir, del número de idiomas necesarios para el
desempeño del trabajo.
La relevancia que adquiere el multilingüismo en el lugar de trabajo queda bien recogida
en diversos estudios. En su libro sobre la ventaja competitiva del bilingüismo en EEUU,
(Gandara and Callahan 2014) ponen de manifiesto que el uso de diversas lenguas
reporta mayores beneficios en el mercado laboral. También encontramos un gran
número de estudios centrados en analizar el efecto positivo del bilingüismo y la
educación bilingüe sobre los ingresos y la ocupación (Angrist and Lavy 1997; Rendon
2007). Otra línea de trabajo investiga la necesidad de lenguas extranjeras en las
empresas y organizaciones internacionales (ver por ejemplo Connell 2002; Fixman
1990), que se centran en la relevancia de la diversidad lingüística en países de habla
inglesa. Pero sin duda, el que cuenta con una mayor base empírica es el estudio ELAN,
comisionado por la UE. Pone de manifiesto la relevancia del multilingüismo en el
comercio internacional. Los resultados de una encuesta a cerca de 2.000 empresas
europeas muestran que tales compañías están perdiendo una parte importante de
negocio debido a la falta de dominio de lenguas extranjeras (Hagen 2006). Finalmente,
aunque en otra línea de investigación, se pueden encontrar diversos estudios que
analizan los efectos cognitivos del bilingüismo sobre el desempeño de ciertas
actividades (Bialystok, 2009).
Aunque indirectamente, los efectos positivos del
bilingüismo se pueden relacionar con una mayor capacidad a la hora de llevar a cabo
determinadas tareas.
La diversidad en el número de lenguajes utilizados en el trabajo no se restringe
solamente a los diferentes idiomas o lenguas habladas. Otros tipos de lenguaje deben
también tomarse en consideración cuando hablamos de la “intensidad por diversidad”,
como por ejemplo el uso de la lengua de signos e incluso el uso de diferentes lenguajes
de programación.
3.3 - Uso del lenguaje (intensidad)
Por último abordamos la cuestión de la intensidad en el uso del lenguaje, es decir, la
intensidad por extensión (Alarcón 2007). Se distingue de las otras dos dimensiones
porque no hace referencia a la calidad ni a la cantidad, sino a la frecuencia (tiempo
requerido). Estamos hablando de cuánto se necesita el lenguaje para el desempeño de
un determinado trabajo.
Se puede pensar en su carácter distintivo respecto a las anteriores dimensiones. A pesar
de que se necesite habilidad o no, ya sea en el uso de uno o varios lenguajes, el lenguaje
puede ser una habilidad de trabajo que se requiera usar constantemente. No obstante, es
difícil analizar esta intensidad o uso del lenguaje de forma independiente. No hemos
encontrado trabajos que analicen directamente la intensidad en el uso del lenguaje en el
mercado laboral y en relación a indicadores económicos. Pero existen algunos estudios
que se centran en analizar determinados sectores de actividad que son intensivos en el
uso del lenguaje. Un caso paradigmático lo constituyen los call centers, de fuerte
crecimiento en las últimas décadas, dónde la lengua se ha convertido en la materia prima
y la conversación en el producto (Alarcón, Martínez, and Ubalde 2016). Pese a la
intensidad en el uso del lenguaje, el trabajad lingüístico en los call centers está sometido
a un alto grado de objetivación, alienación y precariedad. Justo lo contrario nos dice
Reich (1992) cuando nos habla de los trabajadores simbólicos, aquel colectivo inserto
en sectores de actividad donde la principal actividad reside en el análisis de la
información lingüísticamente codificada. Se incluyen en este grupo profesionales
técnicos y cualificados así como managers y ejecutivos. Según el autor, las condiciones
y estatus laboral de los trabajadores simbólicos son mejores en relación a las de otros
grupos.
4- Operativización del término “trabajo lingüístico”
Seguidamente se presenta una tabla resumen (tabla I) en la que se listan las tres
principales dimensiones discutidas sobre el componente lingüístico del trabajo, así
como también una propuesta de los diversos indicadores que dan cuenta de cada
dimensión. Esta propuesta se ha hecho en base a la literatura académica consultada así
como en base a las variables recogidas des de diferentes encuestas llevadas a cabo por
institutos oficiales de estadística y centros de investigación.
Tabla I. Dimensiones, bibliografía relacionada, indicadores y fuentes secundarias de
datos.
Dimensión
Competencia
comunicativa
Bibliografía
asociada
Bleakley
(2013);
Chiswick y
Miller (2007);
Alarcón
(2007);
Rumbaut
(2014)
Indicadores
Variables*
Datos
fuentes
secundarias
Proficiencia
lingüística (general)
Importance of
writing long
documents with
correct spelling
and grammar
ESS
Knowledge of
English required
ONET, ESS
Habilidad requerida
lengua franca
(inglés)
Habilidad requerida
lengua oficial
Habilidad requerida
lengua foránea
Lenguas
empleadas
Uso del lenguaje
(intensidad)
Gandara y
Callahan
(2014);
Angrist and
Lavy (1997);
Rendon
(2007);
Fixman
(1990);
Hagen (2006)
Reich (1992)
Nº lenguas
empleadas
Uso de lenguaje de
programación
Uso de lenguaje de
signos
Knowledge of x
language required
Knoledge of
foreign languages
required
Languages used at
work
Programming
language use to
write computer
code
ONET, ESS
-
n.d.
How often
telephone
conversations
How often word
processor
How often realtime discussions
on the internet
How often read
letters memos or
mails
Frecuencia de trabajo How often read
lingüístico
newspapers,
magazines or
newsletters
How often read
articles in
professional
journals
How often read
manuals or
reference
materials
ONET, ESS
SVLM
PIAAC
ONET
PIAAC
PIAAC
PIAAC,ESS
PIAAC,ESS
PIAAC,ESS
PIAAC,ESS
PIAAC,ESS
How often read
bills, invoices,
bank statements
or other financial
statements
PIAAC,ESS
How often read
diagrams, maps
or schematics,
referene mateials
How often public PIAAC,ESS
speaking
PIAAC,ESS
How often write
letters and
memos
PIAAC,ESS
How often write
articles or
newsletters
PIAAC,ESS
How often write
reports
PIAAC,ESS
How often
listening carefully
to colleagues
*En todas las variables recogidas la pregunta de cuestionario hace referencia al lugar de
trabajo.
5- Conclusión
En este trabajo se ha presentado una propuesta de definición y operativización del
concepto de trabajo lingüístico. Pese al debate internacional sobre la cuestión lingüística
en la empresa como factor de competitividad, hasta la fecha no se ha elaborado una
medición compleja del término. Aunque se han hecho contribuciones para analizar el
vínculo entre trabajo lingüístico y outputs económicos, aún no se han logrado esclarecer
las formas por las que el lenguaje impacta en la competitividad. A este respecto, se ha
enfatizado la importancia del multilingüismo en la economía global. Así como también
se la intensidad del uso del lenguaje en sectores punteros ocupados por los analistas de
símbolos. Y finalmente se ha destacado la importancia de las competencias lingüísticas
a la hora de acceder a trabajos tanto cualificados como no cualificados. Estas
contribuciones hacen referencia a las tres dimensiones que en este trabajo hemos
identificado y operativizado: el número de lenguas, la intensidad o uso de lenguaje y la
competencia lingüística respectivamente. Aunque se han identificado más dimensiones
relevantes del trabajo lingüístico en la literatura revisada, en la presente comunicación
nos hemos centrado en aquellas vinculadas a lo que se ha denominado “intensidad
lingüística”.
Además, en base a la búsqueda de diferentes bases de datos estadísticos hemos
identificado un conjunto de indicadores que pueden dar cuenta de estas dimensiones.
Se trata de una propuesta encaminada al desarrollo de un sistema de indicadores. Tal
objetivo nos ayudaría a entender cómo el lenguaje conduce a la creación de valor, es
decir, que dimensiones del trabajo lingüístico y de qué modo se introducen en los
procesos productivos. Así pues, se trata de una propuesta de medir el lenguaje en su
complejidad, de ir más allá del análisis de una sola dimensión y de la mera confirmación
del reporte económico del lenguaje.
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